Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
representació n y
participació n política
Roberto Gargarella
Carrera: Abogacía
Roberto Gargarella, surge que todas las reformas que ha tenido nuestra Constitución
durante el siglo pasado, llegaron en desafío de los ejes del constituyente del 83’.
No implica una novedad resaltar el hecho que las nuevas reformas fueron producto de
una sociedad movilizada y ansiosa por ganar y afirmar un mayor protagonismo político.
conservadora, con una mirada más amplia, inclusiva y de vanguardia en materia social, al
Que los derechos que de la misma emanan han sido producto de una sociedad
“enmiendas y agregados”, más no una reforma de raíz que genere un plexo normativo con
bases sólidas, sino más bien una base de tradiciones distintas, según el contexto histórico en
Ello, termina desencadenando una tradición democrática elitista (1857), una tradición
(1945/1957) y una doctrina más ochentosa que refleja una preocupación por el medio
capas constitucionales”.
En este orden de ideas, podemos decir entonces que si analizamos nuestra Constitución,
en la misma conviven las ideas de una sociedad antimayoritaria y sin participación política,
con otra social y políticamente activa. A esto, el autor comienza a analizarlo tomado como
punto de partida el artículo 22 de la Constitución Nacional: “el pueblo no delibera ni
Asistiéndolo de razón, vale agregar lo curioso que resulta que el citado artículo sea el
invocado para condenar las movilizaciones sociales populares o para dar fundamento a la
criminalización de la protesta. A raíz de ello, tomaré a tal tópico como eje central de
análisis.
marco “2020”?
Los más dogmáticos tienden a argumentar que los mensajes políticos pueden
Refutando ello, Kalven explicó que no podemos esperar —y mucho menos exigir— que
escribiendo una nota editorial en el periódico. Rechaza ese “orden dicotómico” entre un
escrita, puede ser basura. Los panfletos, no son “simple basura” sino “basura con ideas”.
algún interés legítimo del Estado. Distribuir panfletos implica ensuciar; los carteles y las
pancartas pueden considerarse antiestéticos; hablar en público, con o sin altavoces, puede
molestar a los demás; los piquetes y las marchas pueden obstruir el tráfico; etc.
podemos pretender que la única manera en la que el pueblo se manifieste, esté medida
de toda democracia.
durante siglos… por algo será que son siempre los mismos sectores los que se manifiestan,
¿no?. Y la clase media tiende a rechazar a estaos grupos populares porque a través del
rechazo, cree pertenecer a otro sector económico más elevado, elitista y conservador. El
argentino promedio intenta huir, sin saber que es parte; como si el mero rechazo a las
Las luchas independentistas, los reclamos obreros o la acción de las Madres de Plaza de
asumir que nuestras normas sean creadas, aplicadas e interpretadas por una élite que encima
Por ello, entiendo que en este “marco 2020” el Estado debe ser el principal protector, no
derechos que realmente es, entenderla como la herramienta de conquista y expresión de los
sectores populares. ¿Y por qué de los sectores populares? Porque las minorías ejercen el
poder y en el ejercicio del mismo es que adquieren sus privilegios. Los eternamente
favorecidos no protestan, solo rechazan la voz de los indefensos que salen a las calles.
un recurso para sostener demandas sociales. Entonces, no cabe lugar a dudas que la
respecto a la centralidad del gobierno político de las fuerzas, la regulación de la actuación
sistema judicial dará respuestas a las víctimas en vez de garantizar la impunidad a los
Los procesos penales también aportan elementos que legitiman y fortalecen discursos
funcionarios políticos, judiciales y/o policiales. Este tipo de decisiones judiciales aporta un
común.
Tenemos que proteger las voces de quienes disienten, que a veces dicen cosas que no
nos gustan de maneras que no algunos no creen correctas, pero que son la fuerza de los
qué rol debe tomar el Estado para protegerse a sí mismo, represiones mediante, frente a un
marco de lucha, sino que sea el mismo Estado el que a la vez de tolerar las protestas,
A priori, nadie dudaría que las soluciones no llegan de la mano de la represión a los