Sunteți pe pagina 1din 11

220 LA VENTANA, NÚM.

5 / 1997

ella especifica que “el socialismo im- JAIME PRECIADO CORONADO


plica una revolución, pero una revolu- UNA NUEVA DEMOCRACIA
ción que ´ocurre´ en el curso de una A TRAVÉS DEL GÉNERO
civilización, con preferencia a una re-
volución que se ‘produce’ en un mo- PHILLIPS, Anne. Género y teoría de-
mento puntual de la historia”. Es que 29
mocrática, Programa Universitario de
estamos demasiado acostumbrados a Estudios de Género, IIS-UNAM, Méxi-
considerar la historia como un asun- co, 1996.
to político, sin darnos cuenta de que
es por encima de todo una cuestión En esta obra la profesora Anne Phillips,
social y cultural, la historia de la vida del City of London Polytechnic, pre-
diaria de hombres y mujeres. “Si la si- senta una revisión profunda y nove-
tuamos bajo una mirada minuciosa, dosa sobre las relaciones entre la teoría
esta historia revelará cambios que in- democrática y el movimiento feminis-
cluyen una revolución social”. 30
ta contemporáneo, y la consecuente
influencia que este último tiene –y
podría tener– sobre la democratización
del mundo actual.

La perspectiva

29
Heller, A. y F. Fehér. Anatomía de la izquierda occiden-
tal, op. cit., p.156. La perspectiva principal del libro no se
30
Heller A. y F. Fehér. Políticas de la postmodernidad, op. queda en la propuesta de una inclu-
cit., p.247. Contexto en el que refiere que “el feminismo
fue, y ha seguido siendo, la mayor y más decisiva revo- sión más activa de las mujeres en la
lución social de la modernidad. A diferencia de una re-
volución política, una revolución social no estalla: tiene vida política sino que destaca, con base
lugar. Además, una revolución social es siempre una re-
volución cultural” (p.246). en una nutrida discusión teórica, los
EN LA MIRA 221

alcances transformadores que el fe- der. Por un lado, “desarrollar mecanis-


minismo pudiera tener para la cons- mos representativos que reconozcan
trucción de un nuevo concepto de explícitamente la diferencia de género
democracia que tome en cuenta am- y la desigualdad de género y de este
pliamente las ideas de libertad y de modo garantizar una nueva proporcio-
igualdad para ambos géneros. Esta nalidad entre los sexos” en la toma de
construcción, apoyada en la influen- decisiones políticas. Y por el otro, “po-
cia que el punto de vista femenino pu- ner como base los discernimientos de
diera darle a la democracia, representa la política del movimiento de las muje-
tanto una reformulación como la crea- res para reordenar la relación entre las
ción de un nuevo pensamiento políti- esferas pública y privada”.
co desde la base.
Anne Phillips estudia minuciosa- Diferenciación/universalidad
mente el liberalismo y su producto di-
recto, la democracia liberal, en función No obstante su defensa del primer
de su perspectiva histórica y filosófica punto, dedicado al necesario recono-
masculina, la cual si bien acepta en su cimiento de las diferencias de género
discurso la inclusión de la mujer en la –haciendo especial énfasis en torno a
vida pública, las omisiones que ella su- las diferenciaciones en el campo de lo
fre respecto de sus particularidades sexual–, la posición de la autora no es
constituyen una exclusión de hecho la de eliminar el concepto de “univer-
que va en detrimento de la idea de salidad” que permite a toda la huma-
igualdad formal proclamada y que deja nidad identificarse con valores
ver la desigualdad realmente existente. supremos que trascienden a los inte-
Según lo destaca la autora, el libro reses particulares o privados de las
tiene dos grandes perspectivas a defen- personas. Por el contrario, ese reco-
222 LA VENTANA, NÚM. 5 / 1997

nocimiento de las diferencias entre van redundantes, cuando ya no se


géneros es un paso transitorio hacia defina a la gente por su naturaleza
la verdadera idea de la igualdad, la cual, como mujeres u hombres.
cuando haya sido rebasada histórica-
mente, dará paso al concepto de uni- Esta visión de la universalidad, que
versalidad como la base fundamental podría parecer escéptica respecto de
de la actividad democrática y pública. las posiciones feministas más radica-
Phillips señala: les, es la que permite en gran medida
el diálogo y la apertura a una nueva
Considero que hacer hincapié en la di- construcción de la teoría democrática
ferenciación sexual es necesario pero y su filosofía. La reivindicación es la
transitorio, porque no quiero un mun- de los excluidos, pero el producto fi-
do en el que las mujeres tengan que nal es el de la inclusión real de toda la
hablar continuamente como mujeres, humanidad sin distingo de raza, cla-
o se deje a los hombres hablando como se, religión o género. Ése es el gran
hombres. Los que han estado previa- movimiento que rodea a toda la obra
mente subordinados y marginados o y justifica una nueva construcción de
silenciados necesitan la seguridad de las ideas políticas y la destrucción de
una voz garantizada [...] las democra- viejos paradigmas:
cias deben actuar para reordenar el
desequilibrio [...] Pero no puedo ver Por lo tanto, por muy importante que
esto más que como una “acción afir- sea la identidad sexual/corporal, no es
mativa”. Los cambios propuestos se la característica definitiva de una per-
justifican por el mal comportamiento sona [...] En esa medida, si queremos
del pasado, pero anhelan un futuro en “olvidarnos de nosotros mismos”
el que esos procedimientos se vuel- cuando nos involucramos en la polí-
EN LA MIRA 223

tica democrática [...] La universalidad Lo anterior llama la atención en la


es una descripción posible de ello [...] medida en que la esfera en la que tradi-
cionalmente ha sido colocada la mu-
Lo público/lo privado jer es precisamente la del hogar y la
familia, es decir, el ámbito de lo priva-
El liberalismo, comenta la profesora do, lo cual demuestra que desde el
Phillips, confinó al individuo a dos es- principio la teoría democrática tomó
feras que describen una tensión angus- una opción por el género masculino y
tiosa entre la necesidad de protección supuso una sumisión de la mujer, de-
y el temor de la intervención del Esta- bido a que las actividades privadas le
do en las decisiones particulares: las correspondían “por naturaleza”.
esferas pública y privada. Desde las Con el liberalismo se acentuó la
concepciones platónica y aristotélica idea de una división entre lo público y
que dieron origen al republicanismo, lo privado, pero su énfasis fue en un
se estableció la distinción entre la es- tono diferente: el Estado de Hobbes y
fera del hogar y la polis. Las preocu- Locke es concebido como un mal ne-
paciones de la familia y el hogar eran cesario para imponer orden en los con-
por definición incompatibles con la flictos entre individuos propietarios
vida pública, y menores en importan- que no tenían ley. La falta de ley aca-
cia frente al bien de la totalidad; ellas rreaba el irrespeto a los límites de pro-
se encontraban por debajo y subor- piedad de un individuo sobre otro. No
dinadas a la esfera de la política. De había castigo, sepodría decir de tipo
hecho, el interés común debía ir en mu- legítimo, ya que cada uno era ley para
chas ocasiones en detrimento del in- sí mismo, el castigo o el abuso era a
terés familiar o individual, según estas criterio y posibilidad del fuerte. Es de
propuestas. ahí que los propietarios tuvieron la
224 LA VENTANA, NÚM. 5 / 1997

“necesidad” de firmar un contrato so- búsqueda del beneficio de la totalidad)


cial en el cual se ponían de acuerdo por encima de lo privado. En la teoría
para elegir autoridad sobre ellos y en- liberal, en contraste, se presenta más
tregar parte de su libertad al Estado, y bien la confrontación continua entre
en realidad fundar el Estado y la so- las esferas pública y privada.
ciedad (entendida como una suma de Es evidente que los propietarios que
individualidades). El Estado debía ga- imaginaron Hobbes y Locke eran va-
rantizar la libertad y respeto de los pro- rones, ya que, según Phillips, la mujer
pietarios, no intervenir o regular. era vista como una de las propiedades
A partir de esto, es obvio que la del hombre, y como un sujeto que no
tensión que genera el liberalismo está poseía propiedad. Aun dentro de la
en la definición del grado de injeren- supuesta igualdad legal de hombres y
cia que debe tener el Estado, y en el mujeres en el liberalismo, desde el mo-
rango de libertad en la que se mueven mento de suscribir el matrimonio se
los propietarios, para lo cual se nece- confinaba a la mujer al rango de “no
sita la institución de la democracia y individuo”, ya que daba la impresión
así construir lo que la autora llama de que la mujer pasaba legalmente a
“consentimiento”: valor que define el la esfera privada del hombre, donde
grado de injerencia de la vida pública sólo él era el propietario. Aquí la es-
en la vida privada. El propietario parti- critora apunta:
cipa democráticamente en la vida pú-
blica con el fin de defender su vida y Si examinamos los cimientos del libe-
su propiedad privadas, lo cual se aleja ralismo, podemos ver que no fue una
del punto de vista platónico y aris- omisión “accidental” la que excluyó a
totélico que describe a la polis (los va- las mujeres del contrato social origi-
lores supremos de la república, la nal, sino que esta exclusión era cen-
EN LA MIRA 225

tral a lo que el contrato implicaba [...] desigualdades de las mujeres ponen en


el contrato era entre marido y esposa crisis la idea ciudadana en el liberalis-
[...] pero era un contrato enteramente mo desde la base, ya que éste reprodu-
unilateral en el que las mujeres pres- ce las desigualdades de los géneros en
taban obediencia a cambio de protec- el matrimonio y en el hogar.
ción [...] La irrupción del punto de vista fe-
menino sobre las ideas de la política, y
El contrato social del liberalismo con- en particular de la democracia, repre-
tradice entonces sus ideales de igual- sentan una nueva creación de lo pri-
dad para con los individuos en la vado y la conformación de nuevos
medida en que proclama la igualdad criterios para su evaluación, al llevar a
formal pero practica la subordinación la mujer a la categoría de ciudadana
real de género (por no citar la desi- plena de derechos cuya participación
gualdad que existió en principio entre pública transforma las ideas democrá-
varones propietarios y varones no pro- ticas desde su experiencia en la esfera
pietarios, lo cual daba por excluidos a privada. Como corolario, la autora se-
los segundos). Aquí encuentra Phillips ñala el vuelco que está teniendo el Es-
coincidencias del feminismo con la tado hacia la administración privada de
teoría marxista, puesto que la ex- los bienes anteriormente públicos en
clusión de los no propietarios es las últimas décadas del siglo XX, y hace
homóloga a la de las mujeres (por de- una crítica a las insuficiencias de la de-
más no propietarias). Sin embargo, las mocracia liberal en torno a la concep-
desigualdades marxistas son desigual- ción individualista de la igualdad entre
dades entre clases, lo cual no revierte a los géneros. Sin embargo, la autora no
profundidad los conceptos de ciudada- explícita críticas al neoliberalismo, ni
no e individuo; de manera paralela, las hace distinciones entre democracia y
226 LA VENTANA, NÚM. 5 / 1997

género en los países periféricos y los participación de todos los ciudadanos


centrales, tema que amerita una ela- en la búsqueda del poder público sea
boración propia por parte de los estu- neutral; es decir, que todos tengan las
diosos en esta materia. mismas oportunidades de contender,
y que quede en el individuo la opción
Feminismo y democracia de aprovechar o no esas oportunida-
des. Por otro lado, el liberalismo bus-
Son tres lo modelos de democracia que ca reconocer la pertinencia de tomar
Anne Phillips propone para comparar- en cuenta a los grupos como parte de
los con las propuestas feministas con- la configuración social y asegurarles
temporáneas: la democracia liberal, la su participación proporcional. En am-
democracia participativa y el repu- bos casos el liberalismo se presenta
blicanismo cívico. como un mundo de murallas que no
La democracia liberal es la más ata- permite que a futuro se llegue a la idea
cada debido a sus contradicciones de universalidad y al tratamiento co-
originales entre igualdad real y formal mo personas de todos los seres hu-
que ya se han mencionado. El proble- manos, sin divisiones entre mujeres y
ma de fondo con la democracia liberal hombres. En este sentido es necesario
es que, a pesar de sus reglas formales transformar al liberalismo y su idea de-
de juego, las mujeres continúan subre- mocrática.
presentadas. La autora señala dos po- Como crítica a la democracia libe-
siciones que la democracia liberal ha ral, Phillips apunta que en el feminismo
buscado para subvertir esto: por un existe una “conexión particularmente
lado, el liberalismo (en su tratamien- potente con su decidida crítica a la je-
to de la sociedad como reunión de in- rarquía y su autoritarismo autososte-
dividuos) busca garantizar que la nido, [que] se ha convertido en un
EN LA MIRA 227

terreno virtual de prueba de los ideales participativa, ambas difieren en el lu-


más radicales de la democracia”. En ese gar de reunión para esa participación.
sentido, toca lo electoral –sin demérito La democracia participativa pone al
de la participación electoral de la mu- trabajo como el lugar central para prac-
jer– y comenta además que la demo- ticar la democracia, ya que eso ga-
cracia electoral es reflejo de esta falta rantiza que los trabajadores que no
de igualdad real, ya que lo formal “no cuentan con influencia en la política,
garantiza una igualdad de influencia en porque están electoralmente en des-
las decisiones políticas, porque los re- ventaja, participen en las decisiones
cursos que llevamos a la política (dine- internas de sus organizaciones, ade-
ro, contactos, educación, tiempo) más de su participación electoral for-
favorecen desproporcionadamente a mal. Pero la mujer se encuentra
ciertos grupos [...]” No obstante, la au- dividida en múltiples ocupaciones que
tora considera que lo electoral sigue le impiden ejercer la democracia
vigente ahí donde la democracia par- participativa en el trabajo (hijos y ho-
ticipativa tiene problemas de organi- gar). El lugar, junto con el tiempo, se
zación. combinan para que una activista de-
En lo que respecta a la democracia mocrática no sostenga su participa-
participativa –que es la que más se re- ción, o en todo caso, se vea en la
laciona con el feminismo, debido a sus necesidad de sacrificar un lugar por
experiencias de participación democrá- otros. El segundo factor que acarrea
tica en la esfera de lo privado–, Phillips problemas es el énfasis mismo que la
encuentra problemas en ella y en su democracia participativa pone en el
vinculación con el aporte feminista. En trabajador, definiéndolo sólo como
primer lugar, aunque hay coinciden- asalariado; respecto a ello la autora
cias entre feminismo y democracia plantea:
228 LA VENTANA, NÚM. 5 / 1997

La mayoría de los hombres tendrá la hogar (lo privado) y la masculinidad


esperanza de trabajar de tiempo com- se busca fuera del hogar (lo público).
pleto a lo largo de gran parte de su La actitud heroica, desprendida en
edad adulta y su identidad estará li- efecto del republicanismo, es resul-
gada al papel del trabajo [...pero] Aún tado de dicha masculinidad. Sin em-
con el extraordinario aumento en el bargo, esa visión republicana que
trabajo asalariado femenino [...] las minimiza lo local frente a lo general, o
mujeres han de tomar licencias para el interés público sobre el privado, es
tener hijos, con frecuencia regresan al también rescatable para lo femenino,
empleo de tiempo parcial y casi inva- ya que el interés de la polis representa
riablemente tienen que hacer mala- la perspectiva de la universalidad que
barismos con el tiempo entre su todo esfuerzo democrático debe te-
trabajo asalariado y no asalariado. ner, sea este esfuerzo desde el femi-
nismo o desde cualquier otra iniciativa
Sobre el republicanismo cívico, basa- que provenga de los excluidos.
do en la tradición platónica y aris-
totélica, Phillips comenta que es el tipo Las transformaciones
de democracia que menos relaciones
evidentes presenta con el feminismo, Las transformaciones más profundas
ya que mantiene su tajante división que el feminismo propone a la de-
entro lo público y lo privado y, es más, mocracia tienen que ver con el re-
continúa proponiendo la subordina- conocimiento de que el poder y la
ción de la última esfera a la primera. El subordinación no se dan solamente en
republicanismo es claramente mas- la esfera de lo público sino que atacan
culino debido a que se entrelaza con también el nivel micro de lo privado.
el rito de que la feminidad se da en el Es aquí donde el aporte feminista tie-
EN LA MIRA 229

ne más que proponer, en su noción de Sin embargo, este nuevo traslape


que “lo personal es político”, lo que entre lo público y lo privado (como
introduce muchas de las dinámicas del homologación entre lo macro y lo
hogar (el cuidado de los niños, la igual- micro), no implica una frontera imbo-
dad en tareas domésticas) en el cauce rrable entre ambas esferas. Existen
democrático. áreas –tales como la relación directa
Este nuevo concepto de lo privado entre la pareja, la decisión en el uso
debe influir en la construcciónde una del cuerpo y sobre la maternidad– que
democracia participativa que tome en necesariamente seguirán teniendo un
cuenta los tiempos de las mujeres: el tratamiento privado debido a las pre-
tiempo del hogar; el tiempo en el cui- ferencias personales a que estas situa-
dado de jóvenes, ancianos y niños; el ciones se guarden en la autonomía
tiempo del trabajo asalariado y el tiem- familiar e individual.
po para las reuniones participativas. En síntesis, el feminismo tiene nue-
Una nueva organización democrática vas aportaciones que cambian el ros-
que incluya a las mujeres debe conside- tro de la democracia, sobre todo al
rar roles de trabajo compartidos en el reconstruir el valor de las relaciones
hogar, a fin de que la mujer tenga opor- de lo privado en lo público, pero hay
tunidad de asistir a las asambleas. De que ser sobrios respecto a sus alcan-
igual manera, la creación de guarderías ces como propuesta independiente. La
y la reubicación de horas de reunión transformación de la democracia no es
deben estar dentro de los tiempos fe- un ideal único para el feminismo –y
meninos. Parecerían éstas cuestiones en realidad no podría ser ya que sus
mínimas, pero ahí radica la fuerza del aportaciones son limitadas a los pro-
feminismo: en el reconocimiento de blemas del género. La democracia es
que lo mínimo es importante. una tarea más amplia y que involucra
230 LA VENTANA, NÚM. 5 / 1997

a todos los sectores sociales que han TERESA GONZÁLEZ LUNA CORVERA
sido divididos y marginados. Esta po- DEMOCRACIA Y
sición, que Anne Phillipsadvierte po- CIUDADANÍA DE GÉNERO
dría parecer escéptica, en realidad pone
los límites necesarios al enfoque fe-
minista: En abril de 1997 Guadalajara fue sede
del XX Congreso Internacional de la
El género cambia y debe cambiar el Latin American Studies Association
modo en que pensamos la democracia (LASA), que congregó a casi 4 mil aca-
pero [...] pasará algún tiempo antes de démicos de las ciencias sociales de
que los detalles del nuevo pasaje sean Latinoamérica, quienes participaron en
claros [...y] no deberíamos suponer las mesas de las 22 secciones de tra-
que todos los rasgos cambiarán. bajo que integraron el programa, una
de las cuales correspondió a los estu-
El feminismo ha de reconocer en esto dios de género.
no un desánimo sino un surgimiento En el marco de este congreso, y
y consolidación de sus verdaderas con el apoyo de la UNESCO, la Facul-
aportaciones: la profunda influencia tad Latinoamericana de Ciencias So-
que tiene sobre los idearios políticos ciales (FLACSO), la LASA y el Centro de
tradicionales y la capacidad para re- Estudios de Género de la Universidad
construirlos de manera más justa y en de Guadalajara, del 14 al 16 de abril
todos sentidos más democrática. se desarrolló la “Primera conferencia
nuevos conceptos de democracia y
ciudadanía de género en Latinoa-
mérica: perspectivas local, nacional
y global”.

S-ar putea să vă placă și