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CULTURA MATERIAL Y VIDA COTIDIANA MODERNA:

ESCENARIOS

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CULTURA MATERIAL Y VIDA COTIDIANA MODERNA:
ESCENARIOS

Máximo García Fernández (dir.)

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Editor: Ramiro Domínguez Hernanz
© Máximo García Fernández (dir.), 2013

© Del diseño de la cubierta: Ramiro Domínguez Hernanz, 2013


© De la fotografía: Detalle de Dos mujeres en la ventana
de Bartolomé Esteban Murillo, National Gallery of Art, Washington.

© Sílex® ediciones S.L., 2013


c/ Alcalá, n.º 202. 1.º C. 28028 Madrid
www.silexediciones.com

ISBN: 978-84-7737-781-8
Depósito Legal: M-11477-2013

Dirección editorial: Cristina Pineda Torra


Coordinadora editorial: Joana Carro
Fotomecánica: Preyfot S.L.
Impreso en España por: Sclay Print S.A.
(Printed in Spain)

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www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra”.

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Contenido

Prefacio. Cultura e identidades: nuevos horizontes


y planteamientos de futuro ………………………………………………… 9
Máximo García Fernández
I
La vida material en las fuentes documentales

La documentación de bienes de difuntos


y el estudio de la vida cotidiana …………………………………………… 23
María del Mar Barrientos Márquez y María Magdalena Guerrero Cano

El consumo festivo. Galas y gasto de boda en las capitulaciones


matrimoniales de una zona rural castellana en el siglo xviii …………… 39
María de los Ángeles Sobaler Seco

Las causas matrimoniales en el Archivo de la Catedral de Valladolid.


Fuentes para la historia de la vida cotidiana familiar …………………… 53
Margarita Torremocha Hernández

Patrimonios, condiciones de vida y consumo. La burguesía administrativa


y las profesiones liberales en la ciudad de León. 1700-1850 ……………… 73
Juan Manuel Bartolomé Bartolomé

Los patrimonios de la burguesía comercial


vallisoletana, 1760-1860 …………………………………………………… 91
Rosa María Dávila Corona

II
Espacios domésticos

Habitar: del espacio a los objetos ……………………………………… 113


Isabel dos Guimarães Sá

La vida cotidiana de las mujeres y su regulación.


Entre los modelos ideales y las conductas transgresoras …………… 131
Gloria A. Franco Rubio

–7–

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Vivienda e interiores domésticos
en el Madrid ilustrado ………………………………………………… 151
Natalia González Heras

Tiempos y ritmos de la alimentación


en la España del siglo xviii ……………………………………………… 167
María de los Ángeles Pérez Samper

Aproximación a la mesa de los burgaleses.


Cuberterías y platos en el setecientos ………………………………… 183
Francisco José Sanz de la Higuera

III
Proyectos y escenarios

Fiesta y sociabilidad en Andalucía en el siglo xviii …………………… 199


Inmaculada Arias de Saavedra Alías y Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz

Experiencias subjetivas de las estrategias familiares:


Una aproximación a la vida cotidiana
desde la historia de la familia …………………………………………… 223
Mariela Fargas Peñarrocha

Cultura material, consumo, moda e identidades sociales:


la almoneda de bienes …………………………………………………… 235
Máximo García Fernández

Clasificando el mundo. Los libros de trajes


en la Europa del siglo xvi ……………………………………………… 261
Margarita M. Birriel Salcedo

Epílogo. Los tiempos en la vida cotidiana (siglos xvi-xvii) …………… 279


Manuel Peña Díaz

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Prefacio
Cultura e identidades: nuevos horizontes
y planteamientos de futuro

Máximo García Fernández

1. Una propuesta1

El estudio de aquella cultura material, no siempre tan pobre y homogénea como se


explica, exige un profundo análisis de los cambios habidos en el seno familiar, en sus
prácticas hereditarias, en la liquidez del patrimonio así repartido y en los mecanismos
cada vez más igualitarios que transmitían entonces las haciendas muebles y los “bienes
culturales e inmateriales” para apreciar la capacidad de consumo individual y de toda la
familia, y la subsiguiente demanda diferenciada de géneros textiles y de otros enseres del
interior de sus casas –relacionados a su vez con el grado de urbanización, las características
del mercado, el estrato social de procedencia o deseado, la apariencia externa, la promo-
ción o el precio de los tejidos extranacionales–, mostrando así un modelo sociofamiliar
sensiblemente distinto al heredado o posicionamientos tradicionales. De esta manera,
podrán esclarecerse mucho mejor las nuevas identidades domésticas, en la medida en que
capitales más igualitarios, posibilidades de ascenso personal, giros ideológicos y algunas
demostraciones de consumo generarían lucimientos y movilidades contrastadas. Tales he-
chos culturales constatarían el desarrollo de nuevas pautas en las modas como reflejo de
un cambio mental, en particular entre los más acomodados o para quienes progresaban
por mérito personal.
La cuestión de género tampoco sería entonces algo baladí, aunque la demanda mascu-
lina y femenina generase modelos finales parecidos (majismo); lo mismo que debe subra-
yarse el contraste regional, el urbano-rural y el de Castilla respecto a Portugal; igual que
los mecanismos que estaban detrás de la transmisión hereditaria, el mercado y la evolu-
ción de la cultura material en el seno doméstico, dada su relevancia para la transformación
sociofamiliar. Desde esas perspectivas, debe incidirse en cuándo y cómo evolucionaron
las prácticas familiares hacia una estructura social más individual (atendiendo tanto a la

1
Proyecto de Investigación Fundamental (Plan Nacional de I+D+i) HAR2010-21325-C05-05: Familia, identi-
dad social, transmisión hereditaria y cultura material. Patrimonios, consumos y apariencias en la Castilla interior:
1600-1850; y GIR de la UVa: Grupo estudios sobre familia, cultura material y formas de poder en la España
Moderna.

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Máximo García Fernández

uniformidad como a los conflictos). Todo ello a partir de varios pilares clave interconecta-
dos: el mundo de las estrategias matrimoniales y las prácticas sucesorias, el de la movilidad
socioideológica y cultural (que se retroalimentaba de las críticas suscitadas en torno a la
“apariencia”), el de la demostración pública y privada, material, de tales directrices y el
de consumos aparentes y “vicarios” vinculados a patrimonios o a identidades diferentes.
Interesa relacionar al “individuo ilustrado” y al “antiguo” con los nuevos conceptos
de buen gusto, consumo, lujo, emulación, civilización y revolución: “revistiendo la fa-
milia”, pues al conjugar las identidades colectivas derivadas del consumo, la moda y las
apariencias con la cultura material popular y con la propia evolución familiar, se redes-
cubrirán los principales momentos de cambio de mentalidad experimentados durante la
Edad Moderna.
Significando el mantenimiento de las variables seculares, el giro ideológico ilustrado
provocó la aceleración de las transformaciones rupturistas de muchos valores identitarios,
cuyo resultado será la aparición de una serie de “tipos humanos” definidos por imitacio-
nes nobiliarias o marcando claramente ya las diferencias, y sin olvidar los argumentos
omnipresentes de la moral pública sacralizada y las pautas religiosas rectoras entonces de
tantos comportamientos, por debajo de cualquier impulso inmaterial propiciatorio de
aquel auge de “gustos aleatorios”.
Sin olvidar los estudios seriales, en una compleja simbiosis de criterios cuantitativos
y cualitativos, del recuento numérico se pasará al “análisis de caso” para conocer mejor
aspectos clave de análisis e investigación desde nuevos planteamientos. En concreto, se
plantean las siguientes propuestas y perspectivas de futuro: los ritmos de reposición de los
ajuares familiares a partir de las almonedas públicas de bienes tras las particiones heredi-
tarias (“gratuidades” de segunda mano) y de los gastos de tutoría y curaduría de menores;
los pleitos por el control testamentario; las críticas ilustradas y clericales: reformismo
legal, moral y eclesiástico; el protagonismo femenino dentro de la casa (¿la viuda en su es-
trado?); ¿hasta qué punto los “mundos de referencia” de la nobleza o de la burguesía eran
determinantes?; las pautas de consumo específicas en la niñez, la juventud o la vejez; la di-
fusión de modas culturales hacia estratos inferiores y el mundo de las criadas –“cuentas de
servicio” y trikle down–; la evolución del consumo en cantidad, calidad y variedad sobre
“atuendos imprescindibles”, el mundo de las representaciones artísticas de los interiores
domésticos y de la apariencia exterior; el contenido costumbrista de sainetes y otros textos
literarios de época; la diferenciación entre Madrid y la periferia urbana o rural castellana,
comparándola con el caso portugués; la visión extranjera: los libros de viajes y sus apre-
ciaciones exógenas repletas de extrañezas y críticas despectivas; o la relación entre política,
familia y moda (“vestir a la antigua significa pensar a la antigua”).
Un intento que parte de nuevas preguntas pero que entronca con los grandes temas
de la historiografía internacional ligados a la historia social y vinculados a la comprensión
de la importancia que en el pasado tenían las apariencias heredadas y/o las nuevas adqui-
siciones materiales como forma de identificación pública de una familia o colectivo (y de

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Prefacio. CULTURA E IDENTIDADES: NUEVOS HORIZONTES Y PLANTEAMIENTOS DE FUTURO

género, edad, estado civil o “urbanidad individual”); además de las marcadas implicacio-
nes de tales consumos y modas con la transformación ideológica, económica y política
del Antiguo Régimen.
Así, se relaciona con la actual reformulación de la historia de la familia, ligada a la
orientación, significado y tranformaciones del reparto de las herencias entre la descen-
dencia (origen del posterior desarrollo del consumo de vestiduras y tejidos y del acon-
dicionamiento del interior de los hogares); lo que permitirá profundizar, dentro de un
marco social dinámico, en la cultura material, las conductas cotidianas y la calidad de vida
existentes durante el Antiguo Régimen en la Castilla interior. Los complejos enfoques
ligados al proceso de acumulación, pérdida y distribución de bienes en el transcurso del
ciclo familiar o a la evolución de las necesidades materiales individuales y colectivas (o a
la importancia de la demanda comercial urbana o rural) han estado en la penumbra de
muchas consideraciones históricas para valorar la transición hacia una familia conyugal
más moderna. Desde esta nueva óptica, interesa apreciar no solo el progreso consumista
sino los mecanismos que lo articulaban, los vínculos entre las economías familiares y el
mercado tanto como la capacidad adquisitiva, las líneas sucesorias privilegiadas tanto
como las igualitarias; y sin olvidar la influencia cultural e ideológica de los cambios en el
gusto, la propensión a aparentar de cada individuo y sector social, el influjo del grado de
urbanización, el nivel cultural, el avance ilustrado, los impulsos político-institucionales o
el papel singularizado desarrollado por hombres y mujeres, jóvenes y mayores.
Se centrará en una relectura moderna de fuentes históricas con replanteamientos me-
todológicos para comprender los mecanismos que estaban detrás de la movilidad cultural
y la evolución del patrimonio material familiar. Desde esta óptica se abordarán: la cerca-
nía a las grandes rutas comerciales y culturales como causa explicativa de la difusión de
ciertos “hábitos sociales de moda”; las fases de especialización de las vestimentas (con el
consumo de géneros textiles de origen extranjero) o los segmentos de la demanda en que
se concentraba: los “patrones y ritmos femeninos” en la difusión para la pañolería y las
mantillas de las indianas catalanas, por ejemplo; aunque el estado de conservación de los
bienes ya es un indicativo importante sobre su reemplazo en el largo plazo más lo son las
cuentas de curaduría o los presupuestos familiares para ratificar el ritmo de reposición de
los trajes por encima de la producción doméstica y su consumo en términos dinámicos; o
cómo las modas y el “efecto emulación” explican los cambios en el consumo, la difusión
de patrones de demanda entre los grupos intermedios y privilegiados y el proceso de sus-
titución progresiva de las prendas caseras heredadas por otras adquiridas en el mercado
para satisfacer las nuevas necesidades públicas.
Profundizando en las transformaciones operadas en el consumo específico tanto del
traje como del mobiliario del hogar, no solo se establecen las variaciones de su peso re-
lativo en la demanda del conjunto familiar –y en el ajuar femenino– y las razones a que
obedecen –cambios en el gusto, imitación social o precios– , sino también la evolución de
la tipología de la propia idea de casa dentro del proceso reformador ilustrado. El avance

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Máximo García Fernández

del sentido moderno de la privacidad y la individualidad dio lugar a nuevas concepciones


del espacio doméstico generando estímulos en la demanda textil; y las formas de sociabi-
lidad burguesa –la costumbre del paseo– animaron también a la emulación y la generali-
zación de nuevas pautas de consumo y de vestir: ¿en los niveles intermedios de ingreso se
promovió de forma más clara la necesidad de un mayor equipamiento casero y de tejidos
para ser lucidos en público, y al ascender en la escala patrimonial se comprueba un despla-
zamiento hacia bienes suntuarios?; ¿comerciantes, artistas y doctores muestran un interés
por las novedades superior al de la clase dirigente?; ¿existían “demandas diferenciadas por
nichos socioprofesionales”?
Se trata no tanto de conocer cuánto consumían o porqué no consumían, sino cómo
consumían y qué demandaban en función de variables geográficas y de ubicación urbana,
de edad, de capacidad económica, de estatus social y de nivel cultural.
Se ha incidido en el papel de la demanda en la definición de las jerarquías colectivas;
pero también debe emerger la idea de la “constitución de lenguajes” que afirmaban dife-
rencias para la construcción de las identidades sociales, ocupacionales o de género. Así, se
pretende cuantificar no tanto los objetos como sus significados (económicos, de estatus,
de apariencia, de demostración, de modernidad, de afrancesamiento, de tradicionalis-
mo…)
Dentro de esas líneas se desarrollan ahora los trabajos de nuestro equipo de investigación.
Con esas orientaciones y enfoques y desde estas perspectivas, forzosamente, nos interesan los
planteamientos de la historia de la cultura material y de la vida cotidiana.
Según el doctor Peña2, el “vivir cotidiano castellano” puede y debe basarse en la relectura
de fuentes eclesiásticas –visitas, sacramentales– centradas en la ortodoxia pero también en la
transgresión, y hasta en la higiene corporal o el control político-moral; o inquisitoriales (el
embargo de bienes a los presos encausados del Fondo Inquisición del AHN). Cabe recurrir
además a la imagen (la visualización pictórica del costumbrismo y la realidad cotidiana: con
vanitas, bodegones, Velázquez o Goya); al Museo del Traje de Madrid (con sus especializadas
exposiciones y fondos bibliográficos); y al trazado –ornato de la habitabilidad, domesticidad
y sociabilidad de la casa3–. Las posibilidades son enormes también si tenemos en cuenta
la “literatura de estados” (los casos de conciencia) o el mayor fondo literario español de la
2
Manuel Peña Díaz, “La vida cotidiana en la época Moderna: disciplinas y rechazos”, Historia Social, n.º 66
(2010), pp. 41-56.
3
Gloria A. Franco Rubio, “La vivienda en el Antiguo Régimen: de espacio habitable a espacio social”, Chronica
Nova, n.º 35 (2009), pp. 63-103. También Carmen Hernández López, La casa en La Mancha Oriental.
Arquitectura, familia y sociedad rural (1650-1850). Tesis doctoral inédita, Albacete, 2009. El valor cultural
de la casa fue aumentando en función de las transformaciones operadas en la economía, en las ideas y
mentalidades, en la convivencia de sus moradores y en las distintas formas de relación social del Antiguo
Régimen. Lugar donde se relaciona la familia a todos los niveles, fue escenario plural y polivalente en función
de la “versatilidad de la convivencia”. De ahí el interés por conocer la estructura de la vivienda y el mobiliario
de cada sala. Incluso las cuestiones de civilización y urbanidad en la mesa (reglas de precedencia, “ritualización
del plato” o posturas) constatan, más que cualquier otra práctica de sociabilidad de la vida doméstica, el
valor simbólico atribuido al “comer en comunidad”, al construir identidades y demarcar jerarquías sociales:
la creciente complejidad de la etiqueta y precedencia ritual evidencian la graduación de los significados
atribuidos al consumo alimenticio.

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Prefacio. CULTURA E IDENTIDADES: NUEVOS HORIZONTES Y PLANTEAMIENTOS DE FUTURO

época: la obra de los moralistas4. Y hasta las expresiones y usos sociales del ocio como aspectos
específicos de la vida cotidiana5: entre los territorios de la privacidad popular y los espacios
públicos compartidos (por eso las autoridades pusieron tanta atención en el control del porte
de los ropajes populares, como demuestran los numerosos bandos y edictos del xviii6).
“La vida cotidiana no está «fuera» de la historia: es la verdadera «esencia» de la sustancia
social”7. Desde la cultura material y el sentido de lo cotidiano hay que aproximarse a lo públi-
co y a lo privado8 para comprender en qué medida el problema de la tensión-confusión entre
espacios personales y colectivos fue resuelto mediante el concepto de sociabilidad.
La cultura material es un campo donde se entrecruzan objetos y prácticas, imágenes y
discursos. Aquellas “representaciones deben ser estudiadas como hechos”9, con referencias
imprescindibles a un “espacio” y un “tiempo”. Todo ello dentro de nuevas formas de concebir
la vida diaria y de modificación del ámbito interior doméstico, con enormes permanencias
e inercias pero también con profundas sensaciones de cambio. A mediados del siglo xvii los
españoles estaban obsesionados por las apariencias, con la representación diaria de su imagen
individual; constituía un permanente cambio del “deseo de parecer bien”, frente a la constan-
te resistencia de los sermones de los predicadores: “todos quieren parecer lo que no son o más
de lo que son [...] el hombre exterior es muy compuesto y aliñado”10.

4
Caben destacarse en este sentido varios de los últimos artículos publicados por Margarita Torremocha. Sobre
la “literatura de casos de conciencia” son obligatorias las lecturas: Teófanes Egido, “Los casos de conciencia
y la conciencia de los casos”, en Manuel Peña (ed.), Las Españas que (no) pudieron ser Herejías, exilios y otras
conciencias (siglos XVI-XX), Huelva, 2009, pp. 93-114; María Ruiz Ortiz, “Pecado y penitencia según los estados:
discursos y prácticas sobre la conciencia”, en Manuel Fernández, Carlos A. González y Natalia Maillard
(comps.), Testigos del tiempo, memoria del universo. Cultura escrita y sociedad en el mundo ibérico (siglos XV-
XVIII), Barcelona, 2009, pp. 424-433; José Antonio Maravall, La literatura picaresca desde la historia social (siglos
XVI Y XVII), Madrid, 1986.
5
Francisco Núñez Roldán (coord.), Ocio y vida cotidiana en el mundo hispánico en la Edad Moderna, Sevilla,
2007. Véase el capítulo introductorio que, precisamente con ese mismo título general, elabora Roger Char-
tier.
6
Algunos de ellos: * “No pueda persona alguna disfrazarse ni mascararse en sus casas” (12-ii-1722). * “Prohibi-
ción de ir de noche con mantos, disfraz, sombreros calados con alas bajas u otro rebozo” (13-iv-1731). * “Pro-
hibición a cualquier persona que en tiempo de carnaval no pudiesen usar máscaras por las calles ni en casa
particular” (7-ii-1752). * “Bando y prohibición que por las noches no anden por calles y plazas de esta capital
con disfraces de vestidos, sombreros grandes calados y otros trajes para no ser reconocidos por las gentes”
(7-x-1753 y 18-viii-1759). * “Bando sobre que ninguna persona de cualquier calidad no pudiese en tiempo de
carnaval usar de disfraces con máscara que disimule el ser conocido” (25-i-1763). * “Bando prohibiendo el an-
dar por las calles de esta ciudad con disfraces, sombreros grandes calados y otros trajes para no ser conocidos
de las gentes” (26-i-1765). * “Bando privando a los hombres de no ir por las calles en las noches con disfraces
de vestidos, sombreros calados y otros trajes para no ser conocidos” (11-x-1768). * “Bando prohibiendo a
todas las personas que visten hábitos largos de sotana y manteo el uso de sombreros gachos o chambergos,
tanto de día como de noche” (24-vii-1770). * “Bando prohibiendo el poder ir por las calles con disfraces, ni
sombreros calados” (18-x-1775).
7
Agnes Heller, Historia y vida cotidiana, Barcelona, 1972; ídem, Sociología de la vida cotidiana, Barcelona, 1977
(2002); Henri Lefèbvre, La vida cotidiana en el mundo moderno, Madrid, 1972.
8
Anton J. Schuurman y Lorena Walsh (eds.), Material culture: consumption, life-style, standard of living, 1500-
1900, Milán, 1994.
9
Dossier “Atravesar el espejo. Representaciones y prácticas”, Historia, antropología y fuentes orales, n.º 38 (2007).
Marcelino Agís y Carlos Baliñas (eds.), Pensar la vida cotidiana, Santiago, 2001.
10
Juan de Zabaleta, El día de fiesta por la mañana y por la tarde (1654-60), Madrid, 1983, pp. 467-468.

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