La economía europea en vísperas de la industrialización: Por lo señalado por Sídney Pollard a comienzos del siglo XIX Europa no era un continente instanciado o inerte conformada por muchas economías diversificadas y contrastantes entre sí. Hallándose en un proceso de desarrollo y de cambio. La Europa noroccidental que fue la primera en industrializarse, era la que más se asemejaba a Gran Bretaña, incluyendo Holanda, Bélgica, Francia y Alemania. Y dentro de cada país existen diversidades regionales Los territorios que se encontraban hacia el norte, el este y el sur formaban círculos concéntricos cuyo grado de atraso económico era mayor cuanto más se alejaban del centro. La agricultura había sufrido a lo largo del siglo XVIII una serie de transformaciones que habían acentuado las diferencias entre las distintas regiones. La supresión del barbecho, la diversificación de los cultivos y la combinación de la agricultura y la ganadería, hacían que en el siglo XVIII (a finales) Holanda tenga la agricultura más avanzada de Europa, además de la liberación feudal por parte de su población campesina. En las zonas de Bélgica, Francia y la zona occidental de Alemania, se había incorporado las innovaciones difundiéndose la economía de mercado. En cambio en la Europa oriental seguían vigentes los antiguos métodos de producción y las relaciones feudales. La producción industrial se lleva a cabo según los métodos tradicionales: la industria artesanal urbana, la rural a domicilio y la manufactura centralizada. La Europa continental contaba con una fuerte tradición protoindustria y a lo largo del siglo XVIII había habido un fuerte desarrollo de loa industria a domicilio y de las “protofábricas”. El desarrollo de las industrias se vio favorecido por el incremento de la demanda, la expansión del comercia y el avance de la urbanización. La demanda interior se vio incrementada por la necesidad de consumo por parte de las clases medias urbanas. Un factor muy interesante es el crecimiento demográfico que tuvo múltiples causas que variaron según las regiones. Y a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX Europa continental vivió grandes cambios a raíz de la revolución francesa y la expansión napoleónica. La revolución ayudó a la creación de condiciones institucionales favorables a la industrialización, garantizando las libertades individuales y la propiedad privada. La nueva legislación fue recopilada en el código de comercio y el civil los que se adoptaron en la mayor parte de los estados europeos. Los procesos de industrialización El papel del modelo inglés. Inglaterra fue primero, y su innovación tecnológica fue crucial. Su industria era mucho más competitiva que la de Europa continental. Los países europeos imitaron la tecnología de Inglaterra. Bélgica lo hizo rápidamente, Francia en un tiempo más pausado. Muchos historiadores coinciden en que no hubo un único camino a la industrialización sino varios, teniendo en cuenta el modelo inglés, pero ningún modelo fue superior a otro. Aun así el modelo ingles fue la referencia obligada. El modelo ingles provocó en los países continentales la actitud competitiva para superarse y no quedar a un lado del progreso y avance industrial. Sobre todo porque los productos ingleses eran más baratos tanto en el mercado interno como en la exportación. Alexander Gerschenicron llama a esta situación “ventajas del atraso”, pues los países de la Europa continental tienen a un vecino avanzado al que imitan copiando técnicas e incorporando recursos humanos y capitales. La transferencia de la tecnología Como afirma Pollard, la brecha tecnológica entre Gran Bretaña y Europa noroccidental no era demasiado grande, y en varios países ya estaban presentes otros requisitos económicos y sociales para la industrialización. Pero la adopción de los nuevos métodos de producción debió enfrentar diversos obstáculos por las restricciones del gobierno inglés, que a fines del siglo XVIII aprobó leyes que prohibían la exportación de maquinarias y la emigración de artesanos, para evitar la copia de sus innovaciones.(estas leyes fueron abolidas en su mayoría). Se realizaron emigraciones clandestinas de capacitadores y se formaba en forma personal a nuevos operarios en los demás países. El papel del Estado El papel del Estado fue mucho más activo en la Europa Continental que en Inglaterra. Los estados estimularon el crecimiento industrial reestructurando a las instituciones sociales creando un ámbito favorable para el desarrollo de la empresa privada. Se fomentó gracias a la intervención del Estado tal situación. Otra forma de contribución fue la puesta en marche de servicios que permitieron la creación de economías externas que favorecieran a la industrialización, como la educación técnica o los servicios de información oficiales. Además los Estados tomaron medidas más directas para estimular el desarrollo de la empresa privada a través de subsidios, tasas de importación, garantías a las inversiones y concesión de préstamos en condiciones favorables. Los bancos y los capitales El proceso de industrialización requería de los capitales para su inversión. Estos pueden proceder de distintas fuentes, como el sector financiero. A medida que avanzó el proceso de industrialización surgieron nuevas formas de crédito que respondieron a los crecientes requerimientos de capitales, no sólo para la industria, sino para financiar la construcción de ferrocarriles. Nacen los bancos especializados en la financiación de la inversión industrial. A partir de 1870 los bancos de crédito fueron reemplazados por los de inversión. La revolución de los transportes y las comunicaciones Los procesos de industrialización de USA e Inglaterra se dieron paralelamente junto a la modernización de los transportes lo cual fue un estímulo para el estímulo del desarrollo industrial. En primer lugar la extensión de la red de canales los cuales junto a los ríos eran los medios de transporte más rápidos y baratos, lo cual se dio durante todo el siglo XIX. Se mejoraron las rutas terrestres, con el macadam que era un empedrado combinado con un sistema de drenaje. Pero el invento más revolucionario fue el ferrocarril. El desarrollo del ferrocarril y la navegación a vapor permitió abaratar sensiblemente los costos de transporte. Otro de los elementos centrales en la revolución fue el telégrafo que se utilizó desde 1839. Una vez más Gran Bretaña y USA fueron los países pioneros. El impacto del ferrocarril. El descenso de los costos de transporte se redujo en un incremento sostenido de la actividad comercial. Con el ferrocarril se logró abaratar el costo del transporte por tierra, que había sido más caro que el transporte acuático. No sólo por el transporte fue importante, sino por la cuestión del eslabonamiento es decir los efectos o fuerzas generadoras de inversión que son activadas a través de las relaciones insumo –producto; cuando las estructuras productivas que abastecen los insumos de dicha línea o que utilizan sus productos son inadecuadas o inexistentes. En los primeros países industriales de Europa y en los Estados unidos el ferrocarril fue un gran generador de eslabonamientos hacia atrás, favoreciendo el desarrollo de diversas ramas de producción. Mientras que en Inglaterra la Revolución Industrial precedió al Ferrocarril, en USA el ferrocarril estuvo de la mano con el proceso de industrialización. Desde el punto de vista de la organización empresarial, los ferrocarriles pueden considerarse las primeras empresas modernas. Y de todos los países de Europa, Francia que fue el primer país en industrializarse, fue el que más demoró en instalar las líneas y recién para 1850 comenzó la construcción en gran escala. Los primeros países industriales: Bélgica y Francia Estos dos países junto a Suiza, fueron los primeros en industrializarse. Comenzaron el proceso a fines del siglo XVIII y si bien Francia y Bélgica constituyen dos modelos diferentes. La industrialización de Bélgica En Bélgica la revolución industrial se relacionó con la industria textil a fines del siglo XVIII, y más tarde en las décadas de 1820 y 1830 con la industria del carbón y la del hierro. En el siglo XIX fue el país más industrializado de Europa, después de Gran Bretaña. Ya para 1870 se había completado su industrialización por lo cual sus cuencas industriales se pueden considerar los primeros círculos concéntricos de la industrialización europea. Su éxito se debe a múltiples factores, como la presencia de la gran cantidad de hierro y carbón. Ot4ro factor importante fue la presencia de fuerza motriz, pues el territorio está atravesado por ríos de corrientes rápidas. Esto servía como comunicación y transporte. Otro de los puntos a favor de la industrialización belga fue su ubicación. Por su cercanía a Gran Bretaña facilitó la transferencia tecnológica. Y ser vecinos de Francia le permitió contar con un mercado externo al que destinó su mayor producción de carbón. Y otro de los factores fue la gran tradición industrial ya sea del carbón, hierro o la textil. Asimismo se desarrollaron la industria textil lanera. Sobre todo en la ciudad de Verviers, en donde el hilado y el tejido se llevaban a cabo mediante el sistema de trabajo a domicilio y las otras operaciones se realizaban en talleres urbanos. En la última parte del siglo XVIII se dio la maquinización de la industria algodonera en la zona del Gante. La minería y la industria metalúrgica La industria del carbón se desarrolló en la zona occidental del territorio. Bélgica tenía cuencas carboníferas para el mercado interno y para exportar al norte de Francia. La modernización de la industria del carbón fue constante hasta mediados del siglo XVIII. El proceso de modernización de la industria del hierro fue encabezado por un técnico inglés que se instaló desde 1799. Cockerill fue el primero en fabricar máquinas de hilar. Y a fines de la década de 1820 la firma Cockerill era probablemente la mayor empresa industrial del continente. Algunos rasgos significativos de la industrialización belga El caso belga es un ejemplo muy claro de difusión del modelo inglés a través de la transferencia de tecnología y recursos humanos y de capitales. Otro rasgo fue el papel asumido por el Estado, el cual estimuló el desarrollo de la industria. Paradójicamente la revolución industrial se desarrolló en Bélgica en un período de gran inestabilidad institucional. Frenaron protestas obreras por tener los salarios más bajos de Europa. Durante el siglo XVIII estuvo bajo el dominio de Austria. Entre 1795 y 1814 fue incorporada a Francia y entre 1814 y 1830 perteneció a los Países Bajos. Recién en 1830 se transformó en un reino independiente. La industrialización comenzó en la época austríaca, se aceleró en el período francés gracias a la extensión del imperio napoleónico, lo que favoreció sobre todo a las textiles. En la etapa Holandesa la monarquía realizó fuertes inversiones en la construcción de canales, invirtió en acciones industriales y en subvenciones a la industria y creó el primer banco de inversión. Y ya en el período independiente el gobierno construyó y explotó las principales líneas férreas. Otro de los rasgos del modelo belga fue el papel de los bancos y la temprana constitución de las sociedades. El primer banco de inversión anónima del mundo fue la Société Générale de Belgique, fundado por el rey de Holanda en 1822. La industrialización de Francia A diferencia con Bélgica que se industrializó en el siglo XIX y siguió a Inglaterra, el caso de Francia se diferenció mucho del caso inglés. Se consideraba según los estudios tradicionales que Francia estaba atrasada con respecto a Alemania y Japón. Pero se han considerado nuevas miradas sobre el proceso de industrialización que hacen ver que al mismo se puede llegar pero de distintas vías. Es por ello que el caso francés es un caso peculiar, ni superior ni inferior a los países europeos. La industrialización francesa fue una industrialización sin “revolución industrial” fue un proceso gradual y sin un ritmo uniforme que se inició en las últimas décadas del siglo XVIII. Época en la que se alternaron períodos de aceleración y desaceleración del crecimiento. La modernización iniciaba el siglo XVIII y se vio interrumpida por la revolución francesa en 1789. Y con el fin de las guerras napoleónicas se reinició en 1815. Se distingue una primera oleada de crecimiento. Iniciando en 1815 al 1860. Esta industria era del tipo tradicional y con una mecanización reducida, con un empleo de gran cantidad de mano de obra. De 1860 al 65 el crecimiento fue más lento. Por el agotamiento de los recursos de la primera industrialización. Una nueva expansión se da desde 1885 hasta 1914. Esta segunda etapa se ve acompañada por una segunda industrialización de carácter más intensivo que la primera, con una amplia difusión de las innovaciones características de la industria moderna. La economía francesa en el siglo XVIII En el siglo XVIII Francia era uno de los países más ricos de Europa. De comparación expansión en la tasas de crecimiento que Inglaterra. Por el comercio exterior pero también por los productos de la producción industrial. Durante ese siglo Francia tuvo un amplio crecimiento de la protoindustria. La industria a domicilio se expandió gracias a la demanda exterior y a la acción de los comerciantes empresarios de las ciudades que contrataron mano de obra rural. El sector más importante era el de la industria textil, sobre todo el de la lana. En las últimas décadas se expandió el algodón con innovaciones inglesas. También se destacaron la minería del carbón y la metalurgia, con viejas técnicas pero con el uso de bombas NEWCOMEN. La diferencia entre Francia e Inglaterra en 1780 residía en el terreno tecnológico. Mientras que en Francia el desarrollo se dio en un marco de industria tradicional, en Inglaterra el desarrollo se dio por la innovación. El impacto de la revolución francesa. Desde 1789 a 1815 el país vivió en guerra, lo cual generó un ritmo de crecimiento de la economía. Sobre el proceso de industrialización la revolución impactó de forma ambigua. Por un lado perjudicaron la economía con la pérdida del imperio. Y se amplió la brecha con Gran Bretaña. Pero por otro lado las reformas institucionales impulsadas durante la revolución y el Imperio beneficiaron a largo plazo el desarrollo industrial. Así también la política educativa durante la revolución, con la creación de las escuelas especializadas en materias científicas y de energía. La revolución modificó profundamente la agricultura, aboliendo los derechos feudales y consolidando el régimen de pequeña y mediana propiedad característicos de la economía. La industrialización en el siglo XIX; el dualismo industrial francés La expresión “dualismo industrial” es utilizada por un número creciente de historiadores que caracterizan el período industrial de Francia en el siglo XIX el cual refleja la complejidad que signó la evolución de la industria la cual no fue lineal ni unívoca. El término hace referencia a la confluencia de formas tradicionales e innovadoras de producción industrial. En el territorio las estructuras protoindustriales se prolongaron hasta muy entrado el siglo XIX, acompañando y facilitando el desarrollo de la gran industria, como la industria metalúrgica y la química. Los sectores de la actividad industrial. Entre los primeros países industriales del continente Francia y Suiza fueron los países con menor dotación de recursos naturales. Este aspecto explica una de las características de la lenta difusión de la máquina de vapor. En el norte las minas de carbón encontraban mayor profundidad que las de Bélgica. El hierro en el área noroccidental. En el noroeste y en Alcasia, el algodón. En Lyon la seda dominaba el mercado mundial de este producto. Las empresas y los empresarios Muchos historiadores han atribuido el lento desarrollo de la industria en Francia por las características de la sociedad francesa y por la falta del espíritu innovador de los empresarios. Por una parte el ardua camino de la burguesía para abrirse paso entre la aristocracia, por otro lo tradicional de la sociedad francesa. La imagen de los empresarios franceses como poco innovadores persistió por mucho tiempo. Pero los argumentos de los empresarios conservadores y el de las empresas poco evolucionadas son muy fuertemente debatidos hoy. Es necesario tener en cuenta que no siempre la acción más racional era la modernización tecnológica. Los métodos de producción tradicionales presentaban una serie de ventajas y el sistema industrial funcionaba con mínimos costos y con los menores riesgos. Este tema puede servir como punto de partida para la discusión de otros tópicos, por ejemplo la interacción de factor empresarial y factores ambientales, así como la diversidad de las formas eficientes de organización industrial. El debate sobre el modelo de la industrialización El debate de los empresarios franceses forma parte del debate más amplio del presunto retraso de esa nación con respecto a otros países industriales. Es más se discute esa noción de atraso relativo, insistiéndose en las regularidades de ñas distintas vías de industrialización. Se tienen en cuenta datos cuantitativos, en especial las tasas de crecimiento durante el siglo XIX y comparándolas con Gran Bretaña. Como señala CROUZET, el producto nacional francés creció más lentamente que el de otros países occidentales, pero la población de Francia también creció a una tasa menor. En consecuencia el producto per cápita se expandió a un ritmo que no fue inferior al de los países de industrialización más exitosa. Una característica de la población francesa es su lento crecimiento desde fines del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX Francia se autoabastecía de productos agrícolas e incluso exportaba una parte de la producción. En lo relativo al crecimiento no ya de la economía en su conjunto sino en la producción industrial, los historiadores PATRICJ OBRIEN y CAGLAR KEYDER han estudiado en forma comparada a Francia e Inglaterra, llegando a la conclusión de que a lo largo del siglo XIX la industria francesa en su conjunto no estuvo retrasada con respecto a la inglesa. Hacen hincapié en las diferencias sectoriales, sosteniendo que la industria francesa fue competitiva al concentrarse en actividades para las que tenían ventajas relativas, y deducen que, a pesar de la menor difusión de la innovación tecnológica, la producción de la industria francesa no fue inferior a la inglesa. La industrialización de Alemania. Alemania comenzó su revolución industrial en 1840. Fue por lo tanto el más rezagado de los países de la primera oleada de industrialización del continente. Aunque en vísperas de la primera guerra mundial había superado a Inglaterra y se había transformado en la principal potencia económica europea. A principios del siglo XIX los mayores obstáculos a la industrialización eran de orden institucional. Su territorio se hallaba fragmentado en una gran cantidad de unidades políticas independientes lo cual generaba fuertes trabas para la formación de un mercado interno unificado. El comercio interior se obstaculizaba por las innumerables barreras aduaneras diferentes monedas y monopolios comerciales. Aunque la unificación política de Alemania se completó en 1871 ya en 1834 se llevó a cabo la unión aduanera que unificó el mercado interno. Una de las peculiaridades de la Revolución Industrial alemana fue el avance simultáneo de la tecnología manufacturera y de la conversión en una economía de mercado. Otro aspecto es la diferencia en las regiones, mientras que la región occidental fue la más industrializada, la oriental en cambio siguió siendo agrícola. A medida que avanzó la industrialización ambas zonas se complementaban. El este proveía de materias primas y alimentos, y el oeste vendía productos manufacturados. El caso alemán es un ejemplo de industrialización derivada, ya que el modelo inglés ejerció una profunda influencia sobre él. El proceso de modernización de la industria respondía al desafío de competir con los productos británicos, en especial después del fin de las guerras napoleónicas. Las etapas de la industrialización alemana Los historiadores han logrado un consenso acerca de la periodización de la industrialización alemana. Distinguiendo las siguientes etapas: La primera comprendida entre 1780 y las décadas de 1830 – 1840. Es la llamada “primera industrialización”. Son los comienzos de la mecanización. Se llevaron reformas institucionales que favorecieron la liberación del comercio y de los mercados de mano de obra . La segunda etapa transcurre entre 1840 – 1850 y la década de 1870 correspondiente a la Revolución industrial o al “despegue”. Se desarrolla el ferrocarril y se ve su impacto en la industria del carbón, la del hierro y la de las maquinarias, que pasaron a ser los sectores líderes de la industria alemana. La tercera etapa se ubica entre la década de 1870 y a Primera Guerra Mundial. Es la conocida “fase industrial madura”. Coincide con la difusión de la industria moderna y con la aceleración del cambio estructural y de la urbanización. Hay un desplazamiento Gran Bretaña por parte de Alemania. La protoindustrialización Al igual que el resto de los países europeos Alemania tenía una larga tradición protoindustrial. Desde el siglo XVI, en amplias áreas rurales se había ido expandiendo la producción industrial orientada hacia la exportación basada en el sistema de industria a domicilio. Esta actividad protoindustrial se incrementó a lo largo del siglo XVIII, favoreciendo el desarrollo de las industrias textil y metalúrgica. En términos generales la actividad protoindustrial contribuyó a crear condiciones favorables a través de diversos canales. Y la transición al sistema de fábricas no fue automático. Y frente a la competencia británica la industria no se modernizó, sino que inició una decadencia irreversible y perdió sus mercados. La resistencia a la mecanización fue producto de una diversidad de factores ligados a las características de la industria a domicilio en la región y, en general, a la estructura social e institucional, que conservaba rasgos feudales. Cada región tuvo evoluciones distintas. Las razones de esa reacción tan diversa frente al desafío de competir con la producción inglesa radican, en gran medida en las características de la sociedad, en la que las estructuras agrarias tradicionales habían sido erosionadas y el marco social era mucho más abierto a la innovación. Los logros de la industrialización alemana a fines del siglo XIX y su competencia exitosa con Gran Bretaña han merecido explicaciones diversas. Sin adoptar ninguna en forma excluyente, veremos seguidamente algunas de sus características, que contribuyen tanto a la comprensión del caso alemán como los procesos de la industrialización tardía. El éxito alemán fue resultado de la combinación duna pluralidad de factores. En la base estuvo, sin duda, la dotación de recursos naturales, que fue privilegiada en términos de los requerimientos de la industria en el siglo XIX. La construcción de ferrocarriles tuvo también un rol esencial en la etapa de la revolución industrial. Pero la industrialización alemana no puede comprenderse sin hacer referencia a la formación de los recursos humanos, a la acción del Estado, al papel de los bancos y al de las empresas y empresarios. Atendiendo además que la industrialización alemana era derivada en la que otras naciones industriales estimularon el desafío y la competencia y proveyeron en las primeras etapas, tecnología, recursos humanos y capitales. EDUCACION, CIENCIA Y DESARROLLO TECNOLÓGICO Entre las causas a las que se atribuye el éxito de la industrialización alemana, su sistema educativo ocupa uno de los lugares privilegiados, junto a la dotación de recursos naturales, la disponibilidad de capitales, el carácter innovador de sus empresarios y la acción del Estado. En el siglo XIX el sistema educativo alemán fue el más avanzado del continente europeo. Tanto en la educación elemental, como en la técnica y científica. El gobierno creo institutos de investigación científica, que mantuvieron lazos estrechos con las universidades, las escuelas técnicas y las grandes empresas industriales.
El papel del Estado
En la industrialización el papel del Estado fue muy activo y se manifestó de varios modos. No sólo en la inversión económica, sino en la apuesta al mejoramiento del ámbito educativo y la promoción de la investigación científica. Fue muy importante el papel que jugaron las reformas institucionales de la primera mitad del siglo XIX que liberalizaron la estructura económica y social heredada del Antiguo Régimen y crearon las condiciones para una economía de mercado. La intervención estatal fue relevante en la modernización del sistema de comunicaciones. Como en los sistemas ferroviarios a mediados de la década de 1870. También los aranceles proteccionistas favorecieron la expansión de las exportaciones industriales alemanas. El estado contribuyo en la promoción de las exportaciones industriales facilitando a los empresarios el acceso a la información y promoviendo su penetración en los mercados externos. El papel de los bancos en la industrialización Los bancos financiaron actividades industriales y dicha actividad se fue acentuando a comienzos de 1890. En la última etapa de la industrialización alemana. El crédito bancario tuvo una importancia crucial y la cooperación entre bancos y empresas industriales aumentó constantemente. Desde mediados del siglo XIX fueron creados los grandes bancos de inversión que sustituyeron a los bancos de crédito desde la década de 1870. Pero la fuerte influencia de los bancos sobre la industria alcanzó su culminación a comienzos del siglo XX, pero a partir de entonces comenzó a disminuir. La tendencia a las fusiones entre empresas que los mismos bancos habían promovido aumentó el poder de las empresas industriales cuyas necesidades de capital superaban a menudo la capacidad financiera de un solo banco.
Las empresas y los empresarios.
Otro de los rasgos de la industrialización alemana fue el rol desempeñado por las empresas que dominaron la actividad industrial desde la década de 1870. Ello tuvo que ver en gran medida con el carácter de los sectores de punta (industria del carbón, del hierro y del acero, química, eléctrica) que por sus características favorecieron la formación de empresas de grandes dimensiones. Para fines del siglo XIX algunos sectores como el minero, el mecánico, el químico, el electromecánico y el textil mostraban altos índices de concentración. El surgimiento de la empresa moderna se dio en Alemania en las últimas décadas del siglo XIX a la par que en los estados Unidos. Con el incremento paulatino del número de sociedades anónimas desde los años setenta se aceleró el proceso de separación entre propiedad y gestión. LA INDUSTRIALIZACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS Entre 1780, al finalizar la Guerra de la Independencia y 1914 al estallar la primera guerra mundial, los Estados Unidos pasaron de ser un país con una población reducida, distribuida en un gran territorio a ser la nación con el mayor ingreso per cápita del mundo y el país industria líder, superando a Gran Bretaña desde fines del siglo XIX. Las etapas de la industrialización norteamericana. Se tomará la periodización propuesta por el historiador Douglas North. En el curso del siglo XIX no se distingue con claridad una etapa de “despegue”. La economía y la industria crecieron en forma sostenida en el trascurso de todo el siglo aunque con mayor celeridad después del fin de la guerra civil (que se libró entre 1861 y 1865). El proceso de industrialización se vio favorecido por la disponibilidad de recursos naturales y por la existencia de un inmenso mercado interno con un extraordinario aumento de la población. Además de una constante innovación tecnológica y organizativa, que les dio a los Estados Unidos ventajas sobre los países europeos. En la etapa colonial la economía norteamericana era fundamentalmente agraria: en el norte, predominaban las explotaciones agrícolas familiares y en el sur plantaciones esclavistas. Con la Revolución del Independencia esto comenzó a cambiar. Se liberó a la región del mercantilismo Ingles y le dio la estabilidad política necesaria para la expansión comercial. Entre el período de 1870 y 1920 transcurre la etapa que North denomina “primeras tentativas industriales”. Fue un período en el cual la producción industrial se expandió y en el que comenzó la mecanización, sobre todo en la industria textil. En esta primera etapa la industrialización se obstaculizó con un gran territorio, malos caminos, grandes distancias, la escasez de mano de obra. Pero las posibilidades del desarrollo industrial se vieron estimuladas por la expansión del comercio exterior. El boom del algodón contribuyó al desarrollo de la actividad comercial del transporte y del sistema financiero. Entre 1820 y 1860 transcurre lo que North denomina “la era de la industrialización”. Fue el momento en el que la industria manufacturera se afianzó en una serie de factores, con el liderazgo de la industria textil. Y entre 1840 y 1860 la industrialización se basó sobre todo, en la producción de bienes de consumo, en primer lugar la de textiles de algodón, seguida por el calzado y del cuero, la del hierro y la de las maquinas. En la primera etapa el desarrollo de la industria del hierro fue todavía limitado. Por la escasez de carbón y las dificultades de comunicación entre las áreas de producción. Junto con la expansión y a transformación de la industria, hubo variaciones en su distribución regional, declinando el peso relativo del nordeste a favor de la zona de los grandes lagos que fue la principal área productora de hierro y acero, y más tarde la industria automotriz. Además, se fueron incorporando otras zonas como por ejemplo las áreas productoras de petróleo en el oeste y el sudeste. LA POBLACIÓN, EL MERCADO INTERNO Y LOS RECURSOS NATURALES A diferencia de los países europeos, la industrialización de los Estados Unidos en el siglo XIX se basó casi exclusivamente en el mercado interno. Y para 1910 su población era mayor que cualquier estado europeo, salvo Rusia. Y la fuerza del mercado no sólo se debía a la cantidad de población, sino a la capacidad de demanda y en la integración de la población al mercado. LA INNOVACIÓN TECNOLÓGICA El constante proceso de innovación tecnológica y organizativa es otro de los factores que explican los altos índices de crecimiento de la economía norteamericana y la expansión de su industria a lao largo del siglo XIX. Uno de los rasgos que los diferencio de Europa, fue el alto costo de la mano de obra. Por la escasez de población y más tarde por la frontera móvil hacia el oeste y un vasto territorio a colonizar. Pero la competitividad de su industria no sólo fue por la innovación tecnológica, sino también por la innovación organizativa, sobre todo en las últimas décadas del siglo XIX. LA REVOLUCIÓN DE LOS TRASNPORTES A comienzos del siglo XIX el elevado costo del transporte interior limitaba la posibilidad de explotar los recursos naturales del territorio. Y a diferencia de los países europeos las distancias entre regiones eran enormes. Las vías de comunicación por excelencia eran los ríos y los canales. En 1810 se usaba el barco a vapor. Pero en 1830 se inicia la construcción del ferrocarril. Y en 1850 llegó al medio oeste y en 1869 a la costa del Pacífico. EL IMPACTO DE LOS FERROCARRILES En la postura tradicional se afirma que el ferrocarril en el desarrollo industrial fue decisivo al igual que en el crecimiento de la economía norteamericana. Pero en 1960 se cuestiona esta visión. Mediante una análisis cuantitativo Robert Fogel argumentó que no existió una relación de causalidad entre la construcción de los ferrocarriles y el desarrollo económico y que su función pudo haber sido desempeñada por los sistemas de transporte fluvial preexistentes. LAS EMPRESAS Y LOS EMPRESARIOS Chandler habla de “la gran empresa moderna”, donde las grandes empresas pasaron a dominar la economía a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Estas nacieron con la producción a gran escala favorecida por las dimensiones del mercado y la modernización del sistema de transporte y comunicaciones. La organización gerencial y burocrática fue una de las claves del éxito de las grandes empresas norteamericanas, enfatiza que el hecho de que la legislación haya prohibido los acuerdos interempresarios favoreció la búsqueda de la competitividad mediante la eficiencia. Las regiones y la industrialización Fueron distintas regiones, ya sea el nordeste, el sur, y el oeste. Y la complementación económica que se dio entre ellas. El desarrollo industrial se concentró en el nordeste que mantuvo su primacía a lo largo del siglo XIX. La primera zona industrial fue la de Nueva Inglaterra, la cual fue la zona más poblada y urbanizada. Y la que disponía de mejores servicios comerciales y financieros. A partir de esto le eje se desplazó hacia los grandes lagos donde se desarrollaban las nuevas actividades industriales, como la siderúrgica y todas las ramas vinculadas a ella. Las otras dos grandes regiones del territorio sur y oeste fueron productoras agrícolas. Ambas abastecieron a las industrias y a las poblaciones del nordeste y fueron mercados de consumo para la producción industrial del norte. El sur fue hasta el fin de la Guerra de Secesión una zona de plantaciones esclavistas. Su principal producción desde fines del siglo XVIII fue el algodón que contribuyó decisivamente al proceso de industrialización, dinamizando el comercio exterior y abasteciendo la industria textil. Después de esa guerra, la agricultura del sur entró en decadencia y la región se transformó en la más oprimida del territorio. Esto fue en parte revertido desde fines del siglo XIX por el desarrollo de algunas zonas industriales, en las ramas textil, del tabaco y de la industria del petróleo. El oeste actuó como una fuente de abastecimiento del este al que enviaba pieles, cueros, oro, minerales y productos alimenticios a cambio de productos manufacturados y servicios.