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2A Vespertino
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Introducción.
La ética, tiene como finalidad establecer una plataforma valorar que supere lo
arbitrario y caprichoso en las actuaciones humanas. Como parte de la filosofía, la
ética se relaciona estrechamente sobre todo con la antropología filosófica y con la
metafísica, y como ciencia del comportamiento con la psicología, con la sociología
y con el derecho.
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traicionar, y que siempre analizará toda su imaginación, creatividad e inteligencia
para contrarrestar los argumentos del litigante opositor.
Por otro lado, el Código Civil al referirse a las obligaciones de los profesores
sujetos a un contrato de prestación de servicios profesionales, estipula que estos
no deben abandonar a sus clientes.
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Articulo 2614. Siempre que un profesor no pueda continuar prestando sus
servicios, deberá avisar oportunamente a la persona que lo ocupe, quedando
obligado a satisfacer los daños y perjuicios que se causen, cuando no dieren este
aviso con oportunidad
Una de las expresiones denigrantes con la que se llega a calificar a los abogados
es la de “picapleitos, pues en ocasiones estos profesionales al contrario de buscar
la concordia o el entendimiento, mantienen siempre la agresión y la discordia. Esta
clase de procedimientos provoca que los asuntos se alarguen y así cobran más
honorarios.
1. Atenderlo personalmente
2. Servirlo con eficacia y empeño, pero sin sacrificar la libertad de ciencia del
abogado.
3. No prometer el éxito a toda costa y saber aceptar una transacción justa.
4. Asumir la responsabilidad si hubiere, por parte del abogado, negligencia,
error inexcusable o dolo, e indemnizar por daños y perjuicios, si fuere el
caso.
5. Avisar al cliente si existiera conflicto de intereses al asumir su causa.
6. Renunciar al patrocinio solo por causa justificada, en especial si su honor o
dignidad profesional resultan dañados, pero cuidando de no dejar al cliente
en estado de indefensión.
7. Velar por la conducta correcta y respetuosa del cliente para con el juez, los
funcionarios, la contraparte y su abogado, y terceros, en caso negativo,
renunciar al patrocinio.
8. Renunciar a la causa en caso de que descubra en el juicio una
equivocación o impostura que beneficie injustamente a su cliente y a la cual
éste no quisiera renunciar.
9. Cumplir con la obligación de guardar el secreto profesional
10. Percibir honorarios justos, consideradas todas las circunstancias del caso.
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Jimenez de Asúa comenta “la conducta moral es la primera condición para ejercer
la abogacía… nuestra profesión es ante todo ética… el abogado debe saber
derecho, pero sobre todo ser un hombre recto”
El abogado debe ser muy cauto al adquirir información, aun de su propio cliente.
En ocasiones no es posible ni prudente oír a la otra parte, pero hay que
considerar que quizá únicamente de este modo se puede tener la verdad
completa.
Para obtener la justicia son necesarias estas tres cosas: tenerla, saberla pedir y
que nos la quieran dar.
La lealtad debe ser honorable y honesta. Así como el abogado tiene compromiso
con el cliente, también tiene compromiso con la verdad y la justicia: no sería ético
actuar ilegalmente contemporizando con mentiras, fraudes, cohechos, presión a
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testigos y otros procedimientos inmorales, tampoco sería leal entablar arreglos con
la contraparte a espaldas del cliente.
Secreto profesional.
El hombre es el ser de la palabra. La palabra es uno de los privilegios que lo
distinguen de los otros animales, la filosofía hebrea lo define como la segunda
expresión del corazón. Por medio de la palabra el hombre comunica sus
conocimientos, concierta convenios y sellas sus compromisos de amor.
Las faltas más graves que puede cometer el hombre son la mentira, la difamación
y la calumnia. La mentira se puede definir éticamente no tanto como no decir la
verdad, sino como un no decir la verdad comunicable.
Por lo cual es importante decir la verdad comunicable, cuando hay obligación de
hacerlo, como no comunicarla, cuando no exista tal obligación, ya que entonces
no es comunicable. Existe la obligación en muchas veces de guardar el secreto.
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El secreto profesional admite excepciones motivadas por el daño superior que se
podría infligir a una comunidad: “cuanto mayor fuere el daño, tanto más fácilmente
el profesional estaría autorizado a revelar la situación que le fue confiada”.
También hay que considerar la causa excusante en virtud del principio de legítima
defensa que es una causa que justifica la realización de una conducta sancionada
penalmente, eximiendo de responsabilidad a su autor, y que en caso de cumplirse
todos sus requisitos, permite reducir la pena aplicable a este último.
Honorarios adecuados.
“Todo nos conduce al dinero”, afirma la sabiduría del Eclesiastés.
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La liberalidad no es un lujo sino algo que conduce a la libertad y no a la esclavitud
de las cosas que las riquezas simbolizan. “Feliz el hombre que no corre tras el oro,
ni pone su esperanza en el dinero.
Antecedentes.
Para fijar los honorarios no solo se debe fijar como criterio salarial el tiempo de
horas invertidas en el caso, sino también otros criterios como importancia y
gravedad del asunto, recursos del cliente, prestigio y calidad del abogado, entre
otros. Por esta razón conviene fijar los honorarios antes del inicio del proceso.
Lo aun pero es que en México los abogados se jactan de nunca fijar sus
honorarios antes de asumir la causa. Sería razonable que el abogado, previendo
posibles complicaciones del proceso acordara con el cliente un incremento a su
pago si eso ocurriese, esto puede darse sobre todo en materia civil cuando se
alargue el proceso. En este caso sería importante notificarle al cliente y en caso de
que no pudiera aportar la suma monetaria, seria contra el honor profesional
abandonar la causa.
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Para combatir este afán de lucro en algunos países se han reglamentado las
tarifas del abogado como es el caso de Italia.
Otros países tienen leyes arancelarias para fijar los honorarios de los abogados
como lo es Argentina.
En el caso de México no existe ninguna reglamentación respecto a honorarios
pero el Código Deontológico de Abogados hace referencia a este aspecto.
1. Art. 34 Honorarios.
2. Art.36 Bases para la estimación de honorarios.
Al igual que el Código Civil para el Distrito Federal en el artículo 2670 establece
criterios orientadores para fijar los honorarios.
Pacto de cuotalis.
Más sin embargo este tipo de pactos pueden prestarse a la codicia y así ofuscar al
abogado en la defensa de la causa.
Según Carlo Lega, el pacto de cuota Litis contradice los grandes principios
deontológicos sobre todo el desinterés e independencia.
Defensa de indigentes.
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Es triste que tanto abogados como jueces se alimenten de multas suspicacias, es
cierto que quizá haya abogados y jueces deshonestos pero no se debe pensar
como una regla sino como una excepción, la soberbia y la avaricia son el cáncer
profesional, por esta razón se debería fomentar una actitud benevolente que
propicie la confianza, buena fe y la mutua comprensión.
El abogado se mueve en un ámbito más liberal mientras que el juez está atado por
las leyes por lo cual ambos son complementarios ya que sin el juez reinaría en el
litigio el desorden y sin el abogado la justica deshumanizadora.
La actividad del juez es tener una gran responsabilidad moral.
Existe un aforismo latino que señala “los abogados nacen, los jueces se hacen”
esto no quiere decir que el abogado no debe prepararse, más bien hace referencia
a que el juez requiere un conjunto de cualidades que requieren años de
reparación.
El trato entre ambas partes debería ser educado y cordial, que si un marciano se
presentara en una audiencia quedara impresionado por el grado de civilización de
los terrícolas.
El lenguaje del abogado debe ser sencillo, pues el lenguaje ampuloso que
caracteriza a muchos abogados produce recelo, “la verdad se pierde cuando se
discute”
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excepción, se debería fomentar una actividad benevolente que propicie la
confianza y la buena fe de ambas partes, y la mutua comprensión.
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de abogados, más bien produce recelo, en el mejor de los casos , ante algunos
discursos demasiado afectados y retóricos(“la verdad se pierde cuando se discute
demasiado”).
En general una regla básica que debería regular las relaciones de los
abogados entre sí sería nunca hablar mal de un colega. Solo ante grave y
flagrantes errores jurídicos podrían caber el público disentimiento.
Las relaciones de las contrapartes se deben regir por las normas de una
convivencia civilizada
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Ayudarse y no estorbarse. Sin embargo es obvio que el litigio es una lucha
en la que se defienden posiciones contrarias, pero la contienda debe ser:
1. No humillar al que pierde
2. No injuriar al que triunfe
3. Se debe compear el respeto y la consideración mutua y aprender de los
errores propios y ajenos.
Defectos que todo abogado que tenga principios éticos debería evitar:
* La chicana
* El cohecho
* La litigiosidad
La chicana
La palabra chicana, deriva del francés chicanerie, que significa enredo, triquiñuela,
embuste.
Ángel Ossorio:
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Se pregunta, si habría una chicana legítima que pudiera emplearse para defender
una causa justa o contrarrestar los ardides ilegítimos del abogado chicanero. (él
concluye que aceptaría la chicana no maliciosa). «el fin justica los medios»
El cohecho
Fracción I condena «al servidor público que por si o por interpósita persona solicite
o reciba indebidamente para sí o para otro, dinero o cualquier otra dádiva, o
acepte una promesa, para hacer o dejar de hacer algo justo o injusto, relacionado
con sus funciones».
Ley que rige las responsabilidades de los servidores públicos, en el art. 47 fracc.
XV se prohíben las dádivas, promesas u otras sutiles formas de cohecho.
MONTAIGNE:
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La litigiosidad
Desde la época de Justiniano se pusieron los medios para que los procesos no se
eternizaran. Se concebía el proceso como algo viviente, que nace, crece y muere,
pero los abogados litigiosos, en lugar de darle una buena muerte al proceso,
pretenden prolongar su agonía por todos los medios y ocasionan una verdadera
«distanasía jurídica». La litigiosidad puede llegar a tal grado, en determinados
casos, que al final del proceso algunos parecen entristecerse aunque hayan
obtenido una sentencia favorable; lo lamentable es que ya no puedan pleitear.
Para evitar la litigiosidad el abogado debe ser el primer juez de su propia casa;
debe examinar imparcialmente la causa, valorar que sea justa, pero además, que
posea también cierta utilidad social, a fin de no fomentar en el cliente la fiebre de
la litigiosidad.
Carl Jung: El conflicto es algo inherente a la naturaleza humana, y uno de los fines
del derecho es solucionar los conflictos de un modo justo y equitativo. El buen
abogado postulante, consciente de la condición humana, no abusa del conflicto,
sino que lo usa para que resplandezca el aspecto más luminoso de la verdad y la
justicia, para que triunfe el ciudadano que tiene mayor cuota de razón y para que
aprecie la labor judicial del Estado.
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Abusos de procedimiento. El abogado debe abstenerse del empleo de
formalidades y recursos innecesarios, de toda gestión puramente dilatoria que
entorpezca injustamente el normal desarrollo del procedimiento y de causar
perjuicios injustificados, aunque sea con pretexto de escrupulosa observancia de
reglas legales.
No podemos parar por alto que en todo proceso existen detalles de gran
importancia, como la puntualidad, la atención a los términos, la sistencia formal a
las citas, nada hay insignificante cuando se trata de cumplir los deberes del
abogado la fidelidad a lo pequeño prepara para las grandes fidelidades.
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representaran factores sustanciales e imprescindibles del primer principio
deontológico de todo profesional. Por estas razones, es conveniente fomentar a
los alumnos que inician sus estudios de derecho, la necesidad de que formen su
biblioteca, con sus libros de texto y consultan revistas de actualización, códigos,
leyes y jurisprudencia. De no actualizarse el abogado podría aplicar leyes ya
derogadas. El profesional que no se actualiza debe responder a los daños y
perjuicios que haya producido por impericia, negligencia o dolo.
IV. No se debe imponer al cliente pagos que no sean obligados, bajo pena de
devolución.
VI. Las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales a los intereses
de los clientes. Los perjuicios así causados deben, pues, ser rembolsados al
cliente. Si no se hace así peca contra la justicia.
VII. El abogado debe implorar el auxilio de Dios en las causas que tiene que
defender, pues Dios es el primer defensor de la justicia.
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Decálogo de San Angel Ossorio y Gallardo.
IV. Piensa siempre que tú eres para el cliente y no el cliente para ti.
V. No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no
consientas ser menos.
X. Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que
las de tu saber.
IV. Sin el poder judicial no hay justicia. Respeta a los jueces como deseas que los
jueces te respeten. Solo así, en un ambiente noble y de altura, las disputas
judiciales revelan, en su momento de conflicto, la grandeza del derecho.
VI. El abogado no recibe salarios, sino honorarios, porque los primeros causídicos,
que vivieron exclusivamente de la profesión, era de tal forma considerados que el
pago de sus servicios representaba honra admirable. Se justo en la en la
determinación de tus servicios, justicia que podrá llevarte incluso a no pedirles
nada. Pero es tu derecho recibir justa paga por tu trabajo.
2.- VERDAD. Como titulado con formación intelectual estas ante todo al servicio
de la verdad.
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Normas de ética profesional del abogado de j. Honorio silgueira
3.- No transijas no con las malas causas, ni con los malos jueces, ni con los malos
litigantes.
7.- No juzgues mal de las intenciones o conducta del contrario, ni menos cabes la
preparación de tus colegas . Ni de nadie, sin tener motivo fundado para ello.
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