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La Rivada. Julio-Diciembre de 2019, vol. 7, no.

13, ISSN 2347-1085

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La Rivada. Julio-Diciembre de 2019, vol. 7, no. 13, ISSN 2347-1085

2 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.


Universidad Nacional de Misiones.
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La Rivada. Revista de investigaciones en ciencias sociales.

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Julio - Diciembre de 2019, vol. 7, no. 13, ISSN 2347-1085
Universidad Nacional de Misiones. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.
Secretaría de Investigación y Posgrado.

La perplejidad como
dispositivo identitario
del escritor:
Enrique Vila-Matas
Perplexity as an identity device of the writer:
Enrique Vila-Matas
Karina Beatriz Lemes*
Ingresado: 15/10/19 // Evaluado: 27/11/19 // Aprobado: 10/12/19

Resumen
En estas obras se presenta una fluida y creciente reflexión sobre el rol del autor en
la creación literaria. Plantean la idea de que la literatura (entendida como una rela-
ción entre vida y literatura, entre autobiografía, ensayo y ficción) ya no constituye un
mero pasatiempo, se convierte en un vehículo de pensamiento sobre sí misma y sobre
la vida en general. Al pensar sobre la vida dentro de su propia representación, la lite-
ratura adquiere una dimensión reflexiva que se ha considerado incluso superior a la
de la filosofía. Dicha superioridad no recala en la posibilidad de pergeñar teorías más
o menos efectivas sino en la potencialidad de poder dilucidar de manera más efectiva
realidades confusas, y qué otra cosa es ese afán sino más que la vida misma, tal cual
uno la vive a diario. En este plano, la identidad del autor/escritor muta, se enriquece
y amplía su responsabilidad cultural.

Palabras claves: transgresión- identidad- crítica- literatura


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Abstract
In these works a fluid and growing reflection on the author’s role in literary crea-
tion is presented. They raise the idea that literature (understood as a relationship
between life and literature, between autobiography, essay and fiction) is no longer
a mere hobby, it becomes a vehicle of thought about itself and about life in general.
When thinking about life within its own representation, literature acquires a re-
flexive dimension that has been considered even superior to that of philosophy. This
superiority does not lie in the possibility of designing more or less effective theories
but in the potential to elucidate confusing realities more effectively, and what else is
that desire but more than life itself as one lives it daily. In this plane the identity of
the author / writer mutates, enriches and expands his cultural responsibility.

Keywords: transgression- identity- criticism- literature

Karina Beatriz Lemes Cómo citar este artículo:


* Profesora y Licenciada en Letras. Magister en Semiótica Lemes, Karina Beatriz (2019) “La perplejidad como
Discursiva. Doctoranda en el Doctorado de Ciencias Humanas y dispositivo identitario del escritor: Enrique Vila-Matas”. Revista
Sociales de la FHCS-UNaM. Jefe de Trabajos Prácticos regular de
La Rivada 7 (13), pp 128-139 http://larivada.com.ar/index.php/
Introducción al Conocimiento Científico (en licencia) y Adjunta interina
a cargo de las cátedras de Literatura Española I y II dictadas para las
numero-13/articulos/229-la-perplejidad-como-dispositivo
carreras del Profesorado y la Licenciatura en Letras.
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Quien escribe con sentido del riesgo abrazaron el riesgo como dispositivo creador
anda sobre un hilo y, asentado sobre el disloque y hasta profanación
además de andar sobre él, de los propios códigos literarios para engendrar
tiene que tejerse un hilo propio bajo sus pies. una escritura original, turbadora, exótica; ya sea
Enrique Vila-Matas desde la provocación de las convenciones litera-
rias en la forma o el estilo o por la instauración de
mundos y realidades personales, que provoquen
a la lógica moderna, en donde confluyan lo inve-
Por una literatura rosímil, absurdo e insólito. En este sentido, los
autores que menciona son: Joyce, Kafka, Musil,
en conflicto Beckett, Walser, Marguerite Duras, Rulfo, Pes-
soa, Salinger, Cravan, Gimferrer, Perec, Verlaine,
Enrique Vila-Matas pergeña una noción de Cheever, Sebald..., referentes que causaron una
autor en sus novelas que inaugura un nuevo pla- conmoción en el concepto de lo literario a partir
no, un entre-lugar –un in-between- (Bhabha, de sus textos inscriptos en el horizonte histórico
2002:18) que no necesariamente es absoluta- donde aparecen.
mente moderno pues advierte el continuum se- En Vila-Matas persiste el valor aurático de la
miótico, la trama intertextual que forja cada tex- obra de arte, una consideración en referencia al
to, la existencia y potencia de todas las voces que autor como una unidad de cierta manera superior,
se entretejen con la propia de cada escritor, pero con características particulares que lo constituye
tampoco posmoderno pues coloca el esfuerzo en en la diferencia, extravagante, singular y original
hallar una identidad de escritor original, una voz (dichos rasgos, por un lado, lo aíslan del resto de
auténtica, una hebra de literatura propia, si bien los hombres y hasta puede llegar a ser incom-
reconoce que la misma sólo puede emanar de una prendido por los demás pero como contrapartida
mixtura, reinterpretación, re-configuración del lo dotan de la posibilidad de crear mundos de fic-
conjunto de voces y escrituras de las que se sus- ción) que superen la realidad misma, por ello se
tenta la literatura de todo autor. instaura un deseo que Vila-Matas comparte con
Vila-Matas concibe su literatura en el “riesgo”, sus personajes y es el de vivir en la literatura, ele-
lo que implica que la misma sea pensada en el var a la misma por encima de la realidad.
entrecruzamiento de otras literaturas ajenas, que Dicha noción de autor1 aparece en tres de sus
asimilen y reelaboren otras voces. Básicamente novelas, a saber: Bartleby y compañía, El mal de
alude a una literatura que transgreda y desplace Montano y Doctor Pasavento. Sin embargo, la
fronteras, que se anime a recorrer zonas poco de- escritura advierte ecos de infinidad de escrituras
finidas y hasta sin definir, que deambule el silen- precursoras por lo que se reconoce como una es-
cio y surja de la experiencia de lo ignoto. La idea critura rémora. En este sentido, el autor se institu-
de literatura que sustenta deviene tanto del arte ye en un plano crítico. La crítica ha mutado como
modernista como de las vanguardias estéticas, y lo han hecho la literatura y el arte impulsados por
más aún considera al escritor como el único capaz los movimientos de vanguardia en las primeras
de concebir en el lenguaje lo particular y singular, décadas del siglo XX. Se aprecia un quiebre con la
de preservar al verbo de los fosilizados conceptos mimesis, con los valores y supuestos del Realismo
de la ciencia y la filosofía e indagar en conside- que agita las artes modernas cuya principal con-
raciones impensadas, originar una nueva realidad secuencia es un cambio en la vinculación del texto
mediante sus metáforas. crítico con su objeto, la literatura.
El proyecto estético-literario vilamatasiano
se asienta sobre cierta exaltación e idealización
de la casta de escritores que denomina sección 1  Noción que cuestiona la encumbrada en la moderni-
angélica, es decir, ese conjunto de escritores que dad y sobre la que dieron cuenta de manera crítica de
la crisis de la racionalidad ilustrada.
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constituía una crítica del lenguaje, capaz de descri-


De las representacio- bir o dar razones de su propia tarea. De esta mane-
ra, lo que se propone es que tanto el texto literario
nes del escritor como el crítico ya no pueden concebirse por sepa-
rado, ahora la relación del texto crítico con su obje-
La figura del escritor en esta trilogía constitu- to de estudio presenta otra concepción, no replica
ye una confluencia entre la concepción del poeta ya el de sujeto-objeto sino el de sujeto-predicado.
como semidiós y la que surge de las teorías bar- Derrida es quien reflota esta discusión:
thesiana y blanchotniana sobre la muerte del au-
tor. Sin embargo, Marcelo Montano, Andrés Pa- La deconstrucción de una institución pedagógica
savento o Rosario Girondo siempre pergeñan un y todo lo que implica. Lo que esta institución no
plano de la potencialidad pues guardan la ilusión, puede soportar es que nadie se entremeta en el len-
el deseo de concebir una literatura nueva, dife- guaje… Puede aguantar con más facilidad las clases
rente y por ende de voz y personalidad auténticas, de “contenido” ideológico en apariencia más revo-
singulares. Y precisamente la diferencia se ins- lucionario, mientras que ese contenido no toque las
taura a partir de la otra-forma de re-ensamblar, fronteras del lenguaje y todos los contratos jurídi-
re-significar la literatura precedente, este gesto co-políticos que garantiza. (Foster, 1985: 130)
los convertiría en autores.
Estas novelas se edifican en la transgresión ge- En las novelas seleccionadas de Vila-Matas se
nérica, lo que indica que los géneros se potencian, exhiben dos mundos, el de la realidad y el de la fic-
experimentan cambios, y en algunas situaciones ción, el de los hechos factuales y el de la imagina-
pueden estallar. Cada uno de aquéllos está fun- ción exuberante. Esta superposición genera múl-
dado por un grupo singular de pautas implícitas, tiples interrogantes, entre los que destacamos:
que pueden compartirse con otros formatos. Es- hasta qué punto el ser humano no es producto de
tas características permiten ampliar, restringir y una ficción y en qué punto hay que comenzar a
combinar normas que cuando alcanzan el límite descomponer los cimientos de la realidad, clási-
generan un nuevo paradigma, todo género emer- cos entresijos.
ge de la superación del borde de otro anterior. En este sentido, el escritor incursiona en el
Es así que la poscrítica ejecuta instrumentos uso de recursos ensayísticos insertos en tramas
del arte modernista para la representación crítica, narrativas ficcionales en las que predominan lo
el dispositivo principal es el collage/montaje. autobiográfico o la autoficción que permiten fluir
Esto es lo que realiza Vila-Matas, selecciona la subjetividad. En sus novelas expone la desapa-
un cierto número de elementos de obras, mensa- rición del sujeto en Occidente y del afán de ese
jes preexistentes y los cuestiona en otra creación sujeto por reaparecer. Así la literatura de hoy es
lo que produce otra totalidad original que revela una literatura que ha puesto en el primer plano al
rupturas de diferentes clases. Esta metodología individuo, no sólo como objeto de pensamiento,
que funda este autor incluye las siguientes carac- sino como sujeto de creación.
terísticas: corte, mensaje o materiales formados Al pensar sobre la vida dentro de su propia
previamente, montaje, discontinuidad o hetero- representación, la literatura adquiere una dimen-
geneidad. Así se produce el collage, mediante la sión reflexiva que se ha considerado incluso supe-
transferencia de unos mecanismos de un contexto rior a la de la filosofía. La misma no recala en la
a otro y el montaje se da por la diseminación de posibilidad de concebir teorías más o menos efec-
dichos préstamos en el nuevo emplazamiento; la tivas sino en la potencialidad de poder esclarecer
finalidad es intervenir en el mundo, no reflejarlo de manera más efectiva realidades difusas.
sino más bien modificarlo. Lo que este autor español realiza es en térmi-
Quien plantea primeramente estas cuestiones nos de Derrida un:
es Barthes, quien sostiene que la misma literatura
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(…) desplazamiento del lenguaje hacia la escritu- manifiesta en el hecho de escribir con diversos
ra, tal vez esto se produzca en el postmodernismo. géneros. Al explorarlos el escritor indaga en sus
Por una necesidad casi imperceptible, todo sucede distintas máscaras para exhibir las ambiguas y su-
como si, dejando de designar una forma particular, tiles dimensiones de un oficio infinito. Cada “yo”
derivada, auxiliar, del lenguaje en general (ya sea representa algo distinto para los demás, y cumple
que se lo entienda como comunicación, relación, varios y diferentes roles: puede ser padre, madre,
expresión, significación, constitución del sentido o hijo, hija, hermano, hermana, pareja, amigo, co-
pensamiento, etc.), dejando de designar la película lega de trabajo, etc., en función de la relación que
exterior, el doble inconsistente de un significante tenga con el otro.
mayor, el significante del significante, el concepto Los autores que Andrés Pasavento escoge para
de escritura comenzaba a desbordar la extensión constituir su “sección angélica” constituyen: “se-
del lenguaje. (1988: 11) res atormentados que parecen estar viviendo en
un lugar aparte. Suelen estar angustiados y ser
Hay en Vila-Matas “…la voluntad de ser uno muy inteligentes y, de no estarlo o no serlo, se las
mismo a pesar del conocimiento de que son los apañan para parecerlo” (Vila-Matas, 2005: 13).
demás quienes nos crean” (Vila-Matas, 2008: 14). Así, Vila-Matas forja una idea de literatura en
Y con respecto a la problemática del autor sostie- cierta medida idealizada y hasta mitologizada,
ne: “Puede parecer paradójico, pero he buscado pues sus personajes padecen una fascinación por
siempre mi originalidad de escritor en la asimila- una imagen abstracta del escritor y la escritura,
ción de otras voces” (Vila-Matas, 2011: 304). por un modelo del escritor extraño/diferente, un
En su artículo “Me llamo Tabucchi, como todo profanador del dispositivo moderno de la concep-
el mundo”, avizora la idea del escritor atravesado ción de la escritura, alguien existencialmente an-
por el concepto moderno de genio, de originalidad gustiado, apartado de la realidad y a la que hasta
mediada por la concepción modernista y vanguar- el propio Vila-Matas tiende a retirarse pues ficcio-
dista, y la idea posmoderna de la escritura como naliza su propia existencia.
un espacio desde el que nadie o toda la literatura La actitud de los narradores-escritores es la de
habla a la vez, donde desarticula el concepto de los jugadores que, aunque socaven las reglas del
autor: “Las ideas o frases adquieren otro sentido juego del que forman parte, no pueden evitar sen-
al ser glosadas, levemente retocadas, situadas en tirse seducidos hasta el extremo. No es raro que
un contexto insólito” (Vila-Matas, 2011: 304). haya hasta una idealización del objeto que los se-
Cierto modelo de escritor queda plasmado en duce, los personajes vilamatasianos son proclives
las primeras hojas de Doctor Pasavento identifi- a diferenciar la literatura que califican de buena,
cado como alguien no común: “Pensé en lo mucho auténtica, verdadera, en contraposición de la que
que los escritores aparecían en mi vida, en mis se ha cristalizado, la que ocupa el centro de un sis-
sueños, en mis textos” (Vila-Matas, 2005: 13). Di- tema literario muchas veces y cada vez más vincu-
cha reflexión constituye el eje nodal de El mal de lada a las exigencias de un mercado y a la vez se
Montano, pues este concebirlo todo a partir de la repudia por apócrifa y mediocre.
literatura da nombre a la novela y en donde una La obsesión de Rosario Girondo, en El mal de
vez más se prosigue con la fascinación del narra- Montano, es terminar con los enemigos de lo lite-
dor-personaje por este linaje de escritores del que rario, aquéllos que conspiran en contra de la bue-
antes se mencionó. na literatura y desean su desaparición. La legítima
Según Vila-Matas, la literatura y sus autores literatura estaría pervertida por aquélla mediocre
con mayúscula son: “mucho más fascinantes que y masiva contra la que hay que enfrentarse para
el resto de los mortales, pues son capaces de lle- salvar la dignidad literaria de aquellos escritores
varte con asombrosa facilidad a otra realidad, a que no se han rendido ante las exigencias de la
un mundo con un lenguaje distinto” (Vila-Matas, moda y el mercado.
2005: 13). Evidencia la multifurcación del sujeto
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Los personajes vilamatasianos se constituyen ción, son los que el propio Vila-Matas identifica
en la incansable búsqueda de una literatura de como grandes tarados:
culto, excéntrica, transgresora, rupturista y hasta
displicente con respecto a las convenciones de su Caminan sin rumbo, desorientados solitarios, crea-
tiempo, por ello situada en el borde del centro. Si dores constantes de mundos únicos y excepcionales,
bien los mismos se reconocen como marginales, grandes tarados. Últimos supervivientes de un agó-
periféricos su discurso se posiciona desde una nico modo de mirar. Nada que ver con los escritores
perspectiva canónica de la literatura y su concep- que consideramos normales, todos tan felices, siem-
ción de canon se acerca más a las instituciones pre con buena conducta y las rodilleras impolutas,
académicas regidas por valores y normas encla- buenos chicos que no añoran sus mesas de trabajo,
vadas más en la Modernidad que en la cultura del pues tienen el vacío instalado en ellas, lo que les per-
neoliberalismo. mite precisamente pasear con naturalidad por los
La noción de escritura que se configura en salones del mundo (Vila-Matas, 2013: 53).
Bartleby, Montano y Pasavento siempre vale la
pena, pues la misma aparece entrecruzada con la Vila-Matas sostiene que lo que se considera
voz y la propia acción escritural de sus persona- metaficcional o metaliteratura constituye un ras-
jes-narradores y emerge de la incomodidad, de la go presente en todas las grandes obras narrativas,
extrañeza con la propia identidad y con la otre- tanto las denominadas clásicas como las contem-
dad, con el adentro y el afuera, con el mundo de poráneas, pues toda ficción posee siempre un
la conciencia y con el plano de lo real. Dicho dis- cierto grado de construcción reflexiva que otorga
gusto no necesariamente se manifiesta como una al lector un papel activo en la tarea de (re)cons-
divergencia o sinsabor, antes bien puede surgir trucción del sentido último de ésta; arguye que la
como una anomalía y es en ella donde se regodean narrativa postmoderna no se encuentra determi-
estos personajes: nada por reglas existentes a priori; el autor opera
sin reglas, la búsqueda de las reglas es la sustancia
No somos de aquí. Y sólo la literatura parece ocu- del texto, lo que le permite disponer de un amplio
parse con seriedad de nuestro espanto (...). Los repertorio de características que para él delimitan
hombres normales han mirado a Kafka siempre con la esfera literaria postmoderna: la deconstruc-
extrañeza, en realidad con la misma extrañeza con ción, la intertextualidad, la heterogeneidad, la
la que él les miraba a ellos, consciente de que no te- subjetividad, la ironía, el humor, el metadiscurso
nía un lugar en este mundo (...); un Kafka que siem- lúdico, la fragmentación, entre otros.
pre quiso transmitirnos que aquello que se nos an-
toja una alucinación inimaginable es precisamente
la realidad de cada cual. (Vila-Matas, 2005: 115) De las fronteras y
Desde esta lógica, toda escritura de ficcionali- los márgenes
zación surge de una molestia con la realidad, sin
ella no habría intención de modificarla, interpe- El catalán privilegia los territorios fronterizos,
larla o trastocarla mediante la ficción si se estu- el limen que separa y categoriza los géneros y sub-
viera en franco acuerdo con el imaginario social al géneros, la realidad de la ficción, y que en su obra
que se corresponde. deviene en lábil materia conjuntiva, no separativa.
Los escritores que sirven de modelo para los En sus obras cuestiona una identidad múltiple
personajes vilamatasianos son precisamente au- a la vez que ficticia, como se sabe sucede con las
tores a los que de una u otra manera su realidad redes sociales, en donde es muy fácil crearse iden-
les incomoda, no les permite alcanzar la tan an- tidades “falsas”. Mezcla en cada libro varios gé-
siada felicidad, son los que aborrecen la abnega- neros, trasformando a cada uno de ellos en texto
“híbrido” en donde conviven autobiografía, diario
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íntimo, novela, ensayo e, incluso, conferencia (que el sistema y el mercado, tampoco se corresponde
ha convertido en un tipo de género). Vila-Matas con la figura del escritor profesional posmoderno,
concibe el mundo como un absurdo cargado de un trabajador común que puede pasar tantas ho-
sentido. En su pluma, la escritura es una aventura ras frente a una computadora y que una vez que
que relaciona el abismo, el misterio, lo descono- su obra ve la luz aquél debe iniciar una romería
cido, un espacio en el que todo es extraño y en el por los medios para promocionarla.
que se plantean dudas y preguntas. La tarea del Los escritores-personajes a los que da vida son
escritor es infinita, más si se tiene en cuenta que aquéllos que integraron la etapa moderna del ca-
para él ésta no consiste sólo en hacerse entender pital, pues en este tiempo ser literato estaba car-
y dar una explicación racional del mundo, antes gado de una serie de evocaciones eruditas e ínte-
bien adoptar una posición frente a él. gras, en donde se aspiraba a cierta excelencia del
El conjunto de escritores que conforman el espíritu, una autocracia del alma.
canon vilamatasiano se identifican por una con- En aquellos casos en que los autores perte-
ducta divergente, pues se manifiestan mediante necen a una contemporaneidad, su extravagan-
cierta angustia existencial o imposibilidad para cia los salva de ser parte de la anodina mayoría.
comprender y a su vez ser comprendidos por los Estos son personajes que ostentan una valentía,
demás –Kafka- cierta inclinación a la melanco- confundida muchas veces con locura, pues se en-
lía –Pessoa- cierta conducta de rechazo hacia lo frentan a las reglas economicistas del mercado
constituido –Walser-, en todos ellos dicha inca- literario vigente, además buscan una literatura
pacidad se expresa en una inhabilidad por rela- nueva que se diferencia de tanta mediocridad pos-
cionarse y por ende exhiben una conducta de ex- moderna, para volver a ostentar el resplandor de
trema soledad que los hace proclives al silencio, otros tiempos.
la locura y hasta el suicidio. Dicha conducta los Por su parte, Pasavento como crítico literario
obliga a pergeñar un mundo posible, alternativo, quiere combatir a esos escritores que él denomina
en donde la escritura se torna la actividad solita- como topos, pues los identifica como enemigos de
ria por excelencia pues las vinculaciones con los lo literario ya que lo asocia con el escritor capita-
otros sólo existen en un nivel simbólico. lista dominado por sus vanidades, aquél que des-
Estos individuos estrambóticos con pensa- pués de un éxito replica la fórmula una y otra vez
mientos aciagos sobre la sociedad de la que for- des-aurizando el arte de la escritura. Paradójica-
man parte no constituyen el espíritu de la época mente, Andres Pasavento combate algo de lo cual
pues la sensación de ser diferentes muchas veces se siente cercano y se obsesiona por alejarse de
los convierte en personajes angustiados, con ex- esa figura y acercarse a lo que alude a una figura
travagantes costumbres que en los casos extremos como la de Walser, modelo del escritor vocacio-
desembocan en la locura y hasta el suicidio. nal, privado, secreto, que escribe para sí, que des-
Vila-Matas ha logrado forjar su propia alegoría precia los honores y el reconocimiento, que desea
sobre el ser escritor, los shandys, bartlebys, oblo- “respirar en las regiones inferiores”, pues desde
movs, pasaventos y montanos emergen por todas allí obtiene su materia prima para continuar es-
partes, instituyendo una tipología con la que se cribiendo y desde donde logra instaurar una voz
pretende clasificar a los escritores conocidos. literaria personal y emancipada.
A partir de la reescritura de una serie de ar- Los escritores de esta trilogía evocan al mis-
quetipos de escritor instaurados por el Romanti- mo Vila-Matas quizás hasta como él mismo anhe-
cismo, el Modernismo o incluso las Vanguardias la ser, autores de la periferia, de cierto culto, con
–raro, dandy, loco, bohemio, extravagante, poe- un lector potencialmente reducido y, paradójica-
ta maldito, genio atormentado, entre otros- Vi- mente, es en este círculo circunscripto en donde
la-Matas funda un concepto de escritor que con- se configura su prestigio, valor y distinción.
serva el aura del que aludía Benjamin, de ahí que Además de contar con estos atributos, el escri-
no se corresponda con el escritor fagocitado por tor vilmatasiano es un ser sin igual con particula-
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ridades que lo diferencian y apartan de la masa. Toda obra superviviente conserva la huella de esa
Ostenta una intuición extraordinaria y un olfato ambigüedad. Conserva la memoria del presente
para encontrar en el mundo fulgores poéticos, que la ha instaurado pero, en ese presente, estaba
chispazos de verdad extraviada en algún instante ya si no el proyecto, sí al menos la posibilidad esen-
del derrotero moderno hacia el progreso. cial de ese corte, de ese corte con el fin de dejar una
Es un escritor moderno, con el atributo huella, de ese corte con designio de supervivencia,
simbólico del que pertenecía a la tradición mo- de ese corte que garantiza a veces la supervivencia
derna de la negatividad, del momento de cri- misma si no hay designio de supervivencia. Este
sis, de la racionalidad ilustrada; el objetivo es corte es a la vez una herida y una apertura, la po-
situarse en el borde, en el límite, habitar los sibilidad de una respiración, y ya estaba en cierto
entre-lugar, no pertenecer a ningún espacio y modo en marcha ahí. Marcaba, como una cicatriz,
por ende desafiar la norma. el presente vivo originario de esa institución, como
La escritura que caracteriza a estos autores, y si la máquina, la casi-máquina operase ya, an-
a la que los mismos se han encargado de gestar tes incluso de estar técnicamente producida en el
y definir, promulga otra versión del libro gestado mundo, por así decirlo, en la experiencia viva del
en la disociación, la dislocación, la disyunción, presente vivo. (Derrida, 2003: 99)
la diseminación sin re-unión posible, la disper-
sión inalterable de ese códice total -no su desva- A partir de lecturas que hacen Barthes y De-
necimiento sino su marginación o su secundari- rrida se coloca la atención sobre la escritura y los
zación, de acuerdo con unas modalidades sobre textos, se corren de la escena de análisis las con-
las que habrá que volver- pero simultáneamen- sideraciones acerca de las condiciones materiales
te, por otra parte, la constante reinvestidura del del escritor y la escritura, rechazando la historici-
proyecto libresco, del libro del mundo o del libro dad de los textos, la crítica marxista, la historio-
mundial, del libro absoluto (por eso describía grafía literaria –ya sea en clave positivista o del
yo también ese fin del libro como interminable, materialismo histórico- o la crítica biografista.
sin fin), el nuevo espacio de la escritura y de la Las discusiones actuales reconocen la obsoles-
lectura de la escritura electrónica que viaja a la cencia de las nociones de la Modernidad y prefie-
velocidad de la luz desde un punto del mundo al ren ahondar el análisis instaurando nuevas cate-
otro y enlaza, más allá de fronteras y derechos, gorías a partir de la capacidad de transgredir la
no sólo a los ciudadanos del mundo en la red uni- norma y de cuestionar la ideología dominante, de
versal de una universitas potencial, de una enci- reconocer otras sendas al lenguaje y la creación
clopedia móvil y transparente, sino a todo lector verbal, de concebir propuestas innovadoras y ex-
como escritor posible o virtual, etc. Esto reanima perimentales, en clave ensayística que acopien lo
una aspiración, el mismo deseo. Esto inculca de mejor de la tradición en que se identifican y que
nuevo la tentación de considerar aquello cuya fi- también rechacen la extrema mercantilización de
gura es el tejido mundial de la WWW como el la literatura en la actualidad. Vital es explorar el
Libro universal por fin reconstituido, el libro del entre-lugar en el cual hoy día aparece situado el
Creador, el gran libro de la Naturaleza, o el Li- escritor y desde donde puede repensar el campo
bro-Mundo en su sueño onto-teológico por fin literario.
realizado, precisamente en el momento en que Marcelo, el narrador de Bartleby y compañía,
éste repite el fin de aquél como por-venir. (Cf. construye un tipo con el personaje de Melville,
Derrida, 2003: 98) con los escritores del No. Por su parte, Montano
El concepto de acontecimiento vinculado a la constituye la reescritura del mito moderno de un
obra se actualiza, ahora la obra es la huella de un Quijote en armas contra los enemigos de lo lite-
acontecimiento y además constituye la instaura- rario, lleva al extremo la locura de Alonso Quija-
ción de ese acontecimiento mismo: no quien creía que todo era parte de una novela
de caballerías. Rosario Girondo se empecina en
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transformar todos los signos de la realidad exter- a la literatura. Al primer tipo pertenecen los escri-
na en literatura, atribuyendo a toda realidad ca- tores que citan Marcelo, Girondo y Pasavento; al
rácter literario para, como el caballero de la triste segundo, Andrés percibe que se ha vuelto eso que
figura, combatir a sus enemigos. odia y propone como mecanismo de salvación un
En cambio, Pasavento se esfuerza por lograr camino hacia la desaparición.
acercarse al mito de Walser, un escritor suizo so- En estos escritores-narradores se advierte una
litario y secreto cuyo mayor mérito fue su rechazo obligación con la verdad y con la belleza, más allá
a la notoriedad y en esforzarse por desaparecer de que sean conceptos anacrónicos y discutibles.
eligiendo la soledad y el silencio, por la reclusión Lo que hay es una exaltación de la literatura como
en el sanatorio de Herisau y la escritura privada una práctica intelectual y ética que debe trascen-
de sus ininteligibles microgramas. La obsesión de der las exigencias del mercado y la industria cul-
Andrés por emular a Walser no es otra cosa que tural, y a todo aquello que condene a la literatura
su anhelo por alcanzar el estatus de escritor tipo/ a la repetición despojándola de este modo de su
mito que tanto admira. gesto creador:
Vila-Matas asume una posición de riesgo al
rechazar la línea dominante y por ende de éxito y Es innegable que la prosa se ha convertido en un
replicarla al infinito. Aboga por un tipo de escritor producto más del mercado: algo que es interesan-
que tenga la voluntad de decir la verdad, de creer te, distinguido, esforzado, respetado, pero irreme-
en lo que dice y decir lo que cree, cuya tarea sea la diablemente insignificante. Queda preguntarse, sin
de traspasar lo pueril, lo conveniente, lo instituido embargo, si no hay una sola salida (...). Y entonces,
para aventurarse a viajar sobre la línea de fronte- a veces uno cree ver señales para seguir navegando,
ra, explorarla y tratar de ampliarla: porque vislumbra los casos de un puñado de escri-
tores que captaron la gravedad del momento y lo
En una descripción bien hecha, aunque sea obsce- que escribieron fue enfermizo y canibalesco, absur-
na, hay algo moral: la voluntad de decir la verdad. do y exasperado, pero paradójicamente también fe-
Cuando se usa el lenguaje para simplemente ob- liz y auténtico. Fueron esencialmente gente zumba-
tener un efecto, para no ir más allá de lo que nos da —escritores obsesivos, maníacos, trastornados
está permitido, se incurre paradójicamente en un en el buen sentido de la palabra— que escribieron
acto inmoral (...). El escritor que trata de ampliar de un modo más desesperado que la revolución, lo
las fronteras de lo humano puede fracasar. En cam- que en cierta forma los convirtió en herederos indi-
bio, el autor de productos literarios convencionales rectos de los misántropos desahuciados de antaño.
nunca fracasa, no corre riesgos, le basta aplicar la Sus obras fueron increíblemente honestas y tuvie-
misma fórmula de siempre, su fórmula de académi- ron un poder liberador (Vila-Matas, 2013: 37).
co acomodado, su fórmula de siempre. (Vila-Matas,
2002: 39). De esta manera, la idea de literatura que ma-
neja Vila-Matas en la serie Bartleby-Montano-Pa-
En Bartleby y compañía, El Mal de Montano y savento está instalada en un entre-lugar que no
Doctor Pasavento se enfrentan dos tipos de escri- pertenece a la Modernidad ni a la Posmodernidad,
tores, los de riesgo y los moderados. Aquél que se propugnada por un tipo de escritor que se niega a
niega a acatar lo impuesto por la Posmodernidad ser fagocitado por la turbulencia posmoderna de
neoliberal esclavizado por el Mercado cuyo éxi- la indolencia moral. Con este concepto se instaura
to está supeditado a lo estrictamente comercial, un tercer- espacio desde donde puede emanar ese
un escritor de vanguardia, alguien que cuestiona escritor que Vila-Matas ha intentado bosquejar
permanentemente todo lo normativo y por lo tan- en esta trilogía: “La literatura, por mucho que nos
to alguien impetuoso frente a este escritor servil, apasione negarla, permite rescatar del olvido todo
aborregado, normativizado, alguien detestable y eso sobre lo que la mirada contemporánea, cada
detestado y por lo tanto no merecedor de dedicare
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día más inmoral, pretende desligarse con la más que no es casual que sus narraciones sean relatos
absoluta indiferencia” (Vila-Matas, 2002: 40). en primera persona que muestran un punto de
El deber moral del escritor de riesgo es mirar vista singular. En algunos casos, la narración se
la realidad con una contemplación atenta, de tal aleja por completo de la omnisciencia decimonó-
modo que surja en dicha observación algo nunca nica, y lo que se nos deja ver es el abanico de los
antes visto. Por lo tanto, habría una vuelta a los diferentes lugares desde los que se puede narrar.
imperativos del Romanticismo, el Modernismo y La oscilación somete al lector aproximándolo o
las Vanguardias que a la apatía posmoderna. Así, alejándolo de la subjetividad que se constituye
la actitud que debe ostentar este escritor es la del como único referente. Estas narraciones pre-
inconformismo y el permanente cuestionar lo ins- sentan la ambivalencia de los valores del bien y
titucionalizado, pues la literatura realmente digna el mal, de manera que las apariencias, y el bien
de ser llamada como tal es aquélla que no se resig- manifiesto, pueden esconder otras dimensiones.
na a avanzar por el sendero de la repetición de la Estas novelas se caracterizan por ser fruto de
norma, más aún cuando ella se ha convertido en una amalgama genérica, son elaboradas con una
un negocio mortalmente desapasionado: lógica ensayística en donde convergen la autobio-
grafía, biografía, el reportaje, el diario, la ficción o
Si intentamos trazar una línea de flotación que sos- el relato de viaje, pero también, y de una manera
tenga alguna forma de coherencia de los modelos determinante, por su carácter digresivo y errante,
constantemente convocados por Enrique Vila-Ma- lo que conlleva la indeterminación genérica a la
tas la hallaríamos entre dos puntos. Por un lado es- que se aludía y la resistencia a una posible catego-
taría la reflexión: casi todos los autores citados han rización y su consecuente contextualización.
construido una literatura fundamentalmente re- En este proceso deconstructivo las novelas
flexiva, ubicable en un quicio entre novela y ensayo. son inclasificables. El arte de narrar se vuelve
Y por otro, estará el hecho de que se trata siempre deliberadamente incoherente y el lector tiene la
de una literatura inestable, descentrada, a la que es impresión de leer anti-novelas. La idea de trans-
difícil asignar una racionalidad determinada (...). gresión trasciende la obra literaria convirtiéndo-
Podría decirse que los autores preferentemente ci- se en una forma de concebir la escritura como la
tados por Vila-Matas coincidirían con ese momento bisagra que permite interpelar e interpretar la
de la cultura europea en que el sujeto estable, que frontera entre la realidad y la ficción. La verdad
proporcionaba una entidad sólida, se ha disuelto. no se opone necesariamente a la ficción, así el es-
Serían todos, y no sólo los filósofos allegados, he- pacio literario, sobre todo el novelesco, se dispara
rederos de Nietzsche. (Pozuelo Yvancos, en Ríos en heterogeneidad discursiva, supone que los gé-
Baeza, 2012: 259). neros viven y se desarrollan y experimentan una
evolución, que llega en ocasiones a transformarse
En conclusión, en la parvedad vilamatasiana en revolución.
de la literatura reside una aserción implícita o, al El pensamiento de Vila-Matas está carac-
menos, la expectación en una aserción de índole terizado por el metadiscurso, la disipación de
estética y moral, una afirmación de la belleza y las fronteras entre ficción y crítica, entre arte y
de la verdad, si bien emerjan retraídas, sin reve- no arte, entre realidad y ficción, y entre autor y
larse objetivas e inapelables. Constituye una afir- lector: los pilares del baptisterio postmoderno.
mación dúctil, pero no laxa, que dista de la masa La actitud deconstruccionista lo convierte en la
amorfa posmoderna en donde todo es farragoso y referencia de ese momento llamado Postmo-
todo resulta indistinto y por ende común. dernidad. La hibridación genérica propicia una
La vida para este autor es más original de lo multiplicidad discursiva en donde el concepto de
que puede inventar la ficción, y lo que ha de hacer frontera se constituye como un límite poroso, allí
es contar las historias que lo rodean. De esta ma- se entrecruzan, confluyen y convergen las cultu-
nera, el punto de vista resulta fundamental, por lo ras y consecuentemente géneros y discursos.
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Vila-Matas no sólo habla indirectamente de ARENAS CRUZ, María Elena. (1997) Hacia
sí mismo y de la época en la que vive, sino que una teoría general del ensayo. Construcción del
también despliega una profunda reflexión sobre texto ensayístico. Cuenca. Ediciones de la Univer-
su existencia y su condición de escritor y, más que sidad de Castilla-La Mancha.
nada, sobre la escritura y la literatura. Lo impor-
tante es notar que dicha reflexión no se hace por AULLÓN de HARO, Pedro. (1992) Teoría del
medio de textos críticos, ensayos filosóficos o en- ensayo. Madrid. Editorial Verbum.
sayos teóricos, sino que se hace dentro de la pro-
pia ficción, en el interior mismo de la narrativa. BARTHES, R. (2009) El susurro del lenguaje.
Las novelas, al pensar sobre la vida dentro de su Barcelona. Paidós.
propia representación, adquieren un plano espe-
cular reflexivo. BHABHA, Homi. (2002) El lugar de la cultu-
Estas novelas, dado que el yo varía en cada mo- ra. Buenos Aires. Manantial.
mento, se aproximan a la prosa ensayística. Las
razones se resumen en la primacía que alcanza en BLANCHOT, Maurice. (2002) El espacio lite-
ocasiones la función informativa y la técnica que rario. Madrid. Editorial Nacional.
utilizan de la libre asociación de ideas; además de
la escritura digresiva, en la que reflexiona sobre el BLOOM, Harold. (1991) La angustia de las in-
paso del tiempo, la muerte y el nacimiento como fluencias. Venezuela. Monte Ávila Editores.
algo inexorable al ser humano: el propio proceso
de escritura. CASTRO HERNÁNDEZ, Olalla. (2015) “La fi-
Este escritor instala dentro de la obra su visión gura del escritor en Bartleby y compañía, El mal
del mundo; entonces la obra, como en un juego de de Montano y Doctor Pasavento”. En Letralia,
espejos, al ser parte de sí misma es reflejo también Tierra de Letras http://letralia.com
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