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Teotihuacan

(diapositiva 2 video)

Teotihuacan (en náhuatl: Teōtihuácān, ‘"Es un lugar donde los hombres se convierten en dioses“

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Los informantes nahuas de Bernardino de Sahagún pensaban que Teotihuacán fue el sitio donde los
dioses se reunieron para dar origen a Nahui Ollin, el Quinto Sol de acuerdo con la mitología indígena, el
que alumbra la era contemporánea.

Cuando aún era de noche,

cuando aún no había día,

cuando aún no había luz,

se reunieron,

se convocaron los dioses

allá en Teotihuacán.

Dijeron,

hablaron entre sí:

― «¡Venid acá, oh, dioses!

«¿Quién tomará sobre sí,

«quién se hará cargo

«de que haya día,

«de que haya luz?»

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Teotihuacan fue la ciudad mesoamericana por antonomasia. Su grandeza y hegemonía se fincaron, sin
embargo, siglos antes de que alcanzara el rango de urbe. Como hemos visto, en el Preclásico Tardío era
una de las capitales que señoreaban la Cuenca de México. Precisamente entre 300 y 100 a.C. Cuicuilco
deja de ser el único centro de poder en la región, pues Teotihuacan la dobla en número de habitantes.
Tiempo después, en los albores de la era cristiana, y tal vez a causa de las erupciones del Xitle, las tres
cuartas partes de la población de la Cuenca se trasladan al Valle de Teotihuacan. Cabría entonces
preguntarse por qué hubo tal concentración humana en tan reducido espacio y por qué floreció
precisamente allí la ciudad más célebre del Clásico.

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El Valle de Teotihuacan tiene una extensión de 505 km2, lo que significa menos de 6.5% de la-superficie
total de la Cuenca. Rico en tierras aluviales, se beneficia de flujos de agua, entre ellos los ríos San Juan,
San Lorenzo y Huixulco, y numerosos manantiales de aguas permanentes. Además, en época
prehispánica el Lago de Texcoco llegaba a las fértiles planicies de Acolman.

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A su potencial agrícola se sumaba el recurso mineral más importante en la economía de la época: la


obsidiana. Con ella los teotihuacanos elaboraron toda suerte de utensilios que llegaban a los confines de
Mesoamérica. Del cerro Olivares, en las proximidades de Otumba, procedía la obsidiana gris veteada; en
tanto que la verde era extraída de un pequeño volcán al oeste de Tulancingo y de las excepcionalmente
ricas minas de la Sierra de las Navajas, cerca de Pachuca. También podían obtenerse en la región una
arcilla de excelente calidad para la alfarería, el basalto, el tezontle, la pizarra, la andesita y la arenisca.

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Otras dos condiciones muy favorables para el desarrollo urbano de Teotihuacan fueron, por una parte,
la posición privilegiada de su valle como lugar de paso en la ruta comercial más directa entre el Golfo de
México y la Cuenca

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Y, por otra, la presencia de numerosas cuevas que, sacralizadas, convirtieron la zona en un prestigiado
Santuario. Precisamente, la Pirámide del Sol fue levantada a fines del Preclásico sobre una de estas
cuevas subterráneas, que al parecer fue su antecedente ritual. Se trata de una cavidad (posiblemente
natural, pero muy codificada por la mano del hombre) que consta de un túnel de acceso de 100 m de
longitud y de una cámara tetralobulada.

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Teotihuacan está dividida en varias fases que vemos aquí

En términos generales, el Preclásico tardío del Valle de México se caracteriza por el incremento de
población, el desarrollo de una arquitectura cívicomonumental y la presencia, por vez primera de una
jerarquía de asentamientos

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En la fase proto teotihuacana

En la fase Cuanalan , 500 -150 a.C.

En el Valle de México se desarrollan comunidades aldeanas densamente pobladas en las planicies


aluviales. Centros nucleares ocupados por clanes familiares. Cuicuilco se convierte en el centro rector
del Valle de México concentrando gran parte de la producción y sus recursos. Hacia el final de esta etapa
se detecta un pequeño asentamiento en el área de manantiales en el sudoeste de Teotihuacan.

El uso de la irrigación como un método para hacer sus tierras más productivas parece ser determinante
ya en esta época aunque sigue siendo un tema de investigación.

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Patlachique

150 a.C. - 1 d.C.

Se inician las transformaciones que culminarán con la conformación de Teotihuacan como la principal
metrópolis. Se duplica la población en todo el Valle de México con dos centros regionales: Cuicuilco y
Teotihuacan.

En Teotihuacan se inicia la extracción de la piedra existente bajo el manto de lava que cubría gran parte
del valle para ser utilizadas en la construcción, se levanta un Centro Ceremonial común, antecedente de
las Pirámides del Sol y la Luna.

La población según René Millon era de 5.000 habitantes, otros autores manejan entre 20 y 30.000.

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Cuicuilco alcanza su máximo esplendor con una extensión de 400 hectáreas y una población estimada en
20.000 habitantes.

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A pesar del predominio de Cuicuilco, los cambios más importantes se concentran en la región del Valle
de Teotihuacan, cuya área, considerada todavía marginal, poco poblada y sin grandes comunidades
concentra, no obstante, gran parte de la población en la zona donde se desarrollará la ciudad clásica

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Tzacualli

(1- 150 d.C.)

Que a su vez se divide en Teotihuacan I (1 -100 d.C.) y Teotihuacán 1A (100 - 150 d.C.)

Corresponde al despegue cultural de Teotihuacan. El centro urbano se extiende hasta los 17 km2.

Continúa el crecimiento poblacional, se estima para esta fase una población de entre 25.00 y 30.000
habitantes concentrada en el norte y oeste de la ciudad. Otros autores sugieren hasta 60.000. Reflejo de
una intensificación de las cosechas en el sudoeste del valle.

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La monumentalidad de la arquitectura sugiere un poder altamente centralizado capaz de organizar y


concentrar el trabajo.

Teotihuacan se va modelando como una metrópolis de carácter religioso no tan sólo para los propios
teotihuacanos, sino también para el resto de los pueblos mesoamericanos.

(diapositiva 16 mascara de obsidiana verde encontrada en Teotihuacan, mascara entre 300 y 600 d.C.)

El trabajo de la obsidiana, sobre todo obsidiana verde, parece ser el principal atributo de la ciudad. Era
obtenida por dos fuentes principales: la obsidiana gris, procedente de Otumba a unos 16 km de la
ciudad y la obsidiana verde de la Sierra de las Navajas, unos 50 km al noroeste. La presencia de
obsidiana verde -permitía realizar trabajos de mayor calidad y con menos trabajo -es uno de los rasgos
característicos de la cultura teotihuacana, El material era trasladado en forma de bloques hasta los
talleres donde se realizaban las piezas.

La primera mascara es muy interesante porque es la única que se ha encontrado en un contexto ritual
en teotihuacan

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El factor religioso y el desarrollo de un comercio basado en el trabajo de la obsidiana, proponen un


modelo "peregrino-templo-mercado" para Teotihuacan que se convierte en la mayor urbe del centro de
México y sólo podían compararse con ella Monte Albán en los valles Centrales de Oaxaca y Cholula en el
valle poblano-tlaxcalteca. En las excavaciones arqueológicas, se han encontrado restos de cerámica
granular (cerámica blanca de paredes delgadas con pasta muy homogénea y una superficie granular,
cubierta con un baño tenue y decorada con una banda en el labio de la vasija y volutas en el cuello de
color marrón, negro o rojo. La cerámica Blanco Granular se reconoce porque fue elaborada con una
matriz de barro y arena, con altos contenidos de mica y grandes partículas irregulares de color blanco
opaco perceptibles a simple vista. La peculiar composición de la pasta produjo una superficie de
acabado irregular, disparejo, áspero y granuloso, generalmente cubierta por pintura blanca opaca, tan
diluida, que permite observar el color de la pasta, combinación que da por resultado un tenue color
“rosado”.)

Un tipo que también ha aparecido frecuentemente en yacimientos de Morelos y el centro de estado de


Guerrero, por lo que se supone que las relaciones comerciales entre Teotihuacan y esas zonas de
Mesoamérica ya se encontraban activas.

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Comienza a gestarse el Estado Teotihuacano: junto a un reagrupamiento territorial, con el desarrollo de


una agricultura de irrigación y un sistema tributario que servirán para sostener el incremento
poblacional

Recordemos que Teotihuacan fue el primer desarrollo urbano de gran magnitud en el centro de México.
Cubrió una superficie aproximada de 20 kilómetros cuadrados, en la que concentró a más de la mitad de
la población que tenía la Cuenca de México en su tiempo. Tuvo una aglomeración demográfica
considerada entre las más grandes de los tiempos preindustriales: diversos cálculos le asignan entre 40
000 y 200 000 habitantes. Fue una ciudad multiétnica, sitio estratégico -por poseer recursos como la
obsidiana- , centro de manufactura y de intercambio de bienes suntuarios, capital de un Estado singular,
asentamiento planificado y modelo del cosmos, con un espacio terrestre organizado de acuerdo con los
cuatro puntos cardinales, un inframundo y una esfera celeste

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En ese sentido quiero detenerme en el sistema religioso de los teotihuacanos

Como todo mesoamerica, los teotihuacanos fueron politeístas y adoraban a sus dioses. Sin embargo es
muy interesante descubrir las influencias de otros pueblos en la religión teotihuacana. Varios de ellos ya
los hemos mencionado en otros pueblos

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Iniciaremos con Quetzalcoatl

La serpiente emplumada es una de las imágenes más imponentes y sorpresivas de la antigua ciudad de
Teotihuacan. Las enormes cabezas de serpientes emplumadas que sobresalen en la fachada poniente
del Templo de Quetzalcóatl evocan el poderío y el misterio del lugar

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a desde el Preclásico olmeca (ca. 1150-500 a.C.) pueden verse diversas serpientes con características de
ave: pico o crestas aladas y emplumadas. Recordemos la estela donde aparece por primera vez esta
figura. La serpiente emplumada de Teotihuacan. en cambio, es una criatura con características
particulares: tiene forma de serpiente de cascabel y largas plumas de quetzal

La serpiente emplumada de Teotihuacan, serpiente de cascabel cubierta de plumas de quetzal, es el


antecedente más probable de la serpiente emplumada, tal y como se le conoce entre culturas
posteriores como Cacaxtla, Xochilcalco y los toltecas y aztecas del Posclásico.

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También se ve una serie de serpientes emplumadas en la escena de los Animales Mitológicos, uno de los
murales más tempranos de Teotihuacan que se conocen. En la escena se ven serpientes emplumadas
reptando entre olas que contienen jaguares, cocodrilos y peculiares peces que semejan aves. Si bien los
murales del Templo de Quetzalcóatl y el de los Animales Mitológicos sugieren que la serpiente
emplumada teotihuacana es sobre todo una criatura de agua estancada, su espectro simbólico es más
amplio.

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Tlaloc

Es considerado uno de los dioses más temidos y adorados por los pueblos mesoamericanos. Era el dios
de la lluvia, de quien dependían los ciclos del agua necesarios para que crecieran los cultivos de estos
pueblos, que eran netamente agrícolas.

A Tláloc también se le atribuía el poder del rayo. El territorio conferido a este dios era Tlalocán, lugar
mitológico que según los teotihuacanos estaba ubicado hacia el este del universo. Según describe la
cosmología teotihuacana, en Tlalocán nunca falta el alimento y es el origen de todas las fuentes de agua
que requiere la Tierra para su subsistencia.

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Tláloc es representado con anteojeras y lengua bífida como la de una serpiente. También tiene caracoles
y conchas, que representan su carácter fértil.

Su presencia es sobrecogedora y expresa la necesidad que tiene el hombre de recibir de la tierra los
alimentos esenciales. Es un dios dual: su otra cara la representa la diosa de los lagos y las corrientes de
agua.

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Chalchiuhtlicue
Es la otra cara del dios de la guerra y el agua (Tláloc). Esta diosa se asocia con la fertilidad Es
representada con la figura de una indígena con rasgos hermosos, vestimenta llamativa y elegante,
propia de su cultura; llamada huipil, posee una falda de color esmeralda, la cual representa el agua que
se distribuye en el océano, mares, ríos, y lagos. Asímismo en el agua de su falda flotan bebés; de ambos
géneros.

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Huehuetéotl

Es el dios del fuego y está representado como un anciano desdentado, arrugado, barbudo y jorobado.
Los hallazgos arqueológicos lo ubican como uno de los dioses más antiguos.

Después de que la ciudad de Cuicuilco fue destruida por una erupción volcánica, se encontraron figuras
que presentan al dios sentado y con brasas a su espalda. El dios Huehuetéotl estaba asociado con el
calendario solar.

La representación de la deidad sobre brasas sugiere la furia del volcán de Xitle, que hizo brotar fuego
por su boca y estremeció la tierra acabando con la ciudad de Cuicuilco.

Este dios representa entonces la memoria del volcán. El brasero que lo precede se utiliza para colocar
incienso o resinas aromáticas (copal), para así prenderles fuego.

Según la leyenda al momento de nacer, recibió el espíritu alentador de la Serpiente de Fuego


Xiuhtecuhtli, para protegerlo y guiarlo.

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Mujer araña

Fue venerada como la diosa de la oscuridad y del inframundo. Estaba representada con un tocado con la
cara de un pájaro verde, parecido a una lechuza o un quetzal.

Se encuentra rodeada de arañas y su cuerpo es de un color amarillento. Además, lleva una pieza
principal y muy característica que atraviesa su nariz: se trata de una barra alargada con tres círculos.

Justo debajo de esta barra cuelgan de tres a cinco «colmillos»; los más externos hacen una curva hacia el
medio y el que está en el centro apunta hacia abajo.

De su cabeza surge una forma vegetal similar al árbol del mundo, y de las gotas de agua de sus ramas
brota una cantidad de mariposas y arañas. Estas gotas ruedan por las manos de la diosa.

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Xipe Tótec

Algunas figurillas modeladas de la fase Tzacualli de Teotihuacan fueron interpretadas como


representaciones de Xipe Tótec o de su forma ancestral, el dios con máscara. La cabeza de la figurilla es
globular con tres depresiones circulares y está a menudo tocada con un casco hecho con dos bandas,
una que rodea la frente y otra transversal. Un barbiquejo (cinta o correa que sujeta una prenda de
cabeza por debajo de la barbilla) sujeta el casco, como se ve en las cabezas colosales olmecas de la costa
del Golfo.

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Figura 1 torso; figura 2 está erguido, con el brazo derecho flexionado con un vaso garra en la mano, el
brazo izquierdo flexionado, y la mano en posición de sostener algún objeto. está ataviado con tocado de
papel plisado, piel desollada, collar, maxtlatl y sandalias

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Xipe Tótec representaba el cambio, la transición y los ciclos, una noción fundamental en la cosmogonía
nahua. Aunque suele estar asociado típicamente a transiciones como las estaciones del año, los cultivos
o las pieles que se renuevan en una serpiente, las investigaciones más recientes afirman que en suma,
esta deidad se trata de una personificación del maíz

Se trata de una deidad tan temida como respetada que según el mito, se sacó los ojos y se quitó la piel
al principio de los tiempos para hacer germinar al maíz y así dar de comer a la humanidad

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Una de las fiestas más importantes para los mexicas se realizaba en marzo y coincidía con el equinoccio
de primavera, conmemorando victorias militares, además de honrar a Xipe Tótec con un ritual de
desollamiento: el Tlacaxipehualiztli.

Los guerreros capturados en guerras previas eran seleccionados para esta ceremonia, eligiendo con
especial énfasis a los de mayor rango o bien, los que habían mostrado mayor en batalla. Entonces una
lucha desigual se realizaba sobre el temalácatl –una enorme piedra a manera de plataforma en forma de
disco– donde las víctimas eran investidss con armas ficticias para luchar contra guerreros mexicas en
una suerte de sacrificio gladiatorio.

Una vez que el prisionero caía, se llevaba a cabo el sacrificio. Posteriormente, el cuerpo inerte era
entregado al guerrero mexica que lo había capturado y éste lo llevaba a su calpulli, el sitio comunal del
barrio donde finalmente se llevaba a cabo el desollamiento. Las pieles se repartían y comenzaba una
cosecha de granos de maíz, donde se buscaban las mejores mazorcas para ofrecerlas a Xipe Tótec. Al
mismo tiempo, con este acto se reactualizaba el mito de la creación del Quinto Sol.

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El dios Gordo

Según las investigaciones arqueológicas y antropológicas llevadas a cabo, esta divinidad también era la
representación de la vida y la muerte.

Su aspecto era el de un hombre equilibrado y elegante. Su rostro era mofletudo y sereno, con los
párpados entreabiertos y los pómulos afilados y pronunciados. Algunos investigadores indican que esta
deidad estaba relacionada sobre todo con la muerte y que tenía una función funeraria.

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Es un período de gran actividad constructiva: se erigen la Pirámide del Sol y la de la Luna.

Empecemos por la pirámide del Sol y algunos datos interesantes

La piramide del sol en Teotihuacán mide en su base 222 x 225 metros y su altura total es de 63 metros,
descansa sobre una plataforma de unos 320 metros de largo

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Los teotihuacanos mismos, en el transcurso de su largo desarrollo cultural que abarca hasta el siglo VIII
D.C., no volvieron a construir otro monumento de tales dimensiones, si bien llegaron a transformar su
ciudad en una de las más majestuosas

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A través de la Pirámide del Sol y de su hermana menor, la de la Luna, construida poco tiempo después,
vemos como el arte teotihuacano se caracterizo desde un principio por una marcada tendencia a la
monumentalidad y por una gran simplicidad geométrica, en rara armonía con el paisaje circundante

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Ya encontramos en Teotihuacán, desde esta temprana época, el clásico perfil de la pirámide escalonada
tan característica de Mesoamérica y que perduraría a través de todo su desarrollo cultural. Otro factor
cultural común a muchas ciudades mesoamericanas es la orientación de los principales edificios
religiosos, como vemos particularmente en Teotihuacán en estas dos pirámides.

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En efecto la Pirámide del Sol, cuyo cuerpo principal está orientado en dirección de la puesta del sol el día
que pasa este por el cenit, sufrió posteriormente una desviación, caso extraño en una ciudad de trazo
tan riguroso al serle añadido el cuerpo adosado a la fachada que mira al poniente

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la Pirámide del Sol fue construida en una sola etapa

En algún momento anterior al año 225 d. C. la pirámide del Sol cobró la forma con la que ha llegado
hasta nosotros, a excepción de la cima y la superficie, en la actualidad totalmente destruidas.

La construcción definitiva media cerca de 226 metros en la base, algo menos que la gran pirámide
egipcia de Quéope o Keops, y su altura alcanzaba los 73 metros (incluido el santuario de la cima), esto
es, la mitad que la del faraón egipcio. Además la pirámide del sol de Teotihuacán contaba con 260
escalones para acceder a la cima.

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Debido a que los mexicas la llamaron tonatiuh itzacual, “encierro del Sol”, comúnmente se piensa que
estuvo dedicada al culto a ese astro. Sin embargo, algunos autores sostienen que en realidad estuvo
dedicada al dios de la lluvia. Durante su exploración se localizaron, en las cuatro esquinas de cada uno
de los cuerpos, entierros de niños sacrificados, práctica asociada al culto a los dioses de la lluvia

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Las ofrendas 1 y 2 fueron depositadas como parte de la ofrenda que conmemoraría el inicio de la
construcción de la Pirámide del Sol. Los objetos depositados en la ofrenda 2 fueron numerosos y
consistieron en navajillas prismáticas y puntas de proyectil de obsidiana y figuras antropomorfas, entre
otros. Para colocar los objetos ofrendados se cavó en la capa de tepetate desde donde se inició la
construcción de la Pirámide del Sol.

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en el centro de la futura ciudad había una gruta orientada al oeste, justo hacia donde se ponía el sol en
ciertos días relevantes dentro del calendario astronómico y agrícola, y sobre ella se construyó en el siglo
I a. C. un santuario, la más antigua construcción levantada en el lugar que más tarde habría de ocupar la
pirámide del Sol.

(diapositiva 42)

Hacia finales de ese mismo siglo se agrandó el santuario de la gruta hasta convertirla en una primera
versión de la pirámide del Sol. Todavía no se conocen a fondo las distintas fases de construcción de que
fue objeto dicha pirámide

(diapositiva 43)

Sí que se sabe, por ejemplo, que la plataforma de esta primera versión era de planta cuadrangular y
medía 349 m de largo. Sobre ella se edificó la penúltima versión de la pirámide, esta vez sobre una
planta igualmente cuadrangular de 184 m de largo y 46 m de alto.

Gracias a los estudios realizados por Rene Millón, William T. Sanders y George L. Cowgill se conoce la
secuencia histórica de la urbe y de su entorno rural desde su gestación hasta su ocaso. Para Miccaotli
(150- 250 dC), la primera fase del Clásico, Teotihuacan puede considerarse una verdadera ciudad. No
creció en extensión, pero sí en densidad y complejidad. Se vivía entonces un momento de florecimiento
y expansión comercial.

(diapositiva 44 pirámide de la luna en 1920)

La Pirámide enmarcada por Cerro Gordo, "Tenan" en náhuatl: "madre o protector de piedra", evoca, al
igual que la Pirámide de Sol, un monte sagrado. Mide cuarenta y dos metros de altura, la superficie de
su base es de 18.000 m2, sus cuatro cuerpos en talud están precedidos por una plataforma adosada de
cinco cuerpos.

(diapositiva 45 Chalchihuitlicue, diosa del agua (video piramide) y diosa de la fertilidad posiblemente
procede de una antigua deidad olmeca chicomecoatl)

Los aztecas la consideraron como Metztli itzacual, "encierro de la Luna". No obstante, el monumento, de
acuerdo a las grandes esculturas encontradas en la Plaza, pudo haber estado consagrado a las diosas del
agua y la fertilidad.

También es importante observar que es la única que es el único templo que está frente a la calzada de
los muertos

Al igual que en la piramide del sol bajo la piramide de la luna hay cámara a ocho metros de profundidad
y un túnel bajo la Pirámide de la Luna, en Teotihuacán.
La fosa, que podría ser un espacio funerario, mide 15 metros de diámetro y el conducto desemboca
hacia el sur de la Plaza de la Luna.

(diapositiva 46)

La Pirámide se edificó en siete etapas, comenzando alrededor del año 100 d.C., y erigiendo una sobre la
otra

(diapositiva 47)

Otra característica importante del conjunto es que es de perspectiva abierta, por lo que se cree que fue
un lugar dedicado a ceremonias de carácter público sin restricciones para su acceso, lo que contrasta
fuertemente con el conjunto dela Pirámide del Sol o de la Ciudadela que eran espacios circunscritos por
una plataforma.

(diapositiva 47)

Al frente de la pirámide está adosado un cuerpo saliente, de mayores dimensiones que el de la


estructura adosada a la Pirámide del Sol y que no parece ser una superposición, sino que forma parte de
la estructura misma de la pirámide y presenta cuatro cuerpos escalonados con muros en talud-tablero.

(diapositiva 48)

A los lados de este cuerpo superpuesto hay dos grandes canales de drenaje limitados por muretes tipo
alfarda.

(diapositiva 49)

En la parte superior de la pirámide parece que hubo un templo (como en la Pirámide del Sol) por lo que
parece que originalmente pudo tener una mayor altura de la que tiene hoy en día.

(diapositiva 50)

Es muy interesante anotar que en esta piramide se encontraron enterramientos

Cuatro individuos fueron colocados paralelamente entre si en sentido E-W. Todos tenían sus brazos
cruzados hacia atrás, como estuvieran atados por las muñecas. Tres de ellos se encontraron en posición
extendida, y el último estaba flexionado sobre su lado izquierdo.

(diapositiva 51)

Entre los materiales que se encontraron depositados sobre los esqueletos de los individuos destacan
figurillas de piedra verde, caracoles de gran tamaño (Pleuroploca gigantea), un disco de pirita muy
grande, fibras orgánicas, y numerosas figurillas, cuchillos y puntas de proyectil de tamaño miniatura en
obsidiana. Los animales que acompañaron a estas ofrendas consisten en las cabezas de felinos y
cánidos, y el esqueleto de un búho.

(diapositiva 52)

Los individuos enterrados portaban ornamentos de concha y piedra verde, como orejeras, cuentas y una
nariguera. Este complejo de ofrendas se encontraba completamente cubierto de rocas de gran tamaño,
por lo que las osamentas presentaron pobre estado de conservación.
(diapositiva 53)

Objetos encontrados en las Ofrendas

(diapositiva 54)

Una parte interesante es observar las diferentes características de los enterramientos:

Entierro B

Restos de 12 víctimas con los brazos atados, 10 de ellos decapitados.

Entierro C

Junto a los esqueletos de 4 hombres, se encontraron 14 cabezas de lobos y 4 de pumas,

Entierro E

Tres extranjeros lujosamente ornamentados fueron enterrados sentados

La evidencia indica que todos los muertos fueron víctimas de sacrificios rituales para consagrar las
sucesivas etapas de la construcción de la pirámide.

(diapositiva 55)

El sacrificio más antiguo data aproximadamente del año 200 d. C. y marca un importante crecimiento de
la pirámide. Aparentemente, un extranjero herido ?casi con certeza un prisionero de guerra? fue
enterrado vivo con las manos atadas a la espalda.

Cada uno de ellos resultó diferente al anterior, pero todos guardaban un mismo propósito: "El sacrificio
humano era importante para controlar a la gente , para convencerla que hiciera lo que sus gobernantes
deseaban"

(diapositiva 56 plaza de la luna a principios del siglo XX)

En la siguiente fase, Tlamimilolpa (250-400), aumentó la población teotihuacana. Se construyeron la


Plaza de la Pirámide de la Luna

Al norte de Teotihuacán, donde termina la Calzada de los Muertos, se encuentra la Plaza de la Luna;
rodeada por la Pirámide de la Luna y otros 13 templos menores; al Centro hay un adoratorio de cuatro
escalones, cerca de los vestigios de la Estructura A.

(diapositiva 57)

Esta conformada por diez altares que simbolizan el centro del universo

(diapositiva 58)

Hasta el momento se han ubicado cinco estelas completas dentro de las fosas, cuyos pesos y alturas
varían de los 500 a 800 kilos y entre 1.25 a 1.50 metros. Lo que confirma la importancia de la piedra
verde y su uso vinculado a las deidades acuáticas. Las estelas se posan en espacios de 60 centímetros y
aproximadamente cuatro metros de profundidad.

(diapositiva 59)
Otro descubrimiento importante fue la ubicación, a tan solo 10 centímetros de profundidad, de dos
canales asociados al altar central de la Plaza de la Luna.

“Nos encontramos frente a un nuevo ombligo de la ciudad”, declaró Verónica Ortega, “frente a un
nuevo centro cósmico. […] La Plaza de la Luna no era como la vemos actualmente. Estaba llena de
hoyos, canales, estelas, los edificios eran mucho más retirados y la Pirámide de la Luna era de menores
dimensiones”.

(diapositiva 60)

Despues se construyo el eje norte-sur, organizador del espacio urbano, que después fue nombrado por
los mexicas el Camino de los Muertos (Miccaotli).

Una ciudad de las dimensiones y complejidad de Teotihuacan debió tener una planeación cuidadosa,
que incluyó no sólo razones prácticas y de organización del espacio, sino también la concepción del
mundo que regía la vida de sus habitantes. Como otras ciudades mesoamericanas, en el trazo de
Teotihuacan se buscaba reflejar el arreglo del cosmos y para ello resultó esencial la disposición de sus
construcciones a lo largo de dos ejes transversales, el principal de los cuales es el que los mexicas
llamaron Calle de los Muertos, por creer que los numerosos montículos situados a su vera eran tumbas.
En realidad se trata de un grandioso conjunto de construcciones de diferentes tipos, en las que lo mismo
habitaban los miembros de la clase dirigente, que albergaban actividades civiles y administrativas y eran
teatro de una vida ritual que seguramente impresionaba a propios y extraños. La Calle de los Muertos
mide alrededor de 5 km, si bien el área que ahora se visita tiene cerca de 2 km, a lo largo de la cual se
encuentran 80 basamentos de distintos tipos y tamaños.

(diapositiva 61)

Los aztecas la llamaron "miccaotli": "camino de los muertos", al pensar que los montículos situados a su
vera eran tumbas.

(diapositiva 62)

La Calzada de los Muertos es el eje principal de la ciudad de Teotihuacan. Tiene unos 40 metros de
ancho, dirección sur-norte con una orientación 15° 25' hacia el este, con respecto al norte astronómico.

(diapositiva 63)

Su límite norte se encuentra en la Plaza de la Luna y su extremo sur que se prolonga después de La
Ciudadela, aún no ha sido explorado. Se estima una longitud superior a los 4 km.

(diapositiva 64)

A lo largo de la Calzada se encuentran las construcciones más importantes de Teotihuacan, entre ellas,
las dos grandes pirámides -del Sol y la Luna

(diapositiva 65)

El Conjunto de Quetzalpapálotl, con su Palacio, el Patio de los Jaguares y la Subestructura de los


Caracoles Emplumados;

(diapositiva 66)
La Ciudadela, con el Templo de Quetzalcóatl;

(diapositiva 67)

y el Complejo de la Calle de los Muertos compuesto por: Edificios Superpuestos, Grupo Viking y los
conjuntos Plaza Oeste y Plaza Este.

(diapositiva 68)

El Templo de los Caracoles Emplumados

Por un túnel se ingresa a la Subestructura de los Caracoles Emplumados. Se trata de un antiguo edificio
que fue sepultado por tierra y piedras, sobre el cual se construyó el Patio de Quetzalpapálotl. Está
constituido por un templo adornado con bajorrelieves de flores y trompetas de caracol, con una
plataforma con pinturas de aves verdes que arrojan corrientes y gotas de agua por el pico.

(diapositiva 69 y 70)

En el tablero de la plataforma se observan pinturas murales con representaciones de aves, tal vez loros
o guacamayas, de cuyos picos salen corrientes de agua.

(diapositiva 71)

Las pilastras centrales del templo se encontraban decoradas con representaciones de caracoles
emplumados, las que le dan nombre al edificio, en tanto que en las de los extremos se observan flores
de cuatro pétalos, motivo común en la iconografía teotihuacana.

(diapositiva 72 y 73)

Sobre esta se encuentra el Palacio de Quetzalpapalotl, cubriendo un antiguo templo.

El Palacio de Quetzalpapálotl o quetzal-mariposa es sin duda el más lujoso de cuantos se han


encontrado en Teotihuacan. Los pilares tallados que rodean el patio tienen en el centro la figura de un
pájaro -un quetzal o lechuza- con una mariposa en el pecho. Aún son visibles los discos de obsidiana que
llevaban en el centro de los ojos estelares. los pilares tienen varios orificios que servían para amarrar las
cortinas, que quizá eran de algodón. El talud interior del pórtico está decorado con una greca
escalonada, motivo relacionado con el agua y la fertilidad. El techo remata en unas almenas con
símbolos del año teotihuacano.

Este edificio, reconstruido en su mayoría por los arqueólogos, presenta en su patio interior, pilares
decorados con bajorrelieves del animal mitológico llamado quetzalpapalotl que le da nombre
(Quetzalmariposa). Se le supone residencia de un gran rey o sacerdote, tratándose de un claro ejemplo
de arquitectura civil.

(diapositiva 74)

Junto al conjunto anterior se ubica El Palacio de los Jaguares

Es un patio que se ubica junto al anterior palacio de las Mariposas, al lado de poniente. Fue construido
entre el 450 y el 650 d. C. Se piensa que fue un espacio habitado por sacerdotes o por dirigentes de la
ciudad.
(bis)Es un espacio amplio que recibe su nombre de las pinturas murales que se han conservado y que
representan a felinos, concretamente jaguares, que portan por todo su cuerpo y por la cola una hilera
de conchas marinas, en alusión al agua. En sus cabezas tienen penachos de plumas de quetzal. Además
parece que los jaguares sostienen en una de sus patas delanteras una caracola por la que parece que
van a soplar, de la que caen gotas de agua.

Estas imágenes están enmarcadas con lo que parece que son estrellas de mar de cinco puntas, con la
lengua bífida y el símbolo del dios Tlaloc, además de glifos que representan el año solar teotihuacano.

Más abajo de este palacio se localiza una estructura de dos cuerpos escalonados que es conocida como
el Conjunto de los Animales Mitológicos.

(diapositiva 75)

y el Gran Conjunto, enfrente de la Ciudadela.

Este gran recinto arquitectónico fue uno de los más recientes descubrimientos. En este lugar estuvo el
gran mercado de la ciudad que junto con el espacio llamado Ciudadela, formaba el centro comercial,
administrativo y religioso. En los tiempos actuales, en este mismo espacio se encuentra el aparcamiento
de coches, el museo, el mercado y las oficinas administrativas.

La mayoría de los conjuntos habitacionales también datan de esta época

(diapositiva 76)

A lo largo de la Calzada de los Muertos aparecen una serie de pequeñas estructuras que algunos
investigadores han planteado como viviendas de sacerdotes. Aunque otros no están de acuerdo. No se
sabe su uso, aunque si se conoce que hay otras estructuras por debajo de estas

(diapositiva 77)

El carácter cosmopolita de la ciudad tiene como evidencia más notable la fundación de un barrio
oaxaqueño. Esto corresponde a una fuerte presencia teotihuacana en el Valle de Oaxaca, y
particularmente en Monte Albán.

(diapositiva 78)

Pero los teotihuacanos llegaron mucho más allá en esta época, hasta Kaminaljuyú, en los altos de
Guatemala.

(diapositiva 79)

Otra evidencia de la intensidad de relaciones con el exterior es la influencia artística que la ciudad
recibió de la costa del Golfo. Con la obsidiana, que fue siempre importante en el comercio teotihuacano,
viajó a partir de la fase Tlamimilolpa la cerámica de lujo conocida por los arqueólogos como Anaranjada
Delgado. Actualmente se debate sobre el origen de esta cerámica. Al parecer las minas de arcilla y quizá
el centro de elaboración se encontraban en el Valle de Puebla; pero, indiscutiblemente, fue Teotihuacan
su gran distribuidora en toda Mesoamérica.

(diapositiva 80)
Xolalpan (400-550) fue la fase de máximo esplendor. La población llegó aproximadamente a una media
de 125000 habitantes, pero posiblemente alcanzó 200000 en su apogeo. Se afirma que hacia el año 600
Teotihuacan se había convertido en la sexta ciudad más grande del mundo en lo que se refiere al
número de habitantes. No obstante lo anterior, la ciudad se contrajo en extensión, lo que motivó una
fuerte concentración demográfica que afectó la estructura de los centros residenciales.

(diapositiva 81)

Como se ha dicho, durante el Clásico sobrevinieron cambios radicales en el modelo de asentamiento en


la Cuenca de México y paralelamente surge la dicotomía campo/ciudad. Entre 300 y 750 una
elevadísima proporción de 230000 habitantes que llegó a tener la Cuenca residían en Teotihuacan. El
resto de la población se distribuía en nueve centros provinciales, 17 aldeas grandes, 77 aldeas pequeñas
y 149 caseríos.

Dos de los problemas científicos más interesantes en la relación campo/ciudad son el porqué de la
concentración de la población y la procedencia de sus recursos alimentarios. Entre varios intentos de
explicación global se encuentra el de Sanders, quien vincula el incremento demográfico y las
transformaciones dramáticas del modelo de asentamiento y la organización política del Clásico con el
desarrollo de la agricultura hidráulica. Desde esta perspectiva, los teotihuacanos habrían construido
chinampas, ganando terreno a los pantanos de las fuentes del río San Juan. Estas tierras estarían
consagradas al cultivo intensivo. Además, abrieron parcelas a gran escala, irrigadas permanentemente
con los flujos de los numerosos manantiales del valle. Esta hipótesis es sugerente; sin embargo, algunos
investigadores estiman que no es posible demostrar arqueológicamente que estas técnicas agrícolas se
hubiesen practicado en fechas tan remotas.

(diapositiva 82)

Independientemente de lo anterior, es casi seguro que la mayor parte de las cosechas fuesen de
temporal. Se supone que los teotihuacanos practicaban el barbecho, técnica extensiva que consiste en
el corte y quema de la hierba para abonar la tierra. Esta técnica permite sembrar durante dos o tres
años consecutivos, seguidos de un tiempo igual de descanso para que el suelo recupere sus nutrientes.
Resulta convincente que los teotihuacanos, como lo hacen los campesinos actuales, hubieran construido
terrazas con paredes de rocas y magueyes en las laderas de pendiente moderada. También se ha
sugerido la práctica de irrigación por inundación, desviando el agua de las barrancas por medio de
pequeñas represas.

(diapositiva 83)

La última fase del Clásico teotihuacano fue Metepec (550-650). La población decreció en esta fase a
85000 habitantes. Existen indicios de que el centro de la ciudad fue incendiado y saqueado. Se calcula
que fueron por lo menos 147 edificios los dañados por el fuego. A pesar de que perdió entonces la
hegemonía mesoamericana, sus dimensiones la situaban aún como el centro más importante del
Altiplano Central. Conservará esta preeminencia prácticamente durante dos siglos más (fases Oxtotícpac
y Xometla, post-650).

(diapositiva 84)
A pesar del increíble volumen de la producción de alimentos, Teotihuacan debió su auge económico a su
carácter de ciudad artesanal. Como dijimos, esta urbe dependía en buena medida de la exportación de
manufacturas, y en primer término las de obsidiana. Distribuidos en prácticamente toda la ciudad, se
han encontrado numerosos talleres especializados, entre ellos los de navajas prismáticas y los de
cuchillos y puntas de proyectil. Aparte de este vidrio volcánico, los teotihuacanos trabajaban otros
minerales, como el basalto, la andesita, la arenisca, la pizarra y el pedernal. Con ellos elaboraban toda
suerte de instrumentos, tales como raspadores, raederas, puntas, metates, molcajetes, alisadores,
machacadores, goznes de puertas y lajas de revestimiento. Los teotihuacanos también son célebres por
sus trabajos de piedra pulida, en especial las máscaras elaboradas con piedras verdes.

(diapositiva 85)

La alfarería no era menos importante. Las arcillas procedían de varias minas del propio valle y, debido a
su origen volcánico, daban tras su cocción colores negros, cremas, rosáceos, grisáceos o cafés,
característicos de la cerámica de Teotihuacan.

(diapositiva 86)

También en este campo había especialización. La producción de algunos alfares estaba dedicada a
vajillas para el consumo doméstico. Un ejemplo interesante es el taller encontrado en Tlajinga, donde se
manufacturaban, en hornos excavados en el tepetate, cazuelas y ánforas del tipo denominado
Anaranjado San Martín.

(diapositiva 87)

La cerámica teotihuacana era rica en formas y decoración. La masificación de la producción hizo que,
además de las técnicas de moldeado sin torno, se generalizara el uso de moldes. Proliferaron así las
figurillas humanas con grandes cabezas planas, rapadas total o parcialmente, o con grandes tocados

(ultima imagen)

as Figurillas-huésped o "figuras de acogida” (host figurines en Inglés) son piezas huecas que contienen
un número variable de figuras más pequeñas, sólidas dentro de ellas, distinguidas hoy con el nombre de
" anfitriones". Estas estatuillas de arcilla que representan personajes, tanto masculinos como femeninos,
relativamente desnudos, han sido halladas en contextos ceremoniales, algunos tan alejados de
Teotihuacán como Guatemala, Michoacán y el Yucatán. La silueta mayor tiene una cavidad completa o
parcial, en el pecho, con tapa removible, y contiene pequeñas figuras representando guerreros o
personajes de elite, con sus atuendos y otras con forma de medallones. En algunos casos se observan
restos de pigmentos, indicando que alguna vez estuvieron coloreadas. Algunas de estas estatuillas con
pirita incrustada para resaltar los ojos. Estas figurillas “de acogida” o “con huésped” fueron halladas en
contextos de actividad ritual

(diapositiva 88)

También se fabricaron recipientes cuyas particulares formas llevarían el estilo teotihuacano a toda
Mesoamé rica; entre ellas se encuentran los célebres cajetes de cuerpo cilindrico, con paredes
sumamente delgadas y patas en forma de “almena”. En muchas ocasiones los recipientes cerámicos
eran decorados con una compleja simbología geométrica acompañada de formas naturalistas.
(diapositiva 89)

Hacia el año 600 Teotihuacan mostraba una asombrosa regularidad, lograda a partir de dos ejes
ortogonales que ordenaban el espacio urbano. El Camino o la Calzada de los Muertos era el eje principal,
y corría de sur a norte hasta desembocar en la Plaza de la Pirámide de la Luna. El otro eje, orientado de
este a oeste y con más de cinco kilómetros de longitud, seguía el cauce modificado del río San Juan,
flanqueando al norte la Ciudadela y el Gran Conjunto. Ambos ejes dividían la ciudad en cuadrantes,
haciendo corresponder la imagen urbana a la superficie terrestre, que tenía como símbolo sagrado la
gran flor de cuatro pétalos. Al mismo tiempo, servían de base a una retícula que ordenaba grandes
manzanas, muchas de ellas de 60 m por lado. Las calles eran rectas y cubrían el sistema de
abastecimiento de agua potable y la red de drenaje y alcantarillado que descargaba en el río San Juan.

(diapositiva 90)

La arquitectura de Teotihuacan seguía un orden rígido, bajo el cual la simetría y las rítmicas repeticiones
de los elementos ratificaban la idea de que la ciudad terrenal era una réplica del arquetipo divino.
Imperaba en las formas la composición talud-tablero, suma de un paramento inclinado inferior con un
marco rectangular en saledizo que bordea un lienzo plano.

(diapositiva 91)

Esta combinación podía repetirse al infinito, superponiendo los módulos talud-tablero para formar así
edificios de varios cuerpos con una apariencia de solidez y un alto valor plástico De hecho, la
composición daba un sello característico a la arquitectura teotihuacana que se difundiría ampliamente
en el Clásico. Lejos de provocar una sensación de monotonía, los módulos variaban entre sí tanto por
sus juegos de luces y sombras como por los vivos colores de sus superficies estucadas.

(diapositiva 92)

Regresando a la calzada, si se siguen sus desniveles descendentes se pasa por un puente que salva el
cauce del río San Juan y se llega a los dos espacios abiertos más extensos de la ciudad. Al oriente se halla
la Ciudadela, conjunto que, a pesar de su nombre, no tuvo funciones defensivas. Se trata de un
cuadrángulo de 400 m por lado bordeado por una plataforma provista de escalinatas y coronada por
pequeños templos.

(diapositiva 93)

La presencia de dos conjuntos habitacionales en sus cuadrantes noreste y sureste sugieren que allí moró
el linaje gobernante.

(diapositiva 94)

Una pirámide roja ocupa el fondo de este recinto.

(diapositiva 95)

Gracias a las excavaciones arqueológicas está hoy a la vista el Templo de Quetzalcóatl, que fue cubierto
por esta pirámide. Los teotihuacanos del año 600 ya no lo conocieron.

(diapositiva 96)
Fue, sin duda, la obra arquitectónica más suntuosa de la larga historia de Teotihuacan, pues sus cuatro
fachadas estuvieron totalmente cubiertas por monolitos que representaban una y otra vez el cuerpo
sinuoso de la Serpiente emplumada cargando un tocado. Ésta fue confundido durante mucho tiempo
con el rostro de Tláloc. Hoy día sabemos que el templo en su conjunto alude al mito de creación del
tiempo y a su figura principal la Serpiente Emplumada, como patrono de los gobernantes.

(diapositiva 97)

Intercalados en estos amplios espacios públicos existían las construcciones donde los teotihuacanos
encontraban un ambiente de recogimiento. Éstas podían ser simples chozas unifamiliares o intrincados
conjuntos habitacionales capaces de albergar entre 20 y 100 individuos. Hasta ahora han sido
localizados más de 2 000 conjuntos, que variaban en calidad de acuerdo con el estatus y nivel
económico de sus moradores.

(diapositiva 98)

Sin embargo, todos ocupaban grandes superficies rectangulares (con frecuencia de 60 x 60 m) y estaban
limitados por muros altos y lisos. Al transeúnte le era difícil averiguar lo que sucedía dentro de ellos,
puesto que carecían de ventanas. Generalmente sólo contaban con uno o dos accesos.

(diapositiva 99)

En su interior se distribuían numerosos cuartos en torno a pequeños patios porticados que permitían la
entrada de la luz, la captación de agua y la ventilación. Las habitaciones se comunicaban entre sí por
pasillos laberínticos. Al parecer, los conjuntos se dividían en varios apartamentos unifamiliares, cada uno
de ellos compuesto por áreas de preparación y consumo de alimentos, de estancia y reposo, de
almacenamiento de víveres y materias primas, de trabajo, de culto y enterramiento, y de desecho.
Había, además, áreas compartidas por todas las familias del conjunto, asociadas unas al ritual religioso.
Estas áreas generales de culto consistían en amplios patios con altares provistos en ocasiones de
templos piramidales. En algunos lugares también había otras áreas destinadas a la crianza de animales
domésticos. Todos los conjuntos tenían un solo piso y estaban cubiertos por techumbres planas.

(diapositiva 100)

Hoy día no hay la menor duda de que Teotihuacan fue una ciudad pluriétnica, dividida espacialmente en
conjuntos habitacionales que facilitaban tanto la cohesión de los grupos étnicos como la conservación
de sus especificidades lingüísticas y culturales. Hay que advertir, además, que una organización de esta
naturaleza simplificaría la administración central, la captación de tributos, el reclutamiento laboral para
obras colectivas y el control del Estado.

(diapositiva 101)

Otro problema polémico y sumamente interesante tiene que ver con el tipo de organización política
capaz de articular las relaciones entre los heterogéneos componentes de la sociedad teotihuacana.
Teotihuacan debió de haber ejercido sobre su propia población un dominio de índole territorial.

(diapositiva 102)

Dada la enorme importancia de Teotihuacan, casi toda la investigación arqueológica sobre el Clásico del
Centro de México se ha concentrado en dicha capital y en las poblaciones circunvecinas.
Comparativamente es poco lo que se sabe de la historia de las sociedades contemporáneas de los
demás valles; pero en términos generales puede afirmarse con seguridad que todas ellas vivieron a la
sombra del mundo teotihuacano, lo que impidió su franco desarrollo autónomo.

(diapositiva 103)

La imposición teotihuacana es notoria en el norte y el oeste del valle, así como en dos corredores que
comunican hacia el Golfo de México y hacia Tehuacán y Oaxaca, a través del Valle de Puebla-Tlaxcala.

(diapositiva 104)

Al sur del mismo floreció Cholula, su nombre deriva del vocablo náhuatl Cholollan, que significa "agua
que cae en el lugar de huida". Se trata de uno de los asentamientos más antiguos de México, y presenta
una ocupación continua desde el período preclásico superior.

Durante el período clásico mesoamericano, Cholula fue el principal aliado de Teotihuacan en el valle de
Puebla-Tlaxcala. Proveía a la metrópoli del altiplano central de artículos muy apreciados en la red
comercial mesoamericana, como la cerámica Anaranjado Delgado, que, como su nombre lo indica, se
trata de productos de alfarería distinguidos por la fineza de sus acabados y el color naranja
característico. La cerámica Anaranjado Delgado era un bien de consumo suntuario en Mesoamérica,
destinado solo para las élites gobernantes.

(diapositiva 104)

En esta ciudad en la cual se erigió una pirámide que durante el Clásico recibió la influencia
arquitectónica de Teotihuacan. Sobre la construcción original del templo se levantaron fachadas
compuestas por los característicos taludes y tableros

Actualmente una buena parte de la pirámide esta cubierta pues hay un templo cristiano en la parte
superior.

La historia de Tlachihualtepetl (montaña artificial) se remonta al siglo III a.C. En esa época la pirámide
fue edificada por distintas generaciones de la cultura olmeca. De acuerdo a los arqueólogos esta gran
construcción era usada como un templo religioso en el que se hacían sacrificios humanos y demás
rituales para rendirle pleitesía a diversas deidades.

Siglos después de su fundación, la pirámide fue el espacio espiritual de otras civilizaciones. En algún
punto esta gran estructura fue la casa de los toltecas, y luego fue usada por los mexicas, que por su
vasta cosmología creían que el edificio había sido erigido por un gigante que venía del planeta Venus.

Esta construcción es el basamento piramidal más grande del mundo, con 400 metros por lado. La
pirámide de Khufu, considerada por muchos como la más grande del mundo, tiene apenas 230. A pesar
de eso, la Pirámide de Cholula pasa desapercibida porque gran parte de su estructura está oculta bajo
una montaña. Además de esto, es la más voluminosa del mundo, con 4 millones 500 mil metros cúbicos.

(diapositiva 105)

En éste templo se pintaron figuras que han sido identificadas como extraños insectos que tienen el
cuerpo de perfil y la cara de frente. También corresponden al Clásico otras pinturas sobre la fachada de
un palacio anexo a la pirámide. Se trata de una secuencia de personajes de cuerpos completos que
beben en grandes tazones, por lo que han recibido el nombre de “los borrachos”.

El mural de los bebedores muestra a 110 personas bebiendo, este mural es considerado una obra
extraordinaria de gran formato en Mesoamérica.

(diapositiva 106)

Tambien ahí se encontraba el mural de los chapulines

En el mural de los insectos aparece cómo figura principal la papalotl “mariposa” y consiste en pares de
mariposas encontradas de frente cuyas cabezas y alas forman cráneos humanos . A este mural se le
conoce también como “el mural de los Chapulines”

(diapositiva 107)

Ya en los límites del área central con la del Golfo de México, en la Cuenca de Oriental, floreció durante el
Clásico Temprano el extenso sitio de Cantona, cuya prosperidad se debió a la producción agrícola, a la
explotación de las minas de obsidiana de Oyameles, en el Pico de Orizaba, y a su posición intermedia en
importantes vías de comunicación entre el altiplano y la costa.

(diapositiva 108)

La ciudad fue construida sobre un derrame basáltico en pendiente. Sobre el relieve accidentado se
distribuyeron los edificios monumentales sin una planificación semejante a la de otras poblaciones del
altiplano.

(diapositiva 109)

Son peculiares en Cantona los complejos de pirámide, juego de pelota y una o dos plazas, aunque no
todas las numerosas canchas de la ciudad pertenecen a este tipo de asociación arquitectónica. Destaca
en Cantona un sistema constructivo de piedras volcánicas sobrepuestas sin cementante y sin estuco, lo
cual produce paramentos desnudos.

Según la investigación, Cantona estaría cronológicamente situada entre 600 y 1000 d. su esplendor
coincide con la caída de las principales ciudades del horizonte clásico (incluso se piensa que tuvo algo
que ver con la caída de Teotihuacan, al obstruir el paso de productos desde la costa hacia las Tierras
Altas) y con la llegada de guerreros que pronto apoderó y dominó la región.

Aún es un misterio qué cultura construyó y habitó esta ciudad, aunque se piensa que su principal
actividad económica probablemente era la fabricación de artículos de obsidiana y su comercio, por
tratarse de un material muy codiciado.

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