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Cuando lo cotidiano nos agota necesitamos recordar el sentido de nuestra

existencia. En esos momentos solemos mirar el cielo para meditar.

No lo entendemos del todo pero sabemos que hay algo en las nubes que
nos dice “sigue adelante, si se puede”. Al contemplar las estrellas nos
sentimos arropados por algo más grande que nuestros pensamientos
terrenales. Y eso de alguna forma nos brinda seguridad.

¿Me creerías si te digo que todo está conectado?

El verdadero antídoto para nuestras crisis existenciales es una dosis de


cielo, necesitamos mirar al cielo y recordar por qué estamos aquí.

“El viaje de una estrella” no es una historia para personas normales y


corrientes. Es un recordatorio para aquellos que tuvieron la oportunidad de
crecer y olvidaron su verdadera esencia.

En donde quiera que estés, sueño con despertar en ti al niño o niña que
nunca debió dormirse. Para que realmente puedas Ser y Hacer.

Sólo debo advertirte algo, después de esto quizás no vuelvas a ver


las cosas como antes. Así que… ¿Vamos?
El origen.

Te contaré la historia real de una ciudad l ena de luz, la ciudad más


iluminada del universo entero, su aire es puro y está arropada por otro
cielo, un firmamento que muy pocos conocen pero que siempre ha
estado allí. Ha sido nombrada por muchos y a la vez ignorada por miles.
Es un lugar donde no hay temor ni injusticia, donde cada quien puede
ser quien realmente Es y todo tiene sentido. Allí la confusión de la noche
no tiene cabida, siempre es de día, por eso los rayos del Sol traspasan a
cada habitante del lugar, l enándolos de claridad en sus sentimientos y
acciones.
Sin duda muchos desearían vivir allí, aunque no sepan de su existencia o
en el peor de los casos; aunque no sepan cómo l egar.
Desde siempre sus habitantes le l aman “Ciudad de Luz” por el gran Sol
que se encarga de crear y darle sentido a todo, para que en un
movimiento constante lo creado pueda avanzar hacia su propósito.

.
En la Ciudad habitan los cuerpos celestes, los cuales se diferencian en
tamaño, forma y color. Los cuerpos celestes que más se parecen al Sol
son unos astros l amados estrellas; cada una tiene una característica
especial e incluso posee la capacidad de brillar en otros cielos. Es por
eso que son enviadas a misiones especiales fuera de la Ciudad, cada una
es enviada según su talento y la necesidad de la época.

¿El destino?, siempre es el mismo; el planeta tierra, el mundo, globo


terráqueo o como quieras l amarle. Es un lugar que obviamente conoces,
independientemente desde que país leas esto. Lo importante, más allá
de tu nación, es saber que el Sol siempre ha tenido un amor
inmensamente especial por el mundo.

Desde Ciudad de Luz se gestan planes de bien para cada ciudad y


familia. En silencio el Sol envía su luz y calor a través de las estrellas,
lumbreras que puedes ver mirando al cielo cuando es de noche y si
prestas mucha pero mucha atención, también las verás caminando por
las calles a cualquier hora del día.
Seguro te preguntaras “¿Estrellas que caminan por las calles?” Si, leíste
bien. Y no, no se trata de una red carpet donde caminan las estrellas
de Hollywood. Te hablo de estrellas reales, que brillan en el cielo y se
“disfrazan” de carne y hueso para abrazar a quien más lo necesite.

En un planeta con grandes problemas de iluminación en el corazón


de sus habitantes, las estrellas andantes se encargan de iluminar la
ciudad y la vida de aquellos a
quienes se topan. Están muy
cerca de ti, quizás en tu
trabajo, universidad o en el
metro te hayas
encontrado con alguna.

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Lumbreras eternas.
Un día el hemisferio sur del Planeta tuvo una sobrecarga de
pensamientos individualistas, generando una implosión de oscuridad
dentro de cada uno de sus habitantes. Los argumentos, teorías y
motivaciones luchaban arduamente por ser establecidos a cualquier
costo. Con el lema interno de que “el fin siempre justifica los medios”.

.
El Sol y Los escuderos de la Ciudad nos convocaron a la plataforma de
despegue a un grupo de estrellas y a mí. Se nos asignó un género,
talentos l enos de colores, nombre y misión.
Cada estrella iba despegando con valentía hacia su encomienda.
Nuestro propósito era limpiar las áreas interiores de los habitantes, ya
que estaban l enas de tinieblas que afectaban directamente la vida en
ese lugar.

.
Mientras todas las estrellas saltaban hacia su destino, el Sol me dio
instrucciones distintas:

-Ha l egado tu momento, en tu corazón está escrito el nombre de la


nación que te espera y la asignación para los próximos años. Sin
embargo debo advertirte algo: querrán abortar tu misión pero pase lo
que pase tu luz nunca se apagará.

Al oír esto recordé algo que escuche en la Ciudad y le dije:

- Dicen que el aire no es tan puro como aquí, que el esmog nubla la
razón y nos hace olvidar todo lo que está escrito en nosotros.

- Cuando l egue el momento, no tengas temor, la soledad nunca podrá


abrazarte mientras recuerdes de dónde eres. La atmósfera de esta
Ciudad irá contigo a donde quiera que vayas, sigue mis rayos de Luz y
recordarás - dijo el Sol -

Observe el firmamento, recobre mi valentía característica y salte hacia


mi nueva vida.

.
Aterrizaje inesperado.

Mi nave partió a toda velocidad traspasando todas las capas que


cubrían al planeta tierra, al entrar a la estratosfera, se ensucio con las
primeras corrientes de esmog emocional. Y al penetrar la troposfera,
corrientes de resentimiento, malas intenciones y amores no
correspondidos alteraban la estabilidad de ese lugar que me brindaba
cobertura. Sin duda, no fue un aterrizaje tranquilo.
Al impactar el suelo de aquel país, entre en una dimensión l amada
tiempo.
El tiempo gobierna sobre lugares, animales, plantas y todos los seres
humanos, haciéndolos vivir según sus designios y reglas.

- ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar? -pregunte realmente confundido-


- ¿Tan pronto olvidas? Bueno, no te culpo, tengo la capacidad de nublar
los recuerdos. -dijo una voz desde la sombra-
- ¿Que? ¿Hola? ¿Quién dijo eso?
- Me l aman Tiempo, soy uno de los guardianes de este lugar
- Tu nombre se me hace conocido, siento que me han hablado de ti..
- Soy parte de la creación. Estoy alejado de la eternidad pero soy un
medio hacia ella.

Me encontraba en una situación bastante extraña, el interior de mi nave


era para mí un lugar muy familiar, sentía resguardo y a la vez
desconcierto.
- No entiendo… ¿Venimos del mismo lugar? ¿Eres bueno o malo? - le
pregunté al Tiempo -
- No soy bueno o malo, todo depende de como me usen. Pero me
necesitas para completar tu misión.
- ¡Entonces eres bueno, estas de mi lado, somos aliados!
- No exactamente. Trabajo para quien cree dominarme. Y actualmente
no estás en posición de hacerlo - respondió El Tiempo-
- ¿Que es este lugar? Se siente como el hogar…
- Lo es, es tu hogar transitorio, estarás aquí durante nueve meses o
quizás menos…
- ¿Quién lo decide? - dije inocentemente -
- Con los humanos todo es relativo. Ya te lo dije, tu tiempo lo decidirá
una, dos o más personas. Pero tu no..
Imaginación: la puerta de la realidad.

Las semanas comenzaron a transcurrir y en medio de ese líquido


envolvente estaba yo. En un “horno de vida” que se convirtió en todo
para mí. Esa cobertura l amada hogar fue testigo de cómo se formaba la
vida en mí. No tenía la misma capacidad que tienes tu para comunicarte.
Y aunque mucho de mí estaba en desarrollo, mi espíritu siempre estuvo
intacto desde Ciudad de Luz.

- Creo saber quién soy pero no entiendo donde me encuentro - le dije


al Tiempo -
- Las preguntas inteligentes, te l evaran a las respuestas correctas, niño,
sigue intentándolo.
- ¿Soy un niño? ¿O soy una estrella? ¿Alguien puede verme? ¿Alguien
puede sentir mi luz?
- Siempre fuiste un niño. Solo los corazones que no se han vendido por
completo pueden verte y sentir tu esencia.
- ¿Y si no todos pueden verme como sentirán mi esencia?
- Por ahora entraras a las conciencias de los humanos desde una
puerta que Ciudad de Luz usa para comunicarse con ellos, es un portal
l amado imaginación, de esa forma El Sol los guiará y sabrán que eres un
niño de verdad.
Al chocar con esta realidad por primera vez sentí la brisa fría de la
decepción, nunca pensé que mi primera misión en el planeta tierra sería
probar mi existencia. Para mi era muy evidente pero por lo visto para
muchos No.

- Toda creación antes de ser real, debe ser vista desde la imaginación. -
dijo El Tiempo intentando animarme-
- ¿Y cómo se conectaran conmigo si aun sigo en mi nave? ¿cómo me
verán?
- Debes confiar más en la humanidad, aun en la neblina más densa, los
corazones fuertes pueden conectarse con la verdad.. Después de todo
ellos también son estrellas…
- ¿Los humanos fueron estrellas? ¿Ciudad de Luz tambien los envio?
-pregunte fascinado-
- No fueron, son estrellas. Solo que el smock intoxico sus recuerdos.
Muchos brillan pero no es real lo que producen.

Al oír esto algunos recuerdos regresaron a mi:

Desde la eternidad Ciudad de Luz había enviado distintas estrellas al


planeta tierra, al entrar al territorio oscuro y ser gobernadas por el
tiempo, muchas de ellas olvidaron de dónde venían y para qué estaban
allí, dejando atrás su verdadera naturaleza.
Estuvieron en el mismo lugar que yo, vivieron en el vientre, nacieron,
crecieron y comenzaron su nueva vida. Pero el tiempo y el desorden
crearon ansiedad en ellas. Las estrellas corrieron en círculos para
encontrarle sentido a su existencia, se otorgaron títulos para arroparse
con una identidad que las hiciera sentir bien, olvidando que los títulos de
nada valen si no brillan manifestando a Otros el amor que se les ha
dado desde Ciudad de Luz.
Por eso no se veían como lo que son desde la eternidad, se veían como
humanos en busca de sus propios intereses, eran estrellas caídas.

- ¿Por qué no brillan? Es tan hermoso hacer para lo que fuiste creado.
-dije con tristeza-
- Aunque creen brillar en verdad duermen pero Hoy estás aquí para
despertar a una estrella.
- ¿A quién debo despertar? Cumpliré mi tiempo en esta nave, saldré y
haré lo que sea necesario para despertar a esa estrella.
- Tu inocencia es casi una tragedia ante un mundo tan oscuro. El Sol te
lo advirtió antes de partir, quién gobierna tu tiempo desea abortar tu
misión.
- ¿Quién gobierna mí tiempo? -le pregunté-
- Creces dentro de ella. La mujer que es una estrella pero hoy duerme
porque olvido como brillar.
- ¿Acaso nadie le contó todo lo que tengo por hacer? ¿Acaso hay algo
malo conmigo? Esta es mi nave, es mi lugar seguro, ¡y tengo tanto por
hacer!
- Las decisiones individualistas son parte de la cultura de este mundo
-dijo El Tiempo-
- La estrella dormida no me habla pero en su silencio la escucho; es su
miedo, es su convicción. Es una decisión ya tomada… -dije casi
resignado-
- Debes intentarlo, el aire de este lugar hace que los habitantes se
muevan por temores pasajeros pero el verdadero amor siempre es
eterno.

En ese momento vinieron a mí las palabras del Sol cuando me dijo “La
Ciudad irá contigo a donde sea que vayas”. Esas palabras comenzaron a
acelerar mis latidos l evándome a un lugar de claridad. Yo seguía en mi
nave pero podía ver la Luz del sol cara a cara.
Despertando a una estrella.

Luego de mucho tiempo había recordado exactamente por qué y para


qué estaba allí. La luz del Sol había traspasado mi rostro, iluminando mi
corazón y mi convicción.
Aun sin salir de la nave y sin poder comunicarme de forma normal, el
propósito ya estaba en movimiento. El que yo estuviera allí no solo se
trataba de mí, sino de muchos, porque al final todos estaríamos
conectados para recibir planes de bienestar, sólo si, en verdad nos
dejábamos guiar por la luz que da el amor.

Te contaré un secreto; cuando los humanos duermen apagan sus


argumentos y silencian gran parte de sus miedos, por eso los sueños a
veces son ventanas para comunicar una verdad. Si bien hay sueños que
vienen de la oscuridad del temor, hay otros que son mensajes del Sol
para iluminar el camino.

Esa noche mi estrella descansaba plácidamente luego de tantas noches


de angustia, así que ese era nuestro momento. Decidí cruzar la puerta
de la Imaginación para hablarle desde sus sueños e intentar hacerla
recordar el inicio de todo.
Y esto fue lo que le enseñe:

“Era una noche de verano del año 96, estabas acostada en el pasto
contemplando un espectáculo sideral. Esa noche las estrellas nacidas y
no nacidas iluminaban todo el cielo, celebraban la victoria de otras
lumbreras eternas que habían completado su misión en la tierra.

Para ti fue sorprendente verlas cabalgar en el firmamento, ahuyentando


toda oscuridad, dejando en evidencia la falsa luz de la ciudad.

”Quédense a alumbrar el cielo, las necesitamos por aquí. ”


- deseaste desde tu corazón-
Desde esa noche te sentaste a dibujar un plan magnífico para
realmente iluminar tu ciudad, lo hacías en un pequeño cuaderno rosado
adornado con stickers y la palabra serenidad. A tu corta edad esa era
tu bandera; la serenidad de saber que crecerías un día y tu voz
marcaría una diferencia, la serenidad de sentirte liviana por un corazón
l eno de nobleza. El tiempo no tenía dominio sobre ti y tampoco tenías
interés por gobernarlo a él, tus 24 horas las regalabas pensando en
cómo mejorar a tus animales preferidos y como arreglar las sonrisas
rotas de los adultos. En tus palabras no había guerra de sinónimos
versus antónimos, no existía relatividad, sabías que mientras pensaras
planes de bien para los otros; toda la creación disfrutaría de claridad
Diálogo interno.
Toda era parte de un sueño pero la estrella dormida en ese momento
fue una niña de nuevo, simplemente porque estaba envuelta por una
atmósfera de tranquilidad, el temor y los pensamientos egoístas no
tenían poder sobre ella.

El Sol le permitió verme como lo que soy: un niño. Facilitando el diálogo


entre nosotros. Finalmente logramos hablar de corazon a corazon, dos
inocentes encontrándose cara a cara por primera vez.
- Es lindo verte, te vas tan diferente de cerca y desde afuera -le dije a
la estrella dormida-
- Tu tambien te ves diferente ahora que estás aquí. No eres como lo
pensaba, en realidad no te ves espeluznante.
- ¿Y como pensaste que era? Soy un niño normal y sin corriente..
- No lo sé, tenía miedo, te imagine diferente… Y yo también soy una
niña normal y sin corriente - dijo entre risas-

Cuando la estrella dormida dijo que “no era como ella pensaba” me di
cuenta que tenía muchos prejuicios hacia mi. Quise indagar más en eso y
justo cuando iba a preguntar ella me interrumpió diciendo:

- ¡No puedo creer que estemos aquí! Amo este lugar, el olor de la
naturaleza, alegrarme porque es martes y es mi dia preferido.
- ¿Por que es tu dia preferido el martes? - le pregunté-
- Me gusta cómo se oye al decirlo: Mar-tes. Es como de otro planeta.
Además hoy mi mamá hace esas galletas de chocolate que tanto me
gustan…

Las niñas tienen esa habilidad de hablar sin parar, no sabía cuánto
duraría el sueño y yo tenía muchas preguntas en mente:
“¿Si ella es una estrella con una misión por qué olvido tan rápido lo que
debe hacer?
“Si la hago recordar, ¿se dará cuenta que mi nacimiento también es
importante?”

Así que quise ser más directo y le pregunté:

- Al verte siento curiosidad ¿qué talento te regalo el Sol?


- Tengo el talento de la creatividad, hago dibujos que bailan con las
palabras. Un día cuando sea grande todos se sentirán más tranquilos y
alegres al ver mis creaciones - me respondió con una sonrisa en su
rostro-
- Pero, ¿cómo sabes que tu talento tendrá efecto en ellos? Los adultos
suelen caminar rápido, ignoran lo sencillo.
- ¡Si, pero eso no me detendrá! Ellos siempre están buscando una forma
de divertirse para escapar de sus problemas raros, así que cuando sea
grande pensaran que soy una de ellos y allí es donde entra mi plan
maestro.
- Te harás pasar por uno de ellos, que buena idea, ¡jamás se me habría
ocurrido! ¿Y qué harás luego?
- Escribiré libros y obras de teatro, cuando tenga su atención les
recordaré lo que es jugar como cuando eran niños. Así olvidaran todo
eso que los amarga y comenzaran a sonreír de corazón, miraran
alrededor y se darán cuenta que todo puede ordenarse si piensan un
poco más en los demás.
- ¡Estupendo! Y debes recordarles que no dejen de creer, eso hace
brillar todo.
- ¡Sí, eso haré! El Sol me dio todas las ideas que debo hacer, tenemos un
plan. Será genial, solo debo crecer. ¿Y qué talento te regalaron a ti?
- Bueno… Aun no todos pueden verme pero cuando sea un niño de
verdad usare mi talento. Se l ama Misericordia, ayudare a esas personas
que muchos ignoran.
- ¡Misericordia! me gusta esa palabra… ¿te has preguntado por qué los
ignoran?
- Creo que algunos adultos están muy ocupados en verse solo a ellos y
piensan que los problemas de otros van a retrasarlos.
- Mmmmm… Quizás tengan razón, no puedes ayudarlos a todos, uno
debe ayudarse a sí mismo y ya.
- ¿Que? ¿Cómo puedes decir eso? -dije confundido-
De repente la atmósfera cambió, la noche iluminada por las estrellas y
el fresco pasto de verano se intercambió por una densa niebla,
pensamientos egoístas disfrazados de avance y corrientes de juicios
comenzaban a l egar sobre la estrella dormida, ella comenzó a
transformarse, ya no era una niña, era una adulta. Pero su adultez no
era el problema, el problema estaba en su corazón que comenzó a
desordenarse.

El escrito eterno que estaba en ella, con sus talentos de colores y


planes para sanar a la ciudad se l enaron de polvo. Adormeciendo su
asignación y confundiendo sus objetivos.
- ¿Qué fue lo que cambio? ¿Por qué olvidaste quién eres? - le pregunté
a la estrella dormida.
- Una cosa es querer cambiar al mundo y otra cosa es poder hacerlo,
niño. No es tan fácil una vez l egas aquí. He pasado por mucho..
intentando ser feliz varios me han lastimado, debo pensar mas en mi si
quiero sobrevivir.
- ¿Sobrevivir? Hablas como si estuvieras inmersa en una guerra…
- Lo estoy, lo estamos, sutilmente cada día es una batalla. Para ser lo
que quiero ser debo luchar para que nada me retrase. Debo lograr mis
objetivos.

Al escucharla hablar de objetivos me tranquilice, sentí que no todo


estaba tan perdido después de todo.

- ¡Estupendo! ¿Y cuáles son tus objetivos?


- Debo usar mi talento para hacer mucho dinero y poder comprarme el
auto que deseo. Comprar mi casa, rodearme con personas que en
verdad quieran hacerme feliz y así poder estar tranquila finalmente.
- Espera, espera… ¿Recuerdas cuando soñabas con ser adulto para
hacer un mundo mejor? ¿Dónde quedo eso?
- No seas tan alarmista, estoy poniendo de mi parte. Uso mi talento
para divertir a las personas, los sacó de la rutina y a la vez yo gano.
- ¿Puedo ver las cosas que has creado? - le pregunté-
Abrí un libro que ella me pasó, estaba l eno de sus creaciones. Contenía
varios dibujos y escritos bastante ingeniosos, sin duda estaba l eno de
creatividad, pero la sustancia de su ingenio era distinta, era un líquido
que dormía aún más a los humanos, les incitaba a solo pensar en ellos.
Una vez más el fin justificaba los medios para obtener los engañosos
deseos personales que vendía la sociedad. Lo que la estrella dormida
producía era un mensaje cruel pero dicho de forma divertida, así que era
muy fácil abrazarse a ese discurso.
- ¿Qué te parece? ¿Ves que sigo manteniendo mi esencia? - me dijo de
forma desafiante-
- Creo que ya no se parece mucho a tu esencia. No se parece a tu
corazón de niña -susurre-
- Todo con el tiempo cambia, es la ley de la vida, solo así saldré adelante.
Debo pensar más en mí y en lo que me hará sentir aceptada.
- Pensé que seriamos adultos y ayudaríamos a la ciudad con nuestros
talentos de colores. ¡Ayudar a despertar a otros!
- Justo de eso quería hablarte. Este no es el mejor momento para que
vengas, estoy pasando por cosas muy complicadas y no creo poder
ayudarte a crecer.
- Sé que crees que vengo a arruinar tus planes pero no es así. Frente
a cada desafío siempre hay algo mayor que es tan grande que no
podemos verlo al principio. Si le das tiempo todo tendrá sentido - le dije
con optimismo-
- Lo siento, no puedes aterrizar aquí. Es una decisión personal…
- Una decisión deja de ser personal cuando involucra a Otros… -dije
suavemente-

La estrella dormida era muy fuerte cuando se determinaba a algo. Desde


el origen el Sol le había dado determinación para completar su
asignación.
Sin embargo al crecer, la mayoría de los humanos cometen el error de
no darle el uso correcto a ciertos rasgos de su personalidad, olvidando
que estos sólo son funcionales cuando se aplican en los momentos
adecuados.
- Ya casi se nos acaba el tiempo… pronto el sueño terminara. Por
favor… quiero que alces tu mirada, que tu decisión no sea ciega.
- le dije mientras señalaba hacia una esquina-
La estrella dormida estaba sentada en la cima de un monte, a su lado
había una dama de negro que se alimentaba de las estrellas no nacidas.
La dama le susurraba a la estrella acerca del rencor y todo el daño que
les han hecho a las mujeres. Levantó una copa y dijo:
- Voy a quemar esta vida. Y no me arrepentiré de nada.
Bajo el monte había un mar l eno de olas rojas.
Para la dama y los gobernantes del planeta tierra esas olas
representaban la victoria de su ideología y su extraña percepción de
avance.
Pero para nosotros, los habitantes de Ciudad de Luz era muy claro; era
la sangre de las estrellas no nacidas. Aquellas que no tuvieron la
oportunidad de desarrollar su propósito en la tierra pero que por amor
del Sol hacia ellas; su luz siempre brillaría en la eternidad y en lo que hoy
conocemos como cielo.
Mire de nuevo a la estrella dormida y le dije:
- Puedes traer a la realidad lo que escribieron en tu corazón desde el
origen ó puedes traer a la realidad las ideas que has concebido bajo el
esmog confuso de este lugar. ¿Qué camino vas a tomar?
Sé quién dices Ser.

Esa mañana la estrella dormida regreso a su realidad luego de un “raro


sueño”. Pude sentir la batalla de pensamientos que había en su corazón
al recordar la experiencia de la noche anterior.

Sentada en la mesa lista para comer vio que no estaba sola. Habían
varias versiones de ella en cada silla.
Allí estaba su orgullo disfrazado de dignidad, pidiéndole que le alimentara
para estar fuerte y saludable. Le daba muy buenos argumentos de lo
bien que le haría defender su dignidad.
A su lado había alguien más; era la Humildad que no decía nada para
ganarse un poco de comida.

La estrella dormida le preguntó a la Humildad:

- ¿Y tú no me dirás nada para convencerme?


La humildad se limitó a mirarla fijamente diciéndole:
- Si en verdad estás comiendo del Verdadero Amor sabrás a quien
alimentar y a quien no.
Del vientre a La Luz.
La decisión personal de mi estrella se transformó a un salto de fe, de
esos donde hay temor por lo desconocido pero algo mayor te impulsa a
hacerlo.
Ya habían pasado 25 años desde que una especie de misericordia
desconocida me había alcanzado, permitiéndome iniciar una vida fuera
de aquella nave l amada vientre materno.

Sin duda estaba consciente de eso ya que crecí con los constantes
abrazos de mi madre diciéndome que “estaba aquí por un propósito” y
que yo era el mejor “regalo inesperado” que había recibido.

Durante mi crecimiento, pase por momentos dulces y amargos, sin


embargo siempre sentí el silencioso peso de la responsabilidad. Era una
pequeña voz que me decía que no podía quemar mis años sin hacer
nada importante, que debía cumplir mi propósito en esta tierra.
Bajo el cielo citadino siempre fue difícil obtener respuestas concretas.
Estaba rodeado de tantas filosofías que sentía el temor de vivir bajo la
incorrecta. Y no es que tuviera en menos mi propia opinión, solo que
conocía los juegos engañosos de mi corazón; él sabía fabricar falso
amor y a veces ni yo podía detectarlo. Tantas veces dije un “Te amo” ó
un “siempre estaré contigo” que no fueron reales sino sentimientos
pasajeros sin sustancia eterna.
Pero, ¿qué es el verdadero amor y cuál es el propósito de un ser
humano?
Esas dudas siempre me asaltaban en el callejón de mi mente, algo de mí
sabía que necesitaba respuestas absolutas. Por años me esforcé por
ignorar mis dudas, pues algo me decía que las respuestas tendrían un
alto precio. Y en la economía de mi moral no se manejaba la moneda
de “negación al yo”
Solo tenía claridad en dos cosas:
Siempre tuve facilidad para empatizar con las personas y que era parte
de esa generación que creció con una ventana al mundo en la palma
de su mano.
Tenía todo lo que necesitaba; un motivo, talento y redes sociales. Así
que decidí usar el “Hacer” como un medio de avance.
El tiempo gobernaba sobre mí y era puntual en quemar cada año vivido.
Influencia artificial

El sistema me había enseñado a justificar mi existencia a través del éxito


personal y a brillar con luz propia. O al menos simularlo…
Unas buenas selfies, escritos que transmitían amabilidad y liderazgo me
daban la apariencia de piedad que este mundo pedía de mí.
Al principio era un poco complicado mantener el balance entre mi vida
real y la que mostraba a los demás. Pero los corazones y las manos
arriba aumentaban cada vez que me mostraba ayudando a otros y eso
me motivaba a seguir.
Cumplía mi cuota de responsabilidad con la creación mientras que mi
popularidad aumentaba.
Sin embargo, no era completamente feliz, algo en mi interior me decía
que solo estaba recreando buenas intenciones desde un “no lugar”, lo
que lograba en otros no se mantenía en el tiempo, no había ni un rastro
de eternidad en mí.
Estaba brillando pero costaba mucho mantener esa falsa luz, cada vez
era más pesado sostener una influencia cimentada en mi débil
humanidad. Cuanto me dolía fabricar aquella sonrisa para la selfie, cuánto
me costaba ver a los demás felices mientras que yo no lo era. Si,
claramente sabía que algo malo había en mí.
Ese día regresaba a casa luego de dar uno de mis tantos paseos para
“cazar algunas causas perdidas” en donde pudiera aportar misericordia y
por supuesto documentarla en mi vida paralela.
Frente a la puerta toque mis bolsillos para sacar las l aves y el celular,
una sensación indescriptible se apoderó de mí al percatarme que uno de
ellos faltaba.
Logre abrir la puerta y entrar a mi hogar pero hubiese preferido
quedarme afuera y no haber perdido mi celular.
El único respaldo del éxito fabricado se encontraba en un dispositivo de
plástico que ahora estaba en algún lugar de la ciudad.
Conociendo extraños
Miles de cosas pasaron por mi mente mientras transcurrieron unas
horas.
El silencio de mi angustia fue roto por un extraño sonido proveniente del
teléfono de mi casa, ya ni siquiera me acordaba que ese aparato existía.

- ¿Hola? - conteste un poco aturdido-


- ¡Hola! Buen día, estoy l amando al contacto “casa” desde un celular que
me encontré temprano -dijo una voz de alguien mayor-
- ¡Mi celular, si! ¡Lo perdí esta mañana! ¿Me lo regresarás?
- Por supuesto, no es mío.
- Sigue existiendo gente realmente buena… -dije sorprendido-
- Mientras piense planes de bien para otros; toda la creación disfrutara
de claridad.
- Espere… ¿qué dijo? - pregunte algo confundido-

En ese momento tuve una sensación que seguramente muchos de


nosotros hemos experimentado en varios momentos de nuestra vida, era
como un flashback de algo vivido, solo que jamás había sucedido en este
plano.
- No hay tiempo que perder -dijo la voz desde el teléfono- puedo verte
en una hora más frente a la Casona Blanca de la calle principal para
entregarte lo que necesitas.
- Muy bien, allí estaré.
La habitación oscura.

Llegue al lugar de encuentro a la hora señalada, estaba realmente


ansioso por recuperar mi dispositivo. Miraba continuamente mi reloj
mientras lanzaba una mirada general por toda la calle. En ese momento
escuche el sonido de una vieja puerta abrirse, provenía de esa Casona
Blanca.

- ¡Llegaste justo a tiempo, ven, entra! - gritó un hombre desde la puerta-

Confieso que me sentí realmente sorprendido al ver a alguien dentro de


esa casa, ya que a pesar de verse siempre perfecta, como de revista,
siempre se mostraba cerrada como si nadie viviera allí. Aun así, camine
rápidamente hacia el interior.

- ¿Usted fue quien me l amo? - le pregunté al caballero-


- Yo te l ame, aunque sólo cumplo órdenes. Acompáñame, lo que viniste
a buscar está arriba.

Quizás para muchos era una mala idea entrar a la casa de un total
desconocido pero sentí familiaridad por ese lugar, fue como si una parte
dormida de mi conociera ese espacio. Un imán dentro de mí me atraía a
seguir caminando detrás de ese caballero desconocido.
Subimos las escaleras, recorrimos un largo pasillo l eno de puertas, todas
con marcos muy distintos. Nos detuvimos al pasar la séptima y entonces
él me dijo:
- Vamos a entrar a tu habitación para que puedas recuperar lo que
perdiste.
- ¿Que? ¿Mi habitación? -dije completamente confundido-
- ¿Acaso sabes lo que perdiste?
- ¡Claro, mi dispositivo! ¿Pero qué tiene que ver con entrar a una
habitación desconocida?
- Perdiste mucho más que eso. Te mostraré un lugar que es parte de ti
y te ayudará a recuperar todo lo demás.

La respuesta de este hombre traspasó todos mis posibles miedos, sin


titubear estire mi mano y gire la manilla.
Al entrar a la habitación sentí un poco de frío, estaba parcialmente
oscura, solo la alumbraba una pequeña lámpara. Había una cama
perfectamente ordenada, un poco de polvo cubría la tela, como si nadie
hubiera dormido allí por años.
Alce mi mirada para detallar las cuatro paredes y vi algo que no me
hizo sentir bien. Las paredes estaban l enas de mis autorretratos,
estaban allí decorando el lugar como si fueran trofeos; mi retrato
manipulador, misericordioso, inteligente y el escarnecedor, en todos
l evaba puesta una corona.
- No sé por qué sigo haciéndome preguntas en vez de irme de este
lugar tan raro - dije molesto-
- Lo haces porque las preguntas inteligentes te l evaran a las
respuestas correctas.
Al oír eso sentí nuevamente ese flashback confuso. Respire
profundamente para calmarme y le pregunté:
- ¿Que es este lugar?
- Es la habitación de tu alma. El lugar que usas para conectarte a la
eternidad y a tu propósito de vida.
- ¿Y que son esos retratos en las paredes? ¿Porque todo se ve así?
- Los retratos es todo lo que idolatras, es lo más importante para ti.
Todo lo demás son tus intentos humanos de encontrarle sentido a todo.
- Parece que mis intentos no han servido de mucho -dije mientras
miraba el polvo sobre las sábanas- Es complicado desde aquí, lo he
intentado.
- Sabemos que sí, nunca hemos dejado de pensarte.
- ¿Quienes?
- El Sol y las demás estrellas.
- ¿Que? No entiendo y lo peor de todo es que tengo estos flashbacks
en mi cabeza. Es como si todo lo que dices de alguna forma tiene
sentido para mí.

El caballero señaló hacia el centro de la habitación. Allí había un espejo


de cuerpo completo y a su lado una ventana tapada por tablas de
madera. Sentí una gran curiosidad y me acerque a mirarme en el espejo.
- Aquí estoy, les juro que lo estoy intentando. Haciendo mi mejor
esfuerzo.
- Y aun así no eres realmente feliz.
Volví a molestarme y le conteste:

- ¡Soy feliz! Solo tengo pequeñas crisis existenciales, como todos.


- El verdadero antídoto para tus crisis existenciales es una dosis de cielo,
necesitas mirar hacia arriba y recordar porque estas aquí.
- ¿Acaso está mal lo que hago? ¡Ayudo a otros!
- No está mal lo que haces. El error esta desde donde lo haces. Mira a
tu alrededor, debes limpiar tu morada, debes dejar de auto coronarte por
tus acciones.
- ¿Por qué? Igual tengo resultados ¿Cuál es la diferencia?
- La permanencia es la diferencia, si lo haces desde un lugar de luz todo
lo que hagas tendrá una sustancia eterna, lo que hagas por una
persona también alcanzará a sus generaciones.
- ¿Generaciones? No tengo la capacidad para hacer eso. Siendo
sincero; esto es lo que soy, una habitación fría y oscura -dije casi
susurrando-
- Tú en verdad no quieres ser esto, una casa impecable con una
habitación para esconder…
- ¡Todos lo hacen! ¿No ves el montón de puertas cerradas? Algo
esconden..
Olvidé recordar.

Para mi humanidad era totalmente ilógico entender lo que me decía ese


caballero, ¿como mis acciones podrían tener repercusión en otras
personas mas alla de mi tiempo?
Obviamente yo estaba afectado por el esmog de la ciudad, sencillamente
en el transcurso de mis años olvidé esforzarme por recordar de donde
venía y para qué era todo. Pero ese dia, en aquella habitación todo se
había orquestado para que mi espíritu se reconciliara con lo que estaba
escrito de mí desde el origen.
Luego de intentar justificarme me volví a sincerar:
- Olvide recordar, solo se que miro en el espejo y no soy totalmente yo
-dije con tristeza-
- Desde pequeño te has hecho buenas preguntas, eso ha facilitado que
estemos aquí.
- ¡No es tan sencillo! Nos lanzan a este mundo esperando que nada nos
contamine pero es prácticamente imposible.
- Lo se. Pero a todos nos iluminan los rayos del sol, es tu decisión
tomarlos o no.
- ¿Hay algún método? -pregunté ingenuamente-
El caballero me miró y me abrazo. No me resistí, sentí que podía
confiar en él, nos abrazamos.
El amor que él portaba en su ser valía más que mil palabras, a través
de ese simple acto pude sentir como lo que siempre había buscado me
hablaba sin hablar, tratando de reconciliarse conmigo. En ese momento
yo no podía decir nada, al menos no sin l orar.
Respire profundo para decir una frase:

- Eres una de esas estrellas que caminan por las calles.


- ¿Lo ves? De a poco comenzarás a recordar.
- ¿Cómo es posible esto?
- Nunca camines solo, las verdaderas estrellas brillan en unidad, así nos
cuidamos los unos con los otros. Está atento a las señales en lo cotidiano
pero sobre todo abre tu ventana y reconcíliate con el Sol.
El Sol entra por tu ventana.

“No quiero volver a sentir que mis deseos son oscuridad, no quiero sentir
que estoy viviendo porque si, no quiero que por unas horas algo l ene el
vacío. Al estar lejos de ti, me alejo de mi. No quiero ser alguien cuando la
puerta está abierta y otra persona cuando está cerrada. Necesito
escapar del tiempo, recuperar el propósito que tiene la eternidad sobre
mi” - dije en una pequeña oración-

La convicción de necesitar un verdadero cambio generó una acción en


mi. Me acerque a la ventana y comencé a retirar las tablas que
impedían que la luz l enara mi habitación.
Al mismo ritmo que los rayos del sol iluminaban mis espacios, se
desvanecían aquellos autorretratos en las paredes, caían los ídolos
ocultos que yo mismo me había creado para adorar. Un nuevo amanecer
comenzaba a l enar mi lugar y sin importar el acecho de la noche o los
días nublados supe que jamás estaría solo de nuevo.
- Te l evare a muchos lugares, quiero que estés consciente que siempre
estoy contigo -dijo el Sol-

- Mire mis manos y en ellas había una mochila con un par de cosas dentro.
Entre ellas, mi dispositivo y un pequeño libro.

- ¿Para qué es esto? - pregunte-


- Estás aquí para comunicar un mensaje pero no cualquier mensaje. Mi ojos
vieron tu embrión en formación y en el libro diseñe todos tus días, incluso el
último en esta vida.
- Pero… nunca había ido tan lejos con tan poco equipaje - dije nervioso-
- En tu primera misión ni siquiera tenías equipaje y mírate ahora. Nunca
te dejaré, todo lo que necesitas lo iré proveyendo mientras caminas,
como siempre lo he hecho. Lo juro.
- Creo en ti. ¿Alguna advertencia para mi próxima misión?
- Veas lo que veas, solo confía. Como primera y única opción.
CON LÍNEAS DE ORO ESCRIBISTE SOBRE NUESTRA DESNUDEZ, DESDE LA
CABEZA HASTA LOS PIES CUBRISTE NUESTRO CUERPO CON TUS
PROPÓSITOS ETERNOS. NOS EQUIPASTE CON ELLO PARA QUE DESDE TU
MANO PUDIÉRAMOS VOLAR COMO UN AVE.
GÉNESIS CAPIELO
DANIELA CAPIELO
MAX ZAPATA

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