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SCRIPTA THEOLOGICA 26 (1994/3) RESEÑAS

rior ,a la religiosidad misma? Desde una previsto, con el azar; y ello le llevará a
antropología que contemple al hombre ser sumamente modesto en sus juicios
como «animal social>, por naturaleza, la acerca del futuro, si no a evitarlos cons-
cuesti6n propuesta estaría mal plantea- cientemente. Cuando ese soci6logo es
da: no existirían «individuos religiosos» también creyente tendrá un nombre pa-
que luego se asociarían en confesiones, ra el azar hist6rico, que aparecerá para
sino que la vida religiosa sería sociol6gi- él como un factor de esperanza y no de
camente una realidad familiar y comu- pesimismo; ese nombre es el de Dios
nitaria, dentro de la cual cada persona Salvador.
haría sus propias experiencias religiosas,
siendo luego consciente de la trascen-
dencia personal de las mismas.
J. M. Odero
Algo semejante cabe objetar al capí-
tulo titulado «Procesos de formaci6n y
trasmisi6n de la cultura religiosa», don- Jean MAISONNEUVE, Ritos religiosos y
de se analiza la inculturaci6n de la reli- civiles, Herder, Barcelona 1991, 149 pp.,
gi6n. En efecto, ¿es que la religi6n no 12 x 19, 5.
estuvo de hecho en el origen de la cul-
tura misma? ¿Puede diseccionarse en la Tras unas décadas en las cuales se
vida de los pueblos una cultura religiosa ha impuesto el lema de abolir cualquier
y otra «laica»? Los estudios de pueblos convencionalismo, se observa hoy un
primitivos apuntan a lo contrario. Pare- mayor sentido crítico al respecto, como
cería que los Autores de esta obra están fruto de la experiencia personal del va-
aquejados por un prejuicio anacr6nico. lor de algunas de esas costumbres o tra-
diciones y también como fruto de la
Más bien cabría decir que esta «So-
reflexi6n te6rica sobre el valor de la
ciología de la religi6n» s6lo pretende
tradici6n y sobre las condiciones prácti-
ser en realidad una sociología del cris-
cas que impone la naturaleza social del
tianismo. Sus últimos capítulos confir-
hombre.
man esta certeza, así como la convic-
ci6n expresada por los Autores de que En el ámbito religioso el postulado
su obra puede ser una guía para la pas- anticonvencionalista se expres6 en el re-
toral, una teoría orientadora de la pra- chazo total o parcial de los ritos reli-
xis. Por otra parte, el mundo islámico giosos. La filosofía de la religi6n con-
y el asiático o africano están ausentes temporánea ha puesto de relieve sin
de la 6ptica de quienes describen el es- embargo que el rito es uno de los ele-
tado actual de la religi6n con los para- mentos esenciales de la religiosidad hu-
digmas de «secularizaci6n» y de «reli- mana y ha tratado de explicar te6rica-
gión privada». mente su sentido.
Por otra parte, al haber concebido El libro de Maisonneuve es una bre-
la religi6n como una experiencia más, ve introducci6n al problema que ha si-
la vía hacia el pesimismo que caracteri- do descrito en párrafos anteriores, aun-
za su pron6stico acerca del futuro de la que en sus reflexiones se limita a
religión, no resulta ninguna novedad. contemplar el rito en «la cultura occi-
Pero ese pronóstico desconoce algo con dental y algunos aspectos arcaicos» (p.
lo cual un sociólogo debía estar muy fa- 9), sin considerar los ritos orientales,
miliarizado: la libertad humana, que es africanos, etc. Se trata de un libro de
motor de la historia. Un soci6logo ex- divulgación, perteneciente a la famosa
perimentado además contará con lo im- colecci6n francesa «Que sais-je?».

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El Autor mantiene un concepto activa de lo sagrado, de la ausencia de


amplio de rito, entendido como costum- una relación vital con Dios.
bre en general. Cuando varios ritos se
Maisonneuve concluye afirmando el
engarzan entre sí como un sistema co-
valor antropológico del rito en general,
herente, puede hablarse entonces de ri-
a la vez que constata la crisis que los ri-
tual_ Utilizar este concepto amplio de
tuales han sufrido modernamente. Di-
rito justifica una distinción importante:
cha crisis la fija él en la dificultad para
hay ritos religiosos o sagrados, pero
aunar regla y deseo-placer. Su diagnósti-
también existen ritos y rituales civiles,
co parece algo superficial. Evidentemen-
seculares o profanos_ Esta distinción da
te el individualismo y el hipercriticismo
tÍtulo a la edición castellana del libro
promovido por el pensamiento moder-
(el original francés se titula simplemen-
no no podían encontrar una víctima
te Los rituales)_
propiciatoria más conveniente que el ri-
La obra contiene una breve tipolo- to, cuya naturaleza se apoya en el prin-
gía de los ritos mágicos y religiosos; cipio de la sociabilidad y en sentido de
también, un esquemático resumen de la tradición. Por otra parte, la cadencia
las diversas teorías filosóficas que desde atea y desacralizadora de la cultura do-
Durkheim han sido propuestas para ex- minante conlleva una violenta Icono-
plicar su origen y sentido. El Autor se clasta del rito religioso.
muestra algo ecléctico acerca de las re-
laciones entre magia y religión; admi- En el caso de los ritos cristianos -a
tiendo en principio su distinción, luego los cuales el Autor remite constante-
pasa a afirmar que en la práctica se con- mente- la crisis sacramental, además de
funden. Su terminología no es muy deberse a los factores ya señalados, tie-
afortunada: sería más preciso distinguir ne causas características: una teología
entre religiosidad personal (plano donde desacralizadora (su exponente más radi-
son opuestas -y por tanto incompati- cal fue quizá la «teología de la muerte
bles- la actitud religiosa y la mágica) y de Dios»), una pastoral unilateralmente
el plano de la religión objetivada, en el horizontalista, la ausencia de una cate-
cual un mismo gesto puede ser utiliza- quesis sólida.
do con intención religiosa o bien con
Los ritos cristianos se insertan en
una función mágica.
una tradición viva, que conjuga el prin-
La categoría de ritos seculares y coti- cipio de fidelidad a un origen sagrado
dianos es problemática, pero ciertamen- y la finalidad pastoral de salvar a hom-
te válida en cuanto la vida cotidiana y bres concretos con características y ne-
civil de muchos occidentales está mar- cesidades que son en parte cambiantes
cada -como indica el Autor- por el con los tiempos. La renovación litúr-
estigma de la secularización. La descrip- gica que ha acompañado al Concilio
ción de algunos de esos rituales es inte- Vaticano II ha sido históricamente un
resante. Sin embargo, se echa en falta hito de la máxima seriedad, sin prece-
una investigación sobre la sacralidad dentes en otras comunidades religiosas.
añadida que tiñe muchos de esos ritos Pero los factores que la han determina-
en la subjetividad del hombre moderno. do no han sido -ni hubieran debido
En efecto, lo más sugestivo de dichos serlo- el binomio regla/deseo-placer,
comportamientos rituales es la utópica sino la voluntad de fidelidad a la fe y
trascendentalidad que el sujeto les asig- de comprensión de las necesidades del
na. Esa referencia a lo trascendente es, cristiano actual. La fe puede ser consi-
sin duda, consecuencia de la ausencia derada una regla (regula fidei) , pero no

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una regulación social arbitraria. y desde Teología filosófica o Teodicea, pero que
luego las necesidades del hombre con- también incluye muchos temas de nues-
temporáneo no se limitan al placer, ni tra Filosofía de la religión. En esta Parte
se centran básicamente en él; el deseo se trata la relación del mal con temas
fundamental del hombre no es el pla- como la creación en general, la posibili-
cer, sino la felicidad o beatitud. El dad de haber creado otro mundo dife-
hombre es capaz de actuar ritualmente rente, la proposición leibniziana acerca
porque a través del rito busca a un de que el nuestro es «el mejor de los
Dios salvador; el hombre desea sobre mundos posibles», y la relación de de-
todo que su vida tenga sentido y que pendencia característica del ser creado.
tenga el sentido acertado, que su vida Pero el estudio que nos resulta más
sea camino de salvación. Ese es el deseo sugerente de esta segunda Parte es de
al que legÍtimamente debe tratar de dar Eleanore Stump, Profesora de Filosofía
cauce cualquier rito. en el Politécnico y en la Universidad de
Virginia. Versa sobre la teología de la fe
desarrollada por S. Tomás de Aquino y
J. M. Odero su relación con el concepto de bien.
Aun conociendo bien el actual desarro-
llo de la filosofía de la fe, la autora deja
de lado los problemas epistemológicos
Scott MacDONALD (ed.), Being and
en los que esta filosofía se centra, para
Godness. The Concept of the Good in
plantearse cuestiones todavía más hon-
Metaphysics and Philosophical Theology,
das: ¿por qué la fe es el medio elegido
Cornell U niversity Press, lthaca-Lon-
por Dios para que el hombre alcance su
don 1991, 328 pp., 23 x 15.
bien, su perfección?; ¿por qué Dios no
se manifiesta con evidencia a los hom-
El problema del mal es uno de los bres?
tópicos más recurrentes en las publica-
La respuesta a estas cuestiones la
ciones anglosajonas de filosofía de la re-
encuentra en un diálogo con Tomás de
ligión. El presente volumen lo afronta
Aquino, explorando primeramente su
desde su dimensión más honda: la onto-
filosofía del concepto de bien y luego
lógica. su teorización acerca de la naturaleza de
Las colaboraciones de los diversos la fe. En este diálogo surgen algunas ob-
autores están distribuidas en dos Partes. jeciones frecuentemente planteadas: ¿es
La primera recoge análisis metafísicos la fe irracional o bien es un. autocon-
del concepto de bien: el bien como con- vencimiento interesado? ¿Cómo puede
cepto trascendental, el bien y la trascen- e ser cierto el objeto de fe si lo decisivo
dencia, el bien y su relación con el acto en el creer es un acto de voluntad? ¿Por
de ser, la voluntad y el bien. Jorge J. E. qué es más perfecta una fe basada en un
Gracia analiza concretamente la solu- fuerte deseo de bien que la fenc apoya-
ción de F. Suárez al problema, mientras da en aquellas evidencias que la hacen
el Prof. de Notre Dame Ralph McI- creíble?
nerny lo estudia en la obra De hebdo· Ante estas preguntas Stump em-
madibus de Tomás de Aquino. prende un más detallado estudio del
La segunda Parte se mueve en el pensamiento tomasiano, hasta poder
ámbito de la llamada Philosophical Theo· llegar a algunas conclusiones. La afir-
logy, que coincide en parte con la disci- mación de que la fe es una virtud que
plina aquí denominada Teología natural, perfecciona principalmente al entendi-

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