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PRIMER CONGRESO PENINSULAR DE EDUCACION ARTISTICA

MTRO. MAURICIO ROBERT DIAZ

MÉRIDA, YUCATÁN
JUNIO DE 2004

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AGRADECIMIENTO

Muy buenas días, quiero decirles que me siento muy honrado por haber sido invitado a este
congreso que se orienta a conocer y tratar de resolver un problema educativo del paìs que, a
mi juicio, es verdaderamente fundamental: la educación en la península de Yucatán y en
México en general, no podrà ir muy lejos sin una buena educación artìstica, si los niños y
jóvenes no saben lo que es el arte y la belleza, serà muy difícil que aprendan lo que es el bien.
Como han descubierto y pensado los grandes pedagogos, la belleza es el principal camino al
bien; no es posible pensar una formación ètica sin haber contemplado, por lo menos alguna
vez en la vida, con claridad, el rostro fugitivo de la belleza (ya sea en la naturaleza, en la
mùsica, en el teatro, en la danza o en la pintura.). "La música-escribiò el guitarrista y poeta
argentino Atahualpa Yupanqui- es una de las cosas que puede salvar al mundo, porque un
hombre que busca y encuentra y se solaza horas y días y años y años luz, a través de
generaciones, con la belleza, ¿qué otra cosa puede querer que un mundo mejor ?". Lo mismo
se podrìa decir para las otras ramas del arte.
Agradezco a las autoridades de la Secretarìa de Educación, particularmente a la Mtra Silvia
Paredes y a la Mtra. Ma Luisa Cardìn su gentil invitaciòn a este evento.

INTRODUCCIÓN
(IMAGEN 1 Niña M. Yampolsky)
El lema de este evento nos sugiere que hay una relación importante entre la finalidad del arte
y la manera de aprenderlo y enseñarlo. Nosotros pensamos que esto es así, que hay muchos
lasos visibles e invisibles entre estos dos aspectos: la correspondencia que debe haber entre
cómo hacemos algo y para qué lo hacemos, la unión necesaria entre medios y fines. Nuestra
plática se enfocará a tratar de explicitar este vínculo que debe haber en la educación y
particularmente en la enseñanza del arte. El arte se aprende mejor si hay arte en la docencia y
el arte docente no puede desarrollarse sin sensibilidad artística. El propósito de nuestra
exposición es recordar con ustedes la naturaleza de estos dos aspectos: ¿Qué son, en
último análisis, la educación y el arte y por qué es necesario que exista una relación
orgánica entre ambos, una relación que nos lleve a fusionar o al menos a estrechar, la
labor docente y el arte, nuestra forma de ser maestros y nuestra forma de ser artistas:
¡Ser hombres antes que ser artistas!
Para esto permítanme revisar algunos concepciones sobre el arte y la educación(apoyándome
en algunas imágenes que tienen que ver con el arte), para después presentarles lo que
considero los principios filosóficos básicos de una pedagogía que nos permita ir más allá de
las formas burocráticas de enseñanza que predominan actualmente, (caracterizadas por la
inercia, el desánimo, la improvisación y la insensibilidad), para pensar una educación más
amable y más acorde con la dignidad de las personas, una educación con rostro humano.

1º CONCEPTOS DE ARTE Y EDUCACION


Aunque el arte es una realidad que acompaña al hombre desde siempre, su definición es tarea
muy difícil. Con el término arte sucede algo similar que con el de cultura que existen una gran
cantidad de enfoques. Recordemos, entonces algunas definiciones bàsicas.

CONCEPTO GENERAL
Arte, actividad que requiere un aprendizaje y puede limitarse a una simple habilidad técnica o
ampliarse hasta el punto de englobar la expresión de una visión particular del mundo. El
término arte deriva del latín ars, que significa habilidad, destreza y hace referencia a la
realización de acciones que requieren una especialización, como por ejemplo el arte de

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escuchar o el arte de jugar al ajedrez. Se trata pues de un saber hacer. La manera como se hace
o debe hacerse una cosa.

AFINIDADES DEL ARTE Y LA EDUCACION

CONCEPTO ESPECIFICO

(IMAGEN 2 Paloma Magritte)


"Arte es una actividad humana consciente, capaz a) de producir belleza a través de formas
(realistas o abstractas) que valen por sí mismas, b) de expresar el mundo interior del artista, y
c) de generar deleite, emoción o impacto en los personas que se acercan al mismo.
REVELACION DEL CARÁCTER Y DE LA ESENCIA
El arte es la "expresión" visible de lo invisible. Al artista cabe el privilegio de intuir en la
exterioridad del modelo su interioridad más secreta. Producida la revelación, el creador debe
comunicar, a través de su arte, dicha intimidad. Al poner de manifiesto la intraducible esencia
del modelo, el artista se convierte en un "demiurgo", que transforma la oscuridad material de
su arte en algo transparente, a través de lo cual se accede a una idea viva y luminosa. Por las
venas del cuerpo musical circulan, como sangre generosa, pensamientos y sentimientos que
no son el cuerpo mismo, ni aún están visibles en él, pero que le prestan vida y movimiento.
(IMAGEN 3 Ramo Picasso)
La educación consiste en hacer que la primitiva naturaleza humana se convierta en la
naturaleza espiritual (Hegel)

IDENTIDAD
Todas las artes son como espejos en los que el hombre conoce y reconoce algo de sí mismo
que antes ignoraba . “Es el espectador y no la vida lo que en realidad refleja el arte”(O.
Wilde).
Arte es todo lo que conmueve y agita el espíritu humano, es aquello que recuerda al hombre
que es hombre (A. Bretón). El arte, como la educación humanista, es fuente de identidad.
Educar es conducir a un joven de vuelta a sí mismo, “aprender a ser” es considerado uno de
los pilares de la educación por la UNESCO.
"Educar no es fabricar adultos según un modelo sino liberar en cada hombre lo que le impide
ser él mismo, permitirle realizarse según su vocación particular. La principal tarea de la
educación es el descubrir el ser personal del hombre.
VERDAD
El arte hace brotar la verdad. Antes que producción o habilidad, el arte es fundamentalmente
revelación. Lo que buscamos en el arte como en el pensamiento es la verdad (Hegel).
La educación es la construcción de una verdad personal, la elección y la adopción de una
jerarquía de valores propia y de una búsqueda constante de la verdad. (IMAGEN 4 Vereda
Parafrasear lo de la felicidad… )

CREACION
Suma y síntesis de las concepciones expuestas, es aquella que vincula el arte con la
"creación". (IMAGEN 5 niños de Picasso).
Partiendo del mundo sensible, el artista lo transfigura, procurando generar una individualidad
nueva e inédita. Este nuevo ser creado por el artista se convierte en un cuerpo que
transparenta una idea viva autosuficiente. La capacidad de dar vida a algo inexistente es lo
que constituye la esencia de la "poesía" (griego = creación). El proceso creativo ocurre no
sólo en la ficción literaria, sino en cualquiera de las expresiones artísticas imaginables.

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Educar a un joven no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no
existía. Es una creación en tanto se pretende el surgimiento y la manifestación de una persona
única e irrepetible. La Creatividad en educación, libera nuestra propia humanidad. Es la
emoción, el placer de expresar nuestra vida interior tal cual es.

2 EL ARTE DE LA DOCENCIA
Una vez establecidas las similitudes entre las finalidades del arte y la educación vayamos al
punto, el de la docencia ¿cómo podemos desarrollar un docencia a la altura del arte, una
docencia con rostro humano?.

I EL MUNDO ACTUAL Y LA PERDIDA DE LA SENSIBILIDAD

Los tiempos que corren son tiempos de mucha incertidumbre y confusión. Doquiera que
miremos encontraremos graves crisis provocadas por la guerra, el hambre, el terrorismo, el
oscurantismo tecnológico, la economía neoliberal desaforada, la inestabilidad política, el
deterioro ecológico y la alienación que generan los medios de comunicación masiva. Son
tiempos difíciles para quienes tenemos la responsabilidad de educar, pues la sociedad se
desconoce educadora y pretende transferir toda la responsabilidad de contrarrestar y superar
los problemas a la educación y a los maestros.
El hombre contemporáneo vive una existencia condicionada y dirigida por fuerzas internas y
externas que lo oprimen y lo limitan, muchas veces sin darse cuenta de ello. La existencia
tiende hacerse cada vez más anónima e impersonal, el mundo de la masificación, el mundo
del “se” que denunciaba Heidegger (el hombre que se adhiere a algún conformismo de
cualquier signo ideológico, aceptando y viviendo lo que “se” dice y lo que “se” hace,
renuncia, prácticamente, al ejercicio de su libertad, se despersonaliza) (IMAGEN 6 Somos
personas L.King)
Es por eso que una educación verdaderamente analítica, reflexiva y crítica, sólo podrá surgir
de comunidades de aprendizaje auténticas, en donde la vida personal pueda desarrollarse
dignamente, en donde el “ser” tome su sentido en los otros, donde sólo es posible “ser”
ayudando a que otros “sean”: Un lugar en donde la comunidad, en palabras de Emanuel
Mounier, sea “una persona de personas”. Probablemente muchas personas coincidiríamos en
esto; sin embargo la educación que imparten nuestras escuelas, en prácticamente todos los
niveles y modalidades, se encuentra lejos de funcionar como verdadero espacio de encuentro
y aprendizaje y son muy pocas las escuelas que construyen comunidad y educan para la paz y
el bien.
Recientemente, en una entrevista, le preguntaron al Premio Nóbel de literatura José
Saramago:
-¿Usted está convencido de que hay un vínculo entre una enseñanza que no forma y el bajo
nivel de ciudadanía que se observa en todas partes?. Y él respondió tajante:
-Estoy convencido de que la escuela no está contribuyendo en nada.
La respuesta de Saramago puede parecernos muy drástica, pero sería difícil refutarla. Las
escuelas por tradición, por ignorancia o por comodidad, no están llevando a cabo una labor
formativa, una educación que permita a las personas (niños o jóvenes), construir, de manera
autónoma, jerarquías de valores sólidas, que les permitan ejercer su libertad y su
responsabilidad en plenitud. Las escuelas no estàn formando PERSONAS.
Nuestra educación, en todos sus niveles, requiere de un complemento de alma, de una
educación que apunte al corazón del hombre y que nos permita, como quería Miguel de
Unamuno “Pensar y sentir y hacer pensar y sentir a los demás”, Es necesario impulsar una

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educación con rostro humano, en donde lo cognitivo y lo afectivo no se encuentren
disociados.
Es indispensable que todas las escuelas comiencen a trabajar en esta perspectiva y a poner su
grano de arena, para poder revertir a corto, mediano y largo plazo, la tremenda ola de
deshumanización que vivimos. En este contexto, en que la educación se aleja de los valores y
de la sensibilidad, los centros de educación artìstica adquieren una responsabilidad particular
por ser, naturalmente, los bastiones de la libertad de espíritu, el arte juega un papel
fundamental para que las escuelas puedan recobrar su función formativa para crear autènticas
comunidades de aprendizaje.

II LOS FINES ULTIMOS


El error principal en la formación y la práctica de los maestros es ignorar o haber olvidado
que la educación es un arte en los dos sentidos del término que hemos señalado, es pensar
que la educación es un problema técnico. Que sería suficiente si el profesor cuenta con una
información básica sobre los temas que enseñará, algún método para organizar sus clases y
un conjunto de procedimientos para accionar. Se considera que el fin primordial de la
educación radica en la transmisión del conocimiento, en el sentido de poseer y manejar
información, y se olvidan los fines últimos de la educación que solamente pueden surgir de la
apertura a la experiencia, de la creatividad artística y de la reflexión filosófica, esto es de la
búsqueda y rebúsqueda de la verdad, del pensamiento crítico y autocrítico que construye una
visión unificada y coherente del mundo y de la vida, una panorámica sobre la realidad
personal y social del ser humano y del mundo. Los profesores requieren de un suplemento de
formación filosófica y una confianza en su propia experiencia que le dé raíces y nuevos
horizontes al trabajo pedagógico.
Pero ¿En qué consiste este arte del docente? ¿cómo se aprende y cómo se desarrolla?. El
maestro auténtico, el maestro artista, sabe que el fin último de su trabajo consiste en ayudar al
alumno a construir una cosmovisión y dentro de ésta descubrir su vocación o las semillas de
la misma; actúa para que el estudiante pueda conocerse y descubrirse a sí mismo y ponerse en
búsqueda de la verdad, de aquello en lo que pueda creer con la mayor honestidad y sinceridad
posibles, las razones por las cuales vale la pena vivir.

(IMAGEN 7 Profesiòn Gral de hombre Niño D. Rivera )

El maestro no es el que enseña tal o cual disciplina, sino el que enseña la PROFESIÓN
GENERAL DE HOMBRE, para la cual todos los contenidos no son más que medios y
complementos; Bien decía Juan Amós Comenio que las escuelas antes que nada deben ser
TALLERES DE HUMANIDAD, en donde se pueda ayudar y acompañar a los niños, a los
jóvenes o a los adultos a descubrir su persona, su ser espiritual, ese núcleo que hay en todos
nosotros que unifica nuestra libertad y nuestra responsabilidad como seres humanos.(3)
Cuando hablamos de la búsqueda espiritual como un propósito importante de la
educación, no estamos entendiendo el término en su sentido formal y tradicional de
contraposición a lo material, o de un refinamiento cultural, o de algunas prácticas vinculadas
a una determinada religión.
Lo espiritual sería el conjunto de ideas y situaciones (lecturas, meditaciones, diálogos,
actitudes y acciones en general), que estimulan y ayudan al hombre para lograr su
comprensión y transformación más profunda, que lo llevan al descubrimiento de su persona,
del “yo” más íntimo y de su necesidad fundamental de comunicación y de armonía consigo
mismo, con el prójimo y con la naturaleza.

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El desarrollo o crecimiento espiritual está encaminado a hacer más fina, más
penetrante y generosa la conciencia del hombre. Es cierto que la palabra espiritual en estos
tiempos hace sonreír a la gente con superioridad y desprecio, pero no por eso deja de estar
menos presente en la vida de todos con una importancia decisiva.
Para lograr que su labor tenga una fibra espiritual, el maestro tiene que empezar por él
mismo, iniciar o continuar su propio camino de autoconocimiento, preguntándose
constantemente qué es lo que puede y debe hacer: ¿cómo hay que vivir?, ¿qué reclama la vida
de él?, ¿cuál es su más auténtica vocación? (IMAGEN 8 Pico de la Mirandola)
Si entendemos la vocación como el encuentro y la conjugación de una libertad y un
llamado, descubriremos algo importante sobre la misión del maestro y el sentido de la
educación, pues la búsqueda del docente no estriba solamente en algo individual, en lo que
quiero o espero yo, sino también en lo que la vida reclama de mí. La docencia y la educación
requieren del arte de escuchar llamados, otras voces, ya sea de nuestro interior (la conciencia)
o del exterior (la ciencia, la política, el arte, la religión y otras muchas posibilidades). Desde
este punto de vista el maestro ya no se preguntará principalmente, qué pueden hacer las
instituciones por él, sino qué puede hacer él por las instituciones y por las personas a las que
sirven esas instituciones.
Esto supone un profundo cambio en la visión del mundo y de la vida, en la
cosmovisión del maestro, pues el eje de su vida y de sus acciones ya no estaría en su
individualidad o en los intereses corporativos, sino sería lo otro y los otros: los niños, la
pedagogía, sus colegas, el arte y la comunidad.
Lo más importante en la educación no es la transmisión de conocimientos parciales
(informaciones, técnicas y resultados), sino el sembrar inquietudes e intereses intelectuales,
artísticos y espirituales de diversa índole. Si se despierta la sed, los estudiantes mismos
buscarán donde saciarla. Lo fundamental en la docencia es impulsar el deseo de preguntar y
de comprender, de buscar la verdad entendida ésta como una dirección que vale para el
conjunto del ser, y no una dirección reductible a tal o cual momento particular. La tarea
educativa se constituye, ciertamente, con la transmisión de conocimientos parciales, pero sólo
adquiere pleno sentido cuando considera la existencia de una realidad humana universal, una
verdad humana, la verdad del hombre para el hombre.
Desde esta perspectiva, el maestro sería un profesional que no puede conformarse,
pues su destino es la búsqueda constante de la verdad, el buscar el conocimiento en la vida y
la vida en el conocimiento; la vida en el arte y el arte en la vida. (IMAGEN 9 EDUCAR A
LOS EDUCADORES) El docente auténtico, sabe que no puede descansar en la comodidad
de un dogma o en las seguridades de las técnicas establecidas, pues cada día su trabajo le
presenta nuevos retos, problemas y situaciones. La educación es cambiante como la vida
misma y la docencia no es una verdad patentizada; es algo que debemos conquistar día con
día y paso a paso, un camino que se hace al andar como nos recuerda el poeta Antonio
Machado.
El maestro necesita descubrir lo que la vida reclama de él, y más precisamente lo que
el día concreto le pide ahora y aquí: La situación de su grupo, los asuntos y problemas
significativos que presenten los niños, las posibilidades de los padres de familia, el sacar
adelante la escuela mediante un proyecto compartido con sus colegas y otras muchas
cuestiones que lo interpelan a cada momento y sobre las cuales tienen que tomar decisiones.
II LA HERRAMIENTA DE LA INTUICIÓN

En la educación actual impera un discurso racionalista y cientificista que es necesario


equilibrar

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revalorando y redescubriendo la sensibilidad y la creatividad. La razòn por si misma no basta
es demasiado frìa. Es necesario someter la razòn a la vitalidad y a lo espontàneo, desarrollar
lo que la filòsofa española Marìa zambrano, llamò “razòn poètica”, un nuevo saber que
reconcilie la ciencia y la tecnología con el arte y la vida.”si el racionalismo-escribe Marìa
Zambrano- se ha impuesto como dictadura, como unas muralla que mantiene a la inteligencia
alejada de la vida, la inspiración poètica(lèase el arte) es la ventana del reencuentro”
Necesitamos acudir pues, a un tipo de pensamiento intuitivo, càlido y emocional que nos
permita superar la sequedad del cientificìsmo”. El cientificismo supone la transposición de
criterios científicos a otros dominios de la vida espiritual, impone la noción según la cual la
ciencia es el criterio por excelencia, superior a todos los otros y que confiere, en
consecuencia, a sus soluciones un alcance decisivo y universal. El cientificismo pretende
introducir un método único, relegando así a las humanidades y entre estas al arte”.
La docencia genuina supone tomar decisiones de una manera libre y responsable. El hombre
se hace tomando decisiones constantemente, somos la suma y la historia de nuestras
decisiones, las cuales serán mejores en la medida en que las tomemos escuchando y mirando
al interior de uno mismo, pues ahí están las mejores pistas y los criterios, ahí alienta el
espíritu que hay en cada uno de nosotros, lo que comúnmente se llama la voz de la
conciencia, voz que es difícil escuchar porque requiere soledad y silencio y porque en la vida
moderna predomina el parloteo, la prisa y el ruido.
Sin embargo hay formas para atender esa “voz”, partiendo de lo mejor de nuestra
experiencia, siguiendo las coincidencias, las “corazonadas”: nuestras intuiciones.(IMAGEN
10 La intuición Garcìa Márquez)
La intuición son esas ideas y sentimientos que operan en relación con nuestras
predisposiciones reales, con nuestra vocación, con nuestra creatividad (con nuestro más
hondo y verdadero sentimiento): una asociación automática con nuestras auténticas
necesidades y aspiraciones. La intuición es la experiencia de captar lo espiritual de manera
inmediata, es un comportamiento mental inconsciente, que pone en juego las adquisiciones
acumuladas por la experiencia y cuyo resultado aparece súbitamente en el campo de la
conciencia, como una visión que apenas se distingue del objeto visto. Una forma de
conocimiento que alcanza a su objetivo de inmediato, sin los intermediarios del discurso y el
razonamiento, al margen de las deducciones.(5). Las intuiciones no son formas meramente
emocionales, vagas y subjetivas como se suele creer comúnmente; sino que representan un
equilibrio entre el instinto(lo más vital) y la inteligencia, esto es, la posibilidad de darle
mayor vitalidad a la inteligencia y llevar el instinto a su expresión más clara. Se trata pues de
una inteligencia intuitiva, la cual es mucho más práctica y fecunda de lo que pensamos, como
nos recuerda el filósofo norteamericano R.W Emerson:“Los hombres muelen y muelen en el
molino de un axioma y lo único que sale es lo que allí se puso. Pero en el momento mismo
que abandonan la tradición por un pensamiento espontáneo, entonces la poesía, el ingenio, la
esperanza, la virtud, la anécdota ilustrativa, todo se precipita en su ayuda” (6). El seguir
nuestras intuiciones nos permitirá comprender y vivir lo que Blas Pascal llamaba “las razones
del corazón que la razón desconoce”y desarrollar un pensamiento y un saber más cálido y
poético que trascienda la frialdad de la lógica, algo que podríamos llamar una inteligencia
bondadosa o en palabras de Marìa Zambrano “razòn poètica”.

II LA ACTITUD DIALOGICA
La docencia es una relación personal mediada por el conocimiento, que tiene como premisa
fundamental el diálogo, el encuentro donde se confrontan dos seres, por lo general de una
madurez desigual, revelándose mutuamente su potencial y sus capacidades humanas. Si el
maestro no es capaz de reconocer en el alumno a un prójimo, a un ser esencialmente igual a

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él; un espejo en donde vea su infancia o su juventud; una imagen que refleja sus mismas
luchas, sus anhelos más profundos y la vulnerabilidad que nos es común a todos los hombres,
no podrá facilitar su aprendizaje, pues las teorías y la información, sin el compromiso y el
calor humano, se volverán frías y lejanas y muy probablemente se perderán.
El diálogo sólo tiene sentido, si reconocemos la pluralidad como principio de la
realidad, la pluralidad es la ley de la tierra. Nuestro planeta no es habitado por el hombre
sino por los hombres. Es necesario reconocer plenamente la existencia de los otros no sólo
como presencias más o menos favorables ante nosotros; sino como parte esencial y razón de
ser de nosotros mismos: Yo soy en la medida en que ayudo y permito que los otros sean.
(IMAGEN 11 Niños platicando)
El mayor reto que enfrenta nuestra educación, es que los maestros y las diversas
instancias educativas fomentemos en los niños y en los jóvenes, un sentido de alteridad, esto
es la capacidad de percibir a los otros y de pensar en ellos, el poder captar, empáticamente,
lo que significan su experiencias.
Esta actitud no sólo facilita el aprendizaje de los alumnos, pues influye también en el
crecimiento intelectual y espiritual del propio maestro como nos señala C. Rogers“Pienso
que una de mis mejores maneras de aprender –pero, también, una de las más difíciles-
consiste en abandonar mis propias actitudes de defensa... y tratar de comprender lo que la
experiencia de otra persona significa para ella”(8). Esta comprensión empática se sustenta y
se desarrolla en el diálogo, el encuentro libre y abierto, en el que dos o más personas se
apoyan recíproca y respetuosamente para ser ellos mismos, para pensar y sentir con mayor
claridad y así contribuir, en la medida de sus posibilidades, a comprender y mejorar el
mundo.
Existen muchos maestros que de manera anónima y empírica( muchas veces
sustentados solamente en su conciencia moral)dialogan constantemente con los niños y los
jóvenes ofreciéndoles los bienes más formativos y trabajan directamente con el ser espiritual
de sus alumnos, buscando siempre tocar y captar la entraña de la persona. Cuando están con
un niño, un colega o un padre de familia, piensan y sienten empáticamente; se preguntan
quién es realmente la persona que está frente a ellos; leen su lenguaje no verbal, escuchan
atentamente lo que dice y “lo que no dice”; perciben lo que “la vida reclama” en ese
momento a través de su interlocutor y están dispuestos a ser útiles. La herramienta
pedagógica más valiosa con que cuentan los maestros es la imaginación solidaria; cuando uno
mira con atención a un hombre o a una mujer -escribe Graham Green- siempre llega a sentir
piedad…esa es una de las cualidades que la imagen de Dios trae consigo. Cuando miráis las
arrugas, la forma de la boca, el modo de crecer el pelo, es imposible odiar. El odio no es más
que un fracaso de la imaginación.” (IMAGEN 12 don Quijote)
En esto radica la más alta forma de simpatía y comprensión entre los seres humanos, pues
permite vislumbrar y sentir con claridad y hondura el problema, el sufrimiento y la lucha,
tantas veces heroica, de los otros: SER significa ser percibido. Cuando se logra esta
comunicación profunda de persona a persona, los procedimientos y las soluciones
pedagógicas se dan por añadidura, emergen de manera intuitiva y todo se va acomodando y
comprendiendo naturalmente.
El maestro auténtico, el que hace de su labor un arte, confía plenamente en su experiencia y
en su intuición, en la sensibilidad del momento y, sobre todo, en el valor absoluto de la
persona. Por ello más allá del grado escolar en que laboran o de la disciplina que imparten,
estos maestros le dicen de manera abierta o silenciosa a todos y cada uno de sus alumnos:
acuérdate de ser hombre; preocúpate por ser tú mismo; aprende a mirar desde los otros y,
sobre todo, cuida de la verdad; la verdad que no pertenece a nadie, sino que es una búsqueda
dialógica abierta a todo el mundo: La vocación de la humanidad por la humanidad. (9).

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EPILOGO
Sabemos que una educación que trabaje sobre el corazón del hombre requerirà de mucho
tiempo y de muchos esfuerzos individuales y colectivos, estamos hablando de la labor de
varias generaciones; por lo tanto debemos tener paciencia, estar armados de una ardiente
paciencia, para que nuestro trabajo contribuya al advenimiento de una educación en donde
predomine la verdadera ciencia y el arte verdadero, una educación de justicia y paz. La
expansión del cosmos y el trabajo de la naturaleza se han desarrollado y se desarrollan con
infinita paciencia: Segùn la teoría del Big Bang” han pasado 15 000 millones de años desde
que se produjo la gran explosión que dio origen al Cosmos; el sol empezó a brillar hace 5000
mil millones de años; han pasado 4500 millones de años desde que se formò nuestro planeta;
la vida en la tierra surgió hace unos 3.500 millones de años; el género Homo, al que
pertenecemos nosotros, comenzó a evolucionar como mínimo hace unos 2 y medio millones
de años y los bisontes pintados en la cueva de Altamira al norte de España, tienen 15000 años
de antigüedad.
. Recobrar una verdadera educación artìstica, no sòlo para Bellas Artes, sino para todo el
sistema educativo, que tanta falta le hace, serà sin duda una tarea ardua, larga y difícil; sin
embargo debemos recordar que la educación artìstica tiene un enorme poder, es una actividad
fructífera. En ocasiones basta solamente un momento luminoso, una experiencia que nos
permita ver fugazmente, pero con claridad, la verdad, la belleza o el bien y conservar el
recuerdo de ello para salir adelante. Asì lo intuyó Dostoievsky en su libro los hermanos
Karamazov, cuando Alejo, el hermano menor, les habla a los niños que acaban de asistir al
entierro de su compañerito Elìas:

“No olvidéis- les dice- que nada hay màs noble, más fuerte, más sano y más útil en la vida,
que un buen recuerdo; sobre todo cuando ese recuerdo es del hogar paterno o de nuestros años
escolares. Mucho se discute acerca de la educación de la juventud, pero sabed que no hay
quizà mejor educaión que un recuerdo sagrado conservado desde la infancia, y quien puede
atesorar estos recuerdos para toda una vida, se salva definitivamente. Y aún quizá pudièramos
salvarnos con que sólo uno de estos recuerdos quedase grabado en nuestro corazòn.”
(IMAGEN 13 Frase Gandhi bailarina)
EL espíritu de total dedicación es la clave de la creatividad. Ciertamente, los momentos en
sentimos que hemos hecho algo creativo, son aquellos en los que nos hemos lanzado con
todo el corazón a efectuar una tarea, y luego hemos seguido adelante sin descanso hasta verla
concluida. En esos momentos sentimos que hemos ganado en la lucha por engrandecer la
vida.
La educación para un auténtico desarrollo humano, la educación por el arte; la educación para
la paz, siempre ha ido contra corriente, pero debemos tener presente, que, pase lo que pase,
nuestro èxito estarà en el esfuerzo. como bien señalaba Mahatma Gandhi: Nuestra
recompensa se encuentra en el esfuerzo y no el resultado. Un esfuerzo total, es una
victoria completa.

(IMAGEN 14 CARTA SAN PABLO Niña de D. Rivera)

MUCHAS GRACIAS

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NOTAS Y REFERENCIAS

1) Ver por ejemplo: Esteva, J. El malestar docente. Barcelona, Laia, 1989 y Abraham, A. El
enseñante también es persona. Barcelona, Gedisa, 1982.

2)James, W. Citado por Ramón Xirau. Introducción a la Historia de la Filosofía. México,


UNAM, 1980. p. 353.

3) “Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de
independencia en su ser; mantiene esta subsistencia mediante su adhesión a una jerarquía de
valores libremente adoptados, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una
constante conversión; unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla, a impulsos de
actos creadores, la singularidad de su vocación”Mounier, E. Manifiesto al servicio del
personalismo. Madrid, Taurus, 1965.pp. 71 y 72.

4) Adoptamos el concepto de vocación de José Ortega y Gasset: “La conciencia que cada
hombre tiene de su más auténtico ser que está llamado a realizar”. La vocación es el
sentimiento de una armonía entre lo que tenemos que hacer y los dones que hemos recibido.

5) Foulquié, P. Diccionario de pedagogía. Barcelona, Oikos-tau, 1976.p.257.

6) Emerson, R.W. Ensayos. Madrid, Aguilar, 1960.p 83.

7) La ciencia y el cientificismo son completamente distintos.”El cientificismo-escribe Nicolás


Bardiev-supone la transposición de criterios científicos a otros dominios de la vida espiritual,
extraños a la ciencia; impone la noción según la cual la ciencia es el criterio por excelencia,
superior a todos los otros y que confiere, en consecuencia, a sus soluciones un alcance
decisivo y universal. El cientificismo pretende introducir un método único, relegando así a las
humanidades”Berdiev, N.El sentido de la creación. Buenos Aires, Carlos Lolhé, 1978.p.24.

8) Rogers, C. El proceso de convertirse en persona. Buenos Aires, Paidós, 1972.p 244.

9) Gusdorf, G. Para qué los profesores. Madrid, E.D.I.C.U.S.A, 1969.p.296.

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