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EN DEFENSA
DE DIOS
Creer en una época de escepticismo
TIMOTHY KELLER
Traducción
Santiago Ochoa
GRUPO
E D I T O R I A L
norma
www.librerianorm a.com
Bogotá, Barcelona, Buenos Aires, Caracas, Guatemala, Lima, México, Panamá, Quito, San José,
San Juan, San Salvador, Santiago de Chile, Santo Domingo
Keller, Timothy, 1950-
En defensa de Dios: creer en una época de escepticismo /
Timothy Keller; traductor Santiago Ochoa Cadavid. -
Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2009.
312 p.; 23 cm.
Título original: The Reason for God : Bclief in an Age of
Skepticism.
ISBN 978-958-45-2356-3
1. Apologética 2. Teología dogmática 3. Teología natural
4. Ee y razón 5. Existencia de Dios I. Ochoa, Santiago Cadavid, tr.
II. Tít.
239 cd 21 ed.
A1235761
Título original:
THE REASON FOR GOD
Beliefin an Age of Skepticism
de Timothy Keller
Publicado por Penguin Group
375 Hudson Street, New York, New York 10014 U.S.A.
Copyright © 2008 por Timothy Keller.
www.librerianorma.com
ISBN: 978-958-45-2356-3
A Kathy, la valiente
C o n t e n id o
Introducción ix
P R IM E R A P A R T E : EL ACTO DE DUDAR 1
U N O
D O S
T R E S
C U A T R O
C I N C O
S E I S
Intermedio 117
O C H O
N U E V E
D I E Z
ONCE
La religión y el evangelio 178
D O C E
T R E C E
C A T O R C E
E P Í L O G O
Agradecimientos 245
Notas 247
I n t r o d u c c ió n
[ i x ]
EN D E F E N S A DE D I O S
Hablo desde un punto de vista inusual sobre este fenómeno de dos caras.
Crecí en una iglesia luterana tradicional en el oriente de Pennsylvania.
Cuando llegué a la adolescencia, a comienzos de los años 60, asistí al
curso de confirmación, de dos años de duración, que cubría creencias
y prácticas e historia cristianas. Su objetivo era hacer que los jóvenes
tuvieran una mayor comprensión de la fe y se comprometieran públi
camente. Mi maestro durante el primer año fue un ministro retirado.
Era bastante tradicional y conservador, y hablaba con frecuencia sobre
los peligros del infierno y la necesidad de tener más fe. Sin embargo,
en el segundo año, el instructor era un joven clérigo recién salido del
seminario. Era un activista social y albergaba dudas profundas sobre la
doctrina cristiana tradicional. Fue casi como recibir instrucción sobre
dos religiones diferentes. En el primer año, estuvimos ante un Dios
santo cuya ira solo podría aplacarse luego de grandes esfuerzos y de
pagar un precio alto. En el segundo año, nos hablaron de un espíritu
de amor en el universo, que básicamente nos pedía que trabajáramos
por los derechos humanos y la liberación de los oprimidos. La pregunta
que más quería hacerle a mi instructor era: “¿Quién de ustedes dos está
mintiendo?”. Sin embargo, no se es tan atrevido a los catorce años, así
que mantuve mi boca cerrada.
Posteriormente, mi familia asistió a una iglesia más conservado
ra, perteneciente a una denominación metodista. Durante varios años,
esto fortaleció lo que podría llamarse como el “fuego infernal” de mi
EN D E F E N S A DE D I O S
comenzó a tener más y más sentido. En este libro expongo por qué sigo
pensando esto.
El segundo obstáculo era interior y personal. Cuando somos
niños, la credibilidad de una fe puede descansar en la autoridad de los
demás, pero cuando alcanzamos la edad adulta, también hay una ne
cesidad de tener una experiencia personal y de primera mano. Aunque
yo había “elevado mis plegarias” durante varios años, y a veces experi
mentaba una sensación espiritual y estética de asombro al contemplar el
mar o las montañas, nunca había sentido personalmente la presencia de
Dios. Esto no requería un gran conocimiento de las técnicas para rezar,
sino un proceso en el cual aceptara mis propias necesidades, defectos
y problemas. Fue doloroso, y como es usual, fue una consecuencia de
mis fracasos y decepciones. Necesitaría escribir otro libro para abordar
dichos aspectos. Sin embargo, tengo que decir que las experiencias re
lacionadas con la fe nunca son simples ejercicios intelectuales.
El tercer obstáculo era de carácter social. Necesitaba encontrar a
toda costa una “tercera opción”, un grupo de cristianos que se preocu
paran por la justicia en el mundo, que estuviera basada en la naturaleza
de Dios y no en sus sentimientos subjetivos. Cuando encontré a esa
“banda de hermanos” y hermanas (¡igualmente importantes!), todo
empezó a cambiar para mí. Estos tres obstáculos no desaparecieron
rápidamente y con un orden predeterminado; más bien, estaban en
tremezclados y dependían mutuamente. No los confronté de un modo
metódico. Solo en términos retrospectivos puedo ver cómo actuaban
juntos estos tres factores. Como siempre había buscado esa tercera op
ción, me interesé en conformar e iniciar nuevas comunidades cristianas.
Esto significaba el ministerio, así que entré a él pocos años después de
terminar la universidad.
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EN D E F E N S A DE D I O S
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Introducción
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Introducción
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tus creencias ante los escépticos y ante ti mismo, para que sean plau
sibles, y no ridiculas u ofensivas. Igualmente importante para nuestra
situación actual, dicho proceso te conducirá, incluso después de tener
una fe sólida, a respetar y a entender a aquellos que dudan.
Pero, así como los creyentes deberían aprender a buscar razones
detrás de su fe, los escépticos deberían aprender a buscar un nuevo tipo
de fe oculta en su razonamiento. Todas las dudas, por escépticas y cínicas
que puedan parecer, realmente son un conjunto de creencias alternas.9
No puedes dudar de la creencia A, a menos que tengas fe en la creencia
B. Por ejemplo, si dudas del cristianismo porque “no puede haber solo
una religión verdadera”, deberías reconocer que esta frase es en sí mis
ma un acto de fe. Nadie puede demostrarla empíricamente, y no es una
verdad universal aceptada por todos. Si fueras al Medio Oriente y dijeras
“No puede haber solo una religión verdadera”, casi todas las personas
dirían: “¿Por qué no?”. La razón por la que dudas de la creencia A del
cristianismo es porque optas por la creencia B, la cual no es demostrable.
Por lo tanto, cada duda está basada en un acto de fe.
Algunas personas dicen: “No creo en el cristianismo porque no
puedo aceptar la existencia de absolutos morales. Cada persona debe
ría determinar su verdad moral”. ¿Pueden demostrarle esto a alguien
que no lo comparta? No, es un acto de fe, una creencia profunda que
opera no solo en la esfera política, sino también en la moral. No hay
una demostración empírica de dicha posición, así que la duda (de los
absolutos morales) es un acto de fe.
Algunos responderán a todo esto: “Mis dudas no están basadas
en un acto de fe. No tengo creencias sobre Dios de una forma o de otra;
simplemente no siento la necesidad de Dios y no me interesa pensar en
eso”. Pero, oculta debajo de esta sensación, está la muy moderna creen
cia de que la existencia de Dios es un asunto de indiferencia, a menos
que se cruce con mis necesidades emocionales. Quien habla está apos
tando su vida a que no existe ningún Dios al que puedas responsabilizar
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Introducción
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EN D E F E N S A DE D i O S
1 Grupo de las ocho universidades más prestigiosas de los Estados Unidos (N. del T.).
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EN D E F E N S A DE D I O S
Kelly era una atea que había estudiado también en una universidad
de la Ivy League. Cuando tenía doce años, vio a su abuelo morir
de cáncer, y a su hermana de dos años someterse a una cirugía,
a quimioterapia y radiación para combatir un tumor cerebral. Ya
había perdido cualquier esperanza de que la vida tuviera un signifi
cado mientras estudiaba en la Universidad de Columbia. Varios de
sus amigos cristianos de la universidad le hablaron de su fe, pero
ella era un “terreno árido para las semillas” de sus testimonios. Sin
embargo, cuando su hermana sufrió un derrame y quedó paraliza
da a la edad de catorce años, ella optó por no renunciar a Dios y
emprendió una búsqueda más deliberada. En aquella época vivía y
trabajaba en Nueva York. Conoció a Kevin, su futuro esposo, tam
bién ateo y graduado de Columbia, quien trabajaba en Wall Street
con la compañía J. P. Morgan. Sus dudas sobre Dios eran muy ter-
[ X X I I ]
Introducción
cas y, sin embargo, tenían dudas acerca de sus dudas, por lo cual
comenzaron a asistir a mi iglesia. Su peregrinaje hacia la fe fue lento
y doloroso. Sin embargo, una de las cosas que los mantuvo en el
camino fue el gran número de creyentes cristianos que conocieron y
que eran tan sofisticados e inteligentes como los amigos que tenían
en la ciudad. Finalmente, no solo se convencieron de la credibilidad
intelectual del cristianismo, sino que se sintieron atraídos por su
visión de la vida. Kelly escribió: “Como atea, creía llevar una vida
moral, orientada hacia la comunidad, y preocupada por la justicia
social, pero el cristianismo tiene unos estándares aún más elevados:
va dirigido a nuestros pensamientos y al estado de nuestros cora
zones. Acepté el perdón de Dios y lo invité a entrar en mi vida”. A
su vez, Kevin escribió: “Mientras estaba sentado en un café leyendo
Mere Christicmity [Simple cristianismo), cerré el libro y escribí en mi
cuaderno: ‘La evidencia en torno a los argumentos del cristianismo
es simplemente abrumadora’. Comprendí que mis logros eran in
satisfactorios en última instancia, que la aprobación de los hombres
es fugaz, que una vida vivida exclusivamente en pos de la aventura
es una forma de narcisismo y de idolatría. Y por eso me convertí en
un creyente en Cristo”.11
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EN D E F E N S A DE D I O S
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P R IM E R A PARTE
EL ACTO DE DUDAR
UNO
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EL A C T O DE D U D A R
1. Prohibir la religión
2. Condenar la religión
tas que se han separado de ellos. Esta fue la objeción que me hizo aquel
estudiante la noche en que estaba en el panel; sostuvo que las diferencias
doctrinales entre el judaismo, el islamismo, el cristianismo, el budismo y
el hinduismo eran superficiales e insignificantes, y que todas creían en el
mismo Dios. Pero, cuando le pregunté a cuál Dios se refería, lo describió
como a un Espíritu del universo que nos ama a todos. El problema con
esta posición es su inconsistencia, pues sostiene que la doctrina carece de
importancia, pero al mismo tiempo presupone creencias doctrinales so
bre la naturaleza de Dios que están en conflicto con las de todas las prin
cipales religiones. El budismo no cree en un Dios personal. El judaismo,
el cristianismo y el islamismo creen en un Dios que responsabiliza a
las personas por sus creencias y prácticas, y cuyos atributos no pueden
reducirse al amor. Irónicamente, la insistencia en que las doctrinas no
importan realmente es una doctrina en sí misma, pues tiene una visión
específica de Dios, considerada como superior y más iluminada que las
creencias de la mayoría de las grandes religiones. Así pues, quienes pro
ponen esta visión hacen exactamente lo mismo que condenan en otros.
están condicionadas socialmente para hacerlo. Nos gusta creer que pen
samos por nuestros propios medios, pero eso no es tan simple; pensa
mos como las personas a las que más admiramos y necesitamos. Cada
individuo pertenece a una comunidad que promulga la credibilidad de
algunas creencias y rechaza otras. Berger sostiene que muchas personas
han concluido a partir de esto que, como todos estamos atrapados en
nuestra localización histórica y cultural, nos es imposible juzgar la vera
cidad o falsedad de las diversas creencias.
Sin embargo, el autor señala también que el relativismo absoluto
solo puede existir si los relativistas se eximen a sí mismos de su propio
, rasero.9 Si inferimos del condicionamiento social propio de todas las
creencias que “ningún credo puede ser proclamado como universal
mente cierto para todos”, esa es en sí una afirmación absoluta de que
todos somos producto de las condiciones sociales, de tal suerte que no
puede ser cierta según sus propios términos. “El relativismo se relativiza
a sí mismo”, sostiene Berger, de modo que no podemos “creer de lleno”
en él.10 Es cierto que nuestros prejuicios culturales hacen que sea más
difícil sopesar las diferentes afirmaciones en torno a la verdad. El condi
cionamiento social de las creencias es un hecho, pero no puede utilizarse
para sostener que toda verdad es completamente relativa, pues, de lo
contrario, el argumento se refuta a sí mismo. Berger concluye que no
podemos dejar de comparar las afirmaciones ocultándonos detrás del cli
ché de que “No hay manera de saber la verdad”. Debemos esforzarnos
en preguntar: ¿Cuáles afirmaciones sobre Dios, la naturaleza humana
y la realidad espiritual son ciertas, y cuáles son falsas? Tendremos que
basar nuestra vida en alguna respuesta a esta pregunta.
El filósofo Alvin Plantinga tiene su propia versión del argu
mento de Berger. Muchas personas le dicen: “Si hubieras nacido en
Marruecos, no serías cristiano, sino musulmán”. Y él responde:
[ 1 0 ]
No puede haber solo u n a religión verdadera
Al igual que la fe, la duda tiene que aprenderse; es una destreza. Pero
lo curioso acerca del escepticismo es que sus seguidores, tanto lospasados
como los actuales, han sido proselitistas con frecuencia. T cuando los
leo, muchas veces quiero preguntarles: ¿por qué te importa estol Su es
cepticismo no ofrece una buena respuesta a esapregunta. Y yo tampoco
t , .
tengo una para mi mismo.
,c
[H]
No puede haber solo u n a religión verdadera
[ 1 5 ]
EL A C T O DE D U D A R
decir que sería aún más eficaz permitir que mueran algunos de ellos. La
señora B podría enojarse y contestar acaloradamente que dejar que los
pobres se mueran de hambre no es nada ético, pero la señora A podría
argumentar: “¿Quién dice que la ética debe ser igual para todos?”. La
señora B diría finalmente: “¡No quisiera vivir en una sociedad como la
que estás describiendo!”.
En ese intercambio, la señora B ha tratado de seguir a John
Rawls, y busca argumentos “neutrales y objetivos”, de acceso univer
sal, y que convencerían a cualquiera de que no debemos permitir que
los pobres se mueran de hambre. Ella habrá fracasado porque dichos
argumentos no existen. En última instancia, la señora B proclama la
igualdad y dignidad de los seres humanos simplemente porque ella cree
que es lo verdadero y lo correcto. Presupone, como un artículo de fe,
que las personas son más valiosas que las rocas o los árboles, aunque no
puede demostrar científicamente dicha creencia. En última instancia,
sus propuestas en materia de políticas públicas están basadas en una
posición religiosa.23
Esto hace que Michael J. Perry, un teórico legal, concluya que es
“quijotesco en cualquier caso tratar de levantar una barrera hermética
entre el discurso moral basado en lo religioso... y el discurso (secular)
en los argumentos sobre políticas públicas”.24 Rorty y otros señalan que
el tema religioso es sumamente controversia!, pero Perry replica en su
libro ; IJnder God? Relijjious Faith and Liberal Democracy {¿Bajo Dios?
Fe religiosa y democracia liberal) que las bases seculares de las posicio
nes morales no son menos controvertidas que las religiosas, y se puede
esbozar una hipótesis muy sólida de que todas las posiciones morales
son al menos implícitamente religiosas. Irónicamente, insistir en que el
razonamiento religioso sea excluido de la plaza pública es en sí mismo
un punto de vista “sectario” y controvertido.25
Es imposible hacer a un lado nuestras convicciones sobre valo
res fundamentales cuando acudimos a la plaza pública. Citemos como
ejemplo el matrimonio y el divorcio. ;Es posible redactar leyes en las
EL A C T O DE D U D A R
¿Por qué? Los creyentes cristianos no son aceptados por Dios debido
a su comportamiento moral, a su sabiduría o virtud, sino a la labor de
Cristo en su nombre. La mayoría de las religiones y filosofías asumen
que el estatus espiritual de alguien depende de sus logros religiosos.
Esto hace que los fieles se sientan superiores a quienes no creen que se
hayan comportado como ellos. En cualquier caso, el evangelio cristiano
no debería tener ese efecto.
Es usual decir que el “fundamentalismo” conduce a la violen
cia, aunque como hemos visto, todos nosotros tenemos compromisos
fundamentales y no demostrables con la fe, los cuales creemos que son
superiores a los que tienen los demás. Así pues, la verdadera pregun
ta es: ¿qué fundamentos harán que sus creyentes sean las personas más
bondadosas y receptivas con las que no son como ellas? ¿Cuál conjunto de
creencias excluyentes e inevitables nos conduce a una conducta humil
de, pacífica y bondadosa?
Una de las paradojas de la historia es la relación que existe entre
las creencias y las prácticas de los primeros cristianos en comparación
con las que tenían otros miembros de sus culturas.
Las creencias religiosas grecorromanas eran abiertas y aparente
mente tolerantes: todos tenían su propio dios. Sin embargo, las prácti
cas culturales eran muy brutales. El mundo grecorromano estaba alta
mente estratificado en términos económicos, y había una gran brecha
entre ricos y pobres. En contraste, los cristianos insistían en que solo
había un Dios verdadero: Jesucristo Salvador. Sin embargo, sus vidas
y costumbres eran notoriamente cordiales con las de los culturalmente
marginados. Los cristianos primitivos se mezclaban con personas de
razas y clases diferentes, lo cual les parecía escandaloso a muchos otros.
El mundo grecorromano tendía a despreciar a los pobres, pero los cris
tianos eran generosos no solo con sus pobres, sino con los de otros
credos. En términos sociales más amplios, las mujeres tenían un estatus
muy bajo y estaban sujetas a altos niveles de infanticidios femeninos,
matrimonios forzados y falta de igualdad económica. El cristianismo
No puede haber solo u n a religión verdadera
¿C ó m o p u e d e u n D i o s b o n d a d o s o
PERMITIR EL SUFRIMIENTO ?
“No creo que el Dios del cristianismo exista”, dijo Hillary, quien cur
saba una licenciatura en inglés. “Dios permite un sufrimiento terri
ble en el mundo, y puede ser todopoderoso, pero no es lo suficientemente
bueno para terminar con el mal y el sufrimiento, pues de lo contrario
sería completamente bueno, pero no suficientemente poderoso para ter
minar con el mal y el sufrimiento. Bien sea lo uno o lo otro, el Dios
todopoderoso y completamente bondadoso de la Biblia no podría exis
tir”.1
[ 2 2 ]
¿Cómo puede un Dios bondadoso permitir el sufrimiento ?
la costa del océano índico. Durante las semanas siguientes, los perió
dicos y revistas recibieron muchas cartas y artículos que preguntaban:
“¿Dónde estaba Dios?”. Un reportero escribió: “Si Dios es Dios, no
es bueno. Es imposible que sea una cosa y la otra, especialmente des
pués de la catástrofe del océano índico”.2 A pesar de la afirmación del
columnista, el intento por demostrar que el mal niega la existencia de
Dios “actualmente es reconocido en (casi) todas las esferas como com
pletamente infundado”.3 ¿Por qué?
prendió que el mal era aún más problemático para su nuevo ateísmo.
Al final, comprendió que el sufrimiento constituía un mejor argumento
para la existencia de Dios, que uno en contra.
¿Por qué Jesús sufrió mucho más con su muerte que otras per
sonas, incluso más que sus propios seguidores?
El sufrimiento de Dios
Redención y sufrimiento
La muerte de Jesús fue cualitativamente diferente de cualquier otra
muerte. El abandono físico no fue nada comparado con la experien
cia espiritual del abandono cósmico.10 Entre todas las religiones del
mundo, el cristianismo es el único en sostener que Dios se hizo única
y completamente humano en Jesucristo, y que conoce por lo tanto el
desespero, el rechazo, la soledad, la pobreza, el dolor, la tortura y la
prisión de manera personal. En la cruz, él fue más allá del peor de los
sufrimientos humanos, y sintió un rechazo y un dolor cósmico que so
brepasan al nuestro de una forma tan infinita como su conocimiento y
poder también sobrepasa al nuestro. En su muerte, Dios sufre en amor,
identificándose con los abandonados y olvidados.11 ¿Por qué lo hizo?
La Biblia dice que Jesús vino a rescatar la creación. Tuvo que pagar por
nuestros pecados para poder eliminar algún día el mal y el sufrimiento
sin eliminarnos a nosotros.
Veamos adonde nos ha llevado esto. Si nos hacemos de nuevo
la pregunta: “¿Por qué Dios permite que sigan existiendo la maldad y
el sufrimiento?”, y miramos la cruz de Jesús, aún no sabemos cuál es
la respuesta. Sin embargo, ya sabemos cuál no es la respuesta. No es
posible que él no nos ame. No puede ser que él sea indiferente o ajeno
a nuestra condición. Dios se toma tan en serio nuestra miseria y sufri-
¿Cómo puede un Dios bondadoso permitir el sufrimiento P
Resurrección y sufrimiento
Pienso que necesitamos algo más que saber que Dios nos acompaña
en nuestras dificultades. También necesitamos esperar que nuestro su
frimiento no sea “en vano”. ¿Has notado el desespero con el que los
familiares de seres queridos que han fallecido lo dicen? Trabajan para
reformar las leyes o para cambiar las condiciones sociales que condu
jeron a la muerte. Necesitan creer que la muerte de sus seres queridos
ha conducido a una nueva vida, que la injusticia ha conducido a una
mayor justicia.
Para aquel que sufre, la fe cristiana supone un recurso no solo en
su enseñanza sobre la cruz, sino también en el hecho de la resurrección.
La Biblia enseña que el futuro no es un “paraíso” inmaterial, sino un
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EL A C T O DE D U D A R
Creo que un niño que sufre será sanado y compensado; que todo el
sinsentido humillante de las contradicciones humanas desaparecerá
como un espejismo lamentable, como la fabricación despreciable de la
mente impotente del hombre, infinitamente pequeña y euclidiana, que
en el fin del mundo, en el momento de la armonía eterna, algo muy
precioso vendrá para llenar a todos los corazones, consolará todos los
resentimientos, expiará todos los crímenes de la humanidad, toda la
sangre derramada, y hará que no solo sea posible perdonar, sino justi
ficar también todo lo que ha sucedido.15
[33 ]
EL A C T O DE D U D A R
El c r is t ia n is m o e s u n a c a m is a
DE FUERZA
“Sí”, coincidió Chloe, otra artista joven. “El concepto de ‘una verdad
única’ es demasiado limitante. Los cristianos que conozco no parecen
tener la libertad de pensar por sí mismos. Creo que cada individuo
debería determinar la verdad por sus propios medios”.
La verdad es inevitable
El filósofo francés Michael Foucault escribe: “La verdad es una cosa
de este mundo. Es producida únicamente por múltiples formas de re
presión y eso incluye los efectos regulares del poder”.5 Inspirados por
Foucault, muchos individuos dicen que todos los reclamos sobre la
verdad son juegos de poder. Cuando dices tener la verdad, estás tra
tando de obtener poder y de controlar a otras personas. Foucault era
un discípulo de Nietzsche, y, para su crédito, utilizaron el mismo tipo
de análisis tanto para la gente de izquierda como para la de derecha. Si
dijeras que “todos deberían hacerles justicia a los pobres” delante de
Nietzsche, él replicaría que dijiste eso porque realmente amas la justicia
y a los pobres, o porque querías comenzar una revolución que te diera
control y poder.
Sin embargo, la objeción de que toda verdad es un juego de
poder es víctima del mismo problema que tiene la objeción de que toda
verdad está condicionada culturalmente. Si tratas de explicar todas las
afirmaciones de la verdad como “esto, eso o aquello”, te encontrarás en
una posición insostenible. C. S. Lewis escribe en The Abolition ofMcm
(La abolición del hombre):
[ ]
3 7
EL A C T O DE D U D A R
[4 0 ]
El cristianismo es una camisa defuerza
La libertad no es simple
El cristianismo es supuestamente un límite al crecimiento y al potencial
personal porque restringe nuestra libertad de escoger nuestras creencias
y prácticas. Immanuel Kant definió a un ser humano iluminado como a
alguien que confía en el poder de su pensamiento, antes que en la auto
ridad o la tradición.27 Esta resistencia a la autoridad en asuntos morales
es una corriente profunda en nuestra cultura actual. La libertad para
determinar nuestros propios estándares morales es considerada como
una necesidad para ser completamente humanos.
Sin embargo, esto sería simplificar las cosas en exceso. La liber
tad no puede definirse en términos estrictamente negativos, como, por
ejemplo, en la ausencia de confinamiento y restricciones. De hecho,
en muchos casos el confinamiento y las restricciones son realmente un
camino hacia la liberación.
Si tienes aptitudes musicales, podrías tocar el piano de manera
intensiva durante varios años. Esta es una restricción, un límite a tu li
bertad, pues hay otras cosas que no podrás hacer debido al tiempo que
le dedicas al piano. Sin embargo, si tienes talento, la disciplina y la limi
tación aumentarán tu capacidad, la cual no se vería estimulada de otra
manera. ¿Qué has hecho? Has perdido deliberadamente tu libertad de
El cristianismo es una camisa Aefuerza
espiritual es muy diferente del mundo material. ¿Hay alguien que real
mente crea eso? Durante muchos años, después de los servicios del do
mingo en la mañana y en la noche, permanecí una hora adicional en el
auditorio para responder las preguntas de centenares de feligreses. Una
de las frases que escuchaba con mayor frecuencia era: “Cada persona
tiene que definir lo correcto y lo incorrecto por sus propios medios”.
Yo siempre respondía preguntando: “¿Hay alguien en el mundo que
haga cosas que tú crees que ellos deberían dejar de hacer, sin importar
en lo que crean que es su conducta adecuada?”. Ellos decían invariable
mente: “Sí, por supuesto”. Yo les preguntaba entonces: “¿No significa
eso que tú crees que existe algún tipo de realidad moral que está M ,
que no es definida por nosotros, y que debe ser obedecida sin importar
lo que sienta o piense una persona?”. Casi siempre, la respuesta a esa
pregunta era un silencio, ya sea porque se quedaban pensando o por
que se ponían de mal humor.
Para que una relación romántica sea saludable, debe haber una
pérdida mutua de la independencia. No puede ser un asunto de un solo
lado; ambos lados deben decirle al otro: “Me adaptaré a ti. Cambiaré
por ti. Te serviré, aunque eso signifique un sacrificio para mí”. Si solo
una de las dos partes hace todo el sacrificio y las contribuciones, mien
tras la otra da todas las órdenes y lo recibe todo, será una relación ex
plotadora que oprimirá y distorsionará la vida de las dos personas.
A primera vista, entonces, una relación con Dios parecería ser
deshumanizante. Obviamente, tendrá que ser de “una sola vía”, a la ma
nera de Dios. Dios, el ser divino, tiene todo el poder. Yo debo adaptarme
a Dios, pues no es posible que Dios pueda adaptarse y servirme a mí.
Aunque esto pueda ser cierto en otras formas religiosas y de
creencias en Dios, no es cierto en el cristianismo. Dios se ha adaptado
a nosotros de la manera más radical: en su encarnación y expiación. En
Jesucristo, se hizo un ser humano limitado, vulnerable al sufrimiento y
a la muerte. En la cruz, se sometió a nuestra condición -como pecado
res- y murió por nosotros para perdonarnos. De la manera más profun
da, Dios nos ha dicho a través de Cristo: “Me adaptaré a ti. Cambiaré
por ti. Te serviré aunque eso signifique un sacrificio para mí”. Si él ha
hecho esto por nosotros, entonces nosotros podemos y debemos decir
les lo mismo a Dios y a nuestro prójimo. San Pablo escribe: “El amor
de Cristo gobierna nuestras vidas” (2 Corintios 5, 14).
Un amigo de C. S. Lewis le preguntó: “;Es fácil amar a Dios?”.
Y él respondió: “Es fácil para aquellos que lo hacen”.30 Esto no es tan
paradójico como suena. Cuando te enamoras profundamente, quieres
complacer al ser amado. No esperas que te pida que hagas algo por él;
averiguas rápidamente todas las cosas que le agradan y se las das aun
que te cuesten dinero o te causen muchos inconvenientes. “Tus deseos
son órdenes” piensas, pero esto no te produce ninguna opresión. Visto
desde afuera, tus amigos pueden pensar: “ella te está manejando con
el dedo pequeño”, pero visto desde adentro, se siente como estar en el
cielo.
El cristianismo es una. camisa de fuerza
L a I g l e s ia es r espo n sa bl e
DE MUCHAS INJUSTICIAS
Fallas en el carácter
[ 53 ]
EL A C T O DE D U D A R
Religión y violencia
¿La religión ortodoxa conduce inevitablemente a la violencia? Christopher
Hitchens, el autor de God Is Not Great: How Religión PoisonsEverything
EL A C T O DE D U D A R
El fanatismo
Quizá los aspectos que más contribuyen a alejar al individuo prome
dio del cristianismo no sean la violencia y la guerra, sino el espectro
del fanatismo. Muchos agnósticos tienen amigos o familiares que han
“nacido de nuevo” y parecen haberse vuelto extremistas. No tardan en
expresar abiertamente su desaprobación de varios grupos y sectores de
la sociedad, especialmente el cine y la televisión, el partido demócrata,
los homosexuales, los evolucionistas, los jueces activistas, los miembros
de otras religiones, y los valores enseñados en las escuelas públicas.
Cuando dicen que su credo es el verdadero, suelen ser intolerantes y
engreídos. Esto es lo que muchas personas llamarían fanatismo.
[ 5 7 ]
EL A C T O DE D U D A R
sobre los demás y sobre Dios, y apaciguarlo con rituales y obras de ca
ridad. Esto conduce tanto a un énfasis en las formas religiosas externas,
como a la codicia, al materialismo y a la opresión en los estamentos
sociales. Quienes creen que han complacido a Dios por la calidad de su
devoción y bondad moral, naturalmente sienten que ellos y su grupo
merecen deferencia y poder sobre los demás. Sin embargo, el Dios de
Jesús y de los profetas solo salva por la gracia. Él no puede ser mani
pulado con comportamientos religiosos y morales; él solo puede ser
alcanzado por medio del arrepentimiento, cuando hemos renunciado
al poder. Si somos salvados por la gracia pura, solo podemos agrade
cer y convertirnos en sirvientes desinteresados de Dios y de todos los
seres que nos rodean. Jesús les dijo a sus discípulos: “El que quiera ser
grande entre ustedes deberá servir a los demás, y el que entre ustedes
quiera ser el primero deberá ser el esclavo de los demás” (Marcos 10,
43-45).
En la crítica que hacen Jesús y los profetas, la religión con aires
de superioridad siempre está marcada por la insensibilidad a los aspec
tos de la justicia social, mientras que la verdadera fe está marcada por un
profundo interés en los pobres y los marginados. En sus comentarios
sobre los profetas hebreos, el teólogo suizo Juan Calvino dice que Dios
se identifica tanto con los pobres que sus lamentos expresan un dolor
divino. La Biblia nos enseña que nuestro tratamiento para con ellos
equivale a nuestro tratamiento de Dios.8
Mientras que la Iglesia ha sido inexcusablemente cómplice de
la opresión humana durante ciertas épocas, es importante comprender
que la Biblia nos da herramientas para el análisis y la crítica implacable
de la injusticia apoyada por la religión desde el interior de la fe. El his
toriador C. John Sommerville sostiene que incluso los fuertes críticos
seculares del cristianismo realmente están utilizando recursos desde
adentro para denunciarlo.9 Muchos critican a la Iglesia por su sed de
poder y engreimiento, pero hay muchas culturas en las que la sed de
poder y de ser respetadas se considera positiva. ¿De dónde, entonces,
EL A C T O DE D U D A R
sacamos esta lista de virtudes que nos permite detectar los pecados de
la Iglesia?, pregunta Sommerville. En realidad, la sacamos del interior
de la fe cristiana.
Para ilustrar este punto a sus estudiantes, Sommerville los invita
a hacer un experimento relacionado con el pensamiento. El comenta
que las tribus precristianas del norte de Europa, como los anglosajo
nes, eran sociedades basadas en el concepto del honor y cimentadas
en el sentido del honor, donde era esencial ganarse el respeto ajeno e
insistir en él. Los monjes cristianos que intentaban convertirlos tenían
un conjunto de valores basado en la caridad, en desear lo mejor para
los demás. A fin de detectar la diferencia, Sommerville les pide a sus
estudiantes imaginar que ven a una pequeña anciana caminar de noche
en la ciudad con una cartera grande. ¿Por qué no golpearla y tomar la
cartera y el dinero? La respuesta de una cultura basada en el honor y la
vergüenza es que no se debe tomar su cartera porque, si te aprovechas
de los débiles, eres una persona despreciable; nadie te respetaría y tú
tampoco te respetarías a ti mismo. Obviamente, esa ética está centrada
en el sujeto, pues se sitúa en la forma en que el acto afecta el honor y la
reputación de un individuo. Sin embargo, se puede adoptar otra forma
de pensamiento. Puedes imaginar lo doloroso que sería sufrir un atraco,
y la forma en que la pérdida de dinero puede perjudicar a las perso
nas que dependen de la anciana. Entonces, no tomas el dinero porque
quieres lo mejor para ella y para sus seres queridos. Esta es una ética
centrada en el otro; estás pensando exclusivamente en la anciana.
A lo largo de los años, Sommerville encontró que la inmensa
mayoría de sus estudiantes razonaban de acuerdo con la segunda ética,
centrada en el otro. Y como era historiador, les mostró que su orienta
ción moral era totalmente cristiana. El cristianismo transformó a estas
culturas basadas en el honor, donde el orgullo era valorado por encima
de la humildad, el dominio antes que el servicio, el valor antes que el
pacifismo, la gloria antes que la modestia y la lealtad a la tribu antes que
el respeto por los demás.10
La Iglesia es responsable de muchas injusticias
[ ]
6 9
CINCO
¿C ó m o p u e d e u n D i o s b o n d a d o s o
ENVIARNOS AL INFIERNO?
N 2005, Rick Warren, pastor de una megaiglesia y autor del best se
E tter Una vida con propósito, dio una conferencia de prensa durante
un foro patrocinado por la Fundación Pew. A algunos de los prestigio
sos periodistas les preocupaban las implicaciones civiles de una creencia
cristiana en particular; concretamente, que Dios condena algunas per
sonas al castigo eterno. Uno de ellos le dijo a Warren:
[ ]
7 0
¿ Cómo puede un Dios bondadoso enviarnos al infierno ?
[ 7 1 ]
EL A C T O DE D U D A R
[72]
¿Cómo puede un Dios bondadoso enviarnos al infierno?
[ 7 4 ]
¿Cómo puede un Dios bondadoso enviarnos al infierno?
El Señor está cerca de los que lo invocan [...] pero destruye a los
malvados. •
(Salmos 145, 17-20)
[ 7 9 ]
EL A C T O DE D U D A R
del cielo, donde les piden que dejen atrás los pecados que los han man
tenido en el infierno, pero ellos se niegan a hacerlo. Las descripciones
que hace Lewis de estas personas son asombrosas porque reconocemos
en ellas el autoengaño y ensimismamiento, que son “una forma atenua
da” de nuestras propias adicciones.11
[81]
EL A C T O DE D U D A R
abandonado a... sus deseos”. Lo único que finalmente hace Dios con
las personas es darles lo que más desean, incluyendo liberarse de él.
¿Qué puede ser más justo que eso? Lewis escribe:
Solo hay dos clases de personas: las que le dicen a Dios “hágase tu vo
luntad” o a las que Dios les dice finalmente: “Tu voluntad será he
cha”. Todos los que están en el infierno eligieron estar allá. No sería el
infierno si nofuera una elección propia. Ningún alma que realmente
quiera la alegría cometería semejante error.13
La c ie n c ia h a d e s m e n t id o
AL CRISTIANISMO
“Mi formación científica hace que sea difícil -si no imposible- aceptar
las enseñanzas del cristianismo”, dijo Tomás, un joven médico asiáti
co. “Como creyente en la evolución, no puedo aceptar la versión pre
científica del origen de la vida”.
[ 8 6 ]
La ciencia ha desmentido al cristianismo
[ 8 9 ]
EL A C T O DE D U D A R
Pero Barbour cree que esta visión deja escapar muchas cosas, y prefiere
las aproximaciones más moderadas y complejas en las que la ciencia y la
fe religiosa reconocen sus respectivas esferas de autoridad.8
Sin embargo, es el modelo del conflicto el que obtiene mayor
publicidad. Pero afortunadamente esta visión está perdiendo credibili
dad con un creciente número de académicos. La historia de la seculari
zación de las instituciones americanas es abordada en un libro impor
tante e influyente editado por Christian Smith.9 En él, Smith sostiene
que el modelo del conflicto propio de la relación de la ciencia con la
religión fue una exageración deliberada, utilizada tanto por los cientí
ficos como por los líderes educativos al final del siglo XIX para socavar
el contrbl que tenía la Iglesia sobre sus instituciones, y aumentar así
su propio poder cultural.10 El modelo absolutamente beligerante de la
ciencia y la razón fue el producto no tanto de la necesidad intelectual,
sino más bien de una estrategia cultural en particular. Muchos científi
cos no ven ninguna incompatibilidad entre su labor y la fe en Dios.
Dos estudios famosos que respaldaban esta afirmación fueron
realizados en 1916 y en 1997. El psicólogo estadounidense James
Leuba condujo la primera encuesta a científicos y les preguntó si creían
en un Dios que se comunicara de manera activa con la humanidad, por
lo menos a través de la oración. El 40 por ciento respondió afirmativa
mente, otro 40 por ciento respondió negativamente, y el 20 por ciento
restante dijo no estar seguro. En 1997, Edward Larson y Larry Witham
repitieron esta encuesta con las mismas preguntas. Ellos informaron en
la publicación científica Nature que los porcentajes no habían cambia
do de manera significativa en ochenta años.11
¿Qué sucede entonces con la afirmación de Dawkins de que casi
todos los científicos destacados no creen en Dios? En El espejismo de
Dios, Dawkins cita la correspondencia entre Larson y Witham publicada
en Nature un año después, y en la que observaron que cuando les hi
cieron las mismas preguntas sobre la creencia en Dios a miembros de la
Academia Nacional de las Ciencias (ANS), solo el 7 por ciento respon-
La ciencia ha desmentido al cristianismo
Pero Barbour cree que esta visión deja escapar muchas cosas, y prefiere
las aproximaciones más moderadas y complejas en las que la ciencia y la
re religiosa reconocen sus respectivas esferas de autoridad.8
Sin embargo, es el modelo del conflicto el que obtiene mayor
publicidad. Pero afortunadamente esta visión está perdiendo credibili
dad con un creciente número de académicos. La historia de la seculari
zación de las instituciones americanas es abordada en un libro impor
tante e influyente editado por Christian Smith.9 En él, Smith sostiene
jue el modelo del conflicto propio de la relación de la ciencia con la
religión fue una exageración deliberada, utilizada tanto por los cientí
ficos como por los líderes educativos al final del siglo XIX para socavar
el control* que tenía la Iglesia sobre sus instituciones, y aumentar así
su propio poder cultural.10 El modelo absolutamente beligerante de la
ciencia y la razón fue el producto no tanto de la necesidad intelectual,
sino más bien de una estrategia cultural en particular. Muchos científi
cos no ven ninguna incompatibilidad entre su labor y la fe en Dios.
Dos estudios famosos que respaldaban esta afirmación fueron
realizados en 1916 y en 1997. El psicólogo estadounidense James
Leuba condujo la primera encuesta a científicos y les preguntó si creían
en un Dios que se comunicara de manera activa con la humanidad, por
lo menos a través de la oración. El 40 por ciento respondió afirmativa
mente, otro 40 por ciento respondió negativamente, y el 20 por ciento
restante dijo no estar seguro. En 1997, Edward Larson y Larry Witham
repitieron esta encuesta con las mismas preguntas. Ellos informaron en
la publicación científica Nature que los porcentajes no habían cambia
do de manera significativa en ochenta años.11
¿Qué sucede entonces con la afirmación de Dawkins de que casi
todos los científicos destacados no creen en Dios? En El espejismo de
Dios, Dawkins cita la correspondencia entre Larson y Witham publicada
en Nature un año después, y en la que observaron que cuando les hi
cieron las mismas preguntas sobre la creencia en Dios a miembros de la
Academia Nacional de las Ciencias (ANS), solo el 7 por ciento respon-
EL A C T O DE D U D A R
Por esta razón, incluso muchos ateos creen que Dawkins está
equivocado, que la ciencia no puede explicarlo todo y que el pensa
miento científico puede ser compatible con las creencias religiosas.
Aunque el concepto de la batalla entre la ciencia y la religión
todavía tiene mucha credibilidad popular, no deberíamos abusar de la
noción de que tenemos que escoger entre las dos, o que, si quieres ser
cristiano, tienes que estar en conflicto con la ciencia. La mayoría de los
científicos se consideran profunda o moderadamente religiosos, y las
cifras han aumentado en décadas recientes.16 No hay una separación
necesaria entre la ciencia y la fe devota.
Génesis 1 sostiene que Dios creó todas las formas de vida en un período
de seis días de veinticuatro horas cada uno, hace varios miles de años.
Al otro lado del espectro están los cristianos que se suscriben al mode
lo independiente y dicen simplemente que Dios fue la causa primaria
del comienzo del mundo, y que posteriormente las causas naturales
cumplieron su labor. Otros pensadores tienen posiciones intermedias.
Algunos señalan que Dios creó la vida y que luego dirigió la selección
natural para que desarrollara todas las formas de vida complejas a partir
de otras más simples. En esta visión, Dios actúa como una causa verti-
calista que no viola el proceso evolutivo. Otros creen que hay brechas
en los hallazgos de fósiles y sostienen que las especies parecen “apare
cer” antes que desarrollarse a partir de formas más simples, y que Dios
realizó actos creativos a gran escala en momentos distintos, y durante
un período de tiempo mucho más prolongado.
La relación entre la ciencia y la Biblia depende no solo de la
forma en que leamos la información científica, sino también de que
interpretemos ciertos pasajes bíblicos clave, como el Génesis 1. Los
cristianos que aceptan la autoridad de la Biblia coinciden en que el ob
jetivo principal de su interpretación es descubrir el significado original
del autor bíblico, tal como él quería que lo entendieran sus lectores.
Esto siempre ha significado interpretar un texto según su género litera
rio. Por ejemplo, cuando los cristianos leen los Salmos, los leen como
poesía. Cuando leen a Lucas, quien dice haber sido un testigo personal
(ver Lucas 1, 1-4), lo interpretan como historia. Cualquier lector pue
de ver que la narrativa histórica debería leerse como historia, y que la
imaginería poética debe leerse como una metáfora.
La dificultad surge en los pocos pasajes de la Biblia donde el
género no es fácilmente identificable y no estamos completamente se
guros de la forma en que el autor quiere que los leamos. El Génesis
1 es un pasaje cuya interpretación genera debate entre los cristianos,
incluso entre aquellos que tienen una visión “elevada” de la Escritura
inspirada.17 Personalmente creo que los Génesis 1 y 2 están relaciona
os ]
EL A C T O DE D U D A R
Sanar al mundo
No quiero ser muy duro con las personas que tienen discrepancias con
la idea de la intervención de Dios en el orden natural. Los milagros son
difíciles de creer, y así debería ser. En Mateo 28 se dice que los apósto
les se encontraron con Jesús en un cerro de Galilea: “Y cuando vieron
a Jesús, lo adoraron, aunque algunos dudaban” (versículo 17). Esta es
una admisión notable. El autor de un antiguo documento cristiano nos
dice que algunos de los fundadores del cristianismo no podían creer en
el milagro de la resurrección, aunque estuvieran viendo a Jesús con sus
propios ojos y lo tocaran con sus manos. No hay otra razón para que se
haya narrado esto a menos de que haya sucedido.
Este pasaje nos muestra varias cosas. Es una advertencia de que
no debemos pensar que solo nosotros tenemos dificultades con la idea
de los milagros por ser personas modernas y científicas, mientras que las
antiguas y primitivas no las tuvieron. Los apóstoles respondieron como
cualquier grupo de personas modernas: algunos creyeron lo que veían
sus ojos, y otros no. Esto es también un llamado a la paciencia. Todos
los apóstoles terminaron siendo grandes líderes de la Iglesia, pero algu
nos tuvieron más dificultades para creer que otros.
Sin embargo, el aspecto más revelador de este texto es lo que nos
dice sobre el propósito de los milagros bíblicos: no conducen simple
mente a una creencia cognitiva, sino a la adoración, al sobrecogimiento
[ 9 7 ]
EL A C T O DE D U D A R
[ 9 8 ]
L a B ib l ia n o p u e d e in t e r p r e t a r s e
LITERALMENTE
“Creo que tienes razón”, dijo Jaclyn, una mujer que trabajaba en ji-
nanzas. “Pero mi mayor problema eon la Biblia es que es culturalmen
te obsoleta. Gran parte de sus enseñanzas sociales (por ejemplo, sobre
las mujeres) son socialmente regresivas, así que es imposible aceptar a
la Biblia como la autoridad completa que los cristianos creen que es”.
reales. Pero era casi imposible saber hasta qué grado representaban los
eventos históricos reales.
¿Quién fue Jesús entonces? Los expertos que leí proponían que
el “Jesús histórico” y verdadero era un maestro carismático de la justicia
y la sabiduría que se opuso y fue ejecutado a causa de ello. Decían que
después de su muerte surgieron diferentes facciones y puntos de vista
en torno a su identidad. Algunos afirmaban que era divino y que había
resucitado, y otros, que era simplemente un maestro humano que vi
vió espiritualmente en los corazones de sus discípulos. Después de una
lucha por el poder, la facción creyente en el “Jesús divino” se impuso y
redactó textos que promovían sus creencias. Suprimieron y destruyeron
supuestamente todos los textos que mostraban a un Jesús diferente.
Recientemente, estas visiones suprimidas y alternativas de Jesús han sa
lido a la luz, entre las cuales están los evangelios “gnósticos” de Tomás
y Judas. Se dice que esto demuestra que el cristianismo primitivo era
muy diverso en sus creencias doctrinales.
Si esta teoría sobre los orígenes y evolución del Nuevo Testamento
fuera cierta, produciría un cambio radical en nuestra comprensión del
contenido y significado del cristianismo. Significaría que nadie podría
saber realmente lo que hizo y dijo Jesús, y que la Biblia no podría ser
la norma de autoridad sobre nuestras vidas y creencias; que casi todas
las enseñanzas cristianas clásicas -la deidad de Jesús, la expiación y la
resurrección- son erradas y están basadas en leyendas.
Esto me sorprendió inicialmente. ¿Cómo podían estar equivo
cados todos estos destacados académicos? Sin embargo, cuando realicé
mi propia investigación, me sorprendió ver la poca evidencia que existía
para hacer estas reconstrucciones históricas. Para alivio mío, la eviden
cia de esta visión antigua y escéptica de la Biblia se ha desmoronado
continuamente durante los últimos treinta años, así haya sido promovi
da por los medios de comunicación masivos a través de libros y películas
como El código Da Vinci.
[ 1 0 0 ]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
muchas historias y frases maravillosas en ella, pero que “no podemos in
terpretarla literalmente". Lo que quieren decir con esto es que la Biblia
no es plenamente confiable porque algunas partes -tal vez muchas o la
mayoría- son científicamente imposibles, poco fidedignas en términos
históricos, y regresivas en términos culturales. En el capítulo anterior
analizamos el primero de estos aspectos. Veamos ahora los otros dos.
[102]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
[ 103 ]
EL A C T O DE D U D A R
bres a menos que los lectores los conocieran o pudieran tener acceso a
ellos. Marcos dice: “Alejandro y Rufo atestiguarán la verdad de lo que
les estoy diciendo, si quisieran preguntarles”. Pablo también invita a los
lectores a consultar con los testigos presenciales en caso de que quieran
saber si es cierto lo que está diciendo sobre los eventos en la vida de
Jesús (1 Corintios 15, 1-6).8 Pablo se refiere a un cuerpo de quinientos
testigos presenciales que vieron resucitar a Jesús. No se puede escribir
eso en un documento destinado para la lectura pública a menos que
realmente haya habido testigos vivos, cuyos testimonios coincidían y
quienes podían confirmar lo que había dicho el autor. Todo esto refuta
tajantemente la idea de que los evangelios fueron anónimos, colecti
vos, y tradiciones orales que evolucionaron. Más bien, fueron historias
orales provenientes de testigos presenciales que preservaron en gran
detalle las palabras y los hechos de Jesús.
No solo los seguidores de Cristo aún estaban vivos. También lo
estaban muchos espectadores, oficiales y opositores que lo escucharon
predicar, vieron sus actos y fueron testigos de su muerte. Ellos habrían
estado particularmente dispuestos a contradecir cualquier versión in
ventada. Para que una versión notablemente alterada y fantasiosa de
un evento se arraigue en el imaginario público, es necesario que los
testigos presenciales (y sus hijos y nietos) hayan muerto hace mucho
tiempo. Ellos deben permanecer por fuera de la situación y no pueden
contradecir ni desacreditar los adornos y falsedades de la historia. Y los
evangelios fueron escritos muy temprano como para que esto ocurriera.
Así pues, habría sido imposible que este nuevo credo se pro
pagara como lo hizo si Jesús nunca hubiera dicho o hecho las cosas
mencionadas en los evangelios. Pablo podía decirles con seguridad a
los oficiales del gobierno que los eventos en la vida de Jesús eran del
conocimiento público: “No se trata de cosas sucedidas en algún rincón
escondido”, le dijo al rey Agripa (Hechos 26, 26). Los habitantes de
Jerusalén habían estado allá, entre la multitud que escuchó y vio a Jesús.
Los documentos del Nuevo Testamento no podrían decir que Jesús
[ 1 0 4 ]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
fue crucificado cuando miles de personas que aún estaban vivas podían
decir si esto era cierto o no. Si no se hubieran presentado apariciones
después de su muerte, si la tumba no hubiera estado vacía, si él no
hubiera dicho estas cosas, y si estos documentos públicos no hubieran
sostenido que todo esto era verídico, el cristianismo nunca se habría
propagado. Quienes escucharan estas historias simplemente se habrían
reído de ellas.
Los cuatro evangelios canónicos fueron escritos mucho antes
que los llamados evangelios gnósticos. El Evangelio de Tomás, el más
conocido de los documentos gnósticos, es una traducción del siríaco,
v los académicos han demostrado que las tradiciones siríacas presentes
en Tomás pueden fecharse no antes del año 175 d. C., es decir, más
de cien años después de la época en que los evangelios canónicos ya
eran ampliamente utilizados.9 Adam Gopnik escribió en la revista The
New Torker que los evangelios gnósticos fueron escritos tan tarde que
“... no suponen un desafío mayor a la base del credo de la Iglesia,
que el desafío que representaría para las bases de la democracia esta
dounidense el descubrimiento de un documento del siglo XIX, escrito
en un Ohio, en defensa del Rey Jorge.10 Sin embargo, los evangelios
de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron reconocidos como recuentos
testimoniales y autorizados casi de inmediato, por esta razón, Ireneo
de Lyon declaró en el año 160 d. C. que había cuatro, y solo cuatro
evangelios. La idea popular, promovida por El código Da Vinci, de que
el emperador Constantino determinó el canon del Nuevo Testamento,
dejando a un lado los evangelios gnósticos, que supuestamente eran
anteriores y más auténticos, simplemente no es cierta.11
En cuanto al Código Da Vinci, la gente sabe que el argumento
del libro y de la película es ficticio, pero a muchos les parece plausible
el trasfondo histórico que Dan Brown, el autor, asegura que es cierto.
El best seller describe que, en el año 325 d. C., Constantino decreta la
divinidad de Jesús y suprime toda evidencia de que simplemente era
un maestro humano. Sin embargo, incluso en un documento como la
[ 1 0 5 ]
EL A C T O DE D U D A R
carta de Pablo a los Filipenses, que todos los historiadores datan no más
de veinte años después de la muerte de Cristo, vemos que los cristianos
adoraban a Jesús como a un Dios (Filipenses 2). La creencia en la vida
de Cristo hizo parte de la dinámica desde un comienzo durante el naci
miento de la Iglesia cristiana primitiva. Un historiador comenta:
La teoría que circula actualmente entre muchas personas es que los evan
gelios fueron escritos por los líderes de la Iglesia primitiva para promover
sus políticas, consolidar su poder y construir su movimiento. Esa teoría
no coincide con lo que realmente encontramos en los evangelios.
Si esa opinión popular fuera correcta, veríamos muchos pasajes
en los evangelios donde Jesús tomara partido en los debates que se
realizaban en la Iglesia primitiva. Así fue (se piensa) como fueron mol
deados los evangelios por los líderes cristianos con el fin de servir de
respaldo a su facción. Sin embargo, los evangelios no contienen ese tipo
de cosas. Sabemos por ejemplo que una de las grandes controversias
de la Iglesia primitiva era que algunos creían que los cristianos gentiles
[toó]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
[! 0 7 ]
EL A C T O DE D U D A R
[108]
La Biblia, no puede interpretarse literalmente
[ 1 0 9 ]
EL A C T O DE D U D A R
[no]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
Cuando me mudé a Nueva York hace casi veinte años, el mayor pro
blema que tenían las personas con la Biblia estaba relacionado con los
tópicos que acabamos de discutir: ciencia e historia. Actualmente, las
cosas han cambiado un poco. Me parece que a las personas les molesta
especialmente lo que llaman la enseñanza retrógrada y anticuada de la
EL A C T O DE D U D A R
[1 1 2 ]
La Biblia no puede interpretarse literalmente
[ u 3]
EL A C T O DE D U D A R
[ 115]
EL A C T O DE D U D A R
[ 1 1 7 ]
EL A C T O DE D U D A R
¿Cuál cristianismo?
Desde afuera, las diversas iglesias y tradiciones cristianas pueden pare
cer extremadamente diferentes, como si fueran casi religiones distintas.
Esto se debe parcialmente a que los cultos de adoración son muy dife
rentes, y también porque, como dije en el capítulo tres, el cristianismo
es la religión más difundida entre las culturas y regiones del planeta.
Por lo tanto, ha asumido una gran variedad de manifestaciones cultu
rales. Otra razón por la que los cristianos parecen diferir tanto entre sí
se debe a los grandes cismas teológicos que han sucedido a lo largo de
los siglos. La primera gran división fue entre la Iglesia griega oriental
y la Iglesia romana occidental en el siglo XI. Actualmente, son conoci
das como la Iglesia ortodoxa oriental y la católica romana. El segundo
gran cisma ocurrió dentro de la Iglesia occidental, entre el catolicismo
romano y el protestantismo.
Todos los cristianos que se tomen en serio la verdadera doc
trina coincidirán en que estas divergencias son altamente significa
tivas. Suponen una gran diferencia en la forma en que cada credo es
asumido y practicado. Sin embargo, todos los cristianos ortodoxos, ca
tólicos y protestantes se suscriben a los grandes credos proclamados en
los primeros mil años de la historia de la Iglesia, como, por ejemplo,
a los credos apostólico, de Nicea, de Calcedonia y de Anastasia, en ios
que se expone la visión fundamental y cristiana de la realidad. En la
doctrina cristiana de Dios existe la clásica expresión de “tres en uno”.
La creencia en la Trinidad genera una visión profundamente diferente
del mundo con respecto a los politeístas, monoteístas no trinitarios y
ateos, tal como lo mostraré en el capítulo trece. También hay una fuer
te declaración de la deidad y humanidad plenas de Jesucristo en estos
credos. Por lo tanto, los cristianos no ven a Jesús como otro maestro o
[ 118]
Intermedio
profeta más, sino como al Salvador del mundo. Estas enseñanzas hacen
que los cristianos tengan más cosas en común que diferencias entre sí.
¿Qué es el cristianismo? Para nuestro propósito, definiré al cris
tianismo como el cuerpo de creyentes que aprueban estos grandes cre
dos ecuménicos. Ellos creen que este Dios trinitario creó el mundo,
que la humanidad ha caído en el pecado y la maldad, y que Dios ha
regresado para rescatarnos en Jesucristo, quien con su muerte y resu
rrección logró nuestra salvación para ser recibidos en la gracia, que él
estableció a la Iglesia y a su pueblo como el vehículo para continuar su
misión de rescate, reconciliación y salvación, y que al final de los tiem
pos Jesús regresará para renovar los cielos y la tierra, eliminando toda la
maldad, injusticia, pecado y muerte del mundo.
Todos los cristianos creen en esto, pero no hay cristianos que
crean solamente en esto. Si preguntas: “¿Cómo actúa la Iglesia como
vehículo para la labor de Jesús en el mundo?”, “¿Cómo la muer
te de Jesús logra nuestra salvación?” y “¿Cómo somos recibidos en
la gracia?”, los cristianos católicos, ortodoxos y protestantes te darán
respuestas diferentes. A pesar de que muchos digan serlo, realmen
te no hay cristianos “genéricos” y no confesionales. Cada uno tiene
que responder a estas preguntas para poder llevar una vida cristiana,
y dichas respuestas hacen que pertenezcan a un credo y a una tradi
ción.
Es importante que los lectores entiendan esto. Estoy exponien
do un argumento en este libro en pro de la verdad del cristianismo en
general, y no de un credo en particular. Algunos lectores presbiteria
nos atentos notarán que estoy guardando silencio sobre mis creencias
teológicas en el interés de hacer todo lo que esté a mi alcance para
representar a todos los cristianos. Y no obstante, cuando describa el
evangelio cristiano del pecado y la gracia, necesariamente lo haré como
un cristiano protestante, y no como lo haría un escritor católico.
EL A C T O DE D U D A R
¿Cuál racionalismo?
[ 120]
Intermedio
Imagina que una jueza recibe un caso donde una de las partes
es una compañía en la que ella tiene grandes inversiones financieras. Y
como quiere que el caso se decida de una forma en particular, se excu
sará para no opinar sobre él. Nagel está diciendo que cuando se trata de
Dios, todos somos como esa jueza. Dependiendo de nuestras experien
cias con la religión, o de nuestras otras creencias y compromisos y de
EL A C T O DE D U D A R
[ 122 ]
Intermedio
mos tamizar y sopesar las bases para las diferentes creencias religiosas y
encontrar que algunas, o incluso una de ellas, son las más razonables.
Dios el “dramaturgo”
No quiero que nadie piense que estoy adoptando el “racionalismo crí
tico” como una segunda teoría. Si el Dios de la Biblia realmente existe,
deberíamos apelar entonces al “racionalismo crítico” para abordar la
pregunta de su ser y existencia. Cuando un cosmonauta ruso regresó
del espacio y dijo que no había encontrado a Dios, C. S. Lewis respon
dió que esto era como si Hamlet buscara a Shakespeare en el ático de
su castillo. Si Dios existe, no sería un objeto más del universo que pu
diera llevarse a un laboratorio y analizarse con métodos empíricos. El se
relacionaría con nosotros así como un dramaturgo se relaciona con los
personajes de su obra. Nosotros (los personajes) podemos saber mu
chas cosas sobre el dramaturgo, pero solo hasta el punto en que el autor
decida ofrecer información sobre sí mismo en la obra. Por lo tanto, en
ningún caso podríamos “demostrar” la existencia de Dios si él fuera un
objeto que estuviera completamente dentro de nuestro universo, como
si se tratara de oxígeno o hidrógeno, o de una isla en el Pacífico.
Lewis nos ofrece otra metáfora para saber la verdad sobre Dios
cuando escribe que él cree en Dios “así como creo que el sol ha salido,
no solo porque lo veo, sino porque gracias a él puedo ver todo lo de
más”.13 Imagínate que tratas de mirar directamente al sol para obtener
información sobre él; no puedes hacerlo porque se te quemarán las
retinas, arruinando así tu capacidad de observación. Una forma mucho
mejor de aprender sobre la existencia, el poder y la calidad del sol es
observar el mundo que te muestra, ver cómo sostiene todo lo que es y
te permite verlo.
Aquí tenemos entonces un camino hacia delante. No debería
mos tratar de “mirar el sol” exigiendo pruebas irrefutables de la existen
[ 124]
Intermedio
cia de Dios. Más bien, deberíamos “mirar lo que el sol nos muestra”.
¿Cuál versión del mundo tiene el mayor “poder explicativo” para darle
sentido a lo que vemos en el mundo y en nosotros mismos? Tenemos
la sensación de que el mundo no es como debería ser, que tenemos
muchos defectos y somos grandiosos al mismo tiempo. Tenemos un
fuerte deseo de amor y belleza que nada de este mundo puede llenar.
Tenemos una profunda necesidad de conocer el significado y el pro
pósito de todo. ¿Cuál cosmovisión da una mejor explicación de estas
cosas?
Los cristianos no afirman que su credo les proporcione una sabi
duría ni un conocimiento absoluto de la realidad. Eso solo está al alcan
ce de Dios. Sin embargo, ellos creen que la versión cristiana de las cosas
-de la creación, caída, redención y restauración- es la que más sentido
le da al mundo. Yo te pido que utilices el cristianismo como si fuera un
par de anteojos y vieras el mundo a través de ellos, y así observar qué
poder tiene para explicar lo que sabemos y vemos.
Si el Dios de la Biblia existe, no se trata de un hombre en el
ático, sino del “dramaturgo”. Esto significa que no podremos encon
trarlo así como encontraríamos un objeto pasivo con los recursos de la
investigación empírica. En realidad, debemos encontrar las claves de la
realidad que él ha escrito en el universo, incluyéndonos a nosotros. Es
por eso que, si Dios existe, esperaríamos que apele a nuestras facultades
racionales. Si fuimos hechos “a su imagen” como seres racionales, debe
haber alguna relación entre su mente y la nuestra. Esto significa tam
bién que la simple razón no es suficiente. El “dramaturgo” solo puede
ser conocido a través de la revelación personal. Por esta razón, tenemos
que ver lo que dice la Biblia sobre Dios y la condición humana.
Sin embargo, en la visión cristiana, la evidencia final de la exis
tencia de Dios es el mismo Jesucristo. Si hay un Dios, nosotros, los
personajes de su obra, tenemos la esperanza de que nos ofrezca alguna
información sobre sí mismo en su obra. Pero los cristianos creen que
Dios hizo otras cosas además de darnos información: él se representó
EL A C T O DE D U D A R
[ DO ]
Los indicios de Dios
rado para los seres humanos. Debe ser muy sólido en calidad de argu
mento, porque se están publicando refutaciones virulentas sobre esto.
La réplica más común, enunciada por Richard Dawkins en su libro El
espejismo de Dios, es que puede haber trillones de universos. Dado el
enorme número de universos que existen en enormes cantidades de
tiempo y de espacio, es inevitable que algunos de ellos estén sincroni
zados para sostener nuestra forma de vida. El nuestro es uno de ellos,
y aquí estamos.8
De nuevo, el “Argumento de la sincronización” es descartable
en términos racionales en cuanto “prueba”. Aunque no hay la menor
evidencia de que existan muchos universos, tampoco hay manera de
demostrar que no existan.
Sin embargo, esta forma de pensamiento supone un fuerte
indicio. Alvin Plantinga nos ofrece el siguiente ejemplo: un hombre
saca veinte manos seguidas de cuatro ases en el mismo juego de po
ker. Cuando su contrincante saca el revólver, el hombre dice: “Sé que
parece sospechoso, pero ¿qué tal si existe una sucesión infinita de uni
versos, para que por cada distribución posible de cartas de poker haya
un universo en la que dicha posibilidad pueda materializarse? ¡Sucede
que solo nos encontramos en uno donde siempre saco cuatro ases sin
hacer trampa!”.9 Este argumento no tendrá ningún efecto en los otros
jugadores de poker. Es técnicamente imposible que el hombre simple
mente haya sacado veinte manos seguidas de cuatro ases. Y aunque no
se puede demostrar que ha hecho trampa, sería poco razonable concluir
lo contrario.
El filósofo John Leslie nos ofrece un ejemplo similar: un hombre
es sentenciado a ser ejecutado por un pelotón de fusilamiento confor
mado por cincuenta francotiradores experimentados.10 Todos disparan
desde dos metros de distancia, pero el hombre no recibe ningún dispa
ro. Puesto que es posible que hasta los tiradores más experimentados
puedan fallar desde una distancia corta, es técnicamente posible que
los cincuenta fallaran simplemente en el mismo instante. Aunque no se
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
La regularidad de la naturaleza
Hay algo sobre la naturaleza que es mucho más sorprendente e inex
plicable que su creación. Todo razonamiento científico e inductivo está
basado en la suposición de la regularidad (las “leyes”) de la naturaleza,
por ejemplo, que el agua hervirá mañana bajo condiciones idénticas
a las de hoy. El método de la inducción requiere generalizar -a partir
de los casos observados- para todos los del mismo tipo. Sin el razona
miento inductivo, no podríamos aprender de las experiencias, utilizar el
lenguaje ni confiar en nuestros recuerdos.
Esto le parece normal y poco perturbador a la mayoría de las
personas, pero no a los filósofos. David Hume y Bertrand Russell, como
buenos hombres seculares que eran, se preocuparon por el hecho de
que no se tenga la menor idea sobre por qué sucede la regularidad de
la naturaleza, y, más aún, que no tengamos la más mínima justificación
racional para suponer que todo continuará así el día de mañana. Si al
guien dijera: “El futuro siempre ha sido como el pasado en el pasado”,
Hume y Russell replicarían que esa persona está suponiendo lo mismo
que está tratando de establecer. Para decirlo de otro modo, la ciencia
no puede demostrar la regularidad continua de la naturaleza; solo pue
de confiar en ella.
Los indicios de Dios
La pista de la belleza
Arthur C. Danto, el crítico de arte de The Na-tion, describió una obra
de arte que le transmitió un sentido del “significado oscuro, pero inasi
ble”.12 En otras palabras, mientras el arte de gran calidad no “te impac
ta” con un mensaje simple, siempre te da la sensación de que la vida no
es un “cuento contado por un idiota, lleno de sonido y furia, y que no
significa nada”. Al contrario, te llena de esperanzas y te da la fortaleza
para seguir, aunque no puedas definir qué es lo que te hace mover.
Leonard Bernstein habló sobre el efecto que tuvo Beethoven
en él:
j 1 3 5 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
por toda la eternidad.14 Updike parece estar diciendo que, sin importar
las creencias de nuestra mente sobre la falta de sentido y accidentalidad
de la vida, tenemos otra opinión cuando estamos frente a la belleza.
“¿Y qué?”, podría objetar alguien. “Solo porque sintamos que
algo es cierto no implica que sea así”. ¿Estamos sin embargo hablando
solo de sentimientos aquí? Lo que se evoca en estas experiencias es real
mente apetito o deseo. Goethe se refiere a esto como selige sehnsucht,
deseo bendito. No solo sentimos la realidad, sino también la ausencia
de lo que deseamos.
En las Confesiones, San Agustín razonó que estos deseos insacia
bles son indicios de la realidad de Dios. “¿De qué manera? De hecho (y
tal como se objetó), solo porque sintamos deseos de comer un filete de
carne no significa que lo haremos. Sin embargo, aunque el hambre no
demuestra que obtendremos la comida deseada, ¿acaso el apetito que
sentimos por la comida no significa que esta existe? ¿No es cierto que
los deseos instintivos corresponden a objetos reales que pueden satisfa-
:erlos, tales como el deseo sexual (correspondiente al sexo), el apetito
físico (correspondiente a los alimentos), el cansancio (correspondiente
al sueño), y los deseos de relaciones (correspondientes a la amistad)?
¿Acaso los deseos insaciables evocados por la belleza son deseos
innatos? Sentimos deseos de alegría, amor y belleza que ningún tipo de
alimentos, sexo, amistad o éxito pueden satisfacer. Queremos algo que
nada de este mundo puede darnos. ¿No es eso al menos un indicio de
que ese “algo” que deseamos existe?15Así pues, este deseo insaciable se
convierte en un deseo humano innato y profundo, lo que hace de él un
indicio importante de que Dios existe.16
El destructor de indicios
En nuestra cultura existe una escuela de pensamiento muy influyente
que dice tener las respuestas a estos supuestos indicios. Me refiero a la
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
{ 1 3 9 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 140 ]
Los indicios de Dios
sobre Dios, pero no a lo que nuestras mentes nos dicen sobre la ciencia
evolutiva en sí.
Esto representa un gran talón de Aquiles en toda la empresa de
la biología y la teoría evolutiva. Alvin Plantinga señala que el mismo
Charles Darwin vio esta gran vulnerabilidad. Darwin le escribió a un
amigo:
[ 142]
Los indicios de Dios
[ 1 4 3 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 1 4 4 ]
Los indicios de Dios
Eso significa que nadie puede saber si Dios existe o no”. Yo no estoy
de acuerdo con eso.
Quiero hacer algo muy personal en el próximo capítulo. No
quiero discutir por qué es probable que Dios exista, sino demostrar que
ya sabes que Dios existe. Me gustaría convencer a los lectores de que,
sin importar sus creencias intelectuales, creer en Dios es una creencia
inevitable y “básica” que no podemos demostrar, pero que no pode
mos desconocer. Sabemos que Dios existe. Por esta razón, incluso cuan
do creemos firmemente que la vida no tiene significado, simplemente
no podemos vivir así.
NUEVE
El c o n o c im ie n t o d e D io s
incorrecto, y hay muchas cosas del mundo que les causan indignación
moral. Sin embargo, su perspectiva moral tiene un problema.
Moralidad gratuita
En muchos casos he tenido que hacer las veces de profesor de filosofía
para ser un buen pastor. Una joven pareja me pidió una vez orientación
espiritual. “No creemos casi en nada”, me dijeron. ¿Cómo podían sa
ber si había siquiera un Dios? Yo les pedí que me contaran algo que les
pareciera completamente injusto. La joven se pronunció de inmediato
en contra de las prácticas que marginaban a las mujeres. Yo le dije que
estaba plenamente de acuerdo con ella porque yo era un cristiano que
creía que Dios había hecho iguales a todos los seres humanos, pero sen
tía curiosidad de saber por qué ella creía que eso estaba mal. La joven
respondió: “Las mujeres son seres humanos y los seres humanos tienen
derechos. Es injusto pisotear los derechos de alguien”. Yo le pregunté
por qué estaba tan segura de eso.
Ella me respondió intrigada: “Todos saben que es inaceptable
violar los derechos de alguien”. Yo le dije: “La mayoría de las personas
en el mundo no ‘saben’ eso. No tienen una visión occidental de los
derechos humanos. Imagina si alguien te dijera que ‘todos saben que
las mujeres son inferiores’. Tú responderías: ‘ese no es un argumento,
sino una afirmación’ y tendrías razón. Así que comencemos de nuevo.
Si no existe un Dios tal como tú lo crees y todos evolucionamos sim
plemente de los animales, ¿por qué estaría mal pisotear los derechos de
alguien?”. Su esposo respondió: “Sí, es cierto que solo somos animales
con cerebros más grandes, pero yo diría que los animales también tie
nen derechos. Y tampoco deberíamos pisotear sus derechos”. Le pre
gunté si él creía que los animales eran culpables de violar los derechos
de otros cuando los más fuertes se comían a los más débiles. “No; yo no
creería eso”. Le pregunté entonces si solo creía que los seres humanos
[ 3-47 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 148]
El conocimiento de Dios
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L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 1 5 0 ]
El conocimiento de Dios
[!5i]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
La autora formula una pregunta difícil: “Si todas las culturas son
relativas, entonces también lo es la idea universal de los derechos huma
nos, así que ¿cómo puedo decidir imponerle mis valores a esta cultura?
Pero Carolyn no responde a su propia pregunta; simplemente dice que
sus cargos de opresión están basados en un concepto occidental de la
libertad individual, pero que no tiene una respuesta para estos interro
gantes. La antropóloga afirma que las mujeres están siendo oprimidas y
que ella siente que tiene que ponerle fin a esa situación, que debemos
llevar nuestros valores occidentales a las otras naciones, pues son mejo
res que los otros... y punto.
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[D4]
El conocimiento de Dios
Tal como están actualmente las cosas, no hemos llegado a ningún lado.
Sin embargo, matar niños con napalm está mal. Dejar que lospobres
se mueran de hambre esperverso. Comprarse o venderse es algo depra
vado... La maldad sí existe. Preguntemos todos: ¿quién lo dice? Qpie
Dios nos ayude.
Solo aquel que sea religioso puede hablar seriamente sobre lo sagra
do. .. podemos decir que todos los seres humanos son inestimablemente
preciosos, que todos son fines en sí mismos, que merecen un respeto
incondicional, que poseen derechos inalienables, y, por supuesto, que
poseen una dignidad igualmente inalienable. A mi juicio, estas son
formas de tratar de decir aquello que consideramos necesario cuando
nos hemos alejado de los recursos conceptuales [ Dios]... Ninguna de
[estas afirmaciones sobre los seres humanos] tiene el poder del discurso
religioso... de que somos sagrados porque Dios nos ama a nosotros, sus
hijos.18
[160]
El conocimiento de Dios
das, sino que lo sea también toda forma de vida. El dramaturgo Arthur
Miller expresa esto con vivacidad por medio del personaje Quentin en
Después de la caída. Quentin dice:
Durante muchos años vi la vida como un caso legal, como una serie de
pruebas. Cuando estásjoven, demuestras lo valiente o inteligente que
eres; luego, lo buen amante; luego, lo buen padre que eres, y, finalmen
te, losabio opoderoso [o cualquier otra cosa]. Pero ahora veo que, deba
jo de todo eso, había tina presunción. Iba... por un sendero inclinado
hacia una elevación, donde... sabrá Dios... me vería justificado o con
denado. De todos modos era un veredicto. Ahora creo que mi desastre
comenzó realmente citando miré un día... y la silla estaba vacía. No
había ningún juez, y lo único que quedaba era el argumento intermi
nable consigo mismo, este litigio absurdo de la existencia ante una silla
vacía... lo que, por supuesto, es otro modo de decir: desespero.20
[161]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 162]
DIEZ
El problem a d el pecado
[ 164]
El problema, del pecado
[166]
El problema del pecado
t l67]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[168]
El problema del pecado
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L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
son buenas porque merecen ser amadas. Pero cuando nuestro amor se
vuelve desmesurado, tendremos conductas que no son muy distintas
de la adicción a las sustancias. Como en toda adicción, negamos estar
controlados por nuestros sustitutos de Dios. Un amor desmesurado
genera una angustia desmesurada e incontrolable si le sucede algo malo
al objeto de nuestras mayores esperanzas.
Como pastor en mi primera iglesia de Hopewell, Virginia, una
vez aconsejé a dos mujeres. Ambas estaban casadas, sus esposos eran
malos padres, y sus hijos adolescentes estaban teniendo problemas en
la escuela y con la justicia. Las dos estaban enfadadas con sus esposos.
Les aconsejé y hablé (entre otras cosas) sobre los problemas ocasiona
dos por las amarguras sin resolver, y la importancia del perdón. Las dos
mujeres aceptaron e intentaron perdonar. Sin embargo, la mujer con el
peor de los dos esposos, y quien era la menos religiosa, pudo perdonar,
pero la otra no. Esto me intrigó durante varios meses, hasta que un día
la segunda mujer me dijo: “Si a mi hijo le va mal, toda mi vida habrá
sido un fracaso”. Ella había centrado su vida en la felicidad y éxito de su
hijo, y por eso no podía perdonar.10
En Easter Everywbere: A Memoir (Pasma en todas partes,
Memorias), Darcey Steinke narra cómo ella, hija de un ministro lute
rano, abandonó su fe cristiana. Se mudó a Nueva York, donde se su
mergió en la vida nocturna y la obsesión sexual. Escribió varias novelas,
aunque continuó sintiéndose extremadamente ansiosa y frustrada. Ella
cita en su libro a Simone Weil, con el fin de resumir el mayor problema
de su vida. “Solo tenemos que elegir entre Dios y la idolatría”, escribe
Weil. “Si negamos a Dios... estaremos adorando algunas cosas de este
mundo con la creencia de que las vemos como tales, pero en realidad, y
aunque no lo sabemos, les asignamos los atributos de la divinidad”.11
Una vida que no esté centrada en Dios conduce al vacío.
Construir nuestras vidas alrededor de algo que no sea Dios no solo nos
producirá dolor si no alcanzamos lo que deseamos, sino también si lo
hacemos. Pocas personas pueden hacer realidad todos sus sueños, y, por
[UO]
El problema del pecado
[ 1 7 2 ]
El problema del pecado
anteponer las cosas buenas por encima de Dios. Así que la única solu
ción no es cambiar simplemente nuestra conducta, sino reorientar y
centrar todo nuestro corazón y nuestra vida alrededor de Dios.
por definición nada puede satisfacerte tanto como él, aunque seas exi
toso. Incluso las familias y profesiones más exitosas no pueden darte el
significado, la seguridad y la afirmación que te da el autor de la gloria
y el amor.
Todos tenemos que vivir por algo. Y lo que quiera que esto sea,
se convierte en el “Señor de tu vida”, aunque lo pienses así o no. Jesús
es el único que, si lo recibes, te llenará por completo, y, si le fallas, te
perdonará eternamente.
[177]
ONCE
La r e l ig ió n y e l e v a n g e l io
E l e x tr a ñ o c a so d e l D r . J e k y lly M r . H y d e
M I
La religión y el evangelio
En El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, el cuento de Robert Louis
Stevenson, el Dr. Jekyll se da cuenta de que es “una mezcla incon
gruente de bondad y maldad”. Cree que su naturaleza malvada se está
apoderando de su naturaleza bondadosa; puede aspirar a hacer cosas,
pero no puede realizarlas. Por lo tanto, descubre una poción que hace
aflorar su naturaleza dual. Espera que su lado bueno, el cual aflora du
rante el día, estará libre de la influencia del mal y podrá reconocer sus
metas. Sin embargo, cuando toma la poción una noche, y aflora su
faceta malvada, es mucho más malo de lo que había esperado y describe
este aspecto utilizando las clásicas categorías cristianas:
Me supe, desde que aspiré por primera vez aquel aire de vida nue
va, más perverso, diez veces más perverso: esclavo del mal; la idea, en
aquel momento, me animaba y me deleitaba como un vino... todos los
actos y pensamientos de Edward Hyde se centraron en sí mismo.
[179]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[180]
La religión y el evangelio
[ 181]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[182]
La religión y el evangelio
La diferencia de la gracia
Así pues, hay una gran brecha entre entender que Dios nos acepta de
bido a nuestros esfuerzos, y entender que Dios nos acepta debido a lo
que hizo Jesús. La religión opera con el principio de “Obedezco; por lo
tanto soy aceptado por Dios”. Pero el principio operativo del evangelio
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
es “Soy aceptado por Dios gracias a lo que hizo Cristo; por lo tanto,
obedezco”. Es probable que dos personas que basen sus vidas en estos
dos principios diferentes se sienten en la misma banca de la iglesia.
Ambas rezan, dan dinero con generosidad, son fieles a sus familias e
iglesia, y procuran llevar una vida decente. Sin embargo, lo hacen por
dos motivos radicalmente diferentes, con dos identidades espirituales
radicalmente diferentes, y el resultado son dos vidas radicalmente dife
rentes.
La principal diferencia es la motivación. En la religión, tratamos
de obedecer a los parámetros divinos debido al miedo. Creemos que
si no obedecemos, dejaremos de recibir la bendición de Dios en este
mundo y en el otro. En el evangelio, la motivación es de gratitud por la
bendición que hemos recibido gracias a Cristo. Mientras que el mora
lista se ve obligado a la obediencia, motivado por su miedo al rechazo;
el cristiano se apresura a obedecer, motivado por un deseo de agradar y
de asemejarse a quien dio su vida por nosotros.
Otra diferencia tiene que ver con nuestra identidad y engrei
miento. En una estructura religiosa, si sientes que estás viviendo según
los parámetros religiosos que has elegido, entonces te sentirás superior
y despreciarás a quienes no siguen el camino verdadero. Esto es cierto,
bien sea que tu religión pertenezca a una corriente más liberal (en cuyo
caso, te sentirás superior a los fanáticos y a las personas de mentalidad
cerrada), o más conservadora (en cuyo caso, te sentirás superior a los
menos devotos y morales). Si no estás viviendo de acuerdo con los pa
rámetros que has elegido, entonces te llenarás de odio hacia ti mismo.
Sentirás una culpa mucho mayor que si hubieras permanecido alejado
de Dios y de la religión.
Cuando mi comprensión del evangelio era muy débil, la per
cepción que tenía de mí mismo oscilaba fuertemente entre dos po
los. Cuando me comportaba según mis parámetros -en el trabajo aca
démico, los logros profesionales o las relaciones- me sentía seguro, pero
no humilde. Tendía a ser orgulloso y poco solidario con las personas
[ 184]
La religión y el evangelio
[ 185]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
correctas, entonces esa persona que está frente a mí puede ser moral
mente superior a mí en muchos sentidos, incluso a pesar de sus creen
cias erróneas. Esto significa también que no tengo que intimidarme
ante nadie. No soy tan inseguro como para temer el poder o el éxito de
personas talentosas que sean diferentes a mí. El evangelio hace posible
que una persona sea inmune a la hipersensibilidad, a una actitud defen
siva y a la necesidad de criticar a los demás. La identidad cristiana no
está basada en la necesidad de ser percibido como una buena persona,
sino en que Dios te valore en Cristo.
La religión y el evangelio también conducen a manejar los pro
blemas y el sufrimiento de diversas formas. La religión moralista condu
ce a sus participantes a la convicción de que si llevan una vida íntegra,
entonces, Dios (y las personas) les deben su respeto y favor. Ellos creen
que merecen una vida decente y feliz. Sin embargo, si las cosas comien
zan a salir mal, los moralistas sentirán mucha rabia. Estarán furiosos con
Dios (o con “el universo”) porque creen que, como llevan una vida más
recta que los demás, deberían tener una vida mejor. Si no es así, sentirán
una rabia profunda con ellos mismos, y no podrán desprenderse del
sentimiento de que no han vivido como deberían, o que no han vivido
de acuerdo con sus parámetros. Sin embargo, el evangelio hace posible
que alguien se libere de esta espiral de amargura, autorrecriminación
y desesperación cuando las cosas salen mal. Ellos saben que la premisa
fundamental de la religión -que te irá bien si llevas una vida buena- es
errada. Jesús fue la persona más correcta en términos morales que haya
vivido, y, sin embargo, tuvo una vida llena de pobreza, rechazo, injus
ticia, e incluso tortura.
La amenaza de la gracia
Al escuchar por primera vez la diferencia entre la religión y el evan
gelio, muchas personas piensan que todo es muy fácil. “¡Qué bien!”,
[ 186 ]
La religión y el evangelio
pueden decir. “¡Si el cristianismo es así, lo único que tengo que hacer
es establecer una relación personal con Dios para después hacer lo que
yo quiera!”. Sin embargo, esas palabras solo pueden ser pronunciadas
por fuera de una experiencia de la gracia radical. Nadie habla así desde
adentro. De hecho, la gracia puede ser muy amenazadora.
Hace algunos años conocí a una mujer que comenzó a asistir a
mi iglesia. Me dijo que había asistido a otra iglesia en la primera etapa
de su vida, y que nunca había escuchado que hubiera una diferencia
entre el evangelio y la religión, que siempre había escuchado que Dios
solo nos acepta si somos lo suficientemente buenos. También dijo que
el nuevo mensaje era asustador. Le pregunté por qué le parecía asusta
dor, y me respondió:
[187]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 188 ]
La religión y el evangelio
[ l8 9 ]
DOCE
La (v er d a d er a ) h is t o r ia d e l a c r u z
[1 9 0 ]
La (verdadera) historia de la cruz
han incurrido en una deuda que deben asumir. Cuando has sufrido
un agravio y comprendes que existe una deuda justa que no puede ser
desechada así no más, solo hay dos cosas por hacer.
La primera opción es tratar de que el agresor sufra por lo que ha
hecho. Puedes iniciar de manera activa un castigo o desear de manera
pasiva que esa persona sufra algún tipo de dolor semejante al que tú
sufriste. Hay muchas formas de hacerlo. Puedes confrontarlo y decirle
cosas dolorosas. Puedes hablar mal de él para manchar su reputación. Si
el agresor sufre, quizá sientas cierta satisfacción al saber que ahora está
pagando su deuda.
Sin embargo, esta opción tiene algunos problemas graves.
Puedes volverte más duro y frío, sentir más autocompasión, y estar por
lo tanto más centrado en ti mismo. Si el agresor es una persona rica o
con una posición de autoridad, es probable que desarrolles aversión
hacia ese tipo de personas por el resto de tu vida. Si es una persona del
sexo opuesto o de otra raza, tal vez adquieras prejuicios permanentes
contra grupos enteros de personas. Adicionalmente, el agresor, sus fa
miliares y amigos podrían creer que tienen derecho a pagarte con la
misma moneda, y los ciclos de reacción y venganza pueden continuar
durante varios años. Es cierto que te han ofendido, pero, cuando tratas
de obtener un pago por medio de la venganza, el mal no desaparece. Al
contrario, se propaga de la manera más trágica en ti y en tu carácter.
Sin embargo, hay otra opción: perdonar. El perdón significa ne
garte a hacerles pagar por lo que te hicieron. No obstante, abstenerse
de arremeter contra alguien cuando quieres hacerlo con todo tu ser es
una agonía, una forma de sufrir. No solo sufres la pérdida de la felici
dad, la reputación y la oportunidad, sino que renuncias a la consolación
de infligirle lo mismo a la otra persona. Estás absorbiendo la deuda,
asumiendo todo su costo en lugar de compartirlo con la otra persona.
Eso es algo que duele muchísimo. Muchas personas dicen que se siente
como una especie de muerte.
[192]
La (verdadera) historia de la cruz
h 9 4 ]
La (verdadera) historia de la cruz
Por favor no se preocupen por mí, pero no se olviden de rezar por mí:
tengo la certeza de que no lo olvidarán. Estoy tan seguro de la mano
orientadora de Dios que espero tener siempre esa certeza. (Nunca deben
dudar de que estoy recorriendo congratitud y alegría el camino que me
ha sido señalado. Mi vida pasada está llena de la bondad de Dios y mis
pecados son cubiertos por el amor perdonador de Cristo crucificado...4
Aquí vemos a Bonhoeffer vivir aquello que Jesús hizo por él.
Jesús cargó con sus pecados y pagó por ellos. Ahora Bonhoeffer es libre
de hacer lo mismo por los demás, y utiliza el perdón divino para tratar
de entender el perdón humano. Utilicemos ahora el maravilloso ejem
plo que nos da Bonhoeffer para entender el perdón divino.
El perdón de Dios
“¿Por qué tuvo que morir Jesús? ¿Dios no podía simplemente perdonar
nos?”. Esto es lo que preguntan muchas personas, pero ahora podemos
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[196]
La (verdadera) historia de la cruz
ciertamente lo fue. ¿Por qué Jesús tuvo que morir para perdonarnos?
Había una deuda que tenía que ser saldada, y Dios la saldó. Había una
multa que debía ser pagada, y Dios la pagó. El perdón es siempre una
forma de sufrimiento costoso.
Hemos visto que el perdón humano y su costo nos dan una luz
sobre el perdón divino. Sin embargo, este perdón es la base y el recurso
por excelencia para el perdón humano. Bonhoeffer se refirió a esto en
múltiples ocasiones, y señaló que fue el perdón que le ofreció Jesús al
ser crucificado el que le dio tanta seguridad en el amor de Dios, y que
le permitió dedicar su vida al servicio de los demás.
U 9 7 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
un alto costo emocional. Son ellos o tú, y, para que ellos sanen a nivel
emocional, tú debes estar dispuesto a desgastarte emocionalmente.
Veamos otro ejemplo. Imagina que conoces a un hombre ino
cente que está siendo perseguido por agentes secretos, por el gobierno
o por cualquier otro grupo poderoso, y te pide ayuda. Si no lo haces,
es probable que muera, pero, si le das una mano, tú -que estás perfec
tamente seguro- correrás un peligro mortal. Este es el argumento de
muchas películas. De nuevo: es él o tú. El sentirá una mayor seguridad
gracias a tu ayuda, pero solo porque estás dispuesto a hacer algo por su
inseguridad y vulnerabilidad.
Veamos la crianza de los hijos. Los niños llegan al mundo en
una condición de dependencia total. No pueden ser autosuficientes ni
independientes a menos que sus padres renuncien a gran parte de su
independencia y libertad durante varios años. Si no permites que tus
hijos coarten tu libertad en el trabajo y en el juego, y si solo estás con
ellos cuando no sea inconveniente para ti, solo crecerán en términos
físicos, serán excesivamente dependientes y sufrirán trastornos y defi
ciencias emocionales. La elección es clara. Sacrificas tu libertad o la de
ellos. Tienes que elegir entre ellos o tú. Para amar a tus hijos como es
debido, debes dar para que ellos reciban. Debes estar dispuesto a pe
netrar en la dependencia de ellos para que puedan sentir tu libertad e
independencia.
Todo el amor transformador hacia aquellos con grandes nece
sidades es un sacrificio sustitutivo. Si te involucras personalmente con
ellos, sus debilidades fluyen de algún modo hacia ti al mismo tiempo
que tus fortalezas fluyen hacia ellos. En The Cross of Christ (La cruz de
Cristo), John Stott describe que la sustitución es el núcleo del mensaje
cristiano:
La esencia del pecado es que nosotros los seres humanos nos sustituimos
a nosotros mismos por Dios, mientras que la esencia de la salvación es
que Dios se sustituye a sí mismo por nosotros. Nosotros... nos situamos
[198]
La (verdadera) historia de ia cruz
donde solo Dios merece estar; pero Dios... se sitúa donde nosotros me
recemos estar.8
[ ! 9 9 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 0 0 ]
La (verdadera) historia de la cruz
Para entender por qué tuvo que morir Jesús, es importante re
cordar tanto el resultado de la cruz (perdón costoso de los pecados)
como el patrón de la cruz (inversión de los valores del mundo). En la
cruz, ni la justicia ni la misericordia salen perdiendo: ambas son mate
rializadas. La muerte de Jesús fue necesaria para que Dios se tomara la
justicia en serio y nos amara. Esta misma preocupación por el amor y
la justicia debería marcar todas nuestras relaciones. Nunca deberíamos
ceder ante la injusticia. Jesús se identificó con los oprimidos. Sin em
bargo, no debemos tratar de vencer el mal con el mal. Jesús perdonó a
sus enemigos y murió por ellos.
¿Por qué entonces tuvo que morir? El mismo Jesús respondió
esta pregunta. En el jardín de Getsemaní, preguntó si tenía otra op
ción. No la había. No la hay. Cuando agonizaba en la cruz, gritó: “¿Por
qué?”. ¿Por qué fue abandonado?11 ¿Por qué fue necesario eso? La res
puesta de la Biblia es: por nosotros.
La historia de la cruz
He tratado de explicar lo que hizo Jesús por nosotros al morir. Lo he
hecho analizando algunas ideas. Sin embargo, no puedo hacerle plena
justicia a la doctrina de la cruz. A la gran escritora Flannery O’Connor
le pidieron que pusiera el significado de uno de sus cuentos “en pocas
palabras”. Ella respondió de manera cortante que si pudiera hacerlo no
habría tenido que escribir el cuento. Yo he tratado de poner en pocas
palabras el asunto de la cruz de Jesús porque creo que es un ejercicio
importante. No obstante, este capítulo no puede transmitir todo el
poder transformador de su historia.
Las historias que parecen conmovernos más son aquellas en las
que alguien corre un peligro mortal para poder salvar a otra persona.
Casi no existe una película popular que no tenga esto como su ar
gumento principal. Una de mis favoritas es Angeles con caras sucias.
[201]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
Quiero que los decepciones. Sabes que has sido un héroe para estos jó
venes, y para otros cientos durante tu vida, y ahora vas a ser un héroe
glorificado ¿/rucias a tu muerte, pero yo quiero evitarlo, Rocky. Ellos
tienen que despreciar tu recuerdo. Tienen que avergonzarse de ti.
Rock)7no le cree.
[ 2 0 2 ]
La (verdadera) historia de la cruz
[ 2 0 3 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[204]
TRECE
La r e a l id a d d e l a r e s u r r e c c ió n
[ 2 0 5 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 0 6 ]
La realidad de la resurrección
[207]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 0 8 ]
La realidad de la resurrección
[ 2 0 9 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
La resurrección y la inmortalidad
Existe por lo tanto una evidencia muy sólida de que el sepulcro estaba
vacío y de que hubo centenares de testigos que dijeron haber visto re
sucitar a Cristo. Eso es “históricamente seguro” como lo dice Wright.
Pero alguien podría responder: “Eso no demuestra que Jesús resucitó
realmente. Seguramente los seguidores querían creer a toda costa que
Jesús se había levantado de entre los muertos. Si alguien hubiera ro
bado el cuerpo para hacer que pareciera que había resucitado, muchas
personas podrían haber pensado que lo habían visto, y otras pocas decir
eso por una buena causa”.
La suposición detrás de esta hipótesis tan común es una mo
dalidad de lo que C. S. Lewis ha llamado “esnobismo cronológico”.
Actualmente suponemos que las personas reciben con escepticismo la
afirmación de la resurrección del cuerpo, mientras que en aquella época
todos lo habrían aceptado de inmediato, pues creían firmemente en lo
sobrenatural. Ese no es el caso, pues la resurrección corporal era casi
inconcebible para todas las cosmovisiones predominantes de la época.
N. T. Wright realizó una investigación exhaustiva del pensa
miento no judío en el mundo mediterráneo durante el siglo I, tanto en
Oriente como en Occidente, y encontró que la visión universal de las
personas de esa época era que la resurrección corporal era imposible.
¿Por qué? En el pensamiento grecorromano, el alma o espíritu era bue
no, y el mundo físico y material era débil y corrupto. Para ellos, lo físico
siempre se desintegraba y la salvación era concebida por lo tanto como
una liberación del cuerpo. Dentro de esa cosmovisión, la resurrección
no solamente era imposible, sino completamente indeseable. Ningún
alma, habiéndose liberado de su cuerpo, querría regresar a él. Incluso
aquellos que creían en la reencarnación, entendían que regresar a la
vida corporal significaba que el alma no había salido aún de su prisión.
La meta era liberarse del cuerpo para siempre. Si tu alma se libera de
[ 2 1 0 ]
La realidad de la resurrección
[ 2 1 3 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
El desafío de la resurrección
[ 214 ]
La realidad de la resurrección
bargo, muchos de ellos creen que el mundo material se originó por ac
cidente, y que este, y todo lo demás, desaparecerá cuando el sol muera.
Les parece descorazonador que haya tan pocas personas preocupadas
por la justicia sin comprender que su visión del mundo atenta contra
cualquier motivación para hacer de él un lugar mejor. ¿Para qué sa
crificarnos por las necesidades de los demás, si al final nada de lo que
hagamos marcará una diferencia? Sin embargo, si la resurrección de
Jesús ocurrió, significa que hay una esperanza infinita y una razón para
consagrarnos a resolver los problemas del mundo. N. T. Wright dijo en
un sermón:
[ 2 1 6 ]
CATORCE
La d a n z a de D ios
La danza divina
El cristianismo es la única religión en sostener que Dios es trino, es
decir, que está constituido por tres personas. La doctrina de la Trinidad
dice que Dios es un ser que existe eternamente entre las personas del
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La Trinidad significa que, básicamen
te, Dios es relacional.
El evangelista Juan escribe que el Hijo ha vivido durante toda
la eternidad “en íntima comunión con el Padre” (Juan 1, 18), una an
tigua metáfora de amor e intimidad. Más adelante, en el evangelio de
Juan, Jesús el Hijo describe que el Espíritu vive para “glorificarlo” a él
(Juan 16, 14). A su vez, el Hijo glorifica al Padre (17, 4), y el Padre al
Hijo (17, 5). Esto ha sucedido durante toda la eternidad (17, 5b).
¿Qué significa el término “glorificar”? Glorificar a algo o a al
guien es alabar, disfrutar y complacerse en ello. Cuando algo es útil, te
sientes atraído a ello por lo que puede darte o hacer por ti. Pero si es
hermoso, entonces lo disfrutas simplemente por lo que es. El solo acto
de estar en su presencia es tu recompensa. Glorificar también es servir
o respetar a esa persona. En lugar de sacrificar sus intereses para que
seas feliz, tú sacrificas los tuyos para hacerla feliz. ¿Por qué? Porque tu
alegría es verla alegre.
¿Qué significa entonces que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
se glorifiquen mutuamente? Si lo pensamos en términos gráficos, po
dríamos decir que el egocentrismo es estático, pues exigimos que los
demás giren a nuestro alrededor. Haremos cosas y les daremos afecto a
los demás mientras que esto contribuya a lograr nuestras metas perso
nales y nos satisfaga.
Sin embargo, la vida interior del Dios trino es completamente
diferente. La vida de la Trinidad está caracterizada no por el egocen
trismo, sino por el amor desprendido y mutuo. Cuando complacemos
y servimos a alguien, entramos en una órbita alrededor de esa persona,
[ 2 1 8 ]
La danza de Dios
y nos concentramos en los intereses o deseos de ella. Esto crea una dan
za, particularmente si son tres personas, cada una de las cuales se mueve
alrededor de las otras dos. La Biblia nos dice que esto es lo que sucede.
Cada una de las personas divinas se centra en las otras. Ninguna exige
que las otras giren alrededor de ella. Cada una gira voluntariamente al
rededor de las otras dos, llenándolas de amor, deleite y adoración. Cada
persona de la Trinidad ama, adora, respeta y se regocija en las otras.
Esto crea una dinámica, una danza palpitante de alegría y amor. Los
primeros líderes de la Iglesia griega tenían una palabra para esto: peri-
choresis, de donde proviene la palabra “coreografía”, que literalmente
significa “bailar o fluir alrededor”.1
[ 2 1 9 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 2 0 ]
La danza de Dios
Jesús dijo que debes perder tu vida para salvarte (Marcos 8, 35), estaba
haciendo un recuento de lo que habían hecho el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo durante toda la eternidad. Nunca tendrás entonces un
sentido del yo si permaneces inmóvil y haces que todo gire alrededor
de tus necesidades e intereses. Y a no ser que estés dispuesto a expe
rimentar la pérdida de opciones y limitaciones individuales derivadas
de comprometerse con las relaciones, permanecerás ajeno a tu propia
naturaleza y a la naturaleza de las cosas.
En muchos pasajes de este libro he expuesto que es imposible
ser completamente humanos si nos negamos a asumir el precio del per
dón, el intercambio sustitutivo del amor, y los límites propios de una
comunidad. Cité a C. S. Lewis para decir que el único lugar aparte del
cielo que está exento del dolor y del sufrimiento propio de las relacio
nes es el infierno.
¿Por qué? Porque, según la Biblia, este mundo no fúe creado
por un Dios que es simplemente un individuo, ni es la emanación de
una fuerza impersonal. Tampoco es el producto de las luchas de poder
entre veleidades personales o fuerzas naturales violentas y accidenta
les. Los cristianos rechazan todas estas versiones sobre la creación, las
cuales se niegan a darle prelación al amor. Creemos que el mundo fúe
creado por un Dios que es una comunidad de personas que se han
amado mutuamente por toda la eternidad. Tú fúiste creado para amar
al prójimo de una manera desinteresada. La egolatría destruye el tejido
de lo que Dios ha creado.
La danza de la creación
Al reflexionar sobre la vida interior del Dios trino, Jonathan Edwards
concluye que Dios es infinitamente feliz. En el interior de Dios hay
una comunidad de personas que derraman amor jubiloso y glorificador
entre sí. Piensa en esto como un patrón de nuestra propia experiencia.
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
Imagina que hay alguien a quien admiras más que a nadie en el mundo.
Harías lo que fuera por esa persona. Ahora imagina que descubres que
esa persona siente exactamente lo mismo por ti, y que entabla una amis
tad de por vida, o una relación romántica, y se casan. ¿Se parece eso al
cielo? Sí, porque proviene de él; eso es lo que Dios ha experimentado
en su interior, pero a tal grado e intensidad que es algo infinito e inima
ginable. Por eso es que Dios es infinitamente feliz, porque en el núcleo
de su ser hay una “orientación hacia el otro”, porque él no busca su
propia gloria, sino la gloria de los demás.7
“Un momento”, dirás tú, “en casi todas las páginas de la Biblia,
Dios nos llama a glorificarlo, alabarlo y servirle. ¿Cómo puedes decir
que él no persigue su propia gloria?”. Sí, él nos pide que le obedezca
mos incondicionalmente, que lo glorifiquemos, lo alabemos y centre
mos nuestras vidas alrededor de él. Sin embargo, espero que veas por
qué hace eso: ¡porque quiere nuestra felicidad! El tiene una felicidad
infinita, no debido a su egolatría, sino a su amor desinteresado y centra- '
do en el otro. Y la única forma en que nosotros, quienes fuimos creados ;
a su imagen, podemos sentir esta misma alegría es centrando nuestras j
vidas alrededor de él antes que a nuestro alrededor. ;
¿Por qué un Dios como este creó seres como nosotros? Jonathan
Edwards explicó esto basándose en pasajes bíblicos como Juan 17, 20
24. El historiador George Marsden sintetiza la idea de Edwards:
[ 2 2 2 ]
La danza de Dios
de Dios y hacen que las criaturas compartan cada vez más la alegría
yfelicidad de Dios... Así pues, el objetivo principal de la creación es la
unión en el amor entre Dios y sus criaturas.8
[ 2 2 4 ]
La danza de Dios
[ 2 2 5 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
El futuro de la danza
¿Cómo terminará entonces la historia de la humanidad? Al final del
último libro de la Biblia, vemos justamente lo opuesto a lo predicado
por otras religiones. No vemos que desaparezca la ilusión del mundo
ni que las almas espirituales abandonen el mundo físico para ir al cielo.
Más bien, vemos que el cielo desciende a nuestro mundo para unirlo y
purificarlo de toda su descomposición e imperfección. Será un “nuevo
cielo y una nueva tierra”. El profeta Isaías lo describe como un nuevo
jardín del Edén, en el que hay de nuevo una armonía absoluta de la
humanidad con la naturaleza y el fin de las ofensas, las enfermedades y
la muerte, así como de toda animosidad racial y de guerras. No habrá
más pobres, esclavos, criminales ni dolientes destrozados.
[ 2 2 6 ]
La danza de Dios
La vida cristiana
¿Cómo respondemos a esto? Si vemos todo el alcance de este argumen
to, comprenderemos con claridad que el cristianismo no solo consiste
en hacer que los pecados individuales sean perdonados para poder ir
al cielo. Ese es un medio importante en la salvación de Dios, pero no
[ 2 2 7 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 2 8 ]
La danza de Dios
[ 2 2 9 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 3 0 ]
EPÍLOGO
¿A d o n d e vam os d e sd e a q u í?
adelante. No hay nada malo en esto, pero sería muy fácil acudir a Dios
como un medio para un fin. ¿Estás adoptando el cristianismo para servir
a Dios, o para que Dios te sirva a ti? Lo último sería una especie de cha
manismo, un esfuerzo para controlar a Dios por medio de tu comporta
miento y oraciones. Sería utilizar a Dios antes que confiar en él.
Tenemos que reconocer que prácticamente todos nosotros co
menzamos nuestro viaje hacia Dios porque queremos algo de él. Sin
embargo, debemos aceptar el hecho de que le debemos todas nuestras
vidas simplemente por lo que él ha hecho por nosotros. El es nuestro
Creador, y sencillamente por eso se lo debemos todo. Sin embargo,
él también es nuestro Redentor, quien nos rescató a un costo infinito
para él. Cualquier corazón sensato querrá rendirse ante alguien que no
solo es todopoderoso, sino que ha demostrado también que sacrificará
cualquier cosa en beneficio nuestro.
Generalmente comenzamos el viaje hacia Dios pensando: “¿qué
tengo que hacer para recibir esto o aquello de él?”, pero debemos co
menzar a pensar: “¿qué tengo que hacer para recibirlo a él?”. Si no
haces esa transición, nunca encontrarás al verdadero Dios, y solo termi
narás creyendo en una versión caricaturesca de él.
[ 2 3 2 ]
¿Adonde vamos desde aquí?
Bono afirma que lo que dice Jesús sobre él nos obliga a elegir en
tre todo o nada, y pregunta qué tan probable es que un hombre mental
mente trastornado, y de la talla de Charles Manson o David Koresh, pudo
generar la clase de impacto en sus seguidores y en el mundo como lo ha
hecho. Sin embargo, si Jesús no era un lunático, entonces nuestra única
alternativa es aceptar sus reivindicaciones y centrar nuestras vidas en torno
a él. Lo único que no tenemos derecho a hacer es a responderle a medias.
Flannery O’Connor expresa esto en Es difícil encontrar un buen
hombre. El Desadaptado es un bandido que asalta a una familia en una
zona rural del sur. La abuela, quien es la cabeza de su familia, intenta
disuadirlo para que no la mate, hablándole sobre la oración, la Iglesia y
Jesús, pero el Desadaptado responde:
Jesús... trastornó todas las cosas. Si hizo lo que dijo, entonces lo tínico
que puedes hacer es abandonarlo todo y seguirlo. Pero si no lo hizo, lo
tínico que puedes hacer es disfrutar los pocos minutos que te quedan
de la mejor manera, matando a alguien, incendiando esta casa, o
haciéndole otra maldad a él. No por placer, sino por maldad.
t 2 3 4 ]
¿Adonde vamos desde aquí?
Hacer un inventario
[ 2 3 6 ]
¿Adonde vamos desde aquí?
Ponerse en marcha
Lo primero que tienes que hacer es arrepentirte. Es cierto que no es
una palabra muy elegante, pero no hay otra opción. El arrepentimien
to que da inicio a una nueva relación con Dios no es básicamente un
asunto de hacer una lista de pecados específicos de los que te arrepien
tes y quieres enmendar. No me malinterpretes: si estás explotando a
los pobres o engañando a tu pareja y quieres depositar tu fe en Cristo,
entonces deberías dejar de hacer esas cosas. Un cristiano debe amar a
los pobres y cumplir con sus juramentos matrimoniales. Pero un sim
ple cambio de conducta no te convertirá en un cristiano. Hay muchas
personas que tienen un comportamiento ético a nivel personal y social,
pero no tienen una relación con Dios a través de Jesucristo. El arrepen
timiento no es menos que sentirse mal por los pecados individuales, sino
que significa mucho más.
El arrepentimiento que realmente cambia tu corazón y tu rela
ción con Dios comienza cuando reconoces que tu pecado principal, el
pecado debajo del resto de tus pecados, es tu proyecto de la salvación
propia. Como lo vimos en los capítulos nueve y diez, tanto en nuestros
actos malos como en los buenos, buscamos ser nuestros propios salva
dores y señores. Tenemos certezas y “dioses”, aunque no los llamemos
así. Tratamos de demostrar nuestro valor por medio de nuestra bondad
moral, de nuestros logros, familia o profesión. Es probable que nece
sitemos arrepentimos incluso de la participación activa en la iglesia y
en la religión, cuando entendamos que todo era una forma de incluir a
Dios y a otros en nuestra deuda.
Así pues, el arrepentimiento es confesar ante Dios las cosas en
las que has depositado tus esperanzas, significado y seguridad. Es decir,
que debemos arrepentimos no solo por las cosas malas que hemos he
cho (ser infieles o mentir), sino también por las motivaciones que hay
detrás de nuestras obras buenas.
[ 2 3 7 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[ 2 3 8 ]
¿Adonde vamos desde aquí?
[ 239 ]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[240]
¿Adonde vamos desde aquí?
No lo hago con ligereza, y los invito a que lo hagan con el mayor de los
cuidados. Sin embargo, no hay otra alternativa: no puedes llevar una
vida cristiana si no tienes un grupo de amigos cristianos y una familia
de creyentes en la que encuentres un lugar.
El trauma de la gracia
Cuando me preguntan: “¿Cómo me convierto en un cristiano?”, es
importante dar una respuesta concreta. También es peligroso dar la im
presión de que encontrar a Dios es básicamente una técnica, algo que
depende primordialmente de nosotros. Es cierto que debemos buscar
a Dios de manera muy activa, y que Jesús nos invitó a “preguntar, bus
car y golpear” para encontrarlo. Sin embargo, quienes entablan una
relación con Dios, mirarán hacia atrás y reconocerán que fue la gracia
de Dios la que los buscó, abriéndolos a nuevas realidades. La realidad
de tu propia naturaleza fallida y la gracia radical de Dios se impondrá
de una forma completamente inimaginable. Comprendes que tus es
fuerzos para ser bueno, feliz o auténtico han sido parte del problema.
Finalmente te das cuenta y ves las cosas de un modo diferente, pero
nunca sabes cómo sucederán las cosas. Yo podría mostrar esto en cien
tos de biografías espirituales famosas, tales como la de San Pablo, San
Agustín, Martín Lutero, John Wesley, o en miles de testimonios de
personas de mi congregación a quienes les cambió la vida. Pero mi
ejemplo favorito sobre el trauma de la gracia es el descrito por Flannery
O’Connor en su cuento “Revelación”.
La historia comienza en un consultorio médico, donde la señora
Turpin y su esposo, Claud, están esperando su turno al lado de otros
pacientes. La señora Turpin mira con recelo y se siente superior a casi
todos los tipos de personas -razas, clases, tipos corporales y tempera
mentos- representados por quienes están allí. Ella es muy petulante y
se cree superior, aunque de un modo muy creíble.
[ 241]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
[242]
¿Adonde vamos desde aquí?
pero solo por su gracia), aunque también peccator, pecador: un ser sal
vado y un cerdo del infierno al mismo tiempo.
Sin embargo, y al igual que Martín Lutero, la señora Turpin
se resiste inicialmente a la revelación de la gracia de Dios. “¿Por qué
yo?”, reniega. “¿Acaso no les he dado a blancos y negros por igual?
Me he partido la espalda trabajando todos los días. He hecho muchas
cosas por la Iglesia. Si prefieres la basura, entonces anda y consigue
un poco... ¿en qué sentido soy como ellos? Podría dejar de trabajar,
tomarme las cosas con calma y ser asquerosa”, refunfuñó. “Estar todo
el día en la calle tomando cerveza, masticando tabaco, escupir y restre
gármelo en la cara. Yo podría ser desagradable”. Una avalancha final de
furia la sacude y ella le grita a Dios: “¿Quién crees que eres?”.
El sol se oculta en ese momento y ella ve una franja púrpura en
el cielo.
Una luz visionaria se alojó en sus ojos. Ella vio... un gran puente
que se movía y se elevaba desde la tierra en medio de un campo de
fuego. Una horda enorme de almas subiendo al cielo por él. Había
multitudes de... piltrafas humanas y batallones de bichos raros gri
tando, aplaudiendo y saltando como ranas. [Pero al]final había una
tribu de personas a las cuales ella reconoció, y que así como ella y su
esposo, Claud, siempre habían tenido un poco de todo y la inteligen
cia concedida por Diospara utilizarlo adecuadamente... Caminaban
detrás de los demás con gran dignidad, responsables como lo habían
sido siempre del orden, del sentido común y de la conducta respetable,
y eran los únicos en mantener la calma. Sin embargo, ella veía, gra
cias a sus rostros alterados y descompuestos, que incluso sus virtudes se
estaban consumiendo... La visión desapareció de un momento a otro...
En los bosques circundantes habían comenzado los cantos de losgrillos
invisibles, pero lo que ella escuchófueron las voces de las almas ascen
diendo por elfirmamento estrellado, gritando aleluya.4
[M3]
L A S R A Z O N E S P A R A L A FE
¡Qué idea tan radical! ¿Los “bichos raros y los lunáticos” entran
do al cielo antes que la tribu de los virtuosos morales? Pero Jesús dijo lo
mismo cuando anunció a los asombrados líderes religiosos de su época:
“Les aseguro que los que cobran impuestos para Roma, y las prostitu
tas, entrarán antes que ustedes en el reino de Dios” (Mateo 21, 31).
¿Qué tal si has llegado al final de este libro y, luego de leerlo,
desearías tener fe, pero no la tienes? El escritor Joseph Epstein admitió
en una ocasión que envidiaba a las personas con la inteligencia y la fe
profunda que les permite superar las crisis más oscuras. En particular, se
sorprendió por la forma en que la fe le permitió a Flannery O’Connor
enfrentar una muerte prematura por causa del lupus sin la menor queja
o temor. Él concluyó que “envidiar la fe es envidia, y lo único que pue
de hacerse es tenerla con discreción”.5Yo aprecio el respeto que siente
Epstein por el misterio de la fe; no es algo que podamos generar en
nosotros por medio de una técnica. Pero ¿realmente no hay nada que
hacer al respecto?
Durante un momento difícil de su vida, una mujer de mi con
gregación se quejó de que había pedido varias veces: “Dios, ayúdame a
encontrarte”, pero no había llegado a ningún lugar. Un amigo cristiano
le sugirió que más bien le pidiera: “Dios, ven y encuéntrame. A fin de
cuentas, tú eres el Buen Pastor que sale a buscar las ovejas extraviadas”.
Ella terminó diciéndome: “Solo te cuento esta historia porque él lo
hizo”.
[ 2 4 4 ]
A g r a d e c im ie n t o s
[ 2 4 5 ]
EN D E F E N S A DE D I O S
libro. Por ejemplo, “La danza de Dios, que figura en el capítulo cator
ce, se debe tanto al uno como al otro. Mi esposa, Kathy, nunca aparece
citada, pero es la autora principal de la fe y del pensamiento de este au
tor. Ella me dio a conocer a Lewis, a Edwards, la teología reformada, la
importancia de la oración, la justicia social, y la ciudad. Es mencionada
en los agradecimientos, pero no en las notas a pie de página por ser tan
fundacional para el mundo y la visión de la vida que tiene alguien como
yo. La razón principal por la que decidí publicar este libro es porque a
ella le gusta. “Los elogios que nos hacen quienes son dignos de elogio
están por encima de cualquier recompensa”.
[ 2 4 6 ]
N otas
Introducción
[ 2 4 7 ]
E N D E F E N S A DE D I O S
1 Las citas al final de cada capítulo han sido tomadas de una encuesta por
correo electrónico a neoyorquinos que tienen alrededor de veinticinco
[248]
Notas
años, y a quienes se les pidió que expresaran sus mayores dudas y objecio
nes al cristianismo. He cambiado los nombres. Gracias a Nicole Diamond-
Austin por la idea y la ejecución de la encuesta.
2 La reciente ola de exitosos libros contra la religión, escritos por Richard
Dawkins, Sam Harris, Daniel Dennett y Christopher Hitchens, no pro
ponen que la religión sea prohibida, pero solo porque creen que esa es
trategia no funciona. Más bien, son partidarios de que la religión sea tan
fuertemente condenada, ridiculizada y formalmente privatizada, para que
se haga débil y marginal.
3 Alister McGrath, The Twilight ofAtheism: The Rise and Rail ofDisbeliefin
the Modern World (Oxford University Press, 2004), p. 230. Ver también
pp. 185, 235.
4 Muchos pensadores prominentes de mediados del siglo XX creían que,
cuando sus nietos tuvieran su misma edad, la mayoría de las religiones de
caerían o desaparecerían. A manera de ejemplo, un antropólogo escribió
en 1966: aElfuturo evolutivo de la religión es la extinción... La creencia en
los poderes sobrenaturales está condenada a desaparecer en todo el mundo
como resultado de las crecientes actitudes y difusión del conocimiento científi
coA. F. C. Wallace, Religión: An Anthropological View (Random House,
1966), p. 265.
5 Para un recuento de cómo los sociólogos se han retractado de la tesis de la
secularización, ver Peter L. Berger, ed., The Desecularization of the World:
Resurgent Religión and World Politics (Eerdmans, 1999).
6 Sobre el crecimiento del cristianismo en el mundo no occidental, ver
Philip Jenkins, The Next Christendom (Oxford University Press, 2002) y
Lamín Sanneh, Whose Religión is Christianity? (Eerdmans, 2003).
7 Joe Klein, “Because I Promised and You Seemed So Darn Curious... ” en el
blog de la revista Time, marzo 7 de 2007. Descargado en esa fecha de h ttp ://
time.blog.com/swampland/2007/03/because_i_promised_and_you_
see.html.
8 Lesslie Newbgin, The Gospel in a Pluralist Society (Eerdmans, 1989), pp.
9-10,170.
[ 2 4 9 ]
EN D E F E N S A DE D I O S
9 Peter Berger, A Rumor ofAngels: Modern Society and the Rediscovery ofthe
Supernatural (Doubleday, 1969), p. 40.
10 Hay muchas críticas sólidas que demuestran que el relativismo tiene una
naturaleza que se desvirtúa a sí misma. Un ejemplo de esto es H. Siegel,
Relativism Refuted: A Critique ofContemporary EpistemologicalRelativism
(Dordrecht: D. Reidel, 1987). Una hipótesis muy influyente señala que
la “verdad” solo existe dentro de un marco particular de creencias, y que
cada una tiene un valor igual porque no hay un criterio que trascienda los
marcos por medio de los cuales decidir entre todas las reivindicaciones que
hay sobre la verdad. Una versión más posmoderna de esta reivindicación
es la afirmación de que la realidad está “cargada de lenguaje” y que cada
reivindicación sobre la verdad no es más que la opinión de una comunidad
lingüística en particular. Pero, tal como lo señala Siegel, decir que todas
las versiones de la realidad están cargadas de lenguaje y que son relativas
a sus propias comunidades lingüísticas es en sí mismo una reivindicación
sobre la condición humana como tal. La visión de las cosas que tienen los
relativistas no les da derecho a hablar así. Ellos hacen lo mismo que les
prohíben hacer a otras comunidades. “Así... el relativismo no puede auto-
proclamarse, ni siquiera reconocerse, sin derrotarse a sí mismo” (p. 43).
11 Alvin Plantinga, “A Defense of Religious Exclusivism”, en The Analytic
Theist, ed. James F. Sennett (Eerdmans, 1998), p. 205.
12 John Hick, The Myth of God Incarnate (Westminster, 1977) y An
Interpretaron of Religión (Yale University Press, 1995).
13 Una sólida presentación de este punto se encuentra en “The Trouble with
Tolerance”, en la edición de Chronicle ofHigher Education de noviembre
10, 2006. Esta es una reseña del libro Regulating Aversion:Tolerance in
the Age of Identity and Empire, de Wendy Brown (Princeton University
Press, 2006). Su punto (y el de Fish) es que la idea occidental de “tolerar
todas las opiniones” es un conjunto muy particular de suposiciones sobre
la realidad, el cual es utilizado luego como un criterio para determinar cuál
sociedad es tolerante y cuál no. Fish dice que nuestra sociedad tiene su
propio conjunto de creencias sagradas e incuestionables, como “la santi
[ 2 5 0 ]
Notas
[ 2 5 2 ]
Notas
[ 2 5 3 ]
EN D E F E N S A DE D I O S
1 Este argumento fue expresado en su forma más clásica por David Hume
en Dialogues Concerning Natural Religión, ed. Richard Popkin (Hackett,
1980). “Las viejas preguntas de Epicuro siguen sin respuesta. ¿Está (Dios !
dispuesto a prevenir la maldad, pero no puede? En ese caso, es impotente.
¿Es capaz, pero no está dispuesto? Entonces es malvado. ¿Es tanto capaz
como dispuesto? ¿De dónde entonces proviene el mal?”, (p. 63).
2 Ron Rosenbaum, “Disaster Ignites debate: Was God in the Tsunami?”.
New York Observer, enero 10 de 2005. Por supuesto, Mackie no solo es
taba formulando una pregunta muy antigua, que iba desde Epicuro hasta
David Hume. Ver nota 1 arriba.
3 W. P. Alston, “The Inductive Argument from Evil and the Human
Cognitive Condition”, Philosophical Perspectives 5:30.67. Ver también
The Evidencial Argumentfrom Evil, Daniel Howard-Snyder, ed. (Indiana
Universitv Press, 1996), para una encuesta del argumento ateológico del
mal.
4 El resumen del argumento de Mackie está basado en el de Daniel Howard-
Snyder en “God, Evil and Suffering”, en Reasonfor the Hope Within, ed.
M. }. Murray (Eerdmans, 1999), p. 84. El artículo de Howard-Snyder es
un resumen excelente y demuestra por qué actualmente no hay afirmacio
nes enfáticas entre los filósofos de que el mal y el sufrimiento desmienten
la existencia de Dios. De hecho, el libro de Mackie (1982) probablemente
sea el trabajo más reciente en este sentido.
5 El argumento de “no puedo verlo” y otros asuntos relacionados con el
problema del mal son abordados en el libro de Alvin Plantinga, Warmnted
Christian Belief{Oxford, 2000), pp. 466-467. Ver también “A Christian
Life Partly Lived”, en Philosophers Who Believe, ed. Kelly James Clark (IVP,
1993), p. 72.
[ 2 5 4 ]
Notas
[ 2 5 5 ]
EN D E F E N S A DE D I O S
15 Fiódor Dostoievski Los hermanos Karamazov, capítulo 34. Creo que de
bería afirmarse que Dostoievski no dice que sea posible justificar el mal en
sí mismo. Este puede ser utilizado por Dios para darnos más regalos que
si no hubiera ocurrido, pero, sin embargo, sigue siendo malo, y, por lo
tanto, inexcusable e injustificable en sí mismo.
16 C. S. Lewis, The Great Divorce (Macmillan, 1946), p. 64.
1 M. Scott Peck, The People of the Lie: The Hopefor Healing Human Evil
(Simón and Schuster, 1983), capítulo 4, p. 168. Peck utiliza a Charlene
como un ejemplo de la falta de salud mental propia de una persona para
la que nada en su vida sea más importante que la satisfacción de sus nece
sidades y deseos individuales. “La salud, mental requiere que la voluntad
humana se someta a algo más elevado que a ella misma. Para funcionar
satisfactoriamente en este mundo, debemos someternos a un principio que se
anteponga a lo que deseemos en un momento dado”, p. 162.
2 Emma Goldman, “The Failure of Christianity”, publicado inicialmente en
1903, en su diario Mother Earth. Descargado de http//:dwardmac.pitzer.
edu/Anarchist-Archives/Goldman/failureofchristianisty.html, el 26 de
diciembre de 2005.
3 Perteneciente a la famosa declaración “El dulce misterio de la vida” en el
veredicto de la Corte Suprema Planned Parenthood v. Casey: “En el núcleo
de la libertad descansa el derecho de definir nuestro propio concepto de la
existencia, del significado del universo y el misterio de la vida humana”.
Nótese que la declaración no dice que simplemente somos libres de “en
contrar” la verdad por nuestros propios medios, sino más bien de “defi
nirla” y crearla.
4 De David Friend y los editores de Life, The Meaning of Life: Reflections in
Words and Pictures on Why We Are Here (Little, Brown, 1991), p. 33.
5 De “Truth and Power”, en Power/Knowledge: Selected Interviews and
Other Writing 1972-1977, ed. Colin Gordon (Pantheon, 1980), p. 131.
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tu corazón que eso sería evadir el tema. ¿Qué podemos saber realmente
sobre las almas de las otras personas, de sus tentaciones, oportunidades
y luchas? Solo conoces a un alma en toda la creación: es la única cuyo
destino fue puesto en tus manos. Si Dios existe, en cierto sentido estás
solo con él. No lo puedes abandonar a causa de rumores sobre tus veci
nos, o a recuerdos de lo que has leído en libros. ¿De qué servirá toda esa
cháchara y rumores cuando la bruma anestésica a la que llamamos “na
turaleza” o “mundo real” se desvanezca y la Presencia Divina en la que
siempre estuviste se haga palpable, inmediata e inevitable? C. S. Lewis,
Mere Christicmity (Macmillan, 1965), p. 168.
3 Christopher Hitchens, God Is Not Great: How Religión Poisons Everything
(Hachette, 2007), pp. 35-36.
4 Actualmente, algunos pensadores seculares afirman que toda religión con
tiene las semillas de la opresión. Sin embargo, esta opinión no tiene en
cuenta las enormes diferencias entre los distintos credos religiosos y sus
visiones sobre la conversión. El budismo y el cristianismo -por ejemplo-
requieren una profunda transformación interior basada en una decisión
personal, y la coacción para que se cumplan reglas externas se considera
letal en términos espirituales. Así pues, estos credos tienden generalmente
a buscar una sociedad que valore la libertad religiosa, para que los indivi
duos puedan aprender la verdad y se comprometan libremente con ella.
Max Weber y otros han demostrado que la doctrina cristiana, particular
mente en su Reforma protestante, ofrece una base para los derechos y la
libertad individual que contribuye al crecimiento de la democracia y del
capitalismo. Otras filosofías y credos religiosos le asignan un valor mucho
menor a la libertad de elección individual. La diferencia que hay entre
el cristianismo y el islamismo sobre el significado de la conversión es un
ejemplo que viene al caso. La conversión cristiana requiere que se deba
simplemente a la transición de “saber sobre” Dios, a “conocerlo” perso
nalmente. Sin embargo, la mayoría de los musulmanes consideran presun
tuoso decir que se puede conocer íntima y personalmente a Dios. Un niño
que crezca en un hogar cristiano puede hablar de su conversión a la edad
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de diez, quince o veinte años. Esta diferencia significa que los cristianos
le asignan poco valor a presionar socialmente a las personas para conver
tirlas o para que conserven su fe cristiana. Sin embargo, el islamismo no
ve ningún problema en aplicar la presión legal y social para mantener a
los ciudadanos alineados con los compromisos musulmanes. (Agradezco a
Don Carson por esta observación).
5 Alister McGrath, The Dawkins Delusion ?Atheist Fundamentalism and the
Denial of the Divine (Inter-Varsity Press, 2007), p. 81.
6 Merold Westphal, Suspicion and Faith: The Religious Uses of Modern
Atheism (Eerdmans, 1993), capítulos 32-34. Ver página 203: “Me gusta
ría... acusar a Marx de plagio. Su crítica del capitalismo es básicamente la
preocupación bíblica por las viudas y los huérfanos, desprovista de su base
teológica y aplicada a las condiciones de la modernidad”.
7 Westphal, Suspicion and Faith, p. 205.
8 Ver Proverbios 14, 31; 19, 17; Mateo 25, 31-46. La observación de
Calvino proviene de su comentario del Habbakuk 2, 6, y está citado en el
libro de Westphal, Suspicion and Faith, p. 200.
9 C. John Sommerville, The Decline of the Secular University (Oxford
University Press, 2006), p. 63.
10 Ibíd., pp. 69-70.
11 Ibíd., p. 70.
12 Rodney Stark, For the Glory ofGod: How Monotheism Led to Reformations,
Science, Witch-Hunts, and the End ofSlavery (Princeton University Press,
2004), p. 291. Ver pp. 338-353 para una visión general de los movimien
tos abolicionistas.
13 Ver Deuteronomio 24, 7 y 1 Timoteo 1, 9-11, donde se prohíbe el se
cuestro. Muchas personas (tanto al interior de la Iglesia cristiana, como
por fuera de esta) suponen que la Biblia respalda la esclavitud. Para más
información, ver el capítulo 6.
14 Ver el libro The Civil Warasa Theological Crisis(University of North Carolina
Press, 2006), de Mark Noli, para una discusión extensa de cómo los cris
tianos debatieron la esclavitud mediante diferentes interpretaciones de las
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Notas
3 Van Harvey, por ejemplo, dice que las defensas de los hechos milagrosos nun
ca pueden tomarse en serio por parte del historiador crítico, pues esa actitud
viola “lo que llamamos la visión de sentido común del mundo”. Van Harvey,
The Historian and Believer (Macmillan, 1966), p. 68. Ver también su ensa
yo, “New Testament Scholarship and Christian Belief’, en Jesús in History
andMyth, R. Joseph Hoffman y Gerald A. Larue, eds. (Prometheus, 1986).
4 John Macquarrie, Principies of Christian Theology (Scribner, 1977), p.
248, citado en Warranted Christian Belief, p. 394, de Plantinga.
5 Plantinga, Warranted Christian Belief, p. 406. Plantinga cita un artícu
lo importante escrito por el filósofo William Alston, quien sostiene que
uno puede desempeñarse perfectamente en la ciencia aunque piense que
Dios ha hecho -y a veces sigue haciendo- milagros. Ver “Divine Action:
ShadoworSubstance?”, en The God WhoActs: Philosophical and Theological
Explorations, Thomas F. Tracy, ed. (Pennsylvania State University Press,
1994), pp. 49-50.
6 Ver el mensaje de Juan Pablo II a la Academia Pontificia de Ciencias, el
22 de octubre de 1996, “Magisterium Is Concerned with the Question of
Evolution for It Involves Conception of Man”.
7 Francis Collins, The Language of God: A Scientist Presents Evidencefor Belief
(Free Press, 2006). Otro ejemplo de un científico prominente que cree en
un universo planeado por Dios, pero rechaza tanto el Plan Inteligente y
la evolución como la filosofía materialista, es Owen Gingerich, astrónomo
de Harvard y quien escribió God’s Universe (Belknap Press, 2006).
8 Ian Barbour, When Science Meets Religión: Enemies, Strangers, or Partners?
(Harper, 2000). Barbour sostiene que, mientras los cristianos utilizan to
dos estos modelos, el mejor es lo que él llama la “integración”. Ver el
capítulo 4, sobre la “Evolución y continuación de la creación”.
9 Christian Smith, ed., The Secular Revolution: Power, Interests and Conflict
in the Secularization of American Public Life (University of California
Press, 2003).
10 Ibíd., pp. 1-12. Ver también el capítulo “Warfare: The Natural Sciences and
the Advancement of Atheism”, del libro The Twilight ofAtheism (Oxford
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haya sido creado para respaldar la creencia predominante). Pero este cri
terio supone que Jesús no fue influido por su cultura judía y nos dejó una
huella en sus seguidores. Debido a la improbabilidad de este argumento,
un número creciente de expertos bíblicos están criticando fuertemente el
trabajo del Seminario de Jesús por ser negativo y estar lleno de prejuicios
contra los evangelios.
4 No pretendo tratar de demostrar la confiabilidad total de la Biblia; simple
mente que su retrato de la vida y de las enseñanzas de Jesús es verídica en
términos hústóricos. Si así es, entonces podemos sacar conclusiones sobre
la figura de Jesús a partir de la información que encontramos allí. Si de
positamos nuestra fe en él, entonces su visión de la Biblia también se hará
nuestra. Hablando en términos personales, considero que toda la Biblia es
confiable no porque pueda “demostrar” que es real; la acepto porque creo
en Jesús y porque esa fue su visión de la Biblia.
5 Una respuesta erudita y legible a El código Da Vinci es el libro The Cospel
Code (IVP, 2004), de Ben Witherington. Sus refutaciones de las oposicio
nes históricas que hay detrás de El código Da Vinci son devastadoras.
6 Un número considerable y creciente de investigaciones académicas de
primer nivel que respaldan la confiabilidad histórica de los evangelios.
Para un caso más detallado del que podemos exponer aquí, favor con
sultar los siguientes libros: Jesús and the Eyewitnesses (Eerdmans, 1998),
de Richard Bauckham; Jesús and the Victory of God (Fortress, 1998), de
N. T. Wright, y The Resurrection of the Son of God (Fortress, 2003); The
Historical Reliability of the Gospels (IVP, 1987), de C. Blomberg, y The
Historical Reliability ofJohn’s Cospel (IVP, 2002), así como el libro más
antiguo y popular The New Testament Documents: Are They Reliable'l
(Eerdmans, reeditado en 2003 con prólogo de N. T. Wright). Gran parte
de la crítica más escéptica de la Biblia pretende estar basada en una inves
tigación histórica rigurosa, pero está fuertemente influenciada por supo
siciones filosóficas (es decir, por creencias alternas). Para un análisis de
estos apuntalamientos filosóficos, ver los libros The Historical Christ and
the Jesús ofFaith (Oxford University Press, 1996), de C. Stephen Evans,
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20 Ibíd., p. 58.
21 Dawkins, The God Delusion, p. 367, “Nuestros cerebros son órganos evo
lucionados... evolucionaron para ayudamos a sobrevivir”.
22 Henig, p. 7.
23 En su prólogo al libro The Selfish Gene, de Richard Dawkins, Robert
Trivers señala el énfasis que le asigna Dawkins al papel del engaño en la
vida animal, y añade que, de hecho, “el engaño es fundamental para la
comunicación animal, por lo que debe de haber una fuerte selección para
detectarlo, lo cual debería, a su vez, seleccionar un grado de autoenga-
ño haciendo que algunos hechos y motivos sean inconscientes para no
traicionar -con las señales útiles del autoconocimiento- el engaño que se
está realizando. Por lo tanto, “la visión convencional de que la selección
natural favorece a los sistemas nerviosos que producen imágenes cada vez
más precisas del mundo, debe ser una visión muy ingenua de la evolución
mental”. Cita de The Moral Animal (Pantheon, 1994), pp. 263-264, de
Robert Wright. El psicólogo cognitivo Justin Barrett escribe: “Algunos
científicos cognitivos suponen que, puesto que nuestros cerebros y sus
funciones han sido “diseñados” por la selección natural, podemos confiar
en ellos para decir la verdad; dicha suposición es dudosa en términos epis
temológicos. Solo porque sabemos que podemos sobrevivir exitosamente
y reproducirnos, no supone en modo alguno que nuestras mentes puedan
decirnos la verdad sobre algo, especialmente cuando se trata de un pen
samiento sofisticado... lo que una visión de la mente humana completa
mente naturalista podría aceptar con seguridad es que nuestras mentes nos
ayudaron a sobrevivir en el pasado”. Justin L. Barrett, Why Would Anyone
Believe in God?(AltaMira Press, 2004), p. 19.
24 Patricia S. Churchland, “Epistemología la era de la nturociencia”, Journal
of Philosophy (octubre de 1987), p. 548. Citado en Plantinga, Warrant
and Proper Function (Oxford University Press, 2000), p. 218.
25 Nagel, The Last Word, pp. 134-135.
26 Citado en Alvin Plantinga, “¿Es irracional el naturalismo?”, en Warrant
and Proper Function (Oxford University Press, 2000), p. 218.
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son exactamente los mismos que serán transmitidos por su madre a las
crías que tratan de tener. Esta conexión de ADN extrañamente directa no
se aplica a poblaciones más complejas, donde los evolucionistas coinciden
casi universalmente en que la selección opera en el individuo, y no en la
población”. Ver también Adaptation and Natural Selection, ed. reimpresa
(Princeton University Press, 1996), de George Williams, donde sostiene
que la selección de grupo no tiene lugar.
5 “Si (como estamos suponiendo) la naturaleza... es lo único o en el uni
verso, entonces... nunca tenemos un pensamiento porque sea cierto, sino
solo porque la naturaleza ciega nos obliga a pensarlo. Nunca realizamos
un acto porque sea lo correcto, sino únicamente porque la naturaleza nos
obliga a hacerlo... (Pero) realmente, esta conclusión... es increíble. Por
un lado, solo luego de confiar en nuestras mentes es que hemos podido
conocer la naturaleza... por lo que las ciencias serían reuniones acciden
tales de átomos y nosotros no tendríamos ningún motivo para creer en
ellas... son la única forma en que los antro o ideas que nuestra especie
siente cuando los átomos que ahí en nuestros cráneos entran en ciertos
estados, los cuales son producidos por causas completamente irracionales,
inhumanas y no morales... solo hay una forma de evitar este callejón sin
salida. Debemos remitirnos a una hipótesis mucho más antigua. Debemos
aceptar que somos espíritus libres, seres libres y racionales, que actualmen
te vivimos en un universo irracional, y debemos sacar la conclusión de que
no provenimos de él”. (C. S. Lewis, “Vivir en la era atómica”, in Present
Concernís).
6 “Relativismo cultural y derechos humanos universales”, de Carolyn
Fleuhr-Lobban, The Chronicle of Higher Education, 9 de junio de 1995.
Este artículo fue citado y utilizado para ofrecer un argumento semejante
en The OutmgeousIdea of Christian Scholarship, (Oxford University Prees,
1997), p. 86, de George M. Marsden.
7 Citado en Toward a Theory of Human Rights: Religión, Law, Courts
(Cambridge University Press, 2007), p. 3, de Michael J. Perry.
8 Ibíd., p. 6.
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1 Hilary de Poitiers, en Concerning the Trinity (3:1), dice que cada persona
de la Trinidad contiene de manera recíproca a las otras, para que una en
vuelva y sea envuelta de manera permanente por aquellas a las que envuel
ve”. Ver también Robert Letham sobre Tom Torrance: The Holy Trinity:
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