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Ley 23098:
El art.1 dispone que “El capítulo primero tendrá vigencia en todo el territorio de la
nación, cualquiera sea el tribunal que la aplique. Sin embargo, ello no obstara a la
aplicación de las constituciones de provincia o de leyes dictadas en su
consecuencia, cuando se considere que las mismas otorgan más eficiente
protección de los derechos a que se refiere esta ley”.
¿Qué razones ha tenido el legislador para diseñar una ley con vigencia en dos
planos? Cuya primera parte (art.1 a 8) rige en toda la nación, siendo que la segunda
y tercera (arts.8 a 28) se circunscribe al marco de lo que disponen las constituciones
locales y provinciales.
Su autor, De la Rúa, explicó que el propósito fue hacer realidad la obligación
inexcusable del congreso de la nación de reglamentar los derechos y garantías
establecidos en la constitución nacional, sin alterar su efectivo ejercicio.
Supuestos que comprende ese primer tramo, dado por: el ámbito de aplicación de la
ley, jurisdicción de aplicación, procedencia, estado de sitio, facultad de denunciar,
inconstitucionalidad y recurso de inconstitucionalidad, podrá advertirse que engloba
a materias de competencia federal y, por ende, privativas del congreso.
Los otros tópicos están referidos al procedimiento que debe seguirse al interponer un
habeas corpus, área que por su especificidad corresponde a cada uno de los estados
miembros.
La distinción se sujeta a la clásica bipartición de competencias que se estila en
nuestro sistema federal, en virtud del cual concierne al gobierno central el dictado de
la legislación de fondo y, a las provincias, reglar lo ateniente al procedimiento,
orden a la previsión del artículo 75 inc. 12 de la ley de leyes.
15- Acción de amparo
Es la garantía destinada a proteger, a través de un proceso expedito, rápido y
sencillo, los derechos lesionados que no son alcanzados por el Hábeas Corpus (por
ejemplo, trabajar, comerciar, navegar, peticionar, propiedad, asociación, etc.).
Sus orígenes se remontan a 1957. En esa oportunidad la corte admitió
pretorianamente fundando la creación del art.33, que le da cabida a los derechos y
garantías no enumerados pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y
de la forma republicana de gobierno.
Caso Siri:
En el caso, la Corte da vida al Amparo.
Angel Siri, director y propietario del diario “Mercedes” de la provincia de Bs. As.,
recurrió a la justicia alegando que su medio de difusión se hallaba clausurado con
custodia policial y sin motivación alguna, lo que lesionaba las libertades de imprenta
y trabajo. Previamente, todas las autoridades a quienes se requirió informe sobre los
motivos de tal medida adujeron desconocer el hecho e ignorar las razones de la
clausura.
En primera y segunda instancia, los tribunales rechazaron la demanda de Siri, quien
solicitaba el cese de la clausura.
La Corte, al revocar el pronunciamiento, sostuvo que para cumplir con el deber
judicial de proteger las garantías constitucionales de manera eficaz, debía apartarse
de su tradicional doctrina.
“Comprobada, como estaba, la restricción de las libertades de imprenta y trabajo,
correspondía establecerlas en forma inmediata porque las garantías
constitucionales existen y protegen a los individuos por el solo hecho de estar
consagradas por la Constitución e independientemente de las leyes
reglamentarias”.
Caso Kot S.R.L
Un año después, la Corte, extendió los alcances del Amparo. En “Siri”, la tutela
restañó una lesión producida por los actos de autoridad pública. A partir de “Kot
S.R.L.”, la garantía será cobertura también para los actos arbitrarios e ilegales
emanados de particulares.
La firma en cuestión tenía un conflicto laboral con su personal y ante la negativa de
la patronal de reincorporar a agentes cesanteados los trabajadores tomaron la planta.
Los procedimientos ordinarios impulsados por la sociedad para obtener la
desocupación de lo que fueron rechazados por la justicia quien sobreseyó
penalmente a los ocupantes por el delito de usurpación.
Se hizo valer, entonces, una acción de Amparo por afección de los derechos de
trabajar y propiedad, que el tras ser rechazado llego a la Corte para su consideración.
“Siempre que aparezca, dijo la Corte, de modo claro y manifiesto la ilegitimidad de
una restricción, cualquiera, alguno de los derechos esenciales de las personas, así
como el daño grave e irreparable que se causaría remitiendo el examen de la
cuestión a los procedimientos ordinarios, administrativos o judiciales,
corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el derecho restringido por
la rápida vía del recurso de amparo. No hay nada, ni en la letra ni en el espíritu de
la Constitución, que permita afirmar que la protección de los llamados derechos
humanos esté circunscripta a los ataques que provengan solo de autoridad: menos
aún en los tiempos presentes, donde grandes empresas, consorcios, sindicatos,
asociaciones profesionales, asumen un enorme poderío material o económico”.
Ley 16.986: en 1966 nuestra legislación receptó formalmente el Amparo con el
decreto-ley 16.986.
A tenor de dicho instrumento el Amparo no procedía, siquiera frente a la afección de
derechos esenciales por conductas manifiestamente arbitrarias o ilegales: cuando
existían otros remedios judiciales o administrativos; cuando el acto impugnado
emanaba de un órgano del Poder judicial; cuando su tramitación comprometiera la
regularidad, continuidad y eficacia de un servicio público o actividades esenciales
del Estado; cuando fuera necesario declarar inconstitucional a una ley, decreto u
ordenanza; cuando el acto objetado haya sido adoptado por la aplicación de la ley de
defensa, etc.
El amparo existía, pero dependía del arrojo del juez. A su tiempo el amparo contra
actos de particulares cobró vigencia con la ley 17.454 de 1967.
Reforma constitucional
En 1994 se creyó necesario agregar el art.43 sobre el recurso de amparo.
Art.43 “Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo,
siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión
de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione,
restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y
garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el
juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u
omisión lesiva.
Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo
relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al
consumidor; así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el
afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines,
registrados conformes a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su
organización”.
El amparo es acción, no recurso
La constitución califica al amparo como acción. Ello significa que es un proceso
autónomo y comporta para quien lo insta ejercicio del derecho a la jurisdicción, con
toda la secuela que el acceso a los tribunales representa para un justiciable.
Ratificando esa calidad de “Acción” la doctrina explica que estamos en presencia de
ella por las siguientes razones:
a) Constituye una manifestación de la facultad jurídica consistente en acudir
ante un órgano jurisdiccional, solicitando la concreción de determinada
consecuencia jurídica: la tutela, declaración o reconocimiento de un derecho
o pretensión jurídica mediante la eliminación de la lesión constitucional.
b) No actúa específicamente como medio tendiente a reformar o anular una
resolución dentro de un proceso, en esa instancia o entra superior o distinta.
c) El acto procesal inicial lo constituye la demanda de amparo, comienzo de un
litigio, en tanto que el recurso no es sino un acto dentro o en el curso de un
proceso.
d) El amparo está dotado de plena autonomía y tiene vida propia y excluyente
de remedios procesales conexos. No actúa como accesorio de otra pretensión
ni puede, por lo mismo, tener por objeto satisfacer finalidades ajenas a las
que lo identifican y singularizan entre los procedimientos judiciales.