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Fecha De Nacimiento Y País De Origen

Hans Kelsen (Praga, 11 de octubre de 1881 – Berkeley, California, 19 de


abril de 1973) fue un jurista y filósofo austríaco de origen judío.

Obre cumbre
 De la esencia y valor de la democracia (1920), Teoría general del Estado (1925)
y Teoría pura del Derecho (1935).

Hans Kelsen"
La polémica Schmitt/Kelsen sobre la justicia constitucional: ...
Teoría pura del derecho. ...
La controversia Smend/Kelsen sobre la integración en la Constitución y el Estado
durante la república de Weimar. ...
El Estado como integración. ...
Religión secular. ...
La paz por medio del derecho. ...
IDEA DEL DERECHO NATURAL Y OTROS ENSAYOS, LA.

Reseña de vida

Pensador jurídico y político austriaco. Al desmembrarse el antiguo imperio Austro-


húngaro al final de la Primera Guerra Mundial, Hans Kelsen tomó parte activa en
la organización institucional de Austria como uno de los principales redactores de
la constitución sancionada en 1920. En 1929 abandonó su cátedra en la
Universidad de Viena para profesar en la de Colonia, pero el acceso
del nazismo al poder lo indujo a trasladarse en 1933 a Ginebra y tres años más
tarde a Praga, donde permaneció hasta 1940, cuando se trasladó a Estados
Unidos. Allí enseñó derecho en las universidades de Harvard y Berkeley.
Perteneciente a la corriente del formalismo jurídico, Kelsen sostuvo la teoría del
normativismo, según la cual el derecho es un fenómeno autónomo de cualquier
hecho o ley positiva. La doctrina de Kelsen, que él llamó «teoría pura del
Derecho», tuvo continuidad en la escuela de Viena e influyó en la orientación
jurídica de muchos países europeos.

Hans Kelsen
Profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Viena (desde 1917), Hans
Kelsen fue uno de los principales autores de la Constitución republicana y
democrática que se dio Austria en 1920, tras su derrota en la Primera Guerra
Mundial (1914-18) y la consiguiente disgregación del Imperio Austro-Húngaro. En
1929 pasó a la Universidad de Colonia, pero la ascensión de Hitler al poder le
llevó a dejar Alemania (1933).

Tras unos años enseñando en la Universidad de Ginebra, pasó a la de Praga


(1936). Finalmente, el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) le decidió
a abandonar Europa, refugiándose en los Estados Unidos (1940). Allí ejerció la
docencia en la Universidad de Harvard, de donde pasó a enseñar Ciencia Política
en la de Berkeley (1942).

Kelsen defendió una visión positivista que él llamó «teoría pura del Derecho»: un
análisis formalista del derecho como un fenómeno autónomo de consideraciones
ideológicas o morales, del cual excluyó cualquier idea de «derecho natural».
Analizando la estructura de los sistemas jurídicos llegó a la conclusión de que toda
norma emana de una legalidad anterior, remitiendo su origen último a una «norma
hipotética fundamental» que situó en el derecho internacional; de ahí que
defendiera la primacía del derecho internacional sobre los ordenamientos
nacionales.

Su concepción del derecho como técnica para resolver los conflictos sociales le
convierte en uno de los principales teóricos de la democracia del siglo XX. Entre
sus obras destacan De la esencia y valor de la democracia (1920), Teoría general
del Estado (1925) y Teoría pura del Derecho (1935).

Muere el 1973 en California.
Corriente a la pertenece
Kelsen tiene una visión positivista (o iuspositivista) que llamó Teoría pura del
Derecho: un análisis del Derecho como un fenómeno autónomo de
consideraciones ideológicas o morales, del cual excluyó cualquier idea de Derecho
natural.
Otro gran aporte de Kelsen es su pirámide normativa, un sistema de jerarquía de
las normas que sustenta la doctrina positivista, según la cual toda norma recibe su
valor de una norma superior. Kelsen reconoce dos formas de control para este fin:
Por vía de excepción: que son los que hacen los tribunales ordinarios, en donde
un juez dictamina —para un determinado caso— la aplicación de la norma y su
relación con las demás partes de la pirámide, pudiendo en ciertos casos de justicia
consuetudinaria, marcar un precedente en ciertas situaciones (por ejemplo, en el
derecho estadounidense).
Por vía de acción: esta es la concepción de revisión judicial de Kelsen, en donde
un órgano especializado declara inconstitucional una norma y de esta forma la
norma pierde su entrada en vigor, no pudiendo formar parte del ordenamiento
jurídico.
La influencia de Kelsen ha marcado profundamente al llamado Círculo de Viena, la
Escuela de Turín (véase Norberto Bobbio), la escuela de Brno (en la República
Checa) y en Inglaterra, las teorías positivistas de Herbert Hart y de Joseph Raz.
Hart se inspira en la tesis kelseniana (según la cual las normas jurídicas forman un
ordenamiento) para sostener que el ordenamiento jurídico está caracterizado por
normas primarias y secundarias.
En 1951, la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó el doctorado
honoris causa.1

Aporte
El sein del sollen
A partir de los aportes Kantianos, Kelsen comienza por separar el sein del sollen.
El Sein: Mundo de las relaciones naturales causales, se rige por las leyes
inflexibles.
El sollen: Mundo de la cultura, del deber ser.
Para Kelsen es un conjunto normativo, sistema de normas y no de hechos
naturales: “El derecho es, norma y sólo norma”.
El sillar inicial del pensamiento Kelsiano plantea que la ciencia del derecho debe
expulsar de su óptica todo elemento ajeno al contenido puramente normativo del
derecho.
Para él, todo cuanto no sea pura norma es totalmente ajeno al estudio del derecho
y debe ser emigrado del perímetro de la teoría jurídica.
En esencia formal de Kelsen, no está en juego sólo su afán gnoseológico de lograr
una Teoría Pura del Derecho, sino también pesa en ello la influencia de la Escuela
de Marburgo que le lleva filosóficamente a adherirse al formalismo, trayendo como
consecuencia, una acentuación, una exageración indiscutible del logicismo.
Tres grandes conclusiones
Es a partir de esa inicial toma de posición metodológica, que Kelsen arriba a tres
grandes conclusiones. La unidad normativa, que no es más que la unidad del
derecho como sistema normativo, despojado de todo atributo metajurídico.
La unidad entre Estado y Derecho.
La unidad del ordenamiento jurídico.
A partir de la diferencia del sein y el sollen, sostiene que la ley normativa se
diferencia de la ley causal porque está última expresa lo que tiene que suceder y
la primera lo que debe suceder.
Kelsen arriba a una de sus conclusiones más radicales al plantear que el derecho
es sólo estructuración de las normas positivas; es sólo derecho positivo,
independiente de cualquier contenido moral y menos independiente de un
supuesto de derecho natural.
El pensamiento jusfilosófico de Kelsen está cargado de la fuerza del positivismo y
declara que el mismo no es del ámbito de la ciencia pura del derecho; es ajeno a
esta y no parece alcanzable, ni razonable.
Teoría de las normas primarias y secundarias. Es a partir de está posición que
Kelsen puede integrar su Teoría de las normas primarias y secundarias.
Norma jurídica primaria o norma jurídica positiva está se formula como un juicio
hipotético, porque se supone, la conducta antijurídica y se establece un enlace
entre ella y la sanción del Estado. Está no hace referencia a la coacción, puesto
que ella está implícita en el mismo derecho, constituye su esencia.
Norma jurídica secundaria, es el dictado de la conducta positiva que está incluida
con frecuencia en la norma primaria y que persigue determinar en los hombres la
conducta concordante con la solidaridad.
Al subrayar el carácter normativo del derecho había formulado la gran negación de
todo iusnaturalismo y el racionalismo anterior.
Kelsen planteaba que el derecho es conjunto normativo, norma que se agota en sí
misma, pues no es posible buscar otros contenidos ontológicos y al partir de tal
afirmación elabora su noción jusfilosófica en torno al sistema jurídico o legislativo.
Norma fundamental
Es por ello que elabora la noción de “norma fundamental” como ápice del sistema
normativo y plantea que la norma fundamental fue siempre concebida como una
norma que no era el contenido significativo de un acto de volición, sino que estaba
presupuesta en nuestro pensamiento.
La función de la norma fundamental, es no sólo hacer posible la coordinación y
subordinación de las normas positivas, sino también su reducción a unidad y
explica la posibilidad del conocimiento jurídico – positivo como un sistema de
lógica cuyas proporciones están enlazadas sistemáticamente, en unidad.
Su elaboración teórica sufrió dos impactos importantes, uno fue su enfrentamiento
al Common Law que se produce al recién radicarse en EE.UU y el otro alude a su
contacto con el pensamiento jusfilosófico escandinavo.
Una de las principales conclusiones de la doctrina Kelsiana afecta a la noción de
voluntad jurídica, pues la despoja de su contenido psicológico, de su carácter de
proceso intelectivo y volitivo, para convertirla en una modalidad de la imputación
jurídica.
En él está presente otra deducción esencial cuando declara la voluntad estatal
como expresión del poder que resume la soberanía.
Al restarle al Estado su carácter de persona jurídica con voluntad, contribuía a
considerar que el Estado y el Derecho son una misma cosa, en tanto que el
Estado es la expresión normativa del derecho y esto es la forma normativa de
aquel.
Doctrina de Kelsen
En la doctrina de Kelsen, los derechos subjetivos pierden significación al igual que
el sujeto de derecho pues para él el hombre, no es un sujeto de derecho, sino la
persona.
Kelsen cree que el derecho es norma que protege intereses y al hacerlo
transforma todos los intereses colectivos, de tal modo, ambos derechos se funden
porque existe un solo derecho, que sería, derecho público.
Él lleva sus conclusiones al perímetro del desarrollo internacional, para el cual
opina que existe el aparato normativo susceptible de violación por una conducta
humana prevista y a la que puede reprimirse por una sanción, que por diferencias
técnicas de esta rama jurídica, no opera en forma que en los restantes derechos,
pero que es propiamente una sanción.

Tesis
Sobre la teoría pura
Esta obra se dedica a los problemas fundamentales de la filosofía y la teoría del
derecho. Resulta, sin duda, la más importante del mundo continental sobre la
materia. La primera edición aparece en 1934 y la segunda, en 1960. Ambas
cuentan con traducciones al español, la primera por Losada (Argentina), en 1941 –
que proviene no de la versión original alemana, sino de la francesa–, y la segunda
por la UNAM (México), en 1979. Nos basaremos en la segunda, porque resulta su
expresión revisada y más desarrollada.
 
La importancia de la “teoría pura” radica en que se trata de una teoría
estrictamente jurídica, que supone que la verdad o falsedad de los enunciados
jurídicos no dependen de la verdad o falsedad de premisas empíricas o morales.
La existencia y el contenido del derecho, como reza la premisa fundamental del
positivismo, dependen de hechos sociales y no de sus cualidades o virtudes. En
este sentido, Kelsen hace referencia a la “pureza metódica” de la ciencia jurídica.
Para Kelsen, el pensamiento iusfilosófico de la época contaminaba a la ciencia del
derecho con estándares morales e ideología política, o intentaba reducirla a las
ciencias naturales o sociales. La idea de la “pureza” de la ciencia jurídica se
concibe para distinguirla de la moral y de la ciencia empírica.
 
La primera distinción relevante es entre ciencias naturales y ciencias sociales, en
particular, ciencia jurídica o, en otras palabras, entre los acontecimientos
empíricos y sus significados jurídicos. De la verificación de un acontecimiento
fáctico no cabe, sin más, captar su significación jurídica. Ello por una razón lógica:
de los postulados del ser no pueden derivarse postulados del deber ser. Por
supuesto que quien actúa racionalmente articula a su accionar un determinado
sentido comprensible por los demás, un sentido subjetivo, el cual puede
corresponder con la significación objetiva proveniente del lado del derecho, pero
no es necesario que así sea (p. 16). El sentido subjetivo de un acto corresponde
con su sentido objetivo (es decir, es acorde a derecho), cuando existe una norma
que así lo determina.
 
La pureza en la doctrina kelseniana se relaciona con la tesis de la independencia
que, de un lado, significa la separación entre el ser y el deber ser, en virtud de la
cual no es posible justificar enunciados normativos mediante enunciados
empíricos y, de otro, exige que la justificación de los enunciados normativos se
refiera únicamente a otros enunciados normativos. El derecho en la teoría pura es
un orden normativo, porque lo concibe desde el deber ser objetivo que comportan
las normas que lo integran. Una norma es lo que “debe ser”, es decir, lo que se
espera que oriente una determinada conducta.
 
La teoría pura concibe a la norma jurídica como un juicio hipotético que expresa el
vínculo específico que se establece entre un hecho condicionante y su
consecuencia. Una norma es, entonces, el sentido de un acto con el cual se
ordena o permite y, en especial, se autoriza un comportamiento (p. 19). De aquí
que deba también diferenciarse entre el acto de voluntad que estatuye una norma
y su validez jurídica. Ello, por ejemplo, distingue al asesinato de la pena de
muerte. Como acontecimientos empíricos, son iguales, pero su significación
jurídica es radicalmente opuesta.
 
La segunda distinción se mueve exclusivamente en el ámbito del deber ser y trata
sobre las normas jurídicas y las normas morales. Lo que las diferencia no es su
contenido, sino su estructura: la forma como establecen lo debido. Kelsen define al
derecho como un orden coactivo, es decir: un sistema de normas que busca
motivar conductas a través de la amenaza de un mal que debe imponerse
institucionalmente. En la mayoría de casos, la norma jurídica no ordena
directamente la conducta que el sistema quiere motivar, sino que, por el contrario,
articula una sanción a su conducta contraria.
 
Por ejemplo, para establecer la prohibición de matar, el derecho no recurre a
enunciados del estilo: “está prohibido matar”, sino que más bien suele valerse de
enunciados como: “el que matare a otro incurrirá en pena de x años”. Los sistemas
morales, al contrario, no cuentan con un sistema coactivo institucionalizado, y las
normas morales tienen la característica estructural de ordenar positivamente la
conducta debida. Por ejemplo, para el caso de la prohibición de matar, una norma
moral establece dicha prohibición a través del enunciado: “no se debe matar”. Por
esta razón estructural, una teoría del derecho con pretensiones científicas debe
establecer conceptualmente una estricta separación entre el derecho y la moral.
 
El objeto exclusivo de la ciencia del derecho, en Kelsen, es el estudio a la norma
jurídica. De esta manera, excede a su ámbito de estudio el análisis de su calidad
moral. Como existe una separación conceptual entre el derecho y la moral, la
ciencia jurídica puede describir los sistemas jurídicos “avalorativamente”.
 
La tesis de la separación es una expresión del relativismo valorativo que
defendiera Kelsen. No hay valores superiores en virtud de los cuales el derecho
pueda delimitarse. Si bien cualquier ordenamiento jurídico positivo puede estar
conforme con alguna norma de justicia, su validez es independiente de la validez
de los parámetros morales. La relación entre la conformidad de una norma jurídica
con la de una norma moral no se puede considerar como el fundamento de su
validez. La justificación de los enunciados jurídicos solo puede realizarse mediante
la referencia a otros enunciados jurídicos.
 
La validez del sistema jurídico
 
Sobre el fundamento de validez del sistema jurídico, dirá Kelsen que una norma
vale porque otra norma superior así lo establece. A través de una “cadena de
validez”, se llegará hasta la primera constitución histórica. Aquí aparece el
problema de cuál es la norma que valida a la primera constitución histórica. Pues,
si se adujera que la misma vale por su eficaz imposición, entonces se produce un
salto del ser al deber ser, lo cual Kelsen ha descartado como lógicamente posible.
Por ello, reconstruye el concepto de “norma fundante básica”. La misma, a
diferencia de las otras normas jurídicas, no es una norma puesta por una
autoridad, sino que se trata de una norma presupuesta por todo aquel que adopta
una perspectiva jurídica. Todo aquel que pretenda describir científicamente al
derecho debe presuponer dicha norma e interpretar como su sentido objetivo al
sentido subjetivo de la imposición de esa primera constitución histórica.
 
La norma fundamental desempeña varias funciones en la teoría pura: explica la
naturaleza sistemática de las normas jurídicas y constituye el fundamento de una
explicación no reductiva de la validez jurídica y de la normatividad del derecho. En
este punto, surge la relación entre la validez y la eficacia, es decir, el hecho de que
las normas sean cumplidas por las personas a quienes se aplican.
 
Una norma es jurídicamente válida con la condición de que pertenezca a un
sistema de normas que, en general, sea eficaz. La validez de una norma depende
de la eficacia, pero no de su propia eficacia –lo cual conduciría a afirmar que una
norma que no se cumple deja de ser válida–, sino a la eficacia del sistema jurídico
donde dicha norma se halla inserta. Un determinado contenido de un
ordenamiento jurídico es considerado normativo, si un sujeto lo considera como
una razón válida para la acción. 

Base sobre la teoría pura


La teoría pura del Derecho de Hans Kelsen: una teoría pura sobre el Derecho, no
una teoría sobre un Derecho puro[i]
La confluencia del positivismo y el neokantismo entrado el siglo xx se convierten
en las dos grandes tendencias de pensamiento que modelan el pensamiento
teórico de Hans Kelsen, pese a que en la inserción de ambas se adviertan
caracteres diferenciadores en cada una respecto a sus fuentes originales. Kelsen
parte de considerar un grupo de conclusiones filosóficas y teórica-cognoscitivas,
cuyo aliento vital le era infundido directamente por algunas cuestiones tratadas
con amplitud por estas posiciones teóricas: la escisión del conocimiento en esferas
del ser y deber ser; una radical oposición entre ciencia e ideología; la existencia de
conocimientos “puros”, independiente de todo material empírico. (…)[ii]
Para el neokantismo (…) el saber filosófico, la propia filosofía, se colocó como una
problemática de las distintas corrientes de pensamiento europeo. De la misma
forma esta reflexión filosófica se convirtió en una reflexión sobre la ciencia, y en
las problemáticas mediante las cuales se logran las condiciones de su validez. Se
refirió a una ciencia que se encogió hasta aparecer solamente como teoría del
conocimiento, pues la validez de la ciencia era una cuestión indiscutida. Por ello la
reflexión filosófica, como reflexión sobre la ciencia, se enfocó únicamente en
descubrir las condiciones que posibilitaban y multiplicaban la validez de la ciencia.
De esta manera el arranque del kelsenianismo desde estructuras y contenidos del
pensamiento filosófico del neokantismo, sobre la base del positivismo jurídico, hizo
que la filosofía del Derecho convirtiera la construcción de una ciencia del Derecho
en su principal objetivo. Elaborada bajo los presupuestos de una posición radical
entre ciencia y valor, se enmarcó en esta etapa del pensamiento enfilada a reducir
la filosofía a un contenido metodológico y a formas lógicas todo conocimiento
científico concreto.
Gran parte del pensamiento europeo que está presente al momento en que Kelsen
comienza su labor intelectual, plantea el conocimiento del mundo en grandes
dicotomías: el hecho y el valor, el ser y el deber ser, lo descriptivo y lo valorativo
como esfera científica la primera e ideológica la segunda, etc. Por estos senderos,
en el conocimiento de los fenómenos sociales, Kelsen construye una metodología
y una epistemología del conocimiento hacia fenómenos de la realidad que, desde
una posición filosófica metafísica y logicista, potencia la creación a nivel ideal de
un conocimiento abstracto, de objetos formales en el conocimiento que se
divorcian y desvinculan radicalmente de la realidad objetiva que pretende
representar o que sirven de soporte para una construcción teórica. Es una teoría
que no da pie a la posibilidad de integrar en un cuadro de conocimiento relaciones
y elementos que consideró objeto de otras ciencias. Esto trajo que se potenciara
una construcción determinada de la naturaleza de las ciencias y de las esferas del
conocimiento a partir de una incompatibilidad entre distintas disciplinas científicas,
tomando como referencia las esferas del ser y el deber ser en oposición a muerte,
pues el campo de las disciplinas científicas, la delimitación de cada una de ellas,
estaba en correspondencia con esta delimitación absoluta y formal del
conocimiento del mundo en esferas opuestas, irreconciliables a nivel del
conocimiento en contradicción lógico-formal (…)
Cuando Kelsen asume distinguir y oponer en el conocimiento dos realidades,
presentados metodológicamente en la esfera del pensamiento como juicios
del ser y juicios del deber ser, hizo prevalecer una acusada significación en la
esfera del deber ser: tiene como función promover la “pureza”, delimitar su
territorio contra la intrusión de la realidad natural. Y para esto se perfila en dos
sentidos: contra la psicología defiende el carácter propio de la esfera lógica, y
contra la sociología, la psicología y la biología, defiende la esfera jurídica. En ella
conviven en un haz inseparable e interconectado, aunque en algún momento esto
no se reconoce explícitamente en Kelsen, lo jurídico y lo lógico, casi
imperceptibles. Esto se hacía posible desde una posición filosófica en que el
objeto de conocimiento se determinaba por el método cognoscitivo; lo primero y
más importante era el método: el método luego el objeto.
En la persecución de su finalidad de pureza, Kelsen asume diferenciar y excluir de
su enfoque todas aquellas manifestaciones de la actividad del ser social, que de
una forma u otra las tendencias positivistas destacaban interrelacionadas con el
fenómeno jurídico.[iii]
Pero si bien en el plano ideal este enfoque metodológico definió su objeto desde
presupuestos logicistas, y tachó de impuras sus vínculos con la política, la moral y
la religión, no desconoce sus vínculos reales y sus relaciones desde otras
dimensiones. Lo que importa entender es que la “juricidad” se construyó por una
teoría que le importa despejar el terreno y sacar el balón bien lejos de toda
ideología, y de todo vínculo con otros elementos “metajurídicos” en el plano ideal
puro. Kelsen está consciente de las relaciones existentes en el plano de lo real del
Derecho con estos elementos “metajurídicos”, por lo que trató de construir una
teoría pura sobre el Derecho, no de una teoría sobre un Derecho puro.
Que se refiera a una teoría pura del Derecho y no a una teoría sobre un derecho
puro, supuso que Kelsen tuviera que hacer más de una precisión. Un ejemplo de
esto lo constituyó la interpretación que hiciera el profesor cubano Antonio Sánchez
de Bustamante y Montoro (1945), en un artículo que tituló El Kelsenismo y
publicado en la Revista Cubana de Derecho: “Ya no le basta a Kelsen, en efecto,
con excluir del enfoque científico todo aquello que no fuere estrictamente
normativo; lo jurídico positivo, lo propiamente normativo, le resulta impuro también.
Las instituciones, el sistema de un Derecho vigente se hace también relativo,
ideológico: sólo conserva pureza y objetividad y permite cimentar sobre ella las
generaciones científicas, la regularidad deshumanizada y fría, formada por el
principio de Imputación y sus aplicaciones. Ello implica que sólo se libera del
estigma ideológico y deviene puro el contenido sin contenido de la Lógica Jurídica
formal.”[iv]
Este artículo sería traducido con el título “Kelsenism” en Interpretation of Modern
Legal Philosophies, en su número 47, por la editorial norteamericana Sayre, del
cual Kelsen haría un comentario al margen con motivo de haber sido citado por el
profesor Julius Stone en su artículo de rechazo a la teoría pura Legal System and
Laweyers Reasonings, en el año 1964. En este sentido Kelsen escribe en una
nota al pie: “En la página 109, el profesor Stone se refiere a una afirmación hecha
por el profesor A.S. de Bustamante y Montoro: «(Kelsen) considera impuro al
derecho positivo, a las normas strictu sensu.» De Bustamante y Montoro,
«Kelsenism», en Interpretation of Modern Legal Philosophies, 47 (Sayre ed.1947).
Esta afirmación no puede fundamentarse en mis escritos. Lo que quise decir es
que el adjetivo «puro» se refiere a la teoría del derecho, no al derecho;
el derecho no es «puro», solo la teoría del derecho puede ser «pura». Que el
sistema kelseniano, según la interpretación que el profesor Stone da a la
afirmación de Bustamante, finalmente se encamine hacia un punto en que
inclusive las normas jurídicas strictu sensu «parecen estar excluidas por impuras,
relativas e ideológicas», (Legal System and Laweyers Reasonings, p. 109, 1964)
es una afirmación que se halla en abierta contradicción con el hecho, que una y
otra vez he subrayado, de que la Teoría Pura del Derecho es una teoría
del positivismo jurídico, una teoría del derecho positivo como sistema de normas
jurídicas. El profesor Stone cita -y aprueba- la frase de Bustamante: «Solo el
contenido vacuo de la lógica jurídica formal está libre del estigma ideológico y
puede ser puro». No nos interesa aquí si esto es o no correcto. Al citarlo, el
profesor Stone da la impresión de que la actitud de Bustamante hacia la Teoría
Pura del derecho es, al igual que la suya, de rechazo de esta teoría. Esto, sin
embargo, no es correcto. Bustamante habla de mi teoría con el mayor respecto.
Ver, por ejemplo, de Bustamante y Montoro, supra, p. 50.”[v]
En esto radica entender el pensamiento de Kelsen y la insistencia que hemos
hecho en comprender la preeminencia de los aspectos metodológicos puros en el
conocimiento por encima de todo. Si bien el método kelseniano atrincheró la
ciencia jurídica en grandes fortalezas, desde las cuales se permitió observar todos
los fenómenos sociales relacionados con el Derecho desde una perspectiva
estrictamente jurídica, y se levanta abiertamente contra todos en la posibilidad de
interrelacionar los saberes para su conceptualización y delimitación de las esferas
de conocimiento, no desconoce la posibilidad de que cuestiones jurídicas sean
objeto de otras disciplinas, como los aspectos sociológicos del Derecho, ubicada
en la esferas de las disciplinas explicativas, es decir, del mundo del ser. De lo que
se trató fue construir idealmente una Ciencia que se abstrajera de todo ello y que
intentara distinguir su objeto en estado impoluto, sin contacto con otros elementos
(…)
El positivismo normativista de la teoría pura de Kelsen arranca desde la estrechez
de marcos en que concibió el Derecho y el análisis de su estructura. Desde bien
temprano su esfuerzo teórico trató de hacer la diferencia y rebasar el positivismo
jurídico del siglo xix que daba cabida en el análisis del fenómeno jurídico a la
política, a la moral, a la religión. Kelsen condenó el objeto del derecho al estudio
de la norma y de todo el sistema formal montado por esta, todo ello posible porque
delimitó con absoluta abstracción el objeto de lo que consideró objetos de estudios
de otras ciencias.

https://es.wikipedia.org/wiki/Hans_Kelsen
https://www.ecured.cu/Teor%C3%ADa_pura_del_Derecho_de_Hans_Kelsen
Libro Lecciones de Filosofía Marxista-Leninista, Tomo 2
CD Legislación laboral Útil, Actualizado 2008.
http://www.sinpermiso.info/textos/la-teoria-pura-del-derecho-de-hans-kelsen-una-
teoria-pura-sobre-el-derecho-no-una-teoria-sobre-un
fecha de publicación Harold Bertot Triana 02/11/2019

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