Sunteți pe pagina 1din 127
pasado y presente Santo Domingo ahi esta la Reptibliea Dominicana an la perspentiva de In viendo P hombre epoca monty que algunos miles de soldadox ante Dominga para impedir que este pais lis pasos qne necesita parn hacer su destino firamos alo que ponga de manifiesto To que y destrozab'n, lo que sabenos que debe cone wpresenté tade a, 4 yrante que les como de han fell prever cual seré pisodio, ¥ dard lo que ahor Noes Historia © nuevo ser tal v yanquis hayan desem fan pequeno, tan nltrajable, dé ‘en ver do soportiarle, 1 negamos: algo que vuelya asible cluir de una vex para sicmpre, mn objeto qu Ho que debe ser negade, pensarfanos en N« < América a sceas ara oy curepeos. Tan innoble hipderita y ehabacan: Resutta diffell o imposible de El hembre itbre todavia No es y por tanto Ne se corpY mo modo que no Hegames a pensar estrictamente en los iil ini 3s hur que nox veparan de cual 2 Y sin em= rded de esa estrella Sire camino, porque se trata m Para nosotros lus anarxistay el} socialisme es s6lo ta i neont anéedy ro Si dese argada «em ir by que deseunos que sea en el future, za en muestra itn nacién, del Hones de ai barga sabemes la peranza, Enventamos 1 que de un punto de Hega ¢) umbral en que comienza la construccién de In lucidez, de la vida desalien Mas' faeil, mas urgente y necesario ex saber In que dejamos atrés. Nuestra cleecién, que 6s una apuesta, implica la negacién de un nnundo aun- que los Fasgos del que debe superarlo no sean del todo definides. Y nuestra negacién no se deticne cn la invasién sino que aleanza a Ja enfermedad que ésta expres. y la enfermedad mortal no ex el salvajisme del acto sinu fe imposibitidad yanqui de no cometerlo. Norteamérica necesita urrojar gases té: xieos sobre os vietcongs o invadir Ia ist; ex una sociedad moribunda por qué ne puede solucionar los problemas que suscita su funcionamiento (par tienlarmente cl del impcrialismo) y porque ticne que trampcar con sus prom pios principios. Neoesita mofarse del mundo afirmande su decisiéu de uo respelur indy sux valores hipderitas. Ya no hay dudas, ¢l len horriblemente enfurecita ce pura miedo se estremece fremve al mas lejano ruidito, si se pa- meee anna trampa. "No habré mis Cubas”; no habré posibilidades de auc Vos pueblos jibres. Cada explosién made in USA es un botén de muestra de tm medo de cultura que termina, sin vergiienzay que ocultar, mostrando hae los dolorvs, descomponiéndose sorda y ciega. Con nénsea de quieres con- templan. bi saat pensarse que para In gran historia esta pequein erepitacidn i carece de importancia. Tal vez, A menos que ésta sca la gran his- toria, la que se vinewla con Aristételes y Picasso, con Galileo y Marx. Finton- ces el noise depend de Santo Domingo y Vietnam, ‘ si esta es la gran historia porque 0 . i cipamies cn clia con nuestrus medios de hay, sin guetoe 4 entra na tale eons fianza ni complaciente pdsimismo, sino simplemente con dolor y con vtlio side un © PyP EL CASTRISMO: La Gran Marcha de América Latina’ En los paises semi-coloniales, més adn que en los paises capitalistes desarrollados, el problema primordial es el del Estadu: por la misma razon es tambien en este tipo de paises donde las clases explotadas son las més desprovistas de modios para controlar. doblegar y, con mayor razén, pare con- quistar el poder del Estado. En los paises donde el Estado concentra todos los facto- res del poder, el problema del poder del Estado os més insoluble. En América Lati- na la manera habitual de resolver tal pro- blema es el Golpe de Estado (gracias al cual se rvalizan todas las transferencias 0 los derrocamientos del poder establecido), aan * El autor de este articulo, Kegis Debray, he viajado durante un aiio por América Latina para documentarse sobre los te- mas que aqui trata. Este trabajo, cuya yersién original en francés uparecié en LES TEMPS MODERNES, tiene entre otros el merito de constituir una cohe- rente vision de conjunto de los pro- blemas latinoamericanos. Si bien es clerto que algunas de afirmaciones vertidas nos parecen di cutibles y que las soluciones postula- dag puedon parecer demasiado simpl Hlcadas, el valor general, casi paradig matico de una determinada perspectiva de resolucién de la revolucion latino- americana, lo convierten en un intere- sante punto de partida para la discusion que descamos iniciar en este numero de PASADO Y PRESENTE. En los proximos ndmeros esperamog ofrecer otras con- tribuciones sobre el tema. La traduccion es redaccional. (N. de la R.) cuando este se realice un nombro do Ia clases populares y cn contra de la oligar- quia. Primera negacién del castrismo: et Golpe de Estado. esta negacion que parece elemental ad- quiere un relieve capital en un Continente en el cual la importancia del Poder y ia ausencia de un poder distinto al estatal, instauraron desde el comienzo de su inde- pendencia un rito esencialmente latino-ame- Ficano: 1 “golpe”. Peron y Vargas. cada uno en su tiempo, conquistaron ol poder por lun putseh, aGn cuando cxpresaran, por otra parte, una crisis general —uno la crisis de fio 29 y la ruina de Ia economfa paulista centrada en ia produccion de café; el otro la crisis posterior a la segunda guerra mun- dial y a la répide industrializacién do Ie Argentine en une etapa de prosperidad, Pe~ ro, sean cuales sean las fuerzas que lo sos tienen en un comienzo. un goblerno que lle 98 al poder por un pustch (tina accion re: lampago on “Ia cumbro", all{ donde ol Ejér~ clto gencralmente cumple el papel de ac tor principal o de érbitro) tiende necesaria mente hacia le derechs. Condenado a Ia eficacia inmediata, para obtener la adhesion de Ins masas que estén a Ia expectativa, tondré que apoyarse sobre lo ya existento, es decir sobre los intereses econémicos, s0- bre la burocracia o sobre la mayoria del ejército, Dada Ia ausencta de conciencia politica y de organizaci¢n de ins masas —cosas que Gmicamonto una larga y dificil experiencia revolucionaria puede hacerles adquirir— {sobre quién apoyarse? ,Como EL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA pedirle loy sacrificivs que extgiria una ver dadera politica de independencia nacional, si las masas campesinas y especialmente las obreras no estén convencidas de Ia ne~ coridad de esos sacrificios? De alli que es tos regimenes populistas —el del segundo Vargas (1), y el del primer Perén— promul- guen leyes sociales que en ese momento son Juzgadas coma revolucionariae por sus be~ Nefieiarios, adn cuando solamente sean de~ magégicus ya que no se apoyan en ninguna infracstructura evundmica sollda. Liegados al poder yracias a ta accion o a ta neutra- lidud det ejerito, estos regimenes han caido cuando tas fuerzas “armadas, 0 Ia parte mfg reaccionaria de las mismas, tu Marina, to han querido. La violencia organizada pertenece a ta clase duminante: el Golpe de Estado qu manipula esta violencia esté condenada a Meyar la marca de dicha clase. Preates en 1930 (Manifiesto de mayo de 1930) se nego @ sostenor @ Vargas, un “tenente™ como 41, sostenido por cast todo el movimiento “tenentista" (2) nucido de las insurrec~ clones de izquierda do 1920, 1922, 1924 y de In misma ‘columna Prestes": el méto~ do empleado por Vargas y sus gauchos pa- ra tomar el poder indicaba por sf migmo fa naturaleza reaccionaria del futuro “Eo- tao Novo". Cinco afios més tarde el mi: mo Prestes, a su regreso de Moscd, orga niv6 una insurreccién militar localtzada independiente de tody movimiento de ma- sas pero en conntvencia con algunas alta Personalidades de! poder establecido (co- ‘mo el preferto dol distrito federal de Rio): Dutsch torminé cn un desastre; Prestes 8 puesto cn prisién, su mujer Olga es en @) Vargas ocupa fa presidencia de Brasit en dos perfodos (1930-1945) y 1051- 1954. y se suicida antes de concluir el segundo mandato. (2) Tenente: Teniente. Numorosos sub - oficiales, “nacionalistas de izquierda formaron los cuudros de las primeras insurrecciones revolucionarias, Preste, Mder del Partido Comunista Brasilefio es un milttar de carrera, 123 vinda a un campo de concentraciin ale- man y cl P, C. entra en una clandestini~ dad de diez afios. Esto nos muestra hi ta que punto la tentacion del Golpe de Es~ tado 0 de Ia insurreccién militar es fuer te hasta en ta izquierda revolucionaria, Fn Brasil, en la Argentina, en Veuvcuela y hasta hace poco en el Perd, el efercito recluta sus sub oficiales en la hajn clase media; de allt se deriva la teorfa del ejér- clto como micracosmos social que refleja las contradiceiones del _macrocosmos na~ cional: todos tas insurrecciones militares locales acaccidos desde 1922 (célebre epi- sodiv de los “18 det tuerte de Copacaba- na) hasta Puerte-Cabello (Venezuela, jut nio de 1962) parrefan confirmar esta En realidad, st bien nu puede sub- estimarse el grado de politizacton ri cionaria @ naclonalista de algunos secto~ tes del ejercito y la ayuda que pueden Drestar al movimiento revoluctonario, tan~ Paco so puede, cn ningtin caso, hacer re- posdr una estrategia, y nl tan solo wn epi: sodio téctico de la lucha, sobre ta deci- sign de un regimienta a de una quarni- clon. En Venemuela las acciones de Card Pann y de Puorto Cabello (3) pudieron ser vir de punto de unién para los -nititarea nacionalistas de tzquierda y los militan- tes clviles, de donde nacis ol F.A.L.N.. pero nada mas que eso. Més atin: para que haya esta reunién eq neccsario que existe previamonte una organizacién clvil con sus objetivos y sus medios propios, a Ix cunt Puedan venir a integrarse los elementos salidos del eféreito: Ia querrilla existia ye en Falcon y en Lara antes de la ingurrec ein de los marinos de Cardpano. El proceso inverso es claro en relacio: al valor de lus civiles que partiriparon en un golpe de Estado militar: en octubre de 1945, Betancourt, Leoni, Barrios y todos os dirtgentos de “Actin Democratica™ (4) teorfn vole (3) Puertos militares venozolanos en los que se produjeron dos importantes sublevaciones militares en 1902. (4) “Accifin Democrética": Partido vene zolano fundado en 1941 y convertide 124 participaron en el golpe de Estado fomen- tado por Perez Jimenez y el ejércita can tra ol Presidente Modina. Trog afiog mas tarde Perce Jimenez se deshizo, mediante un nuevo golpe de Estado, de Gellegos, electo Presidente de la Republica, y de “accion Demoeratica”. La tradicion reva~ lucionuria dol "APRA" (5) 60 funda sobre lap insurreeciones militares de cuadroa d> base, la de Trujillo (lugar de nacimiento y feudy de Haya de la Torre) en 1930 y la de Callao en 1946: los sacrificios populares que elias eastaron no impiden que deba reconocorse que no se destruye de un dia para otro el Estado semi-colonial con los instrumentos de vse mismo Estady, cua lesquiera sea su coraje y su valor. El putschismo es también ana tendencia ta- tonte del peronismo que ya ocasioné sus pérdidas con ¢l fracasado levantamiento del general peronista Valle, el 9 de junio de 1956, lueyu del cual fueran retirados det servicio 4,000 sub-oticiales. La altima ex en partido de gobierno desde 1958 Tolalmente volcan en favor det im= peril lismo. Betancourt y Leoni se su- cedicron en la Presidencia de la Re pablica. Gonzéles Barrio esta encarga- do en Ia actualidad de “problemas dol trabajo”, (d) A-PR.A.: Alianza Popular Rovolucio naria Americana. Constitufda en 1924 como una especie de Kuonintang la Uinoamericano, frente unido de ru pos y de partidos antiimperialistas con secciones en cada pals, transformado en partido por Haya do la Torro en 1920. El Apra canaliz6 el empuje re volucionarily de las masas peruanas, fn el momento de la calda del dicta~ dor Leguia en 1930, y pudo conservar el control de dichas masos hasta es tos ditimos afios. Semillero de ius mo- vimientos pequefio burgueses de Iz- quierda en América def Sur (Retan= court es tin disefpulo do Haya do ta Torre) ol APRA ofroce cl mismo ejem= plo do completa traicién que poco an- tes cl Kuomintang de Chiang Kal Shek. PASADO Y PRESENTE periencia en esta materia, la de! Brasil instructiva: el movimiento de los sargen- tos —25.000 contra 15.000 oficiales supe riores en todo el ejército— que disponia de todas las condiciones para oponerse de una manera decisiva al golpe reaccionario de abril (no resistencia de ta presidencia de Ia Repdblica (6), apoyo de 1a opinién populor, régimen de una _relativamente amplia libertad) fue incapaz de quebrar ls disciplina vertical det ejercito y de to~ mar la iniciativa. Y esto, debido @ la aur sencia de tina organizact6n central, de ho- mogonoidad politica de loc cargentos y de Kigazén orgdnica con las fuerzas sindica les. En este aentidy no puede sino dudac~ se de las tendencias, hoy renacientes en la izquierda brasilena, que Io esperan todo de una sublovacién o de un golpe de Esta- do do oficiales nactonalistas. Teniendo en cuenta estas formas habituales de accion revulucionarto, es una verdadera pequefia revolucion 1a que cumple el castrisma re chazanda el Golpe do Estado, 1a insurroe~ cién militar 0 cl putech —aun cuando clloa estén ligados a una organizacin cl vil— como método de accion; no obstan- te todo predispone a ello: Ia pasivi- dad politien de ins masas y la lucha to las facciones burguesaa por el. control dol Estado cuyos instrumentos de repre~ sién estan desmesuradamente bien equi” pados para este género de operaciones. La fuerza de Ia tradicion histérien es tal que, aun entre los mejores y més dectdidos militentes anti-imperialistas, ne se comprende siempre la naturaleza esen cinlmente diferente de Ia toma del poder revolucionario, —que es la Instauracton por primera vez, de un poder popular— (6) Goulart, sin embargo, habla quebrado la ingurrecciSn de los Sargentos de Brasilia en setlembre de 1963, des- pués de la cual en numerosas untda- des Ine sargentos fueron dospojados do sus armas, no tenicndo més acceso, como en el pasado, a los depésitus de armas y estando sometidos a las peo res vejaciones de parte de tas oficia~ les superiores. EL ¢ STRISMO, ni, por consiguiente, Ia muturaleza esear clalmente diferente de las técticas a em: plea En oposicién al “putehigmo revolucio nario” (blanquismo definiria més ia ecci6n aislada de una minvria civil y no militer) existen los partidarios de “la accion de masas “pura”. Evidentemente que no hay otro camino revolucionario fino ol que pasa por la incorporacién con ciente de tes masas a la lucha, vate decir por su “educacion ideologica”. Tal es el truismo poco comprometedor que agitan Mucho {as actuales direcciones comunistas (7) sin docir cémo “educar a laa masas” en regimencs cuyo cardcter represive tor no muy dificil el trabajo lewal sindical, politico v el limitado a la estrecha capa de Ia inteligencia urhana Fn ol sitiplano boliviano, por ejemplo, un agitador revo" lucionario extrafio al M.N.R. (Movimiento Nacionalista Revolucionario en el poder) trabajendo cn el sen de las comunidades indias tiene todas tas posibilidades av sor Uquidado fsicamente por los merconarios del gobierno al cabo de un mes, y en ol Noreste brasilefio la policla privada de Tos lotifundistes, los “capanga", han obt gedo a Juliao @ utilizar guitarnistas y cantores ambulantes que recitaban una (7) AQUE hacemos referencia a los parti os comunistas “prosoviéticos”, En to- da Ie América del sur subdesarrollada, Jes P.C. se han deadublado con gran perjuicio pura las masas, en un F.C: “prochino” (mayoritario en Perd, y on Ecuador) y un P.C. Mprosoviético” (mayoritario aGn en Dresil antes del golpe de Estado militar y en Colom- bia). A ejemplo del P.U.K.S. cuban, 1 Partido Comunista venerolano @1 Ante del continents que rohuss to- mar posicién en el difezende interna~ clonal y no sufrié ningune escisién No es pur azar que los dos partidas mds comprometidne en una practic Tevaluctonaria radical ¢r doo esralo- nes diterontes, heyan jurgacs indtil Publicar declaraciones de principio a! Fespecto. LA GRAN MARCIA DE AMERICA LATINA 125 poesia popiiiar alusiva o de doble vontido, para penctrar on las fazendas més aloja~ das y, por lo mismo, las més peligrosas. No es hacerle un contrapeso serio af yipisimo™ latente en et peronismo revo" lucionario cl agitar ta congigna “por Ia accién de masas hacia la conquista del poder", como lo ha hecho Codoville y tras €1 todo el P. C. argentino después de su 12 Congieay, Sin detenernos a considerar de qué tipo de accion de masas es eapar hoy ei POA —en el seno do la CGT. (Contederacion General de Trabajadores) cl PC, por intermedio del M.U.C.S. (Mo vimiento de Unificacion y Coordinacion Sindical), controla tos sindicatos de prensa (los periodistas y no tas tipografos), los “gastronimicos” do Rucnoe Aires, tos ut micos y los misicos - scfialemos que una accisn de masas como tal, jamiy y on ninguna parte ha conquistado el poder. Fn Chile las dos grandes huelgas gon> rales declarada por la U.U.T. (Confede- Uniticada de Trabajadores) luego de 1952, y en la Argentina la ocupacién de los sindicatos por lu infunterfa a: marina cuundo la “Revolucion Liberta- dora” de 1955 —para hahlar de tos dos Unicos paises de la América Latina donde se puede hablar de masos obreras orga nizadas—, probaron que toda huclaa ae- neral que no desemboca en un tipo de huelya insurrecctonal tlende a ser frenada © quebrada por ta violencia: pero una huslga insurroccional (tomando cata pa Jabra, mitica en tiempos de paz, al plo de Ia tetra) supone armas y una organi~ zacién de milicias y de cuadros de «ire clon que no van a salir de la acci6n do masas por un milagro do ospontoneidod No hay un ojemplo mejor en el mundo que Ia Argentina actual para probar una ver més que las masas obretas sbando* nadas a sf mismas. es decir nhandanadas a la direecion de ta burguosia, son Movaday al reformigmo: como Ia CGT cath investida do ta direcci6n politica del justiviulisino, to direceién sindicw) (Framint to mismo que Vandor) que sustituye a ta directs: politica ausente, ce encuentra Iégicamonte alinda a ta burguosta industrial, tan inte- resada como clle en In expansién cond: avian mica, eg decir en el aumento do los salarios y de la demanda de mano de obra, Como tales, las muses uu se baten en las calles, mi se dan un programa de accion, ni saben burlar a las siete acho policias politicas conque cuenta la Argen: tina; tareas todas éstes que Lenin rcco- tmeudaba en 1902 4 lus aprendices de Fevolucionarios. Tanto en la discusién coma en Ik propaganda el términa “masas es agitado por los P.C. reformistas como un mito goreliano a Ja inverse, para no hacer nada, En Ja teorla es el medio de terminar con ta dialectica la cual ene sus exigencias— y descansar en el me- canismo de Ins. alternativas motafisicas. Un ditigente argentino del P.C. nos dice Ja altima palabra de la historia cuando encuentra esta frmula pata sinteticar la politica del Partido: “todo con tas masas, nada sin ellas” (8) Preguntado sobre qué Pasaria con una consigna tal en caso de un golpe militar — tradicién argentina , ese dirigente “politico” no supo sino ex- presar su temor a los provucadores y Feconocer que si las masas no salfan a la calle el Partido solo no podria organizar la resistencia. Este razonamiento explica Por qué las calles de Rfo y de Sao Paulo permanecicron desiertas cl 1 y el 2 de abril de 1904, cuando miles de personas estuban prontas no solo a manitestar en las calles sino también n combatir, ;pero con quién? ;detrés de quién? zbajo qué bandera? ;Acaso no eg el papel de una organizacion politica y técnicamente Preparada pura estos casos el hacer 1a punta (bajo la forma mas conveniente, que, sin lugar @ dudas, no es ni Iam (8) Es el titulo de un articulo de Jorge de! Prado cx sccretario general del [.C. Peruano, hoy Ider de su fruceién “pre~ soviética”, aparecido en Kevista Inter- nacional, Nr 5, de mayo de 1964, So Podré encontrar alli, junto a todas las citas de Lenin y hasta de Jruschoy que exige este género de defensa, una sis- tematizacién interesante del reformis- mo, y tn ataque poco velndo al cas- trismo confundide con cl blanquismo. DO Y PRESENTER nifestacién ni ol combate on las calles do los centros urbanos paralizados por Ja ceptesin militar) en tales circunstancias, para que a continuacion y detrés de ella, entren en accion las masas protegidas y guiadas por esta vanguardia, aun cuando pucdan pacar meses antor de quo “las masas" retomen la confianza en cllay musimas y destititifiquen el poder militar? El papel de un obrero portuarto 0 ferro™ viario (las das sindicatos que mas trataron do vosistir en Rio) no os of do ir a ha- cerse matar en la caile, (sin armas y es~ pecialmen| sin objetivos definides), cuando sus dirigentes politicos han desaparecido o tratan con el Gabinete de Goulart las condiciones del repliegu Resumiondo: Ia violencia organizads, on su totalidad, pertenece al enemigo. Lu téplica pupal acelin de ma sas”. es faclimente desmantelada por la violenein arganizada del enemiga: en tun instante el ejército pulverize, por mo- dio de un golpe de Estado, los partidos democréticos, los sindicatos, la combati vidud y ta esperanza de las masus: al Fespecto el golpe de Estado brasileno es ejemplar :Qué hacer? A la progunta leninista el castrismo responde en términos casi semejantes @ los de Lenin en 1902, precisamente en 2Qué hacer? En un regimen “autorratico™ solo una organizaci4n minoritaria de “rovolucionarios profesionale muy capacitados teéricamente y practica mente entrenados “segdn todas las reglas del arte”, puede hacer triuntar la lucha Fevolucionaria de las masas. En términox castristas: es la teorla del foco, del contro insurreecional del eval ol Cho Guevara ha expuesto las condiciones de desarrollo en La Guerra de Guerrillas. “Consideramon, dice el Che Guevara en el prefacto. que la revolucion cubana a hecho tres aportas fundamentales a 1a mocénica de los movi- mientos revaluciondrios en América: 1+ las fuerzas populares pueden, ganar una guerra contra el eférctto: 2° no es stem bre necesario esperar a que estén cum= plidas todas las condiciones para in revo~ lueldn: of ingurreccional puede ercarlna: 3+ en Is América sub-desarrollada sin diceccién, contro EL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA el terreno de Ia lucha armada dobo sor siempre ol campo", En 1964, lucgo do cinco afios de experiencias de “focos" en casi todos los paises de América —cinco aiivs que valen un siglo— ique queda de foco? iHa sido invalidado por los hechos, "© por el contrario se ha templedo, sc ha fortificado en la prucba? Un primer examen constata un fracaso casi complet, exceptuada Venezuela des* pués de 1939, fecha a partir de la cuar America entré en una fase intonsiva de Querrillas de las quo omerge, hoy, dolorida y enriquecida, capaz de crear las bases do una lucha armada victoriosa. Excep- tuados lus mil movimientas que absrtaron 9 que no tuvieran una importancia rcai, recordemos todas las experiencias de nicleos insurrcecionales en el cainpo: — Argentina: Diciembre de 1959. Nucle> insurreccional de los “Uturuncos” (en quechua “hombres tigres") instalados cn el norvoeste de Tucumin por un grupo de peronistas rovoluctonarios influcncia dos por John William Cooke, que fucra cl gogundo de Peron en los ultimos anng de su goblerno y que es un partidario son- secuente de la lucha armada. El grupo de los Uturuncos os obligado a desaparecer Mego do algunos éxitos tacticus. —Paraguay: En noviembre de 1959 se Produce el (ragico fracaso del “14 de de 10 afios en el Drasil, no ticne nada gue en- vidiar a las mejores novelas policiales, y és asombroso que la Bl Internacional se haya aplicado a fondo en pleno periodo del Frente populer antifascista, en el éxito de ta insurreceién enviando sus mejores téeni~ cos, sus mejores cuadros politicos entra~ «tos clandestinamente en el Brasil como Harry Berger, un alemén que diez afios mas tarde saldrfa de la prisién enloquecido por las torturas, Jules Vellés, Rodolto Ghioldi “(hoy dirigonte de segundo plano del P. €, argentino) y otros. El plan de insutrecciones militares pues~ to en practica en Venezuela en 1962 cono- cia bajo el nombre de “plan Je Caracas y dol cual g6lo so produjeran las insurer ciones de Cardpano y de Puerts Cabsilo, es totalmente diferente: zorrespande a una etapa de lucha més avanzada (acaba~ ba de producirse una ge manifesta cio contra el voto de la detegacion venc- zolana a Punta del Este, 25 muertos en & masas eedia 132 dias, puos ta policla tiene orden de “tirar primero luego verificar”) y a un movi- miento esponténeo entre los oficiales 36 venes y subroficiales del ejército y de la Policia, no dirigido desde el exterive come en el caso brasileno, Pero sobre todo, la insurreccin simulténea de las diferentes guarnieionos nacionalistas en toda la ex tensién del territorio debla servir de se fal para el desencodenamiento de acciones de musa en Caracas y otras ciudades. El plan fue descubiertu por lus servicios de espionaje del gobierno, que desplazé y en- carcelé a offelates y regimientos peligro- S05 poco antes de 'a fecha previstu. Si Carnpana y Puerto Cabello se sublevacon ‘en mayo y junio de 1962 s6lo fue, on ver. dad, por desesperactén y por salvar el ho- nor (militar), pues eran muchos los quo s¢ negaban a morir en prisién por subleva clones que no se realizaron Los camaradas vonezolanos voneluyeron de este fracas, que no sc puede dar al ejército y ni siquiera a sus elementos més decididos y consclentes un pepe] exagera” do, a causa do ta resistencia de numerosos oficiales y suboficialos, dominados por Ja formacién mihtar, a guitdar ua scereta, por ejemplo (la camaraderia y ia solidari- dad de casta son més fuertes, a veces, que lag oposiciones politicas) 0 pusponer el honor aulitar, en suma a adquirir la humildad revolucionaria. Los insurrectos de Carupano se negaron a batirse en retira’ da hasta los campos petroleros vecinos de Tigre —donde hubieran estado al abrigo de los bombardeos— y a disolverse para salvar log cuadros del futuro ejército po- pular (las F.A.L.N. se comstituyeron po co despues de Puerto Cabello), porque tal cosa hubiera significdo retroceder ante las fuerza gubernamentales. Pero los “castristas” son conscientes, en este momento, que no se puede adoptar una actitud sectaria con respecto al ejér~ cito sin hacerse por ello i sobre el papel que podrian jugar estos clemen- tos do vanguardia mientras permonezcan dentro de la estructura del mismo ejército sin integrarsc con el “otro” ejército en formacisn, como en el caso de Venezuela (esta integracién sélo deberia producirse cuando ol militar ha compromotido su se- Isiones PASADO Y PRES! gueidad por ou trabajo de agitacién en su regimiento). La propaganda enemiga se encarga, en efecto, de repelic a los militar res dé carrera que la Kevolucion “castro~ comunista” quiere liquidar el ejército co~ mo tal, sin preciear el sentido en que es necesario entender “liquidar". En Vene- zucla, este propayanda ha conclude por indisponer a ciertos militares de carrera. jovenes suboticiales de extraccién popu lar, simpatizantos de la rovolucién. Las F. A. L. N. se vieron obligadas a insis- Ur en Ix prensa clandestina sobre la ne cesidad de un ejército de otro upo para una Venezuela democratica, donde podran encontrar su lugar los hombres honostos; explicando al mismo tiempo que no se tra* ta de destruic fisicamente uno por uno a todos los oficiales de carrera o quitarles el empleo, sino de destruir el ejército co- mo aparato represiva al servicio de la ela- se dominante. Para situar mejor la teoria del “foco” entre loa conceptos politicos habitualmes te empleadys, reluctonemosia con Ia teo" Hla Ieninista del eslabon mas aébil, de Ie cual es una reinterprotacién on condicio- nee diferontes. El foco se instale como un detonante en el paraje menos vigilado de Ja carga explosiva y en el momento mas favorable @ 1a explosion. Por si mismo, el foco no ecambiaré una situacién social de- da ni tampoco una aituacién politica slo con aus combates. Podré tener un pape! activo solumente st encuentra su punto de insercton en las contradicciones en des~ arrollo. Fn el espacio: allt donde las con tradiccionoe de clase son més violentas, Pero menos manifiestas, mas lalentes y comprimidas, en el plano politico: es decir. en et seno de las zonas agrarias feudales, alejadas de los aparatos de represién con- centrados on las ciudades (Cuzco peruano, Salta cn Argentina, Falcon y Lara en Ver nezuela, Sierra Mavstra). En el tempo: aguf esta e} quid. Ciertamente, un foco gue rillero no puede nacer en un momento de reflujo sino que debe ser la culminacién 1) -la ingurreceion debe apoyarse en aquel momento de viraje en la histo- ria do la rovolucién ascendente en que Ia actividad de la vanguardia de! EL ¢ de una crisis politica (11). También ca ‘cierto que no se pucde esperar “cl mo™ monto” para ir a la monlafia porque un foco no se improvisa en Un mes. Para que Ja pradera sv incendie es necesario que ta Nama este alli, presonto, a la espera, En ‘otras palabras, el largo trabajo de implan- tacién de un foco exige sea realizado en el mismo lugar, y s6lo un t0co politica mente implantado en una zona agraria put de pasar 4 la ofensiva Hegado cl momento. Tal fue la dificil situacién de los militantes argontinos del Ejéreito Guerrillury del Pues blo, lo cual explica ampliamente su frucaso, aunque la causa inmediata tera la intil- tractOn policial en la organizacién. Pare~ ‘ce que el E.G.P, pretendfa implontarse de manera subterrénea sin exponerse y sin poser a ls accion, cunsugrandose solamen- te al eutrenamiento militar y a las tomas de contacto con ta poblacién campeaina, ayudando a los enfermos, enseiiindoles hasta a leer. Este trabajo dur cerca de un aio, hasta el momento en que descur bierts, la organizacion fue destrulda por €] rapido ataque do la “gendarmerfa”, Se- Olin parece, ¢] E.G.P, sc aprestaba @ pasar al ataque cn el momento de la cosecha do la cafia, en el verano de 1964, poca tiempo después de su digolucin. Loz campo nos vieron asf las contradicctones de cla- se que los oponfan al propietorio de los tlorras Mevadas al rojo, més wun por el hecho de que algunos de ellos habian sem> brado con la ayuda del E.G.P. en tiorran que pertenecian jurfdicamente a grandes tifyndistas, que no dejarfan de reclamar 50 por ciento o més de la cosecha. Los campesinos hubieran podido negarse y Ine guerrilleros defendorlos (el mismo cons pueblo sea mayor, en que mayoros sean las vacilaciunes en las filas do Jos enemigos y en las filas de los aml- Qos -déblles, modfatizados, indectsos, de la revolucton”. Tal os la tercora condicign que diferencia al marxismo del blanquismo en opinién de Lenin. La primera es que Ja insurreceién de- be apoyarse en la “elaso mas avanzada” y la segunda, que ella debe apoyarse ‘en “el ascenso revolucionario det pucblo", LENIN Obras completas, ¢. XXVI, pags. 12-13. Editorial Cartago. ASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA 133 flict, en pro y contra dot $0 por cfento, tuvo lugar este afio en el Pord, en el mo. mento de la cosecha como consecuencia de las invasiones de tierras producidas on 1965 en el Cuzco). Vernos por este ojoni- plo que no s@ puede crear do un dia para otro nuevas condiciones objetivas que ex gen para ser preparadas, vl Uiempo de un ciclo agricola. Durante ese tiempo ol foco insurreccional esta expuesto a la Jelacién © a la imprndoneia. Cuando hay invasién de tierras dosocupadas (como en Brasil o Por) la cosecha aparece entonces cama el ejemplo del momento en que ta accién militac puede apoyarse en un conflieto 30° clal_ vivo, feilmente “politizable”. En el plana nacional, cs evidente que un foco de gucrrilla rural, que surja al otro da de} retorno de Per6n a a Argontina o de su eventual detencién ercaria Ine condi- clones psicoldgicas de una insurreccién de masas cn Buenos Altes 0, en todo caso, vimtento de solidaridad masiva. En Argentina, donde Buenos Aires, Rosario y Cérdoba agrupon ya més de te mitud de ta poblacién total (21 millones), le importan- cia del proletactudo agricola, en virtud do Sus efectivos, de su dispersion, de su va- lor on la vida econémica del pals. es mi nimo. Un foco querrillero en el campo séto pucde tener un papel subordinado en rala- cién a la ciudad, a Buenos Afres, donde ol proletariado do la industria constituye Ja fuorza primordial. Nada podré hacerse sin ou participacion activa. Sin embargo, al E. GP. le faltaba un contarto organizado con ol movimiento obrero o una ligaz6n poll tica con los partidos y sindieatos de Ia clase obrera. Es por ésto que la guorrilla solamente suscité una oxpectativa neutrs ontre los obroros de Buenos Aires “part quienes todo lo que no es peronista esta tan lejos cumo Marte”. Entre los cundros medios politicos y sindicales, ontro lor JOvenes poronistas de izquierdo, cl fracaso del E.G.P. produjo, por el contrarlo, dis- cusiones profundas sobre la lucha armada y las formas que podria revestir on las condiciones argentinas: aunque s6lo fuera par eso el balance de Ia guerrilla argen- tina eeguiré siendo positive. unm 134 PASADO Y PRESENTE Si “el terreno de la lucha armada, en la América ub-desarrollade, debe ser fun- damentalmente el campo” (Che Guevara), elu no impide que se desarrolien en las ciudades focos secundarios, néclees d2 aiscusiin leériea, de agitacién politica, © cjéreitos de rescrva: tas universidades, Seria muy layo uuslizae aqui por qué los estudiantes estan en America Latina a la va Soa ollos eras victimas de la repre sién como Io mosteé recientemente Vene zuela, Pausini, Santo Domingo, ¥ todos los patses sin excepeton. Citeros solamente Ja ruptura generacional y ta presion demo \guardia de la Revoluelén, siompro las pi grafica (12), la importancia especial del factor “conciencis" cn los paises subdesa- rrollados en ausencia de masas obreras organizadas, la Kelorma Universitaria (Cordoba, 1918) que so extondié préctiea~ monte @ todo el continente, confiriendo Ia autonomia @ todas Jas grandes universiday des, resguardindolas juridicamente aun eh nombre del hiberalisma hurgués, de la intervencién del podor (rosguardo teérico por cierto ci ce piensa en los ataques a la Universidad de Caracas y w su reciente ecupacion por el efército). De todas ma neras, el hecho asta alli: Caracas, Bogoté, Quito, San Marcos en Lima, la Facultad de Filosoffa.on Bucnoa Aires, la universidad de Montevideo (donde eu setlembre. de 1964, 300 vstudiuntes que habfan realizado una manifestacién contra la ruptura con Cuba sostuvieron un sitio contra ta poli- cia), de San Pablo, do filosoffa en Rio (de la que particron los Gnicos disparos que fuc* ron tirados en Drasil durante el golpe de Estado del mes de Abril), todos estos Tu- _ Mares Indican Ia temporatura Jatonte de la caldera, No 1a temperatura media del pats, seguro, poro cf cl indice de su temperatura futura, Una eleccién universitaria (donde el fraude electoral uv puede corcer), esen- (12) America del Sur tiene una tasa de crecimiento demogratico de cerea de un 3 % anual, superior a la de Asia y Africa. El Brasil, por ejemplo, dor blara_su_poblacién cn veinte aiios. 1960, 60 millones de habitantce; 1980, 120 millones de nabitentes. clalmente politica, es un signo anticipado no sélo de las tendencias politicas que predominan en el seno de la Revolucion, sino de la’ evolucion protunda de las co~ rrientes politicas del pats. En 1050, el control de la Universidad de San Marcos en Lima fue arrebatado al APRA en bene ficio de la izqulerda marxista, mostrando blen el fin de un perindo histérico perua~ no 6 incluso continental, ol de decadeneia irreversible no s6lp del APRA sino tam bién de la ideologia burguesa ex-progre- sista y vl uscenso Irreversible de una nueva generacion de hombres y de Ideas definitivamento ligadas al_marxismo-leni~ nismo y a la revolucién eubana. Si bien el foco universitariv es un foco politico y no militar (el arma estudiantit €5 solo el cocktail Molotov en caso de necesidad), los poligros del “foco" no les son shorrados, En primer tugar, I fijay cién de la agitacién politica en ta Univer sidad, ese territorio reservado de ta bertad, puede convertirse en una trampa. se fija el acceso on ol lugar en que todo el mundo lo espera y se lo aista del cuerpo social EI foco se replieas sobre sf mismo, y se cocina en su fugo: esta as una prueba mas de que ol campo os ol tov treno para Ia lucha efectiva porque en la capital, cl nico torritorio libre o lbecable es Ia universidad auténuma, lo cual sto~ nifica, en una etapa avanzada de ta lucha, una victoria a lo Pirro. Fn Caracas, ol Papel de vanguardia do la Universidad — nico lugar donde se puede pegar un ati che, hablar cn piblico, realizar manitesta~ jones, distribuir sin ocultarse un peri ico revolucionario— se ha convertide on una trampa en ciertos momentos, La pre sencia simulténea de frentes rurales en eceién, y de una guerrilla urbana en los barrios obrecos, impldid, sin embargo, que ta trampa functone plenamento, Pero ta vanguardia estudiantil como el foco Insu- treceional en cus comfenzos, debe en sus comionzos separarse de lus masas: sepa- rarse en el tempo y en el nivel de las formas de“lucha. Fn of transcurse de una reunion sindical on ta Universidad de un pals dol “Cono Sur", se enfcentuban una tarde en luchas oratorias (y no s6lo ara “sano”. EL CASTRISMO, LA GRAN MARCHA DE AMERIC. torlas puesto que habla numerosos estur diantes armados en la sala) de une inten: sidad sin igual en Europa, comunistes, disidentes del B.C. —estos dltimos repart tidos en varios yrupus—, trotskystas, inde pendientes, populistas, etc. La asambloa stndical sola reunfa a 300 personas de una facultad de mas de 2.000. Un joven soci6- logo me explicé el dilema: “Si se dismi- nuye el tony v el nlyel de la discusiin, nos uniremos posiblemente a las masas, pero entonces ser necesat disminuir la Hams, Se perder on proparacién tedrica y pric” ica, posiblemente nos volvames reforinis tos y perdamos de vista ef objetivo fina! Por el contrario, si mantenemos Ja Hama alta, sin duda perderemos al principio « inmedatamente el contacto con la masa de los estudiantes de primer afo, todavia Poco politizados. Pero dentro de das aiios, Podrén unitse a nosotras y lanzarse a la lucha reyolucionaria, Porque una Tevolucionaria espera al pais muy pcunto ¥ Sera necesario que podamos responder recente" y que nv nos Sorprenda ninguna de les formas de lucha que exigitd la si~ tuacion en un plazo muy corto, Seré ecesurlo fusionarnos con los sindicatos obreros,, que soportan mas mal que bien Sus direcetones reformistas, y que ten- drén el derecho de preparacién quo nucs- tro oficlo supone. Por lo tanto, nosotros mantenemos bien alta la Hama”. Y son* rlendo, quizée con amargura, wgregd: “So mos los vestales de la Revolucién...” A quienes sorprenda este tenguaje, pucden releer la Segunda Declaracién de La Ha- bana, y verén qué lugar se asigna a los “intelectuales revoluctonarios" — citados siempre Junto @ los obreros como la fuer za dirigente de 1a Revolucion campesina El diloma expuesto aqui no es por otra parte goneral en América, El caricter radical y Polftico de las luchas sindicales en el in= terior de les universidades corre parulelo, en otras condiciones, con la adhesion de Ta mayoria estudientil, En la universided de Caracas, desde 1960, Ia extroma izquicr= da ampl{a su plataforma de lucha. . y su ndmoro de votes (15). Todos los focos cuya lista hemos dado LATINA 135 han desaparecide, Deducimos entonces que la lucha armada no es en si una panacea. 4pOr que razones? Resumamos sin ontrar en detalles. La mayorfa fueron liquidados por delacién o infiltracién de agentes po- licialcs en las organizaciones, lo que nos hace ecordar hasta que punto ta guerra de infiltracién y de informacion pudo in- tensificarse desde 1950 gracias a los ndr~ teamericanos. El “golpe publivitario” de Ja hermana de Fidel es un ejemplo del tam Tento © de los recursos financieros de la C.L.A. 31 bien no es posible subestimarlo, este aspecto tampoco Io explica todo; el grupo de guerrilleros es siempre en sus comienzos muy restringide, justamente para mintmizar los riesgos en caso de fracaso, ya que une sola infiltracién puede repercutir facilmente en el conjunto di la organizacién, Pero hay condiciones por iticas may profundas que explican las causes de la infiltracién y también por que el movimiento ee quebrontado une y otra voz, Es la ausencia de preparacion politica de los micinbros de Ja orgamza- cin 0 los detectos de esa preparacién. Es la ausencia do preparacién politica on el mismo terreno donde opera la guerrilla, a falta de la cual el vacfo se hard alrede~ dor del foco, quien sufrira de falta de Informacion, de alimentacton e incluso del conocimiento elemental de Ia googratia de ta zone de operaciones. (Tal es el caso del M.O.E.C. en Colom! y de U.R.JE, en Ecuador. La experiencia, venezoluna, le~ vada adelante gracias a la coluboracton activa de los habitantes, ofrece un modelo 13) En les ‘ltimas elecctones universite- tlas, el 7 de jullo de 1964, los parti- Gos revotucionarios recupsraron Jos facultades, medicine y veterinerie, antiguos bastiones de la dere- cha. Los resultados fueron las siguientes: Acci5n Democrética (partido de gobierno): 993 votos: C. O.P.E.T, (partido demécrata cristis: no): In derecha ++ lus apoliticos): 3085 votos; P.V.C. + MIR. (in- fraestructura politica de las FALL. N.): 5.426 votos. Vale decir, ta ma- yorfa absolute en favor del prinel- Pio de Ia lucha armada pera Ia con: aulste del poder politico. 136 de prudencia y de preparacion politica ae una zona de operaciones. La zona de Ba~ chiller, on ol Estado de Mirandg, @ una hora de camino de Caracas, ha sido objeto de un trabajo clandestino de larga data (implantacién de una infraesteuctura so- cial, econémica, sobre in baso de Jax con- diciones exiatentes) anterior al estallide de Ja guerrilla propiamente dicha, ¥ aun mas, ésta no estalla en cualquier: momen" to, sino en el mamenta preciso (julia de 1964) cuando el gobierno do Leoni do- muestra en los hechos que “el gobierno de amplias bases” traicionaba sus prome~ sus y que le represion retornaba con mas fuerza en todo el pats, El ultimo factor es la falta do un aparato politico de liga’ z6n con lag masas urbanas, tinico capaz de establécer relacioney con una accién de masa en la cludad, legal st fuera po~ sible, de ampliar a traves de Ia prapagan da el eco del foco rural, de difundie y hax eer ponctrar en los ciudades un progra: ma de accién, un manitiesto politico, de aseyurar Ja financtacion y el abastect- miento minima, en armas, municiones y viveres @ partir del rosto dol pais, ete. La guerrilla argentina, paraguaya y pecua na_son ejemplos de ello. Todas estas experiencas negativas nan sido estudladas por los camaradas latino- americanos, quiones parecon haber extraf- do lag siguientes conclustones: 1+ El reclutamfento, el entrenamiento militar, 1a preparaclén politica del primer néeleo de combutlentes debe ser mucho mis severa que en el pasado. 2° Ta lucha armada comprendida como un arte —en su doble sentido de téonica ¥ de invenclén— sélo tlene signiticado en el cuadro de una politica vonceblda como una ctencte, La Importancia otorgada a Ia propari cin politica y a la organizacién del foco no puede dejar de tener una rafz politic debe estar determinada por una estrat: gia de conjunto y por Ia conciencia de los intereses do los explotados, que son lot que estan en juego. Sélo un partido re- formista y sin base teérica consideraré 1a constitucion de un aparato armado como PASADO Y PIU un dominio aparte, secundario y regtonel. una simple medida de policia interna. El desarrollo de Ia lucha armada en Venezuc~ la Mevé al Partido Comunista a elaborar una estrategta de conjunto, fundada en el andlisis tedrico del doble poder (formal y real) on ol interior del Estado somi-colo- nial, y de Ina contradicciones de clase principales y secundatlas en el seno de una sociedad deformada subitamente en 1920 por a explotacién petrolera, No se trata de justificar a posteriori una préc- tica (esta estrategia y este anélisis te6ri- co fueron prosentades on ol IIT Congreso del P.C. de 1961, antes de la iniciacién de los frentes rurales) sino de procurar ‘un objetivo y un marco concreto a la luv cha. Incluso en Colombia el Partido Comunista se encuentra frente a In al ternativa de considerar como estrictamen te regional y accidental la guerrilla do Marquetalia comenzada y dirigida por su lidee campesing Maculandia: negandolo cualquler porvenir, cualquier sentido en el interior de una estrategia de conjunto, ha- ciendain mori politica y fisicamente; bien revisar las tesis dogméticas sobre el teansito pacifieo, la alianza con el M.R.L. (Movimiento Revolucionario Liberal, trac cién de izquierda del partide liberal orien tede por una direceion burguesa). la de- fensa de lus Mbertades democraticas, etc. y reinterpretar el conjunto de Ins vias de la Revolucion calombiana La lucha armoda no puede ser blandide en América Latina como una consigna, un imperativo 0 un remedio en sf, sino que Uebemus preguntarnos ;la lucha armada de quiénes, cudndo, déndo, con qué progra~ ma, con qué alianzas? Tales son toa pro- blemas concretos que nadie podré resol ver en abstrato nt por encima de las van guardias nacionales que deben Ilevar el peso de esas responsabitidades po- Mticas. Dicho de otra manera, el foco no puede constituir en sf mismo su propia estrategia sin condenarse al fracaso, Hay un momento en que se debe determinar su lugar en et interior de una estrategia que acepta compronderlo en su seno como un momento esoncial. Le cristalizacién en el trénsito pacifico de ciertos partidos fatinoamericanos hizo que las corrientes TL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA revolucionarios que se vpusteron turron Mevadas en ls préctica a considerar Ie lu cha armada como un fin en si misma, En realidad, no se of roformista porque st Fechaza la lucha armada, siny que se r2 ehaza la lucha arimuda (Su postbilidad tod rica raramente es puesta en duda, «flo se la hace pasar doctamonte al rango de p> sibilidad tedriea cuando les tareas reales son eludidas) porque se sbandona vl mar* xismo leninismu. Si es verdad que cual quicr andlisis de Ins rondiciones objectives ny coneiuira por si solo en la necesidud el desencadenamiento del foco, no hay lucha armada sin el avdlisis de sus con: diciones historieas. Ahora bien, es imegay ble que frente a ta desviacion de derecha, positivista, de cierto partidos communis” Ws, algunas organizaciones "custrisias” 0 que asf ce autodenominan, nan caldo on ol voluncarismo y en la mitologia de ta que- reills rural vor con eso. En sus actividades militores, el foco one constantemente en juego un criteria politico on la eleccién de las alianzas lov calos — con 0 coutra los camposinoc ri e03—, de lus objetives o del principio mismo de ctertos ataques. Por ejemplo: atacar un columna formada por reclutes o hacer el vacio delante de ellos, sin ente blar el combate, pera no enajonarce los aliados naturales (los venezolanos no ate: sean en estos casos, solamente hacen sen* dir su presenela mediante letreros colga~ dos en lat ramas dv los senderos do Ia jolva). Pero tambien el foro en el momen to de su eclosion tiene un presupuesto por Mtico: 1a eleccién del momento y del lu- gar implican ta referencia a la totalidad do una situacién politica, al antlisis dia “Wetico de sus leyes de desarrollo, El lugar que ocupe un taro rural on el conjunto de ta Icha nacional no seré femés el mis ‘mo en un pate que en otro. Un toca insta- lado on cl Norte argentino, es decir, en un pafs con un proletarindo industrial desa” rrollade y coneentrado en le capital, no Puede tener Ja misma tmportancla politi- ca, ¥ por tanto las mismas téctieas mili fares, que un foco andino en el Perd, don El castrismo nada tlene que DE AMERICA LATIN de ol de ta América conorié recientemonte Jos for- mas de lucha armada que sc dieron por si mismas su propia estrateyla politica. La primera, la més lwecible, (ue 1a guerra civil colombiuna, desencadenada por el asesinuto del lider liberal Gaitén el 9 de abril de 1948 y cuyas sccuclas de bendole™ rismo y violencia sobreviven todavie: 200.000 muertos en diez aos dice uns publicacién oficfal: el partido liberal, que metece quizas més contianza, afirma que son 300.090, Qué queda de este givan- tesco catacliamo que alcangé un nivel de crueldad sin igual? Alyunas zonas estabi~ lizedes de autodefensa campesina, las Gni- cas precisamente que durante le guerra Se procuraron una organizecion y unu dit reccién polities (es decie, una dlsciplina militar rigurosa). Salvo en las regiones de Golilee, El Pato, Sumapaz y cl frente guerrillero sur de Tolima, donde el per Udo comunista instalé un comande nics 70 por ciento de la poblacion vive tierra, de las fuerzae compesines y pudo crear tin orden institucional, ef resto dol pais, car rente de oryuntzacion y diraccién, conocis la violencia anvirquica sin otro fin que el de responder @ la violencia del partido adversario (liberst o conservadur). Pers el problema del poder, nunca fue plantes- do por los comunistas 0 las liborales de avanzada. En Boyacs, en 1952, una confe- renciu nacional de los guerrileros no loar? hing cesititada y los 13 "Comandos' existentes en el territorio no lograron ni fundirse nt coordinar ou accién. ¥ si algu- na ve hubo violencia “popular” nacida “desde abajo", surgida solo en les medios turales, sin que se necesitara Ia presen: cia “de intelectunles poguefios burgueses venidos dé Ins efudades", sin la “incite clon artifical y extraiia al medio camps: sino” para retomar las expresiones em* pleados en el caso de la Rovolucién vene- zolena, fue seguramente esta explosion Jacqueries terrorificas que vivid Colombia hasta 1958, Fuc necesario esperar hasta 1864 para que la cuestion del poder poli tico sea planteudo por ia guerrilla de Mar quetalia, la primera que se organiza, se Propone objetivos, ctapas a franquear. es decir, quo se du un sontide, La critica del espentancismo costé mucha kangro yes seguro que si la guerrilla campesina de Marquetolis, carcnte de un oparate poll: tico de direccién nacional, no llega a com: Dinarse con un movimiento de masa en otras regiones, no podré sostener el pase. do la ropresién. Otra forma reciente de violencia de masa —y que peueba que ul Weecorisme no es solo el espontanetsmo— fue la ola te rrorista que sacudié la Argentina en el transeurso del afio 1050 y comienzos del 60 terrorisme surgido esponténeamente de Ia base de Ios sindicatus obtes 5 peronis tas y de las juventudes peronistss para Protestar contra Ia traicién de Frondizi y Ia firma de los contratos potroleros. por obtener fa devolucion de tk C.G.1. a 10s obreros y ol retorno de Porn, ote $2 produjeron cn cl porlodo 1958-1960 alec~ dedor de 5.000 atentados. Fue este un mo vimiento de gran importancia, pero pro= ducto de grupos aisiados, incluso de te rroristas individuales, sin lazos entre ellos, sin un programa ni una dircecién. El mo vimiento comenz como un forma de spe" yo @ las huelges, entonces ilegales; los militantes obreros deposttaban las bombas en Ig empresa dol patron (en una huelga do panaderos contra Ia fubriea o Ia pana deria misma, o contea las empresas del Estado, come twlétuws 0 vlucteicidad) Fara, obligarlo a cerrar o’a manera de represalia, Fl movimionto so extendié ré Pidamente, convirtiéndose en actividad cotidiana, sin objotivos claros: bombas en Jas calles, bajo un auty, contra uma fachada de imuedles. no importa cual. Al final, algunas grupos de jdvonee obreros logray ron proporefonar una orientacién a ceta ‘ole de protesta esponténes y les bombas fueron depositadas en lay Representacio~ nes imperialistas, Ia Fundacton cultural britaniea, ot Servicio de Informacién nor- teamericano, poro In ropresi6n policial no tuvo dificultades en arrestar a los terro- istas, que no Lenfan ninguna organiza: cfon clandestina seria, Una direccton tra~ donnionista so apoder6 de Ia CGT, recons* Utufde en 1061; cl movimiento coneluyé con le adopcién del “Men Conintes” y los PASADO Y PRESENTE, torroristac arrestades fueron victimes de Jvicios especioles. Evidentemente, este terrorismo nada tiene que ver con el “tom Frorismo” di venezolano, permanentemente jgido contra a infraostructura oconé a del imperialismo (piperlines, pozos de petréteo, grandes depésites de mores: dorlas, Mirién militar yangui) demostean= do una vex més to Cundado de las otirma cignes de Lenin cuando sostiene que el Cerrorismo no puede ser empleado, salvo en el “asalto final", como forma de accion politics regular y permonente. El terroris” mo no es contradictorio con le lucha de masa cn un chime de legalided o de re presién, pero puede velverse conteadicte siy si nu iment por todos los medios de terminerse politicamente (porque no hay terrocisme o lucha armada “limpia y el Fa", sin injusticias y sin crrores, que 30° Temente pueden set corregidos ext le mis ta practica), En Argentina el terzorismo entrang a partir de 1960 una catda do In combatividad de lag masas obrorac y uno clara disminucién de la acéién revolucio™ novia, El balance negative de estas experten- eins histérieas no conteadice Is necosidad de la lucha armada entendida como la forma més clevada de Ia lucha polttica, Por cl contrario, ella confirma nueva mente: — Que Ia eclosion de un foco de guo: rellla rural osté cubordinado ¢ un andlists Politico riguroso: Ia cleceién del lugar y del momento de entrade en accion supone Un anslisis de les rontradicciones nacionay os, plantoadae on t6rminos de clase: Que un foco no exeluye por defini- cién les luchas de imase pactticas, Neve as por los sindicatos. en el parlamento, en 1a prensa, aunque Ia experiencia vens* zolana muestra. que las formas de lucha legal, precorias, no pueden durar largo tiempo cuando comicnzala lucha armada, En otros términos, Ia elevacton de Ins formas de lucha popular. lejos de pres: cindir de un aparato y de tareas poltti- ens “narmales", debe acompaiiarse do un sumonté dol nivel de concioncia y do or: aonizoci6y politics. La oposicién france 9 Ja luche orramde que manitiestsn ctertss EL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA Airoceiones de partidos comunistas lati- noamericanos (del Perd, Colombia, Argen~ tina, Chile y Brasil) podria provenit mas que de una falta de coraje o de un defec- to de preparacion material, do un vajo nic vel tearico y politico, Los dirigontes de esos partidos saben quo, on caso du dusen- callenarse una “guerra del pucblo” (como los Cubanos Haman a la guerra de guerr- lus) deberén ceder el lugar & una nuevit genetacion de dirigentes formadas en y para la‘guerra, como es el caso actual de Venezuela, Se La presencia de un partido de van- guardia no es sin embargo, un absoluto Preyiv al ueseneadenamlento de ta lucha armada, Sobre este punto la Revolueién cubana hha mostrado que en el estado insurreocto~ nal de Ja Revolueién, si bivn es indispen- sable tener una organizacion y una direc efon politica tirmes (el 26 de Julio), se puede proseindir de un partido marxista- leninista de vanguardia de la clase obruca, Precisemos bien: en el estadio de 1a toma del poder, va que la formactsn de ese parti~ 0 se tora una condicién imprescindible para la edificacién de la sociedad socialis ta, Una lucha de liberacién nacional, $07 bre bases antilmperialistas no puede sor Nevin 4 cabo bajo Ia Egida del marxisme “leninisma y de ta clase obrora, sobre to do en un pats colonial 0 semi-colonial, por razories cvidentes: aristocratizacion de hecho de unu clise obrera numéricamen- te poco elevada, caraeter nacional do la lucha antiimperialista. En cuanto at par fide. so formaré y scleceionaré sus cua dros. a través de la promocién natural de fa lucha de literacton, como ocurria en Cuba, Dicho de otra manera es 1a teoria det Partido de vanguardia que se opone al ‘“foco” —partido cuya constituetén debe Ffa precedes a cualquter tentativa de guc~ Trilla a de Icha armada no parce rea ponder a lo realidad, Esto es claro en Argenting, donde todos los grupos. gru- pitos.y partidos de Ia izquierda revolucto~ naria aspiran a transformarse en el parti~ do de vanguardia de la clase obrera “alice nada” en Ia ideologia peronista y husttl en su conjunto al partido comunista, en a= 189 z6n del antiperonismo sectario de este Gl (uy que Jo ilevo mas de una vex a allarse con la reaccion contra el peronisms, ¢ in- liso a participar en ta interveneién a los ndicatoz al lado de los militares el dia siguiente de la Revolucion Libertadura de 1933. Pero la razon sin las masas y las mass sin razan no constituyen una opo- Sicién dialéetica, y la izquierda argentina ha rok ado ou apoyo, aun moral, al E.G. P. mientras habia decidido consagrarse en- leremente a ta evangeliea terea de pene trar en tal o enal Fabrica, ofreciende pan Hotos marxistas on las puertas de las misy 40 Ta organizacién politico- militar no puede ser diferida, No se puede Jefar’al desarrollo mismo de ta lucha el cuidado de ponerla en marcha. Tas condiciones post-cubanas nucién del efecto de sorpresa en favor de Ja guerrilla y Ja mayor preparact6n politi ca y militar de los enemigos— no permi- te en este punta ol mismo empicismo quo on Cuha, Un foco guertillero no puede subsistir por regla general sin una organi zacién de contacly entre ta cludad y el campo, no solo para asegurar ta ligazén politica, sino también para asegurar el ahastecimiento de armas, finanzea, reclu- tas provenicntes de Is capital o de otras regiones, materiel de propaganda, limen” tos (yorque la autosubsistencia absolute de un foco contande s6lo con los rocur= sos extrafdos de la montafia cs un mito, sobre tol al comienzo de la accién) y finalmente, no puéde subsistic sin una arganiacién local, aunque sea apenas es bozada, en el seno de !a poblacién de las montatias (d6bil_y disporea) y en las zo- nas de contacto con el exterior, las * rras bajas", cruciales para Jus Iineas ae abastecimiento ¢ informacién. En la ctis- pide de a piramide oncontramos el ni clea del future ejéreite popular: un pur fiado de. hombres expertos, méviles, en desplazamiento continuo para evitar su localizacion por el enemigo @ incluso por los campesinos de Ios poblados (que podrian por imprudencia, hacerlos co nocor), y también para multiplicar lus dismi- 140 contactos con Ia poblacién. Esta movili- dad Jos hard aparecer come inucno més funetvoys ve Ww Yue Leannenty Giertamente, esta pitémide no se dars nunea antes de la Instalaciin del fove pues entonces seria necesario esperar dos Nie ahve pata Couiiade Md revawugi, La piramide se construye por ambas puntas. base y edispide, y ella no sera jamais otra cosa que el proceso dialéctico de su de Uruccion y de su reconstruccién sobre una buse mas solida, La ordanizacion de co tacto montafa-ciudad y ciudad-montaiia es evidentemente la mas vu rable a la represion porque esta to zada a trabajar en “territorio enemig en las pequefias ciudades © poblados poco numerosos y facilmente controla Es ahi donde se corren los mayores riesgos, donde en Cuba como en Venezugla le cee presién efectuo a mayoria de sus golpes Ravén de més para tenor el mayor cuida~ do en Is preparacién y en ol funciona miento de esta organizacién piramidal. De este manera, para comenzar con las ope Faciones se debe partir a la mantatia cuan- do esta organizacién ya ha sido puosta en marcha, reduciendo todo lo posibic, aun: que sin poderlos climinar, tos rivsgos de la improvisucion forzada, ya que el mar- gen de improvisacion 0 de recuperacisn en el transeurso dol camino disminuys mucho después de Cuba, 5: En una América subdesatrollada, pre~ dominantemente rural, se puede propagar neca durable Ia Ideologia revoluctonaria entre las masas solamente a partir de un fovo insurreccional. A menudo se opone o la guercilla la idea de que es necesario educar primero @ las masa campesinas. formar la con ciencia politica de los explotados antes que nada. No ee diec cémo, pero se afir~ ma que cs necesatio como paso previo a la aceién armada, En realidad, parceiera que las dos tareas se condicionan mutua- mente. y slo pueden sor omprendidas en forma conjunta: no hay “foco” que no tenga como objetivo inmediato la formas cin politica de los campesinos de los al- rededores, no hay movimientos reivindicay tivos y organizados dol campesinado que PASADO Y PRESE! VPS no deban ser sostenidos por la lucha arma: da si no quieren ser pulverizados por la ropresién. Es cierto que en el PerG, Hugo Dlanco logro mas en algunos afios de actividad conereta de formacion de Los sindicatos de “arrendiros” (campesinos que poseent cl usufructo de una tierra pertencelente al latifundista, quien cobra su renta en trabajo) en el Vallé de Ja Convencion, que todas tos partidos de izquierda juntos dest a hac anos, bn eh transeurso de dos aiios. 30.000 campesinos indigenas fueron inseriptos por primera vez en sus vides on los sindicatoa de defensa, mulados por Ifugo Blanco y un puiado de dicigentes, Pero cuando en el verano de 1951 los protetarios agricolas y los cam= pasinos deciden dojar do pagar la ronta a los Iatifundistas, estos tiltimos obtienen répidamente ta intervencién del poder es tatal v del ei#reito, y las tropas son enviadas al Cuzco, Las regiones vecinas estén prontas para entrar en accién con tra los latifundistas por poco que puedan rasistir fos camprsinos de Ia Convencién, Poro los eati= campesinos no poseen ninadn medio de resistencia y algunas acciones anirquicas de su parte ofrecen el pretexto al efereito para que tome represaniag sivay contra ellos, Huao Blanco, hombre solo v ain reaideneia fijaen la regién, puc™ de escapar a Ins persecuctones. Los cam: pesinos se sienten traicionados: natie tox defiende contra el efereito. Entre ta vida Ye! sindicalismo, elinen la vida, ta canta ser4 naaada nuovamente a los latifurdia- tac. Manco cs abandonado » su suert= por los orovios miembros de su organizaci¢n sindicat qve a su vex se juzyan ubandonae dos por é1, Blanco no puto pasar a la fuse insurreccional del movimiento por falta de armas, de dinero, de dirigentes y sobre todo. por falta de sastén de parte do las organizacionos politicas nacionales que lo abandonan., Descubicrto por el ejércits en mayo de 1963, aislado y enfermo en una cueva de la montafia, prisionero Iega on Arequipa, espera atin un proceso que el gobierno posterga por temor a una react tualizacién del “affaire Blanco". EL tra~ bajo de la sindicalicacién del Cuzco no ha sido sin embargo completamente barrido EL CASTRISMO, LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA por Ia represion. Nuevos sindicatos se forman, esta vez con. el apoyo pleno de los partidos revolucionatios, las ocupacio- nes de las Uiecras sin cultivar fueron rea~ lizadas durante todo el afio, y en ius tie rras ocupadas los campesinos se niegan nuovamente ‘a pagar la ronta al propieta~ rio que nunca sohé con haccrlas trabajar Pero de lu experiencia de Blanco, surge claramente el hecho de que en las actusles condiciones de brutal represiin fisica ta lucha sindical y politica en zonas de fou- dalismo agrario entrafia una regresién (temporaria en el mejor de lus casos) de Ja lucha, desanima a los campesinos, com- Promete a sus ojos las ideas de liboracitn © de emancipacién social de las que reeul- tan los Gnicos perjudicados, ya que los Dropagandistas no ban asumidy con ellos ¥ por ellos las consecuenctas Con muy pocas diferencias, el mismo fonimena se produce en el Noreste bra- silena, Las Ligas campesinas reatzan un trabajo de agitacién irremplazab'; desde su ercacién cn 1954 por Juliao (14). Ellas consiguicron + mejoras importantes tales cumg la suspension del pago de la rente agraria en ciertos lugares, la extensiin de las leyes sindicales a los obrecos de le cafia de azdcar del Utoral, que dz esta ma Rera conquistan un salario ‘niaimo obliga~ torio de 35.000 cruzeires pur ms, aunque (14) Las Ligas campesinas de Franciscy Juliao transformadas en mito de ex- portacién muy rontable, no tuvieron Jamas 1a {mportancia politica que so les ayigué en Europa. La ausencta de organizacion y de disciplina, la inca- pacidad do Julio de darles una idco- login y wna estrategia coherentos, 1a subreestimacion del papel revolu- cionario de los campesinos, impidic ron a las Ligas transformarse on un movimiento vordaderamente politico, como lo queria Juliao cuando en 1961 fundaba “el Movimiento Tiradentes”, gue fue un fracaso. Juliao pareciera haber presentido sug limites mojor que sus colahoranores, de los cuales no siempre supo precaverse. “EI nico titulo que deseamos conquis tar, escribié un fa, al final de es tas tentativas, ec el de simples agi- tadores sociales”. 141 este aumenty sea debido también a ia sue ba del precio del azucar en el mercado in- ternacional, después del bloqueo de las exportaciones eubanas, Juhao. en realidad, nunca se ocupé domasiado de los asala riados agricolas. ;Pero qué pasé en el Noreste después dul golbe de Estado mi litar? El retorno al poder de los ‘atitun- distas, la expulsion de los miembros de tas Ligas de las tirras 0 del “ingonio”, la azu- carera del patrén, con prohibicin de tra bajar en cualquier otra tierra. Los res ponsables de las Ligas tieron asesinados, apresados, torturados (Marcos Alvez. pe Hodista del Correo da Manha, pudo entrar en una de las prisiones de Reeite y ver a los torturados, especialmente a dos res ponsai dos. de lay Ligas tucron asesin afasicos, gritaban en cuanto vefan un uni" El salario mintmo de tos forme militar) obreros de la cafia todavia no Me tocado (algnnos oficiales dol IV Ejércite acanto- nado on Recife pudioron contener ta ofen- siva de los patrones de los ingenios), pero es sélo cuestisnde tiempo. En otros tér- sings: el Terror blaney, ¥ lus campesinos sin medios de defensa, reciben los aol Pes una vez mas. Despues de la gran ola de esperanza, puede adivinarse su desco- razonomiento. Fs un acto cast trresponsable y criminal Janzar hoy @ esas masas camposinas, di persas y anolfabctas, fijadas al tcrruo y sin posibilidad de fuga (posibilidad que dispone el agitador polttiry ventdo de fuera) a una lucha social o politica que inevitablemente desoncadenara una repre- zién que solamente podes snfrentas un “foco” entrenado y preparado. La querrilta debera batirse en retirada frente al avance Ue las Lropas, pero poued Mewar la cuenta Ao Jos’ erimenes cametidos nn ta pahiarisin campesina, vengarlos con excursiones re- Kimpago liquidando a los oficiales dcela~ rados culpables por un tribunal de campe- sinos, quienes se sentiran defendidos y “cuntertos”. Los campesinos dicos y sin radio, dormidos desde buce siglos en “Ia paz social” Jel révimen feu- dal. asesinados friamente pcr los policies privados de los latitundistas ai primer ges- de la analfal atic. sin por fe © to de revuelta, no pueden despertarse, sa’ lir de su sopor, adquirir ura conciencia politica por un proceso de meditacién, de reflexion y de lectura slo Megaran a ellos por un contacto votidians con home bres que compartirén su trabaje, sus con diciones de vida y cesulyerén sus proble- mas materiales. Arrojados a la guerra re~ volucionaria, adquiriran Ia experioncia prictica de como resistir a ia represion, y también la de una reforma agcaria limita da en Is zona liberada, La reconquista de una pequotia franja de tiervas féztiles (enectentes aun latifundista es una mejor propayanda por ta refarma agraia que cion Folletos ilustrados sobre Jon sovjoses de Ucrania. Las condiciones sbjetivas de vida de las masas camp sivas en la mayoria de Jos paises americanos permite sélo un tipy dy propaganda y de furmaviin politica: ta Propaganda por los hechos y por la expe- Heneia practiea de los nizmos campesinos, FI problema es mucho mis claro si se piensa on las comunidades, indigenes, re Plegadas sobre si mismas desde fa coloni- zacién y periddicamente masacradas por los blancos. Desde i sur de Co- lombia hasta el Norto argentino, aguante: €] peso fundamental do la explotacién feu- dal. Ta mayoria de la poblacién es indige- na en Ecuador. Perd, Bolivia, vale decir, que por lo general no hubly castellano sino ayniaré o quichus. {Qué contacto puede existir entre ta elite politica de Lima o de Guayaquil donde estan concentrados los cuadros polfticos del pats y la comunidad de una meseta totalmente dominada por un cura feudal (que ejerse todavia en cer tas regiones del Ecuador el derecho a la primera noche con la recién casada)? Cualquiera que oorturbe ia paz de Ia co munidad os matado por le policia rural Gaigunas veces por los mismos indigenes fanatizados), con le bendici5n del cura ca~ cique. El acceso a las comunidades indig nas debe ser disputado, pues, a las fucrzas represivas que poseen el control tradicio- Nal. Los “ditigentos campesinos” repre~ sentantes del partido de gobierno y del poder central, los destacameutos de poli clas 9 del ejército, las autoridades ecle- siésticas, los administradores de los lati- PASADO Y PRESENTE fundios, 0 los mismos latifundistas, todes forman una capa homogénea, reforzada aun mas por la diferencia de lenqua, Anote™ mos que los mineros bolivianos pudieron penetrar con éxito en las poblaciones in undan las digunas que ci minas, en ol departamento de Potosi y que el gobicrno ya uy puede sanejattes cumy antes por un pedazo de pan ouna botella de chicha, Los campe estén armados aligen sus res ponsables on las poblaviones y se instruyen nos en qu radios de los sindicatos neros. La Federacion de los mineros dis Pone, en efecto, de 1s importantes emiso- ras ropartides en las 13 minas mas impor tantes y administradas por una comisién sindical local. Estas posibilidades excep” mir cionales de un trabajo de masa en el sens del campesino indigena praximo a los cen tros mineros, es consecuencia de una rela cién de fuerza favorable a 6 quienes, sin embargo, pagan con sus vides, en una lucha armada constante, el dere: cho a disponer de esas radios que se es* cuchan en todo Bolivia Al gobiorno no le queda otro camino que lanzar sus merce narios contra los territorios mineros. Et 26 de abril de 1964, 5 mineres fueron muer~ tos defendiendo Ia radio de Huanam, ser- ca de Oruro, contra un atague masivo con ducido por las bandas ‘le gobiern>, que s5lo pudo: ser contrarrestado por una con- traofensiva nocturna con dinamita y fusil, de todos los hombres aptus de Huununi, Estas radios son el fruto de la- insurrec- ein de las mineros de 1952 que conduje al M.N.R. al poder y pormiti a los sin- dicatos obreros constituir rapidamente un aparato militar y propagandistico que ac~ tualmente deben defender armas en mano, contra oso mismo M.N.R. No so puede, pues, extraer argumentos del ejemplo bo- liviano para sostener que un trabajo de masa es posible sin lucha armada, sin me dios de autoderensa por parte de los eam= Pesinos. Foco y foco do Propaganda politica ticnen una sola y mis- ‘ma funeién loa mn insurreccional 6° La subordinacién necesaria de la lu- cha armada a una direccién politica central EL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA no debe provacar 1a separacién del apuray to politico del aparate militur. Fsta conclusién, abstracta en sf misma, resulta de las multiples experiencias de desinteligencia sohrevenidag ontro la re~ sistencia interior y una direceién politica instatada en ol exilio o en esu tierra de asilo que pucde ser la capital de un pats. La divisién del trabajo entre ejecutantes y dirigentes pareve al principio obligato- tiu por las condiciones coneretas de Ia Tu cha. Los dirigontos o un caudillo envfan a las montafias un grupo de {eles o do adherentes devotos; los disiyen desde 1ey08 para poder desligaise en caso de fracaso y salvar asf su legalidad, actitud tradicio: nal cn América dol Sur con ta que cumnpe completamente ct castrismy. Betancourt, fefo de “Accién Demucratica”. siguié en su exilio de Puerto Rico mientras los je~ fes de la resistencia interna, Luis Pinedo y Alberto Carnevali oran oaesinados por Perez Jimenez, después del frucaso del Plan insurrecional de 1951. Por el contra rin, todos los dirigentes “custristas”, a instancias de lel, dirigieran en percona el foco guerrillero. No hay un movimien to castrista en abstracto, hay dirigentes Fevoltirionsrios que en cada pats retoman la tradici6én indeleble del caudillismo, im- Primicndo su estilo a una organizacién na" clonal, despues do naherla probado ante tos vos de todas los militantes. E! desdoblamiento conduce rapidamente a las disenciones entre el interior y el ex: terior, Regularmente los comhationtes y cus dirigentes pertenecen 2 In nueva ge- neracién “cubana”, y no han adquirido to” das las manfas de los politicos con fre- cuencia habituados @ la vida burguesa. que corrompen la direccl6n de los partitos. De inmediato, la diferencia entre los dos mun- dos, ¢1 de la guerra revoluctonaria y el de falucha legal (0 quo aspira a serlo, como €8 el caso de los partidos comunistas que Se encuentran fuera de la ley), crearé di- vergenclas politicas insuperables. Ahora bien, el centro de (iravedad polltica se des- Plazura irreversiblomente hacia tus del in> terlor, on contacto directo con el pueblo y con el enemigo: {de donde extraoré Ia 143 direceién del exterior su autoridad y sobre quién la cjerceré? En el mejor de los ca 403, el barcu se hundira sin demasiados en. frentamientos. En Guatemala, los dirigen= tes de la guerrilla decautorizeron Ia act!” td asumida por el P.C. guatemalteco en Ja vounién de los P.P.C.C, de América Central. Gus representantes del P.C., concientes de que no reprosentaban a na die més que a sf mismos, debieron retirar Sus lirmas. Soria equivocado creer que lox dirigentes revolucionarivs en exilto en Cus ba o cn 16s paises socialistas “dicigen sus tropes por telegrama”. St quiron conser ver alguna representatividad deberén su" vordinarse a los nuevos dirigentes del in terior y harén pocas declaraciones preten ciosae. Los otros forman los participantos habitusles de los congresos interneciona- les, cuyas declaracionos de principio pue™ den leerse en la prensa. Los peligros del desdoblamtento san de tomer de ambos laios. Existen Ia tral: cién de log “politicos”, flagrante en el car so de lus guerrillas paraguayas (los diri- gquntes burgueses, liberates y febreristas, det movimiento “14 de Mayo" no vacilaron en denunciar a Stroessner los preparativos do los jvenes del movimiento para no set reemplazados por ellos) y on ol de las gue~ rrillas argentinas (los Uturuncos en 1939 fueron abandonados y — sistematicamente lgnorados por la maxima direcciin pero nista, que aproveché este hecho para alo- Jor a John William Cooke, marxista-lent> nista peligroso, de la direcetén del’ movi- mfento peronista), Pero existe tambien In Gesorientacién politica uv los impulses andrquicos de los “militares, quionos Privedos de cuadros 0 de diroctivas con eretas, y sin una gran oxperfeneia politica personal, arriesgan comprometer cl por venir de Ia lucha armada, Para frenar os tos dos poligros, la actitud castrista de fundir la direcel6n politica y Ia direceién militar, andloga en esto a la tradic6n bol- chevique y adn mas a la china, parece (rreemplazablo. Sobre oste punto ta experiencia venozo* lana puede esclarecernos si tenomos en cuenta sus caracteristicns ospeetticns En primer término, las F.A.E.N. resultan do 144 la fusién de un Frente Gnico de partidos ya constituides —el Partido Comunista y el Movimiento de la Izquierda Kevolucio~ naria, cuya direccién, sobre todo on ol ca- s0 del P.C. 0s colegiada desde hace mu: cho tiempo— con personalidades indepen- dientes 0 provenientes de otras oraaniza- clones y con militares (el Movimiento det 4 de Mayo, los insurrectos de CarGpano, el Movimiento del 2 de Junio de los sebeldes de Puerto Cabolio). Todo esto, combinado con Ia dispersién de la lucha en muchos puntos del territorie, explica que no se pueda encontrar actualmente en Venezuc- fa un lider nacional, un “Fidel ". Ademds los dirigontes del P.C., Gus- tavo Machado, Jestis Farias, Pompeyo Mar- quez, son lideres excepeionales, cuyo pres~ tigiv popular no esta en relacion con el que gozan las direrciones comunistas de los paises veeinos. Elles estén dotados de una larga expericnela de lucha y en estre~ cho contacto con Ia realidad naciunal, al Punto tal que # veces se hicieron sospe- chusos de “nacionalismo”, Durante ios diez afios de dictadura policial perezjimonista, Fompeyo Marquez (Santos Yorma en la clandestinidad) no dejé de ejercer sus funciones de secretario del partido en el interior mismo del pats donde organiza Personalmente la resistencia, La direccion Politica, en este caso, no puedo comparar~ se en ningGn modo con Ia ‘cxistente en otros paises. Teniendo en cuenta esta situacion, la dialéctica de las relactones politico-milita- res de la Revolucion venezolana es rica on ensenanzas. Esta dialéetiea podria dos- romponerse ‘en los momentos siguicntes venezola- no" 1. En un primer momento, sepuracién del naciente aparato para Ia lucha arma~ da y de Ins organismos de direccién poli tica. 1960-1961: soparacién del P.C. y de los grupos de autodefensa. 1962-1963: se paracién orgénica del Frente de Liberacton Nacional, organtsmo de direecton politica, y de las Fuerzas Armadas de Liberacién Narional, "brazo armado del F.L.N". El primer desprendimiento, cuando nace en 1960 la decisién esponténea de resistir a la creclente represion, no proviene de Ia PASADO Y PRESENTE incompetencia de lus diriyentes del par- Udo en los problemas tecnicos, de orga nizacion clandestina ni de las reticencias politicas, aunque es vardad quo el partido combatié muy fuertemente los grupos ar mados que se formaron anatquician bajo sus alas. Las razones esenciales de~ ben buscarse mas bien en: Le sa) La decisién politica de proseguir la avelon parlamentaria y legal hasta el final, salvaguardanda ta prensa y los locales par= Wtanos mantemiendo hasta cf dltim> mo- mento, a pesar de la represién, una ac- cién sindical basada un Jas posicones de clase. bf guinerno de Betancourt (octubre de 1965) destruyera las iitimas libertades democraticas, sus- pendiera la inmunidad parlomentaria de los diputados y senadores del P.C. y del MLR, y lus culocara en la mas completa ilegatidad. Los diputados fueron cond sci- dos directament det Congreso a las pri- sionos. b) La necesidad de suavizar al maximo lo estructura vertical del B.C. (ventralis™ mo democrético), nectsaria para su fun: clonamiento en tiempo de paz, pero mortal en tiempo de lucha clandestina. El man- tenimiento de esa estructura do forma im posible en los hechos por la situacién de vegencia creada por la aceleracion de los vitecimlentos, 1a @ispersion debida a Ia regla del contacto mfnimo propia de Ia eimdestinidad y Ja desaparicién de los or conismos de direccién politica como con- secuoncia de la represiin. ©) Un imperative elemental de sequri- dad. EL nacimiento de una guerrilla rura! requiere wm nivel do maduracién revolu- cionaria ya elevado y es por ollo que os on lag grandes ciudados donde hay que organi* zar la autodefensa, porque es alli donde ! represién golpea primero (manifestucio~ nes de masa dispersas a tros, pillaje de los larales dot partido, arrostos y tusila- mientos de militantes, ete), Pero de los viejos militantes del P.C. que sobre todo en Caracas (donde el partido ocupo en en 1956 el sugundo lugar en las eteriones) no tenfan ninguna razén para ocultarse en anh nanpianiap pyrojne vt op sortstou Esto duré hasta yue EL CASTRISMO. LA GRAN MARCIA D) siguié a ta caida de Peres Jimenez, ta ma” yorfa cstaban fichados y eran faciimente controlables. Un aparato de Estado cuyo contenido de clase no ha sido cambiado, no se deja ganar por osas cuforias pasa Jeras y prepara siempre le guerra. De ull Je nocosidad de ubicar a estos compafieros en tarces legales y ta necesidad de crear una orgenizaci6n de autodefonsa eompuesta por desconocidos 0 por perso" ngs menos marcadas politicamente, y un consecuencis menos vulnerables a Ia re~ presion, IM. So dosarrolla pues un apacuty snilitar urbano que ayrende dlen o mal a devolver {os golpes y organizarse poco a poco en la prictica. Tas acciones de ‘autodetensa y luego de contraofensiva, intensifican Ia reprosién, que hiere cada vez mas c} apa rato politico de lus partidos revoluciona~ tos, més expucstus u causa de su accién gomi-legal y mejor conocidas par la polit chu. La antigua organizacién del partidu se disarege (cierre de locales, destruccisn de la imprenta, censura de lus periodicos ate.) y los elem menos dentdidos tienden a abandonar Ia lucha. El partido: Se replieqa: periodas de crisit bien conc cidos en todng los Movimicntos de libera- cin, en él momento del pasaje a ta lucha armada. Pero esta altima crea nuevas tay reas, acelera su ritmo para resistir ol rit- mo creclente de las acciones ropresivas oblioa. @ avanzar Monando los vacfos, co” rrigiendo sobre la marcha los errores: a hacorles frente. Durante este tiempo (afi 1962), una rav ma de Ia organizactén urbono, guiada por un visién ostratégica de largo alcunce. pre- Para, organiza ¢ inaugurs “focos” de gua rrille rural. Parectera que se tuvo la ides de inauyurar varios focos a le vez, con e! objeto de dividir las fucrzas armadas, pues €1 aio 1962 asistié a ta eclosion de focos en cols Estados diferentus (Mérida, Zulia, Miranda, Lara, Trujillo, Felcon). FI rever- so de esta z4ctica aparece pronto: alimen- (ar tantas zonas disporeas en hombres y armas, en abastecimiontos de cualquier Upo, es imposible. Logs focos, por otra pur te, no tlenten a menudo ningdn noxa poll = AMERICA LATINA 15 tico 0 militar entre ellos, Debido a Ia inex Periencia en este génoro de lucha, a una ausencia de preparacién militar serta. o un auseneia de preparacion militer sera, 0 a un de precauciones en el mantenimiento do un seereto militar, muchas de estas tentati- vas en las que participan s5lo ectudian= tos, terminaron trégicamente. Muchas se cotes tentativas se revelaron tambien co mo marginales y no dependientes do de- cisiones politicas tamadas en la eGspide. Fero sobre la baso de esas expericncias, ¥ esta voz de manera responsable, yrupos campesinus © intelectuales rem ius, dotados de un solide canoe! nitty del terreno, s van a las montaiia! En la primavera de 1952 se constituye el frente de Charal, bajo cl mando de un int gonioro, Juan Vicente Cabuzus, y en el Es* tado de Faleon, el frente “Leonardo Chi Tinos" bajo el mando de Douglas Bravo, ex estudiante de derecho y ox obrero de fabriea. IL, En ravén de las condicioncs mate- Hales y morales muy dificiles en las que debe operar lw guerrilla urbana, esta atti~ ma cumlenza a agotarse, cametiendo ctor~ tos errores ticticos (ataque al tren del Encanto en octubre de 1963) que aprove cha of gobierno Mevando ta represion at méximo, fuertemente ayudado en esto por los servicios y el dinero yanqui, que aflu- e a Caracas. La sucesién do arrestos de Fesponsabies politicos, que permanecteron en ta capital para osegurar la permanen= cia de Ia direccién politica 8 pesar de Ins condiciones du seguridad de mas en mis precatias, y que culmina con la dotencién de Domingo Alberto Rangel, secretarto del M.ILR. y, poco dospués, de Pompeyo Mar quiez, secrotario en funclones del P.C (enero de 1964) desorienta al aparate ue bano. Desde entonces esté probado quo Ja guerrilla urbums, comprometida en una guc~ Tra civil easi frontal contra los policfas, la guardia nacional y el eféreito en el cure 50 del verano y otofiv de 1965, no esta en condiciones de quebrantar e! aparato re* presive y malgasta tesoros do vides hu- manas obteniendo ‘resultados despropor~ cionadas con ol estuerzo, No puede unton ces rovestir la importancla ustratégica que 146 ciertos sectores “insurreccionistas” (es pecialmente entre la juventud del M.LR.) querian otorgarle. Durante este Uempu y al lado du je lum cha urbana que ocupa el primer plano del escenario, las focos rurales se fortifican en silencio, Dirigentes y combatientes ga nan rapidamente en experiencia politica y militar, Y joh sorpeesa! lus desmante- lamtientos periddicos de ia organizacion= contacta Caracas ~ provinela - frente gues rrillero, no provocan de manera alguna el desmantelamiento de los focos, que refuerzan su capacidad de ac vion, sus bases de apoyo, su reclutamten- to entre los campesinos. En consecuencia, los puentes pueden estar cortados ontro ol F.L.N. y los destacamentos rurales de la F.A.L.N. sin que esto les impida cre cer y autoabusturcerse, Los jefes guerrilte- ros, inalcanzables y cien veces muertos septin Ia prensa, reaparecen y tienden a transformarse populares que movilizan a su vez las ciudades. Final mente, la guerrilla rural apart como ef (nico aparato permanente, sdlido, en cre~ cimiento y fuera del aleance de cualquier en mitos ropresién armada, IV En Caracas y los detenidos politicos que a fuerza de coraje y de ingeniosidad Megan a evadir- se, Jos militantes y los dirigentes “que~ marios", arrinconados on una clandestini- dad cada dfa més alcatoria, no ticncn méa que un recurso: unirse a las zonas estabi- lizadas o liberadus por los focos querri- Heros, Sobre la base de las estrurturas existentes desde ol comienzo do los focos, pero consolidadas por este ingreso conti- nuo de sangre nueva, tiende entonces « realizar la fust6n de los dus aparatos de direceién politica y de accion militar en lu querrilia rural. Un nuevo foco surge en el este de Caracas, on ol Estado de Mi- randa, en julio de 1964. En cuanto a la guerrilla urbana, no pa- Fece revestir mds que un aspecto tactics de asalto sorpresivo u hostigamiento bas- tanto secundaria. En su lugar, s° puede tratar de desarrollar una aceién propia- mente polftiea, una campafia para ta libe~ racién de los prisioneros 0 el nacimiento en otras ciudades, PASADO Y PRESENTER de nuevas organizaciones de izquierda. 7+ El encuadramiento politico de 1a tu: cha armada sélo es realizable en Ja cam puta. Dicho de otro modo: entenilida come forma regular de lucha revolucionaria, no hay “guorrifla urbana”. Aqui también la experiencia venuzolana nos sitve de ejemplo. Ya se conocen los argumentos irrefutables del Che Guevara @ este respecto: antes do atacar e' osla- bin mas débil, un foco insurreccional debe cuidarse de Ins zonas urbanas comu de los eslabones més fuertes de la cadena. es dev vir de los luaares donde estfin concentra dos todos los cuerpos represives y admi- nistrativos del Estado y donde los clases més desamparadas estén integradas ua sociedad. Pero el éxudy rural a las capita: les ha creado en las ciudates una cor twadiceion social explosiva, cada arto mis dinell nara Jas clases dominantes: Ia aglo~ meracién de desocupades provenientes del campo cn tog “ranchos" (Caracas) las (Lima: 600.000 habitantes vir ven en tas chozas de terras construidas orilas de Rimac), las villas misarias (Bue nas A‘ros), ete, “barriadas” En Caracas, cl tercio de in, 350.000 habitentes, vive en los “vanchos", cinturén de colinas que ro" dew 14 chidad entrelazamtentas de calle: Mntac Ae ntazas, pasajes, terrazas, donde la policta y menos atin cl buraués, no s+ arriesoa ni en Hemnpos de naz, Cada afc. 70.000 venecolanus se instalan en Caracas vomfg de la mitad Io hacen en Jos ran> chitos, Esta realidad socto-econémice ex- plica nor qué ha podido desenvolvers= en Veneaucla, por primera vez en América del Sud, una forma extraordinarla de querri~ Ta: la querrilla urbana. El “ranchite” fin su base esencial de operaciones do reclu- tamiento. Mucho se hablé en el extranje- ro de los asaltos sorpresivos de Ias unl- dades técticas de combate: secuestros de militares enemiyos, yuelos publicitarios, recuperacién de fondos en los bancos, do armas, de documentos, sabotajes a las ins talacionos imperialistas. Estas operaciones se desarrollan ordinariamente de fa, porque exigen pocvs:partictpantes, que de ben utilizar sus armas lo menos nosible. La campnsicién de estos comandos os Ja pohtan’ principalmente estudiantil o pequefio bur- guesa (el "26 de julio” cubano tenta la mis~ ina composicion social y seria ridicule emplear el calificativo “pequofio burgués", con ol juicio“de valor implicito que se le asigna on Europa). Pero -cxiste otra fase de la guerrilla urbana, mucho mas impor tante por el nUmero de hombres jue en- globa: fa guerra en los ranchitos. El reetu= tamionto es diferente: obreros, desocupa- dos, Jovenes sin empleo, hijos de familias numerosas y miserables que componen la vrganizacion politico-militar del hav Las relaciones con “ei medio” frocuente- monte son tonsas, pero no ilegan al rom: pimionto: hay acuerdos locales, pactos no agresién y aun coluburucion o regene racién de transfugas del “medio” (situay clon analoga a la que hubo en la casbeh de Argel durante Ia guerra). En cl perio- do mas intenso de la lucha urbana, alr dedor del verano y primavera de 7963, no habia dia sin encuentros armados en va~ ros ranchitos simultaneamonte, Cuando café la noche comenzaban loc disparos que terminaban ol amancecr, Las opera- clones eran hostigamientos a lus fuerzas Fopresivas, embuscudus, batallas lbradas contra el efereito y aun acupacisn tota: de un barrio que se convertia en territorio libre por algunas horac, hasta que 18 con- centracién de grupos armados se volvia ingostenible y se disulviu. El fin era con- centrar los cuerpos represivos en Caracas, dividirlos, fatigarios, para acolorer ou desmoralizacién y su liquidactén (los ca- 808 de desereién fucron muy frecuentes en Ja policfa durante esa épucu). Maniobras de distraccién tumblen cuando otras + ractones se Mevaban a cabo on otros tur gares, tales como evasiones individuales 0 eolectivas do los centros de detencién Pero algunos meses despues, cl silencio envolvié a los ranchitos: esta forma de guerrilla urbana habia deeaparceido, No se/ crea que los grupos armados de los Tanchits habfan sido iquidados y militar: monto veneidos: en realidad vste tipo de accién podia continusr mucho tiempn, po Fo parece que uns decision de Ins FATN puso fin a las operacionos. ;Por qué? Operando sobre una Grea determinable 1. CASTRISMO, LA GRAN MARCHA DE AMERICA LA’ pINA M4 y naturalmente limitada, la guerrilla urba- na es facimente ubjeable, No da lugar a elecctén de momento ni de lugar para of combate. La guerrilla esté forzada e ope rat de aueche (los ranchitos tienen un alumbrado publico muy debi!) por moiti- pies razones: seguridad do los combatien- tes que escapan & la identificacion y segu’ ridad t los habitantes. La noche ambién de permite w las fuerzas populares aj char al maxima sus ventajas: el ronoci~ miento del terreno, la movilidad, in difi- cultad para el cnemigo de utilizar sus or mas pesadas, Por el contrario, el dia per* mitira el allanamiento de las vivientdas, las represalias masivas, {a redada. La etrecion del terreno cx casi imposible a los grupos armados porque no pueden desplazars> en las ciudades (las grandes avenides es- severamente controledes) pata >t prender de improviso 4 una guarnicion 0 dostacamento militar [a operaciin com= porta grandes rivsgos pues la rotirada os muy féellmente bloqucable, Hay pucs que atraet a lus cuetpus represives « les col! nas, fuera de su terreno natural de acm clon. Asi, al cabo de un tiempo, han come prendido 1a trampa y no se molestan mas, prefiriendo obandoner tos ranchites al con trol nocturno de sus grupos armados que pierden una decena de hombres en cada incursion. Todas las estratagemas seran entonces bucnas para atracr a los doste camentos policlales y del cjéreito 6 los ranchitos, por ejemplo el false terrorismo: en una zona aparentemente calma, explo~ ta en lo alto de un ranchito una bomba poderosa, Hoga Ia columna de soldados quo wienen a conatatar los daiios, pero se cn- cuentra encerrada en una emboscada y debe pedir refucrzos. ete. Pero esta ubi- cacian en ios Harrios populares indica ri- pidamonte ta thetica a seguir por Ias fuer 2s gubcrnamentales: implontar guordios permanentes del ejéreito y de la policta, en némero tal gue el combate se vuelve Gesventajoso. Si bien todas las puestos policiales debieron ser evacuados de. los hartios obroros (de loa enormes mono blocks del 25 de enero, de Urdancta, ae Simén Rodefauez y do los ranchitos) en ta primera fase de ta lucha, paco Jtespuss 148 PASADO Y 50 instalaron equipos ‘con armamentos pe- sados en los puntos claves (sobre los te~ chos, cn las bocacalles, en las colinas) por parte del ejército y Iu quardia nacional y ésto determino practicamente el fin de los combates urbanos. La vida de un mi litante es demasiado preciosa para los se- crificios indtiles y por suerte los revolu- clonarios no tienen el sentidy de les com hates de honor: los venezolanos no atava ron més. En cl plano militar, la guerrilla urbana no puede convertirse en guerrilla de mo- mientos y menvs todavia en guerra de posiciones: debera quedar limited al hos tigamiento, al sabotaje, donde debera gas~ tar fuerza desproporcionadas con respec us objetivos. “Dar el golpe y bulr" divisa del guerrillcre campesino, es impo- sible: sin Base fija, un grupo ermado ur nano no tendra posicidn de replicque se gure y se expondré ai liquidamiento por cercumiento, dolacin, imprudoncia, Esta ausencia de base social y econémica solide: si el poder no vs tomado de un golpe por una insurreceion generalizada, no hay reformas parciales realizables en una poretén de tertitorio liberado Si el guerrillere un “reformador — socia! iqué puede reformar en una cluded? De qué reulizacion puede valerse para atra grandes cantidades de masas? Los pequ Fos grupos en que forzosamente debe de: articularse una guerrilla urbana (una U. T.C. tiene de 4 a 6 personas) no podrén nunca llegar a formar un nucleamiento permanente, localizado, dotado de clerto Porler de fuega, concentrade, diseiplinado y ontronado on ta guorra convencional y en el manejo de armas pesadas, Desde el momento en que no puede pasar més allé del hostigamiento, una guerrilla urbana no puede transtormarse en un ejército guerrillero y menos aun en un ejéreito po- pular regular, capaz de onfrentar final- mente al ejército represivo, fin de todo foo". Esta atomizacién obligatoria de los com= batientes urbanos. abandonados a st mis tanci toa ote, tuvo en Venezuela una gran impor= Hevaba en germen un riesgo muy serio de despolilizacién de los U.T.C., con PRESENTE el surgumento de acciones anérquicas, desordenadas, contrarias a la linea gene ral del F.L.N. To6ricamento, los. planes de toda accién importante debian ser cla- borudos por sus futuros ejecutantes (UTC © destacamentos), levarlos a la direccién politica volver con sti aproharién o no. Pero en la realidad no era siompro asi: podia haber mucha urgencia, o defectss 8 un contacto @ afresto inesporado de un dirigente. Por otra parte, la juventud, principal fuente de reciutamento de los grupos de accién, no tienen en paises se- mi cultural que desarrotlade es reulmente coloniales le formacién puede tener le de un pais donde la ensefanza_primaria obligatoria. Y la mitad de la poblacion ve- nezolana tiene menos de veintiGn aos Una formacién politica no se adquiere de golpe, sin ensayos ni tanteos: asi se en- tiende come algunus U.T.C. han podido comoter ciertos errores. los cuales han si- do siempre sancionados y corregidos por , direceién nacional (15). Asi, un joven (13) Esos ertores politicos, hey elimina- dos fueron en opiniin de los mismos venezolanos, los siguiontes: Exton- der lag operaciones de sahotaje a IAs fabricas e instalaciones comerciales de los capitales nacionales, cnemigos secundarios que oc hubicran podido neutralizar, hasta atraer, aunque es diffell en ia practica distinguir ca~ pital naciuvnal y capital imperialists pues la mayoria de las veces estén muy ontrolazados; haber atacado on algunas circunstancias a los efecti- vos de la policla municipal » de la policia de transito, arrojindolos asi al lado de las fuerzas represivas acy tivas; no haber tenido suficiente- mente en cuenta el valor frremplaza~ ble de la vida de un militante ata cando objetivos muy secundarios, co- mo ol sabotajo al dopésito de films de la Columbis, donde murieran que- mados vives des combutientes de une U.T.C. en el incendio que ellos con- tribuyeron a crear; no tenor en cuon= ta condiciones circunstanciales, como fue el caso del ataque a un tren cus todiado por un destacamento de guardias nacionales emprendido con el fin de recuperar su armamento, en. el curso del cual fueron eliminados algunus soldados que opusieron una EL CASTRISMO. LA GRAN MARCHA DE AMERICA LATINA combatiente de un medio rural se for maré politicamente mucho mas rapido que un guertillero urbano, Si para este alti~ mo todo puede reducirso a una serie de operaciones “horoicas” aisladas de su con- toxto antes y después de las cuales de- beré volver a Ju ulmosfera normal de la vidu urbana (con todas las facilidades a fas que lo ha habituado la vioja sociedad), ¢ guerrillero campesino estara inmerso en uun contacto permanente y directo con ef exterior, npesinus y con la Naturalesa, y la operacién prop:amenre militar sélo sera en detalle o con los i un ma mento mis. Dicho do otro .modo, ta accion urbana os discontinua: para el guorrillero cada operacién cy suticiea~ to por ef misma, Lo esencial de un campamenty campe- sino es crear y recrear sin cesar sus con- dictones de vida: en Ja primera y més lar~ 8 etapa do-lucha, esa sord ou actividad principal y no cl combate militar que d= be por el contrariy eviluc. Sembrar, cazar. cosechar, recolectar. sobrevivir, es en In Junala americana un trahajo sacrificado y heroieo. De este modo, el foc, en sus co mionzos, no podré sobrovivir sino en la me- dida en que obtenga el apoyo del campe- “sino: el foco esté soldado al medio con- génitamente, Para los “bandoteros” colom- Dianos del ‘Tolima, el problema no se plan~ fea: como no roproducen sus condiciones materiales de vido, el apoyo de la pobla- cién le es indiferente: pillafe. robo, con- tribuciones oblicadas les es suficiente. El foco rural vst en contacto direeto sin intermediario con Ia colectividad de la zona de oporacién para Ja limpicza de un pedazo de- bosque “a fin de cultivario, para el trabajo en comin de la tierra, para la cuza, ote. Esas condiciones mato- tlules Wevan ineluctablemente al foco a proletarizarse moralmonte y a proletarizar su ideologfa, Ast ous miembros sean cam: Pesinos © pequefios buryueses, cl foco gue rrillero se convierte en un ejéreite de prote- tarivs, Es asi coma In guerra do guerrillas opera siempre una mutacién profunda de tos hambros y de cus ideologias: ese es el por qué, por ejemplo, hubo en Cuba un desa* euerdo politico entre tos dirigentes del 149 elercito rebelde y los dirigentes de las oc ganizaciones armadas, como Faure Chau mou von e: D.cos.oro dol “1S de marzo” y haste con los dirigentes del Partido So” cialista Pupulur, que no podian imaginar que la revolucion tuera tan rapido hacia el sociatismo, Y sin embargo la formacién politica y social de loa dirigentes noe del "13 de marzo” y del "26 de juli era Ja misma: “intelectuales pequefio bur- gueses revolucionarios”. Del mismo modo en Venezuela, tos que pasan de Ia lucha urbana a la lucha rural sienten un cambio fera humena de ca arba ded en ta or el andltsis politico Jlisis a corte plazo en la mon ganizacién y aun en taf no ste, ‘Todos los querrilleros 3a- ben en ese momento que Ia guerre seré larga y dobe corto, en las condicfonys wc~ tales do la relacisn de fuerzas, porque “nosotros no aspiramos a tomar 2! noder en una gperacton suicida para perderlo a las 24 horas. No nos preeipitamos pero no Fetrocedemos mas en relacién con nuostros objetivos" La proletarizacin raplda del foco rurat ha dado w los combatientes soquridad y modestia, Paradojalmente, es cast :inposi- ble que so dosarrolle en un foco rural, germen del oféreito popular, una tenden= cia al militarismo, @ Ix creencia de aque todo se reduce a “echar balas" a ¥ que tote devende del exito militar, Del mismo modo ol romantieiemo aqui diffellmonte su caldo ds rar, encontrars vultive, EL Inesperada resistencia, en el mismo momenty en que se desarrollan im portantes conversaciones pre-electo rales en ol seno de los Partidos de oposicion. Esta accisn, montada hi- pécritamente sobre alfileres por el gobierno, sirvié de pretexto a la opo- sicién logalista pora rehusar una eandidatura Gnica de la izquicrda en lus clecciones presidenciales. La ma- yorfa de los responsables de estas acciones fueron destituldus por cl Estado Mayor de las FALN. (18) Clr Reportaio sobre Falcon y Douglas Brayo, realizado con el nombre de Francisco Vargas en el nimero 6 de Evolution. 150 PA combaticnte rural se educa dia y noe por su contacto con et mundo bi combativite de ta guerrilla urbana tien dea vivie cn su medio nutural (la ciudad, el trabajo regular, 10s amlyos, las muje rea, ete.) por su seguridad y ta de la or ganizacién, Si para el primero el mundo exterior inmediato —el campo do mai plantacién de bananas pertenecientes a una familia de campesinos amigus, el chare 0 do agua o el pablada a dos horas de marcha, es fuente de vid: Jor dicho cl dnico medio de vida posible, para cl seyundy, el mundo exterior scra siempre combatido como el enemigo nd mero uno, la puerta siempre entreablerta por donde vendré la muerte o of arrest: 3 nccesario desconfiar de ias pocsonas exteriorcs a la organizacién pure son ellas las que hacen correr el riesgo de infiltracton, delactén, impcuden- cia, relajamfento moral, eontidencia, Sole- dad necesaria, fugacidad do las rolaciones humanas, mutismo, enclaustramionto, to- dv este simbolizado por la noche, el mo- mento por excelencia de lu accion urbana: distineién del dia y la noche exteafa en gran medida al guerrillero det “foo” que vive dia y noche en Ia selva, os decir ni en el dia ni en ta noche, en la penumbra ‘sin sol, tibio, y protector, usando, ya que In columna permanecera invisible de dia y do nocho, de un avién cama del tura”, so entendera pues en el segun- do de los dos sentidos sefalados, salvo indicacién expresa en contra- rio. El campo asf dolimitado Incluyo la “teorla de te ideologia” tal como se ha empleado habitualinente esta expresion. PASADO Y PRESENTE empleo de esa dicotomfa no es frecuente. En su lugar hallamos por ejemplo discu- slones sobre “la determinacién social do lus Ideas", subre todo en 1a soclologia dot conocimiento, y otros enunciados seme jantes. (7) Fn Ia teorta sociolégica here~ dora do los planteos webertanos, apatace el problema de Ia “relacién entre las Idea y la accién social" como f6rmula general que incluye la cuestién contenidacn ta di- cotomia marxista. Vamos a analizar algunos aspectos de osta perspective, tomanda co. mo punto do roferencia a Talcott Parsons, especialmente su ensayo sobre cl papel de lus ideas en la uccién soclal. (0) Para to que nos interesa discutir por el (7) Sin duda la mejor fuente a que pue- de acudir el lector de habla caste- Mana para la sociologia del conoci- miento es la antologia preparada por 1. L. Horowitz; Historia y elementos de la sociologia del conocimiento, Bs. As, Eudeba, 1962, 2 vals. Contiene un amplio panorama de los textos que representan las clapas més im- portantes del desarrollo de esta dis" ciplina, y su estado actual. (8) T. Parsons, “The rolo of idoas in so cial action’, Amer. Soc. Kev., 5: 853 664 (1936). Reproducido en lay des ediciones de los Essays in sociologi- eal theory, Glencoo, Flee Pross, 1019 y 1054. Cf. en oste ensayo las pro- Dias referencias del autor a las sec viones correspondientes de su obra anterior, The structure of socal ac- tion. Cf. también: “Heliet systems and the social system: the problev of the ‘rule of ideas'" The soclal sys- tem, Glencoe, Free Pross, 1951, cap 8; y “Valuos, motives and systems nt action", en T. Parsons y E. Shils (eds.), Toward a general theory of action, Cambridge, Harvard Univerai- ty Prose, 1951, ospec. pigs. 162-172. Para ta disension que hacemos aqut es particularmente clara la expusi cién contenida en el ensayo “The su- percgo and the theory of social sys- toms”. Payehistry, 15:12 (1992), re Producido en Soclal structure and personality, N. Y. The Free Press of Glencoe, 1964. La discusion subsiquiente nu pretende hacer justicia a la Mamada “tcoria de accién" en su conjunto, tarea que

S-ar putea să vă placă și