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Es necesario hacer mención que no todas las normas que rigen la conducta del hombre
son de Naturaleza Jurídica por ejemplo:
No son jurídicas las Normas de carácter Religioso o de Trato Social, solamente son
jurídicas, aquellas normas que regulan relaciones de justicia, existen éstas cuando entre
dos o más personas se crean derechos y obligaciones.
Objetivo del Derecho. Este consiste en regular la conducta de los individuos, a través de
las normas jurídicas afín de lograr una adecuada convivencia social. Para lograr este
propósito el Derecho restringe tanto el poder de los particulares como el del
Estado( autoridades), es decir a través de las Normas Jurídicas se imponen tanto
Derechos como obligaciones de ésta forma el Derecho persigue que los objetos se
comporten de una determinada forma a través de órdenes o mandatos. A final de lograr
un castigo o pena llamada sanción la cual se aplica a sujetos de conducta adversa.
CLASES DE NORMAS
Normas Morales. Son aquellas que buscan la realización de un bien por lo que se dirige
a la conciencia de los individuos, ya que el obligado es el juez de su propia conciencia.
Normas Religiosas. Son los preceptos dictados por Dios, a los hombres, su violación
esta sancionada con el premio o castigo, en la vida eterna.
Normas de Trato Social. Son las que imponen el decoro (Significa respecto, honor), el
amor propio u otros sentimientos propios de un grupo social o de una etapa histórica su
violación tiene como sanción el ridículo, es decir quedar mal con los demás, provocar risa
y burla.
Los derechos humanos son “el reconocimiento de la dignidad inalienable de los seres
humanos”. Libre de discriminación, desigualdad o distinciones de cualquier índole, la
dignidad humana es universal, igual e inalienable.
IDEAL COMÚN
Las Naciones Unidas, mediante este documento, declararon que “todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Declaración
Universal, art. I). Asimismo, proclamaron sus contenidos como un ideal común por el que
todos los pueblos y naciones deben esforzarse, para que tanto los individuos como las
instituciones promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos
derechos y libertades (Declaración Universal).
El armado de dicha carta fue confiado a un comité presidido por Eleanor Roosvelt y
compuesto por miembros de 18 países. La Carta fue redactada por el canadiense John
Peters Humphrey y revisada luego por el francés René Cassin.
El texto final es pragmático, resultado de numerosos consensos políticos, de manera tal
que pudiera ganar una amplia aprobación.
“En medio de la Guerra Fría, y frente a una oposición creciente al colonialismo, tomó dos
décadas para que las Naciones Unidas se pusiera de acuerdo sobre cómo hacer [la
Declaración] legalmente vinculante”.
LIBERTADES Y DERECHOS
El valor jurídico de esta declaración es sujeto de debate, pues hay quienes sostienen que
tiene carácter obligatorio pleno y otros consideran que solo ciertas partes poseen carácter
obligatorio (Muñoz et al., 2005, p. 48).
El Nuevo DIH defenderá el derecho a la vida de los animales y de las plantas con la
misma vehemencia que lo hará con la vida de los actuales ecanos (violentos por
naturaleza, no tiene límites en el diseño y construcción de armas letales) y humanos, por
eso se opone a la deforestación y a todo lo que atente contra la flora y fauna en el
planeta. En caso de requerir animales para experimentación médica o tratamientos a
pacientes, es obligación evitar que los animales sufran dolor innecesariamente.
Toda vida tiene el mismo valor y la misma inviolabilidad, incluyendo la de los criminales,
prisioneros y deficientes mentales. Acabar con la vida no tiene justificación alguna.
En caso de necesitar granadas éstas deben ser lumínicas de aturdimiento con explosivos
no letales que paralicen al agresor por el tiempo necesario para ser esposado o reducido
a un estado de incapacitación temporal del sistema nervioso central y parálisis muscular.
(La granada Mágnum 470 es suficiente para controlar varias personas hostiles dentro de
espacios del tamaño de un auditorio)
Ningún ciudadano del mundo será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a trato o
penas crueles, inhumanos o degradantes.
Los gobiernos del mundo deben recoger las armas en manos de la población civil y en su
lugar entregar pistolas electro paralizantes no letales. (Por ejemplo las de la serie X26)
Sólo quien use armas y municiones no letales tendrá la autoridad moral de usar el
calificativo de Terrorista contra sus oponentes. Sólo el gobernante que preserva la vida en
condiciones materiales y espirituales dignas y justas tiene el derecho de calificar de
terrorista a quien la destruye y/o somete a los demás a condiciones inhumanas de
extrema pobreza y desatención médica.
A quien salve así sea una sola vida animal, vegetal o humana se le hará reconocimiento
público como si hubiese salvado al planeta. Se excluye de manera racional los cultivos de
plantas y cría de animales usados en la alimentación de los actuales ecanos y humanos.
No existe motivo válido que justifique un martirio. Los actuales ecanos y futuros humanos
reciben su cuerpo en calidad de préstamo para sostener la vida en el planeta Tierra y por
lo tanto está obligado a su custodia y protección. Nadie puede herir su cuerpo o el de otra
persona. Una amputación es permitida si ella garantiza la vida y salud del ser viviente.
Toda posibilidad de salvar una vida (niño, joven o anciano), aunque sea remota, deberá
utilizarse a cualquier costo material. Mientras haya la más mínima posibilidad de éxito se
debe intentar cualquier tratamiento y/o cualquier intervención quirúrgica.
El Nuevo DIH promoverá las condiciones para que la igualdad entre los actuales ecanos y
humanos sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o
marginados.
El Nuevo DIH protegerá especialmente a los ciudadanos del mundo que por sus
preferencias sexuales o por su condición económica, física o mental, se encuentren en
circunstancias de debilidad manifiesta y sancionará las discriminaciones, abusos o
maltratos que contra ellos se cometan.
El Nuevo DIH no reconoce ninguna guerra santa. Todo acto de violencia o discriminación
es censurable a la luz del Nuevo DIH que reconoce que el peor de todos los actos de
violencia es, un ser viviente con hambre o enfermo sin atención médica, en la calle sin
techo y discriminado como ciudadano del mundo.
Mientras un presidente ordene y declare una guerra a otro país y/o use armas letales
dentro de su territorio, queda moralmente inhabilitado para asistir a actos religiosos. Se
considera un acto de doble moral e hipocresía violar esta prohibición.
Los actuales ecanos y humanos tienen derecho a circular libremente por el mundo, a
entrar y salir de cualquier país, y a permanecer y residenciarse donde lo desee. Es
inadmisible para el Nuevo DIH cualquier ley anti inmigracioncita.
I Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos y enfermos de
las fuerzas armadas en campaña: Este tratado se aplica en caso de guerra declarada o
de cualquier otro conflicto armado que surja entre las partes contratantes, aunque una de
ellas no haya reconocido el estado de guerra. También se aplica en caso de ocupación
total o parcial del territorio, aunque la misma no encontrase resistencia. Todas las
personas que no participen en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas
armadas que hayan depuesto las armas y las personas puestas fuera de combate, serán
tratadas con humanidad, sin distinción alguna. Se prohíben los atentados contra la vida y
la integridad corporal, la toma de rehenes, los atentados contra la dignidad personal, las
condenas dictadas y las ejecuciones sin previo juicio ante tribunal legítimo y con garantías
judiciales. Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos. En cada conflicto cada
parte podrá tener una Potencia Protectora o un organismo que ofrezca garantías de
imparcialidad, para ocuparse de salvaguardar sus intereses. Los miembros de las fuerzas
armadas que estén heridos o enfermos tienen que ser respetados y protegidos en todas
las circunstancias.
II Convenio de Ginebra para aliviar la suerte que corren los heridos, los enfermos y
los náufragos de las fuerzas armadas en el mar: Este tratado tiene normas similares a las
del Primer Convenio pero referidos a los miembros de las fuerzas armadas navales y a los
náufragos. Legisla sobre las garantías de los barcos hospitales y sobre los transportes
sanitarios. Incluye también la protección para el personal médico, sanitario y religioso de
los barcos hospitales y sus tripulaciones.
III Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra: Tiene
las mismas Disposiciones Generales de los dos convenios anteriores. Este instrumento
internacional protege a los prisioneros de guerra que están en poder de la potencia
enemiga. Es esta la responsable de los mismos y no los individuos o los cuerpos de la
tropa que los hayan capturado. No podrán ser transferidos sino a otra potencia que sea
miembro del Convenio. Los prisioneros de guerra deben ser tratados humanamente en
toda circunstancia. Se prohíben los actos u omisiones que causen la muerte o pongan en
peligro la salud de los prisioneros. Los prisioneros tienen derecho al respeto de la persona
y de su honor. El prisionero no está obligado a declarar más que sus datos personales y
número de matrícula y, menos las armas, puede guardar sus objetos personales. Los
prisioneros deben ser evacuados, con humanidad, lejos de la zona de combate para no
correr peligro y pueden ser internados en un campamento en tierra firme y con todas las
garantías de higiene y salubridad. El convenio legisla sobre el alojamiento, alimentación y
vestimenta de los prisioneros de guerra y sobre la higiene y asistencia médica. El
personal sanitario y religioso que hubiera sido retenido por la potencia detentará su rango
y condición para asistir a los prisioneros, no será considerado prisionero de guerra y
deberá contar con facilidades para prestar la asistencia médica y el auxilio religioso. Los
oficiales prisioneros serán tratados con las consideraciones a su grado y edad.
Las personas que apoyan esta institución son personas a las que les indigna los abusos
contra los derechos humanos, tienen la esperanza de un mundo mejor, por eso esta
institución trabaja para mejorar o más bien defender los Derechos Humanos a través de
sus actividades y campañas, así como la solidaridad internacional.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en San José Costa Rica, es
una institución judicial autónoma de la Organización de los Estados Americanos cuyo
objetivo es la aplicación e interpretación de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y de otros tratados concernientes al mismo asunto y fue establecida en 1979.
Está formada por juristas de la más alta autoridad moral y reconocida competencia en
materia de derechos humanos elegidos a título personal.
Composición de la comisión
Estaba integrado por 53 estados miembros. No hay miembros permanentes, cada año
aproximadamente un tercio de los asientos de la comisión son electos y los
representantes sirven por un periodo de 3 años. La comisión se reunía anualmente en
una sesión anual entre marzo y abril por 6 semanas en Ginebra (Suiza).
Objetivos
Razón de la disolución
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) representa el
compromiso del mundo frente a los ideales universales de la dignidad humana. La
comunidad internacional nos ha conferido el mandato exclusivo de promover y proteger
todos los derechos humanos.
Nuestra labor
Como la principal oficina de las Naciones Unidas encargada de promover y proteger los
derechos humanos para todos, la OACDH dirige los esfuerzos globales en materia de
derechos humanos y actúa objetivamente ante los casos de violaciones de derechos
humanos en el mundo. La OACDH constituye un foro para identificar, resaltar y elaborar
respuestas a los problemas actuales de derechos humanos, y opera como el principal
centro de coordinación para la investigación, la educación, la información pública y las
actividades de promoción de los derechos humanos en el sistema de las Naciones
Unidas.
Puesto que los gobiernos tienen la responsabilidad primordial de proteger los derechos
humanos, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH) presta asistencia a
los gobiernos, a través por ejemplo del aporte de conocimientos especializados y
capacitación técnica en las esferas de la administración de justicia, la reforma legislativa y
el proceso electoral, para facilitar la aplicación de las normas internacionales de derechos
humanos en el terreno. Apoyamos asimismo a otras entidades encargadas de proteger
los derechos humanos para que puedan cumplir con sus obligaciones, y a particulares
para que puedan ejercer sus derechos.
Oficina del alto comisionado de las naciones unidas para los derechos humanos en
Guatemala
El 10 de enero de 2005, el Gobierno de Guatemala y la Alta Comisionada de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos firmaron un acuerdo para establecer formalmente
una Oficina en el país.
El 10 de enero de 2005, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos firmó un acuerdo con el Gobierno de Guatemala para el establecimiento de una
oficina en el país (ACNUDH-Guatemala). Según este acuerdo, ACNUDH-Guatemala
observa la situación de derechos humanos y asesora a las instituciones del Estado y a la
sociedad civil. El acuerdo fue extendido por tercera vez, por un período de tres años, en
marzo de 2014.
Mandato
De conformidad con su mandato, OACNUDH tiene las siguientes funciones:
Prioridades temáticas
Seguridad
Promover medidas para proteger los derechos humanos en situaciones de violencia e
inseguridad, con un enfoque especial sobre las medidas para combatir la delincuencia
organizada, la violencia contra las mujeres, las ejecuciones extrajudiciales y las muertes
bajo custodia.
Discriminación
Fortalecer las capacidades nacionales para combatir la discriminación, con especial
atención a los pueblos indígenas, las mujeres y las personas con discapacidad.
Principios
El trabajo de la Oficina se guía por los siguientes principios:
• Contactar a las autoridades centrales y locales de todos los sectores del Gobierno,
incluidas las fuerzas de policía y de seguridad.
Los funcionarios de la Oficina han establecido relaciones de trabajo positivas con todos
los sectores, incluido el Gobierno, las instituciones del Estado, la sociedad civil, los
medios de comunicación, el Equipo de País de las Naciones Unidas y la comunidad
internacional.
Funciones
Básicamente, conoce de los casos en que se alegue que uno de los Estados partes ha
violado un derecho o libertad protegidos por la Convención, siendo necesario que se
hayan agotados los procedimientos previstos en la misma, tales como el agotamiento de
los recursos internos.
Las personas, grupos o entidades que no son Estados no tienen capacidad de presentar
casos ante la Corte, pero sí pueden recurrir ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. La Comisión puede llevar un asunto ante la Corte, siempre que el Estado
cuestionado haya aceptado la competencia de esta. De todas maneras, la Comisión debe
comparecer en todos los casos ante la Corte.
El procedimiento ante la Corte es de carácter contradictorio. Termina con
una sentencia motivada, obligatoria, definitiva e inapelable. Si el fallo no expresa en todo
o en parte la opinión unánime de los jueces, cualquiera de estos tiene derecho a que se
agregue al fallo su opinión disidente o individual.
En caso de desacuerdo sobre el sentido o alcance del fallo, la Corte lo interpretará a
solicitud de cualquiera de las partes, siempre que dicha solicitud se presente dentro de los
noventa días a partir de la fecha de la notificación del fallo.
Competencia consultiva
Los Estados miembros de la OEA pueden consultar a la Corte acerca de la interpretación
de la Convención Americana de Derechos Humanos o de otros tratados concernientes a
la protección de los derechos humanos en los Estados americanos. Además, pueden
consultarla, en los que les compete, los órganos de laOrganización de los Estados
Americanos.
Asimismo, la Corte, a solicitud de un Estado miembro de la OEA, puede darle a
tal Estado opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyesinternas y
los mencionados instrumentos internacionales.
Composición
La Corte está compuesta de siete jueces, nacionales de los Estados miembros de la OEA,
elegidos a título personal entre juristas de la más alta autoridad moral, de reconocida
competencia en materia de derechos humanos, que reúnan las condiciones requeridas
para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la ley del país del
cual sean nacionales o del Estado que los proponga como candidatos. No puede haber
más de un juez de la misma nacionalidad.
Los jueces de la Corte son electos para un mandato de seis años y sólo pueden ser
reelectos una vez. El juez electo para reemplazar a otro cuyo mandato no ha expirado,
completa tal mandato.
Miembros
Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, Granada, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, Perú, Suriman, Uruguay.