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La oración

de poder
Así como el oxígeno es necesario
para mantener la vida orgánica
de los seres vivos, la oración es la
respiración del espíritu humano que
permite al creyente vivir su fe en
plenitud y alcanzar la madurez en
Cristo. A medida que los creyentes y
las iglesias recuperan el ejercicio de
los dones y ministerios bíblicos, van
descubriendo también una poderosa
fuente de bendición natural y de
ministerios fructíferos. Uno de ellos es
la oración. En La oración de poder, el
doctor Pablo Deiros no sólo comparte
información precisa sobre la oración,
sino un llamado radical para que
aprendamos a usarla en nuestra vida
personal, y la pongamos en ejercicio
en la misión que nos fue asignada.
Serie Formación Ministerial Certeza
Escrita y dirigida por el doctor Pablo
Deiros con el objetivo de desarrollar
un programa completo, práctico y
reflexivo, orientado a la capacitación
y formación de hombres y mujeres
que tienen un llamamiento de Dios
para cumplir con un servicio pastoral,
misionero o evangelizador.

ISBN 978-950-683-137-0

1111 11111 11 1111111111111111111


9 789506 831370
Deiros. Pablo Alberto.
La oración de poder. - la ed. - Buenos Aires: Ediciones Certeza
Argentina, 2007·
264 p.; 15X23 cm.

ISBN: 978-950-683-137-0
1. Oraciones. I. Título
CDD 242

© 2007 Pablo A. Deiros. deiros@sion.com


© 2007 Ediciones Certeza Argentina, Buenos Aires.
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723.
No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento,
el alquiler, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier
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del editor. Su u.au¡ .....' .IUII

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certeza@certezaargentina.com,ar I www.certezajoven.com.ar
Impreso en Argentina. Printed in Argentina.
Serie Formación
Ministerial Certeza
Escrita y dirigida por el Dr. Pablo Deiros, esta serie está orientada a la
capacitación y formación de hombres y mujeres con un llamamiento de
Dios para cumplir con un servicio pastoral, misionero o evangelizador. En
respuesta a la urgente necesidad de materiales para la formación dellide-
razgo cristiano en las iglesias emergentes a lo largo y a lo ancho del conti-
nente latinoamericano, estos libros son el resultado de la vasta experiencia
apostólica y docente del Dr. Deiros. Procuran ofrecer una interpretación
y aplicación latinoamericana a los problemas. fundamentales de la labor
ministerial, con una perspectiva misionolágica y carismática.
Esta serie está orientada a iluminar la mente, nutrir el espíritu, desafiar
la conciencia, y sobre todo, 'capacitar al pueblo de Dios para la obra de
servicio, para edificar el cuerpo de Cristo' (Efesios 4.12, NVI).
Algunos títulos de la serie son:
• El evangelio del reino.
• Los dones del Espíritu Santo.
• La iglesia del nuevo milenio.
• La iglesia como comu,nidad terapéutica.

Serie Historia del Cristianismo


• Los primeros 500 años.
• Los mil años de incertidumbre.
• Las reformas de la Iglesia.
• El cristianismo denominacional.
• El testimonio cristiano en América Latina.

Para mayor información acerca de éstos y otros títulos,


dirigirse a: deiros@sion.com
Contenido
Uso de este libro 9
Presentación 11

Introducción 15

1 La oración: Su significado 27
Alabanza 32
Adoración 33
Confesión 37
Petición 43
Intercesión 46
Acción de gracias 49
Meditación 52
Para profundizar 57

2 Para qué orar 61


¿Para qué oran las personas? 62
¿Para qué oran los cristianos? 65
¿Por qué orar si el universo está gobernado por leyes? 68
¿Para qué orar si Dios ya ha sentenciado al mundo? 70
¿Para qué orar si Dios ya conoce las necesidades? 73
¿Para qué orar si hay tantas otras cosas que hacer? 75
¿Cómo oraban ellos? 76
En definitiva, ¿para qué orar? 77
Para profundizar 83

3 Cómoorar 87
En el nombre de Jesús 88
Con obediencia 92
Con fe 94
En el Espíritu 96
Según la Palabra 99
Con especificidad 101
6 ¡la oración d~ poder

Con paciencia y perseverancia 103


Con eficacia y poder 107
En comunidad 111
Para profundizar 115

4 Porqué orar 119


Por cualquier cosa dentro de la voluntad de Dios 120
Por las necesidades propias 124
Por nuestros seres queridos 127
Por la iglesia 130
Por el gobierno y la nación 133
Por todas las personas 13 6
Por el reino de Dios 139
Para profundizar 141

5 Cuándo y dónde orar 145


El tiempo más adecuado 145
El lugar más adecuado 156
Para profundizar 171
6 Oración y trabajo 175
Dios, el trabajador por excelencia 176
Cristo y el Espíritu en acción 180
El ser humano trabajando con Dios 183
Dios trabajando en el ser humano 185
Dios trabajando a través del ser humano 187
El ser humano esperando en Dios mientras Dios trabaja por él 189
El ser humano trabajando en oración 191
Para profundizar 195
7 Oración y guerra espiritual 201
Oración y conflicto 202
Oración y paz 207
Oración y carne 209
Oración y mundo 211
Oración y Satanás 214
Oración y victoria 218
Para profundizar 221
La oración de poder 17
8 La práctica de la oración 225
La voluntad 226
El tiempo 230
El lugar 232
La preparación 234
La actitud 237
Los motivos 239
Los resultados 242
Para profundizar 245
Notas 249
Bibliografía 257
Uso de este libro
Este libro fue diseñado y escrito por primera vez, especialmente para
cumplir con los requisitos y orientaciones del programa de formación
ministerial pastoral, misionera y evangelizadora de la Escuela Interdeno-
minacional de Misión de la Iglesia del Centro, Buenos Aires, Argentina.
Originalmente consistía en un bosquejo desarrollado del programa de
trabajo propuesto al discípulo, como medio para alcanzar los objetivos del
curso La oración de poder. En el caso de que el lector esté matriculado en
la Escuela Interdenominacional de Misión o en algún otro programa de
capacitación que utilice este libro como libro de texto, el discípulo será
responsable de la lectura cuidadosa del texto y de los pasajes bíblicos indi-
cados. Los ejercicios preferentemente no deberán ser hechos en el estudio
personal, sino que se completarán en clase, bajo la guía del maestro. El
discípulo sí es responsable por el cumplimiento de las. tareas que figuran
al final de cada capítulo, y que el maestro o tutor asignará a lo largo del
curso. El cumplimiento adecuado de las lecturas, los ejercicios y las tareas
para profundizar podrán ser usados como elementos para la obtención de
créditos académicos.
Fuentes
El lector notará que con frecuencia se cita a diversos autores que han
escrito sobre el tema de la doctrina cristiana de la oración. Las citas trans-
criptas son el resultado de una cuidadosa selección de materiales, hecha
con el propósito de dar oportunidad al discípulo de tomar contacto con
la literatura que yo mismo he utilizado para mi estudio personal del tema.
De este modo, estas citas pueden ser útiles para ilustrar, ampliar, aclarar y
fundamentar los conceptos desarrollados en este libro de texto. A su vez,
las fuentes están indicadas como notas, para que el lector pueda referirse
a ellas ,en caso de tener interés en profundizar el tema. Al final del libro se
incluy~ una bibliografía, que no es exhaustiva pero presenta los materiales
publicados más importantes especialmente en lengua castellana.
Papel del maestro o I
tutor
El maestro o tutor actuará en clase como moderador en el repaso del con-
tenido del libro, la realización de los ejercicios, y la asignación de las tareas
para profundizar. Se sugiere que el maestro o tutor no dicte clases a la
manera tradicional, sino que procure cumplir el papel de dinamizador de
la discusión y el diálogo alrededor de los contenidos del libro. Para ello,
10 I La oración de poder
deberá estar preparado para responder a las preguntas de los discípulos,
especialmente para aplicar a las situaciones concretas, propias de cada con-
texto, los contenidos que se discutan. El maestro o tutor podrá asignar
lecturas complementarias utilizando los materiales de la bibliografía suge-
rida, siempre y cuando los mismos sean accesibles a los discípulos.
Evaluación
La evaluación del discípulo se hará en función a su asistencia a clase, su
nivel de participación en la dinámica de la misma, el completamiento de
todos los ejercicios del libro, el cumplimiento satisfactorio de las tareas
para profundizar, y la realización de las lecturas que eventualmente le
asigne el maestro o tutor. El maestro o tutor podrá establecer algún otro
requisito conforme a las circunstancias propias de cada curso, el nivel aca-
démico con que se trabaje y el lugar en que se enseñe.
Propósito
En todo el proceso de enseñanza-aprendizaje deberá tenerse muy presente
que el propósito de este curso no es impartir o recoger información sobre
el tema que trata, sino producir cambios de conducta significativos tanto
en el maestro o tutor como en el discípulo. Si después de estudiar estas
páginas unos y otros aprenden a vivir y servir mejor como ciudadanos del
reino de Dios y miembros de su iglesia local, este material habrá cumplido
su propósito fundamental.
Tareas para profundizar
El maestro o tutor asignará las tareas a medida que se vaya desarrollando
el programa del curso. Las tareas aparecen indicadas siguiendo el bosquejo
general del curso. Podrán ser entregadas por el discípulo durante el desa-
rrollo del mismo o al final, a criterio del maestro o tutor.
Se sugiere que el discípulo utilice un Cuaderno de Tareas o actividades.
El cumplimiento satisfactorio de todas las tareas asignadas es fundamental
para la aprobación del presente curso.
Presentación
La oración es la práctica religiosa más difundida en todo el mundo y a lo
largo del tiempo. Desde las religiones animistas hasta los monoteísmos más
sofisticados, han hecho de la oración un rito o ejercicio espiritual funda-
mental. Budistas, hinduistas, musulmanes, judíos y cristianos consideran
a la oración como una práctica necesaria y requerida, como expresión de
fidelidad religiosa. La exigencia de la oración frecuente, generalmente coti-
diana, es común a la mayoría de las religiones de carácter más universal. El
tema de este libro responde, entonces, a uno de las prácticas religiosas más
difundidas en todo el mundo.
No obstante, la mayor parte de los libros cristianos que tratan sobre la
oración presentan una perspectiva devocional, en el marco de los estudios
sobre espiritualidad cristiana. Este es un enfoque válido y ha probado ser
de gran utilidad para motivar a los creyentes a una vida de oración regular
y disciplinada. Indudablemente, la oración juega un papel fundamental
como disciplina espiritual para el desarrollo de la vida cristiana y su madu-
rez en Cristo. Así como el oxígeno es necesario para mantener la vida orgá-
nica de los seres vivos, la oración es la respiración del espíritu humano,
que permite al creyente vivir su fe en plenitud. No obstante, el enfoque
particular de este libro de texto no está tanto en la oración como expresión
de espiritualidad, sino en la oración como herramienta de trabajo para el
cumplimiento de la misión que nos ha sido confiada en el mundo. De allí
el título del mismo, La oración de poder.
Hoy se están redescubriendo por todas partes las dimensiones de la
actividad del Espíritu Santo, que por mucho tiempo han sido pasadas por
alto o no tenidas suficientemente en cuenta para el mejor cumplimiento de
la misión de la iglesia. A medida que creyentes e iglesias van recuperando
el ejercicio de los dones y ministerios bíblicos, van descubriendo también
una poderosa fuente de bendición sobrenatural y de ministerio fructífero,
como es la oración. En este sentido, la comprensión contemporánea de la
oración como una herramienta de trabajo en el proceso de la extensión
del reino de Dios, ha superado el entendimiento tradicional de la oración
como una expresión de espiritualidad cristiana.
Si se entiende la oración como la práctica consciente de una relación
con Dios por parte del creyente, esto involucra, en su ejercicio regular, a la
mayor parte de la humanidad. A veces, la oración asume la forma de ado-
ración, otras veces se manifiesta como meditación, y aun otras veces como
intercesión. En ocasiones la oración toma la forma de palabras en voz baja
12lla oración de poder

o alta, pero la más de las veces se expresará como pensamientos dirigidos a


Dios. En la fe cristiana, la oración es considerada como un camino de dos
manos, por el cual el creyente expresa sus pensamientos a Dios y espera de
él una respuesta. Sea como fuere, en el cristianismo la oración es la activi-
dad central de la vida cristiana.
10m Smail: La oración está justo en el corazón de la vida
mstiana. Ser cristiano no es principalmente cumplir una serie
de deberes; es conocer una relación con Jesucristo. y la manera
más característica en que esta relación se expresa es a través
de la oración. Cuando oramos, hablamos a alguien a quien no
podemos ver, lo cual no es una actividad natural. De modo
que no es sorpresa que algunas personas que recién empiezan
a orar encuentren difícil comenzar. No obstante, esta dificultad
se evapora pronto, una vez que se ha establecido un patrón
saludable de oración, y la oración se transforma en una nueva y
sumamente enriquecedora dimensión de vida. 1
Por todas partes, hoy se están redescubriendo las variadas dimensiones de
la oración y especialmente el poder espiritual que ésta encierra en relación
con el testimonio cristiano. Hay en curso, alrededor del mundo, un muy
fuerte movimiento de oración.
En este libro, por cierto, no vamos a agotar el tema, y posiblemente que-
darán muchas cuestiones a la espera de una respuesta. Pero con la ayuda
del Señor y en ferviente oración deseamos descubrir lo que la Palabra de
Dios dice sobre el equipamiento que hemos recibido para llevar a cabo
nuestra tarea como iglesia. El objetivo básico de estas lecciones no es que
adquiramos un poco más de información sobre la mucha que ya tenemos
en cuanto a la oración, sino que aprendamos a usarla en nuestra propia
vida y la pongamos en ejercicio para la edificación del cuerpo de Cristo y
el completamiento de la misión que nos ha sido asignada.
Las páginas que siguen han sido elaboradas con el fin de ayudar al discí-
pulo a profundizar y enriquecer su propia experiencia de oración, a partir
de la consideración de varios aspectos, que tienen que ver con la misma.
Todos los cristianos oran. Sin embargo, no todos saben orar como con-
viene. La razón para considerar la oración como tema de estudio es que el
pedido de los discípulos a Jesús -'Señor, enséñanos a orar'- sigue vigente
en la vida de la mayoría de los creyentes.
El mejor ~ual de oración es la Biblia. Sus páginas contienen abun-
dantísimas exhortaciones a la oración, como también claras direcciones
en cuanto a cómo hacerlo con propósito. En razón de esto, este curso es,
básicamente, un repaso de lo que la Biblia enseña sobre la oración. De allí
la importancia de que el discípulo lea cuidadosamente todos los pasajes
bíblicos que se indican. Este curso está basado en la idea de que la lec-
tura y meditación de la Biblia, junto c<)fl la oración, son los dos puntales
Presentación 113

principales para la edificación de una vida cristiana victoriosa y un pode-


roso testimonio del evangelio.
A fin de que los encuentros semanales con el maestro o tutor resulten
~ provechosos, es importante que el discípulo lea cuidadosamente el material
asignado y cumpla con las tareas que se le indiquen. El maestro decidirá
si es conveniente agregar tareas o actividades de enseñanza-aprendizaje
adicionales a las indicadas en este libro. En el aula se pondrá un énfasis
mayor en el repaso de los contenidos de cada lección, y especialmente en
la práctica de lo que se enseña. Se procurará dedicar una cuota significativa
de tiempo al ejercicio de la oración. La mejor manera de aprender a orar
es orando.
La bibliografía que se sugiere es sólo a título informativo y no pretende
ser exhaustiva. El discípulo puede encontrar provecho en leer algunos de
estos libros. No obstante, ningún libro, por excelente que sea, debe ocupar
el lugar que le corresponde a la Palabra de Dios inspirada. Y todo escrito
humano, incluidas estas páginas, debe ser juzgado y evaluado a la luz de la
Biblia, como única regla de fe y de práctica.
Si después de recorrer estas notas, el discípulo logra madurar en su vida
de oración y aprende a utilizarla como herramienta de trabajo en su ser-
vicio en el reino de Dios, se habrá logrado el objetivo de este curso. Es la
oración de quien esto escribe, que así sea.
Introducción
La fe vive de la oración y podría
decirse que, en el fondo, creer es
lo mismo que orar. Emil Brunner

De todas las prácticas o gestos rituales religiosos, el más universal es la ora-


ción. La asistencia a un culto de adoración, la participación en la eucaristía
o Cena del Señor, el bautismo cristiano, e incluso la lectura de la Biblia,
no se experimentan con la frecuencia y universalidad con que se practica
la oración. Si uno tuviera que indicar cuál es la práctica religiosa que va
encontrar en todo el mundo, entre todos los pueblos, de casi todas las reli-
giones imaginables, y ejecutada por personas de todos los niveles sociales,
culturales, políticos, raciales y étnicos, seguramente que la respuesta sería,
la oración. Por ejemplo, el 90 por ciento de los norteamericanos dice que
ora. Cuando se les pregunta cómo oran, el 87 por ciento indica que ora
silenciosamente o solos, mientras que el 11 por ciento ora en voz alta o con
otros. 2
Más del 9S por ciento de las personas de So o más años en los Estados
Unidos, dice que ora. De los que oran, el 97 por ciento cree que sus oracio-
nes son oídas y el 9S por ciento cree que sus oraciones han sido respondi-
das. ¿Por qué cosas oran todas estas personas? El 98 por ciento ora por el
bienestar de su familia, el 94 por ciento ofrece oraciones de gratitud, y el92
por ciento ora por fortaleza o guía para confrontar un desafío. ¡Sólo unos
pocos (S por ciento) ora para que algo malo le ocurra a alguien! ¿Qué tipos
de oraciones están orando todas estas personas? El S6 por ciento ora de
una manera personal o conversacional, ellS por ciento ora de una manera
meditativa o reflexiva, el 13 por ciento ora formalmente (por ejemplo, la
Oración del Señor o el Padrenuestro), y el 14 por ciento hace una combi-
nación de las tres maneras. De aquellos que oran, sólo un uno por ciento
dice que la oración es menos importante para ellos ahora, que lo que fue
hace cinco años atrás. 3
La oración, pues, es una práctica religiosa universal y frecuente. Puede
que en otras culturas y lugares, las personas no entiendan muy bien los
contenidos y las prácticas de nuestra fe cristiana. Pero en casi todo el orbe,
las personas sabrán muy bien a qué nos referimos cuando hablamos de la
oración. Y esto es así porque la oración es una tendencia natural, propia
del ser humano. En este sentido, es una práctica como la respiración o
la alimentación, en la que los seres humanos se involucran precisamente
por ser humanos. Como señalara Tomás CarIyle, el historiador y pensador
16 l-La oración de poder
inglés del siglo XIX, en una carta a un amigo: 'La oración es y continúa
siendo el impulso nativo y más profundo del alma del ser humano.'
En otro lugar he definido la oración en términos generales, como:
'Ofrecimiento de adoración, súplica, confesión y otro tipo de comunica-
ciones a Dios (o dioses), de manera pública o privada, con o sin palabras.
Generalmente se la considera una obligación religiosa. Es el corazón de
la vida cristiana, pues ésta no es otra cosa que una relación con Dios, y la
oración es la expresión más característica de esa relación.'4
En términos más específicamente cristianos, la oración es un diálogo
singular entre nosotros y Dios. Equivocadamente, tendemos a pensar
que en este intercambio la iniciativa está de nuestro lado. Sin embargo,
la oración empieza y termina con Dios, como bien lo ilustra la oración
modelo que nos enseñó Jesús, el Padrenuestro (Mateo 6.9-13). Si oramos
es porque él nos oye, y porque él quiere oírnos es que nos estimula por su
Espíritu a que le oremos. Es precisamente el hecho de que nuestro inter-
locutor es el Dios cuyo nombre es santificado con nuestra oración, que la
misma adquiere sentido y relevancia. Cuando la oración que elevamos es
expresión de la relación personal que mantenemos con Aquél a quien lla-
mamos 'Padre nuestro que estás en el cielo; ésta se transforma en oración
verdadera y eficaz.
John White: Pensamos que orar es hablar, y sin duda implica hablar.
Pero la calidad de una conversación bien puede estar determinada
por la persona que la inicia. De hecho, nuestra reacción global a
una conversación a menudo depende de quién la inició. Cuando
estamos entre extraños, es muy reconfortante que alguien nos
salude y se muestre amigable. Por otro lado, quizás a nosotros nos
resulta difícil empezar una charla y se nos hace doblemente difícil
si chocamos con una expresión de desinterés en el otro. s
En este libro nos proponemos considerar algunas cuestiones básicas en
cuanto a la oración. El propósito no esdevocional o de edificación,. sino
más bien procuraremos entender la oración como el gran recurso que Dios
nos permite utilizar para llevar a cabo con mayor eficacia la misión que él
nos ha confiado en el mundo. Es decir, nuestra aproximación al tema de la
oración será misionológica. Por cierto, no pretendo que nuestra discusión
agote el tema ni sea exhaustiva. Pero sí intentaremos dar una respuesta a
las preguntas más generales y abordaremos algunas de las cuestiones más
relevantes en cuanto a la práctica de la oración en el día de hoy.
Nuestro estudio sobre la oración de poder, como herramienta de tra-
bajo para el desarrollo de nuestra misión cristiana en el mundo, tiene
que comenzar ubicando a la oración en el marco de referencia general de
la teología cristiana. La reflexión teológica sobre la oración tradicional-
mente ha sido parte de los estudios sobre la teología espiritual cristiana.
Estos estudios han tenido un gran desarrollo en las últimas décadas y han
Introducción 117

recibido una atención muy particular por parte de los especialistas. La teo-
logía espiritual cristiana es una disciplina que combipa la historia y la teo-
logía de la experiencia cristiana. 6
¿Cuál es el tema de estudio y el acercamiento propio de la teología espi-
ritual? El tema de estudio es la fe cristiana según ésta es experimentada en
términos de creencia y práctica, y según es apropiada existencialmente por
aquel que hace esta reflexión. El énfasis en la teología espiritual descansa
sobre el propio compromiso de quien reflexiona en el tema de este estudio.
Bradley C. Hanson ha señalado que '... la espiritualidad es ese estudio cuyo
tema es la fe y que involucra una actitud por parte del sujeto hacia el tema,
que combina una reflexión profunda con un fuerte interés existencial por
crecer en la fe ... Lo que la distingue es su acercamiento reflexivo y exis-
tencial, que procura alentar la fe del estudioso o de aquellos a quienes el
estudioso se dirige: 7
Debemos reconocer que los cristianos evangélicos no nos hemos
caracterizado precisamente por prestar una debida atención a la teología
espiritual cristiana, y mucho menos a las cuestiones de dinámica espiri-
tual, especialmente la consideración de la oración como poderosa herra-
mienta de testimonio y ministerio. Sobre el particular, Richard F. Lovelace
ha observado que 'los cristianos católicos han reconocido hace tiempo la
existencia e importancia central de este estudio, y es tiempo que los protes-
tantes se den cuenta de que ellos también comparten con los católicos un
profundo interés y una rica herencia de espiritualidad cristiana'. 8
La mayor parte de los problemas en la iglesia, incluyendo una mala
teología, resultan de una teología espiritual cristiana defectuosa, lo cual
es una manifestación de una espiritualidad defectuosa y del descuido de
la dinámica espiritual en el ministerio, especialmente la oración de poder.
Erróneamente se ha pensado que la utilización de la oración como herra-
mienta válida para el ministerio cristiano es una cuestión de tradición
denominacional, experiencia religiosa, nivel de espiritualidad, u opor-
tunidad, cuando no se la ha interpretado como expresión de fanatismo
religioso. No obstante, es tiempo de entender que la oración de poder no
tiene rótulo ni es un instrumento de uso exclusivo para algunos cristianos
mientras que para otros está vedado.
Richard E. Lovelace: Necesitamos de una 'teoría del campo
teológico unificada' que conserve y consolide todos los valores
en los diferentes grupos y partidos mientras que evite sus
errores y desbalances, y que ayude a los pentecostales y a los no
pentecostales a afirmarse unos a otros como cristianos llenos del
Espíritu, con dones espirituales válidos pero diferentes, y que una
a cristianos comprometidos socialmente con aquellos cargados
por los destinos de los individuos sobre una base común en
la obra redentora de Cristo. 9
181 La oración de poder

Hoy, el término 'espiritualidad' es mucho más aceptado que 'religión' y se


ha transformado en una expresión bien popular en la cultura contempo-
ránea. En un sentido, el vocablo es reciente en cuanto a su significado. Sin
embargo, la palabra ha llegado a tener un alcance semántico tan amplio que
ha perdido claridad y especificidad. Algunos especialistas como Cheslyn
Iones, Geoffrey Wainwright, y Edward Yarnold señalan que '''espirituali-
dad: debemos confesar, es una palabra vaga, generalmente utilizada sin un
significado claro, o con un alcance amplio y vago:'IO
Desde principios de la década de 1980, la palabra 'espiritualidad' ha sido
usada en la sociología de la religión para describir ese conjunto de prác-
ticas religiosas que expresa las creencias y valores de un grupo religioso
particular. En este sentido, la palabra es científicamente neutraL Quizás
sea más conveniente hablar de 'espiritualidad es: dado que la espiritualidad
está presente en todas las religiones. Aparte de las variedades tradicionales
de las espiritualidades cristianas, uno podría hablar de una espiritualidad
mormona, islámica, judía o budista. Es desde esta perspectiva ecuménica
que el término ha estado en uso frecuente desde mediados de la década de
1970 .
Ewert H. Cousins: [La espiritualidad está relacionada con] ...
esa dimensión interior de la persona llamada en ciertas
tradiciones 'el espíritu: Este corazón espiritual es el centro más
profundo de la persona. Es aquí que la persona está abierta a la
dimensión trascendente; es aquí que la persona experimenta la
realidad última ... [La espiritualidad] explora el descubrimiento
de este corazón, la dinámica de su desarrollo, y su viaje a la meta
finaL Trata con la oración, la dirección espiritual, los varios
mapas del viaje espiritual, y los métodos de crecimiento en el
ascenso espirituaL 11
Se han dado múltiples definiciones de espiritualidad. Según Nelson Tha-
yer, 'espiritualidad es la capacidad específicamente humana de experimen-
tar, ser conciente de, y relacionarse a una dimensión de poder y significado
trascendente al mundo de la realidad sensible, expresada en las particu-
laridades de un contexto histórico y social dado, y que lleva a una acción
congruente con su significado: 12 Urban T. Holmes ve cinco elementos
fundamentales en toda expresión de espiritualidad: '(1) una capacidad
humana para relacionarse (2) con aquello que trasciende los fenómenos
de los sentidos; esta relación (3) es percibida por el sujeto como una con-
ciencia expandida o aumentada independiente de los esfuerzos del sujeto,
(4) que da sustancia en el marco histórico, y que (5) se exhibe en acciones
creativas en el mundo: 13
Sandra M. Schneiders: Si bien el interés en la espiritualidad a
veces produce manifestaciones superficiales, insanas, bizarras
Introducción 119

e incluso malas, éste representa, en su totalidad, un deseo


profundo y auténtico de la humanidad del siglo xx por
integración en medio de la fragmentación, por comunidad frente
al aislamiento y la soledad, por una trascendencia liberadora,
por significado en la vida, por valores que perduren. Los seres
humanos son espíritu en el mundo, y la espiritualidad es el
esfuerzo por comprender y tomar conciencia del potencial de esa
condición extraordinaria y paradójica. 14
En la tradición cristiana, la espiritualidad involucra una relación perso-
nal con Cristo. Este es el punto fundamental de una verdadera y auténtica
espiritualidad cristiana. John R. Tyson señala que 'el tremendo alcance de
los conceptos y experiencias involucrados en el proceso de renovación y
restauración [espiritual] hace difícil la precisión: Y agrega: "Así, pues, el
concepto de espiritualidad se encuentra a menudo con varias descripcio-
nes, tales como 'espiritualidad agustina: 'espiritualidad franciscana, 'espi-
ritualidad luterana, o 'espiritualidad wesleyana: lo cual apunta a varios
patrones históricos que marcan el camino de la semejanza a Cristo y la
relación con Dios:'15
Si bien la espiritualidad incluye las creencias y prácticas históricas cris-
tianas, en su uso presente es una palabra más abarcadora, dado que se
extiende más allá de la espiritualidad propiamente cristiana para incluir
las formas de la Nueva Era, la parapsicología (telepatía, percepción extra-
sensocial, clarividencia, y otros fenómenos psíquicos), y la astrología entre
otros. Casi todas las experiencias humanas conocidas y especialmente aque-
llas de un carácter místico han sido generalmente incluidas bajo este tér-
mino. Consecuentemente, los investigadores no han llegado a un acuerdo
en cuanto a una definición universal. Esto hace que la espiritualidad, fuera
de la fe y práctica cristianas históricas sea muy difícil de estudiar.
No obstante, nosotros nos proponemos considerar la oración de poder
a partir del marco de referencia de la espiritualidad cristiana, para verla
después como expresión de una misionología espiritual cristiana. Es por
ello que conviene tener bien en claro cuál es nuestro punto de arranque:
la espiritualidad cristiana. Ahora, el concepto de 'espiritualidad cristiana'
ha sido objeto de múltiples abusos, al punto que se ha transformado en un
cliché casi sin sentido.
Richard L. Lovelace: La espiritualidad es en muchas maneras
tratada como si fuese la hijastra olvidada del movimiento
cristiano. Muy frecuentemente es reducida a una cobertura
espiritual sobre la superficie de otras partes del cristianismo,
que son consideradas más sustanciales e importantes, tales
como el mantenimiento de una sana doctrina, o una política
20 I La oración de poder
correcta de compromiso social e institucional. Pero pocas veces
es reconocida como el fundamento indispensable sin el cual
todos estos elementos carecen de poder y caen en decadencia.
En ciertas partes de la iglesia, una ~spiritualidad bien superficial
es el pan y manteca de la experiencia diaria, pero es casi invisible
como una cuestión de preocupación seria entre los líderes
eclesiásticos, porque se da por sentada o bien inconscientemente
se la desprecia. Otras partes de la iglesia han desarrollado una
maquinaria intrincada de perfecci6n espiritual, que intimida a los
laicos y a la mayoría de los líderes. Otros sectores han descuidado
un programa de desarrollo espiritual en razón de que han llegado
a la conclusión de que esto es muy duro o no vale la pena hacerlo.
En muchos de estos círculos la teología espiritual, si es que de
algún modo se reconoce su existencia, probablemente es puesta a
un lado como 'mero pietismo: 16
Debemos ser muy critícos de la comprensión tradicional de la espiritua-
lidad cristiana, y especialmente de la manera en que la oración ha sido
conceptuada. La espiritualidad cristiana tradicional ha estado orientada,
durante mucho tiempo, a las élites y ha sido la posesión particular de gru-
pos selectos y, en buena medida, cerrados, tales como las órdenes y con-
gregaciones religiosas en el catolicismo n)mano y los grupos de renovación
espiritual en el protestantismo. Todas estas manifestaciones se han caracte-
rizado por una actitud que bien merece í!l calificativo de fuga mundi ('fuga
del mundo'). La espiritualidad cristiana tradicional ha tenido también
una inclinación fuertemente individualista. El peregrinaje espiritual ha
sido presentado a menudo como el cultivo de valores individuales, como
una manera de obtener la perfección personal. Una suerte de espirituali-
dad extremadamente individualizada y centrada en el individuo. En esta
comprensión de la espiritualidad, la relación con Dios parece obscurecer
la presencia de otras personas y alentar a los cristianos individuales a ser
absorbidos en su propia interioridad, en orden a comprenderse y desarro-
llarse mejor. Es por esta razón que, en conformidad con esta comprensión
individualista y egoísta de la espiritualidad, la vida espiritual ha sido lla-
mada 'vida interior: lo cual muchos han interpretado como una vida que
se vive exclusivamente dentro del individuo. Por cierto, quien tiene esta
comprensión de la espiritualidad cristialla jamás podrá entender cómo la
oración de poder puede ser un recurso fundamental para el servicio al
prójimo y el cumplimiento de la misión cristiana en el mundo.
Gustavo Gutiérrez: Me parece que una fuente importante de la
'espiritualidad de evasión: como la llama Puebla (no. 826), es ...
el individualismo ... El individuali~mo opera, de hecho, como
un filtro que hace posible 'espiritualizar' e incluso volatilizar
Introducción 121

lo que en la Biblia son declaraciones matizadas de naturaleza


social e histórica ... El 'pasaje' a través del individuo interioriza y
roba su filo histórico a las categorías reflexivas de las realidades
objetivas en las que los individuos y pueblos viven y mueren,
luchan y afirman su fe ... El individualismo y el espiritualismo se
combinan de este modo para empobrecer e incluso distorsionar
el seguimiento de Jesús. Una espiritualidad individualista es
incapaz de ofrecer dirección en este seguimiento a aquellos
que se han embarcado en una empresa colectiva de liberación.
Tampoco hace justicia a las dimensiones diferentes de la persona
humana, incluyendo los así llamados aspectos materiales .. .' 17
Necesitamos deshacernos de estos falsos conceptos de espiritualidad que
resultan en la alienación del creyente respecto al mundo que es material,
y desarrollar una espiritualidad cristiana que reconozca a Dios dentro de
este mundo real. Una espiritualidad así resultará en una oración de poder
que estará dirigida a Dios, pero desde un diálogo fecundo con la realidad
inmediata en la que se lo está sirviendo.
Para lograr esta comprensión dinámica de la espiritualidad y, en con-
secuencia, un entendimiento dinámico de la oración como recurso pode-
roso para el servicio a Dios y al prójimo, es importante que tengamos
en claro el concepto de espiritualidad cristiana. Y para ello, es oportuno
considerar algunas definiciones. Es difícil dar una definición precisa de la
espiritualidad cristiana. John R. Tyson indica que "si bien hay una unani-
midad profunda y fundacional entre los cristianos en cuanto a la meta de
la espiritualidad cristiana, hay una diversidad notable dentro de la tradi-
ción cristiana cuando se llega a la pregunta de 'cómo' este peregrinaje debe
ser seguido de la manera más significativa:'18 En la misma dirección, Ewert
H. Cousins señala: 'Es realmente una tarea desafiante definir o dar una
descripción operativa de la espiritualidad cristiana. Uno puede estudiar el
término en su historia, extraer su significado de un género literario, verlo
en relación a las disciplinas de la filosofía y la teología, o hacer un análisis
fenomenológico de la experiencia involucrada en la espiritualidad: 1'J
No obstante, algunas de las definiciones que los especialistas han dado
pueden ser de utilidad para nuestra consideración. Bernard McGinn dice
que 'la espiritualidad cristiana es la experiencia viva de la fe cristiana: Y
agrega: 'Es posible distinguir espiritualidad de doctrina en que [la primera]
se concentra no en la fe misma, sino en la reacción que esa fe provoca en la
conciencia y la práctica religiosa. Del mismo modo se la puede distinguir
de la ética cristiana en que trata no con todas las acciones humanas en su
relación con Dios, sino con aquellos actos en los que la relación con Dios
es inmediata y explícita: 20
221 La oración de poder

Richard McBrien: La espiritualidad cristiana tiene que ver con


nuestra manera de ser cristianos, en respuesta al llamado de
Dios, producida a través de Jesucristo en el poder del Espíritu
Santo. Es la vida en el Espíritu Santo quien incorpora al cristiano
al Cuerpo de Jesucristo, a través de quien el creyente tiene acceso
a Dios el Creador en una vida de fe, esperanza, amor y servicio.
La espiritualidad cristiana, por lo tanto, es trinitaria, eclesiológica,
neumatológica y escatológica. Está arraigada en la vida del Dios
trino, centrada en Jesucristo, situada en la Iglesia, siempre
dispuesta a responder al Espíritu Santo, y orientada siempre a la
venida del reino de Dios en toda su plenitud al final de la historia
humana. La espiritualidad cristiana es también visionaria,
sacramental, relacional y transformacional. 21
Por espiritualidad cristiana entendemos, entonces, esa experiencia de rela-
ción, unión y conformidad con Dios, que el creyente experimenta a través
de su recepción de la gracia de Dios en Cristo, y la correspondiente dis-
posición de volverse del pecado y (para utilizar la frase paulina), 'caminar
según el Espíritu' en sus relaciones con Dios, consigo mismo/a, sus pró-
jimos y el mundo en el que él/ella vive. Como dice Richard L. Lovelace:
'La verdadera espiritualidad no es una religiosidad superhumana; es sim-
plemente la verdadera humanidad liberada de la esclavitud del pecado y
renovada por el Espíritu Santo?2
Esta comprensión dinámica de la espiritualidad cristiana tiene ciertos
significados e implicaciones. La expresión tiene significado y es importante
a lo largo y a lo ancho de la tradición cristiana en buena medida porque
focaliza nuestra atención claramente sobre el papel del Espíritu Santo en
crear espíritu-alidad o santificación. La relación entre el Espíritu Santo y la
espiritualidad cristiana, tal como se presenta en la Biblia y en la tradición
cristiana, es muy profunda y significativa. Otros términos o expresiones,
como 'piedad' o 'santificación, por ejemplo, no son tan claros en cuanto a
la fuente de la renovación espiritual a la que se refieren. Por eso Josef Sud-
brack está en lo cierto, cuando apunta que "la banalidad ... de la palabra
[espiritualidad] cuando uno habla de espiritualidad cristiana o de espiri-
tualidades cristianas, es sólo el producto de nuestro propio tiempo, como
lo es también, desafortunadamente, la realidad anémica que casi siempre
está conectada con la palabra 'espiritualidad~'23
Espiritualidad se refiere básicamente al creyente que está lleno del Espí-
ritu Santo. La vida del creyente está llena del Espíritu Santo o no lo está.
Según el apóstol Pablo, los dos únicos estados posibles del cristiano son el
espiritual o el carnal. Espiritualidad y carnalidad son condiciones opues-
tas. El creyente que es espiritual es una persona llena del Espíritu Santo. La
persona que es carnal no está llena del Espíritu, sino que opera en la ener-
gía (poder) de la vieja naturaleza pecaminosa. Es por esto que, dentro de
Introducción 123

la espiritualidad, hay grados de capacidad o efectividad. Un creyente con


madurez espiritual tiene más capacidad para la vida y el amor que un cre-
yente que recién comienza su peregrinaje cristiano. Pero ambos son ciento
por ciento espirituales cuando confiesan sus pecados y son llenos del Espí-
ritu Santo. Esta particular relación con Dios a través del Espíritu Santo es
posible en razón de la vida, muerte y resurrección de Cristo. Como indica
George A. Lane: 'La espirituaHdad cristiana está siempre arraigada en la
experiencia de Jesús: 24
Kar. Rahner: Esta experiencia en la que Jesús llega a ser, para una
persona particular, el evento del acercamiento a Dios, único y
cualitativamente insuperable e irreversible, es siempre afectada
por la totalidad de sus elementos como una entidad única incluso
si cada uno de los elementos no está necesaria e inmediatamente
presente de manera explícita y clara a nivel conciente. 25
Todo el Nuevo Testamento da testimonio de esta comprensión de la espi-
ritualidad cristiana. Los Evangelios Sinópticos ejemplifican el discipulado
como el seguimiento de Jesús (Mateo 4.18). Los escritos de Juan lo descri-
ben como unión con Cristo a través del amor (1 Juan 4.13). Esta es la 'vida
nueva' de la que Pablo habla, y que es nuestra a través de la identificación
con la muerte y resurrección de Cristo (Romanos 6). Hebreos y 1 Pedro
describen la vida cristiana como un peregrinaje: 'Fijemos la mirada en
Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe' (Hebreos 12.2), quien nos
ha dejado un 'ejemplo para que sigamos sus pasos' (1 Pedro 2.21).
De esta manera, la experiencia de Jesucristo es una experiencia de acep-
tación, sanidad y purificación, que se manifiesta a los creyentes a través
del poder del Espíritu Santo (Juan 14-17). Estar unido con Cristo es estar
unido con el Espíritu de Cristo (1 Corintios 6.17), y esto resulta en ser con-
formado a la imagen de Cristo (Romanos 8.29). En este sentido, la expre-
sión 'vida en el Espíritu' es sinónimo de 'vida en Cristo: Esta unión tiene
su meta (gr. telos) en una renovación y cambio permanente de la persona,
que producen una vida nueva y actitudes renovadas. Según Jesús, ésta es
una 'vida eterna' (Juan 14.14), una 'vida abundante' (Juan 10.10), o según
Pablo 'una nueva creación' (2 Corintios 5.17). Estar 'en Cristo' crea el deseo
de conformar nuestra vida, actitudes y aspiraciones cristianas a las de Jesús
(Filipenses 2.3-11).
Ahora, ¿cuál es la meta de una espiritualidad cristiana auténtica? La
meta de la espiritualidad cristiana es la semejanza a Cristo y la restauración
de la imagen de Dios (2 Pedro 1-4), con la que los seres humanos fuimos
creados originalmente (Génesis 1.26). La espiritualidad cristiana implica
un crecimiento en la gracia y la santidad. Básicamente tiene que ver con la
doctrina y práctica de la santificación. 26 Como señalara Ewert H. Cousins:
'Yo creo que la espiritualidad cristiana se da a través de una experiencia
de Cristo, la Trinidad y la gracia, dentro de la vida de la comunidad de
241 La oración de poder

la Iglesia?7 El desarrollo espiritual individual significa crecimiento hacia


una unión más plena con Dios a través de la oración y de una conformidad
creciente a la voluntad de Dios en la vida. Este crecimiento en unidad con
Dios tenderá a producir un crecimiento en la integración personal y en la
buena voluntad hacia el prójimo y la naturaleza creada.
Christopher Bryant: Este desarrollo es posible solamente a través
de la acción de la gracia de Dios, pero demanda la cooperación
deliberada del individuo. De esta manera, se parece tanto al
crecimiento de un árbol como al viaje de un peregrino. Al igual
que un árbol, la vida espiritual crece hacia abajo y hacia arriba.
Sus raíces toman nutrientes de la tierra de la naturaleza creada
por Dios; y sus ramas, a través de la oración, se extienden al
oxígeno de la comunión con Dios. Pero también es como un
viaje en procura de Eldorado. En verdad, ocurre un avance
espiritual decisivo cuando uno se propone seriamente buscar
un caminar más estrecho con Dios, y poner a Dios y su Reino
al frente de los propósitos propios. La naturaleza del desarrollo
espiritual de las personas será profundamente influida tanto por
su temperamento nativo y experiencia infantil como también por
la sociedad en la que han crecido. 28
Esta espiritualidad se manifiesta también en la relación que debido a nues-
tra fe en el Cristo viviente nosotros mantenemos con otras personas en el
mundo y con la naturaleza creada. Una espiritualidad cristiana auténtica
es un diálogo verdaderamente creativo y redentor entre el creyente y su
Creador, en el que el yo personal también participa activamente, al igual
que nuestros prójimos y el resto del mundo creado. El crecimiento y la
madurez en esta espiritualidad se alcanzan, cuando un diálogo compar-
tido se torna más fluido y adquiere un alcance mayor. John R. Tyson ha
afirmado con justeza que 'hay pocos atajos en el viaje de ser una persona
dominada por el pecado a transformarse en una persona empoderada
espiritualmente y semejante a Cristo; éste no es un viaje que se hace rápido
o fácilmente: Tyson agrega que este viaje es 'generalmente un peregrinaje
que se da persistente y crecientemente a medida que el creyente se entrega
a sí mismo/misma más y más a la voluntad de Dios y consecuentemente es
recreado más y más en el carácter y la semejanza de Dios: 29 La verdadera
espiritualidad cristiana, lejos de alienarnos de un mundo en necesidad,
nos envía de vuelta al mismo en un compromiso total con la misión que
nos ha sido confiada.
John R. Tyson: La espiritualidad cristiana no señala a una huida
de la vida física, o a un retiro de los desafíos de la vida en el
mundo; más bien ella describe el proceso por el cual los creyentes
procuran vivir vidas santas, mientras están en la carne y mientras
Introducción 125

confrontan los desafíos de este mundo. Es un llamado a


hacer presente el mandato de Jesús de estar 'en' pero no
ser 'de' el mundo (Juan 17.15-18), ya vivir conforme a la
amonestación paulina: 'No se amolden al mundo actual,
sino sean transformados mediante la renovación de su
mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta' (Romanos 12.2).30
Es en el marco de esta comprensión integral y misionológica de la espiri-
tualidad cristiana, que nos proponemos considerar a la oración de poder
como uno de sus elementos fundamentales. En las lecciones que siguen,
procuraremos responder a las preguntas básicas que mejor nos ayuden a
comprender la naturaleza, carácter, función y aplicabilidad de la oración
de poder, como instrumento clave para la manifestación plena del reino de
Dios en este mundo.
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La oración: ".."""""",.=c"-"",,,,.,,-

Su significado

En Jeremías 33.3, encontramos un versículo con una


promesa impactante. Dice el Señor: 'Clama a mí y te responderé, y te daré
a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.' Estas palabras han ser-
vido de poderoso incentivo a la oración para muchos creyentes a lo largo
del tiempo. La promesa que contienen nos asegura que el diálogo con Dios
es de veras diálogo, y que la relación que ese diálogo crea con él es un
camino de doble mano. Orar es hablar con Dios. Orar es comunicarnos
con él a través de un diálogo dinámico y enriquecedor
Dios habla al ser humano a través de su Palabra. El ser humano habla
a Dios por medio de la oración. Así como la respiración es vital para el
cuerpo humano, así lo es la oración a la vida espiritual del creyente. Sin
la práctica de la oración, el cristiano muere en su vida espiritual y en su
comunión con Dios.
La Biblia no ofrece una definición de oración. Cuando recorremos sus
páginas, nos damos cuenta de la realidad paradójica de que no encontra-
mos una sola frase que, de manera explícita, defina la oración. No obstante,
no hay en las Escrituras otra práctica religiosa que esté ilustrada con tanta
abundancia como la oración. De hecho, una referencia a los textos bíblicos
que están relacionados con la oración podría ocupar el resto de este libro.
Al no tener en la Biblia una definición explícita de la oración, nos queda
a nosotros tratar de elaborar una. De todos modos, como bien enseña
E. M. Bounds, uno de los grandes maestros de oración: 'La oración, como
el amor, es demasiado etérea y celestial para ser sostenida por los fríos
andamiajes de las definiciones. Pertenece al cielo, al corazón y no sólo a las
palabras y a las ideas.'l No obstante, es importante que intentemos por lo
menos elaborar un concepto de la oración. Para ello, los ejemplos bíblicos
28 Ila oración de poder

y especialmente nuestra propia experiencia pueden ayudarnos a desarro-


llar nuestra propia definición. ¿Cómo podríamos definir la oración?

Ejercicio 1. Qué es la oración.


Acontinuación, anota tu propia definición de la oración:

Quizás la definición cristiana más antigua de la oración es la que dio


Evagrius Ponticus, un monje del desie~to de Ibera en el Ponto (346-399).
Según él: 'La oración es el ascenso de la mente a Dios: El trasfondo neo-
platónico de esta declaración es claro, y restringe y falsifica el significado
de la oración. Para Agustín de Hipona (354-430), la oración 'es hablar a
Dios' (locutio ad Deum), con lo cual el énfasis cae sobre el lado humano
de la oración. Para Martín Lutero (1483-1546) la oración no era tanto una
acción como una reacción, basada sobre la Palabra de Dios precedente,
que la hace posible. La lista de definiciones o conceptos sobre la oración
a lo largo de la historia del testimonio cristiano es imposible siquiera de
resumir en este lugar.
Se han dado las más diversas definiciones cristianas de la oración.
Todas ellas encierran un valor especial y destacan aspectos importantes
de la misma. Tohn White, conocido orador y escritor cristiano, que se
desempeñó como Secretario General de la Comunidad Internacional de
Estudiantes Evangélicos en América Latina, define la oración como una
ventana. 'Las oraciones en la Biblia son algo así: dice él. 'Lo que importa
realmente es lo que se ve a través de ellas. Son algo así como ventanas a la
eternidad, por las que podemos percibir profundas cuestiones relativas a
la vida y a la muerte. No pasará mucho tiempo que usted olvidará que está
tratando con la oración, por estar totalmente impactado por lo que ve a
través de ella: 2
E. Stanley Tones, destacado misionero metodista a la India y gran escri-
tor norteamericano, en uno de sus libros devocionales más conocidos-El
camino-define a la oración en estos términos: 'La oración es cooperación
con Dios. En la oración uno coordina sus deseos, voluntad y vida con Dios.
Dios y el hombre se ponen de acuerdo sobre los deseos, propósitos y planes
de la vida y los realizan juntos. Eso es la oración. La oración no es, pues,
la oración: Su significado 129

la tentativa de hacer que Dios cumpla nuestra voluntad. Es poner nuestra


voluntad en armonía con la de Dios. Pero la voluntad no es una parte sepa-
rada del resto de nuestra vida-la voluntad es el yo en acción. De manera
que la oración pone en armonía al yo entero con el entero Yo de Dios. La
oración es, pues, afinación.'3
Uno de los autores más conocidos en cuanto a la oración-E. M.
Bounds-Ia define así: 'La oración nos da ojos para ver a Dios. Orar es
ver a Dios. La oración es conocimiento de lo externo y de lo interno; es
total vigilancia hacia fuera y total vigilancia hacia adentro. No puede haber
oración inteligente sin conocimiento de uno mismo, por lo tanto debe-
mos sentir y conocer nuestra condición interior y nuestras necesidades
personales:4
José Young, profesor durante muchos años en la Escuela Bíblica de Villa
María (Córdoba, Argentina), define la oración como un diálogo con Dios.
Dice él: 'La oración es, básicamente, una conversación con Dios. No es
una fórmula de palabras mágicas ofrecidas a cambio de algún beneficio. Se
trata de algo muy personal, de una conversación Íntima con alguien a quien
amamos y quien nos ama. Alguien que vive, que nos escucha y que per-
manece a nuestro lado. Si tenemos esto en mente quizás cuidemos mucho
más cómo oramos y qué oramos: s Helmut Thielicke, un destacado teólogo
evangélico alemán contemporáneo define también la oración como una
conversación con Dios. 'Conversación con Dios, que como oír y responder
constituye la esencia de la oración, es posible sólo en la confianza de que
él se dirige a mí:6
E. M. Bounds: La oración es el contacto de un alma viviente con
Dios. Mediante la oración Dios se indina para besar al hombre,
para bendecido, para ayudar al hombre en todo lo que Él puede
proporcionar o el hombre puede necesitar. La oración llena el
vacío del hombre con la plenitud de Dios, llenando la pobreza del
hombre con las riquezas de Dios. La oración aleja toda la debilidad
del hombre al acercar la fortaleza de Dios. La oración ahuyenta la
insignificancia del hombre con la grandeza de Dios. La oración es
el plan de Dios para suplir la continua e inmensa necesidad que
tiene el hombre, con la continua y enorme abundancia de Dios.
La oración eleva al hombre sobre lo terrenal y lo vincula con lo
celestial. Los hombres no pueden estar nunca más cerca del cielo,
más cerca de Dios, ni ser más semejantes a Dios, en comunión
más profunda y real con Jesucristo, que cuando están orando. 7
Si bien no encontramos en la Biblia una definición explícita de la oración,
sí tenemos en sus páginas maravillosas descripciones de la misma. Estas
descripciones nos permiten refinar nuestra comprensión del carácter
y significado de la oración, cuando prestamos atención a la riqueza que
contienen.
30 I La oración de poder

Ejercicio 2. La Biblia describe la oración como ...

(olocar la letra que corresponda:


A. Salmo 130.1 Clama raDíos
B. Salmo 25.1 Elevar el alma a Dios
c. Salmo 95.6 Buscar el rostro de Dios
D. Salmo 62.8 Derramar el corazón a Dios
E. Salmo 116-4 Arrodillarse delante de Dios
F. Salmo 27.8 Acercarse a Dios
G. Efesios 3.14 Presentarse delante de Dios
H. 2 (rónicas 32.20 Invocar el nombre de Dios
l. Hebreos 10.22 Doblar las rodillas ante Dios
J. Salmo 5.3 _ Levantar corazones ymanos
K.lamentaciones 3,41 Clamar al cielo
L.Job 8.5 Buscar a Dios

Además, si bien la oración no está definida en la Biblia, el poder de la


oración está demostrado en las vidas de los hijos de Dios en las páginas
del texto sagrado. Estos ejemplos y lo que en cada caso ocurrió están regis-
trados para que los imitemos. Como bien indica el apóstol Pablo: 'Todo
eso les sucedió para servir de ejemplo, y quedó escrito para advertencia
nuestra, pues a nosotros nos ha llegado el fin de los tiempos' (1 Corintios
1O.U). Es en este sentido que los textos bíblicos nos pueden servir de ayuda
al tratar de entender el significado de la oración, ya que: 'Toda la Escritura
es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y
para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente
capacitado para toda buena obra' (2 Timoteo. 3.16-17).
Cuando vamos al texto bíblico buscando estos ejemplos que nos ayuden
y animen a orar, encontramos algunos casos sumamente inspiradores. Tal
fue la experiencia de Moisés, Aarón, e incluso Samuel, según se ve reflejada
en Salmo 99.6, donde se nos refiere que 'Moisés y Aarón se contaban entre
sus sacerdotes [de Israel], y Samuel, entre los que invocaron su nombre.
Invocaron al Señor, y él les respondió: En Santiago 5.17-18 se nos recuerda
que: 'Elías era un hombre con debilidades como las nuestras: Y, sin embargo,
'con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y
medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos:
la oración: Su significado 131

Ejercicio 3. Cómo opera la oración.

Después de leer en grupo el pasaje asignado, presentar un informe al plenario


sobre cómo operó la oración en la vida del personaje bíblico en cuestión:
,. Génesis 15.1-6 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. Génesis 24.10-15 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. Génesis 32.9-12; 33.4 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

4. Daniel 2.17-23 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
5. Nehemías 1.4-11 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

6. Hechos 9.40; 28.8 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __


7. Hechos 12.5, 12-16 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Los eruditos más grandes no han podido desentrañar todos los misterios
de la oración. Tampoco los santos más piadosos han podido agotar sus
posibilidades. Sin embargo, el creyente más sencillo puede practicar la
oración eficaz, que puede mucho, y enriquecer así su vida y potenciar su
ministerio.
La Palabra de Dios es el libro de texto para la oración. Los problemas
y experiencias de la vida cotidiana son el laboratorio en el que ponemos
a prueba la oración. Debemos dedicar tiempo para estudiar la Biblia y ser
fieles en obedecer las enseñanzas del Maestro, si es que vamos a aprender
a ser poderosos para con Dios y los hombres. En Romanos 10.17, Pablo nos
recuerda que 'la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje
que se oye es la palabra de Cristo: 'Precisamente por eso: nos amonesta
Pedro, 'esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento'
(2 Pedro 1.S). y todo esto es para que como este apóstol agrega más ade-
lante, podamos crecer 'en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor
y Salvador Jesucristo' (2 Pedro 3-18).
Dietrich Bonhoeffer: El estudio de la Escritura conduce a
la oración. Ya hemos dicho que el camino más promisorio hacia
la oración es el dejarse guiar por la Palabra de la Escritura, y orar
tomando por base la Palabra de la Escritura. De este modo no
caemos en nuestro propio vaCÍo espiritual. Orar no significa otra
cosa que estar dispuesto a adueñarse de la Palabra, dentro de mi
propia situación, en mis tareas especiales, decisiones, pecados y
tentaciones. 8
32 Ila oración de poder

Es bueno querer saber más sobre la oración (Filipenses 1.9). Pero quien
debe enseñarnos sobre la oración es Jesús mismo (Lucas 11.1). Nuestro
Señor, a través de la obra de su Espíritu Santo, es quien nos enseña no sólo
a orar como conviene, sino también a hacer de la oración una herramienta
de trabajo poderosa y efectiva en el cumplimiento de la misión que tene-
mos por delante.
Además, debemos tener presente que la oración está compuesta por
siete elementos fundamentales. Toda verdadera oración, que se precie de
ser completa, debe incluir estos siete elementos básicos. Cada uno de ellos
es de gran valor y expresa la riqueza única de la oración. Estos elementos
componentes de la oración son: alabanza, adoración, confesión, petición,
intercesión, acción de gracias y meditación. En lo que sigue de este capí-
tulo, vamos a procurar analizar cada uno de estos elementos con el mayor
detalle posible y trataremos de ver de qué manera se relacionan con el
mejor cumplimiento de la misión cristiana. Este análisis nos ayudará, a su
vez, a obtener una mejor comprensión del significado de la oración.

Alabanza
Es frecuente la confusión de alabanza y adoración. En realidad, se trata de
dos fases de un mismo ejercicio espiritual, que está orientado en estable-
cer el contacto adecuado con el Señor. Cuando los discípulos le pidieron
a Jesús que les enseñara a orar, Jesús respondió diciendo: "Cuando oren,
digan: 'Padre, santificado sea tu nombre:" Es decir, la oración comienza
con una actitud de elevación del espíritu humano para sintonizarse con el
Espíritu divino, mediante la comunicación a partir de una relación perso-
nal. Este acto sinfónico tiene dos movimientos, que están estrechamente
ligados el uno al otro: la alabanza y la adoración.
En este apartado nos interesa entender el primero de ellos: la alabanza.
Como indica Jack Taylor: 'La alabanza es un factor vital e indispensable
en la vida de oración tanto pública como privada. Tenemos tendencia a
pensar que la alabanza está limitada al ejercicio público:9
La alabanza es la glorificación de Dios, especialmente mediante la exal-
tación de sus perfecciones. Esto tiene que ver con lo que él es, pero espe-
cialmente con lo que él hace. Generalmente, la alabanza se expresa a través
de la música y el canto, pero la oración de alabanza es un componente
muy importante en este proceso. Alabamos al Señor con lo que decimos
en oración. Le dirigimos a él palabras que suponemos son de su agrado. Le
ofrecemos el sacrificio de palabras buenas y hermosas para regocijo suyo.
En este sentido, la alabanza es una parte importante de todo el acto de
adoración del creyente y de la iglesia. En la liturgia evangélica más reciente,
el culto comienza con cánticos y oraciones de alabanza, que expresan la
alegría del pueblo de Dios al acercarse al templo o lugar de culto, y reunirse
en su nombre. En el presente movimiento de alabanza, que se está desa-
rrollando en América Latina, las canciones y las oraciones van juntas en el
La oración: Su significado 133

tributo de gloria a Dios. Muchas veces, las oraciones se ofrecen a través del
canto espontáneo, las canciones espirituales o el cántico celestial o angeli-
cal bajo la inspiración del Espíritu. En otros casos, frases espontáneas de
alabanza son exclamadas o gritadas por los participantes.
En la oración modelo (el Padrenuestro), Jesús nos recuerda que antes
de mirar hacia adentro es necesario mirar hacia arriba. Antes de mirar
hacia el yo, es necesario mirar hacia Dios. Ésta es la esencia de la alabanza,
como primer gesto del creyente hacia Dios, al entrar en contacto con él por
medio de la oración. Cuando miramos hacia arriba, hacia Dios, lo primero
que debemos hacer es alabarle. Y cuando lo alabamos, lo hacemos por lo
que él hace en nuestras vidas.
John White: 'No ceso de dar gracias por vosotros' (Efesios 1.16). Pablo
no está usando una fórmula diplomática, sino que está simplemente
diciendo la verdad. Él constantemente alaba a Dios por los efesios.
¿Era importante que lo hiciera? Agradecer por un hermano de la fe
es importante al menos por dos razones. En primer lugar, Dios merece
ser alabado por su creación, porque ha mostrado interés por alguien
que nunca lo hubiera merecido . ~. Aunque un solo hombre hubiera
recibido esas atenciones y esfuerzos de parte de Dios, todos nosotros
estaríamos en el deber de alabarlo y agradecerle por tan maravillosa
muestra de amor. Pero hay una segunda razón por la cual dar gracias.
No podemos agradecer a Dios y seguir siendo los mismos. Nuestra
perspectiva cambia cuando abrimos nuestras mentes hacia Dios en
oración. Nace la esperanza. 10

Ejercicio 4. ¿Qué es lo que Dios hace?


Hacer en clase una lista de todas las cosas que Dios hace yque son manifestación de su poder y
de su grandeza. Se puede anotar la lista en una pizarra •

.......•...... ,:....;.•...::,...; ...,.:.. :.;.. : .••.;.,...........; ., .......;.,;.••.,.•....• ,< ............. :.·.·:.:.·.'.ú.'.~.:.·.·...·.: ....• ' .

Ejercicio 5. Oraciones de alabanza.


Dedicar algunos minutos en clase aalabar aDios en oración por lo que él hace en nuestras vidas.
Se sugiere utilizar en estas oraciones la lista confeccionada en el Ejercicio 4 ytextos bíblicos.

Adoración
El segundo movimiento en la sinfonía del acercamiento a Dios en oración
es la adoración. Este movimiento es sumamente importante y está ligado
muy estrechamente a la oración en sí. De hecho, el vocablo castellano
341 La oración de poder

'adoración' viene del latín adorare, que a su vez es una palabra compuesta
por el prefijo ad, que significa a, hacia, y orare, que es hablar, orar. Adorare,
pues, significa 'a la oración; 'dirigirse a la oración:
La adoración es la reverencia y honor ofrecidos a un ser considerado
divino o a un poder espiritual sobrenatural. Es el acto mediante el cual se
expresa esa reverencia o devoción, que sólo se tributa a un ser estimado
como superior. La adoración involucra oración, sacrificios, rituales, ala-
banza, danza, y otras manifestaciones individuales y/o colectivas. Según el
filósofo y antropólogo jesuita Teilhard de Chardin, la adoración significa
'la entrega a algo que es más grande que uno mismo:
Jack Taylor: Estoy convencido de que hasta que la adoración
pública no venga a ser una significativa extensión de nuestra
adora~ión privada, aquélla quedará inhibida, formal e inexpresiva.
Si alguna vez logramos una congregación de cristianos que
individualmente han estado en la presencia de Dios en privado
... y han aprendido cómo responder a Dios en privado ...
tendremos entonces auténticos actos de adoración pública. 11

¿Quién es el Dios a quien oramos?


Desde una perspectiva cristiana, la adoración es el reconocimiento de Dios
en su santidad y majestad. Este ejercicio de adoración incluye el ofreci-
miento de alabanza, acción de gracias y reconocimiento a Dios como parte
central del servicio que los creyentes le rinden. La adoración cristiana
puede ser individual, pero su foco es colectivo, y se da cuando la comuni-
dad de fe se reúne para el culto. En esta reunión, música, oración, predica-
ción, la lectura de la Biblia y la participación en la comunión (la eucaristía)
son aspectos claves de la adoración cristiana.
Cuando adoramos estamos poniendo primero lo que debe ir primero,
y asumimos una actitud que eleva a un plano prioritario las cosas del cielo
antes que las de la tierra. Como nos amonesta Pablo: 'Concentren su aten-
ción en las cosas de arriba, no en las de la tierra' (Colo censes 3.2). En el
tránsito de esta actitud de adoración, comenzamos considerando quién es
él. y al hacerlo, descubrimos al menos tres cosas fundamentales.
Por un lado, descubrimos que él es supremo en majestad, poder y sabi-
duría. ¿Podemos confiar en un Dios así? ¿Puede un Dios como éste res-
ponder a nuestras oraciones y resolver nuestros problemas? Saber que él es
Señor soberano nos alienta a la oración, ya que nos garantiza que nuestras
palabras y gestos no caerán al vacío ni se perderán sin respuesta. Al orar lo
estamos haciendo a Alguien que no sólo tiene la capacidad de entender lo
que le estamos diciendo, sino también de responder a ello. Es decir, por ser
él quien es, podemos entrar en un diálogo dinámico con él.
Por otro lado, él es perfectamente santo. Él no puede tolerar el pecado
en su presencia. La Palabra nos advierte: 'Si a sus ojos no tiene brillo la
La oración: Su significado 135

luna, ni son puras las estrellas, mucho menos el hombre, simple gusano;
¡mucho menos el hombre, miserable lombriz!' (Job 25.5-6). Si nos parece
que estas palabras son un juicio duro en cuanto a la condición espiritual y
moral del ser humano, en realidad ellas apuntan a exaltar la perfección de
Dios. Esto lo comprendió bien el profeta Habacuc, cuando oró diciendo:
'Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal' (Habacuc 1.13).
Harry Emerson Fosdick: Considera el significado del hecho de
que oración y adoración son universales; que todos los pueblos
buscan 'a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle:
Se dice que una mujer africana ignorante, después de oír su
primer sermón cristiano, le comentó a su vecina. '¡Esto es!
Siempre te dije que debía haber un Dios como ése: En alguna
parte en cada ser humano está la capacidad para la adoración y
la oración, para la aprehensión de Dios y de su amor. ¿No es ésta
la cualidad distintiva del ser humano y la facultad más noble que
él/ella posee?12
Ahora, ¿quién puede tener comunión con un Dios tan santo y perfecto?
¿Cómo podemos acercarnos a un Dios así? La única manera es siendo
nosotros mismos santos en toda nuestra manera de vivir. Por eso, el após-
tol Pedro nos anima, diciendo: "Más bien, sean ustedes santos en todo lo
que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: 'Sean
santos, porque yo soy santo" (1 Pedro 1.15-16). Para ello, es necesario que
seamos quebrantados y humildes de espíritu. El profeta Isaías lo entendió
bien. "Porque lo dice el excelso y sublime, el que vive para siempre, cuyo
nombre es santo: 'Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con
el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes
y alentar el corazón de los quebrantados'" (Isaías 57.15).
Además, él es justo y misericordioso. La Biblia nos enseña que Dios es
amor y que se deleita en la misericordia. 'El Señor es clemente y compa-
sivo: declara el poeta bíblico, 'lento para la ira y grande en amor' (Salmo
103.8). Él es paciente en su amor. 'El Señor no tarda en cumplir su promesa,
según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con uste-
des, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan'
(2 Pedro 3.9). Por eso, él puede perdonar, limpiar y recibir en su comunión
a quien arrepentido confía en Cristo. Es posible entrar en contacto con él,
a pesar de su majestuosa grandeza, porque él es un Dios de amor y perdón.
Como lo enseña Juan: J\.sí manifestó Dios su amor entre nosotros: en que
envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En
esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio
por el perdón de nuestros pecados' (1 Juan. 4.9-10).
361la oración de poder

¿Cómo debemos acercarnos a un Dios santo?


Al considerar quién es él, debemos acercarnos a él con reverencia. La Pala-
bra nos ofrece el protocolo a seguir en nuestro acercamiento en comunión
con Dios, cuando dice: '~sí que nosotros, que estamos recibiendo un reino
inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adore-
mos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro 'Dios
es fuego consumidor'" (Hechos 12.28-29).
Tan grande es el poder, la majestad, la santidad, la justicia, el amor y la
misericordia de Dios, que la mente natural no puede entenderlo hasta que
es iluminada por el Espíritu Santo. Por eso, en relación con los creyentes
efesios, el apóstol Pablo pedía en oración 'que les sean iluminados los ojos
del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la
riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es
la grandeza de su poder a favor de los que creemos' (Efesios 1.18-19). De
igual modo, el apóstol les recordaba a los cristianos de Corinto: ~hora
bien, Dios nos ha revelado esto por medio de su Espíritu, pues el Espí-
ritu lo examina todo, hasta las profundidades de Dios. En efecto, ¿quién
conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está
en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu
de Dios' (1 Corintios 2.10-11). Pues bien, es ésta iluminación o revelación
del Espíritu la que necesitamos para acercarnos a un Dios santo, como es
el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, a quien oramos.
Es a la luz de esta revelación de la naturaleza de Dios que nos damos
cuenta de nuestras propias carencias espirituales y de la necesidad de per-
dón y limpieza. Ésta fue la experiencia de Isaías, cuando se vio confrontado
con la santidad de Dios cara a cara, según él nos comparte su experiencia en
Isaías 6.1-5. Pero ésta fue también la experiencia de David. En un momento
crucial de su vida, este extraordinario poeta de Israel llegó a preguntarse:
'¿Quién está consciente de sus propios errores? ¡Perdóname aquellos de los
que no estoy consciente! Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas;
no permitas que tales pecados me dominen. Así estaré libre de culpa y de
multiplicar mis pecados: Noten que es recién cuando David asume plena
conciencia de su pecado y necesidad de perdón, y cuando resuelve esta
situación, que su oración puede encontrar vía libre delante del Dios santo:
'Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor,
roca mía y redentor mío' (Salmo 19.12-14). Por eso, David había aprendido
a comenzar sus oraciones, diciendo: 'Examíname, oh Dios, y sondea mi
corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal
camino, y guíame por el camino eterno' (Salmo 139.23-24).
Cuando miramos hacia arriba, hacia Dios, no sólo lo alabamos sino que
también lo adoramos. Yal descubrir quién es él y cómo podemos acercar-
nos a un Dios tan majestuoso, lo adoramos por lo que él es.
La oración: Su significado 137

Ejercicio 6. ¿Qué es lo que Dios es?


Hacer en clase una lista de todo lo que Dios es, mencionando especialmente sus atributos.
Se puede anotar la lista en una pizarra.

Ejercicio 7. Oraciones de adoración.


Dedicar algunos minutos en la clase aadorar aDios en oración por lo que él es para nosotros.
Se sugiere utilizar en estas oraciones la lista confeccionada en el Ejercicio 6 ytextos bíblicos.

Confesión
En Santiago 5.13-18, el autor presenta a la iglesia como una comunidad de
oración. La consideración del perdón de pecados (v. 15) lleva al autor a otra
cuestión: la necesidad de la confesión mutua de los pecados y la oración
unos por otros para la restauración de la salud (v. 16). El escritor es bien
claro y específico: la confesión de pecados es mutua, se aplica a todos los
miembros de la comunidad, y no debe ser hecha sólo a los ancianos. Las
oraciones son también mutuas. El propósito de las confesiones y las ora-
ciones aquí es la sanidad, si bien es evidente que la exhortación de confesar
los pecados propios y de orar unos por otros implica algo más que la salud
física en la consideración de esta cuestión.
La confesión de los pecados 'unos a otros' presupone la confesión pre-
via a Dios. Pero la confesión pública de ciertos pecados, en el contexto del
culto comunitario, puede ser de gran valor, tanto para el penitente como
para la comunidad. Nótese que la confesión pública debe ir acompañada
de la oración intercesora. De este modo, la salud espiritual y física es resul-
tado de la confesión de pecados y la oración intercesora. En razón de esto,
antes de ponernos en oración como comunidad de fe, es necesario que
confesemos a Dios nuestros pecados y unos a otros nuestras ofensas.
Eisa Tamez: Esta práctica envuelve un proceso de autocrítica y
de purificación personal y comunitaria; requiere de la humildad
suficiente en el acto de bajar la cabeza para permitir que el
otro ore por uno; implica el valor de ser honesto y de confesar
pecados propios y colectivos, sin miedo, con la libertad del amor;
en fin, conlleva el abrirse al hermano del mismo modo como uno
se abre a Dios en la oración silenciosa. La comunidad que haga
suyo este desafío entrará en el proceso hondo de la integridad a
la cual se invita. 13
38 I La oración de poder

La Biblia toma muy en serio la realidad del pecado en la experiencia


humana y la necesidad de resolverlo, ,a fin de que la comunicación con el
Dios santo no sufra inconvenientes. Esta es la razón por la que el apóstol
Juan nos amonesta, diciendo: 'Si vivimos en la luz, así como él está en
la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesu-
cristo nos limpia de todo pecado. Si afirmamos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos
nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará
de toda maldad' (¡ Juan 1.7-9)·
El pecado nos separa de Dios
La realidad es que el pecado nos separa de Dios, y esto hace imposible la
comunicación con él. Si bien el creyente, después de aceptar a Cristo, está
salvo de toda condenación de la ley, su comunión con Dios se ve interrum-
pida cuando en su vida hay pecados no confesados y no perdonados. La
Biblia es bien clara sobre esta cuestión, cuando la palabra de Dios le dice a
personas dentro del pacto: 'La mano del Señor no es corta para salvar, ni es
sordo su oído para oír. Son las iniquidades de ustedes las que los separan
de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no
escuchar' (Isaías 59.1-2).
La presencia del pecado en la vida no deja de tener profundos efectos
espirituales y consecuencias graves para una vida de oración fecunda. Esto
es así por varias razones, según las Escrituras. Primero, el pecado contrista
al Espíritu Santo en nosotros. Pablo es contundente al advertirnos: 'No
agravien al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de
la redención. Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y
toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con
otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en
Cristo' (Efesios 4.30-32).
Segundo, el pecado impide la obra del Espíritu Santo, que se propone
formar nuestro carácter cristiano a semejanza de Cristo mismo. El Espíritu
no puede fluir en una vida que está contaminada por dentro por la escoria
del pecado. Una flauta tapada no puede emitir sonido por más que se sople
fuerte. En este sentido, el mejor consejo que podemos seguir es el que se
encuentra en Proverbios 28.13: 'Quien encubre su pecado jamás prospera;
quien lo confiesa y lo deja, halla perdón:
Tercero, el pecado estorba la respuesta divina a nuestras oraciones.
Desde lo más profundo de su experiencia personal, el salmista nos testi-
fica: 'Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría
escuchado' (Salmo 66.18). No es que el Señor no responda, sino que noso-
tros tenemos los oídos del espíritu tapados para recibir su mensaje. Esta
congestión e insensibilidad es fruto de la presencia del pecado no confe-
sado en la vida del creyente.
La oración: Su significado 139

Cuarto, el pecado nos descalifica para un servicio eficiente y aceptable


en el reino. La pregunta que el profeta Samuellevantó delante de Saúl, es la
misma pregunta que cada uno de nosotros debe plantearse como prueba
para saber si está en condiciones de elevar sus oraciones al Dios santo.
'¿Qué le agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios,
o que se obedezca lo que él dice?' No había dudas en la respuesta que el
profeta pronunció. 'El obedecer vale más que el sacrificio, y el prestar aten-
ción, más que la grasa de carneros' (1 SamuellS.22).
Quinto, el pecado destruye nuestro testimonio y quita fuerza a nues-
tra vida cristiana. Por eso, si persistimos en pecar y desobedecer, nuestro
Padre celestial nos disciplina, no para castigo, sino para corrección, a fin
de que no nos endurezcamos y rebelemos en nuestros pecados (Hebreos
12.3-12). Éste es el sentido de la disciplina divina. Él nos corrige a fin de
que podamos entrar en comunicación fluida con él, sin ningún tipo de
impedimentos o estorbos. 'Si nos examináramos a nosotros mismos, no se
nos juzgaría; pero si nos juzga el Señor, nos disciplina para que no seamos
condenados con el mundo' (1 Corintios 11.31-32).
Dietrich Bonhoeffer: El pecado anhela estar a solas con el
hombre. Lo sustrae de la comunidad. Cuanto más solo está
el hombre, tanto más devastador se hace el poder que el
pecado ejerce sobre él; tanto más honda su opresión, tanto
más desesperada la soledad. El pecado quiere mantenerse en
el anonimato. Rehuye la luz. En la oscuridad de lo que no se
pronuncia envenena todo el ser del hombre. 14
Mientras estemos en la carne sufriremos la tendencia y la posibilidad de
pecar. Pero junto con la tentación Dios da la salida. Como señala Pablo:
'Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género
humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más
allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les
dará también una salida a fin de que puedan resistir' (1 Corintios 10.13).
El apóstol Pedro ve en esto una manifestación del amor del Señor. 'Todo
esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como
Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio'
(2 Pedro 2.9). Por eso, si caemos no debemos desalentarnos. Con arrepen-
timiento y confesión sincera, en humildad, podemos volvernos a Dios y
renovar nuestra obediencia y confianza.
El perdón de pecados nos acerca a Dios
Dios puede y quiere perdonar nuestros pecados, a fin de que podamos
tener una comunión estrecha con él. Y para ello, él ya ha hecho todo lo
necesario a través de Cristo, quien nos reconcilia con él. Pero, es opor-
tuno que nos planteemos dos preguntas. Por un lado, es necesario que nos
40 I La oración de poder

preguntemos qué debemos hacer nosotros. Al tratar de responder a este


interrogante, hay tres cosas que es necesa.rio apuntar.
Primero, debemos pedirle al Espírit:u Santo que examine nuestros
corazones y nos revele nuestros pecados, para que podamos confesarlos al
Padre celestial. Una y otra vez, la Biblia nos señala este camino del examen
de nuestras vidas y la confesión de nue~tros pecados. En Romanos 8.27,
Pablo dice: 'Dios, que examina nuestros corazones, sabe cuál es la inten-
ción del Espíritu, porque el Espíritu intetcede por los creyentes conforme
a la voluntad de Dios: Es, precisamente, el Espíritu quien 'lo examina todo,
hasta las profundidades de Dios' (1 Corintios 2.10). Necesitamos comenzar
con esta radiografía espiritual, que sólo el Espíritu de Dios puede llevar a
cabo en nuestras vidas, a fin de exponer nuestros pecados, de modo que
sean confesados y perdonados (Salmo 13lP3-24).
Segundo, debemos pedirle al Hijo q"e limpie nuestras vidas de todo
pecadoydetoda maldad (1 Juan 1.7-9). y cuando decimos de todo pecado
y de toda maldad, debemos darle a la expresión su sentido más literal. Esto
ü1Clure las pecsdas de camisKn"l, es aech; aquellos que tienen que ver con
el mal que hacemos. Los pecados de ornisión son los que están ligados
al bien que dejamos de hacer. Los pecados inherentes son más difíciles
de detectar, pues están relacionados con lo que somos y lo que hacemos.
Los pecados de pensamiento, palabra y ~cción son aquellos que se mani-
fiestan a través de estos medios y calan I>rofundamente en nuestra vida y
conducta.
Tercero, debemos pedirle al Padre que perdone nuestros pecados.
Confiando en su amor inagotable, debenlOs pedirle que se olvide de ellos.
Su promesa, en este sentido, es maravill()sa: 'Yo les perdonaré sus iniqui-
dades, y nunca más me acordaré de sus pecados' (Hebreos 8.12). Debemos
también pedirle que los expurgue en Cnsto. Como nos alienta el apóstol
Juan: 'Si alguno peca, tenemos ante el P~dre a un intercesor, a Jesucristo,
el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por
los nuestros sino por los de todo el mundo' (1 Juan 2.1-2). Y, además, debe-
mos pedirle que los aleje de nosotros. Ésta fue la experiencia del salmista,
según su testimonio, que nos recuerda ql.\e el Padre 'no nos trata conforme
a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades: Y agrega: 'Tan
grande es su amor por los que le temen C()mo alto es el cielo sobre la tierra.
Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente
está el occidente' (Salmo 103.10-12).
Por otro lado, el segundo interrogaIlte que tenemos por delante es,
¿qué es lo que Dios hace? Lo primero qUe él hace, es que él perdona. Toda
la historia del pueblo de Israel es testimonio elocuente de esta gran ver-
dad. 'Nuestros delitos nos abruman: declara el escritor bíblico, 'pero tú los
perdonaste' (Salmo 65.3). Éste es el men.saje esperanzador que proclama
el evangelio de Jesucristo. Es el mismo mensaje que Pablo les predicó a
los de Antioquía de Pisidia, cuando les dijo: 'Por tanto, hermanos, sepan
La oración: Su significado 141

que por medio de Jesús se les anuncia a ustedes el perdón de los pecados'
(Hechos 13-38).
Lo segundo que él hace es que Dios borra y olvida. Esto es realmente
maravilloso. Dios mismo declara: 'Yo soy el que por amor a mí mismo
borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados' (Isaías 43.25).
La Biblia también nos dice que Dios perdona y olvida. No es de extrañar
que ante esta realidad el profeta se pregunte anonadado: '¿Qué Dios hay
como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente
de su pueblo? No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar'
(Miqueas 7.18).
Y, finalmente, Dios remite los pecados, es decir, los cubre con su amor y
los perdona definitivamente. Jesús expresó esta verdad de forma bien dra-
mática al presentar la copa de vino que representa su vida entregada para
la expiación de nuestros pecados: 'Beban de ella todos ustedes. Esto es mi
sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados'
(Mateo 26.28). Sí, podemos acercarnos confiadamente a él en oración para
confesar nuestros pecados, sabiendo que si lo hacemos con fe y humildad,
él va a perdonarnos y abrir el camino a la comunión más profunda con él.

Ejercicio 8. La confesión y el perdón.


'Vengan, pongamos las cosas en claro-dice el Señor-o
¿Son sus pecados como escarlata? iQuedarán blancos como la nieve!
¿Son rojos como la púrpura? iQuedarán como la lana!' Isaías 1.18
1. leer elpasaje en oración silenciosa, pidiendo al Espíritu Santo que examine y muestre
los pecados personales.
2. Escribir en una hoja de papel los pecados personales.
3. Confesar en oración cada pecado, repudiándolo y tachando en la hoja cada uno de ellos
amedida que se los vaya confesando.
4. Tomar la hoja de papel y hacer un bollo con ella. Arrojar el bollo al piso y prenderle fuego.

5. Alabar al Señor en oración con gratitud por su perdón.

Hope MacDonald: Suceden tres cosas maravillosas cuando


confesamos nuestros pecados. En primer lugar, Jesús perdona
nuestros pecados ... En segundo lugar, cuando confesamos
nuestros pecados, Jesús nos consuela y nos da seguridad de
su gran amor ... En tercer lugar, cuando confesamos nuestros
pecados, Jesús nos alienta con sus palabras ... Él es el único
que puede transformar el perdón en un hermoso recuerdo. 15
421 La oración de poder

La confesión como confesión de vida


Dado que, como señalara Karl Barth, 'confesión quiere decir: confesión
de vida: es necesario hacer dos aclaraciones sobre la misma. Por un lado,
es necesario aclarar que la confesión no se hace a un religioso. La práctica
de la confesión auricular está tan internalizada en la concepción y prác-
tica religiosa hispanoamericana, que esta aclaración es válida. La Iglesia
Católica Romana ha fundamentado en Santiago 5.16 la práctica de la con-
fesión auricular, por la cual los creyentes deben confesar sus pecados a un
sacerdote para recibir la absolución después de hacer penitencia. El uso del
texto de esta manera es inadecuado, ya que se refiere a la confesión entre
creyentes en general. Juan Calvino decía que 'lo que se demanda aquí es la
confesión recíproca:
En América Latina no son pocos los que creen que la confesión auri-
cular es la esponja dominical que limpia todos los pecados de la semana.
Muchos creyentes evangélicos de origen católico romano tienen todavía el
vicio de pensar que la asistencia al culto dominical, la participación en la
Cena del Señor, la cantidad de dinero que ofrendan, o una conversación
con el pastor son gestos suficientes para purgar sus pecados. Lo que necesi-
tamos para tener abierto el canal de comunicación con el Señor no es más
religión sino más confesión.
Por otro lado, es necesario aclarar que la confesión debe hacerse pri-
mero al Señor. Al fin y al cabo, es a él a quien ofendemos con nuestro
pecado. La confesión es el reconocimiento, delante del Dios santo, de que
le hemos ofendido con nuestras rebeliones. El que confiesa sus pecados al
Señor reconoce un estado de cosas sin tratar de encubrirlo o siquiera de
discutirlo. Dios manifiesta su fidelidad y justicia para con aquel que reco-
noce y confiesa su culpa, perdonándole sus pecados. La confesión de peca-
dos es señal de arrepentimiento y signo de la nueva vida en la fe. De manera
que la confesión pública de los pecados no es otra cosa que un testimonio
de que uno ha sido liberado de ellos (Marcos 1.5) y de que ha abandonado
aquellas prácticas con las que ha ofendido al Señor (Hechos 19.18).
Dietrich Bonhoeffer: En la confesión ... la luz del Evangelio
irrumpe en las tinieblas y en el hermetismo del corazón.
El pecado debe ser sacado a la luz. Lo no pronunciado se
pronunciará y confesará abiertamente. Todo lo secreto, lo oculto
se descubre ahora. Es una lucha dura hasta que el pecado pase
por sus labios. Pero Dios quebranta puertas de bronce y cerrojos
de hierro (Salmo 107.16) ... El pecador se entrega; abandona todo
lo que hay en él de malo; da su corazón a Dios, y encuentra el
perdón de todo su pecado ... El pecado pronunciado, declarado,
ha perdido todo su poder. Se ha manifestado como pecado y
como tal ha sido juzgado ... Él ya no está solo con lo malo que
La oración: Su significado 143

hay en él, porque se ha 'despojado' del mismo en la confesión; lo


ha entregado a Dios ... Ahora puede ser pecador y sin embargo
gozar de la gracia divina. 16

Petición
Hay ciertas palabras de Jesús que suenan a nuestros oídos como promesas
increíbles. En Mateo 7.11, con una lógica irrefutable, Jesús afirma: 'Pues si
ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más
su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!' Si vamos
a tomar en serio las palabras de Jesús, entonces debemos pedir. Pero para
pedir de esta manera primero es necesario confiar. El poder y la majes-
tad de Dios, su sabiduría y santidad, no sólo deben inspirar reverencia y
humildad en el corazón del creyente, sino también confianza. Y ésta es la
confianza que nos habilita para la petición en la oración.
Como si las palabras de Jesús no fuesen suficiente garantía para entrar a
la presencia del Señor con nuestras peticiones, el apóstol Pablo nos anima
con estas palabras: 'No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión,
con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias'
(Filipenses 4.6).
Kenneth Copeland: No entre usted a la oración de petición y
súplica sin saber lo que usted quiere decir y como usted quiere
decirlo. Entre al salón del trono con su petición delineada
de acuerdo a la Palabra de Dios. Hágase usted las siguientes
preguntas: ¿Qué ocurrió en el Calvario? ¿Cómo altera el sacrificio
sustitutivo de Jesús este problema por el cual estoy pasando?
y luego, averigüe usted lo que Dios ya ha hecho respecto a su
situación. Si necesita sanidad, busque esas Escrituras que se
refieren a la sanidad. Presente su petición. No importa cuál es su
situación. Dios ha provisto una respuesta para eso en Su Palabra.
La cruz pagó el precio por su liberación. 17
El creyente ya no es más un extranjero y extraño, sino un conciudadano de
los santos y pertenece a la familia de Dios. Por haber nacido de nuevo a la
familia de Dios, es un hijo o hija de Dios, y, en consecuencia, un heredero
suyo. La Palabra afirma que 'a cuantos lo recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la san-
gre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de
Dios' (Juan. 1.12-13). ¡Somos nada menos que hijos de Dios! (1 Juan. 3.2).
Él nos predestinó a ello por medio de Jesucristo, aún antes de la creación
del mundo (Efesios 1.4-5). Y el Espíritu de su Hijo es el que ahora hace que
podamos llamarlo Padre en nuestros corazones (Gálatas 4.6-7).
Como hijo o hija de Dios, el creyente tiene acceso a través de Cristo a la
esfera de la gracia soberana de Dios, para encontrar allí ayuda en tiempos
441la oración de poder

de necesidad. 'Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia


para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento
que más la necesitemos' (Hebreos 4.16). Es este tipo de relación particular
entre el creyente y su Padre celestial la base sobre la que descansa la ora-
ción, y especialmente la petición.
No importa cuán grande pueda ser un soberano, si en su pecho palpita
un corazón de padre, se preocupará por todo lo que tiene que ver con
el bienestar y felicidad del más pequeño de sus hijos. Así es el Soberano
celestial, nuestro Padre. El salmista declara: 'Tan compasivo es el Señor
con los que le temen como lo es un padre con sus hijos' (Salmo 103.13).
No hay nada tan pequeño o insignificante que no podamos llevarlo a él
en oración. Él atiende cada detalle, por pequeño que sea. De manera muy
clara, Jesús nos enseña: ''Así que no se preocupen diciendo: '¿Qué comere-
mos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos vestiremos?' Porque los paga-
nos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las
necesitan" (Mateo 6.31-32). Él lleva cuenta de lo más mínimo en nosotros.
Como lo indicara Jesús: 'Él les tiene contados a ustedes aun los cabellos
de la cabeza (Mateo 10.30). No hay nada tan grande o significativo que
su poder no pueda controlar o que escape a su soberanía. Con él, todo es
posible, aun aquellas cosas que a los seres humanos le parecen imposibles
(Mateo 19.26).
El Señor mismo nos anima a acercarnos a él con nuestra petición, con
toda confianza. La Palabra nos estimula, diciendo: 'Acerquémonos, pues,
a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interior-
mente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con
agua pura (Hebreos 10.22). Él nos dice 'Vengan a mí todos ustedes que
están cansados y agobiados' (Mateo 11.28). Y él también nos da confianza
al prometernos: 'Todos lo que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí
viene, no lo rechazo' (Juan 6.37). Él promete actuar, hacer algo por noso-
tros, si se lo pedimos. 'Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo
la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre,
yo lo haré' (Juan 14.13-14). Y nosotros podemos confiar en que él está de
nuestro lado y va a hacer exactamente aquello que le pedimos que haga.
En definitiva, cuando pedimos algo en oración no lo estamos haciendo
a un dios impotente, a las fuerzas de la naturaleza, o a un dios descono-
cido. Estamos orando 'al Dios Altísimo, al Dios que me brinda su apoyo'
(Salmo 57.2).
R. A. Torrey: 'De Dios es la fortaleza: pero todo lo que pertenece
a Dios puede ser nuestro por la petición. Dios extiende sus
manos llenas abundantemente y nos dice: 'Pedid, y os será
dado .. .' La pobreza y falta de poder de muchos cristianos halla
su explicación en las palabras de Santiago: 'No tenéis lo que
deseáis porque no pedís' (4.2). Muchos cristianos se preguntan:
la oración: Su significado 145

'¿Por qué prospero tan poco en la vida cristiana?' Y Dios


responde: 'Porque negliges (sic.) la oración. No tienes porque no
pides' ... Dios ha provisto a fin de que la vida y la obra de cada
uno de sus hijos sean obra y vida de poder. Él ha puesto su poder
infinito a nuestra disposición y ha proclamado una y otra vez, en
gran variedad de maneras en su Palabra: 'Pedid y recibiréis: 18
Nos acercamos a Dios como los hijos se acercan a un padre bueno y amo-
roso (Lucas 11.13). Respondemos al Padre celestial conforme a su invita-
ción e iniciativa. En realidad, nuestra oración de petición es respuesta a su
pedido urgente y a su mandato expreso: 'Pidan, y se les dará; busquen, y
encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que
busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de ustedes, si su hijo le
pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente?'
(Mateo 7.7-10). Nos acercamos apelando a la sangre de Cristo y su justicia.
Nos acercamos con sincero arrepentimiento y confesión total de nuestros
pecados. Nos acercamos con voluntades rendidas, corazones confiados y
vidas obedientes.
¿Por qué es posible tener esta certeza de que lo que pedimos será lo
que recibiremos? Porque respondemos a un Padre que, si confiamos en
él, no deja de respondernos. Pero es necesario que la respuesta de Dios no
choque con nuestra incredulidad, sino que encuentre acceso inmediato a
través del canal de nuestra fe. Jesús recriminó a sus discípulos, diciéndoles:
'Ustedes tienen tan poca fe.' Y los animó con estas palabras: "Les aseguro
que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle
a esta montaña: 'Trasládate de aquí para alla, y se trasladará. Para ustedes
nada será imposible" (Mateo 17.20-21).
Además, Dios responde según sus riquezas en gloria. Según Pablo, él
puede· proveer de todo lo que necesitamos 'conforme a las gloriosas rique-
zas que tiene en Cristo Jesús' (Filipenses 4.19). Y esto lo hace también según
sus grandes y preciosas promesas, que por cierto son muchas. La verifica-
ción de esto en nuestra experiencia personal hace posible que exclamemos
como Salomón en ocasión de la dedicación del templo: 'iBendito sea el
Señor, que conforme a sus promesas ha dado descanso a su pueblo Israel!
No ha dejado de cumplir ni una sola de las gratas promesas que hizo por
medio de su siervo Moisés' (1 Reyes 8.56). O podamos compartir con el
apóstol Pablo su certidumbre que "todas las promesas que ha hecho Dios
son 'sí' en Cristo" (2 Corintios 1.20).
Las montañas de las dificultades son removidas cuando cumplimos las
condiciones de confianza y obediencia, y traemos nuestras peticiones a él
en oración. Él no deja de responder a nuestras peticiones cuando las ele-
varnos con fe. Como le dijo Jesús a la mujer cananea que pedía por su hija
endemoniada: '¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que quieres'
(Mateo 15.28).
46 I La oración de poder

Ejercicio 9. Dios oye nuestra oración.


Con la ayuda de una concordancia bíblica, encontrar versículos bíblicos que afirmen que Dios oye
nuestra oración y la toma en cuenta:
Nuestras lágrimas: ______________________
Nuestros gemidos: __________- - - -________
Nuestro clamor: _________~-___________
Nuestra queja: ___________- ___________
Nuestra causa: ___________- - - - -________
Nuestra necesidad: __________- ___________

Intercesión
La Palabra de Dios nos califica con rangos asombrosos. En 1 Pedro 2.9,
leemos: 'Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel
que los llamó de las tinieblas a su luz admirable: La fuerza mediadora de
nuestra posición es notable. La posibilidad de ser verdaderos pontífices
(constructores de puentes) entre Dios y las personas nos maravilla. Sin
embargo, esto es lo que e! Señor espera que hagamos en su nombre: que
seamos canales adecuados de su gracia y amor.
No es suficiente que tengamos la fe necesaria para asegurarnos bendi-
ciones para nosotros mismos a través de la oración. Esto debe ser tan sólo
el medio para equiparnos mejor para orar por otros. Con el privilegio de
acercarnos a Dios con nuestras propias peticiones está ligado inseparable-
mente e! deber de orar por otros. La oración de Job por sí mismo no fue
respondida hasta que él oró también por sus amigos. Fue 'después de haber
orado Job por sus amigos, [que] el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le
dio dos veces más de lo que antes teníá (Job 42.10).
Creyentes-sacerdotes
Ésta es la manera en que podemos trabajar junto con Cristo, nuestro gran
Sumo Sacerdote. Como tal, él es el mediador e intercesor por excelen-
cia. Él 'vive siempre para interceder' por nosotros (Hebreos 7.25). De allí
que, al haber sido salvos por medio de él, nosotros compartimos con él
su ministerio de intercesión. Todo hijo o hija de Dios, nacido de nuevo,
pertenece a este sacerdocio menor, e! sacerdocio universal de todos los
creyentes. La intercesión es parte de la herencia y el derecho real de todo
creyente, incluso si es ignorante de este privilegio o se muestra indolente o
La oración: Su significado 147

indiferente hacia sus responsabilidades. La única opción del creyente está


en ser fiel o no a este llamamiento supremo de Dios de ser sacerdote de él
para con los demás.
Pablo A. Deiros: [La intercesión] es ese aspecto de la oración de
petición en el que los creyentes hacen súplicas específicas a Dios
a favor de ellos mismos, y especialmente otras personas o grupos.
Generalmente, el vocablo se refiere a la oración ofrecida en
beneficio de otros por parte de un creyente. En el Antiguo
Testamento hay varios ejemplos (Éxodo 32.11-13). En el Nuevo
Testamento se registra con frecuencia la oración de intercesión
de Jesús (Mateo 19.13; Juan 17.9-26; Lucas 22.32), que también
la prescribió (Mateo 5-44; 6.7-13). La práctica era familiar en la
iglesia primitiva (Hechos 12.5) y es prominente en los escritos
de Pablo (Romanos 15.30; 1 Timoteo 1.1-2), que la fundamenta
en la doctrina del cuerpo de Cristo. La palabra se aplica también a
la obra de Cristo, después de su ascensión, por la que él intercede
delante de Dios a favor de la humanidad como su representante
(Romanos 8.34; Hebreos 7-25). Lo mismo se afirma del Espíritu
Santo (Romanos 8.26). En años recientes se ha desarrollado un
creciente movimiento de intercesión en América Latina. 19
Es necesario que el creyente-sacerdote se consagre totalmente a esta tarea
sacerdotal, así como Cristo se ofreció a sí mismo totalmente por noso-
tros (Romanos 6.13 con Hebreos 9.14). Para ello, es necesario acercarse con
confesión de pecados. Como indica el salmista: 'Si en mi corazón hubiera
yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado; pero Dios sí me ha
escuchado, ha atendido a la voz de mi plegaria. ¡Bendito sea Dios, que no
rechazó mi plegaria ni me negó su amor!' (Salmo 66.18-20). Para ello tam-
bién es necesario recibir limpieza renovada en la carne y en el espíritu, por
la sangre de Jesús. Pablo nos anima, diciendo: 'Como tenemos estas pro-
mesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el
cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra
santificación' (2 Corintios 7.1). No hay otra manera en que nuestro servicio
de intercesión pueda ser efectivo. 'Si alguien se mantiene limpio, llegará
a ser un vaso noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda
obra buena' (2 Timoteo 2.21). Pero, además, para ello es necesario traer
ofrenda de alabanza y acción de gracias al altar. Como recomienda Pablo:
'ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias
por todos, [porque] ... esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador'
(1 Timoteo 2.1, 3).

Sacerdotes santificados
Habiéndonos rendido para ser limpiados y acondicionados para el servicio,
el Espíritu Santo es habilitado para interceder por nosotros y a través de
48 I La oración de poder

nosotros, según la voluntad de Dios. Entonces, y sólo entonces, podremos


acercarnos al trono de la misericordia de Dios confesando los pecados de
la persona por la que estamos orando. Pc>dremos hacerlo porque ya hemos
confesado nuestros propios pecados. Entonces, y sólo entonces, podremos
acercarnos al trono del poder de Dios pidiendo por las necesidades de la
persona por la que estamos orando. Podremos hacerlo porque ya estamos
llenos del poder de Dios por el Espíritu Santo. No podemos pedir para
otros y por otros lo que todavía no es realidad en nosotros mismos.
Una vida de oración intercesora por otros significa haber alcanzado el
más alto desarrollo espiritual, es decir, madurez en la vida del creyente. La
intercesión es la experiencia espiritual más rica para el creyente. Su comu-
nión más dulce con el Maestro resulta de su disposición de orar por otros.
y su contribución más grande a la humctnidad es ministrar a los demás en
oración. Dios no está renuente a oír los ruegos del intercesor. Por el contra-
rio, él está atento al clamor de sus hijos, cuando éstos interceden por otros.
La Biblia afirma que 'el Señor recorre CC>n su mirada toda la tierra, y está
listo para ayudar a quienes le son fieles' (2 Crónicas 16.9). Jesús se compro-
mete, diciendo: 'Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré' (Juan 14.14).
Entonces, no seamos rebeldes en cumplir con este ministerio, que es
parte de nuestro compromiso sacerdotal para con el Señor y para con nues-
tros prójimos. Si no cumplimos nuestro deber sacerdotal como interceso-
res, estaremos pecando, porque la intercesión es una obra buena. Santiago
4.17 dice que 'comete pecado todo el qUe sabe hacer el bien y no lo hace:
Nuestro sentir como sacerdotes santific:ados debe ser el de Samuel para
con su pueblo, quien a pesar de los pecados de ellos, los animaba diciendo:
'Por amor a su gran nombre, el Señor no rechazará a su pueblo; de hecho él
se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo: Y agregaba: 'En cuanto
a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes'
(1 SamuelI2.22-23).
Si no cumplimos nuestro deber sact!rdotal como intercesores, estare-
mos desobedeciendo, porque la intercesión es un imperativo tanto humano
como divino. Es un imperativo humano, porque expresa nuestro compro-
miso filial. Como les decía Pablo a los creyentes de Tesalónica: 'Hermanos,
oren también por nosotros' (1 Tesalonicenses 5.25). Pero la intercesión es
básicamente un imperativo divino, tal Como lo enseña Santiago: 'Por eso,
confiésense unoS a otros sus pecados, y C>ren unos por otros, para que sean
sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz' (Santiago 5.16).
Pablo A. Deiros: Frente a la adversidad, la opresión o los desafíos
de cualquier tipo, la iglesia cuenta con el poder inagotable que
le da la oración. Bajo el reinado tiránico de Herodes Agripa I,
nieto de Herodes el Grande, los cristianos se vieron sometidos
a fuertes presiones. La primera víctima de Herodes fue Jacobo
(o Santiago), el hijo de Zebedeo, a quien mandó ejecutar.
la oración: Su significado 149

La segunda víctima prominente de esta persecución fue Pedro;


sin embargo, Dios tenía otros planes para el apóstol. Mientras
éste tranquilamente aguardaba su sentencia, 'la iglesia hacía sin
cesar oración a Dios por él' (Hechos 12.5). Aquellos cristianos
no sabían qué estaba ocurriendo con Pedro, pero sí creían que,
como más tarde diría uno de ellos, 'la oración del justo puede
mucho: Por otro lado, mientras ellos oraban durante lo que, en la
intención de Herodes, iba a ser la última noche de Pedro, sin que
ellos lo supieran, sus oraciones estaban recibiendo respuesta. lO

Ejercicio 10. Sopa de pasajes bíblicos:


1. Dividir a los alumnos en grupos pequeños (no más de seis).

2. Distribuir tarjetitas con unos doce pasajes bíblicos de los citados en esta sección u otros
relacionados con el ministerio sacerdotal de intercesión.
3. Cada grupo deberá escoger seis pasajes que ilustren el deseo de Dios de contar con los
creyentes como sus sacerdotes intercesores en el mundo.
4. El grupo que termine primero, gana.

Acción de gracias
En 1 Tesalonicenses 5.18, Pablo nos amonesta, diciendo: 'Den gracias a
Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo
Jesús: Muchas veces nos preguntamos acerca de cuál es la voluntad de
Dios. Pues, bien, en estas palabras el apóstol nos declara con certidumbre
cuál es la voluntad divina: el Señor quiere que seamos agradecidos, que
demos gracias bajo toda circunstancia y por todo.
John C. Maxwell: Muchos cristianos mezclan la alabanza con la
acción de gracias sin darse cuenta de que hay una diferencia entre
ambas. La alabanza reconoce a Dios por lo que es. La acción de
gracias le reconoce por lo que ha hecho. Tanto la alabanza como
la acción de gracias son ingredientes necesarios de nuestras
relaciones con Dios. Por regla general es mejor comenzar con la
alabanza, porque aun en tiempos difíciles, cuando realmente no
sentimos el deseo de dar gracias a Dios, siempre podemos alabarle
por 10 que es ... Una vez que hayamos comenzado, no pasará
mucho tiempo antes de que nuestra alabanza se torne en acción
de gracias por lo que ha hecho. 21
50 I La oración de poder

Un deber cristiano
La acción de gracias a Dios es un deber cristiano. Por esta razón, no debe-
mos esperar a que ocurra algo especial para agradecer a Dios por sus ben-
diciones. Cada día y en todo momento, debemos tener presente la amorosa
provisión de Dios para nosotros a lo largo de toda nuestra vida. Debemos
ser agradecidos a Dios por todo lo material, espiritual, relacional, emocio-
nal e intelectual en la vida, es decir, por todas las situaciones y experiencias
que vivimos en todas las "esferas de nuestras vidas. No debení"os aa'r por
sentadas estas cosas, sino que, por el contrario, debemos acostumbrarnos
a ver en ellas la generosa mano de Dios.
No esperemos a perder las cosas maravillosas que Dios nos ha dado,
para entonces darnos cuenta de su valor y ser agr-adecidos al Señor. Hare-
mos bien en prestar atención a ese refrán popular, que dice: 'Las bendicio-
nes se reciben por la oración y se conservan con la acción de gracias: El
ejemplo de Jesús y los apóstoles debe inspirarnos a ser agradecidos. Jesús
mismo era capaz de dar gracias por las cosas más vulgares, cotidianas y
esenciales, como la comida (Juan 6.11), o por aquellas otras que son tras-
cendentes, eternas y de valor incalculable. Lleno de alegría en ocasión del
regreso del ministerio de los setenta y dos, Jesús exclamó: 'Te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los
sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre,
porque esa fue tu buena voluntad' (Lucas 10.21). Los apóstoles aprendieron
de él a ser agradecidos. Aun un apóstol tardío, como Pablo, podía decir
con integridad: 'Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el
Padre de nuestro Señor Jesucristo' (Colosenses 1.3).
Por eso, junto con nuestros ruegos a Dios, traigamos también nuestro
reconocimiento agradecido por los beneficios ya recibidos, y por aquellos
que por fe esperamos recibir.
John White: Comience su oración con acción de gracias.
Agradezca a Dios que haya descendido del cielo para salvar
a aquella persona por la cual está orando. Agradézcale por
cualquier evidencia, presente o pasada, de su obra. Agradézcale
por los inmutables propósitos que tiene para con la persona
por la que ora. Sólo cuando lo haya hecho, comenzará a ver
las circunstancias desde la perspectiva adecuada. II

El motivo por excelencia


Sobre todo, demos gracias a Dios por su don inefable: Cristo. Pablo nos
amonesta a no dejar de agradecer a Dios por su maravilloso regalo de gra-
cia en Cristo, ese regalo que no hay palabras suficientes para describirlo.
'¡Gracias a Dios por su don inefable!' (2 Corintios 9.15). Es gracias a él que
podemos mantenernos optimistas, a pesar de las circunstancias. Y es así
La oración: Su significado I 51

porque en él goza~os de una nueva posición. Por eso, le damos gracias con
alegría al Padre: 'Ellos ha facultado para participar de la herencia de los
santos en el reino de la luz. Él nos libró del dominio de la oscuridad y nos
trasladó al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención, el per-
dón de pecados' (Colosenses 1.12-14). Pero, además, en él todas las cosas
operan para nuestro bien. Como dice Pablo: 'Dios dispone las cosas para el
bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su pro-
pósito' (Romanos 8.28). Y, finalmente, nos tnantenemos optimistas porque
en él está asegurado nuestro triunfo presente y la victoria final. 'Gracias
a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de noso-
tros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento' (2 Corin-
tios 2.14). Y no sólo esto, sino que podeIhos exclamar junto al apóstol:
'¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesu-
cristo!' (1 Corintios 15.57).
Es gracias a Cristo que podemos tener seguridad y paz, aun en medio de
las pruebas. Por eso, Pablo puede tranquilizarnos, diciendo: 'No se inquie-
ten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten
sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús'
(Filipenses 4.6-7). Cuando tomamos este consejo seriamente, descubri-
mos que el consuelo de Cristo es abundante (Salmo 71.21; Isaías 66.11).
Descubrimos también que su consuelo es fuerte (Hebreos 6.18). Descu-
brimos que su consuelo es eterno (2 Tesalonicenses 2.16), y es motivo de
alabanza (Isaías 12.1; 49.13). Y, finalmente, descubrimos que su consuelo es
prometido (Isaías 51.3, 12; 66.13).
La acción de gracias a Dios no es patrimonio exclusivo de los cristianos
con una experiencia personal con Jesucrist<:>. Muchas personas han llegado
a entender que la gratitud a Dios es importante, porque Dios hace llover
sobre justos e injustos (Mateo 5.45). José María Salaverría expresaba esto
así: 'Levantarse con el alba y agradecer con todas las fuerzas de la mente,
la gracia de poder vivir un nuevo día .. .' Juan de la Bruyére, por su lado,
admitía: 'No hay en el mundo exceso más bello que el de la gratitud:
Si mi dedo puede captar melodías
con sólo que pulse una ruedecita
en la radio humilde de la mesa rnía ...
Si las blandas notas de los violines
por sobre las ondas van a los confines
. de las tierras todas en cantos sublimes ...
Si los dulces cantos de unos labios pueden
volar en lo alto y jamás se pierd~n
¿pensaré, que, si oro mi oración no llegue
al trono de oro de un Dios que rne quiere?
52 ¡la oración de poder

Ejercicio n. Según la Palabra de Dios, el cristiano debe dar gracias ...


Colocar la letra que corresponda:
A. Por la comida. _ Colosenses 1.12
B. Por la herencia de que participamos. _ Mateo 26.27
C. Por la cercanía de Dios. _ Salmo 136.1-3
D. Por la bebida. Romanos 1.8
E. Por recordar a otros creyentes. _ Daniel 2.23
F. Por la recepción de la Palabra. _ 1 Corintios 1-4
G. Por el don de Cristo. 1 Timoteo 1.12

H. Por la victoria contra la muerte. _ Apocalipsis 11.17


l. Por la sabiduría yel poder. _ 2 Corintios 9.15

J. Por el crecimiento de otros en la fe. _ Romanos 7.23-25


K. Por la bondad ymisericordia de Dios. 1 Timoteo 2.1

L. Por el poder yreinado de Cristo. _ 1 Corintios 15.57


M. Por la libertad del pecado en Cristo. _Salmo 75.1
N. Por el triunfo de Cristo Jesús. _ 2 Corintios 2.14

O. Por la obediencia de otros a la fe. _ Filipenses 1.3


P. Por el testimonio de fe de otros. _ Efesios 5.20
Q. Por la gracia otorgada a los demás. _ Romanos 6.17
R. Por el llamado al ministerio. _ 1Tesalonicenses 2.13

S. Por todas las personas. _ 1 Tesalonicenses 1.3

T. Por todas las cosas. _Juan 6.11

Meditación
He dejado para el final este elemento de la oración de poder, no porque
sea el menos importante, pero sí porque en medios evangélicos no es sufi-
cientemente tenido en cuenta. En realidad, la mayor parte de los libros de
autores evangélicos que tratan de la oración no consideran a la meditación
o a Ja contemplación como parte integral de la oración. Quizás sea así por-
que carecemos de una tradición mística o porque formamos parte de una
La oración: Su significado I 53

cultura que no puede callarse la boca y ha hecho de la palabra un fin en


sí mismo. Sea como fuere, nos cuesta mucho guardar silencio delante del
Señor y nos parece que hacerlo es otra cosa que orar. Sin embargo, el silen-
cio puede ser la más elocuente de las oraciones, además de darnos la opor-
tunidad de escuchar a Dios en lo que él quiere decirnos. Y si la oración es
un diálogo con el Señor, entonces no debemos ocupar todo el tiempo con
nuestro discurso, haciendo de la oración un monólogo sin sentido.
Dietrich Bonhoeffer: La recta palabra nace del silencio, y el
recto silencio nace de la palabra. Guardar silencio no significa
estar mudo, como tampoco la palabra significa palabrerío ...
La palabra que echa nuevos fundamentos a la comunidad y la
une, es acompañada por el silencio ... Del mismo modo en que
existen ciertas horas para la palabra en el día del cristiano, sobre
todo durante el tiempo destinado al culto y a la oración comunes,
así también el día necesita del silencio que está bajo la Palabra
y nazca de la Palabra. La Palabra no llega al que alborota sino al
que calla. La quietud del templo es la señal de la santa presencia
de Dios en su Palabra. 23
La meditación está fundada en la convicción de que Dios es real y que él
está presente en el lugar donde estamos orando. Jesús describió claramente
el ambiente que hace posible la oración contemplativa o meditativa: 'Pero
tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu
Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto,
te recompensará' (Mateo 6.6).
Ahora, alguien puede preguntar '¿Por qué tengo que preocuparme de la
meditación? ¿Por qué no puedo orar en privado en la forma acostumbrada
y como lo hace la mayoría de los cristianos?' Mi respuesta es que no tene-
mos ninguna obligación de cambiar nuestros métodos y que debemos orar
en la forma que nos resulte más natural y adecuada. La meditación o la
contemplación no van a hacer más espiritual al creyente ni lo ascenderán
a un rango superior de santidad. Pero la oración meditativa nos introduce
a una comunión más profunda con el Señor y a un conocimiento más pro-
fundo de su carácter y voluntad.
Pablo A. Deiros: En un sentido cristiano, la meditación es
la contemplación reverente, intensa y sostenida de Dios o
de algún tema o ideal religioso. Es un ejercicio espiritual
extremo que requiere compostura de mente, quietud interior,
abstracción de los sentidos y una concentración persistente
de la atención. Su propósito es el fortalecimiento y elevación
de la vida moral a través de la comunión con Dios. Es una
forma importante de devoción y es especialmente enfatizada
y practicada por los místicos. 24
54\ La oración de poder

Lamentablemente, este aspecto místico de la oración ha sufrido de una


gran desvalorización y desprecio. En manos de los escritores seculares, la
misma palabra 'mística' ha sido maltratada y distorsionada. El dicciona-
rio mismo no ayuda, ya que por místico entiende algo 'que incluye mis-
terio o razón oculta: Para muchos, lo místico tiene que ver con lo oscuro,
misterioso, simbólico, o espiritualmente inalcanzable. Hay quienes creen
que un místico es alguien que afirma alcanzar o cree en la posibilidad de
alcanzar un entendimiento particular de los misterios que trascienden el
conocimiento ordinario humano, como por una intuición inmediata en un
estado de éxtasis espiritual. No son pocos los que identifican la contempla-
ción o meditación mística con algún desorden mental o una personalidad
algo desequilibrada o emocionalmente perturbada.
Sin embargo, la Biblia presenta numerosos ejemplos de experiencias
místicas de contemplación y meditación. Una y otra vez, la Palabra nos
anima a ejercitarnos en la práctica de la meditación. Dios le dice a Josué:
'Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple
con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito'
(Josué 1.8). En Salmo 4.4 encontramos un consejo práctico: 'Si se enojan,
no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón'
(ver RVR). El poeta bíblico había descubierto el valor de la meditación,
cuando le dice al Señor: 'En mi lecho me acuerdo de ti; pienso en ti toda
la noche' (Salmo 63.6). La meditación es recomendada en la Biblia. El sal-
mista ruega al Señor: 'Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis
pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío' (Salmo 19.14). En Salmo
107.43 se nos desafía: 'Quien sea sabio, que considere estas cosas y entienda
bien el gran amor del Señor: El salmista sabe que su meditación agrada al
Señor, y esto lo alegra: 'Quiera él agradarse de mi meditación; yo, por mi
parte, me alegro en el Señor' (Salmo 104.34).
La meditación en la oración puede orientarse en diversas direcciones.
,. Podemos meditar en las maravillas que Dios ha hecho y hace. El poeta
se propone: 'Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas'
(Salmo 77012); 'Traigo a la memoria los tiempos de antaño: medito en todas
tus proezas, considero las obras de tus manos' (Salmo 143.5; ver 7705-6 y
119.27). 2. Podemos meditar en la Palabra del Señor. En Salmo 119.97, el
escritor exclama: '¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella: La
misma idea se repite en Salmo 119.15, 23, 48, 78, 99. l. Podemos meditar
en nuestra vida, su brevedad y fragilidad: '1\1 meditar en esto, el fuego
se inflamó y tuve que decir: 'Hazme saber, Señor, el límite de mis días,
y el tiempo que me queda por vivir; hazme saber lo efímero que soy'"
(Salmo 39.3-4).4. Podemos meditar en las promesas del Señor. Como dice
el salmista: 'En toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa'
(Salmo 119.148). 5. Podemos meditar sobre nuestra condición moral yespi-
ritual delante de Dios (Sofonías 2.1). Esto es lo que en la Palabra se deno-
mina como 'meditar en los propios caminos' (Hageo 1.5-7). 6. Podemos
la oración: Su significado I ss
meditar como una revisión de vida haciendo una evaluación profunda de
nuestro ser interior (Hageo 2.15, 18).
Dietrich Bonhoeffer: La hora de la meditación está
consagrada al estudio bíblico personal, a la oración personal
y a la plegaria personal, y a ningún otro fin. Los experimentos
espirituales no tienen cabida aquí. Pero para esas tres cosas
debe hallarse el tiempo, puesto que Dios mismo nos lo exige.
Aunque durante largo tiempo la meditación no signifique otra
cosa que el rendir a Dios un servicio que le debemos, ya sería
bastante. 2s

Ejercicio 12. Personas que meditaron.


(olocar el nombre del personaje bíblico que corresponda según los pasajes indicados:
Génesis 37.11: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
lUcaS2.1g: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Génesis 24.63 (RVR): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Nehemías 5.7 (RVR): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 19.14 (RVR): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Personajes: María Nehemías Jacob
Isaac David

Dietrich Bonhoeffer: No es necesario que en la meditación


nos empeñemos en pensar y orar con palabras.
El pensamiento callado, la oración que brota sólo del escuchar,
pueden resultar a menudo más fructíferos. No es necesario
que en la meditación nos empeñemos en la meditación.
Con frecuencia éstos no hacen otra cosa que distraernos y
satisfacer nuestra vanidad. Basta con que la palabra, a medida
de que la leamos y comprendamos, penetre en nosotros y
encuentre en nosotros su morada. 26
La Biblia también nos enseña que la mejor manera para comprender la
Palabra y ponerla en práctica es la meditación. En Salmo 1.1-3 se nos des-
cribe al creyente maduro como alguien dichoso, y entre otras virtudes se
destaca que 'en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella: En
consecuencia, 'es como árbol plantado a la orilla de un río que, cuando
llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace
56 I La oración de poder

prospera!' Así, pues, meditar en la Palabra de Dios es simplemente pensar


en ella con el deseo de descubrir su verdad y aplicarla a la vida.
John C. Maxwell: La meditación es muy beneficiosa: Ayuda a
examinar sus relaciones con Dios, a verse como es debido y a
descubrir en qué punto del camino se encuentra en su jornada
espiritual. y, por supuesto, le ayuda a comprender mejor cómo
obedecer. El proceso puede ser penoso o emocionante, pero
siempre le acercará a Dios.17
T.r•• 1. Alabanza y adoración.
Buscar diez textos o pasajes bíblicos que ilustren los elementos
de alabanza y adoración en la oración, según las siguientes frases:
1. Alabamos a Dios por lo que él hace: _ _ _ _ __ _ __ _ _ __ _ __

2. Alabamos a Dios por lo que él es: _ __ __ ____________ _


581 La oración de poder

Tarea 2. Confesión.
Esta oración de confesión es para creyentes que han visto deteriorada su comunión (On el
Señor y Maestro y, en consecuencia, han perdido poder en la oración. la comunión con el
Señor se pierde por la desobediencia, pero perder la comunión no significa perder la salvación.
La comunión se restaura con el arrepentimiento y la confesión.
1. Leer cuidadosamente en oración y meditación esta oración de confesión.
2. Colocar en cada línea los pasajes bíblicos que correspondan.
Oración de confesión
por Louisa Vaughan
Padre que estás en los cielos
perdóname todos mis pecados:
pecados de omisión ycomisión,
de pensamiento, palabra yacción.
Señor, no te he amado
como debía, con todo mi corazón
alma, mente y fuerzas.
No he amado aotros
como Cristo me amó y murió por mí.
No puedo amar como tú me has ordenado;
mi amor es muy débil yfrágil.
Perdóname también por mi corazón incrédulo,
pues he fallado en confiar en ti,
yglorificarte.
Mi confianza es insuficiente.
Te confieso también los pecados de mi carne:
orgullo, autonomía, rebelión,
idolatría, que es avaricia
y un espíritu no perdonador que
habita en mi corazón y en todo corazón humano.
-------------------------
Oh Señor, lávame estos pecados en la
La oración: Su significado I 59

preciosa sangre de Jesús, y límpiame.


Límpiame de mi iniquidad,
ylIéname con tu Espíritu Santo.
Impárteme la justicia de Cristo
yderrama abundantemente el amor de Dios
en mi corazón.
Despierta en mí la fe de Cristo.
Te pido que hagas estas cosas por mí,
en el nombre de Jesús. Amén.
Pasajes: Mateo6.g Juan 1.11-12 Proverbios 28.13
1Juan 1.8-10 Santiago 4.17 Romanos 3.10 Salmo 19.12-14
Romanos 7.21 Hebreos 4.12-14 Salmo 139.23-24 Marcos 12.30
Mateo 22.36-39 Juan 15.12-13 2Juan 1.5-6 1Corintios 13.1-3
Juan 6.28-29 Hebreos 11.6 Hebreos 3.12-13 1CorintioS2.5
Gálatas 5.19-21 Romanos 7.18 Proverbios 16.5 1Pedro 5.6-7
1Samue115.23 Hebreos 13.5 Lucas 17.3 Efesios 4.32
Marcos 12.25-26 Hebreos 9.22 1Juan 2.1-2 Romanos 4.5-8
Romanos 5.5 Hebreos 12.2 Lucas 11.13 Juan 14.13-15
Alipenses 4.13 Lucas 18.27 2Corintios 2.14

Tarea 3. Petición.
1. Comenzar un Cuaderno de Oración con cuatro columnas, tituladas de la siguiente manera:
fecha de petición, motivo de petición, promesa bíblica relacionada, fecha de respuesta.
2. Anotar no menos de diez peticiones explícitas.

' t i ! fU .. ) ....... {1t2UUQJj . .JUZ$L.X144UaX-i.. 5 tikULXS.J!iti 32m tXL 1.liS LLEIi .2; JJ.

Tarea 4. Intercesión.
1. Anotar en el Cuaderno de Oración el nombre de cinco personas por las que se espera interceder
cada día durante las próximas cuatro semanas por motivos específicos.
2. Comprometerse con el Señor a cumplir con esta tarea sacerdotal.
60 I La oración de poder

Tar•• 5. Acción de gracias.


No se puede explicar en términos racionales qué es la oración. Sin embargo, el poder de la
oración es bien conocido en la vida de todo creyente maduro. Es esto lo que nos mueve ala
acción de gracias.
¿Podrías redactar un testimonio breve y concreto de este poder en tu propia vida, como
expresión de acción de gracias?

Tar•• 6. Meditación.
Colocar el pasaje bíblico que corresponda, usando la RVR:
La meditación en las vigilias de la noche: _______________
La meditación de día y de noche: _________________
La meditación se da en el corazón: ________________
La meditación todo el día: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
La meditación con pasión (fuego): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
La meditación con alegría: __________________
La meditación en el campo: __________________
La meditación en las obras de Dios: ________________
La meditación en las maravillas de Dios: _______________
P.s.j.s: Génesis 24.63 Josué 1.8 Salmo 19.14
Salmo 39.3 Salmo 63.6 Salmo 77.12
Salmo 104.34 Salmo 119.27 Salmo 119.97
Para qué orar

La efectividad y el sentido de cualquier acción humana


dependen en buena medida del propósito que la anima. Discernir el pro-
pósito de un emprendimiento ayuda a que el mismo se desenvuelva con
mayores garantías de buenos resultados. Esto que es cierto en relación con
cualquier acción humana lo es también, y muy especialmente, en relación
con la oración . Si deseamos ser protagonistas de la oración de poder, es
imprescindible que entendamos cuál es el propósito de la misma. En otras
palabras, debemos saber muy bien para qué orar.
¿Cuál es el propósito de la oración de poder? Da la impresión que en
la práctica de muchos tal propósito no es otra cosa que tratar de ganarle
a Dios la partida 'por cansancio.' Al menos, tal parece ser el propósito ya
que el creyente piensa que, cuanto más tiempo dedique a orar por una
determinada cuestión, o más insista en el asunto, tanto más se asegura la
respuesta buscada. Otros estiman que si un motivo de oración es lo sufi -
cientemente urgente o importante, entonces merece de mayor entusiasmo,
esfuerzo y dedicación en la oración , que otra cuestión de menor calibre o
que se estima como no muy relevante.
En este capítulo vamos a considerar el propósito de la oración, y espe-
cialmente procuraremos responder a algunos de los interrogantes más fre -
cuentes en relación con el mismo.
José Miguez Bonino: La oración no tiene por objeto convencer
a Dios de que nos escuche (como creían los paganos), sino
presentarnos ante el Dios que nos escucha, porque es nuestro
Padre por Jesucristo, tal como somos, con nuestras necesidades. 1
621 La oración de poder

¿Para qué oran las personas?


Según lo que declara el salmista, la oración es universal, porque Dios escu-
cha la oración de todos. 'A ti acude todo mortal a causa de sus perversida-
des' (Salmo 65.2-3). El ser humano fue creado con el impulso de adorar a
Dios y el deseo por entrar en comunión con él. En definitiva, 'Dios creó
al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer
los creó, y los bendijo' (Génesis 1.27-28). Es por esto que la oración es tan
natural al ser humano como la respiración.
Sin embargo, con la entrada del pecado, el ser humano se alejó de Dios,
su juicio quedó distorsionado, su conciencia corrompida, y su voluntad
ha sido esclavizada por Satanás. Todo esto afectó su deseo de comunión
con Dios. De esta manera, el pecado se ha transformado en un obstáculo
para la oración. Por eso, el poeta bíblico declara: 'Si en mi corazón hubiera
yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado' (Salmo 66.18). Y
el profeta reitera: 'Son las iniquidades de ustedes las que los separan de
su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no
escuchar' (Isaías 59.2). Dios mismo le dice al pueblo de Judá, pueblo des-
obediente, rebelde, desafiante, sordo para oír sus instrucciones: 'Como no
me escucharon cuando los llamé, tampoco yo los escucharé cuando ellos
me llamen' (Zacarías 7.11-14).
John C. Maxwell: El pecado inconfeso bloquea las respuestas
a las oraciones. Pero un buen período de espera sincero nos
guía con naturalidad hacia la confesión ante Dios. Si deja que le
busque, Él le indicará lo que necesita confesar. Y al hacerlo, una
vez más restaurará su relación con él ... He aquí cinco aspectos
a tener en mente en cuanto a la confesión: (1) Confiese el pec~do
inmediatamente (2) Nunca permita que su posición le impida
confesar su pecado ... (3) Dios nunca se sorprende por lo que
hacemos así que sea sincero ... (4) Dios siempre nos dirá si
hacemos algo mal ... (5) Cuando el pecado se tolera, aumenta ...
La confesión tiene maravillosos beneficios. Despeja el ambiente
con Dios y le permite comunicarse con Él sin obstáculo alguno. 2
El crítico de arte Jorge Vasari (1511-1574) dice que el pintor renacentista
Rafael solía llevar una vela adherida a un casco sobre su cabeza, de modo
que, mientras estaba pintando, su sombra no cayera sobre su obra. Las
oraciones de muchas personas se ven arruinadas por su propia sombra.
Hay cosas en la vida de todo ser humano pecador que deben ser dejadas de
lado, si es que de veras se quiere orar con poder. Debemos llevar sobre la
frente la vela del renunciamiento al pecado para que la obra de la oración
sea perfecta. Por eso, considera tus actitudes malas, tus pecados sin con-
fesar, tu temperamento desagradable, y todo aquello que en tu vida sea un
Para qué orar /63

estorbo para la oración. No puede haber un circuito abierto hacia Dios si


el interruptor del pecado está activado.
Además, con la presencia del pecado en la vida, el instinto natural de
adorar a Dios se prostituye y se pervierte en la adoración de ídolos fal-
sos, en la fe puesta en un destino ciego, en el sometimiento a un fatalismo
absurdo y en todo tipo de supersticiones. La oración es natural y propia
del ser humano. Si no oramos al Padre celestial a través de un sentido de
confianza amorosa, lo vamos a hacer a un dios falso a través de un sentido
de temor. Así, pues, no se trata de si vamos a orar o no, sino más bien, a
quién vamos a orar.
El ser humano no sólo perdió su deseo de comunión con el Dios verda-
dero, sino que ni siquiera se preocupó por retenerlo en su memoria. Esto
explica por qué la masa de la humanidad se ha hundido en el paganismo
y algunos incluso en el salvajismo, tal como argumenta el apóstol Pablo en
Romanos 1.22-25. Sin embargo, en toda religión falsa, si bien de manera
totalmente inadecuada a las necesidades humanas, y contaminada con
serios errores, se pueden encontrar vestigios de verdad. Estos escombros
del plan original del Creador dan testimonio del conocimiento original
de la verdad y del origen común de la raza humana. Siempre se encuentra
alguna forma de oración, que se practica en procura de la ayuda sobrena-
tural. Incluso los seres humanos más duros y rebeldes claman por ayuda
en las grandes crisis de la vida, a un poder más alto y más grande que
ellos (Salmo 61.2). Tal fue el caso del rey pagano Acab, quien a pesar de
su perversidad y maldad, frente a la palabra de juicio divino, 'se rasgó las
vestiduras, se vistió de luto y ayunó' (¡ Reyes 21.27-29).
Harry Emerson Fosdick: La comunión real involucra la
conciencia vívida de que alguien está presente, con quien
estamos disfrutando de compañerismo. Ahora, una persona
puede creer que Dios está, puede desear fervientemente hablar
con él, y puede no dudar en teoría de la posibilidad de tal
comunión; pero en la práctica él o ella puede fracasar totalmente
en sentir la presencia de Dios. A pesar de sus mejores esfuerzos,
le puede parecer que está hablando a un espacio vacío. El sentido
de futilidad-tal como el que viene a alguien que encuentra que
ha estado hablando en la oscuridad a nadie, cuando suponía que
un amigo estaba en el cuarto-puede confundirlo tanto que, en
teoría o no, la oración se torna prácticamente en algo sin valor.
La persona clama con Job, no en un espíritu de escepticismo, sino
en gran perplejidad y en un deseo genuino por el compañerismo
divino: 'Si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al
oeste, no lo encuentro' (Job 23.8). La práctica de la presencia de
Dios no es tan simple como las palabras a veces la hacen parecer. 3
641 La oración de poder

No obstante, Dios ha estado buscado a sus hijos pecadores desde los días
en el jardín del Edén, a fin de llevarlos al arrepentimiento y sacarlos de su
desobediencia, para restaurar su comunión con ellos. Y él ha continuado
fielmente a lo largo de los milenios buscando al ser humano pecador, pre-
guntando una y otra vez a cada uno: '¿Dónde estás?'
Dios no se ha quedado sin testimonio, en el mundo natural y en la
historia humana, de su deseo de re establecer la comunión rota como con-
secuencia del pecado. La Biblia nos enseña que una poderosa indicación
de su voluntad de comunicarse con nosotros se encuentra en el testimonio
de la naturaleza. Pablo dice: 'Porque desde la creación del mundo las cua-
lidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina,
se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene
excusa' (Romanos 1.20). De igual modo, tenemos el testimonio de la his-
toria. En otras palabras, Dios 'no ha dejado de dar testimonio de sí mismo
haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas, propor-
cionándoles comida y alegría de corazón' (Hechos 14.17).
Dios no ha dejado de comunicarse con cada ser humano dispuesto a
oírlo, para darle a conocer su voluntad y llamarlo a la obediencia. Para
ello, él ha enviado sus mensajes de advertencia a través de sus mensajeros.
Él ha hecho sus ofertas de perdón, apelando al ser humano a arrepentirse
y deponer su actitud rebelde. Él ha manifestado de múltiples maneras sus
expresiones de amor. Él ha presentado una y otra vez su invitación a la
comunión y comunicación entre el Creador y la criatura.
No obstante, cuando el no cristiano ora a Dios, generalmente ora para
conseguir algo. Su aproximación a la oración es comercial o transaccio-
nal, y termina en una suerte de regateo por el favor divino. Este concepto
pagano de la oración coloca a quien ora como el único que habla, y a Dios
meramente como quien oye o no, pero siempre como alguien pasivo en
la transacción. Aun filósofos de trasfondo cristiano como Karl Jaspers se
muestran críticos hacia lo que comúnmente llamamos oración. Él afirma
que la oración es un vínculo del alma con Dios, pero que es una práctica
casi siempre impura, puesto que supone concebir a Dios como persona que
escucha y nada más. Según él, que no creía en la oración bíblica, la persona
que usa de la oración para persuadir a Dios a conceder favores terrenales,
desvirtúa su sentido, y la asimila en cierto modo a la magia. Y agrega: 'La
magia es simulación de una técnica de hechicería que no emplea proce-
dimientos empíricos, sino sólo el poder de quienes se creen versados en
superar espacio y tiempo, para obtener en el espacio y el tiempo lo que
desean:4
Kar. Jaspers: La oración es una irrupción inoportuna en lo
arcano, a la que se atreve el hombre movido por su extrema
soledad y su dolor. Como práctica cotidiana y tradición, es una
fijación cuestionable, a la que renuncia la filosofía. La seguridad
Para qué orar 165

permanente en Dios restaría profundidad a los vínculos que


podemos tener con Él, eliminaría el mundo suprasensible, y nos
daría una paz y una tranquilidad demasiado superficiales para
las exigencias de la existencia. 5

Ejercicio 13. Dios ha hablado a todo tipo de persona dispuesta a oírlo.

(olocar la letra que corresponda:


A.Unniño. Génesis 1.28.
B. Los primeros seres humanos. _ Job 42.4-6.
C. Un hombre enfermo. _ 1SamueI3.1-3, 10.
D. El libertador de Israel. Oseas 12.10.
E. Los profetas. _ ~odo 6.2; 33.11.

Juan Calvino: En cada una de sus obras, Dios se nos manifiesta


tan marcadamente en su poder y en su amor, que nadie,
exceptuando un necio o un loco puede tener excusa para no creer
en él, alegando ignorancia.

¿Para qué oran los cristianos?


El cristiano ora a Dios, pero movido por motivaciones y propósitos dife-
rentes de los que animan a una persona que no es creyente. Su condición
de hijo o hija de Dios marca una diferencia radical en cuanto al propósito
de su oración. Como dice Pablo: "Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado
a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: '¡Abba! ¡Padre!'"
(Gálatas 4.6). Esta posición y condición de hijos de Dios es la que nos per-
mite acercarnos 'confiadamente al trono de la gracia para recibir misericor-
dia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos'
(Hebreos 4.16). Por eso, cuando nos preguntamos por el fundamento o
las razones por las que los discípulos de Jesucristo oran, encontramos al
menos cuatro respuestas.
Primero, los creyentes oran porque son creyentes. Son personas que
han nacido de nuevo y, en consecuencia, han sido hechos hijos de Dios. La
oración de los no creyentes es expresión de un instinto natural, movido-la
más de las veces-por el temor y la superstición. En cambio, la oración de
los creyentes es la apelación de un hijo de Dios, nacido de nuevo, a su
Padre bueno y amoroso. La oración del creyente es el resultado de su nueva
naturaleza como hijo o hija de Dios (Gálatas 4.6). La oración del creyente
66 ¡la oración de poder

está inspirada por un amor y confianza que nace en él o ella por la obra
del Espíritu Santo (Hebreos 4.16). Nuestra condición de hijos de Dios nos
distancia de la actitud especulativa de los incrédulos que oran. No oramos
para ganar algo, sino porque en Cristo ya lo tenemos todo, y por la oración
queremos apropiarnos de ello con fe.
Pablo A. Deiros: Lo que vale de nuestras oraciones no es su
aritmética, cuántas sean; ni su retórica, cuán elocuentes resulten;
ni su geometría, cuán largas parezcan; ni su lógica, qué calidad de
argumentos encierren; ni su método, cuán ordenadas se presenten.
Lo que vale es qué tipo de carácter y conducta las sustenta. 6
Segundo, los creyentes oran porque saben que Dios es todopoderoso y
puede hacer realidad aquello que piden, conforme con su voluntad. Éste
fue el caso de Abraham y Sara. Frente al anuncio sorprendente de los visi-
tantes celestiales de que Sara tendría un hijo y la risa de ésta ante tamaño
disparate, el Señor le dijo a Abraham: '¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que
podrá tener un hijo en su vejez? ¿Acaso hay algo imposible para el Señor?
El año que viene volveré a visitarte en esta fecha, y para entonces Sara
habrá tenido un hijo' (Génesis 18.13-14). Pablo hace la interpretación teo-
lógica de este episodio y de las palabras del Señor en Romanos 4.20-21:
'Ante la promesa de Dios, [Abraham] no vaciló como un incrédulo, sino
que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que
Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido:
El creyente es tal porque tiene ciertas convicciones. Y estas certidum-
bres se fundamentan en sólidas afirmaciones bíblicas. El hijo de Dios sabe
que Dios 'puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imagi-
narnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros' (Efesios
3.20). y cree firmemente en lo que Jesús declaró, que 'lo que es imposible
para los hombres es posible para Dios' (Lucas 18.27).
Tercero, los creyentes oran porque el Señor ha prometido oír sus ora-
ciones y responder a ellas (Mateo 7.7-11). El creyente es alentado a orar,
porque la oración tiene una recompensa. Pero también es animado a orar,
porque la oración alegra el corazón de Dios. De alguna manera difícil de
entender para nosotros, la realidad es que el Señor 'se complace en la ora-
ción de los justos' (Proverbios 15.8). Además, el creyente es exhortado a
orar, porque la oración es una expresión de obediencia.
Kenneth Copeland: La oración es una actitud. Involucra más
que solamente el hacer peticiones. La oración es comunicación
con Dios. Usted puede vivir en una actitud de oración
constantemente, estando en comunión y compañerismo
con su Padre celestial cada hora del día. Para poder obtener
resultados en oración, usted debe estar convencido de un hecho
Para qué orar 167

fundamental: Dios quiere responder sus oraciones. El caso es


que Él está dispuesto y listo para responderle a usted, tal como
El estaba para responderle a Jesús durante Su ministerio terrenal.
Esto puede ser difícil de comprender para usted, pero es verdad:'

Ejercicio 14. Dios responde.


Dios responde siempre a nuestras oraciones por lo que él es: un Dios de amor, lleno de gracia y
de verdad. la naturaleza de Dios es nuestra mejor garantía de que él va a responder.
(olocar el pasaje que corresponda:
1. la naturaleza de Dios como se mostró en el pasado: ____________

2. la naturaleza de Dios como se expresa en sus promesas: __________


J.la naturaleza de Dios como lo conocemos en nuestras experiencias: _______
Pasajes: Mateo 21.22 Romanos 8.32 2Corintios 12.9

Cuarto, los creyentes oran porque saben que la oración resulta en ben-
dición. Al principio, la vida de oración puede resultar mayormente de un
sentido de deber. Pero al continuar día tras día, mirando a Jesús como
Maestro, al Espíritu Santo como ayudador, y a la Palabra de Dios como
libro de texto, toda idea de deber queda neutralizada. La actitud legalista
se diluye y se desarrolla un sentido de enorme privilegio por tener la opor-
tunidad de gozar de la comunión con el Padre. Poco a poco, al aprender
de la Palabra, y por la fe que recibimos del Espíritu Santo, la oración se
va transformando en una experiencia vital y personal. De una obligación
religiosa, pasa a ser una maravillosa experiencia de comunión, respuesta,
gozo, poder, autoridad y seguridad.

Ejercicio 15. El cristiano ora porque es un hijo ohija de Dios.


Trabajar en grupos. Después de leer todos los pasajes indicados,
marcar aquellos que ilustran esta verdad:
1. Lucas 11.11-13 2. Romanos 8.14-15 J.lsaías 59.2
4. Gálatas 5.22-23 5. Jeremías 14.10-12 a.Mate06.9

'-
7. Romanos 8.32

••11 11
8. Romanos 8.26-27

I I
g. 1Juan 5.14-15

1.1. 11-' l.
I
68 La oración de poder

¿Por qué orar si el universo


está gobernado por leyes?
En 1 Corintios 14·33, el apóstol Pablo afirma que 'Dios no es un Dios de
desorden sino de paz.' Él no es el Dios que predicaban los deístas del siglo
XVIII, quienes enseñaban que Dios había creado al mundo, establecido
ciertas leyes de cumplimiento inexorable, pero luego se había desentendido
de él. Según esta comprensión de la realidad, ahora el mundo y los seres
humanos se mueven en conformidad con esas leyes. De modo que cuando
el ser humano las obedece, todo resulta bien, pero cuando las desobedece
aparece el caos y el desorden. Pero tal cosa como la voluntad de Dios no
existe y mucho menos la posibilidad de una relación personal con él.
La fe cristiana bíblica no sostiene esta teoría pagana. Por el contrario,
afirma que cuando el universo fue creado, Dios lo contempló y dijo que
era 'bueno' (Génesis 1.31). En este sentido, toda la creación salida perfecta
de la mano creadora de Dios fue puesta bajo la ley natural. El ser humano
recibió autoridad sobre todo este conjunto de cosas creadas, sujeto a la ley
natural (Génesis 1.28). El ser humano mismo fue sujetado a la ley espiri-
tual, que regulaba sus relaciones con el Creador; ya la ley moral, que regu-
laba sus relaciones con su prójimo (Salmo 19.7-8). De modo que, según
el relato bíblico, mientras el ser humano fue obediente a Dios y mantuvo
una estrecha relación personal con él, reinó una armonía perfecta (shalom,
paz). El ser humano se mostró en perfecta armonía y comunión con Dios,
con la naturaleza, con el prójimo y consigo mismo.
Cuando el ser humano pecó, es decir, se rebeló contra la voluntad
de Dios y le desobedeció, se distorsionó lo que Dios había creado como
'bueno: Cuando entró el pecado a la experiencia humana, todo se corrom-
pió. La Biblia nos indica en un vívido lenguaje poético cómo aparece en la
experiencia humana la muerte espiritual, la degeneración moral, la enfer-
medad, el dolor y finalmente la muerte física. La naturaleza misma sufre
ahora las consecuencias del pecado humano (Génesis 3.17-19). Pensando
en esto, Pablo dice que 'sabemos que toda la creación todavía gime a una,
como si tuviera dolores de parto' (Romanos 8.22). La obra de confusión,
debida a las maniobras perversas de Satanás, continúa básicamente a tra-
vés de la agencia humana. Y el fin de este proceso no es otro que la creación
de caos y la destrucción de la creación, especialmente el ser humano.
Cuando Dios se manifestó en Cristo, comenzó a restaurar su propósito
original para su creación y para el ser humano. En Cristo, Dios el Creador
termina con el pecado. Como dice Juan: 'Jesucristo se manifestó para qui-
tar nuestros pecados' (¡ Juan 3.5). Pero también en Cristo, Dios el Creador
termina con Satanás. Juan agrega: 'El que practica el pecado es del diablo,
porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios
fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo' (1 Juan 3.8).
Además, en Cristo, Dios el Creador restaura el orden y la armonía, que
Para qué orar 169

se habían perdido como consecuencia de la rebeldía humana. Esto es lo


que en la Biblia se llama 'reconciliación; y abarca a todos los órdenes de la
creación.
Ahora, Dios no descarta o anula la ley de causa y efecto para responder
a las oraciones de sus hijos. Él no viola el orden que él mismo ha creado y
establecido en el universo para atender a nuestras súplicas. La respuesta a
nuestra oración no va de contramano con las leyes físicas, morales yespiri-
tuales que Dios el Creador ha establecido en su creación. Para aquellos que
están viviendo orando conforme con su voluntad, él orienta todas las cosas
para que obren para el bien de ellos. Ésta es la gran verdad que Pablo des-
cubrió: 'Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes
lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito' (Roma-
nos 8.28).
En otras palabras, no hay improvisación ni sorpresas ni emergencias
en Dios. Él conoce el principio desde el final, y puede utilizar medios ordi-
narios para producir resultados extraordinarios, sin violar ninguna de sus
leyes conocidas. Pero cuando es adecuado a su voluntad soberana, él obra
en una dimensión sobrenatural. Dios el Creador no tiene que pedir per-
miso a su creación para actuar en la manera que él estima conveniente
a sus designios eternos y que mejor exprese su amor inmenso. Éste es el
significado de una frase tan impresionante como: 'Para Dios no hay nada
imposible' (Lucas 1.37).
Harry Emerson Fosdick: Las leyes científicas son declaraciones
humanas y en grado creciente verdaderas declaraciones de los
procesos invariables de la naturaleza, pero los procesos son
siempre flexibles en las manos de la inteligencia y voluntad
humana. ¿Acaso queremos decir que Dios es menos libre que
lo que somos nosotros? ¿Somos nosotros, las criaturas, amos
en una medida tan grande de las fuerzas sujetas a la ley y es él,
el Creador, un esclavo de ellas? ¿Son los poderes universales
plásticos y usables en nuestras manos, y en Sus manos tensos y
rígidos? La analogía total de la experiencia humana sugiere que
el mundo no está gobernado por la ley; sino que está gobernado
por Dios conforme a la ley. Él providencialmente utiliza,
manipula, y combina Sus propias e invariables maneras de actuar
para servir a Sus propios propósitos eternos. 8
Por otro lado, no podemos limitar a Dios a nuestro conocimiento limitado
de las leyes que él ha establecido en el universo. Es interesante sobre este
particular prestar atención al diálogo de Job con el Señor. A lo largo de todo
el libro, el patriarca Job se la pasa protestando por su situación desgraciada.
Finalmente, desde una tempestad, la voz del Señor truena y dice: '¿Quién
es éste, que oscurece mi consejo con palabras carentes de sentido? Prepá-
rate a hacerme frente; yo te cuestionaré, y tú me responderás' (Job 38.1-3).
70 Ila oración de poder
Dios da vuelta el debate, y de interpelado e interrogado pasa a ser el juez
que hace los planteos, y le dice a Job: '¿Corregirá al Todopoderoso quien
contra él contiende? ¡Qué le responda a Dios quien se atreve a acusarlo!' Al
pobre Job no le queda más remedio que admitir: '¡Qué puedo responderte,
si soy tan indigno? ¡Me tapo la boca con la mano!' (Job 40.1-4).
Por eso, el creyente ora por todo aquello que sabe está de acuerdo con
la voluntad de Dios, y deja la respuesta a Dios, quien siempre obra más
allá de lo que pedimos o entendemos. El creyente no ora para conocer
la voluntad de Dios. Esto es lo que hacen los paganos que no conocen al
Señor ni han experimentado su gracia. Por el contrario, es porque conoce
cuál es la voluntad de Dios, que el creyente ora a fin de recibir más gracia
del Señor para cumplirla.
Un hermano, al salir del culto de oración, le decía a su compañero de
camino, expresando su desencanto: 'Pues yo, francamente, te diré, que
Dios no contesta siempre todas mis oraciones: 'Es raro: contestó el otro,
'porque a mí siempre me ha contestado: '¡Siempre! .. ¿De veras?' "Sí, de
veras. Solamente que a veces me contesta 'Sí: y otras veces me contesta 'No:
Pero yo me quedo tranquilo y contento, porque sé que él ha contestado,
según su plan, lo mejor para mí:'
·v..¡,

Ejercicio 1&. ¿Cuáles son las condiciones para tener éxito en la oración?
Indicar los pasajes que correspondan:
1. Contrición: ______________________
2.. Sinceridad: ______________________
J.Fe: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4. Justicia: ________________________
s.Obediencia: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: 2 Crónicas 7.14 1 Juan 3.22 lsaíass8.9
Santiago 5.16 Jeremías 29.13 Marcos 11.24 1Juan 5.14

¿Para qué orar si Dios ya


ha sentenciado al mundo?
La Palabra nos presenta a Dios como Juez. Este hecho no siempre es tenido
en cuenta con seriedad. En nuestro testimonio cristiano enfatizamos tanto
el amor de Dios, que nos olvidamos de su justicia y de la realidad de que
su juicio es inexorable. El último versículo del libro de Eclesiastés afirma:
'Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto' (Ecle-
siastés 12.14). Cuando advertimos este hecho en toda su dimensión, nos
Para qué orar 171
damos cuenta que el mismo resulta en varios corolarios. Aquí vaInas a
subrayar dos, que me parece son importantes en relación con la práctica
de la oración.
Primero, el mundo está condenado por su pecado. Cuando el ser
humano fue colocado sobre la tierra, le fue dado dominio sobre la natu-
raleza, y como mayordomo de Dios, debía cuidarla y rendirle a él honor,
lealtad y obediencia. Pero el ser humano se rindió al tentador, y Satanás,
haciendo obtenido ascendencia sobre él, esclavizó su voluntad y lo usó
como agente para llevar a cabo sus propósitos en contra de la santa volun-
tad de Dios.
Desde entonces, toda persona ha nacido en un estado de rebelión e
impiedad, en contra de la autoridad de Dios. Pablo describe este estado en
términos crudos: 'La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la
mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecami-
nosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de
hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar
a Dios' (Romanos 8.6-8). Pero, además, desde entonces, toda persona que
llega a una edad de responsabilidad subscribe esta rebelión con sus propios
pecados de pensamiento, palabra y acción. Esto es así, de tal suerte que,
en todos los casos se cumple la ley moral y espiritual de Dios: 'La per-
sona que peque morirá' (Ezequiel 18.4). Y también, desde entonces, toda
persona está bajo el juicio de condenación delante del Juez justo. Como
indica Pablo: 'Todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella,
para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios'
(Romanos 3.19). Con la severidad propia de todo gobierno establecido,
Dios, el Juez justo, sentencia al ser humano por quebrantar la ley, y de esta
manera satisface sus demandas de justicia.
Segundo, el mundo no carece de esperanza. En razón de que su amor
. es tan grande, Dios no deja al ser humano perecer en su condenación (Juan
3.16-17). y en este día de gracia, entre su declaración de sentencia y la
ejecución de la misma, toda persona que acepta a Cristo como su Señor y
Salvador es perdonada, restaurada y recibe su ciudadanía en los cielos. Y
cuando somos liberados de las limitaciones de la mente mortal, entende-
mos que de alguna manera, escondido entre los misterios de la Trinidad,
fue el Juez justo mismo quien murió en el Calvario para asegurar nuestro
perdón.
Dios no es sólo un Juez justo, sino también un Padre bueno y amoroso.
Él adopta al creyente como hijo y lo introduce a su familia. Éllo hace nacer
de nuevo por la obra del Espíritu Santo y le da un nombre nuevo. Él toma
al creyente y lo hace miembro de su cuerpo y parte de su esposa, que es la
iglesia. Él declara al creyente, que fue desheredado de toda bendición en
Adán, heredero de justicia en Cristo. Él considera al creyente no como un
criminal en el banquillo de los acusados, sino como un hijo sentado a su
lado en los lugares celestiales compartiendo su poder y autoridad.
721la oración de poder

Samuel Chadwick: Lo maravilloso no es que Dios oye la oración,


sino que Él es nuestro Padre. La maravilla mayor incluye a la menor.
La revelación de que Dios es Padre establece la posibilidad y razonabi-
lidad de la oración. La una establece a la otra. Dios no sería Padre si
Sus hijos no pudieran orar. Toda la enseñanza de Jesús acerca de la
supremacía del corazón de hijo en el reino de Dios es blasfemia crasa
si Dios no es nuestro Padre. La relación lleva consigo su accesibilidad,
intimidad, y amor sin temor. Los hijos de grandes hombres a veces han
recordado a su padre como una institución, más que como un padre, y
Dios es para algunos de sus hijos poco más que una institución. No fue
así como Jesús lo reveló. 9
El creyente ya no está bajo una ley que debe obedecer de mala gana y de
manera imperfecta por temor, sino bajo la ley del amor. El creyente obe-
dece con gozo esta ley de amor, tanto en su espíritu como en su letra, por-
que ama a su Señor que le amó primero y se dio a sí mismo por él. El
creyente sabe que su poder en la oración es medido por su fe en Dios,
y por su obediencia amorosa a su voluntad. Carlos H. Spurgeon señaló
en cierta oportunidad: 'La fe y la obediencia se encuentran unidas en un
mismo manojo. El que obedece a Dios, confía en Dios; y el que confía en
él, le obedece:

Ejercicio 17. Según la Biblia, las respuestas a la oracón son alcanzadas ...
Colocar el pasaje que corresponda:
,.Por los que buscan a Dios: __________________
2. Por los que buscan a Dios de todo corazón:
_______- - - - - - -
3. Por los que esperan en Dios: _________________

4. Por los que se vuelven a Dios:


__________________
5. Por los que piden con fe: __________________

6. Por los que piden en el nombre de Jesús: ______________


7. Por los que piden según la voluntad de Dios: _____________
8. Por los que invocan a Dios con verdad: _______________
g. Por los que temen a Dios: _____________- - -_ _
10. Por los que guardan los mandamientos de Dios: ____________
Pasajes: Jeremías 29.12-13 Salmo 34.4 2 Crónicas 7.14
Salmo 145.18 Salmo 145.19, Mateo 21.22 Salmo 40.1
Juan 14.13 1Juan 5.14 1 Juan 3.22.
Para qué orar 173

¿Para qué orar si Dios ya


conoce las necesidades?
Haciendo un contraste entre la actitud de los incrédulos, que se la pasan
suplicando por sus necesidades materiales y físicas, Jesús le enseñó a sus
discípulos a confiar en la providencia divina. 'Los paganos andan tras
todas estas cosas, yel Padre celestial sabe que ustedes las necesitan' (Mateo
6.32). Si es así, entonces no parece que sea necesario notificar a Dios de
nuestras necesidades y carencias, porque de algún modo él ya sabe lo que
necesitamos y va a responder en consecuencia. Este planteo requiere de
mayor reflexión. Para ello, vamos a considerar dos cuestiones importantes:
la necesidad de la oración y el valor de la oración.
En primer lugar, veamos la necesidad de la oración. Dios no sólo
conoce los deseos y necesidades de los seres humanos, sino que está cons-
tantemente satisfaciendo esas necesidades sin que se le pida por ellas o se le
agradezca cuando él las satisface. En definitiva, 'él hace que salga el sol sobre
malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos' (Mateo 5.45). Dios, en
su misericordia, derrama sus bendiciones sobre todas sus criaturas, más
allá de las actitudes de éstas hacia él. El Creador no anda llevando una
contabilidad de merecimientos y premios, para bendecir tan sólo a quie-
nes se hagan acreedores de ello. Por el contrario, como dice Santiago, 'no
se engañen. Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto,
donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como
los astros ni se mueve como las sombras' (Santiago. 1.16-17). Pero él tiene
guardado mucho más para sus hijos. Por eso, la oración es necesaria.
En segundo lugar, veamos el valor de la oración. Al considerar el valor
de la oración es necesario prestar atención a dos dimensiones del mismo.
Por un lado, está el valor objetivo de la oración. Esto es, la realidad de
que Dios responde a la oración. Si bien Dios conoce todas nuestras nece-
sidades, es un hecho que él llena las necesidades humanas, cuando así lo
pedimos en oración. Él reserva sus mejores bendiciones a la espera de que
sus hijos se rindan en confianza y obediencia a él, y se acerquen a él en ora-
ción. Cuando esto ocurre, quienes oran pueden llegar a conocerlo mejor
como el Dador por excelencia y pueden recibir sus dones maravillosos.
Dios espera que nos acerquemos a él en oración y ésta debe ser razón sufi-
ciente para que lo hagamos.
Por otro lado, está el valor subjetivo de la oración. Esto es, la realidad
de que Dios obra a través de la oración. Efectivamente, Dios utiliza nuestra
oración para cumplir sus propósitos eternos. La oración nos fue dada para
lograr mucho más que simplemente satisfacer nuestras necesidades y suplir
lo que nos falta. La oración es uno de los medios principales que Dios usa
para mostrar su voluntad en los corazones y en las vidas humanas. En ver-
dad, hay un extraordinario propósito revelador detrás de la oración.
74 ¡la oración de poder
Pero la oración se asocia también a la labor redentora de Dios en la vida
de los perdidos. En este sentido hay también un extraordinario propósito
redentor detrás de la oración. A medida que obedecemos a Dios y oramos
y confiamos en él para la conversión de los perdidos, a través del poder
del Espíritu Santo, Dios obra en los corazones de los individuos para con-
vencer, llevar al arrepentimiento y convertir a las personas. La oración nos
asocia con el programa redentor de Dios para la humanidad.
Además, la oración opera en la obra restauradora de Dios en la vida de
los creyentes que han caído. En este sentido, hay también un extraordina-
rio propósito restaurador detrás de la oración. Cuando pedimos por la res-
tauración de los extraviados, estamos participando de la obra restauradora
de Dios. Es a través de la oración que nos convertimos en colaboradores de
Dios. Y, finalmente, la oración nos hace partícipes de la obra santificadora
de Dios en la vida de los creyentes. En este sentido hay también un extraor-
dinario propósito santificador detrás de la oración. Epafras oraba por sus
paisanos de Colosas, especialmente en esta dirección. Como testifica Pablo:
'Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por ustedes,
para que, plenamente convencidos, se mantengan firmes, cumpliendo en
todo la voluntad de Dios' (Colosenses 4.12).
Harry Emerson Fosdick: Si hay algún elemento en la vida humana
de cuyo valor inestimable tenemos testimonio abundante, ése
es la oración; y dejar sin comprensión y preparación un poder
capaz de tales usos sublimes es una tragedia espiritual. ...
Profundamente en cada uno de nosotros yace la tendencia a orar.
Si permitimos que permanezca meramente como una tendencia,
no se torna en otra cosa que en un clamor egoísta, no inteligente
y ocasional por necesidades. Pero entendida y disciplinada ella
revela posibilidades cuyos límites jamás han sido encontrados. 10

Ejercicio 18. la oración nos fue dada por Dios con un cuádruple propósito.
Buscar en grupos pasajes que ilustren lo siguiente:
1. Propósito revelador: _ _ _ .---;,..-_______________

2. Propósito redentor: ____________________


3. Propósito restaurador: ____________________
4. Propósito santificador:
Para qué orar 175

¿Para qué orar si hay tantas


otras cosas que hacer?
No son pocos los creyentes que, al igual que Job, de tanto en tanto se pre-
guntan: '¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Qué ganamos
con dirigirle nuestras oraciones?' (Job 21.15). Consciente o inconsciente-
mente, muchas veces estimamos la oración como una pérdida de tiempo,
frente a las demandas urgentes de otros reclamos que tenemos por delante.
Una reunión de comisión generalmente comienza con una breve oración,
'porque tenemos muchas cuestiones que tratar: Lo mismo ocurre con una
asamblea de negocios en la iglesia o inclusive un culto de adoración. La
presión de lo urgente nos roba la atención a lo importante. No obstante,
¿para qué necesitamos orar?
Necesitamos la oración para conocer la voluntad de Dios. Así como el
obrero necesita presentarse en la oficina para recibir la orden de trabajo
del día, así el creyente necesita buscar a Dios para recibir de él su hoja de
servicios del día. La oración nos provee de la sabiduría y dirección divinas
que necesitamos, si no queremos perder nuestro tiempo y esfuerzos en
lo que no aprovecha para nada. Esto es especialmente cierto en relación
con la sabiduría que se requiere para tomar acertadamente la mayor parte
de nuestras decisiones. 'Si a alguno de ustedes le falta sabiduría; señala
Santiago, 'pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosa-
mente sin menospreciar a nadie: 'Pero; aclara Santiago, 'que pida con fe,
sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas
de un lado a otro por el viento' (Santiago 1. 5-6).
Así como el peregrino debe tomar su tiempo para consultar su mapa y
trazar el camino a seguir antes de cada jornada, el cristiano necesita de la
Palabra de Dios leída en oración, para saber el camino que debe andar. No
hay otra manera de no perder el rumbo y llegar a destino con seguridad.
'Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda; afirma Isaías 30.21, "tus
oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: 'Éste es el camino;
síguelo~'
Necesitamos la oración para nutrir nuestra vida cristiana. El obrero
sabio toma su tiempo para ingerir la comida apropiada para el nutrimento
de su cuerpo, antes de ir a su jornada de trabajo. De otro modo, el traba-
jador perdería fuerzas en su trabajo y no podría llevarlo a cabo con efec-
tividad. El alma del creyente necesita también ser fortalecida y nutrida a
través de la oración, a fin de que pueda llevar a cabo la tarea que el Señor
le ha asignado. Tan serio y vital es esto, que Pablo les dice a los cristianos
de Éfeso: 'Por esta razón me arrodillo delante del Padre, de quien recibe
nombre toda familia en el cielo y en la tierra. Le pido que, por medio del
Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca
a ustedes en lo íntimo de su ser, para que por fe Cristo habite en sus corazo-
nes. Y pido que, [sean] arraigados y cimentados en amor' (Efsios 3. 14-17).
761 La oración de poder

Necesitamos la oración para prepararnos para la batalla. El Señor no


nos llamó a una vida descomprometida con su reino, sino a participar con
él en la guerra espiritual en la que él está involucrado. La vida cristiana es
militancia, y en el cumplimiento de nuestro deber como soldados del reino,
necesitamos de la oración. El soldado de Cristo debe tomar su tiempo para
preparar su equipo y armadura. No se puede salir al campo de batalla si
no se está bien preparado y entrenado. La oración es el ejercicio espiritual
que templa nuestro valor y nos motiva en nuestro empeño. Además, es por
medio de la oración que el soldado cristiano recibe de su Capitán el plan
de batalla y la consigna a cumplir.
Necesitamos de la oración para ahorrar tiempo. La oración no es un
sustituto para el trabajo, ni tampoco es un recurso para liberarnos del tra-
bajo. Lamentablemente, hay creyentes que usan la oración como excusa
para no involucrarse en otros ministerios activos dentro del reino. Pero la
oración nos da eficacia en el trabajo y nos permite hacer mucho más de lo
que nuestras fuerzas y capacidades humanas pueden lograr. La oración es
una necesidad práctica para el cristiano, y ella misma es 'trabajo: según la
Biblia.
¿Cómo oraban ellos?
Jorge Whitefield, el famoso evangelista inglés, decía: '¡Oh, Señor, dame
almas o toma mi alma!'
Tomás de Kempis, el gran místico medieval inglés, oraba: 'Dame lo que
tú quieras y cuando tú quieras. Llévame donde tú desees, y haz conmigo
siempre, lo que te plazca.'
Dwight L. Moody, el notable evangelista norteamericano, oraba: 'Úsame,
mi Salvador, para el propósito que quieras, y en el camino que estimes con-
veniente. Aquí, delante de ti, está mi pobre corazón como un vaso vacío.
Llénalo con tu gracia:
Martín Lutero, el gran reformador alemán, en la noche anterior a su viaje
para presentarse ante el emperador Carlos V, ante la Dieta de Worms,
oraba: 'Dios, mi Dios, sostenme tú contra toda la sabiduría y razón huma-
nas ... ¡Oh, házlo, tú que puedes, Señor! En ti espero ... En ti confío ... Tú
eres verdadero ... Tú eres eterno.'
David Brainerd, misionero entre los pieles rojas de Norteamérica, oraba:
'¡Señor, a ti me doy ... Acéptame, y que sea tuyo para siempre. No deseo
más, ni deseo menos.' Las últimas palabras escritas en su diario, siete días
antes de su muerte, fueron: '¡Oh ven, Señor Jesús, ven pronto ... Amén.'
Agustín de Hipona, el gran teólogo del siglo v, oraba: l\ntes aún que yo
haya elevado mi voz hacia ti, tú, oh misericordioso, me has llamado y me
has buscado, a fin de que yo pudiera hallarte y, hallándote, amarte:
Para qué orar 177

Ejercicio ,g.la respuesta prometida.


Copiar los siguientes pasajes bíblicos que prometen respuesta a nuestras oradones:
,. Salmo 91.1S: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
::a.lsaías41.17: _______________________
J.lsaíasS8.g: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4.lsaías6S.24: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
5. Jeremías. 33.3: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
6. Zacarías13.g: _____________________
7.lucas11.9: _______________________
8. Juan 14.14: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

En definitiva, ¿para qué orar?


En la tradición católica romana, el Padrenuestro termina con las palabras
'más líbranos del mal: mientras que en la tradición protestante se agrega
una frase que no figura en todas las versiones bíblicas: 'Porque tuyos son el
reino yel poder y la gloria para siempre. Amén: Ésta es una extraordinaria
afirmación. Notemos que Jesús dice: 'Tuyo es el reino.' El presente indica
que Dios sigue siendo soberano Señor, que él no ha abdicado nunca, y que
todavía reina. El 'poder' y la 'gloria' son el poder y la gloria de su reino, no
las versiones bastardas de este mundo o las ofertas espurias que Satanás le
ofreció a Jesús en sus tentaciones del desierto. El poder del reino y la gloria
del reino son el único poder y la única gloria. Todo lo demás es poder fic-
ticio y gloria que se desvanece.
Estas verdades son las que le dan a la oración su razón de ser. Los cris-
tianos oramos porque lo hacemos a un Rey cuyo reino, poder y gloria son
'para siempre.'
La oración adquiere sustancia y valor, sentido y pertinencia preci-
samente a partir de esta afirmación fundamental con la que se cierra y
corona el Padrenuestro. Ahora, a partir de aquÍ, podemos descubrir el fun-
damento de la oración de poder. Y al hacerlo, encontramos ciertos corola-
rios que afirman el propósito de la oración.
Primero, la oración es realidad. Hay quienes consideran que la oración
es un buen ejercicio, pero que no va más allá de una cuestión emocional y
psicológica, y no alcanza al nivel de una realidad. Si es aSÍ, ¿para qué orar?
No obstante, ¿cómo puede ser irreal la oración, si sus resultados son tan
reales? La oración cambia vidas y transforma las cosas. Una mera ilusión
7Blla oración de poder

o la autosugestión mental no es capaz de operar los cambios increíbles que


opera la oración de poder. Cualquier cristiano sabe por experiencia propia
que cuando ora todo va mejor, y cuando no lo hace, algo esencial está fal-
tando. Si no observas tu tiempo de oración quieto por la mañana, posible-
mente tendrás que soportar una hora inquieta por la noche. La oración es
una realidad que no podemos desvalorizar ni dejar de lado.
Segundo, la oración es receptividad. ¿Receptividad a qué? Precisamente,
la oración es receptividad a su realidad. La receptividad es el camino por
el cual el Señor penetra hasta la intimidad de nuestro ser. Es el abandono
de todos los temores, de todas las inhibiciones y particularmente de todo
sentimiento de egoísmo, para descansar en los fuertes brazos del Señor.
Esta actitud de abandono voluntario y de sumisión a la soberana voluntad
divina es esencial para la oración de poder.
E. Stanley Jones: Esta entrega no significa destrucción.
No significa que nos transformamos en una viscosa
insignificancia en su presencia. Significa que ofrecemos a
Dios un 'yo' alerta, ya no ansioso de seguir su propio camino,
sino deseando seguir el Camino. Un 'yo' que, sabiendo que
le corresponde el segundo lugar, está deseoso de servir al
Primero. Un 'yo' rendido a Dios no es una masa inerte. 11
Tercero, la oración es respuesta. Si la oración fuese sólo receptividad nos
dejaría condicionados en el aspecto pasivo de la relación con el Señor. Nos
dejaría en la actitud de recibir sin emprender. Pero la oración es creadora,
es vitalizadora. Cuando oramos la oración de poder siempre vamos a ter-
minar haciendo algo. La impresión a la hora de la oración siempre crea la
expresión a la hora de la acción. Quien hace una pausa para orar, no se va
a quedar quieto sin responder. En la oración aprendemos a conjugar los
verbos en voz pasiva, para luego conjugarlos en voz activa en la acción. Por
eso, Alexis Carrel decía que 'La oración es la energía más poderosa que
uno puede generar.'
E. Stanley Jones: La oración es una forma de energía, porque
quienes oran no malgastan energías en actividades triviales,
en correr en círculo, en precipitarse a toda velocidad a
ninguna parte. El corazón equilibrado que ora está seguro
de su orientación y de sus recursos y avanza de tarea en tarea
con tranquila confianza. Quienes no oran están apresurados,
confusos.' 12
Cuarto, la oración es renovación. Los seres humanos somos como los relo-
jes viejos, que poco a poco vamos generando la tendencia a atrasar. La
vida cristiana necesita de la cuerda que tensa los resortes y que nos pone
en funcionamiento con toda efectividad. Y esta cuerda es la oración. Ella
es la que nos da la energía que necesitamos para servir en el mundo. Pero
Para qué orar 179

ella también es la que nos ofrece la dirección que nos hace falta para no
errar al blanco ni equivocarnos en cuanto a la meta. De modo que en la
oración encontramos la fuente de una renovación permanente, que nos
mantiene siempre listos para servir a Dios y al prójimo en el poder del
Espíritu Santo.
Quinto, la oración es revisión. Es imposible orar y no pasar por un pro-
fundo proceso de introspección. La oración funciona como una especie
de máquina de rayos x, que penetra profundamente en los repliegues de
nuestro ser interior y expone todo lo que desagrada al Señor. A través de
la oración no sólo nos encontramos con Dios, sino también con nosotros
mismos. En este sentido, la oración es un poder sumamente revelador y el
instrumento más propicio para una profunda revisión de vida. Y cuando
esto ocurre, la oración también nos ayuda a saber de qué cosas debemos
deshacernos, a fin de correr con más efectividad hacia la meta que nos
es propuesta. Por eso, el autor de la carta a los Hebreos nos amonesta,
diciendo: 'despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado
que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por
delante' (Hebreos 12.1).
c. Stacey Woods: Cuando el cristiano peca, se interrumpe su
relación con Dios. Esto no quiere decir que haya perdido su
vida en Cristo, sino que no puede tener comunión con Dios.
Esta comunión solamente puede ser restablecida mediante la
confesión del pecado-una confesión tan individual y específica
como el pecado mismo-una confesión que reconoce el pecado
como lo mira Dios, y lo llama por el nombre que Dios usa para
él-ya sea la mentira, la codicia, la envidia, la falta de amor, la
impureza de palabra, de pensamiento y de hecho. Para allegarnos
a Dios con fe y con sinceridad, debemos hacer una confesión
completa de todo pecado. l3
Sexto, la oración es relajación. Cuando la oración se interpreta como mero
hecho ritual u obligación religiosa se corrompe y termina en agotamiento,
inseguridad, incertidumbre y rutina sin sentido. Pero cuando pensamos
de la oración como una pausa confiada en los brazos de Aquél que no sólo
nos escucha sino que está presto a respondernos, la oración se transforma
en una fuente de paz y confianza. Las palabras de Jesús en Lucas 11.5-13 nos
animan a considerar a la oración no como una obligación religiosa, sino
como una vía legítima para apropiarnos de las maravillosas promesas del
Señor. No hay una sola súplica que haya brotado de nuestros corazones
rendidos al señorío de Cristo, que haya caído en saco roto o se haya per-
dido en el vacío de la indiferencia por parte del Señor. Podemos relajarnos
y confiar en que él siempre escucha nuestros ruegos y siempre responde a
los mismos.
80 Ila oración de poder

John White: La esencia de nuestra relación con Dios no está


en lo que obtenemos en términos de seguridad personal o
prosperidad material, sino en nuestra comunión con él y en
nuestra paz mental. Usted puede tener absoluta seguridad
física, y sin embargo carecer de paz. 14
Séptimo, la oración es redención. La oración es capaz de operar el mila-
gro más grande de todos, que es el de liberarnos de nosotros mismos. De
hecho, si la oración es auténtica, no nos oramos a nosotros mismos (como
el fariseo de la parábola de Jesús), sino al Padre. Y cuando lo hacemos, sali-
mos de nuestra soledad y aislamiento para entrar en estrecha comunión
con Aquél que nos oye. Ahora podemos hacer frente a las dificultades, las
decisiones, las desilusiones, y los deseos no desde el vacío de nuestra sole-
dad, sino redimidos de ella por la oración. Y lo hacemos en compañía del
Señor que no nos abandona. Las cosas que antes nos ataban y oprimían,
ahora se han ido deshaciendo y disolviendo por el poder de la oración.
Octavo, la oración es regocijo. No hay una fuente mayor de gozo para
el cristiano que saberse amado por un amor tan grande como el amor de
Dios. La oración nos introduce a la esfera de su amor y nos permite respi-
rar su aroma suave y profundo. Cuando a través de la lente de la oración
podemos contemplar la grandeza de! amor y misericordia de Dios por
nosotros, no podemos menos que llenarnos de esa alegría desbordante,
que es e! gozo cristiano. El salmista estaba convencido de que era así, por
eso afirmaba su fe, diciendo: 'Me llenarás de alegría en tu presencia, y de
dicha eterna a tu derecha' (Salmo 16.11). Nótese que es en la presencia del
Señor y a su derecha que se encuentra la fuente de este gozo. Y estas imáge-
nes bíblicas no son otra cosa que expresión de la experiencia de profunda
oración y comunión con e! Señor a través de la oración.
E. Stanley Jones: Hay gozo en el corazón de la oración-e! gozo
de saberse en p¿Sesión de la respuesta a cuanto pueda acontecer.
El corazón que ora es un corazón confiado, no confiado porque
se haya hipnotizado a sí mismo, sino por la comprensión de que
todo cuanto pueda acontecer será superado, vencido y utilizado.
Una versión distinta traduce de la siguiente manera e! conocido
versículo (Salmo 91.1): 'El que escoge el lugar secreto del Altísimo
como su habitación permanente estará siempre en contacto con
la omnipotencia de Dios: Este es el secreto de nuestra hilaridad
interior. Puedes reír a la vida porque tienes fuerzas de sobra para
enfrentarla. 1 s
Para qué orar 181

ejercicio 20. 'Clama a mí y te responderé:


lee Jeremías 33.3 y completa los espados en blanco con frases del texto, que Ilustren la Idea:

,. Se nos ordena orar: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

2. Se nos promete una respuesta: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

l. Se nos anima atener fe: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

.1 J 2 L;; .J ilbA!.] iJtil 21 2. j ss 3M dl


Para
profundizar,

Tarea 7. ¿Para qué oran las personas?


Colocar el pasaje bíblico que corresponda:
El efecto del pecado sobre ...
La conciencia: ________________________

El entendimiento: _ _ _ _ _ _ _ __ _ __ _ _ __ _ _ __ _

La mente: __________________ _______

El corazón: _________________________

La voluntad: _ _ _ _ _ __ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _

Pasajes: Romanos 1.28 Tito 1.15 Efesios 4.17-18


Romanos 1.21 Romanos 7.15-21.

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841la oración <le poder

Tarea 8. ¿Para qué orar si hay tantas otras cosas qUe hacer?
la Biblia nos anima a que aclamemos alegremente aJehová.
Podemos hacer esto en oración.
Pesquisa de palabras. Para hacer esta pesqui~a de palabras será necesario recordar que
las palabras están escritas hacia delante, para atrás, nara arriba, diagonalmente, para abajo.
Cuando encuentres una palabra, hazle un círculo o miÍrcala con iluminador, yseñala la palabra
en la lista. Cuando hayas descubierto todas las palabtas, toma todas las letras sobrantes en su
debido orden, divídelas adecuadamente ytendrás una parte del Salmo 95.1, versículo que tiene
que ver con la adoración al Señor.
Aclamad Admirar Adorar Afecto
Agradar Agradece Alqbanza Aleluya
Alegrarse (en Dios) Alzar (la voz) All)ar Anhelar
Añorar A{oa Balí! /)8.5.»:)8».05) ,BP»,9jrJP»
Bendito Bienaventurado BO(:a Bocina
Cantar Címbalos Complacer Coronar
Cuerdas Decacordio Eleva (himnos) Engrandece
Entonad Exaltad Fla~ta Glorificar
Homenaje Honrar Júbilo labios
lengua Magnificar Ob~decer Pandero
Rendir Salterio Servid Tributad
Voz
Para qué orar I 85
. . .' ,.. ~ . ,,' ,.

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861 La oración de poder

Tarea p. ¿Para qué oran los cristianos?


La oradón ha sido ordenada por Dios.
Dibujar un cofre vacío en el espacio en blanco. Colocar dentro del cofre todos los pasajes bíblicos
que indican que la oración ha sido ordenada por Dios y es un imperativo para los creyentes:

Pasajes: 1Crónicas 16.11 2úónicas 4.19 lsaías 30.15


Jeremías 32.33 Oseas 14.2 Zacarías 7.11 Mateo 7.7
Mateo 26.41 Lucas 18.1 Lucas21.36 Juan 16.24
Efesios 6.18 Filipenses 4.6 Colosenses 4.2 1Tesalonicenses 5.17
1Timoteo 2.8 Santiago 4.7 Santiago 5.13

Tarea 10. ¿Para qué orar si el universo está gobernado por leyes?
La obra restauradora de Dios en Cristo.
Completar el bosquejo de un sermón, desarrollando los puntos principales, dándoles forma
homilética, y utilizando los pasajes bíblicos sugeridos u otros.
1. Comienzo.
¿Dónde comienza?, ¿en el corazón y la voluntad humana?
2. Continuación.
¿Qué acelera o retarda la confianza y obediencia del ser humano al Padre?
¿Qué lugar tiene la vida de oración en este proceso?
3. Culminación.
¿Cuándo culmina la obra restauradora de Dios en Cristo?
¿Dónde se expresará en su plenitud esta obra del Señor?
Pasajes: Juan 14.1-2 Juan 15.7-10 2 Pedro 3.13
1Juan 3.2-5 Apocalipsis 21.27
En casi todas las áreas de nuestra vida cristiana, los creyen-
tes generalmente demostramos ser más efectivos en nuestra teoría que en
nuestra práctica. No tenemos mayores problemas en la verbalización de
nuestra fe, pero nos cuesta mucho vivir la fe con todas sus consecuencias.
Siempre la praxis cristiana es más complicada que la doctrina cristiana.
Los cristianos no hemos encontrado mayores dificultades en elaborar una
ortodoxia adecuada (un creer correcto), pero sí hemos enfrentado con-
flictos a la hora de manifestar una ortopraxis efectiva (un hacer correcto).
La oración es una de las áreas de la vida cristiana donde esto es bien cierto.
Sabemos bastante bien qué es la oración, pero no tenemos muy claro cómo
orar.
Jack Taylor: Si volviera al pastorado otra vez, trabajaría con mi
pueblo sobre maneras específicas de desarrollar nuestro tiempo
con Dios. A menudo hablamos sobre cómo una persona debería
usar su tiempo a solas con Dios; sin embargo, un gran porcentaje
de cristianos entra en su lugar de oración buscando la presencia
de Dios y no sabe qué hacer. Ora en voz alta, pero como no están
habituados a oír su voz cuando están a solas, resulta en algo
nuevo e incómodo para ellos. 1
Es interesante que cuando los discípulos interpelaron a Jesús en cuanto al
tema de la oración, no le pidieron una definición de la misma o una expli-
cación sobre su carácter, sino que simplemente le dijeron: 'Seflor, enséña-
nos a orar' (Lucas 11.1). Es decir, preguntaron sobre cómo orar de manera
eficaz.
881la oración de poder

Benito Pérez Galdós: Yo sé lo que es la oración: una súplica


grave y reflexiva, tan personal, que no se aviene con fórmulas
aprendidas de memoria; una expansión del alma que se atreve a
extenderse hasta buscar su origen.
Jesús nos enseña cómo orar. No es su intención que hagamos de la ora-
ción una suerte de cantinela interminable, sino que la transformemos en
una experiencia única de comunicación con nuestro Dios. Si aprendemos
de nuestro Maestro, a través de la labor docente del Espíritu Santo, cómo
comunicarnos con el Padre en oración, habremos descubierto la clave para
una vida cristiana victoriosa y un ministerio fructífero en el reino. En este
capítulo prestaremos atención a algunos de los elementos más importan-
tes, que pueden ayudarnos a desarrollar una oración de poder. Cada uno
de estos elementos es una respuesta al interrogante básico de este capítulo:
¿cómo orar?

Ejercicio 21. Orar es 'acercarse al trono de la gracia' (Hebreos 4.16).


Colocar la letra que corresponda:
Jesús nos enseñó que debemos orar con ...
A. Reverencia humilde. _Mateo6.S
B. Constancia persistente. _Mateo 6.6
c. Obediencia sumisa. _Mateo6.g
D. Expectativa enorme. _Mateo6.7
E. Confianza ilimitada. _Mateo6.8
F. Sinceridad profunda. _ Mateo 7.7-8
G.lntimidad confiada. _Mateo 6.10
H. Actitud perdonadora. _ Mateo 21.22
l. Espontaneidad práctica. _ Marcos 11.25
J. Certeza confiada. _lUcaS18.1

En el nombre de Jesús
Jesús fue bien claro en su enseñanza en cuanto a la oración y la manera de
practicarla. El primer elemento que él enfatizó en cuanto al método de la
oración fue el uso de su nombre en la misma. 'Cualquier cosa que ustedes
Cómo orar 189

pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo


que pidan en mi nombre, yo lo haré' (Juan 14.13-14).
¿Qué significa orar en el nombre de Jesús?
La raza humana está quebrada en cuanto a su justicia delante de Dios. Una
persona puede tener algo de dinero, pero ser insolvente. El ser humano
puede tener algo bueno de lo que jactarse delante de los demás, pero no
puede estar de pie ante la justicia de Dios. Delante de él, todos somos cul-
pables. Dios no sólo ve nuestras acciones y palabras, sino también discierne
los pensamientos e intenciones del corazón. Delante de él, todos somos
pecadores. Nuestra justicia natural está teñida de pecado y es inaceptable
para él, cuya esencia es la santidad. Delante de él, todos somos inmundos.
El profeta sintetiza nuestra condición humana frente a Dios de la siguiente
manera: 'Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justi-
cia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas:
nuestras iniquidades nos arrastran como el viento' (Isaías 64.6).
El ser humano no tiene méritos guardados con los cuales pueda com-
prar el favor de Dios. Por eso, el ser humano no puede traer sus súplicas a
Dios en su propio nombre y esperar una respuesta. Del mismo modo que
alguien en bancarrota no puede presentar un cheque en el banco y esperar
que se lo paguen, el ser humano pecador se muestra moral y espiritual-
mente insolvente frente a la santidad de Dios.
Pero hay Alguien que no está quebrado en cuanto a su justicia delante
de Dios: Jesús. Él cumplió a la perfección con la ley santa de Dios. La Biblia
testifica que 'no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de
nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma
manera que nosotros, aunque sin pecado' (Hebreos 4.15). Y agrega: 'Nos
convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado
de los pecadores y exaltado sobre los cielos' (Hebreos 7.26). Es más, Jesús
fue mucho más allá del mero cumplimiento de la ley y vivió una vida de
'incalculables riquezas' (Efesios 3.8). Lo que nos llena de asombro es que él
desea compartir estas riquezas incalculables con los seres humanos peca-
dores, que estén dispuestos a seguirlo con obediencia. Éste es el sentido de
lo que Jesús promete en Juan 14.14. Él promete hacer lo que le pidamos en
su nombre, pero con una condición: 'Si ustedes me aman, obedecerán mis
mandamientos' (Juan 14.15). Y aquí está la clave para el cumplimiento de la
promesa 'Lo que pidan en mí nombre, yo lo haré:
Por eso, el Señor estableció una relación entre él y su iglesia, que se
corresponde a la comunidad de intereses que existen entre un esposo y su
esposa, que se aman. En Adán fuimos desheredados, pero en Cristo somos
hechos herederos. En Adán perdimos nuestro nombre y derechos, pero
en Cristo recibimos su nombre y posición. Como esposa de Cristo pode-
mos no tener un centavo y nuestros cheques no valen nada. Pero podemos
tomar abundantemente de la fortuna de nuestro esposo y, en consecuencia,
I
90 La oración de poder

nuestros cheques serán honrados si tienen la firma de él. Cuando oramos,


lo que hacemos es presentarle nuestros cheques para que él los firme. Por
eso, oramos en su nombre.
Es la vida que permanece la que se torna en vida abundante, y esta vida
es posible por el poder de la Palabra y la presencia del Espíritu Santo en
nosotros. En la medida en que nos rendimos, confiamos y obedecemos,
entramos en esta nueva experiencia de pedir 'en su nombre: y de recibir
'muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el
poder que obra eficazmente en nosotros' (Efesios 3.20). Nuestra relación
con Cristo es la única base sobre la que podemos esperar confiadamente
tener una respuesta a nuestras oraciones.
Ahora, los creyentes no usamos el nombre de Jesús como un fetiche
o un amuleto, como una fórmula mágica o una suerte de encantamiento
milagroso. Nosotros pronunciamos su nombre con inteligencia. Lo hace-
mos entendiendo que el nombre representa la realidad del poder amoroso
del Señor. De modo que cuando oramos al Padre en el nombre de Jesús, es
como si Jesús mismo lo estuviese haciendo. Mi fe descansa confiada en el
hecho de que ya no soy yo quien ora, sino Jesús mismo, porque me dirijo
al Padre 'en su nombre', de parte de él. Además, oramos en el nombre de
Jesús basados en las instrucciones precisas que nos proporciona la Palabra
de Dios.
¿Por qué debemos orar en el nombre de Jesús?2
La Palabra de Dios nos presenta varias razones por las que debemos orar en
el nombre de Jesús. Por un lado, debemos hacerlo porque Dios ha exaltado
tanto a su Hijo, que le ha dado un nombre que es sobre todo nombre en
el cielo, la tierra y el infierno (Filipenses 2.9-11). Yo pronuncio su nombre
con intrepidez para dominar a todos los otros nombres. Frente al nombre
de Jesús (la realidad de quién es él y lo que él hace), todo poder natural o
sobrenatural en este mundo se rinde. El nombre de Jesús es el único que
puede salvarnos, es decir, hacer que nuestra vida sea plenamente humana,
conforme al designio eterno de Dios (Hechos 4.12).
Además, todo lo que yo pido en su nombre él lo hará, para que el Padre
sea glorificado en el Hijo (Juan 14.13). Con toda confianza hablo en su
nombre, para que el Padre sea glorificado. Hay una razón trascendente
para que oremos en el nombre de Jesús, y es que cuando lo hacemos, la
gloria de Dios encuentra la oportunidad de manifestarse. Quién es Dios y
todo su poder se ponen de manifiesto toda vez que invocamos el nombre
de su Hijo.
Tercero, debemos orar en el nombre de Jesús simplemente porque esto
es lo que nos indicó y prometió nuestro Señor. Él dijo: 'lo que pidan en mi
nombre, yo lo haré' (Juan 14.14). Yo sé que ese algo incluye la salvación,
sanidad, suplir las necesidades, liberación, y toda otra cosa que conside-
remos importante para el cumplimiento del eterno propósito de nuestro
Cómo orar 191

Creador en Cristo Jesús. Si él nos ordenó orar así y nos hizo semejante pro-
mesa, ¿quiénes somos nosotros para desobedecer a Aquél a quien hemos
aceptado como nuestro Señor?
Cuarto, debemos orar en el nombre de Jesús, porque él dijo que todo lo
que le pidamos al Padre en su nombre, él nos lo va a dar (Juan 16.23). No
hay razón por la que no aceptemos la verdad de esta promesa. En realidad,
si dudamos que esta promesa es de cumplimiento literal, entonces pode-
mos dudar de cualquier cosa en relación con nuestro Señor y de él mismo
como Hijo de Dios y Mesías verdadero. Cuando pedimos algo, debemos
hacerlo siempre a nuestro Padre celestial, en el nombre de su muy amado
Hijo.
Quinto, debemos orar en el nombre de Jesús, porque él dijo a sus dis-
cípulos (y nos dice también a nosotros hoy), que hasta ahora no hemos
pedido nada en su nombre (Juan 16.24a). Es interesante que, aun habiendo
vivido toda una vida de oración efectiva, en el juicio de Jesús todavía no
hemos empezado a orar en serio. Sus recursos son tan inagotables, que
todas nuestras oraciones más poderosas y confiadas no pueden agotar-
los. Por eso, él continúa diciéndonos que pidamos y recibiremos. Por si ya
nos hemos cansado de tanto pedirle y de tanto recibir de él, nos anima a
seguir haciéndolo en su nombre para que nuestro gozo sea cumplido (Juan
16.24b). Nuestra alegría rebosa debido a las grandes y poderosas respuestas
del Señor, cuando oramos en su nombre.
Sexto, con el apóstol Pedro, sin temor podemos declarar que no tene-
mos nada, pero que lo que sí tenemos es lo que podemos dar, y frente a
las necesidades que nos rodean, ordenar la realización de la voluntad de
Dios 'en el nombre de Jesucristo de Nazaret' (Hechos 3.6). Esto no es usar
el nombre de Señor como una fórmula mágica o una especie de 'abraca-
dabra. Es expresar la certeza de que su presencia poderosa es real y que al
orar recibimos una autoridad y poder sobrenaturales por estar fundados
confiadamente en él.
Séptimo, debemos orar en el nombre de Jesús, porque al hacerlo esta-
mos confesando nuestra sencilla fe en él. Es por su nombre y por esta con-
fianza en su nombre que las personas pasan de muerte a vida, los enfermos
son sanados y aquellos que han vivido en cautividad del diablo pasan a la
libertad maravillosa de los hijos de Dios (Hch 3.16). No hay otro nombre
en este lado de la eternidad, por el que los seres humanos podamos llegar a
conocer una humanidad plena y una sanidad completa (Hechos 4.12).
Octavo, debemos orar en el nombre de Jesús, porque todo lo que hace-
mos, sea de palabra o de hecho, debemos hacerlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él (Colosenses 3-17)·
La instrucción de la Palabra de Dios es precisa, y como en cualquier otro
caso, lo más sabio que podemos hacer es obedecerla. La apelación al
nombre de Jesús no es opcional, cuando se trata de cualquier acción que
emprendamos como hijos de Dios.
92 ¡la oración de poder

Noveno, debemos orar en el nombre de Jesús, porque al hacerlo libe-


ramos un poder que de otro modo n() encontraría oportunidad para
expresarse. Ésta es la razón por la que p()demos echar fuera demonios en
el nombre de Jesús (Marcos 16.17). Si lo hiciéramos a nombre propio o a
nombre de otro, correríamos el riesgo de que nos ocurra lo que les pasó
a los siete hijos de Esceva (Hechos 19. 13-16). La autoridad que tenemos
sobre las obras de Satanás descansa en el poder que representa el nombre
de Jesús.
Décimo, debemos orar en el nombre <le Jesús, porque es en él que reci-
bimos todas las cosas y es por él que lo mejor de Dios ocurre en nues-
tras vidas. De modo que nuestra gratitud y acción de gracias por todo lo
que somos y recibimos de Dios deben set dadas al Padre 'en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo' (Efesios 5.20). El nombre de nuestro Señor es la
clave para orientar nuestra gratitud y darle significado a nuestra acción de
gracias.
Y, finalmente, debemos orar en el nombre de Jesús, pero no usando su
nombre CDmf> un feticne o un amuJeto. COmo si fuese Ja varita mágica capaz
de producir todo tipo de fenómeno asombroso y deslumbrante. Debemos
apelar a su nombre sabiendo que el miSmo representa 'toda potestad .,.
en el cielo y en la tierra' (Mateo 28.18, RVR). No se trata meramente de un
ejercicio de formalidad litúrgica ni de eXigencia dogmática. El nombre de
Jesús no es una fórmula religiosa que se Impone debemos aplicar a la ora-
ción para que ésta merezca el calificativ() de cristiana y la apreciación de
ser completa. El nombre de Jesús signifiQ\ poder para hacer realidad lo que
pedimos, conforme a la voluntad de Dio~.

Ejercicio 22. En el nombre de Jesús.


Formar grupos pequeños para discutir brevemente el tema:
¿Qué significa orar en el nombre de Jesús?
Sacar conclusiones para compartir en plenario.

Con obediencia
En 1 Juan 3.22-24, el apóstol nos compartc! el secreto de la oración de poder,
la oración eficaz que recibe respuesta: 'recibimos todo lo que le pedimos
porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada: Y
amplía el concepto entrando en detalles: 'Y éste es su mandamiento: que
creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos
a los otros, pues así lo ha dispuesto. El que obedece sus mandamientos
permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en
nosotros? Por el espíritu que nos dio.'
Cómo orar I 93

La oferta gratuita de salvación que Dios hace a través de Cristo alcanza


a todo el mundo. A quienquiera que lo reciba, le es dado llegar a ser hijo
de Dios. Pero no es sino hasta que se da este primer paso de obediencia,
que podemos reclamar estas grandes y preciosas promesas de respuesta a
la oración. Estas promesas son parte de la herencia de quienes son hijos de
Dios a través de Cristo. Dice Pablo: "Todas las promesas que ha hecho Dios
son 'sí' en Cristo:' (2 Corintios 1.20). No podemos limitar la misericordia
de Dios, pero es sólo en el nombre de Jesús y a través de sus méritos, que
tenemos el derecho de demandar estas promesas delante de Dios. Pedro
se refiere a los cristianos a quienes escribe como 'los que por la justicia de
nuestro Dios y Salvador Jesucristo han recibido una fe tan preciosa como
la nuestra: Y agrega: 'Así Dios nos ha entregado sus preciosas y magníficas
promesas para que ustedes, luego de escapar de la corrupción que hay en
el mundo debido a los malos deseos, lleguen a tener parte en la naturaleza
divina' (2 Pedro 1.1, 4). Las promesas de Dios y su cumplimiento nos perte-
necen en razón de nuestra posición en relación con Dios.
Es el privilegio de cada hijo de Dios reclamar estas maravillosas prome-
sas de respuesta a la oración, y de recibir constantemente lo que piden al
Señor. Es parte de su derecho de nacimiento real como hijos de Dios. Pero
puede ocurrir lo que ocurrió con los hebreos de la antigüedad, que por su
desobediencia e incredulidad fracasaron en poseer buena parte de la tierra
prometida, que era su posesión de parte del Señor. Pocos creyentes hoy
gozan la experiencia constante de tener respuestas a la oración en sus vidas
diarias, y en buena medida esto es debido a la presencia de la desobedien-
cia en ellos.
La falta de respuesta a la oración se debe mayormente al pecado de un
amor limitado a Dios yal prójimo, y la carencia de una profunda confianza
en Dios. La falta de amor y de fe son cosas que contristan al Espíritu Santo.
La falta de amor y de fe retarda e impide la obra de gracia del Señor en
nuestros corazones. Es por esta obra de gracia que el Señor produce ese
amor que resulta en el cumplimiento de la ley. Y es esa misma fe la que
nos capacita para remover las montañas de las dificultades y descubrir las
respuestas a nuestras súplicas al Señor.
John C. Maxwell: Recibimos de Dios porque le obedecemos.
Esa es la condición que debemos cumplir para poder acercarnos
a Él en oración. Si vamos a desarrollar una creciente relación
con Dios y llegar a ser personas fuertes en la oración, debemos
obedecer. Mantenernos alejados del pecado no es suficiente.
Tampoco la fe. Si nuestros labios confiesan que creemos,
pero nuestras acciones no lo demuestran con un despliegue
de obediencia, esto prueba la debilidad de nuestra creencia.
La obediencia debe ser el resultado natural de la fe en Dios.
Quien obedece a Dios, confía en Él y le obedece. 3
941 La oración de poder
No es suficiente que rindamos a Dios una obediencia temporaria o cir-
cunstancial, a fin de recibir de su mano alguna bendición deseada. La vida
de poder consiste en una obediencia permanente a Dios, que se expresa
a través de una rendición sincera y total (1 Juan 3.22-24). Esta consa-
gración es, primero, a buscar 'primeramente el reino de Dios y su justi-
cia' (Mateo 6.33). Segundo, a presentar al Señor nuestro cuerpo, nuestro
tiempo, nuestros medios, nuestras oportunidades, y todo lo que somos y
tenemos 'como sacrificio vivo' (Romanos 12.1). Y, tercero, a dar al Espíritu
Santo vía libre en nuestras vidas, para querer y hacer la voluntad del Señor
en todo (Efesios 5.18).
Y al permitirle a él hacer su obra en nosotros, podemos pedir confiada-
mente, y él obrará a través de nosotros y por nosotros. Debemos confesar
nuestro fracaso y desobediencia ante Dios y entrar más plenamente a la
posesión de estas preciosas promesas, que se nos ofrecen en su Palabra.
Recordemos que 'Dios no escucha a los pecadores, pero sí a los piadosos
ya quienes hacen su voluntad' (Juan 9.31). Todos somos pecadores; pero
hay pecadores que le desobedecen, y hay pecadores que hacen su voluntad.
Seamos de los segundos y así nuestra oración será eficaz.

Ejercicio 23. Remover las montañas.


Completar con pasajes bíblicos de apoyo la siguiente declaración:
la falta de respuestas a nuestra oración de cada día es el resultado del pecado, de un amor a
Dios yal prójimo limitado, yde la carencia de confianza en el Señor. El pecado nos separa de
Dios ( l. Estas cosas contristan al Espíritu Santo ( l, yretardan
e impiden su obra de gracia en nuestros corazones, por la que él produce ese amor que es
el cumplimiento de la ley ( ). Es esta fe la que nos capacita para remover las
montañas de las dificultades ( l.
Pasajes: Isaías 59.1-2 Romanos 13.10
Marcos 11.22-26 Efesios 4.30-32

Con fe
Suele ocurrir con frecuencia en la vida cristiana que las verdades más sim-
ples son las más difíciles de aprender. Quizás Jesús tenía esto en mente
cuando les decía a sus discípulos: 'Por eso les digo: Crean que ya han reci-
bido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán' (Marcos 11.24).
Parece un planteo simple, pero nosotros lo complicamos con racionaliza-
ciones, justificaciones, excusas, distracción, o lo que es peor, incredulidad.
Para evitar estas cosas y permitir a nuestra fe expandirse y expresarse en
plenitud, a fin de que nuestras oraciones sean verdaderamente oraciones
Cómo orar 195

de poder, es necesario que reflexionemos acerca de la importancia de la fe


en la oración.
Sólo Dios es supremo en poder, en sabiduría y en amor. En consecuen-
cia, sólo Dios debe ser el objeto supremo de la fe del ser humano. Pero
desde que éste puso en dudas el amor y la veracidad de Dios (Génesis
3.4-5), los seres humanos hemos dejado de confiar en Dios. Como resul-
tado, hemos comenzado a confiar en nosotros mismos, en los demás, en
nuestras instituciones, y en los recursos que hemos inventado a través de
la ciencia y la tecnología. Es a esta confianza mal colocada que se deben las
mayores tragedias de la vida. Nuestra fe en lo más cercano y querido, en lo
más noble y mejor, no tiene justificación, a menos que esté ligada a Dios,
en primer lugar. Es imposible tener confianza (es decir, fe) en nada ni en
nadie, a menos que nos apoyemos en el Señor. Fuera de él, todo lo demás
es arena movediza.
Esto no nos quita, ni anula, ni deja de lado la confianza en la natura-
leza humana y sus vastas posibilidades. Recordemos que en relación con el
ser humano y sus capacidades, la Palabra dice: 'lo hiciste poco menos que
un dios, y lo coronaste de gloria y de honra; lo entronizaste sobre la obra
de tus manos, ¡todo lo sometiste a su dominio!' (Salmo 8.5-6). Pero no
importa cuán bien dispuesto pueda estar uno ni cuán capaz sea para lograr
algo, la naturaleza humana seguirá siendo ~ébil y sujeta al fracaso, a menos
que esté fortalecida por el poder del Dios eterno. La carne, por distinguida
que sea, no puede hacer lo que Dios puede hacer.
Muchos que han dado el primer paso de fe al aceptar a Cristo como
Señor de sus vidas y al confiar en él para el perdón de sus pecados, fracasan
en el caminar diario de la fe. Fracasan porque no confían en el Señor. No
descansan en la realidad de que él puede suplir las necesidades inmedia-
tas y comunes de la vida. Fracasan porque no toman en cuenta las pre-
ciosas promesas del Señor en cuanto a que él oye y responde a nuestras
oraciones.
La Palabra es bien clara al señalar que 'sin fe es imposible agradar a
Dios' (Hebreos 11.6). Incluso la lectura de la Biblia carece de provecho si
no se hace con fe. Como indica el autor de la carta a los Hebreos, tomando
como ilustración la experiencia de los judíos: 'Porque a nosotros, lo mismo
que a ellos, se nos ha anunciado la buena noticia; pero el mensaje que escu-
charon no les sirvió de nada, porque no se unieron en la fe a los que habían
prestado atención a ese mensaje' (Hebreos 4.2). Oír o leer la Palabra no es
suficiente; hace falta hacerlo con fe. La fe es el ingrediente esencial de la
vida cristiana. La fe, con la estampa de Cristo sobre ella, es la moneda que
compra las bendiciones en el reino de los cielos. Esta moneda es aceptada
como justicia en el banco del cielo. Es la falta de esta moneda la que empo-
brece la vida del creyente, paraliza a la iglesia, deshonra a Dios y retarda el
establecimiento de su reino.
961 La oración de poder

John C. Maxwell: La falta de fe tiene un impacto increíblemente


negativo en la vida del cristiano. Sin fe la oración carece de
poder. Incluso Jesús no pudo realizar ningún milagro en Nazaret
porque la gente no tenía fe (Marcos 6.1-6) .... La fe es realmente
un asunto de confianza. Jesús dijo: 'y todo lo que pidiereis en
oración, creyendo, lo recibiréis: Las personas muchas veces son
remisas a poner su confianza en Dios. Pero cada día confían en
otros sin cuestionar, ostentando una fe que a Dios le agradaría
recibir de ellos. 4
Esta fe viviente y triunfante descansa en nuestro Salvador viviente y triun-
fante. Es el Cristo victorioso quien la inspira y sostiene. Él es su autor y
consumador. Es a través de la palabra que llegamos a conocerle, y es por
este medio que nuestra fe es evocada. Es por el Espíritu Santo que lo vemos
como reaL Ya través de vidas rendidas al señorío de Cristo ya la influencia
del Espíritu, y corazones obedientes a la Palabra, somos capacitados para
ejercer esta confianza en nuestra vida diaria y vivimos 'por la fe en el Hijo
de Dios' (Gálatas 2.20). Además, es por el ejercicio continuado de esta fe,
que ésta se aumenta y madura, y nos capacita más y más para demandar las
promesas de Dios cuando nos acercamos a él en oración.

Ejercicio :a4.la falta de fe.


Colocar el pasaje bíblico que corresponda:
Feyduda: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Fe y temor: _______~______~_~____- -
Feyenfermedad: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _- - - - - -
Feyhambre: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: Mateo 15.21-28 Santiago 1.6-8
Mateo 16.8-10 Mateo 8.25-26

En el Espíritu
Después de describir el pecado y la condenación de los impíos, en su corta
carta Judas pasa a exhortar a los creyentes a la perseverancia. Marcando el
contraste entre unos y otros, señala: 'Ustedes, en cambio, queridos herma-
nos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su san-
tísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor
Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna (Judas 20-21).
Cómo orar 197

Pablo A. Deiros: Judas exhorta a orar 'en el Espíritu Santo'


(ver Efesios 6.17-20). ¿Hay otra manera posible de hacerlo? Es el
Espíritu el que nos habilita para orar 'Padre nuestro que estás en
los cielos .. .' (Romanos 8.15-16). El Espíritu es también quien nos
ayuda a orar como conviene e intercede por nosotros conforme
a la voluntad del Padre (Romanos 8.26-27). En la literatura
cristiana primitiva, la frase 'en el Espíritu' significa generalmente
'bajo la inspiración o control del Espíritu Santo: y con referencia
a la oración indica una oración en la que el Espíritu Santo suple
las palabras. Además, orar en el Espíritu es la única manera de
ser edificados en una fe santa. De allí la necesidad de hacerlo
continuamente (¡ Tesalonicenses 5.17).5
Dios el Espíritu Santo ha estado presente en la relación de Dios con el ser
humano desde el principio de la creación. Fue el Espíritu el que puso orden
en el caos, cuando 'iba y venía sobre la superficie de las aguas (Génesis 1.2).
Fue el Espíritu el que llamó a la humanidad al arrepentimiento en los días
de Noé (Génesis 6.3). La relación del Espíritu Santo con el ser humano ha
sido una realidad desde el momento mismo de su creación y a través de
todas las experiencias de la raza hasta el presente.
Dios el Espíritu Santo ha estado también capacitando, fortaleciendo,
dando sabiduría a sus siervos e inspirando sus escritos, que llegaron a ser
las Escrituras. Como Dios en acción, el Espíritu ha estado manifestándose
permanentemente a los seres humanos, dándoles a conocer la voluntad
y propósito divinos. Pablo afirma que 'toda la Escritura es inspirada por
Dios: y este proceso de inspiración, redacción, transmisión, preservación,
traducción y difusión de la Palabra de Dios ha sido la obra maravillosa del
Espíritu Santo. Él es quien transforma a la Palabra escrita en un instru-
mento 'útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en
la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para
toda buena obra' (2 Timoteo 3.16-17).
Además, Dios el Espíritu Santo ha sido el fundador de la iglesia y ha
estado activo a lo largo de toda su historia. Él es quien convence a los seres
humanos de sus pecados y los atrae a Cristo (Juan 16.8-u). Él es también
quien llama a las personas a salir del mundo y separarse para Dios como
parte de su pueblo. El Espíritu es también quien consuela e instruye al
pueblo del Señor. Así lo prometió Jesús y así es: 'El Consolador, el Espíritu
Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas
y les hará recordar todo lo que les he dicho' (Juan 14.26). Él es quien da
discernimiento espiritual y fortalece al ser interior. Por eso, Pablo oraba
por los efesios que, 'por medio del Espíritu y con el poder que procede
de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser'
(Efesios 3.16). Él es el poder que mora en el creyente, lo capacita para
vivir la vida cristiana victoriosa y hace de su cuerpo un templo de Dios.
981la oración de poder

Nuevamente, Pablo pregunta: '¿Acaso no saben que su cuerpo es templo


del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de
Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un pre-
cio' (1 Corintios 6.19-20).
Dios el Espíritu Santo es el que inspira toda oración verdadera a Dios
el Padre. Así como Cristo intercede por nosotros a la diestra de Dios, así
el Espíritu intercede en nosotros y a través de nosotros, iluminando nues-
tras mentes para que pidamos conforme a la voluntad de Dios. Él es quien
suple la fe en Dios que necesitamos para orar con confianza, y nos da tam-
bién el amor hacia Dios y el prójimo que hace falta para que la oración sea
efectiva. Como dice Pablo: 1\.sí mismo, en nuestra debilidad el Espíritu
acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo inter-
cede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras'
(Romanos 8.26).
Michael Green: ¡Cuán formidablemente alentador es esto!
Tenemos en el Espíritu un intercesor divino, que reside dentro
de nosotros, que nos enseña a orar y que ora juntamente con
nosotros. Quizá sea esta la razón por la cual raramente-si es que
alguna vez-encontramos en el Nuevo Testamento una oración
dirigida al Espíritu. El Espíritu Santo es aquella parte de la deidad
que nos ha sido concedida para capacitarnos en la oración. La
oración cristiana normalmente es ofrecida al Padre mediante el
Hijo, o 'en su nombre: yen' o a insinuación del Espíritu. 6
La oración imbatible es aquella que se eleva en el poder del Espíritu Santo.
Pero si lo resistimos en rebeldía contra Dios, y lo contristamos al no perdo-
nar a otros, y lo blasfemamos poniendo en duda o cuestionando su poder,
y lo apagamos en nuestra incredulidad, nuestra vida de oración seguirá
débil e inefectiva. Y seguirá así hasta que confesemos nuestros pecados y
corrijamos nuestros caminos.
Pablo A. Deiros: La oración no es simplemente un ruego
temeroso y egoísta. La oración debe ser un acto de comunión
espiritual con Dios. La oración debe ser para nosotros la
apertura de nuestros corazones a la entrada del Espíritu, que
conoce nuestras debilidades. La oración es, después de todo,
la confesión de nuestra dependencia de un Poder superior.
y no podemos dejar de reconocer cuán esencial es la oración
para nuestra edificación como templos de Dios. Sólo cuando
hacemos un esfuerzo consciente por construir un carácter
cristiano descubrimos cuánto dependemos del Espíritu Santo.
Cualquier esfuerzo personal por mejorarnos va a fracasar.
Pero si le permitimos al Espíritu hacer su obra, el resultado
será maravilloso. 7
Cómo orar 199

Ejercicio 25. Espíritu Santo ycarácter.


Trazar una línea según corresponda:
Espíñtu de sabiduría 1 Samuel 10.6

Espíritu de juicio Jueces 3.10


Espíñtu de fuerza 2 Pedro 1.19-21

Espíritu de profecía Exod028.3


Espíritu de revelación 2Samuel23.2
Espíritu de inspiración Jueces 14.6

Según la Palabra
La fe evangélica se caracteriza por una firme convicción en que la Biblia es
el registro inspirado de la Palabra de Dios, y fuente autoritativa en cuestio-
nes de fe y de práctica. Los cristianos creemos que Dios nos habla a través
de las palabras del texto sagrado, y que lo que dice es útil para ayudarnos
a crecer y madurar como creyentes, mientras somos edificados en la fe. La
Palabra de Dios es el alimento básico de la vida cristiana. Ella nos nutre y
fortifica, de modo que podamos estar en condiciones de servir a Dios y al
prójimo con toda fuerza, poder y autoridad.
Hay una relación bien estrecha entre la lectura de la Biblia y la ora-
ción. Ambos ejercicios espirituales funcionan como los dos cilindros de
un motor, coordinando su fuerza para producir el movimiento. La Palabra
es como el alimento, mientras la oración es como la respiración. Ambas-
son necesarias para el desarrollo de la vida cristiana normal. Sobre todas
las cosas, la Palabra nos 'da letra' para la oración, bajo la guía del Espíritu
Santo. Es decir, así como el Espíritu nos dirige para orar como conviene, la
Biblia nos ofrece las palabras adecuadas para hacerlo con efectividad.
Dietrich Bonhoeffer: Orar sobre la base de la Palabra de Dios; a
base de promesas. La oración cristiana se asienta en el principio
firme de la Palabra revelada, y nada tiene que ver con deseos
vagos, egoístas. Oramos a causa de la oración del verdadero
hombre Jesucristo. Esto es lo que quiere significar la Escritura
al decir que el Espíritu Santo ora en nosotros y por nosotros;
que Cristo ora por nosotros; que sólo en nombre de Jesucristo
podemos orar verdaderamente a Dios. 8
lOO I La oración de poder
Sobre todo, la cantidad enorme de promesas que están registradas en las
páginas de ambos testamentos, es un material sumamente valioso para
ayudarnos en nuestras oraciones. Y estas promesas encierran un poder
de convicción y certidumbre que tonifica nuestras peticiones. Como dice
Pablo: "Todas las promesas que ha hecho Dios son 'sí' en Cristo. Así que
por medio de Cristo respondemos 'amén' para la gloria de Dios" (2 Corin-
tios 1.20).
Dios es bien claro cuando nos promete: 'No violaré mi pacto ni me
retractaré de mis palabras' (Salmo 89.34). Lo que él dice es cierto, y lo
que él promete lo cumple. Su compromiso personal con los creyentes es:
'Lo que he dicho, haré que se cumpla; lo que he planeado, lo realizaré'
(Isaías 46.11). La Biblia nos dice que Dios no puede mentir, y aquello que
él ha prometido es lo que él va a cumplir. Por esto, la oración más segura
es la que se apoya en las propias palabras y promesas del Señor, conforme
han sido registradas en la Biblia, bajo la inspiración del Espíritu Santo. De
allí que, cuando reclamamos una promesa que está en la Biblia y cum-
plimos con condiciones que están su realización,
podemos certidumbre de sólo a nuestra

"'''1<0'''<0 como
distorsionarla,
corlvemj!ncl.a. Leer entre
~rp,.,n'<n< y sacar las pro-
RM~I~IDiIOS. no sólo que no
COIIDe1tenlqt un pecado que

::~~m~~;~t;lf!l~::e;stán escritas.
formales de
parte de Dios orientados a traer su bendición a nuestras vidas. La Biblia
es un documento legal-es un testamento, un pacto, un compromiso for-
mal-que expresa la voluntad de Dios a nuestro favor, en tanto estemos
dispuestos a obedecerlo y someternos a ese acuerdo con él. Este testamento
o pacto ha sido firmado con sangre, la sangre de Cristo, que es la sangre del
nuevo pacto entre Dios y nosotros. En consecuencia, debemos tomar con
seriedad lo que el testamento dice.
Si parte de una promesa menciona algo que nosotros debemos hacer,
pues entonces, debemos hacerlo, para que cuando reclamemos el cumpli-
miento de esa promesa en oración, lo podamos hacer con pleno derecho.
Muchas promesas son condicionales, es decir, Dios se compromete a hacer
algo por nosotros, pero a condición de que nosotros hagamos algo por
él. Sobre todas las cosas, las promesas de Dios demandan obediencia de
nuestra parte. Dios no está obligado a cumplir con su parte del acuerdo, si
nosotros no cumplimos con la nuestra, es decir, si no estamos dispuestos
a obedecerle.
Cómo orar 1101

John C. Maxwell: Permítame enseñarle también cómo se ora


sobre las Escrituras. Comience seleccionando un pasaje de la
Biblia que le hable a su corazón sobre un asunto sobre el que
quiere orar. Para orar por el pasaje solamente personalícelo
mientras lo lee, aplicando su mensaje a usted mismo o a otra
persona por la que está orando. Responda al pasaje mental,
emocional y espiritualmente, y siéntase libre de detener la
lectura y continuar orando según el Espíritu de Dios le inste a
hacer. Descubrirá que cambia su vida. Cada vez que pide a Dios
en oración que se cumplan sus promesas, Él le bendecirá de una
manera especial.... Una vez que haya aprendido a orar sobre las
Escrituras y lo convierta en parte de su devocional regular, se le
hará difícil no orar así cada vez que lea su Biblia. Descubrirá que
cuando un versículo le causa una fuerte impresión, detendrá
su lectura y lo aplicará a usted y a otros. Es realmente
transformador. 9

Ejercicio 26. Conforme a la Palabra de Dios.


Leer Marcos 11.24 y completar los espacios en blanco con frases del texto que ilustren
la idea expresada en cada caso:
Cuando oramos conforme a la Palabra de Dios, la oración es exitosa, porque ...
1. TIene motivos definidos: ___________________

2. Expresa una actitud de dependencia:


_______________
Jo Manifiesta una fe profunda: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

40 Espera resultados concretos:

..... i tu . ; dLU ! .... . ¡1U L. dJI! [jj JOb; )b 2Jj ;.

Con especificidad
Muchas de nuestras oraciones caen en el vacío no porque Dios ignore nues-
tra necesidad o no esté dispuesto a satisfacerla. Pero sí porque en nuestra
confusión y falta de guía del Espíritu Santo disparamos nuestras oraciones
c:omo cohetes o flechas sin rumbo, que terminan por no hacer blanco en
ninguna parte. Llama la atención que frente a una necesidad bien evidente
como la del ciego Bartimeo, Jesús le preguntara: '¿Qué quieres que haga
por ti?' (Marcos 10.51). El Señor no se muestra redundante ni incapaz de
darse cuenta de una necesidad humana por demás de clara, sino que desea
que la criatura en necesidad sea específica en su pedido, para que él pueda
responderle con la misma especificidad.
1021la oración de poder
Nuestras oraciones deben ser específicas, como cualquier otro aspecto
de nuestra vida cristiana y especialmente de nuestra relación con el Señor.
Nuestra confesión será más provechosa si identificamos la desobediencia
y el pecado que hemos cometido. El perdón de Dios es más inmediato y
directo si mencionamos por nombre las faltas de las que el Espíritu nos
convence. Nuestra acción de gracias será más auténtica si mencionamos
nuestras bendiciones una por una y somos 'agradecidos en todo' y con
todo detalle. Nuestras peticiones serán más fervientes si pedimos por
aquellas necesidades definidas que nos presionan en el momento, sin olvi-
dar ninguna. Nuestra intercesión será más sincera si presentamos al Señor
nombre por nombre a las personas que queremos que él bendiga. Nues-
tra alabanza y adoración será más bendecida si reconocemos al Señor en
todos sus atributos y cada una de sus acciones a nuestro favor.
Dios ya conoce nuestros deseos. No oramos para informarlo sobre
nuestra realidad y circunstancias humanas. Dios quiere que experimente-
mos una comunión íntima con él en oración. En realidad, oramos a fin de
conocerle mejor a él. Oramos a fin de que nuestra respuesta en obediencia
a él sea más concreta y comprometida. Oramos a fin de fortalecernos y ser-
vir mejor a otros. A lo largo de la Biblia encontramos a Dios honrando los
pedidos específicos. Él sigue inclinando sus oídos y dice al creyente: '¿Qué
quieres que haga por ti?' (Marcos 10.51).

Ejercicio 27. Pedidos específicos.


Confecdonar una lista de pedidos específicos a la luz de los siguientes pasajes:
1. Mateo 5.44:
______________________
2. Santiago 5.16-18: ____________________
3. Santiago 1.5-6: _____________________
4.1 Juan 5.16: ______________________
s. Colosenses 4.3:

Dios se complace en responder a la oración específica. Puede parecer más


sublime y santo comunicarnos con él en oración, pidiéndole que nos dé
conforme él quiera, sin hacer pedidos concretos. Una voluntad sumisa será
siempre agradable a Dios. Una voluntad así debe ser el telón de fondo de
nuestras oraciones, un telón contra el que proyectemos nuestros pedidos
específicos, según lo que él nos enseña en su Palabra. Las generalizacio-
nes y vaguedades en la oración sólo resultarán en respuestas indefinidas e
inefectivas. Una oración indefinida tendrá respuestas indefinidas, porque
en el fondo una oración así expresa falta de fe o una fe débil.
Cómo orar 1103

La oración específica nos libera de malos hábitos en la oración. La


pereza y la falta de compromiso y fe suelen vestirse de resignación. Esto
no honra a Dios, ni nos trae consuelo ni resuelve los problemas ajenos.
Jesús oró por cosas específicas. y haríamos bien en seguir su ejemplo. La
historia bíblica y la historia del testimonio cristiano están llenas de ejem-
plos de respuestas específicas a oraciones específicas. Estos ejemplos con-
tinúan inspirándonos hoy. En razón de que Ana pidió y recibió un hijo.
muchos cristianos han hecho lo mismo para gozarse con el mismo resul-
tado (1 Samuell.26-2B). Porque Isaac pidió y recibió una esposa. muchos
cristianos han hecho lo mismo y han comprobado que Dios es un Dios de
propósito (Salmo 37.4). Dado que la iglesia pidió y recibió la liberación de
Pedro. muchos cristianos atravesando aflicciones y dificultades semejantes
han hecho lo mismo, para volver a gustar del maravilloso poder del Señor
(Hechos 12.5. 12).
La oración definida demanda un conocimiento profundo de la Palabra
de Dios y una actitud de obediencia a ella. Esto presupone un andar fiel
con el Maestro y la sujeción a su voluntad. Pero también presupone una
búsqueda diaria de la llenura del Espíritu. a fin de que él limpie y renueve
la vida. Además. esto presupone una transformación cotidiana de la vida
conforme con su plenitud.

Ejercicio 28. Oraciones específicas.


¿Qué fue lo que pidió aDios de manera específica cada uno de los siguientes personajes bíblicos?
Jesús (Juan 11.40-42): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
David (Salmo 51.12): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
David {Salmo 86.15-16): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Ezequías (2 Reyes 20.2-5): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
J La iglesia (Hechos4.2g): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Con paciencia y perseverancia


El ser humano es la más frágil de todas las criaturas que el Señor creó.
y lo es especialmente en el sentido moral y espiritual. La inconstancia. el
cansancio espiritual, la flojera moral, el desánimo y la impaciencia muchas
veces echan a perder nuestras mejores producciones y posibilidades. No
es extraño, pues, que conociendo la naturaleza humana como la conocía,
Jesús procurase alertar a sus seguidores sobre este peligro. especialmente
en lo que hace a la práctica de la oración de poder. Según Lucas lB.1. 'Jesús
les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar
lo41la oración de poder
siempre, sin desanimarse: Y les comparte la parábola de la viuda insistente
frente a 'un juez que no tenía temor de Dios ni consideración de nadie:
¿Qué pasa cuando sentimos que hemos reunido todas las condiciones
para recibir una respuesta a nuestra oración y ésta no viene? Después que
hemos reunido las condiciones y reclamado la promesa en el nombre de
Cristo, y todavía no recibimos respuesta a nuestra oración, ¿qué hacemos?
¿Qué hacer cuando todavía no cambian las circunstancias por las que
oramos, no se ablanda el corazón ni se rinde la voluntad de aquellos por
quienes intercedemos, no hay solución al problema que enfrentamos? No
debes desalentarte, sino perseverar con fervor y paciencia, porque como
dice Hebreos 10.23, 'fiel es el que hizo la promesa: Esto es agradable a Dios
y honra su nombre. Hay, pues, en la economía de Dios una secuencia de
cumplimiento inexorable: Dios hace una promesa -la fe confía en ella y la
toma-la esperanza se goza creyéndola-la perseverancia la hace real.
John White: Para algunos [la perserverancia] significa confiar
en que Dios nos dará la luz en medio de la confusión, que nos
ayudará a entender su perspectiva, y a modificar nuestro punto
de vista. Esa perseverancia en la oración no puede ser sino
buena. Es el tipo de actitud que adoptó Abraham cuando el
juicio de Sodoma. Pero para otros, perseverar en oración significa
arremeter contra toda resistencia hasta doblegar a Dios mismo.
Significa golpear con nuestros nudillos a las puertas del cielo
hasta sangrar, y lograr que, finalmente, nos abran. Si esta clase
de oración perseverante no fuera otra cosa que un ejercicio de
vanidad o de masoquismo, no sería tan malo. Sin embargo, en
la práctica, no sólo desanima a la persona que ora llevándolo a
veces a la desesperación, sino que también deshonra a Dios. 10

Ejercicio 2 •• Oraciones con respuestas.


,. ¿Has reunido todas las condiciones para una oración con respuesta?
(Marca con Xen cada caso).
_ He aceptado a Cristo como el Señor de mi vida.
_ He reconocido a Cristo como mi único ysuficiente Salvador.
_ He confesado a Cristo delante de los demás como mi Señor.
_ He sido bautizado en su nombre yestoy sujeto en obediencia a él.
_ He escudriñado su Palabra y confirmado su voluntad en cuando a mi vida de oración.
_ He orado con fe yexpectativa, siendo específico en mi ruego.
Cómo orar 1105

_ He sometido mi ruego a la voluntad soberana del Seiior.


_ He agradecido por fe la respuesta del Seiior.
_ He aguardado mnfiado la respuesta del Seiior.
20 ¿Has recibido respuesta concreta a todas tus oraciones? _ Sr _ NO

Leyendo las páginas del Nuevo Testamento podemos ver que hubo momen-
tos en que debieron tomarse decisiones importantes, cuando estaban en
juego grandes cosas. Frente a circunstancias así, los apóstoles, la iglesia pri-
mitiva e incluso el Señor mismo, ayunaron y oraron. Buscaron el rostro de
Dios y persistieron en la oración hasta alcanzar la respuesta. Por cierto, esto
no debe hacerse como un acto meritorio. Éste fue el error de los fariseos,
a quienes Jesús condena como hipócritas (Mateo 6.16). Por el contrario, la
recomendación del Señor a sus seguidores es: 'cuando ayunes, perfúmate
la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás
ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve
lo que se hace en secreto, te recompensará' (Mateo 6.17-18).
Por otro lado, esto debe hacerse como un acto de contrición y sumi-
sión al Señor. Para ello, es necesario que tengamos presente lo siguiente en
cuanto a la oración paciente y persistente, especialmente cuando va acom-
pañada de ayuno: 1. Debe ser en obediencia humilde a su Palabra. 2. Debe
ser con el fin de asegurar un desapego más completo de toda influencia
que distraiga. 3. Debe ser para contar con un tiempo sin interrupciones
de oración y búsqueda de la Palabra (Joel1.14). 4. Debe ser para pedir al
Espíritu del Señor que nos escudriñe y nos revele cualquier pecado no
confesado ni perdonado, cualquier raíz de amargura escondida o falta de
perdón, cualquier pedido de disculpa no ofrecido o restitución no hecha,
cualquier impedimento para el testimonio y la respuesta a nuestra oración
(Joel 2.12). 50 Debe ser para enfrentar los desafíos de testimonio y servicio
más compenetrados del poder de Dios (Marcos 9.28-29). CS. Debe ser para
poder discernir más cabalmente la voluntad del Señor (Hechos 13.2-3).
7. Debe ser para poder acompañar decisiones importantes en total suje-
ción al Señor (Hechos 14.23).
José Ramón Carud: Necesitamos retomar el ayuno que le agrada
a Dios. El que se realiza con un corazón humilde delante de él
buscando sinceramente su rostro. Cuando vamos a su presencia con
el solo propósito de buscar comunión y no exaltarnos a nosotros
mismos por la 'hazaña' de permanecer muchos días sin comer. 11
lo61la oración de poder
,
... •...

Ejercicio 30. Ejemplos de ayuno.


Colocar el pasaje que corresponda:
1. Moisés __________ 2oIsrael _ _ _ _ _ _ _ _ __
J. Elías _ _ _ _ _ _ _ _ __ 4. Esdras _ _ _ _ _ _ _ __

5.Daniel __________ 6.Cristo __________


7.Pablo _ _ _ _ _ _ _ __ 8. los líderes de Antioquía _ _ _ __
9. Pablo yBernabé _ _ _ _ _ __ 10. Cornelio _________

Pasajes: 1Reyes 19.8 Daniel 10.3


Hechos 14.23 1Samuel7.6 Esdras 10.6
lucas 4.1-2 Hechos 10.30

No debemos olvidar con cuánta paciencia y bondad Dios ha esperado que


nuestra pobre percepción espiritual captase la idea de una vida de obe-
diencia a él. Quizás todavía somos renuentes en rendir nuestra voluntad
en obediencia a él. Con muchas idas y venidas hemos aprendido poco a
poco y de manera imperfecta a caminar el sendero de la fe. Sin embargo,
él no nos forzó ni nos apuró ni nos obligó a obedecerle. Él ejerce la misma
compasión y paciencia que nos pide a nosotros para nuestra oración, y
debemos esperar con el mismo amor y paciencia con que él espera. En
este sentido, es oportuno citar la amonestación del autor de la carta a los
Hebreos, cuando dice: 'Deseamos, sin embargo, que cada uno de ustedes
siga mostrando ese mismo empeño hasta la realización final y completa
de su esperanza. No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y
paciencia heredan las promesas' (Hebreos 6.11-12).
En esta espera santa con el Señor y en el Señor se encuentra una de las
lecciones más dulces de la vida de comunión con él. Estas lecciones son
las que edifican y completan nuestras vidas cristianas como ninguna otra
cosa lo puede hacer. Santiago dice: 'Pues ya saben que la prueba de su fe
produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra,
para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada' (Santiago 1.3-4).
Suele ocurrir que mucho antes de que tengamos alguna evidencia exte-
rior de respuesta a nuestra oración, recibimos por fe la seguridad interior
de que hemos sido oídos y que viene la respuesta. Entonces, no queda en
nuestro corazón oración alguna, sino una plegaria de alabanza y acción de
gracias. Este triunfo de la fe generalmeme precede a las grandes respuestas
a la oración.
Cómo orar 1107

Ejercicio 31. Paciencia yperseverancia.


1 Copiar los siguientes pasajes:
"
11 Salmo 27.13-14: --------------------------------------------
1
¡ Salmo 40.1: __________________________________________

Salmo 33.18: _ _ _ _ _ _'--_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Salmo 62.5-8: ______________________

Isaías40.29-31: ________________________

Isaías64.4: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Recuerda que nuestro Señor siempre responde a la oración paciente y per-


severante. Y él lo hace, porque así lo prometió. De labios de un abuelito, un
niño recibió la promesa de un álbum para los sellos postales que coleccio-
naba. Pasó la Navidad yel regalo prometido no llegó. Un día, comentando
con un amiguito los regalos recibidos en la Nochebuena, este pequeño le
mencionaba varias cosas, y entre ellas: 'Un hermoso álbum para sellos pos-
tales: Su mamá, que lo escuchaba, lo corrigió. 'Pero, si el álbum no te ha
llegado: 'No' -contestó él con firmeza- 'No ha llegado todavía, pero el
abuelo me lo prometió, y sin ninguna duda llegará: Así deberíamos pensar
aquellos que somos como niños en Cristo Jesús, dando por seguras las
promesas que él nos ha hecho.
Con eficacia y poder
En su carta universal, Santiago nos enseña que la oración de poder del
justo es grandemente efectiva. Dice él: 'La oración del justo es poderosa y
eficaz' (Santiago 5.16). El participio energouméne (GR. evepyou~EV'1, 'pode-
rosa') no es fácil de entender y traducir. Martín Dibelius lo entiende como
un adjetivo y traduce 'la oración vigorosa: l l Si se toma el vocablo como un
participio modal o temporal en voz pasiva, el término significa 'dotada de
poder: con la idea probable de que Dios o el Espíritu Santo es el agente, es
108 Ila oración de poder
decir, es una oración 'llena del poder de Dios: Si la expresión se toma en
voz media, entonces significa que la oración es 'ferviente: 'intensa' o quizás
(corno algunos lo interpretan) deba traducirse 'en su actuación' o 'en su
obrar: Es probable que el participio señale a Dios como el agente activo de
la oración. En cuyo caso, la oración es poderosa, pero no la oración en sí
misma, sino el Espíritu que la inspira y la respuesta de Dios a ella.
También es cierto que la oración eficaz ('ferviente' BJ, 'perseverante: o
'intensa') tiene mucha fuerza cuando obra o cuando es ejercida con poder.
Así ocurrió en el caso de Elías, 'un hombre débil como nosotros' (NBE), que
oró con insistencia y ocurrió lo que pidió. Su oración resultó en una sequía
de tres años y medio, y fue su oración la que le puso fin.
Pablo A. Deiros: Santiago afirma: 'La oración fervorosa del
hombre bueno tiene mucho poder' (vp). El versículo llama la
atención al poder de la oración ferviente y constante. Nótese que
este tipo de oración no es algo exclusivo de los grandes siervos
de Dios, como el profeta Elías, sino que todos los hermanos en la
comunidad pueden gozar de este poder. Al fin y al cabo, Elías era
un hombre corno cualquier otro (v. 17), y no obstante, su oración
fue muy poderosa. 13
Cuando pensamos en una oración eficaz, hay algunas cosas dignas de notar
respecto del poder de la oración. Primero, la oración tiene poder cuando
es fervorosa. Así fue la oración que resultó en la liberación de Pedro de la
cárcel. Hechos 12.5 dice que 'los de la iglesia seguían orando a Dios por él
con mucho fervor' (vp). Alejandro Maclaren, el gran predicador y expo-
sitor bíblico bautista del siglo XIX, dice sobre este caso: 'No es la perse-
verancia sino el fervor lo que realmente está en la mente del que escribió
este relato: Así oraba Jesús en el Getsemaní (Lucas 22.44). Así oró Elías en
la cumbre del monte Carmelo (1 Reyes 18.36-37). La oración fervorosa es
la que está inflamada por el fuego del Espíritu Santo. Recuérdese que el
aire frío queda abajo, y que sólo el aire caliente sube. Así es la oración efi-
caz. Como nos lo recuerda Gaspar Núñez de Arce, el poeta postromántico
español: 'Envuelta en sus flotantes vestiduras, / volaba a las alturas, / virgen
sin mancha, mi oración .. .'
Muchos creyentes consideran que el fervor espiritual es una expresión
de emocionalismo barato. Es cierto que si no tenemos un adecuado balance
en nuestras emociones podemos caer en excesos que resulten escandalo-
sos y que lejos de resultar en la edificación de los creyentes terminen por
lastimar la fe de algunos. Pero las emociones son parte legítima de nuestra
personalidad y deben tener una participación activa en nuestra vida de
oración. Una oración de poder será una oración llena del fuego del Espí-
ritu Santo y ¡e expresará con todo fervor emocional. De todos modos, las
emociones son un medio de expresión y no un fin en sí mismo, y debemos
cuidarnos dt toda forma de emocionalismo.
Cómo orar 1109

John White: Nunca es correcto armar artificialmente una especie


de estado fervoroso. Eso es carnal. Sólo puede provocarnos la
derrota. No nos lleva a ninguna parte. El resultado final será
el orgullo espiritual o bien un profundo desánimo. Y aquí
extraemos otro principio. No se aflija cuando no experimente
emociones profundas en la oración. La fe es una actitud de la
voluntad, que expresa: 'Sea que sienta o no que Dios está allí, sea
que sienta o no que él me oye, su Palabra me dice que él oye y
contesta, y yo voy a confiar en eso: 14
Segundo, la oración tiene poder cuando el que ora es justo. El adjetivo
calificativo que utiliza Santiago ayuda a comprender por qué muchas per-
sonas que oran no reciben una contestación definida a sus oraciones. El
justo es el que está bien con Dios de una manera práctica y cuya conducta
es agradable a los ojos del Señor. Se trata del creyente que guarda sus ves-
tiduras sin mancha de este mundo y huye del pecado. Los oídos del cielo
están atentos a la voz del tal, porque no hay barrera alguna que impida su
comunión con el Dios que le ama. Elías era un hombre así, y por eso San-
tiago lo presenta como el ejemplo de lo que la oración ferviente del justo
puede obrar. Aquel que tiene un corazón puro jamás cesará de orar; y aquel
que sea constante en la oración, sabrá qué es tener un corazón puro.
Tercero, la oración tiene poder cuando es constante. Ésta es la exhorta-
ción apostólica: 'Oren sin cesar' (1 Tesalonicenses 5.17). Debemos orar 'en
todo momento' (Efesios 6.18), sin interrupción (Colosenses 1.9), y'cons-
tantemente' (2 Tesalonicenses 1.n). ¿Qué significa esto? No se trata tanto
de una secuencia temporal o de un ritmo cronometrable. Es más bien una
actitud, es decir, la oración constante es la oración persistente. Así oró el
profeta Elías: 'insistentemente' (BJ, NBE). Debemos orar con insistencia y
constancia, no para cambiar la voluntad de Dios, sino para cambiar nues-
tra voluntad y poco a poco conformarla a la suya, que es perfecta. Como
enseñaba Charles H. Spurgeon: 'Si el Señor no le responde la primera vez,
esté agradecido de tener una razón para volver a orar. Si no le concede su
pedido la segunda vez, crea que lo ama tanto que desea escucharle la voz
una vez más: 1S
Además, la oración tiene poder cuando se dirige a Dios. Parece ilógico
pensar que pueda orarse a otro que no sea Dios. Pero a decir verdad, muchas
veces oramos al aire o, lo que es peor, oramos a nosotros mismos. Dietrich
Bonhoeffer dice que es posible hacer de la oración un espectáculo, no para
los demás sino para nosotros mismos, 'porque es muy tentador salir de
nosotros mismos y contemplar nuestras oraciones como observadores ...
En tal caso estamos orando con nosotros mismos ... Queremos decir nues-
tras oraciones y escucharlas al mismo tiempo, no conformándonos con
que Dios las escuche y nos muestre a su tiempo que nos ha escuchado:
110 Ila oración de poder

Ejercicio 32. El Señor nos escucha.


Completar el párrafo que sigue agregando las palabras que correspondan:
Recuerda que el Señor no nos escucha por la de nuestras plegarias, ni toma
en cuenta la cantidad de nuestras palabras. ~I no nos escuchará por la de
nuestras oraciones, ni tendrá en cuenta la elocuencia del lenguaje con el que nos expresamos.
Tampoco nos prestará oídos por la de los ruegos, computándolos según
su extensión oprofundidad. No los valorará por su , atendiendo anuestra
dulce voz oanuestra melodiosa entonación. Dios no nos escuchará por la de
nuestras peticiones bien razonadas, dispuestas yorganizadas. El Señor nos escuchará ynos dará
sus bendiciones en proporción ala de nuestras oraciones.
Palabras: geometría lógica musicalidad
aritmética retórica divinidad

La oración de la iglesia debe ser a Dios. Oramos a Dios el Padre, en el


nombre de Dios el Hijo, y en el poder de Dios el Espíritu Santo. Muchas
veces Dios no responde nuestras oraciones simplemente porque no ora-
mos a él sino que oramos a los demás. El lenguaje rebuscado, las fórmulas
rimbombantes y los clichés espiritualoides son algunas de las pelucas con
que pretendemos tapar la calvicie espiritual de nuestras oraciones. Ramón
Gómez de la Serna, escritor español del siglo xx, nos advierte: 'En la ora-
ción, la elocuencia se arredra y la retórica es un candil sin aceite. Caen
sobre nosotros como pesadas piedras las palabras que se exceden y si tene-
mos conciencia, nos abruma haberlas dicho:
Finalmente, la oración tiene poder cuando es definida. Así fue con la
oración de Elías. El pidió 'que no lloviese' y luego pidió lluvias. A veces
Dios no responde a nuestras oraciones simplemente porque, como indi-
camos más arriba, oramos ambiguamente. No es que él no sepa qué es lo
que nos conviene o qué es lo mejor conforme a sus propósitos. Pero sus
mejores deseos no se pueden hacer realidad a menos que tengamos una
adecuada sintonía de su voluntad para nuestras vidas. La oración eficaz
no se entretiene en ambigüedades, sino que va al grano en la presencia
del Padre, con la confianza que la especificidad del pedido va a encontrar
especificidad en la respuesta (Lucas 11.10-12).
Pablo A. Deiros: Sin embargo, conviene que se tenga presente que
una respuesta negativa de Dios a nuestra oración también es una
respuesta a la misma. No siempre Dios responde exactamente a
lo que pedimos. ~l nos ama y siempre nos da lo mejor, conforme
a su voluntad. La idea de que Dios siempre nos da lo que
pedimos, y si así no ocurre es porque no pedimos bien o hay
Cómo orar 1111

pecado en nuestra vida, es una idea que se halla muy difundida


en Hispanoamérica. Este concepto erróneo sobre la eficacia
de la oración causa mucho daño, no solamente a la iglesia
sino también a los creyentes individuales. El inválido que
sigue inválido a pesar de sus muchas oraciones piensa muchas
veces que esto es así por su falta de fe. Vale la pena recordar
aquí la experiencia del apóstol Pablo (2 Corintios 12.7-10) y
especialmente el contraste en Hebreos 11 entre los que vivieron
y triunfaron, y los que fueron destrozados y murieron, todos
por la misma fe. Cuando el ruego es específico siempre tiene
respuesta del cielo, cualquiera que ésta sea. 16

EJ.rclclo 33. Hay ciertas razones que impiden la respuesta de Dios anuestras oraciones.
Colocar el pasaje bíblico que corresponda:
Egoísmo: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pecado: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Falta de perdón: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: Salmo 66.18 Mateo 5.23-24 Santiago 4.3

En comunidad
De todos los grandes maestros cristianos contemporáneos, probablemente
uno de los más destacados ha sido Dietrich Bonhoeffer. Su espiritualidad
fue probada por la aflicción, ya que por resistir la obra del diablo en la
Alemania nazi, terminó sus días en el cadalso después de un tiempo en
prisión. En su libro Vida en comunidad, Bonhoeffer reflexiona sobre la
importancia de la oración en comunidad, enfatizando la necesidad de no
sólo orar juntos como cuerpo de Cristo, sino también de orar unos por
otros como hermanos en él.
Orar en comunidad es un gran desafío, y a veces resulta más difícil
de llevar a cabo que el leer la Palabra o cantar en comunidad. Quizás sea
así porque en la oración que hacemos cuando dos o tres de nosotros nos
ponemos de acuerdo para pedir algo, somos nosotros mismos los que
hablamos nuestra palabra. Cuando oramos a Dios como comunidad de fe,
(!s nuestra palabra, nuestra oración la que se expresa en relación a nues-
tra vida y nuestras necesidades. En la oración comunitaria, lo personal e
íntimo queda a un lado para priori zar lo que es común. y si se trae algo
personal como motivo de oración, de todos modos esa 'cualquier cosa' que
1121 la oración de poder

pedimos tiene que pasar primero por el proceso de ponernos de acuerdo


sobre ello (Mateo 18.19).
En la oración comunitaria no hay lugar para el egoísmo ni el egocen-
trismo. Es como cuerpo de Cristo que nos acercamos al Señor con nuestras
súplicas. Por eso, la oración comunitaria es la expresión más extraordi-
naria del altruismo cristiano. En este tipo de oración todo es común: las
peticiones, las confesiones, las alabanzas, la adoración, la acción de gra-
cias, la intercesión, la meditación, y todo se hace con alegría y confianza
compartida.
Dietrich Bonhoeffer: Todo recelo mutuo, todo temor de orar
delante de los demás con la libre palabra propia, puede dejarse de
lado allí donde con toda sobriedad y sencillez la oración fraternal
común se eleva a Dios mediante uno de los hermanos. Más
también puede y debe callar toda observación y crítica allí donde
se ora con débiles palabras en nombre de Jesucristo. El orar en
común es de hecho el aspecto más normal de la vida cristiana
en común, y por bueno y útil que sea nuestro celo de conservar
pura y bíblica la oración, no por ello debe sofocar la oración libre,
necesaria; pues ella recibió una gran promesa de Jesucristo. 17
La otra dimensión de la oración en común es orar por la comunidad. La
primera condición indispensable para posibilitar la oración del individuo
por la comunidad, son los ruegos de todos los demás por este uno y su
oración. La intercesión de otros es la que mejor nos capacita para orar por
ellos. En realidad toda oración en la comunidad de fe es mutua, es decir,
oramos por la comunidad, pero al hacerlo es la comunidad la que ora.
Quien se siente parte el cuerpo de Cristo, cuando ora por ese cuerpo, lo
hace a partir de su propia participación en el mismo. Cuando compartimos
la vida de la iglesia y conocemos sus aflicciones y problemas, sus anhelos
y esperanzas, su alegría y gratitud, entonces estamos en óptimas condicio-
nes para orar por ella. Cuando nos sentimos parte de la tarea en el reino
y estamos comprometidos con la misión de la iglesia, nuestra oración en
comunidad y por la comunidad adquiere una dimensión trascendente.
Es casi imposible orar por la comunidad con un corazón egoísta, cen-
trado en las necesidades propias, y movido por intereses mezquinos.
Quien ora por la comunidad lo hace como hermano entre hermanos. No
confunde su propio corazón con el de la comunidad de fe y lo que ora es
aquello que resulta del consenso colectivo y es del interés de todos. Esto no
anula las inquietudes personales ni la particular orientación espiritual del
individuo que ora. Pero su oración no es un estallido caótico de su propio
corazón humano, sino el fruto de lo que todos están sintiendo. Éste era
el clima espiritual en el aposento alto cuando fue derramado el Espíritu
el día de Pentecostés: 'estaban todos juntos en el mismo lugar' (Hechos
2.1) en obediencia al mandado de Jesús de que se quedaran en Jerusalén.
Cómo orar 1113
y allí, durante varios días, 'todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la
oración' (Hechos 1.14).
La agenda y el temario de la oración en comunidad y por la comuni-
dad. además de ser dirigida por el Espíritu Santo, es definida por la propia
comunidad. En un sentido bien real, cada comunidad cristiana es lo que
ora. Uno puede hacer un diagnóstico de la condición moral y espiritual de
una iglesia preguntándose por el contenido de sus oraciones. A su vez, la
vida, la salud y la integridad de la comunidad de fe dependen en alto grado
de su vida de oración en común. Como indica Bonhoeffer: 'Una comuni-
dad cristiana vive gracias a los ruegos que sus miembros elevan a Dios los
unos por los otros; en caso contrario está destinada a perecer:
Dietrich Bonhoeffer: La recitación de salmos nos enseña a orar
como comunidad. Ora el cuerpo de Cristo, y como individuo
comprendo que mi corazón es tan sólo una fracción íntima de la
oración entera de la congregación. Aprendo a unirme a los demás
en la oración del Cuerpo de Cristo. Esto me eleva por encima de
mis peticiones personales y hace que ore sin egoísmo. 18
Debemos confesar que el individualismo tan prevaleciente en nuestra cul-
tura contemporánea, nos ha engañado de tal manera que nos cuesta pen-
sar en el valor comunitario de la oración. Hemos llegado a tal punto en
nuestra confusión, que consideramos que la única espiritualidad posible es
la individual. Esto ha generado una espiritualidad sentimental, emocional,
privada, intimista e individualista, que dista mucho de la espiritualidad
que encontramos en la Biblia. Es cierto que la fe y la piedad de cada per-
sona individual son importantes, pero ello no deja de lado la experiencia
y expresión d.e la espiritualidad colectiva, especialmente en relación con
la oración. Si las vivencias interiores de nuestra fe no pueden ser com-
partidas, recibidas y enriquecidas por otros, es muy difícil que puedan
sobrevivir como vivencias sanas, positivas y edificantes. Cuando oramos,
el pronombre personal 'nosotros' y el posesivo 'nuestro' tienen que ser más
frecuentes que 'yo' y 'mío: si es que tales oraciones van a ser oraciones de
poder.
JackTaylor: ¿Qué es lo primero que aparece en la oración de
Cristo? Padre nuestro. Lo que quiere significar que reconozco
mi posición dentro del pueblo de Dios. Si tengo problemas con
otros cristianos, si en el corazón hay animosidades que no han
sido resueltas, si mi corazón está cerrado a algún hermano, no
puedo ni siquiera empezar a orar.... Por esta razón, cuando
vienes a orar, Dios te va a recordar de alguien con el que has
tenido dificultades y, en consecuencia, te sentirás con el corazón
incómodo y el alma agitada. '¡Padre nuestro!' Piensa en él como
Padre y considera a la familia. 19
1

1
Tar.a n. Debemos orar en el nombre de Jesús.
La Biblia nos enseña que el nombre de Jesús es poderoso.
(olocar el pasaje bíblico que corresponda:
Para sanidad: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para liberación: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para dar gracias: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para salvación: _ _ _ __ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _
Para señorío: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para proclamar el evangelio: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para petición: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Para tener vida eterna: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: Mateo 1.21 lucas24.47 Juan 14.13
Juan 20.21 Hechos 3.16 Hechos 16.18
Efesios 5.20 Filipenses 2.9-11
1161 La oración de poder

-'' ...
Tarea 12. Debemos orar con obediencia.
1. Leer Romanos 8.14-17 yGálatas 3.26-29; 4·7, 3~31~ Ha~e!_u".! Itsta_decualJ!l títulos que
tenemos como resultado de nuestra posición en relación con Dios por medio de Cristo.
a. __________________________________________________
b. ______________________________________________
c. __________________________________________________
d. _____________________________________________
2. Hacer una redacción de 300 palabras sobre el tema:
'La importancia de la obediencia en la vida de oración:

Tarea 130 Debemos orar con fe.


Colocar los pasajes bíblicos en el casillero que corresponda:
Yo puedo Todo lo puedo en Cristo
Confianza en sí mismo Confianza en el Señor

Pasajes: Proverbios 29.26 Salmo 118.8-9 Sofonías 3.1-2


Salmo 146.3-5 Jueces 9.26 Job 31.35 Job 15.31
2Corintios 1.9-10 Salmo 20.6-7 Salmo 78.21-22 Isaías264
Proverbios 3.5, 26 Filipenses 3.3 Proverbios 25.19 Jeremías 17.7
2Corintios 34 Salmo 49.6-7 Salmo 52.7 Proverbios 28.26a
Cómo orar 1117

i
T..... '40 Debemos orar en el Espíritu.
Leer los siguientes pasajes yluego presentar una explicaoón breve del significado de cada
1 a~ -,"---

1I ::::al Espíñtu cua:~--------------------


Efesios Tesalonicenses 4.30 1 5.19,
7.51

" Contristamos al Espíritu cuando:


JI - - - -

.~
'.~
Apagamos al Espíritu cuando: - - - - - - - - - - - - - -
:!
.:~

l. tI L UiI . iliLLiL j : 212 J 2i! J m J. . , JLL '.'.,"',',',,' j ... j á . J1 ;

T..... '50 Debemos orar con especificidad.


,. Repasar el Cuaderno de Oración y verificar las respuestas a las oraciones anotadas,
las promesas bíblicas relacionadas y especialmente la fecha de respuesta.
:l. Anotar nomenos de diez peticiones específicas más, consignando la fecha de petición,
motivo específico de petición, promesa bíblica relacionada yfecha de respuesta.
J. Estar preparado para dar testimonio de respuestas a oraciones específicas.

¡ T..... ,6. Debemos orar con paciencia y perseveranda.


!1 'Perseveren en la oración' (Romanos 12.12).
:1 ,. Leer los siguientes pasajes: Lucas 11.5-13; Mateo 15.21-28; Lucas 18.1-8.
:l. Preparar un breve estudio bíblico sobre la necesidad de ser constantes en la oración en base a
, estos tres relatos y pasajes bíblicos.

\. ,¡Ji ni ,EIt ¡Xl .3".. ¡11m} ...... UU JJLLUUilJliU@J. 4.J331L13 .., . . . . . . . . . . ..,{Jd '.' [}E.Ji. ik . a
1181 La oración de poder

Ejercicio opcional. Posturas en la oración.


Agrupar los siguientes pasajes según corresponda:
Pasajes: Génesis 24.26 1Reyes 8.54 Números 20.6
1 Reyes 8.22 ~od04.31 2Crónicas 6.13 JOSUé5.14
Marcos 11.25 ~Od012.27 Esdras 9.5 1Reyes 18.42
Lucas 18.11 ~od034.8 Salmo 95.6 Isaías 45.23
Daniel 6.10 2Crónicas 20.18 Lucas22.41 Hechos 7.60
Mateo 26.39 Hechos 9-40 Hechos 20.36 Hechos 21.5
Efesios 3.14
Inclinados De rodillas Postrados De pie
¿Qué es lo primero que viene a tu mente cuando
escuchas la palabra 'oración'? Muy probablemente, como ocurre con la
mayoría de los cristianos, la imagen o concepto que aparece es la de una
'actividad religiosa' de cumplimiento necesario y debido. En general, los
cristianos somos muy aplicados a la 'hora de la oración', pero nos cuesta
entender que la oración debe ser a toda hora. Si hay una hora para la ora-
ción, como dicen los españoles, respecto a las demás horas decimos 'ahora
no estamos en Misa: La oración es para el día del Señor, para resonar entre
las paredes del templo, para ocuparnos cuando nos dedicamos a las 'cosas
espirituales:
Tal parece que aplicamos el mismo criterio al contenido de nuestras
oraciones. Hay temas de oración que son frecuentes. Pero hay otros que
directamente brillan por su ausencia, por la razón que sea. Hemos desarro-
llado una suerte de actitud maniquea, que separa lo sagrado de lo profano.
y esta actitud termina por aislar la oración de la realidad y desarrolla un
cristianismo celeste, ajeno al mundo, que termina por producir una fe sin
nervio y una vida sin alma. Es como que se nos olvida que la oración tiene
que ver con la vida, y que todo lo que sea vital para la vida humana no es
ajeno a la oración.
De igual modo, si no queremos que nuestras oraciones sean expresión
de una fe muerta y un cristianismo embalsamado, es nec-esario que Dios
esté presente y activo en la oración. Es posible recitar una oración 'sin Dios:
y hacer de ella una inercia vital, así como a los cadáveres sigue creciéndoles
el pelo y las uñas. Es posible orar en la más aterradora ausencia de Dios. De
allí que, lo primero que debemos hacer es meter al Señor en nuestras ora-
ciones. Ésta es la única manera de conseguir que esta palabra 'oración' no
120 Ila oración de poder

siga sonando en nuestros oídos como una palabra vieja, ritualista, carente
de sentido y vacía. Es necesario aprender a orar en la calle, llevar la oración
a la vida y llevar la vida a la oración.
Para ello, es de fundamental importancia comprender por qué ora-
mos. Nuestra agenda de oración define, en buena medida, el carácter de
la misma y su efectividad y poder. En otras palabras, dime por qué oras
y te diré quién eres. En este capítulo intentaremos considerar algunos de
los temas de oración que pueden ayudarnos a hacer de la misma una ora-
ción de poder. No se trata de orar por cualquier cosa, sino por aquello
que realmente vale la pena orar. Como Alejandro Solyenitzin, el conocido
escritor ruso le hacía decir a uno de sus personajes: 'No hay que pedir en
las oraciones un paquete o una porción extra de sopa. Lo que los hombres
colocan más alto es abominable a los ojos del Señor. Hay que rogar por el
alma, para que el Señor aparte nuestro corazón del mal: Así, pues, ¿por
qué cosas orar?
Por cualquier cosa
dentro de la voluntad de Dios
La garantía más segura de respuesta a nuestras oraciones es cuando éstas
son expresión de la voluntad de Dios. El apóstol Juan nos enseña que: 'Ésta
es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme
a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras ora-
ciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido'
(1 Juan 5.14-15).
John White: ¿Qué de las súplicas al estilo 'Si es tu voluntad .. .'?
... La oración tiene que ver con el cumplimiento de la voluntad
de Dios. Él nos llama a la oración para que podamos colaborar
con él en el cumplimiento de su voluntad, o para que ampliemos
nuestra percepción de su persona. Pero la frase 'si es tu voluntad'
es a menudo una forma de escapismo. Implica no llegar a un
acuerdo con Dios. No me tomo la molestia de averiguar cuál es
la voluntad de Dios, ni tengo que ejercitar mi fe en el carácter
del Dios invisible, que obra milagros cuando los hechos parecen
insuperables. 'Si es tu voluntad' es, a veces, un gesto de pereza
disfrazado de reverencia; o una actitud de abandono, como la que
expresa el dicho popular: 'Lo que será, sen}.l
Por qué orar 1121

Ejercido J4. ¿Cómo describe la Biblia la voluntad de Dios?


Colocar la letra que corresponda utilizando la versión R\'R.
A. Agradable Romanos 9.18-19
"Buena _ santiago 1.18
C.lrresistible _ salmo 40.8
D. Agradable ypeñecta _ Apocalipsis 4.11
E. Amorosa _1 Juan 5.14

F. Misteriosa Efesios 1.11


G. Con designio _ Miqueas 7.18-19
H. Santificadora _ salmo 69.13
l. Regeneradora _ Efesios 1.9
J.Creadora _ 1 Corintios 12.11, 28

K.Soberana Hebreos 10.10


L Misericordiosa Romanos 12.2
M.Generosa _ Efesios 1.4-5

Dios tiene un plan para todas las cosas. El sol tiene su órbita, las estrellas
su curso, y la iglesia su misión. Dios tiene llIl plan para la vida de cada cre-
yente. David tenía esta firme convicción, cuando decía: 'Señor, tú me exa-
minas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun
a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces;
todos mis caminos te son familiares' (SalIllo 139.1-3). Dios es omnisciente
y esto es más que simplemente afirmar que él sabe todas las cosas. Su cono-
cimiento absoluto hace que él tenga un propósito eterno para cada vida
humana que ha creado. Y no sólo para tu vida como un todo, sino también
para cada día de tu vida.
A lo largo de la senda de la obediencia ílla voluntad de Dios se encuen-
tra el destino mayor del ser humano. Es allí donde está el secreto de su
desarrollo más pleno, su contribución más grande al prójimo, su servicio
más sublime y más santo a Dios, y su recompensa más rica. El salmista evi-
dentemente habla de su experiencia personal, cuando dice: 'Me has dado
a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia. y de
dicha eterna a tu derecha' (Salmo 16.11). Esta expresión es similar a la del
apóstol Pablo en Efesios 2.10: 'Porque sontOS hechura de Dios, creados en
122 I La oración de poder
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin
de que las pongamos en práctica:
La Palabra de Dios nos presenta los grandes principios por los cuales
vivimos. Pero hace algo más. Por su enseñanza y sus ejemplos podemos
conocer la voluntad de Dios en cuanto a las cuestiones ordinarias de la vida.
De hecho, Pablo nos enseña que conocer la voluntad de Dios es lo opuesto
a una actitud de necedad y una expresión de sabiduría. 'Por tanto, no sean
insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor' (Efesios S.17). Para
el gran apóstol el conocimiento de la voluntad divina era fundamental para
el desarrollo espiritual personal y comunitario. De allí que fuese también
su motivo de oración intercesora por excelencia, como en el caso de los
colosenses: 'Por eso, desde el día en que lo supimos no hemos dejado de
orar por ustedes. Pedimos que Dios les haga conocer plenamente su volun-
tad con toda sabiduría y comprensión espiritual, para que vivan de manera
digna del Señor, agradándole en todo. Esto implica dar fruto en toda buena
obra, crecer en el conocimiento de Dios y ser fortalecidos en todo sentido
con su glorioso poder' (Colosenses 1.9-10).
Dios promete sabiduría y dirección para las decisiones cotidianas, a
todos los que las pidan con fe y estén dispuestos a obedecerlo en todo. Por
eso, como dice Santiago, 'si alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a
Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar
a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas
del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento' (Santiago I.S-6).
Rara vez el conocimiento de estos planes de Dios para nuestras vidas viene
como un todo (como un paquete), sino que día a día Dios ordena los pasos
de sus hijos que confían y obedecen.
Samuel Chadwick: La oración está llena de contradicciones
aparentes. Es tan simple, que un niño puede orar, y es tan
profunda que el más sabio no puede explicar su misterio. Es tan
fácil, que aquellos que no tienen fuerzas pueden orar, y es tan
demandante que agota todo recurso de energía, inteligencia y
poder. Es tan natural, que no necesita que se la enseñe, y está tan
lejos más allá de la naturaleza que no puede ser aprendida en la
escuela de la sabiduría de ese mundo. La oración es un mundo
en sí misma, y ningún aspecto de los símiles de la vida la puede
explicar. La relación de Padre e hijo tiene significados más grandes
en la Verdad Revelada que en nuestra concepción moderna. Jesús
habló de Él como el Padre Celestial, Santo y Justo. 2
La vida de Cristo es el ejemplo supremo de alguien perfectamente en armo-
nía con la voluntad de Dios. Con el poder de su fuerza nosotros también
podemos caminar en esa voluntad de Dios buena y perfecta. Para quienes
así lo hacen es aquella promesa, que dice: 'y todo lo que pidan en mi nom-
bre, lo haré:
Por qué orar 1123
Ahora, Dios no fuerza arbitrariamente su voluntad sobre nadie, sino
que espera una obediencia amorosa y voluntaria. Las oraciones de sus
hijos juegan un rol importante en el cumplimiento de su voluntad en sus
vidas y en las vidas de aquellos por quienes oran. No nos acercamos a
suplicar un favor a un Dios renuente, sino a un Padre bueno y amoroso,
que está deseoso de que sus hijos oren en conformidad con su más sublime
voluntad para con ellos. Un Padre que está dispuesto a hacer todo más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos. La oración, pues, no es
una manera de alterar la voluntad de Dios, sino de cumplirla.
John White: La lucha entre Jacob y el Señor no debiera describirse
como una esforzada pelea de parte de Jacob para obtener algo de
Dios. Es importante advertir esta diferencia. Si usted se acerca a
Dios decidido a orar hasta obtener una respuesta, como si el éxito
de la oración dependiera de su determinación y su esfuerzo, es
muy probable que termine totalmente descorazonado. 3
Nosotros podemos fallarle a Dios, pero él no nos falla a nosotros. Él incluso
nos toma cuando estamos fuera de su sublime voluntad para nuestras vidas,
y nos bendice tanto como puede, pasando por alto nuestros pecados y fra-
casos, para humillarnos y traernos de vuelta al lugar de bendición. Incluso
los pecados deliberados de los impíos y las circunstancias más negativas de
la vida pueden cooperar para el bien de aquellos que le aman y son llama-
dos conforme con su propósito (Romanos 8.28). Sólo Dios puede sacar lo
bueno de lo malo (Génesis 50.20). Sólo él puede hacer que toda circuns-
tancia resulte para bendición de sus hijos. En la medida en que nuestras
vidas se conformen a la voluntad de Dios y nuestras oraciones se alineen
con sus buenos propósitos, nuestro poder en la oración aumentará.

Ejercicio 35. Dios promete responder a nuestras oraciones.


En la lista de pasajes que sigue, subrayar aquellos
que indican respuestas prometidas a la oración:
1. Salmo 91.15 2.lsaías 41.17 3.lsaías 58.9
4. Jeremías 8.20 s. Mateo 6.10 6. Isaías 65.24
7. Mateo 25.10 8. lacarías 13.9 g. Jeremías 33.3

10. Lucas 11.9 11. Juan 14.14 12. Marcos 4.5

No obstante, debemos tener en cuenta que hay razones que impiden la


respuesta de Dios. El egoísmo es una de ellas. Santiago afirma que una de
las razones por las que no recibimos lo que pedimos es porque pedimos
1241 la oración de poder

con motivos equivocados. Generalmente, estos motivos equivocados no


son otros que el deseo egoísta de ver alcanzados nuestros propios intereses
o satisfecha nuestra apetencia de placer o satisfacción (Santiago 4.3). De
hecho, la presencia del pecado en nuestras vidas es otra razón por la que
nuestros ruegos caen en el vacío. Si estamos abrigando pecado en nuestros
corazones, es imposible para el Señor oírnos. Nuestro pecado habla más
fuerte que nuestra piedad delante de Dios (Salmo 66.18). En otros casos, la
distancia que el pecado crea entre nosotros y nuestro Padre celestial hace
que él no pueda escucharnos. Al alejarnos de Dios por la presencia del
pecado en nosotros, es como si nos perdiéramos en nuestro desvarío y el
rostro del Señor nos parece remoto, distante, inalcanzable (Isaías 59.2). La
falta de perdón es otra razón por la que la respuesta de Dios no nos llega.
La falta de reconciliación con aquellos que nos han ofendido o con quienes
tenemos algún conflicto es una barrera que echa por tierra cualquier posi-
bilidad de respuesta por parte del Señor (Mateo 5.23-24).
Don Gossett: Recuerda que Dios ha prometido lo que él hará, pero
él no ha prometido cuándo él lo hará-sin embargo, ¡él siempre
'lo' hace oportunamente! Los resultados deseados pueden llegar
inmediatamente. Pero en otra ocasión-pueda que no lleguen.
La Biblia llama a este período de espera 'la prueba de nuestra fe:
y dice que eso 'produce paciencia' (Santiago 1.3), y que es 'mucho
más preciosa que el oro, que es perecedero' (1 Pedro 1.7). Pero no
temas, solamente cree, y Dios hará que el resultado deseado llegue
en el momento perfecto en que él lo ha dispuesto. 4

Por las necesidades propias


A veces dudamos de presentarnos delante del Señor en oración con pedi-
dos personales, o por lo menos, nos parece que este tipo de ruegos son
menos piadosos o de menor rango espiritual. En buena medida, para evitar
el extremo de algunos que no hacen más que pedir cosas a Dios, como si
fuese Papá Noel o los Reyes Magos, nos vamos al otro extremo de no pedir
nada, 'para no molestarlo por estas cosas: Sin embargo, Jabés en su famosa
oración no pensó así, sino que fue bien específico en su petición: "Jabés
le rogó al Dios de Israel: 'Bendíceme y ensancha mi territorio; ayúdame y
líbrame del mal, para que no padezca aflicción: Y Dios le concedió su peti-
ción" (1 Crónicas 4.10). En la Biblia encontramos muchos otros ejemplos
de hombres y mujeres que fueron bien específicos en presentarle al Señor
sus necesidades personales de todo tipo.
José Young: No hay nada de vanidad en pedir por nosotros
mismos. Pablo mismo lo hizo (2 Corintios 12.8). La vida del
discípulo es una vida de dependencia: Dios no nos llama para
que seamos agentes independientes sino para que aprendamos
Por qué orar 1125

a vivir una permanente relación con él, y esa relación tiene que
ver con todos los aspectos de la vida. Tiene que ver con el trato
entre nosotros y nuestros familiares e hijos, con nuestros estudios
o trabajo, con el lugar donde vivimos, con lo que hacemos
con nuestro dinero, con la manera en que pasamos nuestras
vacaciones, con todo. Ya que no hay aspecto de nuestras vidas
que quede fuera del alcance del discípulo cristiano, tampoco hay
aspecto de nuestras vidas que sea indiferente para el Señor. Todo
le interesa y puede ser tema de oración. 5
Dios nos ama tanto, que no hay área de nuestra vida ni necesidad alguna
que él no esté dispuesto a bendecir y satisfacer. Consideremos algunas de
estas cuestiones.
Por un lado, es la voluntad de Dios que oremos por nuestras necesida-
des espirituales y morales. Necesitamos recibir de Dios para poder dar a
otros, y no podemos dar lo que no tenemos. ¿Qué es aquello que necesita-
mos y podemos pedirle a Dios que satisfaga en el área espiritual y moral de
nuestras vidas? Necesitamos perdón y limpieza. Tenemos que sacar la viga
de nuestro propio ojo para poder ayudar a otros a deshacerse de la paja que
está en el suyo. Necesitamos purificación y santidad. Sólo así estaremos en
condiciones de servir a Dios con autoridad. Necesitamos quebrantamiento
y llenura. Ésta es la única manera en que el poder del Espíritu podrá con-
trolar nuestras vidas y fluir en bendición a otros. Necesitamos aceptación y
nutrimento. Si él no nos satisface no podremos dar alimento a otros.
Ahora, Dios está listo y dispuesto a llenar todas nuestras necesidades.
Él está esperando que le pidamos con fe y obediencia, para entonces poder
actuar más allá de nuestras expectativas. No es egoísta orar por uno mismo,
y especialmente cuando lo hacemos por nuestras necesidades espirituales
y morales.
Por otro lado, es la voluntad de Dios que oremos por nuestras necesi-
dades psicológicas y afectivas. Es la voluntad de Dios que tengamos una
comprensión espiritual, madura e iluminada de su Palabra, y la sabiduría
y la gracia que son necesarias para aplicarla a nuestras vidas. Esto es lo que
Pablo pedía en oración por los efesios: 'Pido que el Dios de nuestro Señor
Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación,
para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos
del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la
riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la
grandeza de su poder a favor de los que creemos (Efesios 1.17-19).
Además, necesitamos un juicio sano, decisiones firmes, un carácter
sólido y una personalidad madura para confrontar las demandas de la vida
diaria. 'Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor
y de dominio propio' (2 Timoteo l.7). Pero nos apropiamos de estas.condi-
ciones psicológicas y emocionales a través de la oración. Dios es la fuente
126 I La oración de poder

de toda sabiduría, y si venimos a él en fe y obediencia, él suplirá nuestras


necesidades afectivas, emocionales, psicológicas, intelectuales y de enten-
dimiento. Ésta fue la oración de Salomón: 'Yo te ruego que le des a tu siervo
discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y
el mal' (1 Reyes 3·9).
Si de veras queremos desarrollar una personalidad madura y guardar
un adecuado balance emocional, no olvidemos de escudriñar diariamente
la Biblia en oración, ya que éste es el instrumento que el Señor utiliza para
impartirnos sabiduría. Como le recuerda Pablo a Timoteo: 'Toda la Escri-
tura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir
y para instruir en la justicia' (2 Timoteo 3.16). No contristemos al Espíritu
Santo, quien es el Maestro de la Palabra, y el agente que nos capacita para
creerla y obedecerla.
Finalmente, es la voluntad de Dios que oremos por nuestras necesi-
dades materiales y físicas. Si cumplimos con sus condiciones, él suplirá
todas nuestras necesidades materiales. La realidad es que 'nada les falta
a los que le temen' (Salmo 34.9). Y la promesa firme de Jesús nos alienta,
cuando dice: 'Mas bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justi-
cia, y todas estas cosas les serán añadidas' (Mateo 6.33). Su credo financiero
está registrado en su Palabra, y como pagarés firmados, sus promesas están
esperando que las cobremos con fe. Dios jamás ha defraudado al creyente
que ha confiado en él lo suficiente como para obedecerlo en sus cuestiones
materiales. Cuando la iglesia cumple con la voluntad de Dios en cuestiones
de dinero, goza de prosperidad material y espiritual (Malaquías 3.8-12).
El famoso predicador C. H. Spurgeon solía contar la siguiente anécdota
de su vida familiar: 'Mi abuelo era un pobre pastor en una iglesia de aldea.
Era tan pobre que lo único que tenía era una vaca, que le proveía de leche
para su familia. Cierto día, la vaca se murió. Su esposa atribulada, gemía: 'y
ahora, ¿qué haremos?' Él, lleno de confianza en su Señor, le contestó: 'Pues,
no sé lo que haremos. Pero una cosa sí sé, y es que el Señor hará algo. Él
proveerá y nos prosperará: Al día siguiente, recibían una carta del Comité
de Ayuda, con veinte libras, sin que hubiesen contado nada a nadie de su
necesidad. El Señor es Jehová-jireh: Dios proveerá:

Ejercicio 36. 'Dígnate entonces bendecir ala familia de tu siervo:


En base ala oración de David por sus necesidades persona les y las de su familia,
en 2SamueI7.18-29, redacta una oración utilizando sus palabras, pero
incorporando cuestiones personales yfamiliares propias.
Por qué orar 1127

Por nuestros seres queridos


La Biblia presenta numerosos ejemplos de oración de intercesión por los
seres queridos. Abraham, el padre de la fe, suplicó por su hijo Ismael:
'¡Concédele a Ismael vivir bajo tu bendición' (Génesis 17.18). Job vivió un
tiempo de terrible aflicción hasta que oró por sus amigos (Job 42.10), ¡a
pesar de que para él no habían sido de ninguna ayuda! Cuando Miriam
quedó cubierta de lepra, su hermano Moisés oró por ella y la lepra le fue
quitada (Números 12.13). Eliseo se tendió siete veces sobre el hijo de la
sunamita y oró por él, y el niño estornudó y le volvió la vida a su cuerpo
(2 Reyes 4.32-37).

Ejercicio 37. Interceder por los seres queridos.


Buscar en la Biblia cinco ejemplos de oración por los seres queridos (familiares, amigos, vecinos,
otras relaciones primarias), eindicar los pasajes:
1. ____________________________________________________

2. ____________________________________________________

3· ____________________________________________________
4- ____________________________________________________

5· ___________________________________________________

La gracia de Dios manifestada en cada uno de nosotros alcanza también


a quienes forman parte del mundo de nuestros afectos. El amor que el
Señor nos tiene es suficiente para llenar nuestras necesidades, pero tam-
bién alcanza para llenar las necesidades de quienes nos rodean, parti-
cularmente nuestra familia. Es la voluntad de Dios que la salvación que
gozamos abrace también a nuestros seres queridos. En casa del carcelero
de Filipos, un gentil, Pablo y sus acompañantes en la ocasión proclamaron
una gran verdad: 'Cree en el Señor Jesús; así tú y tu familia serán salvos'
(Hechos 16.31). Así, pues, en relación con nuestros más allegados hay cier-
tas cuestiones que debemos orar.
Primero, debemos orar para que sean salvos. Uno de los primeros
impulsos de una persona verdaderamente convertida es traer a sus seres
queridos al conocimiento salvador de Cristo. Este deseo es una de las prue-
bas más seguras de su sinceridad y de la autenticidad de su propia sal-
vación. Como lo expresa el apóstol Juan: 'Nosotros sabemos que hemos
pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El
que no ama permanece en la muerte' (1 Juan 3.14). Este deseo es una de las
I
128 La oración de poder

evidencias exteriores más fuertes de que ha ocurrido un cambio interior


del corazón por el nuevo nacimiento.
Hasta que los miembros de nuestra familia no hayan nacido de nuevo
a la familia de la fe, las relaciones terrenales son simplemente temporales,
de esta vida. Orar por nuestros seres queridos no es sólo nuestro privilegio,
sino también nuestro deber sagrado. Nuestra oración por ellos agrada a
Dios y está alentada por muchas promesas. Entre otras, aquella que Pedro
proclamó el día de Pentecostés en su mensaje: J\.rrepiéntase y bautícese
cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados
... y recibirán el don del Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para uste-
des, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos
a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar' (Hechos 2.38-39).
La salvación no es sólo para individuos. Un individualismo obtuso nos
ha hecho olvidar que Dios desea salvar familias. El Nuevo Testamento nos
presenta numerosos casos de familias enteras que llegaron a la salvación
en Cristo. Tal fue el caso del carcelero de Filipos. Su conversión fue com-
partida por toda su familia, no en el sentido de que cada uno tomó una
decisión individual, sino que juntos como familia reconocieron a Cristo
como Señor. Los apóstoles 'les expusieron la palabra de Dios a él y a todos
los demás que estaban en su casa. A esas horas de la noche, el carcelero se
los llevó y les lavó las heridas; en seguida fueron bautizados él y toda su
familia. El carcelero los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho
junto con toda su familia por haber creído en Dios' (Hechos 16.32-34). Si
no nos interesamos por el bien espiritual de los nuestros, ¿cómo podremos
orar por ellos? (Éxodo 32.30-32).
Dick Eastman: ¡La oración transforma los hogares! La mayoría
de los creyentes estarían de acuerdo con eso. Sin embargo,
cuando se trata de convertir esa creencia en realidad, la iglesia
es tristemente insuficiente. 6
Segundo, debemos orar para que sean liberados. Debemos pedir que
nuestros seres queridos sean liberados de sus pecados. Nuestra oración
debe ser como las palabras de Jesús a Saulo de Tarso en el día de su conver-
sión: 'Para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y
del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón
de los pecados y la herencia entre los santificados (Hechos 26.18). Al pedir
esto con fe y obediencia, con confesión de sus pecados, Dios envía al Espí-
ritu Santo a convencerlos de desobediencia, a llevarlos al arrepentimiento,
y a confesar sus pecados con humildad. Dios les imparte el poder para
caminar en la senda de la obediencia, rompiendo las cadenas de hábitos
malos. Dios quita los malos deseos y motivos, e implanta los correctos.
También debemos pedir que sean liberados de Satanás y de sus demo-
nios. Puede ser que algunas de las personas afectivamente más cerca de
nosotros sufran opresión demoníaca o ataduras espirituales que no les
Por qué orar 1129

permiten vivir a plenitud. La oración del justo es poderosa para derribar


fortalezas de maldad y neutralizar la obra del diablo en la vida de las per-
sonas. Jesús le ha dado a cada creyente poder y autoridad para echar fuera
demonios, y el instrumento para ello es la oración.
Tercero, debemos orar para que sean sanados. Nuestras familias tienen
numerosas necesidades, pero probablemente las más frecuentes tienen que
ver con la integridad mental y física. Hay muchas promesas en la Biblia,
que nos alientan a orar por la sanidad integral de nuestros seres queridos.
Nuestra fe no es fatalista, y podemos confiar que ninguna cosa creada va a
quitarnos a nuestro ser querido, hasta que se cumplan sus días, conforme
al propósito eterno de Dios. La oración por la sanidad integral de los nues-
tros debe ser tan normal y común como la oración que elevamos para dar
gracias por los alimentos.
Cuarto, debemos orar para que sean prosperados. Nuestras familias
tienen necesidades materiales y financieras. Nuestro Padre celestial sabe
que ellos tienen necesidad de estas cosas, y él nos ha dado promesas que
nos animan a pedir que satisfaga todas y cada una de esas necesidades. Si
como familia no estamos prosperando, a pesar de esforzarnos para ello con
10 mejor de nuestras capacidades, es porque no estamos orando 10 sufi-
ciente en esta dirección. El deseo de Dios es nuestra prosperidad en todo, y
al igual que con otros aspectos de nuestra vida, éste también tiene que ser
elevado al trono de la gracia a fin de encontrar allí el oportuno socorro.
Dietrich Bonhoeffer: Al hermano por el que oro ya no puedo juzgarlo
ni odiarlo por grandes que sean las tribulaciones que me cause.
Su rostro ... se transforma en mis ruegos en el rostro del hermano
por quien Cristo ha muerto; en el rostro del pecador perdonado.
Es un descubrimiento sublime para el cristiano que comienza a orar
por los demás ... Rogar por el otro no significa otra cosa que llevar al
hermano ante Dios; verlo bajo la cruz de Jesús como al pobre hombre
y pecador que necesita de la gracia. Entonces desaparece todo cuanto
me resultaba antipático en él; entonces 10 veo en toda su pobreza
y miseria; sus tribulaciones y su pecado se me hacen tan grandes,
tan agobiantes, como si fueran míos; y ya no puedo hacer otra cosa
que rogar: Señor, actúa tú mismo, tú solo en él, de acuerdo con tu
seriedad y tu bondad. Rogar por otro significa: conceder al hermano el
mismo derecho que nosotros hemos recibido, a saber: estar delante de
Cristo y tener parte en su misericordia. Con ello se hace evidente que
también el ruego por los demás es un servicio que le debemos a Dios
ya nuestro hermano; un servicio que quiere ser cumplido todos los
días ... Asimismo queda evidente que los ruegos por los demás no son
algo general y difuso sino una cosa completamente concreta. Trátase
de seres humanos determinados; de dificultades determinadas, y por
ende, de ruegos determinados. 7
130 ¡la oración de poder

Ejercicio 38. Ejemplos de oraciones intercesoras notables.


Colocar la letra que corresponda utilizando como guía los pasajes bíblicos indicados abajo:
A. Abraham Por los efesios
B. Salomón _ Por los pecados del remanente
c. Ezequias _ Por el pueblo de Israel
D. Esdras Por el avivamiento de la obra
E. Daniel _ Por la invasión de Senaquerib
F. Habacuc _ Por todos los creyentes
G.JesÚs _ Por su pueblo cautivo
H. Pablo PorSodoma
Pasajes: Génesis 18.23 1Reyes 8.22, 33-34 2Reyes 19.15-16
Esdras 9.6-8 Daniel 9.4, 11-12 HabacuC3.1-2
Juan 17.1-2, 20 Efesios 3.14-19

Por la iglesia
La oración por el pueblo del Señor es frecuente a lo largo de toda la Biblia.
En relación con el pueblo del viejo pacto, encontramos a Moisés interce-
diendo una y otra vez por el pueblo. Recordemos esa súplica de Moisés
en la cumbre de la montaña cuando no le hubiera convenido interceder,
cuando Dios había dicho: 'Tú no te metas. Yo vaya descargar mi ira sobre
ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación' (Éxodo 32.10).
Aún así Moisés continuó, se puso ante el filo de la justicia divina y clamó:
'Yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos,
¡bórrame del libro que has escrito!' (Éxodo 32.32). Nunca hubo un profeta
más poderoso que Moisés, y nunca un hombre que oró intercediendo con
tanto fervor por el pueblo de Dios. Pero recordemos también las palabras
del profeta Samuel: 'En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra
él dejando de orar por ustedes' (¡ SamuelI2.23). Pensemos en Salomón y su
vehemente intercesión con manos extendidas mientras oraba por el pueblo
de Dios reunido en ocasión de la dedicación del templo (1 Reyes 8). Recor-
demos a Ezequías con la carta de Senaquerib extendida delante de Dios, y
orando por su pueblo en medio de una crisis terminal (2 Reyes 19.14-15).
En relación con el pueblo del nuevo pacto, encontramos a Pablo, quien
dijo que nunca cesaba de recordar a los santos en sus oraciones (Romanos
1.9). En medio de una de sus epístolas, abre un paréntesis para decir: 'Por
Por qué orar 1131

esta razón me arrodillo delante del Padre' (Efesios 3:14) y eleva una pre-
ciosa y generosa oración a favor de los creyentes de Efeso. Pero el mismo
apóstol anima a otros a hacer de la oración de intercesión por la iglesia
una práctica frecuente. Escribiendo a los tesalonicenses les ruega: 'Her-
manos, oren por nosotros' (2 Tesalonicenses 3.1). y otra vez, cuando en
Efesios 6.18, anima a los cristianos de aquella ciudad, diciéndoles 'man-
ténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos: Pablo está
sugiriendo la necesidad de orar por la iglesia de Jesucristo en todo lugar y
en todo tiempo.
Santiago, el apóstol práctico, nos manda: 'Confiésense unos a otros sus
pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados' (Santiago 5.16),
como si la sanidad pudiera venir no solamente a la persona enferma por
la que oramos sino también a la iglesia que hace la oración. Y también es
cierto que recibimos una bendición especial cuando extendemos nuestro
corazón al pueblo del Dios vivo. Este tipo de oración es fundamental para
que la iglesia pueda, como agencia del reino, cumplir con la misión que el
Señor le ha confiado en el mundo.
No debemos solamente orar por nuestros parientes según la carne, sino
también por nuestros hermanos y hermanas en el Señor. Debemos orar
por esa gran familia de la fe compuesta por todos aquellos que han creído
de verdad en sus corazones y han sido bautizados en el nombre de Cristo.
Debemos orar por todos los santos, no porque sean perfectos, sino por-
que son pecadores perdonados y redimidos, apartados para el servicio de
Dios.
E. M. Bounds: Todos los avivamientos verdaderos han nacido de
la oración. Cuando el pueblo de Dios se vuelve tan preocupado
por el estado de la religión que se postran sobre sus rostros día
y noche en súplica ferviente, la bendición seguramente caerá.
Es así a lo largo de los siglos. Cada avivamiento del que tengamos
algún registro ha sido saturado en oración ... y así podríamos
continuar multiplicando ilustración sobre ilustración para
mostrar el lugar de la oración en el avivamiento y demostrar
que todo movimiento poderoso del Espíritu de Dios ha tenido
su fuente en el cuarto de oración. 8
En nuestra oración por la iglesia también debemos confesar sus pecados,
que son ciertos y son muchos. De manera identificatoria, debemos pedir
perdón al Señor porque como iglesia no le hemos puesto en primer lugar,
ni le hemos amado lo suficiente, ni le hemos servido de manera suprema.
Es necesario que oremos para que la iglesia sea convencida de su falta de
lealtad a él. Es necesario que oremos para que la iglesia sea confiada y
obediente a su Esposo. Y también debemos orar para que la iglesia sea
movida a un arrepentimiento profundo y verdadero, y a una humilde y
plena confesión a su Señor. Oremos para que ella sea limpiada y renovada
1321 La oración de poder
en el poder del Espíritu Santo. Debemos hacer todo esto, no como críticos
de la iglesia, sino como sus miembros, identificados con la desobediencia
de ella y dispuestos a corregir lo que sea necesario para ser sanados de
nuestra rebeldía.
El modelo de esta oración identificatoria a favor de la iglesia es la ora-
ción de Daniel (Daniel 9.3-19). En ella, el profeta expresa su confesión por
los pecados de su pueblo: 'Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido
malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus
leyes. No hemos prestado atención a tus siervos los profetas, que en tu
nombre hablaron a nuestros reyes y príncipes, a nuestros antepasados y
a todos los habitantes de la tierra: Daniel exalta la santidad del Señor y
su justicia, y reconoce que la situación de destierro que sufre el pueblo es
la consecuencia de su desobediencia a Dios. Pero el profeta reconoce que
Dios es un Dios 'compasivo y perdonador', y por ello ora al Señor y clama:
1\1 hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud sino a tu gran
misericordia. ¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos
y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se
invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!'
Debemos ser específicos en nuestra oración por la iglesia, especialmente
cuando oramos por nuestra comunidad de fe local. 1. Oremos por los pas-
tores, para que sean siervos según el corazón de Dios, predicando todo
el evangelio en el poder del Espíritu (Colosenses 4.2-3; Efesios 6.19-20;
2 Tesalonicenses 3.1-2). 2. Oremos por los ministros o ancianos, para que
sean hombres y mujeres de Dios, llenos del Espíritu Santo, y preocupados
por el bienestar espiritual de la iglesia. 3. Oremos por los diáconos y otros
líderes de la iglesia, para que sean hombres y mujeres con un corazón pas-
toral, celosos del rebaño, llenos del Espíritu y con una actitud de servicio.
4. Oremos por los maestros y discipuladores, para que con discernimiento
de Dios enseñen la Palabra y sepan guiar a los creyentes en el seguimiento
de Cristo. 5. Oremos por los evangelistas, profetas, apóstoles, y otros sier-
vos que ministren en nuestra congregación, para que llenos del Espíritu y
con poder de Dios puedan cumplir con su ministerio con abundancia de
frutos para la gloria del Señor. 6. Oremos por los hogares, para que cada
uno sea un foco del evangelio para la gloria de Cristo y la extensión de su
reino. 7. Oremos por cada miembro de la iglesia, para que pueda crecer
cada día en el Señor y alcanzar 'la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena esta-
tura de Cristo' (Efesios 4.13). .
Cuando oramos por la iglesia, se establece una coordinación más per-
fecta entre Cristo-la Cabeza-, y los creyentes que son los miembros del
cuerpo. A medida que se logra una unión más perfecta entre Cristo y los
creyentes individuales, los cristianos se acercan más en su compañerismo,
en esa unidad de espíritu que hace de la iglesia un poder invencible en el
Por qué orar 1133
mundo. El poder de una oración así revoluciona la vida de la iglesia local y
se pone de manifiesto en toda su vida y testimonio.
DickEastman: [Las] palabras de Pablo [en 1 Tesalonicenses 3.12-13]
proporcionan una cuádruple pauta de oración extraordinaria que
alude específicamente a la intercesión por la iglesia.... En primer
lugar, debemos interceder en oración por el perfeccionamiento
de la Iglesia.... En segundo lugar, debemos interceder por la
cooperación de la Iglesia.... En tercer lugar, debemos interceder
por la comisión de la Iglesia .... Por último, debemos interceder
por la firmeza de la Iglesia en lo que cree. 9

Ejercicio 390 Pedidos concretos.


Leer las siguientes oraciones por la iglesia e indicar, en cada caso,
el pedido concreto que se hace:
,.Juan17.2D-21: ______________________
2. Romanos 1.9-12: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. Efesios 1.16-23: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
40 Efesios 3.14-19: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

50 Filipenses 1.3-6: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
eo Colosenses 1.3-14: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
70 Colosenses 4.12: _____________________
8.1 Tesalonicenses 1.2-3: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

..... 1 ..' ..... ¿ t i ¡IIl!l,.JJbi3 " 11; 1. diUU lJI . L 21 J .. UilbXJU Ji Ud

Por el gobierno y la nación


En 1 Timoteo 2.1-4, el apóstol Pablo hace una recomendación que ha dado
lugar a largas discusiones en diversos contextos y diferentes épocas. 'Así
que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y
acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por
todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos
una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salva-
dor, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad:
El creyente tiene el deber moral y espiritual de interceder por las auto-
ridades que gobiernan su nación. En la Biblia se expresa con toda claridad
que la salud espiritual de una nación tiene que ver con la salud espiritual
de sus líderes. Proverbios 28.2 dice que 'cuando hay rebelión en el país, los
134 Ila oración de poder

caudillos se multiplican; cuando el gobernante es entendido, se mantiene


el orden: Es imposible que Dios pueda llevar a cabo sus propósitos eternos
para una nación, si ésta está en manos de líderes carentes de sabiduría y
dirección divina. En Miqueas 6.8 se nos da un bosquejo de las cualidades
que debe tener un líder conforme el corazón de Dios. Y es por estas cuali-
dades que debemos orar. 1. Oremos por líderes que practiquen la justicia.
2. Oremos por líderes que amen la misericordia. 3. Oremos por líderes que
se humillen ante Dios.
Sobre todas las cosas, debemos orar para que las autoridades de nues-
tra nación lleguen a conocer de manera personal al Señor y a sujetarse en
obediencia a él en su acción de gobierno. Los gobernantes deben entender
que el único 'Señor de señores y Rey de reyes' es Jesucristo. La Biblia afirma
que 'muchas naciones se asombrarán, y en su presencia enmudecerán los
reyes, porque verán lo que no se les había anunciado, y entenderán lo que
no habían oído' (Isaías 52.15). Es para que esto se haga realidad que debe-
mos orar al interceder por nuestros gobernantes.
Además, debemos orar para que las autoridades entiendan que están
en el lugar donde están, no tanto porque el pueblo los votó, sino porque
Dios los puso allí. Es Dios quien da a los líderes de las naciones su posi-
ción de autoridad. Daniel recibió de noche una visión y alabó al Dios
del cielo, diciendo: '¡Alabado sea por siempre el nombre de Dios! Suyos
son la sabiduría y el poder. Él cambia los tiempos y las épocas, pone y
depone reyes. A los sabios da sabiduría, ya los inteligentes discernimiento'
(Daniel 2.20-21).
Dick Eastman: Sabemos que es la voluntad de Dios que todas
las personas lleguen a un conocimiento de la salvación.
Por lo tanto, tenemos la seguridad de que estamos orando
en la voluntad de Dios cuando pedimos que todos los líderes
reciban el conocimiento del amor de Dios. 10
Los cristianos somos ciudadanos de dos mundos. Hemos recibido a Cristo
como nuestro Señor y dueño, y hemos declarado alianza con él delante del
mundo. A través del nuevo nacimiento, hemos nacido dentro de un nuevo
orden soberano y en Cristo hemos sido hechos ciudadanos del reino de los
cielos. Nuestros nombres están registrados en una oficina pública o regis-
tro de nacimientos y ciudadanía, pero también están escritos en el libro
de la vida del Cordero. Sin embargo, nuestra ciudadanía en los cielos es
más importante que nuestro compromiso o identidad política en la tierra.
Según Jesús, ninguna obligación es más importante para el creyente, que
poner primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6.33).
Por ser hijos de Dios, miembros de su familia y ciudadanos del reino
de los cielos, nos hemos sujetado a una ley superior, que es la ley del amor.
Esta ley incluye el espíritu de obediencia y su exigencia es de carácter
absoluto y no admite negociaciones, arreglos o lealtades repartidas. Como
Por qué orar 1135

enseñó Jesús. 'No se puede servir a dos señores: Así, pues, estamos sujetos
a una ley superior y absoluta. Gozamos de los privilegios de vivir bajo la ley
del amor. Y, en consecuencia, no somos juzgados por las leyes humanas,
porque la ley a la que servimos no sólo es superior a cualquier ley humana,
sino que las inspira y supera moral y espiritualmente. Por lo tanto, no esta-
mos sujetos a ninguna otra corte que no sea la corte celestial y el juicio de
Dios.
De hecho, toda ley humana está basada en la ley de Dios, y los gobier-
nos humanos son ordenados por Dios, y existen bajo su soberanía. Nues-
tra alianza a los gobiernos de este mundo, por otro lado, es temporal, si
bien necesaria. El hecho de haber nacido de nuevo como miembros de la
familia de Dios no nos excusa de cumplir nuestro deber como parte de la
familia humana. Por el contrario, esto nos crea mayores obligaciones y nos
impone una fidelidad mayor. Nuestra ciudadanía celestial lleva consigo e
incluye una lealtad nueva y más perfecta a nuestros compromisos terre-
nales. Cristo practicó y enseñó la observancia de la ley, y lo mismo hizo la
iglesia primitiva. Un creyente jamás está justificado para romper la ley de
su país, a menos que la obediencia a ella transgreda la ley superior de Dios.
De modo que nos sujetamos a la ley humana no a pesar de la fe sino por
causa de la fe.
La obediencia a Dios y un sano sentido de patriotismo requieren que
seamos fieles en nuestra oración e intercesión por nuestro país. Al elevar
nuestras plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por nuestra
nación y sus autoridades, ¿qué es lo que podemos orar? 1. Que todos sus
funcionarios sean hombres y mujeres que gobiernen en el temor del Señor.
2. Que nuestras leyes sean sabias, y que la justicia sea igual para ricos y
pobres. 3. Que el pueblo sea honesto y guarde la ley. 4. Que todas las per-
sonas que habitan el suelo nacional gocen de igualdad de derechos yobli-
gaciones, y tengan todas las oportunidades posibles para vivir una vida
verdaderamente humana. 5. Que la paz y la prosperidad sean derramadas
sobre todo el pueblo, no sólo para que disfrute de bienestar, sino para que
pueda compartir las bendiciones con otros pueblos no tan bendecidos.
6. Que la Palabra del Señor llene de tal modo cada ámbito del ser nacional,
que la libertad, la justicia, la paz, la verdad y el amor no encuentren impe-
dimentos para llegar a cada hogar y a cada individuo que habita el país.
No hay en la Biblia una promesa de que estas cosas serán siempre así;
hasta que toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor (Filipenses 2.9-11). Hasta que los reinos de este mundo se transfor-
men en los reinos de nuestro Señor, esto no será del todo posible. No obs-
tante, sólo Dios sabe cuánto puede lograrse ahora si su pueblo intercede
por las autoridades del gobierno y por la nación como un todo. Cuando el
pueblo de Dios intercede por los gobernantes y por todas las autoridades,
la iglesia de Jesucristo prospera y la venida del reino se acelera.
136 Ila oración de poder

Ejercicio 40. El cristiano tiene áertos deberes cívicos que cumplir.


Hacer una lista de no menos de tres deberes cívicos según los pasajes bíblicos que se indican:
~'----------------------------------------------------
2. ____________________________________________________

3. ____________________________________________________
4. ____________________________________________________

Pasajes: Esdras 7.26 Proverbios 24.21 Edesiastés 8.2


Mateo 17.27 Mateoll.21 Romanos 13.1
Tito 3.1 1Pedro 2.13-14

Por todas las personas


En 1 Timoteo 2.1, Pablo recomienda que se eleven oraciones 'por todos~
Es interesante destacar este pedido apostólico, de carácter tan inclusivo
y no discriminatorio. La oración intercesora 'por todos' expresa lo mejor
del universalismo bíblico y el alcance del deseo de Dios de que todas sus
criaturas se reconcilien con él y encuentren salvación en Cristo.
La sangre derramada de Cristo es suficiente para la expiación de los
pecados de todo el mundo. El Señor, a la hora de expresar su amor pro-
videncial por la raza humana, no hace distinción entre justos e injustos.
Su muerte compró eterna salvación para todas las personas, pero sólo es
efectiva cuando éstas reconocen voluntariamente a Jesús como Señor y
Salvador personal, y aceptan el perdón obtenido para ellas por su muerte
en el Calvario. Cuando oramos, el Espíritu de Dios obra en las personas
sin Cristo, convenciéndolas de pecado y convirtiéndolas a él. Y también,
cuando oramos, el Espíritu de Dios obra en los creyentes alejados yenfria-
dos, renovándoles en él y animándoles a retomar el camino.
J. Leslie Johnston: Oh, Hacedor de nosotros los seres
humanos, que no nos has puesto en ninguna tierra extraña,
sino que rodeas nuestra vida con cosas familiares y con
rostros bien conocidos, te rogamos por todos aquellos en
cuyo seno vivimos, nuestros vecinos y conocidos, aquellos
con quienes trabajamos, así como nuestros mejores amigos y
relaciones más cercanas. Cordialmente los encomendamos,
a todos ellos, a tu cuidado y favor. Perdona sus pecados,
presérvalos de todos los peligros del alma y del cuerpo.
y concede que nosotros y ellos podamos siempre vivir
contigo. Por Jesucristo,nuestro Señor. Amén.
Por qué orar 1137

EjercIcio 41. La oradón de intercesión.


De todos los tipos de oradón que podamos elevar al Señor, la oración de intercesión por otros es
la más extraordinaria Yla más mencionada en la Biblia.
Trazar una línea uniendo lo que corresponda.
Algunos personajes del Antiguo Testamento que oraron así fueron ...
Abraham Job 42.10
Moisés &odo 5.22-23
1
¡
Job 1SamueI7.S-9
t David 2Reyes 19.14-19

I Samuel
Amós
Ezequías
Génesis 18.22-33
2Reyes 4.32-35
2SamueI12.16-18
E1ías Jeremías 14.7-9
1 Eliseo Amós7.1-6

t
J
Jeremías
Nehemías
1Reyes 17.20-22
Nehemías 1.5-11

La oración por todos incluye un mandamiento especial para orar por el


pueblo judío. Para quienes somos gentiles, este reclamo de la Palabra no
siempre resulta bien entendido y suficientemente obedecido. Sin embargo,
en la Biblia se promete una bendición especial para aquellos que son fieles
en la intercesión por el pueblo al que el Señor llamó a cumplir un papel
muy especial en sus planes redentores en la historia. Hay algunas cues-
tiones particulares que debemos tener en cuenta al orar por el pueblo del
primer pacto con el Señor. Debemos orar para que el velo de incredulidad
sea quitado de sus ojos y puedan recibir y reconocer en Jesús de Nazaret
a su Mesías. Debemos también orar para que la paz reine en Palestina, y
la tierra que fue testigo del nacimiento y ministerio del Príncipe de Paz
pueda conocer la paz.
En otros casos, la oración por todos incluye a nuestros enemigos o
quienes se nos oponen por causa de nuestra fe. Toda vez que somos vitupe-
rados, injuriados o calumniados, debemos volvernos a Dios buscándole en
oración, rogando por quienes así nos maltratan. Jesús mismo nos ordena
orar por quienes nos persiguen (Mateo 5.44). Ésta es la mejor manera de
vencer con el bien el mal. Dios pondrá a nuestros enemigos en nuestras
1381 La oración de poder

manos al convertirlos en nuestros amigos, y a través de esto, podremos


llevarlos a Cristo. Grandes y preciosas son las promesas de Dios para noso-
tros, y sólo él puede hacer 'que todas las cosas obren para bien' de aquellos
que le aman.
A medida que oramos por estas clases de personas, casi invariablemente
comenzamos a conocer más de ellas. Esto nos ayudará a deshacernos de
prejuicios y preconceptos infundados, que nos incapacitan para aceptar y
amar a nuestro prójimo. Con toda seguridad entraremos en contacto con
muchas de estas personas, y aprenderemos más de sus necesidades. Si el
Espíritu nos llama la atención sobre alguien, debemos orar por esa persona
de manera definida.
Cuando oramos por otros, el Espíritu ruega y clama con gemidos inde-
cibles, y nos usa como instrumentos para manifestar la gracia divina en la
vida de otros. Esto nos permite ser partícipes de la obra redentora de Dios
en todo el mundo. Nuestras oraciones son el vehículo más importante para
el derramamiento de las bendiciones de Dios sobre la vida de otros. De este
modo, podemos unirnos a Dios en su acción redentora en todo el mundo
a través de nuestras oraciones.

Ejercicio 42. la Biblia nos exhorta a orar por el pueblo judío.


Indicar en qué versículo/s de los siguientes pasajes la exhortación aorar por el pueblo judío
se hace explícita:
Salmo 122: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Isaías62: ________________________
Isaías62: ________________________
Salmo 137: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Jeremías 31: ________________________
Romanos 10: ________________________
Génesis 27: _________________________
Génesis 12: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 128: ________________________

John Hunter (1892): Oh, tú, cuya presencia está en todas partes
y cuya misericordia nunca falta, mira compasivamente a todos
aquellos que se hallan perturbados o en peligro, y especialmente
a aquellos nuestros amigos cuyos nombres están en nuestros
Por qué orar 1139

corazones delante de ti. Guía a los descarriados, defiende a los


inocentes, regenera a los perdidos, cura a los enfermos, conforta
a los oprimidos, y recibe los espíritus de los moribundos. Amén.

Por el reino de Dios


En la oración modelo (el Padrenuestro), Jesús nos enseñó a orar por el
reino de Dios, cuando rogó 'Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo' (Mateo 6.10). La frase 'reino de Dios' es característica del
lenguaje del Nuevo Testamento y es el centro del mensaje de Jesús. En su
oración modelo, Jesús está pidiendo que la voluntad de Dios se cumpla de
manera perfecta en medio de aquellos que lo reconocen como Señor y Rey,
tal como ocurre en el cielo.
El tema del reino de Dios es central en la Biblia. En el Antiguo Testa-
mento, el concepto se expresa en términos de que Dios gobierna el mundo
y todas las cosas. En el Nuevo Testamento, Jesús proclamó la venida del
reino de Dios, como una nueva era inaugurada por él y puesta de mani-
fiesto por sus obras de poder, como milagros, señales, prodigios, sanidades
y liberación. La venida del reino de Dios marca el fin de todo aquello que
desfigura lo que Dios ha creado como bueno. Allí donde está presente el
reino de Dos, allí hay reconciliación en todos los niveles: con la naturaleza,
el prójimo, uno mismo y Dios. El reino de Dios significa un nuevo orden
de cosas, bajo el control y la soberanía de Dios.
El ser humano entra al reino de Dios cuando reconoce el señorío de
Cristo en su vida. No puede haber una vida con propósito y que valga
la pena si Cristo no es reconocido como el Señor, es decir, si él no tiene
el control. La marca distintiva de los ciudadanos del reino de Dios es su
wmetimiento en obediencia al señorío de Cristo. Es precisamente por
estas experiencias en la vida de todas las personas que nos rodean, que
debemos orar de manera persistente.
William Barclay: Estar en el Reino es obedecer la voluntad de
Dios. Inmediatamente que vemos eso, vemos que el Reino no es
algo que tenga que ver primariamente con naciones y pueblos
y países. Es algo que tiene que ver con cada uno de nosotros.
El Reino es de hecho la cosa más personal en el mundo. El Reino
demanda la sumisión de mi voluntad, mi corazón, mi vida. Es
sólo cuando cada uno de nosotros hacemos la decisión personal
y nos sometemos, que el Reino viene. 11
Jesús oró para que el reino de Dios fuese una realidad en medio de un
mundo que le da las espaldas y lo desobedece con rebeldía. Ésta debe ser
también nuestra oración, con el entendimiento de que somos nosotros los
encargados de proclamar el reino y de hacer evidente a través de nues-
tras acciones su presencia en el mundo. Toda vez que decimos 'Venga tu
140 Ila oración de poder

reino' estamos asumiendo el compromiso de obedecer al Rey de reyes en


su voluntad redentora y reconciliadora. Como sus embajadores (2 Corin-
tios 5.20), invitamos a todo el mundo a volverse en arrepentimiento y fe a
él para salvación y para reconciliación. Y mientras nos esforzamos en obe-
decerle siendo sus testigos en el mundo, continuamos orando para que su
reino, que ya vino en Cristo Jesús, se establezca definitivamente conforme
a sus promesas.
Orar por el reino de Dios significa también orar para hacer retroceder
las fuerzas de las tinieblas que controlan a este mundo. Este tipo de oración
es sumamente poderoso. Moisés y Aarón 'cayeron rostro en tierra ante toda
la comunidad israelita' (Números 14.5) y elevaron este tipo de oración. Ya
antes, Moisés había experimentado el poder de esta oración intercesora
por la manifestación de la soberanía divina sobre las circunstancias terre-
nales. Fue así como usando de esta oración se detuvieron plagas, se remo-
vió la oscuridad que cubría a Egipto, se terminó con las ranas que plagaban
la tierra, se dispersó los tábanos y langostas que asolaban a los habitantes
de Zoán, se terminó con los truenos y los rayos, y se frenó la ira de la mano
vengadora de Dios contra el faraón y su pueblo (Salmo 78.42-53).
Hoy como nunca antes en la historia del testimonio cristiano debemos
hacer nuestro el desafío de orar oraciones de guerra. Esta oración de poder
se dirige a Dios, pero en contra del príncipe de este mundo, Satanás. Este
tipo de oración clama por la manifestación del reino de Dios, pero ataca
con toda fuerza al reino de Satanás. Es interesante notar que, luego de des-
cribir la armadura de Dios como equipo de defensa y ataque del creyente
en esta guerra espiritual 'contra poderes, contra autoridades, contra potes-
tades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales
malignas en las regiones celestiales' (Efesios 6.12), Pablo agrega 'oren en
el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos' (Efesios 6.18). Sin
oración no hay victoria contra el reino de las tinieblas, y sin esta victoria el
reino de Dios no logra manifestarse de manera plena. Orar por el reino de
Dios es batallar contra Satanás y sus huestes hasta la victoria final.
F. J. Huegel: Parecería que el cristiano de nuestro día estuviera
dándose cuenta, más y más, de la existencia de una fuerza
puramente espiritual e invisible que la Biblia llama el poder de las
tinieblas, que está determinado y resuelto a perturbarlo por medio
de acusaciones y que es implacable en sus esfuerzos por levantar
dudas y temores. La oración es el único recurso del cristiano. 12
1421 La oración de poder

Tarea 17. Debemos orar por cualquier cosa dentro de la voluntad de Dios.

Colocar la letra que corresponda:


Nuestras oraciones se han de ofrecer.•.
A. En el Espíritu Santo _Salmo 424
B. Con fe Salmo 17.1
c. En plena certidumbre de fe 1Timoteo 2.8
D. Con voluntad de perdonar _Salm040.1
E. Con paciencia _ Salmo 119.58, 145
F. Con todo el corazón Efesios 6.18
G. Con insistencia _ Lucas 11.8-9
H. Con el deseo de respuesta Salmo 102.2
l. (on el alma Hebreos 10.22
J. Con entendimiento _ 1Tesalonicenses 3.10
K. Con confianza en Dios _ Marcos 11.25
L. Con sumisión aDios _Salmo 79.9
M. Para la gloria de Dios _ Santiago 1.6
N. Con labios sin engaño _ 2 Crónicas 33.12-13

Ñ. Sin precipitación _ 1Corintios 14.15


o. Con manos santas Salmo 61.1
P. Con humildad _lucas 22.41-42
Q. Con verdad _ Salmo 145.18
R. Con el deseo de ser oído _ Eclesiastés 5.2
s. Con gran insistencia _1Juan5.14
Por qué orar 1143

Tarea ,8. Debemos orar por las necesidades propias.


,. En el Cuaderno de Oración agregar diez necesidades propias específicas, indicando la fecha de
ruego yde respuesta.
2. En cada caso, indicar un pasaje oversículo bíblico que afirme el poder de Dios para responder
aesa necesidad personal.

Tarea 'St. Debemos orar por nuestros seres queridos.


¿Por quién intercedió cada uno de los siguientes personajes bíblicos?
Moisés ((xodo 32.32): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Moisés (Números 12.13): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Moisés (Números 14.1]; Deuteronomio 9.26): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Samuel (1 SamueI7.S): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Un varón de Dios (1 Reyes 13,6): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
David (1 Crónicas 21.1]): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Ezequías (2 Crónicas 30.18): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Job (Job 42.10): _ - - - - - - - -_ _ _ _ _ _ _ _ __
Pablo (Efesios 1.16): _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Tarea 2'. Debemos orar por el gobierno.


,. Recortar tres notas de un diario que hablen de proyectos del gobierno en beneficio de
la población.
2. Pegar esos artículos en el Cuaderno de Tareas.

3. Anotar en el Cuaderno de Oración esos proyectos como motivos de oración.


4. Orar al Señor pidiéndole que dé sabiduría alos gobernantes yfuncionarios, afin de que esos
proyectos se concreten y resulten de bendición para el pueblo.

\ .iQiUtQ,IX .. , . . . IJJ#.t.k3MXL . . URL . ÚL.. jjX.1JL,AUA . . . :."J.J. JI.:! ..".it3 Sl.lI.,,·L.XU ... @L . . Xaun.X . . . kY.YUI!lI
144 I La oración de poder

T..... 20. Debemos orar por la iglesia.


Agregar los pasajes bíblicos que correspondan para fundamentar las afirmaciones que siguen:
1. Debemos orar permanentemente por la iglesia porqut ella fue instituida por Dios:

2. La iglesia es llamada 'el cuerpo de Cristo' ycomo tal merece nuestro mayor respeto yoración:

J. La oración de los creyentes es importante para que la iglesia como 'edificio' pueda ser
construida yse mantenga en pie:

4. La iglesia es acreedora de todo nuestro amor. Una manera concreta de amarla es orar por ella:

5. Debemos orar por la iglesia porque ella es preciosa yvaliosa para Dios:

'.Ajes: Romanos 12.5 1Corintíos 12.27 Efesios 1.23


Colosenses 1.24 1Pedro 2.5 EfesioS 4.12 Colosenses 2.19
Mateo 16.18 1CorintioS3.10 Efesios 2.21 1Pedro 1.22
Deuteronomio 32.10 lsaías 62.3 Zacarí¡lS 2.8 Efesios 1.15
Filipenses 4.1 Zacarías 9.16 Malaquías 3.17 Hechos 20.28
Efesios 5.25 1TImoteo 3.15 Colosenses 1-4 Efesios 2.20
1Tesalonicenses 2.8 1Juan 3.14 2Juan 5 1Pedro 2.17
1Juan 5.2 1Tesalonicenses 1.1

1'11.... 220 Debemos orar por todas las personas.


1. Buscar en una revista, periódico ocapítulo de un libro, material sobre el siguiente tema:
La oración de intercesión.
2. Leer cuidadosamente el material, subrayarlo en sus ideas más sobresalientes, yagregarlo al
Cuaderno de Tareas.
La oración es el alma misma de la vida espiritual del ser
humano. Descuidar la oración es perder el sentido espiritual de la vida
humana y el aspecto más dinámico de nuestra relación con Dios. Si no
oramos, corremos el riesgo de quedarnos con una deidad abstracta e irre-
levante, y con una religión vacía e inútil. La fe cristiana anuncia a un Dios
que se ha dado a conocer y que persiste en su deseo de tener una comu-
nión íntima y personal con cada una de sus criaturas. La oración hace que,
desde el lado humano, tal relación vital se pueda efectivizar. De allí que
todo aquello que tenga que ver con la oración adquiere un sentido muy
especial y trascendente. Entre otros aspectos, el tiempo que dedicamos a
la práctica de la oración y el lugar en el que la ejercitamos son de suma
importancia. No se trata de cuestiones menores, cuando lo que está en
juego es nada menos que la relación personal y estrecha que mantenemos
con nuestro Creador.
Entonces, ¿cómo podemos obtener el mayor provecho de la oración de
poder? ¿De qué manera las coordenadas tan propias de nuestra condición
humana, como son el tiempo y el espacio, pueden ayudarnos a una vida
de oración efectiva? ¿Cuál es la ventaja de tener un tiempo y un lugar de
encuentro establecido para_el diálogo fecundo con nuestro Señor? Para
responder a estas preguntas es necesario atender a ciertas cuestiones prác-
ticas, tales como el tiempo y el lugar más apropiados para la oración.
El tiempo más adecuado
¿Por qué tantos cristianos dedican tan poco tiempo a la oración? Uno
podría pensar que es simplemente porque no quieren orar. Sin embargo,
es difícil que una persona que tiene al Espíritu Santo morando en su ser
1461 La oración de poder

íntimo no sienta deseos de comunicarse con el Señor. Puede ser que la falta
de oración resulte del hecho que muchas veces intentamos intercalar nues-
tro tiempo de oración en medio de las actividades y responsabilidades del
día. Pero la oración no puede ser un punto más en nuestra agenda diaria.
Dios no puede figurar como un compromiso más entre los muchos que
tenemos a lo largo del día.
José Young: Estamos tan ocupados con el estudio y el trabajo y
otras cuantas cosas más, que a menos que nos fijemos un tiempo
específico para la lectura y la oración, fácilmente las dejaremos de
lado. El Señor desea que le dediquemos parte de nuestras horas .
. .. Lo menos que podemos hacer es consagrarle algo de nuestro
día con el sólo propósito de estar a solas en su presencia. Será
un momento de entrevista. Escuchamos a Dios por medio de su
Palabra escrita y contestamos por medio de la oración. Ambos
cosas son necesarias: frecuentemente la lectura nos da motivos
para orar. l
Probablemente para la mayoría de los cristianos, que tienen dificultades en
encontrar un tiempo para orar, el problema es que no han tomado la deci-
sión simple de fijar un tiempo específico para su comunión con el Señor.
Esto tiene que ver con una cierta disciplina espiritual. Es necesario tomar
una decisión personal, que involucra nuestra voluntad firme, de dedicar
una cuota de nuestro tiempo a la oración, estimándola como muy impor-
tante no sólo para nuestro desarrollo espiritual personal, sino también
para el servicio que prestamos en el reino de Dios.
Hope MacDonald: El primer paso en la vida de oración
es el siguiente: Es imprescindible que dispongamos de un
tiempo especial para la oración. Nunca nos sucederá que nos
despertemos alguna mañana y podamos decir: 'Qué bien, hoy
tengo tiempo para orar: Así no pasan las cosas ... Nuestras vidas
están tan colmadas de actividades ... que parece imposible hallar
un momento disponible para orar. Y allí radica el problema. 2
No obstante, al procurar fijar un tiempo para la oración debemos evitar
toda forma de legalismo. No hay horas que sean más 'sagradas' o 'espi-
rituales' que otras. Cualquier hora es buena si en ella nos encontramos
con el Señor, y él está dispuesto a venir a nuestro encuentro a cualquier
hora. Así que el tiempo mejor será aquel en el que podamos orar con toda
lucidez, frescura, atención y sin apuros ni presiones de ningún tipo. Esto
significa también que Dios no anda midiendo cuánto tiempo dedicamos a
la oración. No se trata de cumplir con un horario, sino de estar con él en
conversación. Se supone que si de veras deseamos pasar un tiempo con-
versando con él, este tiempo no será a las apuradas ni tan breve como para
decirle: 'Hola y chau .. .' Jesús escogió a doce discípulos para que estuviesen
Cuándo y dónde orar 1147

con él. Si de veras queremos que nuestro servicio sea eficaz y lleno de amor
poderoso para con los demás, será necesario pasar tiempo con el Señor a
solas en oración.
Nadie puede decidir para otro cuál sea el tiempo mejor de entre las
veinte y cuatro horas del día, por cuanto nuestras circunstancias y deberes
varían hasta lo infinito. Lo que sí podemos afirmar es que es indispensable
tener algún tiempo. Algunos hallarán más conveniente la primera hora de
la mañana; otros, ya tarde en la noche; y otros tendrán tiempo disponible
durante el día. Pero sea cuando sea, debe haber un tiempo fijo.
En definitiva, el tiempo que dediquemos a la oración dependerá de cuá-
les son nuestras prioridades. Hay ciertas cosas para las que siempre tene-
mos tiempo: mirar televisión, comer, conversar, trabajar, estudiar, jugar,
etc. Todo es importante, pero ¿en qué orden de prioridad colocamos a la
oración entre todas estas cosas que hacemos en el día? Relegar nuestra ora-
ción a un lugar secundario o no asignarle prioridad sobre cualquier otra
cosa que emprendamos en el día, es cometer un serio pecado. En realidad,
uno de los pecados más grandes que cometemos contra nosotros mismos y
contra aquellos que nos rodean es el hecho de no orar. La Biblia afirma que
'comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace' (Santiago 4.17).
Nuestra práctica de la oración es una de las mejores cosas que podemos
hacer en términos de nuestro servicio a Dios y al prójimo.
Es probable que ya hayas luchado con esta cuestión, y una y otra vez
has procurado resolverla, pero al igual que muchos latinoamericanos 'has
dejado para mañana lo que deberías haber hecho hoY: La palabra favorita
del diablo es precisamente 'mañana. Con ella, él logra disuadimos de orar
hoy y hace que nos veamos privados de la fuente de poder y sabiduría que
necesitamos para vivir cada día conforme a la voluntad de Dios. Se dice
que cuando Martín Lutero confrontaba un día sumamente ocupado, decía:
'¡Estaré tan ocupado hoy, que tendré que dedicar las primeras tres horas a
la oración!' Nosotros solemos hacer lo contrario. La agenda está tan car-
gada de compromisos y cosas que hacer, que dejamos la oración para más
adelante.
Hope MacDonald: Si es que deseamos orar eficazmente, debemos
encontrar tiempo para dedicarnos a ella, es decir, debemos
apartar un tiempo especial para la oración todos los días.
También deberíamos establecer cierta regularidad en las horas
que fijamos para dicho ejercicio, pues todo trabajo se cumple
mejor cuando se observa un determinado plan. 3

Temprano en la mañana
i\ntes que nada, parece ser la primera recomendación de Pablo en relación
con nuestras plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias (1 Timoteo
2.1). La oración es de importancia fundamental en la vida del creyente. No
1481la oración de poder

es algo suplementario o secundario. Lo que el aliento es para el cuerpo


humano, es la oración para el espíritu humano. El primer impulso de un
bebé recién nacido es respirar. El primer impulso de una persona nacida
de nuevo es respirar una oración al Padre celestial. Si en sus primeros días
de vida como creyente la persona aprende a buscar en oración, dirección
y sabiduría divinas para las grandes decisiones de su vida, se verá libre de
muchos pecados y errores. No estamos vacunados contra el sufrimiento,
pero hacemos mucho más duro nuestro caminar con la desobediencia y
la falta de oración. Como señalara el gran filósofo cristiano danés Soren
Kierkegaard: 'Si usted no respira, muere. De igual modo, si usted no ora,
muere espiritualmente. La oración es el medio para la renovación y multi-
plicación de la vitalidad espiritual del ser humano:
La oración debe ser nuestra primera ocupación temprano en la mañana.
El Señor dice: 'Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano
me buscan' (Proverbios 8.17, RVR). Así como higienizamos nuestro cuerpo
diariamente, debemos realizar una higiene espiritual cotidiana, preparán-
donos para un día de servicio. Necesitamos la renovación diaria del poder
del Espíritu Santo en nosotros. Debemos ser llenos de él todos los días.
Necesitamos confiar nuestro tiempo y fuerzas a su dirección, para que
puedan ser utilizados de manera sana, balanceada y satisfactoria Aquí es
oportuno recordar aquel breve poema de Dietrich Bonhoeffer.
Oh Dios,
Temprano en la mañana clamo a ti.
Ayúdame a orar,
y a pensar sólo en ti.
Yo no puedo orar so10. 4
El Señor se ocupa de hacer todo esto cuando le damos autorización para
hacerlo cada día desde temprano. Además, es al amanecer cuando pode-
mos hacer junto con él en oración la planificación del día. Es probable
que a estas horas tempranas el salmista elevaba su oración afirmando su
confianza para el resto del día: 'El Señor es mi pastor, nada me faltará'
(Salmo 23.1). Antes de terminar de abrir los ojos, con las primeras luces del
día, podemos contemplar el día que tenemos por delante y planificarlo con
confianza. Pero no lo hacemos sin primero declarar la pauta fundamental
que orientará cada pensamiento, decisión o acción en ese día: 'El Señor
es mi pastor: Luego, declaramos la fe que nace de esta pauta fundamen-
tal: 'Nada me faltará: Por supuesto, no podemos comenzar el día de esta
manera a menos que hayamos terminado bien el día anterior. Si tu último
pensamiento antes de dormir estuvo en el Señor, tendrás una buena noche,
y tu primer pensamiento al despertar será tu Señor, como el pastor de tu
vida. Tu planificación del día será la mejor, con esta confianza en el cui-
dado cotidiano de tu Pastor y Señor.
Cuándo y dónde orar 1149
El profeta, aun en medio de tiempos difíciles y circunstancias calamito-
sas, podía encontrar consuelo en esta disciplina de búsqueda temprana en
el día, del rostro del Señor. '~go más me viene a la memoria, lo cual me
llena de esperanza: el gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión
jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su
fidelidad! Por tanto digo: 'El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!'"
(Lamentaciones 3.21.24). Quizás por esto mismo, Jesús tenía la costumbre
de orar bien temprano a la mañana, antes de comenzar un día de mucho
trabajo y desafíos. Marcos 1.35 nos recuerda que 'muy de madrugada,
cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a
un lugar solitario, donde se puso a orar: Y aparentemente esto no fue un
hecho incidental, sino su práctica diaria.

Ejercicio 43. 'Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor:


Marcar con un círculo los pasajes que recomiendan buscar al Señor en oración en la mañana
temprano, antes de involucrarnos en ninguna otra actividad.
Edesiastés 12.1 Proverbios 1.28 lsaías 30.21
2 TImoteo 3.16 Mateo 6.33 Proverbios 8.17
Lamentaciones 3.21-27 Salmo 23.3 Salmo 37.5, 23
Salmo 5.1-3 Salmo 59.16-17 Salmo 63.1-3
lsaías 504-5 Isaías 40.28-31 Efesios 3.16

.,áil¡iliLkI1i¡ 1113L",2 d ..J1.1.4.d.iitt;LJ 1 Xl & .Ji

Durante el día
La presencia real del Señor en la vida de los que invocan su nombre es un
hecho palmario. Esta presencia no es eventual ni esporádica, sino la expe-
riencia cotidiana de todo hombre o mujer que ha depositado en Cristo su
esperanza. Los hijos de Dios podemos afirmar como Finees, según leemos
en Josué 22.31: ~hora estamos seguros de que el Señor está en medio de
nosotros: No sólo lo sabemos, sino que lo percibimos y entendemos.
El Salmo 23 no es sólo la expresión de un corazón piadoso, sino el tes-
timonio de alguien que a 10 largo de todo un día, desde que se levantaba
hasta que se acostaba, vivía la experiencia de que el Señor era su pastor y
estaba en perfecta comunión con él. Es posible leer su famoso poema y
junto con él recorrer todo un día con la presencia del Señor. Así, pues, el
salmista nos habla del placer de la mañana, cuando dice: 'en verdes pastos
me hace descansar' (Salmo 23.2a). Notemos que la comunión de la mañana
comienza en el redil. Éste es el momento en el que nos detenemos a 'des-
cansar' con el Señor y a recibir de él el alimento espiritual que necesitamos
150 Ila oración de poder

para estar fuertes y enfrentar los desafíos del día. Cada día debemos tomar
este 'desayuno' espiritual antes de involucrarnos en las tareas del día. Pero
también la comunión de la mañana continúa al salir del redil.
Observemos que es el Pastor el que nos guía a enfrentar las responsabi-
lidades del día. Él es quien nos lleva a los 'lugares' (RVR) de los quehaceres
en el hogar, la oficina, el taller, la escuela, la calle, etc. Notemos que el
Pastor nos guía a lo mejor, a los 'verdes pastos: Lo que él tiene preparado
para nosotros es siempre lo mejor, conforme a su propósito eterno para
nuestras vidas. Así, pues, después de este descanso y nutrición en la ora-
ción de la mañana, entramos con nuevas fuerzas a las tareas del día y el
servicio a otros.
La oración merece un lugar preferencial entre nuestras muchas ocu-
paciones diarias. Jesús ayunó y oró durante cuarenta días antes de con-
frontar las grandes tentaciones en el desierto (Mateo 4.2). Cuánto más
necesitamos nosotros ser fortificados en oración antes de confrontar las
tentaciones y desafíos de la vida diaria. Sólo un sentido arrogante de auto-
suficiencia puede hacernos pensar que podemos 'sobrevivir' durante el día
sin oración. Jesús pasó una noche y un día en oración antes de escoger
a los doce (Lucas 6.12-13). Cuánto más necesitamos nosotros la sabidu-
ría y dirección que viene a través de la oración, para seleccionar nuestras
relaciones. Cuántas desilusiones y desengaños nos ahorraríamos. Jesús oró
durante horas antes de la crucifixión y fue a la muerte con una oración en
sus labios a favor de sus asesinos (Lucas 22.40-43; 23.34).
Antes de las comidas
La Palabra nos enseña que 'toda buena dádiva y todo don perfecto descien-
den de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que
no cambia como los astros ni se mueve como las sombras' (Santiago 1.17).
Es, pues, como expresión de acción de gracias y como reconocimiento de
que todo lo bueno que tenemos viene de Dios, que oramos antes de las
comidas. La expresión 'después de dar gracias' acompaña en varios lugares
al partimiento del pan, como gesto del inicio de una comida (1 Corintios
11.23-24). La bendición de los alimentos debe ser más que un gesto ritual.
Es la oportunidad que tenemos de agradecer al Señor por su cuidado y
protección. Cuando oramos por los alimentos estamos santificándolos
para el bien de nuestros cuerpos (1 Corintios 10.30).
No obstante, la gratitud por el pan de la tierra nos debe hacer pensar
en nuestra gratitud a Dios por el Pan que viene del cielo, el pan de vida
(Juan 6.32, 35). El autor del Salmo 23 parece estar pensando en su recono-
cimiento en oración por la provisión diaria de sustento, pero también en
el alimento espiritual que viene de Dios cuando dice: 'junto a tranquilas
aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas' (v. 2b-3a). Notemos que
esta provisión está 'junto a tranquilas aguas: El Pastor no nos coloca junto
a aguas borrascosas; de otro modo, como ovejas nos espantaríamos, sino
Cuándo y dónde orar 1151

que nos lleva a un abrevadero o bebedero preparado para refrescarnos.


El Pastor sabe bien dónde está el agua de vida, aquella que él le ofreció a
la mujer samaritana (Juan 4.14). El Pastor nos conduce, nos pastorea, y
nos pone en contacto con estas aguas nutrientes y refrescantes. Notemos
también que esta provisión llega en el momento oportuno. Es a la media
mañana o al mediodía cuando más necesitamos del refrigerio de su pre-
sencia. Allí donde el Señor está presente, el agua de vida nunca falta, por-
que él es la fuente inagotable (Juan 7.37b-38).
La pausa que hacemos para comer es un buen momento, no sólo para
agradecer por los alimentos, sino también para estar en comunión repo-
sada con el Señor. Es por eso que el salmista afirma confiadamente: 'me
infunde nuevas fuerzas' (v. 3a). Necesitamos aprender el valor de la pausa
saludable en la vida. En estos días de estrés, pensamos que podremos hacer
más y lograr más si corremos más rápido. Pero haríamos más cosas y mejor
si aprendiésemos la bendición de la pausa del mediodía o de la hora de
comer. Ésta es la hora en que se acumula el cansancio de la mañana, el
calor del mediodía, y el trabajo de la tarde que queda todavía por hacer.
Necesitamos la restauración que nos da el Señor. El Pastor no nos lleva de
vuelta al redil a descansar ni nos libera de la carga del resto del día. Pero
en medio del día, él renueva nuestras fuerzas, cuando nos acercamos a él
en oración.
Antes de hacer o decidir algo
El día está cargado de cosas que debemos hacer. ¿Cómo decidir lo correcto?
¿Cómo actuar de maneras en que el Señor resulte honrado y obtengamos
los mejores resultados? ¿Cómo podemos saber el camino que tenemos
que andar? El autor del Salmo 23 parece tener respondidas estas pregun-
tas, cuando afirma: 'Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre'
(v. 3b). Notemos que ésta es la primera expresión activa del salmo en rela-
ción con la oveja. Ésta es la primera instancia en que la oveja tiene que
hacer algo: tiene que andar por sendas de justicia. Hasta ahora el agente
de la acción fue el Pastor y la oveja fue la receptora pasiva de su acción.
Pero ahora la oveja tiene algo que hacer. Tiene que subir las colinas para
dirigirse a otro lugar, y debe hacerlo por las sendas correctas. En el curso
del día nos vemos confrontados con la necesidad de tomar muchas deci-
siones, y no todas las alternativas son 'sendas de justicia: caminos correc-
tos. ¿Cómo conocer el camino que tenemos que seguir y cómo podemos
estar seguros de no extraviarnos en el camino? La respuesta se encuentra
en la oración antes de hacer algo, confiados en la promesa del Señor: 'Yo te
instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y
velaré por ti' (Salmo 32.8).
Notemos también que es el Pastor el que guía a la oveja por la senda
correcta. Si nos mantenemos junto a Cristo y en comunión con él en
oración, no tenemos por qué preocuparnos por el camino a seguir. Sólo
1521la oración de poder

tenemos que seguirlo a él, porque él es el camino. Si somos hijos ~e obe-


diencia, nuestro deber es obedecerlo y dejarnos conducir por él. El pro-
mete guiarnos no sólo por amor a nosotros, sino por 'amor a su nombre: es
decir, en consistencia con quién es él, y él es el Buen Pastor.
Puede ocurrir que a lo largo del día algunas decisiones o acciones sean
fuera de lo común, y representen peligro o amenaza. Es posible que en
algún momento el temor nos asalte y la incertidumbre nos sobrecoja.
Frente a situaciones así, el salmista encontró en la oración su manera de
salir airoso. Su testimonio así lo manifiesta: ~un si voy por valles tenebro-
sos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me
reconforta' (Salmo 23.4). Estos 'valles tenebrosos' nos esperan a cualquier
hora del día y muchas veces se presentan de manera inesperada. Vamos
bajando las colinas, y tenemos que pasar a través del valle estrecho sobre
el que se proyectan las sombras de las montañas con el sol del atardecer. El
Pastor no nos trajo aquí al mediodía, porque el sol nos hubiese asado con
su calor; él no nos trae a la noche, porque sería muy peligroso; ni tampoco
nos deja venir solos, sino que él viene con nosotros y nosotros nos atreve-
mos a entrar a este valle porque él se aventura con nosotros. Pero, de todos
modos, se trata de un valle peligroso. Está plagado de ladrones, de bestias
salvajes, y de enemigos por todas partes. Es por eso que éste es un valle
para andar despacio por él; no se puede correr; hay que ir paso a paso, con
cuidado, y en oración constante.
Pero también es cierto que se trata de un valle de oportunidad. Hay
lecciones en la vida que no se pueden aprender a la luz y que sólo se apren-
den en las sombras de los 'valles tenebrosos: Hay aspectos del ministerio
de nuestro Pastor que sólo podemos conocer en el 'valle de sombras de
muerte' (RVR). Es allí donde aprendemos que su vara nos defiende. Es allí
donde aprendemos que su cayado nos orienta. Hay una comunión con el
Pastor que sólo podemos experimentar en el valle de sombra de muerte.
Es interesante notar que en este versículo hay un cambio en el pronombre
personal que se utiliza. Hasta ahora el pronombre ha sido 'él: pero ahora es
'tú': 'tú estás a mi lado: Es en medio del valle de la prueba y de las acciones
cotidianas cuando más cerca podemos sentirnos del Señor, y cuando él nos
parece que está más cerca nuestro.
Antes de dormir
Una de las primeras oraciones que aprendí de mi madre cuando era niño
fue aquella que me hacía repetir antes de dormir cada noche: 'Yo me
acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene'
(Salmo 3.5). La misma oración les he enseñado a mis tres hijos, guiándo-
los a repetirla cada noche. Es la mejor fórmula para un descanso y sueño
reparador. Por eso, el poeta bíblico continúa diciendo: 'No me asustan los
numerosos escuadrones que me acosan por doquier' (Salmo 3.6).
Cuándo y dónde orar 1153
El autor del Salmo 23 parece estar pensando en esto, cuando afirma:
'Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos' (v. 5a). Más
allá del valle del peligro, de la jornada de decisiones y acciones difíciles y
conflictivas está la provisión del Pastor. Atravesando el valle de la prueba y
lucha cotidiana quizás no hemos tenido tiempo ni para comer, pero ahora
el Pastor nos prepara nuevos pastos para que recuperemos fuerzas. Él se
ocupa de nutrirnos y fortalecernos: él nos pone la comida delante para
que comamos. Pero también más allá del valle del peligro está la protec-
ción del Pastor. Los enemigos quedan atrás sepultados en las sombras del
valle tenebroso. Desde allí nos miran y acechan, pero no se atreven a ata-
carnos mientras el Pastor está con nosotros. Por eso no tememos a nues-
tros enemigos; el Pastor nos cuida y podemos alimentarnos tranquilos.
La noche no nos asusta y estamos listos para entregarnos al descanso que
merecemos.
Esta confianza se agiganta con la certeza que expresa el poeta bíblico:
'Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar' (v. 5b).
El día llega a su fin y regresamos al redil. Aquí el Pastor hace dos cosas.
Por un lado, nos unge con su Espíritu. ¿Hay, acaso, una manera mejor de
terminar una jornada de labor, que siendo lleno del Espíritu Santo? Por
otro lado, llena hasta rebosar nuestra copa de salvación (Salmo 116.13). La
copa en cuestión es una copa de vino, y en consecuencia es una copa de
gozo. Podemos acostarnos con la alegría de haber vivido un día para el
Señor y en comunión con él. Sólo Dios puede darnos cánticos en la noche
(Job 35.10)

Ejercicio 4.'De noche su canto me acompañe:


la Biblia nos habla de la noche como un tiempo de peligro y amenazas.
Pero también afirma la presencia protectora del Señor durante el sueño.
Copiar los siguientes pasajes bíblicos:
Salmo 30.4-5: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 42.8: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 63.6: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 77.6-7: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 88.1-2: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 107.13-14: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 119.55: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salmo 119.62: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Salm0149.5: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

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1541 La oración de poder

Durante la noche
¿Es posible orar durante la noche? La Palabra nos enseña que Dios, nuestro
Hacedor, nos infunde fuerzas por las noches (Job 35.10). El varón justo del
Salmo 1 es alguien que se deleita en la ley del Señor y 'día y noche medita
en ella' (v. 2). El autor del Salmo 23 expresa la confianza de alguien que aun
dormido tiene la certidumbre de que 'la bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre'
(v. 6).
Durante todo el día hemos pensado que estábamos siguiendo al Pastor,
y ahora, al llegar la noche, descubrimos que nos han estado siguiendo.
La 'bondad y el amor' han venido siguiéndonos, como la estela que deja
una embarcación sobre el agua queda de un lago. La 'bondad y el amor'
son como los perros ovejeros del Pastor, que nos han estado cuidando sin
que nosotros nos diésemos cuenta. La 'bondad y el amor' son los pivotes
de la carta a los Romanos. La bondad o la benignidad de Dios es lo que
nos mueve al arrepentimiento (Romanos 2-4). El amor o la misericordia
de Dios es lo que nos lleva a presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo
(Romanos 12.1).
Pero ésta no es una experiencia tan sólo para el día de hoy. Puedo irme
a descansar sabiendo que mañana y pasado será igual, y seguirá siendo
así 'todos los días de mi vida: en tanto sea fiel en seguir al Pastor y mante-
nerme en comunión con él. Los tiempos presentes en este salmo son dig-
nos de notar: 'nada me falta, 'me hace descansar: 'me conduce: 'me infunde
nuevas fuerzas', 'me guía, 'no temo peligro alguno: 'tú estás a mi lado', 'tu
vara de pastor me reconforta: 'dispones ante mí un banquete: Estos verbos
están en un presente continuo, un presente que se proyecta al futuro. De
hecho, la RVR traduce estas expresiones en tiempo futuro. Estamos seguros
en cuanto al futuro porque el Pastor nos ha cuidado a lo largo del día y
jamás nos fallará. Hemos conversado con él a lo largo de las horas y hemos
disfrutado de su presencia. Ahora, al entregarnos al descanso de la noche,
podemos hacerlo en paz.
y mientras el sueño me doblega e interrumpo por algunas horas mi
contacto con la realidad, sé con convicción firme que 'en la casa del Señor
habitaré para siempre' (v. 6b). Me duermo orando y me duermo con una
hermosa esperanza: moraré en la casa de Dios. Esto significa que he deci-
dido estar en la presencia de mi Pastor. Al cerrar mis ojos, ésta es mi deter-
minación. El día vivido junto a él ha sido tan satisfactorio, que no hay otro
lugar en el que quiera estar mañana al levantarme, que no sea en la presen-
cia del Señor. Me duermo orando y me duermo con una eterna esperanza:
disfrutaré de la presencia del Pastor por siempre. Y por siempre comienza
mañana y se proyecta hacia la eternidad. Por eso, si termino la noche con
este deseo, vaya comenzar el nuevo día diciendo otra vez: 'El Señor es mi
Pastor, nada me falta .. .'
Cuándo y dónde orar 1155

Así termina el día. Y así yo puedo dormir porque él está despierto, y yo


duermo confiado porque él vigila. Y mientras me entrego al sueño repa-
rador bajo el manto oscuro de un cielo tachonado de estrellas que brillan
como diamantes, disfruto de una profunda paz en mi corazón. El Pastor
está velando a mi lado a lo largo de la noche. Y allí mismo estará cuando
llegue la mañana, y yo sé que estará allí cada día, hasta aquella mañana
esplendorosa en que yo despierte más allá de las estrellas.
En todo tiempo
Pablo nos exhorta, diciendo: 'Estén siempre alegres, oren sin cesar' (1 Tesa-
lonicenses 5.16-17). Generalmente ha sido una crisis en la vida o una emer-
gencia la que nos ha colocado en una oración ferviente. Surgieron algunos
problemas que no parecían tener solución, o apareció alguna dificultad
para la que no había ayuda accesible, o sufrimos algún desengaño o pesar
que ningún consuelo humano podía cubrir, y entonces apelamos a la ora-
ción como último recurso. Puede haber parecido trivial o cómico para
otros, pero en nuestra desesperación nos volvimos a Dios, y nuestras ora-
ciones casi infantiles expresaron confianza y dependencia.
JackTaylor: El Maestro nos dijo cuándo orar y usó el adverbio
['cuando ores: Mateo 6.5] para indicarnos que la oración tenía
que ser una parte regular de nuestras vidas. Hay una abrumadora
evidencia de que debe ser regular, constante. Cristo nos habla en
Lucas 18.1 sobre 'la necesidad de orar siempre y no desmayar:
Orar siempre, consistentemente. 5
Cuando 'las papas queman' todo el mundo ora. Y quizás nosotros no fui-
mos la excepción en momentos de gran dificultad. Oramos con desespera-
ción ... y Dios nos respondió. Esto nos dio una gran lección, de suerte tal
que una nueva etapa comenzó en nuestra vida cristiana. Si fuimos sabios,
a partir de allí comenzamos a andar de fe en fe, y a crecer en nuestro cono-
cimiento experiencial del Señor. Todo esto nos ha enseñado el valor de la
oración en momentos de crisis.
Dios nos alienta a venir a él en oración en todo tiempo de dificultad.
Cuando estamos confrontando el dolor, la enfermedad, la perplejidad, la
incertidumbre, las dificultades, el quebranto o la frustración. Él tiene con-
tados los cabellos de nuestra cabeza y no nos deja colgados en el vacío con
nuestra desesperación a cuestas. Él es el Dios tanto de lo ínfimo como de lo
infinito. No hay nada que le resulte tan grande que él no pueda controlarlo.
No hay nada que sea tan pequeño que él no le preste atención. Pero si sólo
apelamos a la oración para hacer frente a las emergencias de la vida, tan
pronto como pase la crisis nos olvidaremos de ella.
La respuesta de Dios a una oración debe estimularnos a seguir creciendo
en los logros de la fe, no sólo para nosotros mismos sino también para los
demás. Enterramos nuestro talento cuando dejamos de crecer en nuestra
156 Ila oración de poder

vida de oración. Al no invertir tiempo y esfuerzo en la oración, no tenemos


mucho fruto o rédito que podamos reinvertir para seguir enriqueciendo
nuestra experiencia personal o ayudar a otros. Pero Dios está dispuesto a
ayudarnos a partir de donde estamos, y tan pronto como se lo permitimos,
él nos conduce a una vida de oración más profunda y plena.
La vida de poder en la oración está sustentada en la obediencia y en la
confianza. Orar continuamente no significa repetir como loros oraciones
prefabricadas. Orar sin cesar es mantener abiertas las líneas de comunica-
ción con el Padre celestial, a partir de una vida cuyo propósito e intención
es estar en armonía con su voluntad. La vida de Jesús fue una demostración
de esto. Por eso, él pudo decirle al Padre con toda confianza: 'Ya sabía yo
que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que está aquÍ presente,
para que crean que tú me enviaste' (Juan 11.42). Sólo él puede ayudarnos a
vivir de tal manera que nuestras vidas glorifiquen al Padre en obediencia
y confianza.

Ejercicio 45. La oración exitosa.


La Biblia indica que hay ciertas condiciones para tener éxito en la oración.
Trazar una línea según corresponda:
Contrición Marcos 11.24
Sinceridad 1Juan 3.22

Fe 2 ClÓnicas 7.14
Justicia Santiago 5.16
Obediencia Jeremías 29.13

El lugar más adecuado


La oración de poder no sólo necesita de un espacio de tiempo propicio
sino también de un ambiente adecuado. Una de las primeras cosas que
aprendemos de Jesús acerca de la oración, es que hace falta un lugar para
orar. Es cierto que Dios está en todas partes y que de él es toda la tierra.
Él puede oírnos en todo lugar y desea que las personas oren en todo lugar.
Él promete estar siempre cerca si oramos con sinceridad y fe. Cualquier
lugar puede transformarse en un santuario si él está presente y nosotros
entramos en comunión con él. No obstante, lo más llamativo de la vida de
oración de Jesús es que él buscó lugares especiales, generalmente retirados
y quietos, para comunicarse con el Padre celestial.
Cuándo y dónde orar 1157

Jack Taylor: Debe haber un lugar en nuestras vidas-caminando


en el jardín o en cualquier otro lugar-que es elegido para el
ejercicio de la oración. Debe ser un lugar íntimo, recogido,
secreto, donde podamos estar a solas con Dios. ¡No busquemos el
lugar en medio del tráfico!6
¿Qué nos enseña la Palabra de Dios en cuanto al lugar más adecuado para
orar? La pregunta apunta más allá de la localidad o ubicación de la oración,
para alcanzar también al contexto en el que podemos ejercitarla. En este
sentido, hay varias posibilidades que conviene explorar.

En secreto
Antes de presentar su oración modelo, Jesús nos recomienda: 'Pero tú,
cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu
Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto,
te recompensará' (Mateo 6.6). Los grandes hombres y mujeres de Dios han
descubierto el valor de la oración en secreto y la han preferido sobre otras
formas de oración.
Samuel Chadwick: ¿Por qué él insiste en este cuarto privado y en
la puerta cerrada? La primera razón es que la primera cualidad
que Dios requiere en la oración es realidad. Los hipócritas
jamás oran en secreto. Las oraciones que son una pretensión
requieren de una audiencia. Tienen la intención de ser oídas
por los hombres, y tienen su recompensa en la destreza de la
oratoria, un espectáculo de entusiasmo, y una reputación de
piedad. Estas cosas no cuentan para Dios. No pueden vivir en
su presencia. La oración es entre el alma y Dios solamente. 7
No hay ningún substituto para la oración privada en la vida del creyente.
Es aquí que el creyente se presenta delante del Señor para 'dar el presente:
Es en este espacio íntimo donde el cristiano 'marca tarjeta' antes de iniciar
sus tareas en el reino. Es aquí que el creyente se presenta para recibir del
Señor las órdenes del día, temprano en la mañana y antes de involucrarse
en cualquier quehacer. Tal era la disciplina del salmista: 'Por la mañana,
Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo
a la espera de tu respuesta' (Salmo 5.3). Es aquí que el seguidor de Jesús se
presenta para ser equipado por el Señor con la sabiduría y la gracia que son
indispensables para salir victorioso en todo lo que se emprenda durante el
día. Es aquí que el creyente se presenta para ser lavado, preparado yacica-
lado a fin de ser un instrumento adecuado para su uso por el Señor. Es aquí
que el siervo de Dios se presenta para ser fortalecido por el Espíritu Santo
en el ser interior, y para ser lleno de él.
La oración en secreto o privada es la gran oportunidad que tenemos
para esperar en el Señor. Isaías 40.31 nos ofrece una maravillosa promesa:
1581 La oración de poder

'Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como
las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán' (RVR).
Dios honra a quienes esperan con expectación en él, y están quietos yaten-
tos para oír su voz. Por eso, el salmista nos exhorta, diciendo: 'Guarda
silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia' (Salmo 37-7).
John C. Maxwell: Al esperar en Dios permítale hacer tres cosas:
1. Permita que Dios lo ame: Dios siempre espera para decirle
que le ama, cada minuto, cada día. Esto es así porque usted tiene
un gran valor para Él gracias a Jesucristo. Al dejar que Dios
le ame, le permite que desarrolle su autoestima en el aspecto
espiritual. Concédase la oportunidad de sentarse mentalmente en
el regazo de Jesús o llorar sobre su hombro, y deje que su amor
incondicional toque su corazón.
2. Permita que Dios lo busque: Una vez que sepa que Dios le ama
y que le seguirá amando a pesar de todo lo que haya hecho, podrá
permitir que le busque. Esto al principio quizás le sea difícil, pero
es crucial para el desarrollo de su relación con él.
3. Permita que Dios le muestre: Dios le preparará para el día
que comienza si se lo permite. La mejor manera de hacerlo es
entregarle el día durante su tiempo de espera. Entonces podrá
mostrarle lo que hay en su corazón, de cómo cuida de su pueblo
y quiere ministrarles. Y cuando conozca los sentimientos de
Dios, podrá mostrarlo a otros. 8
La oración privada es el gran recurso al alcance del creyente para encarar
un gran día. La devoción diaria matinal o en un momento especial del día
es como alimentar la caldera. Cuanto más difícil sea el día, tanto mayor
será la presión, más pesada la carga, y más grande la necesidad. El gran
Dios del universo, el Rey de reyes, nuestro Padre celestial quiere darnos
cada día una audiencia privada. Éste es nuestro gran privilegio y honor:
ser recibidos cada día en audiencia privada por el Creador del universo.
¿Qué puede ser tan importante que no podamos encontrar tiempo para
tamaño privilegio?
A solas con Dios, con una Biblia abierta, con una mente abierta, y con
un corazón abierto a la influencia del Espíritu Santo. A solas con Dios,
con las rodillas dobladas y una voluntad dispuesta a recibir sus indicacio-
nes y a obedecer. Éste es el secreto de un día victorioso y exitoso. Ningún
estudio meramente intelectual de la Palabra de Dios puede ocupar el lugar
del estudio devocional de la Biblia, para llenar las necesidades persona-
les. Ninguna preparación para enseñar a otros puede ocupar el lugar del
encuentro personal con el Señor en oración.
Una madre puede preparar comida para su familia y ella misma ser
anémica o débil por no alimentarse bien. Un maestro de la Biblia puede
preparar bien su mensaje para otros, pero él mismo estar mal nutrido
Cuándo y dónde orar 1159

espiritualmente o ser un anémico en su vida de comunión con el Señor.


Una buena enseñanza puede no ser un buen alimento, porque no nace de
una vida bien nutrida espiritualmente. Para producir alimento sólido hace
falta de un cristiano robusto y bien alimentado. Nadie puede dar lo que no
tiene ni compartir con otros lo que no ha recibido del Señor.
John C. Maxwell: La mayoría de la personas y sus iglesias por
todo el país se están muriendo de hambre en el campo de la
oración. Un pastor evangelista, refiriéndose a su denominación,
dijo: 'En Hechos capítulo dos oraron durante diez días; Pedro
predicó diez minutos y tres mil personas se salvaron. Hoy día las
iglesias oran diez minutos, predican diez días y se salvan tres: 9
El mundo, la carne, el pecado, las tentaciones, y el diablo se combinarán
para impedirnos este tiempo de comunión reposada a solas con nuestro
Señor. El enemigo de nuestras almas sabe muy bien que si él puede ganar
esta victoria inicial, no tiene nada que temer de nosotros durante el resto
del día en nuestras vidas. Es a esta falta de 'desayuno' o 'merienda' espiritual
que se deben muchos de los fracasos en nuestra vida cristiana cotidiana.
En este fracaso encontramos el secreto de la mayoría de nuestras oraciones
débiles o intelectuales. Si consagramos el día al Señor y obedecemos su
Palabra, él nos dará el tiempo y la sabiduría necesarios para estar a solas
con él, y para hacer todo lo que debemos hacer.
Bernard Basset: Aunque de vez en cuando oren en medio de
la multitud, o con su comunidad o cuando van de viaje, tal
oración [en secreto] es para ellos [los santos] accidental y nunca
una substitución de la oración en sus aposentos.... Tomás
Moro tomó las palabras de Cristo literalmente y le gustaba orar
en una habitación determinada. Tenía un espíritu cartujano
y la sensación de encierro le ayudaba a vitalizar la soledad.
Cuando fue encarcelado en la Torre de Londres, se dijo que
fue el prisionero más satisfecho que había pasado por aquel
macabro lugar. Cuando se hallaba en la cima de su carrera,
Moro construyó un pabellón especial en el que pudiera retirarse
para orar. Su yerno nos dice, 'y porque se sentía atraído por la
vida espiritual y para poder a veces retirarse y estar aislado de
las relaciones mundanas, construyó a una buena distancia de
su casa, un lugar llamado Nuevo edificio, en el que había una
capilla, una biblioteca y una galería; en este edificio, así como el
resto de los días los pasaba dedicado a la oración y al estudio,
los viernes, por lo general, desde la mañana hasta la noche los
dedicaba exclusivamente a la oración ya ejercicios espirituales~ 10
160 r La oración de poder

Ejercicio 46. Orar en secreto.


El mejor ejemplo de oración en secreto lo da Jesús mismo. los Evangelios registran varias
instancias en que Jesús se apartó para llevar acabo sus devodonales privados yestar en
comunión de oración íntima con el Padre.
Indicar en cada caso el pasaje correspondiente:
1. Devocionales en la mañana: __________________
2. Oración en la noche: ____________________
3. Comunión en soledad: ___________________

4. Oración de toda la noche: __________________


5. Oración acompañado sólo por sus discípulos: _____________
6. Oración en el huerto de Getsemaní: ________________
pa..jes: lucas 5.15-16 lucas 22.39-42 lucas 6.12
lucas 9.18 Marcos 1.35 Marcos 6.46-47

En público
El lugar más adecuado para orar no es necesariamente un templo, ni mirar
hacia el este, o viajar al monte de los Olivos y arrodillarnos en el huerto de
Getsemaní. El lugar más indicado para orar es allí donde podemos expe-
rimentar la presencia del Señor. El Señor se le apareció al rey Salomón por
segunda vez, y le dijo: 'Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en
mi presencia' (1 Reyes 9.3, RVR). Esto es lo más importante: sea donde sea
que el Señor esté presente, ése es lugar santo y adecuado para que vayamos
a él en oración.
Este lugar especial de encuentro con el Señor puede darse en la oración
en público. La oración de Salomón fue presentada en medio de una gran
multitud. Todo el pueblo estaba presente en aquel magno evento, cuando
el rey se arrodilló y clamó con toda su alma a Dios (1 Reyes 8.22-61). Es
evidente que Salomón no oró para agradar a la gente ni para impresionarla
con su lenguaje elocuente y maravillosa oratoria. Salomón no necesitaba
montar un espectáculo espiritual o religioso. Él oró con toda sinceridad a
Dios en público, como si 10 estuviera haciendo en secreto.
La oración en público es valiosa cuando podemos elevarla como Salo-
món, sinceramente, y no como los fariseos, con hipocresía, para atraer la
atención de los demás sobre su falsa piedad. El trono de Dios no es lugar
para mostrar a otros cuán piadosos somos ni cuán magníficas lucen nues-
tras palabras. Jesús condenó claramente este tipo de actitud equivocada
Cuándo y dónde orar 1161

e hipócrita (Mateo 6.5). De igual modo, la oración pública no debe ser


utilizada con el fin mezquino de acusar a otros, insinuar opiniones pro-
pias o criticar cosas con las que no estamos de acuerdo. Estas oraciones,
lejos de honrar a Dios hieren a quienes las escuchan. Ni siquiera debemos
usar la oración pública para rectificar errores doctrinales, enseñ.at vetda-
des bíblicas, señ.alar errores ajenos. Dios rechaza estas oraciones porque
lejos de subir a su trono de gracia, no logran remontar vuelo de la chatura
de la carne. No debemos utilizar la oración como arma para atacar a otros
ni confundirla con la predicación o la enseñanza de la Palabra. La ora-
ción pública debe ser una herramienta que resulte en la edificación de la
iglesia.
Charles H. Spurgeon: Convertir la oración en una oportunidad
para señalar las faltas de otros es un proceder propio del
acusador de los hermanos. Nuestra oración debe ser 'delante de
Dios' para que sea una oración aceptable. Si pudiéramos aislar
nuestros ojos, nuestros recuerdos y pensamientos de la presencia
de los demás, estaremos realmente orando en presencia de Dios,
yeso se puede hacer en público si Dios nos da la gracia. Nuestra
oración debe ser: 'Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu
alabanza' (Salmo 51.15).11

En el círculo familiar
La Biblia nos presenta el ministerio de oración de algunos padres de fami-
lias, quienes como cabeza de sus hogares supieron guiar a los suyos en
tiempos de oración familiar. La familia es un ámbito muy especial para la
oración de poder. El caso de Abraham y su familia es una buena ilustra-
ción de esto. Cuando los mensajeros que anunciaron el nacimiento de un
hijo a Sara partieron rumbo a Sodoma y el patriarca los acompañó para
despedirlos, el Señor estaba pensando: 'Yo lo he elegido para que instruya
a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor
y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que le
ha prometido (Génesis 18.19).
Más tarde, cuando Jacob tuvo su famoso sueño en Betel, vio al Señor
parado junto a él y oyó que le decía: 'Tu descendencia será tan numerosa
como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occi-
dente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y
de tu descendencia. Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que
vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir
con todo lo que te he prometido' (Génesis 28.14-15).
Josué representa otro ejemplo de alguien que entendió la importancia
de presentarse en oración y adoración al Señor junto con su familia. En un
momento crucial de la vida del pueblo, cuando la fidelidad de Israel fue
puesta a prueba, él y los suyos tomaron una decisión firme, que resultó de
1621 La oración de poder

ejemplo para todas las familias de Israel. 'Si a ustedes les parece mal servir
al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir ... Por mi parte, mi
familia y yo serviremos al Señor' (Josué 24.15).
El círculo familiar es la agrupación humana más natural, y Dios, que
instituyó y creó la familia, reconoce esto. Muchas de las promesas más her-
mosas en la Biblia son para las familias. En la Biblia se nos enseña que Dios
no sólo trata con naciones e individuos, sino también con familias, de una
manera muy especial.
Es por esta razón que los creyentes no deben casarse con incrédulos, a
menos que primero se conviertan en respuesta a la oración intercesora del
creyente. Pablo es bien claro en su recomendación y consejo: 'No formen
yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad?
¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene
Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?'
(2 Corintios 6.14-15). Esta amonestación paulina puede parecernos muy
radical o exigente. Sin embargo, la experiencia muestra que no es nada fácil
para personas que no comparten la fe entenderse, especialmente en cues-
tiones espirituales. Como sugiere Amós a través de su pregunta retórica:
¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?' (Amós 3.3).
El matrimonio ideal involucra comunión espiritual, así como compa-
ñerismo físico, sexual, social, emocional e intelectual. Un matrimonio que
comparte 'un mismo sentir' en el Señor y palmita su fe cristiana con un
solo corazón tiene enormes ventajas. Lo que dice Pedro en 1 Pedro 3.8 se
aplica cabalmente a cualquier pareja cristiana: 'En fin, vivan en armonía
los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor
fraternal, sean compasivos y humildes: Pero si además los dos que se aman
están unánimes juntos en oración, entonces constituyen una combinación
invencible contra el mundo, la carne, el pecado, la tentación y Satanás.
Jesús prometió con firmeza. i\demás les digo que si dos de ustedes en la
tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será conce-
dida por mi Padre que está en el cielo' (Mateo 18.19). Y esto vale para un
matrimonio cristiano.
Es por esta razón que el altar familiar debe establecerse en el hogar
desde el comienzo mismo de la vida matrimonial. Yo diría que si es posible
debe establecerse antes, durante el tiempo de noviazgo. Cuando un hom-
bre y una mujer se aman y comienzan a crecer y a madurar en ese amor,
deben hacerlo también en su amor mutuo al Señor y en la comunión que
mantienen con él. Por cierto, esto no substituye a la oración privada. Cada
una tiene su lugar, pero ambas se suplementan.
Ningún matrimonio está completo sin un gran interés o proyecto
común. Toda pareja cristiana debe tener objetivos por los cuales trabaja,
se esfuerza y ora. Un interés natural es la provisión para los hijos y la bús-
queda de su felicidad como pareja. Un interés sobrenatural es el amor a
Cuándo y dónde orar 1163

Jesús y su causa. Estos intereses deben combinarse y transformarse en la


motivación y el contenido de una rica vida de oración en el hogar.
Hope MacDonald: Ésta es la oración que he elevado al Señor
por mis hijos, cada día de sus vidas: 'Señor, que sus corazones
se mantengan abiertos a la guía de tu Espíritu Santo: Y he visto
cómo, vez tras vez, esta oración ha sido contestada. l l
No es suficiente que los padres oren por sus hijos. Es necesario que tam-
bién oren con ellos. No ha sido buena la relación con el hijo, si éste no ha
oído las oraciones de sus padres en el altar familiar. No hay un deber más
sublime para con el Señor ni obligación más sagrada que procurar que los
hijos que han nacido en nuestro hogar, conforme con nuestra voluntad,
nazcan de nuevo en la familia de la fe, conforme con la voluntad de Dios.
Si nos sentimos responsables por la vida temporal de nuestros hijos, tanto
más deberíamos sentirnos responsables por su vida eternal. Si estamos dis-
puestos a todo sacrificio para que reciban una herencia terrenal, que les
permita vivir una vida plenamente humana, más deberíamos hacer para
que reciban la herencia celestial. La herencia de un hogar cristiano sobre-
pasa la riqueza material del universo, y sin ella la riqueza material es más
una maldición que una bendición (Deuteronomio 4.7-10; 6.6-9).
A menos que el Señor ocupe su lugar en nuestro hogar, corremos el
riesgo de que no ocupe ningún lugar en la vida de nuestros hijos. Hasta
que Cristo no sea entronizado en los hogares de las familias de nuestra
iglesia y sea adorado allí, éstos seguirán padeciendo problemas y pruebas.
El hogar es la fuente de la vida de los individuos que lo componen, y si esa
fuente está contaminada, todo lo estará. Los padres no pueden pensar que
pueden obviar la responsabilidad por el bienestar espiritual y moral de sus
hijos y descargarla en otros. Maestros, pastores, consejeros, líderes u otras
personas en la iglesia no pueden hacer lo que sólo los padres pueden hacer
en las vidas de sus hijos, porque ellos son los primeros responsables delante
del Señor. Jesús oró en los hogares que visitó. Él elevó sus oraciones en la
mesa, y frente a los problemas y necesidades concretas de sus miembros.
Es necesario que levantemos un altar de oración en nuestros hogares.
¡Hijos!, venid en derredor; acuda
vuestra madre también ¡fiel compañera!
y levantad a Dios con fe sincera
vuestra ferviente, cándida oración.
Él es quien nos reúne y nos escuda,
quien puso en nuestros labios la sonrisa,
da su aroma a la flor, vuelo a la brisa,
luz a los astros, paz al corazón. .
Carlos Guido y Spano
1641la oración de poder

Ejercicio 47. la oración social yfamiliar.


Copiar los siguientes ejemplos de oración social yfamiliar:
MateolS.19: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

lucasl.lo: ________________________

Hechos 1.14: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Hechos 4.24: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Hechos 12.12: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Hechos 21.5: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

Con otros cristianos


Jesús pronunció una de sus promesas más extraordinarias en relación con
la oración haciendo referencia a lo que ocurre cuando los cristianos oran
juntos. Después de garantizar su respuesta a 'cualquier cosa' que los cre-
yentes pidan al Padre poniéndose de acuerdo sobre ello, Jesús dice: 'Porque
donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos'
(Mateo 18.20).
Así como hay ciertas bendiciones que vienen al creyente en su comu-
nión secreta y privada con el Señor, y hay otras que vienen a través de
la oración familiar, Dios también nos da otras promesas en las que nos
alienta a unirnos con otros creyentes en oración. Ahora, no se trata de una
cuestión aritmética; no es un tema de adición ni amontonamiento de cris-
tianos. Lo que Jesús dice no es una fórmula para 'producir' su presencia.
De hecho, no es suficiente que dos o tres creyentes se reúnan físicamente
en un lugar para que algo sobrenatural ocurra. Sus vidas y sus peticiones
deben estar en conformidad con la voluntad de Dios, y ellos deben estar
unánimes en el Señor. Pablo amplía un poco más el concepto, cuando dice:
'De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñar-
nos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener
Cuándo y dónde orar 1165

nuestra esperanza. Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les


conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para
que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo' (Romanos 15.4-6).
Sólo Dios sabe lo que él quiere conceder a aquellos que se acercan a él
en oración, con voluntades rendidas, y corazones y mentes abiertos para
recibir la plenitud de sus bendiciones. Si la oración es una expresión de
nuestra comunión permanente con el Señor, entonces es importante tener
en cuenta lo que enseña Jesús en Juan 15.7: 'Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá:
Pero es necesario leer con cuidado los versículos que siguen para enten-
der la efectividad de la oración. Jesús reclama obediencia a él y comunión
amorosa los unos con los otros (ver Juan 15.8-17).
No importa cuán exitosa pueda ser la oración en secreto de un creyente,
ni cuán dulce sea su comunión con el Padre celestial, el corazón de todo
cristiano normal busca instintivamente la comunión con los otros de la
misma fe, y desea unirse a ellos para orar juntos. Es así como se forman
los grupos de oración. La potencialidad de estos grupos es enorme. Así lo
ilustra la Biblia una y otra vez. Dios honró la oración unida de Daniel y
sus compañeros en momentos de gran peligro y tensión. Daniel se reunió
con sus amigos, les explicó la gravedad de la situación, y 'al mismo tiempo,
les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo en cuanto a ese
sueño misterioso [de Nabucodonosor], para que ni él ni sus amigos fueran
ejecutados con el resto de los sabios babilonios: Y como resultado, Daniel
recibió durante la noche la respuesta de Dios al misterio a través de una
visión (Daniel 2.17-20 ).
Dios honró la oración unida de Lidia de Tiatira y sus compañeras, que
buscaban al Señor, lo adoraban y querían saber más de él. Estas mujeres
oyeron el mensaje del evangelio y abrieron su corazón al mensaje de Pablo.
Lidia ofreció su casa, donde comenzaron los cultos de la primera iglesia
cristiana en Filipos (Hechos 16.13-15). Dios honró la oración unida de los
hermanos de Jerusalén, que resultó en la liberación de Pedro. Hechos 12.5
nos cuenta que 'mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba
constante y fervientemente a Dios por él: El resultado fue que Pedro fue
liberado de la cárcel milagrosamente y 'fue a casa de María, la madre de
Juan, apodado Marcos; donde muchas personas estaban reunidas orando'
(Hechos 12.12).
Charles H. Spurgeon: Las oraciones de un santo son agradables
para Dios, pero las oraciones de los santos lo son más. Las
oraciones unidas tienen el poder de la armonía. En la música
hay melodía en cada nota individual, pero todos reconocemos
el encanto especial de la armonía. Las oraciones de un santo son
1661la oración de poder

como una melodía para Dios, pero las intercesiones de muchos


son armonía para él, y para Dios hay mucho de agradable en la
armonía de las oraciones de su pueblo: 13
Ahora, no es correcto que toda la iglesia se beneficie con las bendiciones
obtenidas por la obediencia y las oraciones de unos pocos fieles. Esto sería
limitar las bendiciones y perder los grandes privilegios que vienen como
resultado de una comunión colectiva más estrecha con el Padre celestial.
Hay muchas bendiciones que no pueden llegar a disfrutarse a menos que la
comunidad de fe como un todo doble sus rodillas delante del Señor.
Por otro lado, cuantos más participen, tanto más rica y variada será la
oración. No hay dos hijos de Dios que oren exactamente igual. Aunque
todos los frutos del huerto son buenos, cada uno tiene su sabor especial.
Puede que todas las campanas sean de bronce bruñido, pero cada una tiene
su propio tono. Si estos diversos tonos se fusionan en uno, ¡qué armonía
maestra formarán! Por eso, el Señor promete grandes cosas cuando dos o
más de nosotros nos ponemos de acuerdo en relación con algún asunto
de su reino (Mateo 18.19). Y cuantos más hermanos se sumen a la oración
unida, tanto más majestuoso será el concierto que le ofrezcamos al Señor.
Cuando el pueblo de Dios practica la oración unida, entonces descubre la
verdad que la Biblia describe en términos gloriosos, cuando dice: 'Copas
de oro llenas de incienso, son las oraciones de los santos (Apocalipsis 5.8).
Charles H. Spurgeon: Si las oraciones unidas son agradables a
Dios, démosle muchas. No podemos hacer a Dios más feliz de
lo que es en realidad, porque es un Dios infinitamente feliz. Sin
embargo, si hay algo en relación a lo que él expresa satisfacción,
abundemos en ello. Que la iglesia de Dios clame a él día y noche.
Si tu voz, oh Esposa, es agradable a sus oídos, no vuelvas tu
rostro ni dejes silenciar tu voz. Más bien ruega e incluso en las
vigilias de la noche derrama tu corazón como agua delante del
Señor Dios. 14
Entre las bendiciones que Dios tiene para su pueblo está la fe y el poder de
la oración. Estos dones aumentan en la medida en que aumenta el número
de creyentes que participan juntos en la tarea de intercesión. Es necesa-
rio que nos apropiemos de estas promesas, involucrándonos en la oración
de la iglesia con un espíritu de santidad. Como indicara el apóstol Pablo:
'Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de
todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor
de Dios la obra de nuestra santificación' (2 Corintios 7.1). De este modo,
una reunión de oración de la iglesia debería proporcionar momentos de
dulce comunión con el Señor, para que aquellos que participen vuelvan
a casa aliviados, consolados, llenos de esperanza y motivados al cumplí-
miento de la misión cristiana en el mundo.
Cuándo y dónde orar 1167

Ejercicio 48o Orar por la iglesia.


Confeccionar una lista de motivos de oración de la iglesia por grupos.
Mencionar no meilos del1iéZ.- ---
10 ____________________________________________________

20 ____________________________________________________

30 ________________________________________________
40 ____________________________________________________
50 ____________________________________________________
60 ____________________________________________________
70 ____________________________________________________
80 ____________________________________________________
go ____________________________________________________
10o ___________________________________________________

Especial atención debe prestarse a la oración unida de pastores y líderes


en la ciudad. La iglesia de Jesucristo en cada ciudad seguirá siendo un
mosaico vergonzoso de facciones irreductibles y en conflicto, hasta que
sus líderes depongan su orgullo, carnalidad y arrogancia, y se decidan a
comenzar a marchar juntos hacia la unidad por la que oró Jesús (Juan 17).
El primer paso en este proceso espiritual es la oración unida. Cuando los
pastores y líderes de una ciudad se reúnen para orar juntos por la ciudad,
sus congregaciones y el desarrollo de la misión cristiana en esa ciudad,
están comenzando a dar respuesta a la oración de Jesús: 'Padre, que sean
uno para que el mundo crea: ¡Gracias al Señor, esto está viéndose con más
frecuencia a lo largo y lo ancho de América Latina!
René Pañalba: La oración unida tiene como elemento común un
sentido de necesidad y pertenencia, que está llenando a pastores
que antes se caracterizaron por su aislamiento, suficiencia e
indiferencia para con el resto del Cuerpo. Eso ha dado paso a
cambio de actitudes; y muchos pastores, líderes e iglesias están
reuniéndose y orando con un nuevo sentir, arrepintiéndose por
aquello que Pablo censuró en los corintios al decirles: 'Ni el ojo
puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los
pies: No tengo necesidad de vosotros' (1 Corintios 12.21).15
168 Ila oración de poder

En la casa de Dios
Cuando Salomón consagró el templo que construyó para Dios en Jerusa-
lén lo hizo con el ruego: '¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este
templo' (1 Reyes 8.29). Ésa fue la oración de Salomón, y Dios mejoró esa
oración, ya que dijo que sus ojos y su corazón estarían allí para siempre.
'Consagro este templo que tú has construido para que yo habite en él por
siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí' (¡ Reyes 9.3). Siglos
más tarde, Jesús entró en el templo para orar y se encontró con que el lugar
que había sido dedicado para el encuentro con Dios en oración se había
transformado en un mercado bullicioso y profano. La famosa sentencia de
Jesús cuando entró al templo y echó de allí a todos los que compraban y
vendían, encierra un significado profundo: "Escrito está ... 'Mi casa será
llamada casa de oración" (Mateo 21.13).
Pero el templo o casa del Señor en el que adoramos y oramos es más
que un edificio. En realidad, el edificio no es más que el lugar de encuentro
de la iglesia, que es la familia de Dios y el lugar de su morada. Como comu-
nidad de fe, somos templo del Espíritu Santo (1 Corintios 3.16; 2 Corintios
6.16). Es en esta casa espiritual donde el Señor mora en toda su plenitud y
poder. Y es allí, en esa comunión espiritual que compartimos donde debe-
mos elevar nuestras oraciones. Debemos hacerlo con la seguridad de que
el Señor oye nuestras oraciones con un sentido mejor que aquel en el que
las ofrecemos.
El cristianismo en su esencia es una religión gregaria y social. La rela-
ción del creyente individual con su Señor es el paso inicial y único, que
hace posible lograr una relación adecuada con el prójimo. A partir de este
paso inicial, aprendemos cuál debe ser la actitud correcta de mente y cora-
zón hacia todas las personas. La Palabra nos enseña el camino y el Espíritu
Santo nos da el poder para recorrerlo. El amor debido hacia los miembros
de nuestra propia familia, la lealtad y obediencia al gobierno, y la caridad e
interés por todo el mundo nacen de aquí.
Todo esto es más cierto, definido e inmediato en nuestra relación con
los demás creyentes. Somos una familia en la fe de Cristo. Somos la familia
de Dios. Como familia, pues, tenemos un lugar de reunión, para adorar a
nuestro Padre y tener comunión los unos con los otros. La iglesia, es decir,
la comunidad de creyentes en Cristo, es nuestro hogar. Es en el templo,
donde la iglesia se reúne para rendir culto al Señor, donde tenemos nues-
tro encuentro familiar con Dios. El creyente individual tiene necesidad de
expresar en el culto colectivo sus necesidades y acción de gracias a Dios.
El salmista expresa su comprensión de esta realidad, cuando dice: 'Cum-
pliré mis votos al Señor en presencia de todo su pueblo, en los atrios de
la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén' (Salmo 116.18-19). En otro
lugar de Salmos leemos: 'Yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa;
puedo postrarme reverente hacia tu santo templo' (Salmo 5.7); y también:
Cuándo y dónde orar 1169
'Proclamaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te
alabaré' (Salmo 22.22; ver Hebreos 2.12).
Al enfatizar la predicación y la enseñanza de la Palabra, los evangé-
licos hemos corrido el peligro de olvidar la importancia de la adoración
pública en el templo. La oración, como parte fundamental de la adoración,
debe ocupar un lugar importante en nuestros cultos. La Biblia nos invita
solemnemente: 'Vengan, postrémonos reverentes, doblemos la rodilla ante
el Señor nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el
pueblo de su prado; ¡somos el rebaño bajo su cuidado!' (Salmo 95.6-7).
Ha sido para llenar esta necesidad que en muchas congregaciones evan-
gélicas en América Latina se han establecido cultos de mitad de semana y
otros encuentros de oración. Ésta es la razón por laque en cientos de miles
de grupos celulares desparramados a lo largo y a lo ancho del continente,
la oración tiene un lugar tan importante. ¿Qué más podemos hacer para
darle a la oración de la comunidad el lugar que merece?
Las diferencias denominacionales, las distinciones políticas y sociales,
las incompatibilidades naturales se pierden cuando los hijos de Dios se
reúnen a adorar en espíritu y en verdad. La oración unifica a la iglesia, no
rebajando a las personas a un nivel común, sino elevándolas al plano supe-
rior de una aristocracia espiritual y moral sólida. Sólo cuando la iglesia se
humilla y postra sobre sus rodillas ante el Señor, él puede exaltarla. Sólo
cuando la iglesia aprende a orar con poder, la oración de Jesús por la uni-
dad de su cuerpo se puede ver cumplida. El clamó al Padre: 'No ruego sólo
por éstos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de
ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti,
permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que
tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno,
así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí. Permite que alcancen
la perfección en la unidad, y así el mundo reconozca que tú me enviaste y
que los has amado a ellos tal como me has amado a mí. Padre, quiero que
los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la
gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del
mundo' (Juan 17.20-24).

j Ejercicio 4g. La oración comunitaria.


:~


1 Trabajo en grupos de seis personas:
1
t ,. Preparar un programa de oración comunitaria, que apunte a la participación de toda la
J iglesia.
2. Compartir con toda la clase las ideas desarrolladas.
Tar.a 2J. El tiempo más adecuado: debemos orar antes que nada.
La oración debe ocupar un lugar prioritario en nuestras vidas.
Redactar un testimonio personal en cuanto ala manera en que la oración operó positivamente
sobre acciones, decisiones, proyectos oemprendimientos en tu vida. la redacción no debe tener
menos de 500 palabras.

....... ,_ ...... ,-)-. -, '"


.: ..... ".'0 oO . ~"

Tar.a 24. El tiempo más adecuado: debemos orar en todo tiempo.


Completar con los pasajes bíblicos que correspondan el Reloj de Oración.
Oración ala madrugada: _ _ __ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Oración ala mañana: _____________________
Oración al mediodía: _____________________
Oración ala tarde: ______________________
Oración al anochecer: _____________________
Oración durante la noche: ____________________
Pasaj.s: Salmo 5.3 Marcos 1.35 Marcos 6.45-47
lucas 6.12 Hechos 10.2-4 Hechos 10.9
1721 La oración de poder

Tarea 25. El lugar más adecuado: debemos orar en secreto.


La oración en secreto a Dios es la usina que provee de poder cotidiano para vivir cada día con
victoria. La Biblia nos presenta muchos ejemplos de oraciones pñvadasy en secreto.
Leer cada pasaje y trazar una línea uniendo cada uno con el personaje bíblico que corresponda:
Deuteronomio 9.25 Cornelio
1Samue115.11 Pedro
1Reyes 17.19-20 Daniel
Daniel 6.10 Elías
Hechos lo.g Samuel
Hechos 10.30 Moisés

Tar.a 26. El lugar más adecuado: debemos orar en el círculo familiar.


Completar con pasajesbíblicos los siguientes ejemplos de oración familiar:
1.Job santificó a sus hijos: __________________
2. Ana le pidió aDios un hijo: ____- -____________
3. Abraham intercedió por su hijo Ismael: _ - -___________
4. David pidió JX>r la vida de su hijo recién nacido: ____________
5. David oró pOi Salomón: _____- _____________
6. Un padre clamó por su hijo lunático: _ -_____________
7. Una madre 510fenicia intercedió por su hija endemoniada: _________

Pasajes: Génesis 17.18 1Samuel1.9-11 2Samuel12.16


1CrónicaS29.1g. Job 1.5 Mateo 1].15 Marcos 7.25-26

Tar.a 27. El lugar más adecuado: debemos orar en la casa de Dios.


1. Solicitar al Ministerio de Oración de la iglesia oal pastor la lista de motivos de oración de
la iglesia y copiirla en el Cuaderno de Oración.
2. Comprometme aorar diariamente, durante una semana, por cada uno de los motivos.

."'" ."
Cuándo y dónde orar 1173

Taro 28. El lugar más adecuado: debemos orar con otros cristianos.
La oración con otros cristianos no es sólo un privilegio, sino también un deber. La oración
colectiva está ordenada por el Señor en su Palabra. Nota que en todos estos pasajes la Palabra
no se dirige aun individuo, sino agrupos.
Colocar la cita correspondiente alos siguientes pasajes. La cita se puede encontrar con la ayuda
de una concordancia bíblica:
_ _ _ _ _ _ '¡Siembren para ustedes justicia! ¡Cosechen el fruto del amor, y
pónganse alabrar el barbecho! ¡Va es tiempo de buscar al Señor!,
hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia:
_ _ _ _ _ _ "Piensa bien lo que le dirás, yvuélvete al Señor con este ruego:
'Perdónanos nuestra perversidad, y recíbenos con benevolencia,
pues queremos ofrecerte el fruto de nuestros labios~'
_ _ _ _ _ _ 'Pidan, y se les dará; busquen, yencontrarán; llamen, yse les abrirá:
_ _ _ _ _ _ 'Estén alerta yoren para que no caigan en tentación.
El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil:
_ _ _ _ _ _ 'Jesús les contó asus discípulos una parábola para mostrarles
que debían orar siempre, sin desanimarse:
_ _ _ _ _ _ 'Estén siempre vigilantes, yoren para que puedan escapar de todo
lo que está por suceder, y presentarse delante del Hijo del hombre:
_ _ _ _ _ _ 'Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre.
Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa:
_ _ _ _ _ _ 'Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos.
Manténganse alerta y perseveren en oración por todos 105 santos:
_ _ _ _ _ _ 'No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración
y ruego, presenten sus peticiones aDios ydenle gracias:
_ _ _ _ _ _ 'Dedíquense ala oración: perseveren en ella con agradecimiento:
_ _ _ _ _ _ 'Oren sin cesar:
_ _ _ _ _ _ 'Quiero, pues, que en todas partes los hombres levanten las manos
al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas:
_ _ _ _ _ _ 'iRefúgiense en el Señor yen su fuerza, busquen siempre su presencia!'
_ _ _ _ _ _ 'Busquen al Señor mientras se deje encontrar, lIámenlo mientras
esté cercano:
'\q'. J 6U2L S ;; . Z1UL 1 1 ;LU aCMUMUtl .' .U 11. tJ .1 L... XL LX;
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Uno de los dichos más populares entre los evangélicos
en América Latina es aquel que reza: 'A Dios orando, y con el mazo dando.'
En la sabiduría popular, la relación entre oración y trabajo parece clara.
Sin embargo, no siempre se ve esta sabiduría adecuadamente aplicada en
el quehacer cotidiano de la vida cristiana. Esto es así, ya sea porque el pén-
dulo se inclina hacia una vida de puro activismo sin oración, o porque nos
la pasamos orando sin mover un dedo en el reino de Dios. Es cierto aque-
llo que en algún momento señalara aquella gran mujer de Dios, Corrie
ten Boom: 'El diablo se ríe muchas veces cuando trabajamos, pero tiembla
cuando oramos.' Pero también es verdad que la oración sin el empeflo de
dedicación y esfuerzo, puede quedar reducida a un recitado piadoso sin
sentido.
Es muy fácil confundirnos y pensar que nuestra piedad puede medirse
por el largo de nuestras oraciones, el tiempo que invertimos en ellas, o el
esfuerzo que empeñamos en su realización. En otros casos, a veces pen-
samos que la oración es como la sal y la pimienta en las comidas, y que
no podemos hacer nada en la iglesia o el reino de Dios que no esté acom-
pañado por una oración al comienzo o el fin de una actividad. Ambos
criterios están equivocados y ponen de manifiesto un concepto mágico y
pagano en cuanto a la oración. Este tipo de oración no es cristiana porque
ve a la comunión con Dios como algo mecánico, de gestión automática y
como un medio o fórmula con fines espurios, ajenos totalmente a la volun-
tad de Dios.
1761 La oración de poder

Jack Taylor: A veces nos comportamos como si pensásemos que


la oración es un pequeño y bonito ejercicio si tenemos tiempo
que dedicar, para tratar de ser piadosos. Esta es la manera en la
que frecuentemente la tratamos. Es una 'manera digna de entrar
en el culto de adoración y salir de él; una manera piadosa de
comenzar y terminar una reunión de comité de iglesia. ¡Así la
usamosP
No obstante, por ser un ejercicio que llevamos a cabo con la totalidad de
nuestro ser, la oración demanda esfuerzo. Nuestro cuerpo, nuestra mente,
nuestras emociones y nuestra voluntad participan activamente en el pro-
ceso de la oración. Y esto significa una inversión de energía física, mental,
emocional y volitiva, que cansa, agota, y pone límites a nuestras posibilida-
des como criaturas humanas. Si bien la oración libera el infinito poder de
Dios, del otro lado de la ecuación es cierto que quien ora es un ser humano
de carne y hueso, con todas las limitaciones propias de su naturaleza
creada. Así, pues, en el misterio de la oración está encerrado el milagro de
la asociación entre el poder infinito del Dios todopoderoso y la capacidad
limitada del ser humano hecho a su imagen y semejanza.
F. J. Huegel: La oración es trabajo de un orden tan sublime que
está mucho más allá de la imaginación humana. Porque cuando
el cristiano ora, su capacidad de alcanztar y su poder de hacer
bien se ven multiplicados mil veces; aun más: cien mil veces.
Esto no es exagerar. Y la razón reside en el hecho de que cuando
el hombre ora, Dios trabaja. Ya no se trata del mero hombre,
aunque sin la cooperación del ser humano, el vasto motor de los
alcances y de los éxitos espirituales carecería de bujía, por decirlo
así. El hombre es quien pone en movimiento la riqueza del banco
del cielo. El hombre es quien se funde con los propósitos de Dios
y hace posible su realización. Es el hombre, más Dios. 2

Dios, el trabajador por excelencia


En Juan 5.17 encontramos una frase llamativa de Jesús: 'Mi Padre aun hoy·
está trabajando, y yo también trabajo: En estas palabras Jesús justifica su
obra de sanidad del paralítico de Betesda en el día de reposo (Juan 5.1-15),
llamando la atención de los judíos al hecho de que ellos admitían que Dios
había trabajado en el día de reposo o Sabbath. La violencia de la reac-
ción de sus oyentes (Juan 5.18) pone en evidencia la efectividad y penetra-
ción del argumento de Jesús. Para los judíos el privilegio de trabajar en el
Sabbath correspondía sólo a Dios, y nadie era igual a él (Éxodo 15.11; Isaías
46.5; Salmo 89.8). Por eso, al pretender el derecho de trabajar al igual que
su Padre, Jesús estaba reclamando prerrogativas divinas.
Oración y trabajo 1177
Dios no se tomó una larga licencia de descanso después de haber
creado el universo. El mismo Dios que estableció el día sábado como día
de reposo para los seres humanos (Éxodo 20.11), es el que liberó a su pue-
blo de la esclavitud en Egipto 'con gran despliegue de fuerza y de poder'
(Deuteronomio 5.15). Los rabinos de la antigüedad entendían que Dios no
se había quedado quieto después del último día de la creación, sino que la
Providencia divina había continuado obrando incluso en el Sabbath. De
otro modo, todo el orden creado y la vida misma habrían dejado de existir.
Según algunos rabinos, Dios había guardado en su mano tres llaves que él
no entregaba a nadie: la llave de la lluvia (Job 5.10), la llave del nacimiento
(Génesis 30.22), y la llave de la resurrección de los muertos (Ezequiel 37-l3).
y parece obvio que los rabinos creían que Dios utiliza estas llaves incluso
en el día de reposo.

Ej.rclclo so. Dios es activo por naturaleza.


Colocar los pasajes bíblicos que correspondan.
1. ~I obra activamente sus propósitos.

a. El cumple con lo que promete: ________________


b. El hace lo que se propone: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. Sus nombres reflejan su actividad.

a. El Señor provee: ____________________


b. El Señor sana: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
c. El Señores estandarte: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
d. El Señores hacedor: _ _---,_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e. El Señores pastor: ___________________
le Su palabra es activa.
a. Cumple los propósitos divinos: ________________
b.Crea el universo: _____________________
c. Convierte el alma: ___________________
d.Convencea los que contradicen: ________________
e. Corta los pensamientos e intendones humanos: ____________
... ~I está activo en la vida humana.
a. De él depende la vida humana: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

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1781la oración de poder

b. De él procede la prosperidad y el honor: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __


c. Deél viene la exaltación: ___________________
d. De él surge laluzde la humanidad: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e. De él proviene la gloria y la honra humanas: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: Génesis 22.14 ~Od015.26 ~Od017.15
Números 23.19 1Cronicas 29.12 Salmo 8.5-6 Salmo 19.7 (RVR)
Salmo 23.1 Salmo 75.6-7 Salmo 95.6 Salmo 115.3
Isaías 55.10-11 Juan 1.4 Hechos 17.28 Tito 1.9 (RVR)
Hebreos 4.12 Hebreos 11.3

En el Antiguo Testamento se enfatiza la persona y la obra de Dios el Padre.


La obra de su creación es evidencia irrefutable de su existencia, poder y
gloria. Como canta el salmista: 'Los cielos cuentan la gloria de Dios, el
firmamento proclama la obra de sus manos' (Salmo 19.1). Por él fueron
creadas todas las cosas, y sin él nada fue creado ni subsiste. Apocalipsis 4.11
lo exalta, diciendo: 'Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria,
la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad exis-
ten y fueron creadas: Todo lo que él creó es 'bueno' y sirve a un propósito
beneficioso. La Biblia comienza afirmando: 'Dios, en el principio, creó los
cielos y la tierra: Y continúa presentando la evaluación del Creador mismo
de su obra creadora: 'Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que
era muy bueno' (Génesis 1.1, 31). No es de extrañar que con la considera-
ción de estos hechos, el poeta bíblico estalle en alabanzas: '¡Oh Señor, cuán
numerosas son tus obras! ¡Todas ellas las hiciste con sabiduría! ¡Rebosa la
tierra con todas tus criaturas!' (Salmo 104.24). En esta obra de creación,
Dios el Hijo YDios el Espíritu Santo se asociaron con Dios el Padre.
En el Nuevo Testamento se enfatiza la persona y obra de Dios el Hijo.
La obra de su creación es evidencia de su divinidad, poder y autoridad.
Pablo presenta al Señor diciendo que 'él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron creadas
todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos,
poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él
y para él: Y agrega: 'Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia. Él es el
principio, el primogénito de la resurrección, para ser en todo el primero.
Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de
él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como
las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó
en la cruz' (Colosenses 1.15-20).
Oración y trabajo 1179

En Romanos 1.19-20, el apóstol Pablo argumenta sobre la culpabilidad


humana y la evidencia de la obra divina, y dice: 'Lo que se puede conocer
acerca de Dios es evidente para ellos [los incrédulos1, pues él mismo se
lo ha revelado. Porque desde la creación del mundo las cualidades invisi-
bles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben
claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa:
Cuando el pecado entró al mundo para arruinar la creación de Dios, se
hizo necesario que Cristo viniese a la tierra para redimirla. Pero él no vino
a no hacer nada, sino que nació en el hogar de un carpintero de Nazaret.
Jesús se crió en la casa de un trabajador y desde pequeño aprendió la dis-
ciplina y el valor del trabajo. Hasta que comenzó su ministerio, trabajó
como carpintero, y luego, siguió trabajando duro predicando, enseñando
y haciendo bienes y sanando a todos. En casa de Camelia, Pedro habló de
Jesús en estos términos: 'Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios
con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo bien y sanando
a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él'
(Hechos 10.38).
Más que ningún otro ser humano, Jesús pudo hacer la evaluación más
sublime y satisfactoria de su trabajo aquí en la tierra. Sin exagerar, pudo
decirle al Padre celestial: 'Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a
cabo la obra que me encomendaste' (Juan 17.4). Las credenciales que Cristo
presentó al mundo incrédulo fueron sus obras poderosas. Él podía decirles
a los discípulos de Juan el Bautista con total integridad: 'Vayan y cuéntenle
a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los
que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a
los pobres se les anuncian las buenas nuevas' (Mateo 11.2-5). Pero incluso
luego de completar su misión sobre la tierra y de ascender al cielo a la
diestra de Dios, el Señor siguió y sigue ocupado en su trabajo de interce-
sión por nosotros. Según Hebreos 7.25, él 'vive siempre para interceder' por
nosotros. Él no está con los brazos cruzados. Cristo sigue ocupado en su
trabajo de preparar lugar para sus discípulos, conforme a su promesa: 'En
el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría
dicho a ustedes. Vaya prepararles un lugar' (Juan 14.2).
En Hechos se enfatiza la persona y obra de Dios Espíritu Santo. La
obra de creación que él lleva a cabo es evidencia de su presencia, poder
y sabiduría. Vemos al Espíritu Santo luchando con los seres humanos,
convenciéndoles de pecado, convirtiendo a todos los que están dispuestos
y añadiéndolos al cuerpo de Cristo, hasta que se complete el número de
los elegidos (Juan 16.7-11). Vemos también al Espíritu Santo obrando con
poder en el corazón humano, haciendo del viejo ser humano una nueva
criatura en Cristo Jesús, restaurando nuevamente la imagen de Dios en
la naturaleza humana (1 Pedro 1.22-23). Además, vemos al Espíritu Santo
enseñando la verdad de Dios, inspirando toda oración efectiva, ayudando
a interpretar la Palabra y revelando la voluntad divina (Juan 14.26; 16.13).
180 Ila oración de poder
Vemos al Espíritu Santo dando a la iglesia los dones necesarios para su
edificación y produciendo en los creyentes el fruto propio de su santifica-
ción (1 Corintios 12.7-11; Gálatas 5.22-23). Y, finalmente, vemos al Espíritu
Santo intercediendo fervorosamente por los creyentes conforme con la
voluntad de Dios (Romanos 8.26-27).

Ejercicio 51o Con la ayuda de la concordancia, anotar todos los pasajes en el


Evangelio de Juan que hablan del obrar de Jesús. Mencionar no menos de siete.
10 ____________________________________________________

20 ____________________________________________________

3° ____________________________________________________

40 __ ~-- ______________________________________________
50 ____________________________________________________
60 __________________________________________________
70 ____________________________________________________
80 __________________________________________________

90----------------------------------------------------
10o ___________________________________________________

Cristo y el Espíritu en acción


En el último libro de la Biblia, leemos: "El que estaba sentado en el trono
dijo: '¡Yo hago nuevas todas las cosas!'" (Apocalipsis 21.5a). Ésta es la
segunda vez en el libro de Apocalipsis en la que Dios mismo es quien habla
(ver 1.8). Desde su trono viene la afirmación de que aquél que ha creado
el primer cielo y la primera tierra hará de nuevo todas las cosas. Llama
la atención en todo este contexto el uso del vocablo 'nuevo' (gr. kainos),
que se repite varias veces. Sin embargo, el clímax de todo lo novedoso que
Dios promete está en Apocalipsis 21.5. Esta idea de novedad se ve afirmada
por el énfasis del autor en la desaparición del primer cielo y la primera
tierra (Apocalipsis 21.1). Este hecho portentoso se anuncia como cumpli-
miento de lo profetizado por Isaías (Isaías 65.17). La idea de la renovación
de la creación formó parte de las expectativas escatológicas de los días del
Antiguo Testamento. Pero en este contexto, se trata de una confirmación
fuerte de que el poder de Dios se revelará y sus propósitos redentores se
cumplirán. En razón de que estas palabras son en verdad las palabras de
Dios (ver Apocalipsis 19.9; 22.6), es de suma importancia que esta visión de
Oración y trabajo 1181

lo nuevo de Dios sea proclamada a las iglesias: 'y me dijo: escribe; porque
estas palabras son fieles y verdaderas' (Apocalipsis 21.sb).
Cristo y el Espíritu Santo, que estuvieron activos en la obra de la crea-
ción, lo están también en la obra de la re-creación. Así como la rotura de
una pieza en un mecanismo delicado y perfecto produce desorden y confu-
sión en todo el sistema, así el resultado del quebrantamiento de la perfecta
ley de Dios se percibe incluso en el reino físico y material. Pablo afirma:
'Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores
de parto' (Romanos 8.22). En razón de que la creación ha sido contaminada
por el pecado, Dios la rechaza. En consecuencia, toda ella está destinada
a ser destruida. Pedro dice que será en medio de un gran estruendo y por
fuego (2 Pedro 3.10,12). Así como Dios creó la tierra y los cielos, 'ellos pere-
cerán, ... todos ellos se desgastarán como un vestido. Los doblarás como
un manto, y cambiarán como ropa que se muda' (Hebreos 1.1l-12),
Pero Dios promete que, otra vez, mediante la acción de Cristo y del
Espíritu Santo, él va a crear un nuevo orden natural. Su promesa es de un
cielo nuevo y una tierra nueva (Apocalipsis 21.1-4; IsaÍas 6S.17), Por eso,
'según su nueva, en los
que habite la y perfecta es la
que Cristo prometió un
lugar para y dijo: 'y si me
voy y se lo ustedes estarán
donde yo esté' nueva y perfecta
no habrá más entrará en ella
nada impuro, que tienen
su nombre (Apocalipsis
21.27). Para pecadores yade-
cuarlos para vivir en un mundo verdaderamente perfecto, lo cual significa
hacer de nuevo a los seres humanos. El ser humano pecador y perdido
debe ser transformado en una nueva criatura en Cristo. Y para esto 'nada
cuenta estar o no estar circuncidados [o cualquier otra cuestión religiosa];
lo que importa es ser parte de una nueva creación' (Gálatas 6.1S).
Esta obra de re-creación comienza en el corazón y la voluntad humana,
allí mismo donde comenzó la tragedia del pecado (Juan 3-3-8). Esta vida
nueva (nuevos deseos, motivos y métodos de vida) se produce a medida
que la imagen de Dios, deteriorada por el pecado, es estampada de nuevo
en la naturaleza humana. Esto es precisamente lo que Dios promete: 'Yo les
daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arran-
caré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón
de carne, para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes.
Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios' (Ezequiel 11.19-20).
Esta vida nueva comienza con el nuevo nacimiento, cuando la persona
acepta a Cristo como Salvador y le reconoce comoSeñor de su vida, con-
fesándole delante de los demás y siendo bautizado en su nombre. Pablo
1821 La oración de poder

argumenta sobre este proceso de relación con el Señor, que se corona con
el bautismo, diciendo: 'Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados
con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder
del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. En efecto, si hemos
estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con
él en su resurrección' (Romanos 6.4-5).
Esta vida nueva progresa o se retarda en la medida en que la persona
confíe en Dios y obedezca su Palabra, abandone la viej~ naturaleza y se
vista de la nueva, y crezca en ella el poder de la oración. 'Por lo tanto, aban-
donando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia,
deseen con ansias la leche pura de la palabra como niños recién nacidos.
Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado
lo bueno que es el Señor' (1 Pedro 2.1-3). Para el cristiano es imperativo
crecer dejando atrás la vida pasada como si fuese ropa vieja, 'y ponerse el
ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera jus-
ticia y santidad' (Efesios 4.22-24; ver Colosenses 3.9-10).
Esta obra de re-creación, que comienza aquí y ahora en el corazón del
ser humano, no será perfeccionada hasta que Cristo lo presente sin man-
cha ni arruga delante del Padre. Ésta es la meta de lo que ahora el Señor
está trabajando en cada una de nuestras vidas. 'Cristo amó a la iglesia y se
entregó por ella para hacerla santa, dice Pablo. 'Él la purificó, lavándola
con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una
iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino
santa e intachable' (Efesios 5.25-27).
Pero no sólo que la imagen de Dios es restaurada en la naturaleza
humana, sino que su cuerpo también será cambiado, glorificado e inmorta-
lizado (Romanos 8.28-29; 2 Corintios 3.18; 1 Juan 3.2; 1 Corintios 15.53-58).
Todo lo que se perdió a través de Adán es ganado de nuevo a través de
Cristo (2 Corintios 5.1-5), de tal modo que 'si alguno está en Cristo, es una
nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!' (2 Corintios
5-17). El orden material será también redimido de los efectos del pecado y
restaurado a su perfección original. La creación que todavía está gimiendo
a una, como si tuviera dolores de parto (Romanos 8.22), formará parte de
un orden de justicia y salud en el que no habrá más maldición. La sociedad
corrompida por el pecado será una sociedad ordenada y libre, porque 'el
trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad' (Apocalipsis 22.2-3). Dios,
por medio de Cristo y de su Espíritu, dará cabal cumplimiento a su propó-
sito original para el ser humano y la creación.
Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra
nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas, ni se traerán
a la memoria. Alégrense más bien, y regocíjense por siempre, por
lo que estoy a punto de crear: Estoy por crear una Jerusalén feliz,
un pueblo lleno de alegria. Iseías 65.17-18
Oración y trabajo 1183

Ejercicio Pe Cristo yel Espíritu en acción.


Anotar no menos de tres pasajes que hablen de:
Cristo como creador El Espirita como creador

l .¡ . .2 i .... , I!,. U L$&LJiJ J .. S , JeA XlhlJX .

El ser humano trabajando con Dios


Cuando Dios creó al ser humano no lo hizo para que viviera cruzado de
brazos, sin hacer nada. Por el contrario, la Biblia afirma que 'Dios el Señor
tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y
lo cuidara' (Génesis 2.15). El ser humano, creado a la imagen de Dios, es
como su Hacedor: está dotado con la capacidad de trabajar. Es por esto
que el Creador le dio dominio sobre la tierra, para administrarla (Génesis
1.27-31). De este modo, le fueron confiados los vastos recursos materiales
del planeta, para que los administre responsablemente. El poeta bíblico
exclama sorprendido ante este hecho: '¡Todo lo sometiste a su dominio!
Todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, las aves
del cielo, los peces del mar, y todo lo que surca los senderos del mar' (Salmo
8.6-8). Descubriendo estos recursos, apropiándolos, combinándolos y uti-
lizándolos el ser humano puede satisfacer sus necesidades, las de otros, y
desarrollar sus facultades dadas por Dios.
Pero en este trabajo de administración, elser humano no está solo, sino
que es aprendiz y socio del Creador. Lo que hace, debe hacerlo como cola-
borador de Dios. Y para ello, es Dios mismo quien lo instruye y lo orienta
(Isaías 28.23-29). Cuando el ser humano siembra y riega, Dios da el creci-
miento. El ser humano no fue creado para el ocio, sino para trabajar junto
con Dios. El mandamiento 'seis días trabajarás' es tan enfático como el
mandamiento de descansar en el día séptimo (Éxodo 20.8-il).
El universo, creado por Dios, era bueno y funcionaba en armonía per-
fecta con la voluntad de Dios, que es buena y perfecta. No fue hasta que el
ser humano rompió la ley moral, que la discordia, la confusión, el conflicto
y la muerte entraron al universo. El trabajo humano se vio afectado por el
pecado humano. El trabajo placentero del Edén se transformó en el trabajo
penoso fuera del Edén (Génesis 3.17-19). Pero esta nueva condición del
1841la oración de poder

trabajo fue tanto expresión de la misericordia de Dios como de su justicia,


porque el ser humano no puede estar sin trabajar. Su salud y su balance
emocional necesitan del trabajo. El ser humano vive con el sudor de su
rostro, de su cerebro y de su espíritu.
No obstante, Dios no deja al ser humano luchar solo y sin su bendición.
Aun cuando la persona no obedezca a Dios en cuestiones espirituales, Dios
lo encontrará en los planos inferiores y lo bendecirá en la medida en que él
o ella obedezcan las leyes naturales que él mismo creó y estableció. Como
afirma la Biblia: 'Mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha, frío y
calor, verano e invierno, y días y noches' (Génesis 8.22). Y Dios seguirá
haciendo 'que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos
e injustos' (Mateo 5.45), porque él 'no ha dejado de dar testimonio de sí
mismo haciendo el bien, dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas,
proporcionándoles comida y alegría de corazón' (Hechos 14.17).
La ley del trabajo no ha sido derogada. Creyentes y no creyentes están
obligados por ella. En realidad, quienes gozan de la salvación en Cristo
tienen una obligación doble, porque además de la ley de la necesidad pro-
pia está la ley de bendecir a otros con lo que se produce (1 Tesalonicen-
ses 4.11-12). Además, el creyente trabaja no por la paga o recompensa que
recibe, sino como una manera de expresar su gratitud a Dios y agradarle
(Romanos 12.11; Efesios 6.5-9; Colosenses 3.22-24). El creyente cuenta con
la ventaja de los recursos del Espíritu Santo (por ejemplo, los dones de
sabiduría y conocimiento), que están más allá de las habilidades naturales.
Sólo el Señor puede llenar a alguien 'del Espíritu de Dios, de sabiduría,
inteligencia y capacidad creativa' (Éxodo 31.3).
La iglesia primitiva requería que sus miembros trabajaran y discipli-
naba a los ociosos (2 Tesalonicenses 3.7-15). La irresponsabilidad en los
deberes cotidianos, como otras formas de desobediencia, interfiere en
nuestra vida de oración y deshonra a Dios. Las cosas más comunes de la
vida pueden ser medios para honrar al Señor. Zacarías 14.20-21 menciona
cosas tan simples como los cascabeles de los caballos y las ollas de la cocina
como objetos consagrados al Señor. Por eso, el trabajo no debe ser utili-
zado como excusa para no orar, así como la oración no debe ser utilizada
como excusa para no trabajar. 'A Dios orando y con el mazo dando' es una
manera adecuada de entender el significado de la oración y el trabajo en la
vida del cristiano.
Enciende la tu lumbre en el nuestro sentido,
Que hayan nuestras almas en tu amor complido:
La pereza del cuerpo que anda amortido
Sea resucitada por el tu don complido.
Brevario Romano (siglo XI)
Oración y trabajo 1185

Ejercicio 53. Los creyentes somos llamados a varias formas de trabajo.


Colocar el pasaje que corresponda:
,. Somos llamados a trabajar con Dios: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. Somos llamados a un servido inmediato: _ _~___________
Jo Somos llamados a trabajos individuales: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
40 Somos llamados a trabajos abundantes: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
So Somos llamados al campo de nuestras propias vidas: _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
6. Somos llamados a evangelizar el mundo: ______________
P.sajes: Rlipenses 2.12 Marcos 13.34 Hageo 2.4
Mateo 21.28 1Corintios 15.58 2 Timoteo 4.5

Dios trabajando en el ser humano


En cierta ocasión, los discípulos le preguntaron a Jesús: '¿Qué tenemos que
hacer para realizar las obras que Dios exige? ... Ésta es la obra de Dios:
que crean en aquel a quien él envió-les respondió Jesús' (Juan 6.28-29).
La pregunta implica tanto un deseo como un sentido de auto-suficiencia.
Los discípulos parecían muy seguros de que si ellos así lo querían y se lo
proponían, eran capaces de hacer las obras de Dios. Según el uso que Juan
hace del vocablo 'obras' (gr. erga), el mismo se refiere a aquellas acciones
que destacan las habilidades peculiares de una persona. En este contexto
se refiere a las obras que Dios requiere de aquellos que le agradan. Para los
judíos que cuestionaban a Jesús, la obtención de la vida eterna consistía
en encontrar la fórmula correcta para llevar a cabo obras que agradaran a
Dios. Jesús los orientó a no pensar tanto en las cosas que tenían que hacer
para agradar a Dios, como en el don de Dios que se podía obtener por la
fe en él. Hay cierta similitud entre esta conversación y la que sostuvo Jesús
con la mujer samaritana: 'Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras
al que te está pidiendo agua-contestó Jesús-, tú le habrías pedido a él, y
él te habría dado agua que da vida' (Juan 4.10). En ambos casos, Jesús con-
tradijo directamente las presuposiciones de sus interlocutores.
En la mente de Jesús, lo verdaderamente importante no es lo que noso-
tros podemos hacer para ganar nuestra salvación, sino lo que Dios quiere
hacer en nosotros para salvarnos, si es que por fe estamos dispuestos a
permitirle que lo haga (Efesios 2.8-9). En lugar del ser humano trabajando
para Dios, Jesús plantea el deseo de Dios de trabajar en el ser humano, a fin
de que éste llegue a vivir la vida plenamente humana que él tiene para los
1861 La oración de poder

que creen en él. Este principio fundamental encierra varios corolarios, que
es oportuno considerar aquí.
Primero, la obra de Dios debe ser hecha por sus siervos. Hasta que el
ser humano no está en una correcta relación con Dios, es imposible que
produzca resultados espirituales positivos para su propia vida y las vidas
de otras personas. Quienes desean trabajar para Dios deben creer en el
Señor Jesucristo y aceptar la salvación comprada con su sangre. Hasta que
no se tome este paso inicial, es imposible producir resultados espirituales,
por más esfuerzos que se hagan. Quien no tiene al Espíritu de Dios en su
vida, no puede producir el fruto del Espíritu. Ésta es la ley que gobierna
al reino espiritual de Dios, y al igual que una ley natural, no puede ser
cambiada. Jesús dijo que 'el reino de Dios se parece a quien esparce semilla
en la tierra: Y explicó: 'Sin que éste sepa cómo, y ya sea que duerma o esté
despierto, día y noche brota y crece la semilla. La tierra da fruto por sí
sola; primero el tallo, luego la espiga, y después el grano lleno en la espiga.
Tan pronto como el grano está maduro, se le mete la hoz, pues ha llegado
el tiempo de la cosecha' (Marcos 4.26-29). Sólo alguien que ha sido re-
creado en Cristo Jesús puede llevar a cabo las buenas obras que sirven y
agradan a Dios (Efesios 2.10).
Andrés Murray: La obra de Dios debe ser hecha a la manera de
Dios, y en el poder de Dios. Es una obra espiritual, que debe ser
hecha por hombres espirituales en el poder del Espíritu.
Segundo, la obra de Dios debe ser hecha conforme con sus leyes espiritua-
les y contando con sus fuerzas. Cuando el creyente se rinde en obediencia
y confianza en Dios, lo que hace se transforma en algo útil y agradable para
el Señor. A medida que el creyente se rinde día a día y es limpiado en la
sangre preciosa de Jesús y renovado por el Espíritu Santo, sus pecados son
purgados y se transforma en instrumento adecuado para Dios, 'un vaso
noble, santificado, útil para el Señor y preparado para toda obra buena'
(2 Timoteo 2.21). Cuanto más obedece y confía, tanto más Dios produce
en él el deseo de trabajar, equipándolo para el servicio, 'pues Dios es quien
produce ... tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena
voluntad' (Filipenses 2.13).
Cuando en obediencia a las leyes espirituales de Dios, el creyente siem-
bra y riega (como ocurre con la ley natural), Dios da el crecimiento. De
este modo, el creyente se transforma en un colaborador de Dios (1 Corin-
tios 3.5-9; 2 Corintios 6.1). Es sólo cuando Dios obra en nosotros y a través
de nosotros, que se obtienen resultados espirituales. Separados de él, nada
podemos hacer (Juan 15.1-5). Esto es lo que ocurrió con Jesús mismo. Res-
pondiendo a ciertas dudas de Felipe, Jesús le dijo: '¿Acaso no crees que yo
estoy en el Padre, y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les comu-
nico, no las hablo como cosa mía, sino que es el Padre, que está en mí, el
que realiza sus obras' (Juan 14.1O).
Oración y trabajo 1187

V, tercero, la obra de Dios debe ser hecha bajo la guía del Espíritu
Santo. Cuando el creyente está dispuesto a cumplir con estas condiciones,
Dios le da a cada uno su obra. Y esto 'es como cuando un hombre sale de
viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le
manda al portero que vigile' (Marcos 13.34). El Señor orienta a cada uno
de sus siervos y siervas a la tarea que les tiene asignada (ver Hechos 9.6).
Pero es sólo cuando el creyente espiritual ora la oración de los justos, que
puede rendirse en obediencia a Dios, ser limpiado y separado, capacitado
por el Espíritu para el servicio, y guiado al lugar de servicio adonde Dios
lo necesita (Lucas 10.2).

Ejercicio 54. las buenas obras son ordenadas por Dios al creyente, porque ..•
Trazar líneas uniendo lo que corresponda:
Glorifican a Dios. 1Timoteo 6.18
Enriquecen la vida. Santiago 2.17-18
Dan un ejemplo que imitar. Tito 2.7
Tienden aestimular aotros. MateoS.16
Demuestran la vitalidad de la fe. Hebreos 10.24

Dios trabajando a través del ser humano,


La parábola de los dos hijos es una buena ilustración del principio bíblico
que nos enseña que Dios desea trabajar a través del ser humano redimido.
'Hijo, ve a trabajar hoy en el viñedo: fue el deseo y la orden del padre de
la parábola (Mateo 21.28-32). El Señor espera que sus hijos le obedezcan
y hagan su parte en las labores de su viña. Por un lado, Dios no deja al ser
humano librado a un disfrute ocioso del mundo natural. Él le requiere al
ser humano que labre y guarde su creación con cuidado, a fin de poder
disfrutar con bendición del fruto de la tierra (Génesis 2.15). Esta fidelidad
en el cumplimiento de los deberes ordinarios de la vida es una parte muy
real de la obediencia cristiana. Pero si el creyente es fiel solamente en las
cuestiones temporales, ¿en qué se diferencia de cualquier persona moral y
responsable? Jesús advirtió a muchos de sus primeros seguidores: 'no van
a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los
fariseos y de los maestros de la ley' (Mateo 5.20), Ylos desafió a tener como
meta la perfección (Mateo 5.46-47).
Por el otro lado, Dios no deja al creyente librado a un disfrute ocioso de
la salvación que él compró con la sangre de su Hijo. Si vamos a disfrutar de
las bendiciones de la plenitud aquí en esta vida, y recibir las recompensas
1881la oración de poder

prometidas en la vida venidera, esta salvación obrada en nuestros cora-


zones por el Espíritu debe ser obrada fuera de nuestros corazones en una
vida de obediencia diaria a Dios (Filipenses 2.12-13). Las personas no son
salvas por las buenas obras, sino que son salvas para las buenas obras (Efe-
sios 2.8-10; Tito 2.12-14). Somos hijos porque él nos amó. Somos siervos
porque nosotros lo amamos a él. No hay lugar para los holgazanes en la
viña del Señor y en el trabajo en la iglesia. La medida de nuestra obediencia
es la medida de nuestro amor a él.
Pablo A. Deiros: El mundo hispanoamericano está cansado de
oír hablar de religión; lo que espera es ver actuar a una verdadera
religión. Lo que nuestra América necesita es ver una fe auténtica
y real en operación. Una vivencia de fe genuina, que se exprese
en la conducta de aquellos que la profesan. Ya casi nadie escucha
a los que dicen: 'Haz lo que yo digo, mas no lo que yo hago: Por
eso, los cristianos debemos vivir y actuar coherentemente con
lo que decimos creer, si es que pretendemos que el mundo nos
escuche y siga. 3
Aun las cosas más comunes en una vida de obediencia glorifican a Dios.
Como dice Pablo: 'Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa,
háganlo todo para la gloria de Dios' (1 Corintios 10.31). Pero por encima de
esto está ese servicio cristiano específico en el que cada uno tiene su parte.
Es en el lugar de servicio que el Señor ha asignado a cada uno, donde debe-
mos glorificarle. Y esto incluye especialmente a la oración, como servicio
permanente al Señor (¡ Tesalonicenses 5.17).
Para cumplir con nuestro deber de servicio, en lo poco o en lo grande,
la oración es indispensable. El primer servicio que le debemos al Señor y
al prójimo es el servicio de una oración consagrada. Pablo consideraba la
oración como un servicio prioritario en el reino (1 Timoteo 2.1-3). La vida
de Jesús fue una vida de servicio y oración. Ambos elementos se dieron
en una relación dinámica a lo largo del ministerio de Jesús. No se puede
entender el servicio de Jesús sin considerar su vida de oración, y no se
puede encontrar sentido a su vida de oración si no se toma en cuenta su
servicio consagrado.
Jack Taylor: No hay ejercicio mejor para implantar una amorosa
relación con Dios que el ejercicio de la oración. Sin haberlo
establecido como piedra angular, no podemos realmente
profesar amar a Dios. Amar demanda dedicación de tiempo
con Dios; amar envuelve la expresión de afectos y alabanzas a
Dios. Podemos decir que amamos a Dios con nuestros labios,
pero ¿realmente le amamos? ... Ninguna cantidad de servicio o
pensamiento podrá tomar el lugar de la oración. 4
Oración y trabajo 1189

Ejercicio 55. La vida de Jesús fue una vida de servicio y oración.


Ordenar los pasajes bíblicos según corresponda:
Una vida de servicio Una vida de oración

Pasajes: Mateo 20.28 Marcos 1.35 Marcos 6.46-47


Lucas 5.15-16 Lucas6.12 Lucas 9.18 Lucas 22.27
Lucas 22.41-42 Juan 1].4-5 Filipenses 2.7

Walter Rauschenbusch (1861-1918): Padre nuestro, una vez más


un nuevo día está delante de nosotros y, puesto que vamos a
cumplir nuestra tarea entre los hombres, mezclando nuestras
vidas y nuestras actividades a las suyas, te suplicamos que hagas
a cada uno de nosotros un verdadero hermano de todos los
demás. Presérvanos de herir la sensibilidad de cualquier alma
con el fuego de la ira repentina o de abrigar un odio encubierto.
Que no maltratemos la dignidad de nadie por medio de nuestro
desdén o de nuestra maldad. Ayúdanos a consolar con nuestra
simpatía a los que sufren, a animar con nuestra serenidad a los
desalentados, a fortalecer a todos con el sentimiento de que la
vida es un don tuyo y una alegría. Líbranos del veneno mortal
del orgullo de clase. Si alguno tiene necesidad de nosotros,
permítenos que le ayudemos sin segunda intención, a menos que
deberes más altos nos reclamen, y haz que nos sintamos siempre
dichosos de poder servir a nuestros semejantes. Amén.

El ser humano esperando en Dios


mientras Dios trabaja por él
Es interesante lo que la Palabra afirma en Isaías 64.4: 'Fuera de ti, desde
tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto,
a un Dios que, como tú, actúe a favor de quienes en él confían: La declara-
ción responde a la pregunta ¿cómo es Dios? Él es el Dios de lo inesperado
(v. 3). Él es el Dios único y verdadero, frente al cual las demás deidades
son impotentes, y quedan descubiertas y desenmascaradas como mentira.
190 Ila oración de poder
Pablo utiliza estas palabras de Isaías 64.4 en 1 Corintios 2.9, con la con-
vicción de que Dios todavía actúa a favor de aquellos que esperan en él.
Él es también un Dios de justicia, que se preocupa por la obediencia de
su pueblo a sus leyes. Es esta cualidad ética en él, la que se pone de mani-
fiesto en contraste con los pecados de su pueblo. Cuando Dios actúa nadie
puede predecir qué es lo que hará, si bien el creyente tiene la confianza y
la seguridad de que, haga lo que haga, siempre será 'a favor de quienes en
él confían:
La obra de Dios no sólo debe ser hecha por sus siervos a su manera y
en sus fuerzas, sino que debe ser hecha en su tiempo. Después que cum-
plimos las condiciones de la oración, rindiéndonos plenamente a confiar y
obedecer a Dios, debemos esperar que él dé el fruto y el crecimiento. Pero
esperar en el Señor no significa ociosidad ni pasividad, quietismo e ino-
perancia. Un siervo no está ocioso cuando espera a su amo. Más bien, está
atento, listo y vigilante del último mandato de su amo. No está ocupado en
sus propias cosas, sino alerta a la voz de su dueño.
Cuando esperamos en Dios, él tampoco está ocioso. El Señor está
ablandando corazones duros, entibiando corazones fríos, haciendo que
todo resulte para bien, a fin de que nuestras oraciones, inspiradas por el
Espíritu Santo, reciban respuesta. Pero al hacer esto, Dios espera la obe-
diencia voluntaria de otros, así como pacientemente espera la nuestra, sin
violar nuestra voluntad ni pasar por alto nuestra personalidad.
Adoniram Judson: Estoy persuadido de que todos somos más
deficientes en el espíritu de oración que en cualquier otra gracia.
Dios ama tanto al que ora insistentemente, que no nos dará
mucha bendición si no lo hacemos. Y la razón por la que ama esa
clase de oración es que nos ama y sabe que es una preparación
necesaria para que recibamos las más ricas bendiciones que
espera y añora otorgarnos. Siempre que he orado sincera
y honestamente por algo, lo he recibido, aunque no en un
instante. No importa cuánto tiempo pasa, de algún modo y en
alguna forma llega, quizás de la manera que menos lo hubiera
imaginado.
Después de sembrar la semilla debemos esperar a que germine, y después
que hemos obedecido y orado debemos esperar a que Dios produzca fruto
y dé crecimiento. Mientras que esperamos que Dios cambie a las personas
y las situaciones por las que oramos, Dios produce una fe más firme en
nosotros y una obra de gracia más profunda. Así, pues, con una confianza
mayor podemos seguir pidiendo más de él, y él lo hará (Juan 14.13-15). No
debemos confundir este dinámico esperar en Dios con la espera impotente
e indolente, que se excusa de todo trabajo hasta que Dios, por algún impulso
especial, haga más fácil la tarea, o haga lo que nosotros debemos hacer.
Oración y trabajo 1191

Andrés Murray: Otro espera en Dios muy sinceramente,


considerando esto como el ejercicio más sublime de la vida
cristiana, y no obstante, jamás ha entendido que a la raíz de
toda verdadera espera debe haber rendimiento y disposición
de ser plenamente acondicionado para ser usado por Dios en el
servicio a los hombres ... O alguien está esperando algún influjo
grande del poder del Espíritu, que lo capacite para hacer obras
poderosas, ... olvidándose que el poder para lo más grande sólo
viene a aquellos que son fieles en lo más pequeño.

Ejercicio 56. Esperar.


Utilizando una concordancia bíblica, indicar no menos de cinco pasajes bíblicos que
fundamenten cada una de estas dos exhortaciones:
Esperaren Dios Esper.r" Dios

LX iSiL .X, m LseU . ;Si. .E t,. ... 1.% L ,tE 1$.3:\

El ser humano trabajando en oración


Todo trabajo presupone una inversión de energía y esfuerzo. Por eso se
habla de la fuerza del trabajo. Es imposible imaginar una acción humana
creadora que no involucre la aplicación de energía. En la obra de Dios
es exactamente igual. Dios le mandó a Josué: 'Mira que te mando que te
esfuerces y seas valiente' (Josué 1.9a, RVR). Y esto a pesar de prometerle 'el
Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas' (Josué 1.9b).
192 Ila oración de poder

Ejercicio 57. la Biblia está regada de admoniciones divinas invitándonos aesforzamos


en nuestro desempeño en la obra de Dios.
Indicar el versí(ulo rorrespondiente según la versión RVR.
Josué l. _ _ lsaías 35. __ 1Samuel4. __ Daniel 11.
2SamueI2. __ Hageo2. __ 2Samuel1o. Zacarías8.
1Crónicas 19. __ LUcaS13. __ 1Crónicas 28. LUcaS16.
1Reyes 2. __ 1Corintios 16. Salmo 27. __ 2TImoteo2.
Salmo 31. __

De todos los 'trabajos' que podemos llevar a cabo en el servicio del reino
de Dios, ninguno es tan extraordinario como la oración. Lo que hace de la
oración una tarea tan especial es que la energía que invertimos en ella no
es nuestra, sino que viene de Dios. La oración es la fuerza más poderosa
que existe, porque va más allá de cualquier potencia creada, sea humana,
angelical o demoníaca. La oración no dispara energía humana o natural,
sino el poder infinito de Dios. Es él quien nos desafía a trabajar en oración,
poniendo a nuestra disposición su energía inagotable. '~sí dice aquel cuyo
nombre es el Señor, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con
firmeza: 'Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y
ocultas que tú no sabes'" (Jeremías 33:2-3).
Así, pues, cuando nos involucramos en el trabajo de la oración, la ener-
gía que se libera no es la nuestra, sino la del Creador del universo. Para él
no hay trabajos que sean imposibles, de modo que cuando oramos pode-
mos hacerlo con la convicción de que él está actuando con poder, con-
forme a su voluntad. Y lo que él opera son 'cosas grandes y ocultas: que
escapan a nuestra imaginación o conocimiento. Esta energía divina que
se libera con la oración no es como la energía atómica que puede resultar
en la destrucción de la humanidad, sino que siempre está orientada a su
bendición y salvación. La verdadera oración nunca puede ser maldición,
sino que siempre su fin es bendición, porque el poder de Dios no es para
destruir sino para edificar, no es para condenar sino para salvar. La oración
de poder no es para llenar el infierno sino para poblar el cielo, no es para
alimentar el reino de las tinieblas sino para establecer el reino de Dios.
Ahora, es importante que notemos que este impresionante poder divino
se libera COD la oración. Esto pone sobre nosotros una enorme responsabi-
lidad. Si no oramos en el poder del Espíritu, el poder de Dios no encuentra
oportunidad de liberarse, de 'hacer cosas grandes y ocultas: Se nos dice
que en Nazaret, donde se había criado, Jesús no 'hizo allí muchos milagros'
Oración y trabajo 1193

(Mateo 13.58), por la incredulidad de ellos. La incredulidad y la falta de


oración brotan de la misma raíz.
F. J. Huegel: Así como la incredulidad ató las manos del Salvador,
la falta de oración ata las manos de Dios. Es posible que uno de
los misterios profundos de la teología sea precisamente por qué
la falta de oración por parte del hombre pudiera limitar las cosas
grandes y poderosas que Dios quiere efectuar para el bienestar y
la gloria del hombre; pero ahí está. Si hay algo a lo cual la Biblia
da testimonio elocuente, es a este hecho; y la Biblia ha sido
llamada el libro de texto de la oración. Si en ella hay enseñanza
que se destaca como escrita con letras de fuego, es que si Dios
ha de efectuar obras grandes y maravillosas en los asuntos de los
hombres y las naciones, llevando adelante el sublime propósito
de redención, entonces los hombres deben orar; deben elevar su
voz al trono de la gracia en súplica fervorosa y sincera adoración.
Deben orar como Abraham, orar como Jacob, orar como Moisés,
orar como Isaías y los profetas; sí, orar como Jesús nuestro Señor
y sus apóstoles. s
La oración de poder del creyente es la ocupación número uno para llevar
a cabo la tarea del establecimiento del reino de Dios. Todos los dones del
Espíritu Santo, todos los ministerios dados por Cristo a la iglesia, todos
los talentos y pericias que hemos recibido del Creador, todos los recursos
materiales y humanos sólo pueden ser efectivos y fructíferos en el desarro-
llo del reino si están anticipados y sostenidos por la oración de poder. Es
cierto que sin oración hay muchas cosas buenas que podemos hacer. Pero
sólo a través de la oración podemos tener acceso a 'todas las cosas que
necesitamos para vivir como Dios manda' (¡ Pedro 1.3). Porque es por la
oración que tenemos acceso a 'su divino poder' y al 'conocimiento de aquel
que nos llamó por su propia gloria y potencia: Es por medio de la oración
que el Señor 'nos ha concedido' todas estas cosas.
Jesús es el mejor ejemplo de cómo el ser humano puede trabajar en
el reino en oración. Él no hizo nada sin oración. No emprendió ninguna
obra en su ministerio sin esperar en su Padre en espíritu de oración. Él
dijo claramente: 'Ciertamente les aseguro que el hijo no puede hacer nada
por su propia cuenta, sino solamente lo que ve que su padre hace, porque
cualquier cosa que hace el padre, la hace también el hijo' (Juan 5-19). Para
Jesús, la oración fue la línea de comunicación permanente con el Padre,
y esta línea en ningún momento de su vida y ministerio se cortó o tuvo
interferencias. Frente a la tumba de Lázaro, Jesús declaró: 'Padre, te doy
gracias porque me has escuchado. Ya sabia yo que siempre me escuchas'
(Juan 11.41-42). Incluso en la cruz, donde rindió su vida por amor a noso-
tros, su última palabra fue una oración, y se nos dice que ahora él vive para
interceder por nosotros (Hebreos 7.15).
194 Ila oración de poder

Cuando trabajamos en oración, el trabajo adquiere una dimensión dife-


rente. La acción deja de ser una acción meramente humana, para transfor-
marse en una acción redentora divina. Nuestra predicación, enseñanza,
adoración, alabanza, ofrenda, servicio, amor fraternal, o cualquier otro
emprendimiento que llevemos a cabo en el nombre del Señor, se potencian
con la oración. La energía de Dios liberada por la oración penetra nuestras
acciones y las torna en armas 'que tienen el poder divino para derribar for-
talezas' (2 Corintios 10.4). Y el alcance de este poder liberado es universal.
Por medio de la oración todo creyente puede alcanzar los confines de la
tierra y afectar lo que ocurre en las esferas celestes.
Además, por liberar el poder del Dios eterno, la energía de aquél que
es el mismo 'hoy, ayer y por los siglos: la oración se extiende al pasado, el
presente y el futuro. La oración de poder puede afectar el pasado, como
cuando sana heridas pasadas y perdona pecados confesados. La oración de
poder opera en el presente haciendo real la manifestación del amor reden-
tor y liberador de Dios. La oración de poder alcanza al futuro, porque ben-
dice a gente que no ha nacido todavía y ora por los que han de creer (Juan
17.20). Para la oración de poder no hay límites temporales ni espaciales, no
hay condicionamientos humanos ni angelicales, no hay barreras de con-
tingencias o limitaciones propias del orden creado. La oración de poder
trabaja en base a la promesa firme de Jesús: 'Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá'
(Juan 15.7).
Cuando los seres humanos trabajamos en oración liberamos una ener-
gía inmensurable, un poder que no es otro que el infinito poder de Dios.
Por eso, en un sentido, cuando oramos así somos tan poderosos como
Dios mismo. El poder que se libera no es nuestro, sino el poder de Dios.
.Pero este poder está en nosotros y obra a través nuestro cuando clamamos
a él en oración.
Tarea 29. Dios, el trabajador por excelencia.
la Biblia describe el resultado del trabajo de Dios (sus obras) como ...
Ordenar los pasajes bíblicos según corresponda:
Maravillosas Hermosas Grandes

,a..jes: Salmo 40.5 1SamueI12.24 Salmo 111.4


JObS.9 Salmo 126.2 Salmo 139.14 Eclesiastés 3.11
Apocalipsis 15.3 Marcos 3.8 Salmon.14 Daniel 4.3
Marcoss.19 ~Od015.11 Joe12.20 Deuteronomio 10.21
Josué 3.S Salmo 111.3

·v· > " ..-.-,'


1961la oración de poder

Tarea 30. Dios está activo.


Dios no es pasivo ni está remoto de su creación, sino que está involucrado dinámicamente en
todo lo que él ha creado. En el pasado, esta actividad se manifestó en la historia de Israel yen el
ministerio de Jesús. En el presente, la actividad de Dios se puede ver en la vida de los creyentes y
de la iglesia.
(olocar los pasajes bíblicos que correspondan:
1. Dios está activo en la creación.
a. En crear al universo: ____________________
b. En ordenar las estaciones ylos días: ________________
c. En producir cambios en el clima: ________________
d. En mantener en su lugar a los astros: _______________
e. En la creación animal: ___________________
Pasajes: Nehemías 9.6 Job 37.10-13 Job 38.31-33
Job 39.1-2 Salmo 103.19

2. Dios está activo en la historia de Israel.


a. En el llamado ycreación de Israel como pueblo: ____________
b. En la salvación yliberación de su pueblo: ______________
c. En el juicio de su pueblo: __________________
d. En llevara su pueblo a la victoria: ________________
e. En levantar yenviar líderes asu pueblo: ______________
Pasajes: Éxodo 6.6-8 Éxodo 14.27-29 Números 25.3-5
2SamueI7.8-9 Salmo 106.8-12

3. Dios está activo en las naciones del mundo.


a. Él gobierna sobre las naciones: _________________
b. Él juzga a las naciones: ___________________
c. Él reprende a las naciones: __________________
Pasajes: Salmo 9.5 Salmo 9.19 Salmo 22.28
Oración y trabajo 1197

4. Dios está activo en el ministerio de Jesucristo.


e
a. vino de parte de Dios: _~_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
b. ~I recibió poder de Dios para sanar a los enfermos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
c. ~I llamaba a Dios su propio Padre: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e
d. hizo la obra del que lo envió: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e. El Padre estaba en él: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e
f. fue ungido por Dios: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: lucas 5.17 Juan 3.2 Juan 5.17-19
Juan 9.3-4 Juan 14.10 Hechos 10.38

s. Dios está activo a través del Espíritu Santo.


a. En la creación: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
b. En la visión de una figura deaspe<to humano: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
c.Tomóa Elíasalcielo: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
d. Como un viento que levantó a Ezequiel: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e.levantó a Ezequiel ylo introdujo al templo: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: Génesis 1.2 2ReyeS2.16 Ezequiel 8.3
Ezequieln.l Ezequiel 43.5

a. Dios está activo en la iglesia.


a. Repartiendo dones: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
b. Revelando profecías: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
c. Facultando apóstoles: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
d. Haciendo milagros: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
e. Motivando a los creyentes: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: 1Corintios 12.6 1(orintioS14.24-25 GálataS2.8
Gálatas 3.5 Filipenses 2.13

"
..... jj tbUZit.! ..... (32 11 .1iXtiUX;1i .41433 .. J.. XliSUd lJUhi . . L., (Ji. JUAiMi i.J .kLQ
1981 La oración de poder

Tarea 31. Dios trabajando através del ser humano.


Servir aotros es un deber para el cristiano. Cuando lo hace conforme ala voluntad de Dios y en
oración, su trabajo no queda sin fruto y resultados abundantes.
Cuando servimos aDios mediante el servicio amOfOSO al prójimo •.•
Colocar el pasaje que corresponda.
1. Este servicio ennoblece la vida: _________________
2. Este servicio ejemplifica al verdadero prójimo: _____________
3. Este servicio nos lleva aser como Cristo: _______________

4. Este servicio demuestra amor al Señor: _______________

5. Este servicio aligera las cargas de la vida: _______________

Pasajes: Juan 13.14 Marcos 10043-44 Gálatas 6.2, 10


Juan 21.16 Lucas 10.36-37

Tarea 32. El trabajo del cristiano.


Preparar un estudio bíblico desarrollando el siguiente bosquejo
yfundamentando cada idea con pasajes bíblicos.
1. Es requerido según la capacidad de cada uno.
2. Debe ser hecho en cooperación con Dios.
3. La buena voluntad es un elemento esencial.
4. Debe ser hecho como para el Señor.

5. Debe ser llevado acabo hasta el final.

Pasajes: Jueces 5.2 Jueces 8.25 1SamUe114-45


Nehemías 11.2 Salmo 110.3 Isaías 1.19 Zacarías 4.9
Mateo 25.22-2] Marcos 14.8 Marcos 16.20 Lucas 12-48
Juan 4.34 Juan 1].4 Juan 19.30 Hechos 20.24
1 Corintios 3.9 2Corintios 6.1 2Corintios 8.3 1Tesalonicenses 2.8
2Timoteo 4.7 1Pedro 4.11
Oración y trabajo 1199

,...... Ss. El ser humano trabajando en oraáón.


Buscar ánco ejemplos bíblicos de siervos de Dios que supieron trabajar en oraáón.
Indicar los nombres ylos pasajes bíblicos correspondientes:
Nombre Pa.....
No siempre los evangélicos hemos tomado en serio la reali-
dad de la vida cristiana como militancia y el compromiso del creyente con
el reino de Dios como guerra espiritual. Una teología equivocada nos ha
llevado a pensar en el discipulado cristiano como un caminar por un lecho
de rosas, donde el conflicto es señal de debilidad o desvío del camino, y
no el estilo de vida natural del soldado de la cruz. La guerra espiritual, que
para muchos evangélicos parece ser una novedad y para otros una cuestión
de moda reciente, en realidad está presente en la Biblia de tapa a tapa. Juan
Bunyan, el destacado escritor bautista del siglo XVII comprendió muy bien
este carácter combativo de la fe del cristiano en su obra magistral El pro-
greso del peregrino, que todavía tiene una vigencia notable y lecciones bien
adecuadas.
El hecho de que, según el testimonio bíblico, nuestro Dios es un Dios
en guerra contra una creación que se ha levantado en desobediencia y
rebeldía hacia su autoridad soberana, nos impone una revisión nueva de
nuestra manera de interpretar la vida cristiana y nuestro compromiso con
el reino. Esto incluye la práctica de la oración y nuestra comprensión de
la misma. Lejos de ser una mera expresión de espiritualidad, la oración
es una verdadera arma de guerra, en nuestra asociación con Dios en su
conflicto por hacer efectiva la realidad de su reino. En este sentido, es bien
cierto lo que hace dos siglos atrás apuntara un gran siervo de Dios, Andrés
Bonar: 'El principal interés de Satanás es impedir que los santos oren. Él no
teme nada de estudios sin oración, trabajo sin oración. Se ríe de nuestros
esfuerzos y se burla de nuestra sabiduría, pero tiembla cuando de veras
oramos:
202 I La oración de poder
F. J. Huegel: ... la oración tiene que estar dirigida contra el gran
enemigo de Dios, el adversario que siempre está sobre la marcha
movilizando sus fuerzas con suma estrategia para desbaratar
la causa del cristiano, de modo que las almas se vuelvan contra
Cristo, el Salvador del mundo. I
En este capítulo nos proponemos considerar el lugar de la oración en la
guerra espiritual y su papel como arma de guerra en nuestro compromiso
con el Señor y su reino.
Oración y conflicto
El apóstol Pablo animaba a su discípulo Timoteo, diciéndole: 'Pelea la
buena batalla de la fe' (1 Timoteo 6.12). La expresión paulina es literal-
mente 'agoniza la buena agonía: El verbo y el sustantivo ('pelear' y 'batalla')
que están detrás de la expresión vienen del verbo griego ago, que significa
'conducir' o 'producir: De aquí se derivó el sustantivo que encontramos
aquí, agon, que al principio significó 'una reunión', especialmente para
los 'juegos' (los eventos atléticos que se llevaban a cabo en diversas ciu-
dades griegas). Luego fue usado con referencia a las competiciones atlé-
ticas mismas. De igual modo, el verbo griego agonizo significaba 'entrar
en una competencia; competir en los juegos atléticos: Y más tarde llegó
a significar 'competir con un adversario, pelear: En el Nuevo Testamento
se utilizan ambas palabras para describir las luchas de la vida cristiana. El
trasfondo de estas palabras sugiere la inversión de hasta la última gota de
energía para ganar el conflicto. Pablo utiliza esta misma combinación de
palabras otra vez en 2 Timoteo 4.7. Una buena porción de este combate en
la vida cristiana se hace a través de la oración, que es nuestra arma más
poderosa en la guerra espiritual.
Gary D. Kinnaman: ¡Ora! ¡Y luego ora algo más! La guerra
espiritual es real y la oración tiene un propósito militante: vencer
el dominio de las tinieblas en orden a producir cambio en las
personas y la sociedad. El reino de Dios está cerca, el abismo de
las tinieblas ha sido abierto y los santos de Dios tienen un arma
grande en la oración. Luchamos no con problemas humanos de
carne y sangre .... Cuanto más claramente veas el reino espiritual,
tanto más orarás; y consiguientemente, cuanto más ores, tanto
más claramente verás el reino espiritual. Una creciente conciencia
de la guerra espiritual traerá siempre consigo un creciente
compromiso para orar. Los dos van mano a mano. La oración nos
pone en contacto con la dimensión espiritual y libera el poder de
Dios. 2
La oración de guerra está atestiguada en toda la Biblia y cuenta con abun-
dante respaldo escriturario. Especialmente en el Antiguo Testamento hay
Oración y guerra espirutual1203

infinidad de pasajes de profundo contenido bélico, que no se entienden a


menos que se los interprete dándoles una aplicación de carácter espiritual.
Muchísimos Salmos que hablan de los 'enemigos' adquieren una nueva luz,
cuando se los comprende como expresiones de guerra espiritual por parte
de creyentes en conflicto, que luchan frente a ellos en oración. En muchos
pasajes, el radicalismo frente al enemigo es de tal índole, que sólo se explica
si se trata de fuerzas espirituales de maldad, que ponen en peligro no sólo
la vida sino también la integridad moral y espiritual del creyente. Por otro
lado, si no captamos el significado del lugar de la oración de guerra en las
páginas del Nuevo Testamento, no podemos comprender gran parte del
ministerio y de las enseñanzas de Jesús. Muchas de sus parábolas del reino
carecen de sentido y se pierde su verdad central si no se las interpreta en el
contexto de la guerra espiritual.
Cuando los setenta y dos regresaron de su misión por pueblos y ciu-
dades, el Señor les dijo: 'Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo: Y
agregó: 'Sí, les he dado autoridad a ustedes para pisotear serpientes yescor-
piones y vencer todo el poder del enemigo; nada les podrá hacer daño'
(Lucas 10.18-19). De esta manera, Jesús definió el carácter de la misión
de los creyentes como una misión de guerra, y estableció que el recurso
fundamental para la misma es la autoridad poderosa que tenemos en su
nombre para derrotar al enemigo. Esta autoridad es la que nos permite
entender la posibilidad y viabilidad de la promesa radical de Jesús a todos
sus discípulos: "Tengan fe en Dios ... Les aseguro que si alguno le dice a
este monte: 'Quítate de ahí y tírate al mar: creyendo, sin abrigar la menor
duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá" (Marcos 11.22-23).
F. J. Huegel: Esta clase de oración, que ... es necesitada
con desesperación en un mundo cuyo gobernante es el
príncipe de las tinieblas y que como nunca antes en la
historia está experimentando dolorosamente la agonía de la
opresión satánica, tiene como su fundamento firme el hecho
infinitamente significativo que el Redentor quebró la cabeza de
la serpiente en la Cruz del Calvario. (¿No podría ser que, como
leemos en el capítulo 12 del Apocalipsis, estemos entrando en una
etapa de la historia en la que, sabiendo el enemigo que su tiempo
está contado, actúa con grande ira y poder?) Nadie debe atreverse
a participar de esta guerra si no está interiorizado profundamente
del significado de la redención efectuada por Cristo, hasta sus
últimos detalles. La Palabra de Dios es bien concisa y precisa a
este respecto. ¿Acaso no se nos dice que el Salvador destruyó
por la muerte a quien tenía el imperio de la muerte, es a saber,
al diablo? (Hebreos 2.14).3
2041 La oración de poder

El cristiano es un hijo del Dios de paz


Toda persona que está bajo el señorío de Cristo es un seguidor del Príncipe
de Paz. El creyente está comprometido con el evangelio de la paz, y está
comisionado a predicarlo hasta lo último de la tierra. Por haberse recon-
ciliado con Dios a través de Cristo, es su privilegio gozar de una gran paz
interior. 'En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe,
tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo' (Romanos
5. 1). El creyente está ligado a otros creyentes por el vínculo de la paz (Efe-
sios 4.3), y debe procurar, hasta donde sea posible, vivir en paz con todas
las personas (2 Corintios 13.11). La meta o desafío que tiene por delante,
según la Palabra, es 'que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz
y la siga' (1 Pedro 3.11). Además, debe estar dispuesto a responder suave-
mente para aplacar la ira y, si es necesario, debe estar preparado para sufrir
la pérdida de sus bienes y el daño personal.
Luis Vives (1492-1578): Oh Señor, el autor e inspirador de paz, amor
y buena voluntad, ablanda nuestros corazones, duros como el acero,
calienta nuestros corazones, helados y tullidos, a fin de que nosotros
podamos querernos bien los unos a los otros, y ser verdaderos
discípulos de Jesucristo. y danos gracia para empezar desde ahora
a vivir aquella vida celestial en la cual no hay disensiones ni odios,
sino paz y amor en todas las almas, del uno hacia el otro. Sí, Señor,
haz que alcancemos ya, desde aquí, el reino de los cielos, por medio
del mutuo amor, en el cual todo odio desaparece, y estando todo
lleno de afecto, está todo lleno de júbilo y alegría. Amén.

Ejerddo sS. El verdadero creyente es alguien que ...


Colocar la letra que corresponda:
A. Romanos 12.18 _ Está gobernado por la paz
B. Romanos 5.1 _ Sigue la paz con todos
C. Colosenses 3.15 _ Tiene paz con otros
D. Salmo 34.14 _ Está en paz con todos
E. 1Tesalonicenses 5.13 _ Tiene paz con Dios
F. 2 Corintios 13.11 _ Busca la paz
G. Hebreos 12.14 _ Vive en paz
H. Romanos 10.15 (RVR) _ Anuncia la paz
Oración y guerra espirutual120s
El hecho de que el creyente tenga un compromiso con la paz no significa
que su actitud es de un sometimiento débil y cobarde frente a la oposición.
Por el contrario, su compromiso con la paz es parte de la estrategia en la
guerra espiritual, que todo buen soldado de la cruz debe batallar. Esto sig-
nifica sacrificar lo menor para alcanzar lo mayor. Tampoco es un compro-
miso con el mal en nuestra propia naturaleza o alrededor nuestro.
El cristiano es un guerrero de Dios, un combatiente del único Señor
soberano. El creyente debe pelear la buena batalla, contender por la fe,
ser un experto en la Palabra que es la espada del Espíritu, evitar la contro-
versia innecesaria, y siempre recordar que sus golpes no están dirigidos
primariamente a personas. Nuestro conflicto no es 'contra seres huma-
nos' (Efesios 6.12), sino contra los poderes de maldad bajo cuyo control se
encuentran. El creyente tiene como meta liberar al que sufre la opresión
del maligno, y no dañarlo. Con amor y paz en su corazón, el combatiente
cristiano procura destruir a Satanás y liberar a sus víctimas.
El cristiano, vestido con toda la armadura de Dios, pelea 'la buena bata-
lla de la fe' (1 Timoteo 6.12). El creyente verdadero está firme y ora hasta
que Dios le dé la victoria. Esta victoria jamás es para quien no es un sol-
dado de la cruz. En los ejércitos de Cristo no existe la Legión Extranjera.
Quienes luchan en su causa y no son verdaderos creyentes o no viven ren-
didos al señorío de Cristo, no pueden esperar victoria. Por eso, el creyente
verdadero guarda su territorio y ora hasta que echa a todos sus enemigos.
Timothy M. Warner: La oración no es una actividad de retaguardia;
la oración es guerra espiritual de primera línea. Es el arma por
excelencia en nuestra 'lucha ... contra poderes, contra autoridades,
contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas
espirituales malignas en las regiones celestiales' (Efesios 6.12).4

Ejercicio 5g. El cristiano pelea la buena batalla de la fe.

Colocar el pasaje que corresponda:


1. Lo hace en obediencia: ____________________

2. Lo hace esforzándose: ____________________


3. Lo hace santificándose: ___________________
4. Lo hace sin temor: ______________________
5. Lo hace fortalecido: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
6. Lo hace en oración: _____________________
Pasajes: Deuteronomio 23.14 Josué1.9 Salmo 3.6
2Corintios 10.3-6 Efesios 6.10 Efesios 6.18
2061la oración de poder

El cristiano hace de la oración ~n arma de guerra


El cristiano usa la oración para la defensa. La oración lo ayuda a estar
vigilante frente a las aflicciones y las acechanzas del enemigo. Jesús reco-
mendó a sus discípulos: 'Estén siempre vigilantes, y oren para que puedan
escapar de todo lo que está por suceder, y presentarse delante del Hijo del
hombre' (Lucas 21.36). Pedro nos enseña que 'ya se acerca el fin de todas
las cosas. Así que, para orar bien, manténgahse sobrios y con la mente
despejada' (1 Pedro 4.7). La oración libera y consuela al creyente en medio
de la angustia. Dios mismo lo anima, diciendo: 'Invócame en el día de la
angustia; yo te libraré y tú me honrarás' (Salmo 50.15). Su promesa es firme:
'Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia;
lo libraré y lo llenaré de honores' (Salmo 91.15).
Thomas B. White: Ora. Primero y antes que nada, ancla tu
alma en la seguridad de la infalible presencia y amor del Señor,
conciente de que nada en toda la creación te separará de él
(Romanos 8.35SS.) Esta es una promesa profunda. Reafirma
a través de la alabanza que Dios es tu fuente de fortaleza y
seguridad. Arrepiéntete de cualquier pecado conocido que pueda
manchar tu relación, y luego recibe perdón (¡ Juan 1.9). Debes
ser libre del poder acusador de Satanás (Apocalipsis 12.10-11).
Recuerda, la santidad remueve las agarraderas del enemigo.
Pide en oración por la sabiduría de Dios (Santiago 1.5-6) y un
discernimiento agudo (1 Juan 2.20, 27). Invita al Espíritu Santo a
tomar pleno control de la circunstancia que estás confrontando. 5
El cristiano usa la oración para el ataque. La oración del creyente tiene
un extraordinario poder para hacer frente al enemigo y sus obras. Como
vimos, Santiago afirma que 'la oración del justo es poderosa y eficaz' (San-
tiago 5.16). Pero también es cierto que la oración del creyente rompe todo
tipo de opresión diabólica. La promesa del Sefior es: 'Cuando ellos clamen
al Señor por causa de sus opresores, él les enviará un salvador y defensor
que los librara (Isaías 19.20).
Thomas B. White: Ora en el Espíritu: tus oraciones, inspiradas
por el Espíritu, son misiles guiados que penetran las fortalezas
del enemigo. Se nos exhorta a estar alerta y a orar 'por todos los
santos: es decir, a velar por y sostener a nuestros compañeros
creyentes en la batalla espiritual que todos confrontamos. En otro
lugar 5Omos exhortados a 'orar continuamente' (¡ Tesalonicenses
5.17), caminando con una sensibilidad atenta a las necesidades
que nos rodean. 6
Es importante comenzar la oración pidiendo la protección del Señor sobre
cualquier acechanza del diablo. Esta oración de protección es para que
Oración y guerra espirutual1207

las preocupaciones de la vida cotidiana no nos agobien mientras estamos


orando. Si e! diablo no ha logrado que 'dejemos para mañana lo que debe-
mos hacer hoy: seguramente intentará distraernos lo más posible para que
no oremos. ¡Y siempre habrá algo urgente que hacer o una preocupación
que atender! Ésta es la razón por la que Jesús tantas veces nos anima a velar
y orar. En otras palabras, la oración debe hacerse con una actitud vigilante
y alerta, en lucha contra el enemigo que procura por todos los medios
lograr que no oremos.
Hope MacDonald: ¿Y para qué debemos velar? Debemos estar
alertas para enfrentar al diablo con sus artimañas durante
nuestro tiempo de oración. Es necesario que estemos cubiertos
por un escudo protector. Sólo así podremos apagar los dardos de
fuego que e! diablo constantemente nos arroja para distraernos
de nuestro propósito. 7

Oración y paz
Pablo afirma que 'Dios no es un Dios de desorden sino de paz' (1 Corin-
tios 14.33). La Biblia indica que la paz es propia de la naturaleza y acción
de Dios. Él es e! autor de la paz. Él es e! 'Dios de paz' (1 Tesalonicenses 5.23;
Hebreos 13.20), ye! único dador de la paz. El salmista declara que 'el Señor
bendice a su pueblo con la paz' (Salmo 29.11). La paz es siempre obra de
Dios y la bendición más grande para los suyos (Isaías 57.18-19). Esta reali-
dad nos guía a ver tres verdades.
Primero, Dios el Padre es el autor de la paz. Él creó todas las cosas
de manera ordenada, ajustándolas armoniosamente. Fue la entrada del
pecado la que trajo confusión y desorden, dolor y sufrimiento, enfermedad
y muerte (Romanos 5.12; Santiago 4.1-4). De este modo, la vida se ha trans-
formado en un verdadero campo de batalla desde e! día que nacemos hasta
el día que morimos. El cuadro que pinta Isaías 57.20-21 es una fotografía de
la realidad que produce el pecado: 'Los malvados son como el mar agitado,
que no puede calmarse, cuyas olas arrojan fango y lodo. No hay paz para
los malvados-dice mi Dios:
Luchamos por e! pan de cada día, por independencia económica, por
prestigio social, por superación intelectual, por poder político y tantas
otras cosas, las más de las veces sólo para conseguir frustración y fracaso
como botín. A veces, esta lucha es cruel y sangrienta. Parece como que
la victoria es inalcanzable en el plano natural. La verdad es que fuera de
Cristo no hay una paz duradera para los seres humanos, pues e! pecado ha
transformado a la ley de la lucha en la ley de la vida.
Segundo, Dios el Hijo es el Príncipe de la paz. Su reino es un reino de
paz. Su advenimiento al mundo como Mesías fue anunciado en estos tér-
minos: 'Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la sobe-
ranía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero
208 I La oración de poder
admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su
soberanía Y su paz, y no tendrán fin' (Isaías 9·6-7). Él se ha manifestado
para oponerse a toda maniobra destructiva del enemigo del ser humano.
Como afirma Juan: 'El Hijo de Dios fue enviado precisamente para des-
truir las obras del diablo' (1 Juan 3.8). Al deshacer las obras de Satanás, él
restaura la paz para los seres humanos.
Su advenimiento fue acompañado CO(lla proclamación angélica de una
amnistía divina a todos los seres humanos. Cuando nació, los ángeles can-
taron en alabanza a Dios: 'Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a
los que gozan de su buena voluntad' (Lucas 2.14 Él es el gran pacificador.
Cualquiera que acepta el perdón mediante la fe en Jesucristo es perdonado
y justificado, yen consecuencia tiene paz para con Dios (Romanos 5.1). Sólo
por él puede terminar la enemistad básica entre el ser humano pecador y
Dios, que es la raíz de todos los conflictos. Es esta realidad de la reconcilia-
ción en la vida del creyente, la que le da ¡lcceso a Dios en oración.

Ejercicio 60. La paz.


Leer Efesios 2,11-18. Copiar los versículos que correspondan aestas verdades:
Cristo es nuestra paz Cristo hizo la paz Cristo anunció la paz

Tercero, Díos el Espíritu Santo es el dador de la paz. El aspecto oficial o


legal de la paz que Dios da, comprada con la sangre de Cristo, es impartido
al creyente y traducido en una experiencia real en su vida por la obra del
Espíritu Santo. La paz es un elemento del fruto del Espíritu (Gálatas 5.22).
Esto resulta en una paz profunda y permanente en el corazón del cristiano.
Esta paz es de tal naturaleza, que las circunstancias exteriores no pueden
darla ni quitarla. Esta paz fue dejada como legado por Cristo a todos sus
seguidores. 'La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como
la da el mundo. No se angustien ni se acobarden' (Juan 14.27). El privilegio
de todos sus seguidores ahora es compartirla con otros que todavía no la
disfrutan. Pero sólo la podemos disfrutar en plenitud en la medida en que
nuestras vidas estén en conformidad COTl la voluntad de Dios.
Es posible mantener una paz permanente e inquebrantable si se vive
una vida de plena confianza, obediencia a la voluntad de Dios y llenura de
su Espíritu Santo mediante la oración. Esto no garantiza inmunidad de los
problemas ordinarios que todos los seres humanos padecen, ni libera a los
Oración y guerra espirutual1209
hijos de Dios de la oposición y las aflicciones. Pero sí afirma que en medio
de estas circunstancias, el creyente será guardado por 'la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento' (Filipenses 4.7).
Oración y carne
Lo que el Nuevo Testamento denomina como 'carne' no es otra cosa que
la naturaleza pecaminosa del ser humano. Pablo explica esto en Romanos
8.5-8, cuando dice: 'Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa
fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven
conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentali-
dad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del
Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues
no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según
la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.' Estas palabras nos
sugieren cuatro cosas.
Primero, el ser humano fue creado a la imagen de Dios. El ser humano
es la obra maestra del gran artesano. Como grita entusiasmado el salmista:
'¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas,
y esto lo sé muy bien!' (Salmo 139.14). Miles de generaciones que han que-
brantado las leyes físicas, morales y espirituales establecidas por el Crea-
dor, y todas las expresiones del pecado humano, no han podido borrar
estas trazas de dignidad y nobleza de carácter, que testifican tan elocuen-
temente de su origen divino. No obstante, el pecado y la desobediencia sí
han distorsionado esa imagen de Dios. Estas experiencias han disminuido
las facultades espirituales del ser humano pecador, han desordenado su
naturaleza moral e intelectual, y han debilitado sus capacidades físicas.
Esto es así al punto que el ser humano ya no tiene control de sí mismo. Es
un esclavo del pecado, la carne, el mundo y Satanás.
Guillermo Gladstone: La fe cristiana y las Santas Escrituras nos
proveen de los medios más adecuados para neutralizar los asaltos
de la maldad dentro de nosotros y para repeler la que se halla
fuera de nosotros.

Ejercicio ~51.la carne, el mundo y Satanás.


En Efesios 2.1-3 (RVR), Pablo habla de la carne, el mundo y Satanás.
¿Cuáles son las expresiones que el apóstol utiliza en cada caso?
Carne: __________________________________________________
Mundo: _______________________________________________

Satanás:
210 I La oración de poder
Satanás ha tomado ventaja de esta condición de debilidad del ser humano,
se ha atrincherado en la vida de muchos, y se ha aliado con numerosos
deseos Y necesidades normales y naturales del cuerpo, la mente y el espí-
ritu para corromperlos. El objetivo de Satanás en esto es robar, matar y
destruir al ser humano. Como bien lo explicó Jesús: 'El ladrón no viene
más que a robar, matar y destruir' (Juan 10.10). Lo hace tornando anorma-
les e innaturales las demandas del ser humano natural, haciéndolas insa-
ciables, luchando contra las intenciones más nobles y las aspiraciones más
altas del ser humano (Romanos n-24).
De este modo, el ser humano es esclavo de su propia naturaleza no redi-
mida. No es capaz de agradar a Dios ni tampoco de dar satisfacción plena
a sus necesidades más profundas. Quiere, pero no puede; busca, pero no
encuentra; aspira, pero no alcanza; desea y no se satisface; inquiere, pero no
tiene respuesta; procura encontrar sentido a su existencia, pero no lo halla.
Aun sus esfuerzos religiosos no logran acercarlo a Dios. Por ser pecador no
arrepentido, se queda corto de la gloria de Dios (Romanos 3.23).
Segundo, el ser humano vive para recuperar su imagen divina distor-
sionada. Lo intenta despreciando y sometiendo a aflicción su cuerpo. Cree
que con la mortificación de la carne logrará liberar al espíritu. Pero lejos de
sacrificar la carne negando sus apetitos y deseos naturales, es necesario pre-
sentarla en sacrificio vivo a Dios, lo cual significa obediencia a su voluntad.
El desafío bíblico no es castigar al cuerpo, sino que, tomando en cuenta la
misericordia de Dios y en adoración espiritual ofrezcamos nuestros cuer-
pos 'como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios' (Romanos 12.1).
El ser humano pecador también intenta recuperar su imagen perdida
restringiendo su mente y forzando su espíritu a la búsqueda de Dios. Cree
que con la religión, la metafísica, la meditación, el misticismo y otros
recursos mentales y espirituales logrará liberar su yo. Pero lejos de limitar
la mente y el Espíritu es necesario rendirlos al señorío de Cristo, quien es el
único que puede someter todos los pensamientos desordenados y romper
las cadenas que oprimen al espíritu.
Tercero, el ser humano sólo puede llegar a ser quien debe ser en Cristo.
En la medida en que Cristo sea el Señor de tu vida, podrás ser verdadera-
mente libre del dominio de la carne, el mundo, y Satanás. En la medida
en que Cristo sea glorificado en tu cuerpo, te verás libre del imperio de la
carne (Romanos 6.11-18). En la medida en que Cristo sea glorificado en
tu mente, podrás tener la mente de Cristo (2 Corintios 10.3-5; 1 Corintios
2.16). En la medida en que Cristo llene tu espíritu, podrás experimentar los
ríos de agua vida que fluyan de tu ser interior (Juan 7.38).
Sólo en Cristo y a través de él, el ser humano puede alcanzar su destino
más sublime en la vida, y una victoria completa sobre sus enemigos: la
carne, el mllndo y Satanás. La carne o el mal que mora en nuestra natu-
raleza humana como consecuencia del pecado, es el primer enemigo que
confrontamos en la guerra espiritual. Nos traiciona, y a través de la acción
Oración y guerra espirutuall 211

de Satanás, derrota nuestras mejores intenciones y desvía nuestros más


altos propósitos. El secreto de la victoria sobre la carne es crucificarla junto
con Cristo, es decir, colocarla bajo su control redentor absoluto. El após-
tol Pablo había aprendido esto en su experiencia personal. Por eso puede
decir con autoridad: 'He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino
que Cristo vive en mÍ. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en
el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí' (Gálatas 2.20). La vic-
toria sobre el pecado en la carne está en un total rendimiento en confianza
y obediencia a Aquel que, tentado en todo al igual que nosotros, fue sin
pecado (Hebreos 4.15).
Cuarto, el ser humano liberado por Cristo encuentra poder en la ora-
ción para someter su carne al señorío de su Redentor. La victoria sobre
el yo carnal es la que le da poder en la oración. A través de una vida de
obediencia, fe y oración, el creyente es más que vencedor a través de Cristo
(Romanos 8.37). Sabemos que nuestro cuerpo mortal y corruptible será
purificado, glorificado e inmortalizado por el poder de Cristo (1 Corintios
15.53-54). Sabemos también que en razón de que él vive, nosotros también
viviremos con él (1 Corintios 15.20-23). Y, además, sabemos que en razón
de que él triunfó sobre la carne y la muerte, por su poder nosotros también
podemos ser victoriosos (Hebreos 4.15; Judas 24-25).
Oración y mundo
Santiago levanta una pregunta que deberíamos tomar muy en serio: '¿No
saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?' Y hace una
afirmación igualmente importante: 'Si alguien quiere ser amigo del mundo
se vuelve enemigo de Dios' (Santiago 4-4). Ser amigo del mundo significa
ser enemigo de Dios; las dos lealtades son completamente irreconciliables.
No es posible dividir los afectos ni la lealtad (Mateo 6.24). Amar aquello
que se opone a la voluntad divina (mundo) nos constituye en enemigos de
Dios, mientras que vivir conforme a la voluntad de Dios nos hace enemi-
gos del mundo (Juan 15.19).
Pablo A. Deiros: Para Santiago, 'el mundo' es la humanidad
aparte de Dios, no simplemente la gente indiferente a él,
sino activamente opuesta a él. Por lo tanto, no puede haber
compromiso alguno con el mundo: el discipulado y la entrega
a Cristo significan el repudio del mundo y sus valores. 8

El mundo como enemigo del cristiano


El mundo o el mal que domina el medio ambiente en el que nos desen-
volvemos como consecuencia del pecado, es el segundo enemigo que
confrontamos en la guerra espiritual. El ser humano no sólo confronta
el mal en su propia naturaleza, sino que vive en un mundo de personas,
instituciones, valores y costumbres que es indiferente, rebelde u opuesto
212 I La oración de poder
a la voluntad de Dios. El mundo está en oposición pasiva o activa a Dios
y su Palabra, y sus manifestaciones están en desarmonía con la voluntad
de Dios. Juan A. Mackay nos aclara: 'Por mundo queremos decir el orden
secular, la sociedad humana considerada como completa y encerrada en
sí misma:
Este elemento pecaminoso de la sociedad es el responsable de los bajos
valores morales y las prácticas y modas impías que dominan y saturan la
así llamada 'civilización occidental y cristiana: El mundo (orden social
opuesto a la voluntad de Dios) es lo que domina nuestro mundo (conjunto
cultural y social de la humanidad). El apóstol Juan lo describe en estos
términos: 'Nada de lo que hay en el mundo -los malos deseos del cuerpo,
la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida- proviene del Padre sino
del mundo. El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre' (1 Juan 2.16-17).
Pablo A. Deiros: La devoción al mundo significa enemistad
contra Dios. La vinculación íntima con el mundo y su sistema
de valores es un verdadero adulterio espiritual. Así califica la
Biblia el alejamiento del pueblo de Israel del cuidado amoroso
de Dios. Dios les había advertido sobre la infidelidad (Éxodo
34.12). Pero el pueblo terminó siendo infiel a Dios (Jeremías
3.20). Dios quiere la fidelidad total de sus hijos y de su iglesia.
No hay otra alternativa posible. ¿Qué pensaría usted si su esposa
o esposo le fuese fiel sólo el 85% de su tiempo? El creyente debe
vivir en un santo desapego de los valores, prácticas y estilos de
vida imperantes en el mundo no redimido. Es cierto que estamos
en el mundo, y Jesús vivió bien insertado en la realidad de sus
días (Lucas 15.2). Pero no debemos enamorarnos del mundo
ofreciéndole nuestra lealtad yamistad. 9

Ejercicio 62. El mundo.

Colocar el palaje que corresponda:


El mundo es vano: ______________________
El mundo es ~asajero: ____________________
El mundo es ~nemigo de Dios: __________________
El mundo quita el amor del Padre: _________________
El mundo está dominado por Satanás: ________________
Pasjes: Eclesiastés 2.11 Efesios 2.2 Santiago 4-4
1 Juan 2.15 1 Juan 2.17
Oración y guerra espirutual1213

El mundo nos seduce, y a través de la acción de Satanás, nos hace cómpli-


ces de sus propósitos de destrucción de la sociedad. En consecuencia, el
mundo es enemigo de Cristo y, consiguientemente, de todo seguidor leal
suyo. Ningún fiel creyente puede pretender refugiarse en una neutralidad
cobarde, en tanto exista este estado de guerra espiritual y conflicto entre el
mundo y Cristo. El creyente no tiene otra alternativa más que o vencer al
mundo o ser vencido por él. Si vence al mundo, vivirá una vida cristiana
victoriosa, llena de fe y con poder y autoridad en la oración. Si es derro-
tado por el mundo, vivirá una vida cristiana derrotada, sin paz ni poder
en la oración.
El cristiano debe vivir separado del mundo
Separación del mundo no significa aislamiento físico (lo cual es imposible
e inconveniente), sino un desapego en términos de motivaciones, prácticas
y propósitos en la vida. Jesús estuvo en contacto con la gente, la sociedad
y la cultura, pero sin contaminarse con el mundo (Hebreos 7.26). Como
discípulos de Jesús, somos llamados a estar en el mundo, ir al mundo a
predicar el evangelio, amar a las personas de todo el mundo, pero a renun-
ciar, repudiar, rechazar, combatir y redimir al mundo pecador. Estamos en
el mundo, pero no somos del mundo. Es el mundo donde debemos cumplir
nuestra misión, sin identificarnos con sus valores ni motivaciones. Esta-
mos en el mundo, pero somos ciudadanos del reino de Dios, y nuestros
valores son los valores del reino con el que estamos comprometidos.
Separación del mundo sí significa la separación de cualquier complici-
dad o compromiso con el pecado en todas sus formas. Pablo cita a Isaías
52.11 en su amonestación de 2 Corintios 6.17: 'Salgan de en medio de ellos
y apártense. No toquen nada impuro, y yo los recibiré: Tan radical debe
ser esta separación. Además, es también la separación de la práctica de
aquellas cosas que, si bien relativamente inofensivas en sí mismas, rom-
pen nuestra comunión con Dios, disminuyen nuestra influencia cristiana,
y obstaculizan nuestro poder en la oración.
Para esta separación del mundo, nuestra guía es triple. Primero, conta-
mos con la Palabra de Dios, que nos ofrece su consejo y dirección. Segundo,
contamos con el Espíritu Santo, que dirige nuestro juicio y discernimiento.
y tercero, contamos con la experiencia personal, que nos dice qué debe-
mos evitar y de qué debemos alejarnos. Dentro y fuera de los caminos que
son comunes a todos los seres humanos está el camino de la obediencia, el
poder, la paz y la victoria del cristiano.
Separación del mundo significa también separación para Dios. La posi-
ción del creyente no es negativa, sino positiva. Desde esta perspectiva ven-
tajosa de conformidad con la voluntad de Dios en su propia vida, el creyente
no sólo mantiene su posición, sino que avanza y gana victorias espirituales
contundentes. El secreto de la victoria sobre el mundo es también la cruz de
Cristo y la obediencia al Seí1or. Por eso el apóstol Pablo afirma: 'En cuanto
2141 La oración de poder

a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro


Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para
el mundo' (Gálatas 6.14). A medida que se concreta la obediencia al señorío
de Cristo en su vida, el creyente ora y Dios le da la victoria.

Oración y Satanás
La advertencia de Pedro es bien dramática: 'Practiquen el dominio propio
y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, bus-
cando a quién devorar' (¡ Pedr05.8-9). Satanás o el príncipe de las tinieblas
y sus huestes, es el tercer enemigo que confrontamos en la guerra espiritual.
Detrás del mundo y sus deseos, y de la carne y sus debilidades, está el hecho
de la existencia de un ser horrible y siniestro: Satanás. Sus tácticas son arte-
ras y las más de las veces subrepticias. En pocas ocasiones sus ataques son
frontales y más bien su peligrosidad consiste en su extraordinaria capacidad
para mentir, engañar y disfrazarse de ángel de luz. Sobre todas las cosas, su
arma preferida es el temor y su estrategia por excelencia el engaño.
Satanás, el enemigo
Creado por Dios como un ser celestial, Satanás perdió su primer estado de
honor y privilegio al rebelarse en contra de su Creador. En su rebeldía, esta
criatura diabólica se ha propuesto destruir la corona de la creación de Dios,
que es el ser humano. En su lucha contra Dios, ha ganado el control de la
voluntad humana al tentar al ser humano para que peque en contra de Dios,
se rebele contra su voluntad y se alíe de este modo a su propia desobedien-
cia. El diablo se ha aprovechado de la debilidad de la carne humana, para
usarla como medio a través del cual controlar los pensamientos, palabras
y acciones de los seres humanos. A través de personas impías ha logrado
organizar y controlar la vida del mundo y ponerla a su servicio.
Si bien Satanás ha sido derrotado por Cristo y su sentencia ya está pro-
nunciada, todavía sigue intentando todo lo posible por destruir cuanto
puede de la creación de Dios, inclusive el ser humano mismo. El día de su
condenación está demorado por el amor de Dios, que quiere que todos los
seres humanos tengan la oportunidad de volverse de su poder diabólico y
se sometan al señorío de Cristo. Dios quiere que los seres humanos sean
liberados de compartir el destino preparado para el diablo y sus ángeles
(Mateo 25.41).
Francisco Fenelon (1671-1715): Haz, Señor, que, cuando el espíritu
seductor me llame, o por la sensualidad, o por la curiosidad, o
por la vanidad, que yo no sea más perturbado que tú lo fuiste en
el desierto ... Graba viva y profundamente en lo más hondo de mi
corazón aquellas verdades por las cuales disipaste la vanidad del
maligno: 'al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás: Amén.
Oración y guerra espirutual 1215

Ejercicio 63. El poder de Satanás.


la Biblia describe de diversas maneras el poder de Satanás.
Indicar el pasaje bíblico que corresponda:
le es permitido afligir a los justos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Afirma poseer autoridad sobre el mundo: ______________
Tiene bajo su dominio a los pecadores: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Ciega el entendimiento de los incrédulos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Contiende con los santos: ____________________
Inspira milagros falsos: ____________________
Pasajes: Lucas 4.6 2 Corintios 4.3-4 Job 1.12
Hechos 26.18 Efesios 6.12 2 Tesalonicenses 2.9

Satanás ataca
Satanás ataca con la bravura de un león o la sutileza de una serpiente,
según lo demanden las circunstancias. La Biblia describe a Satanás como
un león rugiente (¡ Pedro 5.8-9). El temor que inspira es un arma suya muy
poderosa. Sólo se lo puede neutralizar siendo sobrio, velando y llenando
nuestra vida con el amor de Dios. Juan afirma que 'el amor perfecto echa
fuera el temor' (1 Juan 4.18). La Biblia también describe a Satanás como
una serpiente astuta (Génesis 3.1). El engaño que produce es muy sutil y
fácil de aceptar. Como les dice Pablo a los creyentes de Corinto: 'Me temo
que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos
de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo'
(2 Corintios 11.3).
Con su engaño y seducción, Satanás enceguece a las personas para que
no vean la verdad espiritual ni reconozcan el error (Hechos 26.18; 2 Corin-
tios 4-4). De este modo, se presenta como defensor de la justicia y de la
verdad. Establece a sus seguidores como líderes religiosos y morales, con
el mismo uniforme de los soldados de la cruz, a fin de pervertir la Palabra
de Dios, desacreditar su autoridad y arrojar dudas sobre sus enseñanzas.
Imita los milagros del Señor y las señales, prodigios y maravillas que obra
el Espíritu Santo, para escandalizar a los creyentes y confundir a los incré-
dulos. Sólo bajo la guía del Espíritu se puede discernir su presencia y lleno
de la verdad de Dios es posible contrarrestar sus mentiras.
Un arma poderosa de Satanás en su ataque como león o como serpiente
es la tentación al pecado. La Biblia declara que Satanás es el autor de toda
2161 La oración de poder

tentación. La historia de Israel registra que 'Satanás conspiró contra Israel


e indujo a David a hacer un censo del pueblo' que estaba en contra de la
voluntad de Dios (1 Crónicas 21.1). Jesús mismo tuvo que confrontar la ten-
tación satánica en varias ocasiones, pero especialmente cuando el Espíritu
lo llevó 'al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación' (Mateo 4.1).
Pablo tuvo que enviar a Timoteo a Tesalónica para corregir una posible
situación de conflicto y a indagar acerca de la fe de ellos. Su temor era que
'el tentador los hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo
hubiera sido en vano' (1 Tesalonicenses 3.5).

Ejercicio 64. La tentación es un arma poderosa de Satanás.


Completar el siguiente bosquejo con pasajes bíblicos.
La lista de pasajes no es completa. Se pueden agregar otros.
1. Sus tentaciones vienen a través de diversas áreas.
Nuestros apetitos naturales: _______~____________
Nuestro orgullo intelectual: ___________________
Nuestra concupiscencia: _____________________
2. Sus tentaciones vienen de diversas formas.
Nos tienta puntualmente a desobedecer: _______________
Nos tienta de manera persistente en una cosa: ______________
Nos impide hacer la obra que deseamos para el Señor: ____________
Nos aflige pretendiendo debilitarnos: ________________
Nos ata: ________________________
Nos oprime: ________________________
Pasajes: 1 Corintios 1.21 Romanos 1.22 Génesis 3.6
1 Juan 2.16 Santiago 1.13-14 1 Tesalonicenses 2.18 2 Corintios 12.]

El cristiano contra ataca


El creyente debe hacer frente a Satanás y combatirlo en oración. Para ello,
en primer lugar, debemos asumir una actitud correcta frente al enemigo.
No debemos subestimar el poder de Satanás ni tratar de resistirlo con
nuestras propias fuerzas. Tampoco debemos sobreestimarlo y permitir
que nos engañe haciéndonos pensar que es imposible derrotarlo. Si bien
Satanás tiene todavía mucho poder en este mundo, su poder para tocar a
Oración y guerra espirutual1217
los hijos de Dios es limitado. Dios no le va a permitir jamás ir más allá de
lo que sea necesario para probar y disciplinar a sus hijos. Como dice Corrie
ten Boom: 'Es una necedad subestimar el poder de Satanás, pero es fatal
sobreestimarlo.'
En segundo lugar, debemos asumir una actitud correcta hacia noso-
tros mismos. La salvación del creyente auténtico es segura aun cuando
peque, pierda su testimonio, no tenga paz o carezca de poder en la oración.
Cuando esto ocurre, el creyente debe arrepentirse, volver a la obediencia y
reestablecer su comunión con Dios en oración. Satanás podrá demorar la
oración del cristiano, pero jamás podrá impedir que Dios le responda.
Martín Lutero: Una vez vino a mí el diablo y me dijo: 'Martín
Lutero, tú eres un gran pecador y serás de cierto condenado.'
'¡Párate, párate!'-le contesté-'cada cosa a su tiempo. Es verdad
que lo soy, aunque tú no tienes derecho a decírmelo. ¿Qué más?'
'Pues ... que serás condenado' -me replicó el maligno. 'No sabes
razonar bien. Es verdad que yo soy un gran pecador, pero escrito
está: Jesús vino a salvar a los pecadores, por lo tanto yo soy salvo
porque le he creído y le he aceptado.' El diablo no pudo seguir la
discusión, rabioso porque no pudo vencerme con su acusación.
En tercer lugar, debemos asumir la victoria que nos pertenece en Cristo.
El secreto de la victoria sobre Satanás y los demonios es la cruz de Cristo.
Pablo afirma: ~ntes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos
en sus pecados. Sin embargo, Dios nos dio vida en unión con Cristo, al
perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que nos era adversa, cla-
vándola en la cruz. Desarmó a los poderes y a las potestades, y por medio
de Cristo los humilló en público al exhibirlos en su desfile triunfal' (Colo-
senses 2.13-15). Satanás y sus demonios nos atacan permanentemente, pero
podemos resistirlos, atarlos, echarlos, vencerlos y quitarles autoridad en el
nombre de Jesús.

Ejercicio «Ss. los deberes del cristiano.


Utilizando una concordancia, fundamentar bíblicamente las siguientes afirmaciones:
los cristianos tenemos el deber de ...
Resistir a Satanás y a sus demonios: _________________
Atar a Satanás y a sus demonios: _________________
Echar a Satanás y a sus demonios: _________________
Vencer a Satanás y a sus demonios: _________________
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2181 La oración de poder

Oración y victoria
En Efesios 4.8, el apóstol Pablo cita el Salmo 68.18 y lo aplica a la victoria
de Cristo sobre todos sus enemigos, una vez completada su obra redentora:
'Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los
hombres: En el Salmo 68.18, Dios es presentado como un conquistador
que marcha a las puertas y que toma tributo de una ciudad que ha caído
bajo su poder. Pablo utiliza ese cuadro para enseñar que Cristo, en su cru-
cifixión y por su resurrección, ha resultado victorioso sobre Satanás. Él
conquistó a los que nos conquistaron. Jesús es Señor, y él está sentado a la
diestra del trono de Dios, reinando 'muy por encima de todo gobierno y
autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque,
no sólo en este mundo sino también en el venidero' (Efesios 1.21). Dios ha
colocado todas las cosas debajo de sus pies, y Cristo nos ha transferido su
autoridad para que lo representemos en la tierra.
Es por esto que, cuando Cristo ascendió a los cielos, él dio dones a la
iglesia, algunos de los cuales Pablo discute en Efesios 4.11-13. Es el Cristo
victorioso el que reparte el botín conquistado con generosidad, haciendo
partícipes a sus seguidores de la victoria conquistada. La oración es el
medio por el cual nos apropiamos de su victoria. La oración nos hace par-
tícipes del triunfo de Cristo sobre Satanás y sus huestes, y nos abre las
puertas para recibir de nuestro Señor victorioso los despojos de su con-
quista. Como señala F. J. Huegel: 'La victoria ... a veces es alcanzada silen-
ciosamente sobre las rodillas de quien ora: 1O
Gary D. Kinnaman: Sobre el fundamento de su obra terminada
y autoridad espiritual ilimitada, Jesús construirá su Iglesia. Fue
el propósito eterno de Dios 'que la sabiduría de Dios, en toda su
diversidad, se dé a conocer ahora [en esta edad, sobre la tierra],
por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones
celestiales' (Efesios 3.10). En anticipación de su victoria completa,
Jesús proclamó que las puertas del Hades no prevalecerían o
quedarían en pie contra la Iglesia (Mateo 16.18). Las puertas de
las ciudades antiguas eran puntos de entrada al corazón y vida
del pueblo que vivía en ellas. Era también común que los padres
de la ciudad condujesen sus negocios y legislaran en las puertas.
Las puertas, entonces, asumieron una especie de significado
simbólico de modo que las 'puertas del reino de la muerte' deben
ser entendidas como la autoridad y consejo del dominio de las
tinieblas. En otras palabras, los propósitos de Dios prevalecerán
sobre los propósitos del diablo, y Dios cumplirá su plan a través
de la Iglesia. 11
Oración y guerra espirutual1219

Un Señor victorioso
Nuestro Salvador es el gran Señor victorioso sobre todas las cosas. Él no
está arrinconado suplicando a sus discípulos que corran en su ayuda y sal-
ven su causa de las manos de sus enemigos (Hebreos 2.9-18). Él se ha con-
frontado con esos enemigos en un solo combate final y ha triunfado sobre
ellos de manera gloriosa en la cruz. Él fue tentado en todo como nosotros,
pero sin pecado. Por eso, Satanás no puede acusarlo de nada.
Nuestro Señor es el gran Señor victorioso porque ha tenido una victo-
ria completa sobre la carne, el mundo y Satanás. Él ha triunfado sobre la
carne. Su muerte y resurrección son señal de su victoria. En consecuencia,
él puede no sólo darnos el don de la salvación y la vida eterna, sino tam-
bién victoria sobre las tentaciones de la carne e impartirnos la paz que
sobrepasa todo entendimiento. Él también ha triunfado sobre el mundo.
Él mismo afirma: 'En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense!
Yo he vencido al mundo' (Juan 16.33). La fe en él y su obra redentora es la
que vence al mundo (1 Juan 5-4). En consecuencia, él puede ayudarnos a
confrontar las tentaciones del mundo. Pero, además, él ha triunfado sobre
Satanás. En la cruz, él lo ha sentenciado y allí pronunció su condena. En
este tiempo de gracia, entre la sentencia y su ejecución, la oferta de perdón
a través de Cristo Jesús está abierta a todo el que quiera aceptarla.
Un enemigo derrotado
Nuestro enemigo, Satanás, está derrotado en todos los campos de batalla.
La causa de Satanás está perdida, pero él apela a todos los recursos para
impedir que las personas acepten el perdón de Cristo. Cuando no puede
lograr esto, hace todo lo posible para impedir que los creyentes puedan
ganar a otros para el reino de Dios. Pero aun el cristiano más derrotado,
aunque esté acosado por todos los flancos, sigue estando del lado de la
victoria y puede clamar a su Señor, levantarse cuando cae, y disfrutar de la
victoria que Cristo ha logrado para él (Romanos 6.6-14).
Si bien Cristo ya está glorificado y es el vencedor triunfante, él espera
con infinito amor y paciencia que voluntariamente lo entronicemos en
nuestros corazones y vidas como Señor victorioso. Cuando el último ser
humano sobre la tierra haya hecho esto y voluntariamente lo haya acep-
tado y reconocido como Señor, el número de los elegidos se completará.
Cuando el número de los elegidos se complete, entonces el Señor regresará
y completará la obra de restauración del orden, la paz y la armonía del uni-
verso. Como dice Pablo: 'Porque plenamente y sin demora el Señor cum-
plirá su sentencia en la tierra' (Romanos 9.28). Nuestras vidas obedientes,
nuestro servicio fiel y nuestras oraciones fervientes adelantan la venida de
su reino.
220 ¡la oración de poder

Ejercicio c5c5. La lucha.


Formar grupos de seis miembros ydiscutir lo siguiente por algunos minutos:
1. ¿Cuál es la diferencia entre liberación y exorcismo?
2. ¿Cuál es la diferencia entre demonización y posesión?
3. Según el Nuevo Testamento, ¿cuáles son las mejores expresiones?

Tomás de Kempis (siglo XIV): Señor, Dios mío, que me criaste a


tu imagen y semejanza, concédenos esa gracia que declaraste ser
tan grande y necesaria para la salvación, a fin de que yo pueda
vencer mi corrompida naturaleza, que me arrastra a los pecados
ya la perdición. Pues yo siento en mi carne la ley del pecado,
que resiste a la ley de mi espíritu y me lleva cautivo a obedecer a
la sensualidad en muchas cosas; ni puedo resistir a sus pasiones,
si no me asiste tu santísima gracia, eficazmente infundida en mi
corazón. ¡Oh beatísima gracia, que haces al pobre de espíritu
rico en virtudes, y al rico en lo temporal le vuelves humilde de
corazón; ven, desciende a mí y lléname pronto de tu consolación,
para que mi alma no desmaye de cansancio y de sequedad!
T.r•• 34. Oración yconflicto.
En base a2Timoteo 2.1-4; 12-13, preparar un estudio bíblico
en el que se indique no menos de tres características del buen soldado de Jesucristo.

.............. ... ,;,:..


' , .. .,...~... "-,.. ,..... .
~ {':,.,

1 T.r•• 35. El cristiano hace de la oración un arma de guerra.


1 La Biblia contiene hermosas promesas de victoria espiritual,

I
cuando el creyente se mantiene en oración de guerra.
Colocar los pasajes bíblicos que correspondan.
1. Victoria sobre las influencias malignas de los hombres: ___________
2. Victoria sobre las fuerzas espirituales de maldad: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
J. Victoria sobre las aflicciones más severas: ______________ _

4. Victoria sobre las atracciones del mundo: _______________


s. Victoria sobre todos los poderes satánicos: ___ ___________
P.saj.s: Romanos 8.35-37 Apocalipsis 15.2 Salm044.5
Malaquías 4.3 Lucas 10.19 2Corintios 2.14
1Juan 5.4 1Corintios 10,4
222 ¡la oración de poder

Tarea 36. Oración ycarne.


Recortar cinco artículos de una revista o periódico que ilustren las obras de la carne (ver Gálatas
5.19-21), pegarlos en el Cuaderno de Tareas yredactar un breve párrafo explicativo de cada obra
de la naturaleza pecaminosa.

Tare. 37. Oración y mundo.


El mundo es enemigo del cristiano yes peligroso.
Anotar los pasajes bíblicos que fundamentan las afirmaciones indicadas:
1. El mundo es peligroso porque destruye la influencia de la verdad.

2. El mundo es peligroso porque engaña a las personas llevándolas a un estado de


seguridad falsa.

3. El mundo es peligroso porque hace que los afanes terrenales dominen la vida.

4. El mundo es peligroso porque moldea las actividades ylos planes de la vida.

5. El mundo es peligroso porque lleva a la apostasía.

Pasajes: 1 Corintios 7.32-33 Mateo 13.22 Efesios 2.2


Santiago 5.5 2 Timoteo 4.10 Mateo 24.38-39
Oración y guerra espirutual1223

Tarea )8. Oración ySatanás.


la Biblia describe con claridad la obra perversa de Satanás.
Sopa de pasajes bíblicos. Colocar las citas bajo el título que mejor les corresponda:
4 Pasajes: Génesis M-S 1Crónicas 21.1 Job 1.9-11
Mateo 13.19
!, Job 2.7
Mateo13.38-39
lacarías 3.1
lucas 9.42
Mateo 4.1-3
lucas 13.16 Juan 8.44
~ Efesios 2.2
< Juan 13.2 Hechos S.3 2Corintios 12.7
j 1Tesalonicenses 2.18 1Pedro S.8 Apocalipsis 2.10
1. Tentar a Cristo:
J
'~ 2. Arruinar el alma y el cuerpo:
::: ). Hacer presa de los seres humanos:
j
.~ 4. Causar enfermedades:
5. Tentar al desobediente:

1 e.Mentir:
ij 7. Sembrar la cizaña:
~ 8. Calumniar a los santos:

l
:!

.~
v. Sacar la buena semilla:
10. Oponerse a los justos:

i n.lncitar a las personas al pecado:


\., . 1$0 ¿LLtAL: ' ; lit j . IJJ ; I ' ;¡i ... L•. ' # .. .xxx K
2241 La oración de poder

Tarea 39. Oración y victoria.


El Nuevo Testamento está lleno de relatos de liberación llevados acabo por Jesús ysus
discípulos.
Buscar yanotar los pasajes bíblicos correspondientes:
Jesús
1. El hombre que tenía un espíritu inmundo en Capernaum: _ _ _ _ _ _ _ _ __
2. El endemoniado ciego y mudo que le fue traído: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. El endemoniado gadareno: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

4. La hija de la mujer cananea: __________________


$. El muchacho lunático: ____________________
6. La mujer qlJe tenía espíritu de enfermedad: ______________

Los discípulos
1. La misión de los Doce: ____________________
2. la misión de los Setenta: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
3. Felipe en Samaria: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

4. Pablo en Filipos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

$. Pablo en Éfeso: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
6. Pedro en J~rusalén:
El gran misionero Adoniram Judson, señaló en cierta
oportunidad: "Uno de los siete sabios de Grecia decía: 'Nada es imposible
para el ingenio: Cambiemos la palabra ingenio por oración perseverante,
y el lema será más cristiano y más universalmente válido:' Hay consenso
universal entre los cristianos en considerar la práctica de la oración como
el elemento fundamental en el cumplimiento de la misión de la iglesia.
A lo largo de los siglos, los creyentes hemos desarrollado las más diversas
estrategias a fin de dar cumplimiento con la tarea de proclamar el reino
de Dios en el mundo, conforme el mandato del Señor. Sin embargo, todos
estos caminos han tenido a la oración como el factor necesario para su
efectiva realización.
Los padres de nuestra fe evangélica fueron hombres y mujeres de ora-
ción. Su ministerio alcanzó relevancia y tuvo un gran impacto en sus días,
porque ellos supieron colocar a la oración como el germen y motivación
de sus acciones. En este sentido, son bien apropiadas aquí las palabras de
Karl Barth en relación con los grandes reformadores del siglo XVI. Dice
él: 'La Reforma se nos presenta como un gran conjunto: una gran labor
que comprende estudios, pensamiento, predicación, discusión, combates,
organización. Pero fue más que eso. Por lo que sabemos, fue también un
constante acto de oración, una invocación y, añadamos, una acción de los
hombres, de ciertos hombres, al mismo tiempo que una respuesta de parte
de Dios: l
No obstante, todo creyente sabe muy bien, por experiencia personal,
que la práctica de la oración no es tan sencilla ni fácil. Junto con las dificul-
tades para encontrar el tiempo oportuno y el lugar adecuado, se agregan
cosas más complicadas como la voluntad de orar y el saber hacerlo con
226 I La oración de poder
efectividad. No es extraño que uno de los pedidos más importantes que
los seguidores de Jesús le hayan hecho jamás fuese 'Señor, enséñanos a
orar' (Lucas 11.1). Y, por cierto, que Jesús respondió a este ruego de manera
maravillosa, y lo sigue haciendo toda vez que nos acercamos a él con el
mismo pedido.
La iglesia hoy en América Latina necesita desesperadamente aprender
a orar y a desarrollar una práctica efectiva de la oración, como instru-
mento fundamental para el completamiento de la misión que el Sei'lor nos
ha asignado. Si hoy hacemos nuestro el ruego de los primeros discípulos,
podemos tener la plena seguridad de que él va a respondernos de la misma
manera. Y podemos acercarnos confiadamente a su trono de gracia con
esta petición, con la certeza absoluta de que 'si pedimos conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oracio-
nes, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido'
(1 Juan 5.14-15).
En este capítulo repasaremos, a modo de conclusión, algunas de las
cuestiones que hemos estado considerando en los capítulos anteriores.
Así, pues, prestaremos atención a algunos asuntos relacionados con nues-
tra oración, tales como la voluntad, el tiempo, el lugar, la preparación, la
actitud, los motivos y los resultados de la oración de poder.

La voluntad
La voluntad personal ocupa un lugar muy importante entre los elementos
humanos fundamentales ligados a la expresión plena del reino de Dios. Tal
como Jesús mismo lo enseñó, 'todo el que me oye estas palabras y las pone
en práctica es como un hombre prudente' (Mateo 7.24). Ya continuación,
presentó una de sus parábolas más conocidas, para ilustrar la diferencia
entre el prudente y el insensato (Mateo 7-24-27). No obstante, si bien la
prudencia es el punto central de la parábola, el foco de la enseñanza de
Jesús en todo el párrafo está puesto en la obediencia ('todo el que me oye
estas palabras y las pone en práctica, v. 24). La voluntad de hacer la volun-
tad de Dios en la vida es el primer paso más importante para caminar en
el reino.
De todas las cosas que podemos hacer en respuesta obediente a la
voluntad de Dios, ninguna es tan relevante, desde un punto de vista misio-
nológico, como la oración. La oración de poder es el medio por el cual
sintonizamos nuestra voluntad con la voluntad soberana de Dios, y expre-
samos nuestra disposición de obedecerlo. Ahora, hay tres problemas que
pueden neutralizar la voluntad de llevar una vida de oración de poder.
El peligro del intelectualismo
Un conocimiento meramente intelectual de las enseñanzas de la Biblia
sobre la oración puede ser de muy poco valor práctico para el creyente.
Hasta que nuestro conocimiento bíblico sobre la oración no es llevado a
La práctica de la oración 1227

la práctica no sirve para nada. Hasta que no se establece el hábito siste-


mático de la oración diaria en la vida de! Cíeyente, su caminar cristiano
será tambaleante. Hasta que la oración no sea una buena práctica más que
buenas intenciones, e! creyente carecerá de ese carácter marcado por e!
vigor espiritual, que es peculiar de la vida cristiana abundante. Hasta que el
creyente no viva una vida de oración no podrá conocer, en su experiencia
personal, la fuerza de la promesa del Señor: 'Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá'
(Juan lS.7).

Ejercicio 67. La obediencia.


Trazar líneas uniendo lo que corresponda:
Obediencia y amor aJesús Lucas 6.46
Obediencia yamor a Dios Juan 15.10-11
Obediencia y señorío de Cristo 1 Juan 3.24

Obediencia y alegría de Jesús 1 Juan 5.3

Obediencia y permanencia en Dios Juan 14.24

Depende totalmente de nosotros que nuestra vida de oración quede redu-


cida a un plano superficial o meramente intelectual. Si nuestros hábitos
devocionales quedan reducidos a una rutina aburrida, una práctica oca-
sional, o un ejercicio circunstancial, entonces es una cuestión de elección
personal. La oración no es una cuestión de herencia natural, si bien nadie
puede negar que una cuna piadosa sea una gran bendición. Pero la vida de
oración tiene que ver más con nuestra herencia espiritual como hijos de
Dios, y no con ningún tipo de herencia humana por piadosa que sea. La
oración tampoco es una cuestión de medio ambiente, si bien un contexto
espiritual ayuda mejor al desarrollo de una vida de oración. El cristiano
crea su propio medio ambiente y lo prepara para que sea un contexto ade-
cuado para la oración. Además, la oración no es una cuestión de disposi-
ción del temperamento, si bien una disposición de ánimo positiva favorece
el hábito de la oración. Pero el poder transformador de Dios cambia cual-
quier temperamento.
Si la oración no es cuestión de herencia natural, de medio ambiente, o
de temperamento, esto significa que tenemos la capacidad de elegir vivir
una vida de oración fructífera. En otras palabras, la oración es una cues-
tión del ejercicio consciente de la voluntad propia. Por eso, la práctica de la
oración es un mandamiento, que presupone la capacidad nuestra de obe-
decerlo voluntariamente. Una y otra vez, la Biblia nos indica la oración
2281 La oración de poder

como práctica que el Señor espera de nuestra parte (Mala quías 1.9; Mateo
5.44; 26-41; 1 Tesalonicenses 5.17; Santiago 5.16). Hay, pues, una relación
directa entre oración y obediencia. Juan dice: 'Queridos hermanos, si el
corazón no nos condena, tenemos confianza delante de Dios, y recibimos
todo lo que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos
lo que le agrada. Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de
su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros, pues así lo ha
dispuesto. El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios
en él' (1 Juan 3.21-24)
El peligro del misticismo
Debemos estar en guardia contra toda tendencia hacia un misticismo equi-
vocado, que pueda distanciarnos de la fidelidad al evangelio, y nos aleje de
la realidad de la misión que tenemos que cumplir en el mundo. En parte,
éste fue el problema de los cristianos corintios, que se creían muy espiri-
tuales. Pablo los amonesta, diciendo: 'Me temo que, así como la serpiente
con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados
de un compromiso puro y sincero con Cristo' (2 Corintios 11.3). Debemos
ser muy cuidadosos en no confundir espiritualidad con espiritualismo.
George Arthur Buttrick: A veces la contemplación reúne tal luz
y fuego como para transformarse en un rapto místico -'el vuelo
del que está solo al que está Solo: Esta altura de oración tiene su
precio psicológico; como, por ejemplo, en ese lagar del espíritu
denominado por los místicos como 'la noche oscura del alma:
Hay también peligros morales ... Este rapto puede exaltar tanto
al ser humano que se olvide de la tierra y la carne, que todavía
son términos ordenados de nuestra aventura mortal, el desafío
e instrumento de nuestro espíritu. Puede engañarlo de tal modo
que pierda la compasión, e ignore las necesidades prácticas de
sus prójimos. Puede tentarlo incluso a negociar su patrimonio
de individualidad personal. 2
Un misticismo exagerado o mal entendido puede también distraernos de
nuestra dep endencia de la guía de la Palabra escrita y su aplicación simple
a nuestro "lvir diario. En definitiva, la Biblia es 'la palabra profética más
segura' (2 Pedro 1.19, RVR). Por eso, es el deber y el privilegio de todo hijo
o hija de Dios orar 'la oración eficaz del justo: Y cuando nos damos cuenta
de que nuestra vida de oración debe superar nuestros privilegios, en ese
momento Cristo está listo para guiarnos al conocimiento más pleno y a la
experiencia más rica de la oración contestada.
El peligre del emocionalismo
El creyente no debe esperar a que cambien las circunstancias para comen-
zar una vida de oración. La vida de oración no debe depender de las olas
La práctica de la oración 1229

emocionales, para encontrar impulso y elevarse así a un nivel superior. La


vida de oración no debe depender del contacto con alguna personalidad,
algún gran líder cristiano, que la inspire y anime. El amor del Padre, la gra-
cia del Hijo y el poder del Espíritu Santo son la mejor inspiración para la
oración. El creyente tiene en el Padre a su gran Interlocutor en la oración;
en Cristo a su gran Maestro de oración; y en el Espíritu Santo a su gran
Tutor de oración. Además, tiene en la Palabra de Dios a su gran Libro de
texto para la oración.
Las emociones son parte de nuestra vida y no debemos dejarlas de lado
cuando oramos. Pero no debemos permitir que las emociones se trans-
formen en emocionalismo, es decir, en un fin en sí mismas. No sentir un
sacudón emocional cuando oramos no es indicación de que la oración
es débil, carente de poder o efectividad. Nuestra comunión con el Señor
no es una cuestión de sentimientos o espasmos emocionales. Si así fuera,
sería sumamente inestable, como la mayor parte de nuestros sentimientos
y emociones. Por eso, debemos orar con todo nuestro ser, incluidas nues-
tras emociones, pero no debemos dejar que ningún aspecto particular de
nuestra personalidad se imponga sobre los demás.
Suele ocurrir también que las emociones descontroladas o transforma-
das en un fin en sí mismo nos distraen de un diálogo fluido y rico con
el Señor. Si las emociones están en control, el entendimiento brillará por
su ausencia. Pablo es bien claro en su amonestación a los cristianos de
Corinto, que eran muy afectos a darle rienda suelta a sus emociones. Dis-
cutiendo la oración con el espíritu, muy probablemente expresada en len-
guas angelicales y de profundo contenido emocional, Pablo les anima a
mantener un sano balance: '¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el
espíritu, pero también con el entendimiento' (1 Corintios 14.15).
John White: Nunca es correcto armar artificialmente una especie
de estado fervoroso. Eso es carnal. Sólo puede provocarnos la
derrota. No nos lleva a ninguna parte. El resultado final será
el orgullo espiritual o bien un profundo desánimo. Y aquí
extraemos otro principio. No se aflija cuando no experimente
emociones profundas en la oración. La fe es una actitud de la
voluntad, que expresa: 'Sea que sienta o no que Dios está allí,
sea que sienta o no que él me oye, su Palabra me dice que él
oye y contesta, y yo voy a confiar en eso: 3
El lugar oportuno para orar es 'tu cuarto: el tiempo aceptable es ahora, la
actitud correcta es obediencia y no emoción o entusiasmo ficticio. El Señor
nos sale al encuentro justo donde nos encontramos y tal como nos encon-
tramos: frágiles, débiles, ineficientes en la fe. Pero si le permitimos, él con
infinita paciencia, con amor tierno, nos enseñará día por día las lecciones
de fe que transformen nuestras vidas y las vidas de aquellos con quienes
entremos en contacto (Lucas 11.19).
230 I La oración de poder

Ejercicio 68. La Biblia se refiere a la oración destacando que ...


Anotar los pasajes bíblicos que correspondan:
1. Su práctica es muy antigua: ___________________
2. Todos los seres humanos la practican: ________________
3. El Espíritu Santo ayuda a practicarla: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4. Su práctica plH los santos es preciosa: ________________
5. Su práctica es como incienso para Dios: ________________

Pasajes: Apocalipsis 5.8 Romanos 8.26-27 Génesis 4.26


Lucas 11.2 Apocalipsis 8.3 Isaías 56.7 Salmo 65.2

El tiempo
Necesitamm un tiempo para nuestra vida de oración. El salmista nos da
su testimonio en cuanto a su vida de oración: "Con todo el corazón clamo
a ti, Señor; respóndeme, y obedeceré tus decretos. A ti clamo: '¡Sálvame!'
Quiero cumplir tus estatutos. Muy de mañana me levanto a pedir ayuda;
en tus palabras he puesto mi esperanza. En toda la noche no pego los ojos,
para meditar en tu promesa. Conforme a tu gran amor, escucha mi voz;
conforme a tus juicios, Señor, dame vida" (Salmo 119.145-149).
Después de la disposición de la voluntad para orar, la segunda cuestión
práctica en cuanto a la oración es la del tiempo que apartamos para ella.
Hace falta tlempo para adquirir la educación que deseamos. Hace falta
tiempo para adquirir destreza en la música y en el arte. Hace falta tiempo y
aplicación para lograr cualquier cosa que valga la pena en la vida. Por eso,
es necesario que dediquemos tiempo a nuestra vida devocional, si es que
esperamos algún progreso en ella. Una vida de poder es una vida de obe-
diencia permanente, que sólo es posible a través de la oración y del cono-
cimiento de la Palabra de Dios. Jesús dedicó tiempo a la oración mientras
estuvo aquí en la tierra, e incluso ahora intercede por nosotros a la diestra
de Dios. Si nuestro Señor estimó necesario dedicar un tiempo especial a
la oración, ¡cuánto más lo necesitamos nosotros! Necesitamos hacer un
lugar en nuestras vidas cotidianas para la práctica de la oración. Los após-
toles entendieron esto a cabalidad, de modo que hicieron de la oración
una práctica regular y a la que dedicaron una abundante cuota de tiempo
(Hechos p)
La práctica de la oración 1231

Andrés Murray: No puede haber una conversación con un Dios


santo, ninguna comunión entre el cielo y la tierra, ningún poder
para la salvación de las almas de otros, a menos que se aparte
mucho tiempo para ello. Así como es necesario para un niño
comer y aprender cada día por muchos años, del mismo modo la
vida de gracia depende enteramente del tiempo que las personas
están dispuestas a dedicarle día por día. 4
Necesitamos un sistema para nuestra vida de oración. El ser humano
naturalmente gana efectividad en sus acciones cuando las sistematiza y las
transforma en hábitos y rutinas. Esto ayuda a ahorrar tiempo, pero tam-
bién libera de la ansiedad de tener que estar tomando decisiones todo el
tiempo. Así como desarrollamos hábitos de alimentación e higiene, debe-
mos desarrollar el hábito de nuestra comunión cotidiana y permanente
con el Señor. Evidentemente, el salmista tenía un sistema bastante orga-
nizado para orar durante el día. Al menos tres veces al día apartaba un
tiempo para orar. 'Pero yo clamaré a Dios, y el Señor me salvará. Maii.ana,
tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha' mo 55.16-17).
Desde la se les ens en las comi-
das y en el en el elementos impor-
tantes para el de sanas. Cualquier
estudiante es una de las cla-
ves para el éxi
en nuestra vid
está sujeta a
así, ¿habría
de proveer de
ritual? Hasta q os apreciar las
palabras del Maestro, cuando dijo: 'El sábado se hizo para el hombre, y no
el hombre para el sábado' (Marcos 2.27).
Necesitamos apartar un tiempo y definir un sistema para nuestra vida
de oración. Daniel había logrado esto y los resultados fueron fantásticos.
En medio de una situación sumamente difícil, Daniel se puso en oración
e hizo lo que hacía regularmente. 'Cuando Daniel se enteró de la publica-
ción del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se
abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar
a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día' (Daniel 6.10). Esto
no es fácil, pues hay muchos obstáculos que vencer. El pecado, la carne, el
mundo y Satanás tratarán de hacer todo lo posible por impedirnos desa-
rrollar la disciplina de una vida de oración regular. Como sei'lala Isaías: 'La
mano del Señor no es corta para salvar, ni es sordo su oído para oír. Son las
iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los
que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar' (Isaías 59.1-2). Además,
recordemos que Satanás tiembla cuando ve a los santos sobre sus rodillas.
2321 La oración de poder

Pero cualquier sacrificio de tiempo y esfuerzo que invirtamos en nues-


tra vida de oración será recompensado mil veces. La promesa del Señor es
para aquellos que prueban ser fieles en su obediencia y vida de oración. Lo
que Isaías dice respecto del día de reposo es aplicable también a la oración:
"Si dejas de profanar el sábado, y no haces negocios en mi día santo; si lla-
mas al sábado 'delicia', y al día santo del Señor, 'honorable'; si te abstienes
de profanarlo, y lo honras no haciendo negocios ni profiriendo palabras
inútiles, entonces hallarás tu gozo en el Señor; sobre las cumbres de la tie-
rra te haré cabalgar, y haré que te deleites en la herencia de tu padre Jacob.
El Señor mismo lo ha dicho" (Isaías 58.13-14 Si hay un corazón dispuesto,
Dios nos capacitará para encontrar el tiempo necesario y el sistema ade-
cuado para la comunión con él. También se aplica a la oración lo que él dice
en relación con la ofrenda del diezmo: 'Pruébenme en esto -dice el Señor
Todopoderoso-, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo
sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde' (Malaquías 3.10).
Harry Emerson Fosdick: El tiempo empleado en la práctica
deliberada de la oración puede ser realmente breve o largo.
Whitefield, el gran compañero de los Wesleys, solía acostarse
todo el día postrado en oración, y Lutero, en las crisis de su vida,
dijo: 'Estoy tan ocupado ahora que si no dedico dos o tres horas
cada día a la oración no podría sobrevivir el día: Pero Spurgeon,
un cristiano tan bueno como ellos, cuando hablaba de la oración
prolongada deCÍa: 'No podría hacerlo ni siquiera si mi eternidad
dependlera de ello. Además, si voy al banco con un cheque, ¡qué
me voy a quedar dando vueltas en las instalaciones cuando ya
cobré el dinero!' La cantidad de tiempo no es la cuestión decisiva
en la oración ... Sin embargo, el mero tiempo, la mera cantidad
es inmaterial. La calidad lo es todo. 5

El lugar
Uno de los hechos más firmemente comprobados es que el desarrollo de
hábitos de conducta es fundamental para una vida humana efectiva. Es
incuestionable que un buen hábito alcanza a afectar todas las esferas de la
vida, incluyen.do la vida espiritual. En el proceso de formación de buenos
hábitos el tiempo ocupa un lugar muy importante, pero en cierto grado
también la cuestión de un lugar determinado es de gran relevancia. Tener
un lugar detoerminado para comer contribuye a nuestro placer, bienestar
y mejor aprovechamiento de los alimentos. De hecho, para satisfacer esta
necesidad tenemos un comedor, una mesa e incluso un determinado lugar
alrededor de la mesa. Todo estudiante conoce bien la ventaja de tener un
lugar de estudio. Su escritorio es su banco de trabajo, y la familiaridad
misma con e.te medio ambiente ayuda a hacer del estudio algo más lleva-
dero yefecti'l;o.
La práctica de la oración 1 233

Cada creyente necesita de un lugar apartado y recogido, que pueda


transformarse en su oratorio o lugar de oración. Por cierto que nadie debe
ser esclavo de un sistema particular ni depender de un lugar en especial.
Pero la adaptación y aplicación práctica de unas pocas reglas de sentido
común pueden resultar en una vida devocional con excelentes resulta-
dos. Si bien es verdad que Jesús anunció, 'se acerca la hora en que ni en
este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre' (Juan 4.21), tam-
bién es cierto que él aconsejó, 'cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto'
(Mateo 6.6).
George Arthur Buttrick: ¿Dónde debemos orar? En un lugar quieto
y privado. Esa fue la propuesta de Jesús . ... El consejo es específico:
el cuarto debe estar alejado de las distracciones, la puerta cerrada
contra el ruido y la oración debe estar tan libre de exteriorizaciones,
como para que sea 'secreta: Jesús mismo, procurando quietud y
sinceridad, a veces oró sobre un monte, bien entrada la noche, o
'muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, ... se fue a un
lugar solitario, donde se puso a orar' (Marcos 1.35).6

i Ejercicio 69. La oración privada ya solas.


Subrayar los pasajes que ilustran la oración privada ya solas:
2 Reyes 4.33 Salmo 5.7 Mateo 6.5
Mateo 14.23 Marcos 1.35

Es bien cierto lo que se dice, que siempre encontramos el tiempo y el lugar


para hacer aquello que realmente queremos hacer. Dios nos dará la sabi-
duría y la capacidad para administrar nuestro tiempo de tal manera que
encontraremos un período de tiempo razonable para dedicar a la oración
y al estudio de la Biblia, para esperar en el Señor y meditar en su Pala-
bra. Con el lugar es exactamente igual. No todos podrán dedicar la primer
hora del día para considerar la Biblia, pero por lo menos pueden establecer
como una regla (hasta que se transforme en un hábito) leer la Palabra antes
de leer cualquier otra cosa y hacerlo en un lugar designado y especial. En
un día de actividad incesante, de tensión nerviosa y de preocupaciones
múltiples necesitamos prestar atención a la sabiduría detrás del manda-
miento del Señor: 'Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios' (Salmo
46.10). La Biblia misma está llena de admoniciones que nos orientan a
hacer una pausa en la jornada de trabajo y ocupaciones, para consultar al
Señor en oración (Josué 1.6-9; Salmo 4.3-5; 37.4-7; 46.10-11; Proverbios
3.6; 1 Tesalonicenses 4.11; 1 Timoteo 4.12-15; 1 Pedro 3-4). Nuestro cuerpo,
I
234 La oración de poder

nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro corazón necesitan de este lugar


de reposo en la presencia del Señor.
La importancia de un lugar definido para la oración está ilustrada,
más elocuentemente que en ninguna otra cosa, en el hecho de que tene-
mos templos, a los que llamamos 'casas de oración: Jesús dijo acerca del
templo: 'Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones'
(Marcos 11.17). Si un auténtico espíritu de oración caracterizara más pro-
fundamente la vida de nuestras comunidades de fe, y la oración fuese una
práctica más diligente en el lugar de los creyentes, las iglesias experimenta-
rían una atmósfera mucho más libre y poderosa. Una iglesia unida, donde
los creyentes tienen su lugar especial y su tiempo indicado para la oración,
es una iglesia que está en mejores condiciones para cumplir con su misión
en el mundo.
La preparación
Uno de los dichos de la Biblia que han adquirido más popularidad en todo
el mundo es aquel que dice: 'El hombre propone y Dios dispone' (Prover-
bios 16.1). A estas palabras habría que agregar aquellas otras que rezan:
'Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán'
(Proverbios 16.3). Una vez que nos hemos determinado a dedicar el tiempo
que sea necesario para incrementar nuestro conocimiento de la enseñanza
de la Palabra de Dios sobre la oración, y después de que hemos estable-
cido un lugar aparte para aprender nuestras lecciones de parte del Maestro
mismo, hay un siguiente paso a tomar. Contar con el lugar y el tiempo para
orar no es suficiente; también hace falta prepararse. Con frecuencia es la
experiencia de muchos creyentes descubrir que sus mentes están preocu-
padas con mil pensamientos intrascendentes, sus corazones están fríos e
insensibles para responder en fe y parece como que las fuentes de sus vidas
devocionales están secas y vacías. Es en este punto en el que se pierden
muchas batallas espirituales. A veces, el creyente se esfuerza por cumplir
formalmente con su deber religioso, pero sin la participación de su espí-
ritu y del Espíritu Santo. O bien abandona todo intento a la espera de un
momento más oportuno. Sea como fuere, la derrota en su vida de oración
es inminente. Para evitar una derrota en la oración antes de comenzarla, es
importante prestar atención a la necesaria preparación en varios aspectos.
Primero, debemos permitirle al Señor preparar nuestras mentes. Nues-
tras mentes deben estar preparadas, para que podamos hacer de la oración
una práctica provechosa. En muchos casos, el creyente se olvida que, si
bien es un hijo o hija de Dios, quizás todavía hay mucho de su mente car-
nal que no ha sido sujetado a la obedienciq de Cristo. Y cuando esto ocu-
rre, se da una situación de enemistad con Dios, porque los pensamientos
de Dios no son nuestros pensamientos (Romanos 8.7 y Efesios 4.22-24).
Así, pues, el creyente se frustra, se siente culpable, se llena de vergüenza,
y termina por desertar de la práctica de la oración, convencido de que no
La práctica de la oración 1235
está preparado todavía para ello. No obstante, claudicar en el ejercicio de
la oración es un error y esperar por un estado mental más favorable en una
invitación a la derrota espiritual. Esto sería lo mismo que, cuando estamos
enfermos, esperar a sentirnos mejor de salud para ir a visitar al médico.
Cristo, quien es el creador de la mente, es quien mejor la puede arreglar y
ajustar para que se transforme en 'la mente de Cristo', si es que así le per-
mitimos hacerlo. Él conoce todo acerca de nuestra situación y es quien está
en condiciones óptimas, no sólo para hacer el diagnóstico espiritual sino
también para administrar la cura. Él es el gran Médico de nuestras almas.
"0.- ••
'·,·>>.Jt,.;.w.""~·,-;.. ;':..A~·.

Ejercicio 70. La mente.


La Biblia habla de la importancia de nuestra mente ('corazón') en nuestra relación con Dios.
Indicar el pasaje bíblico que corresponda:
1. De la mente sale lo que nos contamina: ________________
2. De la mente salen los argumentos contra Dios: ______________
3. En la mente se alojan los pensamientos de Dios: _____________
4. En la mente se define nuestro camino: ________________
5. Con la mente podemos servir a Dios: ________________
Pasajes: 1Crónicas 28.9 Salmo 139.17-18 Salmo 139.23-24
Marcos 7.21-23 2 Corintios 10.4-5

Segundo, debemos permitirle al Señor preparar nuestras emociones. No


siempre lo que sentimos es lo correcto ni lo adecuado cuando se trata de
la práctica de la oración. Si esperamos sentir deseos de orar o de experi-
mentar una fuerte inclinación hacia ello, es posible que nos pasemos la
vida esperando sin orar. Nuestros corazones deben ser preparados para
anhelar fuertemente la comunión con el Señor. El salmista era cuidadoso
en someterse a la disciplina de esta preparación emocional. Por eso podía
exclamar: 'Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto'
(Salmo 57.7; ver 108.1, RVR). Con una disposición así no es extraño que la
comunión con el Señor le resultase placentera y llena de confianza: 'Clamo
al Dios Altísimo, al Dios que me brinda su apoyo' (Salmo 57-2).
La Palabra nos habla del Señor como 'Dios justo, que examinas mente y
corazón' (Salmo 7.9). Este examen divino debe ser anterior a nuestro ingreso
al ejercicio de la oración. Si nuestra mente y corazón pasan la prueba del
escrutinio divino, entonces estaremos en óptimas condiciones para hacer
de la práctica de la oración una experiencia enriquecedora y creativa.
El salmista hacía la siguiente oración introductoria a sus momentos de
I
236 La oración de poder

comunión con el Señor: 'Examíname, Señor; iPónme a prueba! Purifica


mis entrañas (mis sentimientos) y mi corazón (mis pensamientos)' (Salmo
26.2; ver 139. 1,23)·
Pero, además, hay algo que nosotros podemos hacer. La experiencia
universal de los creyentes es que la mejor preparación de la mente y del
corazón para la oración es la lectura devocional de la Biblia. Éste es el
instrumento que Dios utiliza para inspirar e incrementar la fe (Romanos
10.17). Ya medida que leemos la Palabra, recordemos que es el mensaje de
Dios para nosotros, y que el Espíritu lo transformará milagrosamente en
un mensaje personal. De este modo, nuestra lectura diaria y consecutiva
de la Biblia nos provee de la ayuda y motivación que necesitamos para
introducirnos a la práctica de la oración. La lectura de pasajes o promesas
que nos han bendecido en el pasado, o la relectura de versÍCulos que hemos
marcado de tanto en tanto al estudiar la Palabra, o un estudio temático a
lo largo de las páginas de las Escrituras con la ayuda de una concordancia,
son disparadores efectivos de la oración. No hay razón para temer que
Dios va a fallarnos en escuchar nuestros ruegos, si adquirimos la disciplina
de ser buenos lectores de su Palabra en la escuela de la oración. La pacien-
cia, la persistencia y la fe probarán esto a quienquiera que desee probarlo.
Otra cosa que podemos hacer es tomar nuestros pensamientos y senti-
mientos que se interponen entre nosotros y nuestro Señor, y uno por uno,
discutirlos con él y 'orarlos a fondo: Así como los cielos están bien por
arriba de la tierra, así los pensamientos y sentimientos de nuestro Dios
están sobre los nuestros. Pero él desea que hagamos nuestros sus pensa-
miento s y sentimientos, que nos apropiemos de ellos y los experimente-
mos de manera profunda. Incluso, él va mucho más allá con nosotros, y
por medio del Espíritu Santo que mora en nosotros, hace que sus pensa-
mientos y sentimientos se nos revelen a nosotros, estén en nosotros y se
expresen a través de nosotros. Y ésta es la clave para la práctica de una
oración efectiva y de poder. Como dijo Jesús: 'Si permanecen en mí y mis
palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá'
(Juan 15.7).
G. Campbell Morgan: Si tan sólo pudiésemos aprender el
verdadero secreto de la preparación, encontraríamos que toda
nuestra vida se transforma en una oración, que será imposible
para nosotros escribir una carta sin elevar nuestro corazón a
Dios buscando dirección. Me inclino a pensar que cuanto más
sabemos de la oración real tanto menos tiempo vamos a gastar
en su ejercicio externo y aparente. Estoy hablando entonces de la
preparación que toca la vida, y que de este modo nos alista para
la oración en todo tiempo.7
la práctica de la oración 1237

Ejercicio 71. la preparación espiritual.


la Biblia presenta ciertos pasos que son requeridos para la preparación espiritual.
Indicar el pasaje bíblico que corresponda:
1. Volverse al Señor: _____________________

2. Purificación personal: ____________________


3. limpieza del templo de Dios: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
4. Abandono de los ídolos: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Pasajes: 2 Crónicas 19.3 2 Crónicas 29.15
lucas 1.17 2 Timoteo 2.21

La actitud
Hay muchísimas razones por las que una persona puede encontrar difícil
el acercamiento a Dios en oración. Por supuesto, si tal persona no tiene
desarrollada su fe, de modo de creer en la realidad de que hay un Dios que
escucha su oración, sus ruegos serán una mímica sin sentido o un ejercicio
religioso carente de contenido y efectividad. Pero hay otras razones que
frecuentemente bloquean la conciencia que podemos tener de Dios.
Por un lado, todos nosotros pasamos por momentos en los que parece
como que la visión de Dios se opacara. Nos resulta difícil mantener nuestra
vida con domicilio permanente en la cumbre del monte de la Transfigu-
ración. Más bien, la mayoría de los creyentes podría resumir su peregri-
naje espiritual como una secuencia de colinas y valles. Y al igual que en la
experiencia de Jesús, la transfiguración radiante es seguida por una hora
dolorosa cuando el alma clama: 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has des-
amparado?' (Mateo 27-46).
En la experiencia de la oración de poder hay momentos en que uno
piensa que va a morir por exceso de gozo; pero también hay instancias en
las que los interrogantes son más abundantes que las respuestas y en las que
parece como que Dios guardara silencio. Por cierto, no siempre podemos
orar con la misma intensidad y satisfacción. León Tolstoi afirmaba que él
'podía orar más sinceramente en algunos momentos que en otros: De allí
que, el primer paso para confrontar esta realidad en nuestra experiencia de
oración es reconocer que es natural y normal, y que, en consecuencia, no
debemos desmayar. Pablo le dice a Timoteo que es necesario perseverar 'a
tiempo y fuera de tiempo:
Es importante, pues, que desarrollemos una correcta actitud en la prác-
tica de la oración, y que decidamos de antemano mantenernos firmes en
nuestra voluntad de orar, sea que sintamos el deseo de hacerlo o no. Esta
2381 La oración de poder

dificultad ha sido confrontada por todo el pueblo de Dios. La biografía


de cualquier gran hombre o mujer de Dios contiene pasajes en los que la
necesidad no se correspondía con la voluntad, y el deseo estaba lejos de la
realización. Una actitud decidida a no cejar en la oración es la que preva-
lece y hace que el ruego se torne en oración de poder.
El creyente que se rinde a una actitud equivocada está condenado a una
vida de oración raquítica e inefectiva. Es como un barco que boga según lo
arrastren las corrientes y conforme sopla el viento, y no puede mantener
su curso a pesar de ellos y aprovechándose de su fuerza. Por eso, al tiempo
que admitimos que no siempre podemos orar con el mismo sentido de la
cercanía de Dios, ni sentir el mismo calor de su presencia poderosa, de
todos modos la oración de poder es la que nos conecta con la fuente de
poder, que es nuestro Señor. Al fin y al cabo, Jesús experimentó una sola
transfiguración en toda su vida, pero se mantuvo en contacto permanente
con el Padre por medio de la oración.
De allí que debemos desarrollar la actitud de orar siempre, y cuando
no podamos orar como debiéramos, por lo menos oremos como poda-
mos. No negamos la existencia del sol simplemente porque está nublado. A
veces nuestros estados de ánimo son esas nubes, que en el cielo de nuestra
vida espiritual, nos empañan la visión del Sol de Justicia. Pero más allá de
su plomiza presencia, está el Sol brillando con todo su esplendor. Y esto es
algo que podemos aceptar por fe, al acercarnos a él en oración.
Por otro lado, no debemos permitir que nuestra actitud se vea mode-
lada por estos momentos pasajeros de incertidumbre o pesar. Al igual que
una vieja vertiente de agua, muchas vidas tienen recursos latentes de agua
viva en las napas más profundas. Lo que hace falta es perforar más honda-
mente hasta llegar a ellas, y la manera de hacerlo es generando una actitud
de fe y constancia en la oración. De hecho, la oración es el mejor recurso
para generar una actitud correcta y para conquistar los sentimientos de
pesar y falta de fe. Por eso, cuando más te sientas ajeno a la oración, ora
más. Cuando menos ganas tengas de orar, ora más.
Osear Cullmann: Sobre todo, hay que orar con alegría.
Al comienzo de la Carta a los filipenses, el apóstol menciona
ya la alegría, que es el leitmotiv de este escrito a la comunidad.
La alegría acompaña a la oración que Pablo eleva por todos los
fieles de Filipos, unidos especialmente a él (1.5). En la Carta a
los tesalonicenses (1 Tesalonicenses 5.17), la exigencia de 'orar
sin interrupción' enlaza con la alegría permanente ('siempre').
Cuando el Espíritu Santo actúa en el orante, hay alegría. 8
La práctica de la oración 1239

Ejercicio 72. La actitud espiritual.


La actitud espiritual de quien ora es más significativa que el gesto externo. En este sentido,
el apóstol Pablo señala cómo debemos orar.
Colocar el texto bíblico que corresponda:
Con pureza de corazón: ____________________
Con alegría: _______________________
Con lucha: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Con libertad y confianza: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Enel Espíritu: _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
Con perseverancia: ______________________
Pasajes: Romanos 15.30 Efesios 3.12 Efesios 6.18a
Efesios 6.18b Filipenses 1.4 1Timoteo 2.8

Los motivos
La cuestión de los motivos correctos para la oración es fundamental si es
que aspiramos a que nuestros ruegos sean de veras oración de poder. La
ineficacia en la oración se debe la más de las veces al hecho de que oramos
con motivos equivocados o inadecuados. El problema no está en la dispo-
sición de Dios de responder a nuestra oración, sino en que las cosas que
pedimos son contrarias a su voluntad. Y la voluntad de Dios es siempre lo
mejor para nosotros, y el Padre de amor jamás va a responder a nuestras
oraciones si éstas no son para nuestra bendición, sino para nuestro daño.
Un buen padre, que ama entrañablemente a su hijo, no le da todo lo que
él pide, pero sí todo aquello que sabe que es para su bien. Nuestra oración
debe tener un objeto definido en mente.
Charles G. Finney: Muchas personas van solos a sus cuartos 'para
orar' simplemente porque 'deben decir sus oraciones: Llega el
momento en el que han adquirido el hábito de ir por sí mismos
a orar -en la mañana, o al mediodía, o en cualquier tiempo del
día que sea. Pero en lugar de tener algo que decir, algún objeto
definido delante de su mente, caen sobre sus rodillas y oran
por lo que sea que venga a sus mentes -por cualquier cosa que
flota en la imaginación en ese momento, y cuando lo han hecho
apenas si pueden decir una palabra acerca de lo que han estado
orando. Esta no es una oración efectiva. 9
240 I La oración de poder

Cuando oramos debemos aprender a pedir no lo que queremos sino más


bien lo que él quiere darnos. Jesús nos pregunta: '¿Qué quieren que haga por
ustedes?' (Mateo 20.32). El énfasis de la pregunta no está tanto en qué es lo
que nosotros queremos, como en qué es lo que él esta dispuesto a hacer por
nosotros. Por eso, después que hemos clarificado la cuestión del tiempo y
el lugar de la oración, y que hemos hecho la preparación necesaria asu-
miendo la actitud correcta para orar, es bueno que sepamos qué es lo que
vamos a orar. Con las limitaciones mentales y espirituales que tenemos,
así como con los límites de tiempo que nos restringen, es humanamente
imposible que oremos por todo lo que se nos ocurre. No podemos orar
por todas las personas y motivos, todas las causas y preocupaciones que
nos parecen necesarias y urgentes. Simplemente, no podemos. De modo
que haremos bien en tener unos pocos motivos bien definidos, si es que
queremos que nuestra oración sea de veras una oración de poder.
Quizás el lugar lógico para comenzar sea con aquellos motivos que tie-
nen que ver con nuestra propia casa, nuestra Jerusalén, por decirlo de algún
modo. Podemos comenzar con sus necesidades espirituales, sus carencias
intelectuales, materiales, físicas y sociales. Puede haber problemas espe-
ciales y particulares en sus vidas, y si nosotros no oramos por aquellos que
están más cerca en el mundo de nuestros afectos, ¿quién va a hacerlo?

Ejercicio 73. ¡Quién ora por quién?


Completar los espacios en blanco:
_______ ora por _______ (1 Tesalonicenses 3.10)
_ _ _ _ _ _ ora por (Efesios 1.17-19)
_ _ _ _ _ _ ora por (Hechos 4.29-31)
_ _ _ _ _ _ ora por (Juan 17.1-2)
_ _ _ _ _ _ ora por (Juan 1].9)
_ _ _ _ _ _ ora por (Juan 17.20-21)
_______ ora por (Lucas 22.32)

Luego, podemos elevar nuestros ojos para mirar más allá de nuestra Jeru-
salén, y contemplar cuáles son las necesidades en nuestra Judea y Samaria,
y más allá a las necesidades de lo último de la tierra. Nuestros parientes,
amigos, vecinos, aquellos con quienes trabajamos, los que están asociados
con nosotrm en los negocios de la vida y en la iglesia. Nuestra oración
debe alcanzar también a aquellos que están en contacto circunstancial con
nosotros, pero a quienes el Espíritu Santo pone en nuestros corazones.
La práctica de la oración I 241
Siempre vamos a encontrar cerca de nosotros a personas enfermas,
que están sufriendo, que son débiles y que están pasando por momen-
tos de incertidumbre. Están también aquellos que se han extraviado de
la verdad y que están enseñando y viviendo caminos de mentira y ajenos
a la Palabra de Dios. Puede ser nuestro deber el elevar nuestras voces en
una denuncia profética de la injusticia y el pecado de sus palabras y accio-
nes (Jeremías 36.20-26, 29-31). Pero no dejemos de confesar de manera
identificatoria sus pecados al Señor y de interceder por ellos en oración.
Recordemos que el gran apóstol Pablo fue durante un tiempo en su vida
un enemigo encarnizado del evangelio de Cristo. Pero Esteban oró por sus
enemigos, y esa oración finalmente fue respondida por el Señor, que llamó
al camino de justicia a uno de sus siervos más extraordinarios de todos los
tiempos.
A fin de prestar atención con mayor efectividad a motivos tan diversos,
muchos creyentes han encontrado de suma utilidad mantener una lista
de motivos de oración. Mi suegra mantiene un cuaderno donde anota día
por día nuevos motivos de oración. Con el correr de los años su lista de
oración ha crecido notablemente, pero también su fe y fidelidad en la ora-
ción se ha agigantado, al constatar que muchos de sus motivos de oración
han recibido respuesta de parte del Señor. Una lista diferente para cada día
de la semana o una lista semanal que se mantiene hasta que cada motivo
recibe respuesta, puede ser un método adecuado para ayudarnos a no des-
cuidar ningún motivo que el Espíritu Santo traiga a nuestra consideración
e interés. Estas listas se pueden confeccionar simplemente escribiendo de
manera específica una respuesta a la pregunta de Jesús: '¿Qué quieren que
haga por ustedes?'
Muchas reuniones de oración son inefectivas, carentes de poder yabu-
rridas porque no tienen un objetivo definido ni abordan motivos concretos.
Las oraciones son disparadas como tiros al aire, pero sin dirección ni pro-
pósito. Son ruegos que no pasan del cielorraso y peticiones que no llegan
a ningún lado. Es mucho mejor anunciar una reunión de oración citando
a los hermanos a orar por un motivo bien específico y definido. En este
caso, el líder puede brindar información sobre tal motivo, indicar por qué
es necesaria la oración del grupo, discutir cuál puede ser la mejor manera
de orar, e invitar a todos a participar abordando aspectos diferentes de la
necesidad por la que se ora. Por cierto, necesitamos también reuniones de
oración en las que demos gracias a Dios por su providencia y cuidado, por
sus respuestas a las oraciones que le hayamos hecho. Si nuestras oraciones
son vagas e imprecisas, lejos de ser oídas por el Señor, serán una molestia
para él y una pérdida de tiempo para nosotros. La oración de poder es una
oración que se eleva al Señor con motivos definidos, conforme a su volun-
tad de hacer lo mejor para nosotros y su reino.
242 I La oración de poder

Ejercicio 74. los motivos correctos.


la oración bíblica por excelencia en cuanto a 105 motivos correctos para la oración se encuentra
en Salmo 139·23-24.
Copiar este pasaje bíblico de tu versión preferida:

George Arthur Buttrick: La oración es una honestidad


fundamental, y por lo tanto nos concede el conocimiento de
nuestros motivos. Por supuesto, la oración también puede
tornarse en una 'vía de escape: Pero el hecho de que una
acción pueda ser pervertida no la condena ... La perversión
de la oración no es fácil cuando Cristo es aceptado como la
clave viviente de la naturaleza de Dios ... Así podemos decir:
'La oración sincera te guardará del auto-engaño, o el auto-engaño
te mantendrá alejado de tus oraciones' ... Si Cristo es el foco de
nuestro orar, si recordamos que Dios es un Dios como Cristo,
la oración no puede ser para la autosatisfacción ... La oración
cristiana no puede ser fácilmente deshonesta. lo

Los resultados
Jesús nos ofrece la clave para la respuesta inmediata a nuestras oraciones,
cuando dice: 'Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes,
pidan lo que quieran, y se les concederá' (Juan 15.7). La mejor garantía
de respuesta y de obtener los resultados que esperamos de la oración de
poder, es mantenernos en una estrecha comunión con el Señor y en obe-
diencia a su Palabra.
Karl Barth: Orar es dirigirse a aquel que ya nos ha hablado
por el Evangelio y por la Ley. Nos encontramos frente a él
cuando somos atormentados por la imperfección de nuestra
obediencia, por la discontinuidad de nuestra fe. Por causa de él
nos encontramos en la angustia. Sólo Él es capaz de darnos el
remedio. Y oramos pidiéndole que lo haga. II
La práctica de la oración 1243

Al concluir estas lecciones, podemos encontrarnos con la objeción de que,


si aplicamos todas estas direcciones, vamos a estar orando todo e! tiempo.
y realmente esto es lo que vamos a estar haciendo, y esto es lo que justa-
mente e! Maestro quiere que hagamos. Vamos a vivir con las antenas de
nuestras almas desplegadas al máximo y orientadas hacia e! cielo, con la
bendita dirección de la Palabra de Dios para guiarnos paso a paso, con la
calidez de su amor para confortar nuestros corazones, y con la conciencia
de la presencia permanente del Señor, quien dijo: 'el Señor su Dios siempre
los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará' (Deuteronomio 31.6).
y también: 'les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin de!
mundo' (Mateo 28.20).
Otros podrán decir que todo lo que debemos hacer es seguir las ense-
ñanzas de la Palabra sobre la oración de poder, y que con esto es más que
suficiente. Pero éste no debe ser el resultado que busquemos. Una pre-
sencia externa puede resultar en una influencia que nos distraiga, pero la
presencia interior de Cristo refuerza nuestras facultades, fortalece nuestro
carácter, hace efectiva nuestra tarea, ordena nuestro tiempo, y pone orden
en el caos y paz en medio de la confusión. Esta presencia interior de Cristo
gobierna nuestro juicio y fortalece nuestra voluntad. Así es como comen-
zamos a adquirir con esta presencia un conocimiento experiencial de la
gran idea central del cristianismo. Este eje central de nuestra fe no es una
filosofía, ni un sistema de ética, ni una serie de calistenia mental o moral,
ni un estilo de vida, sino una persona, Cristo en nosotros, la esperanza de
gloria (Colosenses 1.27). Sí, Cristo en nosotros, viviendo su vida incompa-
rable dentro de nosotros y a través de nosotros por e! poder de su Espíritu
(Gálatas 2.20).
Es la vida de Cristo palpitando en nosotros la que resulta en la fe que
mueve las montañas de las dificultades, la que es victoriosa sobre los
temores de adentro y los enemigos de afuera. Éste es el sendero que se va
haciendo cada vez más claro y brillante, a medida que avanzamos hacia
la meta que nos es propuesta. Ésta es la vida victoriosa, la vida que pide y
recibe, y que cada día vive la experiencia de la oración respondida.
Esta vida no es e! privilegio de unos pocos, sino el deber de cada hijo
de Dios. Esta vida está al alcance de todos y cada uno de aquellos que
entran en la escuela de la oración de poder del Señor, que señaló: 'Vengan
a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso'
(Mateo 11.28). Él también prometió: 'Al que a mí viene, no lo rechazo'
(Juan 6.37). Él es quien nos dice: 'Mira que estoy a la puerta y llamo. Si
alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo'
(Apocalipsis 3.20). Velemos y oremos la oración de poder. "El Espíritu
y la novia dicen: '¡Ven!' oo. 'Sí, vengo pronto.' Amén. ¡Ven, Sei'ior Jesús!"
(Apocalipsis 22.17, 20).
2441 la oración de poder

Ejercicio 75. ¡Amén!


'Amén significa: así sea. la oración no es una empresa librada al azar,
un viaje en la niebla. Debe concluir como comienza; con convicción. Sí, así sea:12
Agrega un breve párrafo con tu propio comentario a estas palabras del conocido teólogo
Karl Barth:
Tarea 40. La voluntad.
Redactar un breve ensayo (no menos de 500 palabras) sobre el tema:'El peligro del misticismo
en la oración:

Tarea 41. El tiempo y el lugar.


Preparar el bosquejo de un sermón sobre la necesidad de orar siempre,
en base al siguiente texto: Lucas 18.1-8.

Tarea 42. La preparación.


Utilizando una concordancia, citar el mayor número de pasajes bíblicos posible que hablen de
orar levantando los brazos o alzando las manos.
1. ________________________ 6. ________________________

2. ______~----------------
7. ________________________
3. ________________________ 8. ________________________

4· ________________________ 9. ________________________

5. ________________________ 10. _______________________


2461 La oración de poder

Tarea 43. los motivos


la Biblia nos sugiere muchos motivos de oración.
(olocar la letra que corresponda:
A. Génesis 17.18; Mateo 15.22 _ Por los reyes
B.1 Timoteo 2.1 _ Por los que están en eminencia
C. 1Timoteo 2.2a Por los siervos de Dios
D. 1Timoteo 2.2b _ Por la iglesia
E. Números 11.1-2; 14.13-19 Por todos los sa ntos
F. Mateo 5.44 Por todos los hombres
G. Job 42.10 Por los amos
H. Lucas 7.2-3 Por los criados
1.2 Corintios 1.11; Filiptnses 1.19 _ Por los hijos
J. Efesios 6.18 _ Por los amigos
K. 2Timoteo 4.16 _ Por nuestros compatriotas
L. Santiago 5.14 Por los enfermos
M. Salmo 122.6 _ Por los perseguidores
N. Génesis 24.12-14 Por nuestros enemigos
Ñ. Romanos 10.1 _ Por los que nos tienen envidia
O. Jerel11ías 29.7 _ Por los que nos abandonan
P.lucas 6.8 _ Por los que murmuran contra Dios
Q. Números 12.13 Por la ciudad
La práctica de la oración 1247

Tarea 44. Los resultados.


Completar el siguiente bosquejo agregando los pasajes bíblicos que correspondan.
El ejemplo de Pablo.
'Imítenme a mí, como yo imito a Cristo.' ________________
1. Pablo era un siervo que oraba mucho por su congregación.

2. Pablo era un siervo que le pedía a su congregación que orara mucho.

Pasajes: Romanos 1.9-11 Romanos 10.1


Romanos 15·30-31 2 Corintios 1.9-11 Efesios 1.16-19
Efesios 3.14-19 Efesios 6.18-20 Filipenses 1,4-11
Filipenses 1.19 Filipenses 4.19 Colosenses 1.9-11
Colosenses 4·2-4 1 Tesalonicenses 3.10-13 1 Tesalonicenses 5.23
2 Tesalonicenses 2.16-17 2 Tesalonicenses 3.1

Tarea 45. Meditación.


1. Lee el siguiente párrafo:
I 'No es necesario que en la meditación nos empeñemos en pensar y orar con palabras.
El pensamiento callado, la oración que brota s~lo ~~I escuchar, pueden resultar a menudo
más fructíferos. No es necesario que en la medltaclOn nos empeñemos en la meditación.
Con frecuencia éstos no hacen otra cosa que distraernos ysatisfacer nuestra vanidad. Basta con
que la palabra, a medida de que la leamos yc~mprendamos, penetre en nosotros y encuentre en
nosotros su morada: DletrJch Bonhoeffer, Vida en comunidad, páginas 80-81
2. Explica en tus propias palabras cuál es la lección principal que extraes de lo que Bonhoeffer
quiere comunicar en este párrafo.
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j
Notas

Presentación e Introducción
I Tom Smail: 'The Practice of Prayer: en The Lion Handbook of Christian

Belíef, ed. por Robin Keeley, Lion Publishing, Icknield Way, Inglaterra,
1982, p. 361.
2 Princeton Religion Research Center: Emerging Trends, Gallup PolI,
Princeton, Nueva Jersey, 1994, p. 1.
3 Princeton Religión Research Center: Relígion in America: Will the Vitalíty
of the Church Be the Surprise of the 21st Century?, GalIup PolI, Princeton,
Nueva Jersey, 1996.
4 Pablo A. Deiros: Diccionario hispanoamericano de la misión, Unilit,

Miami, 1997, p. 316.


5 John White: Oración: Un diálogo que cambia vidas, Ediciones Certeza

Argentina, Buenos Aires, 1994, p. 14.


6 Sobre la espiritualidad como teología spiritual, ver Bradley C. Hanson:

'Spiritualityas Spiritual Theology', en Modern Christian Spiritualíty:


Methodological and Historical Essays, ed. por Bradley C. Hanson,
American Academy of Religion, Studies in Religion 62, Scholars Press,
Atlanta, 1990, pp. 45-51; y Diogenes AlIen: Spiritual Theology, Cowley,
Cambridge, Massachusetts, 1997-
7 Hanson: 'Spirituality as Spiritual Theology: p. 50.

s Richard F. Lovelace: Dynamics of Spirítual Life: An Evangelícal Theology of


Renewal, InterVarsity Press, Downers Grove, Illinois, 1979, p. 11.
9 Ibid., p. 58.

lO Cheslyn Jones, Geoffrey Wainwright y Edward Yarnold: The Study of

Spirítualíty, Oxford University Press, Nueva York, 1986, XXII. Ver la 'Nota'
interesante sobre el significado de 'espiritualidad' en pp. XXIV-XXVI.
I I Ewert H. Cousins: 'Preface to the Series: Christian Spiritualíty I: Origins

to the Twelfth Century, ed. por Bernard McGinn y John Meyendorff, vol.
16 de World Spirítualíty: An Encyclopedic History of the Relígious Quest,
Crossroad Publishing Co., Nueva York, 1985, p. XIII.
12 Nelson S. T. Thayer: Spiritualíty and Pastoral Ca re, Fortress Press,

Filadelfia, 1985, p. 55.


250 Ila oración de poder

13 Urban T. Holmes: Sp iritua litY for Ministry, Harper & Row, San Francisco,
1982, p. 12.
Sandra M. Schneiders: 'Spirituality in the Academy: en Modern Christian
14

Spirituality, p. 36.
15 John R. Tyson, ed.: Invitation to Christian Spirituality: An Ecumenical

Anthology, Oxford University Press, Nueva York, 1999, p. 3.


16 Lovelace: Dynamics of Spiritual Lije, p. 12-13.

17 Gustavo Gutiérrez: We Drink from Our Own Wells: 7he Spiritual Journey

0f a People, trad. por Matthew J. O'Connell, Orbis Books, Maryknoll,


Nueva York, y Dove Communications, Melbourne, Australia, 1984,
p. 15-16.
18Tyson: Invitation to Christian Spirituality, p. 3.
19 Ewert H. Cousins: 'What Is Christian Spirituality?: en Modern Christian

Spirituality, p. 39.
20 Bernard McGinn: 'Introduction', en Christian Spirituality 1, p. XV-XVI.

21 Richard P. McBrien: Catholicism, nueva ed., completamente revisada


y actualizada, Harper San Francisco, San Francisco, California, 1994,
P·1020.
22 Lovelace: Dynamics of Spiritual Lije, p. 19.
23 Josef Sudbrack: 'Spirituality: en Sacramentum Mundi: An Enciclopedia of
7heology, ed. por Karl Rahner et al., 6 vols., Herder and Herder, Nueva
York, 1970, p. 6:149. Ver su discusión sobre el papel del Espíritu Santo en
la espirituahdad cristiana.
24 George A. lane: Christian Spirituality: An Historical Sketch, Loyola

Dniversity Press, Chicago, 1984, p. V.


25 I<:arl Rahner: 7he Practice of Faith: A Handbook of Contemporary

Spirituality, Crossraad, Nueva York, 1984, p. 8.


26 Sobre este particular, ver, Donald Alexander: Christian Spirituality: Five

Views ofSanctification, InterVarsity Press, Downers Grave, Illinois, 1988.


27 Cousins: 'What is Christian Spirituality?: en Modern Christian

Spirituality, p. 43.
28
Christopher Bryant: 'The Nature of Spiritual Development', en 7he Study
of Spirituality, pp. 565-566.
29,....
.1. yson: Invitation to Christian Spirituality, p. 3.
30 lb
id., p. 4.

Capítulo 1. La oración: Su significado


I B.. M. Bounds: Un tesoro de oración, Editorial Betania, Miami, 1988, p. 22.
2 White: Oración, p. 7-8.
Notas 1251
3 E. Stanley Jones: El camino, Editorial La Aurora, Buenos Aires, 1953,
p.211.
4 Bounds: Un tesoro de oración, p. 23.

5 José Young: Iniciación en la fe, Ediciones Certeza, Buenos Aires, 1977,

p·57·
6 Helmut Thielicke: 7he Evangelical Faith, vol. 3, 'The Holy Spirit, the

Church, Eschatology', Eerdmans, Grand Rapids, 1982, p. 84.


7 Bounds: Un tesoro de oración, p. 22.

8 Dietrich Bonhoeffer: Vida en comunidad, Editorial La Aurora, Buenos


Aires, 1970, p. 82.
9 Jack Taylor: 'La oración ... ¡lo prioritario', en Ralph W Neighbour, comp.:

La iglesia del futuro, Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas, 1983,


p.89.
10 White: Oración, p. 154.

11 Taylor: 'La oración: p. 89-90.

12 Harry Emerson Fosdick: 7he Meaning of Prayer, Collins-Fontana Books,


Londres, 1966, p. 11.
13 EIsa Tamez: Santiago: lectura latinoamericana de la epístola,

Departamento Ecuménico de Investigaciones, San José, Costa Rica, 1985,


p·9 2 •
14 Bonhoeffer: Vida en comunidad, p. 113.

15 Hope MacDonald: Descubramos cómo orar, Casa Bautista de

Publicaciones, El Paso, Texas, 1980, p. 72-74.


16 Bonhoeffer: Vida en comunidad, p. 114.

17 Kenneth Copeland: Oración: su fundamento para el éxito, KCP

Publicaciones, Fort Worth, Texas, 1984, pp. 45-46.


18 R. A. Torrey: Cómo obtener la plenitud del poder en la vida cristiana y en

el servicio, Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas, 1979, pp. 81-82.


19 Pablo A. Deiros: Comentario bíblico hispanoamericano: Santiago y Judas,

Editorial Caribe, Miami, 1992, p. 245·


20 [bid., pp. 269-270.

21 John C. Maxwell: Compañeros de oración, Editorial Betania, Miami, 1998,

p·57·
22 White: Oración, p. 155.

23 Bonhoeffer: Vida en comunidad, pp. 75-76.

24 Deiros: Diccionario hispanoamericano de la misión, pp. 275.

25 Bonhoeffer: Vida en comunidad, pp. 78-79.

26 Ibid., pp. 80-81.


252 Ila oración de poder
27 Maxwell: Compañeros de oración, p. 51.

Capítulo 2. Para qué orar


1 José Míguez Bonino: El mundo nuevo de Dios, Federación Mundial
Cristiana de Estudiantes, Buenos Aires, 1955, p. 47.
2 Maxwell: Compañeros de oración, pp. 47-48.

3 Fosdick: The Meaning of Prayer, p. 96.

4 Karl Jaspers: Philosophie, Editorial Springer, Berlín, 1956, p. 2:316.

5 [bid., p. 1:127.

6 Deiros: Santiago y Judas, pp. 272-273.

7 Copeland: Oración: su fundamento para el éxito, p. 7.

B Fosdick: The Meaning of Prayer, pp. 127-128.

9 Samuel Chadwick: The Path of Prayer, Hodder & Stoughton, Londres,

19 68 , p. 46.
10 Fosdick: The Meaning of Prayer, p. 28.

11 Jones: El Camino, p. 221.

12 [bid., p. 222.

13 C. Stacey Woods: El tiempo devocional, Editorial Caribe, San José,

Costa Rica, 1964, pp. 15-16.


14 White: Oración, p. 34.

15 Jones: El Camino, p. 227.

Capítulo 3. Cómo orar


1 Taylar: 'La oración: pp. 84-85.
2 En estos párrafos sigo en general a Don Gossett: Lo que dices, recibes,
Editorial Vida, Miami, 1983, p. 101.
3 Maxwell: Compañeros de oración, pp. 65-66.

4 rbid., p. 64.

5 Deiros: Santiago y Judas, p. 371.

6 Michael Green: Creo en el Espíritu Santo, Caribe, Miami, 1977. p. u8.

¡ Deiros: Santiago y Judas, pp. 373-374.

B Bonhoeffer: Vida en comunidad, p. 40.

9 Maxwell: Compañeros de oración, pp. 49-50.

IOWhite: Oración, pp. 35-36.


11 José Ramón Caruci: Ayuno: crecimiento y multiplicación, Valley of

Decision, Austin, Texas, 1998, p. 10.


Notas 1253

I2 Martin Dibelius: A Commentary on the Epistle of James, Fortress Press,


Filadelfia, 1976, p. 256.
13 Deiros: Santiago y Judas, p. 272.

14 White: Oración, p. 36.

15 Charles H. Spurgeon: El poder de la oración en la vida del creyente,


Libertad, Richfield, Minnesota, 1998, p. 188.
16 Deiros: Santiago y Judas, p. 274.

17 Bonhoeffer: Vida en comunidad, pp. 57-58.

18 Ibid., p. 4 2 .

19 Taylor: 'La oración: p. 91.

Capítulo 4. Por qué orar


1 White: Oración, p. 20.
2 Chadwick: 1he Path of Prayer, p. 53.

3 White: Oración, p. 35

4 Gossett: Lo que dices, recibes, p. 185.

5 Young: Iniciación en la fe, p. 64.

6 Dick Eastman: El amor de rodillas, Editorial Vida, Miami, 1989, p. 171.

7 Bonhoeffer: Vida en comunidad, pp. 84-85.

SE. M. Bounds: Purpose in Prayer, Moody Press, Chicago, nJ., pp. 121-123.
9 Eastman: El amor de rodillas, pp. 148-152.

10 Ibid., p. u8.

11 William Barday: 1he Gospel of Matthew, 2 vols., Saint Andrew Press,


Edimburgo, 1963, p. 1:212.
12 F. J. Huegel: Secretos de la oración, Editorial Moody, Chicago, 11.f., p. 85.

Capítulo 5. Cuándo y dónde orar


1Young: Iniciación en la fe, p. 65.
2 MacDonald: Descubramos cómo orar, p. 23.

3 lb id. , p. 26.

4 Bonhoeffer: Letters and papers from prison, Collins-Fontana Books,

Londres, 1966, p. 167·


5 Taylor: 'La oración: p. 90.

6 lb id. , p. 90.

7 Chadwick: 1he Path of Prayer, p. 18.

8 Maxwell: Compañeros de oración, p. 46.

9 [bid., p. 19.
2541 La oración de poder

10 Bernard Basset: Orar de nuevo, Herder, Barcelona, 1975, p. 107.


II Spurgeon: El poder de la oración en la vida del creyente, pp. 153-154.
12 MacDonald: Descubramos cómo orar, pp. 118-119.

13 Spurgeon: El poder de la oración en la vida del creyente, p. 203.

14 [bid., pp. 206-207.

15 René Pañalba: 'Intercesión y reconciliación: en Harold Caballeros y Mell

Winger, eds.: El poder transformador del avivamiento, Editorial Peniel,


Buenos Aires, 1998, p. 60.

Capítulo 6. Oración y trabajo


I Taylor: 'La oración: p. 89.
2 Huegel: Secretos de la oración, p. 11.

3 Deiros: Santiago y Judas, pp. 106-107.

4 Taylor: 'La oración: p. 86.

5 Huegel: Secretos de la oración, p. 9.

Capítulo ,. Oración y guerra espiritual


1 Huegel: Secretos de la oración, p. 79.

2 Gary D. Kinnaman: Overcoming the Dominion of Darkness: Personal

Strategies for Spiritual Warfare, Chosen Books, Old Tappan, Nueva Jersey,
1990, pp. 180-181.
3 Huegel: Secretos de la oración, p. 81.
4 Timothy M. Warner: Spiritual Warfare: Victory over the Powers of this

Dark World, Crossway Books, Wheaton, Illinois, 1991, p. 134.


5 Thomas B. White: The Believers Cuide to Spiritual Warfare,

Servant Publications, Ann Arbor, Michigan, 1990, pp. 47-48.


6 [bid., p. 49.

7 MacDonald: Descubramos cómo orar, p. 43.

8 Deiros: Sarztiago y Judas, pp. 191-192.

9 [bid., p. 197.

10 Huegel: Secretos de la oración, p. 83.

11 Kinnaman: Overcoming the Dominion of Darkness, p. 162.

Capítulo 8. La práctica de la oración


1 Karl Barth: La oración: reflexiones sobre el Padrenuestro,

Editorial La Aurora, Buenos Aires, 1978, p. 9.


2 George Arthur Buttrick: Prayer, Abindgon-Cokesbury Press, Nueva York
y Nashville, 1942, p. 224.
Notas r 255
3 White: Oración, p. 36.
4 Andrew Murray: The Prayer Life, The Bible Institute Colportage

Association, Chicago, nJ., p. 94.


5 Fosdick: The Meaning of Prayer, pp. 196 - 197.

6 Buttrick: Prayer, p. 254.

7 G. Campbell Morgan: The Practice of Prayer, Fleming H. Revell,

Nueva York, 1906, p. 47.


8 Osear Cullmann: La oración en el Nuevo Testamento, Ediciones Sígueme,

Salamanca, 1999, p. 149.


9 Charles G. Finney: Revivals of Religion, Fleming H. Revell, Westwood,

Nueva Jersey, nJ., p. 51.


10 Buttrick: Prayer, p. 163.

11 Barth: La oración, p. 18.

12 ¡bid., p. 92.

Abreviaturas
En el presente libro se utiliza la Nueva Versión Internacional (NVI) de la
Sociedad Bíblica Internacional para todas las citas bíblicas. En otros Casos,
se sigue el texto griego o se cita otras versiones de la Biblia, indicándolo
mediante las siglas correspondientes. Las abreviaturas utilizadas son las
siguientes:
BJ Biblia de Jerusalén.

gr. The Greek New Testament, 3" edición, United Bible Societies.
RVR Santa Biblia, versión Reina- Valera, revisión 1960.

RV95 Santa Biblia, versión Reina-Valera, revisión 1995.


BA Biblia de las Américas.
VP Dios habla hoy, versión popular.
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