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Beth, una niña con 6 años y medio de edad, iniciando que perdió a su madre.

Junto a su hermano,
quedaron al cuidado de su padre biológico, que abusó sexualmente de ambos. Tim y Julie sus
padres adoptivos quien los acogió cuando Beth tenía 19 meses y su hermano Jon de 7, eran niños
normales y sanos.  Los recibieron con los brazos abiertos y depositaron todo su cariño en ellos.
Después empezaron a notar problemas emocionales en los niños. Beth tenía pesadillas, y éstas la
inducían a realizar conductas violentas hacia sus padres, su hermano y animales. La pesadilla era
sobre un hombre que le caía encima y le hacía daño. Ese hombre era su padre biológico.

En la entrevista Beth reconoce que su familia tiene miedo de ella, y que afirma que si pudiera les
haría daño y lo haría durante la noche. Por daño entiende apuñalarlos con un cuchillo. La situación
llegó a tal punto, que durante la noche, los padres debían cerrar su habitación con llave, para
evitar que hiciera daño a algún miembro de la familia, especialmente a su hermano Jon.

Como consecuencia de los abusos sexuales sufridos en su infancia, Beth se masturbaba


diariamente, incluso en lugares públicos, hasta el punto de dejarse la vagina en carne viva, con
heridas y sangrando. En lugares inapropiados como en la sala de espera de un hospital,
demostrando ausencia de autorregulación en su desarrollo de dimensión y descubrimiento sexual.

De forma tranquila admite que era consciente de causar dolor y sufrimiento a los miembros de su
familia con estas conductas. Sin embargo, eso era lo que ella quería. Actuaba de esta forma
porque quería que ellos sintieran lo mismo que ella sintió en el pasado con los abusos que su
padre le provocaba, evidenciando distorsión en el desarrollo de su microsistema según el enfoque
eco sistémico, ya que a consecuencia de los graves abusos que sufrió, Beth nunca desarrolló
conciencia, amor o confianza hacia nadie.

Teniendo como referencia el documento de CONPES de salud mental 2018, se le brindo servicios
sociales de salud mental, internándola en una residencia especializada en niños con trastornos de
apego primario, con el principal objetivo de mejorar su conducta agresiva y violenta.

Desde el enfoque ecosistémico se puede constatar en el caso de Beth una notable influencia del
microsistema familiar en su desarrollo mental y emocional; la muerte y ausencia de su madre a
edad temprana y los abusos que sufrió por parte de su padre biológico generaron en Beth falta de
conciencia de sus actos, agresividad, ira, maltrato constante hacia su cuerpo, maltrato y violencia
hacia su hermano, hacia los animales y también pensamientos homicidas hacia sus padres
adoptivos.

Ante los constantes e incontrolables actos de ira y agresividad que presentaba Beth, los padres
adoptivos buscan orientación psicológica para ella, mediante la cual se logra comprobar la
dolorosa historia de infancia de Beth dentro de su microsistema familiar y las graves
consecuencias de los abusos de su padre biológico en su desarrollo afectivo y emocional.

También se puede identificar una influencia del cronosistema en el comportamiento de Beth, ya


que la muerte de su madre cuando ella era demasiado pequeña impide generar un tipo de apego
el cual es fuente de seguridad, confianza y base para la adecuada interacción y relación con las
demás personas y el entorno.

Después de la valoración psicológica, Beth es enviada a un refugio donde se tratan problemas de


trastornos de apegos primarios; estos patrones de actividad e interacción forman parte también
del microsistema los cuales favorecen el proceso de recuperación de Beth, ya que se puede
evidenciar como gracias al amor y la confianza brindadas, la niña con el paso del tiempo va
mejorando en la interacción y relación con las personas y el entorno, desarrolla nuevas habilidades
como el canto, mejora su autoestima y ha aprendido a tomar conciencia de sus actos.

Desde el documento de CONPES de salud mental 2018, en el caso de Beth se resaltan aspectos
importantes como la identificación y tratamiento de trastornos en menores de edad, brindando
una atención inmediata que permite mejorar la calidad de vida de la menor y de las personas que
forman parte de su entorno reduciendo los riesgos asociados a los problemas y trastornos
mentales y violencias interpersonales.

También es necesario mencionar que en el caso de Beth se han creado las condiciones
individuales, sociales y ambientales para su desarrollo integral, contando con el apoyo de sus
padres adoptivos, profesional de psicología y directivas del refugio donde se lleva a cabo el
proceso de tratamiento, lugar que ha favorecido la construcción de afecto y confianza, vínculos y
relaciones en un ambiente de respeto y libertad, en el que también se lleva a cabo una educación
en habilidades psicosociales para la vida como el autoconocimiento, la empatía, relaciones
interpersonales, manejo de emociones y sentimientos, lo cual contribuye notablemente a la salud
mental de la niña favoreciendo su recuperación y bienestar.

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