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PRAGMÁTICA Y COMUNICACIÓN INTERCULTURAL

SEGUNDA PRUEBA DE EVALUACIÓN CONTINUA

Jara María Molina Sánchez


jaramolinasanchez@gmail.com

CENTRO ASOCIADO DE BERGARA


Tutor: Alberto Ballestero Izquierdo

Grado en Lengua y Literatura Españolas. UNED. 2019.


Para cada una de las siguientes situaciones, indique con precisión cómo se pueden
caracterizar de acuerdo con los siguientes parámetros: jerarquía, distancia social, ámbito de
la interacción e impacto en la relación social. Indique de qué manera esto condiciona la
reacción verbal.
1. Vas a casa de una señora mayor a la que apenas conoces. Al entrar, rozas sin querer
una figura de porcelana de adorno, que se cae y se rompe.
En este caso y considerando la información de la que disponemos, nos encontramos
con una diferencia de jerarquía notable, pues mi supuesta interlocutora es una persona
mayor. Debido a su avanzada edad, que es una propiedad inherente a considerar a la
hora de establecer el estatus, se encuentra en una posición en la escala social más alta.
Evidentemente habrá otros rasgos que se podrían percibir y que ayudarían a la hora de
establecer la relación jerárquica entre ambas, pero de los que no disponemos con este
enunciado. La distancia social será elevada, porque partimos de esa diferencia
jerárquica considerable y, además, la distancia de familiaridad también lo es, pues se
trata de una desconocida.
Por otro lado, el ámbito de la interacción es privado, pues se supone que estoy en su
casa, por lo que en este aspecto no se exige un alto grado de formalidad o
protocolización. Sin embargo, el suceso que acaba de ocurrir es una amenaza a la
relación social y a la imagen pública que estoy proyectando. La figura rota implica un
coste para ella generado por mi culpa. El objetivo consecuente es mitigar el impacto
que el acto haya podido generar en la señora para proteger mi imagen y la relación
cordial entre ambas.
Por ello, debería recurrir a fórmulas de cortesía y tacto, como estrategia destinada a
evitar y mitigar el conflicto. Tendría que adecuarme a la situación, al marco, a la
destinataria, la relación y demás factores contextuales en base a mi conocimiento de las
convenciones culturales. Así, verbalmente, el tratamiento debe reflejar la distancia
social entre ambas, a través del usted. Asimismo, recurriría a una estructura con
atenuantes del impacto en la destinataria: disculpas, asunción de culpa, cierta
justificación, intento de compensación, etc. y tendería al uso del impersonal y al acto
indirecto. Se trataría de una emisión hasta cierto punto controlada durante la
producción que sin llegar a ser muy formal resultara cortés y acorde a las
circunstancias.
2. Unos primos acaban de regresar de un viaje exótico y te invitan a comer el domingo.
A ti no te apetece nada ir porque sabes que se van a pasar la tarde contándote cosas
de su viaje y enseñándote fotos y, además, porque ya tenías otros planes mejores.
En este segundo planteamiento, los primos probablemente serán de mi misma edad y
posición social; nos encontraremos, por tanto, en lugares muy próximos en la escala de
jerarquía. La familiaridad también se supone que será alta, pues entre primos suele
haber una relación próxima y de años, lo que se confirma en que me hayan invitado a
comer. Por tanto, la distancia social será pequeña, aunque puede haber otros factores,
como el grado de simpatía entre nosotros, que pueda volverla algo más larga.
Si la distancia es mínima, es decir, si existe una confianza lo suficientemente importante
de modo que la relación y mi imagen no se pongan en peligro, se podría optar por la
sinceridad. Mientras, si esa distancia es algo más amplia mi negativa a asistir podría
generar cierto conflicto para la relación y una amenaza para mi imagen pública, lo que
me llevaría a tratar de evitar esa amenaza asistiendo a la comida o mitigarla empleando

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la cortesía como estrategia, por ejemplo usando los planes existentes como una
justificación que excuse mi falta.
En cualquier caso habría que adaptar la respuesta al contexto, pero no sería necesaria
ninguna formalidad; recurriría al lenguaje coloquial, al tuteo y no ejercería control sobre
la emisión.
Explique qué tipo de estrategia de cortesía ilustra la respuesta que aparece en cursiva en las
siguientes situaciones.
3. En un piso compartido, uno de los inquilinos ha hecho una fiesta y ha dejado la cocina
si recoger. Su compañero le dice

¡Tú, que esto no se limpia solo! Empieza a recoger, que todo esto es tuyo.
En esta ocasión, vemos que se emplea una perspectiva que se dirige directamente al
oyente, el tratamiento es el tuteo, también se emplea el imperativo; y si bien es cierto
que se recurre al acto indirecto, “que esto no se limpia solo”, se hace para convertirlo
en un factor expresivo para llamar la atención del interlocutor y darle más fuerza al
discurso. No hay atenuantes sino elementos que acentúan el conflicto,
intensificadores: “todo”, la exclamación, etc.
De la estrategia verbal escogida podemos deducir que, o bien la distancia social es muy
pequeña, de modo que, a pesar de todo, no se considera que la emisión hace peligrar
la relación, o bien al emisor no le interesa mitigar el carácter amenazante de su
petición, sino que prefiere acentuar el conflicto voluntariamente o como una
consecuencia de la pérdida de control a causa del enfado.
En este caso, no se puede hablar de cortesía, sino de todo lo contrario. Se trata de una
ilocución conflictiva donde tanto el resultado de la emisión como la actitud del emisor
persiguen un efecto negativo para la relación. Se busca un alto beneficio para el emisor
y coste para el destinatario, y al no estar funcionando la cortesía, podemos concluir
que se trata de una situación dirigida frontalmente contra el mantenimiento de la
relación.
4. Un empleado y su jefe se encuentran a la salida el cine. El jefe se ofrece a llevar al
empleado en coche, pero a este no le apetece y le dice:

No te preocupes, si voy a ir a otro sitio antes de ir a mi casa…


Aquí, el empleado puede haber entendido que el ofrecimiento de su jefe puede ser
una molestia, pues significa un coste y podría querer evitarlo de acuerdo a la distancia
social proveniente de la diferencia jerárquica entre ambos por su situación en
determinados roles jefe-empleado. Además, no le apetece que le lleve, pero un
rechazo directo podría hacer amenazar la relación y la imagen del trabajador.
Por ello, hay un agradecimiento encubierto a su buena voluntad: “no te preocupes”, y
también una explicación, una justificación de por qué rechaza su propuesta. Por tanto,
con esta emisión el empleado utiliza la estrategia verbal atenuante para evitar que el
rechazo al ofrecimiento de su jefe perjudique su relación y la representación mental
que de él tiene el mismo; es decir, está usando la cortesía. Se trata, por tanto, de una
situación en la que se evita un posible conflicto por medio de la cortesía.

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5. Es de noche y una chica llega a la parada del autobús con un billete de 50€ y pide
cambio, pero nadie tiene. Pide a otra chica si le puede pagar el billete. Ella le dice:

¡Vaya, qué rabia! A mí me pasó eso hace poco tiempo y al final tuve que ir a cambiar
a un bar. Si pudiera, te ayudaría, pero no tengo dinero…
En este último caso, la situación se da entre personas con una distancia social elevada, la
familiaridad es muy baja, son desconocidas, y por tanto no se espera nada de esa
relación más allá del planteamiento del momento. Ha habido una petición que
compromete la autonomía de la hablante y al mismo tiempo su filiación. La hablante
debe asumir un coste (el pago del billete) o, de negarse, puede generarse un conflicto.
Tal vez sea verdad que no tiene dinero para ayudarla, o puede que sí lo tenga pero por el
motivo que sea no quiera o pueda ser solidaria en ese momento. Como decide negarse a
la petición, debe emplear una estrategia cortés para evitar que se genere un conflicto o
perjudicar su imagen pública: muestra empatía “qué rabia”, ofrece una nueva solución al
problema, que consiste en cambiar el billete en un bar, y aporta la excusa de no tener
dinero. De este modo, atenúa el efecto negativo de no asumir la petición que se le ha
hecho.
Podemos ver, por tanto, que en este caso sí existe una estrategia verbal cortés con el
objetivo de mitigar una acción que puede verse como perjudicial para la relación o para
la imagen pública de la interlocutora. Se trata de una situación en la que se evita el
conflicto mediante el empleo de la cortesía.

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