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En primer lugar, nos interesa despejar la duda que puede haber en dicho
Comité acerca de la valoración que le damos a los productos derivados de
investigación frente a aquellos que son derivados de la creación o producción
artística, y que aparece reglamentada en la Resolución 112 del 16 de noviembre
de 2006, del Consejo Académico. En dicha Resolución podemos ver cómo varios
productos artísticos aparecen valorados con el máximo puntaje (20 puntos)
cuando han sido expuestos al público en contextos internacionales (sin exigir
mínimo de países a no ser que se trate de congresos o festivales), sin importar su
génesis, o sea, sin importar que sean derivados de investigación o no. Esto quiere
decir que para la Facultad de Artes la producción artística no está ni por encima ni
por debajo de la investigación, simplemente es otra forma de producción
intelectual.
Para el caso de los libros publicados por nuestros profesores tenemos tanto
productos donde lo que importa (caso 1) es el contenido expresado en lenguaje
escrito no-literario y que salen muchas veces de investigaciones científicas donde
predomina un discurso racional, así como también libros (caso 2) que recopilan
obras de arte, tales como partituras, caricaturas, ilustraciones, diseños
arquitectónicos o señaléticos, cuentos, novelas, piezas dramáticas, guiones,
libretos, fotografías, etc. Pero también producimos libros (caso 3) donde el diseño
del mismo es tan importante que se vuelve contenido y en este caso lo tratamos
como una obra de arte, así tenga también discurso escrito racional. Para el
primer caso, los libros donde lo que predomina es el discurso racional escrito, así
tenga incrustaciones artísticas o no, estamos de acuerdo en distinguir los tres
tipos que reconoce el Decreto 1279: de investigación, de ensayo y didácticos. (El
de ensayo puede salir de investigación formal o ser el producto de experiencias
acumuladas sobre uno o varios tópicos). Pero los libros que contienen obras
artísticas o son libros de arte por su diseño, deben tratarse como lo que son:
productos artísticos (Res. 112), sin importar que sean derivados de investigación
(científica o artística) o no, y por lo tanto deben ser reconocidos en nuestro
sistema de credenciales con base en el máximo puntaje (20 puntos actualmente),
dependiendo de la calificación que hayan obtenido por el juicio de los pares. El
profesor que somete su libro a consideración debe ser el primero en clasificarlo,
pero debe sustentar su clasificación y los jurados deben confirmar o contradecir su
pretensión.
Ramiro Arbeláez
Enero 2013