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La formulación de esta ley fue un éxito en muchos sentidos, uno de ellos está referido a que
se trató de la primera experiencia legislativa participativa. Efectivamente, su promulgación
representó una conquista de la sociedad civil organizada; investigadores, activistas, centros
académicos y universidades intervinieron en su preparación como parte de una lucha por
adaptar el sistema nacional a la previamente aprobada Convención de los Derechos del
Niño, tratado que exigía unas reivindicaciones en favor de la niñez y la adolescencia que
demandaba de la concreción de los esfuerzos internos por darle aplicación efectiva sus
estándares.
Luego de la evolución que ha tenido nuestra Ley Orgánica para la Protección de nuestros
Niños, Niñas y Adolescentes durante estos 20 años, vemos con tristeza como la misma se
convirtió en una utopía, por lo que mal podríamos celebrar el aniversario de la publicación
en gaceta de la Ley, precisamente cuando no se ha cumplido el propósito y espíritu para el
cual fue creada, ya que en lo que se refiere a nuestro sistema de protección el mismo no
cuenta con instituciones dignas que cumplan con los requerimientos mínimos que nuestros
niños, niñas y adolescentes necesitan para su crecimiento óptimo. De igual manera, las
diversas oficinas de atención y acompañamiento no cuentan con el personal idóneo y
capacitado para atender casos e incluso recibir a los niños que se encuentra bajo una
medida de abrigo por encontrarse en situación de riesgo o de calle. Podemos ver como cada
día aumenta el número de niños, niñas y adolescentes en situación de calle, y el Sistema
Rector para el Sistema de Protección no ofrece las soluciones ni cumple con objetivos para
la cual fue creada.
Aunado al hecho de que las políticas públicas que debían garantizar la alimentación; la
seguridad y la salud se encuentran igualmente desasistidas, no solo para la niñez sino
también para toda la población en general, como muestra de ello, basta con nombrar el
Hospital JM de los Ríos, centro que en su mejor época fue hospital símbolo de referencia
donde se recibía niños de todos los estados, el cual actualmente, fruto de la decidía a la que
fue sometido, tiene sobre sí, Medidas Cautelares dictadas por la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos sobre 14 áreas; y de las cuales solo se ha dado cumplimiento
parcial a solo una de ellas.
Es por ello, que esta Comisión Presidencial parea los Derechos Humanos y Atención a las
Víctimas se une al sentimiento del resto de las organizaciones de defensa y lucha de los
derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes y RECHAZA la situación de agravada
vulnerabilidad al disfrute pleno de la niñez en Venezuela y manifiesta que más que una
celebración es una fecha para recordar la enorme deuda que tenemos con nuestro niños,
niñas y adolescentes.