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Desde que apareció un ser capar de pensar y ponerse en la tarea de descubrir nuevos

horizontes para construir y dar paso a su primer conocimiento para entender el mundo
que está a nuestro alrededor, nace el interrogante de cómo se puede organizar y enlazar
nuevos pensamientos para comprender los fenómenos que nos rodea y así vemos con el
paso de los años como el hombre a podido formar su pensamiento a través de su
experiencia o de los demás para alcanzar la meta que se ha propuesto de comprender el
mundo del cual forma parte importante; de esta manera aparece la epistemología como la
herramienta capaz de ayudar a construir y estructurar el conocimiento que se tiene acerca
de los objetos del mundo que los contiene. Cada día en que el ser humano avanza en su
conocimiento, se acerca más a alcanzar la meta trazada desde el principio, pero también,
cada vez que da un paso para llegar, se encuentra con la realidad, no ha avanzado mucho
y que todavía está dando sus primeros pasos para entender y comprender el mundo del
que hace parte; por lo cual las ciencias han pasado por diferentes cambios.
Desde la antigua Grecia, pasando por el Renacimiento, y de forma predominante hasta
comienzos del siglo XX, las ciencias tanto naturales como sociales han sufrido un proceso
de separación que las ha orientado a objetos de estudio y a metodologías diferentes de
observación y elaboración del conocimiento científico.
Tal separación se puede identificar, por ejemplo, en el lado de las ciencias naturales con el
pensamiento René Descartes, el cual en el siglo XVI, propuso el desarrollo de una ciencia
en que el científico adoptara una postura de observador y no comprometida con los
procesos sociales y políticos de su tiempo, como una de las maneras de desligar la noción
acerca del involucramiento del investigador en la elaboración del conocimiento científico
(a tal posición él lo llamó “moral provisoria”), puesto que el investigador debía estudiar los
fenómenos “claros y distintos”, que no podríamos atribuir a los fenómenos abordados por
las Ciencias Sociales, que trabajan más con la contingencia y los hechos particulares frente
a la búsqueda de leyes generales.
En la misma época, por el lado de las Ciencias Sociales, un ejemplo sería el pensamiento
Nicolás Maquiavelo, el cual sentó las bases de una ciencia política pragmática, donde el
objeto de estudio (“lo político”) fuera separado de toda connotación ética, en
contraposición a la cosmovisión platónico-aristotélica. Platón concebía la actividad política
íntimamente ligada a la búsqueda del Bien, de la justicia y de la verdad, que son valores
subjetivos, provenientes de la mente humana y no de la realidad externa, objetiva. Sin
embargo, en la antigua Grecia la verdad estaba asociada al conocimiento, al igual que el
conocimiento al Bien y la justicia, en donde el Bien era una cualidad que se podía enseñar
y educar mediante un proceso de socialización formal, tal como lo dejara claro en “La
República”.
A partir de entonces, la Ciencia asume la actitud de buscar leyes de la naturaleza,
generales y ahistóricas, que pudieran “explicar” todas las clases de fenómenos humanos y
físicos, independientes de las valoraciones impregnadas por el observador, es decir se
trataría de una relación “sujeto a objeto”. Además, se intentaría encontrar certeza en un
conocimiento que estableciera una verdad establecida como permanente acerca de los
fenómenos estudiados; o, en términos filosóficos, se privilegiaría el ser la esencia, lo
imperecedero, las propiedades o cualidades no cambiantes del objeto, lo estático sobre el
devenir lo evolutivo, el cambio, la transformación, el movimiento.

BIBLIOGRAFÍA
LAS CIENCIAS NATURALES Y LAS CIENCIAS SOCIALES (2004). Recuperado de:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/106411/Las-ciencias-naturales.pdf?
sequence=3&isAllowed=y

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