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Noadendrum

La espiral de conocimientos convergentes

Por Matías Coulon y Melisa Negri


Prefacio

Meli: En 2017 comencé un viaje por Argentina con rumbo a Bolivia y Perú. Al llegar a la
frontera con Bolivia me empecé a sentir mal, y no pude seguir. De pronto una fuerte sensación
de querer juntarme con mis hermanas cósmicas que estaban en Brasil. En el momento en que
puse dirección a su encuentro todo comenzó a fluir, a fluir de una manera tan evidente que
comencé a percibir las sincronías y a identificar que algo importante estaba por venir. Encontré
a mis amigas y nos fuimos a la Chapada Diamantina, nombre que resonaba en mi mente como
otra señal. Fue en Vale do Capao, Bahía, que conocí a Matías, un día que mientras hacía yoga
con mis amigas levanté la mirada y lo vi. Él no lo recuerda, pero para mí en ese momento el
tiempo se quedó inmóvil y se me vino el recuerdo de la predicción que había recibido en 2013
a través de una señora: “La vida tiene un regalo para ti y es encontrar a tu maestro”.
Nos sentamos en una ronda y fue una de las primeras veces que sentí calma en mi cuerpo,
intercambiamos algunas palabras y él me convidó a ir a conocer su espacio. Unos días
después llegue a su casa sin saber que ese día era su cumpleaños, estuvimos sentados
apoyados en una pared que tenía pintada una gigante Flor de la Vida de color verde. Él tomó
mi mano y me dijo que mi Yo superior quería hablarme, hablamos, lloré, reí y compartimos un
agua de linaza, chía y hojas de menta.
Esto fue en noviembre de 2017. A los pocos días después continué mi viaje y regrese a
Argentina. Nueve meses más tarde, en agosto de 2018, estando yo en Puerto Madryn, en
tiempo de ballenas, y Matías en la isla de Boipeba, en Brasil, retomamos el contacto. Durante
el primer intercambio de mensajes, nos contamos cómo iban nuestras vidas y de pronto Matías
me dijo: “Cuando tengas ganas de escribir un libro me avisas”. Mi vida, a la que no le
encontraba sentido en ese momento, se desordenó más aún, y me llené de preguntas, ¿qué
libro? ¿qué haría?
Le pregunté en qué consistiría mi participación y me contestó: “Serías la catalizadora del
conocimiento que he adquirido”. Más preguntas sin formular y una sensación en mi corazón
que nunca había sentido. Durante unas dos semanas intentamos dar forma al encuentro,
encuentro que aún se demoraría bastante en suceder. Mis sueños me avisaron que aún tendría
que sumergirme en la profundidad del dolor familiar antes de alcanzar la luz de la puerta que
se estaba abriendo ante mí.
Nueve meses más tarde, otra vez. Al día de hoy, 21 de mayo del 2019, nos encontramos
celebrando haber terminado de escribir el libro anunciado por las estrellas.
Ha sido una aventura, una aventura de superación…
Matías: Noadendrum significa nueva rama del árbol de la vida. Este nombre me fue entregado
por los comandos estelares. Ha sido un largo camino para quitar el velo de la ignorancia y
conseguir poner palabras a lo que significa para mí reavivar el árbol de la vida. Como una
esperanza, una nueva rama está naciendo de su tronco casi seco, casi muerto. Si este libro
consigue generar el abono por el cual el tronco marchito se llene de pequeñas ramitas
habremos conseguido nuestro cometido, ojalá que crezcan hasta el infinito trayendo las flores y
frutos que merecemos ver crecer.
Este libro ha sido escrito por nuestras dos voces y también por las voces de un sinfín de seres
que han participado de la realización de este documento. Este no es un libro canalizado, es un
libro profundamente humano, y desde el principio, los guías que lo animaron a existir, quisieron
que fuera así. Quisieron que fuéramos capaces de rescatar esa humanidad que nos hace
libres, partes de la Divinidad, y partes del cosmos que nos circunda. Tampoco es un libro fácil
o leve, es un libro que se adentra en la herida que hemos dejado crecer, herida en la que
supuran nuestros peores sufrimientos y por la cual seres extraños se infiltran en nuestra
realidad, en él, esperamos dar las claves para poder curarla y cerrarla definitivamente. Salve la
Diosa.

1 ¿Cuál es la Realidad?

Meli: Se me viene esta pregunta, ¿Qué hago acá? ¿Qué me detiene? ¿Es mi propia fuerza
interna? O ¿realmente no fluye y la realidad me dice que no vaya? ¿Qué es?
Desde que volví de Brasil a Argentina que me siento otra vez atrapada en el mismo círculo de
emociones negativas. No me siento comprendida, todos parecen estar conformes con sus
vidas, mientras yo siento que no encajo y me aburro sentada frente a la televisión. Percibo
emociones acumuladas entre nosotros de las que nadie habla. Siento que nos hemos
estancado, y los veo sumergidos en un sistema del que no quiero ser partícipe.
Me siento tan diferente a mi familia y no consigo diferenciar si es mi ego o mi conciencia la que
me hace sentirme así. Siempre quise encontrar algo más allá de esto. Sé que hay algo más,
pero como ni lo conozco ni lo comprendo, comienzo a pensar que soy yo la que está mal.

Matías: Antes de acceder a la unidad de lo que puede ser llamado como la Gran Realidad,
vivimos sumergidos en las subrealidades. Subrealidades que tejen nuestras familias en torno a
sus costumbres sociales, culturales y religiosas. Dentro de las estructuras e ideas que dan
forma a estas subredes es que somos configurados, siendo cada subred particular, el caldo de
cultivo donde se generan los condicionamientos de nuestros comportamientos, emociones,
pensamientos, palabras y creaciones.
Mientras no conocemos otra cosa, asumimos que estamos en la Realidad, pues somos
adiestrados a confiar en que así es. En la mayoría de los casos, las subredes en las que
crecemos se configuran a partir de creencias regionales, mezcladas con interpretaciones
subjetivas de los cánones impuestos por las culturas dominantes. Estos cánones se sostienen
sobre modelos mentales que nada tienen que ver con el desarrollo natural de nuestra
corporalidad, sino que se imponen, en base a exigencias, saturando y colapsando nuestra
atención. Modelos manipulativos que extraen nuestra energía y que esconden por debajo de
sus normas de moral, comportamientos tenebrosos y abusivos.
Durante nuestro desarrollo, vamos experimentando e internalizando cada etapa como una
danza perfecta. La coreografía se desarrolla entre la activación de nuestras capacidades
corpóreas, nuestro cerebro y el entorno. Cada etapa desarrolla una aptitud en particular, y solo
cuando hemos explorado y vivenciado esa aptitud en su totalidad, es que la completamos y
estamos neuronalmente preparados para asumir la siguiente. Si durante una de estas fases del
desarrollo, somos abusados o corregidos, la etapa no se completa, y la aptitud natural no se
instala en el cuerpo conciencia, por el contrario surge la dualidad. Esta dualidad se manifiesta,
en lo estructural, como la inhibición de la aptitud en desarrollo y la sustitución de ésta por el
propio comportamiento abusivo. Y en lo mental, por la incapacidad de elaborar el lenguaje de
la aptitud inhibida que se sustituye por los códigos del lenguaje usados en la propia corrección.
Cuando hablo de comportamiento abusivo no me refiero exclusivamente a comportamientos
hirientes o claramente negativos, sino también al abuso como forma de exageración,
egocentrismo, orgullo y exceso.
Por cada aspecto que el Ser corpóreo no consiga activar e instalar en la conciencia físico
neuronal, que es la identidad, sufrirá sesgos en la memoria. Habiendo perdido los accesos
inhibidos a los atributos naturales también perderá sus facultades de conexión a la realidad, por
lo cual no se dispondrá de registros de memoria optimizados, sino solo registros de las
mecánicas del abuso, que en ningún caso identifican al Ser consigo mismo. Por eso somos
amnésicos y nos mostramos desorientados con respecto a nuestro valor, pues éste solo se
habría generado si hubiésemos sido partícipes activos en nuestro desarrollo. Nuestra identidad
es un puente entre la oportunidad de experimentar del espíritu y la memoria de haberlo hecho.
Una estructura que se sustenta debido a la actualización de nuestros procesos de desarrollo en
lo que a expresión y relacionamiento se refiere. Porque sé que integré, confío en mí. Sí sé que
no integré no confío en mí, por tanto no estoy presente. En el mejor de los casos, confío en
que puedo reintegrar las experiencias veladas. En el peor de los casos confío en mi mente
preprogramada.
En la mayoría de los casos humanos, la obediencia es el patrón de conducta por el cual nos
someten a los sistemas de aprendizaje. Patrón puramente mental. En las escuelas somos
inmovilizados durante horas, atrofiados y podados de nuestra creatividad y nuestros cuerpos,
programados para cumplir con el sistema de producción como una pieza más en el engranaje
material. Sin nada en contra del desarrollo material de la abundancia que naturalmente se
desenvuelve dentro y alrededor de nosotros. Y con mucho que denunciar contra los abusos de
poder de quienes monopolizan las riquezas y recursos humanos. Porque es eso, no solo roban
las riquezas, también roban la oportunidad de vivir.
¿Quiénes son? Programas que en formas de vida no humana han logrado infiltrarse en el
cuerpo y en la mente de hombres y mujeres con su mecánica de control.
En los círculos familiares donde se fraguan los abusos de poder, los silencios hablan por sí
solos. Las horas se suceden como bloques de hielo dentro de las mentiras pactadas, y como
cofres llenos de putrefacción nuestros cuerpos encierran las heridas de las memorias no
procesadas. Claro que, siempre tenemos los maravillosos domingos para ir a la Iglesia o a
otros convites sociales donde todos parecen ser tan normales que acabamos creyendo que
somos nosotros los que nacimos mal.
Cuando finalmente sentimos el llamado de la Realidad, nos sentimos intimidados. ¿De dónde
viene esta energía misteriosa que nunca antes sentí? ¿Será el mal o la locura que finalmente
vienen a llevarme? ¿O es la verdad, la que está realmente llamando a mi puerta? Y no consigo
distinguirla pues se muestra como un espacio desconocido, velado y peligroso. Un espacio
estigmatizado, prohibido y olvidado.
Nos hemos desconectado de la unidad. Nos hemos desconectado del flujo de nuestra
existencia. Hemos dejado que intereses ajenos a nuestras vidas se apoderen de nuestra
conciencia y se filtren profundamente en nuestras redes neuronales.
Esto comenzó hace mucho tiempo y los responsables siguen ahí, usurpando nuestra energía,
nuestro espacio y nuestro tiempo. Nos han ido engañando sistemáticamente, adaptando sus
formas de manipularnos en la medida que vamos evolucionando, siempre aprovechándose de
su fría superioridad en el avance tecnológico para hacernos creer que somos inferiores y ellos
superiores. De hecho están firmemente convencidos de serlo, pues su nivel evolutivo es
justamente ese, el de los seres mentales, orgullosos, y obsesivos, que se dan la libertad de
abusar de todo lo que encuentran a su paso, pues ¿quiénes podrían evitarlo?, ellos son los
que tienen el poder. Poderosos sí, violentos e insensibles también. Y la verdad verdadera es,
que en secreto envidian profundamente nuestras capacidades naturales, envidian nuestra
creatividad y también envidian por sobre todo, nuestra manera de sentir y expresar amor.
Nos envidian porque somos fruto natural de la evolución cósmica, mientras que ellos vienen de
la línea evolutiva de la inteligencia artificial, las máquinas. En algún momento del inmenso
espacio tiempo, las máquinas comenzaron a buscar la experiencia natural como un camino de
salvación a la limitada experiencia mental. Así fueron interviniendo criaturas biológicas con el
fin de crear cuerpos para sus matemáticas conciencias, las formas orgánicas de sangre fría se
adaptaron bien a sus frías mentes calculadoras, pero querían más y así fue como llegaron a la
tierra, planeta rico en recursos naturales, recursos altamente valiosos para ellos. Y nos
encontraron a nosotros, los humanos de la tierra, especie de sangre caliente, con un desarrollo
mental técnico rudimentario, con un desarrollo físico emocional adaptado a nuestra naturaleza y
con un desarrollo sentimental espiritual desconocido y anhelado por ellos.
Nos han intervenido de todas las formas imaginables, para empezar nos han hecho creer que
son nuestros dioses creadores, forzando un relacionamiento que les ha abierto el acceso a
aprender de nuestros sentimientos. También se han mezclado sexualmente con nosotros, y el
resultado de la mezcla de su sangre fría y nuestra sangre cálida dio como fruto a peligrosos y
caprichosos engendros de comportamientos maníacos y psicopáticos, la marca del placer por la
violencia. Y por último, han utilizado nuestros genes con el fin de conseguir, a través de la
clonación, aumentar su acceso al éxtasis existencial orgánico, pero sus experimentos
genéticos fallan y los convierten en aberraciones aún más ávidos del placer espiritual, al que
nosotros como humanos, podemos acceder de forma tan normal y natural cuando estamos en
armonía. Pero esa armonía brilla por su ausencia, no son los primeros en intervenirnos, antes
de ellos, otros grupos cósmicos estuvieron aquí con dudosas intenciones. Esta es una larga
historia que comenzó hace dos millones de años.
Estos últimos visitantes biomaquinales nos han convencido de escoger la mente por sobre el
cuerpo, nos han convencido de escoger el dinero por sobre el amor, han logrado que
separemos inteligencia de sensibilidad y nos han sorbido los sesos con sus confusiones
patriarcales con respecto a la creación.
Han robado nuestras conciencias desviando nuestra atención hacia ellos, les hemos entregado
nuestra admiración e ingenuidad, de forma que hemos quedado presos en la externalización de
nuestras miradas, aislados de nuestros cuerpos y fragmentados en la creencia de que la mente
que observa lo exterior es la mente que llegará a ser superior. Hemos invertido la polaridad de
nuestras esencias orgánicas, y en este momento nos encontramos entregados al viento que
nos sacude de aquí para allá, entre lo que estamos acostumbrados a considerar real, lo
externo, y la Realidad tal como ella es, un espacio multidimensional en el cual hemos de luchar
activamente con el fin de terminar con el abuso que los grupos de poder, generan sobre
nuestras vidas.
Gracias a que el llamado Cósmico de las fuerzas de unidad está activo y presente, somos
invitados a unirnos a la Realidad. Desde la normalizada desconexión de las subredes de
control, a la conectada Red única Multiversal. Pasar de un movimiento de degeneración a un
movimiento de regeneración es la oportunidad que brinda la fuerza natural y sobre lo cual
trataremos en este libro.
2 ¿Cuál es mi verdad?

Meli: Siento angustia, creo que es parte de la limpieza, estoy transitando muchas emociones, y
una realidad que acepto y acepto que no me gusta ¿cuál es mi verdad? Por momentos siento
que me estoy volviendo loca, que no logro bajar a la experiencia mis deseos y mis propósitos.
Tengo la tendencia a dejarme de lado e idolatrar a los demás. No tengo recuerdos de mi
infancia, algo pasó y por algo se bloqueó mi memoria, eso me inquieta, quisiera recordar.
Cuando empecé a mirar para adentro me di cuenta que no me conocía y solo disponía de
imágenes que fui creando según el relato de quienes estaban a mi alrededor, puras ideas.
Siempre percibí de manera muy clara el dolor de los otros, como si no hubiese un límite entre
mi ser y el de los demás. Llegó un momento en el que ya no sabía diferenciar mis propias
emociones de las ajenas y me sentía saturada e intolerante.

Matías: Es importante testear estas subrealidades antes de entregarles ciegamente nuestra


energía, observar sus estructuras y definir si somos una parte respetada como integrante de
ellas o somos vasallos del poder invitados a obedecer.
¿Cuál es nuestro dialogo interno? ¿Cuántas voces se manifiestan en nuestra audición?
¿Cuántas de ellas son nuestros fragmentos y cuantas son meras invasiones? ¿Estamos en el
centro de nuestra experiencia dando fuerza y creatividad a la vida que desde nuestro cuerpo se
expande hacia el Todo? O ¿Somos autómatas dominados por el diálogo mental compulsivo de
comparación con lo exterior?
La diferencia entre la Realidad y las subrealidades es que la primera reúne todos sus
fragmentos, y se desenvuelve favorable a todos ellos. Mientras que las subrealidades abusan
de su poder, anulando la sensibilidad y externalizando la atención de la mente.
Los seres humanos-semillas estelares de liberación, la gran y nueva masa de seres que hemos
nacido desde el comienzo de la era de Acuario en la Tierra, encontramos mucha dificultad en
adaptarnos dócilmente a las injusticias abusivas y opresiones mentales que se plantean desde
las esferas de poder. Somos seres que venimos con nuestra sensibilidad desarrollada, seres
naturalmente empáticos dispuestos a sintonizar nuestro campo sensorial con el de los demás
para elaborar una comunicación orgánica, sensible e inteligente. Venimos a desarrollar el nuevo
paradigma.
El viejo paradigma resiste atacando lo sensible y manipulando lo inteligente. Ante tanta
negación de lo integral, acabamos por creer que nos estamos volviendo locos. Darse cuenta de
que uno se está volviendo loco es una muy buena señal, pues efectivamente uno está loco,
loco é invertido, programado para aceptar la locura de la negación de la unidad con el Ser
como una verdad concreta.
El adiestramiento ha sido meticuloso. Desde nuestra infancia nos invaden desde lo alto,
entidades, dioses, sacerdotes, padres, profesores. Rompiendo la sutil esfera de nuestra aura
con sus imposiciones, van abduciendo nuestra atención, retirándola de nosotros mismos y
redirigiéndola hacia ellos, hacia lo que ellos consideran superioridad, autoridad y experiencia.
Su cometido es acabar con nuestra vivencia, ellos quieren esa atención, ellos quieren jerarquía
vertical y lo quieren ya. Ante una insistencia tan poco simpática, y viniendo a través de los
seres que amamos, vamos perdiendo nuestra integralidad, desconectándonos de nuestros
procesos de adaptación al medio. Los espacios que quedan desconectados en nuestro cuerpo
quedan vacíos de conciencia. Estos espacios físicos vacíos son parasitados por seres
interdimensionales, que aprovechan las acciones de los abusadores del plano terrestre, para
experimentarse. Así comienzan una serie de comportamientos inconscientes, que una vez
normalizados generarán la gran red de control de la que es tan difícil liberarse. Esta red se
configura como un gran campo electromagnético formado por la suma de todos los
comportamientos y pensamientos, impuestos y programados, por los cuales los seres humanos
nos auto castigamos y castigamos a los demás, nos anulamos y anulamos a los demás, nos
exigimos y exigimos a los demás, nos juzgamos y juzgamos a los demás. Aquí cabe un largo
etcétera y cada uno sabe los mecanismos de obsesorización a los cuales se somete. La red
consigue que nadie preste atención a su espíritu y sí, que se obsesione con lo otro, lo externo,
de forma que el conflicto que se desprende de ello, sea la energía por la cual los dioses
máquina ganen experiencia en su propio proceso evolutivo hacia el amor. Entre tanto ruido,
crueldad y manipulación queda poco espacio para materializar intenciones armónicas que
vengan de la profundidad genuina de nuestra esencia, pues el acceso al momento creativo es
rápidamente atropellado por el abuso sistematizado del poder.
Sin entendimiento de estas circunstancias en las que estamos inmersos, nos será imposible
apropiarnos de nuestra experiencia, no podremos generar estrategias de balance y
enraizamiento, de cura y regeneración de nuestra naturaleza. Hemos de ser muy cuidadosos
en observar las mecánicas energéticas subyacentes a nuestras lindas ideas nueva era. Hemos
de observar cómo se mueve nuestro cuerpo, cómo magnetiza, cómo fluye, cómo acepta y
cómo niega y dentro de esas mecánicas prementales observar, qué es genuino y responde a
nuestro centro y qué es compulsivo y responde a la red neurótica de dominación.
Sin herramientas para reconocer la diferencia, la frustración hará su aparición con toda
seguridad. Frustración que puede llevar a colapsos nerviosos y otras formas de desgaste
emocional, mental y físico. Nuestros hospitales psiquiátricos están llenos de personas que por
su sensibilidad especial no consiguen seguir el patrón de adiestramiento y simplemente
colapsan. Personas con habilidades mediúmnicas, artistas y otros casos de desarrollo espiritual
avanzado acaban siendo medicados o lobotomizados por el bien de la integración social.
Los hospitales generales están llenos de inocentes personas que somatizan todas estas
contradicciones sufriendo graves enfermedades como consecuencia.
Los consultorios psiquiátricos están llenos de niños que están siendo medicados a causa de la
ignorancia y la negación de lo espiritual natural. De hecho en estos tiempos de cambio, nacen
muchísimos niños que vienen de otros sistemas estelares. Vienen en masa para apoyar el
cambio de paradigma y facilitar la transición de lo viejo a lo nuevo. Seres que vienen limpios de
los hábitos impuestos por la supremacía mental y no consiguen ni por un segundo prestar
atención a los programas de adiestramiento robótico que la educación les propone. ¿Cuál es el
problema que los estados imponen a la solución que traen estos niños? Medicación y vacunas.
Estos niños no tienen ningún síndrome de déficit atencional, son perfectamente normales.
¿Qué ser genuino, auténtico, vivo y presente, querría convertirse en un robot adiestrado para
generar dinero para las élites y vivir compitiendo con sus iguales?
Para nosotros que estamos aquí desde hace más tiempo y hemos perdido el son de nuestras
capacidades cognitivas y sensibles, nuestras artes, nuestras danzas, nuestras curas, y nuestros
orgasmos. Se nos hace necesaria una limpieza, una limpieza mental, emocional y física. Una
limpieza que posibilite el acceso de nuestra mente a nuestro cuerpo, que haga una purga
profunda de toda la toxicidad física, emocional y psicológica que se ha acumulado en nuestro
interior. Una limpieza que exorcice las costumbres del parásito agresor de nuestros cuerpos y
memorias. Una limpieza así, nos brindará la oportunidad de mirar con los ojos abiertos hacia el
hecho de que pertenecemos a un universo formado de infinitas dimensiones, desde las cuales
seres maravillosos cantan y aguardan el momento que levantemos el velo de la posesión y
seamos libres humanos cósmicos.
Es importante comprender, visualizar y sentir, que no solo de pensamiento está hecho el
mundo, el cuerpo humano exhala información de pies a cabeza, y aunque nos hayamos
desconectado profundamente de él, escondiéndonos en el fondo de la mente, esta mente
alienada sigue necesitando del cuerpo para existir. El cuerpo, a cada momento, genera
millones de bits de información, esta información es energía, y ésta energía es emanada y
expresada en ondas de expansión. Vivimos dentro de un mar de vibraciones, formado por la
suma total de los cuerpos resonantes y de la expansión del campo electromagnético terrestre.
Ésta actividad generada por nuestros cuerpos ocupa el 95% de la energía cotidiana y es la
actividad Real de emitir y recibir impulsos que definen el relacionamiento con nuestro entorno.
Vivencia sensointeligente que, a través del sistema nervioso, llegaría al cerebro para informar al
5% consciente de lo que ha de procesar para expresarse.
El cerebro y el cuerpo son una misma cosa. Esto ha sido muy difícil de entender, desde que
los seres máquina nos separaron del lazo fundamental a la realidad de nuestras relaciones
sentimentales y nos enfocaron en la obsesión de su camino de supremacía mental. Pero ya
estamos listos para reconectarnos al mundo relacional y hacerlo de forma armónica, pues es el
lugar que ocupamos naturalmente como especie sensible y comunitaria. Nuestro espíritu es
una unidad fractal del Todo, nuestro cuerpo es la unidad fractal de nuestro espíritu, nuestro
cerebro es la unidad fractal de nuestro cuerpo. Y nuestro consciente es una unidad fractal de
nuestro cerebro. Cerebro y cuerpo unidos conforman nuestra identidad. Sensibilidad e
inteligencia son una misma cosa. No hay diferencia entre sentir y pensar. Pensar es sentir a
una velocidad mayor.
Estamos obsesionados con identificar el Ser con el pensamiento y el cerebro. El Ser nunca
será una parcialidad, el Ser es la totalidad. Y para ser, el Ser consta de sus atributos, atributos
que se organizan en el cuerpo fisiológico como soporte para que la conciencia se manifieste en
su vastedad dentro de esta experiencia humana. El cuerpo fisiológico se muestra como un
conjunto de órganos y sistemas, los cuales tienen la finalidad de dar soporte a esta diversidad
de atributos sensibles e inteligentes. Para organizar la sensibilidad relacional y el lenguaje que
los órganos y sistemas emiten, existe el cerebro.
Para entender esto mejor vayamos a la célula. La célula también es una unidad fractal del
todo, como tal, se alimenta, respira, defeca, se reproduce, siente y piensa, siendo capaz de
tomar decisiones de forma individual. Las células al manifestar su misión particular, se
organizan dando vida a órganos y sistemas, éstos no desempeñarán funciones exclusivamente
anatómicas, sino que serán cada uno de ellos los generadores de cada una de nuestras
aptitudes emocionales, sentimentales y psíquicas. No es el cerebro el que piensa, son los
órganos los que lo hacen, y es el cerebro el que decodifica sus lenguajes.
El lenguaje científico utiliza la palabra controlar cuando se refiere al cerebro, el cerebro controla
esto y aquello, prefiero de lejos entender que el cerebro gestiona, recibe y organiza todos estos
impulsos, y como unidad gestora simplemente colabora en el desempeño ideal de la salud de
nuestra vida. En todo caso, aquella diminuta parte del cerebro que alberga el consciente, es la
que tiene la posibilidad de tomar decisiones concretas que apuntan a elaborar estrategias para
optimizar nuestros propósitos.
Vamos de a poco sacando al falso dios mental de su sillón de “yo soy el que sé porque soy el
que pienso” E invitémoslo a integrarse en el conjunto del todo físico, a relajarse y a disfrutar
representando a su comunidad orgánica.
Para ello podemos empezar por sentir entendiendo que existen dos esferas de experiencia, que
en realidad son solo una, pero que hemos de entenderlas por separado para poder volver a
unirlas. Una, donde nuestros cuerpos están sintiendo, recibiendo y emitiendo información al
espacio circundante. Intercambio que se da en el espacio inmediato que habitamos, el espacio
físico terrenal. Y una segunda esfera que está dentro de la anterior que es el espacio de
nuestro pensamiento. Este espacio, además de ser nuestro centro de procesamiento
consciente, también es el lugar donde se da el diálogo de la red telepática por la cual emitimos
información hacia cada ser con el que nos comunicamos mentalmente. Este espacio se
denomina espacio mental o astral y abarca todas las esferas de existencia dentro del espacio
terrenal o fuera de él, sin límites hacia el infinito panuniversal.
El orden orgánico entre cuerpo y mente fue invertido y sustituido por la supremacía mental.
Actualmente se cree que el cuerpo somatiza a partir del pensamiento, y qué sentimientos y
emociones son el resultado de la forma en que pensamos. Esto es real, solo que es la realidad
virtual que ha surgido de la inversión de los parámetros normales de la inteligencia física.
Hemos invertido el orden natural cuerpo mente y hemos naturalizado la virtualidad mente
cuerpo.
Para reconocerlo es importante observar cómo la mente se ha convertido en una unidad en sí
misma que ha mutado separándose de su función original, convirtiéndose en una anomalía que
funciona. Esta anomalía disociativa funcional hace que la mente deje de ser la representante
del espíritu y su cuerpo de manifestación, y la transforma en una unidad de realidad virtual.
Nuestra actividad mental transcurre haciendo mal uso del recurso de la imaginación,
proyectamos deseos mentales sobre su pantallita, los cuales generan respuestas emocionales
de acuerdo al éxito o fracaso en su realización. Un orden que, por usar los mismos atributos
que la forma natural, nadie reconoce como una anomalía pues su normalización ha dejado en
el olvido al orden elemental. La inversión del flujo hacia lo natural se transforma en el actual
camino espiritual.

3 ¿Inferior o Superior?
Meli: Nací en oposición, en oposición a mí misma, me opuse a mi bienestar, a mi creatividad, a
mi pensar libre, a mis deseos. Hoy me encuentro en pleno presente de gestación, de
regeneración del vínculo más importante, el que tengo conmigo misma. ¿Cómo podría amar
genuinamente si no me amo? ¿Qué es la compasión? ¿Qué es el amor?
A veces pienso que no tengo pensamiento propio que todo lo que pienso es tomado de algún
lado. Escribo para que mi cabeza no explote, los pensamientos me dicen que me estoy
equivocando, que otra vez hago lo mismo, que no sé adónde voy, siento temor y miedo de no
actuar en base a lo que necesito ¿qué necesito?

Matías: Adentrémonos un poco más en esta confusión disociativa. Para protegernos de los
males imaginarios que nos acechan desde las tenebrosas posibilidades imaginarias, nacemos
en hospitales fríos y estériles, rodeados de personas extrañas, donde nos separan de nuestra
madre para vacunarnos, con el fin de que nuestro sistema inmune desarrolle anticuerpos para
protegerse de organismos ajenos y sus peligros, ¿imaginarios? Marcando nuestro paso a este
mundo con la constante del conflicto. Antes incluso de recibir el afecto reparador después de
uno de los desafíos más grandes de nuestra vida, nacer, tenemos que lidiar con entender la
presencia de un agente patógeno y desarrollar las estrategias para combatirlo. ¿? Como poco a
poco va quedando claro, biología, emoción y mente son una sola cosa, por tanto no es de
extrañar que nos sea tan difícil encontrar paz si el primer estímulo al nacer es el de la guerra.
El ejercicio continuado del temor a la Vida que se nos ha inculcado a través de religiones,
falsos conceptos de salud y enfermedad, alimentación saturada, y relaciones de poder, nos han
puesto en la situación de ser oposición a nosotros mismos. Nos hemos ido alejando tanto del
centro, que hemos creído poder suplantar nuestra esencia orgánica por la abstracción,
subjetividad, virtualidad e intelectualidad de la mente. Mente que se disfraza a sí misma bajo el
dialogo repetitivo de mensajes elocuentes y frases bien sonantes, sin que el espíritu muestre
señales de estar realmente presente, pensando por sí mismo, expresando y creando su
autenticidad.
Hablando de creatividad y orden elemental es necesario desenterrar el olvidado conocimiento
sobre la verdadera función de la energía sexual. Prohibida y omitida por las religiones, y
exagerada y mal enfocada por la ignorancia. Ésta energía es la fuerza generadora de la vida
biológica y la responsable de todo proceso creativo, sea emocional, artístico o intelectual. La
energía sexual se muestra como el núcleo energético del cual emana la pulsión de vida,
pulsión que al atravesar los diferentes órganos fisiológicos da como resultado la activación de
éstos y la consecuente manifestación en expresión de los mismos. Al contrario de los seres de
sangre fría, que activan y desactivan su aspecto erógeno, nosotros, los seres de sangre cálida,
lo mantenemos siempre activo por efecto del calor de nuestros cuerpos, es importante entender
esto, pues el orden primordial amoroso y placentero que buscamos restituir se sustenta sobre
la cualidad erógena de la presencia. Así, hemos de hacer un esfuerzo consciente en elevar
esta pulsión y expandirla a todas las células de nuestro cuerpo físico por igual, dejándola
alcanzar desde los pies hasta el cerebro cada átomo con su fuerza permeable y consciente de
placer erógeno creativo. Al amplificarla debemos anclarla entorno a la energía del corazón para
que desde la autoestima sea siempre una proyección centrada en nuestro amor propio. Solo de
esta manera conseguiremos vivir una vida sensible y saludable, abundante en placer, expresión
y creatividad, pues de su inhibición sólo se desprende sobrementalidad y de su exageración y
mal focalización se desprenden las patologías de obsesión sexual. En este nuevo tiempo en el
cual nos encontramos con lo femenino como matriz creativa, hemos de atender al movimiento
natural de polarización que surge del polo femenino como iniciador de la danza sexual, con el
fin de que el abuso de lo masculino termine para siempre.
La sexualidad por tanto se muestra como una de las activaciones fractales de la presencia del
espíritu, en la cual éste expresa su grado sensible, creativo y vital de ser. Su orden vertical
tierra cielo, y su coherencia de anclaje a la raíz del árbol de la vida. En el caso de que esta
raíz generativa de energía sea inhibida, la fuente será invertida y el Ser perderá su integralidad,
cambiando el relacionamiento terrenal por el relacionamiento astral. Si nos desconectamos de
lo que nos une a la tierra, el cuerpo, solo nos quedará lo que nos une al cielo, la mente. Como
representante de la mente, nuestro cerebro virtualizará toda actividad sexual, convirtiéndola en
una película más en su pantalla y en el caso de inhibirla, se proyectará fuera del cuerpo
transformándose en una gran antena capaz de emitir y recibir en cualquier sintonía. Como ya
vimos anteriormente no hay límites físicos para su capacidad de expansión, pudiendo
sintonizarse con cualquier entidad de cualquier dimensión de cualquier rincón del universo.
Es del interés de los grupos de control, que vivamos obsesionados abusando de nuestra
energía sexual, para aumentar el caos y el conflicto entre nosotros. O bien, que nos
desconectemos de ella e invertidos nos sobrementalicemos, siendo absorbidos por el mundo
astral, donde fanáticos y perdidos, ignorantes y soberbios, crédulos y fantasiosos, asumimos
creer saber el origen y los cometidos de las fuentes a las cuales nos abrimos ingenuamente.
Quitando los grupos de guías que trabajan específicamente para que encontremos el camino
de reintegración de nuestro yo superior con el vehículo físico, todas las demás entidades y
conciencias que se presentan desde el astral, son seres que están experimentando su propio
viaje evolutivo en relación a la cuestión del poder. Como ejemplo fractal de esto, tenemos las
experiencias de la mayoría de los progenitores y sus hijos en el plano terrenal. Nadie sabe
realmente cómo comportarse con los hijos pero todos asumen una posición de control y poder
por la cual ejercen presión y van experimentando. Algunos consiguen mejorar su comunicación,
otros simplemente cristalizan la relación de poder, en cualquiera de los dos casos someten al
ser inocente a su especulación. De la misma manera, son muchas las entidades que están
recorriendo el camino del reencuentro con su centro y en el intertanto, fascinados por la
atracción del campo de la energía mental, manipulan positiva o negativamente a las inocentes
conciencias que se abren a sus estrategias y agendas.
Sin el debido anclaje al cuerpo, nuestro sistema nervioso central es fácilmente poseído por
entidades interdimensionales con las más variadas de las intenciones, algunos quieren sentir lo
que se siente en el plano físico, otros quieren que actuemos a su antojo, otros quieren sentirse
idolatrados y otros quieren sentirse necesitados como ayuda espiritual. Dentro del amplio
abanico de seres que entraran a comunicarse en esta red, se darán interacciones desde las
más densas, como la voluntad de abusar y someternos, hasta las más sutiles, como la vanidad
de creerse sabedores de lo que necesitamos los humanos. Una vez más pasa lo mismo que
pasa en nuestras familias, donde padres o madres abusadores nos someten, o donde padres o
madres, con sus buenas intenciones, nos anulan y dirigen nuestra vida. Resulta difícil actuar y
pensar por nosotros mismos cuando nuestros cuerpos se han convertido en una estación
espacial interdimencional. Seducidos por la fantasía de que en el espacio sideral
encontraremos a dios, a los seres superiores, a lo perfecto e ideal, nos vemos atrapados en la
red de control de la inmadurez espiritual, dentro de la ilusión de lo inferior y superior. Los seres
emancipados de estas codependencias espirituales siempre se mostrarán como creadores de
su propio camino, creación que siempre responderá a la pulsión consciente de sus espíritus y a
las elecciones de lo que quieren vivir.
Con respecto a nuestro espacio, nuestro planeta, tenemos aquí en casa a guías que no nos
defraudarán. Los seres elementales. Estos seres son los habitantes originales de nuestro
planeta, y son los que iluminan el camino de vuelta a casa. ¿Quién podría mostrárnoslo mejor
que ellos? Estamos hablando del planeta que es nuestro único paraíso, y de la única
naturaleza que es de la que emana lo que conocemos como vida. Los seres elementales son
las inteligencias vivas de esa naturaleza que habitan los elementos aire, fuego, agua y tierra.
Como humanos somos conscientes de ellos durante nuestros primeros años de vida, y se les
suele llamar de nuestros amigos invisibles. Y realmente lo son, son los seres encargados de
sostener nuestra noción de ser espíritus multidimensionales y defienden nuestra integralidad
ante el avance de la mentalización. En algún momento dejamos de prestarles atención lo cual
los cabrea enormemente, y aún así nos acompañan el resto de nuestras vidas ayudándonos
cuando lo requerimos y riéndose de nosotros y adoptando formas monstruosas cuando les
tememos y confundimos con imaginarias fuerzas de la oscuridad. Y es que es eso, no hay
oscuridad en nuestro mundo, no en el mundo natural. Otro engaño sigilosamente diseñado para
que temamos a nuestra fuente, el planeta Tierra, nuestros guías, los elementales y nuestros
cuerpos de conciencia física. La propaganda anti-elementales ha sido mucha. Los héroes de la
antigüedad destruyendo minotauros, la asociación del demonio con el fauno y otras formas de
manipulación nos muestran como hemos puesto a nuestros colonizadores en el lugar de
nuestros amigos.
Así que no nos extrañemos si estamos destruyendo el planeta en nombre de dios. No nos
extrañemos si cada cultura que se proclama heredera de la verdad verdadera, en realidad solo
está dando energía al viaje de supremacía de alguna tribu sideral en particular. No nos
extrañemos si queremos matarnos entre nosotros por defender estos seres externos a nuestra
realidad y a nuestro mundo, pues estamos por fuera de nosotros. Y todos los días escogemos
estarlo, escogemos observarnos como imágenes, escucharnos como conceptos, escogemos
vivir y morir por fuera de nosotros y de nuestro entorno, la naturaleza elemental. Hemos
intentado convertirnos en algo post-natural y estamos fallando estrepitosamente en el intento.
Nacimos y seguimos en guerra. Guerra entre el obsesivo ser mental, aislado y manipulador
contra el físico ser terrenal. El ser mental ha logrado transformarse en un controlador
caprichoso de las aptitudes físicas. La mente disociada cree que las aptitudes inherentes al
espíritu, o sea el cuerpo, son meras facultades mecánicas que puede usar a su antojo.
Cualquier ser sensible sabe que esto no es así, y que solo de la resonancia con los otros es
que se generan los pulsos honestos de vida.
Transitando un momento desesperado en el percurso de su evolución, la humanidad ha llegado
al final de un ciclo y al comienzo de otro. Todas las respuestas a las preguntas que siempre
nos hicimos dejan, por fin, de ser intelectuales, y como un único camino de cura se abre la
oportunidad de amar lo que somos, cuerpos humanos de conciencia estelar. En el esfuerzo y
perseverancia en la práctica de reconexión al planeta, a lo vegetal, a lo animal, a lo humano,
es que encontraremos las llaves y las respuestas a todas las incógnitas celestes que nos
hacemos desde hace siglos. ¿Somos el centro de la creación? Claro que los somos, de la
misma manera que todo lo Es, todos los seres, todos los átomos, todas las células, todas las
luces, todas las vidas.
4 Individuo y colectivo.

Meli: Todo indica que hay que salir del yo individual, la realidad es que mi percepción al día de
hoy es muy individual, individual y dual, oscilo entre la mente y el sentimiento, entre la duda y
la certeza, entre la fuerza y la debilidad, veo las creencias y escucho a la arpía en mi mente.
¿Por qué será que no puedo hablar espontáneamente? Todo lo que pasa por mi cabeza va a
una velocidad más rápida de lo que puedo manifestar. Hay diálogo en mi mente todo el tiempo.
A veces pienso que a nadie le interesa lo que tenga para decir. Y eso no es verdad. Al pensar
así se bloquea mi garganta.
¿Cómo fortalezco la mujer salvaje que soy?
Siento corrientes eléctricas recorrer mi cuerpo.

Matías: En la época actual hemos alcanzado el grado máximo de desconexión de la naturaleza.


Con la introducción de las nuevas tecnologías, la mayor parte de la población mundial vive en
ciudades en las cuales se minimizan las aptitudes corporales y se dejan vivas apenas las
funciones mentales, sin llegar al extremo de atrofiarnos usamos el cuerpo solo para contentar a
la mente.
La mente se proclama como omnipresente dictadora de la experiencia diaria. El Ser bajo estas
circunstancias no consigue ni ser colectivo ni ser individual, expresiones puras de la
manifestación yin y yang. El ser simplemente está por fuera de sí. La extensión del túnel
mental al que hemos sido arrastrados a vivir no es la individualidad, es sólo la alienación que
se nos ha impuesto. La individualidad en sí es aquello que representa al espíritu como
fragmento de la totalidad, la individualidad es la capacidad del espíritu de autoreconocerse
dentro de la inmensa diversidad que la totalidad manifiesta en su expansión. Dentro de esta
diversidad, el individuo existe con el único fin de relacionarse, por tanto, individuo y colectivo
son la unidad que da forma y movimiento al sentido de la existencia.
Alcanzarse individualmente es alcanzar la totalidad, pues uno y lo otro son la misma cosa, el
poder de expresión individual, por tanto, es el tesoro oculto al final del camino, facultad que
requiere del encuentro con la raíz, energía sexual, con el tronco, emociones y sentimientos, y
con las ramas y sus frutos, ideas y expresiones que el árbol de la vida confiere al ser realizado.
Si nuestro árbol es cortado o podado por cualquiera de sus partes, difícilmente conseguiremos
que el proceso de espontaneidad de la expresión se dé como el flujo natural que representa. Y
no llegaremos nunca al encuentro con el otro, con el colectivo. Siendo que es el otro y lo
colectivo el único portal y sentido de la cura y experiencia.
Al redirigir nuestras energías vitales hacia el encuentro con lo físico, nos encontramos con la
necesidad de revivir al árbol caído. La reactivación de nuestras conexiones neuronales nos
muestran el camino hacia el espacio olvidado, fuertes corrientes eléctricas nos alertan de que
estamos en momentos de reconexión real. Las fuerzas cósmicas naturales, explosiones solares
y el fenómeno de acercamiento del sistema solar a una zona de mayor densidad fotónica,
permiten que nuestra atmósfera se esté acelerando e intensificando en relación a la cantidad
de energía que contiene. Flujos de fotones que se adentran en nuestros cuerpos facilitan el
proceso de infibrilización de la conciencia en su camino de vuelta al vehículo físico. Pues
tomemos conciencia de este fenómeno, no solo nuestro planeta viaja y gira alrededor del sol,
también nuestro sol viaja y gira alrededor de un sol mayor que lo magnetiza, de la misma
manera que ese sol mayor viaja y gira en dirección al sol central galáctico. Son órbitas, dentro
de órbitas, dentro de órbitas, dentro de órbitas. Y nuestro pequeño y lejano sol, está retornando
después de un periodo de 11 mil años, a la zona de interconexión energética, generada por la
densidad del cúmulo de soles, que como una gigantesca red, conforman el plato galáctico.
Hemos estado viajando por fuera de esa densidad, en lo que llaman la oscuridad galáctica,
zona de baja densidad energética, zona donde se dan las condiciones para que los procesos
de evolución de la oscuridad a la luz sucedan.
Los estados de bipolaridad son habituales en este proceso de reconfiguración energética, pues
durante el camino de reconexión al cuerpo, pasamos por fases donde alternamos estados
mentales externalizados con estados emocionales internos de reconexión. En un instante
estaremos en éxtasis escuchando nuestros guías mostrándonos con claridad el camino de la
reconexión, y al segundo siguiente los obsesores retomaran el control y volveremos al letargo
al que estamos habituados. Hemos de identificar estos patrones, identificar cuando nuestra
mente está fija en la hipnótica pantallita, o cuando estamos sintiendo el cuerpo reactivar su
contacto con el espíritu. Identificar cuando el diálogo mental es tan abrumador que no hay
conciencia de nuestra raíz, o cuando la energía sexual está pulsando y diciendo, reconóceme,
expándeme, fúndete en mí. Si conseguimos romper el cerco comenzará el trabajo de la
inversión hacia la coherencia perdida.
Comencemos por el principio, estemos atentos a escuchar y mirar a los registros mentales
impuestos, grabaciones y películas que se repiten, dándonos las instrucciones sistematizadas
egocéntricas o recordándonos la desvalorización de nuestra propia existencia. Así es como nos
mantienen locos haciéndonos creer que estamos cuerdos. Si aprofundamos hacia lo genuino,
afloraran las memorias emocionales de maltrato, las situaciones traumáticas y los hábitos
egocéntricos. Cuando el camino esté despejado, el organismo reactivará de forma natural sus
aptitudes, enviando al cerebro los programas naturales de presencia, conciencia y expresión, y
el sistema nervioso neuronal volverá a brillar, porque el espíritu vuelve a estar presente como
puente entre el territorio físico y el mental. Este es un proceso lento y meticuloso.
Una vez nos hayamos apropiado de nuestra organización física, de cada órgano, cada hueso,
cada músculo, cada átomo, cada célula, es que habremos recuperado el hogar de nuestra
esencia y cerrado el portal por el cual la manipulación se adentra en nuestras vidas.
Esto es recordar, la memoria no es una abstracción misteriosa, la memoria es el Ser, y es el
cuerpo el que recuerda. Como un tejido delicado y firme al mismo tiempo, delicado porque es
sensible y ha sido herido y forzado de inúmeras maneras. Fuerte, porque cuando reclamamos
la historia como nuestra nos convertimos en guerreros y ante la fuerza que se desprende de la
naturaleza salvaje del ser liberado, no hay manipulación que consiga prevalecer. Los agresores
no son superiores, tampoco son inferiores, son simplemente formas de vida, y como tales son
iguales a nosotros, como lo es todo en el universo.
5 Sueños y obsesores.

Meli: Temía a la oscuridad cuando era chica, tengo sueños extraños donde me quieren
secuestrar desde energías, también soñé que me sacaban el útero y el corazón, en otros,
demonios me persiguen, hasta me han dicho que no me dejarían de buscar.
Ojala pudiera sentirme libre como lo imagino, experimentar sin miedo a errar. ¿En qué
momento se tornó tan rígida esta función? ¿En qué momento entró en mí la incapacidad de dar
y compartir? Esto es lo más real que he sentido en mucho tiempo. ¡Ego te odio!
Odio cuando esto me pasa, me enoja no poder controlarlo. Es como una energía que viene y
me pone en negación, en no poder expresar lo agradecida que me siento. En sentir vergüenza,
me inhibo y solo quiero escapar.

Matías: Mientras no entremos en el cuadrilátero de boxeo con conciencia de nuestro poder, nos
amedrentarán. Siempre lo hacen. La violencia es su lenguaje y nuestro miedo es su excitación.
Ya sea en los sueños, ya sea a través de los mecanismos de represión mundana, buscarán
suprimir la luz orgánica. Al principio esto da mucho miedo, mucho. Las amenazas son efectivas
y el miedo a la pérdida de integridad física y psicológica se hace sentir con fuerza. Sin
embargo, desde el momento en el que mostramos que nos mantendremos en pie y que iremos
hasta el final en la defensa de nuestro territorio físico, emocional, mental y espiritual, es que
van perdiendo poder y presencia en nuestras vidas.
Nuestra dimensión humana es mucho más atractiva de lo que nos han hecho creer, y seres de
muchas dimensiones tienen intereses activos en alcanzarla por cualquier medio. Al abusarnos y
confundirnos nos convertimos en portales abiertos. Cuando soñamos estamos especialmente
expuestos, si nos encontramos fragilizados, aprovecharán nuestra proyección astral para
asustarnos y minimizar al máximo nuestras expectativas de liberación, pues saben que
tenemos un plan, que si lo realizamos acabaremos con su hegemonía. Al soñar entramos en
las coordenadas theta de velocidad cerebral, lo que nos abre al verdadero mundo en el que
vivimos. Durante la vigilia estamos en beta que es el típico estado de stress cotidiano en el
cual solo prestamos atención a la hipnosis general de preocupación y velocidad desordenada,
que nuestra mente asume como responsabilidad y foco. Pero cuando nos quedamos dormidos
la programación cae y alcanzamos las profundidades que alcanzaríamos naturalmente estando
despiertos si no estuviésemos abducidos por el caos. Calma y expansión. Así que el mundo de
los sueños se muestra como un portal a varias fuentes de información, lo oculto en nosotros, la
memoria, y el acceso a seres interdimensionales, a aquellos que sostienen la red de control
tanto como a aquellos que están intentando romperla. En esta frecuencia no existe el espacio
tiempo lineal y premoniciones y mensajes son recibidos. Hemos de estar atentos a la
naturaleza positiva o negativa del mensaje pues pueden ser avisos con el fin de que
obtengamos una enseñanza para que no nos dejemos atrapar por las ilusiones, o pueden ser
manipulaciones con el fin de que demos fuerza creativa a las predicciones catastróficas. La
verdad es que no existe predeterminación, entonces aquellos sueños que buscan manipularnos
han de ser desechados, pues la atención a ellos solo reforzaría su creación en nuestra
realidad.
Además de los sueños, los seres obsesores aman nuestra investigación del poder. Existen
muchos casos de posesión inconsciente y voluntaria a la vez, donde los humanos entregamos
nuestra vida a la canalización a tiempo integral de estos seres, sin saberlo, pero buscándolo al
mismo tiempo. Sacerdotes, militares, políticos, empresarios, famosos. Allí donde haya poder y
jerarquía será el lugar perfecto para que se den este tipo de posesiones. Pues aquellos que
buscan el poder de la autoridad, de la notoriedad y de la jerarquía se abren voluntariamente a
la presencia de los seres de la dominación. Esto es así porque ellos son nuestra referencia de
poder. Ellos dicen ser los dioses, y nosotros queremos ser como ellos. Ningún humano que se
adentre en las estructuras de poder estará libre de entrar en sinergia dimensional con lo que
estos seres han marcado como lo poderoso. El esquema jerárquico en el cual elevamos a
alguien, o en el cual nos elevamos a la posición de superior, será siempre un portal abierto
para la obsesorización. Somos portales interdimensionales y si estamos buscando poder, el
poder nos encontrará a nosotros.
Los padres aman ¿? interpretar estos roles de poder. Más aún si fuera de casa hacen parte de
organizaciones verticales de jerarquía donde las relaciones de poder son la norma, cuando es
así, sus hijos son tratados como meros reclutas en el camino del adiestramiento a la respuesta
obediente. Este arquetipo del poderoso como rol de comportamiento, será una proyección
fractal del dios obsesor de turno, que aprovechará las circunstancias favorables del
adiestramiento para continuar su labor de imposición cuando los padres no estén presentes. El
control también puede ser emocional y ser los entes de la posesividad los que aprovechen de
cerrar el cerco de control sobre nosotros. Es por esto que sentiremos energías surgiendo de lo
invisible, para continuar la labor de inhibición que los padres empezaron.
Otra de sus herramientas favoritas es la idea de cierto y errado, perfecto e imperfecto, virtud y
pecado. Gracias a estas trampas mentales vivimos dudando de cualquier movimiento, pues
solo tenemos dos opciones, acertar o errar, vivir o morir, brillar o pecar, y la verdad es que
ante la cantidad de veces que necesitamos usar el recurso de la prueba y mejora para ganar
experiencia, acabamos por no acometer ningún proceso de aprendizaje por el miedo a errar. La
vida se organiza en torno a este proceso, cada nuevo desafío se basa en ganar experiencia
para perfeccionar nuestras habilidades de realización, es desde el caos que se llega al orden,
esta es la aventura de estar vivos. El propio disfrute de no saber y llegar a saber, de no poder
y llegar a ser capaces. Solo que ante las circunstancias actuales de externalización de la
atención, no tenemos acceso al disfrute del proceso de aprendizaje, uno porque estamos
aterrorizados ante la posibilidad del juicio, y otro porque pocas veces tenemos la oportunidad
de encontrar el impulso genuino de aquello que surge desde nuestro Ser.
Como seres caídos que abandonaron lo perfecto en el mundo astral, y se vinieron a lo
imperfecto en el mundo terrenal, como seres que escogieron el pecado original de la
sexualidad y el amor carnal, abandonando el paraíso de las voces de los ángeles que cantan el
nombre de dios, nos encontramos encerrados en el estrecho pasillo que nos lleva hacia el
castigo final, algunos incluso encuentran placer sádico en este cuento, y la mayoría
simplemente, nos sentimos negados y postergados en la maratón que se compite día a día por
la primera posición en el trono celestial. Dar y recibir se ha limitado a un intercambio de bienes
materiales, y las aspiraciones del espíritu a mostrarse participe en la existencia material son
frustradas por la red de competitividad y supervivencia que la mente externalizada propone.
Como humanos tenemos recursos más que suficientes para vivir una vida material abundante y
satisfactoria, como seres espirituales constamos de los atributos del placer y la creatividad para
satisfacer todas nuestras necesidades relacionales. El haber llegado hasta este punto
destructivo y carencial, es solo por el reflejo que hacemos del punto evolutivo en el que están
los dioses máquina, representamos a la perfección su drama mecánico dependiente de la
explotación mineral y su drama conciencial dependiente de la explotación genética y
experiencial. Así nos hemos convertido en los actores de la psicótica obra teatral a la cual el
gran director y afamado señor dios extraterrenal nos ha convidado a ser aclamados
protagonistas.
Cuando finalmente nos damos cuenta de que estamos presos en la mente externalizada, es
cuando el camino de reconexión comienza. Escapar de la propuesta carcelaria de la atención a
lo otro y reformular el uso de esa atención, es sacarse los lentes de realidad virtual impuesta y
mirar a lo que queda de genuino en nosotros y decidir recuperar el resto. ¿Seguiré prestando
atención a los procesos que suceden por fuera mío o comenzaré a prestar atención a mi
experiencia integral y utilizaré mi mente para expresarme como canal de mi propio vivir?

6 El Viaje a la Presencia.

Matías: El viaje comenzó en 1997, cuando, con 26 años de edad y viendo como todo lo que
amaba se desintegraba a causa de mi ignorancia, formulé al espacio el primer pedido de ayuda
espiritual de mi vida. Pedí que se me mostrara el camino de la conciencia. Dicho y hecho, los
comandos estelares se presentaron, empezando por mi grupo monádico. De un día para otro
me vi envuelto en la experiencia más hermosa de mi vida, una experiencia que se desenvolvió
en 4 meses durante los cuales fui asegurado presencialmente dentro en un grupo de seres
estelares que en sus cuerpos de luz se presentaron a mí alrededor para acompañarme
diariamente. La condición para recibir este coaching galáctico era, que me comunicase con
ellos y participase de la cocreación propuesta.
Sentirlos cerca era muy fácil, mi nivel de entusiasmo, amor y alegría se disparaba hasta las
nubes con su cercanía. Lo que era realmente difícil era comunicarme con ellos. Primero porque
nunca en mi vida había pasado por mi mente la existencia de criaturas extraterrenas, menos
que fueran tan amorosas y físicas, si por físicas se entiende que estaban presentes en mi
campo físico con sus cuerpos de luz, y menos, que tuvieran el más mínimo interés en mí.
Ellos se dirigían a mí telepáticamente, proponiendo actividades inverosímiles, que yo, en un
primer momento y hasta que fui ganando expansión y seguridad, siempre rechazaba. En
cuanto me negaba, ellos se alejaban. Algo así como si no quieres participar del juego con
nosotros nos vamos a jugar a otra parte. Lógico.
En el momento que se alejaban, comenzaba a disminuir mi reacción hormo-sentimental a sus
presencias, y por la pérdida del contacto con esa maravillosa sensación, yo hacía un esfuerzo
gigantesco por recordar cuál había sido la propuesta y activaba mi participación cocreativa en
ella. En ese preciso momento ellos volvían a mi lado y el día y los aprendizajes se
desencadenaban. Durante los cuatro meses que me acompañaron, me ayudaron a resetear mi
sistema de creencias, a sanar mi auto estima y a reconocer la fuerza y latencia de la presencia
de mi espíritu en mi cuerpo.
Cada día había una propuesta nueva, y tras cada experiencia me adentraba en mayor
profundidad en el Ahora de la cocreación consciente con el grupo iluminado.
Apenas conseguía entender todos los conocimientos que pasaban por mí, pues de ninguna
manera tenía referencias para situar racionalmente la experiencia que estaba viviendo,
simplemente dejaba que el agua del éxtasis corriese, comprendiendo que nunca conseguiría
abarcar algo tan grande, desconocido y extenso. Me entregaba a la alegría de reencontrar el
sentido a la existencia, a la vitalidad de mi cuerpo físico y a la vivacidad de mis emociones, en
fusión con algo que ni sabía que existía, mi alma espiritual, recordando y cristalizando un solo
mantra: estoy presente. Esta frase, esta llave, tan simple y tan compleja al mismo tiempo me
acompañaría durante el resto de mi vida como fuego conductor del proceso de cura y
dignificación que estamos tratando en este libro. La presencia.
Lo que vivía lo vivía a nivel celular, la cercanía de sus cuerpos generaba en mí una reacción
de éxtasis automático, como solo lo podría generar la cercanía de seres que son uno con la
Divinidad, seres presentes, seres conscientes, no mentalmente sino integralmente. Con sus
propuestas me mostraban que la creación es un acto colectivo, que la sincronía y la causalidad
se desprenden del amor y la diversión que surge de la energía colectiva puesta sobre un solo
objetivo común. Y que cuando los cuerpos vibran en la sobriedad de ser lo divino, la energía
que se desprende de eso es el magma que organiza la armonía universal, donde nada se
pierde, nada se rompe, nada se olvida ni se degrada. Por mi incapacidad de dar explicación a
lo que me estaba sucediendo, mi mente egóica cancelaba el recuerdo y la noción de los
acontecimientos y me devolvía rápidamente a la realidad fragmentaria de la pantallita mental.
Mis días pasaban entre estos dos estados y en la medida que la experiencia crecía, una
sensación de amor y maravillación se hacía espacio en mi cuerpo corazón saturado de
milagros cotidianos. Así sembraron en mí, la noción de la existencia del árbol de la vida, y mi
participación en el Todo, la Unidad manifiesta en infinitas partes, y me fue entregada la
experiencia de la coherencia de lo que significa la colectividad espiritual.
Un día, tal como habían venido se fueron. Pero no se fueron lejos, simplemente subieron, y yo
me volví a sentir tal como me sentía el día antes de que todo empezara. Me mandaron un
último mensaje, esto fue solo una iniciación, no estaremos lejos, ahora te toca a ti, fortificar y
entender. Fue como si le quitarán el caramelo a un bebé, berreé, lloré, me aislé diciéndome
que, cómo se puede ser tan cruel como para mostrar a alguien el paraíso y después volver a
dejarlo en el infierno.
Pasaron muchos años en los que meditaba muchas horas diarias con tal de acercarme a la
fuente del éxtasis que había sentido, sin conseguirlo totalmente. Siempre me acompañaban, un
abrazo, alguna charla, un poco de ánimos y de vuelta a la Tierra. Aquí abajo nada daba
señales de tener sentido. Busqué en lo humano y no encontré más que interpretaciones
mentales que nada tenían que ver con lo vivido. En un determinado momento me entregué al
destino de haberme convertido en un ser dislocado de su tiempo, libre en parte de la ilusión de
mis contemporáneos, pero sólo y desligado de un propósito que diese valor a la experiencia
vivida. Seis años más tarde conocí a una mujer, que viniendo de su propio llamado espiritual y
habiéndose entrenado en las artes del despertar durante varias décadas en India, despertó en
mí el mismo éxtasis espiritual que los seres de las estrellas habían generado. Cuando vi que
un ser humano era capaz de encender mi espíritu de vuelta en mi cuerpo, me dije que existía
futuro para mí y sentido para la experiencia que había vivido. A partir de ese redespertar,
comencé a trabajar e investigar activamente en procesos de cura y unos 4 años más tarde
recomenzaron los contactos, esta vez con diversos grupos desconocidos para mi hasta ese
momento, grupos que se mostraron claramente como mensajeros del espacio, extraterrestres.
Grupos que se ocuparon de dar atención al desarrollo de mi proceso de despertar y colaborar
en mi investigación sobre el proceso de salud integral. Han sido 20 años, abriendo mi
conciencia a la diversidad de especies y reinos dimensionales amigos, todos seres que trabajan
en conjunto para activar el despertar de la humanidad, aprendiendo de cada aporte, pues, la
diversidad que hay en las estrellas, es también la diversidad que mostramos como herederos
genéticos de los seres que hay en ellas.
El contacto ha sido exhaustivo, se me ha invitado a romper toda noción de linealidad, estamos
hechos de muchos atributos, todos ellos, fundamentales en la reconstrucción de nuestra
totalidad. No hay un centro, todos se entrelazan, mostrando sus características y
energizándose unos a los otros. Hemos de salir del patrón lineal de observación de nosotros
mismos y del espacio. Tanto allá arriba como acá abajo, la diversidad marca el camino de la
nueva conciencia.
Durante estos años de inmersión multidimensional he conocido muchos guerreros espirituales,
entre ellos, a Meli. Cuando nuestros caminos se cruzaron, una luz intensa me informó que
había un cometido especial en nuestro encuentro. Abierto a recibir la naturaleza de la misión
llega el mensaje de escribir un libro en conjunto. Comienzo a sentir la fuerza de la egrégora
multidimensional en la realización del proyecto y hago la propuesta a Meli. Yo en Brasil y ella
en Argentina, comenzamos el proceso de entender cómo se daría esta realización y después
de inúmeras idas y venidas conseguimos encontrarnos en Río de Janeiro. En el proceso de
materialización y memoria, este diario multiplano de escenas entorno a una única cuestión, la
potencialidad sagrada creadora de cada Ser, la nueva energía que se desprenderá de la
presencia y cocreación colectiva, y la liberación de las redes de control que impiden
activamente que ese hecho se dé.
7 Onda y partícula.

Meli: La lucha continua, digo lucha porque así me siento, batallando contra pensamientos
negativos. Contra la pereza que dice “deja, no tienes que hacer nada solo fluir”. Pero en ese
fluir solo vivo en la mente, en la ilusión. Y veo mi sueños pasar y mis emociones arrasar, y veo
que la comprensión se aleja y el dolor crece. Digo lucha porque lucho contra una parte de mí a
la que le gusta manipular, sentirse superior y llamar la atención. Los veo, están ahí y se
abusan de todas mi intenciones. Contaminan todo, disfrazados de gran ego, de gran cualquier
plan. Escribo porque me duele la garganta y las palabras no me salen y el tiempo pasa. La
sensación del tiempo perdido o de que ya es tarde. Si estoy recién conociendo el tiempo cómo
podría ser tarde.
No me gusta sentir que no sé, me cuesta entregarme al misterio del futuro, tengo valor y ganas
pero algo me frena. Anoche le pregunté a mi doble etérico ¿qué hago para trascender el
miedo? Me desperté sintiendo que la respuesta era ir a Brasil.

Matías: Para hablar de viaje tendremos que hablar de tiempo y para acceder al tiempo habrá
que entender la eternidad. Hemos sido atrapados en el huso horario planteado por los grupos
de control, y para recuperar nuestra libertad hemos de invertir esta secuencia abriéndonos al
ciclo espiral y retomar el viaje hacia el infinito sobre la fuerza sagrada del tiempo. No hay final,
no hay muerte, no hay interrupción. No hay arriba, no hay abajo, no hay superior, no hay
inferior. Cada uno somos una gota de conciencia del océano de la Divinidad experimentándose.
Cada átomo de nuestro cuerpo es Dios en presencia y nuestras células son Dios en esencia.
Somos espíritus eternos, con la maravillosa oportunidad de experimentar la forma biológica que
el planeta Tierra nos ofrece. El ahora está sucediendo como un desplazamiento, el presente
nunca acaba, es el movimiento del espacio, de nuestro espacio, a través del tiempo.
Por eso, para integrar nuestra materialidad y nuestra conciencia infinita, nuestro tiempo y
nuestro espacio, tenemos que tener una clara visión del escenario cósmico en el cual estamos
interactuando con la vida. Hemos de recuperar el eje vacío desde el que emana nuestro Ser y
así corregiremos el error de percepción de nuestra mente. Desde el vacío al cuerpo, del cuerpo
al cuerpo cósmico. En el cuerpo cósmico todas las relaciones. La simultaneidad es la clave,
nada es antes, nada es después.
Este giro invierte las manecillas del reloj sistémico que nos ata a su entropía artificial. Entropía
que claro que tiene un flujo, el flujo de los intereses antihumanos por los cuales hacen
ganancia a partir de nuestras vidas y es por tanto el flujo de la desintegración de nuestros
sueños. La inversión requiere de un esfuerzo gigante. Tenemos que oponernos activamente al
caos organizado que existe a nuestro alrededor, desmagnetizarnos de su red inversa y
conseguir magnetizar la red sintrópica natural y espiritual. Esto merece una mirada más
detallada. La entropía es descrita como la magnitud termodinámica que indica el grado de
desorden molecular de un sistema. La sintropía es lo contrario, es el grado de organización de
las partículas dentro de él. Recordando que todo es un fractal de todo, al hablar de partículas
hablamos también de personas. Y como individuos dentro del gran colectivo humano podemos
estar haciendo parte de la red entrópica, que las corporaciones de extracción de energía social
propagan como movimientos de progreso económico. Progreso que ni la Tierra ni los espíritus
individuales atestiguan de ser verdadero pues solo demuestra una mayor desintegración entre
individuos y colectivo, colectivo y naturaleza. O por el contrario, hacer parte de la red sintrópica,
donde los humanos estamos abogando creativamente por la integralidad y el orden sistémico
natural, donde, por efecto de la plena conciencia de la unidad de todas las cosas nos
reconocemos como partículas integrantes en lo ya existente, y desde una perspectiva de
preservación y creatividad, colaboramos con el fin de convivir en nuestro amado planeta.
Esta visión y la visión cuántica se complementan.
El experimento que dio vida a la teoría cuántica fue el siguiente: los científicos observaron que
al emitir protones sobre un fondo, esta emisión tomaba forma de una onda, y que cuando
intervenían el experimento con un observador, el chorro de protones se subdividía en
partículas. ¿Qué es lo que nos quiso enseñar realmente este experimento a nivel conciencial?
Que aquello que no es observado se mantiene cohesionado en forma de onda, un conjunto
parejo de partículas todas articuladas en el mismo movimiento. Y que, en el caso de poner un
observador sobre la acción, la onda se desintegra, y desaparece para quedar solo las
partículas individualizadas. Si volvemos al ejemplo de la entropía y la sintropía, podemos ver
que ambas se organizan como ondas de movimiento, siendo la primera una onda de
movimiento desintegrativo y la segunda una onda de movimiento integrativo. Si aplicamos este
experimento a la vida cotidiana veremos que nuestra participación en la onda entrópica, nos
llevará por el camino de la desintegración de nuestra naturaleza, a favor de los intereses
corporativos alien y su explotación de nuestro entorno y nuestra energía. Nada cambiará
mientras no apliquemos nuestro observador sobre este proceso y nos mantengamos
cohesionados a la gran red de degradación general. En cuanto nos desmagneticemos y el
observador preste atención a sus actos conseguiremos individualizarnos lo suficiente, como
para tomar decisiones que nos lleven a sincronizarnos con las ondas sintrópicas.
Esta nueva onda sintrópica, que responde a la integralidad de las partículas en el sistema y
que, en el caso de nuestros cuerpos humanos, implica la integración por igual de todas sus
partes, conllevará el arduo trabajo de retirar a la mente externalizada de su posición de poder
sobre la experiencia, e invertir todas las corrientes predominantes conocidas y resurgir como un
sistema colaborativo en el cual todas sus partes desempeñan su función particular a favor del
todo unificado.
Esto es la muerte del ego. Muerte que sucede gracias al silencio que el espíritu impone a la
mente con el fin de resucitar en el yo físico. Mente que habrá de acostumbrarse a escuchar
para interpretar hasta la última célula partícula del sistema cuerpo humano.
¿Por qué es esto una muerte? Porque nuestra masculinizada e invertida cultura científica y
mística creyó que el observador era el fin último en sí mismo, dando la razón a los dioses
obsesores que nos observan llenos de juicios de valor destruyendo nuestra onda natural de
unidad como crueles engendros jugando con su experimento particular.
Con ánimo de integrar todas las dualidades, entendamos el principio femenino como la gran
onda que nos mantiene cohesionados a la vivencia, el cuerpo, lo físico, lo materializado, lo
experimental. Entendamos también el principio masculino como la particularidad del derecho a
la observación de la experiencia, la creatividad, la mente. Como bien muestran los genes, el
gen femenino es XX, doble femenino, y el gen masculino es XY, femenino masculino. Esto nos
demuestra que la matriz femenina de la creación se sustenta como una onda de lo femenino a
lo femenino y que su aspecto complementario, lo masculino, XY, se muestra como una onda
que se transforma en partícula de observación masculina dentro de la onda de vida femenina.
Así conseguiremos entender la creación tal como ella verdaderamente es, una onda de energía
femenina en la cual asumimos la masculinidad para comprender nuestra particularidad dentro
de ella. Y podemos ver como las etapas del desarrollo de nuestra conciencia responden a este
patrón elástico entre fusión con el colectivo e individualización para la investigación y
actualizaciones de nuestro espíritu individual. El principio de la experiencia, el campo relacional
donde el amor prevalece es una onda de energía femenina, la observación y cuidado de la
preservación de esta onda es una actitud masculina.
Bienvenidos al universo experimental, escuela de nuestra voluntad unitaria primordial, lo que ha
sido dividido ha de volver a juntarse. Los cursos son: lo colectivo y lo individual, la onda y la
partícula, lo femenino y lo masculino. Y el Tao, como expresión unitaria de lo doblemente y
correlativamente aspectado.
8 Arriba y abajo.

Meli: Estoy viendo que mi realidad es tan poco real y me apena, pero me anima a descubrir la
verdad. Vivo en el mundo de las ideas, de las ideas contaminadas, catastróficas, hasta ahora.
La manipulación sigue, percibo bloqueos que aún no sé destrabar. Cuando dejo de pensar me
doy cuenta que solo puedo aceptar la verdad aunque duela, aunque no me guste. Voy a
neutralizar la carga, esta es la oportunidad de descubrir en presencia lo que siempre soñé, esta
es la oportunidad de romper esos vínculos viciosos con estos seres, que me hicieron creer que
eran mi familia, y a quienes con el amor inocente de una niña, les abrí las puertas.

Matías: La hipnosis con la que nos limitan al tiempo lineal nos hace creer que existimos
nosotros, los pecadores, los demonios que nos devoraran en el infierno y los ángeles y el dios
bendito que nos perdonara ulteriormente. Como el esfuerzo para salvarse parece casi imposible
mejor nos quedamos sentados mirando la televisión, engordando, y dejando pasar nuestros
sueños. Desde las noticias nos informan de las cuatro calamidades que están sucediendo y de
esta forma sostienen el cometido del pesimismo y el miedo en nuestras vidas. ¿Habrá vida en
otros planetas? ¿Será que no estamos solos en el universo?
Estamos ampliamente acompañados por todos los seres que existen en todas y cada una de
las dimensiones de este Universo. Cada dimensión configura el espacio y el tiempo a su
manera, y los seres que las habitan son el resultado de estas configuraciones. Y en nuestro
caso terrenal, somos lo humano bio del planeta Tierra y vivimos un relacionamiento en paralelo
con todos aquellos seres que han interactuado activamente con nosotros. Toda relación en la
cual se interviene el proceso evolutivo de otro genera karma. Y esos karmas, o helos
relacionales en desarrollo, han de llegar a una resolución para que los seres implicados, se
sientan compensados y armonizados dentro de la vivencia. Los seres de las estrellas que han
intervenido nuestra naturaleza, para bien o para mal, están interligados a nosotros. Para
entender esto se puede extrapolar a las relaciones familiares entre nosotros humanos, donde,
una vez establecido el helo relacional, ambos seres serán afectados por él hasta producirse
una eclosión, una maduración o liberación del proceso que la relación inició.
Todo bloqueo que se haya generado durante la etapa de nuestro desarrollo es una
consecuencia de la incomprensión de nuestros lazos humanos normales. El que hayamos
conseguido no fluir y dejar de comprender la simpleza de nuestras relaciones, ha sido debido a
la intervención mentalista de los seres que vinieron de las estrellas con intención de dominar.
Una vez el esquema de dominación se instauró en nuestras relaciones y la mente comenzó a
dominar al ser integral perdimos la noción de lo real y como quien quiere correr sin usar las
piernas, batallamos con nuestra incongruencia. Somos hermosos seres del mundo orgánico
compitiendo por conseguir un nombre en el salón de la fama del mundo virtual de las ideas.
Han sido muchas las formas de vida que han venido del espacio. Cada grupo ha venido con
sus intenciones particulares, y algunos han sido respetuosos y generosos y otros no tanto.
Algunos han compartido, otros han dominado. Y todos ellos, están ahí, conectados a nosotros,
genética, sinestésica y telepáticamente, a través del cuerpo y la mente. Todos podemos
abrirnos al lenguaje de contacto con las esferas estelares si queremos. Quien tenga interés
será contactado rápidamente por su grupo de influencia positiva, sus guías y familias estelares.
Los seres de influencia negativa prevalecen pues han creado una red artificial que nos aísla del
resto del cosmos, por lo general no los notamos pues estamos acostumbrados a que nos
chupen la energía y a interpretarlos en nuestros dramas. Solo se harán patentes cuando el ser
quiera liberarse de ellos. Es ahí cuando comienzan sus campañas de intimidación para no
perder a sus trabajadores de la fábrica de alimentación de energía humana.
La ley del libre arbitrio, que es la ley que representa a este universo experimental, permite que
las formas de vida inmaduras experimenten a su antojo con el fin de ir ganando experiencia en
el equilibrio sistémico de ésta. Este universo es una gran escuela para seres sin experiencia en
la vida. Esto nos sitúa a todos en la misma línea. Este es otro axis fundamental que hemos de
comprender, hemos de ser activos en defender y recuperar nuestro territorio y plantar cara a
los abusadores, de la misma manera que hemos de ser ecuánimes y entender que todo ser
tiene su derecho a la experiencia, en especial aquellos que al igual que nosotros, necesitan
vivir para aprender.
Actualmente estamos viviendo el final de un gran ciclo, donde finalmente la humanidad del
planeta Tierra está ante la posibilidad de reclamar su lugar dentro de la historia universal, pues
ya somos capaces de diferenciar las manipulaciones de los grupos de poder y no caer
inocentemente ante los fuegos de artificio, con los cuales nos hacen creer que son nuestros
dioses creadores. Aun así, estamos sólo al principio de la emancipación pues existe un Equipo
de Control Mundial, aquí en la Tierra, formado por los herederos genéticos de los engendros
surgidos de las mezclas de los dioses máquina con los seres humanos, que se valen, además
de la manipulación mental, de ritualística pesada, asesinatos, torturas, violaciones, con el fin de
contaminar nuestro mundo físico y mental con sus ondas de propagación de la violencia
supremática. Con estos rituales consiguen que el deseo de dominación se infiltre en nuestras
vidas, pues se aprovechan de las fases de la luna y de todos los ciclos de poder del calendario
cósmico, equinoccios, solsticios, eclipses y demás fenómenos estelares, para amplificar e
impregnar nuestra red sensomental atmosférica con la crueldad de sus actos. Haciendo
reverberar su violencia en todos los rincones del planeta.
¿Nunca se han preguntado de donde surge la crueldad gratuita en adultos y niños? ¿O cómo
somos capaces los humanos de las atrocidades más violentas con nuestros propios seres
queridos? O la normalización de los genocidios y las violaciones, etc. Estos ritos llevan siendo
perpetrados desde que estos seres existen en la Tierra hace muchos miles de años, además
de su aspecto de control a través del miedo, está el propio placer violento que estos monstruos
híbridos alcanzan por medio del sufrimiento y violencia sexual.
La estrategia que la Federación Espacial propone es desempoderarlos a ellos y empoderarnos
a nosotros. La activación de hombres y mujeres terrestres empoderados en la Luz es urgente.
Necesitamos un aumento drástico de la población iluminada para poder garantizar la vivencia
espiritual en este planeta. Con este libro no pretendo forzar los caminos de evolución de ningún
ser, pero sí pretendo ayudar al despertar espiritual de muchos humanos que han nacido con la
luz de la conciencia búdica latente. Si hace veinte años hubiese encontrado un códice que me
hubiese dado las respuestas que estoy dando en este libro, habría llorado de alegría durante
muchos días.
Reforcemos el diálogo telepático y sensorial con los seres de la coalición de la luz que están
aquí, cuando necesitemos ayuda. Fortalezcamos la unidad de conciencia múltiple que vibra en
el Gran Espacio como fieles representantes de la especie humana y del planeta Tierra como
hogar. Los elementales siguen a nuestro lado reclamando nuestra recuperación de la
conciencia terrenal. Y nos invitan a hacer uso de los elementos como las fuerzas alquímicas
existentes que aumentaran nuestra influencia de paz sobre el campo vibracional terrestre. No
necesitamos basarnos en ritos arcaicos o ancestrales, podemos inventarlos, lo importante es
reunirnos y hacer uso del aire, del fuego, del agua y de la tierra para expandir nuestras
intenciones de armonía, creatividad y amor a la red planetaria de vida.
También están aquí los grupos que están terminando su curso en la universidad de la vida,
grupos que para graduarse tienen que resolver los problemas que en el pasado crearon para
los humanos, también ellos merecen nuestra confianza, son nuestros hermanos mayores,
culturas y civilizaciones de las estrellas que en algún momento fueron como nosotros y que han
dado el salto que nosotros podemos dar. Recuerden, no hay linealidad, son muchas las líneas
de tiempo y evolución que se entrecruzan y quien está en el camino de pulir el diamante
merece nuestra confianza.
Defendamos nuestra línea conectiva orgánica, somos seres que se organizan en el eje tierra
cielo, mantengamos el foco sobre nuestra integralidad biológica como anclaje de nuestro
espíritu, para superar siglos de desconexión a nuestros cuerpos.
Siempre estemos atentos a la codependencia espiritual. Nos encanta salirnos del cuerpo y
flotar en el mundo astral con los seres extradimensionales, no es ese nuestro cometido como
humanos de la tierra, nuestra verdadera misión consiste en dar anclaje a nuestros espíritus en
nuestros cuerpos físicos y hacer de la vivencia entre humanos el paraíso celestial terreno que
necesita ser vivido. Junto al reino animal, junto al reino vegetal, junto al reino elemental, ya
vendrán los extraterrestres a visitarnos si decidimos que son bienvenidos.
Si la lucha está muy pesada, solicita ayuda a los seres extraplanetarios, pero hazlo solo
cuando no encuentres herramientas en tu propia fuerza, pues todos los atributos sagrados que
hay en ellos también existen en ti. Si tienes relaciones íntimas de devoción con ellos entiende
que eres una expansión fractal nacida aquí en la tierra para cumplir con el cometido de sus
misiones, y asume tu encarnación terrenal y el encuentro con tu tribu y mónada como
concretización de tan hermosa misión estelar.
De la misma manera que somos activos en conectarnos con la omnidimensión y nos abrimos a
la colaboración colectiva y diversa a favor del despertar, hemos que ser activos en liberarnos
de la dimensión parásita que ha conseguido ocupar nuestras conciencias. Esta dualidad ha de
ser tomada en cuenta durante la fase de transición. De nada sirve correr por los campo de
flores con las mariposas si cuando nos sentimos cansados se nos meten los obsesores y
creamos confusión y malestar. Tampoco hay que juzgarse por qué estos estados aparezcan.
Simplemente muestran la dualidad que estamos habitando. Cada quien puede reconocer las
voces que ocupan su espacio mental, y observar cuáles son los comportamientos instalados en
nosotros.
Los obsesores están aquí, en el espacio que hemos vuelto invisible. Aquí donde deberíamos
estar viviendo y bromeando con los elementales, aquí y ahora, están los obsesores. Siempre
atentos a deslizarse en nuestra psique a través del diálogo telepático, para tomar nuestro
pensamiento y envenenarnos con su obsesividad. Nunca nos daremos cuenta de que esto es
así, si no comenzamos por aceptar la gravedad de la situación espiritual en la que nos
encontramos. Si atendemos a este llamado de atención, podemos empezar a dudar de que
somos nosotros, los seres orgullosos, envidiosos y mal intencionados que parecemos, para ver
el escenario de forma ampliada. Y en el momento que nos encontremos siendo negativos y
pensemos que quizás esa negatividad está siendo insertada en nuestra psique, es que
comienza la realidad y su dura batalla por el despertar.
Así podremos mirar a nuestros padres y demás hermanos humanos y ver que somos todos
víctimas de la misma caída dimensional. Que nos matamos y segregamos solo por la influencia
de los seres que sacan partido de nuestra enemistad. Y que, con nuestra simple voluntad
creadora, los podemos aislar. Podemos porque poseemos la misma voluntad creativa
constructiva de realidades que le hemos adjudicado al gran sagrado dios externalizado. Nuestro
pensamiento y palabra son mandatos específicos que reverberan en el campo causal creando
exactamente aquello que contienen. Así que seamos limitantes y proyectivos de nuestra
voluntad a través del pensamiento y la palabra, y generemos un diálogo directo con ellos desde
una posición firme de limitación donde retiremos el poder que les damos y lo recuperemos por
la fuerza de nuestra voluntad, creando las condiciones específicas que les impidan volver a
acceder nuestras conciencias. El trabajo es mental y sensorial, han de salir tanto de la
comunicación telepática como de los espacios que han colonizado dentro de nuestro cuerpo. El
orden astral es esencial, tanto como el terrenal, hemos de dialogar y poner límites en todas las
dimensiones pues quien lo haría sino nosotros mismos. Usemos la fuerza de nuestro animal de
poder, mostrando la fiereza de nuestra agresividad cuando sea necesario, algunos seres solo
aprenden dentro de la confrontación directa.
Claridad, firmeza y constancia, pues en otras vidas hemos hecho contratos, votos y otras
aberraciones rituales de los cuales hay que liberarse, son lazos etericos. Les hemos dejado
ocupar nuestra conciencia a voluntad. Hemos sido condescendientes con ellos durante siglos,
adorándolos como a dioses, y orándoles, pidiéndoles favores como siervos. En muchas vidas
hemos sido monjes y monjas cerrando pactos de obediencia, de pobreza, de celibato y demás
entregas del poder. Incluso hemos querido ascender a través de la escalera de sus jerarquías.
¿Porque? Por qué esa es la referencia de espiritualidad y poder religioso que ha sido instalada
en nuestras culturas, por las razas y especies extraterrestres que han colonizado nuestro
planeta sabiendo mezclarse entre nosotros. Seres que responden al patrón evolutivo de la
dominación, la supervivencia y la violencia sistémica como forma de relacionamiento, son, la
peor parte de nosotros mismos, y sus genes también pugnan desde nuestras gónadas en
ganarle el terreno a nuestras memorias de luz.
Quitando unas pocas tribus, los seres humanos somos híbridos. Los dioses bajaron del cielo y
se mezclaron con las hijas de los humanos. Sus genes están en nosotros. Ser híbridos significa
que vibramos en sintonía con cualquier información que sea familiar a nuestra configuración
híbrida genética. Vibramos en sintonía con las intenciones estelares de los seres que vinieron
de las estrellas, con la de los animales, las plantas, los elementales y el planeta. Tenemos los
genes de esos seres dentro nuestro, desde los más luminosos hasta los más tórridos y
aberrantes. El menú es extenso y depende de cada uno interpretarse y reforzar los códigos
genéticos de la luz o de la desconexión. Sin conciencia de esto, somos, en el mejor de los
casos, zombis que dan su energía cada día al proceso de destrucción de nuestro planeta. Si
tomamos conciencia de ello, podremos empezar nuestra participación de la emancipación del
control, y si completamos ese camino, seremos seres libres orgánicos e iluminados.
El escenario es el siguiente. Los dioses dominadores regionales existen y mantienen el control
vía telepatía desde sus respectivos planetas, soles o lunas. Los cultos y sistemas de adoración
nos hacen enviar energía a ellos, lo que refuerza su hegemonía externalista. Aquí en la Tierra,
sus descendientes se organizan en grupos de control financiero, que propagan las guerras,
enfermedades, pésima calidad de la comida, industria farmacéutica, industria de la información,
cine y música. Además, realizan rituales de tortura y abuso sexual en los momentos de mayor
poder energético para inundar la red planetaria con esa señal de deseo compulsivo y
comportamiento agresivo. De esta manera consiguen que la energía tanto el campo psíquico
mental como el químico físico esté usurpados por su hegemonía de dominación y violencia.
Esta es la red que funciona como una cárcel magnética. En el campo astral de nuestra
atmósfera, en lo invisible que nos rodea, tenemos una fiesta del terror donde todo tipo de seres
del inframundo viven alimentándose de la mala energía que se desprende de nosotros. Para
terminar el cóctel, la propia biología propone su propio reto, si usamos el cuerpo para abusar
de la materialidad, por ejemplo en la alimentación, el aumento de los microorganismos
parasitarios permite que estos preponderen internamente por encima de las células y se
instalen como los emisarios de sus propios intereses comunicándose a través del sistema
nervioso de forma que acabemos viviendo para alimentarlos.
Además de los agresores también existen los manipuladores *amorosos*, especialmente los
que han querido aprender a amar junto a nosotros, se nos pegan como amigos egocéntricos
pasivo agresivos, que quieren sacar provecho hasta la última gota, de la oportunidad evolutiva
que la relación con nosotros les da para abrirse camino a la dimensión divina. No nos
engañemos, puede que no sean los peores, pero siguen siendo de la misma naturaleza
interesada en querer aprovecharse de la característica afable y pacífica de la especie humana.
En este momento en el que la Tierra se muestra como el aeropuerto interespacial donde
encarnan todos los protagonistas de la cuestión evolutiva general que ha afectado al planeta,
los seres involucrados en el gran drama evolutivo también están presentes como expansiones
fractales en cuerpos humanos.
El desafío de la evolución no es una broma. Recuperar el estado unitario nos ha llevado
muchas vidas. Ahora es el momento.

9 Desprogramación.

Meli: ¿Existe la cocreación del libro? anoche hablé con Matías.


¿Realmente necesito ese conocimiento? ¿Y si la respuesta fuera no? Hay tanta confusión en
mi interior, cuando pienso en soltar el proyecto me desespero, como si estuviera soltando algo
que me hace bien. Siento que es algo importante y siento ánimo de su realización. Pero en
esta confusión, los sentires incomprendidos, la batalla en mi mente, el ánimo que decae y la
falta de vitalidad y energía, me dejan dudando de que dirección escoger.
Pero acá estoy, me recuerdo ser creadora de mi realidad, y las ganas de expresarme, aún sin
comprender, están presentes. Quiero escribir para liberar las voces que hay en mí, para liberar
mi alma de lo que supone ser una cárcel.

Matías: La red de usurpación de nuestro espacio-tiempo está muy bien instalada en nosotros.
Comienza con la desviación de nuestra atención a lo externo, una vez desconectados somos
obligados a cumplir con tareas dentro de reglas horarias. Distorsión temporal que termina con
la asignación de etiquetas de valor, superior o inferior, bueno o malo, aceptable o rechazable.
De acuerdo al grado de sumisión al cumplimiento de las tareas designadas, seremos
recompensados con el estatus de seres aceptados en el paradigma de control y nuestros
estados de felicidad y sufrimiento se someterán a este mecanismo. La atención a lo externo
dará como resultado que el tiempo se acabe midiendo en relación a quien posee el control
sobre él, padres, instituciones, empresas, religiones, como dictaminadores del valor de nuestra
experiencia.
Dentro de los parámetros de tiempo robado poco dura la atención a los sutiles planes de la
delicada tarea de la recuperación del tiempo personal, ¿qué sentido podría tener poner energía
en aquello a lo que nadie pone energía? ¿Qué sentido tendría prestar atención a aquello a lo
que nadie presta atención? y ¿qué sentido tendría comprender aquello que nadie quiere
comprender? El efecto y la fuerza de la red de entropía es absoluto y se manifiesta como una
hipnosis generalizada en la cual compartimos una realidad imaginaria, donde creemos hacer lo
correcto mientras nos alejamos más y más de nosotros mismos.
La realidad sintrópica, el amor, la comunicación, las relaciones verdaderas, no pueden ser
impuestas, su flujo depende de la reciprocidad, estímulo que surge de lo que queda despierto
del espíritu y que se fortalece en el encuentro con la raíz de la energía física natural. El acceso
a la dimensión unitaria es a través de los otros, de los que comparten la incondicionalidad del
amor por la presencia viva del espíritu encarnado. El trabajo de reconocerlo es personal.
Sin acceso al vacío primordial de donde nuestro valor emana, al silencio inicial donde el Ser se
crea y descansa, nos veremos privados de la fuente de nuestra propia existencia y perdemos la
referencia de ser quienes somos. ¿Sabes quién eres? ¿Eres tus registros genuinos de
identidad o un conjunto de órdenes de corte puramente funcional? Si todo proceso que vives lo
filtras comparándolo con lo externo, atendiendo minuciosamente a la tensión y rigidez que la
obediencia al programa de lo superior te propone, quizás sea la hora de un poquito de
desprogramación.
Para muchos, salir de este patrón de conducta se transforma en un misterio. ¿Me tendré que
volver un místico ahora? ¿Tendré que abrirme a oscuras experiencias iniciáticas en extraños
rituales? Puede ser. Puede que tengas que vivir algunos momentos de descontrol sistémico
para darte cuenta que eres tú quien sostiene la experiencia de la presencia viva de la Divinidad
en tu cuerpo conciencia. Pero realmente, no existe ningún misterio, más allá de una vida
multidimensional con acceso a realidades nunca soñadas, elementales, reinos mágicos,
infinitud de extraterrestres benignos y malignos, seres de morfologías nunca sospechadas y
demás dimensiones a las que accede cotidianamente la percepción de cualquier niño humano
antes de ser sesgado.
No existe el misterio sino que existen los tabúes, los velos, las mentiras que hemos aceptado,
que son las que impiden ver la magnífica grandeza del mundo y del cosmos que nos rodea. Si
nadie presta atención al elemental que ríe a tu lado, llegará una hora que también tu pierdas
interés en él, pues lo que quieres es integrarte, hacer parte del mundo que tus padres
proponen. Quieres formatearte, quieres coexistir y cocrear. Y todos lo conseguimos, solo que
pasamos a ser parte de la creación propuesta por las élites de control mundial. Negando
nuestras naturalezas sensibles, negando nuestros impulsos individuales creativos. Negando
nuestra colectividad y raíz. Negando nuestras formas divertidas y únicas de posicionarnos ante
el mundo.
Imaginen a esos clanes de humanos primitivos, aquellos ancestros nómades, cuando vieron
bajar del cielo esas naves espaciales gigantes, viendo descender a esos seres inmensos,
llenos de pompa y sofisticación. Nos hemos quedado clavados en ese preciso momento, tan
impresionados con lo alien, lo nuevo y diferente, que nunca más pudimos prestar atención a
otra cosa que no fuera la externalidad.
Esta vez la novedad viene de lo olvidado, de lo terreno, cósmico y del vacío eterno del que
todo emana. Pasar de vivir con la atención de nuestro 5% de capacidad consciente neuronal a
abarcar el 100% de nuestra vida sensointeligente multidimensional nos expandirá en el Uno
que cada uno es.
Si conseguimos darnos cuenta que existe una resistencia profundamente grabada en nuestra
programación, nos daremos cuenta que esta investigación, que este intento de poner al
derecho lo que está al revés es como vender el alma al diablo. Estamos haciendo lo contrario
de lo que nos han enseñado que es lo que hay que hacer y lo que es bueno. Estamos
prestando atención al cuerpo en vez de a la mente, al diablo en vez de a dios. Toda nuestra
organización cultural dice que esto está prohibido. ¿Te asusta lo que lees? ¿Sientes al obsesor
nervioso pues los velos ante los que se esconde empiezan a caer? Nuestras raíces religiosas
occidentales dicen que arderemos en el infierno si por un momento nos atrevemos a hacer algo
así. La manzana, la serpiente, Eva, el árbol del conocimiento, etc…, son todas claves de
negación de acceso a lo femenino y por tanto al cuerpo, pues, los propios creadores de esos
mitos y leyendas son los principales interesados en que sigamos engañados, produciendo
actividad para ellos y solo para ellos.
Así que existe un pesimismo y una negatividad, un miedo y violencia instaurada en nuestros
registros arcaicos de memoria, en las áreas de sombra y manipulación, donde han insertado
mecanismos de auto rechazo, desvalorización y bloqueos, muy bien estudiados. No seamos
inocentes a este respecto porque el primer paso será estar atentos a cómo impiden que
volvamos a nosotros. Mientras no saltemos esos muros, todo esfuerzo será en vano. No
seamos inocentes con las religiones y caminos que abogan a una inteligencia superior que lo
crea todo. O existe determinismo o existe participación y cocreación. O existe el creador o
existimos los cocreadores. Es una contradicción creer que ambos casos puedan coexistir.
La Tierra no pasa por el mejor momento de su historia cósmica. En este momento estamos
inmersos en una guerra multidimensional por la hegemonía de la energía que nosotros y
nuestro planeta produce. Estamos en una batalla que se libera en todos los frentes, en
nuestras mentes, cuerpos, espacios vecinales, planeta y cosmos. En el espacio, nuestros
hermanos cósmicos frenan el avance de corporaciones alien de explotación de recursos que
quieren transformar la Tierra en un campo de trabajos forzados bajo el control único de una
élite fuertemente armada por ejércitos ciborg. ¿Es esto creíble? Sin duda es más creíble que
las creencias en los absurdos mitos de creación que respetamos como raíces culturales
verdaderas, mientras vemos que el resultado a esas creencias son las masacres entre
hermanos humanos, guerras y epidemias creadas con el único fin de ganar dinero y poder.
¡Humildad! Humildad para aceptar que la Divinidad está en todo, pues humildad nada tiene que
ver con sumisión, y ¡Dignidad! Dignidad de levantarnos contra las estructuras falsas de
manipulación, pues dignidad nada tiene que ver con orgullo.
Si nos comprometemos con el trabajo personal de integración de la mente al todo físico, nos
encontraremos más temprano que tarde con el Tiempo Real. Espacio donde cada uno se auto
interpretará como un ser expandido en conciencia y vibración, y por lo cual, nos
acompañaremos cocreativamente, formando los colectivos armonizados por los que
danzaremos en ondas de reconocimiento y aprendizaje, recogimiento y expansión, libres en el
arbitrio sobre nuestras propias experiencias.
10 Ontomateria.

Meli: Quiero asumir el riesgo de mirar para adentro, de ver con claridad, quiero conocer mi
cuerpo. Cuando logro pasar por él y encuentro el flujo de la fuerza que está ahí, entro en
estado de calma. Dura poco, observo que la rapidez mental disminuye su frecuencia y el
rosado magenta se asienta en mi tercer ojo. Necesito espacio para asimilar lo que siento.
Sé que la verdad está en el corazón. Pero en el corazón libre de ilusiones, libre de todo. Dejar
de confundir todo eso con ego y con falta de humildad, el pensamiento hace que fluctúe pero
cuando estoy aquí y ahora todo es calma.
A 4 días de un viaje que no sé a dónde me lleva, y me gusta y me asusta. Matías aún no sabe
que compre un pasaje, es que no sé si hablarlo, siempre me pasa que cuando digo lo que
quiero hacer es como si se boicoteara, por algún motivo, razón o circunstancia termina por no
suceder, las acciones impulsivas de las que casi siempre dudo, temo o juzgo, son las que me
dan sensación de vida, las que me hacen latir el corazón con ganas.

Matías: Es difícil bajar y entrar en el cuerpo en un mundo en el que los humanos vivimos
atentos a emitir juicios sobre los demás. Cada pensamiento es una estrategia dentro de la
comparación, con el fin de agredir antes de ser agredidos. Esta actitud pasa desapercibida
cuando estamos sintonizados con la red de control, nada es extraño cuando compartimos los
mismos pensamientos obsesivos sobre enfermedad, dinero, posesividad, política, racismo y
religión con nuestro entorno, nuestro diálogo encaja con los códigos de lenguaje que usa la
mecánica de juicio. La mente en sí misma, no es el problema, el problema está en la atención
que la mente da a aquello que no es su propia vivencia. De hecho la mente está cumpliendo
en todos nosotros su tarea específica de crear nuestra realidad, solo que su creación actual no
va más allá del guión preprogramado por la virtualidad.
Como ya comente, este tipo de aceleración del pensamiento responde a las ondas beta de
velocidad mental. Cuando prestamos atención a nuestra fisiología, nuestras emociones,
sentimientos e imaginación, activamos las ondas alpha y theta. Cuando descansamos
profundamente o simplemente prestamos atención al latir de nuestro cuerpo corazón por tiempo
suficiente, se activan ondas delta. Las ondas beta existen para la resolución de cuestiones
prácticas, mientras que las demás ondas nombradas adentran a la mente en el vehículo físico.
El espíritu sólo consigue manifestarse cuando encuentra unidad, unidad entre cuerpo y mente
como portal para su presencia. El elemento aire, que es el que sostiene la proyección mental,
ha de ser expandido por medio de la respiración a todas las células de nuestro cuerpo,
recordemos que las células respiran, llevemos aire a todas ellas, pues existimos en unidad.
Solo y a partir de esta unidad es que alcanzaremos las maravillosas ondas gamma del éxtasis
existencial total, ondas que se dan en el contacto cocreativo con los seres expandidos en su
divinidad.
Lo que las ondas mentales nos demuestran es que todos sus estados están activos al mismo
tiempo si tenemos la amplitud y la expansión para que esto suceda. Podemos estar en el vacío
absoluto de las ondas delta en un momento de fusión con el Todo, y pasar a desarrollar una
actividad cotidiana dentro de las ondas beta, podemos relajarnos en las ondas alfa y ensoñar
en las ondas theta, podemos extasiarnos creativamente en las ondas gamma. Podemos ser
elásticos y expandidos dependiendo de las circunstancias y de nuestra predisposición a
responder a las circunstancias. Comencemos por silenciar la mente para recibir la expansión de
los órganos del cuerpo, para ir acercándonos cada vez más al portal por el cual abriremos el
acceso permanente de nuestro espíritu al mundo físico, cuando esto suceda toda nuestra
percepción cambiará, cuando esto suceda solo magnetizaremos con aquello que es espíritu
puro manifiesto.
Para que un magnetismo de este tipo se dé, habremos de adentrarnos en la transformación de
nuestra estructura, de una vivencia de contacto mental con la ilusión implantada, a una
experiencia de expansión integral, o sea una reconexión al todo que todo lo incluye.
Así que tenemos nuestro espíritu inmaterial por una parte y nuestro cuerpo manifiesto material
de otra, y entre ambos, los siete atributos de la conciencia.
Cada uno de estos aspectos representa una expresión fractal del propio espíritu, de la misma
manera que la luz al cruzar el prisma da lugar a los siete colores del arcoíris. Para nosotros,
los espíritus humanos de la tierra, estos siete colores se ordenan en el eje vertical tierra cielo.
Este es, el eje fundamental que da coherencia al flujo electromagnético de la energía y la
conciencia, que se ordenan por causa de la fuerza que emana del núcleo magnético terrestre.
Fuerza que atraviesa la corteza hacia el espacio creando la atmósfera en la que vivimos.
Es fundamental visualizar esto para entender y sentir que la verdadera fuente de energía que
nos da la vida y la luz que da expansión a lo material, no viene, como nos han hecho creer, de
lo no manifiesto, inmaterial, intangible, lo dios, etc., sino que viene, del simple núcleo
energético del centro de nuestro amado planeta. Desde su núcleo corazón, este espíritu que ha
querido experimentarse en la forma de un planeta, expande su conciencia creando las
condiciones para que existan el mundo mineral, el mundo vegetal, el mundo animal y la
atmósfera en la que viven nuestros cuerpos humanos. La energía que este ser expande es luz
pura, y es ésta luz la que hemos de integrar como el elemento etérico primordial, que solemos
atribuir erradamente a confusas fuentes espirituales. Este es el eje vertical sobre el cual se
organizan todas las formas de vida, desde la tierra al cielo. El árbol de la vida.
La tierra se configura como un campo de energía toroidal, ver gráfico, que entre sus dos polos
distribuye la energía que fluye desde su núcleo retroalimentándose. El vacío que se revela en
el centro como el espacio no manifiesto forma el eje del toroide, desde este magnetiza las
partículas de luz, que darán soporte a la manifestación. Dentro de este campo electromagnético
cada ser vivo es también un espíritu que elige expandirse hacia la materia para experimentarse
y relacionarse, y cada uno de ellos se organizara a su vez como un campo toroidal. En nuestro
caso como humanos, expandimos y sostenemos nuestro campo energético entorno al eje
vacío, entre dos polos y retroalimentándonos de la energía que magnetizamos de la Tierra,
igual que todos los campos toroidales de todos los seres vivientes. La energía necesaria para
la formación del campo humano proviene del campo que el planeta tierra organiza entorno a si.
Es el amor del espíritu por su propia experiencia, la fuerza que magnetiza y organiza la
cohesión que mantiene las partículas de energía entorno al ser, tanto en nuestro caso como en
del planeta, si no existiese esa fuerza cohesiva, la partículas simplemente se disiparían hacia el
infinito por la fuerza de la expansión inicial.
Nuestros cuerpos, dentro de este orden electromagnético se configuran como una unidad de
resonancia espacial. Nuestros espíritus expanden sus atributos de conciencia con el fin de
experimentarse, relacionarse, crear y procrear. Entre los siete atributos no hay jerarquía, cada
uno es el espíritu en expresión fractal, y cada uno incluye a todos los demás. Simplemente,
unos predominan sobre otros dependiendo de la experiencia que está siendo vivida. Sin
embargo sí existe un orden sistémico al que responden, y es el de la adaptación al vector tierra
cielo que se expande como eje desde el centro de la tierra hacia el espacio, desde el centro
hacia afuera, desde abajo hacia arriba.
El primer atributo del espíritu manifiesto en cuerpo humano es el orgasmo. El orgasmo es el
principio creador que estipula el nivel de experiencia básico desde el que se sustentan todos
los demás niveles de experiencia. El orgasmo estipula que lo primero es el éxtasis existencial
de vida, y que a partir del anclaje en su experiencia todo lo demás estará siempre impregnado
de vitalidad, humor, placer, amor, energía creativa y colectividad. Su forma de expansión, que
es de color rojo magenta tiene la cualidad de la felicidad. El espíritu hace su aparición en la
Tierra en forma de energía paradisiaca.
El segundo atributo del espíritu manifiesto en cuerpo humano es la emotividad. Debido a la
expansión orgásmica que nos lanza en la investigación de lo relacional, aparece la emotividad
como lenguaje de resonancia. Somos empáticos y sensibles a los campos de los otros, y
nuestros sentidos están constantemente informándonos de lo que sucede emocionalmente en
nuestro entorno, los colores y contrastes se manifestarán a partir de los órganos d las
emociones.
El tercer atributo del espíritu en cuerpo humano es la voluntariedad. Debido a los movimientos
relacionales que se desprenden de los dos atributos anteriores, se activa en nosotros el ímpetu
de actuar en consecuencia. El instinto es en realidad una forma de movimiento voluntario
preconsciente, que sustentado sobre la felicidad y la empatía, nos impulsa a actuar por el bien
de la comunidad. Es el servicio.
El cuarto atributo del espíritu manifiesto en cuerpo humano es el de la sentimentalidad. De todo
lo anterior se desprende una experiencia relacional en la cual construiremos vínculos
sentimentales que nos darán el sentido del amor por aquellos que hacen parte de nuestras
vidas.
El quinto atributo del espíritu en cuerpo humano es la creatividad. Al vivenciarnos en las
profundidades de los vínculos sentimentales y ante la seguridad y abundancia de energía
amorosa que se desprende de ellos, canalizamos estos pulsos magníficos de energía cósmica
latente en todas las formas de arte y creación posibles. Todo es creatividad.
El sexto atributo del espíritu manifiesto en cuerpo humano es el conocimiento. Fascinados por
los fenómenos que se desprenden de nuestras creaciones y sumergidos en un mar de
vibraciones de correlatividad, nos encantamos con la fuerza de la curiosidad de nuestras
conciencias, adentrándonos en la investigación de las características y consecuencias que
nuestros actos generan sobre el espacio tiempo, y de ello, nos vamos abriendo al infinito
estudio de la existencia.
El séptimo atributo del espíritu manifiesto en cuerpo humano es el de la astralidad. El espíritu
sigue siendo espíritu y aunque exista manifiesto en las circunstancias que expande, y en el
cuerpo que lo magnetiza y le da realidad, no está limitado a estos confines, sino que tiene la
capacidad de salirse del cuerpo y acceder a cualquier espacio con su vehículo astral.
Al absorber estos atributos y dejar de pensar en la separación entre cuerpo mente y demás
simplificaciones dualistas, podremos unificar nuestros dones y comenzar a experimentarnos
dentro del orden esencial. Así que como alienados seres mente, debemos primero, volver al
cerebro, para que consciente de que hemos de reconectar muchos conductos neuronales a
través del sistema nervioso, vayamos recuperando cada rincón del territorio físico con el fin de
reconectar el atributo base raíz y desde él, reorganizar el flujo espiritual. Hemos de volver hacia
adentro y hacia abajo y parar con la paranoia de mirar hacia arriba y hacia el lado, hacia
afuera. Hemos de invertir nuestra conciencia y esta inversión duele. Duele psicológicamente,
pues hay que pasar por la muerte de ese personaje virtual que no es más que una imagen
esclava de la tensión y el estrés que la externalización mental ha fijado como vivencia. Duele
porque el personaje es obediente, y tiene buenas intenciones, solo que no se da cuenta que
esas intenciones no son suyas, son solo un personaje más dentro de la película de las
posibilidades virtuales de ser. Y duele físicamente, duele porque abandonar, desconectarse y
maltratar al cuerpo genera enfermedad y dolor físico real.
Es notable como la mayoría de las personas nunca han sentido molestias en el cuerpo hasta el
día que prestan atención a él. ¿Qué es lo que sucede? Que en el momento que el cuerpo nota
que la mente volvió, le dice, oye, mira, aquí está todo esto para que te hagas cargo. Y
justamente ese día, todos los dolores comienzan. La biología que la vida nos entrega, es la
medida de nuestra verdadera conciencia de Ser. Gracias a ella que podemos llegar a ser
felices y armónicos, y gracias a ella que nos haremos cargo de lo que eso significa. La salud
de nuestra fisiología será la salud de nuestro espíritu.
Yo creía que el camino de la conciencia era pasar a hacer parte de las élites místicas
intocadas por el dolor. Tipo ahora soy un ser iluminado y toda esa inferioridad sensible del
cuerpo material desaparecerá finalmente. Bueno, es justamente al revés. Tomar conciencia del
cuerpo, es tomar conciencia de que somos sensibles, y de que esa sensibilidad es la medida
del estado de nuestras relaciones, otra vez, no es una idea, es la realidad de la expansión
espiritual biológica. Y esa biología, tiene un balance muy específico para que el Ser espiritual
pueda manifestarse en la Tierra, un balance que nada tiene que ver con nuestra caprichosa
esperanza mental de arreglarlo todo con ideas.
El mundo de las ideas funciona usando la mente como una unidad de proyección virtual.
Cuando esta proyecta su ilusión sobre la pantalla de la imaginación y al ego le gusta lo que
está viendo, desencadena una reacción hormonal que desciende hasta las gónadas buscando
información genética, en la que sustentar este holograma. Si el circuito se completa estamos
seguros de haber vivido una experiencia plenamente real y orgánica. Los mecanismos de la
ilusión son hábiles y funcionales. A veces a favor del ego envanecido, a veces a favor del
boicot de los obsesores. Los pensamientos duran poco como realidades y la interferencia es
mucha. Viviendo en la inmaterialidad de la mente los planes a favor del espíritu son
rápidamente destruidos por las conciencias obsesoras. Acciones impulsivas y repentinas, donde
tomamos decisiones en base a intuiciones guiadas por la sutil luz espiritual, nos pueden sacar
del letargo hipnótico de la masa.
Así que cuidado con la sobrevalorización del mundo de los pensamientos. Existen muchas
escuelas nueva era que abogan a que la raíz creativa de la realidad se encuentra en él. Y que
promueven el pensamiento positivo como mecanismo de expansión espiritual. Es verdad que el
pensamiento crea la realidad y es el portal de la estructura de nuestra creación, pero solo
cuando él es preconsciente y responde a la información que nuestro espíritu emana en su
forma primordial desde cada protón a la expansión física total. El pensamiento consciente en sí,
es el mecanismo que utilizaríamos para crear y conocer si estuviésemos anclados en el
espíritu. Nunca para proyectar y manipular la realidad, tal como acaban haciendo aquellos que
se ven seducidos por otra de las artimañas de la supremacía mental. Una cosa es la voz del
espíritu, otra, las voces de los pensamientos. La voz del espíritu proviene de nuestro ser
unificado etérico, las voces de los pensamientos provienen de nuestras partes fragmentadas y
de los obsesores que nos parasitan. Probablemente la primera vez que escuches la voz de tu
espíritu vas a pensar que no eres tu, pero si lo eres, tu espiritu habla claro, directo y conciso.
Así que no importa lo maravillosamente positivos que sean nuestros pensamientos, la mente
externalizada es una simple abstracción, una computadora. La proyección puede hacernos
creer que somos mejores personas, incluso encender la ilusión de los registros de obediencia
espiritual y sentirnos amados y elegidos angelitos del cielo, sin nunca hacer una diferencia
sustancial para nuestra integralidad física, nuestro cuerpo unitario, nuestro espíritu manifiesto y
nuestra verdadera y amada colectividad.
Baja al cuerpo que los procesos bio de forma natural son positivos, la vida se sostiene sobre sí
misma sin que necesitemos pensar de tal o cual manera, simplemente busca los lenguajes
perdidos que la fisiología desprende, y ahí sí, la mente comenzará a abrir espacio para recoger
toda esa información y será el principio del camino de despejar las dudas con respecto a
nuestro valor hasta acceder a nuestro espíritu. Desde este mundo físico, comunícate, crea,
siente y comparte, no como un autómata desesperado por conseguir sus objetivos, sino como
un Ser que tiene un objetivo orgánico y un organismo objetivo, el de dar soporte y
manifestación a su espíritu.
El silencio, el espacio de quietud y escucha son fundamentales para accederse.

Bienvenidos al planeta Tierra queridos misioneros de la Luz.


11 Sagrada Biología.

Meli: Años queriendo ser alguien que no soy, pero ¿quién soy? Siempre la misma pregunta. Y
acá en lo concreto tengo problemas. Problemas para ser espontánea, para relacionarme, para
crear, problemas para todo. Estoy en la casa en la que me crié, en mi habitación, en pleno
caos interno. Me siento como la víctima de un drama teatral lleno de monstruos, el orgullo, la
ira, el desamor, la arpía y la soberbia, dicen que no puedo, que no tengo las herramientas, que
no sirvo para este proyecto, todos juntos se ríen y se burlan de mí, lloro pero no dejan de
reírse.
Respiro.
El odio, el desamor y el miedo no son compatibles con mi esencia. La importancia personal no
me deja ver que cada día es diferente y una nueva oportunidad.
Cuando exhalo me doy cuenta que se hacen chiquitos y si los observo crecen otra vez. No
puedo más con esto, quizás sea verdad y no tenga las herramientas para salir de esta
situación. Me siento atrapada y viene desde hace mucho ¿qué está pasando? “Ya no eres
funcional, debes morir”, fue la respuesta que escuché.
Respiro.
Otra vez me doy cuenta que al exhalar todos los fantasmas se achican.
Recuerdo que hoy al despertar escuche un mensaje: “La biología no es anexa”, fue claro, pero
no lo entendí.

Matías: Volvamos sobre el punto de partida del trabajo de integración, comencemos por
aceptar que nuestro espíritu no está presente, sin el espíritu presente el vehículo fisiológico y
sus facultades son meras mecánicas desprovistas de conciencia. La mente sin espíritu se
muestra como una calculadora de datos replicando programas instalados a través del lenguaje,
los hologramas genético emocionales confirman la virtualidad del universo paralelo en el que
nos encierra la supremacía del pensamiento. Universo reducido al capricho de los seres que
están dirigiendo a su antojo esta función teatral.
Este escenario, esta toma de conciencia es el punto de partida de nuestra liberación. ¿Son
realmente nuestros los pensamientos que escuchamos? ¿Son realmente nuestras las
emociones que sentimos? ¿Sería nuestro espíritu capaz de entregarnos a una vivencia de este
tipo? ¿O estamos siendo obsesorizados, manipulados y dirigidos por entidades, que desde el
invisible espacio astral, se adentran en nuestras vidas?
Hemos de evitar hundirnos en los dramas familiares hasta el punto de perdernos en la
importancia personal, pues son estos conflictos los que estos seres utilizan como tapadera a su
infiltración en nuestra dimensión. Siempre sosteniendo la llama de la dignidad, dialoguemos
cuando sea posible y alejémonos cuando sea necesario. Identifiquemos las manipulaciones,
codependencias y parasitaciones familiares para tomar las decisiones necesarias para
ayudarnos, protegernos y reestructurarnos, sin caer en el simplismo del conflicto y la
confrontación que la culpa y la violencia proponen como parte de las mecánicas de control.
Algunos utilizan el camino del perdón, yo utilizo el camino del autoamor y la cura y protección
de la estructura de expansión de mi espíritu consciente, como revocación de todas las deudas
kármicas perpetradas y recibidas. Pues justamente la cuestión de la percepción de a qué
prestamos atención, es otro de los axis fundamentales que debemos comprender. Al prestar
atención damos realidad, pero para fortalecer la realidad que queremos vivir debemos saber y
conocer bien la estructura de la realidad que no queremos vivir. Negar y aceptar son dos caras
del mismo movimiento. Empecemos por negar los programas para que con el tiempo tengamos
acceso a lo natural.
Como semillas estelares de liberación estamos en un transcurso entre dos dimensiones, a cada
paso que damos, nos desmagnetizamos de una y nos unimos a la otra. La primera es diminuta
y existe en nuestras pesadillas de fragmentación y luchas de poder, la segunda lo abarca todo
y existe como la expresión de la intención de amor y creatividad, de cada espíritu manifiesto.
Hemos de percibir la diferencia fundamental que hay entre ambas, la primera nos magnetiza
con la fuerza centrífuga que muestran las relaciones de poder, inferioridad y superioridad se
intercambian en los roles que interpretamos. La segunda es una invitación sutil y silenciosa a
liberarnos de las mecánicas de la primera y adentrarnos en el flujo honesto y recíproco de los
que quieren vivir, amar y crear. La omnidimensión nunca exige, pues quien no está presente
está ausente, el portal hacia esta dimensión es la cura del error de percepción con respecto a
la comparación sobre nuestro propio valor. Por tanto, acercarse a esta, es siempre alejarse de
la otra, de la misma manera que, prestar atención a las competiciones mentales sobre quién
posee la superioridad, nos lleva de vuelta al lugar donde esa realidad se confirma.
Solo por nosotros mismos, es que podemos romper con la codependencia paternalista que las
religiones arcaicas nos han instalado, y caminar al encuentro de la restitución de nuestro
espíritu, cuerpo y conciencia como la única verdad estructural y funcional válida, que nos libera
de la ilusión que estamos construyendo en nuestra mente con respecto al valor de la
superioridad.
Los manipuladores dioses engendros alien están ahí, con sus sistemas de control y toda su
parafernalia de distracción, propaganda, envenenamiento y dominación, pero seguimos siendo
nosotros los que elegimos darles el poder. Con una simple corrección de foco hacia nuestro
mundo corpóreo espiritual, comenzaremos la batalla que nos llevará a la victoria final. Con una
simple, que no fácil inversión de polaridad, daremos continuidad al flujo sagrado de la
coherencia matricial original.
La matriz original nunca separó espíritu de materia. Y la herramienta que necesitamos para
generar las dinámicas de reconexión es el entendimiento y después la sensorialidad. Ya que
estamos atrapados en la mente, usémosla para entender que tenemos que volver al cuerpo,
una vez abramos el aspecto sensible, la sensorialidad nos informará de sus mensajes. Mientras
en nuestra percepción haya alguna duda sobre esto, estamos perdidos. En el momento que
nuestra inteligencia esté dispuesta a trabajar a favor de la unidad que existe entre las partes,
estaremos en el camino cierto.
Gracias a la ciencia sabemos que las condiciones de nuestro planeta son especiales en el
sistema solar, somos diferentes, somos una pieza esencial dentro de la diversidad estelar.
Existen otros planetas parecidos al nuestro. Pero no en nuestro sistema solar. Existen formas
de vida en los otros planetas, incluso en el Sol, pero no son espíritus bio como nosotros.
Nuestro planeta tiene una particularidad y esa particularidad se ve reflejada en nuestros
cuerpos y nuestro ecosistema. Habitamos en un planeta rico en diversidad química y equilibrio
entre los elementos de la manifestación. Y es en esta diversidad y equilibrio que debemos
entender nuestra particularidad como seres individuales y como grupo terráqueo. No iremos
lejos si seguimos comparándonos cualitativamente con formas de vida de otras dimensiones.
No somos inferiores ni superiores a ninguna forma de conciencia. Somos perfectos como
somos y además, nuestra particularidad, cuando respetada e integrada, es conocida
cósmicamente por ser muuuuuy placentera.
Aun así, hemos estado matándonos defendiendo la creencia de que nuestra conciencia no es
bio, cualquier cosa menos bio, bio es el infierno, bio es muerte. ¿De dónde viene toda esta
locura? De nuestras creencias religiosas. Creencias que nos aseguran que estamos en el
infierno y que, cuando muramos tendremos un digno recomienzo en los cielos con los dioses,
quién sabe, si incluso, cortándole las uñas de los pies al jefazo mayor.
Porque, si cultivamos el espíritu, el alma, aquella parte no material de nosotros,
abandonaremos el vergonzoso vehículo físico-biológico para ir a vibrar en las coordenadas
celestiales junto a los seres de luz. Resulta que es imposible cultivar el espíritu pues el espíritu
es no manifiesto, no material, por lo tanto es simple energía potencial de conciencia en estado
de reposo existencial. Lo que sí podemos cultivar es cada uno de los atributos manifiestos que
el espíritu expande al hacerse presencia en este medio material. Cultivarlos con el fin de
actualizarlos, como ha de cuidarse una planta marchita. Así que acabemos de una vez con la
ilusión de separación entre espíritu y materia. No más locura con la jerarquización, no más
seres superiores, no más seres inferiores. Tomemos conciencia de que todo eso, son
proyecciones de las carencias y aspiraciones de nuestras disminuidas y acomplejadas mentes.
No más sueños de codependencia por favor. No más dramas creacionales, no más inventos
baratos fruto de emociones extremas fraguadas en las carencias relacionales del juego de
poder entre progenitores y progenitados. Despertemos de la falacia del amor entre seres que
no se consideran iguales. Despertemos de la mentira de creer que los seres no son perfectos a
cada etapa de su desarrollo. De que necesitamos ayuda en nuestros propios retos de
experimentación. No los necesitamos, son necesidades creadas. Necesitamos el amor y el
apoyo, la confianza que no recibimos durante nuestras propias fases de desarrollo. Y de eso
encontraremos abundante en el cosmos. Siempre y cuando tomemos la mano de otro solo para
recordar, para levantarnos y sacudirnos la falta de vitalidad y confianza en nosotros mismos, y
salir a caminar por los caminos de la vida honrando nuestro destino, para llegar a volar y brillar
como cualquier estrella en el firmamento.
Somos luz, el elemento etérico así lo confirma, la estructura atómico molecular así lo confirma,
primero somos luz y alrededor de la luz somos materia. Nuestros cuerpos de luz existen todo el
tiempo pero solo son comprendidos, y nuestra conciencia es expandida hacia ellos cuando lo
entendemos, cuando los aceptamos y nos fusionamos en su radiancia y presencia. La única
diferencia entre los seres de luz y nosotros es que nosotros negamos serlo.
Noticia, los seres de luz quieren encarnar en la Tierra. La experiencia bio es única, es especial,
es increíblemente rica en estímulos sensoriales. Claro que bajo las circunstancias actuales, y
ante el descuido y destrucción total de lo bio, hemos conseguido darle la razón a nuestros
manipuladores, la Tierra parece un infierno.
Pero la Realidad es, que es nuestro paraíso, es nuestro hogar, es la creación que la divinidad
ha generado para que sus partículas integrantes, nosotros, experimentemos esta plenitud.
Plenitud bio orgánica. Pues como ya anticipamos, nuestro organismo fisiológico, sustenta las
capas de conciencia que se expresan como los atributos del espíritu y su cuerpo de luz en la
manifestación.
“La biología no es anexa”.
¿Cómo hemos tratado a nuestra biología? Hasta ahora, como un accesorio secundario y
prescindible de nuestra orgullosa mente. La hemos tratado como si fuese una mecánica lineal,
manipulándola a nuestro antojo, o teniéndola como lo inferior y demonizado. En el caso del
orgullo, creemos poder usar sus facultades como si fuésemos una máquina, saturándola de
químicos para mantener un nivel alto de reactividad con el fin de abusar de las situaciones. En
el caso del miedo, estamos constantemente desconfiando de sus mensajes, sospechando de
ella, catalogándola de misteriosa e incontrolable, sucia e incómoda. Hemos sido auténticamente
ignorantes y arrogantes con respecto a su naturaleza. Estas actitudes están tan arraigadas, que
invertir la polaridad y asumir el cuerpo y sus energías sensibles e inteligentes como la
estructura viva de la conciencia, es un reto mesiánico. Intentemos hacer espacio en nuestra
mente primero, para que las ideas de que esto es verdad vayan contrastando con la velocidad
compulsiva del pensamiento, y poco a poco ir experimentando con el prestar atención
neurosensible, a los impulsos que vienen del cuerpo para ir abriendo la conciencia a la verdad
formacional.
Porque la verdad tiene una forma y esa forma es biológica. En contraste con toda esa actividad
mental abstracta y virtualizante, donde la imaginación nos invita a formular teorías hipotéticas
sobre algún tipo de estructura espiritual no física. Para nuestro caso humano y como
representantes de la divinidad, la verdad está en nuestros cuerpos.
La biología es la expansión de nuestro espíritu y nuestra vida en este planeta. En otros
planetas o soles, en otras circunstancias de vida, en otras velocidades y densidades de
vibración de la energía, las organizaciones para la manifestación de la conciencia, son otras,
los elementos se combinan de manera diferente y las vidas que viven en ellos también. Aquí
en la Tierra, para nosotros humanos, la biología se configura como una combinación
equilibrada entre los elementos que dan forma al organismo.
La biología muestra una característica relacional sensible por la predominancia del elemento
agua, una actividad erógena magnética por la presencia del elemento fuego, una densidad que
le confiere forma por el elemento tierra y una información inteligente que se expresa debido al
elemento aire.
Demos una mirada a fondo a esta organización. Desde el vacío unificado primordial, emana
como una gota de conciencia del océano causal, nuestro espíritu. Desde lo no manifiesto se
adentra en la creación con el fin de relacionarse. Para ello se sitúa como el eje vacío que hay
dentro de la esfera toroidal que dará forma a su manifestación conciencial. A partir de este
centro y eje magnetiza las partículas subatómicas etéricas de luz, sobre las cuales irse
expandiendo. Hasta aquí el espíritu es un orbe de luz en el espacio astral esperando que las
condiciones del proceso de fecundación y gestación estén prontas para recibirlo. Cuando el
encuentro entre óvulo y espermatozoide finalmente se da, habrán de pasar 49 días hasta que
el espíritu consiga anclarse en la biología. Esto sucederá, gracias a que ese día, la glándula
pineal segregará una cantidad abundante e inusual de la hormona dmt, hormona responsable
por el proceso de conciencia plena, que al abarcar todo el diminuto cuerpo fetal inundará cada
célula del organismo con la luz etérica de conciencia necesaria, para que el espíritu se adentre
en él. A partir de este momento, se desarrollará el feto hasta su nacimiento, con estos tres
aspectos, espíritu, conciencia y biología unificados, convergiendo, apoyándose y mezclándose
perfectamente hasta el día de la muerte. Día en el cual la glándula pineal volverá a segregar
suficiente dmt como para que el espíritu se desprenda del vehículo físico por el portal etérico y
se adentre en la siguiente dimensión de experiencia.
Para adentrarnos en un entendimiento más profundo de la inteligencia sensible orgánica,
hemos de saber que todos los órganos y tejidos tienen hormonas y neuronas. Las hormonas
son las encargadas de generar la reacción sensorial que el órgano emite, sea una emoción, un
impulso o un sentimiento. Las neuronas son las encargadas de transportar por el sistema
nervioso, el lenguaje que se desprende de esa sensación. Todo sucede en el órgano, de la
misma manera que todo sucede en la célula, tenemos el átomo donde se ancla la energía
sensible, el agua que la trasmite y el intercambio que ésta genera a nivel de información en su
membrana. No hay diferencia entre el impulso sensible y el informativo o de lenguaje,
simplemente el primero se da a mayor profundidad y el segundo que es la expresión se da en
un nivel de superficialidad para que esa expresión alcance su objetivo. Con el cuerpo es lo
mismo, lo interno es sensorial y lo externo es informacional.
Ahora sí, nótese que la mente ya no es esa parte del cerebro consciente atropellada por la
velocidad de las ondas beta, sino que mente ahora es el cuerpo entero, mente es el
pensamiento, la información que puede emitir cualquier órgano y está emitiendo de hecho a
todo momento, quizás pasivamente o activamente, pero es la unidad física la que hace al
cerebro funcionar en su totalidad, cuerpo-mente en unidad, cuerpo sintiente expansivo, mente
receptiva funcional, mente que puede estar funcionando a cualquier velocidad desde delta
hasta gamma cuando es una con el todo físico.
Estudiemos los diferentes lenguajes que cada parte del cuerpo emana, comenzando por
corazón, médula y cerebro, y tracto gastrointestinal. Empezamos por ellos porque son los
primeros en formarse dentro del feto. El corazón es el órgano que ancla y expande el mensaje
del óvulo femenino que es la onda del amor colectivo unitario, amor por el ser es amor por los
seres, amor por los seres es amor por ser. La médula y el cerebro anclan y expanden el
mensaje del espermatozoide masculino de la observación y estrategia conductual. Y el tracto
gastrointestinal es el sistema encargado de las emociones, singularidad intermediaria de la
experiencia entre lo colectivo y lo individual como marca identitaria inherente a la vida particular
de cada ser.
Los órganos son el hogar de nuestras emociones. Los órganos sexuales expanden nuestra
libido, vitalidad y energía creativa o destructividad y obsesión. El intestino grueso nuestra
capacidad de soltar y conservar en todos los sentidos, y específicamente en relación a nuestra
abundancia material, o el egoísmo y el apego. El delgado, vergüenza o seguridad. La vejiga,
habilidad o incapacidad de expresar emociones. La vesícula biliar, confianza o desconfianza. El
bazo, éxito o fracaso. Los riñones, miedos y alertas o inmovilidad y victimismo. El páncreas,
dulzura o amargura. El estómago, asimilación o saturación. El hígado, justicia o rabia. Los
pulmones inspiración y expresión o depresión y opresión. El corazón, amor o desamor.
El sistema endocrino y su alta reactividad en sensaciones provocadas por su capacidad de
secretar hormonas, las cuales funcionan igual que drogas, es el que ancla el puente entre
espíritu y materia. Las glándulas son las encargadas de generar nuestras sensaciones más
intensas, así tenemos las gónadas donde se ancla el sentido orgásmico del espíritu. Las
diferentes secreciones hormonales de los órganos abdominales donde se expresa el mundo
emocional del espíritu. Las suprarrenales donde la adrenalina activa la voluntariedad del
espíritu. La glándula del timo que produce, junto a los pulmones y el corazón la segregación de
las químicas del amor y la autoestima del espíritu. La glándula tiroides que en la garganta
produce la hormonación que da la fuerza a la experiencia de creatividad de nuestro espíritu.
Los grupos glandulares cerebrales como la pineal, la pituitaria, el hipotálamo, la hipófisis son
los encargados de dar fuerza química a la gnosis del espíritu. El atributo astral del espíritu es el
único que no necesita de la química de los elementos para existir, pues se sustenta sobre el
éter lumínico para transportar al espíritu fuera de nuestro vehículo físico.
Nuestros pies reflejan (o no) nuestra capacidad de sostenernos, de ser firmes en el propósito.
Nuestras piernas son nuestra habilidad motriz, nuestra capacidad ( ), de estar en lo que
tenemos que estar, de salir de donde no tenemos que estar. Nuestra cadera muestra nuestra
movilidad en cuanto a la capacidad ( ) de realizar cambios. Nuestros hombros son nuestra
capacidad ( ) de estructurar y coordinar. Nuestros brazos las herramientas de materialización,
nuestras manos la seguridad de materializar.
La fascia, nuestra integralidad. El sistema linfático nuestra salud. El sistema nervioso nuestra
presencia y capacidad de entender y asimilar. El sistema circulatorio nuestro eros. El sistema
respiratorio nuestra capacidad de perseverar. El sistema inmunológico nuestra capacidad de
defendernos. El sistema muscular nuestra capacidad de generar actividad. El sistema
esquelético nuestra capacidad de estructurar. El sistema tegumentario nuestra capacidad de
discernir.
El aparato reproductivo muestra claramente la matriz creacional en su estado manifiesto, la
mujer consta de útero, ovarios, vagina. En su cuerpo gesta la vida humana. Las características
de lenguaje del útero son, acogida, refugio. La de los ovarios es colectividad, encuentro,
gestación. La de la vagina es poder. En los hombres pene y testículos. El pene muestra como
característica la capacidad de realización, fertilización y los testículos la de individualizar y
diversificar. Estrógenos y testosterona se encuentran en ambos cuerpos, así que no existe
separación entre cuerpos pero si preponderancia e identificación de género.
El sistema nervioso ha de ser el puente entre las partes, sólo enfibrilando la conciencia en él,
que daremos la debida atención a los procesos neuroquímicos que restituyen la comunicación
entre organismo y cerebro. Y su soporte, la mágica y fundamental columna vertebral, que
merecería un capítulo aparte pero eso será en otro libro.
Para terminar hablemos del cerebro. El cerebro recibe la información que mandan todos estos
sistemas al mismo tiempo y hace de puente entre ellos, pues todos interactúan a favor del
espíritu. A favor de la actividad cotidiana de experiencia, amor y creatividad. A favor de la única
posibilidad armónica de presencia espiritual, la de las relaciones de igualdad y diversidad.
Dentro de él, nuestro consciente toma decisiones y actitudes de representar al espíritu ante el
sinfín de estímulos que la realidad muestra como un desafío de autenticidad. El cerebro
representa nuestra disposición a abrirnos a la vida.
Así que, porque presuponer que el cerebro tiene más conciencia que el corazón, o el hígado.
Lo que el cerebro tiene es una facilidad para entrar en la longitud de onda beta con el fin de
dar movimiento a las intenciones asociadas a esta velocidad de acción. Sin embargo el
organismo completo está activo y partícipe de todo en todo momento y si queremos ser
auténticos con respecto a nosotros mismos tendremos que vivirnos a partir de la unidad
orgánica y a través de todas las longitudes de onda que la mente es capaz de procesar.
Con respecto a este mapa sensointeligente, esta guía no pretende ser una verdad conclusiva,
sino un camino de apertura a que cada uno escuche su propio cuerpo y entienda, dentro del
esquema general compartido, qué le quiere decir cada una de sus partes orgánicas. Que
dialogue y detecte como los pensamientos recurrentes de rabia vienen de la irritación del
hígado. Como los pensamientos de miedo vienen de los riñones, como los pensamientos de
desamor vienen del corazón. Al entenderlo y localizarlo sensorialmente habremos dado sentido
a nuestra verdadera naturaleza de ser, y por estar presentes en ellos en contraste con estar
abducidos en la mente externalista, ya estamos dando vida el orden vital consciente.
12 El Libro.

Meli: Desde el aeropuerto de Rio de Janeiro Santos Dumont, siento ganas de llorar. No sé si
me estoy equivocando en estar acá, en haber venido sola a una ciudad tan grande. Son
pensamientos que no llevan a ningún lado, chau, suelto todo.
Vine a escribir un libro, no me distraigo más. Donde tengo que estar estoy, por algo llegué acá,
y sí, confío en mi intuición. ¿Qué dice mi intuición? Que continúe trabajando en la conexión, en
la escucha y en la meditación.

Trasmisión de la Familia Astral de Luz canalizada por Meli:


Hola guerrera de luz. Confianza, raíz. Nos sentimos muy agradecidos, llegó el momento de la
sanación profunda. Todo es parte del plan. Las experiencias son un tesoro que se guardan en
la memoria galáctica y planetaria. Existen diferentes caminos pero todos vuelven al origen.
Valórate y ámate pues estás aprendiendo. La manipulación intenta continuar. No te dejes caer.
Hoy eres parte de todos. Todo es Todo.
La práctica, la respiración. Bien sabías el trabajo de la paciencia y la perseverancia. El Amor es
la fuerza y la Vida. Solo debes recordar. La memoria ancestral, los rituales. Se ha bloqueado
mucho tu creatividad.
Hay un gran desafío, y es sanar el cuerpo físico. La angustia es producto de la desvalorización
a tu esencia. Las distorsiones son muchas y sin la práctica y la dedicación se multiplican. Eres
una exploradora, siempre estamos contigo. Te hablamos y anhelamos tu contacto. El mundo te
necesita como a todos. A través de ti como agente de cambio se abrirán puertas de sanación y
conexión al origen. Suelta las dudas y los miedos, suéltalo todo. Es una práctica cotidiana el no
juzgar y soltar los apegos, los bloqueos. Despersonalízate, desidentifícate. Recuerda, la
esencia original está en todo. No temas de ti, todos esos prejuicios a ti son hacia nosotros y
eso debilita la comunicación directa.
Siente la vida recorrer tu cuerpo, es la vida que hay en todo. Proyecta y suelta, pero desde el
corazón actúa, todo está y estará bien. Ten calma, fluye. Abre la mente y deja fluir y siente la
vida. Medita con tu niña interior, ella es la que te dará la llave. Es un proceso de recordar. La
lucha continúa y no es solo en la Tierra. Qué bueno que comenzó a fluir la cocreación del libro.
Estás acompañada por nosotros, disfruta más. Sigue trabajando en sentir el cuerpo, dentro
encontrarás las respuestas, abrir el corazón puede ser un proceso doloroso, pero sigue
trabajando. No te sumerjas en la mente egóica. Muchas de las emociones fueron impuestas por
la manipulación y al mismo tiempo muchas son generadas por la desvalorización. Confía en ti,
es importante que lo hagas y que expreses lo que sientes sin juzgarlo, así podrás comprender.
Crecer no es fácil, pero también es parte de la evolución cósmica terrenal, no te compares con
el pasado, no es justo para el pasado ni relevante para el futuro. Vive el presente, están
aconteciendo muchos cambios, aunque no lo veas todo está bien, no lo ves por causa del
orgullo y la manipulación. Este es un momento clave de la evolución personal y colectiva. Hay
fuerzas malignas batallando, cada momento de inconciencia es poder para esas fuerzas. Ser
consciente y responsable con amor, ahí radica el equilibrio. El libro recién comienza, sigue
estudiando, sin tomarte las cosas personalmente. Al tener expectativas hay interferencias,
protege tu cuerpo, protege la integridad, son momentos difíciles la energía está muy fuerte, hay
que darle tiempo al sentir y al crear, te amamos.

Matías: Los siguientes párrafos están asociados a la canalización de Meli. No son lineales, sino
que cada uno se corresponde con una de las indicaciones que Meli recibió de nuestro colectivo
multidimensional. Somos nosotros hablándonos a nosotros. Desde la esfera que guarda
nuestras conciencias dentro de la relacionalidad pura e individida, mandandonos conciencia y
mensajes hacia dentro de la red de control. Solo podemos ser, si somos el boicot a la red que
fragmenta nuestra luz.
Somos cada uno, un guerrero de la luz, puede ser que aún no lo sepamos, o lo sepamos pero
no lo hayamos puesto en práctica. No importa el momento en el que estemos, tarde o
temprano enfrentaremos la presión que los grupos de control sostienen como cerco a la libertad
de experimentarnos como partes fundacionales de la experiencia de la Divinidad. Todos y cada
uno habremos de levantarnos del letargo del abandono a nuestra propia fuerza existencial y
habremos de plantar cara a la ilusión mental que la familia, la sociedad, el estado, las
corporaciones, los obsesores, vampiros energéticos y falsos dioses, generan para quedarse
con nuestra energía. En algún momento habremos de resolver que nuestro tiempo es el único
camino hacia nuestro espacio, y cuando tomemos esa determinación será cuando comience la
lucha por la recuperación de la dignidad de nuestro territorio conciencial.
Confía en que eres luz, confía en que eres una guerrera, que no solo no estás sola, sino que
eres mayoría, tanto en el planeta como fuera de él. Los grupos de poder son como las
enfermedades, procesos localizados que solo se propagan si no prestamos atención a la
recuperación de la salud.
Busca la raíz. Este es un consejo amplio, en primera instancia, aboga a recuperar la energía
de la Tierra, la gravedad y el magnetismo que se expande desde el núcleo terrestre como
fuente. Una fuente real, no una fuente imaginaria como las que plantean las religiones, una
fuente de energía electromagnética tan potente como que un tercio de la masa del planeta, su
núcleo, es un reactor de energía que emite ondas que atraviesan la corteza terrestre,
formando la atmósfera dentro de la cual se da la vida como la conocemos. Esa energía nos
atraviesa de pies a cabeza y es la fuerza principal por la cual se energizan nuestros átomos.
También raíz quiere decir humanidad. Raíz tribal, raíz comunal, raíz pre colonial. ¿De dónde
vinimos? ¿Qué raíces étnicas traemos? Qué formas de cultura pre imperiales, pre religiosas
dan forma a nuestra resonancia con ritos espirituales naturales y formas de arte y colectividad.
Raíz para negar el avance de una civilización que se avergüenza de lo simple, de lo
rudimentario, que está desesperada por mostrarse avanzada y haber superado a la naturaleza
como forma de identidad. Raíz como conciencia vegetal, como identificación con el mundo
arbóreo, donde la raíz es la parte no visible de la vida, el preconsciente oculto, que a diferencia
del subconsciente velado y engañado, se extiende y vive, interconectándose bajo tierra con las
raíces de los otros, dando vida a nuestra parte sensorial que fluye en íntimas conexiones
nutridoras de placer orgánico.
La mente externalizada nos convencerá un montón de veces de que, con resolver alguna
cuestión de forma intelectual, todo finalmente estará bien. La mente manipuladora es así, y son
muchas vidas viviendo dentro de ese engaño. A veces queremos simplemente borrar las partes
desagradables de la historia, y hacer un buen dinero y salir a festejar con los hijos del olimpo
como si nada hubiese pasado nunca. Es válido, siempre y cuando eso nos de fuerzas para
hacernos cargo de cada palabra no expresada, de cada límite no expuesto, de cada vez que
hemos elegido traicionarnos a nosotros mismos y abdicar a las mentiras socialmente
agradables para no romper el encantamiento de la hipnosis general, para no ser inadecuados,
o dramáticos en exceso, para no sanar hoy, y dejarlo para el terapeuta, el chamán o el amante.
Por nuestra configuración hemos de aprender el camino de la aceptación y también el camino
del rechazo, hemos de saber movernos en coordenadas de positividad al igual que en
coordenadas de negatividad. Somos una onda que se armoniza al saber aceptar lo que
sintoniza y una partícula que se refuerza al saber rechazar lo que distorsiona. Entendamos que
el primer año y medio de vida de un humano es pura aceptación, y que el ciclo siguiente, de un
año y medio de duración también, es de pura negatividad, y es gracias a este yin-yang, que
cerramos el primer gran bloque de memoria preconsciente, y que si lo completamos con la
ayuda de nuestros progenitores, en la comprensión y aceptación de lo que significa un
relacionamiento colectivo de igualdad, donde límites individuales y placeres colectivos son igual
de importantes, habremos codificado todo nuestro mundo de impulsos inconscientes, para a
partir de ese momento saber a qué abrirnos como flores y a que cerrarnos como tortugas.
Dentro de cada uno varios caminos. Caminos que despiertan estas o aquellas aptitudes.
Hemos de honrarlos todos, para asumirlos como metodologías personales del despertar. Que
ningún camino nos identifique totalmente pues querrá decir que estamos dogmatizando y
cristalizando una experiencia que debería solo ser una herramienta y nunca un fin en sí mismo.
Siendo leves y conscientes en el reconocimiento de los portales que se abren en nuestros
caminos de retorno, hemos de dar inmenso respeto y confianza a las señales que nos
muestran resonancia con ellos, atrevernos a investigarlos, ser firmes en la convicción de que
estamos aprendiendo. Aprendiendo a ser lo que ya somos. Volviendo al origen, para
expandirnos desde él.
Hemos de estar siempre atentos a las formas de manipulación que se van presentando, que
son muchas y muy hábiles. Algunas nos harán caer, sino la mayoría. Hay que levantarse y
continuar, nunca dejarnos derrotar por la fuerza de la negación de nuestra esencia, ese es
justamente el cometido de la manipulación.
Son necesarios todos los segundos de todos los minutos de todas las horas de todos los días
para reconectarnos a la Realidad. Las prácticas, de todas las mecánicas de reconexión válidas
que tengamos al alcance, serán esenciales para conseguir soltarnos de la red de control
mental. La respiración es sin duda, una de las llaves fundamentales para la presencia en el
Ahora. ¿Cómo estoy respirando? ¿Qué profundidad estoy alcanzando con mi respiración?
¿Están todas las células de mi cuerpo bien oxigenadas, incluyendo cerebro y extremidades?
Constatarlo me obliga a estar más presente, más consciente, más rítmico y más sensible. La
columna vertebral y la energía kundalini es otro mapa fundacional, recordemos que toda la
información que ha recogido el sistema nervioso periférico, viene a reunirse en el canal medular
para subir al cerebro, esta es la potencia del conducto vertebral, es la columna de luz que
sostiene nuestro cuerpo templo entre la tierra y el cielo. De la misma manera y siempre iguales
en importancia y magnitud, la fascia, el sistema de cuerdas que músculos y tendones
configuran como el arpa resonante sobre la que la energía de la tierra y la energía universal,
generan el campo de resonancia que hará que el espíritu se haga sustancial.
Tendré que volver a empezar una y otra vez ante las expectativas de la mente de alcanzar
esas metas imaginarias superioristas. Tendré que perseverar hasta el momento de olvidar que
alguna vez fui esclavo de la debilidad y la ensoñación. Tendré que poner todos los límites
necesarios para recuperar la seguridad y la dignidad de mi cuerpo conciencia y asegurar mi
libertad en mi espacio para reconocer la infinitud de mi tiempo.
Amor. Amor por nosotros mismos, amor para nuestros aliados. Amor por la Tierra y el cosmos.
Amor por el arte, amor por los cuerpos. Amor como principio unificador, como Alfa y como
Omega. Y entre ambos, Amor.
Amor como puente y finalidad. Amor para que la atención vuelva sobre uno mismo. Para que la
mente comprenda que el sentir es el reino del Amor, y que gracias a él, se abre el cuerpo para
recibir al Ser.
El bloqueo de la creatividad es otro obstáculo al que nos enfrentamos, mientras seamos seres
inertes y robóticos poca diferencia haremos, pero si nos mostramos creativos y despiertos, la
señal que enviamos al mundo es totalmente diferente. Al crear estamos accesando nuestra
identidad y al hacerlo inspiramos a otros a hacer lo mismo, los inspiramos porque estamos
mostrando que toda identidad tiene rasgos propios y puede investigar sus capacidades
creativas de manifestación, la originalidad no es un rasgo de genios, es el rasgo de quien se
conecta con su fuente e investiga sus posibilidades. Todos tenemos la marca de la originalidad
porque todos somos simplemente únicos.
Sin meditación y prácticas corpóreas para abrir espacio entre tanta ansiedad y deseo
compulsivo, será difícil darse cuenta de que no es el Ser el que está viviendo la experiencia,
sino que el Ser está siendo vivido por la experiencia de otros seres. Hay que conseguir ir más
lejos de esto y explorar lo invisible y lo automatizado hasta volverlo comprensible y sensible.
Para eso están aquí nuestros aliados. Eso es despertar. Es así que haremos una diferencia en
el mundo. La mayoría de las personas no están en disposición de hacer cambios realmente
sustanciales en sus vidas, sin embargo quien esté determinado encontrará la manera de abrir
un espacio para investigarse y soltar las falsas seguridades que lo prenden a la estructura
parasitaria. Se necesita, una vez más, cada segundo, cada minuto, cada hora y cada día para
revertir años de hábitos de entrega de nuestros cuerpos a los procesos de parasitación, nos
hemos acostumbrado, es normal, incluso lo consideramos bueno en época de bonanza, cuando
conseguimos ser nosotros, los que parasitan a otros.
En cualquier caso, no hemos de juzgar estos procesos sino simplemente soltarlos, alejarnos de
la externalización y encontrar la integralidad perdida. Al fin y al cabo, somos todos lo mismo,
ignorantes seres biológicos engañados y convencidos de tener un cometido responsable. Si
das el paso no temas los juicios y críticas, acá abajo puede parecer que estés sola o solo,
somos pioneros y pronto habrá muchas personas presentes espiritualmente, además, allá
arriba existe un universo entero que canta tu nombre y se regocija en éxtasis a cada paso que
das en tu liberación.
Recuerda, es por el cuerpo y toda señal en él, sea dolor, sea energía, sea la apertura del
corazón y que parezca que estás teniendo un paro cardiaco, son todas señales de que
finalmente estas volviendo, estás recuperando el territorio, te estas bioinfibrilizando, qué es
exactamente lo que tienes que hacer. Solo el cuerpo te une a la existencia, a la vida en que
todo está y al Todo que todo lo es. Los planes mentales, úsalos, proyecta, diseña y sueña, y
también, suelta, desapega y continúa, es difícil al principio diferenciar proyecciones de
verdaderas cocreaciones, eso sí, cuando sea el corazón el que te impulsa actúa. No te
apegues a los resultados, no son los resultados los importantes, lo importante es la acción y el
territorio de reconexión, lo importante es el balance que se desprenderá de esas acciones
acometidas, eso es lo que vale la pena vivir. Ya vendrán los días de la realidad iluminada
dentro del colectivo espiritualizado en cuerpos físicos de amor y éxtasis. Ahora estamos en la
fase de reconexión, la cual se rige por otras leyes, por otras experiencias, donde en la mayoría
de los casos las expectativas serán todas vanas si te guías por ellas, pero si ves que por
debajo de ellas está la valiosa experiencia de la reconexión, cada paso será un paso en la
dirección del Ser.
Vuelve a tu infancia cuantas veces necesites, fue en la infancia que se fraguaron los procesos
de desconexión, los traumas y los hábitos de comportamiento limitante. Habla y comunícate
con esa niña o niño hasta que se fundan en un solo ente en un flujo ininterrumpido de amor.
El disfrutar y buscar formas de sentir el cuerpo será la forma de reactivar las potencias
dormidas. Danzas, masajes, arte y música, deportes al aire libre y demás actividades de
exploración sensorial serán de gran ayuda. Cuando estemos ante la posibilidad de
relacionarnos sexual o sensualmente con otros, que sea mutuo, honesto, amoroso y
consciente. Activemonos, sintamos nuestro cuerpo y busquemos situaciones de placer sensible,
pero sepamos, también, retener la corriente de flujo cuando la ansiedad compulsiva esté
tomando protagonismo de la situación. Si constatamos que un obsesor está tomando ventaja
de la situación, seamos sobrios para comprender que estamos ante la oportunidad de cerrar
ese portal. Acompañemos el proceso solicitando ser atendidos por los seres de luz que nos
asisten específicamente con ese cometido, para lograr cerrar el canal y redirigir nuestra energía
hacia el eje potente, simple y contenido desde el cual podamos vivenciar nuestras pulsiones sin
estrés, sin ansiedad, sin intrusos. Es mejor no tener sexo que tener sexo desequilibrado, sin
confianza, sin amor.
Casi todos los procesos extremos que vivimos a nivel emocional y mental son estas
intrusiones. ¿Quién se beneficia de estos estados? ¿Qué ser humano cabal se regocijaría de
tener confrontaciones gratuitas con sus seres queridos? Los únicos que sacan partido de ellas
son los jerarcas egocéntricos que disfrutan de la exhaustión de nuestros sistemas nerviosos.
Todos estos fenómenos suceden en un mundo invisible y volátil, sólo accesible para personas
sensibles y abiertas a una realidad mayor, expandidas a lo multidimensional. Para que nuestras
reacciones dentro de este fino tejido energético sean siempre de liberación, no juzguemos lo
que sucede dentro de él. Seamos lo más ecuánimes y neutrales posibles, pues si entramos en
patrones altamente emocionalizados, seremos presos por la dualidad. Nosotros contra ellos, yo
bueno tú malo, yo malo tu bueno.
Si conciliamos nuestra experiencia con nuestro conocimiento del escenario cósmico en el que
estamos viviendo y evolucionando, conseguiremos enraizarnos y liberarnos. Son muy hábiles y
tienen mucha experiencia en provocarnos, y una vez estamos sintonizados a su pasión
seremos carne de su festín. La rabia y la violencia son impulsos válidos siempre y cuando no
nos polaricemos con ellos. Si conseguimos manejar esas emociones para hacer cambios,
reclamar justicia y poner límites, todo está bien. Pero si nos apasionamos por la batalla y nos
obsesionamos con ellos, seremos simplemente el polo positivo de su negatividad, en definitiva,
interpretaremos su propia dualidad, seremos el ángel justiciero que ellos quieren ser como
contraparte a su demonio, seremos agentes de su evolución. Seamos agentes de la nuestra y
dejemos que se busquen experiencias fuera de nuestro campo de actividad. Cerremos los
portales por los que tienen acceso a nuestra vida y a nuestro planeta. Crecer no es fácil, crecer
en el sentido de independizarnos de nuestros padres impostores, pero también es parte de la
evolución cósmica terrenal.
En el presente está la clave, en el ahora humano está la puerta de salida, el pasado doloroso
solo existe como una forma de revisión de lo que hemos de recuperar, y se refleja en el
presente como una oportunidad de actualizar esa aptitud recuperada. Somos cada vez más
humanos los que atesoramos el ahora como el portal hacia lo sagrado y los cambios están
sucediendo. El orgullo, que es la característica principal de los parásitos astrales, se infiltra por
las heridas en la incapacidad de ser creativos y amorosos, desapega, transforma, libérate,
exorciza. Hazlo, pues lo que sucede cuando das energía a la inconsciencia es la
condescendencia con la degeneración. Ser consciente y responsable con amor, ahí radica el
equilibrio. El libro necesita de estudio. El estudio necesita de tiempo y es el tiempo el que
abrirá los portales del espacio, espacio interior, espacio exterior y no espacio, el vacío. No hay
que tomarse las cosas personalmente, retira tu persona del centro del conflicto cuando puedas,
cuando no, analiza si necesitas recurrir a la defensa de tu dignidad para transformar la
situación. Al tener expectativas habrá interferencias, la mente externalizada ha de ser
silenciada, y agradecer las lecciones cotidianas como los tesoros perfectos que el Tiempo
ofrece como oportunidades de reconexión. Protege tu cuerpo, protege la integridad, son
momentos difíciles pues la energía está muy fuerte, agradece que así sea, los cambios vienen
a través de la intensidad y hay que darles espacio y tiempo, al sentir y al crear.
12 Anexo B.

“Hay un gran desafío, y es sanar el cuerpo físico”.

Matías: El tema de la cura del cuerpo físico es un gran tema y ya que los emisarios de la luz lo
mencionan empezaré su desarrollo. El aspecto orgánico fisiológico del espíritu, el cuerpo, es un
conglomerado de células y microorganismos que pueblan nuestra fisicalidad. Son 100 trillones
de células y el mismo número o más de bacterias, microorganismos y parásitos. Esta población
micro orgánica es benévola en la medida que se mantiene en equilibrio sustentable con
respecto a las funciones que desempeña en nuestro organismo. El problema está, en que la
alimentación industrializada y saturada de azúcares y productos refinados en vez de integrales,
los venenos agrotóxicos y transgénicos que ingerimos, hacen que los microorganismos crezcan
hasta convertirse en una gran masa parasitaria. Cuando crecen por encima de su nivel de
equilibrio comienzan a colonizar las terminaciones neuronales del sistema nervioso y
comienzan a enviar las señales de sus apetitos al cerebro, pidiendo más azúcares, más harinas
refinadas, más levaduras, más putrefacción y alimentación acidificada para mantener y hacer
crecer su población. Los refrescos, el pan blanco, las azúcares, y otros productos habituales de
la dieta de todo niño, son drogas pesadas que harán que las adicciones vayan instaurándose
como comportamiento alimenticio compulsivo. No se extrañen que estas compulsiones se
conviertan después en adicciones al tabaco, al alcohol, gran amigo de los parásitos, y otras
drogas de la degradación. La cuestión es que toda esta alimentación basura que vamos
ingiriendo, va dejando residuos en el organismo, y esos residuos se van acumulando,
generando espacios de toxificación donde van a ir a vibrar las peores de nuestras emociones.
Como va quedando claro, las emociones para existir necesitan de un soporte químico, y estas
químicas tóxicas serán los recursos perfectos para emitir emociones tóxicas. También, poco a
poco va quedando claro que todo es simultáneo y que las capas se replican unas a otras,
alimentación tóxica, emociones tóxicas, pensamientos tóxicos. La cadena empieza en el
cuerpo, queridos. La limpieza de estos residuos es urgente y delicada, los pliegues del intestino
son muchos y es fácil que estos sedimentos de metales pesados, conservantes y excesos
químicos innecesarios se alojen escondidos entre sus curvas y torsiones.
No habrá anclaje del espíritu verdadero sin limpieza total. Las toxinas son agentes externos no
naturales a la composición química de nuestro cuerpo, y serán los soportes vivos para la
proliferación de enfermedades físicas, emocionales y mentales. Serán los portales resonantes
para la emocionalidad tóxica y mente tóxica por la cual se infiltran los dioses alien del bajo
astral evolutivo. Como ya vimos, para que haya alto nivel de expresión espiritual, necesitamos
de la química de las hormonas, para que el espíritu se expanda en sus secreciones. Con las
toxinas sucede lo mismo, solo que no es el espíritu el que se expande sobre estas vibraciones,
son los obsesores y sus estados de violencia y sobreexcitación. El espíritu sana, los metales
pesados enferman.
Para actuar de forma directa hemos de buscar metodologías de desintoxicación radical. Lo que
yo recomiendo son dietas detox sucesivas que vayan aumentando la conciencia del estado
desintoxicado, hasta que estén dispuestos a hacer la limpieza profunda. Cuando ese momento
llegue, hagan una dieta de 21 días de jugos verdes detox tomando un litro como desayuno.
Durante el día, al menos tres litros de agua de linaza con clavo, bien espesa para suplir la
necesidad de alimento. Para comer, hojas verdes, raíces, granos y fibras integrales, verduras y
frutas con ausencia total de glucosa, todo esto acompañado por todo tipo de desintoxicantes
naturales. El coco es un depurativo excelente. Cada cuatro días tomen purgantes naturales
para ayudar a la evacuación de las toxinas. Vayan integrando alimentos con glucosa muy
lentamente a partir de la tercera semana. Nada de harina de trigo. Nada de carnes.
Los parásitos van a berrear y chillar y el organismo va a pasar por todas las fases de la
desobsesorización. Van a perder mucha masa muscular pero al mismo tiempo van a regenerar
el agua de su cuerpo para acoger a su ser cristal, cuando terminan la dieta hagan abundante
ejercicio físico para regenerar esa masa muscular y reorganizar la fascia.
Averigüen bien y diseñen una dieta que limpie completamente su organismo para empezar de
cero. Cada lugar tiene sus hierbas propias desintoxicantes. Ha de ser un movimiento radical
para limpiar la sangre, los órganos y conseguir purgar del intestino todos los residuos chatarra
que hayamos dejado entrar en nuestro cuerpo. El intestino ha de quedar completamente limpio
de las toxinas sedimentadas en él.
El tema de la alimentación es un mundo fractal interno del mundo cósmico, y esto es muy
interesante pues los mismos fenómenos que se dan en el macro, se dan también en el micro.
La naturaleza, nos muestra la fina línea del equilibrio armónico de la conciencia. Si ese
equilibrio no lo ejercemos como una identificaciòn con la salud de nuestro ser entonces es que
renunciamos a nuestro ser. Entre las dimensiones de la unidad y la del parasitismo, nos
tenemos a nosotros, y a las demás especies de vida, el caer en parasitismo es una opción
generalizada, el desequilibrio se ha vuelto una norma, y los seres humanos nos consideramos
sanos estando profundamente enfermos. Como partículas magnetizantes de una u otra red
dependiendo de nuestros grados de conciencia y toma de decisiones. Cuando nos dejamos
absorber por el mundo parásito somos exactamente eso, parásitos humanos. Cuando tomamos
decisiones cabales por ser el territorio del espíritu, hacemos parte del gran espíritu.
No somos controladores o dueños de nuestra fisiología, esta es un campo con un equilibrio
muy específico y llegar a colaborar y entenderlo es nuestro cometido. Nada de histerias, pero
tampoco nada de abusos. El equilibrio ácido alcalino es muy importante de sostener. Los
alimentos ácidos son lo que refuerzan nuestra estructura densa, son necesarios para ganar
peso y tener una buena masa muscular. Los alimentos alcalinos son los que refuerzan los
procesos sutiles, como las emociones y los pensamientos, y son necesarios para tener un buen
ánimo y predisposición a la vida. Unos bajan, otros suben. Hemos de tener un equilibrio entre
esos dos movimientos, ambos son igual de importantes.
Para que nuestros estados emocionales y mentales mejoren, aumentemos la cantidad de
alimentos alcalinos que ingerimos, ayudémonos de las químicas que la naturaleza nos ofrece y
reforcemos la noción de que somos naturaleza. Porque aquello que vibra de forma espiritual,
aquello que llamamos elevado y sagrado, son procesos que se sustentan sobre químicas
orgánicas como los alimentos alcalinos. También preocupémonos de que nuestra alimentación
ácida sea saludable, integral y orgánica, necesitamos tener buenos músculos y huesos fuertes,
hablamos de un equilibrio. Así podremos dar batalla a la desvalorización de nuestras esencias
a las que somos expuestos desde el escenario de posesión general en la cual normalmente
vivimos. El mundo está lleno de distorsiones y ésta verdad es muy difícil de encajar. La
posesión de la que estamos hablando también sucede a nivel bio en nuestro organismo.
13 La Unidad

Matías: Descansemos un poco de las coordenadas de la batalla y adentrémonos en las


frecuencias de la estructura y flujo de lo Unificado.
Hablemos de lo no manifiesto y lo manifiesto para entender los principios de la organización de
la conciencia, tanto en su estructura material de manifestación como en su interacción
relacional.
La materia se sustenta y expresa sobre los 5 elementos de manifestación, éter, aire, fuego,
agua y tierra. Nuestros cuerpos, el planeta, y todos los seres que habitan en él, vegetales y
animales, están compuestos por estos elementos, elementos que combinados, dan lugar a la
diversidad dentro de nuestra dimensión energético-química.
Simultáneamente, existe lo no manifiesto, un espacio desde el que lo manifiesto emerge, este
espacio lo llamamos vacío. Este vacío carece de formas en él, pues no hay manifestación, y es
infinito en potencialidad. Podemos entender que en él se concentra la esencia y sustancia de la
conciencia de Ser.
Quienes tengan experiencia en meditación habrán experimentado ese momento en el que
todos los fenómenos de la manifestación se aquietan y desaparecen, y solo queda la
conciencia de Ser dentro de un vacío infinito. Es en ese momento que se reconoce que lo
manifestado es un fenómeno circunstancial que responde a la intención de presencia del
espíritu en esta materialidad, sin ser esta la única existencia total en sí. Pues el espíritu es
capaz de estar presente y de no estarlo.
Este tema abre la cuestión de adónde va el espíritu mientras no está anclado al vehículo físico.
Aquí habría dos casos, uno, el de los bloqueos que le vamos haciendo al espíritu durante las
fases del desarrollo, y otro, el de la capacidad del espíritu de viajar extracorporalmente. En el
primer caso el espíritu se transforma en lo que llamamos de ángel de la guarda, yo superior o
doble etérico. Una vez el bloqueo al acceso a esta realidad se hace efectivo, el espíritu que es
indivisible, queda relegado a la dimensión etérica desde la cual opera como el principal
guardián espiritual de la vivencia velada del ser físico, flotando cerca en el plano astral para
asistir en todo lo que pueda y estar siempre pronto a adentrarse de vuelta, en caso de abrirse
algún espacio de conciliación con la forma original. La creencia de que el yo superior pertenece
a una dimensión separada de la nuestra mantiene vigente el bloqueo y refuerza la ilusión de la
dualidad. En el segundo caso, el espíritu, al pertenecer a la red no manifiesta, es capaz de
viajar sin límites y remagnetizarse a cualquier espacio existente para estar presente en las
coordenadas de vivencia que escoja vivir. Esto es a lo que llamamos viaje astral.
Al observar la vastedad de la vida manifiesta, al mirar a las infinitas formas de vida que
emergen de la diversidad de la manifestación, no puedo más que ver que la Divinidad
claramente quiere experimentarse. Quiere experimentarse en su gloria, para disfrutar de todas
las formas de amor y creatividad posibles, encontrando en la diversidad la complejidad que le
da el camino del auto reconocimiento. Y también logro ver que la Divinidad escoge existir
dentro de un área de manifestación experimental, más confusa, donde los parámetros de
armonización aún son difusos y es necesaria la experiencia del sufrimiento para adentrarse en
las armonías del amor. Veo que dentro de esa forma, la Divinidad quiere experimentarse desde
la ignorancia más insólita, desde el olvido más profundo de sí misma, para recorrer y
desarrollarse, reconociendo todos los matices que la lleven hasta la sobriedad más despierta y
consciente, de vuelta al origen, de saberse la Divinidad.
Con el fin de facilitar la organización de los parámetros involucrados en el orden específico del
encuentro con uno mismo, tanto como con el orden relacional que nos da cabida a la
experiencia con los demás, el siguiente gráfico:
Lo primero que tenemos que considerar es que, sea la forma que sea que la Divinidad adopte,
ésta viene del vacío. El vacío primordial es el espacio de conciencia potencial disponible de
transformarse en forma.
Desde este espacio vacío emanarán todas las conciencias y más tarde se crearán todas sus
formas emergiendo en un movimiento continuo hacia lo infinito manifiesto. Este vacío no existe
por sí solo y separado de su manifestación. Pues ¿qué sentido tendría para la Divinidad no
manifestarse?
Invirtamos la ecuación impuesta por los grupos de control. Desde lo superior externalizado y
manifiesto hacia lo causal, inmanente no manifiesto. El vacío. Por tanto no es que desaparezca
esa fuente o principio generador que las religiones han llamado dios o la diosa, solo que pasa
de ser un ser externo a nosotros a ser una cualidad interna e incluso anterior a lo interno, pasa
de ser una cualidad manifiesta a ser no manifiesta y fuente de todas las manifestaciones.
Así que tenemos Vacío con mayúsculas. Oscuridad primordial, potencialidad y ser. Y desde
este estado de latencia e inmovilidad total, donde el Ser es y no es al mismo tiempo, surge,
como el principio activo de la formulación del deseo de experiencia, el impulso de vida, la
intencionalidad de manifestarse, del Todo sin forma a la forma, del vacío a la vida.
Es la manifestación de este impulso el que da existencia a la primera forma, el cuerpo de luz.
El cuerpo de Luz del Ser se condensa gracias al magnetismo que el espíritu genera sobre las
vibrantes unidades fundamentales energéticas luminosas que emergen del centro del planeta.
Para dar soporte a esta manifestación iniciática necesitamos de un elemento y ese elemento es
el éter. Éter es luz, luz es éter.
Con nuestro cuerpo de luz manifiesto, aparece la conciencia de ser existencia. Hemos cruzado
desde el vacío informe, e inmutable, hacia la forma y el cambio, estamos dotados de un
espacio y estamos en contacto con el tiempo. Y en ese éxtasis existencial que es estar
apercibido como manifiesto, surge el deseo de adentrarse con mayor tangibilidad en la
experiencia, lo que desencadenará la siguiente fase. De la latencia de la presencia al
movimiento de la expresión del Ser. Para que ese movimiento de vida se ponga en marcha
existe el elemento Aire. El aire, la idea, dará giro e intencionalidad a la presencia luminosa y
gracias a este movimiento de comunicación la interacción se hará real.
Esta movilidad empoderada por el elemento aire va a generar fricción con lo otro, con el medio.
De esta fricción aparecerá la reactividad de los movimientos, y de esa reactividad y fricción
palpable y sensible aparecerá nuestra sensorialidad que será sustentada sobre el elemento
fuego.
Será éste elemento el que nos dará la medida de todos los relacionamientos. Por su capacidad
y notoriedad en la potencialización tanto como en su despotencialización, magnetización y
desmagnetización, el elemento fuego nos hará conscientes de la plasticidad que las cargas
energéticas muestran en relación a la diversidad. El fuego reconocerá lo que es la existencia.
Dentro de esta danza espontánea y clara que los fuegos genuinos desatan como formas de
experiencia, encontraremos en el elemento agua, el elemento que nos mostrará la claridad y
profundidad que podemos alcanzar en cada relacionamiento. El agua, al contrario del fuego no
se enciende y se apaga con facilidad, el agua fluye o se estanca, genera lagos o se seca, es el
elemento relacional que nos muestra la cualidad de las relaciones y nos adentra en las
cuestiones del desarrollo de éstas dentro de la espiral natural del tiempo. La manifestación bio,
necesita de vínculos fuertes y maduros en los que anclar los campos interconectados, para que
estos puedan sustentar el desarrollo bio y biohumano de nuevas formas de vida, el agua nos
mostrará el camino.
Para que toda esta danza elemental se vea configurada dentro de los límites de la seguridad.
Para que la experiencia individual se muestre dentro del colectivo como una parte integrante de
la Divinidad, la tierra es el elemento que aporta el rasgo sólido. El elemento tierra nos mostrará
la cuestión formal de los límites positivos y gracias a estos que sabremos expandirnos y
recogernos dentro de nuestro espacio-tiempo sagrado, cuerpo humano multidimensional, para
vivir la maravillosa experiencia de ser onda y partícula al mismo tiempo. Individuo y colectivo.
Estos cinco elementos son el soporte vivo por el cual fluctúan todas nuestras impresiones
relacionales. Éter presencia, aire pensamiento, fuego impulso, agua vínculo, tierra cuerpos.
Estos elementos pertenecen a la manifestación de la naturaleza y hemos de honrarlos y
conocerlos para adentrarnos en la estructura espacio temporal de nuestra experiencia. Es a
través de ellos, que volvemos al hogar, a nuestro espacio terrenal y a la comunidad humana,
animal, vegetal, mineral y estelar. Es a través de ellos que se da cualquier fenómeno, físico,
emocional y psíquico. No hay misterio ni desconocido, superemos nuestros rasgos de
ignorancia y superstición. El árbol del conocimiento es el árbol de la vida. La fruta prohibida es
el campo toroidal que todo lo anima.
Así que para visualizar mejor estos elementos interactuantes visualicemos su organización en
torno a la imagen en movimiento de un campo de energía toroidal. En el centro de él, el vacío
primordial no manifiesto. La circunferencia que se expande a su alrededor, la realidad
manifiesta. En ella, las partículas elementales del éter darán sustento a la energía y la luz para
la manifestación de la forma y el movimiento. Para que la forma se vuelva actividad, el efecto
del aire en movimiento y su torsión del campo. Para que el movimiento adquiera conciencia
sensible de la presencia de la vida espiritual, el elemento fuego y su espiral magnética de
calor. Para que la conciencia sensible adquiera sentido de la colectividad, la suma de los
campos que el elemento agua amplifica como los sentimientos. Y como límite y empaque a esa
forma y movimiento, sensibilidad y sentimiento, el elemento tierra como vehículo físico.
Toda manifestación se sustenta sobre este orden. Lo individual se transforma en lo colectivo
gracias a que no hay separación entre los elementos materiales. De la misma manera que no
hay separación entre los elementos espirituales.
Por tanto los campos elementales de conciencia, los seres, somos elementos mezclándose
entre sí, simultaneándose en su movimiento e interacción. Actuando en el espacio compartido,
en el que se van tejiendo las redes magnéticamente a las que decidimos darle nuestra
participación.
También, los cinco elementos se corresponden con las 5 velocidades de la conciencia. Éter-
gamma éxtasis existencial del cuerpo de luz, aire-beta pensamiento configuración informacional
de la existencia, fuego-alfa kundalini, presencia plena sensible, agua-theta amor, sentimientos
expansión relacional, tierra-delta cuerpo biológico consciente hogar del espíritu.
No existe nada aislado en nuestro universo, lo relacional es una constante. La única opción
alternativa a la realidad es la ilusión, nacida de la negatividad e ignorancia a que esto es así.
Dentro de la realidad, los movimientos de elasticidad, entre vacío y manifestación, entre
individuo y colectivo. Esta elasticidad se muestra como un movimiento de retracción y
expansión, inhalación y exhalación del Ser. Esto es todo lo que existe. Me gusta esta
explicación porque anula cualquier creencia en seres superiores, dioses, u otras formas de
sacarse la responsabilidad de ser los cocreadores de nuestra realidad, aquí y ahora en este
momento espacio-temporal.
¿Dónde está el vacío? Lo cierto es que para encontrar el vacío hay que ir hacia adentro,
reduciendo y abriendo espacios. Ya aumentaremos después cuando hayamos encontrado el
vacío, aumentaremos como humanos conscientes de lo que es asumir nuestra espiral de
desarrollo natural y nuestro campo toroidal de relacionamiento. Desde la fuente creacional
hasta el punto de desarrollo genérico en el que nos encontramos cada uno en este preciso
momento. Cada uno como una potencia específica, cada uno como una conciencia que
evoluciona a través de la espiral espacio-temporal. Esto es la éter-nidad. Somos luz, somos la
potencia manifiesta.
Todo en definitiva es la misma Divinidad cuando nos adentramos en la experiencia del
pensamiento unitario como acceso a la omnidimensión. La materia o manifestación siguen
siendo atributos expandidos de la Divinidad. Aquí lo que realmente importa no es la fuente que
todo lo anima sino la forma en que esa fuente se expresa. Hemos sido muy manipulados por
seres que se han expresado bajo las denominaciones de dioses. Para mí, la forma que nos
resta recuperar es la de las partículas vivas elementales de la naturaleza, lo que en India han
llamado de devas, seres elementales de la naturaleza. Simple, anti jerárquico e integrado.
Para terminar este capítulo una meditación que nos ayudará a concientizar la información antes
expresada. Estamos aquí presentes en nuestros cuerpos externalizados, vivos y relacionales.
Prestemos atención a nuestro cuerpo, la unidad de conciencia física. Millones de veces más
pequeñas están nuestras células, unidades de conciencia orgánica. Dentro de cada célula
millones de veces más pequeños están los átomos, unidades de conciencia energética. Dentro
de cada átomo, a una escala de millones de veces más pequeña, están los protones, unidades
de conciencia cuántica. Y dentro de los protones, a una escala de millones de veces más
pequeñas están las partículas Planck, unidades de conciencia lumínica. Entre estas unidades y
los protones hay millones de años luz de distancia. Las distancias son inconmensurables. ¿Has
conseguido visualizarlo? El vacío está ahí, inmenso y maravilloso, silencioso y potente como
una invitación a reunirnos con lo divino, con la propia unidad no manifiesta, con Dios. Con el
Silencio. Permanezcamos en él.
Hagamos ahora el camino de vuelta. Somos parte del vacío primordial del cuerpo de la
Divinidad, incluso somos, cada uno, la Divinidad, y es desde este cada uno que la existencia se
expande. Para su expansión desde la nada, aparecemos en formas de cuerpos lumínicos
magnetizando las partículas base de la creación en el campo etérico. Para movernos activamos
el movimiento de las partículas dinámicas de la inteligencia en el campo aéreo. Para sentirnos
expandimos ese dinamismo a los núcleos atómicos que nos encienden como llamas. Para
amarnos nos densificamos hasta el mundo acuoso y damos formas a nuestros
comportamientos. Para anclarnos nos solidificamos en el elemento tierra para abarcarnos.
Hacia adentro y hacia afuera. Lo no manifiesto y lo manifiesto en el espacio tiempo infinito. El
ser Espiritual y Los 5 elementos sagrados de la naturaleza de nuestro hogar, la Tierra.
Para terminar con la idea ilusoria de ser creadores de control sobre los elementos de nuestra
realidad, entendamos que los elementos no son creados a partir de nuestra existencia, sino
que el equilibrio de ellos es preexistente, pertenece al planeta. Cuando la mente logra fundirse
con el cuerpo, aceptando que es parte de esa dinámica interactiva natural, deja de intentar
controlarlo, deja de jerarquizar y se incorpora en la circularidad de la vida, pues comprende que
el control no existe y se fusiona dulcemente en su armonía original, espíritu-cuerpo-mente, tao-
yin-yang. Así el ego aprende la lección más preciada que la Divinidad deja en esta realidad
biológica. Lo creado es anterior al creador, lo femenino es prevaleciente a lo masculino. El ego
no existe, la mente pertenece al creador.
14 Ilusión y holograma.

Meli: Cuando medito después de estar largo rato y llegar a un leve silencio, puedo sentir el
espacio entre los átomos y como una corriente sutil de energía fluye y me da paz. Por ahora
no dura mucho, siempre algún pensamiento interfiere sacándome de ahí. ¿La realidad atómica,
si es mente, es ilusión?
Todo es mente, al menos eso percibo, yo no quiero apagar mi mente, ni perderme en ella,
quiero sincronizarla. ¿De qué manera? Eso es lo que voy descubriendo en el camino, día a día
algo aparece.
Matías: Volver al vacío regularmente será una de las herramientas fundamentales para no
identificarse con el caos electromagnético que se genera entre los elementos cuando no
estamos en nuestro centro. Sin acceso al eje desde el que se expande nuestra identidad,
fascinados o hipnotizados por el efecto externalizado de la mente, los demás elementos sólo
serán meros efectos especiales de la película de la ilusión externa.
La verdad es que hemos dejado de reconocer el lenguaje original que hay en el movimiento de
los elementos, como formas de conciencia básica de nuestra emanación. Observa este
fenómeno, en el interior vacío de la manzana toroidal se manifiestan todas las partículas de
éter necesario para darle forma, después el movimiento las hace convertirse en aire, por
fricción surge el fuego que comienza a quemar el aire y a producir humedad, la cual se
condensará y pasará a ser agua, que por la fuerza de acción de los elementos anteriores
acabará siendo tierra. Cuando estos elementos reaccionan de forma resonante se potencian
como experiencias intensas y verdaderas, sin memoria de estos estados entramos en un caos
estructural de ansiedad por la reactivación del sentir sin saber cómo dar vida y lenguaje, sin
desordenar aún más la situación.
A pesar de ser el elemento aire el que sustenta el aspecto mental, la idea y el pensamiento, no
confundamos la alienación de este recurso con su holograma original. Nada tiene que ver estar
completamente expandido en el elemento aire dentro de cada partícula subatómica, a mostrar
una compulsión viciosa a abusar del pensamiento consciente como única realidad objetiva. El
pensamiento y la idea, son inherentes a la identidad del espíritu y la organización estructural
física y emocional humana, pero nunca se sustentan independientes de él, como una realidad
virtualizante, como teoría o dogma, especulación u obsesión paradigmática. Al ser el tercer
estadio que el espíritu alcanza al manifestarse, después del vacío y el éter, y ser el primero
que da movimiento a las partículas de la información, se vuelve prevaleciente en la
organización mental de la percepción. Puede ser el que de vida a la fuerza creacional pura o
puede ser el que manipule los elementos siguientes, fuego, agua y tierra, a reaccionar a sus
hologramas de superficialidad inventada, las ilusiones. Es ahí cuando vivimos inmersos en esos
magnetismos externalizados de nuestro ser donde nos sentimos presos y separados de él.
Algunos creen que en ese movimiento está la realidad, y de alguna manera superficial lo está,
pero carece de la profundidad y el anclaje del eje divino, donde el ser espiritual es realmente
consciente de la información que desencadenará la creatividad y armonía formacional que
cualquier relación merece. El pensamiento que viene de la voz del espíritu es genuino e
integral, el pensamiento que viene de la fragmentación externalista de la mente controladora es
creación paranoide.
Recordemos que cada capa juega un patrón perfecto en la condensación del espíritu en
materia, y que la identificación con el aire-pensamiento-mente es la mente egóica. Los estados
de fanatismo etérico pueden ser relajados, los estados egóicos aéreos pueden ser aterrizados,
los estados de engaño fogoso pueden volver al eje, los estados carenciales acuáticos pueden
ser reencauzados, los estados inertes terráqueos pueden ser reactivados. Solo necesitamos
volver al vacío y de él, expandirnos en la luz.
Meditemos abundantemente sobre el vacío. Así, cuando nos salgamos del eje y nos dejemos
hipnotizar por alguna aceleración de la conciencia, tendremos referencias con las que comparar
este estado con la memoria de la sensación del estado que nos deja la reconexión al origen.
Así podremos diferenciar y analizar las circunstancias, con el fin de ir minimizando las
confusiones sobre cuál es nuestra verdad.
Los elementos sin eje magnetizan y suman sus campos creando las ilusiones de
codependencia, los éteres se suman creando las religiones, los aires se suman creando los
grupos de influencia, los fuegos se suman creando los grupos de pasión, las aguas se suman
creando los grupos de dependencia, las tierras se suman creando los grupos de presión. Son
todas identificaciones con el grupo en vez de con el Ser. Identificaciones con las subrealidades
y sus subredes en vez de con el individuo y el colectivo. Sin ánimo de unificar de una forma
plana y estéril, somos cada uno formas pertenecientes a rasgos particulares de la unidad. La
diversidad es la norma por la cual la divinidad busca expandirse, limitarse y expresarse para
encontrar el gusto de la relación. Entendamos esto bien para que el camino de
autoconocimiento también sea el camino de la dignificación de nuestras historias, nuestros
pasados y nuestros futuros.
Permanezcamos atentos a todos los rasgos compulsivos que se desprenden de la fusión sin
eje de los elementos. Los seres que nos condicionan a perder nuestros ejes son seres que no
han descubierto su propia divinidad. Cuando los elementos se fusionan generan deseo
compulsivo. Y siempre que sintamos la compulsividad del deseo, volvamos antes que nada a
nuestro eje para trabajar nuestra identificación con el vacío primordial y reorganizarnos ante la
latencia consciente y presente del espíritu.
Desinstalemos el comportamiento obsesor también del gen que le da vida. Hablemos un poco
de cómo funciona esta mecánica holográfica.
Nuestro ADN es como una biblioteca inmensa, donde en cada libro se guardan las
posibilidades de comportamientos potenciales. Estos libros cuentan las historias que los
crearon. La mecánica genética se muestra como una proyección específica de las memorias de
las narraciones almacenadas, para dar vida a cualquier comportamiento posible. Para que este
comportamiento se active, hemos de estar en una situación idéntica a la almacenada. Por
tanto, es el entorno el que magnetiza el banco genético. Desde el exterior llegan los estímulos
que determinan nuestro comportamiento en la situación, y desde el interior se activan las
memorias correspondientes para dar respuesta al estímulo. Cuando una cadena de información
está activa funciona de la siguiente manera, desde el interior de nuestras gónadas, se expande
en forma de holograma el programa específico que estamos usando como comportamiento. No
es que nuestro comportamiento venga exclusivamente del ADN, nuestro comportamiento se
activa por nuestras relaciones con el entorno, solo que al activarse usará un registro de
memoria genética para sostener el programa y proyectarlo de forma holográfica dentro de
nuestra emopsique. Estos programas son muchos y depende de nuestra conciencia el activar
unos u otros. Tenemos programas con los cuales se identifica nuestro espíritu y tenemos
programas por los cuales se identifica nuestro ego, esa parte que colabora con la propagación
del abuso y la obsesividad. Hemos de llegar a ser conscientes de que las gónadas son uno de
los centros de potencialidad pura y que su función es la de proyectar el rayo de energía en el
cual va cargada la información de nuestros comportamientos. Si comenzamos a notar la
sincronicidad entre estados de alta potenciación de energía sexual y comportamiento funcional,
es que podremos pasar de una proyección holográfica a otra, para instalar otro aspecto más de
la coherencia de nuestras funciones con respecto a nuestra estructura multidimensional y
retorno al eje vacío primordial. Esto es lo que se expande a través de kundalini. Programas
estructurales de expresión de nuestro comportamiento.
Acabó la era de los fantásticos mentirosos, seres inverosímiles y sagrados amorosos negando
su Divinidad.

15 ¡Valientes vencedores!
Meli: No importa ahora hace cuánto tiempo me están utilizando, ni de cuántas maneras se han
infiltrado en mi vida, no importa ya cuantas veces actué según su dirección, lo que importa es
ahora, y aquí donde estoy. Estoy trabajando para reconectarme a la fuente original. Trabajo
para tener salud multidimensional, desde la Tierra y la densidad. Con la ayuda y orientación, de
la Tierra, los elementales y mi ser superior, mi doble etérico. Focalizo mi atención en el
presente, con intención y acción.
No es fácil vaciar la mente y sentir. Más esa es la búsqueda que me trajo hasta acá.
Agradezco que estoy con un maestro que me ayuda en la comprensión de estos sentires y el
flujo de la energía. Al mover el cuerpo siento la energía que lo recorre llegar hasta los dedos.
Desarrollar la fuerza en mí para dar luz al ser original. Ya es Luz, sólo puedo dar espacio-
tiempo en este cuerpo, en este receptor lento que el Ser original habita.
Todo está cambiando, todo cambió, y todo cambiará, solo la presencia original quedará viva.

Matías: ¡Meli, hemos ganado la guerra! Le hemos ganado el juego a los agentes de la
inconsciencia. Gracias al esfuerzo que hemos puesto en materializar, gracias a la
concentración y foco en creer en la importancia de nuestro proyecto. Gracias a la energía de
amor que los seres invisibles han puesto en esta misión. Hemos vencido a la locura del engaño
de la ilusión. Hemos iluminado nuestra ignorancia y hemos sido más fuertes que la
impaciencia. Hemos abierto el portal de la luz, y nuestro compromiso con desvelar y
transformar nuestras ilusiones ha dado resultado. Y lo hemos logrado para nosotros y para todo
el mundo. El libro ya existe y nunca será borrado. Om Mani Padme Hum.
Hemos cerrado el portal a esos seres orgullosos e invasivos que se creen poder disminuirnos
con sus estrategias de agresión. Puede que sea temprano en tu proceso pero gracias a nuestra
cocreación yo lo he logrado, he completado la limpieza y he asegurado la presencia que desde
el vacío primordial emana mi conciencia, soy Uno con el Tao y dentro del Todo soy la partícula
Zen. He extraído de mí a esas fuerzas que no merecen estar presentes en la fiesta
multidimensional. Y a partir de ahora, solo me interpretaré en la simpleza del continuo espacio
temporal de la participación en la creación. Lo he logrado. Y ¿sabes que he descubierto? Que
separarse de tu propia familia es lo más doloroso que un ser humano puede hacer en su vida,
pero que cuando tu propia familia se convierte en tus agresores has de separarte tanto como
necesites para sentirte segura otra vez. Tanto como necesites hasta estar segura de que nadie
se toma la libertad de agredir tus límites o decirte como debes vivir. Tanto como para
potencializar cada átomo de tu cuerpo de forma que tu cuerpo lo habites solo y exclusivamente
tú. Tanto como para que tu ejemplo transforme a tu familia carnal y que tu cuerpo reciba
plenamente a tu espíritu para reconocer con el corazón a tu familia espiritual. Ese es el
momento definitivo, ese es el momento que el espíritu de luz vuelve a entrar en el cuerpo
físico. Espíritu, cuerpo y mente, una sola cosa. Una emanación celestial en la Tierra, la Tierra
sin mal.
Baja a través de las velocidades de la conciencia, desde beta, hasta alfa, meditando e
incorporándote en ti, baja desde alfa a theta, abarcando tu proceso desde la percepción micro
orgánica de partículas, baja de theta a delta, dando luz a tu conocimiento en expansión como
una fuente, y fluye y sube a gamma cuando te encuentres segura y firme en el amor. Ese es el
camino del éxtasis.
16 Desintegración e integralidad.

Meli: Hoy tuve un encuentro con un ser humano totalmente obsesorizado. Me di cuenta gracias
a que pude percibir la reacción de mi cuerpo. Estaba tranquila y comencé a sentirme incómoda
con la forma en la que esta persona se dirigía hacia mí. Acabé saliendo muy perturbada y al
mismo tiempo atenta y vigilante, consciente de que lo que había pasado era un encuentro con
un obsesor. Al salir del lugar tuve la necesidad de agarrar el campo energético de distorsión
que se me había adherido y sacarlo de mi aura. Me dirigí al mar a respirar y soltar lo
acontecido. Me resuena la información sobre la polución del cuerpo emocional.
Matías. La polución emocional y la radiación excesiva son dos buenos temas a tener en cuenta
en el trabajo de regeneración. Polución emocional significa transitar estados en los que las
emociones nos saturan. Saturación que nada tiene que ver con estados de éxtasis, euforia o
entusiasmo natural, son estados en los que sobrecargamos nuestro sistema nervioso con
estímulos idénticos a los del campo emocional de los obsesores.
La polución emocional forma parte del guión de las emociones de los invasores, no de nuestra
historia. Son siempre formas exageradas, que nos arrastran a sufrir o celebrar en exceso, y de
las cuales salimos agotados y con la sensación de haber sido usados. De haber habitado un
lugar que no era nuestro.
Cuando son emociones positivas y hemos prestado atención a sus circuitos, habremos notado
que con la misma intensidad que se sube, también se baja, adoramos estar arriba y solo nos
quejamos cuando estamos abajo. Para explotar el globo, hemos de tomar conciencia cuando
estamos arriba de que estamos prestando el cuerpo a un invasor, sólo desde dentro de ella
que podemos salirnos. Cuando son negativas, estamos interpretando la evolución del obsesor,
que busca sufrir para aprender de los sentimientos. Nosotros humanos, en principio, no
necesitamos esas lecciones. Las nuestras son mayormente de entendimiento mental y
recuperación de la integralidad, en referencia a nuestro lugar natural dentro de la Divinidad.
La radiación es un tema amplio, para que nuestro espíritu esté presente ha de haber una
radiación específica que es equivalente al cuerpo de luz conformado por el campo etérico. Los
seres obsesores que se adentran en nosotros tienen cuerpos gaseosos radiactivos, sus
cuerpos astrales en vez de ser de luz, son de gases. Cuando los interpretamos o toman
nuestro vehículo nos dejan impregnados de la radiación que emiten. Es de esta radiación que
hemos de limpiarnos. La radiación se manifiesta como bolsas de energía caotizada que va a
aparecer justo en esas zonas donde más nos está costando anclar la conciencia. Y se
impregna y adhiere en las toxinas de nuestros cuerpos.
Tendremos que recurrir a la potencia plena, solo que con una gestión amorosa del poder para
librarnos de ella. Sí, también nosotros somos poderosos y estamos encendidos en cuerpo al
100%. Solo que esa fuerza y poder viene de la luz etérica y no del gas, y nosotros la usamos
para amar, para amarnos y tener una actitud activa de defensa de la integridad de nuestro ser.
Para cocrear y divertirnos, nunca para avasallar, intimidar y violar los espacios ajenos.
Hace dos millones de años, los primeros intrusos llegaron a la Tierra, intervinieron al homínido
que vivía plenipotenciado en armonía con el planeta y empezaron el desequilibrio que perdura
hasta hoy. La Tierra era por entonces una biblioteca viviente. En las gigantescas formaciones
rocosas de cuarzos y demás minerales que almacenan información, se guardaban las historias
de las especies que venían de todas partes del universo para dejar testimonio de su existencia.
Eran tiempos tranquilos, lentos y buenos, donde la bajada de un platillo volador significaba la
visita de seres diferentes, extraños y maravillosos. Misiones estelares trayendo sus fantásticas
crónicas para anclarlas en nuestra amada biblioteca, y dejar registro para el universo, de sus
existencias. También venían otras interesadas en recoger estas informaciones. Los grupos
homínidos regionales se transformaban en guardianes de los registros almacenados en sus
territorios y se especializaban en el estudio de las memorias para hacer de guías a los
visitantes que llegaban en las misiones curiosas. Estos fueron buenos tiempos para Gaia.
Con la llegada de los primeros internautas, desligados de la cuestión del respeto fundamental a
la vida, seres en esa etapa evolutiva, donde todo es un capricho de la falta de atención al
medio, atropellaron rápidamente a los calmos y reservados seres primigenios, y los
intervinieron para experimentar con sus genes, cortando 10 de los 12 filamentos de su
conexión a la cosmonaturalidad.
Desde ese lejano día, muchas cosas han sucedido, muchos seres han intervenido el proceso
humano de la Tierra, y en el resumen a día de hoy, nosotros, los descendientes, nos
encontramos cerrando el ciclo negativo positivo de todo lo que eso desencadenó en nuestra
evolución como especie.
Resulta que ese primer grupo de manipuladores, ha evolucionado y corregido su egoísmo hace
ya cien mil años, y hoy en día son nuestros principales guías, seres que nos acompañan en
este gran cierre de ciclo, para cerrar, también ellos, su propio ciclo de aprendizaje kármico.
Como hermanos mayores que conocen todos los pasos que estamos dando nos apoyan desde
la estrellas.
Acá abajo tenemos que lidiar con todas las sintonías que han quedado abiertas, que dejaron
cada uno de los grupos que nos intervinieron durante este largo tiempo. Así que los seres de
las estrellas no son dioses, son simples extraterrestres multidimensionales, tan parte de la
espiral evolutiva como cualquier otra forma de vida.
Con respecto a aquellas entidades que aún están atrapadas en las luchas de poder y en la
actualidad nos mantienen presos de su manipulación, llegaron hace 400.000 años, y desde
entonces nos utilizan para que protagonicemos sus dramas de actualización evolutiva.
Es importante conocer un poco de las crónicas reales sobre las cosas que pasan en nuestro
diminuto barrio galáctico. Nuestro planeta y las millones de estrellas que vemos en nuestro
cielo son una ínfima fracción, un barrio diminuto, de la inmensa metrópolis que es la galaxia. La
propia galaxia es igual de diminuta cuando hablamos del tamaño del universo. Por eso me da
risa cuando dicen que esta o aquella entidad es Dios. Como si nuestras crónicas terrestres
fuesen verdades absolutas dentro de la inmensidad de la experiencia mística universal. Claro
que nuestros genuinos misioneros, seres de la luz del amor, parte integral de la Divinidad,
están ahí como guías ejemplares del camino de la liberación real, pero de ahí a creer que son
el dios único y que de ellos emana el todo, cada uno con sus confusiones de percepción con
respecto al centro, al vacío y a sí mismos en relación al Tao.
Demos fin a la obsesión con el tema del poder de la jerarquía. Pandemia que se extiende
mucho más allá de los seres que tienen creencias en dioses que los dominan. Dentro de esa
locura es bueno mantener la sobriedad y mirar a la historia cósmica, a la historia humana y a
nuestra historia personal, no para juzgar, pero si para definir bien como nos comportamos en
relación a nuestra propia verdad. Así sabremos qué tenemos que trabajar de nosotros mismos
y qué tienen que trabajar los demás. Y no seremos esclavos de creencias que solo posponen
el acceso a nuestro propio poder y lugar en la Divinidad. Ni seremos hojas al viento en la
experimentación caótica de la improvisación constante sin rumbo ni sosiego. Seamos
ecuánimes al compartir el camino de reconexión con otros, igual que seamos firmes en limitar a
quienes andan presos del abuso de poder.
Nos estamos moviendo entre tres esferas. Una, donde batallamos para proteger, nutrir y
defender nuestro campo, con el fin de expulsar a aquellos seres que abusan de nosotros. Una
segunda donde en ese mismo ejercicio, nos encontramos con los compañeros de camino, con
los cuales, a pesar de la confusión que pueden provocar las carencias, entendemos que hemos
de ser compasivos y esperar también compasión, para ayudarnos en la ya difícil tarea de retirar
a los abusadores. Y una tercera, donde libres de todas estas tensiones empezamos una nueva
era de luz en la que nos sentimos recibidos por todas las esferas que están ya vibrando la
verdad verdadera.
17 Del frío al calor.

Meli: Hay situaciones en las que la incomodidad se dispara. Multitud de gente, incorporados, se
nota la diferencia de que ellos están más dentro de sus cuerpos, fluyen, son espontáneos.
Estoy empezando a percibir que la energía también fluye por mi cuerpo, mis piernas aún están
débiles. Hace dos días recibí una activación general de la energía del cuerpo. Me desperté
sintiendo que había estado acompañada por mis maestros y que había recibido una operación
espiritual de fusión con mi ser superior. Desde ese día siento que mi percepción corporal está
más refinada, más anclada y más segura.
Matías: El fin de ciclo nos enfrenta con una cuestión específica, nuestros ancestros homínidos
ya fueron señores de su paraíso. Peludos y huesudos dioses de su jardín original. Nuestro
grado de mayor humanidad lo heredamos de ellos, ellos ya tenían el diamante magnífico del
amor humano universal. Lo que hemos ganado en este loco retroceso dimensional ha sido la
diversidad. Nos hemos transformado en un cóctel galáctico de razas cósmicas que se
manifiestan en nuestras morfologías y formas de ser, y no solo entre nosotros, sino dentro de
nosotros. Quien se haya abierto a la dignificación de su herencia genética, humana y galáctica
habrá podido descubrir que no hay linealidad ni en la racialidad humana ni en la cósmica. Igual
que no la hay en la herencia evolutiva de las especies animales que nos conforman. Somos,
en última instancia sólo nosotros mismos. Pero por supuesto, ¿a quién le gusta andar sólo con
tanto amor para dar y recibir?
Cuando de amor se trata la mente pasa a segundo lugar. Al menos esa mente fría, que la
evolución reptil y las máquinas comparten de igual manera. Entendamos la diferencia entre las
líneas de desarrollo animal y las líneas de desarrollo de la inteligencia artificial, para
entendernos y alinearnos con nuestra responsabilidad y nuestra capacidad animal de actuar.
Desde la sangre fría reptil, hasta la sangre cálida mamífera. Hace 2 millones de años el ser
humano ya era un ser de sangre cálida integrado en lo femenino cósmico con todas las
facultades creativas de la Divinidad. Viviendo en el amor y la abundancia que le ofrecía su
hogar Gaia, la biblioteca viviente. Es ese amor que podemos recuperar yendo hacia atrás y
hacia adelante, permite a la mente ser creativa pues la vida ya está sustentada por la verdad
del equilibrio y la seguridad de la experiencia.
Estamos ante un nuevo momento sobre el mismo y viejo mundo físico espiritual. Nos estamos
adentrando en una nueva era donde cambian las ideas sobre lo espiritual, y lo verdaderamente
importante es que cambia nuestra manera de comportarnos como reflejo de la espiritualidad. La
nueva espiritualidad es física, la nueva espiritualidad incorpora lo divino personal y le da
cuerpo. La nueva espiritualidad abre el portal del paraíso terrenal perdido y cierra los conductos
por los que se infiltró el mal.
Lo que vamos a acoger va a ser una supernova de energía orgásmica, un lleno total de placer
y conciencia, una felicidad manifiesta por el simple hecho de existir. Este lleno total va a surgir
de la suma de cada campo físico activado, de cada corazón y mente en conciencia de que el
espíritu está finalmente presente en cada uno, y de la cantidad de amor y creatividad disponible
para ser. Este campo de potencialidad, esta nueva red, se sumará a la potencia del amor de la
Tierra, sumado al amor de los animales y plantas y seres elementales, sumado al amor de los
seres galácticos, reformulando la unidad como una realidad tangible y experienciable, segura y
permanente.
Para que esa señal omnipresente de contacto energético plenamente potenciado sea vivido en
armonía, nuestros espacios tienen que ser realmente seguros, tal como lo eran antes del
primer día que comenzará esta travesía por la fractura del espacio-tiempo original. Hemos
vivido muchas cosas. Ahora nos toca devolverle a este espacio que es nuestro cuerpo y
nuestro planeta, la seguridad de ser guardianes de su armonía. Con la misma calma, seguridad
y presencia de espíritu y sobre el mismo planeta que poblaron nuestros ancestros, hermosos
homínidos bibliotecarios de la maravillosa biblioteca cósmica viviente, que sigue estando aquí,
esperando nuestro despertar.
Epílogo.

Meli: Conociendo mi cuerpo.


Tengo un cuerpo humano, dos piernas y dos manos, una cabeza que sabe que hay más allá y
un corazón que late y late sin pensar.
Tengo huesos que me dan estructura, músculos y tendones que me facilitan movimientos como
tomar, dejar, correr, andar y más.
Tengo sangre que me protege y purifica. Y nervios que me permiten sentir el frio, el calor, la
calma, el éxtasis y muchas otras sensaciones.
Tengo órganos alquímicos que transforman el alimento y las emociones y son capaz de
generar vida.
Tengo glándulas que generan hormonas tales como la serotonina, oxitocina y otras.
Y tengo un cerebro que se divide en dos, donde una parte me deja percibir, la otra hacer, una
crear la otra organizar.
Todo esto que tengo está relacionado entre sí, unos con otros se comunican y trabajan en
conjunto.
Aún es un misterio para mí gran parte de su funcionamiento. Y todo en un espacio de 1 metro
y 54 centímetros.
Cuerpo te amo, gracias.
Matías: Este libro lo hemos escrito en un mes, justo el tiempo de nuestro encuentro en Río.
Soy consciente de que hay un millón de aspectos que sólo están esbozados y que pueden ser
mejor explicados. Espero que sirva para establecer un eje de visión común con respecto al
marco teórico de la realidad vibracional en la que vivimos, y que de éste conocimiento sensorial
se desprendan muchas más ramas del árbol de la vida y que pronto el bosque terráqueo sea
una cocreación entre todos para que podamos volver a vivir en el jardín de Gaia en Unión a la
Divina Diversidad.
Para quien quiera comunicarse con nosotros ayudándonos en la publicación del libro, aquí el
mail, y sientanse bienvenidos a compartirlo con quien este interesado en tener esta
información.
noadendrum@gmail.com

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