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CAFÉ Y MEDIO AMBIENTE

http://www.cafedecolombia.com/particulares/es/sobre_el_cafe/mucho_mas_que
_una_bebida/cafe_y_medio_ambiente/

Pocos cultivos reciben tanta atención respecto a su relación con el medio


ambiente como el café. El hecho de ser producido en zonas tropicales y
subtropicales, de ser un producto Norte-Sur desde el punto de vista de su
consumo y producción, de ser asociado con ocasiones de consumo
frecuentes y de ser además una bebida asociada con la interacción social,
hace del café un producto que genera interés y motivo de conversación en
muchos ámbitos. Uno de los ámbitos de interés en torno al producto es su
impacto en el medio ambiente.
Es por estas razones que el efecto de la producción de café sobre la
biodiversidad es un tema que en la última década ha recibido una enorme
atención desde el punto de vista científico (ya se han producido centenas de
artículos científicos sobre el tema); desde el punto de vista de la conservación
(es tema casi obligatorio en simposios internacionales) y desde el punto de
vista de la huella ambiental que genera la industria (incluyendo los procesos de
producción, procesamiento y distribución) a nivel mundial. En este momento, se
podría decir que los miembros de la industria vinculados a la producción de
café están liderando cambios en la búsqueda de sistemas de producción
agrícola que sean ambientalmente sostenibles y amigables con la
biodiversidad. Debido a que continuamente se le está exigiendo altos
estándares de sostenibilidad ambiental en el ámbito de la producción, el café
es uno de los productos donde más esfuerzos existen para adaptar sus
tecnologías de producción para reducir su impacto ambiental. Por otra parte,
las actividades de la industria del café relacionadas con su
procesamiento, tostión y distribución también han comenzado a evaluar su
propio impacto en el medio ambiente.
Es conveniente resaltar que para hacer análisis válidos sobre la problemática
de la producción de café y su impacto en el medio ambiente es necesario tener
en cuenta la gran diversidad de países productores de café y de las diferentes
zonas productoras de dichos países. Los retos y efectos ambientales de
producir café en el Norte de Brasil, en el Sur de México, en Costa de Marfil o en
Vietnam son muy diferentes, por lo que es muy difícil hacer generalizaciones.
En estas zonas la calidad de los suelos puede ser muy variable, así como la
disponibilidad de agua para las plantaciones. Es así como en Vietnam, por
ejemplo, es necesario aplicar fertilizantes a las plantaciones de café en una
proporción mucho mayor que en otros países donde se siembra café en suelos
de origen volcánico. Asimismo, en las zonas del Norte de Brasil es frecuente
observar cómo, dada la reducida disponibilidad hídrica, los productores deben
extraer agua del subsuelo para regar sus plantaciones, lo que evidentemente
contrasta con los altísimos niveles de precipitación que se observan en las
regiones productoras de café de los Andes tropicales.
Otro importante elemento asociado con la oferta ambiental es el número de
horas de radiación solar promedio al año. Regiones con un mayor número de
días de sol al año puede requerir, para algunas especies de café arábico, la
necesidad de un sistema de cultivo bajo la sombra protectora de otras especies
vegetales, en tanto que aquellas con un alto número de días al año de
cobertura nubosa generalmente son más húmedas, y la sombra incrementaría
los índices de humedad.  En la medida en que los índices de humedad relativa
están claramente correlacionados con la presencia de hongos y otro tipo de
enfermedades, las decisiones sobre qué tipo de sistema de producción están
con frecuencia determinadas por la oferta ambiental. Es por esta razón que los
ecosistemas particulares de ciertas zonas y regiones generan incentivos o
imponen limitaciones para la producción de café a plena exposición solar o
de café con sombrío de otras especies, razón por la cual es difícil hacer
generalizaciones sobre la viabilidad económica de imponer sistemas de
producción en diferentes regiones.
El tema del café y su impacto en la conservación de los suelos es también un
elemento importante a considerar en los cultivos. En las zonas del mundo
donde se produce café de alta montaña, en alturas que pueden alcanzan hasta
los 2000 m.s.n.m., el café es cultivado en pendientes que pueden ser muy
pronunciadas y muy vulnerables a fenómenos de erosión. La capacidad de
mantener los suelos con técnicas apropiadas de cultivo se vuelve en estas
condiciones fundamental para asegurar la sostenibilidad del cultivo y del
entorno productivo.
Como en todos los cultivos modernos, el mantenimiento de las fuentes de agua
y de la biodiversidad es otra de las variables a tener en cuenta alrededor del
tema del café y el medio ambiente.  El desarrollo de programas de
reforestación, de reducción en el uso de agua para los procesos de post
cosecha o de conservación de fuentes de agua debe ser una prioridad a la que
el cultivo del café no es ajeno. Asimismo, y en la medida en que los cultivos de
café se desarrollan en zonas tropicales, el cultivo comercial de esta rubiácea
tiene lugar en zonas donde se origina un altísimo número de especies
vegetales y animales. En estos paraísos de biodiversidad  el reto es que los
cultivos no afecten el hábitat de esas especies y que los productores
desarrollen prácticas que favorezcan la conservación de las mismas. 
También es necesario mencionar que es imposible separar el impacto
ambiental del cultivo del café de su impacto social. Uno de los peores
escenarios, desde el punto de vista de conservación de suelos, fuentes de
agua y biodiversidad, es forzar cambios abruptos en las prácticas de
producción de café que reduzcan la rentabilidad del cultivo y que generen
incentivos para cultivar otros productos. Los pequeños productores de regiones
especialmente vulnerables se ven obligados con frecuencia a contemplar
alternativas como la ganadería o la sustitución por cultivos cuyo impacto puede
ser mucho más negativo para el medio ambiente que los cultivos de café sin
certificación ambiental. Para generar cambios graduales y positivos en las
formas de producción de café es entonces indispensable que el concepto de
sostenibilidad ambiental considere y valore la oferta ambiental de las diferentes
regiones, evalúe su aporte teniendo en cuenta el de los cultivos o actividades
alternativas, reconozca el aporte a la conservación que hacen los productores
en el precio de su producto, y genere los incentivos necesarios para alcanzar la
sostenibilidad económica del cultivo.
Otro de los temas a tener en cuenta en la relación entre el café y el medio
ambiente es el impacto ambiental de los procesos de industrialización y
distribución del producto final. Desafortunadamente este es uno de los temas
que menos se ha explorado en la literatura, y sólo recientemente se han
observado iniciativas por medir la huella de carbono de estos procesos con
diferentes metodologías. La industria del café seguramente demostrará su
liderazgo en estos temas cuando logre acordar y socializar una metodología
que contemple la medición de la huella de carbono de todos los procesos,
incluyendo aquellos relacionados con el cultivo y el procesamiento inicial del
café.
Es claro que el análisis y el conocimiento científico elaborado sobre la
producción de café y su efecto en el medio ambiente en diferentes regiones es
una de las actividades prioritarias a desarrollar para evitar caer en
generalizaciones inconvenientes. Estas líneas de investigación son
consideradas como una gran oportunidad para conocer detalladamente los
ecosistemas, y oferta ambiental particulares y optimizar la interacción entre el
café y su medio ambiente específico. De esta forma se evita caer en
escenarios donde los programas de certificación diseñados para un lugar son
aplicados indiscriminadamente en otras zonas de producción, y se destaca
ante el consumidor la importancia del origen y los programas de garantía de
origen. Uno de los objetivos de los programas de sostenibilidad en acción que
tienen que ver con el medio ambiente es precisamente el de desarrollar un
conocimiento científico elaborado sobre el impacto de la producción de café en
cada una de las regiones productoras de Café de Colombia. Esta búsqueda de
analizar y conocer científicamente el impacto de la producción de café en la
naturaleza seguramente adquirirá cada vez más importancia y reconocimiento
a nivel global e influenciará los patrones de consumo, la forma de producir café
y otros productos en el mundo.
En suma, se puede concluir que la relación del café con el medio ambiente es
compleja, por lo cual se debe tener en cuenta no sólo lo que ocurre a nivel del
cultivo sino los procesos de transporte, procesamiento industrial y distribución.
Asimismo, aislar del análisis los elementos asociados entre el medio ambiente
y la viabilidad económica del cultivo, puede generar efectos no deseados, como
la sustitución de los cultivos de café por otras actividades económicas que
pueden tener efectos nefastos sobre la conservación de los ecosistemas de
centenares de regiones en el mundo. 
EL ÁRBOL Y EL ENTORNO
Se le conoce como cafeto o planta productora de café a un arbusto que se da
en la región tropical de la tierra perteneciente a la familia de las rubiáceas.
Abarca 500 géneros y 8.000 especies. Uno de esos géneros es el Coffea, que
lo constituyen árboles, arbustos, y bejucos, y comprende unas 10 especies
civilizadas, es decir, cultivadas por el hombre y 50 especies silvestres.
Cubierta exterior llamada pulpa.
Una sustancia gelatinosa azucarada que recibe el nombre de mucílago.
Una cubierta dura que se denomina pergamino o cáscara.
Una cubierta más delgada y fina llamada película.
Y finalmente el grano o almendra que es la parte del fruto que, una vez tostada
y molida, se utiliza para la producción de la bebida del café.
Los cafetos son árboles o arbustos reconocibles por sus hojas simples,
opuestas y con estípulas frecuentemente bien desarrolladas. Sus flores son
pequeñas, tubulosas y blancas. El fruto es una drupa con dos nueces y con
pulpa azucarada.
La taxonomía del café, su botánica y fisiología, y las características de la
planta, como su raíz, tallo y ramas, hojas, flores, frutos y semillas son
particulares y son objeto de análisis e investigación particular por centros
especializados como Cenicafé.
Un cultivo que debe adaptarse a su entorno
Como vimos en la sección de la historia del café, este producto es originario de
las zonas tropicales de África, y se ha adaptado a otras zonas tropicales y
subtropicales de América, Asia y Oceanía.
En el caso del café arábico, que es más vulnerable a plagas y enfermedades
que el Robusta, su adaptación es mayor en las zonas subtropicales o en
aquellas zonas tropicales de mayor altitud, que tienden a ser menos inhóspitas
y con temperaturas promedio menos elevadas. El café Robusta, consecuente
con su origen en el África meridional, se adapta a zonas bajas del trópico.
En lo que se refiere a las zonas montañosas de gran altitud en el trópico, como
es el caso del Este de África (Kenya, Tanzania y Etiopía) y las tropicales de las
Américas (como es el caso de Colombia), es posible producir café en altitudes
de hasta más de dos mil metros sobre el nivel del mar en cercanías con la línea
ecuatorial. En estas zonas de baja latitud y mayor altitud, la temperatura
promedio en el año permite producir café de altísima calidad.
El café arábico de alta montaña necesita condiciones especiales como el clima
(temperatura, precipitación, brillo solar y humedad ambiental) y el suelo para
su cultivo. Por tal razón, aunque su origen es tropical, no todas las regiones del
trópico son aptas para su cultivo.

Taxonomía del café


El café pertenece a la familia de las Rubiáceas y al género Coffea. Existen
numerosas especies de cafeto y diferentes variedades de cada especie. Las
especies más importantes comercialmente pertenecientes al género Coffea,
son conocidas como Coffea arabica Linneo (conocida como Arábica o Arábiga)
y Coffea canephora Pierre Ex Froehner (conocida como Robusta).
Botánica y fisiología
El cafeto pertenece a la familia de las rubiáceas. Esta familia tiene
características fáciles de reconocer:
Las hojas salen en pares.
No tienen divisiones y los bordes son lisos.
En las flores están los órganos de los dos sexos, son flores hermafroditas.
Generalmente cada fruto tiene dos semillas.
Clima para un cultivo óptimo
Componentes del clima
Temperatura
La zona óptima para el cultivo del café arabico se encuentra entre 19 y 21.5
grados centígrados.
En climas fríos, donde la temperatura media es menor de 19 grados
centígrados, las variedades de café se desarrollan menos, su producción es
menor y la cosecha se distribuye a lo largo del año.
En climas calientes, donde la temperatura media es mayor de 21.5 grados
centígrados, la vida productiva del cafeto es más corta, la cosecha más
temprana y más concentrada. El ataque de la roya es más severo y se
incrementan plagas como la broca y el minador.
Lluvia
Se considera apropiada para el cultivo una cantidad de lluvia comprendida
entre los 1.800 y los 2.800 milímetros anuales, con una buena distribución en
los diferentes meses del año. Se requieren por lo menos 120 milímetros al mes.
Periodos de mucha lluvia favorecen la presencia de enfermedades como el mal
rosado y la gotera.
El exceso de lluvias también puede afectar la floración del cafetal,
disminuyéndola o dañándola.
Si se presentan sequías excesivas, las hojas del cafeto pueden caerse por falta
de agua y se puede incrementar el ataque de plagas como la arañita roja, el
minador y la broca.
Humedad del aire o humedad relativa
Este componente del clima presenta altas variaciones entre el día y la noche.
En la zona cafetera el aire es normalmente húmedo.
Vientos
Son los encargados de transportar el vapor de agua y las nubes, haciendo
variar algunos componentes del clima como las lluvias, la temperatura y el brillo
solar.
En general, las zonas más adecuadas para el cultivo del cafeto se caracterizan
por presentar vientos de poca fuerza.
Brillo solar y nubosidad
La principal fuente de energía para las plantas es la radiación del sol que llega
a las plantas dependiendo de la presencia o ausencia de nubes y la orientación
de las laderas en relación con la salida del sol. El brillo solar se expresa como
el número de horas en las cuales el sol brilla en un período dado.
El brillo solar en la zona cafetera se encuentra entre 1.600 y 2.000 horas de sol
al año (4.5-5.5 horas de sol al día).
El Suelo para el cultivo
El suelo es la capa superior de la tierra donde se desarrollan las raíces de las
plantas.
El suelo es esencial para el cafeto porque le facilita el anclaje y le proporciona
el agua y los nutrimentos necesarios para su crecimiento, desarrollo y
producción.
Tiene su origen en la desintegración y descomposición lenta de las rocas,
causada principalmente por la acción del agua, la temperatura y los vientos. En
algunas regiones estos procesos se acompañan de cenizas provenientes de
los volcanes. Con el paso del tiempo las partículas formadas se mezclan con
los residuos de animales y vegetales en descomposición, dando origen al suelo
o capa vegetal.
El suelo está compuesto por sustancias sólidas (orgánicas e inorgánicas), agua
y aire.
Propiedades físicas del Suelo
Las principales son: color, textura, estructura, porosidad, permeabilidad,
profundidad efectiva.
Color
En términos generales, el color negro de los suelos indica un buen contenido
de materia orgánica. Los suelos oscuros son los mejores para el café y los
cultivos, en general.
Textura
Está relacionada con el tamaño de los granos o partículas del suelo:
Las más pequeñas se llaman arcillas.
Las más grandes reciben el nombre de arenas.
Las que tienen un tamaño intermedio entre las arcillas y las arenas se llaman
limos.
La cantidad o porcentaje en que se encuentran dichas partículas en un suelo,
determina su textura.
Dependiendo de los granos o partículas que estén en mayor número en el
suelo, se puede hablar de suelos con textura arenosa, arcillosa o limosa.
Cuando las partículas están en proporciones iguales, la textura es franca. Los
mejores suelos para cultivar café son los llamados francos.
Cada textura le da propiedades particulares al suelo, en cuanto al drenaje o
porosidad y la cantidad de nutrientes, entre otras.
Estructura
Es la forma como se agrupan las partículas o granos del suelo y es
determinante para el crecimiento y penetración de las raíces.
Es de gran importancia en la permeabilidad del suelo, en la facilidad para
trabajarlos y en la resistencia a la erosión.
La estructura se puede mejorar o dañar con las labores de cultivo.
La mejor para el cafeto es la de tipo granular.
Porosidad y permeabilidad
Al agruparse los granos o partículas del suelo para formar terrones, quedan
entre ellos espacios de tamaño variable denominados poros, que son ocupados
por el agua y el aire.
La permeabilidad se refiere a la velocidad con la que el agua y el aire circulan o
se mueven a través de los poros del suelo.
Los suelos arenosos son de permeabilidad alta y los arcillosos de baja
permeabilidad.
Los mejores suelos para el café son los francos, en los cuales la permeabilidad
es moderada.
Profundidad efectiva
Se llama así a la distancia hasta donde las raíces de la planta pueden penetrar
fácilmente en busca de agua y alimento.
A mayor profundidad efectiva del suelo mejor será el desarrollo radical del
cafeto.
En general, un suelo para cultivar café es profundo si permite la penetración de
las raíces hasta 80 centímetros.
La erosión ocasionada por las inadecuadas prácticas de desyerba del cultivo,
disminuye la profundidad efectiva del suelo.
En resumen, los mejores suelos para el cultivo del cafeto son los francos, de
buena profundidad efectiva, con estructura granular, buena aireación y
permeabilidad moderada.
Propiedades químicas del suelo
Las más importantes son: pH o acidez, fertilidad, materia orgánica. Son
determinadas en el laboratorio mediante el análisis químico de suelos.
Grado de acidez o pH
Esta medida varía entre 1 y 14. Los suelos buenos para café deben tener una
acidez entre 5 y 5.5.
Al cafeto no le convienen suelos con valores de la acidez por debajo de 5 o por
encima de 5.5, pues se dificulta la nutrición del cultivo.
Fertilidad
Esta propiedad del suelo está estrechamente relacionada con la cantidad
disponible de nutrimentos para las plantas.
Los elementos nutritivos que el cafeto requiere en mayor cantidad son:
Nitrógeno, Fósforo y Potasio.
El cafeto necesita en menor cantidad de Calcio - Magnesio, Azufre - Hierro,
Zinc - Manganeso, Boro – Cobre.
La carencia de alguno de estos nutrimentos afecta el normal crecimiento y
desarrollo de la plantación cafetera al igual que su producción potencial, tanto
en calidad como en cantidad de café.
Un suelo que presente mediana a baja fertilidad se puede mejorar con la
aplicación de fertilizantes.
En general, se puede decir que para el cultivo del cafeto son más importantes
las buenas condiciones físicas del suelo que su fertilidad natural.
Materia orgánica
Está representada por los residuos descompuestos de plantas y animales. La
pulpa de café descompuesta aporta materia orgánica a los suelos. La materia
orgánica tiene mucha importancia para obtener una alta productividad del
cultivo. Influye en forma decisiva en el mejoramiento de las condiciones físicas
del suelo, favorece la retención de humedad y es el principal sustrato para el
desarrollo de pequeños organismos que la transforman en una gran fuente de
alimento para el cafeto. Los suelos buenos para cultivar café deben tener
contenidos de materia orgánica mayores al 8%.

¿Cuáles son las condiciones ambientales para la producción del café?

Temperatura:  Esta debe ser entre los 17 y 26ºC. Si la temperatura es menor a 16 grados
pueden quemarse los brotes, por otro lado, si la temperatura sobrepasa los 27 grados hay más
riesgo de deshidratación de la planta.

Altura: La altura apropiada debe ser entre 900 y 1600 metros sobre el nivel del mar. Si se
cultiva a menor altura, los costos de producción aumentan, ya que se reduce la calidad de los
granos de café. Caso contrario, si el cafeto se cultiva a mayor altura, se produce un menor
crecimiento de las plantas.

Vientos: Este también es un factor importante para su producción, ya que si éste supera los 30
Km/h, se daña la planta, produciéndose la caída de las hojas, rompimiento de las flores y
deshidratación de las mismas.

Lluvia: El agua natural que recibe la plantación es primordial, pero en caso de ser excesiva,
puede ser perjudicial. El rango de precipitaciones necesarias para una cultivación óptima es
entre 1.000 y 3.000 milímetros/año. La lluvia excesiva puede generar hongos, así como la lluvia
escasa reduce el crecimiento de los cafetos.

Humedad: Es un factor relevante y va de la mano de las precipitaciones. Si es mayor a 90% hay


riesgo de que la planta se infecte de hongos. Por ello, se recomienda que el ambiente tenga entre
un 65 y 90% de humedad.

 El café que tomas diario necesita ciertas condiciones y cuidados especiales para llegar a
nuestras tazas. Por ello, siempre debes recordar la importancia de cada uno de estos factores
sobre el producto final.

Condiciones agro-ecológicas del café

Clima y Suelo para El Café

Componentes del clima

Temperatura

• La zona óptima para el cultivo del café arábico se encuentra entre 19 y


21.5 grados centígrados.

• En climas fríos, donde la temperatura media es menor de 19 grados


centígrados, las variedades de café se desarrollan menos, su producción es
menor y la cosecha se distribuye a lo largo del año.
• En climas calientes, donde la temperatura media es mayor de 21.5
grados centígrados, la vida productiva del cafeto es más corta, la cosecha más
temprana y más concentrada. El ataque de la roya es más severo y se
incrementan plagas como la broca y el minador.

Lluvia

• Se considera apropiada para el cultivo una cantidad de lluvia


comprendida entre los 1.800 y los 2.800 milímetros anuales, con una buena
distribución en los diferentes meses del año. Se requieren por lo menos 120
milímetros al mes.

• Periodos de mucha lluvia favorecen la presencia de enfermedades como


el mal rosado y la gotera.

• El exceso de lluvias también puede afectar la floración del cafetal,


disminuyéndola o dañándola.

• Si se presentan sequías excesivas, las hojas del cafeto pueden caerse por
falta de agua y se puede incrementar el ataque de plagas como la arañita roja,
el minador y la broca.

Humedad del aire o humedad relativa

Este componente del clima presenta altas variaciones entre el día y la noche.
En la zona cafetera el aire es normalmente húmedo.

Vientos

• Son los encargados de transportar el vapor de agua y las nubes,

• haciendo variar algunos componentes del clima como las lluvias, la


temperatura y el brillo solar.

• En general, las zonas más adecuadas para el cultivo del cafeto se


caracterizan por presentar vientos de poca fuerza.

Brillo solar y nubosidad

• La principal fuente de energía para las plantas es la radiación del sol


que llega a las plantas dependiendo de la presencia o ausencia de nubes y la
orientación de las laderas en relación con la salida del sol. El brillo solar se
expresa como el número de horas en las cuales el sol brilla en un período
dado.

• El brillo solar en la zona cafetera se encuentra entre 1.600 y 2.000 horas


de sol al año (4.5-5.5 horas de sol al día.

EL SUELO PARA EL CULTIVO


El suelo es la capa superior de la tierra donde se desarrollan las raíces de
las plantas.
El suelo es esencial para el cafeto porque le facilita el anclaje y le
proporciona el agua y los nutrimentos necesarios para su crecimiento,
desarrollo y producción.
Tiene su origen en la desintegración y descomposición lenta de las rocas,
causada principalmente por la acción del agua, la temperatura y los vientos. En
algunas regiones estos procesos se acompañan de cenizas provenientes de
los volcanes. Con el paso del tiempo las partículas formadas se mezclan con
los residuos de animales y vegetales en descomposición, dando origen al suelo
o capa vegetal.
El suelo está compuesto por sustancias sólidas (orgánicas e inorgánicas),
agua y aire.
Propiedades físicas del Suelo
Las principales son: color, textura, estructura, porosidad, permeabilidad,
profundidad efectiva.
Color
En términos generales, el color negro de los suelos indica un buen contenido
de materia orgánica. Los suelos oscuros son los mejores para el café y los
cultivos, en general.
Textura
Está relacionada con el tamaño de los granos o partículas del suelo:
Las más pequeñas se llaman arcillas.
Las más grandes reciben el nombre de arenas.
Las que tienen un tamaño intermedio entre las arcillas y las arenas se llaman
limos.
La cantidad o porcentaje en que se encuentran dichas partículas en un
suelo, determina su textura.
Dependiendo de los granos o partículas que estén en mayor número en el
suelo, se puede hablar de suelos con textura arenosa, arcillosa o limosa.
Cuando las partículas están en proporciones iguales, la textura es franca.
Los mejores suelos para cultivar café son los llamados francos.
Cada textura le da propiedades particulares al suelo, en cuanto al drenaje o
porosidad y la cantidad de nutrientes, entre otras.
Estructura
Es la forma como se agrupan las partículas o granos del suelo y es
determinante para el crecimiento y penetración de las raíces.
Es de gran importancia en la permeabilidad del suelo, en la facilidad para
trabajarlos y en la resistencia a la erosión.
La estructura se puede mejorar o dañar con las labores de cultivo.
La mejor para el cafeto es la de tipo granular.
Porosidad y permeabilidad
Al agruparse los granos o partículas del suelo para formar terrones, quedan
entre ellos espacios de tamaño variable denominados poros, que son ocupados
por el agua y el aire.
La permeabilidad se refiere a la velocidad con la que el agua y el aire circulan o
se mueven a través de los poros del suelo.
Los suelos arenosos son de permeabilidad alta y los arcillosos de baja
permeabilidad.
Los mejores suelos para el café son los francos, en los cuales la permeabilidad
es moderada.
Profundidad efectiva
Se llama así a la distancia hasta donde las raíces de la planta pueden penetrar
fácilmente en busca de agua y alimento.
A mayor profundidad efectiva del suelo mejor será el desarrollo radical del
cafeto.
En general, un suelo para cultivar café es profundo si permite la penetración de
las raíces hasta 80 centímetros.
La erosión ocasionada por las inadecuadas prácticas de desyerba del cultivo,
disminuye la profundidad efectiva del suelo.
En resumen, los mejores suelos para el cultivo del cafeto son los francos, de
buena profundidad efectiva, con estructura granular, buena aireación y
permeabilidad moderada.
Propiedades químicas del suelo
Las más importantes son: pH o acidez, fertilidad, materia orgánica. Son
determinadas en el laboratorio mediante el análisis químico de suelos.
Grado de acidez o pH
Esta medida varía entre 1 y 14. Los suelos buenos para café deben tener una
acidez entre 5 y 5.5.
Al cafeto no le convienen suelos con valores de la acidez por debajo de 5 o por
encima de 5.5, pues se dificulta la nutrición del cultivo.
Fertilidad
Esta propiedad del suelo está estrechamente relacionada con la cantidad
disponible de nutrimentos para las plantas.
Los elementos nutritivos que el cafeto requiere en mayor cantidad son:
Nitrógeno, Fósforo y Potasio.
El cafeto necesita en menor cantidad de Calcio - Magnesio, Azufre - Hierro,
Zinc - Manganeso, Boro – Cobre.
La carencia de alguno de estos nutrimentos afecta el normal crecimiento y
desarrollo de la plantación cafetera al igual que su producción potencial, tanto
en calidad como en cantidad de café.
Un suelo que presente mediana a baja fertilidad se puede mejorar con la
aplicación de fertilizantes.
En general, se puede decir que para el cultivo del cafeto son más importantes
las buenas condiciones físicas del suelo que su fertilidad natural.
Materia orgánica
Está representada por los residuos descompuestos de plantas y animales. La
pulpa de café descompuesta aporta materia orgánica a los suelos. La materia
orgánica tiene mucha importancia para obtener una alta productividad del
cultivo. Influye en forma decisiva en el mejoramiento de las condiciones físicas
del suelo, favorece la retención de humedad y es el principal sustrato para el
desarrollo de pequeños organismos que la transforman en una gran fuente de
alimento para el cafeto. Los suelos buenos para cultivar café deben tener
contenidos de materia orgánica mayores al 8%

Condiciones ecológicas
Vamos a analizar los factores ecológicos por separado, pero es importante
recordar que todos estos factores se entrelazan, siendo su conjunto el que
determina las condiciones reinantes.
Factores climáticos:
- Precipitación: Ya sean verticales, horizontales o en forma de nieve,
estos aportes son necesarios porque las plantas obtienen el agua que
necesitan para vivir únicamente de ellas, a no ser que tengan otros
aportes debido a situaciones edáficas especiales.
- Humedad relativa del aire: importante porque regula la transpiración de
las plantas e influye en la mayor o menor desecación de las mismas.
- Radiación y luz: imprescindible para el desarrollo de los vegetales. La
mayor o menor necesidad de luminosidad por parte de las especies
arbóreas da lugar al concepto selvícola de temperamento.
- Temperatura: todas las especies están adaptadas a un régimen térmico
determinado (umbral de temperatura) óptimo para su crecimiento.
- Viento: El viento, junto con la luminosidad, es uno de los factores
relevantes que influyen en el porte y la arquitectura de las copas de los
árboles, así como en la estabilidad de la masa.
Factores edáficos:
- Sustrato y composición química: el valor resultante de estos parámetros se
refiere a la permeabilidad del suelo y a su fertilidad.
- Profundidad: define el volumen para el desarrollo del sistema radical.
Estos factores influyen en la selvicultura desde el punto de vista de:
- Elección de especies
- Potencialidad de crecimiento
- Limitaciones en los tratamientos de mejora o regeneración
- Limitaciones en los determinados métodos de regeneración
- Limitaciones a la mecanización
- Limitaciones en los determinados métodos de regeneración
Factores fisiográficos:
- Orografía: configuración general del relieve. Las diferentes especies se
dispondrán de una forma u otra en el relieve según éste se encuentre en
barlovento o sotavento, por ejemplo:
- Altitud: La altitud influye en el gradiente térmico, la temperatura
disminuye 0'6ºC cada 100 metros ascendidos.
- Pendiente: influye sobre los factores edáficos y sobre la sensibilidad a la
erosión.
- Exposición: se distingue entre solana y umbría, lo cual influirá en la
disposición de las especies.

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