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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN EL PROCESO ORDINARIO


TESIS DE GRADO

MELISA MORALES ALVARADO


CARNET 1385-00

QUETZALTENANGO, JULIO DE 2014


CAMPUS DE QUETZALTENANGO
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN EL PROCESO ORDINARIO


TESIS DE GRADO

TRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE


CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

POR
MELISA MORALES ALVARADO

PREVIO A CONFERÍRSELE

EL GRADO ACADÉMICO DE LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

QUETZALTENANGO, JULIO DE 2014


CAMPUS DE QUETZALTENANGO
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
RECTOR: P. EDUARDO VALDES BARRIA, S. J.
VICERRECTORA ACADÉMICA: DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO
VICERRECTOR DE DR. CARLOS RAFAEL CABARRÚS PELLECER, S. J.
INVESTIGACIÓN Y
PROYECCIÓN:
VICERRECTOR DE MGTR. LUIS ESTUARDO QUAN MACK
INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:
VICERRECTOR LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS
ADMINISTRATIVO:
SECRETARIA GENERAL: LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE
LORENZANA

AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES


DECANO: DR. ROLANDO ESCOBAR MENALDO

VICEDECANO: MGTR. PABLO GERARDO HURTADO GARCÍA

SECRETARIO: MGTR. ALAN ALFREDO GONZÁLEZ DE LEÓN

NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓN


LICDA. BERTA P. OVALLE DARODES

TERNA QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN


LIC. MARIO EFREN LAPARRA ANGEL
AUTORIDADES DEL CAMPUS DE QUETZALTENANGO

DIRECTOR DE CAMPUS: ARQ. MANRIQUE SÁENZ CALDERÓN

SUBDIRECTOR DE INTEGRACIÓN P. JOSÉ MARÍA FERRERO MUÑIZ, S.J.


UNIVERSITARIA:

SUBDIRECTOR DE GESTIÓN P. MYNOR RODOLFO PINTO SOLÍS, S.J.


GENERAL:

SUBDIRECTOR ACADÉMICO: ING. JORGE DERIK LIMA PAR

SUBDIRECTOR ADMINISTRATIVO: MGTR. ALBERTO AXT RODRÍGUEZ


Dedicatoria

A Dios: Porque sin Él no hubiera sido posible llegar a este momento


tan especial en mi vida. Por los triunfos y los momentos
difíciles que me han enseñado a valorarlo cada día más.

A mi Amado Esposo: Quien me ha apoyado de una manera que nunca pensé que
lo haría, pero que gracias a mi Padre Celestial, es una
persona transformada y renovada para Su Gloria, te amo
Titin; a mi hija preciosa y a mi bebé que está creciendo dentro
de mí, quienes son mi inspiración y la herencia que El Señor
me regaló.

A mi Papá: Quien ha sido mucho más que un mentor para mí, de quien
he aprendido principios, valores, conocimientos y apoyo
incondicional, y quien se merece esta honra de ver terminado
este trabajo que me ayudo grandemente a formarlo y
completarlo; y a mi mamá por ser la persona que siempre ha
estado y acompañado durante toda mi vida, los mejores
consejos para mí, siempre los has tenido tu mamita, y a mis
hermanos, con quienes he compartido mis alegrías y mis
tristezas.
Agradecimientos

Agradezco a mi Dios: Porque definitivamente sin su presencia en mi vida estaría


perdida y con muchas etapas inconclusas especialmente
ésta; ha transformado mi vida, la ha hecho nueva, y por ese
cambio radical he podido, con su ayuda, terminar éste trabajo
con gozo en mi corazón, con esa paz que sobre pasa todo
entendimiento, ante todo le doy la Gloria y la Honra a Él.

A mí Amado Esposo: Augusto de León Arriola, porque sé que me ama y me lo ha


demostrado con sus hechos, de quien recibo la cobertura que
me faltaba. Que Dios te bendiga amor y gracias por todo.

A mi Hija: Déborah Michelle, porque es un regalo de Dios y que a través


de ella ha transformado por completo mi vida. Te amo mi
colocha. Y a mi bebé que está por venir, porque a través de
ese milagro he visto la mano poderosa del Señor.

A mi Papito: Don Homero Morales Arévalo, porque hizo posible la


culminación de ésta tesis, con su asesoramiento y
experiencia, ya que sin su ayuda este sueño de ver
terminado éste trabajo no fuera posible. Gracias papito por
todo el apoyo que me has dado, no solo en lo profesional sino
que también en lo personal, te amo.

A mi Mamita: Doña Déborah de Morales, porque siempre ha estado allí,


con su presencia ha llenado muchos aspectos de mi vida, la
que le ha dado un calorcito al hogar donde crecí. Te amo
mamita chula.

A mis Hermanos: Farah Roslyni y Jonathan Benjamín, por haber compartido su


amistad conmigo desde nuestra niñez.
A mis Amigas y Amigos: Que en diferentes etapas han compartido conmigo,
apoyándome, riendo y llorando juntos, a quienes he visto hoy
ser hombres y mujeres de provecho.
Índice

Pág.
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1

CAPÍTULO I
EL PROCESO ORDINARIO CIVIL
1. Antecedentes ................................................................................................... 5
2. Definición de proceso....................................................................................... 8
3. Naturaleza jurídica ........................................................................................... 10
4. Fin del proceso ................................................................................................ 12
5. Clasificación de los procesos ........................................................................... 15
5.1. Por su contenido .............................................................................................. 15
5.2 Por su función .................................................................................................. 15
5.3 Por su estructura .............................................................................................. 16
5.4 Por la subordinación ........................................................................................ 17
6. Principios básicos el proceso ........................................................................... 18
7. Fases del proceso ............................................................................................ 23
8. Sujetos procesales ........................................................................................... 26
9. Generalidades del proceso ordinario ............................................................... 37
9.1 Los procesos de conocimiento y el juicio ordinario .......................................... 38
9.2 Procesos de conocimiento de declaración ....................................................... 38
9.3 Juicio ordinario y plenario ................................................................................ 39
10 Concepto de juicio ordinario ............................................................................. 41
11. Desarrollo del trámite del juicio ordinario ......................................................... 41

CAPÍTULO II
LA PRUEBA
1. Antecedentes ................................................................................................... 48
2. Naturaleza de las normas sobre la prueba ...................................................... 51
3. Concepto.......................................................................................................... 53
4. Objeto de la prueba.......................................................................................... 55
4.1 Alegaciones de hechos .................................................................................... 56
4.2 Alegaciones de derecho................................................................................... 57
4.3 Diferencias entre la prueba del hecho y del derecho ....................................... 58
4.3 Carga de la prueba .......................................................................................... 59
5.1 Los principios de aportación de parte y adquisición procesal .......................... 59
5.2 El hecho dudoso y el non liquet ....................................................................... 60
5.3 Reglas legales de distinción de la carga de la prueba ..................................... 61
5.4 Criterios de distribución de la carga ................................................................. 61
6. Clasificación de los medios de prueba ............................................................. 62
7. Procedimiento probatorio ................................................................................. 67
7.1 Petición de apertura a prueba del proceso ...................................................... 68
7.2 Apertura a prueba y término reprueba ............................................................. 68
7.3 Ofrecimiento de los medios concretos de prueba ............................................ 69
7.4 Admisión de los medios de prueba .................................................................. 69
7.5 Práctica de la prueba ....................................................................................... 70
8. Valoración de la Prueba ................................................................................... 71
8.1 Sistemas de valoración .................................................................................... 72
8.1.1 Sistema de la prueba tasada ........................................................................... 72
8.1.2 Sistema de la libre convicción .......................................................................... 73
8.1.3 La Sana Critica ................................................................................................ 73
8.1.3.1 La sana critica según la doctrina ...................................................................... 74
8.1.3.2 La sana critica según la jurisprudencia ............................................................ 75
8.1.3.3 La sana crítica según la legislación ................................................................. 75
2.4.7 Resumen. Caracteres distintivos de la sana crítica ........................................ 76
2.4.7 La fundamentación de las sentencias .............................................................. 76
2.4.7 La sana crítica exige la fundamentación de las sentencias ............................. 77
2.4.7 Apreciación conjunta de la prueba y motivación de las sentencias ................. 77

CAPÍTULO III
LA SENTENCIA
1. Concepto.......................................................................................................... 80
2. Requisitos de la sentencia ............................................................................... 81
CAPÍTULO IV
PRESENTACION DE RESULTADOS
1. De las encuestas ............................................................................................. 85
2. De las sentencias revisadas ............................................................................ 88
2.1 Interpretación general, conjunta y/o confrontada de la forma de valoración de
los medios de convicción en los casos revisados ............................................ 88
2.2 Interpretación general de esas valoraciones.................................................... 88

CONCLUSIONES ............................................................................................ 90

RECOMENDACIONES ................................................................................... 93

REFERENCIAS CONSULTADAS ................................................................... 96

ANEXOS .......................................................................................................... 100


Resumen

El presente trabajo, como es lógico y exigible por los reglamentos correspondientes,


comprende una parte teórica-jurídica y/o un marco sustantivo y doctrinario, sobre las unidades
de análisis relacionadas con el punto de investigación; y, en ese sentido, se presenta estudio
sobre el proceso ordinario civil, pasando por el aspecto de la prueba; y, arribando a la
sentencia, como el acto jurisdiccional que le pone fin al proceso; y, en el que lógica y
obviamente, deben valorarse los medios de convicción generados por las partes contendientes
en el juicio ordinario civil; para que con base en ello, se emita el juicio respectivo, acogiendo o
no la pretensión jurídica cuestionada y haciendo las demás declaraciones pertinentes objeto
de la demanda o del juicio. La otra gran fase de la investigación, es la referente al trabajo de
campo o práctico, que se realizó, por una parte, a través de encuestas a los sectores
comprometidos con la justicia, como lo son jueces y personal administrativo; y, abogados
litigantes y estudiantes de la carrera de abogacía y notariado; y, por otra parte, con consulta a
varios expedientes o juicios ordinarios, más específicamente sobre sus fallos definitivos o
sentencias emitidas en los mismos.

Como resultado de la investigación, se llegó a la conclusión que, efectivamente, en las


sentencias emitidas por los jueces competentes en los juicios ordinarios sometidos a su
consideración, se valoran las pruebas de manera generalizada y superficial; e, incumpliendo,
con la motivación exigida por la ley.
INTRODUCCIÓN

El proceso ordinario es un proceso ejemplo o prototipo; en el cual se exige un cuidado


especial en todas y cada una de las fases que lo sustenta, especialmente en la sentencia,
para garantizar con ella el correcto desarrollo del mismo y sobre todo la credibilidad en
los órganos jurisdiccionales y el bien común de los habitantes del país.

Por lo tanto, la sentencia debe ser clara y entendible no sólo para los profesionales o
técnicos del derecho, sino también para las partes, que, aunque desconozcan la jerga
jurídica puedan fácilmente comprender con claridad y profundidad los conceptos vertidos
en la sentencia.

Especial atención merece en el proceso ordinario civil, la forma en que el juzgador o


juzgadora valoran la prueba aportada por cada una de las partes con el propósito de
establecer sus correspondientes pretensiones; la ley exige la presencia del titular del
órgano jurisdiccional en la práctica de las diligencias de prueba, hacer efectivo el principio
de inmediación procesal, pero como práctica tribunalicia no existe la motivación
adecuada de dichos medios de convicción, los cuales son estudiados en forma
generalizada y superficial, sin atender profunda y objetivamente la valoración de la
misma, lo que produce fallos sin una consistencia en cuanto al estudio, análisis,
comparación y valoración de los medios de prueba que son sin lugar a dudas la
fundamentación de una sentencia apegada a derecho.

Por lo que el presente trabajo de tesis intitulado: Valoración de la prueba en el proceso


ordinario, estudio realizado en los Juzgado de Primera Instancia Civil de Quetzaltenango,
está compuesto de dos grandes partes; el primero, comprende un análisis del Proceso
Ordinario Civil en el que se presentan generalidades, lineamientos y tutela constitucional,
definición, objeto y elementos; el segundo, se refiere a la Prueba, definiéndose la misma,
indicándose las clases, señalándose las fases, entre las que se encuentran su valoración,
y subdividiéndose ésta última en los sistemas, aplicación y efectos; esto en lo referente
al contenido teórico que sustenta la investigación.

1
Para los logros de los objetivos tanto generales como específicos de la investigación, se
plantea el siguiente problema: de conformidad con la Ley Procesal Civil y Mercantil, salvo
texto de ley en contrario, los tribunales apreciarán el mérito de las pruebas de acuerdo
con las reglas de la sana crítica. Esto significa, según contexto que la ley adjetiva
guatemalteca recoge dos formas de valoración de la prueba, es a saber, la señalada,
sana crítica y la tasada o legal.

En la práctica tribunalicia, específicamente en los Órganos jurisdiccionales objeto de


estudio, la valoración de la prueba respectiva en el proceso Ordinario Civil se realiza de
manera generalizada.

Como tesis se sustenta que existe deficiencia en dicha valoración, y que ésta debe
realizarse especificando en qué consiste la sana crítica en cada circunstancia o caso o
dónde radica la experiencia, vivencia, realidad del juez, para darle mérito o desestimar
un medio de prueba que permita tal forma de valoración; en la misma deficiencia se cae
cuando se trata de la Valoración plena que el legislador atribuye a un medio de prueba
debiendo especificarse esa valoración preestablecida o previa; por lo planteado
anteriormente surge la siguiente pregunta de investigación: ¿En qué consisten las
deficiencias de la valoración de la prueba dentro del proceso ordinario en sentencias
dictadas en los Juzgado Primero y Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil de
Quetzaltenango, durante el año dos mil nueve?

Los objetivos de investigación son, general: Establecer las deficiencias en las que se ha
incurrido al valorar la prueba en los juicios ordinarios sustanciados en los Juzgado de
Primera Instancia Civil de Quetzaltenango; específicos: a. Establecer el sistema de
valoración de prueba mas empleado en los juicios ordinarios; b. Establecer los medios
de prueba más frecuentes aportados y valorados en los juicios ordinarios; c. Establecer
el grado de cumplimiento de las disposiciones legales y doctrinarias relativas a la
valoración de la prueba; y d. Establecer la incidencia de la valoración de la prueba en la
motivación de las sentencias dictadas en los juicios ordinarios.

2
Los elementos de estudio de la investigación son el proceso ordinario civil, que como
señala Manuel Osorio: el proceso civil es el que se ventila y resuelve por la jurisdicción
ordinaria sobre cuestiones de derecho privado en su esencia; juicio ordinario,
denominase así en materia civil a aquel que, por sus trámites más largos y solemnes,
ofrece a las partes mayores oportunidades y mejores garantías para la defensa de sus
derechos, contrariamente a lo que sucede en los juicios sumarios y sumarísimos; el juicio
civil es aquel en que se debaten cuestiones de hecho y de derecho reguladas en el
Código Civil y leyes complementarias: y la prueba, que como señala Hugo Alsina que en
su acepción jurídica, es la que demuestra la existencia o inexistencia de los hechos
afirmados por las partes.

En cuanto al alcance de la investigación se puede afirmar que tiene como cobertura los
Juzgados Primero y Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil de la ciudad de
Quetzaltenango y como unidades de análisis sentencias dictadas dentro de juicios
ordinario específicos, en dichos Juzgados; en cuanto a los límites la investigación como
se ha señalado se realzará en los Juzgados Primero y Segundo de Primera Instancia
Civil de la ciudad de Quetzaltenango en sentencias dictadas durante el año dos mil nueve
y los resultados no son susceptibles de generalizarse hacia otras regiones del país; y
como aporte se espera que con el presente estudio se cuente con un documento que
evidencia la forma en que la prueba es valorada en el proceso ordinario civil en los
Juzgados respectivos de esta ciudad, que pueda servir de consulta para aquellas
unidades de análisis y para futuras investigaciones que se hagan relacionadas con la
temática que ocupa la investigación.

Como se ha señalado, los sujetos o unidades de análisis serán tanto los Jueces, oficiales
de los Juzgados de Quetzaltenango, abogados litigantes y estudiantes de Derecho.
Posteriormente se realiza el trabajo de campo, consistente en consulta de expedientes y
encuestas dirigidas a los mismos sujetos, mediante boleta es elaborada por la
investigadora; el tipo de investigación será de tipo jurídico-descriptiva, y el procedimiento
que se utilizó para la investigación fue: elección del tema, aprobación del punto de tesis,
investigación doctrinaria, elaboración del instrumento, investigación de campo,

3
presentación, análisis y discusión de resultados, conclusiones para finalmente hacer las
recomendaciones; se consultaron diferentes fuentes bibliográficas, desde libros, revistas,
tesis, páginas de Internet y sentencias.

4
CAPÍTULO I
EL PROCESO ORDINARIO CIVIL

1. Antecedentes

Este es un tema de relevancia y muchos autores se han tomado la tarea de escribir sobre
el particular y que aclaran puntos importantes para comprender el contenido del mismo,
y entonces se tiene a bien relacionar las siguientes citas:

El tratadista Calamandrei, en el libro Derecho Procesal Civil, expone que el juez, en el


proceso de tipo dispositivo, tiene que decidie secundum allegata et probata partium; y ya
en esta fórmula tradicional aflora el desdoblamiento en dos momentos, lógicos y
cronológicamente distintos, del trabajo que la parte debe realizar para conseguir del juez
el juicio definitivo acerca de la verdad: primero alegare los hechos, es decir, afirmarlos
como ya ocurridos, describiéndolos en sus circunstancias, y luego, en un segundo
tiempo, probarlos, esto es demostrar al juez que la afirmación responde a la verdad. El
juicio acerca de la relevancia valora de antemano la elaboración jurídica que se podría
inferir del éxito de la prueba propuesta: tiende a evitar, como hubiera dicho Galileo, entrar
en una disputa no mucho más relevante que la de la lana cabría. Frustra probatur quod
probatum non relevat (en vano se prueba lo que, una vez probado, no tiene relevancia).
En las legislaciones modernas va atenuándose el principio de la carga de la prueba, en
el sentido de que se le consintiera al juez hacer depender de su libre apreciación acerca
de la mayor o menor credibilidad de las alegaciones, la elección de los medios de prueba
y de la parte a la cual debería atribuirse la carga o la ventaja de suministrarlos1.

El estudioso del Derecho Cabanellas, en el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual,


refiere del Juicio Ordinario o Plenario como aquel en el cual se procede con observancia
de todos los trámites y solemnidades establecidos por las leyes en general, para que se
controviertan detenidamente los derechos y recaiga la decisión después de minucioso y
concienzudo examen y discusión de la causa. Y también, se refiere a la prueba como la

1
Calamandrei, P. (1997). Derecho Procesal Civil. Buenos Aires. Editorial de Palma

5
demostración de la verdad de una afirmación, de la existencia de una cosa o de la
realidad de un hecho. Un adagio latino, por demás evidente, proclama: “Probatio est
demostrationis veritas” prueba es la demostración de la verdad. Lo arduo, dada la
infinidad de las convicciones humanas, consiste en establecer cuándo está algo
demostrado; si bien el problema se reduce en lo procesal, por cuanto la parte triunfa
cuando logra que el juzgador admita como real lo que ella afirma o que desconozca lo
que ella niega. El éxito o fracaso, se da al momento de la apreciación de las pruebas,
donde se resume la facultad judicial para trazar su convicción, dentro de los límites
legales. Por lo general corresponde la apreciación a un juez efectivo, aunque sea lego;
pero a veces se infiere en esta delicadísima función el improvisado tribunal del jurado,
que las aprecia “en conciencia” o sea, casi siempre con pasión, desconocimiento o
comodidad2.

Según se pronuncia la Corte de Constitucionalidad, sobre el debido proceso garantía


constitucional, al señalar que si al aplicar la ley al caso concreto se priva a la persona de
su derecho de accionar ante jueces competentes y preestablecidos, de defenderse, de
ofrecer y aportar prueba, de presentar alegatos, de usar medios de impugnación contra
resoluciones judiciales, entonces se estará ante una violación constitucional del debido
proceso; de ahí que en la sustanciación proceso civil bien podrían consumarse todas las
etapas necesarias para su tramitación pero, si en una o varias de ellas se impide o veda
a las partes del uso de un derecho, ello se traduce en violación del debido proceso3.

El quetzalteco estudioso del derecho Baquiax, Felipe, escribe que el procedimiento


ordinario comienza con la demanda, que se presentará por escrito, cualquier día hábil,
entre ocho y quince horas treinta horas, ante el Juzgado competente.

Con la demanda se ejerce la acción y se deduce la pretensión, es decir, que la demanda


contiene la acción que despierta la actividad jurisdiccional para darle paso al proceso,

2
Juicio Ordinario o Plenario. Diccionario Enciclopédico del Derecho Usual. Tomo IV J-O. Argentina. Heliasta SRL.
1997.
3
Corte de Constitucionalidad. Gaceta No. 54, página 49, expediente 105-99. Guatemala. 2001.

6
contiene a la vez la pretensión o reclamación del solicitante de la tutela por parte del
Estado.

Concluyendo, la acción es un derecho o potestad, la pretensión, una declaración de


voluntad, y la demanda, un acto procesal4.

En la enciclopedia de Microsoft Encarta, se señala que el proceso se inicia con una


petición a los tribunales realizada por las partes o litigantes, petición que de acuerdo con
el lenguaje jurídico se denomina pretensión, y que el órgano jurisdiccional actúa o
deniega según parezca o no fundada en Derecho. Los sujetos que intervienen en el
proceso son tres: el que hace la reclamación o formula la pretensión (llamado actor o
demandante), el sujeto a quien se dirige la pretensión (que es el demandado) y el órgano
jurisdiccional que decide si da la razón o no al demandante, decisión que se impone de
forma coactiva a las partes.

Este esquema es el propio de los procesos civiles, aunque constituye el esquema típico,
reproducible de una forma fácil en otros órdenes jurisdiccionales, sobre todo en los
procesos ante los tribunales contenciosos administrativos y laborales5.

En síntesis, para obtener la certidumbre de un derecho privado o particular incierto, que


se supone transgredido por una persona, el Estado, a través de la ley, ha diseñado un
instrumento, por medio del cual, pueda resolverse, estableciendo un tipo, prototipo y/o un
modelo de proceso, en el que se garantiza la plenitud de la discusión, la igualdad, la
contradicción y la audiencia entre los contendientes; mecanismo que sólo puede ser
puesto en movimiento por la parte que se cree afectada; pues, de lo contrario, hay
imposibilidad estatal, de conocerlo y de discutirlo. En este instrumento, interactúan varias
personas, entre las cuales, las más importantes están, el Juez competente que conoce,
según reglas preestablecidas, quien tiene la facultad de decidir la controversia, según los
medios de convicción que los interesados generen legitima y legalmente y según la

4
Baquiax, Josué Felipe. Libro de demanda. Espacio Jurídico. El Quetzalteco. Guatemala. 27 de febrero de 2007.
Página 17.
5
Microsoft Corporation. Microsoft Encarta. DVD. Estados Unidos. 2007.

7
valoración que les de, siguiendo parámetros también determinados en derecho; y, las
partes, una llamada demandante; y, la otra, demandada; la que exige el reconocimiento
de un derecho; y, contra quien se demanda ese reconocimiento, respectivamente.

2. Definición de proceso

Según el tratadista guatemalteco Aguirre, Mario, el proceso surge de una situación extra
y meta procesal que va a resolverse en virtud de aquél. Esta situación de conflicto es lo
que se llama litigio, entendido como conflicto de intereses cualificado por la pretensión
de una parte y la resistencia de la otra; de forma más amplia, como conflicto jurídicamente
trascendente y susceptible de solución asimismo jurídica, en virtud de las tres vías
posibles para dicha solución: proceso, autocomposición y autodefensa.

El proceso es una serie o sucesión de actos que tienden a la actuación de una pretensión
fundada mediante la intervención de los órganos del Estado instituidos especialmente
para ello6.

Por otro lado, el Abogado litigante Orellana, Eddy, en el libro Derecho Procesal Civil I,
escribe que el proceso se debe entender como un todo, es la serie de etapas ordenadas
hasta llegar al fin7.

El estudioso del derecho Gordillo, Mario, comenta que de las virtudes y perfecciones que
tenga este instrumento de justicia, que es el proceso, depende en gran medida la mayor
credibilidad y confiabilidad que tendrán los ciudadanos en el sistema judicial. El proceso
es el instrumento imprescindible para la realización de la efectividad del derecho al
satisfacer los derechos subjetivos.

6
Aguirre Godoy, Mario. Derecho Procesal Civil. Tomo I. Guatemala. Editorial Universitaria1973. Páginas 237-
238.
7
Orellana Donis, Eddy Giovanni. Derecho Procesal Civil I. Segunda Edición. Guatemala. Orellana, Alonso y
Asociados. 2004. Págs. 20-22.

8
Al citar a José Almagro, señala que el proceso es un conjunto de actos de los sujetos
interesados o partes y del órgano jurisdiccional, con intervención a veces, de terceros,
organizados, según secuencia, cuyas finalidades son la determinación del caso
justiciable, la prueba de las afirmaciones que se hacen y esencialmente, la obtención de
una sentencia que resuelva razonada e imperativamente las pretensiones deducidas ante
la autoridad judicial, con virtud, en su caso, para que se ordene su cumplimiento, incluso,
por medio de realización forzosa.

Lo que caracteriza al proceso judicial es el fin que persigue, siendo este, en primer
término, la resolución del conflicto con la certeza de la cosa juzgada y al hablar de
proceso equivale hablar de causa o juicio8.

Los tratadistas Montero, Juan y Chacón, Mauro, señalan que la palabra proceso tiene un
significado que no se entiende si se atiende sólo a la noción que de la misma se da en el
diccionario, la Real Academia Española entiende por proceso la acción de ir hacia
delante; transcurso del tiempo; conjunto de las fases sucesivas de un fenómeno, pero
con estas ideas no llega a percibirse lo que es el proceso en sentido técnico y jurídico.

Durante siglos los prácticos forenses y los procedimientos explicaron uno por uno los muy
distintos juicios por medio de los cuales actuaban los órganos jurisdiccionales, y lo
hicieron sin llegar a formular una noción general de proceso. Más aún, la misma palabra
proceso les era prácticamente desconocida, y empleaban sobre todo juicio, pero también
negocio o litigio.

Fue en Alemania, y en el inicio del siglo XIX, cuando la doctrina puso de manifiesto que
carecía de método científico el ir explicando juicio tras juicio sin elevarse
conceptualmente a la idea general del proceso para después de ella poder entender que
hacen los órganos jurisdiccionales y las partes9.

8
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 49-50.
9
Montero, Juan. Mauro Chacón. Manual de Derecho Procesal Civil Guatemalteco. Volumen 1. Guatemala. Magna
Terra. 2005. Páginas 116-117.

9
Para el jurisconsulto Ossorio, Manuel, el proceso civil es el que se ventila y resuelve por
la jurisdicción ordinaria sobre cuestiones de derecho privado en su esencia; juicio
ordinario, denominase así en materia civil a aquel que, por sus trámites más largos y
solemnes, ofrece a las partes mayores oportunidades y mejores garantías para la
defensa de sus derechos, contrariamente a lo que sucede en los juicios sumarios y
sumarísimos; el juicio civil es aquel en que se debaten cuestiones de hecho y de derecho
reguladas en el Código Civil y leyes complementarias. En estas contiendas judiciales
prevalece el contrapuesto interés material o abstracto de los particulares. Su repertorio
lo suelen integrar los asuntos sobre estado y capacidad de las personas, la reclamación
de una cosa o de un derecho, el cumplimiento de una obligación y el resarcimiento del
caso y las indemnizaciones de daños y perjuicios. Por supuesto, todos los juicios
sucesorios, en que no hay acuerdo entre los sucesores efectivos y los que aspiran a
serlo.

Los juicios civiles, por la índole de las acciones, son petitorios o posesorios, ordinarios o
extraordinarios, escritos o verbales, ejecutivos o declaratorios, universales y singulares,
y de cuantía diversa, con simplificación de trámites en los de cantidad litigiosa menor.10

3. Naturaleza jurídica

Escribe el tratadista Aguirre, Mario, que fue en el año 1867 en que se marca una división
decisiva; es por ello que surgen diferentes teorías que explican la naturaleza jurídica del
proceso, dentro de lo cual señala que las doctrinas explicativas sobre la naturaleza
jurídica del proceso, tienden a desentrañar, cuál es su verdad, su esencia.

a. Teoría contractualista
Tiene su origen en el concepto romano de la litiscontestatio, que supone un convenio o
acuerdo entre las partes que constituye un verdadero contrato sobre las cuestiones
litigiosas.

10
Proceso Civil. Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales. Argentina. Heliasta SRL. 1996. Págs. 615,
402.

10
b. Teoría del cuasi contrato
Nació de la consideración sobre que en el proceso el consentimiento de las partes no es
enteramente libre, porque en la generalidad de los casos el demandado concurre contra
su voluntad.

c. La teoría de la relación jurídica


Es la aceptada por la mayoría de autores, expone que la actividad de las partes y del juez
está regulada por la ley, salvo los casos de excepción, el proceso determina la existencia
de una relación de carácter procesal entre todos los que intervienen, creando
obligaciones y derechos para cada uno de ellos, pero tendiendo todos el mismo fin
común: la actuación de la ley.

d. Teoría de la situación jurídica


Surge a raíz de criticar la anterior, pues niega la existencia de una relación procesal;
señala que en el proceso no debe hablarse de derechos y obligaciones, sino de cargas
procesales, que no tienen origen en el proceso, sino fuera de él, en la relación existente
entre el Estado, el órgano encargado de la jurisdicción y los individuos. Además señala
que el deber del juez es decidir la controversia, es de naturaleza constitucional y no
procesal, los llamados deberes de las partes como comparecer a juicio, están medidos
en el interés que tienen en hacerlo, para evitar las consecuencias de su
incomparecencia11.

A las teorías anteriores, el Abogado guatemalteco Gordillo (2005), añade las siguientes:

e. Teoría de la entidad jurídica compleja


Que sostiene que el proceso se encuentra conformado por una pluralidad de elementos,
estrechamente coordinados entre sí, integrando una entidad jurídica compleja.

11
Aguirre Godoy. Mario. Op.cit. Págs. 245-250.

11
f. Teoría de la institución
La cual expone que el proceso es una institución, entendiéndose esta como un complejo
de actos, un método, un modo de acción unitario, creado por el derecho para obtener un
fin12.

Analizando las distintas posturas sobre el punto de qué es el proceso, los expertos se
debaten, por un lado, sí se trata de un contrato o un cuasi contrato; por otro, si se refiere
a una relación o situación jurídica; y, por último, si por el contrario, es una entidad jurídica
compleja o una institución jurídica. Descartando definitivamente lo relativo al contrato; si
bien, el proceso participa de elementos de las demás doctrinas, se considera, aunándose
a la generalidad, que el proceso, efectivamente, no es más que un vinculo de Derecho
entre partes y juez regulado por la ley para dirimir una diferencia entre aquellas;
participando así de los elementos necesarios que caracterizan una relación jurídica
(sujetos, objeto o contenido y norma rectora), con sus consiguientes derechos y deberes
para todos sus participantes, en el planteamiento y consiguientes procedimientos de un
proceso.

4. Fin del proceso

Comenta el tratadista guatemalteco Aguirre, Mario, que para el estudio del fin del proceso,
se han agrupado las doctrinas en dos corrientes fundamentales, la subjetiva y la objetiva.

a. Corriente subjetiva
Esta considera al proceso como una institución de derecho privado, que tiene por objeto
definir las controversias entre partes, o sea, se concibe al proceso como la discusión
sostenida por dos o más personas con intereses opuestos, con arreglo a las leyes, y con
respecto a sus correspondientes derechos u obligaciones. En los casos en que no existía
controversia, no podía darse el proceso, sino un simple acto de jurisdicción voluntaria.

12
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 51-52.

12
b. Corriente objetiva
Estructura la concepción del proceso sobre la base de que tiene por fin la actuación del
derecho substancial. Sin embargo, se ha dicho, debe tenerse en cuenta, que no es
indispensable la existencia del proceso, para que el derecho objetivo o substancial se
manifieste, pues esta actuación puede obtenerse sin necesidad de recurrir al proceso,
como sucede en los casos de cumplimiento voluntario de la obligación.

El sistema guatemalteco priva el principio de que los jueces deben resolver conforme a
las normas de derecho13. Se debe tener en cuenta lo que contempla el artículo 10 de la
Ley del Organismo Judicial en cuanto a la interpretación de la ley:

Artículo 10. Interpretación de al ley. Las normas se interpretarán conforme a su texto


según el sentido propio de sus palabras, a su contexto y de acuerdo con las disposiciones
constitucionales. Cuando una ley es clara, no se desatenderá su tenor literal con el
pretexto de consultar su espíritu.

El conjunto de una ley servirá para ilustrar el contenido de cada una de sus partes, pero
los pasajes obscuros de la misma, se podrán aclarar, atendiendo al orden siguiente:

a. A la finalidad y al espíritu de la misma.

b. A la historia fidedigna de su institución.

c. A las disposiciones de otras leyes sobre casos o situaciones análogas.

d. Al modo que parezca más conforme a la equidad y a los principios generales del
Derecho.

Escriben los tratadistas Montero, Juan y Chacón, Mauro, que en la actualidad el proceso
constituye por sí solo una categoría autónoma, en el que lo más importante es buscar la

13
Aguirre Godoy. Mario. Op.cit. Págs. 251-254.

13
razón de ser del mismo. Si los órganos jurisdiccionales han de cumplir con la función
asignada constitucionalmente, y si no pueden hacerlo de manera instantánea, necesitan
primero, de un estímulo, de alguien que pida que ejerciten su función y, después, de la
realización de una serie de actividades, sucesivas en el tiempo, cada una de las cuales
es consecuencia de la anterior, salvo la primera, y presupuesto en la siguiente, salvo la
última, a cuyo conjunto se le llama proceso. Este, por tanto, es el medio jurídico, el
instrumento con el que los órganos jurisdiccionales cumplen su función.

Aunque no es suficiente la afirmación de que el proceso es el instrumento de los órganos


jurisdiccionales, se debe advertir:

a. La correlación e interdependencia entre jurisdicción y proceso


Los conceptos de jurisdicción y proceso no pueden entenderse por separado por cuanto
la potestad jurisdiccional sólo se actúa por medio del proceso o, dicho de otra manera,
fuera del proceso no se ejerce la potestad jurisdiccional. La garantía de justicia que se
contiene en la Constitución Política de la República la realizan los tribunales, y la realizan
por medio del proceso, no de otra manera.

b. La correlación entre acción y proceso


El proceso es también el único instrumento puesto a disposición de las partes para pedir
y obtener de los tribunales la tutela judicial de sus derechos e intereses legítimos. El
proceso no puede verse sólo desde el punto de vista del juez, sino que debe verse
también desde la perspectiva de las partes; para éstas es asimismo medio, camino,
método e instrumento para la garantía de los derechos que tienen, y de ahí la importancia
que tienen las garantías constitucionalizadas, en cuanto que atienden a derechos de las
partes del proceso14.

Se concluye, que fundiendo las teorías comentadas, el proceso es el instrumento o


mecanismo, puesto a disposición de los particulares, por el Estado, para dirimir sus
intereses privados cuando existe violación de ellos y no hay reconocimiento de esta

14
Montero, Juan. Mauro Chacón. Op.cit. Pág. 122-124.

14
violación, y sí de existir tal reconocimiento, persiste el incumplimiento voluntario; a través
de los órganos jurisdiccionales competentes; y, con ello, materializando la norma
sustantiva que reconoce ese interés o derecho, que como se ha señalado, ha sido
desobedecido o infringido; conforme a las normas de derecho procesales, que deben
interpretarse según reglas también preestablecidas en la ley general de aplicación,
interpretación e integración del ordenamiento jurídico respectivo.

5. Clasificación de los procesos

Para el Abogado guatemalteco Gordillo, Mario, se debe tener presente la unidad del
proceso, la cual no es desvirtuada por la clasificación del mismo, sino que pretende dividir
los tipos procesales al atender a caracteres especiales como contenido, fin, estructura y
subordinación.

5.1 Por su contenido

Los procesos se distinguen por un lado conforme a la materia del derecho objeto del
litigio, así habrá procesos civiles, penales, de familia y otros.

También pueden dividirse al atender a la afectación total o parcial del patrimonio, por lo
que se pueden encontrar procesos singulares, cuando afectan parte del patrimonio de
una persona, de las cuales se puede tomar como ejemplo típico las ejecuciones
singulares, tales como vía de apremio, juicio ejecutivo y ejecuciones especiales; son
procesos universales los que afectan la totalidad del patrimonio, como el caso de las
ejecuciones colectivas, concurso voluntario y necesario y quiebra. Y la sucesión
hereditaria.

5.2 Por su función

La división se da al atender a la función o finalidad que persiguen, así los procesos son:

15
a. Cautelares: Cuando tienen por finalidad garantizar las resultas de un proceso futuro,
aunque la ley no les reconoce la calidad de proceso, más bien se habla de providencias
o medidas cautelares, arraigo, embargo, secuestro. Reguladas en el libro quinto del
Decreto Ley 107, cuya finalidad es de carácter precautorio o asegurativo de las resultas
de un proceso principal, ya sea de conocimiento o de ejecución.

b. De conocimiento: También llamados de cognición, regulados en el libro segundo del


Código Procesal Civil y Mercantil, ordinario, oral, sumario, arbitral; que pretenden la
declaratoria de un derecho controvertido, los que pueden ser:

 Constitutivo: Cuando tiende a obtener la constitución, modificación o extinción de una


situación jurídica, creando una nueva, tal es el caso del proceso de divorcio o de
filiación extra matrimonial, con ese proceso se pretende, a través de la sentencia, la
extinción o constitución de una situación jurídica, creando una nueva: el casado se
convierte en soltero y el que no era padre lo declaran como tal. La pretensión y la
sentencia en este tipo de procesos se denomina constitutiva.

 Declarativo: Tiende a constatar o fijar una situación jurídica existente. La acción


reivindicatoria de al propiedad, que pretende dejar establecido el dominio sobre un
bien, es un ejemplo de esta clase de proceso de cognición. La pretensión y la
sentencia se denominan declarativas.

 De condena: Su fin es determinar una prestación en la persona del sujeto pasivo. El


pago de daños y perjuicios y la fijación de la pensión alimenticia son ejemplos de esta
clase de procesos. La sentencia y la pretensión se denominan de condena.

5.3 Por su estructura

Conforme esta clasificación, se encuentran procesos contenciosos, cuando existe litigio,


y procesos voluntarios, es decir sin contradicción. Un ejemplo del primero será cualquier
proceso de conocimiento o de ejecución en los cuales se ha entablado la litis; el segundo,

16
se pueden mencionar los procesos especiales regulados en el libro cuarto el Código
Procesal Civil y Mercantil.

5.4 Por la subordinación

Serán principales, los que persiguen la resolución del conflicto principal o de fondo,
comúnmente finalizan en forma normal a través de la sentencia. Los incidentales o
accesorios, son los que surgen del principal en la resolución de incidencias del proceso
principal. Como norma general, las incidencias del proceso principal se resuelven a
través de los incidentes, tal como se establece en el artículo 135 de la Ley del Organismo
Judicial.

Los incidentes, a la vez, se clasifican doctrinariamente en, los de simultánea


sustanciación que son aquellos que no ponen obstáculo a la prosecución del proceso
principal y corren paralelamente a el, en cuerda separada, artículo 137 de la Ley del
Organismo Judicial, como el incidente de la impugnación de documentos por falsedad o
nulidad que se regula en los artículos 186 y 187 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Los de sucesiva sustanciación, que son los que ponen obstáculo al asunto principal,
suspendiéndolo, y se tramitan en la misma pieza, artículo 136 de la Ley del Organismo
Judicial, caso típico es el incidente de excepciones previas15.

Definiendo todo lo anterior, si bien el proceso difiere por su contenido, en materia y


patrimonio que afecta; por su función o finalidad, en cautelares y de conocimiento; por su
estructura o forma, en contenciosos y voluntarios; y, por su jerarquía, en principales y
accesorios; en todos, debe respetarse su unidad, su integridad, que debe considerarse
inmutable o invariable, universal, pues, aunque sean diferentes en los aspectos
comentados, en todos y cada una de ellos, debe existir igualdad, seguridad, audiencia,
contradicción, disponibilidad; y, en ese sentido, el derecho de exponer hechos, ofrecer y
aportar prueba, fiscalizar el actuar de la parte contraria y del juez de la causa, presentar

15
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 52-57.

17
alegatos, impugnar las resoluciones, etcétera; todo lo cual, se denomina, derecho de
defensa y/o debido proceso o proceso legal, reconocidos como derechos fundamentales
o constitucionales; y, esto, como se ha escrito, no puede variar nunca, es la esencia y el
espíritu del proceso.

6. Principios básicos del proceso

Para el tratadista guatemalteco Aguirre, Mario, los principios que impulsan el proceso
son:

a. Impulso procesal: es el fenómeno en virtud del cual se asegura la continuidad de los


actos procesales y la dirección hacia el fallo definitivo, es el que asegura la continuidad
del proceso.

En efecto este poder de impulso del proceso, unas veces está a cargo de las partes, y
otras, depende exclusivamente del Juez, por lo que es indudable la relación que tiene
con lo referente a los plazos procesales, ya que como señala el Código Procesal Civil y
Mercantil en el artículo 64, en relación a el carácter de los plazos y términos: los plazos
y términos señalados en este Código a las partes para realizar los actos procesales, son
perentorios e improrrogables, salvo disposición legal en contrario. Vencido un plazo o
término procesal, se dictará la resolución que corresponda al estado del juicio, sin
necesidad de gestión alguna.

b. Principio dispositivo: Son las partes las que impulsan el proceso; es el que se
manifiesta con caracteres más acentuados en el proceso, por lo que llega a constituir a
veces un abuso, con la interposición de incidencias o excepciones notoriamente frívolas
e improcedentes. El efecto principal de este consiste en limitar las facultades del juez,
quien no puede conocer más que sobre lo que las partes someten a su decisión. En este
sistema, en el que capea la iniciativa de parte, el principio dispositivo se aprecia, en el
proceso, desde la demanda, sin la cual el juez no puede proceder; durante la alegación

18
de excepciones, hasta la sentencia, puesto que el juez se pronuncia sobre los hechos
alegados por las partes.

c. Principio de igualdad: Es una garantía procesal por excelencia y unas veces se le


llama también principio de contradicción o bilateralidad de la audiencia. Tiene una base
constitucional, puesto que todas las personas son iguales ante la ley, y además, nadie
puede ser condenado sin antes haber sido citado, oído y vencido en juicio.

Se apoya en el principio de bilateralidad, o sea que a ambas partes debe dárseles la


consiguiente oportunidad, para intervenir en los actos procesales; tiene aparejada la
noción de la contradicción o sea el derecho de las partes para oponerse a la ejecución
de un acto que se realice en el proceso.

d. Principio de adquisición procesal: Alud al influjo recíproco de la actividad de las partes,


tanto en los efectos benéficos como perjudiciales. Los actos procesales se aprecian por
los efectos que producen no por el origen que tengan. Tiene aplicación, sobre todo, en
materia de prueba, para evitar la duplicidad inútil de la misma.

e. Principio de inmediación: Se refiere al conocimiento directo del juez con respecto a


las partes y principalmente a la recepción de la prueba. Este principio está efectivamente
vinculado con el sistema de la Oralidad en los juicios y no propiamente con el sistema
escrito. En este, el juez forma su convicción de acuerdo con los resultados o constancias
de autos, que no dan cabalmente un reflejo fiel de la realidad de los hechos. Además es
frecuente la comisión de diligencias a otros jueces, las cuales hacen inaplicable este
principio.

La inmediación está en relación con el predominio de la forma oral y de la escrita, aunque


en muchos casos dependa del uso que los juzgadores hagan de las facultades de
intervención cerca de las partes y en relación con la práctica de las pruebas.

19
En relación a los actos de prueba, el Código Procesal Civil y Mercantil en el último párrafo
del artículo 129, referente a la práctica de la prueba, señala que: el juez presidirá todas
las diligencias de prueba.

f. Principio de concentración: su aplicación es una característica del proceso oral. En


virtud de este principio se pretende acelerar el proceso, mediante la acumulación de la
prueba. Se le permite al juez eliminar aquella que por la misma naturaleza que posee es
inútil o inconducente, siendo solamente una dilación para los trámites del proceso.

g. Principio de eventualidad: Consiste este principio en aportar de una sola vez todos los
medios de ataque y defensa, como medida de previsión, para el caso de que el
primeramente interpuesto sea desestimado; tiene también por objeto favorecer la
celeridad de los trámites, al impedir regresiones en el procedimiento y evita la
multiplicidad de juicios.

h. Principio de economía: Este principio se refiere al hecho de que el proceso no debe


resultar oneroso a las partes que en el mismo intervienen; se relaciona íntimamente con
el principio de celeridad, concentración y eventualidad; puesto que mientras más corto
sea un juicio. Menos costoso resultará para quienes intervienen en el mismo.

i. Principio de probidad: Este principio reviste mucha importancia en la actualidad, ya que


persigue poner a las partes en situación de producirse siempre con verdad en el proceso.
El Código Procesal Civil y Mercantil establece que todo litigante está obligado a declarar,
bajo juramento, artículo 130, primer párrafo. Este juramento es el que produce
consecuencias penales en caso se falte a la verdad, pues se comete delito de perjurio en
juicio.

j. Principio de publicidad: Más que a los litigantes, se refiere al resto de la comunidad


social, que no puede permanecer ajena a la satisfacción de los fines del proceso. El
mejor contralor de la actividad judicial es el público

20
k. Principio de oralidad: Este principio más bien es una característica de ciertos juicios,
que se desarrollan por medio de audiencias, en forma oral, con concentración de pruebas
y actos procesales, de todo lo cual se deja constancia por las actas que se levantan.

El proceso civil guatemalteco es predominantemente escrito, aunque ha habido


tendencias de introducir el sistema oral en los procedimientos. Se debe recordar que en
el Código Procesal Civil y Mercantil, se regula el juicio oral en los artículos 199 a 228,
para ciertos procedimientos legalmente contemplados dentro de este articulado.

l. Principio de preclusión: En los sistemas procesales en que es marcada la diferenciación


del proceso en etapas, es decir, cuando pueden separarse con nitidez las distintas fases
procesales, es en lo que se puede aplicar el concepto de la preclusión. Este término vale
como decir cerrar o clausurar. El paso de una fase procesal a otra supone la clausura de
la anterior, de modo que no puede volverse a aquella.

El Código Procesal Civil y Mercantil guatemalteco es de este tipo, como ejemplo se puede
mencionar el momento procesal para interponer las excepciones previas es antes de
contestar la demanda, contestada ésta, no pueden interponerse excepciones previas,
pues no se puede modificar o variar la acción16.

La opinión, en relación a este punto –principios del proceso-, es que estos, como su título
lo indica, son fundamentos o bases del mismo, en las que descansa y obtiene su mayor
fuerza; y, en los que se afianza y asegura. Por consiguiente, son la razón, la raíz o el
origen del juicio ordinario civil, que aunque no se encuentran expresos en la ley de la
materia; o, no están regulados con tales denominaciones, son tácitos y fácilmente
inferibles. Por ejemplo: La garantía del avance de los actos de las partes y del actuar del
juez (principio del impulso procesal), se puede encontrar en el artículo 64, del Código
Procesal Civil y Mercantil, que dispone, como regla, que los plazos son perentorios e
improrrogables; imponiendo y asegurando con ello, la continuidad sistemática del
procedimiento. La limitación del actuar de oficio; y, procurar el movimiento del proceso

16
Aguirre Godoy. Mario. Op.cit. Págs. 261-276.

21
por las partes (principio dispositivo), se infiere de los artículos 51, del Decreto Ley 107; y,
70, inciso f), de la Ley del Organismo Judicial. Con respecto al principio de igualdad,
contradicción, bilateralidad o audiencia, sus características se pueden encontrar en los
artículos 4º., 12, 28 y 29, de la Constitución de la República; y, 61, 66, 106, 107, 111,
118, 123, 126, 129, del Código Procesal Civil y Mercantil. El artículo 129, del cuerpo de
leyes mencionado últimamente, en su último párrafo, establece que el Juez presidirá
todas las diligencias de prueba. Esta norma, como fácilmente puede deducirse, recoge
el principio de inmediación. El de concentración y oralidad, como principios, están
reconocidos en el proceso de conocimiento, juicio oral, precisamente en sus artículo, del
202 al 207, del Código Procesal Civil y Mercantil, pues, en pocos actos se concentran
mayores trámites; o, en pocos trámites, se concentran muchos actos; y, con ello,
cumpliéndose a cabalidad con otro principio, que es a saber, el de economía. Por el lado
de la parte demandante, este puede proponer en el mismo proceso varias pretensiones,
siempre que no sean contradictorias ni se hayan de tramitar en juicios con procedimientos
distintos (artículo 55); y, por la parte contraria, la demandada, este puede contestarlas y
en este acto oponer las excepciones perentorias que tuviere contra las pretensiones
(artículo 118). Como ilustración, también se tiene, tratándose de un juicio distinto del
objeto de estudio, el oral, que todas las excepciones, se trate de dilatorias, mixtas o
perentorias, todas deben hacerse valer al contestarse la demanda (artículo 205). Estas
disposiciones legales corresponden al Código adjetivo civil y mercantil guatemalteco, que
obviamente refieren el principio de la eventualidad. Una máxima o principio general del
derecho, es que las partes actúen con propiedad y con verdad, es una norma guía, que
aunque no se reconozca expresamente, ni tácita o por deducción, es sobre entendida; y,
así debería de ser, aunque en la práctica, es todo lo contrario. En relación a la publicidad
del proceso, se puede señalar, en primer termino, que por principio constitucional (artículo
30, de la Carta Magna), todos los actos de la administración son públicos; y, en ese
sentido, están disponibles para todo aquel, con o sin interés directo, para consultarlos; y,
aún de pedir copia de los mismos, llenándose las exigencias apuntadas en los artículos,
del 171 al 177, de la Ley del Organismo Judicial; y, en segundo lugar, si este principio se
refiere esprofesamente a publicarse, esto se recoge únicamente cuando el caso llega a
conocimiento de la Corte Suprema de Justicia, por recurso extraordinario de casación,

22
cuyo fallo, debe darse a conocer en la gaceta oficial de los Tribunales (artículo 635, del
Decreto Ley 107); gaceta esta, que fuere fundada, el veintidós de febrero de mil
ochocientos ochenta y uno, a iniciativa del Jurisconsulto guatemalteco, Fernando Cruz.
Por último, se tiene lo relativo al principio de preclusión; y, sobre el particular, al igual que
los anteriores, no existen normas que señalen expresamente dicho principio, o el fin de
un estadio para proseguir con el siguiente y así sucesivamente, todo lo cual se infiere de
las siguientes circunstancias y normas del Código Procesal Civil y Mercantil: De la
demanda y emplazamiento a la contestación (artículos 111, 113 y 118); del período de
prueba (artículo 123, 124 y 125); del vencimiento de ese período (artículo 196); de la vista
(el artículo último citado); del auto para mejor proveer (artículo 197); de la sentencia
(artículo 198). Si no se impugnan las resoluciones y procedimiento, aunque se infrinja la
ley, cuando no sean procedentes los recursos de apelación o casación, se tienen por
consentidos tácitamente, no pudiendo hacerse fuera de los tres días que marca la ley, ni
los tribunales pueden acordarlo de oficio (artículo 614, del Decreto Ley 107).

7. Fases del proceso

El Abogado guatemalteco Gordillo, Mario, señala que el proceso es una sucesión de


etapas o actos jurídicos que se suceden en el tiempo y su actividad supone la iniciación,
el desarrollo y la extinción; los que se verán a continuación:

a. Iniciación
Los actos e iniciación del proceso están representados por la demanda, para el actor, y
la contestación de la misma, por el demandado. El actor en su demanda expresa su
pretensión y el demandado su oposición a aquella. No se debe olvidar que, previamente
a la interposición de la demanda, el actor puede realizar cierta actividad preparatoria del
proceso y que en el derecho adjetivo guatemalteco comúnmente se conoce como prueba
anticipada.

23
b. El desarrollo
A criterio del autor, es la fase más importante del proceso y alcanza su plenitud en la fase
de prueba. Es aquí donde las partes, por disposición de la ley, deben probar sus
respectivas proposiciones: quien pretende algo debe probar los hechos constitutivos de
la pretensión y quien contradice la pretensión del adversario debe probar los hechos
extintivos o circunstancias impeditivas de esa pretensión; según lo contenido en el
artículo 126 del Código Procesal Civil y Mercantil.

Es en esta fase donde las partes proponen los medios de prueba en que disponen y el
juez declara la admisión o no de los mismos y los incorpora como tal al proceso; cabe
además que, con independencia del procedimiento probatorio, por el órgano jurisdiccional
pueda completar la prueba con otras, ordenadas en el auto para mejor fallar.

c. La conclusión
En esta última fase, las partes efectúan las conclusiones y el órgano jurisdiccional emite
sentencia con lo que se da fin al proceso17.

Efectivamente, este aspecto, bien se puede cerrar, señalando, que en la fase de


iniciación, que también se le puede denominar de introducción o el génesis o principio del
proceso, se integra por tres actos, que los constituyen, a saber, la demanda, el
emplazamiento y la contestación de la demanda. En esta etapa, se aportan los datos de
hecho y de derecho que debe conocer el juzgador; se fije el material lógico que ha de ser
objeto de comprobación y de sentencia; y, se afirma por el demandante; y, se niega por
el demandado la pretensión materia del juicio. Existen dos aspectos muy importantes,
que vale la pena mencionar y definir con respecto a la demanda; el primero, que de
acuerdo con el principio dispositivo, el juez no puede nunca iniciar de oficio el proceso;
que necesariamente, se requiere un acto de parte; y, el segundo, que demandar no es
una obligación; es pues, un poder o potestad de iniciativa, que corresponde a un particular
y jamás al Estado a través de los órganos públicos jurisdiccionales. De tal manera, que
si una persona quiere hacer valer su derecho, debe promover la acción o demandar. El

17
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 59-60.

24
punto que conexa la demanda con la contestación, obviamente, es el emplazamiento,
que debe entenderse como la convocatoria que el juez le hace a una persona para que
comparezca al juicio dentro de un tiempo determinado por la ley para que se manifieste
al respecto o para que tenga la oportunidad de expresar su parecer sobre los argumentos
esgrimidos por la parte demandante y lo que demanda, ya sea aceptándolos, negándolos
o contradiciéndolos; y, como consecuencia, según sea el caso, estando de acuerdo o no
con la pretensión. Con respecto a la actitud del demandado frente a la demanda, se
pueden enumerar las siguientes posibles posturas: interponiendo excepciones previas;
contestando la demanda tácitamente en sentido negativo (rebeldía), allanándose,
contestando la demanda expresamente en sentido negativo; contestando la demanda
expresamente en sentido negativo e interponiendo excepciones perentorias, contestando
la demanda expresamente en sentido negativo y reconviniendo o contrademandando,
contestando la demanda expresamente en sentido negativo, interponiendo excepciones
perentorias y reconviniendo o contrademandando; y, contestando la demanda
expresamente en sentido afirmativo.

La fase en que se practican las pruebas que se han ofrecido en la demanda y en la


contestación de la demanda, lógicamente, es la etapa probatoria; y, estas, las pruebas,
necesitan tanto de la actividad de las partes como la del juez para dotarlas de vida y
poderlas incorporar al proceso. Los aspectos que comprende este período se pueden
denominar, el acto por el que el juez resuelve aperturarla, a gestión de cualquier parte
interesada, pues, en la práctica, se necesita de dicha actividad, ya que no se considera
una actividad propia o de oficio del órgano competente; la aportación, por los
contendientes, que no es más que la reiteración y la individualización de las pruebas que
se ofrecieron generalizadamente en la demanda y la contestación; el diligenciamiento o
práctica de dicha prueba; y, su valoración, que se ha de efectuar por el Juez en una etapa
futura, la de decisión, de acuerdo a dos sistemas reconocidos por la doctrina, el libre o
sana crítica y el legal o tasado, recogidos por esta legalización adjetiva; y,

Por último, se llega a la final, conclusiva y definitiva, la de decisión, durante la cual el juez
adquiere el dominio del proceso y define la controversia, decidiendo sobre el fondo de la

25
misma; desarrollándose por medio de los actos siguientes: la vista, el auto para mejor
fallar y la sentencia; esta última, como el acto procesal, judicial o jurisdiccional, a través
del juez el Juez o Tribunal de la causa, decide sobre la estimación o desestimación de la
pretensión ejercitada por el actor, con base en su conformidad o disconformidad con el
ordenamiento jurídico; misma que debe ser motivada o razonada, atendiendo a los
hechos, determinando cuáles se estiman probados y cuáles no; todo lo cual, con base en
una norma legal de valoración, que puede ser de sana crítica o de derecho; y, conforme
a leyes, doctrinas y principios aplicables al caso.

8. Sujetos procesales

Para el autor guatemalteco Orellana, Eddy, se debe distinguir: capacidad procesal, actor,
demandado, el tercero, la legitimación y si ésta última es directa o indirecta.

a. La capacidad procesal
Tienen capacidad procesal para litigar las personas que gocen del libre ejercicio de sus
derechos.

Lo relacionado a la capacidad se encuentra regulado en los artículos 8 al 14 del Código


Civil, Decreto Ley 106; la capacidad para el ejercicio de los derechos civiles se adquiere
con la mayoría de edad.

En Guatemala se adquiere la mayoría de edad a los dieciocho años; y hay algunos casos
en que se reconoce una clase de capacidad llamada capacidad relativa, la cual se le
otorga o reconoce a los adolescentes que han cumplido catorce años. Lo único es que
este tipo de capacidad, sólo permite participar en algunos actos determinados por la ley.

Además de la capacidad relativa, existe capacidad de goce y capacidad de ejercicio.


En la capacidad de ejercicio, las personas pueden hacer valer sus derechos civiles por sí
mismos; en cambio en la capacidad de goce, se ejercitan esos derechos por medio de
un representante legal.

26
También es importante para este tema conocer todo lo relativo a los declarados en estado
de interdicción. Y son aquellas personas que aun siendo mayores de edad, por algún
problema pierden la capacidad al ser declarados en estado de interdicción; aquellas
personas que por abuso de bebidas alcohólicas o de estupefacientes, se exponen ellas
mismas o exponen a sus familiares a graves perjuicios económicos.

La declaratoria de interdicción se produce desde el momento en que sea establecida en


sentencia firme.

Las personas que no tengan el libre ejercicio de sus derechos, no podrán actuar en juicio
sino representadas, asistidas o autorizadas conforme las normas que regulen su
capacidad.

Las personas jurídicas litigarán por medio de sus representantes conforme a la ley, sus
estatutos o la escritura social.

Las uniones, asociaciones o comités, cuando no tengan personalidad jurídica, pueden


ser demandadas por medio del presidente, director o persona que públicamente actúen
en nombre de ellos.

El Estado actuará por medio de la Procuraduría General de la Nación, ya que el abogado


del Estado es el Procurador General de la Nación.

Los representantes deberán justificar su personería en la primera gestión que realicen,


acompañando el título de su representación. No se admitirá en tribunales credencial de
representación que no esté debidamente registrada en la oficina respectiva.

Cuando sean varios los demandados o demandantes que representen un mismo


derecho, están obligados a unificar la personería; si no lo hicieren, pasado el término que
el juez les señale a solicitud de parte, se designará de oficio al representante común.

27
El representante común no podrá hacer uso de las facultades que requieren cláusula
especial, a no ser que se las hubieren conferido expresamente los interesados, en el
instrumento correspondiente.

Los que actúen en representación de otros, están obligados a interponer todos los
recursos, defensas y excepciones que legalmente puedan oponer las partes, so pena de
responsabilidad personal y de daños y perjuicios.

Sintetizando y analizando, según el Código Civil (Artículo 8º.) la capacidad para el


ejercicio de los derechos civiles; o lo que es lo mismo, la aptitud que se tiene para
comparecer en un proceso personalmente o por sí mismo, se adquiere cumplidos
dieciocho años; y, que hay algunos actos en que siendo menores, se pueden hacer valer
sin necesidad de comparecer sin representante legal, como por ejemplo: Para ser testigo,
dieciséis años; y, para solicitar autorización judicial para contraer matrimonio, mediante
las diligencias voluntarias respectivas, cuando los padres no quieren dar su
consentimiento: Para el varón, mayor de dieciséis años; para la mujer, mayor de catorce
años (Artículos 81, del Código Civil; y, 4º y 425, del Código Procesal Civil y Mercantil).

Por un lado, lo anterior se refiere a las personas individuales, pero por otro, cuando la
persona individual no cuenta con esa capacidad procesal o de ejercicio o no tiene el libro
ejercicio de sus derechos y cuando se refiere a personas jurídicas con o sin personalidad
jurídica, cómo puede hacer valer sus derechos ante los órganos jurisdiccionales; pues,
es simple, haciendo uso de la capacidad de goce, según reglas establecidas en la misma
ley; o, en otras palabras, mediante sus representante legales, que no pueden ser otras,
que las que la ley señala, conforme a las normas que regulen su capacidad (Artículo 44,
del Dto. Ley 107).

En ese sentido: a) los menores de edad bajo ejercicio de patria potestad, por sus padres
(Artículo 254, Código Civil); b) Los menores adoptados, por sus adoptantes (Artículo 230
Código Civil); c) Los menores que no se hallen bajo patria potestad, por su tutor nombrado
(Artículo 293, segundo y último párrafo, Código Civil); d) Los menores o incapacitados

28
abandonados y recluidos en establecimientos de asistencia social, por los directores o
superiores de esos establecimientos (Artículo 308, Código Civil); e) Los mayores
declarados en estado de interdicción o incapacitados, por su tutor, que debe ser
nombrado por juez, en las diligencias correspondientes (Artículo 293, Código Civil); f) Las
personas jurídicas con personalidad jurídica, lo harán por medio de sus representante,
conforme la ley (esto para aquellas creadas por ley); por sus estatutos (para aquellas
creadas por particulares y autorizadas por el Estado; y, por su escritura social (las
formadas por particulares y sujetas a crearse mediante instrumento público). En estos
casos, en la ley, estatutos o escritura, se señala cómo y quiénes pueden representarlas;
g) Las personas jurídicas sin personalidad jurídica, sólo pueden ser demandadas por
medio de sus presidentes, directores o personas que públicamente actúen a nombre de
ellos; pero no pueden demandar, sino hasta que regularicen su situación jurídica (Artículo
44, párrafo 4º., del Código Procesal Civil y Mercantil); y, h) El Estado, por medio del
Procurador General de la Nación (Artículo 44, último párrafo, del Dto. Ley 107).

Obviamente, si alguien comparece en representación de alguna persona, sea esta


individual o jurídica, debe comprobar la misma, en la primera gestión que realice; y, debe
hacerlo, con su título respectivo, debidamente inscrito en las entidades públicas
encargadas de este control; y, está obligado a hacerlo como si estuviera defendiendo sus
propios intereses o derechos; ya que de no hacerlo así, se le puede deducir
responsabilidades civiles, condenándolo a daños y perjuicios (Artículos 45, 46 y 47, del
Código Procesal Civil y Mercantil).

b. El actor
Es el sujeto que pone en movimiento un órgano jurisdiccional competente en materia civil,
es lo que se llama acción, por medio de un proceso que es una serie de etapas ordenadas
y concatenadas que sirven para la persecución de un fin, respetando el debido proceso.
El actor es el que exige una pretensión a un sujeto procesal llamado demandado.

Los representantes deben de estar facultados con las facultades especiales que regula
el artículo 190 de la Ley del Organismo Judicial. También están obligados a interponer

29
todos los recursos, defensas y excepciones, así como cualquier otra figura lícita a favor
de su representado, so pena de responsabilidad personal y de daños y perjuicios.

Fuera de los actos expresamente previstos en la ley, nadie podrá hacer valer en el
proceso, en nombre propio, un derecho ajeno.

La persona que pretenda hacer efectivo un derecho, o que se declare que le asiste, puede
pedirlo ante los jueces en la forma prescrita en el Código Procesal Civil y Mercantil.

Para poder interpone una demanda o contrademanda, es necesario tener interés en la


misma.

Nadie está obligado ni puede ser obligado a demandar sino en los casos de jactancia y
cuando se tenga acción o excepción que dependa del ejercicio de la acción de otra
persona.

Contra la misma parte pueden proponerse en el mismo proceso diversas pretensiones,


siempre y cuando que no sean contradictorias, ni que hayan de seguirse en juicios sujetos
a procedimientos de distinta naturaleza, observándose que para determinar la
competencia, la cuantía del proceso será por el monto a que ascienden todas las
pretensiones entabladas.

c. El demandado
Es el sujeto procesal a quien el actor le exige una pretensión a través de un proceso,
respetando el debido proceso, pasando por todas las etapas procesales hasta llegar a la
sentencia.

El demandado es la persona contra quien se dirige la demanda, a quien se le reclama


que cumpla con una exigencia que hace el actor.

30
El demandado tiene los mismos derechos que el actor, los cuales están respaldados y
garantizados por la Constitución Política de la República de Guatemala.

El demandado podrá hacer uso de todos los recursos regulados en la ley; de los llamados
remedios procesales, como de las que supervisan que se respeten las garantías
constitucionales, como lo es la acción constitucional de Amparo.

Para el demandado hay figuras específicas que puede utilizar en un proceso, para hacer
uso del derecho de defensa, esto independientemente de que puede utilizar todas las
instituciones reguladas en la ley; que también le son de utilidad al actor en el proceso.
Lo anterior garantiza el principio de igualdad que debe prevalecer en todo proceso.

Las instituciones específicas, algunas de ellas son: las excepciones en general, la


reconvención, el allanamiento, la confesión, el reconocimiento, entre otras.

d. El tercero
Es un sujeto procesal que interviene en un proceso, porque se le ha llamado, ya sea por
la parte actora o por la parte demandada, presumiéndose que esta persona tiene interés
en la litis.

En un proceso seguido entre dos o más personas, puede un tercero presentarse a deducir
una acción relativa al mismo asunto. A esta nueva acción se le llama tercería y el que la
promueve, tercero opositor o coadyuvante.

Es importante resaltar que el tercero no es el que acciona y no es a quien se le reclama


la pretensión.

El tercero puede manifestarse oponiéndose a ser parte en el proceso o adherirse a él.

Hecho el emplazamiento en la forma legal, el tercero queda vinculado a la decisión final


del asunto, pudiéndose ejecutar en su contra la sentencia que se dicta.

31
Todo aquél que tenga interés de intervenir en un proceso como tercero, debe de hacerlo
saber al juez que conoce del asunto, por escrito o en forma verbal, según la naturaleza
del proceso. El escrito deberá llenar los mismos requisitos que se exigen para la
demanda.

No se admitirá la intervención de un tercero que no tenga un interés propio y cierto en su


existencia, aunque se halle su ejercicio pendiente de plazo y condición.

El juez resolverá de plano la admisión o el rechazo del tercero, si tuviere elementos


suficientes para hacerlo con la prueba que se acompañe.

El tercero coadyuvante se reputa una misma parte con aquel a quien ayuda, debiendo
tomar el proceso en el estado en que se halle; no puede suspender su curso, ni alegar,
ni probar lo que estuviere prohibido al principal.
A los terceros que aleguen un derecho de dominio o de preferencia, una vez resuelta su
admisión como tercero excluyente en el proceso, se le concederá un plazo de prueba de
diez días, común a todos los que litigan.

No se concederá este plazo si el tercero comparece luego de verificada la vista del


proceso o si estuviere pendiente de sentencia, salvo las facultades del juez para mejor
fallar.

Las tercerías pueden interponerse en cualquier proceso, salvo disposición en contrario.

Las tercerías, de la clase que sean, planteadas en proceso que no sean de ejecución, se
resolverán conjuntamente con el asunto principal, en sentencia, la que se pronunciará
sobre la procedencia o improcedencia de la tercería debiendo el juez hacer las
declaraciones que correspondan.

Para resolver las tercerías interpuestas en procesos de ejecución se observarán las


reglas siguientes:

32
 Si la tercería fuere coadyuvante, se resolverá juntamente con lo principal.

 Si la tercería fuere excluyente de dominio, se resolverá por el procedimiento de los


incidentes.

 Si la tercería fuere excluyente de preferencia, se tramitará como incidente, pero éste


se resolverá antes del remate o del pago en su caso.

 En las tercerías de dominio, mientras no este resuelto el incidente respectivo no podrá


ordenarse el remate de bienes, suspendiéndose los procedimientos desde entonces,
hasta que se decida la tercería.

 Si la tercería fuere de preferencia, mientras no se dicte la resolución que gradúa los


créditos, no podrá ordenarse el pago, el cual se hará al acreedor que tenga mejor
derecho. Entretanto se decide la tercería, se depositará el precio de la venta en la
Tesorería de Fondos de Justicia.

Los que intervengan como terceros alegando un derecho de preferencia, pueden instar
el curso de la ejecución mientras conserven interés en la misma.

Cuando procesada la intervención de terceros, se oirá por veinticuatro horas al


emplazado. Si hubiere controversia acerca de si éste debe o no salir al proceso, se
tramitará y resolverá como incidente, sin que interrumpa el curso del proceso principal.

Si el emplazado se apersonare al proceso, será tenido como coadyuvante de la parte con


quien esté vinculado el interés que tenga. Si asume la responsabilidad del proceso, se
le tendrá como parte principal.

Aunque el emplazado no hubiere contestado en el término de la audiencia, podrá


intervenir en el proceso en cualquier estado que guarde, antes de que la sentencia sea
ejecutoriada, sin que por ello se interrumpa el curso del proceso.

33
El emplazado tiene derecho de pedir que se emplace a otros coobligados, si los hubiere,
sierre que lo haga dentro del término de la audiencia que se le hubiere concedido.

Todo lo anterior se encuentra regulado en los artículos 56, 57, 58 y del 547 al 554 del
Código Procesal Civil y Mercantil.

De todo la anterior regulación, bien se puede señalar que, un tercero es aquel que no
interviene en el asunto principal, como actor o demandado, sino que lo hace con carácter
propio, por tener interés y derecho en el mismo, por considerar la causa común, porque
debe prestar una garantía, para reclamar dominio sobre los bienes que se litigan o la
preferencia crediticia que le pertenece sobre la parte ejecutante.

De ahí, que por un lado, se puede decir que existen tercerías voluntarias, en los casos
en que no son llamados por las partes, sino ellos deciden involucrarse; las necesarias,
en las que una o ambas partes los emplazan para que comparezcan y se manifiesten; y,
por otro, que estas se dividen en tercerías coadyuvantes, cuando el tercero se pone del
lado de una de las partes, obviamente, para ayudarle; y, tercerías opositoras o
excluyentes, porque el tercero reclama frente al derecho del actor y demandado un
derecho exclusivo contradiciendo la finalidad de ambos litigantes; y, a su vez se
subdividen en de dominio y de preferencia o de mejor derecho; tratándose de la de
dominio, porque alega que los bienes en juego, son suyos; y, para que dejen de ser parte
en el litigio; y, de preferencia, al pretenderse que un crédito, el del tercero, debe ser
preferido al del ejecutante y para que se le pague antes.

Existen, entonces, dos razones por las que pueden comparecer o se les puede llamar:
por considerarse común la causa y por pretender una garantía. Por comunidad de causa,
se citan como ejemplo, los casos en que procede el saneamiento por evicción (Artículo
1548, 1550 a 1552, Código Civil). El ejemplo clásico para el caso de garantía, cuando el
fiado se obliga a garantizar al fiador las resultas de la fianza por las que se ve ejecutado;
y, si en la realidad así sucede, el fiador es ejecutado por el acreedor; y, entonces,

34
haciendo valer esta estipulación, el fiador llama al deudor para que cumpla con
garantizarle lo que el pueda pagar y gastar con ocasión de la ejecución.

Las tercerías, por regla general se pueden interponer en cualquier proceso, existiendo
sus excepciones, como en el caso del proceso arbitral, en el que no son admisibles
(Artículo 290, párrafo 2º., del Código Procesal Civil y Mercantil, que no obstante la ley de
arbitraje, esto quedó vigente).

El procedimiento de cada una de las tercerías mencionadas, intentadas en procesos de


conocimiento o de ejecución, se encuentra claramente establecido en los artículos 547 al
554, del Dto. Ley 107, que fueron transcritos en su oportunidad.

e. Legitimación
Se refiere a la relación de las partes con el proceso concreto. Su concepto viene de la
legitimatio ad causam, o legitimación en la causa, romana, o sea la facultad para
demandar, legitimación activa, y obligación de soportar la carga de ser demandado,
legitimación pasiva, según la situación en que se encuentran las partes en cuanto al
objeto del proceso.

Cualquier persona puede iniciar las acciones que crea que le asisten, y éste es el
contenido fundamental del artículo 51 del Código Procesal Civil y Mercantil, cuando
establece que: la persona que pretenda hacer efectivo un derecho, o que se declare que
le asiste, puede pedirlo ante los jueces en la forma prescrita en este código. En un
proceso en el cual la parte actora y demandada estén debidamente legitimadas. Por
disposición de la ley que permita a una persona ejercer la pretensión procesal se le
conoce como legitimación extraordinaria. Como ejemplos de ello pueden señalarse los
interdictos.

f. Legitimación directa o indirecta


Se dice que hay legitimación directa cuando procede de la misma relación jurídica que
da origen a las calidades de actor y demandado, según la posición que mantengan las

35
partes en aquella relación. Por ejemplo en una relación de mutuo, corresponderá con las
calidades de acreedor y deudor.

Se dice que es indirecta porque si es aplicable al caso de la sustitución procesal, o sea


cuando al amparo de una disposición legal, puede litigarse en nombre propio, pero sobre
derechos ajenos, como sucede por ejemplo cuando los acreedores del deudor ejerciten
la acción que corresponde a éste contra sus deudores propios.

Indudablemente se debe aceptar que la personalidad es un presupuesto procesal. Sin


embargo en el sistema guatemalteco como predomina el principio dispositivo, no viene a
constituir un requisito que el juez conozca de oficio durante la tramitación del proceso.
Su audiencia debe denunciarse por la parte interponiendo la excepción de falta de
personalidad en la etapa previa a la contestación de la demanda, aun cuando por
mandato de la ley, también puede interponerse con posterioridad, en cualquier instancia.

De acuerdo con el Código Procesal Civil y Mercantil vigente, la falta de capacidad legal o
de personalidad de los litigantes, o de personería en quien les haya representado,
constituye uno de los motivos en que se considera infringido substancialmente el
procedimiento. Más en los casos en que haya quebrantamiento substancial del
procedimiento, sólo serán admitidos los recursos, si se hubiere pedido la subsanación de
la falta en la instancia en que se cometió y reiterado la petición en la segunda, cuando la
infracción se hubiere cometido en la primera, exceptuándose el caso de que la infracción
hubiese sido cometida en la Segunda Instancia, y hubo imposibilidad de pedir la
subsanación. Es pues la parte quien debe hacer valer estos requisitos, considerados en
la doctrina como verdaderos presupuestos procesales.

Una excepción de falta de personalidad no puede prosperar en los casos en que la


relación jurídica procesal devenida de los hechos introductorios en la demanda cuya
resolución corresponda al fondo de la acción es decir a la pretensión planteada. La
excepción de falta de personalidad sólo procede cuando de los hechos que motivan la

36
demanda, no se origina relación jurídica que legitime las partes para la prosecución del
proceso hasta su final decisión.18

9. Generalidades del proceso ordinario

El proceso civil ordinario, comprendería:

a. proceso constitutivo: se tiende a obtener la creación, modificación o extinción de una


situación jurídica, llamándose a la pretensión que le da origen, pretensión constitutiva e
igualmente a la sentencia correspondiente;

b. proceso de mera declaración o proceso declarativo: se trata de obtener la constatación


o fijación de una situación jurídica; la pretensión y la sentencia, reciben el nombre de
declarativas; y

c. proceso de condena: normalmente se tiene a hacer que pese sobre el sujeto pasivo
de la pretensión una obligación determinada: la pretensión y sentencia, se denominan de
condena.

En la clasificación corriente de los juicios se consideran como ordinarios aquellos que


están destinados a la decisión de las controversias judiciales que no tengan señalada en
la ley una tramitación especial. El Código Procesal Civil y Mercantil los regula en el
artículo 96, esta norma jurídica debe interpretarse que este juicio es la regla y que los
demás son las excepciones, que sólo tendrán lugar cuando se hallen consignados de un
modo explícito en la ley. El juicio ordinario ha sido definido como aquel que se
desenvuelve con la amplitud de instrucción y prueba que se ha estimado necesaria en
cada momento histórico, para que dentro de él pueda resolverse la generalidad de las
cuestiones y litigios civiles, con todos los problemas incidentales anexos y, en general,
procesales que puedan surgir.

18
Orellana Donis, Eddy Giovanni. Op.cit. Págs. 79-88.

37
Como esta clase de proceso es una modalidad del tipo de procesos de cognición no sólo
es el ordinario para distinguirlo de entre los demás, procesos de conocimiento, como el
sumario, el oral, entre otros, también se le da el nombre de juicio declarativo. Es un
proceso común o plenario en cuanto que está concebido para hipótesis generales y no
para casos particulares o concretos; sirve de modelo para los demás juicios y en defecto
de disposiciones especificas, sus normas desempeñan una función subsidiaria, se
consideran supletorias en los casos en que haya necesidad de llenar laguna en la
tramitación de los demás juicios, siempre que no sean incompartibles con la naturaleza
particular de éstos. El Código Procesal Civil y Mercantil, así lo reconoce en el artículo
200 cuando expresa que son aplicables al juicio oral todas las disposiciones del juicio
ordinario, en cuanto no se opongan a lo preceptuado en este título; en este mismo sentido
se determina en el artículo 230 del mismo código, en relación al juicio sumario.

9.1 Los procesos de conocimiento y el juicio ordinario

Comentan los autores Montero, Juan y Chacón, Mauro que para comprensión de los que
son los procesos de conocimiento y el juicio ordinario es preciso aclarar algunos
conceptos de gran trascendencia en el Derecho Procesal Civil.

9.2 Procesos de conocimiento de declaración


Los procesos de conocimiento, llamados también de declaración, son aquellos por medio
de los cuales los tribunales juzgan, es decir, declaran el derecho en el caso concreto, y
lo hacen cuando ante los mismos se interpone una pretensión declarativa pura, una
pretensión de condena o una pretensión constitutiva. Estas pretensiones no dan lugar a
tres clases de procesos, sino que cualquiera de ellas se conoce o ventila por el proceso
de conocimiento o declaración.

Las alternativas al proceso de conocimiento son el proceso de ejecución y el proceso


cautelar o de aseguramiento. Se debe recordar que en el de ejecución se trata de
ejecutar, esto es, de realizar por el tribunal una conducta física productora de un cambio
real en el mundo exterior para acomodarlo a lo establecido en el título, lo que puede

38
hacerse al partir de una sentencia ejecutoriada o de un documento al que la ley le otorga
fuerza ejecutiva. Artículos 294 y 327 del Código Procesal Civil y Mercantil.

9.3 Juicio ordinario y plenario

La palabra ordinario, empleada con relación a un juicio o proceso de conocimiento,


significa que no hay limitación a objetos determinados y, también, que hay plenitud de
conocimiento, y las alternativas de estas dos características son los juicios especiales y
los sumarios.

Un juicio puede llamarse sumario cuando por medio de él los tribunales pueden conocer:

a. Objetos de todas clases, esto es, cualquier pretensión declarativa, la cual no vendrá
referida a un objeto o materia determinada, de modo que este tipo de juicio se establece
con carácter general. Lo contrario de ordinario en este sentido es especial.

b. Sin limitación alguna, es decir, pudiendo las partes someter al tribunal con toda
amplitud el conflicto que las separa, por lo que no hay limitación referida ni a las
alegaciones de las partes, ni a los medios de prueba, ni al conocimiento judicial, por lo
que el tribunal, al final del juicio, debe dictar una sentencia que producirá los normales
efectos de cosa juzgada, no pudiendo darse un proceso posterior entre las mismas partes
y referido a la misma cuestión. Esta característica lleva a decir que el juicio es plenario
pues lo contrario es el juicio sumario.

De estos dos conceptos puede comprenderse ya que cuando el artículo 96 del Código
Procesal Civil y Mercantil dispone que las contiendas que no tengan señalada tramitación
especial en este Código, se ventilarán en juicio ordinario, lo que está diciendo es que
todas las materias para las que no se prevea un juicio especial o un juicio sumario se
tramitarán por medio del juicio ordinario, el que se regula en el Título Primero del Libro
Segundo del referido Código.

39
Concretizando y/o realizando un análisis conjunto de los tres sub incisos anteriores, el
Código Procesal Civil y Mercantil, recoge o reconoce de la doctrina, las tres clases de
procesos: en el segundo libro, desarrolla los de conocimiento (ordinarios, orales y
sumarios); en el tercer libro, los de ejecución (vía de apremio, juicio ejecutivo, ejecuciones
especiales, ejecución de sentencia nacional y extranjera y ejecución colectiva); y, el
proceso cautelar, que está comprendido en el libro quinto, alternativas comunes a todos
los procesos, específicamente en su apartado de las medidas de garantía. Los primeros,
entendidos como aquellos en que se discute o conoce un derecho; en el que se declara
o se reconoce el mismo; es por eso, que también se conocen como de declaración; en
estos, se declara la certidumbre de un derecho cuestionado o incierto o controvertido;
mientras que en los de ejecución, en estos se ejecuta, se hace cumplir el derecho
reconocido en los procesos de conocimiento; y, por último, en el proceso cautelar, se
garantiza las resultas de un posible y supuesto derecho que se esta discutiendo en un
proceso de conocimiento o está por ejecutarse, en virtud de estar ya declarado o
preconstituido.

En consecuencia, el juicio ordinario, es el primero, el ejemplo, el modelo, el tipo o


prototipo de los procesos de conocimiento; y, por ende en el que se discuten los casos
de mayor trascendencia y de mayor cuantía; y, de ahí, que es el que tiene diseñados
mayores plazos, para que se discuta con mayor plenitud y garantía los derechos
comprendidos en esos asuntos. Por eso, es que muchas de sus disposiciones sirven para
tramitar los demás procesos de conocimiento y analógicamente se aplican para los
demás procesos, los de ejecución y cautelar. Entre otras características, como las
mencionadas anteriormente, de más largos plazos y de mayor cuantía, también lo
distingue la generalidad o subsidiaridad, porque sólo es aplicable a aquellos asuntos que
no tienen una tramitación especial o que no pueden o no deben encuadrarse en los
asuntos clasificados en el juicio oral o sumario.

40
10. Definición de juicio ordinario

Comenta el Abogado guatemalteco Orellana, Eddy, que el juicio ordinario es un juicio de


conocimiento, es un proceso tipo en el cual se tramitan todos los asuntos que no tienen
trámites específico.

11. Desarrollo del trámite del juicio ordinario

Señala el Abogado Orellana, Eddy, que el juicio ordinario se desarrolla en etapas, y esas
etapas deben respetar un orden concatenado, hasta llegar al fin, que es la sentencia;
todo proceso de conocimiento inicia con una demanda, y la demanda es el primer escrito
que pone en movimiento un órgano jurisdiccional en materia civil.

A través de la acción procesal se pone en movimiento un órgano jurisdiccional, y es por


medio de la demanda que da inicio un juicio, en este caso dará inicio un juicio ordinario.
La demanda debe presentarse ante el órgano jurisdiccional competente; y es este juez el
que debe conocer todo el proceso, hasta dictar sentencia en primera instancia.

Se debe recordar que es el actor el que exige una pretensión a un sujeto procesal llamado
demandado, dentro del debido proceso cuando existe litis.

De aquí se parte que al presentar el actor el escrito de demanda debe llenar todos los
requisitos que están regulados en los artículos 50, 61, 63, 79, 106, 107 y 108 del Código
Procesal Civil y Mercantil, y debe llevar una narración en un orden cronológico de una
estructura, la cual es: introducción, hechos, prueba, fundamento de derecho, peticiones
y cierre19.

Comenta el Abogado Gordillo, Mario que el juicio ordinario es el procedimiento de plazos


más largo y, por ende, de mayor tiempo de discusión y probanza, su trámite, en términos

19
Orellana Donis, Eddy Giovanni. Op.cit. Págs. 267-268.

41
generales y conforme a las normas que lo regulan en el Código Procesal Civil y Mercantil,
se esquematiza de la manera siguiente20:

a. La demanda
Para el autor Orillan, Eddy, la demanda pone en movimiento un órgano jurisdiccional
competente en materia civil. Al llenar la demanda los requisitos legales, el juez resolverá
al admitir para el trámite respectivo la demanda entablada.

En caso el juez acepte una demanda que no llene los requisitos legales y le dé el trámite
que en derecho corresponde; para eso existen las excepciones previas o dilatorias, que
son instrumentos que tiene el demandado para poder atacar esa falta de requisitos en la
demanda.

La ley también regula en el artículo 109 del Código Procesal Civil y Mercantil, que: los
jueces repelarán de oficio las demandas que no contengan los requisitos establecidos
por la ley, expresando los defectos que hayan encontrado.

Pero, si por alguna razón el juez no rechazara la demanda, por falta de requisitos legales;
entonces le corresponde al demandado atacar ese escrito de demanda, por medio de
excepciones previas o dilatorias21.

Comenta además el Abogado guatemalteco Gordillo, Mario que el juicio ordinario al igual
que los demás procedimientos, se inicia con la demanda y finaliza, normalmente con la
sentencia. La demanda es el acto introductorio de la acción, por la cual, mediante relatos
de hechos e invocación del derecho el actor determina su pretensión. Es a través de ella
que el actor inicia la actividad jurisdiccional y que plantea el derecho que, estima, le asiste
que pretende se le declare.

20
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 107.
21
Orellana Donis, Eddy Giovanni. Op.cit. Pág. 269.

42
El contenido de la demanda debe ser:

 Introducción:

- Designación del tribunal a quien se dirige; artículo 61 numeral 1º.

- Nombres y apellidos completos del solicitante o de la persona que lo represente, su


edad, estado civil, nacionalidad, profesión u oficio y domicilio, artículo 61 numeral 2º.

- Indicación del lugar para recibir notificaciones. Artículo 61 numeral 2º y 79.

 Cuerpo:

- Relación de los hechos a que se refiere la petición, fijados con claridad y precisión.
Artículos 61 numeral 3º y 106.

- Fundamento de derecho en que se apoya la solicitud. Artículo 61 numeral 4º y 106.

- Ofrecimiento de las pruebas que van a rendirse. Artículos 61 y 106.

 Cierre

- Lugar y fecha. Artículo 61, numeral 7º.

- Indicación del número de copias que se acompañan. Artículo 63.

- Firmas del solicitante y del Abogado colegiado que lo patrocina, así como el sello de
éste. Si el solicitante no sabe o no puede firmar, lo hará por él otra persona o el Abogado
que lo auxilie. Artículo 61 numeral 8º, todos del Código Procesal Civil y Mercantil.

43
b. Emplazamiento
Presentada la demanda, conforme los requisitos de forma enunciados, el juez debe
conceder a la parte demandada, conforme al principio del debido proceso, un tiempo para
que se pronuncie frente a la acción del actor.

El emplazamiento es el tiempo que el juez otorga al demandado para que tome una
actitud frente a la demanda, en el juicio ordinario y al tenor del artículo 111 del Código
Procesal Civil y Mercantil es de nueve días hábiles, es decir, es en este plazo que el
sujeto pasivo de la relación procesal, demandado, debe tomar una actitud frente a la
acción del actor.

c. Excepciones
Como es sabido, la acción, el derecho a atacar, tiene una respuesta del demandado para
defenderse. La demanda es para el demandante una forma de ataque, como lo es la
excepción para el demandado una forma de defensa. La acción es el sustituto civilizado
de la venganza y la excepción el sustituto civilizado de la defensa, en cierto modo la
excepción viene siendo la acción del demandado.

En sentido amplio, la excepción es aquel poder del demandado, para oponerse a la


acción que el demandante ha promovido en contra de él.

Es la denominación dada a ciertos tipos específicos de defensas procesales, dilatorias,


perentorias o mixtas, mediante las cuales el demandado puede reclamar del juez la
liberación de la carga de contestar la demanda o la absolución de la misma.

d. Actitudes del demandado frente a la demanda


Frente a la demanda instaurada por el actor y con exclusión de la etapa de depuración,
que se logra con la interposición de las excepciones previas, el demandado puede tomar
las siguientes actitudes:

44
 Actitud pasiva, rebeldía
Es la típica rebeldía o contumacia y se da cuando el demandado, debidamente notificado
para comparecer a juicio, no lo hace dentro del plazo que la ley le confiere,
emplazamiento. La rebeldía en términos generales es toda desobediencia, oposición,
resistencia o rebelión. En el juicio ordinario se da cuando transcurrido el plazo de los
nueve días del emplazamiento, el demandado no comparece a juicio.

El artículo 113 del Código Procesal Civil y Mercantil establece que si trascurrido el término
del emplazamiento, el demandado no comparece, se tendrá por contestada la demanda
en sentido negativo y se le seguirá el juicio en rebeldía; esto, por supuesto, a petición de
parte. Téngase presente que la rebeldía del demandado es negación tácita de la
demanda en la mayoría de procesos de conocimiento, con excepción en algunos del juicio
oral.

 Actitud activa afirmativa, allanamiento


El demandado comparece a juicio, pero no negando sino aceptando la pretensión del
actor. El allanamiento es el acto procesal por el cual el demandado acepta la pretensión
formulada por el actor en la demanda. Cuando se da el acto del allanamiento, el juez
previa ratificación, fallará sin más trámite, tal y como lo regula el artículo 115 del Código
Procesal Civil y Mercantil.

 Actitudes activas negativas


Las cuales pueden ser:

- Contestación negativa de la demanda: El demandado comparece a juicio


dentro del plazo o aun después sino ha sido acusado de rebeldía negando en
forma expresa los hechos y, por supuesto, la pretensión del actor. En esta
actitud el demandado se limita a negar los hechos ofrecidos por el actor, sin
aportar otros nuevos en su defensa. Es importante mencionar que el
demandado puede contestar la demanda en forma negativa, aun fuera del
tiempo del emplazamiento, siempre y cuando no haya sido declarado rebelde.

45
- Interposición de excepciones perentorias: Por medio de esta actitud el
demandado no se concreta a negar los hechos de la demanda, sino incorpora
a la vez hechos en su defensa; hechos que pueden ser impeditivos que tienen
por objeto impedir el efecto jurídico pretendido por el actor en la demanda,
mediante el alegato de una norma opuesta que impide la consecuencia jurídica
solicitada por el actor. Se tiene por ejemplo, que la pretensión sea el
cumplimiento de un contrato, del cual el demandado alega su nulidad, el
demandado no niega la pretensión pero si una causa que impide su
cumplimiento, como es la nulidad del contrato.

Pueden ser hechos extintivos que no niegan los hechos constitutivos de la demanda, pero
se ofrecen por el demandado hechos que destruyen el efecto jurídico de la pretensión;
típico ejemplo es el pago, en el cual el actor no alega la inexistencia de la obligación pero
si su cumplimiento.

Pueden ser hechos excluyentes cuando el demandado no niega ni la realidad de los


hechos alegados por el actor ni las consecuencias jurídicas derivadas de los mismos,
pero alega en su defensa otro derecho, un contraderecho que sólo a el corresponde
articular, que excluye dichas consecuencias jurídicas; como el caso de la prescripción,
que en la legislación nacional se encuentra regulada como excepción e carácter previo,
pero con efectos perentorios.

En síntesis el demandado por las excepciones perentorias agrega otros hechos que
impiden, extinguen o excluyen el derecho alegado por el actor.

El Código Procesal Civil y Mercantil establece que al contestar la demanda el demandado


debe interponer las excepciones perentorias que tuviere contra la pretensión del actor.

- Reconvención: La reconvención es la demanda del demandado, es la


interposición por parte del demandado, en el momento de contestar la

46
demanda, da una nueva demanda en contra del actor; como requisitos, para la
admisión de la reconvención es que la pretensión que se ejercite tenga
conexión por razón del objeto o del título con la demanda y no deba seguirse
por distinto trámite. Contrario a otras legislaciones, se requiere que exista
conexión entre la demanda y la reconvención, ya sea por el objeto o por el
título22.

22
Gordillo, Mario. Op.cit. Pág. 108-134.

47
CAPÍTULO II
LA PRUEBA

1. Antecedentes

El Abogado Alvarado, Carlos, explica que el objeto de la prueba en concreto se reduce a


los aspectos de la pertinencia y relevancia que debe tener la misma, en un caso
específico. Todos los hechos son susceptibles de prueba; pero, solo pueden aceptarse
pruebas que tengan relación con el objeto del proceso y no aquellos demasiado lejanos,
cuya vinculación con los fundamentales no pueda establecerse. Entonces el objeto de la
prueba consiste en todo aquello en que el juez debe adquirir el conocimiento necesario
para resolver sobre la cuestión sometida a su examen, y puede comprenderse en dos
aspectos: como posibilidad abstracta de investigación, es decir con la concurrencia de
los elementos de que se disponga, para fundar en términos generales su convencimiento,
o como posibilidad concreta, o sea en todo aquello con que se prueba o se debe o pueda
probar en relación con un caso concreto. La valoración de la prueba o la valoración del
resultado del medio de prueba, es entonces el análisis crítico que realiza el Juzgador del
dato obtenido en la asunción, de la práctica de cada medio de prueba en relación con los
demás; es decir, en la formación de su convencimiento sobre la verdad del hecho que se
ha intentado probar23.

El jurisconsulto Carnelutti, se refiere a la prueba como una operación de la cual depende


en gran parte el costo y el rendimiento del proceso, se comprende que no quede
abandonada a la libre actividad de los hombres que participan en ella, sino, al contrario,
que el derecho tienda a regularla a fin de garantizar del mejor modo posible, sus
resultados. Por lo que la valoración de las pruebas tiene lugar mediante el empleo de
reglas de experiencia; por tanto, una regulación de las mismas en esta fase puede
hacerse en el sentido de que el oficio no quede en libertad para la elección de la regla a
aplicar, sino que tal regla le sea impuesta convirtiéndose así la regla de experiencia en
una regla legal. Una regla de experiencia que convierte en aquélla, cuando se establezca

23
Carrera de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de San Carlos de Guatemala. Página 24.

48
para alguien la obligación de someterse a ella; en lo que se refiere a las reglas de
experiencia que se utilizan para la valoración de las pruebas, tal obligación se impone al
juez y, en general, al oficial del proceso. El resultado de la valoración de la prueba es
que se reconozca su eficacia o su ineficacia para establecer la verdad de la afirmación24.

El catedrático universitario Fornaciaria, Mario, escribe que la carga de la prueba funciona


como sucedáneo o sustituto de la actividad probatoria cuando ésta es insuficiente y el
juez recurre a aquella para aplicar una consecuencia jurídica disvaliosa para la parte que
dejó de probar. Pero esta carga de la prueba no se distribuye en razón de las
afirmaciones de los justiciables, sino de los hechos que la norma jurídica conceptualiza
como presupuesto condicionante de la operatividad de sus efectos.

La tarea final del magistrado al dictar su sentencia responde a la subsunción de una


situación o proposición fáctica en el tipo legal de una norma jurídica. Como enseña
Calamandrei; el hecho cuya certeza se ha establecido no es un juicio y sobre la simple
existencia de ese hecho sino sobre sus caracteres jurídicos.

La certidumbre proviene, generalmente, de la prueba que debe apuntar al presupuesto


de hecho o proposición fáctica que guarda relación imprescindible con una específica
consecuencia jurídica25.

Escribe el profesional y estudioso del derecho Salas, Cristian que en el proceso civil el
juez tiene que elegir entre dos versiones distintas u opuestas ofrecidas por las partes
para lo cual se ve obligado a verificar y confrontar las afirmaciones y pruebas. Y, en otro
caso al juez le bastaría con la apreciación del derecho para declararlo y esclarecer una
incertidumbre jurídica. Aquí el juez muestra una actitud pasiva.

La diferencia entre la prueba penal y la prueba civil ha constituido hasta la actualidad una
discusión doctrinaria. De tal manera que si se cita a Carnelutti que manifiesta que el

24
Carnelutti, Francesco. (1997). Instituciones de derecho procesal civil. Volumen 3. México. Harla. 1997.
25
Reflexiones a cerca del objeto de la prueba en el Proceso Civil. Fornaciaria, Mario. Carga de la Prueba. Argentina.
2005. www.salvador.edu.ar/vai-for1.htm. 2009.

49
derecho procesal es único y que el proceso penal y el proceso civil se distinguen, no
porque tengan diversas raíces sino porque son dos grandes ramas que se separan a una
buena altura de un tronco común, y que, en consecuencia, existe unidad sustancial de
ambas clases de pruebas y si bien se advierten diferencias en cuanto a la manera de
operar de la prueba en el proceso penal con relación al proceso civil, ello no afecta la
estructura y función de la prueba misma, como son la forma en que el juez se sirve de la
prueba, la forma de búsqueda, inspección, valoración. En cambio Florian señala que
existe una sustancial diferencia entre ambas, y que poco o nada existe para la prueba
penal de cuanto se ha descrito en torno a la prueba civil26.

El Abogado guatemalteco Madrazo, explica el tema de la prueba como aquel medio para
patentizar la verdad o la falsedad de algo, como procedimiento es aquella actividad de
carácter procesal cuya finalidad consiste en lograr la convicción del Juez o Tribunal
acerca de la exactitud de las afirmaciones de hechos operadas por las partes en el
proceso. Por la prueba las partes demuestran la verdad de su afirmación, es a través de
ella que se convence al juez sobre lo discutido o dudoso. Recordemos que la prueba se
aporta cuando existen hechos controvertidos. Y cuando la prueba ha cumplido con el
procedimiento a que se ha hecho referencia y el juez se encuentra en la posición de dictar
sentencia, debe calorarla, es decir determinar que eficacia tiene los medios de prueba
ofrecidos, propuestos y diligenciados, basándose en los distintos sistemas de valoración.
La doctrina europea distingue entre las llamadas pruebas legales y las pruebas libres, las
primeras son aquellas en las cuales la ley le señala al juzgador, por anticipado, el grado
de eficacia de la prueba y las segundas le dan libertad para determinar su eficacia.
Fundamentalmente los sistemas de valoración de la prueba son tres: la prueba legal o
tasada, la libre convicción y la sana crítica, sistema este último de aplicación en el
derecho español y por supuesto en este ordenamiento jurídico27.

El aspecto de introducción, generalización o antecedentes de la prueba, se puede


encausar o definir de manera especifica diciendo, que lo que se prueba en el proceso, no

26
Academia de la Magistratura. Salas, Cristian. La prueba en el nuevo código procesal penal. Perú. 2005.
www.amag.edu.pe/webestafeta2/index.asp. 2009.
27
Madrazo, Sergio. Danilo Madrazo. Compendio de derecho civil y procesal. Guatemala. Magna Terra. 2003.

50
es el derecho, ni siquiera la pretensión o lo que se demanda, sino los hechos o las
proposiciones de hecho, que no son más que las afirmaciones que dicho sea de paso,
como presupuesto, para que sean objeto de comprobación, se debe de cumplir por las
partes, uno, en su demanda, y el otro, en su contestación, en exponerlos de manera clara
y precisa y congruente con lo que se demanda, pues, sustentan el derecho cuestionado
o lo que se pretende o demanda; el derecho lo conoce el juez; y, el reconocimiento de la
pretensión depende de si los hechos que la fundamentan son ciertos o no, o si fueron
comprobados con los medios de convicción ofrecidos, aportados y diligenciados de
conformidad con la ley; y, estimados con la eficacia impuesto en la misma norma por
máximas que se han adquirido en la experiencia de la vida. Si se prueba el hecho sobre
el que descansa lo pedido, su procedencia es obligada; contrariamente, su
improcedencia es la consecuencia; todo lo cual, se impone al juzgador al momento de
fallar.

De los tres sistemas de valoración de la prueba reconocidos en la doctrina, dos son


recogidos en el proceso civil y mercantil, el legal o tasado, en el que la ley hace establecer
la máxima de la experiencia en la propia norma y se la impone al juez para valorarla en
el sentido indicado en ella (Artículos 139 y 186, del Código Procesal Civil y Mercantil; y,
la sana crítica, en la que la ley deja al juez, que aplique las máximas que este ha adquirido
por su experiencia en la vida (Artículo 137, del Dto. Ley 107). Por consiguiente, el de libre
convicción, en el que existe una libertad más amplia, en el que no se impone un
razonamiento lógico y de experiencia, no está reconocido en ésta materia.

2. Naturaleza de las normas sobre la prueba

Los tratadistas Motero, Juan y Chacón, Mauro, manifiestan que la palabra prueba puede
usarse básicamente con dos sentidos distintos. Puede referirse a una actividad, pero
también puede referirse a un resultado. Con alusión a la actividad suele decirse por
ejemplo: el juicio está en el período de prueba; y respecto del resultado, siempre como
ejemplo: este hecho no se ha probado. También es común decir que cabe un tercer
sentido, el que se refiere al medio que sirve para probar, pero lo cierto es que aquí la

51
palabra no se usa por sí sola, sino siempre unida a otra y sobre todo que la expresión
alude en todo caso a una actividad, pues el medio de prueba es siempre actividad.

Los elementos determinantes a la hora de dar un concepto de la prueba son dos:

a. Que la prueba se produce en el proceso y para el proceso


Es evidente que fuera del proceso puede hablarse de prueba, pero eso es algo que aquí
no importa. En el ámbito de las relaciones jurídicas materiales puede pretenderse
justificar la existencia de hechos, y para ello puede acudirse a la que a veces se ha
llamado prueba material, pero esta prueba no se dirige a un juez y queda fuera del
proceso y de esta consideración.

b. El sistema de valoración de la misma o, si se prefiere, su función


Cuando en un derecho positivo concreto se establece el sistema de libre valoración o de
sana crítica, la prueba puede definirse como: la actividad procesal por la que se tiende a
alcanzar el convencimiento psicológico del juzgador sobre la existencia o inexistencia de
los datos que han sido aportados al proceso; pero cuando se está ante un ordenamiento
jurídico en el que rige el sistema legal o tasado de valoración, la prueba será: la actividad
procesal que tiende a fijar como ciertos los datos aportados al proceso,
independientemente de la convicción del juzgador. En un derecho positivo como el
guatemalteco, en el que conviven los sistemas libre y tasado o legal de valoración, el
concepto tiene que comprender los dos.

Respecto del proceso civil guatemalteco la prueba se puede definir consiguientemente


como: la actividad procesal por la que se tiende a alcanzar el convencimiento psicológico
del juzgador sobre la existencia o inexistencia de los datos que han sido aportados al
proceso, libre o sana crítica, o fijarlos conforme a la norma legal, tasado o legal.

Este concepto, indudablemente extraño, se impone por el derecho positivo guatemalteco,


hoy es común definir la prueba al atender sólo a la convicción del juez, pero ello supone

52
desconocer la existencia de criterios legales de fijación de los hechos. Por lo que esta
definición es la que más se ajusta al derecho guatemalteco.

La prueba no es sólo actividad de las partes, sino actividad procesal, de las partes y del
juez, y podría así distinguirse dentro de esa actividad dos clases de actos:

 De demostración: en los que sería predominante la actuación de las partes, los


normales medios de prueba.

 De averiguación: En los que predomina la actuación del juez, reconocimiento judicial,


auto para mejor fallar28.

3. Definición

Para el jurisconsulto Ossorio, Manuel, es el conjunto de actuaciones que dentro de un


juicio, cualquiera sea su índole, se encaminan a demostrar la verdad o la falsedad de los
hechos aducidos por cada una de las partes, en defensa de sus respectivas pretensiones
litigiosas29.

Como instrumento la prueba es aquel medio para patentizar la verdad o la falsedad de


algo, como procedimiento es aquella actividad de carácter procesal cuya finalidad
consiste en lograr la convicción del Juez o Tribunal acerca de la exactitud de las
afirmaciones de hechos operadas por las partes en el proceso.

Por la prueba las partes demuestran la verdad de su afirmación, es a través de ella que
se convence al juez sobre lo discutido o dudoso. Se debe recordar que la prueba se
aporta, como más adelante se explica, cuando existen hechos controvertidos.

28
Montero, Juan. Mauro Chacón. Manual de Derecho Procesal Civil Guatemalteco. Volumen 2. Guatemala. Magna
Terra. 2005. Páginas 19-22.
29
La Prueba. Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales. Argentina. Heliasta SRL. 1996.

53
Las pruebas judiciales son el conjunto de reglas que regulan la admisión, producción,
atención y valoración de los diversos medios que pueden emplearse para llevar al juez la
convicción sobre los hechos que interesan al proceso.

El Tratadista Carnelutti, define a la prueba como el conjunto de las normas jurídicas que
regulan el proceso de fijación de los hechos controvertidos.

De manera que esta materia contempla dos aspectos de la prueba para fines procesales:
a) el de la forma o procedimiento, que incluye admisibilidad, oportunidad, requisitos y
práctica; y, b) el de fondo, que proporciona los principios para la valoración de los
distintos medios aportados al proceso y que constituye una verdadera ciencia de la
prueba, independiente de las reglas de procedimiento.

Por derecho probatorio se entiende, como una materia más amplia, de la cual forman
parte las pruebas judiciales, pero que comprende en general la verificación social de
hechos, es decir, la prueba en sus múltiples manifestaciones en el campo del derecho,
tanto procesal como extraprocesal.

Por lo que la prueba tomada en el sentido procesal, es en consecuencia, un medio de


verificación de las proposiciones que los litigantes formulan en el juicio. Pues claro es
que el Juez sólo conoce las pruebas que las partes le suministran durante la
substanciación del mismo.
Se puede afirmar que la prueba judicial es la que se lleva a cabo ante los órganos
jurisdiccionales, ya se trate de tribunales civiles, penales, de orden administrativo, juntas
de conciliación y arbitraje. Consiste en actividades jurisdiccionales promovidas por el
juez o por las partes que intervienen en el proceso, y que tienen por objeto producir un
hecho o una cosa del cual se infiera la existencia o inexistencia de los hechos
controvertidos30.

30
Carnelutti, Francesco. (1997). Instituciones de derecho procesal civil. Volumen 2. México. Harla. 1997.

54
Según el autor González, la prueba en el procedimiento judicial es susceptible de
tomarse en dos acepciones. A veces se entiende que consiste en los medios empleados
por las partes para llevar al ánimo del Juez la convicción de la existencia de un hecho;
otras comprenden el conjunto de elementos que tiene en cuenta el tribunal en el momento
de resolver sobre una situación jurídica que se somete a su decisión. Lo que se llama
prueba no es otra cosa que el objetivo que persiguen las partes para obtener el
convencimiento del Juez en un negocio determinado. En suma, por prueba se entiende
lo que persuade el espíritu; todo lo que existe en el proceso que puede servir para
establecer los elementos necesarios del juicio31.

El escritor guatemalteco Herrarte, Alberto, afirma que la prueba tiene por límite el
convencimiento del Juez sobre la verdad de los hechos que son objeto del proceso32.

Escribe Alsina, Hugo, que la prueba en su acepción jurídica, es la que demuestra la


existencia o inexistencia de los hechos afirmados por las partes33.

4. Objeto de la prueba

Para los autores Montero, Juan y Chacón, Mauro, el objeto de la prueba puede
contemplarse desde dos perspectivas: una en abstracto y otra en los procesos en
concreto. En abstracto por objeto de la prueba se entienden las realidades que
objetivamente pueden ser probadas: objeto de la prueba en concreto son las realidades
que han de ser probadas en un proceso determinado.

Si se ha determinado, pues, qué es la prueba, la pregunta siguiente es ¿Qué se debe


probar? Generalmente suele decirse que objeto de la prueba son los hechos y la
legislación guatemalteca comparte esta opinión, como se desprende de los artículos 123
y 126 del Código Procesal Civil y Mercantil. Con técnica rigurosa, hay que estar de
acuerdo con Guasp en que el objeto de la prueba serán los datos que han sido alegados.

31
González Bustamante, Juan José. Principios de derecho procesal penal mexicano. México. Porrúa. 1959.
32
Herrarte, Alberto. Derecho Procesal Penal. Guatemala. José de Pineda Ibarra. 1978.
33
Alsina, Hugo. Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil. Tomo III. Argentina. Ediar. 1962. Página 224.

55
En el proceso civil, donde la vigencia del principio de aportación de parte, carga procesal,
determina que sólo éstas pueden realizar alegaciones, el objeto de la prueba vendrá
determinado precisamente por estas alegaciones, pero no todas deberán ser probadas,
siendo preciso distinguir entre:

4.1 Alegaciones de hechos

Fundamentalmente la prueba recae sobre afirmaciones de hechos realizados por las


partes, sobre los hechos que constituyen el supuesto base de la norma cuya aplicación
se pide. Las alegaciones de hechos que deben probase son, pues, las que han quedado
controvertidas.

a. Hechos admitidos, no controvertidos. En el proceso civil regido por el principio


dispositivo los hechos admitidos por las partes no precisan ser probados y, aún más, ni
siquiera debe se intentada la prueba sobre los mismos, el artículo 123 del Código
Procesal Civil y Mercantil señala que sólo se abrirá a prueba el proceso si hubiere hechos
controvertidos.

b. Hechos notorios. Son aquellos cuyo conocimiento forma parte de la cultura normal
propia de un determinado grupo social en el tiempo en que se produce la decisión judicial.
El principio general es que lo notorio no precisa de prueba, pero debe tenerse en cuenta
que:

 No son hechos notorios los conocidos previamente por el juez.

 Debe tenerse presente que una cosa es el hecho notorio y otra la fama pública o el
rumor.

c. Hechos favorecidos por una presunción. En las presunciones legales existe uno o
varios indicios y un hecho presumido y lo que ocurre aquí es que probado el indicio la ley
dice que se presume existente el hecho presumido, el cual no necesita ser acreditado

56
directamente; todo esto no impide que exista prueba, pues siempre deberán probarse el
o los indicios. Por otra parte todas las presunciones legales iuris tantum admiten prueba
en contrario.

4.2 Alegaciones de derecho

El conocimiento de la norma jurídica es una de las obligaciones del juzgador; pues se


dice justamente el tribunal conoce el derecho, y ello se corresponde perfectamente con
la función jurisdiccional de aplicar el derecho objeto. Consecuentemente la
fundamentación jurídica de la demanda, artículo 106, no sirve directamente para
determinar el objeto del proceso, ni vincula al juzgador, el cual aplicará la norma
adecuada al caso, sin perjuicio de que esa fundamentación jurídica ayude a determinar
con mayor precisión el objeto de la pretensión y de la oposición.

Ahora bien la no necesidad de prueba del derecho se refiere a las normas jurídicas que
forman el derecho escrito, interno y general, lo que significa que sí habrá de probarse:

a. La costumbre: El artículo 2 de la ley del Organismo Judicial al reconocer la costumbre


como fuente del derecho, precisa que se aplicará cuando: resulte probada. Es imposible
exigir a los jueces el conocimiento de todas las costumbres de todos los lugares de
Guatemala.

b. El derecho extranjero: En los casos en que debe aplicarse una norma material
extranjera, como consecuencia de las remisiones que efectúan los artículos 24 y
siguientes de la Ley del Organismo Judicial.

c. Derecho histórico o no vigente: El deber del juez de conocer el derecho del país se
limita al vigente, no al histórico, a riesgo de convertirlo en historiador.

57
4.3 Diferencias entre la prueba del hecho y del derecho

Parece claro, con lo ya mencionado, que existen profundas diferencias entre los hechos
y el derecho cuando se les contempla desde la perspectiva del objeto de la prueba. Las
diferencias puede referirse a:

a. El distinto valor de la admisión por la otra parte de los hechos y del derecho
Los hechos admitidos o afirmados por las partes, aquellos sobre los que existe
conformidad, se imponen al juez, que no podrá desconocerlos en la sentencia, pero sería
absurdo que si una norma extranjera no existe, la alegación de la misma por una de la
partes y la admisión de la misma como existente por la otra parte pudiera imponerse a
un juez que es sabedor de esa inexistencia. El derecho, en cuanto norma, existe o no
existe y no pueden las partes ponerse de acuerdo ni para determinar su existencia, ni
para que el juez diga en la sentencia que no existe.

b. El distinto juego de la ciencia o conocimiento privado del juez


El juez no puede dar como existente un hecho, que él conoce como ciudadano particular,
si no ha sido probado, pero el juez sí puede aplicar una norma no comprendida en el
iuranovit curia si tiene conocimiento de la misma por sus estudios privados.

c. El deber del juez, dentro de lo posible, de investigar de oficio el derecho, aunque éste
sea extranjero.

Hay que insistir en que el deber del juez de investigar el derecho extranjero no puede
imponerse sino dentro de lo posible; no pueden ser iguales los casos de un modesto juez
de primera instancia de un departamento alejado de la capital que el de la Corte Suprema
de Justicia.

58
5. Carga de la prueba

Establecido lo que se ha de probar, el razonamiento lógico conduce ahora a preguntarse


¿Quién debe probar?, lo que implica cuestionarse la carga de la prueba. La
determinación de esta carga exige fijar algunos principios y criterios, que es lo que se
hace a continuación:

5.1 Los principios de aportación de parte y adquisición procesal

En términos muy generales lo explicado por la doctrina parece no ofrecer problemas; el


principio de aportación de parte, tal y como ha sido entendido en la mayoría de los
códigos procesales, determina que son las partes las que deben probar. Sobre ellas
recae la carga, que no es lo mismo que la obligación, de alegar los hechos que son el
supuesto base de la norma cuya aplicación piden, y sobre ellas recae también la carga,
otra vez no la obligación, de probar la existencia de estos hechos, de convencer al juez
de su realidad o de fijarlos conforme a las normas legales de valoración.

El principio de aportación de parte según el derecho guatemalteco, sirve pues, para


determinar que son éstas las que tienen la carga de la prueba, al no existir debe el juez
de verificar, sin perjuicio de que el juez pueda acordar de oficio la práctica de algunos
medios de prueba, artículos 172, 183 y 191 del Código Procesal Civil y Mercantil, pero el
principio de aportación no sirve para nada más y, en concreto, no dice cómo debe
distribuirse la carga de la prueba entre las partes. Con sólo este principio para el juez es
indiferente quién ha probado los hechos alegados. El principio de adquisición procesal
supone que, al estar los hechos correctamente alegados, cualesquiera hechos, y estando
probados, el juez ha de partir de ellos en la sentencia, sin referencia a cual de las partes
los ha probado.

59
5.2 El hecho dudoso y el non liquet

Al final del proceso, cuando llega la hora de dictar sentencia, el juez puede considerar
que los hechos para él se encuentran en alguna de estas tres posibilidades:

a. Que el hecho alegado por alguna de las partes, existió: debe extraer la consecuencia
jurídica prevista en la norma.

b. Que el hecho alegado no existió: no habrá lugar a aplicar la norma en la que la parte
pretendía ampararse.

c. El hecho no ha llegado a ser probado, colocando al juez en la situación de duda, esta


situación de incertidumbre no le permite dictar una sentencia de non liquen, es decir, no
puede dejar de resolver. El artículo 15 de la Ley del Organismo Judicial impone al juez
el deber inexcusable de resolver en todo caso los asuntos de que conozca.

La carga de prueba se resuelve en quién debió probar. Resulta así, pues, que la doctrina
de la carga de la prueba produce efectos en dos momentos distintos y con referencia a
diferentes sujetos:

 Con relación al juez sirve para que, en el momento de dictar sentencia y ante un hecho
no probado, decida cuál de las partes debe sufrir las consecuencias de esa falta de
prueba.

 Respecto de las partes la doctrina sirve, y en la fase probatoria del juicio, para que
sepan quién debe probar un hecho determinado si no quieren que entre en juego el
efecto anterior.

60
5.3 Reglas legales de distribución de la carga de la prueba

La propia ley material o sustantiva establece de modo concreto a quien incumbe la


prueba. Ocurre así, en los artículos 1439,1645, 1650, y 1662 del Código Civil.

La regla general en cuanto a este punto lo representa el artículo 126 del Código Procesal
Civil y Mercantil el cual establece, primero, un principio: las partes tienen la carga de
demostrar sus respectivas proposiciones de hecho, y, después la regla general referida
a los distintos tipos de hechos: Quien pretende algo ha de probar los hechos constitutivos
de su pretensión; quien contradice la pretensión del adversario, ha de probar los hechos
extintivos o las circunstancias impeditivas de esa pretensión.

5.4 Criterios de distribución de la carga

El artículo 126 ya descrito ofrece base suficiente para distribuir la carga de la prueba
entre las partes atendiendo a las clases de hechos. El demandante debe probar los
hechos constitutivos, esto es, el supuesto fáctico de la norma cuya aplicación pide. Si el
demandado se limita a negar los hechos alegados por el demandante, sin aportar otros,
no tendrá que probar nada, aún cuando pueda realizar contraprueba.

Pero a pesar de lo anterior, es necesario analizar este criterio fundamental en base a las
siguientes consideraciones:

a. La naturaleza constitutiva, impeditiva, extintiva o excluyente de un hecho no es algo


absoluto, sino relativo, determinándose conforme a la relación jurídica que se deduce en
el proceso.

b. Sería absurdo imponer al demandante la carga de la prueba de lo que se puede llamar


condiciones específicas y condiciones generales de la existencia de las relaciones
jurídicas, y ello porque en multitud de ocasiones se le conduciría a la imposibilidad de

61
hecho de probarlas. Por lo que las condiciones generales no quedan comprendidas
dentro de la carga de la prueba.

c. El demandante debe probar las condiciones específicas para el nacimiento del


derecho, pero tampoco cabe imponerle la carga de probar que a lo largo de la vida de
éste no ha surgido ningún hecho que lo ha extinguido34.

6. Clasificación de los medios de prueba

Existen varias clasificaciones de los medios de prueba, pero para efectos de este trabajo
solo se mencionarán las importantes.

Como una primera clasificación se tiene la de Cabanellas, Guillermo, y puede ser:

a. Por confesión
Aquella que surge por declaración que sobre lo sabido o hecho por el, hace alguien
voluntariamente o preguntado por otro. En la legislación nacional es el resultado de la
prueba denominada declaración de parte regulada en el numeral 1º del artículo 128 del
Código Procesal Civil y Mercantil y del 130, 141 del mismo cuerpo legal. Es un medio
de prueba tasado, puesto que produce plena prueba. La confesión puede ser:

- Expresa: La hecha con palabras o señales que clara y positivamente manifiestan lo


confesado.

- Tácita: La que se infiere de algún hecho o la supuesta por la ley.

- Judicial: La efectuada en juicio.

- Extrajudicial: La que se hace fuera de juicio.

34
Montero, Juan. Mauro Chacón. Op.cit. Págs. 26-39.

62
- Simple: La que se hace afirmando lisa y llanamente la verdad del hecho sobre la cual
se le pregunta.

- Cualificada: Es aquella en que si bien reconoce la verdad de un hecho, añade


circunstancias o modificaciones que restringen o destruyen la manifestación hecha.

b. Por testigos o prueba testifical


La que se hace a través del interrogatorio y declaración verbal o escrita de personas que
han presenciado los hechos litigiosos o han oído su relato a otros. Es medio de prueba
lo recoge el articulo 128 del Código Procesal Civil y Mercantil en su numeral 2º. Y lo
regulan los artículos del 142 al 163 del mismo cuerpo legal.

c. Prueba pericial
Denominada en la legislación guatemalteca Dictamen de Expertos es la que surge del
dictamen de peritos es decir personas llamadas a informar ante un tribunal por razón de
sus conocimientos especiales y siempre que sea necesario tal asesoramiento técnico o
práctico del juzgador sobre los hechos litigiosos. El Código Procesal Civil y Mercantil lo
recoge en el numeral 3º del artículo 128 y lo regula en los artículos del 164 al 171 del
mismo cuerpo legal.

d. Inspección ocular
O Reconocimiento Judicial es el examen que hace el juez por si mismo y en algunos
casos con el auxilio de peritos, del lugar donde se produjo el hecho o de la cosa litigiosa
o controvertida. En la legislación guatemalteca pueden ser objeto de reconocimiento las
personas, lugares y cosas que interesen al proceso. A este medio de prueba el Código
Procesal Civil y Mercantil lo tiene como tal en su artículo 128 numeral 4º y lo regula
específicamente en sus artículos del 172 al 176.

e. Documental
También llamada instrumental es la que se realiza por medios de documentos privados,
documentos públicos, libros de comerciantes, correspondencia o cualquier otro escrito.

63
Este medio de prueba lo regula el Código Procesal Civil y Mercantil en el numeral 5º del
artículo 128 y de los artículos 177 al 190 del mismo cuerpo legal, estableciéndose que
puede presentarse como prueba documental toda clase de documentos.

f. Prueba conjetural
Que es la que resulta de indicios, señales, presunciones o argumentos. El Código
Procesal Civil y Mercantil recoge como medio de prueba las presunciones en su artículo
128 numeral 7º y lo regula en los artículos 194 y 195 clasificándolas en leyes legales, que
son aquellas que el legislador incluyo en la ley y las humanas que surgen de la deducción
que hace el juzgador35.

Para el Abogado guatemalteco, Gordillo, Mario, las presunciones legales pueden ser:

- JURIS ET DE JURE: Que es aquella suposición legal que no admite prueba


en contrario. En la legislación nacional lo preceptuado en le artículo 3 de la
Ley del Organismo Judicial que establece que contra la observancia de la
ley, no puede alegarse ignorancia, desuso, costumbre o práctica en
contrario es un típico ejemplo de esta clase de presunción legal.

- JURIS TANTUM: Que es aquella presunción que si admite prueba en


contrario, o sea que es aquella presunción establecida en la ley que puede
ser destruida por prueba en contra. Las presunciones contenidas en el
Código Civil guatemalteco en su mayoría son de esta clase, así por ejemplo
lo relativo a la comorencia establecida en el artículo 3º, la presunción del
domicilio voluntario contenido en el artículo 34, la presunción del abandono
voluntario e inmotivada la ausencia que se regula en el artículo 156, la
presunción de la paternidad y filiación matrimonial y cuasimatrimonial
regulada en los artículos 199 y 182 todas ellas admiten prueba en contrario.

35
Medios de Prueba. Diccionario Enciclopédico del Derecho Usual. Tomo IV J-O. Argentina. Heliasta SRL. 1997.
Página 371.

64
Al citar a Couture, Eduardo, señala Gordillo, Mario que clasifica los medios de convicción
de la manera siguiente:

a. Pruebas directas por percepción


Que son aquellas por las cuales el juez constata por sí mismo el hecho sujeto a litigio,
correspondiente fundamentalmente a esta clase de prueba el Reconocimiento Judicial.

b. Pruebas por representación


Por ellas, el juez a través de documentos y personas, puede constatar un hecho pasado
en el presente. Cuando es por medio de personas, pueden ser personas ligadas al
proceso o terceros, en consecuencia existen:

- Prueba por Representación a través de documentos: Ser refiere a la prueba


documental.

- Prueba por Representación a través de personas ligadas al proceso: Se refiere a la


Declaración de Parte.

- Prueba por Representación a través de terceros o personas no ligadas al proceso.


Refiriéndose a la Declaración de Testigos.

c. Prueba por inducción o deducción


Por este medio de prueba, el juez llega a comprobar los hechos sujetos a litigio, mediante
la inferencia que el juzgador extrae de los hechos probados en autos. Es decir se refiere
en especial a la prueba de presunciones36.

Los aportes teóricos de los anteriores expertos en la materia, aplicados a éste ámbito, se
pueden integrar de la siguiente manera: Sobre las clases de fuentes de donde el juez
extraer las motivaciones que se advierten de manera mediata o inmediatamente para su

36
Gordillo, Mario. Derecho procesal civil guatemalteco. Cuarta Edición. Guatemala. Estudiantíl Fénix. 2005. Páginas
137-142.

65
convencimiento sobre la verdad o falsedad de los hechos o actos que constituyen el
objeto de la prueba, se encuentran comúnmente clasificados en los códigos procesales,
con mínimas diferencias; por lo que bien se puede concluir, que en la práctica no existe
posibilidad de utilizar otros diferentes ya que la experiencia del legislador permite que
todos los que se emplean se hallan comprendidos en la relación de los cuerpos legales.
En este caso, los medios de prueba, son siete, que se clasifican así: Declaración de las
partes; declaración de testigos; dictamen de expertos, reconocimiento judicial,
documentos, medios científicos de prueba y presunciones. No se permite ningún otro
medio, pues, para el efecto debe recordarse un principio general del derecho que señala
que donde el legislador clasifica no cabe agregar. Esto también significa, que no es
permitido cambiarle sus nombres o denominaciones; además, que en otras latitudes a la
declaración de parte, se le denomina prueba por confesión; al dictamen de experto,
prueba pericial, como aquí se denomina pero al referirse a las pruebas anticipadas
(Artículo 103, del Código Procesal Civil y Mercantil); al reconocimiento judicial, inspección
ocular; a la documental, instrumental; y, a las presunciones, prueba conjetural, o por
indicios o prueba de deducción.

De tal manera, que la prueba directa por percepción, sería el reconocimiento judicial. La
prueba por representación documental, los documentos; la prueba por representación
por personas legadas al proceso, la declaración de parte; la prueba por representación
por personas no ligadas al proceso, la declaración de testigos, dictamen de expertos y
los medios científicos de prueba; y, por último, la prueba por inducción o deducción, que
no son más que las presunciones, que a su vez se dividen en legales o de derecho; y,
las humanas.

66
Fuente: Gordillo, Mario (2005).

7. Procedimiento probatorio

Para los autores Montero, Juan y Chacón, Mauro, la prueba y su procedimiento no son
siempre necesarios. Ciertamente es muy extraño que se dé en la práctica un proceso
sin prueba, pero la posibilidad existe y el artículo 123 del Código Procesal Civil y Mercantil
alude al mismo cuando dice que se abrirá a prueba el proceso si existen hechos
controvertidos, lo que supone, en sentido contrario, que si no hay hechos controvertidos
no es necesaria la prueba.

En el procedimiento probatorio cabe distinguir las siguientes fases:

67
7.1 Petición de apertura a prueba del proceso

Es un acto de parte por el que se pide al juez que en el proceso se realice la prueba, se
trata de una petición general, que debe hacer el actor en el escrito de demanda, artículo
106, y en el demandado en el de contestación de demanda, artículo 118.

7.2 Apertura a prueba y término de prueba

a. Apertura a prueba
Es un acto del juzgador por el que se determina la realización de prueba en el proceso.
La resolución del juez abriendo a prueba el proceso depende de una circunstancia
esencial: de que después de los escritos de alegaciones o de introducción de las partes,
demanda y contestación, y reconvención y contestación a la misma, existan hechos
controvertidos.

b. Término de prueba
Legalmente se denomina término de prueba al período de tiempo en que ha de realizarse
la práctica de aquella. Dicho término, en realidad es un plazo, y así lo determina el
artículo 206 de la Ley del Organismo Judicial, se regula en el artículo 123 del Código
Procesal Civil y Mercantil al distinguir:

 Término ordinario: En la resolución en que se acuerda la apertura a prueba, tendrá el


juez que conceder a las partes el término ordinario de prueba, que se fija en treinta
días, si bien el mismo puede ampliarse a diez días más, cuando sin culpa del
interesado no hayan podido practicarse las pruebas pedidas en tiempo, aunque la
solicitud de prórroga debe hacerse, por lo menos, tres días antes de que concluya el
término ordinario, tramitándose como incidente.

 Término extraordinario: Inicialmente el juez concederá siempre el término ordinario,


que empezará a corres sin más, a partir de la notificación a las partes, pero la parte
que ha ofrecido pruebas que deben practicarse o recibirse fuera de la República y que

68
procedan legalmente puede solicitar y el juez concederá el llamado termino
extraordinario, que no podrá exceder de ciento veinte días; ese término debe ser
concedido por el juez en el tiempo que estime suficiente y es siempre improrrogable.

7.3 Ofrecimiento de los medios concretos de prueba

Acto de las partes por el que precisan qué medios de prueba desean practicar en el
proceso. Este acto, dado que los medios de prueba deben proponerse en la demanda y
en la contestación de la demanda, se produce conjuntamente con la petición de apertura
del proceso a prueba, pero debe tenerse en cuenta que una cosa es que se pida que en
el proceso exista prueba y otra que se diga qué medios deben practicarse.

7.4 Admisión de los medios de prueba

Acto del juez por el que, previo examen de los requisitos necesarios, determina los
medios de prueba que entre los propuestos por las partes, deben practicarse en el
proceso. Aquí es donde surgen las facultades negativas o positivas del juez, quien puede
rechazar o admitir un medio de prueba propuesto por una parte, pero además puede de
oficio ordenar la práctica de medios de prueba, cuando para ello exista norma expresa
que así lo determine, como en el caso de los artículos 172, reconocimiento judicial; 183,
informes; y 191 reproducciones y experimentos, ello aparte del auto para mejor fallar.

La admisión de algún medio de prueba ha de basarse en alguna de estas razones


generales, sin perjuicio de las razones específicas de cada medio:

a. Porque se refiere a hechos no controvertidos, o admitidos, artículo 123.

b. Porque se refiere a medios de prueba prohibidos por la ley, artículo 127; y en el mismo
sentido el artículo 192 dice que podrán aportarse comunicaciones telegráficas,
radiográficas, y otras siempre que se hayan observado las disposiciones de las leyes y
reglamentos respectivos.

69
c. Porque se trata de medios propuestos con finalidad notoriamente dilatoria o con objeto
de entorpecer la marcha regular del proceso, artículo 172.

d. Porque el medio propuesto es impertinente. La impertinencia atiende a la pretensión


de probar hechos que no tienen relación con el objeto del proceso.

e. Porque el medio propuesto es inútil. La inutilidad se refiere a la inadecuación del


medio respecto al fin que se persigue, es decir, respecto del hecho que se pretende
probar.

7.5 Práctica de la prueba

Es en esta etapa del proceso donde adquiere especial relevancia el procedimiento


probatorio de cada uno de los medios de prueba, pero aun así puede hacerse mención
de una serie de normas generales que se refiere a:

a. Presencia judicial, inmediación


El juez presidirá todas las diligencias de prueba, señala el artículo 129 del Código
Procesal Civil y Mercantil, el cual es reforzado por el 68 de la Ley del Organismo Judicial
que indica que los jueces recibirán por sí todas las declaraciones y presidirán todos los
actos de prueba.

b. Audiencia o contradicción
Todas las pruebas se practican con intervención de las partes, debiendo al efecto ser
citadas con dos días de antelación por lo menos, según el artículo 129, la falta de citación
debe suponer nulidad o, en palabras del código no se tomarán en consideración.

c. Publicidad
La regla general es que todas las diligencias de prueba se practicarán en audiencia
pública, esto es, con total publicidad. Excepcionalmente los jueces podrán disponer que

70
se practiquen de manera reservada cuando, por su naturaleza, el tribunal lo juzgare
conveniente. Artículo 129.

d. Lugar
En principio las pruebas se practicarán en el local del órgano jurisdiccional, aunque cabe
la posibilidad, en el reconocimiento judicial, de que el juez tenga que ir al lugar o terreno
del caso, y aún caben otros supuestos en la confesión, artículo 132 del Código Procesal
Civil y Mercantil, y la prueba testifical, artículos 155 y 156 del mismo cuerpo legal.

Sin embargo es posible que la prueba se practique en lugar distinto y ante juez diferente
del que ha de dictar sentencia. El artículo 170 de la Ley del Organismo judicial admite,
en general, que los magistrados pueden encomendar a los jueces de primera instancia y
éstos a los jueces menores la práctica de las diligencias expresadas en el artículo 68,
esto es, los actos de prueba, cuando deban tener cumplimiento en el lugar que no sea el
de su respectiva residencia.

e. Documentación
Las pruebas se practican de un modo mixto oral y escrito, pero en todo caso el acto ha
de ser documentado por el secretario que levantará acta, haciendo constar en ella su
nombre, y siendo responsable solidariamente con el juez o magistrado del contenido de
los mismos. Artículo 69 de la Ley del Organismo Judicial37.

8. Valoración de la prueba

El destinatario de la prueba es, naturalmente, el juzgador. La prueba se valora por el o


se fija por el tribunal y las operaciones se plasman en la sentencia.

37
Montero, Juan. Mauro Chacón. Op.cit. Págs. 47-51.

71
8.1 Sistemas de valoración

La valoración de la prueba viene siempre determinada por las máximas de la experiencia,


por los juicios hipotéticos y generales en que éstas se resuelven.

En cuanto a los sistemas cabe establecer los siguientes. En primer lugar el sistema libre,
o la sana critica, en el que la ley deja al juez que aplique las máximas que ésta ha
adquirido por su experiencia personal en la vida. En segundo lugar el sistema de prueba
legal, o la tasada, en el que la ley hace establecer la máxima de la experiencia en la
propia norma, e imponerla al juez en el momento de la valoración de la prueba. Y en
tercer lugar el sistema de libre convicción, en el que la ley no establece regla alguna para
la apreciación de las pruebas; el juez es libre de convencerse según su íntimo parecer,
de la existencia o inexistencia de los hechos de la causa valorando aquellas según su
leal saber y entender.

En el sistema mixto de este proceso civil el tribunal se encuentra con que en unos casos
debe aplicar sus máximas de la experiencia, con base en las cuales convencerá o no de
la realidad de la afirmación de hecho efectuada por la parte, pero en otros casos su labor
se limitará a comprobar si el hecho ha quedado o no fijado conforme a lo que la ley dice,
independientemente de su convencimiento. Con uno y otro sistema tendrá que
establecer en la sentencia cuales son los hechos que han sido probados.

8.1.1 El sistema de la prueba tasada

Conforme a éste sistema la ley le señala al Juez, por anticipado, el grado de eficacia que
tiene la prueba. “El legislador –dice EISNER- razona antes que el Juez y le da su
razonamiento servido como imposición legal para que el Juez se limite a comprobar, en
el caso, si las pruebas rendidas contienen los recaudos que el legislador ha impuesto
como suficientes para tener por acreditados los hechos”. En realidad el Juez no aprecia
la prueba. Mas bien lo que la ley quiere es que el Juez no la aprecie, sino que
simplemente dé por probado el hecho si en aquella concurren los requisitos previos a que

72
está sometida. No aplica el Juez su criterio o saber, sino que el criterio o saber del
legislador.

8.1.2 El sistema de libre convicción

Conforme a este sistema, el Juez está autorizado para formar su convicción de acuerdo
con su criterio. No está sometido a una regla de experiencia impuesta por la ley, sino a
la regla que libremente elija. Aprecia la eficacia de la prueba según los dictados de la
lógica y de su conciencia y puede, incluso, apoyarse en circunstancias que
personalmente le consten. No es menester –dice COUTURE- que la construcción lógica
sea perfecta y susceptible de controlarse a posteriori; “basta en esos casos con que el
magistrado afirme que tiene la convicción moral de que los hechos han ocurrido de tal
manera, sin que se vea en la necesidad de desarrollar lógicamente las razones que le
conducen a la conclusión establecida”

Este sistema, que teóricamente podría considerarse el ideal, es de difícil aplicación; tanto
por la cultura jurídica y calidad moral que de los Jueces exige, como por los peligros que
corre la libre convicción de convertirse en libertinaje o los Jueces en árbitros absolutos
de la verdad. En el Código guatemalteco, se reconocen como sistemas de valoración el
de la prueba legal y el de la sana crítica. El primero como excepción y el segundo como
regla.38

8.1.3 La sana crítica

La sana crítica como un sistema de valoración de la Prueba, es la persuasión racional


que implica necesariamente darle una mayor libertad al tribunal en la valoración de la
prueba, pero también una mayor responsabilidad y confianza. Mas que la expresión de
una moda en el pensamiento político procesal, la sana critica refleja una necesidad de
superar las rigideces de la prueba tasada.

38
Nájera Farfán, Mario Efraín. Derecho Procesal Civil. Segunda Edición. Volúmen I. Guatemala. Inversiones
Educativas / IUS Ediciones. 2006. Págs. 446-448.

73
8.1.3.1 La sana critica según la doctrina

Hugo Alsina dice que las reglas de la sana crítica, no son otras que las que prescribe la
lógica y derivan de la experiencia, las primeras con carácter permanente y las segundas,
variables en el tiempo y en el espacio. Couture define las reglas de la sana crítica como,
las reglas del correcto entendimiento humano; contingentes y variables con relación a la
experiencia del tiempo y del lugar; pero estables y permanentes en cuanto a los principios
lógicos en que debe apoyarse la sentencia. La sana crítica configura una categoría
intermedia entre la prueba legal y la libre convicción. Sin la excesiva rigidez de la primera
y sin la excesiva incertidumbre de la última, configuran una feliz fórmula de regular la
actividad intelectual del juez frente a la prueba. Las reglas de la sana crítica son, para él
ante todo, las reglas del correcto entendimiento humano. En ellas interfieren las reglas
de la lógica, con las reglas de la experiencia del juez. Unas y otras contribuyen de igual
manera a que el magistrado pueda analizar las pruebas con arreglo a la sana razón y a
un conocimiento experimental de los casos. El juez que debe decidir con arreglo a la
sana razón, no es libre de razonar a voluntad, discrecionalmente, arbitrariamente. Esta
manera de actuar no sería sana crítica, sino libre convicción. La sana crítica es la unión
de la lógica y la experiencia sin excesivas abstracciones de orden intelectual, pero
también sin olvidar esos preceptos que los filósofos llaman de higiene mental, tendientes
a asegurar el más certero y eficaz razonamiento.

Couture destaca la diferencia entre la sana crítica y la libre convicción pues este último
es, aquel modo de razonar que no se apoya necesariamente en la prueba que el proceso
exhibe al juez, ni en medios de información que pueden ser fiscalizados por las partes.
Dentro de éste método el magistrado adquiere el convencimiento de la verdad con la
prueba de autos, fuera de la prueba de autos y aún contra la prueba de autos. El juez no
está obligado a apoyarse en hechos probados, sino también en circunstancias que le
consten aun por su saber privado; la relación entre la sana crítica y la lógica, Couture
hace ver que las reglas de la sana crítica consisten en su sentido formal en una operación
lógica. De la misma manera, habría error lógico en la sentencia que quebrantara el
principio del tercero excluido, de falta de razón suficiente o el de contradicción. Pero es

74
evidente que la corrección lógica no basta para convalidar la sentencia. La elaboración
del juez puede ser correcta en su sentido lógico formal y la sentencia ser errónea. Según
un autor los siguientes: 1º Son juicios, esto es, valoraciones que no están referidas a los
hechos que son materia del proceso, sino que poseen un contenido general. Tienen un
valor propio e independiente, lo que permite darle a la valoración un carácter lógico; 2º
Estos juicios tienen vida propia, se generan de hechos particulares y reiterativos, se
nutren de la vida en sociedad, aflorando por el proceso inductivo del juez que los aplica;
3º No nacen ni fenecen con los hechos, sino que se prolongan más allá de los mismos, y
van a tener validez para otros nuevos; 4º Son razones inductivas acreditadas en la
regularidad o normalidad de la vida, y, por lo mismo, implican una regla, susceptible de
ser utilizada por le juez para un hecho similar; 5º Las máximas carecen de universalidad.
Están restringidas al medio físico en que actúa el juez, puesto que ellas nacen de las
relaciones de la vida y comprenden todo lo que el juez tenga como experiencia propia.

8.1.3.2 La sana crítica según la jurisprudencia

Es aquella que conduce al descubrimiento de la verdad por los medios que aconseja la
razón y el criterio racional, puesto en juicio.

8.1.3.3 La sana crítica según la legislación

Al apreciar la prueba de acuerdo con las reglas de la sana crítica, el tribunal deberá
expresar las razones jurídicas y las simplemente lógicas, científicas o técnicas en cuya
virtud les asigne valor o las desestime.

Valoración de la prueba. Los jueces apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la


sana crítica. En consecuencia no podrán contradecir los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados. La sentencia
deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba rendida, incluso de
aquellas que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones tenidas en cuenta
para hacerlo. La valoración de la prueba en la sentencia requiere el señalamiento de los

75
medios de prueba mediante los cuales se da por acreditados cada uno de los hechos, de
modo de contener el razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones a que llegue
la sentencia.

Los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicos


afianzados, elementos que sin discusión caracterizan por definición el sistema de la sana
crítica.

8.1.3.4 Resumen. Caracteres distintivos de la sana crítica

De lo afirmado por la doctrina, jurisprudencia y normas legales de la sana crítica se puede


extraer varias cosas. El sistema de la sana crítica, solo se refiere a la valoración de la
prueba, luego es claro que esa fórmula legal mantiene subsistentes, vigentes, en la
respectiva materia, las demás normas sustantivas probatorias denominadas reglas
reguladoras que nada tiene que ver con su apreciación, la lógica con sus principios de
identidad, una cosa solo puede ser igual a sí misma; de contradicción, una cosa no puede
ser explicada por dos proposiciones contrarias entre sí; de razón suficiente, las cosas
existen y son conocidas por una causa capaz de justificar su existencia; del tercero.

8.1.3.5 La fundamentación de las sentencias

Couture al definir fundamentos de la sentencia dice, conjunto de motivos razones o


argumentos de hechos y especialmente de derecho en que se apoya una decisión
judicial.

Se evitan arbitrariedades y se permite a las partes usar adecuadamente el derecho de


impugnación contra la sentencia para los efectos de la segunda, instancia, planteándole
al superior las razones legales y jurídicas que desvirtúan los errores que condujeron al
juez a su decisión. Porque la resolución de toda sentencia es el resultado de las razones
o motivaciones que en ella se explican.

76
8.1.3.6 La sana crítica exige la fundamentación de las sentencias

La apreciación de la prueba en conciencia no autoriza a hacer simples estimaciones, por


cuanto la conciencia debe formarse de conformidad con las normas que establece la
lógica y las leyes para dar conocimiento exacto y reflexivo de las cosas, y la sentencia
debe explicar las normas a que se sujeta para dar la razón de su final veredicto. Como
bien dice Alcalá-Zamora y Castillo la sana crítica debe exteriorizar un juicio razonado que
indique por qué motivos se acepta o rechaza, en todo o en parte, una opinión expuesta,
mas sin que oscile de la sumisión ciega a la desconfianza infundada.

En el mismo sentido Juan Montero Aroca para quien las reglas de la sana crítica son
máximas de las experiencias judiciales que deben integrar la experiencia de la vida del
juez, opina que esas máximas no pueden estar codificadas, pero sí han de hacerse
constar en la motivación de la sentencia, pues solo así podrá quedar excluida la
discrecionalidad y podrá controlarse por los recursos la razonabilidad de la declaración
de hechos probados.39

8.2 Apreciación conjunta de la prueba y motivación de las sentencias

Al momento de resolver el proceso, es necesario acudir a la valoración conjunta de la


prueba, el cual sirve para reunir varias o todas las pruebas practicadas en una valoración
conjunta sobre la que sustenta el fallo; resulta inadmisible cuando la contradicción se
produce entre medios de prueba que se aprecian por los dos sistemas, y se utiliza tanto
para desconocer el valor de las pruebas legales, como para motivar tácticamente las
sentencias. En el primer caso, se llega a decirlo expresamente. En el segundo caso, la
motivación fáctica de las sentencias no existe si no se ponen en relación las fuentes-
medios de prueba con los hechos probados, y no se explica en la sentencia como desde
aquéllos se llega a estos, bien como base en el convencimiento del juzgador, bien con
relación a las reglas legales.

39
Jurisprudencia en Guatemala. González, Aldo. La Fundamentación de las Sentencias y la Sana Crítica. Guatemala.
2009. iurisprudentia-guatemala.blogspot.com/feeds/posts/default. 2009.

77
Se llega a la indefectible conclusión, sobre es aspecto de la valoración de la prueba,
específicamente de sana crítica, en este sistema, cobra suma importancia; y, para el
efecto, basta con echarle un vistazo a la legislación adjetiva civil y mercantil, cuando
estatuye que los tribunales, salvo disposición de ley en contrario, deben apreciar el mérito
de las pruebas de acuerdo con las reglas de la sana crítica (Artículo 127, del Dto. Ley
107).

En ese contexto, en el medio de prueba de declaración de parte, cuando haya confesión


expresa o tácita, esta debe producir prueba; es decir, esta debe ser valorada según se
impone por el legislador –tasadamente- (Artículo 139, del Código Procesal Civil y
Mercantil). También en ese mismo sentido, cuando se trate de documentos, cuando son
autorizados por notario o por funcionario o empleado público en ejercicio de su cargo; y
cuando se trate de documentos privados, que estén debidamente firmados por las partes
(Artículo 186, del Código Procesal Civil y Mercantil). A excepción de estos dos medios,
todos los demás, que resultan siendo la mayoría (declaración de testigos, dictamen de
expertos, reconocimiento judicial y medios científicos de prueba), se deben valorar en
base a ese sistema (Artículos 127, 161 y 170, del Dto. Ley 107); y, por ello, se recalca su
importancia.

Significa, que la misma ley, exige al juzgador, en todo caso, la valoración razonada y
crítica de todos y cada uno de los medios de prueba que se generen en el proceso. De
tal manera, que su razonamiento debe apoyarse necesariamente en la prueba que se
incorporó al proceso, en los que cada parte tuvo necesariamente la oportunidad de
fiscalizarlos; consecuentemente, tiene prohibido, sino expresamente, tácitamente, por el
significado técnico de este sistema de valoración, estimar prueba que no obre en autos,
o contra la prueba de los antecedentes; y, peor aún, circunstancias que son de su
conocimiento privado.
a ley, entonces, impone o regula la actividad intelectual de quien juzga, para que su
entendimiento sea correcto, sea lógico, tenga sentido común; integrando sana razón o
lógica y conocimiento adquirido por su experiencia de vida; y, sobre todo, que tal lógica

78
y experiencia fundidas, sean explicadas o expresadamente razonadas; señalando con
claridad meridiana, la relación de la prueba con las proposiciones de hecho controvertidos
en el proceso; y, consiguientemente, cómo de la prueba llegó a las afirmaciones o hechos
que fundamentan la demanda o a los hechos extintivos o circunstancias impeditivas que
contradicen y niegan dicha pretensión.

79
CAPITULO III
LA SENTENCIA

1. Definición

Para Aguirre Godoy, Mario, es el acto procesal por excelencia de los que están atribuidos
al órgano jurisdiccional. Mediante ella termina normalmente el proceso y cumple el
Estado la delicada tarea de actuar el Derecho objetivo. En la importante clasificación de
los actos procesales, atendiendo precisamente a su función, o sea la que los divide en
actos de iniciación, actos de desarrollo y actos de terminación (de decisión y de extinción),
la sentencia corresponde a los actos de decisión.40

La jurisdicción y la acción se asocian en el proceso tras una meta común: hacer efectiva
la tutela que la ley concede a un interés determinado. Para hacerla efectiva, es preciso
saber con certeza si el derecho objetivo invocado por el titular de la acción, es o no
aplicable al hecho concreto motivo de la controversia. Por medio de este confrontamiento
entre el hecho y el derecho, el órgano jurisdiccional verifica si coinciden entre sí. Si el
uno se ajusta al otro, se ordena la satisfacción del interés pretendido. En caso contrario,
se niega su actuación. El acto mediante el cual se declara si el derecho preexistente es
o no aplicable al hecho tenido como cierto en el juicio, es la sentencia. Con esta
sentencia, la litis queda decidida y el derecho reestablecido.

De las definiciones transcritas, se deduce con claridad que no existe discrepancia alguna
sobre los elementos que concurren a la determinación del concepto de sentencia: pone
término al proceso; decide sobre el derecho disputado; satisface las pretensiones
negándolas o reconociéndolas; hace cesar un estado de incertidumbre o sea aquel en
que se coloca al derecho por su inobservancia en cada caso concreto. En síntesis estima
o desestima una demanda afirmando o negando la existencia de la voluntad concreta de

40
Aguirre Godoy. Mario. Op.cit. Pág. 761.

80
la ley en el caso debatido. Es, apunta Guasp, el acto decisorio de un proceso de
cognición.41

2. Requisitos de la sentencia

La Ley del Organismo Judicial en el artículo 147, se encarga de dar reglas precisas al
respecto. Así en la redacción de las sentencias deben observarse los siguientes
requisitos:

a. Lugar, tiempo, sujetos e identificación del proceso


Esta parte es la que en el lenguaje corriente se designa como encabezamiento de la
sentencia. Alsina indica que siendo la sentencia un documento se rige por las reglas
generales y los caracteres aplicables a todo instrumento público.

El requisito de la fecha es importante porque sirve para determinar si fue pronunciada en


día hábil y dentro del plazo que la ley establece para dictarlas, que para los guatemaltecos
es el de quince días después del de la vista del proceso.

b. Hechos de la demanda y contestación, reconvención y excepciones


Debe en párrafos separados consignarse un resumen del contenido de los escritos de
demanda, contestación, reconvención y de las excepciones.

c. Hechos sujetos a prueba


Deben relacionarse los hechos sujetos a prueba con especificación de los probados y de
los que no probados, debiéndose tomar en cuenta que la redacción de la sentencia no es
más que el proceso en virtud del cual queda documentada la decisión del Tribunal. O sea
que el fallo ya se he pronunciado, como es lógico, antes de documentarlo. Por eso es
que el Juez está en posibilidad de indicar qué hechos han sido probados, a su juicio, y
cuales no.

41
Nájera Farfán, Mario Efraín. Op.cit. Págs. 609-610.

81
d. Puntos de derecho
El juez hará mérito, en la parte considerativa, del valor de las pruebas rendidas; de cuales
de los hechos sujetos a discusión se estiman probados; se expondrán las doctrinas y
fundamentos de derecho que sean aplicables al caso, y se citarán las leyes en que se
apoyen los razonamientos. Esta es la parte considerativa de la sentencia. Se entiende
que el fallo debe ser suficientemente fundado en ley, y por eso, esta disposición obliga a
la cita de leyes. También se refiere a las doctrinas que sean aplicables. Con esta
indicación es posible que la ley esté aludiendo al aspecto jurisprudencial.

De acuerdo con reiterada jurisprudencia del Tribunal Supremo, si se omite considerar o


tomar en cuenta prueba que es relevante para los efectos de la decisión, debe
interponerse recurso de casación por error de hecho en la apreciación de la prueba.

e. Resolución
Finalmente el Juez emitirá la resolución citando las leyes que fueren aplicables. Esta es
la parte dispositiva de la sentencia, la que generalmente se acepta como determinante
para los efectos de la cosa juzgada. Es de ésta parte de la sentencia, de donde podrá
extraerse la conclusión de si se trata de una sentencia declarativa, de condena o
constitutiva, o en su caso cautelar.42

Como cierre de este capítulo, se puntualizan los siguientes aspectos: primero, que sabido
es que dentro del trámite del proceso de conocimiento conocido como juicio ordinario, se
pueden establecer cuatro etapas o fases, el de preparación (conciliación y pruebas
anticipadas: artículos 96 al 105 del Código Procesal Civil y Mercantil); el de introducción,
compuesto de la demanda, emplazamiento y contestación de la demanda (Artículos 106
al 122, del mismo cuerpo legal citado); el probatorio, etapa en la que las partes, luego de
abrirse dicha fase a través de un acto jurisdiccional o resolución, tienen la oportunidad de
reiterar o aportar exclusivamente los medios de prueba que ofrecieron en la demanda y
contestación (Artículos 123 al 195, del Dto. Ley 107); y, la etapa decisoria, conclusiva,
final o definitiva, compuesta de tres aspectos importantes, el de la vista, oportunidad en

42
Aguirre Godoy. Mario. Op.cit. Pág. 769-773.

82
las que las partes presentan sus alegatos finales, a fin de que el Juzgador adquiera
instrucción necesaria para fallar conforme a la justicia; el auto para mejor fallar, que es
una alternativa, únicamente para aclarar alguno punto dudoso, nunca para generar
prueba, practicando alguna de las diligencias señaladas en el artículo 197, del código
adjetivo de la materia de estudio; y, con el propósito de resolver la cuestión con mayor
garantía de acierto; y, la más importante de estas, la sentencia, a través de la cual se
decide la litis y el derecho reclamado se puede restablecer, según se prueben las
proposiciones de hecho que sustentan lo demandado o pretendido.

Obviamente, la sentencia, como un acto o actuación jurisdiccional de suma importancia,


debe llenar en su documentación o constancia, requisitos de forma y de fondo, según lo
disponen las normas legales generales contenidas en los artículos 143 y 147, de la Ley
del Organismo Judicial. En la primera disposición se encuentran los requisitos generales
de toda resolución, en la que lógicamente, debe situarse la sentencia, pues, esta también
es una resolución; y, en la segunda, pues, están los requisitos especiales de la misma.

En cuanto a la forma y según las normas citadas, debe contener el nombre del tribunal;
el lugar y la fecha; nombre completo, razón social o denominación y domicilio de los
litigantes, en su caso, de las personas que los hubiesen representado; y el nombre de los
abogados de cada parte; clase y tipo de proceso, y el objeto sobre el que versó, en
relación a los hechos; en párrafos separados, resúmenes sobre el memorial de demanda,
su contestación, la reconvención, las excepciones interpuestas y los hechos que se
hubieren sujetado a prueba; las consideraciones de derecho que harán mérito del valor
de las pruebas rendidas y de cuales de los hechos sujetos a discusión se estiman
probados, se expondrán, asimismo, las doctrinas fundamentales de derecho y principios
que sean aplicables al caso y se analizarán las leyes en que se apoyen los razonamientos
en que descanse la sentencia; la cita de leyes secundarias o accesorias o de forma; la
parte resolutiva, que contendrá decisiones expresas y precisas congruentes con el objeto
del proceso; y, las firmas completas del juez y del secretario que autoriza.

83
De acuerdo a este formato, su redacción se puede dividir en cuatro partes o secciones;
la primera, el encabezado, que es el de identificaciones, del lugar y fecha, del órgano
jurisdiccional, de las partes contendientes; del proceso y del objeto del mismo; la
segunda, el contentivo histórico o de antecedentes, en la que se resumen las posturas
de cada parte y se extraen los aspectos controvertidos; la tercera, el que contiene el
análisis correspondiente y se conoce como la parte considerativa; y, la última, la cuarta,
la de conclusión, o de decisión, o parte resolutiva, en la que se emite el juicio o se decide
expresa, clara y precisa y congruentemente el objeto del proceso.

En relación al fondo, esta debe situarse en la parte más importante de un fallo, en la


considerativa, que como su mismo nombre lo indica, en la que se considera, en la que se
medita, en la que se analiza, en la que se valora, en la que se en la que se infiere, en la
que se deduce, en la que se extrae, en la que se presume, en la que se interpreta, en la
que se integra, en la que se aplica el derecho; en la que se compara, en la que se estudia;
en conclusión, es la parte donde se piensa, a través de operaciones mentales. En esta
parte de dicho acto judicial, deben valorarse las pruebas generadas e incorporadas en el
proceso, de acuerdo a las reglas comentadas anteriormente; señalando que hechos
sujetos a discusión se tienen probados y cuáles no; y, con los establecidos que demandas
se tienen satisfechas y son procedentes reconocerlas. Es por eso, que las sentencias
deben ser motivadas o razonadas amplia, conveniente y legalmente.

En este apartado –el de las consideraciones de hecho y de derecho- es anti técnico o


contrario a la técnica jurídica, que únicamente se concrete a transcribir una infinidad de
artículos, que aunque aplicables al caso, no se hace un análisis de ellos y sobre todo
conjugándose con los extremos objeto del proceso; también de nada sirve que en un
apartado que se denomine considerando se apunten, se transcriban o se señalen doctrinas,
teorías o principios generales del derecho, sino existe una explicación de su aplicación al
caso; todo esto, como se acostumbra tribuna liciamente. Sobre otros requisitos o
formalidades que se deben llenar, que se cumplen o incumplen en un fallo, se apunta y
señala, que por ser el objeto del estudio y de la investigación, no se puntualizan, pues, sería
únicamente una opinión subjetiva; y, por lo tanto, se antoja no recomendable desarrollar.

84
CAPITULO IV
PRESENTACION DE RESULTADOS

En el desarrollo de la investigación se llevaron a cabo treinta encuestas; diez, dirigidas a


Jueces y oficiales del Organismo Judicial de Quetzaltenango; y, veinte, a abogados
litigantes y estudiantes de Derecho; mismas que se describirán, representarán e
interpretaran especifica y conjuntamente; también, se tuvieron a la vista nueve
expedientes, consistentes en juicios ordinarios del año dos mil nueve, correspondientes
a los Juzgados objeto de estudios, Primero y Segundo de Primera Instancia del Ramo
Civil de Quetzaltenango, en los que se dictaron las sentencias y obviamente se valoraron
las pruebas respectivas; casos que se identificaran y fallos que se analizaran e
interpretaran.

1. De las encuestas

Interpretación general, conjunta y/o confrontada de los sectores encuestados.


a. Entre el sector interno y el externo del sistema judicial, existe una polarización, esto
con respecto a la clara y precisa comprensión de los distintos aspectos de que se
compone una sentencia; los encargados de administrarla, aseguran que no hay duda
alguna; pero los litigantes y estudiantes, dicen lo contrario.

b. En relación a que a la parte resolutiva de las sentencias es a la que se le pone atención


mayor; y, que la considerativa, es la menos atractiva, el sector operador, en ambas,
concluye que no es así. Se interpreta de esta mayoría, que el sistema visto desde su
interior, es de la opinión que ambos componentes son de suma e igual importancia; y, a
las que se le pone toda la atención y atractivo correspondientes;

c. Por su parte, el otro sector, el de abogados y estudiantes, en cuanto a que a la parte


resolutiva se le pone mayor énfasis, su opinión se divide por mitad; pero en el otro
aspecto, su mayoría es abrumadora, en el sentido que la parte considerativa es la menos
atractiva. Se interpreta, en su contexto: primero, que resulta, entonces, siendo la parte

85
resolutiva la más atractiva para ellos; y, segundo, que sin importar o entender las
motivaciones que se tuvieron para tal o cual conclusión, lo importante, es el resultado;

d. La parte creadora de las sentencias, en un porcentaje poco mayor del cincuenta por
ciento, opinan que los fallos en la parte de análisis, se hace ampliamente; pero al existir
un porcentaje considerable, que opina lo contrario y de su agregado, como explicación,
se llega a la conclusión e interpretación, que efectivamente falta mayor atención y
consideración al respecto y que esto se debe a la recarga de trabajo;

e. Siempre, ante la misma interrogante, de una mayor y mejor motivación de los fallos;
la parte contraria, la de los abogados y estudiantes, son de la postura, mayoritaria y
abrumadoramente, de que debe explicarse mejor; deduciéndose e interpretándose de
ello, que dichas motivaciones no dejan satisfecho a este sector;

f. En uno de los aspectos objeto de estudio y de encuesta, que es a saber: que toda
sentencia debe estar a la altura, alcance y comprensión de cualquier persona, ambos
sectores consultados, concuerdan el cien por ciento. Se interpreta de esta increíble
postura, que tanto sector comprometido con su autoría, como los técnicos en la materia,
que aunque los fallos solo sean leídos e interpretados por cierto sector de la población
docta en la materia; se debe recordar, que están destinados principalmente a las partes
o personas litigantes, que en su generalidad desconocen la jerga jurídica, y quienes
deben entender a cabalidad dichos fallos; recordando también, que es a quien se debe
convencer con argumentos de hecho y derecho de peso;

g. Los dos sectores –jueces y oficiales y abogados y estudiantes- son coincidentes en


cuanto a saber qué es valorar una prueba tasadamente y según reglas de sana crítica.
Se interpreta, que se debe al hecho, de que unos, son profesionales del derecho; otros,
estudiantes trabajadores en la materia; otros, sólo trabajadores; y, otros, sólo estudiantes
de la disciplina; y, en consecuencia, tienen el conocimiento básico de ambos sistemas,
como parte de su formación correspondiente;

86
h. Todos los encuestados en el sector jueces y oficiales, al ser de la posición de saber
por qué se valora una prueba determinada de acuerdo con el sistema tasado, sin dar
ninguna explicación al respecto, se deduce que se hace por ser el sector comprometido
con el cuestionamiento o tésis bajo investigación;

i. Sobre la razón del por qué se valora una prueba determinada de acuerdo con el sistema
tasado, los abogados y estudiantes señalan claramente cuál es, pero esto se debe,
interpretándose dicha postura, al conocimiento que tienen sobre el particular; pero el
problema no es con los sectores comprometidos, sino con aquellas personas que no
tienen ningún conocimiento, por ejemplo las partes contendientes, a quienes va dirigido
el fallo; y, ellos, sí la necesitan, de manera conveniente, amplia y convincente;

j. Los jueces y oficiales coinciden cien por ciento que en las sentencias se indica qué
sistema de valoración se está utilizando y que además se explica cuáles son las reglas
de la sana crítica que se utilizan en las pruebas bajo valoración, pero al compararse con
la postura del sector de abogados litigantes y estudiantes, y por la explicación que se da
por estos últimos al respecto, se llega a otra conclusión e interpretación; y para tales
efectos véase el siguiente punto;

k. Como algo muy extraño y particular; y sobre la que debe existir una especial
interpretación, es que los sectores encuestados, quienes en momentos y en relación a
ciertos aspectos tuvieron un acercamiento increíble, en este, están radicalizados, total y
contundentemente; y, es que el sector de jueces y oficiales, señalan que en las
sentencias se explica qué reglas de la sana crítica son utilizadas para cual o tal prueba;
pero el otro sector, el de abogados litigantes y estudiantes, sostienen por no explicativa
que contiene la encuesta, que si bien se consigna que determinada prueba tiene o no
mérito y que este crédito o descredito se hace de manera generalizada, señalando
únicamente que es de acuerdo a reglas de sana crítica; pero no se exponen o no se
explican, cuáles son esas reglas particulares, a través de las cuales se llega a tal
valoración o acogimiento o rechazo correspondientes. En consecuencia, esto tiene una
gran connotación en este estudio; interpretándose, por ser un sector a quien

87
indirectamente se le afecta, que es la que no está del todo convencido, que debe
mejorarse la motivación en este sistema.

2. De las sentencias revisadas

2.1 Interpretación general, conjunta y/o confrontada de la forma de valoración de


los medios de convicción en los casos revisados

a. A las declaraciones de las partes, se les confiere pleno valor probatorio por haber sido
prestadas legalmente ante juez competente en ejercicio de sus funciones o por haber
sido recibidas con las formalidades de ley y el acta no haber sido redargüidas de nulidad
o falsedad;

b. A las declaraciones de testigos, se les confiere valor probatorio por haber sido
prestadas legalmente ante juez competente en ejercicio de sus funciones y el acta no
haber sido redargüidas de nulidad o falsedad; o, por estar autorizadas las mismas por
juez competente en ejercicio de sus funciones;

c. Al dictamen de expertos, se le concede valor probatorio, por estar realizada por experto
en la materia, en el ejercicio de sus funciones; y, no haber sido redargüida de nulidad o
falsedad;

d. Al reconocimiento judicial, se le confiere pleno valor probatorio por haber sido el acta
autorizada por juez competente en ejercicio de sus funciones y no haber sido redargüida
de nulidad o falsedad, la cual produce fe y hace plena prueba; o por haberse llevado a
cabo conforme a la ley;

e. A los documentos, como certificaciones de los Registros públicos, informes de


dependencias públicas, certificaciones ministeriales o municipales, se les confiere valor
probatorio en virtud de haber sido expedidas por funcionario o empleado público en el
ejercicio de sus funciones, las cuales producen fe y hacen plena prueba; y, porque no

88
han sido redargüidas de nulidad o falsedad. A fotocopias simples o legalizadas de
escrituras, de testimonios u originales de éstas y de copias simples de las mismas, como
de actas notariales y cedulas de notificación por notaria notificadora, se les confiere pleno
valor probatorio, por haber sido autorizadas por notario en el ejercicio de su cargo,
produciendo fe y haciendo plena prueba; y, por no haber sido redargüidas de falsedad o
nulidad;

f. De los medios científicos de prueba; estos, por no haberse ameritado en los casos
correspondientes, no fueron ofrecidos, aportados, diligenciados y valorados;

g. En cuanto a presunciones, únicamente se señala que serán las que se deriven de la


tramitación del proceso; ò que se deduzcan en la tramitación del juicio; ò, las que se
desprendan del proceso; o, simplemente, señalando que se les confiere valor probatorio.

2.2 Interpretación general de esas valoraciones

Fácilmente, puede establecerse que la forma de valorar los distintos medios de prueba
ofrecidos, propuestos y diligenciados por las partes contendientes en el juicio prototipo,
que obviamente, sirve de parámetro para cualquier otro proceso, con lo que cada una
pretende probar los hechos constitutivos de su pretensión; o los hechos extintivos o las
circunstancias impeditivas que la contradicen y la impiden, es muy general y muy
superficial.

89
CONCLUSIONES

Comparando los aspectos teóricos o doctrinarios sobre la prueba y su valoración, con las
encuestas practicadas y las sentencias que se tuvieron a la vista, se llega a las siguientes
conclusiones:

Nuestro sistema procesal civil y mercantil únicamente tiene regulados dos sistemas de
valoración de la prueba, son a saber: prueba tasada y sana crítica. Ambos sistemas de
valoración, son utilizados en las sentencias que deciden los juicios ordinarios, por el tipo
de medio de convicción que se analiza. La parte de la sentencia, en la que se valora la
prueba generada, es de tal importancia, que de ella depende el análisis del fondo del
asunto o el del derecho cuestionado.

Las sentencias no son claras y entendibles, por lo menos en el objeto de estudio o en la


parte considerativa o de análisis en cuanto a la valoración de la prueba aportada por las
partes contendientes, porque no existe la motivación o el razonamiento adecuado en
dicho aspecto; siendo analizadas o estudiadas, en forma generaliza y superficial; y,
entonces, su valoración resulta deficiente o defectuosa. En ese sentido, el grado de
cumplimiento de las disposiciones legales también resulta incompleto; llegándose al
punto, que uno de los órganos jurisdiccionales objeto de estudio, ni siquiera cumple con
separar en un considerando el aspecto de valoración propiamente, lo cual resulta
haciéndolo en el considerando del fondo del asunto, ya señalando expresamente la forma
de valorar, o simplemente por deducción o tácitamente, al consignar los extremos qué se
comprueban con tal o cual prueba; existiendo, por lo tanto, deficiencia en los aspectos
legales, cuanto más en los doctrinales, pues, casi no existe una consideración teórica.
Obviamente, sí no existe una valoración adecuada y mejor dicho explicada, esto incide
en la falta de comprensión de sus otros componentes, especialmente, el del fondo del
asunto; llegándose al colmo, que en algunas oportunidades, entre el aspecto valoración
y consideración de fondo, existe contradicción e incongruencia, pues en uno de los casos,
en el que precisamente se pretendía nulidad de unos documentos, en la consideración
de su valoración se les da valor; y, ya en el análisis del fondo, resulta, concluyéndose,

90
que son nulos. Lo anterior, señala que en algunas ocasiones no existe una valoración y
consideración conjunta o integral de los medios de prueba.

Los medios de prueba más utilizados en los juicios ordinarios, son declaración de las
partes, reconocimientos judiciales y documentos; ofreciéndose siempre el de
presunciones. Pareciera que tratándose de las declaraciones de las partes, de las
declaraciones de los testigos y los reconocimientos judiciales, por la forma de apreciarlas,
su valoración se basa sobre el instrumento que las contiene, el acta, y no precisamente
a su contenido o lo que se declara para las dos primeras y lo que se constata para los
últimos. Efectivamente, en relación a dichas pruebas, se valoran de acuerdo con la
fórmula expuesta por el legislador para los documentos o para la prueba que debe
valorarse bajo el sistema tasado (haber sido prestadas legalmente ante juez competente
en el ejercicio de sus funciones, con las formalidades de ley y no haber sido redargüidas
de nulidad o falsedad); pero de acuerdo con la ley, las mismas deben ser estimadas por
el otro sistema, el de sana crítica; tomándoseles, erróneamente, como si fueran
documentos propiamente y presentados por las partes, cuando en realidad, si bien están
documentados en un acta o en un documento, estas han tenido su génesis u origen ante
el juez y resultan siendo actuaciones judiciales y no documentos propiamente. En ese
sentido, hay que distinguir entre las formalidades o requisitos que deben cumplirse en la
producción de una prueba y su apreciación de acuerdo a los sistemas que la ley impone,
según sea el caso. Se indica lo anterior, porque se da valor a las pruebas, más, porque
en su producción se cumplieron los requisitos de ley, tales como que han sido prestadas
o recibidas por juez competente, o en las que se cumplieron las formalidades de ley, o
por estar autorizadas por juez competente en cumplimiento o ejercicio de sus funciones;
cuando lo que debe valorarse en estos casos, es su contenido; y, en este, se imponen
reglas de sana crítica, un razonamiento crítico, lógico, objetivo, de experiencia, de
vivencia, de realidad. Al respecto, una cosa, es desechar al momento de dictar una
sentencia una prueba porque no se observaron las exigencias establecidas en la ley para
su generación o producción; y, otra, es valorarlas, concediéndoles poder probatorio o
desestimándolas como tales. Fundamentalmente, en la valoración de los medios de
prueba, que deben apreciarse de acuerdo al sistema de sana crítica razonada, se omite

91
por completo señalar cuáles han sido las reglas lógicas o las operaciones lógicas y las
máximas de las experiencias físicas, morales, psicológicas o científicas, que se aplican.
En cuanto a dichos medios de prueba, que deben ser confrontados a reglas lógicas y de
experiencia, únicamente se señala que se han valorado de acuerdo a las mismas. En
síntesis, no es sana crítica razonada, señalar que un medio de prueba debe producir
convencimiento únicamente porque en ella se cumplieron las exigencias de ley, porque
fueron autorizadas por juez competente en ejercicio de su cargo o porque no fueron
redargüidas de nulidad o falsedad.

Hay un apartado en las sentencias, entre otros de la misma naturaleza, denominado


“Considerando”, en el que se transcriben una serie de normas jurídicas, pero no existe
en el mismo u otro considerando, un análisis de dichas leyes en que se apoyan los
razonamientos y en las que descansa la sentencia, como lo exige la ley. En ocasiones,
también se transcriben doctrinas fundamentales de derechos y principios aplicables al
caso, pero sin ningún análisis al respecto.

92
RECOMENDACIONES

Identificar todos los documentos aportados por las partes, que hayan sido expedidos por
funcionario o empleado público; y, conjuntamente, señalando que se aprecian de acuerdo
al sistema de valoración de prueba tasada, o prefijada por el legislador, quien ha
preestablecido las condiciones que debe tomar el juez para darles mérito; indicando
además, que estos requisitos se encuentran regulados en el artículo 186, del Código
Procesal Civil y Mercantil; y, expresando por último, que al cumplirse con tales exigencias,
como la autorización por dichas personas, en el ejercicio de su cargo, producen fe y
hacen plena prueba.

Por economía procesal, por sencillez, etcétera, es tiempo, que se deje la practica común,
de señalar en la valoración de los documentos, que es en la única que se relaciona, que
se les concede fe y hacen plena prueba, porque no han sido redargüidas de nulidad o
falsedad, por una simple y sencilla razón, sí se están valorando es porque no fueron
impugnadas; o, si siéndolo, ésta no procedió; y, si se hubieran impugnado y se hubiera
declarado su nulidad o falsedad, lógicamente, quedan excluidas de la estimación
correspondiente; o, como si nunca se hubieran ofrecido y aportado, porque en el incidente
correspondiente, han quedado fuera de discusión; ya que no tiene ninguna razón lógica
procesal, indicar que se ofrecieron y se aportaron, pero que por haber sido impugnadas
y haber procedido dichas impugnaciones, ya no se analizan.

Proceder de igual manera con los documentos expedidos por notarios, con la única
diferencia de señalar que por haber sido autorizados por ellos, producen fe y hacen plena
prueba; omitiendo la práctica viciada, de señalar además que se hace porque no han sido
redargüidos de nulidad o falsedad, por la razón apuntada anteriormente.

En relación a las declaraciones de las partes, a las declaraciones de los testigos y a los
reconocimientos judiciales, debe olvidarse de la práctica improcedente, impertinente y
hasta frívola y/o ilegal, de señalar su mérito porque han sido prestadas legalmente ante
juez competente en ejercicio de sus funciones; o, por haber sido recibidas con las

93
formalidades de ley; o, porque sus actas han sido autorizadas por juez con competencia
en ejercicio de su cargo; todo esto, como si se tratara de valoración de prueba de
documentos; y, peor aún, porque no han sido redargüidas de nulidad o falsedad, sin
saberse a ciencia cierta a qué se refiere esta situación; sí a las declaraciones en sí, o, sí
a la constatado; o, al documento que las contiene, que sería el acta; pero que en todo
caso, no sería la forma de impugnarlas; y, bajo ningún punto de vista, dichas extremos,
pueden ser reglas de sana crítica; y, menos que sea considerada razonada, como se
señala en las sentencias, porque no tiene ninguna razón como lo exige la ley.

Siempre tratando de la clase de medio como los señalados anteriormente, que deben ser
valoradas de acuerdo con las reglas de la sana crítica, según el párrafo tercero, del
artículo ciento veintisiete del Código Procesal Civil y Mercantil, entonces, se impone al
juez la obligación de estimarlos de acuerdo a operaciones lógicas, tomando en cuenta
los principios de la misma, como identidad, tercero excluido, falta de razón suficiente y
contradicción; y, las máximas de su experiencia, tanto físicas, como morales,
psicológicas, científicas y otras, para valorarlas; y, en todo caso, por supuesto,
manifestando expresa, motivada y analíticamente en qué consisten dichas operaciones
y máximas; y, en base a ello, indicar en qué aspectos producen fe y hacen prueba; y, en
qué otros, no.

En relación a la prueba de presunciones, señalar únicamente en el apartado o parte


considerativa de valoración, que por haber sido ofrecidas y aportadas, si hubiere alguna
deducción legal o de derecho o humana que hacer y que ameritara el caso, se consignará
en el considerando de los hechos presumidos como ciertos; teniendo, obviamente, la
valoración respectiva.

En lugar de transcribir un sinfín de artículos, deben de analizarse las leyes en que se


apoyen los razonamientos en que descansa la sentencia, obviamente, conjugando
argumentaciones y hechos comprobados.

94
Sí se van a exponer doctrinas fundamentales de derechos y principios que sean
aplicables al caso, deben ser de tal naturaleza, únicamente en aquellas situaciones que
así lo ameriten, y en las que sólo la doctrina puede proporcionar la diferencia de
institución o cuestión jurídica.

Que se tenga cuidado, entre el aspecto de la sentencia de valoración y la parte de


consideración o análisis del fondo, que no exista entre estos contradicción, exclusión o
incongruencia, porque sí el objeto del proceso es la nulidad de un documento, este no
puede ser objeto de valoración previa en la parte considerativa correspondiente, sino que
debe ser parte del análisis de fondo.

A través del recurso de aclaración, los litigantes por medio de sus abogados asesores o
directores, deben hacer valer su derecho, de que los fallos sean aclarados en cuanto a
una motivación adecuada, amplia y conveniente, porque esto es parte de un debido,
correcto y legal proceso, en el que su cumpla con el también debido procedimiento
preestablecido.

Si lo anterior no tuviera eco, por rechazarse in limine o declararse sin lugar por el Juzgado
de la causa, debe ser parte, en el Tribunal de Segunda Instancia, de los agravios o
inconformidades del respectivo recurso de apelación, para que sea la Alzada, la que
corrija las deficiencias en que el órgano jurisdiccional de Primera Instancia haya incurrido
al respecto.

95
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99
ANEXOS

BOLETA DE ENCUESTA.

Universidad Rafael Landívar.

Facultades de Quetzaltenango.

División de Ciencias Jurídicas y Sociales

Boleta de Entrevista sobre: Investigación de tesis: “Valoración de la prueba en el proceso


ordinario”(estudio realizado en las sentencias dictadas en los JuzgadosPrimero y Segundo de
Primera Instancia Civil de Quetzaltenango durante el año dos mil nueve)

Boleta para: Jueces y oficiales del Organismo Judicial de Quetzaltenango, Abogados Litigantes
y estudiantes de Derecho.

INSTRUCCIONES: A continuación se le plantean varias interrogantes las cuales le solicito


responder, y donde se le solicite debe marcar con una X la respuesta que considere adecuada;
ésta encuesta es únicamente para recabar información que servirá para el desarrollo de la parte
práctica del trabajo de investigación antes descrito. Gracias por su colaboración.

1. ¿Se comprenden a cabalidad los distintos componentes de las sentencias?


Si: ________ No: ________

2. ¿Será la parte resolutiva de las sentencias en la que mas se pone atención?


Si: ________ No: ________

3. ¿Será la parte considerativa de las sentencias, la menos atractiva?


Si: ________ No: ________

4. ¿Cree que la parte considerativa de las sentencias, deben motivarse con mayor amplitud?
Si: ________ No: ________
5. ¿Deberá una sentencia, estar a la altura, alcance y comprensión de cualquier persona común?

100
Si: ________ No: ________

6. ¿Sabe que es valorar una prueba tasadamente?


Si: ________ No: ________

7. ¿Sabe en qué consisten las reglas de la sana critica en la valoración de la prueba?


Si: ________ No: ________

8. ¿Cuándo lee una sentencia, sabe por qué se está valorando una determinada prueba de
conformidad con el sistema de valoración tasada?
Si: ________ No: ________

9. ¿se explica en una sentencia, que la prueba objeto de análisis, es valorada de acuerdo con
reglas de sana crítica?
Si: ________ No: ________

10. ¿Se explica en las sentencias, en cada prueba considerada y valorada, cuáles son las reglas
de sana crítica utilizadas?
Si: ________ No: ________

101
Descripción, representación e interpretación de la encuesta aplicada a jueces y
oficiales.

Pregunta No. 1.- ¿Se comprenden a cabalidad los distintos componentes de las sentencias? Si,
No

Cuadro No. 1
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 9 90
No 1 10
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 1

No
10%
Si
No

Si
90%

Fuente: Cuadro No. 1

Interpretación Específica: El 90% de los encuestados expresa que los diferentes aspectos de los
fallos son entendibles. Tan solo el 10% manifiesta lo contrario. La perspectiva desde el interior
del sistema, es favorable a esta interrogante.

102
Pregunta No. 2.- ¿Será la parte resolutiva de las sentencias en la que mas se pone atención?
Si, No

Cuadro No. 2
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 2 20
No 8 80
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 2

Si
20%

Si
No

No
80%

Fuente: Cuadro No.2

Interpretación específica: De los encuestados, el 80% son de la opinión que no es la parte


resolutiva en la que más se pone atención de las sentencias; en cambio el 20% cree que sí es lo
que más llama la atención.

103
Pregunta No. 3.- ¿Será la parte considerativa de las sentencias, la menos atractiva? Si, No

Cuadro No. 3
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 2 20
No 8 80
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 3

Si
20%

Si
No

No
80%

Fuente: Cuadro No.3

Interpretación específica: El 80% son claros en indicar que la parte de análisis de las sentencias,
no es la menos atractiva; por el contrario, los que manifiestan que sí, son el 20%.

104
Pregunta No. 4.- ¿Cree que la parte considerativa de las sentencias, deben motivarse con mayor
amplitud? Si, No

Cuadro No. 4
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 4 40
No 6 60
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 4

Si
40%

Si
No

No
60%

Fuente: Cuadro No.4

Interpretación específica: En este cuestionamiento, casi la mitad coinciden que las sentencias
deberían motivarse más; pues, el 60% dice que no; y el 40%, que si.

105
Pregunta No. 5.- ¿Deberá una sentencia, estar a la altura, alcance y comprensión de cualquier
persona común? Si, No

Cuadro No. 5
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 5

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.5

Interpretación específica: La totalidad de los encuestados coinciden en que las sentencias, deben
comprenderse por cualquier persona.

106
Pregunta No. 6.-¿Sabe que es valorar una prueba tasadamente? Si, No

Cuadro No. 6
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.6

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.6

Interpretación específica: todos los tribunales de los órganos jurisdiccionales y sus auxiliares
encuestados, también, en este aspecto, de saber qué es una prueba tasada, coinciden,
afirmativamente.

107
Pregunta No. 7.- ¿Sabe en qué consisten las reglas de la sana critica en la valoración de la
prueba? Si, No

Cuadro No. 7
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.7

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.7

Interpretación específica: Los operadores de justicia encuestados, el 100% de ellos, dicen saber
o comprender el sistema de la sana crítica en la valoración de los medios de convicción aportados
al proceso.

108
Pregunta No. 8.- ¿Cuándo lee una sentencia, sabe por qué se está valorando una determinada
prueba de conformidad con el sistema de valoración tasada? Si, No

Cuadro No. 8
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.8

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.8

Interpretación específica: La totalidad de encuestados, el 100%, saben cuando se esta valorando,


en la sentencia, una prueba en forma tasada.

109
Pregunta No. 9.- ¿se explica en una sentencia, que la prueba objeto de análisis, es valorada de
acuerdo con reglas de sana crítica? Si, No

Cuadro No. 9
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.9

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.9

Interpretación específica: El 100% de los encuestados manifiesta, que sí hay explicación en los
fallos sobre la valoración de la prueba conforme las reglas de la sana crítica.

110
Pregunta No. 10.- ¿Se explica en las sentencias, en cada prueba considerada y valorada, cuáles
son las reglas de sana crítica utilizadas? Si, No

Cuadro No. 10
Opciones No. Casos Porcentaje
Si 10 100
No 0 0
Total 10 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.10

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.10

Interpretación específica: El 100% de los encuestados, exponen que se explica cada prueba
valorada, en lo que respecta a los criterios de sana crítica utilizados en cada una de ellas.

111
Descripción, representación e interpretación de la encuesta aplicada a abogados
litigantes y estudiantes.

Pregunta No. 1.- ¿Se comprenden a cabalidad los distintos componentes de las sentencias? Si,
No

Cuadro No. 1
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 4 20
No 16 80
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 1

Si
20%

Si
No

No
80%

Fuente: Cuadro No. 1

Interpretación Específica: 16 de los 20 encuestados que representan el 80%, aseguran que no


se comprenden a cabalidad las sentencias; el resto, el 20%, dice que sí.

112
Pregunta No. 2.- ¿Será la parte resolutiva de las sentencias en la que mas se pone atención?
Si, No

Cuadro No. 2
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 10 50
No 10 50
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 2

Si
50%

Si
No
No
50%

Fuente: Cuadro No.2

Interpretación específica: De los 20 encuestados, 10 dicen que si; y, 10, que no, en cuento a que
la parte resolutiva de las sentencias es a la que se le pone más atención; representando la mitad
para el sí y la otra mitad para el no.

113
Pregunta No. 3.- ¿Será la parte considerativa de las sentencias, la menos atractiva? Si, No

Cuadro No. 3
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 18 90
No 2 10
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 3

No
10%
Si
No

Si
90%

Fuente: Cuadro No.3

Interpretación específica: para el sector externo, que tiene relación con la administración judicial,
en su 90%, la parte considera no es atractiva; para el resto, el 10%, sí.

114
Pregunta No. 4.- ¿Cree que la parte considerativa de las sentencias, deben motivarse con mayor
amplitud? Si, No

Cuadro No. 4
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 19 95
No 1 5
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 4

No
5%

Si
No

Si
95%

Fuente: Cuadro No.4

Interpretación específica: Se interpreta de los porcentajes, que casi todos (19 de 20 encuestados,
95%) son de la postura que los fallos deben ser más amplios; y, tan solo 1, que representa el 5%,
sostiene que no.

115
Pregunta No. 5.- ¿Deberá una sentencia, estar a la altura, alcance y comprensión de cualquier
persona común? Si, No

Cuadro No. 5
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 20 100
No 0 0
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No. 5

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.5

Interpretación específica: 100% de los encuestados; o, sean los 20, comparten la idea que las
decisiones finales de los jueces, sobre los asuntos sometidos a su conocimiento y competencia,
deben ser entendidos fácilmente por cualquier persona.

116
Pregunta No. 6.-¿Sabe que es valorar una prueba tasadamente? Si, No

Cuadro No. 6
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 20 100
No 0 0
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.6

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.6

Interpretación específica: Los 20 encuestados, sin excepción, representando el 100% de ellos,


saben lo que es valorar una prueba de acuerdo al sistema tasado.

117
Pregunta No. 7.- ¿Sabe en qué consisten las reglas de la sana critica en la valoración de la
prueba? Si, No

Cuadro No. 7
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 16 80
No 4 20
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.7

No
20%
Si
No

Si
80%

Fuente: Cuadro No.7

Interpretación específica: El 80%, saben que es valorar la prueba mediante sana crítica; el 20%,
no.

118
Pregunta No. 8.- ¿Cuándo lee una sentencia, sabe por qué se está valorando una determinada
prueba de conformidad con el sistema de valoración tasada? Si, No

Cuadro No. 8
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 17 85
No 3 15
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.8

No
15%
Si
No

Si
85%

Fuente: Cuadro No.8

Interpretación específica: La mayoría, 17 de 20 (85%), no saben la regla que se está aplicando


para valorar una determinada prueba; el otro 15%, dice que sí.

119
Pregunta No. 9.- ¿se explica en una sentencia, que la prueba objeto de análisis, es valorada de
acuerdo con reglas de sana crítica? Si, No

Cuadro No. 9
No.
Opciones Casos Porcentaje
Si 20 100
No 0 0
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.9

No
0%

Si
No

Si
100%

Fuente: Cuadro No.9

Interpretación específica: Que sí explica que determinada prueba es valorada bajo ese sistema
de sana crítica, así lo dice el 90%; obviamente, los demás, disienten, que es el 10% restante.

120
Pregunta No. 10.- ¿Se explica en las sentencias, en cada prueba considerada y valorada, cuáles
son las reglas de sana crítica utilizadas? Si, No

Cuadro No. 10
Opciones No. Casos Porcentaje
Si 0 0
No 20 100
Total 20 100

Fuente: Investigación de Campo

Grafica No.10

Si
0%
Si
No

No
100%

Fuente: Cuadro No.10

Interpretación específica: La totalidad de los encuestados, manifiestan en la encuesta que no se


explican las reglas de sana crítica utilizando en cada prueba considerada y valorada en las
sentencias.

121
REFERENCIAS DE LAS SENTENCIAS ANALIZADAS

En los Juzgados Primero y Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil de


Quetzaltenango, se proporcionaron sentencias dictadas, todas, dentro de Juicios
Ordinarios, del año dos mil nueve, siendo estos los siguientes:

a. Ordinario de Reivindicación de la Posesión y Entrega de Bien Inmueble, inventariado


a número mil setenta y seis guión dos mil seis, oficial segundo, seguido por Floridalma
Cotí Xicará de Yax contra Juan Niemann Enge, dictada el veinte de enero de dos mil
nueve, por el Juzgado Primero de Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango;

b. Ordinario de Nulidad de Notificación, inventariado a número quinientos noventa guion


dos mil ocho, oficial segundo, seguido por Mirna Galindo Escobar contra Adriana Eugenia
Maldonado Mazariegos, dictada el cinco de mayo de dos mil nueve, por el Juzgado
Primero de Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango;

c. Ordinario de Nulidad de Cancelación de Inscripción del Nombramiento de Personería


Jurídica que ejerce el Presidente y Representante Legal de la Asociación de Escritores
Mayances de Guatemala, el que se encuentra inscrito en la Partida número cuatrocientos
veintinueve, folio cuatrocientos uno, del libro dos, de nombramientos de Presidentes o
Representantes Legales del Registro Civil del municipio de Quetzaltenango
departamento de Quetzaltenango, inventariado a número quinientos sesenta y uno guión
dos mil seis, oficial segundo, seguido por Leopoldo Pablo Yax Vásquez en su calidad de
Presidente y Representante Legal de dicha asociación contra Cesar Remigio López y
López y contra el tercero Salvador Gándara Gaitán en calidad de Ministro de
Gobernación, dictada el veintitrés de junio de dos mil nueve, por el Juzgado Primero de
Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango;

d. Ordinario de Nulidad Absoluta de Negocios Jurídicos y los Instrumentos que los


contienen y Cancelación de las Inscripciones Registrales correspondientes, inventariado
a número dieciocho guión dos mil siete, oficial segundo, seguido por Leonel Patricio

122
Aguilón Mendoza contra Gladys de Lourdes Hernández Reyes y Alfonso Celestino Coyoy
Macario y donde figuran como terceros los Notarios Luis Felipe Roldan Gómez y Julio
Humberto Escobar García, dictada el veintinueve de julio de dos mil nueve, por el
Juzgado Primero de Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango;

e. Ordinario de Reivindicación de la Posesión de Finca Registrada, inventariado a número


mil ciento setenta y siete guión dos mil siete, oficial tercero, seguido por Gundemaro
Tobar López contra José Vicente Tobar Alvarado, en el que figuran como terceros
interesados Gilberto López López, Celestino López López, Tomas Gramajo Estrada, Ana
Virginia López de León, José Miguel Rodas Tobar y Manuel de Jesús de León, dictada el
cuatro de septiembre de dos mil nueve, por el Juzgado Primero de Primera Instancia del
Ramo Civil de Quetzaltenango;

f. Ordinario de Reivindicación de la Posesión de Bien Inmueble sin Inscripción Registral,


inventariado a número mil sesenta y uno guión dos mil seis, oficial primero, seguido por
Artemio López Vásquez contra Mirna Verónica Gómez Poroj o Mirna Verónica Gómez,
dictada el once de septiembre de dos mil nueve, por el Juzgado Primero de Primera
Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango;

g. Ordinario de Nulidad de Negocios Jurídicos Por Vicio del Consentimiento (Simulación),


inventariado a número trescientos cuarenta y uno guión dos mil ocho, oficial segundo, del
Juzgado Segundo de Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango, seguido por
Santos Eugenio Vicente Rodas, en su calidad de Mandatario General Judicial de su
hermano Robidio de Jesús Vicente Rodas contra Dinora del Carmen Mazariegos, único
apellido, dictada el tres de julio de dos mil nueve;

h. Ordinario de Nulidad de Negocio Jurídico, Nulidad de sus Efectos Registrales y


Cancelación de sus Inscripciones y Anotaciones Registrales, inventariado a número
seiscientos cuarenta guión dos mil ocho, oficial primero, del Juzgado Segundo de Primera
Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango, seguido por Juliana Paulina Rosales López

123
y Vicenta Rosales López contra Elías Rosales López, dictada el diez de julio de dos mil
nueve;

i. Ordinario de Nulidad Absoluta de Negocios Jurídicos de: Donación Pura Simple e


Irrevocable, celebrada entre Andrés Teogilio Otzoy Quim y Juana Pascuala Machíc Cotoc
de Otzoy, contenida en la Escritura número novecientos setenta y uno, autorizada en
Quetzaltenango, el veintinueve de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, por el
notario Julian Blaymiro Gramajo de León; Ampliación de Donación entre Vivos de Bien
Inmueble sin Registro y dos Nacimientos de Agua, celebrado entre Andrés Teogilio Otzoy
Quim y Juana Pascuala Machic Cotoc de Otzoy, contenido en Escritura número setenta
y nueve de fecha trece de agosto de mil novecientos noventa y seis, autorizada en
Quetzaltenango, por la notario Sonia Edith Soto Barrios de González; y de Compraventa
de Totalidad de Derechos Posesorios sobre Bien Inmueble celebrado entre Juana
Pascuala Machic Cotoc de Otzoy y Pascual Chay Xivir, contenida en Escritura número
ciento cuarenta y seis, de fecha veintisiete de julio del año dos mil siete, autorizada en
Quetzaltenango, por el notario Julio Humberto Escobar García, inventariado a número
ciento setenta y cuatro guión dos mil nueve, oficial cuarto, del Juzgado Segundo de
Primera Instancia del Ramo Civil de Quetzaltenango, promovido por Antonia Ramos
Pocol contra Andrés Teogilio Otzoy Quim y Juana Pascuala Machic Cotoc de Otzoy,
dictada el seis de noviembre de dos mil nueve.

124

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