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Anatomía del fascismo

Introducción

El fascismo fue la innovación mas importante del siglo xx y gran parte de sus padecimientos.
Dictadura contra la izquierda en medio del entusiasmo popular: esa es la combinación
inesperada que el fascismo conseguiría.

El fascismo nación en milán el 23 de marzo de 1919 cuando un poco mas de un centenar de


personas, entre los que había veteranos de guerra e intelectuales futuristas se reunieron para
“declarar la guerra al socialismo, que se opone al nacionalismo”.
El programa fascista, en el aspecto nacional, pedía la materialización de los objetivos
expansionistas italianos en los Balcanes y el Mediterráneo.
En el aspecto radical, proponía el sufragio femenino, la redacción de una nueva constitución,
jornada laboral de 8 horas y la “expropiación parcial de todo tipo de riqueza” a través de un
impuesto al capital, entre otras.
El movimiento de Mussolini no estaba limitado al nacionalismo y los ataques a la propiedad. Se
caracteriza claramente por la predisposición a la violencia, el antiintelectualismo, el rechazo de
las soluciones de compromiso y el desprecio por la sociedad establecida.

En la Europa de posguerra estaban surgiendo movimientos similares independientemente del


fascismo de Mussolini, que expresaban la misma mezcla de nacionalismo, anticapitalismo,
voluntarismo y violencia activa contra el enemigo burgués y socialista.
Tres años después de su fundación, el Partido Fascista estaba en el poder en Italia. Once años
después de eso, otro partido fascista tomó el poder en Alemania.

Imagenes del Fascismo

El régimen que inventó la palabra “fascismo” no mostró indicios de antisemitismo hasta 16 años
después de llegar al poder, en la marcha sobre Roma participaron unos 200 judíos. Resulta por
lo tanto problemático considerar que el antisemitismo exacerbado es la esencia del fascismo.
Otro supuesto rasgo esencial es su talante anticapitalista y anti burgués, pero cuando los
partidos fascistas llegaron al poder no hicieron nada por cumplir con estas amenazas. Si
cumplieron, sin embargo, sus amenazas al socialismo.

En su mas pleno desarrollo, rediseñó las fronteras entre lo público y lo privado, modificó el
ejercicio de la ciudadanía, que pasó del goce de derechos y deberes constitucionales a la
participación en ceremonias multitudinarias de afirmación y conformidad, amplió los poderes
del Ejecutivo, logrando un control total, y finalmente, liberó emociones agresivas que solo se
conocían en épocas de guerra.
La reacción fascista ante el mapa político derecha-izquierda era proclamar que lo habían
dejado obsoleto al no ser “ni derecha ni izquierda”(aunque dejaban en claro que no estaban en
el centro), trascendiendo esas divisiones anticuadas y uniendo a la nación.
Otra contradicción es la relacionada con la modernización. Los fascistas maldecían las
ciudades sin rostro y la secularización materialista; sin embargo, a los dirigentes les
encantaban sus coches rápidos y sus aviones, y difundían su mensaje usando técnicas de
propaganda y de puesta en escena muy al día. Una vez en el poder, los regímenes eligieron el
camino de la concentración industrial y la productividad, las autopistas, y el armamento.
Lo que buscaban era una modernidad alternativa: una sociedad técnicamente avanzada en la
que los poderes de integración y control del fascismo suavicen las tensiones y las divisiones de
la modernidad.
Otro problema que plantean las imágenes convencionales del fascismo es que omiten la
complicidad de la gente corriente en la entronización y el funcionamiento de estos regímenes,
éstos, solo podían desarrollarse con la ayuda de gente corriente, incluso convencionalmente
buena.
Los excesos del fascismo en el poder exigieron una amplia complicidad entre los miembros del
orden establecido. Si podemos entender por qué no actuó el sistema judicial ni las autoridades
civiles y religiosas o la oposición ciudadana para poner freno a Hitler en el 38, habremos
empezado a entender los círculos mas amplios del consentimiento individual e institucional
dentro de los cuales una minoría militante era capaz de liberarse lo suficiente de impedimentos
como para poder cometer un genocidio en un país por entonces civilizado y refinado.

Estrategias

La mayoría de la gente dice que el fascismo es una ideología, pero no, porque el fascismo no
fue como los otros “ismos”. Los “ismos” clásicos se apoyaban en sistemas filosóficos
coherentes expuestos en las obras de pensadores sistemáticos.
El fascismo, por el contrario, fue una invención nueva creada concretamente para la era de la
política de masas, no se apoya en un sistema filosófico elaborado, sino en sentimientos
populares sobre razas dominantes, su suerte injusta y su derecho a imponerse a pueblos
inferiores.

La sustitución deliberada por parte del fascismo del debate razonado por la experiencia sensual
inmediata transformó la política, y la experiencia fascista definitiva, sostuvo Benjamin, era la
guerra.

Algunos análisis del fascismo empiezan con la crisis para la que el fascismo era una respuesta,
corriendo el riesgo de convertir la crisis en una causa. Las guerras y las revoluciones crearon
problemas que el Parlamento y el mercado parecían incapaces de resolver, el fascismo
propuso nuevas soluciones a estos retos.

La cuestión importante aquí es si los fascismos son mas dispares que los otros “ismos”, lo son
porque rechazan cualquier valor universal que no sea el éxito universal de pueblos elegidos en
una lucha darwiniana por la supervivencia.
La Creación de Movimientos Fascistas

Estaban formándose por toda Europa grupos similares independientemente de Mussolini.

Hungría era un terreno fértil para el crecimiento espontáneo de algo que aún no se llamaba
“fascismo”, pero que tenía con el una gran parecido. De todos los países que participaron de la
PGM, Hungría fue el que sufrió las peores pérdidas territoriales, se le amputó un 70% de su
territorio.

En 1919 asumió un gobierno comunista con promesas de que la Rusia bolchevique era la
mejor opción para ayudar al país a sobrevivir. Pero el gobierno de Lenin no estaba en
condiciones de ayudarlos, y el gobierno adoptó medidas socialistas radicales.
Las élites húngaras optaron por combatir esto y crearon un Gobierno provisional paralelo,
siguió a esto una sangrienta contrarrevolución, que tuvo 2 caras. Su jefatura estaba compuesta
por la elite tradicional, y un 2do componente eran los que pensaban que la autoridad nacional
no bastaba para afrontar la situación crítica del país. Un grupo de jóvenes oficiales fundó un
movimiento con muchas de las características del fascismo, que se alió con Italia para
contrarrestar el creciente poder alemán.

En austria, trabajadores de habla alemana pasaron de considerar a los de habla checa rivales
nacionales en vez de camaradas proletarios.
Los nacionalistas alemanes del Imperio se habían apoyado desde finales del siglo XIX en el
parlamentarismo populista y consiguieron poder político en la capital, Viena, cuando se
convirtió en alcalde Karl Lueger. La prolongada alcaldía de este asentó una base de
antisemitismo y populismo.
Adolf Hitler, se empapó de la atmósfera de la Viena de Lueger, y no fue el único. El partido de
los Trabajadores Alemanes, nacionalista, había obtenido ya 3 escaños en el parlamento
austríaco en 1911, y revivió en 1918 con el nombre de Partido Nacionalsocialista de los
Trabajadores Alemanes (DAP) y empezó a usar como símbolo la cruz gamada.
La alemania de posguerra era un terreno muy fértil para la propagación de estos movimientos,
a los alemanes les había dolido particularmente la derrota de 1918. Los veteranos, libres y sin
compromiso, incapaces de encontrar trabajo o comida, estaban disponibles para cualquier tipo
de extremismo. Algunos de ellos se incorporaron a unidades de mercenarios que estaban al
mando de oficiales del ejército para combatir a los enemigos internos de Alemania.
El cabo Adolf Hitler fue enviado por el servicio de inteligencia a investigar uno de los muchos
movimientos nacionalista que estaban surgiendo, el ya dicho DAP, Hitler se unió a ellos y no
tardó en convertirse en uno de los principales oradores y miembro del comité dirigente. En
1920, pasó a hacerse cargo de la propaganda del partido y el mismo año, ante casi 2 mil
personas le cambió el nombre por Partido Nazi y presentó un programa de 25 puntos que
mezclaban nacionalismo, antisemitismo y ataques al capital internacional, y empezó a
reconocersele como su líder, su Führer.

Los antecedentes Inmediatos


La PGM fue la condición previa mas decisiva del fascismo. Culturalmente, la guerra desacreditó
las visiones optimistas y progresivas del futurismo y sembró dudas sobre los supuestos
liberales de una armonía humana natural. Socialmente, generó ejércitos de veteranos inquietos
y frustrados que buscaban medios para expresar su cólera sin tener en cuenta una moralidad o
leyes anticuadas. Políticamente, generó tensiones económicas y sociales que excedían la
capacidad de las instituciones existentes para superarlas.

Había 3 grandes principios de orden mundial que rivalizaban por imponer su influencia mientras
la Europa de posguerra sanaba sus heridas: el liberalismo, el comunismo y el conservadurismo.
Mientras que los liberales querían mantener la paz dando satisfacción a las reclamaciones
nacionalistas y los conservadores querían mantenerla mediante la reparación militar, Lenin
quería instaurar una sociedad comunista mundial que trascendiera los estados nacionales.
Ningún bando consiguió el éxito completo, el proyecto de Lenin quedó contenido en Rusia. El
proyecto liberal quedó supuestamente plasmado en los tratados de paz de 1919 y 1920, pero
había sido transformado en una dirección conservadora. Los tratados de paz dejaron un mundo
dividido en potencias vencedoras y sus estados clientes, y estados vencidos con ánimo de
venganza.

El fracaso mutuo dejó un espacio disponible para un cuarto principio. La nueva fórmula de los
fascistas prometía, resolver los conflicto dejando que triunfasen los fuertes, no querían la paz
en ningún modo, y se habían convertido en algo concebible.

Raices emotivas, culturales e intelectuales

En la base intelectual, una serie de escritores populares reelaboraron una serie de temas (raza,
nación,la voluntad, la acción) con formas mas agresivas.
La nación, se hizo mas exclusivista y se incluyó en una jerarquía que daba a las “razas
superiores” el derecho a dominar a pueblos “inferiores”. La voluntad y la acción se convirtieron
en virtudes en sí mismas, vinculadas a la lucha entre razas por la supremacía.
Con el siglo XX aparecieron nuevas formas de angustia, para las que el fascismo prometería
remedios. Buscar temores puede ser, en realidad, una estrategia de investigación mas
fructífera que la búsqueda literal de pensadores que “crearon” el fascismo.

Los enemigos fueron básicos para las angustias que ayudaron a inflamar la imaginación
fascista. Veían enemigos tanto dentro como fuera de la nación, los enemigos por fuera eran los
estados extranjeros, en cuyo avance del bolchevismo se volvió peligroso. Los enemigos
internos iban desde fuentes ideológicas a los portadores de enfermedades, los “impuros”, los
criminales, los locos y los enfermos hereditarios.
Suecia y EEUU fueron los primeros en impulsar la esterilización de criminales, pero la Alemania
Nazi fue mucho mas allá con el programa de eutanasia médica mas grande que se haya
conocido.
El nuevo nacionalismo italiano era menos biológico y mas político en su decisión de hacer el
“Resurgimiento” que los liberales habían corrompido y los socialistas, debilitado.
Los fascistas necesitan un enemigo demonizado contra el que movilizar a sus seguidores, pero
ese enemigo no tiene que ser, necesariamente, el judío. Cada cultura tenía uno propio, aunque
en Alemania era el judío, los eslavos y los gitanos eran también objetivos. Los italianos
demonizaron a los eslavos meridionales, sobretodo eslovenos, y mas tarde sumaron a los
africanos.

Precursores

A finales del siglo XIX se amplió el espectro electoral en Europa, este cambio de política
debilitó el respeto social que antes tenía la elección casi automática de los representantes de la
clase alta para el Parlamento. Este nuevo tipo de representante electo, primer político
profesional, tuvo que inventar nuevos tipos de redes de apoyo y nuevos tipos de mensajes.
Algunos de ellos crearon maquinarias políticas basadas en clubes sociales de clase media,
como la masonería, otros, descubrieron el poder de convocatoria del antisemitismo y el
nacionalismo.

La crisis de 1880 benefició a la demagogia, por primera vez (mas específicamente en Francia
con el caso Boulanger) se habian reunido las condiciones para una agrupacion nacionalista y
popular, con base de masas en torno a un personaje carismático.

Reclutamiento

Los primeros fascistas eran sobretodo jóvenes. Muchos miembros de la nueva generación
estaban convencidos de que los hombres de barba blanca que se aferraban a sus cargos no
los entendían. Los jóvenes que votaban por primera vez reaccionaron con entusiasmo ante el
tipo de anti política del fascismo.
A diferencia de los partidos de clase media dirigida por notables, los partidos fascistas unían a
todos en una fraternidad apasionada de esfuerzo y emoción. Los primeros no reclutaron a
ciudadanos de todas las clases en las mismas proporciones, eran mayormente clase media y
obrera. Los trabajadores mas propensos al fascismo eran los excluidos por los socialistas, los
parados, aunque eran mas proclives a votar por el comunismo a menos que votasen por
primera vez o fuesen de clase media.
Una forma posterior de reclutamiento político fue la de jóvenes de origen humilde que
consiguieron buenos resultados cuando la política electoral se amplió a finales del siglo XIX.

Lo que los unía a todos eran valores mas que un perfil social: desprecio por la agotada política
burguesa, oposición a la izquierda, nacionalismo ferviente una tolerancia de la violencia
cuando fuera necesaria.

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