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Mi llegada al mundo y primeros años”

Mi llegada al mundo fue el 6 de noviembre de 1979 en el hogar conformado por Doris Martínez y
José Luis Barrios, para convertirme en el hijo mayor de esta nueva unión. Ella una madre separada
con 2 niñas y él, proveniente de las orillas del río Magdalena, con dos hijos de otro hogar. Nací en
un pueblito de ensueño en el departamento del cesar, Los venados, que en su momento como
ahora contaba con el puesto de salud mejor dotado de esta región algodonera.

Mis padres se dedicaban a trabajar en fincas ganaderas y mis primeros meses de vida, años quizás
fue despertar entre el canto de los pajaritos y el bramar de las vacas.

Mis hermanas, las hijas de mi mamá, vivían con nosotros y la mayor, Liliana era quien se
encargaba de mi cuidado, por ello ese especial afecto y empatía entre ambos. En la finca solo
vivíamos nosotros, por lo que los juegos y actividades cotidianas era entre nosotros mismos.

Mi padre un gran aficionado al fútbol, a su unión Magdalena, conocedor de cultura general y cada
día empezaba con su grabadora de baterías puesta al hombro para estar enterado de la
actualidad. De él aprendí a temprana edad que existían otros países lejanos, en que continente
estábamos y mi mamá me enseñó, las vocales, los números, sumar y restar. Como el pueblo más
cercano estaba a 2 horas en burro, hice lo que hoy llaman preescolar en casa.

A los 7 años empezó mi travesía de 2 horas a lomo de burro para hacer mi primaria, todos los días
lloraba para no ir a la escuela y los otros niños se burlaban de mi.

Mis papás decidieron enviarme a estudiar a la capital Valledupar, donde unos tíos; lo cual fue todo
un reto para mi, adaptarme a nuevas costumbres, normas, tradiciones familiarles, y tratar de
entender que lugar ocuparía yo en esta familia numerosa de 7 hermanos, los 3 mayores ya
estaban terminando el bachillerato y los menores era con los que más me relacionaba. Fabio mi
primo me enseñó muchas cosas de la ciudad, como las maquinitas tragamonedas, jugar boliche,
trompo, la lleva, fútbol. Esta etapa de mi vida fue maravillosa, aunque estaba alejado de mis
padres disfrutaba jugando y compartiendo con otros niños. Todos los viernes me izaba bandera,
era líder dentro de mi salón de clases, enamorado de la niña más linda del salón guardaba de mi
merienda para compartir con ella.

La adolescencia fue un poco más compleja, miss tíos perdieron la casa por un embargo y
mis papás hablaron con unos vecinos de mis tíos para que me dieran hospedaje, allí vivía
una de las niñas que siempre me había gustado en el colegio, pero que nunca me prestó
atención. Las relaciones con los miembros de la familia fueron muy tensas por lo que nunca
me logré adaptar y esta fue mi primera parada, antes de pasar por donde una tía, amigos, y
tantos otros hogares de conocidos, lo que me llevó a perder el año y regresar a estudiar en
mi pueblo natal, los venados; donde tengo las historias lindas de mi adolescencia. Hice
grandes amigos que aún hoy conservo.
El hecho de haber vivido en tantos hogares, quizás no me permitía sentirme parte de mi
familia, sentía que estaba de visita y por ello pasaba más tiempo en le pueblo con mis
amigos que en la finca con mi familia. En el bachillerato me destaqué por mi liderazgo, fui
personero y estaba en cuanto evento deportivo organizará Otilio mi profesor de educación
física. Al finalizar el bachillerato no tenía claro que carrera emprender y debido a unos
amoríos con una compañera de clase nace mi primer hijo Jarol David. Aquí se parte mi
historia y salgo a abrirme espacio en esta sociedad en plena transición de cambio de siglo,
en 1999 donde la preocupación de ese entonces era el fin del mundo en año 2000 y la crisis
que crearía la transición de dos dígitos a cuatro. Allí salgo de mi casa con tan solo una
formación de bachiller académico, sin conocer siquiera de cerca un computador. Nunca viví
con la madre de Jarol, solo sabía que tenía que trabajar para cumplir con mis obligaciones
con él.
Así le doy inicio a mi edad adulta, entre mis obligaciones de padre y mis ganas de seguir
estudiando, pero lo poco que ganaba no me permitía tener ningún logro. Pase un largo tiempo de mi
vida haciendo diversos trabajos, entre ellos como auxiliar de cocina de los que tengo gratos sabores
aprendidos. Y un día conocí a el amor de mi vida mi esposa, quien cuidaba de mi segunda hija,
producto de un segundo intento formar familia. Diana (esposa) por ese entonces estaba en la
universidad estudiando sociología y accedió a cuidar de mi futuro y abusando de él reciente regalo
de la tecnología, los mensajes de texto la enamoré y me enamoré; así empezó la más hermosa
historia de amor yo haya vivido; con este amor empieza a emerger mis ganas de forjarme un mejor
futuro en cuanto al tema laboral y de formación académica también impulsado por el nacimiento de
mi hijo Cesar José, quien me enseñó la grandeza de ser padre.
Unos años antes me fui en busca de ese mejor futuro y estuve viviendo por más de un año en
Barranquilla.
En mis ratos de Soledad solo pensaba que debía estudiar o tener un trabajo que me permitiera
igualar mi sueldo con el de mi futura esposa, ya que ella sería profesional y yo solo era bachiller.
Así llegué a estudiar al SENA en el 2006 y me hice Tecnólogo en mantenimiento Mecánico
Industrial, persiguiendo el sueño de la minería, la cual había desplazado a la agricultura para ese
entonces en mi región. Con poca pasión por la mecánica terminé y me posesioné en una empresa
contratista del sector minero, quedándome como congelado en el tiempo y en mi zona de confort,
pues ya había conseguido lo que me había propuesto, casarme con Diana, tener un hijo hermoso y
un empleo en mina.
Por aquello de las casualidades muchos años después de estar viviendo en este letargo, un amigo me
induce en el mundo del mercadeo por red. Y allí renace mi espíritu emprendedor, de liderazgo,
entre libro, videos, conferencias cada día me interesó más por el comportamiento humano, por la
inteligencia emocional, por mejorar los canales de comunicación con las personas que me rodean.
Y sin querer empecé a reescribir mi historia, no tuve éxito económico en las redes, pero me dejó
una riqueza cognitiva y cognoscitiva de incalculables proporciones.
Ya con la llegada de Juan José, deseaba buscar un empleo que me diera la posibilidad de estar cerca
de mi familia y poder disfrutar de más momentos a su lado, y estando fuera de la mina, estuve como
vendedor de seguros, sin tener el éxito que esperaba.
En él 2017 regreso a trabajar a la mina luego de pasar una gran crisis económica, inmediatamente
fui a cumplir mis sueños, reescribir mi historia y me inscribí en la facultad de psicología de la
UNAD aprovechando el auge de las TIC que me permitía estudiar en escenarios múltiples. Esta
pasión por la conducta humana y su comportamiento me animó a formarme como Coach
Ontológico Profesional de manera Virtual. Hoy por hoy estoy encaminado a hacer las que cosas
pasen, construir mi futuro deseado y no solo conformarme con el que me tocó vivir.
Cesar Alfonso Barrios Martinez

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