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Norbert Elias sobre el tiempo.

Mientras tanto, los físicos siguen afirmando que miden el tiempo, utilizando para ello fórmulas
matemáticas donde juega un papel la medida del tiempo como quantum definido. Pero al
tiempo no se puede ni ver ni sentir, ni escuchar ni gustar ni olfatear. La pregunta sigue
flotando sin obtener respuesta: ¿cómo puede medirse algo que los sentidos no pueden
percibir?.(prologo)

Los relojes son aparatos sujetos a una norma social que discurren según una pauta siempre
igual que se repite, cada hora o cada minuto, por ejemplo. Si el desarrollo social lo permite o lo
exige, estas pautas pueden ser idénticas en uno o varios países. Gracias los relojes se pueden
comparar la velocidad de los aviones que, en lugares diferentes, recorren el mismo espacio.

Al contrario de cualquier otro ser vivo que conozcamos, los hombres se orientan menos por
reacciones instintivas y más por percepciones marcadas por el aprendizaje, por experiencias
previas no sólo del individuo, sino de una larga cadena de generaciones humanas. Esta
capacidad para aprender y transmitir de generación experiencias, en forma de saber, es el
fundamento de la ampliación y mejora progresivas de los medios humanos de orientación, a lo
largo de los siglos.

Y precisamente es medio de orientación lo que hoy en día se concibe y experimenta como


“tiempo.

disposición Descartes o Kant y quienes siguieron sus pasos; y por otra, efecto de su concepto
de experiencia. En efecto, cuando ellos hablaban de experiencia, se referían únicamente a la
experiencia de un individuo humano, concebido como una unidad por completo autónoma, y
no a las experiencias y los instrumentos intelectuales de la humanidad en evolución que iban
desarrollándose en el curso de los siglos.

Quien no dispone de una norma firme para determinar el tiempo d los hechos, no posee un
concepto de tiempo como el nuestro. Los hombres de esos estadios anteriores se
comunicaban y pensaban, como suele decirse hoy; con conceptos «más concretos» que los
nuestros. Dado que un concepto no puede ser «concreto» en el estricto sentido de la palabra,
quizá sería más correcto hablar de síntesis «particularizante» o síntesis de un «nivel inferior».
Hubo tiempos en que los hombres usaban el concepto «sueño», donde nosotros diríamos
«noche»; el concepto «luna», donde nosotros hablaríamos de «mes», y el concepto «cosecha»
o «rendimiento anual», donde nosotros nos referiríamos a «año»

En último término, Einstein tuvo que confirmar su tesis, según la cual el tiempo es una forma
de relación y no, como lo creyó Newton, un flujo objetivo, parte de la Creación, como los ríos y
las montañas; aunque aquél sea invisible, tiene al igual que éstos una existencia independiente
de los hombres que lo miden.P.54

físico. Ahora bien, un análisis crítico del concepto «tiempo» exige entender la relación entre
tiempo físico y tiempo social; esto es, entre determinar el tiempo en el contexto de la
«naturaleza» y hacerlo en el de la

Mientras perdamos de vista la relación indisoluble entre los planos físico y social del Universo,
mientras no aprendamos a ver la aparición y desarrollo de las sociedades humanas como un
proceso dentro del universo inhumano, que es mayor, no estaremos en condiciones de captar
uno de los aspectos esenciales del problema del tiempo, a saber: en el cuadro de la Física y,
por ende, de la tradición dominante de la Filosofía, el «tiempo» aparece como un concepto de
un alto nivel de síntesis; por el contrario, en práctica de las sociedades humanas, el «tiempo»
es un mecanismo de regulación de carácter coactivo, como queda claro cuando uno llega tarde
a una cita importante..

Tal vez sea útil señalar en este contexto por qué empleo la expresión «continuum de
transformación». Para decirlo brevemente, en muchos procesos de cambio, la unidad del
proceso no está en una sustancia que permanecería inalterada durante todo el proceso sino en
la continuidad con la que una transformación surge de otra en una secuencia interrumpida.
Tomemos por ejemplo una cierta sociedad, digamos los Países Bajos, en los siglos XV y XX. Lo
que los une en estas dos fases, no es un núcleo esencial inmutable, sino la continuidad de
transformaciones a través de las cuales la sociedad del siglo XX brota de la del XV, continuidad
que se ve reforzada por el hecho de ser recordada.

Si nos tomamos como ejemplo:

El caso cuando se emplea el propio cuerpo como continuum estandarizado para determinar el
tiempo de otros procesos, la relación funcional tiene tres polos: está la persona que, aquí y
ahora, establece y determina las relaciones («determina el tiempo»); está uno mismo como
continuum en devenir entre el nacimiento y la muerte, sirviendo en este caso de continuum
estandarizado, y está finalmente la multitud de procesos que uno mide con su propia vida,
esto es, consigo mismo como continuum cambiante.

la agricultura, esto es, el aprovechamiento de plantas domes ticadas. En este estadio, a la


determinación pasiva del tiempo se añaden los problemas del determinar activo del mismo y,
por consiguiente, del control social y personal igualmente activo, que adquieren mayor relieve.
En efecto, con el dominio y aprovechamiento del mundo vegetal, los hombres quedan
sometidos a una disciplina antes desconocida que les impone las exigencias de la agricultura,
de la cual depende ahora la provisión de alimentos. P.61

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