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ASIGNATURA:
2020-1-2-LEN315-GV70-1 REDACCIÓN Y ESTILO
FACILITADOR:
AMALIO ALCÉQUIEZ
PARTICIPANTE
MATRÍCULA
16-5241
REPÚBLICA DOMINICANA
20 DE MARZO 2020
Introducción:
Son de gran utilidad para eliminar las ambigüedades, es decir, evitan que el
lector interprete de otra manera lo que se quiere dar a entender en el texto, por
lo tanto, dan como resultado un texto de mejor comprensión . Con los diversos
signos de puntuación se pretende reproducir la entonación que se utiliza en la
lengua oral, es decir, cuando hablamos. No obstante, los signos de puntuación
son, en muchos casos, de uso flexible y por ende, su uso está subordinado al
estilo o forma particular de escribir de cada autor o individuo que escribe. Por
tal motivo, podría darse el caso en que un mismo texto pueda ser
correctamente puntuado por dos personas. No obstante, su interpretación y sus
matices o intenciones comunicativas podrían resultar diferentes. Entre estos:
El punto y coma (;): indica una pausa superior a la coma e inferior al punto.
Se utiliza:
-Entre dos frases que exponen dos aspectos diferentes de una misma idea.
Ejemplo: No podemos seguir así; vamos sin remedio al desastre.
Ejemplo: Quise venir antes; sin embargo todos los problemas que confrontaba
me lo impidieron.
Los dos puntos (:): representan una pausa menor a la del punto. Tienen la
finalidad de llamar la atención del lector. Se utilizan:
-Al final de una enumeración, cuando tiene el mismo valor que la palabra
etcétera.
Ejemplo: Las asambleas (la última duró casi cuatro horas sin ningún descanso)
se celebran en el salón de actos.
Ejemplo: Una de las últimas novelas que publicó Benito Pérez Galdós (algunos
estudiosos consideran su obra Fortunata Jacinta [1886-87]) la mejor novela
española del siglo XIX) fue El caballero encantado (1909).
-Se quiere incorporar alguna parte que falta, aclaración, nota, desarrollo de una
abreviatura o cualquier interpelación ajena al texto original.
Ejemplo: La nieve hermoseaba [los parques y edificios de] la ciudad aquella fría
mañana de diciembre.
Ejemplo: Le sonreí para decírselo; pero después pensé que él no pudo ver mi
sonrisa […] por lo negra que estaba la noche. (Juan Rulfo: Pedro Páramo)
La raya (—)
Ejemplo: Estuve esperando a Sara –una buena amiga– toda la noche, pero al
final no vino.
El guión (−):
1. Para separar (en determinados casos) los dos elementos que integran
una palabra compuesta.
2. Para dividir una palabra al final del renglón cuando no cabe en su totalidad.
Ejemplo: Mariana ha querido comprar los dibujos, pero no tiene la cantidad
exacta.
Son aquellos que señalan pautas convencionales en los textos escritos, y de tal
modo que ayudan a una mejor comprensión de los mismos.
Ejemplo: c/u,http://www.eruditoswiki.net
- Llave ({ , }): Puede ser simple para cuadros sinópticos o doble para contener
varios elementos siendo en este caso su uso igual al de los paréntesis y
corchetes.
¡Y entonces corrió!
¡Ellos huyeron al bosque a refugiarse de sus perseguidores!
¡El viento movió el barco más y más rápido!
¡La selva se tragó a los expedicionarios!
Y entonces exclamó- ¡Los voy a atrapar y cuando lo haga se
arrepentirán!
¡Corrieron asustados al ver la bestia acercarse a ellos!
¿Cuándo será la hora de comer?
¡Papá! ¿Habrá pastel en mi cumpleaños?
¿Qué es lo que vamos a hacer con el trabajo acumulado?
¿Cuándo llegaremos a la casa?
Por ello, se podría decir que tener buena concordancia con las palabras implica
tener buena redacción de textos. Sin las reglas que rigen nuestra lengua, como
la concordancia, no se podría llegar a una buena comunicación entre los seres,
por esta razón la abundancia de las malas interpretaciones y accidentes
gramaticales. En conjunto, con la lógica y la coherencia, la concordancia nos
permite dar a entender con exactitud lo que queremos expresar donde el lector
u oyente pueda entenderlo sin problemas y fácilmente.
Adjetivo
Concordancia:
Articulo
Pronombre
Verbo
Por otro lado, nunca faltan las personas desinformadas y dañinas que se
encargan de distribuir información falsa provocando más pánico en la
población.
No obstante, hay que advertir que más allá de cualquier norma establecida, los
signos de puntuación componen también la arquitectura del pensamiento
escrito. En este sentido, y tal y como sucede en poesía desde hace más de un
siglo, no existen normas exactas para reglamentar el correcto uso de los signos
en las partituras, tanto narrativas como poéticas. En términos de principios y
parámetros, los signos de puntuación entrarían a formar parte de los
parámetros del lenguaje, y en consecuencia se sitúan en un proceso de
constante evolución y son variables, por lo tanto pueden depender de otros
factores.