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LOS SIETE DOLORES DE NUESTRA SEÑORA

1. La profecía del anciano Simeón

Del evangelio de Lucas

Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de


Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está
escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor
y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo
que se dice en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un hombre
llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación
de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.
Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de
haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y
cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley
prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
«Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz;
porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos
los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.» Su
padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les
bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de
muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada
te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de
muchos corazones.»
PALABRA DEL SEÑOR.

2. La huida a Egipto

Del evangelio de Mateo

Después que ellos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José
y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y
estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para
matarle.» El se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a
Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el
oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
PALABRA DEL SEÑOR
3. El Niño Jesús perdido

Del evangelio de Lucas

Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando
tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse,
pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres.
Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le
buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron
a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en
el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles;
todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus
respuestas.
Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué
nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos
buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía
estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que
les dio.
PALABRA DEL SEÑOR

4. El encuentro de María con Jesús en el camino al Calvario

Del evangelio de San Lucas

Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que
muchos en Israel caigan y se levanten; será una bandera discutida: así quedará
clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».
Su madre conservaba todo esto en su corazón.
PALABRA DEL SEÑOR

5. La Crucifixión y muerte de Jesús

Del evangelios de San Juan.

Jesús cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en
hebreo se llama Gólgota, y allí le crucificaron y con él a otros dos, uno a cada
lado, y Jesús en medio.
Pilato redactó también una inscripción y la puso sobre la cruz. Lo escrito era:
«Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos.» Había allí una vasija llena de
vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y
se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está
cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
PALABRA DEL SEÑOR

6. La lanzada que traspasó el Corazón de Jesús y su descendimiento de la


cruz

Del evangelio de San Juan

Como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los
soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.
El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la
verdad, para que también vosotros creáis.
PALABRA DEL SEÑOR

7. La sepultura de Jesús

Del evangelio de San Juan

Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en


secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el
cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo.
Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche -
con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el cuerpo de
Jesús y lo envolvieron en vendas con los aromas, conforme a la costumbre
judía de sepultar.
En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un
sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Allí, pues,
porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca,
pusieron a Jesús.
PALABRA DEL SEÑOR
Los Siete Dolores de Nuestra Señora

1. La profecía del anciano Simeón:

En esta oportunidad contemplamos el anuncio del Simeón, un anuncio que en


lugar de ser esperanza trae consigo dolor, sufrimiento, si bien María ya sabia y
debía de estar preparada pues ya se le había anunciado de antemano lo que
debía de sufrir Jesús, para una madre nunca es fácil aceptar el dolor de un hijo,
su muerte nunca es sencilla, aun cuando cristo vino es para la liberación del
mundo, con su venida al mundo trajo libertad y salvación al hombre. Hoy hay
anuncios de diferentes desgracias, guerras, conflictos políticos, disputas
sociales, entre otras que han causado que el hombre se distancia cada día más
de la presencia Salvadora del que se entrego para la redención del mundo.

Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

2. La huida a Egipto

La sagrada familia huye a Egipto escapado de las manos criminales que


desean acabar con la vida de Jesús antes de Tiempo, Herodes se da cuenta de
que su reinado se pone en peligro con la llegada de Jesús por ello envía a sus
hombres a acabar con la vida de los primogénitos. Pero ante la voluntad de
Dios, no hay posibilidad del que el hombre permanezca en su propio parecer.
Ahora bien, si, es verdad que la huida a Egipto es Difícil y trajo consigo
muchas pruebas, pero en la presencia del Señor no falta nada.
Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

3. El Nino Jesús perdido

Es fácil perderse en la presencia del Señor, con el no hace falta nada… el que
había venido a mostrarnos el amor, lo llevo hasta el extremo.
Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

4. El encuentro de María con Jesús en el camino al Calvario

Maria se Encuentra con Jesús ya de camino a su destino final, la cruz lo


espera, no hay palabras para afrontar este momento, el arbola de la salvación
es Cristo, y junto a Él esta su madre, como no contemplarla en este momento
difícil, momento de sufrimiento, donde algunos se divertían con lo
contemplado en el calvario. Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.
5. La Crucifixión y muerte de Jesús

Él salvador en medio de Dos ladrones, uno que lo reconoce como salvador,


que sabe que vino por el, el otro que ni observándolo lo acepta, todo lo
contrario lo pone a prueba hasta el ultimo instante no dejan en paz al maestro.
Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

6. La lanzada que traspasó el Corazón de Jesús y su descendimiento de la


cruz

El pecado ha sido como la lanza, este paso primero por el corazón el corazón,
y por ello vino al mundo para sanarlo, purificarlo, ya el maestro baja de la
cruz, algunos ven en el descendimiento la victoria de la muerte, la victoria de
sus ideas, de sus intenciones, de sus intereses. Pero todo será diferente a partir
de este momento Cristo va a resucitar dentro de poco, la victoria de la muerte
solo será una ilusión para el no creyente, pero una victoria para el Cristiano.
Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

7. La sepultura de Jesús

El discípulo sufre con amargura este ultimo instante, ya no volver a ver a


alguien que se ama causa dolor, tristeza, decepción, pero vale recordar en este
punto que esta amargura en instantes se convertirá en gozo, porque aquel de
quien los profetas habían hablado y anunciado su venida, ha venido, y aun
cuando no lo escucharon y lo mataron ahora resucitará y vivirá para siempre,
esperemos con gozo este momento que trae para cada uno de nosotros la
esperanza de una nueva vida, en Cristo resucitado.
Padre Nuestro, Dios te salve…, Gloria.

Versículo: Oh María, Madre mía, dadme de vuestro dolor, para haceros


compañía en la muerte de mi Dios.

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