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CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA, UNA REFLEXIÓN ACADÉMICA

SOBRE SUS RAÍCES.


Laura Valentina Gómez Suárez
Juliana Andrea Castro Martínez
El conflicto armado interno, ha marcado un antes y un después en la historia de
Colombia. Muchos de los contextos en los cuales se movió el conflicto armado se
encontraron relacionados con factores detentores de poder como la política, la
tierra y el dinero.
En principio, es importante resaltar el hecho que, en Colombia, muy a pesar de ser
una república democrática tal como lo dice el preámbulo de la constitución
nacional, no se encuentra dentro de las lógicas democráticas en la mecánica. Tal
como se ha observado por años, la guerra por el poder político ha enmarcado las
raíces del conflicto armado en Colombia, toda vez que la participación política no
se ha encontrado dentro del concepto de equidad.
La participación política en Colombia ha estado liderada por las élites
conservadoras del país, las cuales han estado aliadas desde siempre con el sector
empresarial, el cual marca las rutas de los planes de desarrollo que se han creado
a lo largo de la contemporaneidad colombiana.
Otro aspecto fundamental en la conformación del conflicto armado, es la pelea por
la tierra, dado que ser terrateniente en Colombia pareciera significar un poder
interminable, pues para nadie es un secreto que Colombia posee una gran
fertilidad agrícola que permite proveer riquezas.
Lo anterior para indicar que, hay unas raíces visibles que dieron comienzo al
conflicto armado en Colombia, sin embargo, existen otro tipo de violencias, que
han sido llamadas por autores como Alejandro Castillejo Cuellar y Juan Felipe
García Arboleda “Violencias estructurales” (Arboleda, 2018), aquellas que sientan
las bases fundamentales para la construcción de las violencias visibles como las
mencionadas anteriormente. Estas violencias estructurales pueden ser: El
racismo, la xenofobia, la porofobia, homofobia, misoginia y demás manifestaciones
de rechazo hacia aquello que no se encuentra dentro del patrón social que se ha
construido de persona en Colombia.
Las manifestaciones de estas violencias se dieron en el conflicto armado
colombiano, cuando saqueaban las huertas de los campesinos, asesinaban a
líderes comunales (aún en la actualidad esta manifestación sigue latente),
reemplazaban los bebés en gestación por animales, asesinaban a mujeres, a
personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ, cuando hubo violaciones a
estas mismas personas y en definitiva todas aquellas acciones que se dieron bajo
el marco del conflicto armado (Comisión de la verdad, 2019).
Esta disputa violenta por los poderes que confluyen en ella, cambió la perspectiva
de país, tal como lo mencionaba el director del centro nacional de memoria
histórica en el año 2013 (Centro nacional de memoria histórica, 2013), todo lo que
en adelante se consiguió fue por medio de la violencia, es decir, a partir de
entonces, todo lo vivido bajo el marco del conflicto armado se tejió en el afán de
conseguir fines por medio de la violencia.
En ese sentido, los problemas de tipo político que ha dejado el conflicto armado es
la continuación de la guerra, pero por otros medios, como la política. Para
argumentar esto, es necesario recurrir a las etiquetas sociales que se impulsaron
desde la política de seguridad democrática, aquella promesa de acabar con la
guerra, pero por el mismo medio de la guerra, aquellas formas de dirigirse a los
miembros de grupos armados al margen de la ley como “Terroristas”, esto significó
una estrategia política de ese tiempo para la justificación de la continuación de la
guerra que desde el año 1946 ya se venía manifestando.
En esa línea es que lo relacionado con el conflicto armado, ligado a las violencias
visibles y estructurales, también estuvo inmerso en el sentido que se le dio a la
guerra, en la forma de detener la violencia que se había presentado por años, que,
en suma, reprodujo más violencia. Esto quiere decir que, “la lucha contra el
terrorismo” marcó tanto el discurso de esa política de estado, que se aquello
influyó en la perspectiva social de la guerra y la lucha por acabarla, persuadiendo
hasta el punto de justificar aquellas graves violaciones a derechos humanos que
se dieron en la disputa por acabar la guerra que tuvo sus inicios en esas
diferencias entre partido liberal y conservador y que a nuestros días, sigue
marcando la línea entre partidos tradicionales y partidos alternativos para la
solución democrática de este conflicto que se tejió en la disputa por el poder
político.
La reflexión que se busca a través del presente texto, es a mirar el conflicto
armado más allá de la literalidad, más allá de lo que se nos ha presentado desde
la política y desde la sociedad misma. En el conflicto armado colombiano se
materializaron muchas de las formas de violencia anteriormente mencionadas,
toda vez que cada territorio que vivió el conflicto, lo vivió de una forma distinta
precisamente por las particularidades de cada uno y la forma en cómo se podía
manifestar y justificar las graves violaciones de derechos humanos allí
presentadas.

Referencias
Arboleda, A. C. (2018). La ilusión de la justicia transicional . Bogotá: Universidad de los
Andes.
Centro nacional de memoria histórica. (09 de Octubre de 2013). Cinco ejes para entender
el conflicto armado colombiano. Bogotá, Colombia.
Comisión de la verdad. (13 de Julio de 2019). I Encuentro por la verdad: Vícitimas de
violencia sexual en el marco del conflicto armado. Informe de la comisión sobre
víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado. Cartagena,
Colombia.

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