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Aunque los virtual trainers no son nuevos, la coyuntura impulsó la virtualización de los
servicios.
Foto:
Cortesía
Con lo que era una clara tendencia a la alza de los servicios de salud y deporte en
Colombia, la coyuntura de la covid-19 cambió el tablero de juego para el segmento de
deporte y bienestar. A raíz de la emergencia económica que está viviendo el país y las
medidas de aislamiento obligatorio, cientos de miles de personas se vieron en la
obligación de dejar de asistir al gimnasio, a las clases de pilates o la piscina.
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Mientras que gimnasios reconocidos como Bodytech o Smartfit han optado por subir a
internet y a redes sociales clases grupales o hacer transmisiones en vivo en las
noches, un grupo creciente de cultores físicos están usando las redes sociales para
conseguir clientes: la promesa es que a diferencia de los videos, que son para todo el
mundo, lo que venden es una asesoría personalizada.
Entrenar por WhatsApp
Esteban Fúquene es un fisicoculturista profesional colombiano. Fue el más joven en
llegar a la Federación Internacional de Fisicoculturismo (IFBB) Pro y desde 2014 se
dedica a tiempo completo a perfeccionar su cuerpo con exigentes rutinas de ejercicio
físico y una rigurosa dieta alimenticia.
Todo este conocimiento que ha adquirido a través de los años lo transmite a cerca de
30 clientes, que asesora virtualmente.
Por la coyuntura ha tocado adaptarse con las cosas que se tienen en la casa, hay que
“Por la coyuntura ha tocado adaptarse con las cosas que se tienen en la casa, hay que
buscar las alternativas”, cuenta a EL TIEMPO.
Para ello, ha tratado de cambiar los estimulos que se hacían en el gimnasio por
implementos que los clientes tengan en casa. Si no hay bandas de resistencia o
mancuernas “hay que ser creativos y usar algún objeto pesado que genere resistencia.
Incluso hay ejercicios que no necesitan pesos y se pueden hacer con sillas de ruedas o
con el mismo peso del cuerpo”.
Las personas que pagan a Fúnuque un rango de 150 dólares mensuales están entre los 25 y
los 40 años. En su caso, aunque muchos son deportistas de fisicoculturismo, también hay
personas que están pensando en mejorar su estado físico y algunos fanáticos que quieren
aventurarse en la disciplina del culturismo.
Las asesorías ocurren una vez por semana. Para el seguimiento, sus clientes le envían fotos
por WhatsApp tanto del cuerpo como videos de los ejercicios, para que él pueda corregir y
ajustar los errores que están cometiendo.
Además, a través de correo electrónico recibe cualquier inquietud que estos tengan y
procura responderla lo más inmediato posible.
Miguel Ángel González es un entrenador físico, que desde 2015, ejerce su profesión de forma
virtual. También señala que para hacer ejercicio, los implementos en casa como bolsas de
agua, maletines, canecas de basura o incluso cajones, pueden funcionar.
“La ventaja del entrenamiento virtual es la flexibilidad que tienen tanto los usuarios
como los entrenadores; a diferencia de una visita presencial en la que si sucede algún
imprevisto hay que cancelarla, virtualmente no, simplemente se reprograma en el día y
la conexión es muy rápida”, dice González.
Para comunicarse con sus clientes, usa Skype y Zoom. Mientras los clientes van
haciendo los ejercicios, desde el otro lado de la pantalla el entrenador se fija en la
ejecución y los orienta sobre cómo mejorar su postura.
“No todos tienen una caminadora o una elíptica en casa, sin embargo, hay otras
opciones como saltar lazo, o incluso si caminar por la casa por un tiempo determinado”
Otra ventaja que señalan los entrenadores del entrenamiento en línea es que no está
limitado a un territorio físico. Por ejemplo, Fúquene tiene clientes en Ecuador, El
Salvador, México y Estados Unidos. Él mismo entrena con Patrick Tuor, un reconocido
entrenador de culturismo de Suiza.
No todos tienen una caminadora o una elíptica en casa, sin embargo, hay otras
opciones como saltar lazo, o incluso si caminar por la casa por un tiempo determinado
Otro competidor en el segmento son las aplicaciones móviles, Laso, 8Fitness, Sworkit,
BodBot, entre otras. Estas, que también tienen planes de membresías prometen
extraer los mejores ejercicios de la información del usuario como su peso, su altura, su
ritmo de actividad y hasta se sincronizan con relojes inteligentes.
Aunque las plataformas son fáciles de usar y aportan opciones de recordatorios, para
González, el tema sigue siendo el mismo. “No todos los cuerpos son iguales, ni todos
se comportan de la misma manera. Puede ser que alguien haga mal un ejercicio y se
llegue a lesionar; en estas apps nadie está atento de la persona”.
Además agrega que “es un camino en solitario en el que también se necesita de una
rutina alimenticia”. Al final, como la elección es de los usuarios, aunque no las
recomienda en su totalidad, si señala que es una buena forma de empezar en el mundo
del ejercicio y que el entrenamiento físico es un gran remedio para disminuir la
ansiedad y sobrellevar de mejor manera el agobio.
Lo importante es, como dice Fúneque, “hay que hacer que la gente se levante de sus
sillas y no se quede quieta”.
REDACCIÓN TECNÓSFERA@TecnosferaET