Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Pasar un periodo de tiempo largo en casa puede ser difícil. Las situaciones críticas traen consigo
incertidumbre, nadie sabe qué es lo que pasará; por lo que perdemos el control y nos sentimos
más vulnerables. Se genera una carga emocional importante. Es por esto que debemos tomar
algunos resguardos para cuidar nuestra salud mental y la de nuestra familia más cercana.
Estar en la casa no debe ser sinónimo de no hacer nada. Se sugiere establecer rutinas que nos
motiven a hacer cosas diariamente y sobretodo, que ordenen los tiempos de los niños y
adolescentes.
Es razonable pensar que durante el día tienen que haber espacios compartidos y planificados,
pero también es importante para cada uno tener espacios de ocio personal, donde podamos
decidir qué hacer y cómo hacerlo.
Si bien hay deberes académicos con los que cumplir, estos deben ubicarse en una parte
determinada del día, y no ser la única actividad que se realice. En este momento, lo más importante
es el bienestar emocional, por lo que hay que encontrar un equilibrio que nos ayude a cuidarnos.
Debido a la tensión y nerviosismo existente, es muy probable que nos enfrentemos a una mayor
cantidad de conflictos dentro del hogar. Es normal, pero podemos disminuirlos identificando cuáles
son nuestros focos de conflicto a nivel familiar, evitando llegar a esas situaciones o buscando
formas de solucionarlos pacíficamente. Es importante acordar entre todos esforzarse por tener
una convivencia lo más sana posible.
Esto también es importante por la información que reciben los niños y adolescentes. Muchas veces
se generan dudas que los ponen más nerviosos de lo necesario, y por eso mismo es que debemos
acoger sus dudas, resolverlas con honestidad, tranquilidad y cuidado para no generarles mayores
sentimientos de angustia.
Debemos entender este momento como una responsabilidad con la sociedad y plantearlo de esa
forma a los niños, no desde el miedo a contagiarse, sino desde el cuidado a los otros.