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Sacramento de la reconciliación

El sacramento de la penitencia o de la reconciliación, también conocido como sacramento de


la penitencia, de la confesión, del perdón o de la curación, es uno de los siete sacramentos de
las Iglesias católica,  pues una de sus partes principales es la confesión de los pecados
cometidos por el penitente. Sacramento del perdón, pues a través de la absolución
sacramental el penitente recibe el perdón de Dios. La reconciliación consta de cinco
fases consecuentes: el examen de conciencia, el arrepentimiento, la contrición, la
confesión y la penitencia.  Y se llama el sacramento de la “reconciliación” porque le
da armonía de nuevo a nuestra vida. Nos pone de nuevo en nuestro camino de fe y
celebra el maravilloso amor de Dios.
2. Porque es importante la conversión o el cambio

No quiero decir que el camino de la conversión sea fácil. Cada uno sabe lo difícil que es
reconocer los propios errores. En efecto, solemos buscar cualquier pretexto con tal de no
admitirlos. Sin embargo, de este modo no experimentamos la gracia de Dios, su amor que
transforma y hace concreto lo que aparentemente parece imposible obtener. Sin la gracia
de Dios, ¿cómo podemos entrar en lo más profundo de nosotros mismos y comprender la
necesidad de convertirnos? La gracia es la que transforma el corazón, permitiendo sentir
cercano y concreto el amor del Padre.

 La conversión es un paso obligado, para todos aquellos que desean regresar a las
sendas del Señor, pues mientras no haya una verdadera conversión el hombre está
alejado de Dios y sin esperanza de acercarse a aquel que lo creo.  Por consiguiente
todos aquellos que anhelamos una comunión con Dios necesitamos entregarle el
Corazón a Jesús para que El lo cambie y haga de nosotros nuevas criaturas.
3.A que nos invita jesus al recibir este sacramento
La tarea que nos corresponde es poder llevar a la vida, desde nuestro ambiente familiar,
la experiencia del perdón. Existen diversas maneras para cultivar esta actitud, como por
ejemplo, anime a sus familiares a disculparse cuando ofendan a alguien y muestre
arrepentimiento
4.

De hecho, es justamente uno de los momentos claves en los que se


establecen y refuerzan las relaciones que sostienen a la familia y a la
sociedad. La mesa es el espacio simbólico donde un grupo comparte
sus valores y sentidos sociales. 
5.
La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su
Sangre que renueva mística y sacramentalmente el sacrificio de Jesucristo en la Cruz.
La Eucaristía es uno de los ocho Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el
pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.
6.

La Eucaristía es el culto de toda la Iglesia, pero requiere igualmente el


pleno compromiso de cada cristiano en la misión de la Iglesia; implica
una llamada a ser pueblo santo de Dios, pero también a la santidad
personal; se ha de celebrar con gran alegría y sencillez, pero también tan
digna y reverentemente como sea posible; nos invita a arrepentirnos de
nuestros pecados, pero también a perdonar a nuestros hermanos y
hermanas; nos une en el Espíritu, pero también nos da el mandato del
mismo Espíritu de llevar la Buena Nueva de la salvación a otros.  la
Eucaristía es el memorial del sacrificio de Cristo en la cruz; su cuerpo y su
sangre instauran la nueva y eterna Alianza para el perdón de los pecados
y la transformación del mundo.

7.
La Unción de los Enfermos es una preparación para el paso de esta vida a la gloria eterna
y son muchos los efectos y gracias que confiere al enfermo El sacramento de la unción
de los enfermos es un sacramento de curación, el cual es un regalo de Dios que
ayuda a sanar y purificar el espíritu de quien lo recibe. A través de él, se pide al
Señor, la salud del cuerpo, del alma y del espíritu del cristiano que pasa por una grave
enfermedad o vejez avanzada. Asimismo, al recibir la unción bien dispuesto y en gracia, si
es la voluntad de Dios, puede obtenerse, incluso, la curación o la salud que necesita el
enfermo.
Este sacramento sólo puede ser administrado por el obispo o el sacerdote, quien ungirá
con aceite consagrado en la frente y en las palmas de las manos,pronunciando a su vez
las palabras: “Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor
con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y
te conforte en tu enfermedad” (Sacram Unctionem Infirmorum; cf CIC, can. 847, §1).
8.

La cercanía de Jesucristo hacia el enfermo tenía una


finalidad concreta: proporcionarle consuelo espiritual.

Por este Sacramento Jesús brinda su auxilio y fortaleza, acrecienta


la fe, fortalece la confianza, aumenta el amor e impulsa a aceptar
dócilmente la Voluntad de Dios, incluso en medio del dolor… Así, el
enfermo puede vivir santamente la situación de enfermedad y
puede adquirir meritos para recibir un día la Vida Eterna en el Cielo.
También el Sacramento permite alcanzar, por la gracia de Dios y si
resulta beneficioso para la eterna Salvación, una mejoría incluso
física del estado corporal del cristiano enfermo.
con él se busca la gracia del espíritu santo, es decir, la unión
del sufrimiento del enfermo con el padecimiento que sufrió
Jesucristo en la cruz.

En segundo lugar, la santa unción prepara el alma del fiel


para que afronte su vivencia personal de la mano de Dios.

En tercer lugar, se produce una unión con la pasión de Cristo


o, en otras palabras, cuando alguien solicita este sacramento
está pidiendo que el sufrimiento de Cristo forme parte del
sufrimiento del enfermo.

Por último, se obtiene una gracia de la iglesia y, al mismo


tiempo, el enfermo se prepara espiritualmente ante la posible
llegada de la muerte.

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