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La ansiedad es una respuesta normal al estrés, la preocupación o la amenaza – pero cuando es muy
intensa, de larga duración o desproporcionada a la circunstancia, se denomina trastorno de ansiedad.
Existen diversos tipos de trastornos de ansiedad: por ejemplo, el trastorno de ansiedad generalizada, el
trastorno de ansiedad social, el trastorno de ansiedad de pánico o el trastorno obsesivo–compulsivo. Al
afectar al humor, el pensamiento y la conducta de la persona, la presencia de un trastorno de ansiedad
puede dificultar la vida cotidiana en el hogar, el trabajo o la escuela, así como las relaciones sociales.
Síntomas
Aunque varían de un individuo a otro, los síntomas típicos de los trastornos de ansiedad incluyen miedo,
tensión interna, irritabilidad, falta de concentración y signos físicos como sequedad bucal, mareo,
tensión muscular, sudoración y palpitaciones – todos ellos interfieren la vida diaria. Una persona puede
presentar más de un trastorno de ansiedad al mismo tiempo y, en ocasiones, éste aparece junto con otro
trastorno del humor, como por ejemplo la depresión (lo que se denomina "comorbilidad").
El Trastorno de ansiedad generalizada (TAG) consiste en una ansiedad inespecífica por la posible
ocurrencia de algo indeseable. La preocupación excesiva e incontrolable, la ansiedad, la tensión y los
síntomas físicos como la sequedad bucal, las manos húmedas, la sudoración o el mareo son los síntomas
típicos.
El Trastorno de ansiedad social (TAS) hace que la persona que lo padece evite situaciones sociales. La
persona teme actuar de una manera que pueda resultar humillante o embarazosa.
El Trastorno de pánico se caracteriza por ataques repentinos de pánico asociados con un marcado
temor o nerviosismo. El trastorno de pánico también puede incluir síntomas físicos como por ejemplo
sudoración, dolor, cefalea, náuseas, palpitaciones o sequedad bucal.
Se estima que los trastornos de ansiedad afectan entre un 5 y un 7% de la población general, y que hasta
un 29% de las personas sufrirán un trastorno de ansiedad como mínimo una vez a lo largo de la vida. En
2004, a nivel mundial, más de 28 millones de personas padecían un trastorno obsesivo–compulsivo y
más de 30 millones padecían un trastorno de pánico.
Los trastornos de ansiedad afectan a hombres y mujeres de todo el mundo, pero la carga de la
enfermedad es mayor entre las mujeres que entre los hombres.
Diagnóstico y tratamiento
Existen numerosos tratamientos para controlar los trastornos de ansiedad de forma efectiva y, en todas
las etapas, es importante el apoyo personal de los familiares y amigos.
Durante la visita médica, el médico diagnosticará los trastornos de ansiedad preguntando por los
síntomas, la vida cotidiana y los antecedentes familiares. También puede practicarse una exploración
física para descartar otras patologías. Si el trastorno de ansiedad se confirma, se considerarán las
diferentes opciones de tratamiento, como son la medicación, el consejo, el apoyo social, el ejercicio, la
relajación y las técnicas de autoayuda.
+ La ansiedad es una emoción básica que experimentamos todos los seres humanos. ¿Cómo
se presenta en los niños?
¿Tu hijo se inquieta demasiado al separarse de ti, al ir a la escuela o por hechos que aún no han
ocurrido? ¿Repite frecuentemente “qué pasaría si…?” ¿Dice sentirse aislado y solo? ¿Tiene
miedo a que algo salga mal?
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción básica que experimentamos todos los seres humanos. Suele
aparecer como respuesta normal a un peligro o amenaza. Si bien todos sentimos ansiedad en
distinta medida y en diferentes momentos de nuestra vida, en respuesta al estrés, la ansiedad
que acarrea problemas es la que empeora con el tiempo.
A medida que los niños crecen, hay momentos en los que sienten miedo o perciben el peligro:
la oscuridad, los monstruos o el miedo a caerse de la bicicleta son ejemplos que suponen las
primeras experiencias de ansiedad. Para otros niños, estos sentimientos aparecen en
situaciones sociales y de evaluación, como al hacer un examen, al conocer a otros niños o al ser
objeto de una broma.
Sin embargo, para otros niños, las sensaciones de ansiedad son muy intensas o aparecen a
menudo. En lugar de aprender a manejar la angustia, estos niños sufren ansiedad y se sienten
cada vez peor. Afortunadamente, la ansiedad tiene tratamiento . Más del 90% de las personas
que se tratan por trastornos de ansiedad se recupera por completo.
2. Fobia social:
A medida que crecen, los niños se relacionan socialmente con otros niños, y también con
adultos. Sin embargo, algunos niños presentan fobia social, sienten ansiedad ante la proximidad
de ciertas situaciones sociales .
Tienen dificultades para hablar en voz alta en clase, unirse a una conversación, hacer amigos y
hablar con ellos, hacerse valer o participar en las actividades de las clases de educación física y
de música. Estos niños suelen inquietarse demasiado por lo que piensan los demás y muestran
una excesiva preocupación por si hacen o dicen algo embarazoso. Manifiestan mucha ansiedad
y evitan estas situaciones por miedo a hacer el ridículo o a ser objeto de críticas.
Los niños con este trastorno se preocupan por todo tipo de cosas , desde el rendimiento escolar
y la salud hasta cuestiones familiares y lo que sucede en el mundo. Si bien es normal mostrar
preocupaciones, los niños con TAG no pueden dejar de inquietarse, aunque se les dé consejo.
Tienden, además, a presentar síntomas como irritabilidad, alteraciones del sueño y molestias o
dolores musculares causados por la preocupación.
Aunque lo más normal es que el padre o la madre quieran ayudar a su hijo evitando o
escapando de las situaciones que lo angustian, esto sólo contribuye a prolongar su ansiedad. En
lugar de rescatarlo, ayúdale a afrontar sus miedos y elógialo por cada intento que realiza para
encontrar una solución .
Los niños imitan las conductas y emociones expresadas por sus padres y, cuando necesitan
orientación, se fijan en ellos. Por ello, es importante que controles y manejes tus propias
reacciones ante situaciones que provocan angustia y ante la ansiedad que pueda manifestar tu
hijo.
Puedes ayudar al niño con ansiedad a darse cuenta de que sus pensamientos están
interfiriendo en su rendimiento, y alentarlo a formar ideas más racionales y objetivas que
sustituyan los pensamientos negativos automáticos.
Es normal que los niños se angustien de vez en cuando. Si la ansiedad de tu hijo se intensifica y
comienza a interferir en su desarrollo escolar o en las relaciones con sus amigos y familiares, es
probable que necesite ayuda profesional.
Las investigaciones indican que las intervenciones cognitivo-conductuales en niños con ansiedad
resultan muy eficaces.