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DISSERTATION: LE ROMANTISME EN FRANCE

Litterature Française III


Rebeca Scott Abad
À PROPOS

L’énonciation “Il est impossible de réduire à l’unité tout ce que recouvre en France le
mot romantisme” est le point de départ de cet écrit: un coup d’oeil sur le Romantisme et
l’exploration de ses différents mouvements encadrées du XVIIIe siècle jusqu’à la
modernité du XIXe siècle.
INTRODUCCION

El Romanticismo se enmarca en el s.XIX. Definirlo no resulta fácil, ya que parece estar


lleno de oposiciones, diversidades y contradicciones. Es un movimiento discontinuo, de
ruptura que se manifestará en varias generaciones. Sin embargo, el Romanticismo
también presenta signos de coherencia y unidad. Luego nos hacemos la pregunta ¿Es
posible reducir a la unidad la palabra Romanticismo en Francia?. Abordaremos la
cuestion en tres partes. En primer lugar, remarcaremos la imposibilidad de reducir la
palabra Romanticismo a la unidad; luego, paradojicamente, analizaremos los motivos
que nos permiten considerar el Romanticismo como un todo a través de breves análisis
de obras destacadas así como de su estructuración en tres períodos. Y finalmente,
construiremos una opinión personal sobre el tema, basada en los argumentos
previamente citados.
CONTEXTO

La cronología del Romanticismo en Francia resulta un tanto controvertida ya que suele


entenderse el inicio con la publicacion en 1820 de Les Méditations Poétiques de
Lamartine y su extensión hasta el fracaso de Les Burgraves de Victor Hugo en 1843.
Una cronología controvertida a la par que reducida para un movimiento de tal alcance,
riqueza y complejidad. Por tanto es necesario tener en cuenta los primeros ecos
románticos, la generación de precursores que escriben sus obras antes de 1820, entre
otras, René de Chateaubriand o De l’Allemagne de Mme de Staël, al igual que a
aquellos escritores como Flaubert con su obra Madame Bovary y Baudelaire con Les
Fleurs du Mal que tras la Revolución de 1848 perciben el declive del Románticismo y
cuyos movimientos de fin de siglo marcan el punto de partida para la modernidad del
s.XX.
Según Javier del Prado, experto téorico en Literatura, el movimiento suele
dividirse en tres partes: Un primer Romanticismo conformado durante el Imperio de
Napoleón I y la Restauración borbónica (1790-1820); un segundo Romanticismo desde
el declive borbónico hasta la Monarquía burguesa de Luis Felipe; y un tercer
Romanticismo que tras la Revolución de 1848 deja atrás la Segunda República para dar
paso a la instauración de Segundo Imperio.
LA NO CONCEPTUALIZACIÓN DEL ROMANTICISMO

Una vez vista la cronología, si bien no es fácil definir qué es el Romanticismo si


podemos decir que se introdujo como un movimiento tardío de importación extranjera,
en gran medida, del Romanticismo inglés y alemán. Las primeras modulaciones del
término se dan con el adjetivo romantique introducido por Rousseau del inglés.
Término reinterpretado por Senancour como expresión de una nueva sensibilidad cuyos
seguidores no tardan en llevar al terreno de la literatura y reclamar más libertad, más
sensibilidad. Es entonces cuando se introduce gracias a Mme de Staël quien recoge el
término romantisme de Schlegel como teoría de la literatura guiada por esta nueva
actitud vital.
Nueva sensibilidad religada al mundo medieval del roman caballeresco y
cristiano. Es Chateaubriand quien plantea la nueva estética, armonía entre la naturaleza
humana y la religión cristiana que respondía a la melancolía de trascendecia y
espiritualidad de la sociedad y cuya expresión sirve como reacción contra la tradición
literaria nacional francesa de inspiración clasicista y pagana. Debido a sus raices
extranjeras, el Romanticismo en Francia se concibió como un movimiento
antipatriótico, encontra de los valores nacionales y por tanto toda política de control así
como de censura marcaron su evolución. Aun así, impregnó todos los géneros literarios,
no siendo un movimiento exclusivo de la literatura, impulsó una renovación en el resto
de artes, ofreció una nueva visión de la historia y transformó el pensamiento político y
social. Esto último, debemos entenderlo como consecuencia del movimiento pero
también como causa. El factor social y el Romanticismo no pueden entenderse por
separado, ya que uno sin el otro no habría sucedido de igual manera. Podemos decir que
se sirvieron de ejes recíprocos para su particular evolucíón. Incluso cabría incidir que la
influencia romántica infiltró más todavía la sociedad, que la literatura.
La amplitud de este movimiento se debe observar no sólo en extensión de
tiempo, sino tambien en cuanto a la convulsión y número de acontecimientos ligados a
la historia política y social; a las escrituras desde el interior o el exilio de los autores; a
los distintos periódos románticos a su vez con contradicciones; así como los numerosos
autores que seguidores del movimiento tenian posturas opuestas, entre otras. De aquí
nace la dificultad insuperable con que se tropieza para definir el romanticismo; de aquí
que las definiciones más opuestas tengan su parte de verdad; de aquí que en él quepan
todas las tendencias y todas las direcciones, proclamadas y defendidas con igual
derecho. Curiosamente, Alfredo de Musset publica, en 1836, Lettres de Dupuis et
Cotonet. En el inicio de la obra, la primera carta titulada “Lettre de deux habitans de La
Ferté-sous-Jouarre à M. le directeur de la Revue des Deux Mon” realiza una sátira a
las definiciones del Romanticismo poniendo de manifiesto esta condición especial del
mismo:

“[...] nous en vînmes à croire que ce mot de romantisme n'était qu'un mot ; nous le
trouvions beau, et il nous semblait que c'était dommage qu'il ne voulût rien dire. Il ressemble à
Rome et à Romain, à roman et à romanesque ; peut-être est-ce la même chose que romanesque
[...]”
“[...] Qu'est-ce donc alors que le romantisme? Est-ce l'em-ploi des mots crus? Est-ce la haine des
périphrases ? [...] Sont-ce les néologismes, le néo-christianisme, et, pour appeler d'un nom nouveau une
peste nouvelle, tous les néosophismes de la terre? Est-ce de jurer par écrit? Est-ce de choquer le bon
sens et la grammaire ? Est-ce quelque chose enfin, ou n'est-ce rien qu'un mot sonore et l'orgueil à
vide qui se bat les flancs?[...]”
(Musset, Lettres de Dupuis et Cotonet, 1836)

En esta carta se encuentran dos humildes provincianos tratando de averiguar la


incógnita de lo que es el Romanticismo. Los hombres apurados intentan sacar
conclusiones sin éxito. Sucesivamente van creyendo que el romanticismo será lo
pintoresco, lo grotesco, la exhumación de la Edad Media, el desacato a las unidades de
Aristóteles, los aires alemanes importados por madame de Staël, la mezcla de lo trágico
y lo cómico, el género histórico, el género íntimo, las rimas con estrambote, un nuevo
sistema de filosofía y de economía política, la manía del suicidio, el neocristianismo, la
desesperación al estilo de Byron, y hasta el uso de palabras crudas y gruesas. Llenos de
confusiones, los dos provincianos consultan a cierto hombre con aires de literato, y este
les informa de que el romanticismo no es nada de cuanto suponen, sino lo infinito y lo
estrellado, el ángel y la perla, el lucero que llora y el pájaro que exhala perfume, y, por
contra, lo diametral, lo oriental, lo piramidal y lo vertiginoso... Con esta explicación tan
retórica, Dupuis y Cotonet quedan aun más confusos. El matiz humorístico, irónico y
satírico de Alfredo de Musset tiene un sentido último: la imposibilidad de reducir la
palabra Romanticismo a la unidad y asi mismo la afirmación de que el romanticismo
puede ser todas las cosas imaginables, si consideramos que un canon de su estética
manda a cada escritor ahondar en su propio sentido y como prámatica elevar su
voluntad.
LA UNIDAD DEL ROMANTICISMO

Teniendo en cuenta este último aspecto del Romanticismo podemos sacar una
conclusión, y es que no hay una definición única universal para el término pero sí un
valor intrínsico al movimiento en cualquiera de sus expresiones y momentos históricos:
LIBERTAD.
Victor Hugo, considerado exponente clave del movimiento romántico en Francia en el
Préface de su obra d’Hernani daba una definición del Romanticismo en base a la
libertad:

“Le romantisme, tant de fois mal défini, n’est à tout prendre, et c’est là sa définition réelle, que le
libéralisme en littérature.[...]La liberté dans l’art, la liberté dans la société, voilà le double but auquel
doivent tendre d’un même pas tous les esprits conséquents et logiques”
(Hugo, Préface d’Hernani, 1829).

Esta concepción del término se circunscribe en uno de los momentos clave del
Romanticismo, el segundo período, momento de afianzamiento de los conceptos
propuestos en el primer Romanticismo. Con esta puntualización, queremos mostrar una
breve visión de la estructura del movimiento, ya que su complejidad obliga a realizar
esta distinción que a su vez sirve de núcleo aglobador del mismo.
Por tanto comenzaremos a hablar de cómo es la literatura en el primer
Romanticismo: La influencia de Rousseau mantiene la tradición de cultivar la literatura
del yo replegado en su propia interioridad y retirado del mundo. Esta vocación
introspectiva es definida por algunos intelectuales como un “Realismo autobiográfico”
que incide en el desacuerdo entre el yo del autor y la realidad histórica y social pero
pudiendo darse cierta ficción. La expresión de este Realismo comienza a darse en forma
de diarios íntimos y se mantiene como la escritura predominante. Obermann de Étienn
Pivert de Senancour es la obra por éxcelencia en la que se despliegan los temas básicos
de este primer periódo: migración, desarraigo, hastío, inadaptación y fusión del yo con
la naturaleza.
A la par, se dan las memorias y la “novela autobiografica”. Las memorias son la
síntesis entre la Historia y la historia personal del autor, Mémoires d’Outre-tombre de
Chateaubriand es la obra maestra de esta escritura. Y la “novela autobiografica”, forma
de escritura, generalmente de estructura dramática, mediante la cual el autor se
identifica metáforicamente con un héroe de ficción. De esta manera refiere la historia de
su propia individualidad y a su vez, le sirve como intrumento para el desvelamiento de
su verdad interior. Chateaubriand con su obra René, aporta otra de las obras claves de
este tipo de narrativa y la sitúa como una de las obras fundacionales del primer
Romanticismo. A través del personaje René ( que además es el propio nombre del autor)
el autor cuenta acontecimientos de su persona, como el exilio, la orfandad; describe
paisajes de los que ha sido espectador; y proyecta sus sentimientos, el amor casi
incestuoso hacia su hermana, la nostalgia que siente por la patria perdida con la
revolución, la idea de que el pasado no se puede recuperar y el intento de buscar un
lugar en el mundo. René es el prototipo de hombre inadaptado que rechaza el presente
histórico. No encuentra este lugar ni tampoco el consuelo para paliar el sufrimiento de
compaginar la exigencial social y sus anhelos más íntimos. Así pues abandona la
sociedad civilizada para la exploración de su yo, replegado en la ensoñación,
reencontrado en la naturaleza y ajeno a los avatares de la Historia. Conducta que lo
único que consigue es agravar su mal, le mal du siècle, que no tiene cura. Este último
concepto le mal du siècle también es conocido como le vague des passions y es el tema
dominante que aglutina a esta primera generación de escritores.
Frente a la figura de René como fiel representación de este primer romanticismo, se
contrapone la figura del padre Souel que preludia la actitud dominante del segundo
Romanticismo: La soledad es un mal privado y colectivo, pues toda actividad del
individuo deber ser un servicio a la colectividad. Es decir, se introduce el concepto de
colectividad frente al individualismo anterior.
El segundo Romanticismo se sitúa en tiempo con el periódo de la Restauración,
período de relativo equilibrio que inspiró la sensibilidad legitimista y monárquica de los
jóvenes nostálgicos por tiempos pasados. Así pues, los románticos conservadores
simpatizan con los valores aristocraticos, la monarquía y el catolicismo del que ya se
tenía gran influencia gracias en gran medida a Chateaubriand. Pero como bien sugería
Balzac, romanticismo estético y conservadurismo político no podían coexistir durante
mucho tiempo. Esto es debido a que tras la Revolución la generación de jóvenes ya
había desarrollado una actitud inconformista hacia el presente y se encontraba sumida
en una época en la que Stendhal describe “ ya no hay pasiones”. Sólo queda la literatura
como vía de escape a esa insípida realidad. Comienza entonces a entenderse el
romanticismo desde posiciones muy distintas, Stendhal, entre otros autores, defiende
una posición de lucha política y literaria. Entiende que romántico es todo aquello
considerado moderno, arte adaptado a las necesidades de la sociedad del momento,
cambios sociales que a su vez inciden en la literatura. Esto se resume en situar al arte en
su contexto y la estética se guía según lo interesante, el gusto y las necesidades de cada
circunstancia histórica. En su obra Le Rouge et le Noir se puede observar que la trama
argumental aparece muy bien entretejida en el contexto histórico de su época, los años
treinta del siglo XIX en Francia. La novela refleja desde el crítico punto de vista del
autor los principales acontecimientos sociales y políticos de una etapa de transición de
los últimos años de la Restauración borbónica. De hecho en la novela son abundantes
las alusiones a hechos y personajes concretos de la historia francesa en el terreno
político, artístico, intelectual y social, tanto que el lector a veces se pierde en lo
anecdótico, en los detalles y guiños del escritor. Narra los intentos de un joven
provincial para crecer socialmente más allá de su educación modesta. El título completo
de la novela, Le Rouge et le Noir: Chronique du XIX, simboliza la desesperanza de la
época en la que existen dos opciones de realización personal, o bien vestir la sotana o el
negro de la casaca moderna. La finalidad literaria es un análisis crítico del orden social
francés.
Como se puede observar, este ideal de libertad iniciado desde la literatura y el
arte se terminó proyectando en lo político y social. La primera generación de románticos
que convivió con el incipiente fervor de la libertad, gracias a los ecos de Stendhal y
sobre todo gracias a la figura de Victor Hugo, esta libertad se proclama como un grito
en el terreno pacífico del segundo período romántico. En el Prefacio a Odes et Ballades,
proclama la libertad en el arte como principio fundamental del arte moderno. Sin
premeditarlo se reconoce a Victor Hugo como la conciencia viva y firme de los nuevos
rumbos literarios. Bien pronto su nombre fue bandera. Las luchas en pro del drama
romántico inflamaron y soliviantaron a la juventud que poco a poco abandonaba las
posturas conservadoras. La nueva estética se centra en la expresión del autor, de su
comprensión de la realidad a través de los sentidos y sentimientos. Con ello Baudelaire
propone otra de tantas definiciones del Romanticismo “Le romantisme n’est
précisément ni dans le choix des sujets, ni dans la verité exacte, mais dans la manière de
sentir”. Esta manera de sentir sucede como renovación formal en todos los géneros
literarios. Y esque el Romanticismo es según Schlegell una mezcla de géneros “L’esprit
romantique se plaìt dans un rapprochement continuel des choses les plus opposées”.
En poesía se distinguen dos caminos: el lírismo personal y por otro lado la
epopeya moderna referida a la historia colectiva. Como ya mencionamos con
anterioridad, el segundo Romanticismo se caracteriza por una actitud que sin abandonar
la expresión individual, se vuelca hacia los intereses colectivos. Por tanto, aunque sigue
siendo predominante el sentimiento íntimo, este deviene en una poesía transpersonal. El
poeta analiza los sentimientos del conjunto de la humanidad pues le sirve de reflejo para
sí mismo. En la misma línea pero con distinta forma encontramos la epopeya poética.
Esta se caracteriza por el relato de grandes acontecimientos históricos que sirven de
símbolos para el conocimiento humano.
En cuanto al drama romántico, en el Prefacio de Cromwell de Victor Hugo, se
designa como la forma especifica de la modernidad por ser la expresión más
representativa de la dualidad de la naturaleza humana. La libertad de creación literaria y
el genio del poeta permite la síntesis de lo sublime y grotesco como representación de
naturaleza humana, interés por lo particular y la introducción de la historia pero desde
una interpretación libre que permite comprender el presente. En referencia a los temas,
podría decirse la épica del individuo confrontado con la sociedad. Esto mismo es
también uno de los temas utilizados por la novela realista que predomina en este
segundo período. Género que nace de la necesidad de representar la existencia
contemporánea y la dimensión histórica como instrumento para la comprension del
presente. El realismo de las obras se da desde el punto de vista narrativo, descripcion
minuciosa del entorno, uso de distintos nivel del lenguaje, alusión a hechos históricos
contemporáneos, entre otros. Sin embargo este realismo sucede de forma paradojica
pues se vale de la ficción narrativa así como de símbolos y mitos.
El componente romántico se puede observar en la concepción heroíca del individuo,
definido por su afan excepcionalidad que busca la distinción moral o social. El
aprendizaje que realiza desemboca en el desencanto o a la conversión cínica del heroe
contagiado por los valores burgueses como en Le Père Goriot de Balzac en 1834. La
relación individuo-sociedad confiere a la novela su dimensión realista. Realidad que
muestra el fracaso de los ideales románticos frente a la burguesía emergente que no los
reconoce como válidos. Es así como el realismo romántico anuncia el tercer
Romanticismo.
La generación de incurable desilusión debido al conocido mal du siècle
contempla el resultado en el que se encuentra inmersa: control que responde al estilo de
inspiración burguesa y al control del poder político que ejerce un dominio directo sobre
la libertad de creación artistica y literaria. La escritura en este momento se caracteriza
por ser un arte desviculado de la vida política. Flaubert irónicamente expresa su deseo
de escribir “ un livre sur rien” respuesta ante el desengaño y la imposibilidad de escribir
sobre cosa alguna. Se imponen la reflexividad del arte, la retrospección y
distanciamiento del autor.
No se entiende como un período de progreso sino de resistencia del arte en sí mismo
como elemento diferenciable y ajeno al resto de circunstacias.
Se enmarcan en este tercer Romanticismo: la poesía visionaria supernaturalista que
asienta las bases de la poetica moderna gracias al nuevo uso del lenguaje, a la función
de esperanza que se le otorga a la poética. El poeta buscador de lo desconocido se sirve
de la escritura e imaginación para llegar a ese lugar que le permite conocer la verdadera
realidad. Les Fleurs du Mal de Baudelaire es la representación de este último período y
una de las obras capitales de la poesía visionaria. Charles Baudelaire es l’auteur qui
rapproche la tradition et la modernité, la synthèse du Romantisme avec le Symbolisme
et Décadentisme.
La búsqueda de la unidad ideal responde a la aspiración íntima del poeta de escapar del
Spleen, tortura moral y espiritual del hombre moderno, consciente de su naturaleza
dolorosa e imperfecta. Así pues a través de la creación de símbolos, correspondencias
que reelingan todos los aspectos y planos de la existencia, el poeta espera rehacer la
unidad de sí mismo y contemplar la unidad cósmica. El símbolo es el instrumento
desvelador de la unidad del mundo, de la belleza. Baudelaire destaca por su sentido
estético de máxima exigencia. L’idealism formaliste dans le poème de Baudelaire, en
bref, est la caractéristique qui donnera à l’auteur le titre de nouvelle conceptualisation
de la poésie moderne: L'évocation des sensations, d’un monde espirituel à travers un
monde matériel, c'est-à-dire la représentation d 'un contenu déjà connu mais remodelé
de manière à laisser une impression de nouveauté.
En este tercer período, también encontramos la poética narrativa en la cual se establece
el discurso exento de moral que busca la objetividad ante todo. Esta objetividad conecta
con el valor científico de las cosas, en literatura se dará a conocer como Naturalismo.
Flaubert es uno de los representantes de este movimiento. Influido por el idealismo
formalista de la época, encontramos su proposito de dotar a la prosa narrativa de la
solidez y de la dignidad del verso asi como el ideal de objetividad y distanciamiento del
autor respecto a su obra. Este distanciamiento puede interpretarse como un gesto irónico
frente a la moral social burguesa y el austero control de poder político sobre el arte. La
verdad, la exactitud, la admiración a la objetividad constituyen el ideal estilístico. Lo
material esta por encima de cualquier creencia o valor intangible. Es Flaubert quien
sienta las bases de la novela realista con su obra Madame Bovary. El realismo objetivo
de la obra fue tal que incluso fue llevada a los tribunales. La ambiguedad textual
corresponde al refinamiento de la escritura y a la vulgaridad extrema del tema.
Con esta obra Flaubert se anticipaba a los principios estéticos del Modernismo de fin de
siglo sublevandose a la demanda o a las formas del poder político siendo una expresión
literaria que solo respondia a sus propias exigencias formales y estéticas, a su
autonomía.
El Romanticismo, por tanto, ya sea en cualquiera de su momento histórico, se
debatió entre una aspiración ilimitada y una realización incompleta. En mi opinión es la
incoformidad el sentimiento correcto para un proyecto infinito de realizacíon personal.
Así pues la literatura Romántica tuvo el esplendor, la grandeza y riqueza gracias a ese
incoformismo y ansia de creación siempre bajo la palabra de la LIBERTAD.
BIBLIOGRAPHIE

Baudelaire, C. (1857): Les Fleurs du Mal. Édition de Claude Pichois. Gallimard


Editions. París.
Del Prado, J (1994): “Siglo XIX. La narración”, en Historia de la Literatura Francesa,
Madrid, Cátedra.
Martinez, Patricia (2020):Apuntes de Literatura Francesa, Madrid, UAM.
Musset, A. (1836): “Lettre de deux habitans de La Ferté-sous-Jouarre à M. le directeur
de la Revue des Deux Mon”, en Lettres de Dupuis et Cotonet.
https://www.biblioteca.org.ar/libros/131464.pdf (2006): Pardo Bazán, E. La literatura
francesa moderna: El Romanticismo. Última consulta: 08/01/20.
http://obvil.sorbonne-universite.fr/corpus/critique/lasserre_romantisme-francais.
Université Paris-Sorbonne (2014): “Le romantisme français. Essai sur la révolution dans
les sentiments et dans les idées au XIXe siècle”. Última consulta: 08/01/20.

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