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I.

Identificar el reforzador y la contingencia

Para obtener el reforzador adecuado se llegó a unos acuerdos entre padres,


evaluados y maestros, con el fin de mejorar su conducta.

El reforzador que utilizaremos con el niño es el positivo, hemos


implementado un programa de economía de fichas en el cual se motivara al
niño de forma positiva la conducta para conseguir que el niño modifique su
comportamiento. En caso de no ser modificada u obtener ningún cambio se
retirara estos reforzadores y obtendrá consecuencias negativas, es decir
menos salidas, mas tareas en el hogar, etc.

En la escuela el maestro propone que siempre y cuando su conducta


mejore el evaluado obtendrá elogios, se incluirá en actividades del centro,
dígase juegos de baloncesto.

Iniciar el programa

El programa se iniciara realizando lo ya antes mencionado, el cual


constara con un reforzador positivo de caritas felices y triste que obtendrá por
cada vez que lleve a cabo una conducta, o bien si durante cierto periodo de
tiempo ha realizado o evitado una conducta concreta.

En este programa trabajaremos de acuerdo a la conducta que presenta


el niño en la escuela, el niño deberá efectuar una serie de conductas deseadas
(o dejar de hacer otras) le hemos dejado muy claro lo que se espera de el con
el programa, las tareas que debe concretar y se le especificó también que
existe un tipo de coste por hacer lo contrario a lo pretendido.

El premio que recibirá será a bases de los puntos, y se estableció el


valor de cada una, condicionando su obtención a la realización o no realización
de determinadas conductas. Comprendió el concepto de caritas, y para qué
sirven,  en este caso la conducta que modificaremos, es obedecer, ordenar sus
cosas, hacer sus tareas, no molestar a los demás niños etc.
El programa de economía de fichas suele funcionar muy bien para
regular los refuerzos que recibe el niño.

En los primeros días hemos puesto conductas que son fáciles de


conseguir, el éxito llama al éxito, el niño entenderá que si consigues las caritas
felices esto incrementara su motivación, su autoestima y va ser que se
esfuerce más, con lo cual iremos modificando las conductas a lo largo de las
semanas sin excedernos demasiado.

Proseguir a realizar anotaciones y datos recogidos. Organizar una segunda


visita en el centro educativo para intervenir con el programa de reforzamiento
de conducta, con el fin de mejorar el comportamiento del alumno.

II. Observar los efectos del programa

Luego de aplicar el programa de reforzamiento de conducta el niño ha ido


mejorando poco a poco, ya que los padres y maestros del centro dieron
seguimiento a los reforzadores presentado en el programa.

En el caso del evaluado su experiencia fue agradable, pudo mejorar su


comportamiento y obtener buenos resultado de este cambios, es decir como su
conducta es buena los padres lo elogian, le presentan más atención, apoyo y
consentimiento.

III. Modificar el programa si se quiere

Modificamos el programa, por lo anterior dicho de que comenzamos con


conductas que eran fáciles de alcanzar para el niño y adaptamos el programas
a conductas más moderadas

IV. Desvanecer el programa

Hemos desvanecido el programa ya que entendemos que el niño va


mejorando su conducta, aparte de que también la economía de fichas no se
deben mantener estable por tanto tiempo porque esto permite que el niño se
canse, ya que son técnicas que se utilizan para un periodo de tiempo no
excesivamente largo.

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