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Pobreza, sociedad y embarazo a temprana edad; Desde un nuevo horizonte.

Para empezar, habitan criticas permanentes con afirmaciones severas respecto a los

embarazos adolescentes, sobre todo en los medios de comunicación actual, reafirmando el

hecho de que los pobres se asemejan a unas máquinas reproductoras, y pregonando

bastamente que “Esta población de situación económica precaria, no debería tener hijos”

Sin ser consientes y antes reconocer que es una temática que alberga educación,

sensibilización pero sobre todo un trabajo humanitario y sociopolítico arduo de carácter

longitudinal que paulatinamente genere un cambio que irrumpa un legado arraigado a una

representación social, aunado a un contexto que se basa en acciones aprendidas y en gran

medida influidas desde; grupos primarios, secundarios y de referencia que se encuentran en

un mismo sistema.

Por tanto, siendo una problemática latente la reproducción y embarazo en las

personas de situación económica precaria, se halla aun mas dificultoso y serio el tema a

justificar de; Embarazo a temprana edad. Por otro lado, encontramos el abordaje de la

pobreza como un obstáculo, aterrizando en Colombia, que no posibilita una educación de

calidad, ni programas de intervención constante, lo que no ayuda en demasía, pues, no

permean saberes previos desde lo más básico como los usos de métodos de planificación, ni

una voz maternal capacitada que instruya sobre imaginarios de sexualidad y amor en la

adolescencia, añadiendo la ausencia de oportunidades que visualizan en pleno contexto y

falta de planeación u orientación de un proyecto de vida.

Ahora bien, hay que repensar la pobreza aunada al embarazo adolescente, desde un

punto de vista crítico y ontológico, haciendo hincapié en la nutrición; Un aspecto esencial

en la productividad del ser humano, teniendo en cuenta que desde una perspectiva de las
necesidades básicas y enfoque biológico el ser humano requiere de un numero especifico

de calorías para ejecutar un sinnúmero de actividades diarias, y en específico, los pobres

invierten poco dinero en su alimentación priorizando otros elementos y alimentos ricos en

sabor, pero, consecuentemente se hacen menos productivos y concomitantemente menos

estudiosos o con menos capacidades en las que se requieran de un esfuerzo mayormente

cognitivo. (Exaltando que existen excepcionalidades). Por ende, se encuentra la figura del

“tiempo libre” donde, no se llevan a cabo actividades de producción, y, por el contrario, el

ocio se direcciona hacia acciones que generen distracción basada en el placer y es justo ahí

donde el adolescente “sin enfoque” no delimita su quehacer hacia actividades académicas,

sino, hacia actividades de distracción en un sentido común y propio de su cultura.

Entonces, la pobreza en relacion al embarazo a temprana edad, vista desde una

óptica multidimensional trae consigo, en primera instancia, factores contextuales donde

intervienen las normas sociales y subculturas, operando principalmente un déficit en las

figuras de autoridad, habitando la violencia intrafamiliar, escasa comunicación y abandono

o falta de monitoreo en el hogar por los cuidadores, que por el desconocimiento mismo y

seguimiento de patrones de conducta no perciben el nivel de prejudicialidad o gravedad de

la problemática. Aunque, no siendo peor la fertilidad es un determinante biológico de peso

que en la etapa de la adolescencia sucumbe en su auge.

Asimismo, la ineficacia en la disponibilidad de comunicación, apoyo y tiempo de

parte de los padres en los adolescentes son una probable raíz de la problemática, sin hacer

mención del reto de las adolescentes que diariamente se confrontan hacia una realidad

rodeada de prostitución, inequidades sociales, subordinación de género, violencia


intrafamiliar, siendo todo esto lo que absorben y conocen, ya que, es su entorno, su mundo,

lo que substraen día por día.

Seguidamente, y no muy alejado de la realidad encontramos el Barrio Pasacaballos

de Cartagena, donde mediante talleres de cartografía social y mapas gráficos, se evidencia

la violencia intrafamiliar y en algunos otros casos, la muerte de sus progenitores,

recalcando que les toca hacerse cargo de su hogar a muy temprana edad y cuidar a sus

hermanos menores de 5 años de edad. Lo que resulta un espejo lo planteado anteriormente,

donde se vulneran derechos y no hay una normatividad en el hogar a causa del abandono.

Posteriormente, en el Barrio pasacaballo las adolescentes señalan que no coexisten

eventos de distracción, excepto los llamados “picos” o “verbenas” donde los agentes

sociales que intervienen son adolescentes menores de 14 a 16 años en promedio de edad.

Agregando que, generalmente se forman peleas de alto riesgo y permanece a obscuras y

mediante el alcohol y la musicalidad cabe la posibilidad de mantener relaciones sexuales

sin protección y sin un sano juicio.

Por lo que, desesperante resulta cuando se escuchan las voces de aquellas niñas que

les gusta estudiar, jugar futbol y realizar actividades orientadas a la productividad, pero

lamentablemente no encuentran una escapatoria a este temible contexto que aun no

queriendo se mantienen persistentes las probabilidades de involucrarse en él, pues, desde un

horizonte critico ¿Quiénes son sus amistades o compañeros? ¿Quiénes son sus vecinos?

¿Quién será su pareja próxima? ¡No hay manera de evadir una realidad transformada en un

circulo vicioso ausente de oportunidades por la pobreza multidimensional!


Por ello, la reflexión se direcciona hacia una comprensión de la problemática más

que a juzgar las consecuencias del meollo. La reflexión se enfoca hacia la tarea que

poseemos como interventores y posibles agentes de cambio y transformación en una

sociedad. La reflexión se enraíza hacia el estudio subyacente de las causalidades de la

problemática demostrando la profundidad e impacto de los determinantes sociales en la

calidad de vida, quehacer, productividad y embarazos adolescentes, donde las subculturas

con el mantenimiento de patrones demarca en gran medida un circulo vicioso de nunca

acabar si no se genera acción de carácter gubernamental o no gubernamental, pero con un

compromiso de establecer sensibilización desde lo más básico hasta temáticas complejas

que por fin disminuyan el fenómeno persistente de embarazo a temprana edad y florezca la

educación aunado a próximas generaciones que crezcan en una cultura de bienestar.

Por; Sonia Gomez Diaz

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