Para comenzar con este análisis resulta muy interesante observar
cómo se da una evolución del personaje, donde en un principio describe a una persona humilde, con un trabajo poco gratificante dirigiendo un relleno sanitario, pero sin embargo aún conserva sus aspiraciones a que el partido al cual pertenece, el P.R.I, le tome en cuenta y le compense sus años de servicio tomándolo en cuenta en un cargo importante. Aun cuando se toma la decisión de nombrarlo como alcalde municipal por su forma de ser, sencillo y bonachón, se cree que se van a calmar los aires de los habitantes de ese pueblo casi abandonado, que hartos de las burlas a ellos mismos y de los abusos de autoridad y de la confianza deciden tomar el poder en sus manos. Cuando inocentemente Juan Vargas va donde el gobernador a pedirle ayuda presupuestaria para iniciar con varios proyectos, porque creía en las palabras del Presidente Alemán de llevar a toda parte desarrollo y justicia social, es cuando inicia el proceso de perversión de Vargas, al insinuar que no hacía falta dinero sino que con la misma Constitución se puede interpretar las leyes a simple antojo para de esa forma conseguir el dinero que se necesita y que en caso de que eso no resulte se le da un arma de fuego para que las personas entiendan a acatar lo que se manda, esto desde el punto de vista el abuso mismo, porque jamás debería de ser así ya que las personas primero que nada tienen derechos y mejor aún poseen dignidad. Así progresivamente se da el cambio a una persona que se le suben los humos a la cabeza, porque ahora posee dinero y poder para manejarlo a su placer, por lo que se puede observar con suma facilidad que se transforma de una persona que ama a su mucho a su esposa hasta el punto de tenerla encadenada, de pegarle e inclusive de amenazarle con el arma. Entonces hay dos grandes elementos trascendentales la película: la Constitución Política y el arma. La Constitución Política al ser manejada de forma incorrecta, en todo el sentido de la palabra e incluso malinterpretada, adquiere dos funciones en la película, la primera es que sirve de marco de referencia para atraer dinero a como de lugar a las arcas municipales al malinterpretar las leyes establecidas y 2. dándole un uso tiránico para con las personas y la segunda función es la de servir de alcancía para almacenar el dinero conseguido como fruto de los abusos, lo que se convierte en un insulto para la misma patria, que en ese caso sería hacia el territorio Mexicano. El otro elemento de trascendencia es el arma que porta Vargas, en un principio se toma como un simple medio de defensa personal, pero luego muta su función para pasar a ser un medio para ejercer autoridad a toda costa, ya sea para amenazar hasta para inclusive saldar delitos penales. Ambos elementos, Constitución como arma, se funden para hacer la crítica de que ambos conllevan a la Ley de Herodes, donde como bien lo dice Vargas, consiste en hacer cosas aun cuando se está en plena conciencia de que lo que se hace está mal. Además resulta irónico que a pesar de los ABUSOS y la TIRANÍA, Vargas consigue llegar al poder de la presidencia de la República Mexicana incluso cuando se ve en el transcurso de la película que detrás de la imagen de buena persona con la que sale al final, detrás de ello hay un asesino, un ladrón, un corrupto que carece de valores éticos y morales por el hecho de ya estar en el poder; donde es bien sabido que se olvidan de los demás y solo piensan en ellos mismos así como en sus bolsillos.