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Un cambio climático se define como la variación en el estado del sistema climático, formado por
la atmósfera, la hidrosfera, la criosfera, la litosfera y la biosfera, que perdura durante periodos de tiempo
suficientemente largos (décadas o más tiempo2) hasta alcanzar un nuevo equilibrio. Puede afectar tanto
a los valores medios meteorológicos como a su variabilidad y extremos.
Cambio climático
Cambios en el clima, incluyendo temperatura, intensidad de las lluvias y eventos climáticos extremos
como huracanes y olas de calor.
El término cambio climático es más amplio que calentamiento global, que se refiere sólo al aumento de
temperatura.
Cualquier cambio significativo en las medidas del clima que duren por un periodo de tiempo extendido,
de acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA ).
Sus causas: los científicos coinciden en señalar que la causa del actual cambio del clima es la emisión,
como resultado de la actividad humana, de los denominados “gases de efecto invernadero”. Estos gases,
incrementan la capacidad de la atmósfera terrestre para retener calor, dando lugar al fenómeno del
calentamiento global.
El efecto invernadero natural permite que exista la vida tal y como la conocemos en el planeta, pues sin
él, la temperatura promedio de la Tierra sería inferior a los -18 °C.
La atmósfera está compuesta principalmente por Nitrógeno y Oxígeno y sólo en un 1% por otros
componentes, entre ellos los GEI.
El vapor de agua (H2O), bióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O), metano (CH4) y ozono (O3) son
los principales gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre, los cuales, tienen la capacidad de
actuar como el vidrio que cubre la estructura de un invernadero.
La mayoría de los gases de efecto invernadero siempre han existido en la atmósfera y su ciclo parte de
procesos naturales:
Los científicos atribuyen la tendencia al calentamiento global observada desde mediados del siglo XX a
la extensión humana del “efecto invernadero”,1 el calentamiento que se produce cuando la atmósfera
atrapa el calor que se irradia desde la Tierra hacia el espacio.
Ciertos gases en la atmósfera bloquean el calor y no permiten que escape. Los gases de larga vida que
se quedan de manera semipermanentemente en la atmósfera y no responden física o químicamente a
los cambios en la temperatura se describen como “forzantes” del cambio climático. Gases como el vapor
de agua, que responden física o químicamente a los cambios en la temperatura, son considerados
“retroalimentadores”.
Causas humanas
Desafortunadamente, existe otra fuente de cambio en el clima global. Este cambio se asocia con las
actividades humanas.
Las consecuencias del cambio en el invernadero natural de la atmósfera son difíciles de predecir, pero
algunos probables efectos pueden ser:
En los últimos 150 años, las actividades industriales de las que depende nuestra civilización moderna
han causado el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera de 280 a 400 partes por
millón. El grupo también concluyó que existe una probabilidad superior al 95% de que los gases de
efecto invernadero emitidos por los seres humanos, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido
nitroso, hayan causado la mayoría del aumento observado en las temperaturas de la Tierra durante los
últimos 50 años.
Su velocidad: el actual cambio climático está ocurriendo muy rápidamente, lo que hace muy difícil, tanto
para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones.
Consecuencias
El cambio climático está modificando nuestra economía, salud y comunidades de formas diversas. Los
científicos advierten de que si no ponemos el freno sustancialmente al cambio climático ahora, los
resultados probablemente sean desastrosos. Si la Tierra se calienta, alguno de estos importantes
cambios ocurrirá:
El agua se expande cuando se calienta y los océanos absorben más calor que la tierra, el nivel
del mar ascenderá.
El nivel del mar aumentará también debido a la fusión de los glaciares y del hielo marino.
Las ciudades de las costas sufrirían inundaciones.
Lugares en los que normalmente llueve o nieva mucho podrían calentarse y secarse.
Lagos y ríos podrían secarse.
Habría más sequías por lo que se haría más difícil cultivar maíz.
Habría menos agua disponible para l agricultura, la producción de comida, para beber o para
ducharse.
Muchas plantas y animales se extinguirían.
Huracanes, tornados y tormentas producidos por cambios de temperatura y evaporación de agua
se producirían con más regularidad.
Guatemala es uno de los diez países ambientalmente más vulnerables al cambio climático a nivel
mundial, con más del ochenta por ciento del PIB producido en zonas de riesgo a desastres y un alto
porcentaje de su población en riesgo climático directo. De esta situación deviene la necesidad de actuar
de manera inmediata para reducir los riesgos presentes y venideros de los desastres naturales derivados
del calentamiento global.
El cambio climático tiene una serie de cada vez más evidentes efectos adversos y potencialmente
catastróficos entre la población de Guatemala, especialmente entre las niñas, niños y adolescentes (48%
de la población del país), debido a su menor grado de desarrollo físico e inmunológico. Se trata, además,
del cuarto país de América Latina y el Caribe con mayor desigualdad en el ingreso (tras Haití, Honduras
y Bolivia y en el mismo lugar que Colombia).
Unido a la desigualdad, la reducción de la deuda social de Guatemala pasa por la erradicación de la
pobreza, que afecta a seis de cada diez niñas y niños y adolescentes.
En Guatemala, donde la infraestructura hospitalaria lleva cuarenta años de rezago social, el cambio
climático está afectando a la salud de las personas, especialmente de quienes viven en las áreas más
remotas del país y que padecen más inequidades. Los casos de mortalidad y morbilidad serán mayores,
principalmente entre la población
infantil.
La educación también se ve afectada en un país donde uno de cada tres niñas, niños y adolescentes
está fuera del sistema educativo. El cambio climático provoca daños y pérdidas en la infraestructura
escolar, reduciendo los días de educación. Asimismo, las familias pobres suelen retirar a sus hijos e hijas
de la escuela tras sufrir daños por eventos climáticos como estrategia de supervivencia, por ejemplo,
para que complementar los ingresos familiares. Y no siempre retornan al aula.
Junto a ello, el cambio climático también dificulta la movilización de las personas hacia los servicios de
educación, salud y justicia. Tras las emergencias climáticas se producen hurtos en domicilios familiares y
empresariales, así como violaciones especialmente a las adolescentes y mujeres, que no siempre se
logran denunciar en un país donde la impunidad en crímenes y delitos supera el 96%.
No todas las personas padecerán el mismo impacto climático. Los ciudadanos y ciudadanas más pobres
y con más inequidades –entre los que sobresalen las niñas, niños y adolescentes- están más vulnerables
a los efectos del cambio climático, como la pérdida de sus hogares y sus medios de vida, menos
seguridad y una posible merma en el acceso a los servicios públicos, lo que ahondará las inequidades y
la crisis social, política y económica.
La vulnerabilidad ambiental no es un proceso estático, sino que está impulsada por una serie de factores
sociales, económicos y políticos variables que tienen como resultado la depredación del medio ambiente
y de los recursos naturales. Por ello, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus
consecuencias requiere de políticas, pero también de un concepto de desarrollo socioeconómico que
reduzca las inequidades y desigualdades sociales mediante la mejora de políticas de protección social
así como de los servicios públicos.
De no actuar con celeridad no sólo se pone en riesgo la vida de la población guatemalteca, sino que se
hipotecará el bienestar de las próximas generaciones. Si se desean mejorar las condiciones de vida se
debe abandonar la inercia individual y colectiva. Es momento de actuar de manera constante, decidida y
sostenible.