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COVID-19 VS EL CREYENTE

INTRODUCCIÓN:

El mundo entero no deja de hablar sobre el brote más reciente de


coronavirus y la amenaza que esta representa. Como creyentes,
necesitamos pensar bíblicamente sobre esta clase de peligros y estar bien
informados sobre los tiempos que vivimos. Esto nos libera del
sensacionalismo y de ser simplistas, mientras nos ayuda a conducirnos
mejor.

¿Qué es el coronavirus?

Desde diciembre del año pasado, hemos escuchado acerca de este virus,
conocida como coronavirus. Existen unas 69 especies de este virus, siete de
las cuales pueden afectar el ser humano. El resto halla su hábitat en
animales, sobre todo en murciélagos, cerdos, y otros mamíferos pequeños.

Se les llama coronavirus porque la apariencia de los virus de esta familia,


bajo un microscopio, nos recuerda a la corona solar.

¿Cuál es la “historia” del coronavirus?

Estos virus son conocidos desde la década de 1960. Sin embargo, no fue
hasta el año 2002-2003 cuando la población general comenzó a
familiarizarse con su nombre debido a una epidemia o brote de un virus de
esta familia ocurrido en China, eventualmente denominado SARS (en
español, Síndrome Respiratorio Agudo Sistémico). Esta epidemia fue
prácticamente contenida dentro de China. Según la Organización Mundial
de la Salud, solo se reportaron alrededor de 8.000 casos con una mortalidad
entre 9.5 y 10%. Casi 800 personas murieron durante ese periodo como
resultado de la enfermedad.
10 años después surgió otra cepa de coronavirus en Arabia Saudita, con una
mortalidad extremadamente alta de un 35%. Esto implicaría que
prácticamente uno de cada tres pacientes afectados por el virus moriría, lo
que en efecto ocurrió. Afortunadamente, esa epidemia también fue
contenida. Solo 2.400 personas fueron afectadas, de las cuales murieron
aproximadamente unas 800. Este virus fue llamado MERS (en español,
Síndrome Respiratorio del Medio Oriente).

No volvimos a escuchar sobre un virus similar hasta que en diciembre del


2019 surgieron los primeros reportes de un síndrome respiratorio, una vez
más en China, específicamente en la provincia de Wuhan. El virus ha sido
denominado al presente SARS Covid-2, y la enfermedad como Covid-19
(Coronavirus disease, 2019).

La mayoría de fuentes confiables, nos datan que este virus se produjo a


causa de comer la carne del murciélago, carne que Jehová prohibió comer
en el A.T. (Lv. 11:13, 19)

Las aves que cazaban otras criaturas eran inmundas, en realidad los
murciélagos no son aves, pero la palabra hebrea traducida como aves
abarca más de lo que abarca el castellano, pues significa: cosa que vuela.

¿Cuánto se ha extendido el nuevo coronavirus hasta ahora?

Desde entonces, el virus se ha expandido a más de 149 naciones y


territorios. Al día de hoy (Marzo 14, 2020), hay más de 149.615 casos
reportados a lo largo de todos estos países. De estos, unos 73.726 pacientes
se han recuperado completamente, hay alrededor de 70.284 casos
considerados como activos, y unas de 5.605 personas han muerto. De los
casos activos, un 92% parecen tener condiciones ligeras y el resto se halla
en condiciones severas o críticas.

¿Cuán mortal es el nuevo coronavirus?


La mortalidad promedio del total de casos reportados, anda alrededor de un
3.7%. La mortalidad más alta fue reportada en Italia, estimada en poco más
del 7% (1266 muertos). La mortalidad más baja fue reportada en Corea del
Sur, calculada alrededor de 0.8%.

Los pacientes de mayor riesgo son aquellos de más edad (mayores de 60


años) y aquellos que sufren de alguna enfermedad crónica, ya sea
respiratoria o de algún otro tipo como la diabetes mellitus o el fallo renal.

Es posible que la mortalidad termine siendo de un 1% o menos, según


algunos expertos que publicaron su opinión en el afamado New England
Journal of Medicine.

Muchos creen que el coronavirus es la enfermedad que está trayendo más


muertes en el día de hoy. Miren este cuadro según la OMS. Hay
enfermedades que causan más mortandad y con las cuales convivimos
todos los días.
¿Cómo se transmite el coronavirus?

En cuanto a la vía de transmisión, esto ocurre a través de pequeñas gotitas


de secreciones que salen al aire cuando el paciente tose o estornuda.
También puede transmitirse a través del toque de objetos sobre los cuales
estas gotas cayeron. En cuanto al periodo de incubación, ha sido estimado
entre dos a 14 días.

Muchos se preguntan cuánto tiempo puede vivir el coronavirus fuera del


cuerpo. La respuesta puede ir desde varias horas hasta varios días. Los
virus son organismos microscópicos que viven dentro de las células. Por
tanto, pueden permanecer vivos mientras la célula que habitan permanezca
con vida. Si el ambiente está húmedo o la superficie sobre la cual estos
virus fueron depositados tiene un alto grado de humedad, es posible que
puedan permanecer con vida por varios días. Pero si la superficie es seca,
puede que el virus muera en cuestión de horas.

La mayoría de los casos de COVID-19 han sido reportados en personas que


tuvieron contacto con otras que habían sido infectados por el virus. Sin
embargo, en varias comunidades surgieron casos donde la enfermedad
apareció aparentemente sin algún contacto con alguien infectado.

Mientras más cerca está usted de la persona afectada, mayor es su riesgo de


ser infectado. Vale señalar que el CDC (centro de control de enfermedades
en Atlanta) considera un “contacto cercano” de estar mínimo a unos seis
pies (1,8 metros) de distancia de la persona.

¿Cuáles son los síntomas del coronavirus?

Como mencionamos arriba, un 20% de los pacientes nunca desarrollarán


ninguna sintomatología. La mayoría de los casos se presentarán con
síntomas como fiebre, tos, dolores musculares, cefalea (dolor de cabeza
intenso), vómitos, y diarrea. Estos síntomas son parecidos a los de una
gripe.

Los síntomas permanecen como ligeros en el 92% de los casos activos,


pero existe casi un 8% que progresa a tener síntomas severos y aún críticos.
Estos pacientes tendrán dificultad respiratoria, el desarrollo de neumonías,
y hasta la presentación de hipotensión (presión arterial anormalmente baja)
o choque séptico de origen viral.

¿Por qué es alarmante la situación para muchos?

A nivel mundial, la alarma se levanta no tanto por la mortalidad sino por el


número de pacientes infectados. Esto hace que el número de muertes por
causa de este virus resulte eventualmente sumamente alto.
La verdad es que, millones de personas quedarían afectadas por el virus
para cuando la epidemia termine. Esto pudiera producir cientos de miles de
muertes a menos que podamos desarrollar una vacuna o algún tipo de
tratamiento pronto.

La mayoría de los expertos en vacunas entienden que no tendremos una


vacuna para uso en humanos por los próximos 12 a 18 meses. Múltiples
antivirales están siendo probados, pero hasta la fecha no existe alguna
recomendación oficial para ninguno de ellos

¿Cuál es la medida de prevención que debemos tomar?

Recomendamos el lavado frecuente de las manos y el uso de mascarillas


N95.

También se recomienda que, hasta que esta epidemia se considere como


pasada o bajo control, disminuyamos al máximo el contacto físico con otras
personas (ejemplos: dar la mano, abrazar, besar, etc).

Estas medidas pueden parecer extremas, pero las autoridades consideraron


que la rápida transmisión del virus las hizo necesarias.

¿Cómo necesitamos pensar los creyentes al respecto?

De hecho, debemos ser prudentes y responsables, tanto para tomar las


medidas recomendadas como para tratar de mantener una salud general en
buen estado.

La población mundial parece estar en pánico, solo miremos nuestro país,


pero nosotros que vivimos bajo una perspectiva bíblica (366 veces: no
temas) es importante recalcar que no hay razón para experimentar tal nivel
de ansiedad. Sobre todo, cuando consideramos que el Dios creador de los
cielos y la tierra es el mismo que controla cada microbio, átomo, o
molécula en el universo.
Cómo creyentes no debemos desesperar ante esto. La mejor forma de
prevenir el coronavirus es alimentarnos bien, tomar abundante líquido,
descansar adecuadamente y lavarnos las manos. ¿Sabían que la ansiedad y
la desesperación solo baja nuestro sistema inmunológico y evidencia
nuestra falta de confianza en Dios quien tiene el control de todo?

Este es un buen momento para que el cristiano pueda mostrar no solo


cordura, sino también paz y esperanza, reconociendo que nuestra vida no
depende de la entrada de algún microorganismo a nuestro cuerpo.

Sino de que el Espíritu Santo mora en nosotros, mora en este cuerpo,


porque no debemos temer a aquel o aquello que mata el cuerpo, sino a
Aquel que mata el alma y el cuerpo. Nosotros debemos depender del Dios
que determina el comienzo y el final de nuestra historia en la tierra.

El apóstol Pablo, nos llama a no estar ansiosos por nada (Fil. 4:6 Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias), “se necesita la misma
cantidad de energía para preocuparme que para orar, uno nos lleva a la
paz, el otro nos lleva al pánico”. En medio de toda esta conmoción, ¿qué
vamos a elegir? ¿vamos a elegir aquello que nos lleva a la paz o aquello
que nos lleva al pánico? ¿vamos a confiar y a descansar en el Señor quien
está en control de todo?

Y la razón por la que el cristiano debe permanecer en paz en medio de las


peores circunstancias es precisamente el control soberano que Dios ejerce
sobre su creación. Los cristianos creemos en un Dios soberano.

¿Qué es la soberanía de Dios? La soberanía de Dios significa que Dios es


Dios; Él hace lo que quiere, cuando quiere, donde quiere, como quiere y
con quien quiere.

¿Acaso alguien podrá impedir que Él haga algo que, Él ya decidió hacer?
Si Dios ha determinado en su Soberanía, terminar con la vida de cierta
cantidad de personas, Él lo va a hacer, y si tú y yo podríamos estar en esa
lista, no nos preocupemos por stockearnos con víveres o útiles de limpieza,
preocúpate en saber si tienes la seguridad de salvación.

Nuestro mundo está manchado por el pecado y por eso surgen virus como
este. Aunque no tenemos todas las respuestas, podemos estar seguros de
que Dios nos ama y siempre es justo (Ro. 5:8).

No debemos minimizar la situación, ni tampoco ser alarmantes y crear una


histeria colectiva. Hay personas y hermanos que todo esto lo van a tomar la
ligera y otros que de cierto modo van a exagerar tomando algunas medidas
extremas e innecesarias. Nosotros debemos ser corteses y respetuosos con
ambos lados. Deberíamos, por ejemplo, ayudar a otros a comprender lo que
dice la Escritura acerca de cómo Dios es soberano sobre la enfermedad y el
sufrimiento. (Job 2:10 ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo
recibiremos? - Job. 5:18 Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará;
El hiere, y sus manos curan)

Pr. 24:10 (LBLA) si eres débil en día de angustia, tu fuerza es limitada.

Nunca se debería de decir que el pueblo de Dios está siendo gobernado más
por el miedo que por la fe en Dios. Entendiendo esto, que Dios está en
control de todo. Tenemos esperanza en el Señor que gobierna todas las
cosas. Podemos confiar en Él mientras oramos por nuestros países y la
iglesia en los lugares afectados por la enfermedad, oramos también por los
médicos e investigadores que trabajan para detener este mal, y acatamos las
prevenciones dictadas por nuestra nación.

Mt. 6:27 (RV60) ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane,
añadir a su estatura un codo?
Mt. 6:27 (NVI) ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede
añadir una sola hora al curso de su vida?

Texto final: Salmos 46:1,2 - 10,11

Qué está pandemia no detenga a la iglesia en servir, evangelizar y


discipular. Piensen en los creyentes primitivos, ellos sabían que si salían
fuera o se reunían como iglesia corrían el riesgo de morir y aun así lo
hicieron.

¿Porque hemos de actuar diferente? No le digas a Dios cuán grande es esta


enfermedad, dile a la enfermedad cuán grande es tu Dios.

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