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ECOFISIOLOGIA Y BIOQUÍMICA

DEL ESTRÉS EN PLANTAS

DR. ADALBERTO BENAVIDES MENDOZA


(EDITOR)

DEPARTAMENTO DE HORTICULTURA
UNIVERSIDAD AUTONOMA AGRARIA ANTONIO NARRO
BUENAVISTA, SALTILLO, COAH. MÉXICO 25315

DICIEMBRE DEL 2001


2
COLABORADORES CIENTÍFICOS

DR. ADALBERTO BENAVIDES MENDOZA1


DR. HOMERO RAMÍREZ RODRÍGUEZ1
DR. VALENTIN ROBLEDO TORRES1
DR. RATIKANTA MAITI2
M.C. JOSE HERNANDEZ DAVILA1
M.C. ALBERTO SANDOVAL RANGEL1
M.C. ROSALINDA MENDOZA VILLAREAL3

1
DEPARTAMENTO DE HORTICULTURA
UNIVERSIDAD AUTONOMA AGRARIA ANTONIO NARRO

2
DEPARTAMENTO DE QUÍMICA Y BIOLOGÍA
UNIVERSIDAD DE LAS AMERICAS PUEBLA

3
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS BASICAS
UNIVERSIDAD AUTONOMA AGRARIA ANTONIO NARRO

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


3
INDICE DE CONTENIDO
Página
1. INTRODUCCION. ................................................................................... 7
2. EL CONCEPTO DE ESTRES. ................................................................ 8
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

3. FACTORES AMBIENTALES QUE ORIGINAN ESTRES EN LAS PLANTAS.


................................................................................................ 9
3.1. Déficit hídrico. ............................................................................ 9
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

3.2. Alta y baja temperatura. ............................................................. 10


M.C. José Hernández Dávila

3.3. Alta o baja irradiancia y radiación UV. ....................................... 22


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
M.C. José Hernández Dávila

3.3.2. Fitocromos y Respuestas de las Plantas a la Luz ....... 255


Eleno Samaniego Cruz, Adalberto Benavides Mendoza
Ratikanta Maiti, José G. Ramírez Mezquitic

3.3.3. Fotoregulación del Crecimiento y la Forma de las Plantas en


Ambientes Terrestres ............................................................. 268
Adalberto Benavides Mendoza, Ratikanta Maiti
Elyn Bacópulos Tellez

3.4. Salinidad. ................................................................................... 23


Dr. Ratikanta Maiti
Dr. Adalberto Benavides

3.5. Déficit o toxicidad de nutrientes minerales y metales pesados. 28

3.5.1. Factores Involucrados en la Absorción y Asimilación de Hierro


en Plantas .................................................................... 28
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

3.6. Xenobióticos y gases oxidantes. ............................................... 42

3.7. Instrumentación para la captura de información microambiental y fisiológica.


................................................................................................ 42

4. EL ESTRES DESDE EL PUNTO DE VISTA FISIOLOGICO. ................. 43

4.1. ABA, etileno y otros reguladores. .............................................. 43


Dr. Homero Ramírez Rodríguez

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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4.2. Cambios en el aparato fotoquímico de los cloroplastos. ........... 50
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

4.3. Funcionamiento de la raíz. ........................................................ 50


Dr. Ratikanta Maiti
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

4.4. Respuestas estomáticas. .......................................................... 50


Dr. Adalberto Benavides Mendoza

4.5. Asimilación de CO2 y fotorespiración. ....................................... 51


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Dr. Ratikanta Maiti

5. EL ESTRES DESDE EL PUNTO DE VISTA BIOQUIMICO ................... 52

5.1. Estrés por factores abióticos. ..................................................... 53


Dr. Adalberto Benavides Mendoza

5.1.1. Acumulación de metabolitos nitrogenados. ................. 53


5.1.2. Síntesis inducida de polioles. ....................................... 57
5.1.3. Absorción de iones y compartimentalización de los mismos.
...................................................................................... 64
5.1.4. Cambios en la permeabilidad del agua. ....................... 65
5.1.5. Señalización del estrés. ................................................ 68

5.2. Estrés por factores bióticos. ....................................................... 86

5.2.1. Genes de resistencia. ................................................... 86

5.2.2. Resistencia sistémica adquirida (SAR) y resistencia sistémica


inducida (RSI). ........................................................................ 87
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

5.2.3. El choque oxidativo. ...................................................... 93


Dr. Adalberto Benavides Mendoza

6. ESTRES OXIDATIVO. .............................................................................. 110

6.1. Química del estrés oxidativo. ...................................................... 112


Dr. Adalberto Benavides Mendoza

6.1.1. Reacciones de las especies reactivas de oxígeno en sistemas


biológicos. ............................................................................... 115
6.1.2. Sitios de producción de oxígeno activado en las células. 120
6.1.3. Mecanismos celulares de defensa contra el oxígeno activado.
...................................................................................... 125

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6.2. Plantas transgénicas con mayor resistencia al estrés oxidativo. ....... 140
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

6.3. Bases genéticas de la resistencia al estrés oxidativo. ....................... 142


Dr. Valentín Robledo Torres

6.4. Aumento fenotípico en la resistencia al estrés oxidativo. .................. 150

6.4.1. Algunos resultados acerca de la aplicación exogena de oxidantes,


antioxidantes e inductores de resistencia en especies hortícolas .. 151
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

6.4.2. Un enfoque práctico comercial para lograr el aumento fenotípico en


la resistencia al estrés oxidativo y otros tipos de estrés ................ 157
M.C. Alberto Sandoval Rangel

6.5. Uso de señalizadores del estrés oxidativo. ........................................ 208

6.5.1. Literatura referente al uso de señalizadores del estrés oxidativo.


.............................................................................................. 209

6.5.2. El ácido salicílico es un agente señalizador y promotor de


resistencia biótica y abiótica en las plantas. ....................... 209
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

6.5.3. Estrés oxidativo en plantas. ................................................ 219


Traducción de un artículo de D. Inzé y M. Van Montagu

7. Efectos del estrés sobre la morfología, anatomía y composición de las plantas.


....................................................................................................... 228

7.1. El concepto moderno de fenotipo. .................................................... 228


Dr. Adalberto Benavides Mendoza

7.2. Adaptaciones morfológicas y anatómicas que aumentan la tolerancia al


estrés. ....................................................................................................... 228
Dr. Ratikanta Maiti
Dr. Valentín Robledo Torres
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

7.3. Cambios en la composición química y en el valor nutritivo de las plantas bajo


estrés. ............................................................................................ 229
M.C. Rosalinda Mendoza Villareal
M.C. Antonio Aguilera Carbo
Lic. Laura Olivia Fuentes Lara
Dr. Adalberto Benavides Mendoza

8. Glosario. ......................................................................................................... 233


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9. Literatura citada. ............................................................................................. 233

10. Prácticas de laboratorio. ............................................................................... 249


M.C. Rosalinda Mendoza Villareal

11. Avances y reportes de investigación UAAAN.


Esta liga permite verificar el sitio de internet en donde se presentan los avances y
nueva información sobre el tema.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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1. INTRODUCCIÓN
El estrés ambiental es una fuerte restricción para el aumento de la productividad
y de la extensión de los cultivos. Se estima que únicamente un 10% de la superficie de
tierra arable se encuentra libre de estrés. Cerca del 20% de la tierra presenta algún tipo
de deficiencia o toxicidad mineral, 26% es afectada por estrés de sequía y 15% por
congelación (Blum, 1988). Incluso bajo condiciones de producción protegida como
invernaderos y túneles se presentan eventos de estrés biótico o abiótico que
disminuyen la productividad y calidad de los cultivos.
Los intentos para disminuir un estrés, o para mejorar la resistencia o la
adaptación de las plantas a dicho estrés, tendrán mayor alcance si se entiende el
trasfondo fisiológico y bioquímico sobre el cual transcurren las respuestas de las
plantas. Con ello es posible desarrollar estrategias de manejo razonables para disminuir
las pérdidas debidas a las distintas clases de estrés.
En los últimos años se ha presentado un crecimiento enorme en la cantidad de
publicaciones científicas y tecnológicas referentes al área de estrés ambiental en las
plantas. Responsable en parte de ello es el enorme abanico de técnicas, enfoques
experimentales y nuevos conocimientos con que se cuenta de 1980 a la fecha. Las
nuevas tecnologías de la biología como la clonación, el mapeo de genes, el uso de
mutantes, genética reversa y sobreexpresión génica así como la aplicación cada vez
mayor de la informática y de equipos sofisticados altamente automatizados como los de
generación de imágenes, resonancia magnética y HPLC entre otros han permitido
aumentar grandemente la comprensión de los fenómenos relacionados con el estrés en
las plantas.
El presente escrito pretende ser un resumen actualizado de los avances
ocurridos en los últimos años en relación con las respuestas, adaptación y resistencia
de las plantas frente al estrés. La obra está diseñada para ofrecer un panorama amplio,
sirviendo como fuente de consulta básica y de referencias sobre el tema. Los lectores
se espera sean los estudiantes que realizan estudios de maestría o doctorado en el
área agrícola en la Universidad, los productores interesados en aumentar su
conocimiento sobre el estrés en las plantas así como los colegas profesores e
investigadores de esta u otras instituciones.
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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2. EL CONCEPTO DE ESTRÉS
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

Se ha definido el estrés como una desviación significativa de las condiciones


óptimas para la vida. Como respuesta a dicha desviación se inducen cambios en todos
los niveles funcionales del organismo, pudiendo ser dichos cambios reversibles o
permanentes. Aún si la condición de estrés es temporal, es normal que la vitalidad de la
planta se vea disminuida entretanto se realizan los ajustes requeridos para la nueva
situación. Si el estrés es demasiado intenso o si el período de acción es demasiado
largo entonces los daños latentes se transforman en daño irreversible que puede
afectar a la planta entera o partes de la misma.
El significado literal de la palabra “estrés” es restricción (lt. stringere) o fuerza que
empuja deformando un cuerpo. Para los físicos el estrés es la tensión interna de un
material o estructura frente a una fuerza externa que potencialmente puede causar
extensión o compresión. En el área biológica el término estrés ha adquirido una
connotación más amplia, refiriéndose tanto a los estímulos ambientales que se apartan
de los rangos óptimos como al estado fisiológico que se observa en el organismo como
consecuencia de los estímulos ambientales negativos (Larcher, 1995). Sin embargo, el
uso correcto del término debe circunscribirse a la descripción del estado del organismo.
Partiendo de lo anterior, la definición de estrés que se utilizará en este escrito es:
“conjunto de respuestas bioquímicas o fisiológicas que definen un estado particular del
organismo diferente al observado bajo un rango de condiciones óptimas”. Asimismo, se
aplicará el término resistencia al estrés para definir “la capacidad de un organismo
para evitar los estímulos ambientales negativos o para permanecer bajo un estado
particular de estrés sin que su fenotipo se vea modificado de manera significativa”. En
la definición anterior se considera que existe un estado fenotípico ideal, observado bajo
condición óptima, al cual se le llama “norma”.
De la definición anterior surge de manera lógica el criterio para reconocer el
estrés. La norma para una característica específica, como el contenido de hierro en los
tejidos foliares, debe marcar un rango de valores fuera de los cuales el funcionamiento
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de ciertos procesos vitales se verá disminuido. Con base en la experiencia somos
capaces de distinguir rápidamente diversos estados de estrés considerando
manifestaciones fenotípicas visuales como deformaciones, amarillamientos,
manchados, necrosis, etc. Otras manifestaciones fenotípicas son menos obvias y
requieren de equipo especializado para detectarlas, ejemplo de ello es la disminución
en la actividad de asimilación de CO2 , la inducción de la transcripción de ciertos genes,
cambios en la composición química de ciertas estructuras, etc.

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3. FACTORES AMBIENTALES QUE ORIGINAN


ESTRÉS
Son múltiples los factores ambientales que inducen estados de estrés en las
plantas. El estrés ambiental es el principal factor que evita ampliar los rangos de cultivo
de ciertas especies así como aumentar los rendimientos y calidad de las cosechas. El
control del estrés ambiental es asimismo, en conjunto con las plagas y enfermedades,
el principal objetivo de los modernos sistemas de producción tecnificada. En este
capítulo serán revisados los diferentes tipos de estrés, su manifestación fisicoquímica
en el ambiente externo a la planta y las consecuencias del mismo sobre la
productividad y calidad de los cultivos.

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3.1. DÉFICIT HÍDRICO


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

3.1.1. Literatura Referente a Déficit Hídrico


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

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1. Frensch, J. 1997. Primary responses of root and leaf elongation to water deficits in
the atmosphere and soil solution. J. Exp. Bot. 48:985-999.
2. Kjellbom, P., C. Larsson, I. Johansson, M. Karlsson, U. Johanson. 1999. Aquaporins
and water homeostasis in plants. Trends Plant Sci. 4:308-314.
3. Serraj, R., T.R. Sinclair, L.C. Purcell. 1999. Symbiotic N2 fixation response to drought.
J. Exp. Bot. 50:143-155.

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3.2. Alta y Baja Temperatura


M.C. José Hernández Dávila
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

3.2.1. Introducción
Hay diversos factores ambientales que afectan la fisiología de los vegetales y la
temperatura es uno de los mas importantes. Por ello, desde tiempos remotos los
investigadores han dedicado gran parte de su esfuerzo en estudiar y comprender los
efectos de la temperatura en los procesos vitales de las plantas. Las plantas son
organismos poiquilotémicos, es decir cuya temperatura depende de la del ambiente,
que responden en forma completamente diferente cuando se encuentran expuestos a
cambios en la temperatura. En procesos como la división celular, actividad fisiológica
que se desarrolla entre los 5 y 30 °C, la temperatura tienen una influencia directa;
además, es determinante en procesos como fotosíntesis, respiración, y acumulación de
azúcares y almidones. También, esta relacionada con la germinación de las semillas, la
absorción y utilización de los nutrientes, la transpiración, la floración y en general con
todo el metabolismo de la planta.
En base a la temperatura, se han propuesto algunas metodologías como el
Sistema de Unidades de Calor que postula, que el crecimiento y el desarrollo de un
cultivo depende de la cantidad de unidades calor que la planta recibe y que esta
cantidad es determinante para alcanzar la madurez, independientemente del tiempo
requerido para ello. Este sistema se ha aplicado con éxito en la producción hortícola ya
que constituye la base para la programación de prácticas agronómicas específicas en

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función de la etapa fenológico, en el manejo integrado de plagas y para predecir la
época de cosecha (Galván, 1994).
Por otra parte, las temperaturas extremas son importantes en la producción
comercial de cultivos. Así, temperaturas bajas pueden dañar a la planta por frío o por
congelamiento y las temperaturas altas pueden ocasionar un choque de calor. Los
resultados pueden ser tan dañinos que la planta muere. En el daño por frío, se
incrementa el rompimiento de proteínas y enzimas y la permeabilidad de la membrana
(se pierde la semipermeabilidad de la membrana y frecuentemente aparece un verde
más intenso y anegamiento ligero en agua). En el daño por congelación se presenta un
daño celular directo. Cuando el congelamiento es rápido se forma hielo en el citoplasma
y hay ruptura celular. Cuando el congelamiento es lento se forma hielo en la pared
celular y el citoplasma se deshidrata. También, se presenta desecación, daños a la
corteza, rompimiento físico y quemaduras de sol. Cuando se presentan altas
temperaturas la planta es dañada rápidamente por desnaturalización de las proteínas o
lentamente por desecación, quemadura por el sol (por abrasión) y la tasa respiratoria es
mayor que la tasa fotosintética con lo cual se agotan las subsistencias de reserva
(Reed, 1990).

3.2.2. Concepto de Temperatura


La temperatura es una expresión que indica el promedio de energía cinética de
las moléculas de un cuerpo, siempre en referencia a un estándar. La escala Celsius e
temperatura, por ejemplo, marca como estándares el punto de congelación y el punto
de ebullición del agua pura al nivel del mar. En cambio, el calor es una medida
cuantitativa de la cantidad de energía térmica que se mueve de un cuerpo a otro y se
puede expresa en unidades de calorías, kilocalorías o unidades térmicas británicos
(BTU) (Gordon y Barden, 1979).

3.2.3. Efectos de la Temperatura en las Plantas

3.2.3.1. Germinación. Temperaturas de enfriamiento (2.5°C) reducen


significativamente la imbibición de semillas de pepino después de 20 horas de
exposición al frío. Así, el peso fresco de las semillas de pepino después de 76 horas de
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exposición a 2.5 y 25°C fue 35 y 85 mg, respectivamente. La imbibición de las semillas
de pepino parece ser completa a las 12-16 horas a 25°C y a las 24 – 26 horas a 2.5°C.
estas semillas pueden estar en imbibición por 6 días y conservar su poder germinativo
normal. En cambio, las semillas de algodón mueren al ser hidratados a 5°C. Al germinar
las semillas de pepino en el rango de temperaturas de 15 a 30°C, el tiempo para
alcanzar el 80% de germinación disminuye con el incremento de temperatura. Algo
similar ocurre con la tasa promedio de germinación.
Las semillas de pepino (Poinsett 76) germinadas a 25°C y puestos a condiciones
de enfriamiento a 2.5 °C por diferente tiempo, pierden la capacidad de crecimiento de
las raíces a medida que se incrementa el tiempo de exposición al frío. También, hay
reportes de que la mayoría de las especies no sensibles durante la imbibición de las
semillas se vuelven sensibles al frío durante la emisión de la radícula. El daño es
irreversible al exponer la radícula a 2.5°C por 96 a 120 horas. Respuestas similares se
han encontrado en semillas de melón germinando bajo condiciones de enfriamiento y
describen un punto hundido cerca del ápice de la radícula y tejido colapsado en esta
área. En cuanto a la sensibilidad al frío, se encontró que semillas con mayor tiempo de
germinación (radícula más grande) fueron más sensibles al daño por frío. Esto, tanto en
pepino como en chile y el efecto se traduce en menor emergencia de las plantas.
También se ha encontrado que en la misma especie los cultivares tienen diferente
sensibilidad de enfriamiento. Por otra parte, semillas de cilantro germinando a
diferentes temperaturas mostraron inhibición de la germinación a temperaruras de
enfriamiento (5°C) y ha temperaturas altas (30°C) se reduce la germinación
significativamente lo cual se ha interpretado como un daño por choque de térmico.

3.2.3.2. Fotosíntesis. En un estudio con rambutan (Nephelium lappaceum), frutal


tropical de la misma familia que el litchi, se determinó que la asimilación de CO2
disminuye por efecto de la temperatura baja, igual que lo hace el crecimiento. Las
temperaturas altas (32 °C) incrementan el crecimiento vegetatitvo. En términos
absolutos de la temperatura nocturna (28°C) tiene un efecto mayor en el crecimiento
que la temperatura diurna (32°C); en cambio, la duración del crecimiento fue más
sensible a las temperaturas diurnas. En términos de elongación del tallo, producción de
nudos y hojas y área foliar, la temperatura nocturna tubo mayor efecto, incrementando

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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estas características. En general, esto se transmite a una mayor producción de materia
seca. La tasa promedio de asimilación neta de CO2 fue de 5.3 µmol.m-2.s-1 a 32/22 °C
(día/noche), 50% más baja a 32/14 °C y 80% más baja a 22/14 °C probablemente, esta
respuesta esta relacionada con un tamaño menor de área foliar y por tanto menor
capacidad fotosintética. Estas respuestas deben ser consideradas al pensar en explotar
comercialmente el rambutan en habitats donde se presentan periodos prolongados de
temperaturas nocturnas bajas.
En litchi, Menzel y Paxton (1985) estudiaron los efectos de la temperatura en el
crecimiento y producción de materia seca. Después de seis semanas de tratamiento el
mejor crecimiento del tallo ocurrió a 30/25°C (día/noche) y fue reducido en un 60 y 70%
a temperaturas de 20/15 °C y 15/10 °C, respectivamente.
Freyer et al. (1998) después de realizar un trabajo con maíz sometido a periodos
de bajas temperaturas, concluyeron que la relación entre el transporte fotosintético de
electrones en el fotosistema II y la asimilación de CO2 fue considerablemente elevada,
lo cual indica la operación de una demanda alternativa de CO2 por equivalentes
reductores fotosintéticos. El incremento en los niveles de O2 activo y la depuración de
enzimas escenciales, así como el incremento en los niveles de los antioxidantes
ascorbato y ∝- tocoferol en hojas enfriadas de maíz sugiere que el O2 vía la reacción de
Meheler es un candidato para ser el aceptor alternativo de electrones. Además, también
observaron que la actividad de la lipoxigenasa y la peroxidación de lípidos se
incremento durante el tratamiento con temperaturas bajas, sugiriendo que la
lipoxígenosa interviene en la peroxidación de los lípidos de membra constribuyendo a
los daños oxidativos que ocurren en hojas estresadas por frío.
En un estudio con algodón y trigo, Feller et al, (1998) se basaron en que
temperaturas moderadamente altas inhiben la fijación fotosintética del CO2 hecho que
esta bien documentado en la literatura. Pero, no creian que la explicación estubiera solo
en l ainhibición a la luz de la actividad de la Rubisco y probaron que esta inhibición esta
mediada por cambios estructurales que ocurren en la enzima Rubisco-activasa,
mecanismo bioquímico para la actividad de la Rubisco. Así, en tejidos foliares
expuestos a la luz la actividad del Rubisco fue inhibida por las temperaturas de 35 y 30
°C en algodón y trigo, respectivamente. Esta inhibición, fue totalmente, reversible a
temperaturas inferiores a 40°C. En cambio, a temperaturas de 45°C la actividad de la

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Rubisco no fue afectada. También reportaron que el transporte de electrones, medido
como fluorescencia de la clorofila, parece ser más estable a temperaturas
moderadamente elevadas que la actividad de la Rubisco. Las diferencias en la
sensibilidad térmica del trigo comparado con el algodón pueden deberse a diferencias
genéticas en la estructura primaria de la activasa o en la expresión de las diferentes
forams polipéptidas de la activasa. En general, idnican que la inhibición de la enzima
Rubisco-activasa puede ser un proceso regulatorio clave en plantas estresadas por
altas temperaturas.

3.2.3.3. Brotación y Enraizamiento. La brotación es el mayor factor limitante en la


vida de almacenamiento de bulbos de cebolla. El enraizamiento de los bulbos plantados
en sustrato húmedo también es inhibido durante la latencia del bulbo. Por ello, bulbos
latentes de cebolla fueron sometidos a diferentes temperaturas para inducir brotación y
enraizamiento. La temperatura óptima de brotación en bulbos almacenados en seco
varió de 10 a 25 °C y fue dependiente del cultivar; para enraizamiento en vermiculita
húmeda la temperatura óptima fue de 10 a 15 °C; en cambio, en bulbos no latentes la
temperatura óptima para inducir formación de raices y elongación de los brotes fue de
25 °C, el tratamiento a 35°C por tres semanas después de la cosecha acorto el tiempo
a enraizamiento y brotación cuando los bulbos fueron sometidos a 15 °C pero una
exposición continua a temperaturas arriba de 25 °C inhibe fuertemente ambos
procesos, probablemente, porque el almacenamiento a altas temperaturas resulta en
periodos debido a la respiración, desecación y pudrición de los bulbos. La temperatura
óptima de almacenamiento de los bulbos es de 0 °C pero esto requiere refrigeración;
sin embargo, los bulbos, normalmente, son almacenados en cuartos de ambiente frío.
Este tipo de almacenamiento se combina con el tratamiento de hidracida maleica como
inhibidor de la brotación y supresor de la elongación de los brotes. La inhibición de la
brotación a altas temperaturas parece ser causada por los bajos niveles de citocimina
endógena ya que en bulbos de cebolla expuestos a temperaturas de 5 y 15°C se
observó un incremento repentino en los niveles de citocinina después de seis semanas
de tratamiento con el incremento subsecuente de la brotación. En cambio los bulbos a
30°C los niveles de citocinina se incrementaron muy poco durante el mismo periodo de
almacenamiento y los bulbos no brotaron. Además, bulbos de cebolla con peso

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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promedio de 135 g fueron inyectados con benciladenina, ethephon y ácido giberélico y
se colocaron a 25°C para su brotación. Los resultados muestran un incremento general
en la brotación pero sobre todo, en los tratamientos con la citocinina benciladenina. Lo
cual sugiere un control hormonal en la brotación en bulbos latentes de cebolla.

3.2.3.4. Producción de Compuestos Volátiles. Los tejidos vegetales producen


hidrocarburos volátiles cuya emisión, frecuentemente , se incrementa después de su
exposición a estrés ambiental. Por ello, la produccón de gases de estrés ha sido
estudiada en discos foliares de chile y maíz estresados por temperaturas altas
(Anderson , 1994). Entre los resultados, se observó que el patrón de producción de
metanol es muy similar al patrón de pérdida de electrolitos en chile, pero en maíz el
metanol se incremento a más bajas temperaturas que la pérdida de electrolitos. Los
gases de estrés diferentes al metanol tienen un pico de producción a cierta temperatura
por arriba de la cual, disminuye la cantidad producida. Esto, puede reflejar inestabilidad
térmica de las enzimas involucradas en su producción. También, observó que la
producción de etileno y etano fue menor en maíz que en chile aunque no parece tener
relación con los tratamientos de tempertura ( de 24 °C a 70 °C); en cambio, la mayor
producción de etanol y acetaldehido fue obtenida a 50 y 55 °C en chile donde, los
discos foliares de maíz producen más etanol y acetaldehido que el chile, pero menos
metanol.

3.2.3.5. Floración. Esta bien documentado que la temperatura tiene un efecto


considerable en la floración del chile. Bajo temperaturas nocturnas altas las flores son
pequeñas, mientras que a bajas temperaturas de 28/23 a 18/15 °C. Sin embargo, poco
se sabe acerca del efecto de las bajas temperaturas en el funcionamiento del estilo y el
estigma. Por ello, Pressman et al. (1998) realizaron un trabajo en donde examinaron los
efectos de las temperaturas nocturnas en los órganos femenino y masculino de la flor.
Sus resultados coinciden en que a temperaturas bajas el ovario es grande y la longitud
del estilo es reducida al pasar las temperaturas nocturnas de 20 a 12 o 10°C. Además,
el número de granos de polen viable y su poder germinativo in vitro fue reducido
significativamente al reducir las temperaturas nocturnas. Pasaron de 3.5 x 105 granos
de polen con 40 % de germinación a 20 °C, a menos de 5000 granos de polen con solo

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5% de germinación a 10°C. La receptividad del estigma y la habilidad del estilo para
facilitar el crecimiento del tubo polínico también fue afectada al disminuir cuando las
temperaturas nocturnas pasaron de 20 a 12 o 10°C. La afectación del órgano femenino
y masculino, probablemente se debe a la alteración de la composición química de los
fluídos o a la disminución en la cantidad de los mismos, tanto los exudados por el
estigma como por la matriz secretora del estilo.
En este mismo sentido, Lozano et al. (1998) estudiaron las anormalidades de la
flor de tomate inducidas por las bajas temperaturas y su asociación con los cambios en
la expresión de los genes de la caja MADS. Las anormalidades de la flor promovidas
por las bajas temperaturas se pueden agrupar en tres categorías: cambios en el
número de organos (cambios merísticos), cambios en el patrón de fusión de los órganos
y cambios en la identidad del órgano (cambios homeóticos). Los cambios merísticos
afectan los verticilos reproductivos de la flor, donde, la flor creciendo en temperaturas
bajas muestra estambres adicionales (2 o más en promedio) comparada con el número
de estambres (seis) en la flor creciendo a temperatura estandar o normal. Mientras que,
el número de carpelos se incremento al menos al doble. El incremento en el número de
órganos se debe a un incremento en el tamaño del meristemo floral o a la division del
primordio del órgano floral después de su iniciación. Así mismo, el incremento en el
tamaño del meristemo floral producido por las temperaturas bajas esta relacionado al
mayor número de células más que a un incremento en el tamaño de la célula.
Las temperaturas bajas tambien generan alteraciones en el patron de fusion de
los organos reproductivos y son diferentes a las flores normales donde los estambres
aparecen antogenicamente fusionados a través de la fusión de los tricomas. Por
ejemplo, los estambres de las flores creciendo en temperaturas bajas no presentaron
fusión en más del 60% y el estilo presentó división en un 31.8%. Los cambios en el
patron de fusión pueden ser consecuencia de los cambios merísticos. También, se
observaron estambres fusionados a los carpelos y carpelos no fusionados. Cambios
homeóticos o de indentidad tambien fueron observados donde, el mayor efecto se tuvo
en la formación de estambres carpeloides con un 17.9%. Además, se observaron
pétalos estaminoides, sépalos petaloides, estambres petaloides, carpelos estaminoides
y estambres reemplazando pétalos.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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Los tres tipos de cambio parece ser, estan ligados a la expresión de los genes de
la MADS box. En este trabajo, se analizaron con hibridación blot los mRNAs de los
genes TM4, TM5, TM6 y TAG1. Todos los genes mostraron un incremento en sus
niveles en plantas de tomate creciendo en temperaturas bajas. Se sugiere relacionar
esta expresión con los cambios en la biosíntesis o sensibilidad hormonal en plantas de
tomate creciendo bajo las condiciones citadas.
La inducción floral en árboles tropicales generalmente detiene el crecimiento
vegetativo. Sin embargo, no es fácil identificar los factores ambientales involucrados en
la floración, la cual ocurre durante la estación seca cuando las temperaturas son más
bajas. Por ello, Chaikiattiyos et al. (1994) realizaron un estudio para determinar la
inducción floral en frutales tropicales (aguacate, limón, litchi y mango) por efecto de la
temperatura y el suministro de agua. Sus resultados indican que el crecimeinto
vegetativo fue reducido o impedido en los frutales tropicales por las bajas temperaturas
y el estrés hídrico. En cambio, las cuatro especies se comportan diferencialmente en su
respuesta a la floración. Las bajas temperaturas, pero no el estrés hídrico, promueven
la floración en aguacate, litchi y mango. En limón, los cambios en temperatura no
influencian la floración y el estrés hídrico si la afecta. Esto último sugiere que hay un
mecanismo diferente para el control de la floracion en limón. En aguacate, litchi y
mango la floración ocurrió a temperaturas de 15/10 y 20/15 °C, 15/10 y 20/15 °C y
15/10 °C, respectivamente. En aguacate, el intervalo entre emergencia floral y 50% de
antesis fue más corto a 20/15 °C pero, la cantidad de flores y el peso de la panícula fue
más afectado por las temperaturas más altas. En litchi las panículas emergieron más
temprano a 15/10 °C pero, con mayor tiempo para alcanzar la antesis. En mango, la
floración únicamente ocurrió a 15/10 °C y en la mayoría de las panículas no hubo hojas.

3.2.3.6. Termotolerancia. Según Gong (1998), la exposición de la planta a


temperaturas elevadas resulto en un juego complejo de cambios en la exposición de los
genes que inducen termotolerancia y mejoró la sobrevivencia de la célula al estrés
+2
subsecuente. El pretratamiento de plántulos de tabaco Ca o etilenglicol, mejoró o
disminuyó la termotolerancia subsecuente, respectivamente, comparado con plántulas
sin tratamiento. Esto, sugiere un posible papel del Ca+2 citosólico en la transducción de
la señal en choque de color. Al usar plántulas transgénicas de tabaco (transformados

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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con aeguorín, proteína luminicente sensible al Ca+2) se obrservó que temperaturas de
choque de calor inducen un incremento prolongado pero pasajero en el Ca+2
citoplásmatico pero no en el Ca+2 cloroplástico. Un choque de calor único indica un
periodo refractario en el cual señales de choque de calor adicionales, fallaron en
incrementar el Ca+2 citosólico. Sin embargo, a lo largo de este periodo, las plantulas
respondieron a la estimulación mecánica o choque de frío con incrementos de Ca+2
citosólico similares al control sin tratar. Estas observaciones sugieren que puede haber
un pool específico de Ca+2 citosólico, movilizado por el tratamiento con calor o que el
periodo refrectario resulta de un bloqueo temporal en la persepción o transducción del
choque de calor. El uso de inhibradores sugiere que el choque de calor moviliza el Ca+2
citosólico tanto de las fuentes intra como extracelulares.
Date et al. (1968) trabajaron con plántulas de mostaza asperjadas con soluciones
de ácido salicílico entre 10 y 500 µM los cuales mejoraron significativamente su
tolerancia al choque de calor subsecuente a 55 °C por 1.5 horas. Los efectos de ácido
salicílico fueron dependientes de la concentración y las concentraciónes más altas
fallaron en inducir termotolerancia. El tiempo de termotolerancia inducido por 100 µM de
ácido salicílico, fue similar al obtenido con plantulas aclimatados a 45 °C por 1 hora. Se
examinó la hipótesis que la termotolerancia inducida involucra el H2O2. El choque de
calor a 55 °C, causo un incremento significativo en el H2O2 endógeno y redujo la
actividad de la catalaza. Se observo un pico en el contenido de H2O2 dentro de los 5
minutos despues del tratanmiento de ácido salicílico asi como las plantas aclimatadas a
45 °C. Entre dos y tres horas despues de ambos tratamientos tanto el H2O2 como la
actividad de la catalaza disminuyeron significativamente por debajo de los niveles del
control. El más bajo contenido de H2O2 y la más baja actividad de la catalaza ocurrió en
el périodo de máxima termoprotección. Esto sugiere, que la termprotección obtenida
tanto por la aspersión con ácido salicílico como por la aclimatación al calor puede ser
alcanzada por una señal común de transducción por la vía de involucrar un incremento
temprano de H2O2.
En el olivo, en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas para
identificar y clasificar el daño por helados (Roselli et al., 1992). Estas técnicas se basan
en la densidad estomática, en el engrosamiento del tejido foliar, en el escape de fenoles
y en el escape iónico. De estas técnicas, se ha encontrado que el escape iónico es más

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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versátil y tiene mayor sensibilidad para estudios de aclimatación. Por ello, La Porta et al.
(1994) usaron el escape iónico para evaluar el endurecimiento al frío de algunos
clones de olivo. El árbol de olivo, una especie subtropical, cuando crece en los límites
de su rango climático puede, algunas veces, sufrir daño cuando las temperaturas llegan
a -6 o –7 °C, así sea por unas horas. Por tanto, es importante identificar clones de olivo
resistentes a las bajas temperaturas. Así, La Porta et al. (1994) reportaron que algunos
clones de olivo del cv. Leccino, uno de los cultivares más tolerantes al frío, fueron
comparados con un clon de olivo cv. Moraiolo, que se sabe es altamente tolerante al
frío, por su capacidad para adquirir endurecimiento al frío en función del escape de los
iones. Encontraron que el clon 3 del cv. Leccino fue significativamente diferente en su
tolerancia al frío a –15 y –20°C. El escape iónico fue capaz de detectar daños en los
tejidos. Por otra parte, Gatschet et al. (1994) estudiaron la aclimatación al frío del pasto
bermuda y encontraron alteraciones en la síntesis de proteínas por las coronas de la
planta.
La fotosíntesis neta es uno de los procesos fisiológicos más sensibles al calor
que gobierna el crecimiento de las plantas (Fitter and Hay, 1987). Consecuentemente,
la adaptación fisiológica de los procesos fotosintéticos a altas temperaturas y el
mantenimiento de fotosíntesis neta alta en temperaturas supraóptimas son,
frecuentemente, factores clave en la adaptabilidad de las plantas a las temperaturas
altas. Con estas consideraciones, Ranney (1995) estudio la tolerancia al calor de las
especies y poblaciones seleccionadas de redodendro por su capacidad para mantener
tasas altas de fotosíntesis neta. Asi en cuatro taxas de rododendro: Rhododendron
hyperythrum Hayata, R. russatum Balf & Forr. y R. catawbiense (dos poblaciones una
proveniente del Noroeste y otra del Sureste en Carolina del Norte, USA) la temperatura
para máxima fotosíntesis neta fue de 25.2, 20.0, 23.5 y 22.5 respectivamente, para
cada taxa. Del mismo modo la máxima fotosíntesis neta fue de 15.7, 3.9, 14.1 y 12.6
µmol.m-2.s-1, respectivamente. La capacidad de mantenimiento de la fotosíntesis neta
varió sustancialmente a 40 °C, cuyos valores fueron: 7.8, 0.2, 5.7 y 3.5 µmol.m-2.s-1,
respectivamente. Es decir que cada taxa mantuvo una fotosíntesis neta relativa de 51,
7, 41 y 27% con respecto al valor obtenido a temperatura óptima. Estas diferencias en
fotosíntesis neta en respuesta a la temperatura indican diferencias en temperatura
óptima y termoestabilidad de los procesos fisiológicos directamente relacionados con la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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termotolerancia. Entre las taxas estudiadas, R. hyperythrum mostró la más grande
termotolerancia por mantener su fotosíntesis neta más alta a temperatura de 40 °C. En
cambio, R. russatum es la menos tolerante al calor. Las diferencias en la tolerancia al
calor de las diferentes taxas, parecen ser el resultado de limitaciones estomáticas y no
estomáticas en la fotosíntesis neta a altas temperaturas.
Ranney (1994) realizó un estudio similar con abedul, al que llevo acabo con
rododendro y encontró que la taxa River (Betula nigra L. cv. Heritage) fue la que
mantuvo la mayor tasa fotosintética neta bajo estrés de calor, mientras que la taxa
paper (Betula papyrifera Marsh) fue la que más redujo su valor de fotosíntesis neta. La
capacidad de River para mantener la más grande fotosíntesis neta a altos temperaturas
parece ser el resultado de un bajo Q10 en la respiración oscura, y posiblemente a la
más alta termotolerancia de las enzimas del ciclo de Calvin. Algunos estudios entre
ellos el de Maier y Lang (1994) han sido realizados en diferentes tipos de pastos
ornamentales para evaluar su tolerancia al calor. Así, el estudio de los carbohidratos y
el contenido de agua en el estolón se han relacionado con la termotolerancia de los
pastos. En su investigación Maier y Lang (1994) trabajaron con tres estolones de pasto
San Agustín (Raleigh, Floratam y FX-332), sus resultados mostraron que, en función del
número de nudos sobrevivientes a bajas temperaturas, el estolón Raleigh fue más
termotolerante que los estolones Floratam y FX332 lo cual, indica variabilidad
intraespecífica en el pasto San Agustín. Sin embargo, tanto el almidón como la
sacarosa no están correlacionadas con la tolerancia al congelamiento, en cambio, se
observó una correlación negativa en la sobrevivencia del Raleigh y el contenido hídrico
del estolón por lo cual, una reducción en el contenido hídrico de los estolones de
Raleigh durante los meses de invierno (temperaturas bajas) puede contribuir a la
aclimatación.

3.2.3.7. Proteínas de Choque Térmico. El efecto del estrés ambiental en las plantas
de interés agronómico ha sido motivo importante para la investigación. La productividad
de las plantas esta relacionada a la habilidad de las mismas para adaptarse y
responder al estrés ambiental. Las proteínas producidas por las plantas superiores en
respuesta al estrés han sido bien caracterizadas (Sachs y Ho, 1986). La mayoría de las
proteínas de estrés son chaperoninas, una clase de proteínas involucradas en la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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estabilización y correcto plegamiento de proteínas sintetizadas de novo. Las proteínas
de choque de calor (HSP, por sus sigles en inglés) como la HSP70, o sus homológos
ha sido encontrada en la mitocondria, el citoplasma, el retículo endoplasmático y los
cloroplastos de plantas superiores ( Denecke et al., 1991; Masrshall et al., 1990; watts
et al., 1992). La HSP70 mitocondrial se ha encontrado al sufrir autofosforilación
estimulada por calcio, sugiriendo su posible regulación in vivo (Miernyk et al., 1992). Los
genes para la HSP70 mitocondrial son codificados en el núcleo y han sido aislados de
Pisum sativum, Solanum tuberosum y Lycopersicon esculentum (Watts et al., 1992;
Neumann et al., 1993).
En este sentido, Lund et al. (1998) identificaron en mitocondrias de maíz, los
homólogos moleculares de chaperoninas DnacK (HSP70) y GroEL (cpn60) de la
Escherichia coli. Sin embargo, durante el estrés de calor (42 °C por 4 horas) los niveles
de estas proteínas no cambiaron significativamente. En cambio, los niveles de dos
proteínas de 22-KD (HSP22) se incrementa fuertemente. La máxima expresión de la
HSP22 se presentó en la mitocondria de plántulas etioladas de maíz estresadas con
calor por 5 horas. Al ser liberadas las plántulas del estrés del calor, la proteína de
HSP22 desaparece después de 4 horas. Pero, en condiciones continuas de estrés de
calor esta proteína permanece con niveles altos. La secuencia de la proteína HSP22
fue comparada con las secuencias de un banco de datos e indicó que pertenece a la
superfamilia de pequeñas proteínas de choque de calor (sHSPs, por sus siglas en
inglés). Por su parte, Chizue et al. (1998) en chícharo, examinaron la estructura nativa
(original) y la fosforilación de la HSP21 del cloroplasto para entender las propiedades
básicas de la proteína. De acuerdo a sus resultados, proponen que la proteína HSP21,
nativa y funcional del cloroplasto, es un complejo oligomérico grande (> 200 kD) que
contiene nueve o más subunidades de la HSP21 y que las sHSPs de la planta no esta
regulada por la disociación inducida por la fosforilación, durante el estrés de calor.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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3.3. ALTA O BAJA IRRADIANCIA Y RADIACIÓN UV


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
M.C. José Hernández Dávila
Profesores Investigadores del Departamento de Horticultura, UAAAN

3.3.1. Introducción
Hace relativamente poco tiempo que fue descubierto el hecho de que las plantas
cuentan con mecanismos de disipación térmica que les permiten manipular los altos
niveles de irradiancia. Este tipo de estrés originado por exposición a la alta irradiancia,
parece ser el más común entre los que las plantas sufren. En esta sección se
describirán los mecanismos conocidos por medio de los cuales las plantas se adaptan y
toleran la radiación PAR y UV. En la parte final se incluyen interesantes monografías de
Samaniego et al. (página 255)y Benavides et al. (página 268) que describen los puntos
relativos a la percepción de la luz por los fitocromos y las respuestas fisiológicas y
génicas desencadenadas, así como la forma en que las plantas se adaptan desde el
punto de vista morfológico y fisiológico a los diferentes ambientes de radiación.

3.3.4. Literatura Referente a Irradiancia PAR y UV


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Huner, N.P.A., G. Öquist, F. Sarhan. 1998. Energy balance and acclimation to light
and cold. Trends Plant Sci. 3:224-230.
2. Jansen, M.A.K., V. Gaba, B.M. Greenberg. 1998. Higher plants and UV-B radiation:
balancing damage, repair and acclimation. Trends Plant Sci. 3:131-135.
3. Reynolds, M.P., M. van Ginkel, J.-M. Ribaut. 2000. Avenues for genetic modification
of radiation use efficiency in wheat. J. Exp. Bot. 51 GMP: 459-473.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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3.4. SALINIDAD
Dr. Ratikanta Maiti
Profesor Investigador del Departamento de Biología y Química, UDLAP
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

3.4.1. INTRODUCCION
Los habitats salinos se definen por la presencia de un contenido anormalmente
alto de sales solubles. Los lagos y estanques salinos así como los océanos son
ambientes acuáticos salinos; en tierra se presentan suelos salinos en regiones áridas y
húmedas. En las regiones húmedas el suelo puede volverse salino al exponerse a los
aerosoles marinos (que pueden llegar hasta 100 km tierra adentro), al encontrarse en
áreas de inundación por aguas marinas, o al estar en contacto directo o indirecto con
depósitos salinos.
Solamente en el océano abierto la concentración de sal permanece constante
(en promedio 480 mM Na+ y 560 mM Cl-). En la zona intermareas la salinidad muestra
un rango amplio ubicado entre 290 y 810 mM Na+ y en los pantanos salados la
concentración de Na+ puede incrementarse tanto como 600-1000 mM (Flowers, 1985).
Durante la temporada de crecimiento las sales se acumulan en el dosel de las
plantas; después de que las hojas mueren y caen al suelo para descomponerse las
sales que contenían son lavadas por la lluvia o los riegos y retornadas al suelo. La
salinidad del suelo se ve incrementada fuertemente en regiones áridas en donde la tasa
anual de evaporación del suelo supera la cantidad de agua proveniente de las
precipitaciones. Otro caso en donde se acumulan las sales en el suelo ocurre cuando
se utiliza riego intensivo en suelos con drenaje deficiente.
Los suelos de regiones húmedas contienen predominantemente NaCl. En suelos
de regiones áridas también llega a presentarse esta problemática, aunque lo más
común en zonas áridas es la presencia de sales básicas como los cloruros, sulfatos y
bicarbonatos de sodio, magnesio y calcio. Dichos suelos tienen pH alto, alto contenido
de yeso, cuando húmedos son pegajosos y una vez secos se endurecen formando
costras.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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Desde el punto de vista agronómico la salinidad se expresa en términos de la
conductividad eléctrica (EC) en unidades de dS m-1 (deciSiemens por metro,
equivalente a 1000 :S cm-1) o mmhos cm-1 (equivalente a 1 dS m-1 ó 1 mS cm-1).
Normalmente se determina en un extracto de pasta saturada suelo:agua (ECe) realizado
en suelo tomado de la región radical de la planta y promediado sobre profundidad y
tiempo. Las ECe son medidas en el extracto de saturación extraído de la pasta saturada
utilizando vacío y posteriormente filtrando. La ECe de un extracto de saturación para un
suelo pesado o de textura mediana multiplicada por 2 marca la EC aproximada para la
solución del suelo en capacidad de campo. En cambio, para suelos arenosos la ECe se
multiplica por 3 (Shannon y Grieve, 1999). Para determinación directa en el campo o
invernadero se utilizan extractos filtrados de suelo:agua en relación 1:1, 1:2 ó 1:5
volumen/volumen. Igualmente la solución obtenida de un extractor de agua del suelo (o
“chupatubos”) pemite medir directamente la EC a la profundidad en que se ubica el
bulbo de cerámica. En ambos casos, sobre todo para propósitos de investigación,
conviene referenciar estas medidas respecto a la determinación de ECe en la
profundidad marcada por el estudio.
La EC y el potencial osmótico se relacionan de forma lineal (1 mS cm-1 = -0.036
Mpa). La producción de las plantas sensibles a la salinidad disminuye si la EC del suelo
rebasa los 4 mS cm-1 (4000 :S cm-1) y por esta razón se recomienda que el agua de
riego no rebase 2 mS cm-1. Como referencia, la EC del agua de mar es de 44 mS cm-1
(Epstein, 1983).
Desde el punto de vista fisiológico la salinidad se expresa como concentración de
sales en unidades milimolares (mM) y se utiliza entonces como referencia el efecto de
una concentración particular sobre un proceso fisiológico. Como ejemplo una solución
200 mM de NaCl inhibe totalmente la germinación de semillas de Arabidopsis thaliana.

3.4.2. Efectos de las Altas Concentraciones de Sal Sobre las


Plantas
El problema central enfrentado por las plantas sometidas a alta concentración de
sal es la retención osmótica de agua y efectos iónicos de toxicidad específicos sobre las
proteínas del citoplasma y las membranas. El agua es “retenida” osmóticamente en las
soluciones salinas de tal forma que conforme aumenta la concentración de sal el agua
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
25
se encuentra cada vez menos disponible para la planta. La explicación en términos
físicos es la siguiente: la energía libre del agua se conoce como potencial químico (:);
el agua fluye espontáneamente desde un sitio de alta energía libre hacia uno de baja
energía libre hasta que se llega al equilibrio termodinámico. Considerando que el valor
máximo de energía libre es el del agua pura (:0) y que cualquier adición de solutos
disminuye la energía libre hasta un valor :1 (en donde :1<:0), entonces el flujo
espontáneo de agua se dará desde los sitios con menor cantidad de sales hacia los que
presentan mayor concentración. La única forma en que el agua sea movilizada desde
un sitio con :2 hacia uno con :1, en donde :2<:1, es a través de transporte activo
invirtiendo energía. Esto quiere decir que un suelo salino el valor : de la solución del
suelo es muy bajo y la planta debería entonces invertir gran cantidad de recursos para
extraer el agua del suelo. Es por ello que rebasado cierto umbral de concentración de
sal la planta es entonces incapaz de extraer agua del suelo. La base de la respuesta
celular conocida como ajuste osmótico es precisamente la concentración de solutos no
tóxicos en la célula, de tal forma que el valor : de la célula disminuya y sea competitivo
contra el presentado por la solución salina.
Además de los efectos osmóticos la salinidad impone toxicidad sobre las células.
El efecto tóxico de los medios salinos se refiere a competencia de un ión en particular
por el sitio del cofactor protéico (Bernstein et al., 1974) o bien a la ocurrencia de
cambios conformacionales en las proteínas. En efecto, la disposición espacial de una
cadena polipeptídica depende de la interacción entre el juego de fuerzas generada por
las cargas y los volúmenes moleculares de sus componentes (aminoácidos y elementos
como el Fe, S, etc.) y la fuerza generada por la película de moléculas de agua que
forman una estructura cristalina alrededor de la proteína llamada “agua de hidratación”.
En otras palabras, el agua en sí es un agente activo que genera estructura en los seres
vivos. Normalmente la estructura protéica adecuada para ciertos fines se mantiene
dentro de ciertos rangos de contenido de solutos en el agua. Cuando el contenido de
sales rebasa cierto umbral entonces la estructura del polipétido se ve modificada
disminuyendo o inhabilitando su función. Los sistemas enzimáticos de la glicólisis, el
ciclo de Krebs y la fotofosforilación son especialmente sensibles a estos cambios
conformacionales inducidos por el agua salina, resultando en una menor disponibilidad

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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de energía, menor adquisición de nutrientes minerales y en general en un retardo en el
crecimiento de la plántula o la germinación de las semillas (Larcher, 1995).
Como fue mencionado, el efecto general de la salinidad es el reducir la tasa de
crecimiento resultando ello en hojas más pequeñas, altura y en ocasiones en menor
cantidad de hojas. Las raíces también disminuyen su longitud y biomasa aunque
pueden ser más delgadas o más gruesas. Igualmente la tasa de maduración puede ser
mayor o menor dependiendo de la especie. El grado en el cual el crecimiento es
disminuido difiere grandemente entre especies y, en menor extensión, entre cultivares o
variedades dentro de especie. La severidad de la respuesta a la salinidad depende de
la interacción con otras variables ambientales como la humedad, temperatura y
radiación. El efecto osmótico de la salinidad contribuye principalmente a obtener una
baja tasa de crecimiento, mientras que los efectos de toxicidad iónica modifican el color
las hojas, la tasa de madurez y el cociente entre la biomasa aérea y la biomasa de la
raíz. Estos últimos efectos iónicos se manifiestan más generalmente como daño en
hojas y meristemos o bien por síntomas típicos de desórdenes nutricionales. De ese
modo las altas concentraciones de Na ó Cl en hojas y tallos resultan en necrosis foliares
y quemado de los bordes, mientras que los síntomas de deficiencia nutricional son
similares a los presentados en ausencia de salinidad. Un ejemplo de esto último es la
deficiencia de calcio que se presenta cuando es muy alto el cociente de Na/Ca en el
agua o en la matriz de intercambio iónico del suelo.
A pesar de que en la mayoría de los casos de especies cultivadas la salinidad
ejerce efectos negativos, existen algunos reportes que indican efectos positivos. En la
espinaca los rendimientos se incrementan con niveles bajos o moderados de salinidad
(Osawa, 1963). En la zanahoria los contenidos de azucar pueden asimismo aumentar,
aunque el contenido de almidón disminuye en la papa (Bernstein, 1959). En niveles
bajos de salinidad las cabezas de col son más compactas, disminuyendo sin embargo
esta característica al aumentar la salinidad (Osawa, 1961).
Como fue mencionado, los procesos de crecimiento son especialmente sensibles
a los efectos de la salinidad y constituyen entonces un criterio sencillo para determinar
el grado de estrés por salinidad así como de la habilidad de una planta para adaptarse
a dicha situación.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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3.4.3. Definición de Tolerancia a la Salinidad


La tolerancia o ressistencia a la salinidad es generalmente expresada en
términos de la habilidad inherente de la planta para resistir los efectos de altas
cantidades de sales en la zona radical o en los tejidos foliares sin que se presenten
efectos adversos. Lunin et al. (1963) propusieron un par de reglas básicas para los
estudios de salinidad: (1) la tolerancia de un cultivo dado a las sales varía de acuerdo a
la fase de crecimiento en la cual la salininidad es iniciada así como al nivel final de
contenido de sales conseguido; (2) la definición de tolerancia a la salinidad debe tomar
en consideración la porción de la planta que es comercializada. Estos autores
demostraron que la salinidad causa mayor reducción en el crecimiento de las raíces de
la acelga que en las hojas, mientras que en la cebolla la reducción en el crecimiento de
los bulbos fue menor que el observado en las hojas. Adicionalmente, los genes de
tolerancia a la salinidad funcionan en concierto con otros genes que tienen influencia
sobre caracteres cuantitativos así como sobre la interacción ambiental de los mismos.
Se considera por ello que la tolerancia a la salinidad es un carácter cuantitativo
complejo controlado por muchos genes (Shannon y Noble, 1990; Shannon, 1996). En
términos de su medición la tolerancia a la salinidad es descrita como una función
compleja que marca la disminución en el rendimiento o la productividad a través de un
rango de concentraciones salinas (Maas y Hoffman, 1977; van Genuchten y Hoffman,
1984). La tolerancia a la salinidad puede medirse adecuadamente basándose en dos
parámetros: el umbral (ECt), la conductividad eléctrica que se espera origine la primera
reducción significativa en el rendimiento máximo esperado (Ymax) y la pendiente. Esta
última es el porcentaje de reducción en el rendimiento esperado por cada unidad de
salinidad añadida por encima del valor umbral.

3.4.4. Literatura Referente a Salinidad


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Bohnert, H.J. and B. Shen. 1999. Transformation and compatible solutes. Sci. Hort.
78:237-260.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


28
2. Grattan, C.R. and S. M. Grieve. 1999. Salinity-mineral nutrient relations in horticultural
crops. Sci. Hort. 78:127-157.
3. Yeo, A. 1998. Molecular biology of salt tolerance in the context of whole-plant
physiology. J. Exp. Bot. 49:915-929.
4. Zhu, J.K., P.M. Hasegawa, R.A. Bressan. 1997. Molecular aspects of osmotic stress
in plants. Crit. Rev. Plant Sci. 16:253-277.
5. Zhu, J.K. 2000. Genetic analysis of plant salt tolerance using Arabidopsis. Plant
Physiol. 124:941-948.

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3.5. Déficit o Toxicidad de Nutrientes Minerales y Metales


Pesados.

Este importante y amplio tema será cubierto por medio del estudio del caso del
hierro en plantas. Este mineral es relevante desde el punto de vista nutricional, por otro
lado los factores que impactan su disponibilidad en el suelo y la consecuente absorción
y transporte en las plantas son complejos y sometidos a intenso estudio. Asimismo, las
estrategias descritas para aumentar tanto la cantidad absoluta como su disponibilidad
son válidas para el resto de los cationes metálicos. En cuanto a los aniones el boro es
definitivamente el más importante desde el punto de vista de la extensión de su
deficiencia a nivel mundial (Gupta, 1979), por ello se incluye información sobre ese
elemento para su revisión. El tema de los metales pesados será cubierto con la revisión
de diferentes artículos en donde se muestra, tanto el efecto fisiológico sobre las plantas
como los métodos para obtener plantas con tolerancia a los metales pesados.

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3.5.1. Factores Involucrados en la Absorción y Asimilación


de Hierro en Plantas
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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3.5.1.1. Introducción. Más de un tercio de la población mundial padece de deficiencia
de hierro1. Los estudios recientes que conectan la deficiencia de Fe con un desarrollo
cognoscitivo deficiente tan solo enfatizan el impacto de este problema. Las plantas son
la principal fuente de hierro en la mayoría de las dietas, por lo que asegurar el consumo
de alimentos de origen vegetal con un adecuado nivel de hierro constituye una parte
medular en las estrategias de mejoramiento del nivel nutricional de los humanos2.
Un problema característico asociado a la producción de cultivos en suelos
calcáreos es la condición llamada clorosis férrica, consecuencia de la carencia de hierro
disponible en el suelo y cuyo síntoma más característico es el amarillamiento o clorosis
intervenal la cual se corrige con la aplicación de Fe en formas disponibles para la
planta3. Los suelos calcáreos son comunes en la región norte de México, cubren
aproximadamente un tercio de la superficie terrestre y se presentan predominantemente
en regiones que reciben menos de 500 mm de precipitación anual. Las características
importantes de un suelo calcáreo son un pH alto (de 7 a 9) y un contenido significativo
de carbonatos libres4.
El objetivo del presente escrito es revisar información actual y relevante sobre los
mecanismos de absorción y asimilación de hierro por las plantas, asi como las
estrategias utilizadas en la prevención y corrección de las deficiencias de este
elemento.

3.5.1.2. Importancia Fisiológica del Hierro. En plantas y otros organismos una gran
parte del Fe presente se encuentra asociado con porfirinas. Las porfirinas con Fe de
animales y hongos son principalmente moléculas hem, como las encontradas en la
hemoglobina, mientras que en las plantas los citocromos son los más comunes. Los
citocromos se encuentran como partes funcionales de los sistemas respiratorio y
fotosintético y su propiedad más importante, la función redox, se deriva de la capacidad
del Fe de ser oxidado de manera reversible de Fe(II) a Fe(III). Esta capacidad se utiliza
en donde se requiere realizar reacciones redox rápidas por transferencia de electrones,
es decir, reacciones que no requieren tranferencia de H+ o formación/rompimiento de
enlaces covalentes. La mayor parte del Fe activo en la planta se ve implicado en las
reacciones redox de cloroplastos, mitocondrias y peroxisomas.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


30
Aunque el Fe es el cuarto elemento más abundante de la corteza terrestre, la
deficiencia de hierro es un problema común a prácticamente todas las especies de
seres vivos. El Fe se presenta en dos estados de oxidación: el Fe+3 (Ar3d5) o férrico y
el Fe+2 (Ar3d6) o ferroso. En presencia de O2 el Fe+2 es oxidado rápidamente a Fe+3, el
cual es poco soluble en agua ya que forma óxidos e hidróxidos de Fe que precipitan
rápidamente. Por lo tanto la forma termodinámicamente más estable del hierro es
también la de más difícil acceso para los organismos.
Los iones de metales como el Fe, Zn o Cu no atraviesan libremente la membrana
celular. Las formas de paso son quelatos (moléculas atrapadoras de iones metálicos).
Los quelatos sintetizados biológicamente son llamados ionóforos, y los ionóforos
específicos para el hierro son conocidos como sideróforos3,5. Un mecanismo general de
acción entre las bacterias, cianobacterias y hongos, en respuesta a la carencia de
hierro, es la excreción de sideróforos hacia el medio de crecimiento y la posterior
recuperación de los mismos a través de una proteína transportadora asociada a
membrana3. En muchos habitats y bajo muchas condiciones llega a presentarse
competencia por el Fe entre diferentes organismos; lo que resuelve la cuestión a favor
de uno u otro es la habilidad relativa que presentan los sideróforos de cada uno de ellos
para complejar el hierro3,5,6,7.

3.5.1.3. Absorción de Hierro por Ustilago sphaerogena. Un primer acercamiento a


los mecanismos que utilizan las plantas para absorber el Fe del suelo lo constituyen los
estudios realizados en hongos. El hongo Ustilago sphaerogena fue utilizado como
modelo por J. Neilands a partir de 1950. Bajo condiciones normales de disponibilidad de
Fe en el medio de crecimiento este organismo es capaz de producir hasta un 1% de su
peso seco en forma de citocromo c, una proteína que contiene hierro. En un estudio
reportado en 1952 (J. Am. Chem. Soc. 74:4846-4847) Neilands observó que bajo estrés
de carencia de hierro el hongo excretaba una sustancia que fue cristalizada,
caracterizada y llamada por el mismo Neilands como ferricromo. Se demostró
posteriormente que el sideróforo ferricromo tiene 3 grupos hidroxinámicos --CO--NOH--
los cuales se sabe son agentes quelantes del Fe(III)3.
El sistema de transporte de Fe de U. sphaerogena es parecido al de muchos
microorganismos (Figura 3.1). Cuando se detecta carencia de hierro se inducen

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


31
cambios metabólicos que resultan en mayor eficiencia de absorción de dicho elemento.
La actividad de síntesis protéica se canaliza hacia la producción de deferriferricromo (la
parte orgánica del ferricromo) sin el hierro. El deferriferricromo tiene una constante de
afinidad hacia el Fe de aproximadamente 1029 (un valor de 1015 ó 1020 se considera
muy alto) por lo que es capaz de solubilizar los óxidos de hierro. Al igual que U.
sphaerogena el hongo Ustilago maydis produce un sideróforo llamado ferricromo el cual
compleja el Fe(III). Este complejo Fe-ferricromo es absorbido y en el interior de la célula
el Fe(III) es reducido a Fe(II) de manera análoga a como ocurre en U. sphaerogena8. En
algunos organismos como Escherichia coli y Fusarium roseum3 el sideróforo libre de
hierro no es reciclado, en vez de ello el compuesto es hidrolizado y debe sintetizarse
una nueva molécula por cada átomo de Fe que es incorporado.

Figura 3.1. El sistema transportador de Fe de U. sphaerogena es típico de muchos


microorganismos. El ferricromo es un hexapéptido cíclico que consiste de tres residuos de
glicina y tres residuos de ornitina. Los N terminales de la ornitina son oxidados a hidroxilamina, -
NOH-, y combinados con tres grupos acetilo, CH3CO-, para dar lugar a los grupos hidroxamato
que complejan el Fe. El deferri-ferricromo presenta gran afinidad por el Fe(III) por lo que
rápidamente forma complejos ferricromo+Fe(III). Dicho complejo es acarreado a la célula por un
sistema transportador y una vez en el interior el complejo es reducido por la sideróforo
reductasa lo que causa la liberación del Fe(II) formándose de nuevo el ferricromo que al ser
excretado al medio de crecimiento inicia de nuevo el ciclo.

3.5.1.4. Absorción de Hierro por Plantas. El contenido normal de Fe en base seca en


el tejido vegetativo de hortalizas es de 50-300 ppm9. Olsen et al.5 mencionan que, en
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
32
general, la cantidad de hierro requerida por un cultivo típico por temporada de
crecimiento es de 5 a 10 kg ha-1. El contenido de Fe(III) de muchos suelos es mucho
mayor que esta cantidad5 pero como fue mencionado esta forma iónica presenta poca
solubilidad. En la solución de agua del suelo que rodea las raíces la concentración
mínima reportada para obtener un crecimiento razonable en diferentes cultivos es de
10-9 molar (5.6 x 10-5 ppm de Fe+3). En condiciones estándar con pH=7 la concentración
de Fe derivado del Fe(OH)3 es de 2 x 10-18 molar, y se requiere un pH de 4 para lograr
espontáneamente una concentración de 2 x 10-9 molar. Como la mayoría de los
vegetales se desarrollan en suelos con pH>5, necesariamente deben contar con medios
para solubilizar el Fe(III) de los óxidos e hidróxidos de hierro.
Las plantas tienen dos diferentes vías o estrategias por medio de las cuales son
capaces de aumentar la disponibilidad de Fe(III) en la solución de agua del suelo:
(i) Estrategia I. Las monocotiledóneas no gramíneas y las dicotiledóneas pueden
disminuir el pH en la rizosfera o volumen de suelo modificado por la raíz. La
acidificación solubiliza el Fe(III) y promueve la reducción del mismo a Fe(II).
(ii) Estrategia II. Las gramíneas excretan fitosideróforos, aminoácidos no
proteínicos, que solubilizan los iones Fe+3 formando un complejo Fe(III)-fitosideróforo.
La liberación de fitosideróforos se correlaciona positivamente con la resistencia a la
clorosis férrica. Los fitosideróforos también acarrean otros cationes como el Zn+2, Mn+2
y Cu+2.
Las plantas con la estrategia I disponen también de aminoácidos no proteínicos
como la nicotinamina pero exclusivamente para el transporte intra e intercelular del Fe
ya absorbido. La carencia de nicotinamina da lugar a déficit de hierro en los tejidos, tal
como ocurre en el mutante cloronerva del tomate (Lycopersicon esculentum) que tiene
una falla en el gene que controla la síntesis del mencionado compuesto10. Los
fitosideróforos de las gramíneas presentan estructuras químicas muy parecidas a la
nicotinamina (Figura 3.2), siendo de hecho la metionina el precursor y la nicotinamina
un intermediario en la síntesis11, por ello se ha dicho que la estrategia II es una
extensión extratisular de los mecanismos internos de transporte de Fe.
En la estrategia I la acidificación es realizada a través de la excreción de iones
+
H y ácidos orgánicos, actividades realizadas por las células de transferencia. Estas
células especializadas son inducidas diferencialmente por la carencia de Fe y se

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


33
localizan en la epidermis de las raíces4. Los H+ provienen de una ATPasa asociada a la
membrana plasmática y los ácidos orgánicos, principalmente citrato y malato, provienen
de la actividad de la PEPcarboxilasa de la raíz cuya actividad se ve aumentada en
ausencia de Fe. En el caso de las gramíneas con estrategia II estas producen ácidos
orgánicos pero aparentemente no excretan protones12.

Figura 3.2. Estructura química de la nicotinamina (arriba) y el ácido muginéico (abajo).

Además de promover el afecto acidificante las células de transferencia son la


interfase en donde se lleva a cabo la reducción del Fe(III) una vez que este ha sido
solubilizado. Dicha reducción Fe(III)→Fe(II) es paso obligado para la absorción del
hierro en las plantas que utilizan la estrategia I. En caso de aumentar la disponibilidad
de Fe en el sustrato las mencionadas células de transferencia degeneran y
desaparecen4. Todas estas respuestas inducidas por la carencia de hierro parecen
regularse por separado ya que, (a) la inducción de las células de transferencia puede
ocurrir de manera independiente respecto a un incremento en la actividad reductiva del
Fe(III)13, (b) algunas plantas como el melón (Cucumis melo) no liberan reductores a la
rizosfera, pero compensan la ausencia de los mismos con una sobreproducción y
excreción de protones4 y (c) en Arabidopsis thaliana la actividad reductiva Fe(III)→Fe(II)
ocurre de manera independiente de la excreción de protones14.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


34
Asociada al proceso de acidificación y solubilización del Fe(III), las plantas llevan
a cabo la reducción Fe(III)→Fe(II). Se pensaba que esta reducción se realizaba en
buena parte por una serie de compuestos fenólicos reductores de Fe(III) como el ácido
caféico y sus derivados5 que son excretados a la rizosfera, sin embargo la cantidad de
compuestos reductores producidos no es suficiente para cubrir las necesidades de
Fe(II) de la planta por lo que, al parecer, dicha actividad es llevada a cabo en su mayor
parte por reductasas de los complejos Fe-quelato que son proteínas asociadas a las
membranas. Se supone que la función de los fenólicos se refiere más bien a mantener
estable la concentración de Fe(II) para que este sea tomado por los complejos
transportadores que se encargan de acarrearlo al interior de la célula. En la soya
(Glycine max) el sitio de reducción Fe(III)→Fe(II) se encuentra principalmente en las
regiones de alargamiento y en proceso de maduración de la raíz asi como en las raíces
laterales jóvenes15.
Para realizar la mencionada reducción Fe(III)→Fe(II) se requiere la transferencia
de electrones desde el citosol a través de la membrana plasmática. Las células
vegetales de plantas con estrategia I poseen dos sistemas de transferencia de e-, un
sistema "estándar" presente en todas las células y un sistema "turbo" de alta eficiencia
(Figura 3.3). El sistema turbo es el reductor de los complejos Fe(III)-quelato que es
inducido en las células de transferencia en ausencia de Fe. Al parecer el potencial
reductor del sistema turbo proviene del NADPH producido por la NADP+-isocitrato
deshidrogenasa citosólica12. En este sistema turbo se encuentra la enzima Fe-quelato
reductasa (FCR), que es utilizada por la mayoría de las plantas (excepto gramíneas que
carecen del sistema turbo) para adquirir Fe soluble, no mostrando relación aparente con
la absorción de otros cationes como el Zn y Mn14. Según Moog et al.13 la enzima FCR
es inducida por la deficiencia de hierro y sigue una cinética Michaelis-Menten con un Km
de 45 µMol Fe(III)-EDTA y Vmax de 42 nMol Fe+2 g-1 min-1. Dada su importancia
potencial en la ingeniería genética de plantas se busca localizar los genes responsables
de la codificación de la reductasa de Fe-quelato. A este respecto, Robinson et al.1
aislaron un gene llamado FRO2 que se expresa en raíces de Arabidopsis thaliana en
condiciones de deficiencia de Fe. Dicho gene FRO2 parece corresponder a una FCR y
pertenece a una superfamilia génica de flavocitocromos que transportan electrones a
través de membranas. De acuerdo a los autores el aislamiento de FRO2 tiene

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


35
implicaciones para la generación de cultivos con mayor calidad nutricional y mejor
crecimiento en suelos con bajo nivel de Fe disponible.

Figura 3.3. El sistema turbo de transferencia de electrones asociado a la membrana plasmática


de las plantas con estrategia I.

Una vez reducido el Fe(III) a Fe(II) la absorción del mismo por las plantas con
estrategia I puede ser en forma quelatada o bien en la forma iónica libre Fe+2, siendo al
parecer esta última forma la más común. En Arabidopsis thaliana la proteína de
membrana llamada IRT1 (iron-regulated transporter) es al parecer un acarreador de
Fe(II). Se sabe que IRT1 se expresa en las raíces, que la síntesis es inducida por la
deficiencia de Fe y que su actividad es inhibida por cadmio16. En las plantas que utilizan
la estrategia II no es el Fe+2 sino los complejos Fe(III)-fitosideróforo los que son
acarreados desde el exterior hacia el interior de la célula por una proteína
transportadora de alta afinidad, una vez en el interior ocurre la reducción Fe(III)→Fe(II).
El aporte constante de Fe se asegura manteniendo una alta concentración de
complejos Fe(III)-fitosideróforos (de 1 a 2 mMol) en la rizosfera. Como ya fue
mencionado los fitosideróforos pueden actuar como acarreadores de otros cationes (Zn,
Mn y Cu) pero el mencionado sistema de transporte de alta afinidad es inducido
exclusivamente por hierro11.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


36
Una vez que es absorbido por las raíces el Fe+2 puede ser oxidado formando el
complejo Fe(III)-citrato o bien es incorporado en ferritinas (proteínas de almacenamiento
de hierro) de la raíz. Que ocurra una cosa u otra depende de los niveles y potencial de
reducción del ascorbato17 y fenólicos reductores18 como el ácido caféico, el ácido
clorogénico, el ácido dihidrocaféico y el ácido 3,4-dihidroxibenzóico. En otras palabras,
las ferritinas constituyen un almacén dinámico cuya magnitud parece depender en parte
del nivel redox de los tejidos. Al respecto Boyer et al.18 observaron que las enzimas y
compuestos atrapadores de radicales como la catalasa, la superóxido dismutasa y el
manitol no mostraron efecto sobre la tasa de remoción de Fe. Por el contrario el EDTA y
el oxalato inhibieron la liberación de Fe.
En las plantas las ferritinas son proteínas encontradas en los plástidos, con
estructura altamente conservada y con regulación transcripcional en respuesta a la
disponibilidad de Fe. Las plantas parecen mostrar un solo tipo de ferritina cuya función
se pensaba no se asociaba con la destoxificación del exceso de Fe al menos en
Arabidopsis thaliana19. Una conclusión diferente fue, sin embargo, la de Becker et al.20
quienes utilizando mutantes de chícharo (Pisum sativum) mostraron que las plantas
utilizaron la acumulación de ferritinas como mecanismo de defensa contra la
acumulación excesiva de Fe soluble el cual se sabe da lugar a estrés oxidativo. La
misma conclusión fue obtenida por Deak et al.21 quienes trabajaron con plantas de
tabaco transgénicas que sintetizaban ferritina de alfalfa en los tejidos vegetativos. El
tabaco transgénico fue capaz de retener la función fotosintética normal en presencia de
toxicidad causada por radicales libres generados por exceso de Fe o tratamiento con
paraquat. Adicionalmente la progenie de las plantas trangénicas que acumulaba
ferritina foliar exhibió tolerancia al daño necrótico causado por patógenos virales o
fúngicos. Por otra parte, Lobréaux et al.22 encontraron que las ferritinas, además de ser
inducidas por el Fe, responden a la aplicación de ácido abcísico (ABA) exógeno,
generándose un incremento transitorio de los mRNA de ferritina. Estos resultados
parecen un indicar un papel más general tanto del hierro como de las ferritinas en las
respuestas al estrés23.
El reporte de Van Wuytswinkel et al.24 ilustra la importancia de la regulación de la
concentración de ferritinas. En dicho trabajo se obtuvieron plantas transgénicas de
tabaco (Nicotiana tabacum) con sobreacumulación de ferritinas foliares lo que originó

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


37
una deficiencia inducida de Fe en los tejidos. A su vez esta deficiencia dio lugar a la
inducción de actividad de Fe-reductasa en la raíz. Siguiendo lo dicho en los párrafos
anteriores tal parece que la sobreexpresión de ferritina disminuye el estrés oxidativo
originado por el Fe, pero la sobreexpresión arriba de cierto nivel da lugar a deficiencia
de Fe.
Las ferritinas son sujeto de interés en los estudios de mejoramiento e ingeniería
genética orientados a mejorar el aporte de Fe a la población humana. Según Theil et
al.2 la selección de genotipos con mayor contenido de ferritina en las semillas puede ser
una estrategia viable para aumentar la concentración de Fe biodisponible en la dieta.
Como se mencionó, al ser liberado de las ferritinas del tejido de la raíz el Fe(II) se
moviliza a las restantes partes de la planta vía el xilema en forma de Fe(III)-citrato. El
pH promedio del exudado de xilema es 5.5, lo cual tiende a convertir el Fe(II) en Fe(III).
Existe evidencia que indica que antes de la incorporación del hierro a las ferritinas en
hojas o semillas el Fe(III)-citrato debe reducirse de nuevo a Fe(II)17. Al parecer esta
reducción Fe(III)→Fe(II) es una reacción fotoquímica inducida por la luz en el rango
azul-ultravioleta3.

3.5.1.5. Consecuencias Fisiológicas de la Carencia de Hierro. Se mencionó que el


síntoma más obvio de una fuerte carencia de hierro es la clorosis férrica foliar. La
clorosis férrica es un desorden fisiológico complejo, se conocen al menos 10 causas
diferentes que inducen la clorosis férrica y, al observarla, lo común es que estén
actuando al menos dos de ellas conjuntamente25. La fase final de una clorosis férrica,
con carencia extrema de Fe, genera necrosis y muerte de los tejidos. Sin embargo,
antes de llegar a este extremo pueden observarse disfunciones fisiológicas sin
necesariamente coartarse la supervivencia o la obtención de cosecha de las
plantas26,27. Al igual que en humanos los niveles subóptimos de hierro generan en las
plantas deficiencia oculta de hierro. Los esfuerzos de la tecnología agrícola y biológica
deben dirigirse tanto a corregir los problemas de clorosis férrica, como a eliminar el
problema más insidioso de los bajos niveles de hierro en los vegetales para el consumo
humano.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


38
3.5.1.6. Corrección de la Carencia de Hierro. Cuando el resultado de una muestra de
suelo marca un valor menor a 11 ppm de Fe este se considera bajo. Los valores
adecuados se ubican entre 12 y 24 ppm y el manejo del suelo y fertilización se dirige
hacia lograr y mantener dichos valores, ya que normalmente existe correlación entre la
concentración de Fe disponible en el suelo y el observado en los tejidos vegetales.
La materia orgánica en el suelo ejerce un efecto positivo sobre la solubilidad del
hierro a través de un efecto reductivo más que por el propio aporte de Fe contenido en
la biomasa. La degradación biológica de la materia orgánica aporta electrones y otros
agentes reductores creando microambientes redox en donde la concentración de Fe(II)
disponible para las plantas se incrementa28. Del mismo modo un aporte adecuado de
potasio se relaciona con una mejor respuesta a la carencia de Fe, tanto en plantas que
muestran la estrategia I como en aquellas que presentan la estrategia II29.
A corto plazo las formas de corregir la carencia de hierro son, básicamente9: (i)
aplicación de quelatos de hierro (EDTA, DTPA, HEDTA ó EDDHA) al suelo o por vía
foliar, (ii) aplicación de sales de hierro (como el sulfato de hierro) al suelo o por vía
foliar, (iii) aplicación de ácido fosfórico, sulfúrico o nítrico (o KOH si el suelo es ácido) en
el agua de riego para modificar la solución del suelo. Las dosis recomendadas varían
de acuerdo a la situación, pero las aplicaciones de 10 a 20 litros por hectárea por
semana son comunes en sistemas de producción con riego por goteo.
La solución nutritiva aplicada por vía foliar debe contener entre 0.6 y 1.5 mg/l
(ppm) de Fe, es decir, de 0.06 a 0.15 g de Fe por cada 0.1 m3 ó bien de 1.07 x 10-5 a
2.69 x 10-5 molar de Fe. Esta dosis puede duplicarse en caso de presentarse de nuevo
los síntomas de clorosis. Si el aporte es al suelo la dosis media es de 20 a 25 kg de
producto comercial por hectárea (desde 300 hasta 3000 g de Fe por hectárea)4,9. La
aplicación de Fe a las semillas como tratamiento presiembra resulta poco útil30.
De acuerdo a la experiencia del autor de este escrito también puede realizarse lo
siguiente: (i) aplicación al suelo de 60-200 kg de azufre agrícola más 10-15 kg de
sulfato de hierro heptahidratado (20% de Fe) por hectárea e incorporarlo con la rastra.
Esta aplicación puede llevarse a cabo concentrada en la cama de siembra, en cuyo
caso se utilizan 40-80 kg de azufre y 3-5 kg de sulfato de hierro por hectárea y se
incorpora con rotocultivadora. El efecto acidificante del azufre y el sulfato facilita la
absorción del Fe por parte de la planta. (ii) Aplicación de sulfato de amonio (300-500 kg

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


39
por hectárea ó 30-50 g por m2) disuelto en agua por vía fertirriego o aplicado
superficialmente y después incorporado con la rastra.

3.5.1.7. Biodisponibilidad del hierro. Una alta concentración de Fe en el tejido vegetal


no implica necesariamente que se encuentre disponible al ser consumido. La
deficiencia de hierro en humanos puede ser producida por el consumo de alimentos que
contengan niveles bajos de Fe biodisponible, sea por la acción de inhibidores, por el
bajo nivel de promotores o bien por bajo contenido per se de hierro. Según Gibson31 la
estrategia tecnológica más efectiva a corto plazo para combatir la deficiencia de hierro
en los países menos industrializados incluye varias tácticas como son: (i)
suplementación de Fe a los grupos de alto riesgo y (ii) promoción del uso de alimentos
fortificados asi como dietas diseñadas para maximizar la biodisponibilidad de Fe en los
mismos. A largo plazo la maximización de la biodisponibilidad del Fe intrínseco en los
alimentos de origen animal y vegetal es parte importante de la solución. El Fe intrínseco
es aquel que se acumula en los tejidos a partir del suelo o de la fertilización foliar y
tanto la concentración como la biodisponibilidad del mismo son susceptibles de
incrementarse a traves del manejo agronómico32.

3.5.1.8. Conclusiones. La regulación y control de la captura, asimilación y acumulación


de Fe por parte de las plantas es muy compleja, involucrando diferentes mecanismos
que aumentan tanto la solubilización como la absorción de dicho elemento. La
aplicación de tecnologías y prácticas orientadas a maximizar el contenido y
biodisponibilidad de Fe dependen de la comprensión y mayor estudio de los
mencionados procesos fisiológicos. La carencia de Fe es un problema muy extendido
que puede aliviarse en parte mejorando el aporte de este elemento en los vegetales,
semillas, frutas y granos que consume la población. Sobre todo para las regiones en
donde la disponibilidad de Fe en el suelo es baja son necesarios mayores estudios
orientados no solo a evitar y corregir la clorosis férrica, también debe considerarse la
biodisponibilidad de dicho Fe como parte integral de los programas de manejo y
optimización de tecnología.

Resumen. Se presentó una revisión actualizada de los aspectos más relevantes de la


absorción y asimilación del hierro por las plantas. Se revisaron los factores que restringen la
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
40
disponibilidad del hierro en suelos calcáreos asi como los procesos de solubilización, reducción,
almacenamiento y transporte que utilizan las plantas considerando los dos grupos fisiológicos
conocidos como estrategas I y II. Se concluye analizando las opciones de manejo para
incrementar los niveles de hierro en los vegetales desde el punto de vista de la biodisponibilidad
del hierro.
Palabras Clave: Asimilación de hierro, reducción de hierro, ferritinas, sideróforos, quelatos de
hierro, clorosis férrica.

Abstract. A short to date review was presented about relevant aspects of absorption and
assimilation of iron in plants. The factors that restrict the iron availability in calcareous soils were
revised as well as the processes of iron solubilization, reduction, storage and transport
considering the two physiological plant groups well-know as strategists I and II. The review
concluded analyzing the options of agronomical management in order to increase the iron levels
and bioavailability in plant foods.
Keywords: Iron assimilation, iron reduction, ferritins, siderophores, iron chelates, iron chlorosis.

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gene transcription is regulated by iron in soybean cell cultures. Proc. Natl. Acad. Sci. USA
88:8222-8226.
20. Becker, R., R. Manteuffel, D. Neumann and G. Scholz. 1998. Excessive iron accumulation in
the pea mutants dgl and brz: subcellular localization of iron and ferritin. Planta 207:217-
223.
21. Deak, M., G.V. Horvath, S. Davletova, K. Torok, L.Sass, I. Vass, B. Barna, Z. Kiraly and D.
Dudits. 1999. Plants ectopically expressing the iron-binding protein, ferritin, are tolerant to
oxidative damage and pathogens. Nat. Biotechnol. 17:192-196.
22. Lobréaux, S., T. Hardy and J.F. Briat. 1993. Abscisic acid is involved in the iron-induced
synthesis of maize ferritin. EMBO J. 12:651-657.
23. Aust, S.D. 1989. Metal ions, oxygen radicals and tissue damage. Bibl. Nutr. Diet. 43:266-
277.
24. Van Wuytswinkel, O., G. Vansuyt, N. Grignon, P. Fourcroy and J.F. Briat. 1999. Iron
homeostasis alteration in transgenic tobacco overexpressing ferritin. Plant J. 17:93-97.
25. Peterson, G.C. and A.B. Onken. 1992. Relationship between chlorophyll concentration and
iron chlorosis in grain sorghum. Crop Sci. 32:964-967.
26. Winder, T.L. and J.N. Nishio. 1995. Early iron deficiency stress response in leaves of sugar
beet. Plant Physiol. 108:1487-1494.
27. Trick, C.G., S.W. Wilhem and C.M. Brown. 1995.Alterations in cell pigmentation, protein
expression, and photosynthetic capacity of the cyanobacterium Oscillatoria tenuis grown
under low iron conditions. Can. J. Microbiol. 41:1117-1123.
28. Lindsay, W.L. 1991. Iron oxide solubilization by organic matter and its effect on iron
availability. Plant Soil 130:27-34.
29. Hughes, D.F., V.D. Jolley and J.C. Brown. 1992. Roles for potassium in the iron-stress
response mechanisms of strategy I and strategy II plants. J. Plant Nutr. 15: 1821-1839.
30. Karkosh, A.E., A.K. Walker and J.J. Simmons. 1988. Seed treatment for control of iron-
deficiency chlorosis of soybean. Crop Sci. 28:369-370.
31. Gibson, R.S. 1997. Technological approaches to combatting iron deficiency. Eur. J. Clin.
Nutr. 51 Suppl. 4:S25-S27.
32. Reddy, N.S., C.V. Sondge and T.N. Khan. 1993. In vitro bioavailability of iron from spinach
(Spinacea oleracea) cultivated in soil fortified with graded levels of iron and zinc. Plant
Foods Hum. Nutr. 44:241-247.

3.5.2. Literatura Referente al Déficit o Toxicidad de Nutrientes


Minerales y Metales Pesados.

Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e


impartición de seminarios.

1. Blevins, D.G. and K.M. Lukaszewski. 1998. Boron in plant structure and function.
Annu. Rev. Plant Physiol. Plant Mol. Biol. 49:481-500.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


42
2. Hart, J.J., M.R. Welch, W.A. Norvell, L.A. Sullivan, L.V. Kochian. 1998.
Characterization of cadmium binding, uptake, and translocation in intact seedlings
of bread and durum wheat cultivars. Plant Physiol. 116:1413-1420.
3. Meagher, R. B. 2000. Phytoremediation of toxic elemental and organic pollutants.
Curr. Op. Plant Biol. 3:153-162.
4. Santandrea, G., T. Pandolfini, A. Bennici. 2000. A physiological characterization of
Mn-tolerant tobacco plants selected by in vitro culture. Plant Sci. 150:163-170.
5. Welch, R.M. 1995. Micronutrient nutrition of plants. Crit. Rev. Plant Sci. 14:49-82.
6. Zhang, W.-H. and S.D. Tyerman. 1999. Inhibition of water channels by HgCl2 in intact
wheat root cells. Plant Physiol. 120:849-857.

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3.6. Xenobióticos y Gases Oxidantes.

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3.7. Instrumentación para la Captura de Información


Microambiental y Fisiológica.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


43
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4. EL ESTRÉS DESDE EL PUNTO DE VISTA


FISIOLÓGICO

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4.1. ABA, Etileno y Otros Reguladores


Dr. Homero Ramírez Rodríguez
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

4.1.1 Antecedentes
La ecofisiología de una especie vegetal involucra la interacción del medio
ambiente con su fisiología genéticamente establecida, la cual se manifiesta en armonía
como resultado de condiciones favorables a su cinética metabólica. En este complejo
fisiológico, los bioreguladores (hormonas) juegan un papel importante, virtualmente en
cada proceso desde la germinación de semilla hasta la senescencia de cualquier
órgano de la planta. Su presencia ocurre de acuerdo al proceso dictado por el código
genético del vegetal. Cuando las condiciones ambientales cambian súbitamente en
forma adversa, la planta sufrirá un estrés que se manifestará negativamente en la
mayoría de los casos en su fenotipo en el corto, mediano o largo plazo como
consecuencia entre otros factores endógenos en la modificación de la presencia o
actividad hormonal en un órgano de la planta ó en un mecanismo fisiológico específico.
En base a lo anterior, una identificación y comprensión oportuna de un estrés ligado a la
fisiología hormonal, permitirá analizar y aplicar alternativas que reduzcan al mínimo el
efecto adverso en la producción agrícola.

4.1.2. Estrés Hídrico


El elemento agua es el factor ambiental más directamente relacionado con la
producción agrícola (Kamalov, 1999) y por lo tanto con un engrane hormonal durante la
vida de cualquier vegetal (Bukovac, 1998).
La aparición de una sequía corta o prolongada durante el ciclo de vida en un
cultivo agrícola cualquiera, origina casi en forma inmediata un cierre de estomas como
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
44
mecanismo de protección y/o de resistencia a esa adversidad. Este fenómeno ha sido
ligado a incrementos en los niveles endógenos del ácido abscisico (AAB) en la gran
mayoría de especies vegetales investigadas (Rojas – Garcidueñas y Ramírez, 1996). El
incremento se observa marcadamente en la savia del floema en lupina blanca (Hoad,
1990) y cocotero (Pfening et. al. 1998). Similares estudios han sido reportados en frutos
y raíces de durazno (Kaynas y Kaynas, 1998) y fresa (Vizzotto, et. al. 1998) En
ocasiones, la respuesta de un vegetal bajo un estrés hídrico no manifiesta un efecto
directo con el ácido abscisico, en particular cuando la planta recupera su potencial
hídrico. Lo anterior parece tener una explicación con la síntesis previa de los ácidos
faseico y dehidroxifaseico en cloroplastos y vacuolas (Faust y Wang 1993).
La importancia del ácido abscisico durante un estrés hídrico ha permitido
relacionar a este bioregulador como un factor integrante de resistencia fisiológica a la
sequía. Lo anterior queda de manifiesto cuando la planta al marchitarse aumenta la
concentración de AAB, ocasionando una reducción en la transpiración al cerrar parcial o
totalmente la cavidad estomática. Lo anterior puede ser inducido al aplicar AAB
exógeno en plantas jóvenes de soya, tomatero, trigo y papa (Rojas – Garcidueñas y
Ramírez, 1996).
El efecto de un estrés hídrico también se manifiesta con una notable reducción
en el contenido de giberelinas, los cuales están directamente ligadas a una serie de
procesos fisiológicos en la planta. Lo anterior ha sido establecido en diversos cultivos
hortícolas y agronómicos (Looney, 1996) en los cuales se observa la disminución de
estas hormonas en las siguientes horas posteriores al inicio de un período corto de
sequía. Este efecto es muy claro en giberelinas biológicamente activas como GA4 y
GA7 en bioensayos de Rumex e hipocotilo de lechuga (Rojas – Garcidueñas y Ramírez,
1996). Recientemente se ha reportado que la existencia de un estrés hídrico inhibe el
proceso bioquímico de síntesis giberelina al bloquear la acción de ent-kaurene y ácido
ent – kaurenoico, evitando de esta manera la producción de giberelinas A4, A7, A9, A12 y
A53 y por consiguiente los procesos fisiológicos que dependen de ellos (Aach. et. al;
1995) García – Martínez, 1998; Gaskin, et. al. 1995; y Hedden y Kamiya, 1997)
Las condiciones adversas de húmedad se reflejan en el tejido vegetal con una
rápida reducción en la división y elongación celular (Graabe, 1987) resultando en una
reducción en el crecimiento de tallos (Kobayashi, et. al. 1993), hojas (Glimour, et. al.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


45
1986) y frutos (García – Martínez y Hodden, 1997). Este efecto también ha sido
relacionado con el proceso de síntesis de giberelinas en semillas inmaduras de
manzano en dónde se ha reportado la ausencia de giberelina con mayor hidroxilación
(Ramírez, 1998 ; Rademacher, 2000).
El etileno es un gas hormonal que regula una serie de etapas fisiológicas durante
el ciclo biológico de la gran mayoría de cultivos agrícolas (Beyer, et. al., 1985). En el
proceso de maduración en frutales climátéricos tiene una crucial influencia ya que su
presencia en el fruto va ligada a que esa fase bioquímica concluya en forma adecuada
o sea modificada (Vendrell, M. y X. Palomer, 1998).
Por lo tanto su impacto en la planta cuando esta sufre una sequía es de
consideración debido a los posibles cambios bioquímicos que ocasione. El estrés
hídrico estimula la producción de etileno en la planta (Riov y Yang, 1982., Beyer y
Blomstrom, 1980). Esta condición consecuentemente influye en la aceleración de una
serie de procesos fisiológicos en diversos cultivos. Por ejemplo reduce el crecimiento
vegetativo de un buen número de especies frutales caducifolias (Rom, 1997., Guak, et.
al. 2001), origina la senescencia temprana de hojas (Hyodo, 1995), estimula la caída
prematura de flores y hojas (Beyer, et. al., 1985; Reyes, et.,al., Motsenbocker y
Arancibia, 2000). La coloración y maduración de frutas como tomate, manzana, durazno
y melón también se ve acelerada (Greene, 1997., Pretel, et. al. 1998., Kim, et.,
al.,2001), lo que trae como consecuencia un decaimiento rápido en la calidad de esa
fruta (Basiouny y Basiouny, 2000., Kang, et., al.,2001., Kim. et., al., 2001).
En base a los diversos reportes mencionados en esta sección sobre el concepto
sequía-etileno, y considerando su metabolismo de síntesis en el cual destaca su
precursor aparentemente inicial metionina y el inmediato a su síntesis identificado como
I – ácido carboxilico 1 – amino ciclopropeno (AAC), es importante conocer lo anterior
particularmente cuando se trata de evitar o contrarrestar su presencia en el tejido
vegetal y evitar efectos adversos como los ya mencionados.
Recientemente, se ha considerado al aminoetoxi-vinilglicina (AVG) como una
alternativa por evitar los efectos adversos del etileno como resultado de un estrés en
diversos cultivos (Rath, et. al; 2001; Kim, et. al; 2001 Kang, et. al; 2001). Existe
evidencia que demuestra que el AVG inhibe la formación de la enzima ACC-sintetasa

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


46
evitando con esto la producción de ACC y por lo tanto de etileno en frutales como
manzano (Kang, et. al., 2001)
La presencia de un estrés hídrico en plantas no parece tener un efecto directo o
consistente en bioreguladores como auxinos y citocininas . Los reportes indican que
estas hormonas parecen reaccionar posteriormente a la influencia de ácido abscisico,
etileno y giberelinas (Rojas – Garcidueñas y Ramírez., 1996); Sin embargo existe
información que indica aunque en una forma no muy contundente que el estrés
ambiental “pudiera” aumentar en la planta los niveles de ácido jasmonico y metil
jasmonato (Saniewski, 1995). Estos bioreguladores de origen natural se distribuyen
ampliamente en plantas vegetales y están también ligadas a la producción de etileno en
tomate (Czapski y Saniewski, 1992), manzano (Pérez, et. al; 1993) y arroz (Chen, et.,
al; 1994).

4.1.3 Estrés por Temperatura


En el reino vegetal, cualquier planta superior posee desde su germinación hasta
senescencia sus tres temperaturas cardinales (mínima, optima y máxima).
En base a esta característica, es de consideración saber que los efectos de un estrés
de temperatura en plantas están ligados a interacciones causadas por otros factores
ambientales como la luz, y sequía. Por lo tanto, una condición adversa de temperatura,
impactará directamente en la bioquímica vegetal, la cual se manifestará en diversos
fenotipos del mismo. Existe evidencia que la reducción en fotosíntesis y respiración
como resultado de un estrés de temperatura elevada es la manifestación de un
agotamiento de reservas al ocasionarse el cierre estomático y aumentarse
considerablemente los niveles endógenos de ácido abscisico y etileno (Rojas –
Garcidueñas y Ramírez, 1996; Rom, 1997; Du y Tachibana, 1995).
Este incremento a su vez se integra a una disminución de giberelinas, auxinas y
citocininas (Looney, 1997; Greene, 1997; Rademacher, 2000; Ramírez and Benavides,
2001).
Cuando el efecto de una alta temperatura esta presente, ésta se refleja en
diversos parámetros de cultivos de los cuales una reducción en el crecimiento de los
órganos es evidente (Bertling, et. al; 2001).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


47
La maduración de la fruta también se ve acelerada con esta incidencia
(Retamals, et. al., 1995; Tominaga, et, al; 1995; Utsunomiya, et., al; 1995; Shim, et., al;
2001).
Una planta puede morir por frío cuando se paraliza el sistema enzimático crítico o
cuando cesa el flujo de nutrientes al aumentar la viscosidad de el agua.
Temperaturas justo menores a 0oC originan que el agua extracelular se congele;
mientras que se requieren temperaturas muy negativas para que el agua protoplásmica
o vacuolar se congele. Esta condición adversa provoca disturbios hormonales tales
como reducción en el contenido de giberelinas y auxinas (Rojas – Gardicueñas y
Ramírez, 1996) e incrementos en ácido abscisico (Looney, 1997).
El concepto de estrés por frío, tiene una gran importancia en la fisiotecnia
hortícola y en particular en los frutales caducifolios que han sido establecidos en
regiones con inviernos benignos (insuficiente frío) y heladas tardías (Erez, et., al.;
2000). Es común encontrar en la actualidad variedades de frutales como manzano y
durazno con requerimientos de bajo frío en zonas de invierno medio en donde la
floración de los mismos es peligrosamente expuesta año con año a temperaturas bajo
cero durante la primavera (Erez, 1987 ; Erez, 1995; Khanizadeh, et., al., 2000). En
base a esas experiencias, investigaciones han sido dirigidas a retrazar la brotacion de
yemas florales y/o a proporcionar algun “protector” quimico a las mismas cuando estan
en plena floracion. Los retardantes de crecimiento tales como Alar, PP333,
paclobutrazol, Apogee y Regalis son generalmente aplicados en el otoño con el fin de
que la apertura floral sea retrazada (Rojas-Garcidueñas y Ramirez, 1996 ; Greene,
1997; Rademacher, 2000; Rademacher, 2001). En terminos generales se ha
hipotetizado que estos retardantes de alguna manera bloquean temporalmente la
actividad de ritmos circandianos que ocurren en la yema floral durante su etapa de
letargo, provocando un retrazo en la aparicion del factor o factores que dirigen la
sintesis de giberelinas y citocininas (Ramirez, 2001).
Cuando la floracion esta presente y existe el riesgo de heladas, el uso de Frost
Block (Warner, 2000), Frostgard, Teric 12A23B y Brij 35 (Holubowicz, 1993) han sido
evaluados, reportandose una proteccion hasta por 15 dias a temperaturas de –5°C. Se
ha sugerido que estos productos de alguna manera modifican la estructura quimica de
las membranas mas exteriores de la flor, lo que permite acrecentar el grozor de ellas,

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


48
originando una barrera adicional que evita la penetracion de la baja temperatura al
interior de la flor (Faust y Wang, 1993).
La falta de acumulacion de frio invernal traeria como consecuencia en frutales
caducifolios una brotacion retrazada, debil y desuniforme. Esto se evita con la
aplicación de compendadores de frio tales como citocininas, giberelinas, Compensor
(Rojas-Garcidueñas y Ramirez, 1996) y Cianamida Hidrogenada (Erez, 2000). Estos
quimicos activan el metabolismo de la yema, previo a su brotacion (citocininas y
giberelinas) o causan un secamiento de las escamas de la yema y una toxicidad
(Cianamida Hidrogenada).
Cuando el estrés de frio, daña parcialmente la flor de frutales templados y con el
conocimiento que el saco embrionario permanece viable, es posible “cuajar” el fruto con
la aplicación de mezclas hormonales a base de auxinas+ citocininas+ giberelinas.Esto
ha quedado demostrado en cerezo , durazno (Johnson, 1997) y manzano (Fellman,
1997), cuando los organos masculinos fueron destruidos por heladas tardías de –3°C.

4.1.4. Otros Estreses Inducidos por el Ambiente


Las especies frutales establecidas en diferentes condiciones ecológicas, con
frecuencia sufren los efectos de cambios extremos en el medio ambiente que se
reflejan en algun estrés de la especie vegetal.
El “paño” del fruto del manzano es un desorden fisiológico aparentemente
causado por la interaccion de un exceso de luz solar y una humedad relativa baja,
originandose con esto una plasmolisis y rotura de celulas de la epidermis de la fruta en
donde los niveles de giberelinas y auxinas son extremadamente bajas (Fellman, 1997 ;
Rath, et., al., 2001).
En drupas como cerezo, chabacano y durazno, es muy frecuente que durante el
verano cuando se presentan lluvias fuertes y temperaturas elevadas, se origina
partiduras en los bordes laterales del fruto.Esta deficiencia refleja una ausencia de
giberelinas y citocininas en ese tejido afectado(Johnson, 1997 ; Johnson, et., al.; Rojas-
Garcidueñas y Ramirez, 1996).
Los arboles con excesivo desarrollo vegetativo, originan que la fruta mas sombreada no
madure en su ciclo normal y por lo tanto no se genere en el mismo, la produccion de
pigmentos como antocianinas y carotenoides (Ban et., al., 2000). Esta condicion origina
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
49
que la presencia y efectos de giberelinas se mantengan y hormonas como el etileno no
sean sintetizadas para el estimulo de maduracion en frutales climatéricos como
manzana (Looney, 1997).
La descoloracion y manchas en la superficie de frutos ocurre cuando el medio
ambiente de los mismos ha sido contaminado con excesos de plaguicidas o diferentes
iones de fierro, cobre, aluminio, azufre y CO2. Esta condición provoca en el tejido
producciones excesivas de acido abscisico y etileno en el tejido, estimulando con ello
una rapida degradacion del mismo (Fellman, 1997; Johnson, 1997).
La calidad de luz solar cuando es modificada, tambien origina estrés en
plantas.Esto es evidente en cebolla asiatica al no formar bulbos cuando la planta es
expuesta a periodos prolongados de luz rojo lejano (Yamasaki, et.al., 2000).En tomate y
algunas cucurbitaceas como melón y calabacita, la altura de la planta y su fenotipo
foliar son modificados cuando el engrane fitocromo rojo/rojo lejano es alterado. Esta
condicion parece modificar el proceso de fotomorfogenesis al mantener por un tiempo
prolongado el sistema del operón en la posicion “abierta”( Takaichi, et.,al., 2000).

4.1.5. Literatura Referente a Reguladores del Crecimiento


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Grill, E. and A. Himmelbach. 1998. ABA signal transduction. Curr. Op. Plant Biol.
1:412-418.
2. Himmelbach, A., M. Iten, E. Grill. 1998. Signalling of abscisic acid to regulate plant
growth. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B 353:1439-1444.
3. Solano, R. And J. Ecker. 1998. Ethylene gas: perception, signaling and response.
Curr. Op. Plant Biol.. 1:393-398.

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4.2. Cambios en el Aparato Fotoquímico de los Cloroplastos

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


50

4.2.1. Literatura Referente al Aparato Fotoquímico de los


Cloroplastos
Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Demmig-Adams, B. and W.W. Adams III. 1996. The role of xanthophylls cycle
carotenoids in the protection of photosynthesis. Trends Plant Sci. 1:21-26.
2. Demmig-Adams, B., A.M. Gilmore, W.W. Adams III. 1996. In vivo functions of
carotenoids in higher plants. FASEB J. 10:403-412.
3. Müller, P., X.-P. Li, K.K. Niyogi. 2001. Non-photochemical quenching. A response to
excess light energy. Plant Physiol. 125:1558-1566.
4. Ort, D. 2001. When there is too much light. Plant Physiol. 125:29-32.

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4.3. Funcionamiento de la Raíz


Dr. Ratikanta Maiti
Profesor Investigador del Departamento de Biología y Química, UDLAP
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

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4.4. Respuestas Estomáticas


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

4.4.1. Literatura Referente a Respuestas Estomáticas


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


51
1. MacRobbie, E.A.C. 1998. Signal transduction and ion channels in guard cells. Phil.
Trans. R. Soc. Lond. B 353:1475-1488.

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4.5. Asimilación de CO2 y Fotorespiración


Dr. Ratikanta Maiti
Profesor Investigador del Departamento de Biología y Química, UDLAP
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

4.5.1. Literatura Referente a Fotosíntesis y Respiración


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Horton, P. 2000. Prospects for crop improvement through the genetic manipulation of
photosynthesis: morphological and biochemical aspects of light capture. J. Exp.
Bot. 51 GMP:475-485.
2. Richards, R.A. 2000. Selectable traits to increase crop photosynthesis and yield of
grain crops. J. Exp. Bot. 51 GMP:447-458.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


52
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5. EL ESTRÉS DESDE EL PUNTO DE VISTA


BIOQUÍMICO
Los estados de estrés inducidos por varios factores ambientales como la
temperatura, sequía y salinidad tienen como factor común su efecto en el estado hídrico
de la planta. El estudio y entendimiento de los mecanismos bioquímicos y moleculares
por medio de los cuales las plantas soportan el estrés biótico y abiótico son necesarios
para lograr un incremento en la tolerancia de los cultivos. Investigando las plantas bajo
estrés podemos aprender acerca de la plasticidad y de los límites de las vías
metabólicas. Se tienen asimismo preguntas de naturaleza ecológica y evolutiva que
requieren respuesta: ¿Los genes que confieren tolerancia en halofitas y xerófitas son
comunes a todas las especies, pero no se expresan en las plantas sensibles a la
salinidad o en las glicofitas (no resistentes a la sequía) en aras de la alta productividad?
o por otro lado, ¿estas especies resistentes obtuvieron nuevos genes durante su
historia evolutiva de tal forma que fueron capaces de ocupar ambientes estresantes?
¿De que forma la introducción de genes que confieren tolerancia al estrés en especies
de importancia económica afectarán la productividad en el campo? ¿Existe relación
entre la tolerancia al estrés inducido por condiciones abióticas y la resistencia al estrés
biótico?
Las especies extremadamente tolerantes son una rica fuente de genes para la
introducción de los mismos en otras especies. El orden Caryophyllales (Dicotiledóneas)
provee un buen ejemplo. Las familias de este orden como la Cactaceae,
Chenopodiaceae y Aizoaceae, incluyen muchas especies que ocupan habitats
extremos y producen compuestos exóticos que les confieren tolerancia a esas
condiciones. Se tienen asimismo las plantas CAM y C4, y otras especies como la planta
de la resurrección (Craterostigma plantagineum) y la llamada “ice plant”
(Mesembryanthemum crystallinum, Aizoaceae) del desierto de Namibia, son un ejemplo
de las más de 100 especies conocidas de plantas extremadamente tolerantes a la
desecación que cuentan con compuestos inusuales que les confieren la habilidad de
rebasar los eventos ambientales extremos. Todas estas especies pueden aportar genes

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


53
individuales, o incluso vías metabólicas, para ser introducidos en plantas que carecen
de ellos o no los expresan bajo condiciones de estrés.
Las vías metabólicas más familiares pueden también ser explotadas para
producir plantas tolerantes al estrés. Algunas de ellas no requieren obtener genes de
especies tolerantes: la sobreexpresión o la alteración de la regulación de un gene
endógeno puede ser suficiente. Ejemplos relevantes son la sobreexpresión de genes
que codifican compuestos como la glicinbetaína, prolina, polioles y fructanos.

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5.1. Estrés por Factores Abióticos.


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

En esta parte será discutida la alteración en el metabolismo que ocurre como


respuesta a la acción negativa de factores ambientales abióticos. Los diferentes
subcapítulos incluyen las principales respuestas reportadas en la literatura.

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5.1.1. Acumulación de Metabolitos Nitrogenados

5.1.1.1. Prolina. Es un aminoácido incluido en la familia de pequeñas moléculas,


conocidas como osmolitos o “solutos compatibles”, dentro de la cual se encuentran
otros aminoácidos, compuestos amonio cuaternarios (glicinbetaína, prolinbetaína, B-
alaninbetaína y colina-O-sulfato) y sulfonio terciarios como el 3-
dimetilsulfoniopropionato (DMSP). Tanto los amonio cuaternarios como el DMSP se
derivan de diversos aminoácidos precursores.
Estos osmolitos tienen la propiedad de no tener carga neta a pH neutral, y son
altamente solubles en agua. En alta concentración tienen la propiedad de no ejercer
efecto perturbador en las interacciones entre el agua y las macromoléculas. Al contrario
que los solutos no compatibles (como los iones inorgánicos), los cuales invaden la
esfera de hidratación de las proteínas, favoreciendo el desdoblamiento o apertura, los
solutos compatibles tienden a ser excluidos de la esfera de hidratación de las

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


54
macromoléculas manteniendo su estructura espacial (Low, 1985). Los osmolitos juegan
un papel pivotal en el ajuste osmótico necesario en respuesta al déficit hídrico, salinidad
o cualquier otro factor que aumente la fuerza osmótica del medio.
La acumulación de prolina es una respuesta metabólica común al déficit de agua
y a la salinidad. Este aminoácido altamente soluble se acumula en hojas de muchas
especies halofitas creciendo en ambientes salinos (Briens y Larher, 1982), en los tejidos
foliares y meristemos apicales aéreos de plantas que experimentan estrés de agua
(Jones et al., 1980), en polen bajo desecación (Lansac et al., 1996), en tejidos radicales
expuestos a bajo potencial de agua (Voetberg y Sharp, 1991) y en cultivos celulares
adaptados al déficit de agua (Rhodes et al., 1986) y a la exposición al NaCl (Thomas et
al., 1992).
La prolina protege las membranas y las proteínas contra los efectos adversos de
la alta concentración de iones inorgánicos y de los extremos de temperatura (Santoro et
al., 1992). La prolina funciona también como un atrapador de radicales libres (Smirnoff y
Cumbes, 1989). La prolina acumulada en respuesta al déficit de agua o a la salinidad se
localiza primariamente en el citosol (Pahlich et al., 1983).
En cultivos celulares de tabaco adaptado a 428 mM de NaCl, la prolina
constituye alrededor del 80% del total de aminoácidos libres (Rhodes y Handa, 1989).
La concentración de prolina en el citoplasma de esas células puede rebasar los 200 mM
y contribuir sustancialmente al ajuste osmótico citoplásmico. La concentración citosólica
de prolina en células de Distichlis spicata, tratadas con 200 mM NaCl) fue estimada en
230 mM (Ketchum et al., 1991). En el ápice de la raíz de maíz la prolina alcanza
concentraciones de 120 mM cuando las raíces son expuestas a un potencial de agua
de -1.6 Mpa. La prolina acumulada representa hasta el 50% del total de solutos
dedicados al ajuste osmótico en esta región de la raíz (Voetberg y Sharp, 1991). Esta
acumulación de prolina en respuesta al déficit hídrico involucra deposición de este
compuesto en la zona de crecimiento y parece requerir ABA (Ober y Sharp, 1994).
Aunque se sabe que las raíces producen prolina, no se sabe si la mencionada
deposición en el ápice radical es consecuencia de transporte vía floema o síntesis de
novo en el ápice (Voetberg y Sharp, 1991).
14 15
Los estudios con C y N indican que el principal precursor de la prolina
inducida por estrés es el glutamato (Figura 5.1). El estímulo osmótico causado por la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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salinidad o déficit hídrico induce un incremento en la tasa de biosíntesis de prolina. La
acumulación de prolina involucra inducción y activación de las enzimas biosintéticas
(Delauney y Verma, 1993; Peng et al., 1996), relajación del control inhibitorio de la vía
biosintética (Delauney y Verma, 1993), disminución en la oxidación de prolina a
glutamato por inhibición de la prolina deshidrogenasa (Peng et al., 1996), menor
utilización de la prolina en la síntesis de proteína (Boggess y Stewart, 1980) y un
aumento en el reciclaje de proteínas (Fukutoku y Yamada, 1984).

Figura 5.1. Síntesis de prolina inducida por estrés utilizando como precursor al glutamato.

El déficit de agua incrementa la concentración de prolina en el fluido del floema


de la alfalfa (Girousse et al., 1996), sugiriendo que el aumento en la deposición de
prolina en el ápice de la raíz ocurra en parte por prolina transportada vía floema. El
gene ProT2, que codifica una proteína transportadora de prolina, es inducido por la
salinidad o la sequía en A. thaliana (Rentsch et al., 1996). En el tomate se han
identificado genes homólogos como LeProT1 que codifica un transportador de baja
afinidad para prolina y GABA pero de alta afinidad para glicinbetaína (Schwacke et al.,
1999).
La prolina exógena es osmoprotectora en bacterias, facilitando el crecimiento en
ambientes hipersalinos (Yancey, 1994). La acumulación de prolina en el citoplasma es
acompañada por una reducción en la concentración de solutos menos compatibles y un
incremento en el volumen de agua citosólica (Cayley et al., 1992). Se han obtenido
bacterias osmotolerantes, por sobreacumulación de prolina, al modificar el sistema de
regulación de la vía biosintética de la prolina (Smith, 1985).
En las plantas también se ha observado que la prolina aplicada de forma
exógena es osmoprotectora (Lone et al., 1987) y crioprotectora (Santarius, 1992). Por
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
56
otro lado, la síntesis de prolina se considera como un mecanismo para disminuir la
acidificación del citoplasma, manteniendo el cociente NADP+/NADPH en valores
compatibles con el metabolismo. El catabolismo de la prolina, una vez terminada la
condición de estrés, puede proveer con equivalentes de reducción que mantienen la
fosforilación oxidativa mitocondrial y la generación de ATP necesaria para la
recuperación y reparación de daños (Hare y Cress, 1997).

5.1.1.2. Glicinbetaína. Es un derivado metil substituido de la glicina que se encuentra


en un gran número de microorganismos, plantas verdes y animales (Rhodes y Hanson,
1993). En alta concentración la glicinbetaína (GB) no interfiere con las funciones
citoplasmáticas y estabiliza la estructura y función de muchas macromoléculas.
La GB parece ser un determinante crítico de la tolerancia al estrés en plantas. Es
un soluto compatible extremadamente eficiente (Le Rudulier et al., 1984) y su presencia
se asocia con el crecimiento de plantas en ambientes salinos o con déficit de agua
(Rhodes y Hanson, 1993). La acumulación de GB es inducida por el estrés y su
concentración se correlaciona con el grado de tolerancia de las plantas (Saneoka et al.,
1995). La aplicación exógena de GB aumenta la capacidad de supervivencia de
diferentes especies en ambientes extremos (Allard et al., 1998; Hayashi et al., 1998). La
GB es mucho más efectiva que otros solutos compatibles para estabilizar in vitro la
estructura cuaternaria de enzimas y proteínas complejas así como la estructura
altamente organizada de las membranas en condiciones de alta temperatura y salinidad
(Papageorgiou y Murata, 1995).
Respecto al mecanismo de acción de la GB, los estudios fisiológicos sugieren
que este compuesto actúa disminuyendo o evitando el desbalance osmótico entre el
entorno extracelular y el intracelular causado por diferentes tipos de estrés. Dicha
acción ocurre solamente cuando la GB se acumula en alta concentración (aprox. 400
µMol g-1 de peso seco) tal como se ha observado en ciertas especies bajo condiciones
de estrés (Rhodes y Hanson, 1993). Sin embargo, es interesante considerar los
resultados obtenidos con plantas transgénicas, en donde aún con niveles bajos de GB
(0.2 a 5 µMol g-1 de peso fresco), que son insignificantes en el contexto de
osmoregulación, las plantas muestran aumento significativo en la tolerancia al estrés.
Este fenómeno, también observado para el manitol, apunta hacia un efecto

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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osmoprotector, más que osmoregulador exclusivamente, para la GB. Parece ser que los
componentes celulares protegidos por este compuesto son membranas, complejos
enzimáticos, los complejos de transcripción y traducción. Si se considera que bajo un
estado de estrés se inhibe la síntesis de novo o el funcionamiento de membranas y
proteínas involucradas en el metabolismo básico, es posible entonces que la GB sea
capaz de mantener hasta cierto punto, al estilo de una chaperonina (Bourot et al.,
2000), el funcionamiento metabólico promoviendo la expresión eficiente de los genes y
el funcionamiento de sus productos. Al respecto, Alia et al. (1999) encontraron que la
lincomicina, un inhibidor de la síntesis de proteína en los cloroplastos, disminuye el
efecto protector de la GB en Arabidopsis.
En un estudio realizado en diferentes especies de la familia Plumbaginaceae se
encontró que estas, además de la GB, producen también colina-O-sulfato, β-alanina-
betaína, prolina-betaína e hidroxiprolina-betaína (Hanson et al., 1994). Estos
compuestos muestran una eficacia similar a la GB como osmoprotectores y, de manera
interesante, son acumulados de forma selectiva de acuerdo al habitat en que la planta
se desarrolla. Las especies de suelos altos en sulfato sintetizan colina-O-sulfato, las de
suelos salinos sintetizan β-alanina-betaína y las encontradas en ambientes áridos
sintetizan prolina-betaína. No se entiende aún de que forma los distintos estímulos dan
lugar a un perfil distinto de acumulación de osmolitos en miembros de la misma familia.

5.1.1.3. Literatura Referente a Glicinbetaína. Este material se tiene a disposición de


los estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

Sakamoto, A. And N. Murata. 2001. The use of bacterial choline oxidase, a


glycinbetaine-synthesizing enzyme, to create stress-resistant transgenic plants. Plant
Physiol. 125:180-188.

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5.1.2. Síntesis Inducida de Polioles.


La acumulación de polioles, ya sea metabolitos de cadena lineal como el manitol
y el sorbitol (Bieleski, 1982) o polioles cíclicos como el mio-inositol y sus derivados
metilados (Loewus y Dickinson, 1982), se correlaciona con la tolerancia a la la sequía y
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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a la salinidad. Los polioles son compuestos que se encuentran en muchos tipos de
organismos, incluyendo bacterias, levaduras, algas marinas, plantas verdes y animales.
Los polioles parecen funcionar en dos formas que son difíciles de separar
mecanísticamente: ajuste osmótico y osmoprotección.
Ajuste osmótico: los polioles actúan como osmolitos o solutos compatibles,
facilitando la retención de agua en el citoplasma y permitiendo la segregación del sodio
en la vacuola o el apoplasto. Alternativamente, la protección de estructuras celulares
(probablemente por atrapamiento de radicales libres) se consigue por interacción de
dichos osmolitos con membranas, proteínas y complejos enzimáticos.
Osmoprotección: la función osmoprotectora de los polioles tiene que ver con
sus características químicas únicas que les permiten mantener la estabilidad de
macromoléculas bajo condiciones de déficit de agua. Aquellos polioles que son
azúcares no reductores pueden servir también como almacén de carbono durante el
estrés (Vernon et al., 1993).

5.1.2.1. Inositol e Inositoles Metilados. La Figura 5.3 esquematiza un ejemplo de la


alteración del metabolismo (en este caso la canalización alternativa de carbono) que
ocurre en condición de estrés. El almacén de glucosa 6-fosfato es el origen de la vía
biosintética del inositol, catalizada por la inositol 1-fosfato sintasa (INO1) y la inositol
monofosfatasa. A su vez tanto del inositol como del inositol-1-fosfato surgen otras vías
biosintéticas.
La vía del inositol es esencial para la biosíntesis de membranas y para la
señalización en todos los organismos. INO1 es la única enzima que cataliza el inicio de
la vía biosintética. Existe una derivación de esta que da lugar a la acumulación de
inositoles metilados, catalizada por la inositol O-metiltransferasa (IMT1). El inositol y el
inositol-1-fosfato también dan lugar a la producción de otros compuestos que
correlacionan con tolerancia al estrés como las gomas, carbohidratos de la pared
celular, carbohidratos de glicoproteínas y mucílagos. Las plantas usan el inositol para
sintetizar carbohidratos de reserva como la estaquiosa y la verbascosa, los cuales son
inducidos por el estrés en varias especies. Otro producto de la vía de inositol es el
fitato, inositol-hexakisfosfato, el cual sirve como almacén de fosfato en la semilla. Las
reacciones ilustradas en la figura 5.3 pueden considerarse como un paradigma de lo

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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que constituye la tolerancia al estrés abiótico: la extensión, posiblemente a través de la
evolución de nuevos genes, de un paso esencial en la biosíntesis de fosfolípidos a otras
vías biosintéticas, en las cuales el producto de la nueva vía funciona como compuesto
osmoprotector.
En M. crystallinum el gene imt1 se encuentra bajo esctricto control ambiental en
cualquier estadio del desarrollo. La inducción de la transcripción se consigue con los
estímulos de salinidad o baja temperatura (Bohnert et al., 1994). El gene ino1 muestra
un patrón de regulación similar. La actividad de la enzima IMT1 genera D-ononitol, el
cual es epimerizado a D-pinitol. En las plantas estresadas el pinitol aumenta su
concentración hasta rebasar los 700 mM en el citosol y los cloroplastos, convirtiéndose
en el compuesto de carbono de bajo peso molecular más abundante en los tejidos
(Adams et al., 1992).
Utilizando metiltransferasas los grupos metilo de los inositoles metilados son
usados en otras vías biosintéticas que dan lugar a la acumulación de amino
cuaternarios como la glicinbetaína, compuestos sulfonio terciarios
(dimetilsulfoniopropionato), poliaminas (espermina), precursores de lignina (ácido
sinápico) y etileno. Al igual que los inositoles metilados, los amino cuaternarios y
sulfonio terciarios se encuentran implicados en funciones de ajuste osmótico y
osmoprotección (McCue y Hanson, 1990). Las metiltransferasas utilizan S-
adenosiltransferasa (SAM) como cosubstrato produciendo, después de transferir un
grupo metilo, S-adenosilhomocisteína (SAH), un potente inhibidor competitivo de la
reacción de metilación. El apoyo correlativo para un rol de la transmetilación en la
tolerancia al estrés, tal como se desprende de los resultados de Espartero et al. (1994),
quienes observaron la acumulación de transcriptos de SAM sintetasa en tomate
sometido a estrés osmótico, viéndose modificado el cociente SAM/SAH.

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Figura 5.3. Mio-inositol, polioles y su metabolismo. El mio-inositol es sintetizado a partir de la


glucosa-6-fosfato por la inositol 1-P sintetasa (INO1) y la inositol 1-P fosfatasa (Ins-Pasa). El
manitol y el sorbitol se originan del almacén glucosa 6-P/fructosa 6-P por medio de la manitol 1-
P deshidrogenasa (MtlDH) o la aldosa 6-P reductasa (StlDH) para formar manitol 1-P o sorbitol
6-P. El mio-inositol 1-P puede ser fosforilado posteriormente a fitato (Ins-P6) que funciona como
almacén de P en las semillas. El carbono del fitato se utiliza por medio de la vía de las pentosas
fosfato. El inositol 1-P puede utilizarse para la síntesis de los fosfoinosítidos de la membrana
fosfatidilinositol (PI), fosfatidilinositol monofosfato (PIP) y fosfatidilinositol bifosfato (PIP2), los
cuales están involucrados en procesos de transducción de señales y sirven como fuente de los
segundos mensajeros inositol 1,4,5-P3 e inositol 4,5-P2. El inositol 1-P participa en la formación
de fosfolípidos y en la biogénesis de membranas. El inositol se combina también con la
galactosa para formar galactinol, el cual sirve como fuente de galactosil que se incorpora en
varios carbohidratos de almacenamiento vegetativo de la serie de las rafinosas. El inositol es
también metilado por la inositol O-metiltransferasa (IMT1) formando D-ononitol que se convierte
en D-pinitol por acción de la ononitol epimerasa (OEP1). Estos inositoles metilados funcionan
como osmolitos protectores y son degradados lentamente. El inositol puede asimismo ser
oxidado a D-glucoronato y posteriormente a UDP-D-glucoronato para formar componentes de la
pared celular no celulósicos tales como gomas, mucílagos y glicoproteínas. (Figura modificada
de Bohnert et al., 1995.)

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5.1.2.2. Manitol. El manitol es un alcohol de seis carbonos que puede ser un fotosintato
importante (hasta el 50% del total de fotosintatos traslocados) en el apio, el olivo y otras
especies. Asimismo es un soluto compatible que puede mediar la protección contra el
estrés por salinidad o en general el inducido por la fuerza osmótica. Ya que el manitol
puede aliviar la condición de estrés, en al actualidad se lleva a cabo un considerable
esfuerzo para modificar las plantas que no lo producen, de tal forma que se exploten los
efectos benéficos de este compuesto (Pharr et al., 1999).
Para obtener plantas transgénicas productoras de manitol se utiliza el gene
mt1D, que codifica la manitol-1-P deshidrogenasa bacteriana, fusionado al promotor
35S del virus del mosaico de la coliflor. Al incorporar este gene que se expresa de
manera constitutiva en Arabidopsis o tabaco, especies en donde no se encuentra el
manitol ni resistencia a la salinidad, las plantas acumulan manitol y muestran mayor
tolerancia al estrés por sales. Karakas et al. (1997) encontraron que las plantas
transformadas mostraron crecimiento lento, y los autores postularon que esta respuesta
per se genera tolerancia debido a la poca absorción de iones. Por otro lado, Shen et al.
(1997) obtuvieron mayor tolerancia a la salinidad, sin observar respuesta negativa sobre
el crecimiento en tabaco transgénico, al incorporar al gene mt1D una secuencia de
tránsito cloroplástica, para hacer llegar de manera específica la secuencia exógena a
los cloroplastos. En este caso las plantas transgénicas acumularon hasta 100 mM de
manitol (la mayor parte del cual se encontró en los cloroplastos) y exhibieron
crecimiento y tasa fotosintética normales en condiciones de salinidad. Adicionalmente
las células aisladas y discos foliares del tabaco transformado mostraron mayor
resistencia al paraquat, herbicida que se sabe induce daño severo por estrés oxidativo
en los cloroplastos. Considerando esto es posible que una de las formas en que el
manitol funciona como osmoprotector es atrapando radicales libres generados en los
cloroplastos durante la condición de estrés. Aunque se desconoce el mecanismo
químico preciso por medio del cual el manitol funciona como atrapador de radicales
libres, su función antioxidante ha sido demostrada tanto in vitro como in vivo (Pharr et
al., 1999).
El papel antioxidante del manitol supone mayor importancia en vista de los
resultados del estudio de Moore et al. (1997) quienes encontraron que del 20 al 38% del
manitol celular se encuentra en los cloroplastos del cilantro (Petroselinum crispum) y de

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Antirrhinum majus, especies que de manera natural sintetizan y acumulan manitol. La
concentración de este compuesto en los cloroplastos fue estimada en 100 mM. La
sacarosa, el otro fotosintato importante en las especies mencionadas fue encontrado en
baja cantidad en los cloroplastos. Por otro lado, la ocurrencia de manitol en los
cloroplastos implica la acción de un sistema de translocación, ya que estos organelos
no son el sitio normal de síntesis del manitol.
El efecto protector del manitol se ha observado también en células no
fotosintéticas que crecen en cultivo celular utilizando manitol o sacarosa como fuente de
carbono. Las células de apio que crecen en manitol fueron el doble de resistentes en
comparación con las desarrolladas en sacarosa, creciendo incluso aunque lentamente
en 300 mM de NaCl. Ambos tratamientos dieron lugar a la acumulación de manitol o
sacarosa que funcionaron como osmolitos, obteniendo la misma osmolaridad celular.
En ausencia de NaCl la tasa de crecimiento de las células fue prácticamente igual en
manitol y sacarosa (Stoop y Pharr, 1993). Estos resultados indican que el papel
osmoprotector del manitol, aún no bien entendido mecanísticamente hablando, no se ve
circunscrito a los cloroplastos y que su acción rebasa la de simple osmolito utilizado en
el ajuste del balance de agua. En plantas de arroz la aplicación exógena de manitol,
que modificó los niveles de transcriptos de aquaporinas celulares, fue un determinante
de la resistencia y la recuperación del daño por congelación (Li et al., 2000b).
El manitol es sintetizado utilizando la enzima citosólica manosa-6-P reductasa
(M6PR). Por otra parte, la vía catabólica se inicia con la enzima manitol deshidrogenasa
(MTD) y continua hasta obtenerse fructosa-6-fosfato:

1. manitol + NAD+ ———————> manosa + NADH + H+


manitol deshidrogenasa (MTD)
2. manosa + ATP ———————> manosa-6-P + ADP
hexoquinasa (HK)
3. manosa-6-P ———————> fructosa-6-P
fosfomanosa isomerasa (PMI)

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La enzima MTD es capaz de oxidar otros hexitoles (polioles de 6 C) como el
sorbitol y el galactitol, generando L-gulosa y L-galactosa, azúcares que no son
metabolizadas posteriormente en las plantas. Si se busca transformar una planta con
MTD debe existir seguridad de que esta no utiliza el sorbitol o el galactitol como
fotosintato u osmolito, ya la acción de la MTD llevaría probablemente parte del carbono
a un callejón sin salida. En la naturaleza esto no ocurre ya que las plantas que
contienen manitol y MTD no sintetizan sorbitol o galactitol (Moore et al., 1997). En
ausencia de estrés las proteínas MTD, HK y PMI se encuentran activas en todos los
tejidos de la planta, incluyendo el tejido conductor, en donde al parecer apoyan en la
energización de los sistemas de carga y descarga del floema.
La enzima MTD fue fue aislada y clonada encontrándose gran homología con las
proteínas PR inducidas por patógenos de Arabidopsis y cilantro (Williamson et al.,
1995). Adicionalmente MTD fur inducida en cultivos celulares por ácido salicílico, un
conocido mediador de respuestas de defensa. Un posible mecanismo de acción de
MTD en la resistencia a patógenos fue propuesto por Stoop et al. (1996). Durante la
nvasión por patógenos la planta produce un choque o descarga oxidativa (un
incremento sustancial en corto tiempo de especies reactivas de oxígeno llamado
“oxidative burst”) dirigido aparentemente a limitar el crecimiento del patógeno. Los
patógenos, particularmente los hongos, producen manitol que puede inactivar la
respuesta defensiva de la planta atrapando las especies químicas reactivas. A su vez
las plantas producen MTD (supuestamente inducida como parte de las reacciones de
defensa del vegetal) que transforma el manitol en el azúcar manosa, anulando así la
acción del patógeno.
En cuanto a los factores abióticos se sabe que la salinidad induce menor
abundancia y actividad de MTD, dando lugar a la acumulación de manitol pero no de
azúcares en los tejidos de las plantas (Williamson et al., 1995; Stoop et al., 1996).

5.1.2.3. Literatura Referente a Polioles y Metilación. Este material se tiene a


disposición de los estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


64
1. Pharr, D.M., R.T.N. Prata, D.B. Jennings, J.D. Williamson, E. Zamski, Y.T.
Yamamoto, M.A. Conkling. 1999. Regulation of mannitol dehydrogenase: relationship to
plant growth and stress tolerance. Hort Sci. 34:1027-1032.
2. Jennings, D.B., M. Ehrenshaft, D.M. Pharr, J.D. Williamson. 1998. Role of
mannitol and mannitol dehydrogenase in active oxigen-mediated plant defense. Proc.
Natl. Acad. Sci. USA 95:15129-15133.

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5.1.3. Absorción de Iones y Compartimentalización de los


Mismos
En M. crystallinum se ha observado que bajo déficit de agua y exposición a alta
salinidad la absorción de iones es regulada y los mismos son ubicados en
compartimientos celulares específicos. En particular la exposición al sodio da lugar a
que este se deposite formando un gradiente a lo largo del eje principal de la planta, con
la mayor concentración en los tejidos más jóvenes. El mismo gradiente se observa en
cuanto a la concentración de D-pinitol. En M. crystallinum se tienen células
especialistas, llamadas células vesiculares epidérmicas, que se encuentran
preformadas pero que aumentan considerablemente su tamaño cuando la planta está
bajo estrés salino. Se ha medido concentración de sodio de hasta 1 M en estas células
(Adams et al., 1992), estando confinado este ión a las vacuolas mientras que como
compensación en el citoplasma aumenta la concentración de D-pinitol. Este mecanismo
muestra un gran contraste con lo observado en las plantas glicofíticas, las cuales tratan
de limitar la absorción de sodio o bien lo acumulan en los tejidos de mayor edad que,
bajo esta condición, funcionan como compartimientos de almacenamiento y son
eventualmente sacrificados (Cheeseman, 1988).
Un componente clave para la homeostasis de absorción de iones, sobre todo en
la condición de salinidad son los genes que codifican antiporters Na+/H+ que transportan
de manera específica sodio y litio y lo concentran en la vacuola. La sobrexpresión del
antiporter Na+/H+ de la vacuola permite el crecimiento sostenido de Arabidopsis
utilizando 200 mM de NaCl como agua de riego (Apse et al., 1999). Los estudios
fisiológicos indican que ocurre excreción de Na por parte de la raíz así como la
mencionada deposición en las hojas, lo cual indica que la actividad antiporter Na+/H+
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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remueve el Na de los tejidos o lo concentra en las vacuolas. El gene SOS1 (Salt Overly
Sensitive 1) de Arabidopsis thaliana es inducido por la salinidad y muestra gran
homología con los antiporters Na+/H+ de bacterias y hongos. Los mutantes sos1 de
Arabidopsis son muy sensibles a niveles altos de Na+ y niveles bajos de K+ (Shi et al.,
2000).

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5.1.4. Cambios en la Permeabilidad del Agua


El descubrimiento de proteínas acarreadoras específicas para el agua
(aquaporinas), pertenecientes a la superfamilia de canales protéicos asociados a
membranas llamados MIP (Major Intrinsic Proteins), fue un avance importante para la
comprensión de los mecanismos por medio de los cuales las plantas se adaptan al
estrés inducido por el déficit de agua. La existencia de las aquaporinas fue supuesta a
partir de estudios fisiológicos realizados en el sistema renal de animales y humanos. Sin
embargo no se disponía de resultados análogos en plantas que permitieran suponer la
existencia de aquaporinas, por lo cual su descubrimiento, a partir de la clonación y
secuenciación de genes fue una autentica sorpresa para los fisiólogos vegetales.
La estructura propuesta para una aquaporina vegetal, que consta de seis
segmentos transmembrana u homeodominios, se aprecia en la Figura 5.4. Las
aquaporinas, también llamadas canales de agua facilitan el flujo de agua a través de un
gradiente de osmomolaridad. Es decir, facilitan el transporte de agua en contra de
gradientes osmóticos requiriendo baja energía de activación. Lo que se consigue es la
regulación fina del transporte de agua, tanto del espacio apoplástico al citoplasma como
de este a la vacuola y viceversa.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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Figura 5.4. Estructura propuesta para una aquaporina vegetal mostrando los seis dominios
transmembrana (H) y los circuitos (L=loops) funcionales. La actividad de la proteína puede
modificarse por fosforilación o glicosilación. (Modificado de Heymann y Engel, 1999).

Existen muchas isoformas de aquaporinas en las plantas, algunas se expresan


de manera constitutiva, otras en respuesta a algún estímulo como salinidad o sequía.
La permeabilidad del agua a través de la membrana es aumentada hasta 20 veces por
la presencia de los canales de agua. Se sabe asimismo que las aquaporinas no
permiten el paso de iones, incluso de protones. Se desconoce el mecanismo que
permite esta selectividad (Heymann y Engel, 1999).
La expresión de transcriptos de aquaporinas del tonoplasto (llamadas TIPs) y de
la membrana plasmática (llamadas PIPs), algunos de los cuales son inducidos por la
condición de estrés, se correlaciona con el alargamiento celular (Daniels et al., 1994).
En Arabidopsis la luz azul induce transcriptos homólogos a aquaporinas en las células
en expansión (Kaldenhoff et al., 1995). Al respecto se considera que los procesos
reguladores del alargamiento celular son el metabolismo de la pared celular y la
relajación de la misma (Cosgrove, 1993), y no está claro si el flujo facilitado de agua, ya
sea en condiciones adecuadas o bajo estrés, cumpla también una función durante la
expansión de las células.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


67
Los canales de agua pueden bloquearse o cerrarse por fosforilación (Chrispeels
y Agre, 1994). Este tipo de regulación pudiera relacionarse tanto con el control celular
del flujo de entrada y salida del agua como con la señalización de la raíz a la parte
aérea bajo una condición de estrés. Se supone que la desviación del valor esperado de
flujo de agua bajo un potencial de agua específico pudiera constituir la señal.
Un mecanismo de respuesta al estrés en plantas halofíticas es la regulación del
transporte facilitado de agua. En M. crystallinum la abundancia de transcriptos de los
genes Mip cambia al exponer las plantas a la salinidad. Asimismo los mencionados
transcriptos se encuentran predominantemente en las células de la epidermis de la raíz,
en al ápice de la raíz antes de que se forme un cilindro central funcional, en la
endodermis y en las regiones que rodean a las células del xilema secundario. Los
productos codificados por estos genes Mip son homólogos a las aquaporinas de
animales y plantas y los facilitadores del transporte de glicerol en bacterias (Chrispeels
y Agre, 1994).
Existe al menos una diferencia entre Arabidopsis y M. crystallinum en la
regulación de la expresión de los genes que codifican las aquaporinas. Mientras que la
exposición a la salinidad eleva los niveles de transcriptos de la aquaporina RD28 en
Arabidopsis (Daniels et al., 1994), en M. crystallinum los transcriptos de Mip declinan
de manera transitoria y se recuperan conforme las hojas ganan turgencia de manera
paralela a la acumulación de pinitol. Aunque los cambios en los niveles de transcriptos
en Arabidopsis no se reflejan en aumento en aquaporinas (Daniels et al., 1994), las
diferencias indican un modo diferente de percibir el estado de estrés (probablemente la
señalización por ABA) y en procesar las señales del mismo. En C. plantagineum
sometida a deshidratación existen al menos dos vías de señalización que inducen
acumulación de transcriptos de aquaporinas: una dependiente de ABA y otra
independiente de ABA (Mariaux et al., 1998). Es probable que ambas vías de
señalización operen en todas las plantas, pero que en cierto estado del desarrollo,
condición ambiental o incluso para ciertas especies, una de las vías muestre
preponderancia sobre la otra.
En Nicotiana glauca expuesta a déficit hídrico el nivel de transcriptos de los
genes NgMIP2, NgMIP3 y NgMIP4, que codifican aquaporinas, disminuye
drásticamente. Se supone que esta inhibición de la expresión génica puede resultar en

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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una reducción de la permeabilidad de la membrana celular, promoviendo la
conservación del agua en períodos de deshidratación (Smart et al., 2001). En otras
especies como el arroz (Oryza sativa) la aquaporina RWC1 disminuye su nivel de
transcriptos, hasta casi desaparecer seis horas después de iniciarse un estrés
osmótico, permaneciendo bajo durante 24 horas para después recuperarse (Li et al.,
2000b). El nivel de transcriptos de RWC1 correlacionó con la turgencia de las células,
respuesta parecida a la reportada por Daniels et al. (1994) para M. crystallinum.

5.1.4.1. Literatura Referente a Aquaporinas. Este material se tiene a disposición de


los estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

1. Maurel, C. and M.J. Chrispeels. 2001.Aquaporins: A molecular entry intro plant


water relations. Plant Physiol. 125:135-138.
2. Eckert, M., A. Biela, F. Siefritz, R. Kaldenhoff. 1999. New aspects of plant
aquaporin regulation and specificity. J. Exp. Bot. 50:1541-1545.
3. Kjellbom, P., C. Larsson, I. Johansson, M. Karlsson, U. Johanson. 1999.
Aquaporins and water homeostasis in plants. Trends Plant Sci. 4:308-314.

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5.1.5. Señalización del Estrés


El proceso por medio del cual las plantas perciben las señales de factores
ambientales estresantes y las trasmiten a la maquinaria celular para activar respuestas
adaptativas y de defensa se le llama transducción de señales. Para que ocurra la
transducción de señales se requiere de la acción de una “vía o cascada de
señalización”, es decir, de la transferencia de estímulos desde la molécula perceptora
primaria (la que percibe el estímulo y que se le llama receptor), a través de un conjunto
de moléculas (llamadas señalizadores) cuya función es transmitir la señal por medio de
un evento químico como la fosforilación hasta las moléculas o genes que se encargan
de la respuesta al estímulo (llamados efectores). Al proceso se le llama cascada ya que
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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ocurre en cadena, requiriéndose en cada paso de la acción del agente anterior, y no es
estrictamente lineal, es decir, o bien un señalizador puede activar uno o más efectores
o por otro lado un efector puede activarse por dos o más señalizadores. El resultado
final es una especie de intercomunicación entre diversos señalizadores y efectores que
forman una “red de transducción de señales”. En la Figura 5.5 aparece esquematizado
el modelo de cascada de señalización propuesto para los fitocromos.

Figura 5.5. Modelo muy esquematizado de la red de distintas vías de señalización que
controlan la expresión génica fotoregulada en las plantas. La expresión de los genes
fotoregulados CAB, ASI, FNR y CHS es regulada positiva o negativamente por una red de
transducción de señales en donde intervienen los fitocromos A y B (PHY-A, PHY-B), la
sacarosa y la radiación UV. La línea discontínua indica la regulación negativa presente entre las
vías dependientes de GMPc y Ca2+ . La sacarosa se supone que actúa a través de la vía
dependiente de GMPc. Las señales redox (marcadas como e-) dependientes de la
plastoquinona parecen modificar las dos vías dependientes de calcio (Modificado de Mustilli y
Bowler, 1997).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


70

Como se dijo, las señales ambientales son percibidas por receptores específicos
los cuales, después de activarse, inician (o suprimen) una cascada para transmitir la
señal intracelularmente y, en muchos casos, activar factores de transcripción nucleares
induciendo la expresión de conjuntos específicos de genes. La fosforilación de
proteínas acopladas a un receptor es una forma común de iniciar la señalización.
Aunque ninguno de los receptores para frío, sequía, salinidad o para el ABA ha sido
determinado con certeza, los datos indican que los receptores análogos a quinasas
protéicas, las quinasas histidínicas bi-componentes así como receptores asociados a
proteínas G pueden ser sensores potenciales para esas señales ambientales. En los
siguientes subcapítulos serán descritos estos receptores y otras moléculas
señalizadoras, siguiendo el esquema de organización que utilizan Xiong y Zhu (2001)
en su revisión de literatura.

5.1.5.1. Receptores. Los receptores análogos a quinasas protéicas (RLKs) se


encuentran tanto en animales como en plantas. Estructuralmente consisten de un
dominio extracelular que puede unirse a un ligando o bien interactuar con otras
proteínas, un dominio transmembrana y un dominio intracelular con actividad quinasa.
Las RLKs de plantas poseen secuencias específicas serina-treonina, al contrario de las
de animales cuyas secuencias específicas consisten de tirosina. Existe gran cantidad
de RLKs en los genomas vegetales las cuales se clasifican considerando funciones y
estructura (Hardie, 1999). Las RLKs de plantas se han encontrado involucradas en
respuestas a la patogénesis y en la regulación del desarrollo, creyéndose que existe en
ambos casos ligandos extracelulares para la unión con el receptor. La identificación de
BRI como una potencial RLK receptora de brasinoesteroides (Li y Chory, 1997) hace
posible que se encuentren RLKs similares funcionando como receptores de ABA. En
Arabidopsis el gene RPK1, que codifica una RLK con dominio extracelular rico en
leucina, es inducido una hora después de tratar las plantas con ABA, deshidratación,
salinidad o baja temperatura (Hong et al., 1997), indicando que esta RLK está al
parecer involucrada en la transducción de señales de factores ambientales múltiples.
Las quinasas histidínicas bi-componentes (QHB) son receptores que
inicialmente fueron involucrados en la percepción de varias señales ambientales en

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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procariotas. Posteriormente se encontraron en eucariotas incluyendo las plantas. En
esta clase de receptor, cuando el dominio extracelular sensor percibe una señal, el
residuo histidínico citoplasmático se autofosforila, y el grupo fosforil es transferido
entonces a un receptor aspartato perteneciente a un regulador de respuesta, el cual
puede ser constituyente de la misma proteína sensora o bien de otra proteína. Los
sensores QHB pueden acoplarse con una cascada posterior de MAPK (mitogen-
activated protein kinase) o fosforilar directamente blancos específicos para iniciar
respuestas celulares. Sistemas homólogos a estos QHB se han encontrado en las vías
de transducción del etileno (Chang y Shockey, 1999), de las citoquininas (Brandstatter y
Kieber, 1998) y en la percepción de estímulos ambientales que causan estrés como la
baja temperatura y bajo potencial osmótico.
En las cianobacterias se ha sugerido que la fluidez de la membrana pudiera
actuar como un sensor primario de baja temperatura (Murata y Los, 1997). De esa
forma el estado fisicoquímico de la membrana puede ser a su vez ser percibido por
otras moléculas asociadas a la membrana.
Para investigar de que forma las QHB están involucradas en la percepción de
temperatura en la cianobacteria Synechocystis sp. PCC 6803, todas las supuestas QHB
en el genoma fueron sistemáticamente interferidas, y se verificó el impacto de la
temperatura sobre la expresión génica de desaturasas monitoreando con un reportero
de luciferasa bacteriana. El experimento resultó en la identificación de dos QHB y un
regulador de respuesta que modulan la inducción de algunos, pero no todos, los genes
de desaturasa inducidos por baja temperatura. Por lo tanto, estas QHB problablemente
juegan un papel en parte de la transducción de señales de baja temperatura (Suzuki et
al., 2000). La incapacidad de bloquear totalmente todos los genes inducidos por baja
temperatura implica que se tienen varios sensores de temperatura en el genoma.
La QHB mejor caracterizada es el osmosensor SNL1 de Saccharomyces
cerevisae. Junto con el regulador de respuesta YPD1-SSK1, esta unidad señalizadora
regula la cascada de glicerol para alta osmo-molaridad (HOG) dependiente de MAPK ,
la cual resulta en la producción de glicerol para sobrevivir el estrés osmótico. En
Arabidopsis una QHB llamada AtHK1 muestra relación estructural con SNL1. De hecho
AtHK1 rescata la sensibilidad a la salinidad de mutantes de la levadura con delecciones
en los genes SLN1 y SHO1 (que codifican para osmosensores transmembrana)

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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implicando que AtHK1 puede tener una función similar en plantas. Asimismo la
expresión de AtHK1 fue inducida por alteraciones en la osmolaridad de soluciones
externas (Urao et al., 1999). Del mismo modo, se encontró que la expresión de dos
genes que codifican dos proteínas análogas a reguladores de QHB en Arabidopsis
fueron inducidos por baja temperatura, salinidad y sequía (Urao et al., 1998).
En los animales existe un gran número de receptores hormonales y de
neurotransmisores que se encuentran estructuralmente relacionados con la rodopsina,
el receptor acoplado a proteínas G con dominio 7-transmembrana (7TM). Estos
receptores son clasificados colectivamente como receptores acoplados a proteínas G
(GPCRs). Receptores similares probablemente estén involucrados en la percepción de
la luz en algas verdes flageladas (Calenberg et al., 1998). En el genoma de Arabidopsis
se tienen más de 30 supuestos genes 7TM y las proteínas codificadas son homólogas a
la proteína Mlo que participa en la resistencia a enfermedades (Devoto et al., 1999). Sin
embargo, ninguna de ellas muestra homología significativa en la secuencia de
aminoácidos con los GPCRs de animales y no se sabe si este grupo de proteínas son la
versión vegetal de los GPCRs. Considerando que las proteínas G se encuentran
implicadas en la señalización del estrés ambiental, es posible suponer que existen
receptores asociados a proteínas G que participan en la percepción de las señales que
inducen estrés.

5.1.5.2. El Calcio como Mensajero Secundario. Se le llama mensajero secundario a


una molécula que funciona como intermediario en la transmisión de señales. Bien
puede ocurrir que el mensajero secundario lleve la información desde un receptor
primario hacia otro señalizador, o bien puede ocurrir que lo haga entre dos
señalizadores. Sea como sea, el cambio en la concentración del ión calcio citosólico
[Ca2+]c constituye un punto de convergencia para muchas vías de señalización tanto en
animales como en plantas (Figura 5.6). La concentración de calcio intracelular es
cuidadosamente regulada; después de un estímulo el nivel basal aumenta gracias a la
liberación de calcio de almacenes intracelulares o bien por la entrada desde el medio
extracelular a través de diferentes canales de calcio. La distribución citosólica del Ca2+
posterior al mencionado aumento no es resultado de simple difusión, más bien forma
corrientes u ondas con configuraciones específicas. Cada señal ambiental crea su

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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propia configuración de Ca2+: una estructura espacialmente única que involucra
combinaciones particulares de varios cientos de proteínas actuando en concierto. Las
combinaciones específicas de cambio en flujo iónico y expresión génica definen la
eventual respuesta fisiológica. Los cambios transitorios en [Ca2+]c se sabe que son
inducidos por diferentes señales, desde factores Nod (Felle et al., 1998), procesos
degenerartivos como la senescencia (Huang et al., 1997), hasta factores ambientales
que inducen estrés o choque oxidativo (Chandra et al., 1997).

Figura 5.6. Resumen del modelo de red de señalización por calcio. Las áreas marcadas con
signo de interrogación señalan ausencia significativa de información (Modificado de Trewavas y
Malhó, 1998).

Al incubar en condición constante de alta temperatura plántulas de tabaco que


contienen aquorina transgénica, una proteína reportera luminiscente sensible al Ca2+,
se observó que se indujeron oscilaciones de [Ca2+]c pasados 20-25 minutos.
Oscilaciones posteriores por el choque térmico pudieron ser inducidas solo después de

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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un período de recuperación de ocho horas a temperatura ambiente. En el transcurso de
este período de recuperación, sin embargo, las oscilaciones pueden ser inducidas
también por señales de baja temperatura o viento (Gong et al., 1998). Por lo tanto, el
calor, el frío y el viento activan diferentes cascadas de transducción o bien movilizan
almacenes espacialmente distintos de calcio para producir una configuración específica
de Ca2+. La amplitud de las oscilaciones es modulada probablemente por la
organización del citoesqueleto, tal como fue mostrado para el caso de exposición a baja
temperatura (Mazars et al., 1997).
Los estudios con células animales muestran que existen varias formas para
lograr el incremento transitorio de Ca+2 en el citosol. El ión calcio puede llegar al
citosol desde el exterior a través de canales activados bien por cambios en el voltaje de
la membrana, por receptores específicos o por un fenómeno de autoestimulación por el
mismo calcio (store-operated Ca2+ channels). Por otro lado, el calcio en los almacenes
intracelulares puede llegar al citosol a traves de canales sensibles a ligandos
mensajeros. Estos últimos incluyen a los inositol polifosfatos, ADP-ribosa cíclico
(cADPR) y ácido nicotínico adenina dinucleótido fosfato (NAADP). Los receptores del
inositol 1,4,5- trifosfato (IP3) han sido aislados de células de animales y plantas. Los
receptores para cADPR fueron identificados en animales. Es interesante que la
actividad de estos dos tipos de receptores se ve estimulada por calcio, lo cual pudiera
explicar la autoestimulación del calcio. En contraste la identidad molecular de los
receptores de NAADP no ha sido definida y no parecen ser estimulados por calcio
(Xiong y Zhu, 2001).
En plantas superiores y algas los inositol polifosfatos parecen funcionar en la
transducción de estímulos ambientales como luz, gravedad, inductores fúngicos, acidez
y fuerza osmótica. El IP3 es generado por la enzima fosfolipasa C (PLC) a partir de la
hidrólisis de un precursor llamado fosfatidilinositol 4,5-bifosfato (PIP2). Este último es
sintetizado por la fosfatidilinositol 4-fosfato 5-quinasa. En Arabidopsis el gene PIP 5K,
que codifica esta enzima, es inducido por déficit hídrico y por ABA. Asimismo, después
de un tratamiento con ABA, se presenta un incremento transitorio de IP3 en
protoplastos de células guarda de Vicia faba (Lee et al., 1996). Estos efectos del ácido
abscísico requieren PLC, ya que la inhibición de esta enzima bloquea tanto el cierre
estomático como la oscilación de Ca2+ dependientes de ABA (Staxen et al., 1999).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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En animales existen al menos 3 subfamilias de PLC y en Arabidopsis se tienen
cuando menos 10 genes que codifican PLCs. Uno de estos, el AtPLC1, es inducido
fuertemente por salinidad y déficit hídrico y, en menor extensión, por baja temperatura
(Hirayama et al., 1995). Todas las PLCs requieren calcio como cofactor y parecen ser
activadas por proteínas G. La señalización por inositol polifosfatos está sujeta a niveles
múltiples de regulación, un ejemplo lo constituye el hecho de que AtPLC1 es regulado
negativamente por SOS2, una quinasa protéica involucrada en la tolerancia a la
salinidad (Zhu et al., 1998). Esto parece indicar que existe cierta separación, no tan solo
temporal sino también funcional, entre las cascadas de señalización y las respuestas de
tolerancia o adaptación.
Los fosfolípidos son hidrolizados por la fosfolipasa D (PLD) para producir ácido
fosfatídico (PtdOH), dicho compuesto funciona como segundo mensajero en células
animales activando la fosfatidilinositol 5-quinasa, PLC y la quinasa protéica C(PKC). En
las células guarda la actividad de PLD aumenta poco después de un tratamiento con
ABA y la aplicación de PtdOH tiene el mismo efecto que el ABA induciendo cierre
estomático (Jacob et al., 1999). Adicionalmente la actividad de PLD fue aumentada
pocos minutos después de una exposición a deshidratación o salinidad (Frank et al.,
2000; Munnik et al., 2000).
Inositol. La síntesis de inositol requiere de la inositol 1-fosfato sintasa (INPS) para
convertir glucosa 6-fosfato en INP. La transcripción de INPS es aumentada en las
partes aéreas pero disminuida en la raíz por el choque osmótico (Nelson et al., 1998),
mientras que en Arabidopsis la expresión no fue aumentada por la salinidad (Ishitani et
al., 1996). Se supone que el aumento en la síntesis de inositol es requerido para la
síntesis del osmolito D-ononitol.
Calmodulinas (CaM). La modulación de los procesos celulares dependiente de Ca2+
ocurre por medio de proteínas intracelulares receptoras de Ca2+, de las cuales las
calmodulinas se encuentran entre las mejor caracterizadas. Las calmodulinas no
poseen actividad catalítica, pero el complejo Ca2+-calmodulina activa numerosas
proteínas con diversos papeles en los procesos celulares (Figura 5.7). Para mayor
información sobre calmodulinas verifique la revisión de Snedden y From (1998) anotada
en el siguiente subcapítulo.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


76

Figura 5.7. Transducción de señales mediada por la unión de Ca2+ -calmodulina en plantas. Las
señales bióticas y abióticas son percibidas por receptores, resultando en algunos casos en
cambios transitorios en la concentración de Ca2+ en el citosol, núcleo y organelos. El incremento
en la concentración de Ca2+ libre, originada ya sea de los almacenes intracelulares o
extracelulares, da lugar a la unión de Ca2+ con las proteínas moduladas por calcio, incluyendo a
las calmodulinas y proteínas relacionadas. La modulación estructural de estas proteínas las
capacita para interactuar con numerosos blancos celulares que controlan una multitud de
funciones celulares, tales como el metabolismo, balance iónico, modificaciones del
citoesqueleto o de proteínas. Adicionalmente el Ca 2+ y las calmodulinas también regulan la
expresión de genes por medio de complejas cascadas de señalización o por unión directa a
factores de transcripción. Los cambios rápidos en las funciones celulares resultan de
interacciones directas de las calmodulinas y proteínas relacionadas con sus blancos (en
tiempos que van de segundos a minutos). Las respuestas más lentas requieren de la
transcripción de genes, procesado del RNA y síntesis de proteína (en tiempos que van de
minutos a días). Estos procesos mediados por calmodulinas, junto con los cambios celulares
disparados por otras vías de señalización, constituyen la respuesta de las plantas a las señales
externas (modificado de Snedden y Fromm, 1998).

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77
5.1.5.3. Literatura Referente al Calcio. Este material se tiene a disposición de los
estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

Trewavas, A.J. and R. Malhó. 1998. Ca2+ signaling in plant cells: the big network!
Curr. Op. Plant Biol. 1:428-433.
Snedden, W.A. and H. Fromm. 1998. Calmodulin, calmodulin-related proteins
and plant responses to the environment. Trends Plant Sci. 3:299-304.

5.1.5.4. Fosfoproteínas Intracelulares. Después de percibir una señal ambiental con


receptores asociados a membranas, las celulas utilizan cascadas con múltiples
fosfoproteínas para transducir y amplificar la información. La fosforilación y
desfosforilación de proteínas es tal vez la forma más común de señalización
intracelular. Estos procesos regulan gran cantidad de actividades celulares como
activación de enzimas, ensamble de macromoléculas, localización de proteínas y
degradación de las mismas. En las plantas existen muchas quinasas y fosfatasas
protéicas que parecen estar involucradas en las respuestas al estrés (Hardie, 1999).
La mayoría de las quinasas de plantas son quinasas serina:treonina que
juegan papeles importantes en la transferencia de grupos fosfato entre proteínas. La
PKABA1, una quinasa serina:treonina del trigo, fue de las primeras que se encontró
eran inducidas por sequía, baja temperatura, NaCl y ABA (Holappa y Walker-Simmons,
1995). La acumulación de PKABA1 en el embrión muestra correlación con con los
niveles de ABA en la semilla en proceso de maduración, indicando un rol probable de
PKABA1 en el control de la tolerancia a la deshidratación o la dermancia de la semilla.
Usando un ensayo de coexpresión transitoria, Gomez-Cadenas et al. (1999)
encontraron que PKABA1 inhibió la expresión del gene de la α-amilasa en capas de
aleurona de cebada (el cual es suprimido por ABA y estimulado por GA) pero no reguló
directamente la expresión del gene LEA (late embryogenesis abundant) el cual es
inducido por ABA. Adicionalmente, el hecho de que PKABA1 sea inducida por ABA y el
estrés en plántulas indica posibles funciones de este gene en los tejidos vegetativos. Li
et al. (2000a) encontraron en Vicia faba una quinasa protéica activada por ABA (AAPK),
homóloga a PKABA1, que se expresa de manera específica en las células guarda. Al
introducir una versión mutada de AAPK se bloqueó el cierre estomático inducido por

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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ABA al eliminar la activación de los canales aniónicos de la membrana plasmática por
parte del mismo ABA. Ya que el AAPK mutado mostró actividad reducida, el efecto
inhibitorio parece resultar de una interferencia sobre la señalización del ABA. Hasta el
momento se desconoce si AAPK es regulado también por el déficit hídrico.
Las raíces son los órganos que perciben primero la falta de agua en el suelo, por
ello no es sorprendente que posean mecanismos específicos de señalización. La
expresión de una proteína quinasa específica para la raíz (ARSK1) de Arabidopsis fue
fuertemente inducida por el déficit hídrico, la salinidad y el tratamiento con ABA (Hwang
y Goodman, 1995).
En las plantas exclusivamente, se encuentra una familia de quinasas protéicas
(CDPKs) envueltas en las respuestas a los factores ambientales extremos. Las CDPKs
consisten de un dominio quinasa serina:treonina y un dominio análogo a calmodulina.
En Arabidopsis los genes ATCDPK1 y ATCDPK2 fueron rápidamente inducidos por
tratamiento de carencia de agua y salinidad, pero no por ABA o baja y alta temperatura,
sugiriendo esto que estos productos génicos participan en una vía de señalización del
estrés independiente de ABA (Urao et al., 1994).
En una cascada de señalización del estrés la inactivación de fosfoproteínas se
consigue generalmente por desfosforilación. Se tienen 4 subgrupos principales de
fosfatasas (PP): PP1, PP2A, PP2B (calcineurina) y PP2C. Las PP2B y PP2C son
dependientes de Ca2+ mientras que que PP1 y PP2A no lo requieren para funcionar.
Normalmente la inactivación de fosfatasas es fisiológicamente equivalente a la
activación de quinasas. En la alfalfa la inhibición de la PP2A con ácido okadáico resulta
en la activación a 25° C del gene cas15 que es inducido por frío. Al respecto se
encontró que la PP2A es inhibida durante la aclimatación a la baja temperatura y que
este proceso es mediado por Ca2+ (Monroy et al., 1998). Ya que PP2A no requiere Ca2+
para activarse es posible que PP2A forme un complejo con una quinasa dependiente de
Ca2+-CaM. Esta asociación física de fosfatasas y quinasas pudiera ser un fenómeno
común.
Una conexión adicional entre PP2A y la señalización del estrés es que PP2A
puede regular la cascada de MAPK por desfosforilación de las quinasas núcleo; se
sabe asimismo que otras fosfatasas serina:treonina regulan la cascada MAPK. En
Arabidopsis se encontró que la fosfatasa PTP1, específica para tirosina, fue inducida

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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por NaCl pero reprimida por un tratamiento corto (6 horas o menos) de frío (Xu et al.,
1998). La significancia de esta regulación diferencial por dos estímulos ambientales
distintos no está clara.
En un estudio acerca de la interacción entre el estrés por baja temperatura y el
inducido por salinidad y su efecto sobre la regulación del gene inducido por estrés
RD29A, Xiong et al. (1999) observaron que cuando las plántulas de Arabidopsis fueron
mantenidas 4.5 horas en baja temperatura, la inducción de RD29A por NaCl o ABA fue
completamente bloqueada, mientras que una exposición más extensa (2 días) no dio
lugar al bloqueo de inducción de ABA. Si se toma en cuenta la similar regulación por
frío y salinidad (Xu et al., 1998), es posible que esta interacción entre baja temperatura
y salinidad ocurra al nivel de la fosfatasa PTP1. Por analogía con otros sistemas se ha
sugerido que el papel de la PTP1 en la señalización del estrés puede ser la
desfosforilación de una MAP quinasa en un residuo de tirosina.
Las fosfatasas se encuentran implicadas en la señalización por ABA. En
Arabidopsis los mutantes dominantes abi1 y abi2 muestran insensibilidad a la aplicación
exógena de ABA durante la germinación. Exhiben también desregulación de los
estomas, al parecer como resultado una reducción en la [Ca2+]c en las células guarda
inducida por ABA (Allen et al., 1999), resultando en un fenotipo marchito en condiciones
de baja humedad. Los genes ABI1 y ABI2 codifican proteínas homólogas a la fosfatasa
serina:treonina PP2C (Leung et al., 1994) y pueden tener funciones traslapadas. Al
menos para ABI1 se sabe que es un regulador negativo de la acción de ABA, inhibiendo
la expresión del gene HVA que codifica un promotor sensible a ABA (Sheen, 1996).

5.1.5.5. MAP Quinasas (MAPK). Las vías de señalización dependientes de MAPK


realizan transducción de señales de la superficie celular al núcleo. Las cascadas
MAPK (mitogen-activated protein kinase) se encuentran altamente conservadas en
todos los eucariotas y se utilizan ampliamente para la señalización de la fuerza
osmótica del medio externo. La llamada cascada “núcleo” o principal consiste de 3
quinasas que se activa en secuencia. La MAPKKK, después de activarse, fosforila los
residuos serina y treonina de la MAPKK. Esta a su vez fosforila residuos de tirosina y
treonina de la MAPK. Esta entonces migra al núcleo bien sea para directamente activar

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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factores de transcripción o bien para activar componentes señalizadores adicionales
que regularán la expresión génica, proteínas asociadas al citoesqueleto, etc.
La activación cooperativa de las tres quinasas resulta en un sistema ultrasensible
que permite la operación en forma de un circuito de encendido-apagado y previene la
activación aleatoria de la cascada (Huang y Ferrell, 1996). Se ha encontrado que
diferentes vías MAPK muestran componentes comunes, sin que la activación de una de
ellas afecte necesariamente a la otra. Esta especificidad se consigue con proteínas de
confinamiento o bien por componentes específicos a la cascada de señalización
(O´Rourke y Herskowitz, 1998). En las plantas las cascadas MAPK participan en la
transducción de señales de auxinas, citoquininas, estímulos mecánicos, respuesta a los
patógenos, transducción a estímulos por factores abióticos y regulación del ciclo celular.
En plantas de alfalfa una MAPK fue activada en el transcurso de 10 minutos de
tratamiento con baja temperatura. Fue también activada por el déficit hídrico así como
por acción mecánica, pero no por alta temperatura, salinidad o ABA exógeno (Jonak et
al., 1996), sugiriendo que esta MAPK es mediadora en la señalización de la sequía y
frío a través de una vía independiente de ABA. Una quinasa inducida por ácido salicílico
(SIPK), perteneciente a la familia de MAPKs activadas por el ácido salicílico, ataque de
patógenos y daño mecánico fue también activada 5-10 minutos después de aplicar un
choque osmótico (Mikolajczyk et al., 2000). En células de tabaco, de manera similar, el
estado de estrés osmótico activó la SIPK y otra quinasa llamada HOSAK,
independientemente de Ca2+ y ABA (Hoyos y Zhang, 2000). Por otra parte, en
protoplastos de aleurona de cebada se encontró una MAPK activada por
concentraciones fisiológicas de ABA 1 minuto después de su aplicación. La activación
de esta fue dependiente de una tirosina fosfatasa (Knetsch, 1996). Esta cascada de
MAPK regula la expresión del gene RAB 16 sensible a ABA. En Arabidopsis la
transcripción de de un gene MAPK, ATMPK3, es inducida por el déficit hídrico, baja
temperatura, salinidad y estímulos mecánicos (Mizoguchi et al., 1996).
La ATMPK3 es activada por H2O2 y su actividad es aumentada por ANP1, una
MAPKKK que se expresa de forma ectópica (Kovtun et al., 2000). Por su parte
ATMEKK1 (una MAPKKK), cuya expresión es inducida en los cinco minutos posteriores
a un tratamiento con NaCl (Covic et al., 1999), puede complementar funcionalmente al
mutante ste 11 (una MAPKKK) de S. cerevisae (Mizoguchi et al., 1996). Esto sugiere

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


81
similitud funcional entre algunos de los componentes de las cascadas MAPK de plantas
y levaduras. Las células de levadura que expresan ATMEKK1 son más tolerantes a la
fuerza osmótica y producen más glicerol en ausencia de estrés (Covic et al., 1999).
Kovtun et al. (2000) sobreexpresaron NPK1, un ortólogo de ANP de tabaco que
activa la expresión génica regulada por H2O2, encontrando que las plantas de
Arabidopsis que sobreexpresaron NPK1 mostraron tolerancia aumentada al
congelamiento, alta temperatura y salinidad. Aún así, la expresión del gene regulado
por estrés RD29A no fue alterada. Es posible que esta MAPKKK pudiera activar
diferentes vías de señalización del estrés inducido por factores abióticos, aumentando
entonces la tolerancia de las plantas. En este contexto es importante recordar que las
especies activas de oxígeno (ver sección sobre estrés oxidativo) se relacionan con el
estrés abiótico, además de su major conocido papel en el estrés biótico. Las especies
activas de oxígeno pudieran indirectamente potenciar la señalización del estrés por
medio de algunas vías no identificadas, como por ejemplo la generación de cADPR
(Xiong y Zhu, 2001).

5.1.5.6. Reguladores Transcripcionales. De acuerdo a las características del dominio


de unión al DNA, los factores de transcripción de eucariotas pueden clasificarse en
varios grupos como las proteínas zipper de leucina con región básica (bZIP), proteínas
análogas a MYB (con motivos o diseños recurrentes hélice-vuelta-hélice), proteínas con
dominio MADS, proteínas hélice-circuito-hélice (helix-loop-helix), proteínas zinc-fingers
y proteínas homeobox. Las plantas tienen además algunos factores de transcripción
únicos con dominios de unión al DNA tales como AP2:EREBP. En la activación de
genes sensibles al estrés causado por factores abióticos no parece existir una regla
general en cuanto a cual clase de factor transcripcional activa a que tipo de gene
sensible al estrés. En vez de ello aparentemente se tienen varias clases de factores
transcripcionales que regulan a un grupo de genes, o varios factores de transcripción
que de manera cooperativa activan a un gene en particular.
Muchos genes sensibles al ABA tienen el elemento de respuesta a ABA (ABRE)
con un núcleo ACGT y elementos adicionales de acoplamiento (Shen y Ho, 1995) los
cuales imparten inducción por ABA. Las proteínas que se unen a este complejo
sensible a ABA tienen motivos bZIP. Estas proteínas bZIP incluyen por ejemplo la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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EmBP1 del trigo, la TAF-1 del tabaco y las OSBZ8 y osZIP-1 del arroz. Algunos de
estos activadores transcripcionales son asimismo inducidos al nivel transcripcional por
ABA o factores estresantes. Por ejemplo OSBZ8, que codifica una proteína bZIP que se
une a la G-box en el elemento ABRE, fue rápidamente inducido por tratamiento con
ABA. Es probable que OSBZ8 se encuentre involucrado en la transcripción de genes
sensibles al ABA en el arroz (Nakagawa et al., 1996). Similarmente el gene mLIP15 que
codifica una proteína bZIP en el maíz, es inducido por baja temperatura, salinidad y
ABA, pero no por sequía (Kusano et al., 1995). Se desconoce sin embargo si mLIP15
puede regular genes sensibles a ABA.
El papel directo de las proteínas bZIP en la regulación de los genes sensibles a
ABA, al menos durante el desarrollo del embrión, fue soportado por la identificación del
producto del gene ABI5 como un factor de transcripción bZIP. ABI5 regula la expresión
de algunos genes LEA y se expresa principalmente en las semillas. Su expresión es
regulada por ABA y parece depender también de ABI1:2 (Finkelstein y Lynch, 2000). La
proteína VP1 del maíz (homóloga a ABI3 de Arabidopsis) es un factor de transcripción
que regula la maduración de la semilla y la dormancia activando genes sensibles a ABA
(McCarty et al., 1991). Sin embargo, VP1 no interactúa directamente con ABRE en el
promotor de estos genes. Más bien un factor bZIP, TRAB1, se encontró que se asocia
con VP1 y se une directamente con ABRE para mediar la transcripción inducida por
ABA (Hobo et al., 1999). Además de expresarse en embriones, los transcriptos TRAB1
fueron detectados en raíces y hojas. La expresión de TRAB1 no es afectada por ABA,
sin embargo este último puede regular la interacción entre VP1 y TRAB1 durante la
activación de los genes que llevan ABRE. ABI5, TRAB1 y DPBF-1, otro factor de unión
al promotor Dc3 sensible al ABA encontrado en el girasol muestran más del 50% de
homología al nivel de aminoácidos, implicando un probable mecanismo común para la
regulación génica.
Además de ABRE los promotores de muchos genes sensibles a baja
temperatura o déficit hídrico contienen otro elemento regulador cis con la secuencia
núcleo CCGAC, que responde específicamente a los mencionados factores
ambientales. Este elemento fue denominado DRE (drought-responsive element) o
elemento con reiteración C (CBF). Un activador transcripcional con dominio AP2 que se
une al elemento CBF1 de Arabidopsis es activado por frío y precede a la activación de

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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otros genes inducidos por frío (Gilmour et al., 1998). Asimismo se conocen dos genes
similares que codifican proteínas que se unen a DRE. La expresión de uno de ellos,
DREB2, fue rápidamente inducida por deshidratación y salinidad. La sobreexpresión de
CBF:DREB induce la expresión de genes sensibles al estrés e incrementa la tolerancia
de la planta al frío y la sequía (Liu et al., 1998). Estos resultados nos indican el
potencial de desarrollar plantas transgénicas con mayor resistencia a diferentes factores
ambientales adversos. Se requiere sin embargo ampliar la cobertura de trabajos
experimentales a otras especies como frutales, hortalizas, maíz, trigo y sorgo, de tal
forma que se verifique no solo la capacidad de resistir el estrés, sino los resultados de
la inducción de genes relacionados con el estrés sobre la fenología, productividad y
calidad de la cosecha.

5.1.5.7. Moléculas Asociadas: Modificadores, Confinadores y Adaptadores.


Además de las moléculas que directamente transducen las señales ambientales que
dan lugar al estrés, existen otras moléculas que regulan la actividad de los
componentes de señalización sin ser directamente sensores de los estímulos externos.
Estas moléculas asociadas son modificadores (distintos a las quinasas y fosfatasas),
confinadores y adaptadores que proveen distintos soportes físicos para muchos
eventos de señalización.
Las modificaciones postraduccionales de las proteínas juegan un importante
papel en la regulación de las funciones de las mismas. Con este tipo de modificación
los organismos cuentan con una amplia gama de posibilidades de control, modulación y
adaptación adicionales a la regulación de la expresión génica. La expresión fenotípica
es entonces el resultado tanto de la expresión de genes como del control respecto a
como se comporta una proteína dada. Al respecto se tiene el concepto de
moonlighting o proteínas multifunción, que hace referencia al hecho de que una
misma proteína, codificada por un gene en particular, es capaz de desarrollar
actividades diferentes dependiendo de su ubicación celular así como de las
modificaciones postraduccionales a que se ve sometida. Esta calidad de redundancia
ha introducido un nuevo factor de complejidad en los estudios genómicos (xxxxx).
Las modificaciones comunes de las proteínas incluyen la fosforilación,
acetilación, metilación, ADP-ribosilación, glicosilación, miristolación e isoprenilación. Por

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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estar muy extendido el proceso de fosforilación ya fue discutido. Tanto en procariotas
como en eucariotas la metilación (unión de un grupo ~CH3) de proteínas y DNA regula
la transcripción de genes (Chen et al, 1999) y la actividad de receptores (Falke et al.,
1997).
La lipidación de proteínas es una forma común de modificación de proteínas.
La lipidación facilita la asociación con las membranas, proceso importante para lograr la
transmisión de señales extracelulares al citosol. Las modificaciones lipídicas más
comunes hacen uso de los ácidos grasos miristato y palmitato y de los isoprenoides
farnesol y geranilgeranol. La isoprenilación se consigue con la farnesil transferasa
(Ftasa) o la geranilgeranil transferasa las cuales unen un fragmento 15-C del farnesil o
20-C del geranilgeranil a un residuo cisteína del C-terminus de la proteína. En las
células humanas aproximadamente el 0.5% de las proteínas celulares se encuentran
isopreniladas, la mayoría de ellas con geranilgeranil. En las plantas la chaperonina
ANJ1, asociada con estrés de alta temperatura, requiere de isoprenilación para
funcionar bajo la condición ambiental mencionada (Zhu et al., 1993). El papel de la
isoprenilación en la transducción de señales durante el estrés es apoyado por la
identificación del gene ERA1 de Arabidopsis que codifica la subunidad catalítica de la
FTasa. La germinación de las semillas mutantes era1 es muy sensible a la inhibición
por ABA (Cutler et al., 1996). Además, los canales aniónicos de las células guarda y el
cierre estomático en los mutantes era1 son hipersensibles al tratamiento con ABA (Pei
et al, 1998). Esto parece indicar que al menos uno de los sustratos de ERA1 es un
regulador negativo de la transducción de señales de ABA. En las células de mamíferos
un grupo de proteínas isopreniladas son las GTPasas de la familia protéica Ras. Estas
activan varias cascadas MAPK que regulan un amplio rango de actividades celulares,
tales como la progresión del ciclo celular, apoptosis y respuestas al estrés
La ubiquitinación es una importante modificación protéica que evita que las
proteínas sean degradadas en el proteasoma. La regulación de la transducción de
señales por medio de la degradación de proteínas se ha detectado durante la
señalización de auxinas, señalización de la luz y señalización de patógenos. Aunque se
ha sugerido que la ubiquitina se relaciona con la tolerancia a la desecación en algunas
plantas tolerantes a la falta de agua, y el nivel de transcriptos de la misma se
incrementa durante la deshidratación-hidratación, en las mesofitas parece innecesario

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


85
el aumento en la síntesis de ubiquitina durante el estrés por frío o sequía.
Adicionalmente en muchas plantas los genes de ubiquitina no son regulados por el frío,
salinidad o ABA. Asi pues, el papel potencial de la ubiquitinación en la transducción de
señales ambientales adversas parece ser la regulación del tiempo de vida de las
moléculas señalizadoras (Xiong y Zhu, 2001).
La separación espacial de componentes de señalización en una cascada por
medio de la formación de complejos, conseguidos con la asistencia de proteínas
adaptadoras y de confinamiento, es una forma común de controlar la especificidad de la
señalización. Adicionalmente, el “acarreo” de los componentes de señalización
tempranos a los receptores de membrana por los adaptadores y confinadores ayuda a
concentrar las proteínas de señalización consiguiendo un incremento en los niveles del
señalizador (Kholodenko et al., 2000). Otra funciones de las proteínas adaptadoras y de
confinamiento se refieren a mantener proteínas específicas en localidades subcelulares
específicas así como funciones bioquímicas adicionales. Una opción adicional se
consigue con la acción de los elementos del citoesqueleto, que pueden funcionar como
estructura de soporte para facilitar la agregación de complejos de señalización y el
movimiento de vesículas afectando así procesos específicos de señalización. El papel
de las proteínas confinadoras en la transducción de señales ha sido establecida en
muchos sistemas.
Las proteínas 14-3-3 son adaptadores que se unen a moléculas señalizadoras
para formar complejos transcripcionales. La proteína GF14 interactua con VP1 y Em1a
para formar un complejo transcripcional (Schultz et al., 1998) y este complejo,
incluyendo a TRAB1, puede regular la expresión génica de LEA en embriones. Se
encontró en Arabidopsis que dos genes inducidos por frío codifican proteínas 14-3-3 y
que su expresión es específicamente regulada por baja temperatura, pero no por ABA o
déficit hídrico (Jarillo et al., 1994) implicando que pueden funcionar durante las
respuestas a la baja temperatura. En la levadura el factor transcripcional CBF1,
específico para baja temperatura, requiere para su activación de proteínas adaptadoras
ADA2, AD3 y GCN5. Esta última es una histona acetilasa que forma con los
adaptadores y CBF1 un complejo de transcripción para genes inducidos por baja
temperatura (Stockinger et al., 1997).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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La acetilación de histonas y la modificación de cromatina constituye otro
punto importante en la regulación génica. Básicamente todas las secuancias de DNA en
genomas eucariotas se asocian con histonas. Sin embargo, no todos los genes son
afectados en su transcripción por la acetilación-desacetilación de histonas. Se ha
especulado que el resultado de la modificación de las histonas pudiera ser específico
para cada gene (Struhl, 1998). Se cree que en las plantas la exposición a factores
adversos no solamente inicia cascadas específicas de señalización, sino que también
afectan los procesos básicos de transcripción. Por ejemplo, al aplicar déficit de agua o
tratamiento con ABA en Arabidopsis y tomate se induce la expresión de genes
modificadores de histonas (Wei y O´Connell, 1996). Sin embargo, el significado de esta
inducción no se conoce.

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5.2. Estrés por Factores Bióticos.


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5.2.1. Genes de Resistencia

5.2.1.1. Literatura Referente a Genes de Resistencia. Este material se tiene a


disposición de los estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

1. Melcher, L.S. and M.H. Stuiver. 2000. Novel genes for disease-resistance breeding.
Curr. Op. Plant Biol. 3:147-152.
2. Stotz, H.U., J. Kroymann, T. Mitchell-Olds. 1999. Plant-insect interactions. Curr. Op.
Plant Biol.. 2:268-272.
3. Salmeron, J.M. and B. Vernooij. 1998. Transgenic approaches to microbial disease
resistance in crop plants. Curr. Op. Plant Biol. 1:347-352.
4. Rushton, P.J. and I.E. Somssich. 1998. Transcriptional control of plant genes
responsive to pathogens. Curr. Op. Plant Biol. 1:311-315.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


87
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5.2.2. Resistencia Sistémica Adquirida (RSA) y Resistencia


Sistémica Inducida (RSI)
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

Para el desarrollo de este capítulo se utilizó como base la revisión de literatura


realizada por Ryals et al. (1994).

Al presentarse una infección por patógenos las plantas inducen un tipo de


resistencia a largo plazo, de amplio espectro y de tipo sistémico que permite resistir
posteriores infecciones. Esta respuesta de resistencia sistémica (RS) ha sido
conocida por muchos años bajo diferentes nombres como inmunidad fisiológica
inducida o resistencia sistémica adquirida (SAR). Para propósitos de este trabajo el
acrónimo RSI indica el tipo de Resistencia Sistémica Inducida por un microorganismo
no patógeno (como los encontrados en la rizosfera), mientras que la SAR indica el tipo
de Resistencia Sistémica Adquirida originada en todos los tejidos de la planta como
resultado de la infección por un patógeno. La SAR es parte del repertorio de defensa de
las plantas contra los patógenos y es un mecanismo diferente a los descritos como
barreras físicas, entrelazamiento de las proteínas de la pared celular, biosíntesis de
fitoalexinas, respuesta hipersensible y cambios fisiológicos inducidos por el etileno. La
SAR no parece relacionarse con las respuestas inducidas por el herbivorismo o por un
estímulo osmótico.

5.2.2.1. Historia de la Resistencia Sistémica Inducida. Por cerca de 100 años los
científicos y naturalistas observaron que, cuando las plantas sobrevivían a la infección
de un patógeno, desarrollaban una mayor resistencia a infecciones subsecuentes. En
1933 Chester anotó 200 publicaciones que describían un fenómeno que él denominó
inmunidad fisiológica adquirida (Chester, 1933). En ese tiempo los científicos creían que
investigaban un fenómeno análogo al de la respuesta inmune de los mamíferos. En
retrospectiva, al menos tres diferentes procesos fueron llamados inmunidad fisiológica
adquirida: protección cruzada viral, antagonismo (o biocontrol) y lo que ahora se

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


88
denomina SAR. Durante los 30 años siguientes al reporte de Chester se publicaron
muchos trabajos sobre el tema, pero la mayoría fueron estudios descriptivos que
extendían las observaciones reportadas. El primer estudio sistemático acerca de la SAR
fue publicada por Ross en 1961. Utilizando el virus del mosaico del tabaco (TMV)
aplicado en lesiones locales del hospedero, Ross demostró que las infecciones de TMV
fueron restringidas por una infección previa. Esta resistencia fue efectiva no solo contra
el TMV sino también contra el virus de la necrosis del tabaco y ciertos patógenos
bacterianos. Ross acuño el término “resistencia sistémica adquirida” para referirse al
sistema de resistencia inducible (Ross, 1961b) y “resistencia adquirida localizada” para
describir la resistencia inducida en hojas inoculadas (Ross, 1961a). No está todavía
claro si la SAR y la resistencia adquirida localizada son aspectos de la misma respuesta
o procesos distintos.
En los últimos 40 años la SAR fue demostrada en muchas especies de plantas y
el espectro de resistencia se amplió para incluir no solo virus y bacterias, también
hongos fitopatógenos (Kuć, 1982). Se demostró también que la acumulación de un
grupo de proteínas extracelulares llamadas proteínas PR (Pathogenesis Related)
correlacionaba con el inicio de los eventos de SAR (Van Loon y Antoniw, 1982). Por su
parte White (1979) demostró que el ácido salicílico (AS) y ciertos derivados del ácido
benzóico (AB) pueden inducir tanto la resistencia como la acumulación de proteínas
PR. En la década de los 80´s el progreso fue lento, pero actualmente la aplicación de
técnicas de biología y genética molecular, así como la disponibilidad de sofisticadas
técnicas bioquímicas ha aumentando de manera significativa la comprensión de este
fenómeno. En la Figura 5.8 se presenta un modelo muy esquematizado de acción de la
SAR. En dicha figura se aprecia que el proceso parece dividirse en dos eventos:
iniciación y mantenimiento. Iniciación se refiere a la inducción en sí que sigue al
estímulo, en este caso la presencia de un agente infeccioso. Mantenimiento indica los
pasos posteriores en donde las señales bioquímicas desencadenadas durante la
iniciación son capaces de mantener el estado de resistencia durante un período
determinado incluso en ausencia del patógeno tanto en los tejidos inicialmente
infectados como en los no infectados.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


89
5.2.2.2. Inducción de Genes Correlativa con la Resistencia Sistémica Inducida. Un
enfoque muy útil para el estudio de una respuesta bioquímica tan compleja como la
SAR consiste en identificar marcadores sencillos de medir y que correlacionan de forma
precisa con el proceso biológico. En ese sentido se han aislado muchos cDNAs que se
expresan en tejidos no infectados durante el mantenimiento de la SAR. En el sistema
modelo tabaco/TMV se encontró que fueron inducidos coordinadamente en tejidos no
infectados de plantas inoculadas al menos nueve familias de genes, los cuales
mantuvieron un nivel estable de mRNA. Estas familias de genes fueron llamadas
colectivamente “genes SAR” (Ward et al., 1991). El tiempo en el cual la expresión de los
genes SAR es detectada (aproximadamente 6 días después de la inoculación)
correlaciona bien con el tiempo en el cual la resistencia puede apreciarse con un
bioensayo. Adicionalmente, los agentes abióticos que inducen resistencia, como el AS y
el ácido 2,6-dicloroisonicotínico (Ward et al., 1991), inducen el mismo espectro de
expresión de los genes SAR en niveles comparables a los desencadenados por la SAR
frente a un patógeno. En conclusión, la expresión de los genes SAR se asocia con el
inicio del estado de resistencia.
Además de ser marcadores confiables para la SAR, algunos de los genes
parecen jugar un papel activo en la resistencia. Una vez que los cDNAs fueron aislados
y las proteínas codificadas fueron purificadas, se encontró que varias tenían o bien
actividad antimicrobiana directa o bien actividad enzimática que sugería una proteína
antimicrobiana. Como un ejemplo, varias clases de genes SAR codifican β-1,3-
glucanasas y quitinasas. Dichas glucanoendohidrolasas fue demostrado que poseen
actividad antifúngica in vitro (Linthorst, 1991). Otra clase de genes SAR codifican un
grupo de proteínas ricas en cisteína (Cys) relacionadas con una proteína de intenso
sabor dulce llamada thaumatina. Se sabe que las proteínas análogas a la thaumatina
poseen actividad antifúngica in vitro (Vigers et al., 1991; Woloshuk et al., 1991). Su
actividad parece residir en la habilidad para destruir la integridad de las membranas, por
lo cual estas proteínas son llamadas “permatinas”. Otro grupo de genes SAR que se
sabe inhiben el crecimiento de hongos son las relacionadas con la proteína PR llamada
PR-1. Las proteínas PR-1 se encuentran ampliamente distribuidas en las angiospermas
y, en el caso del tomate y el tabaco, muestran actividad contra Phytophthora infestans
(Cohen et al., 1992).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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Figura 5.8. Modelo conceptual del inicio de la resistencia sistémica adquirida (SAR) (a la
izquierda) y del mantenimiento de dicho proceso (a la derecha). AS es ácido salicílico. La señal
sistémica mencionada, que se transporta a larga distancia es hasta el momento de identidad
desconocida.

Un mayor soporte para el papel de los genes SAR en la resistencia proviene de


los experimentos en donde los cDNAs fueron expresados en plantas transgénicas. Las
plántulas transgénicas de tabaco y Brassica que expresan una quitinasa del frijol se
encuentran significativamente protegidas contra la secadera causada por Rhizoctonia
spp. (Broglie et al., 1991). Asimismo, un alto grado de expresión de PR-1 en plantas
transgénicas de tabaco resultó en infección reducida por parte de dos patógenos
Oomycetes, Peronospora tabaci (que causa el “moho azul”) y Phytophthora parasitica
(que causa la “pierna negra”) (Alexander et al., 1993).
Aunque la SAR se encuentra bien caracterizada en el tabaco, otras especies
examinadas muestran también la inducción sistémica de genes en respuesta a un
ataque por patógenos. En algunos casos, como en Arabidopsis, esos genes muestran
relación con algún subconjunto de las familias génicas descritas para el tabaco (Uknes
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
91
et al., 1992). En otros casos, como en el pepino, los genes SAR parecen ser diferentes
a los principales descritos en el tabaco (Métraux et al., 1989). Es posible que cada
grupo taxonómico de plantas haya desarrollado su propio conjunto de genes SAR en
respuesta a la presión evolutiva proveniente de un espectro específico de patógenos.

5.2.2.3. Transducción de Señales en la Resistencia Sistémica Adquirida. El primer


paso en el desarrollo del la SAR es el reconocimiento de la infección de patógenos por
una planta. Una vez que la planta reacciona al patógeno, se liberan señales que
disparan la resistencia en los tejidos adyacentes y en los más lejanos. Es importante
señalar, sin embargo, que no todas las interacciones planta-patógeno dan lugar a la
inducción de SAR. Las interacciones compatibles (que no inducen una respuesta
hipersensible y por lo tanto permiten el establecimiento del patógeno) pueden inducir la
SAR, sin implicar necesariamente una reacción de resistencia gene a gene (Kuć, 1982).
No se conoce al momento un denominador común que sea útil para agrupar a los
“patógenos inductores de SAR” y esta área requiere mayor estudio.
Se ha propuesto que el AS es una señal que dispara la SAR ya que su
concentración aumenta de forma dramática después de la infección por un patógeno
(Malamy et al., 1990; Métraux et al., 1990). La evidencia más fuerte que involucra al AS
como señalizador en la SAR proviene de experimentos que utilizaron tabacos
trasngénicos que expresaban la enzima salicilato hidroxilasa, codificada por el gene
nahG de Pseudomonas putida (Gaffney et al., 1993). Esta enzima cataliza la conversión
de AS a catecol, el cual no es un inductor de SAR. Las plantas que expresan la
salicilato hidroxilasa no acumulan AS en respuesta a la infección por el patógeno y son
incapaces de inducir una respuesta de SAR a patógenos virales, bacterianos o
fúngicos.
Estos experimentos indican un papel directo del AS en la señalización de la SAR,
pero no dan luz acerca de si el AS es la señal sistémica, movilizada a larga distancia
supuestamente vía floema. Mayor información acerca del AS se encuentra en el
Capítulo 6.5.

5.2.2.4. Interacción entre Señalizadores en la Resistencia Sistémica. Otros


compuestos involucrados en la señalización de la resstencia sistémica son el ácido

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


92
jasmónico (AJ) y el etileno (Et). Se supone que el AS es un inductor de la SAR,
mientras que el AJ y el Et son señalizadores de la RSI. La evidencia reciente indica que
cada uno de estos compuestos modifica el efecto de los otros. Como ejemplo, la
concentración de AS tiene algún efecto sobre la magnitud de la respuesta inducida por
el AJ. Se sabe que en Arabidopsis las cascadas de señalización de AS y AJ son
independientes, aunque ambas confluyen hacia una proteína reguladora llamada NPR1,
la cual parece ser la encargada de iniciar la activación de los genes de defensa por
medio de diferentes elementos reguladores y activadores transcripcionales. No se sabe
aún de que forma NPR1 permite la bifurcación posterior hacia SAR ó RSI. Por otro lado,
van Wees et al. (2000) demostraron que las dos vías de señalización, la de AJ y la AS,
interactuan positivamente permitiendo contar con ambos tipos de protección en las
plantas.

5.2.2.5. Literatura Referente a Acido Jasmónico. Este material se tiene a disposición


de los estudiantes para su lectura e impartición de seminarios.

1. Kutchan, T.M. 2001. Ecological arsenal and developmental dispatcher. The paradigm
of secondary metabolism. 125:58-60.
2. McConn, M., R.A. Creelman, E. Bell, J.E. Mullet, J. Browse. 1997. Jasmonate is
essential for insect defense in Arabidopsis. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 94:5473-
5477.
3. Vijayan, P., J. Shockey, C.A. Lévesque, R.J. Cook, J. Browse. 1998. A role for
jasmonate in pathogen defense of Arabidopsis. Proc. Natl. Acad. Sci. USA
95:7209-7214.

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5.2.3. El Choque Oxidativo


Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

Para el desarrollo de este capítulo se utilizó como base la revisión de literatura


realizada por Wojtaszec (1997).
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
93
Las células vegetales son capaces de producir de manera constitutiva cantidades
significativas de especies reactivas de oxígeno (ROS), principalmente H2O2. Esta
producción se asocia predominantemente con la matriz exocelular (o pared celular) y es
regulada por factores como las hormonas, luz, daño mecánico y diferentes estados de
estrés. El H2O2 es encontrado sobre todo en células que se encuentran bajo
lignificación como los elementos traqueales, fibras de floema y en algunas células
epidérmicas. El H2O2 es menos abundante en las paredes celulares de las células en
rápido alargamiento, pero es producido en forma intensiva en células sujetas a daño o
estrés mecánico. El choque o descarga oxidativa se define como la rápida producción
de altos niveles de ROS en respuesta a un estímulo externo (Wojtaszec, 1997). El
primer reporte de rápida producción de ROS se refiere a la generación de •O-2 en discos
de tubérculos de papa en respuesta a la inoculación con una raza no compatible de
Phytophthora infestans o con fragmentos de la pared celular de hifas de la misma raza
(Doke, N. 1983. Physiol. Plant. Pathol. 23:345-357). Actualmente el choque oxidativo se
considera uno de los primeros eventos que siguen a la inducción de una respuesta
causada por patógenos (hongos, bacterias o virus), preparaciones con fragmentos de
las paredes de los patógenos, fragmentos de pared celular de plantas
(oligogalacturónidos y oligosacarinas) o estrés mecánico. Parece ser que la principal
forma química de ROS involucrada es el H2O2, con alguna participación del •O2-. Sin
embargo, la estrecha interrelación entre la generación de estas dos especies químicas
hace muy difícil identificar claramente cual es la forma de ROS iniciadora del choque
oxidativo.
La ocurrencia del incremento transitorio en la producción de ROS es
generalmente muy rápida, presentando variaciones de acuerdo al sistema y al inductor
utilizado. En cultivo celular la respuesta inicia usualmente 1-2 minutos después de
añadir un inductor fúngico o bien oligo-1,4-α-D-galacturónidos (OGA) derivados de la
paredes celulares de plantas, alcanza un máximo varios minutos después y es
completado de 30 a 60 minutos después de la inducción (Apostol, I., P.F. Heinstein,
P.S. Low. 1989. Plant Physiol. 90:109-116). Debe remarcarse sin embargo que el
choque oxidativo observado es independiente hasta cierto punto de la acumulación de
radicales libres, los cuales son detectados generalmente varias horas después de la
inducción, probablemente como resultado de la peroxidación de lípidos (Anderson, A.J.,

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


94
K. Rogers, C.S. Tepper, K. Blee, J. Cardon. 1991.Physiol. Mol. Plant Pathol. 38:1-13).
Cuando se utilizaron segmentos de plantas como modelo para el estudio del choque
oxidativo, esta respuesta fue observada de 8 a 12 horas después de la inducción (Doke,
1983), acompañada en cambio de signos visibles de generación de ROS de 2 a 4 horas
después (Schwacke, R. And A. Hager. 1992. Planta 187:136-141). Recientemente la
detección in vivo de la producción de H2O2 en la lechuga solo 5 horas después de la
inoculación con una raza incompatible de Pseudomonas syringae pv. phaseolicola
parece confirmar la aparente independencia mencionada. Esta condición puede
modificarse con el preacondicionamiento con estímulos mecánicos (abrasión de la
cutícula) o aplicación de inductores de resistencia sistémica como el ácido salicílico o el
ácido 2,6-dicloroisonicotínico. Efectivamente, en hipocotilos preacondicionados de
pepino la aplicación de un inductor fúngico dio lugar a un máximo en la producción de
H2O2 en 30 minutos, completando la respuesta en 90 minutos, situación parecida a la
observada en cultivos celulares (Figura 5.9). Este efecto del preacondicionamiento fue
completamente inhibido por la adición de cicloheximida o puromicina, sugiriendo un
requerimiento de traducción y síntesis de proteínas (Fauth, M., A. Merten, M.G. Hahn,
W. Jeblick and H. Kauss. 1996. Plant Physiol. 110:347-354). Este mismo requerimiento
fue observado para la generación de H2O2 en hipocotilos preacondicionados de pepino
tratados con un inductor a base de OGA (Svalheim, O. and B. Robertsen. 1993. Physiol.
Plant. 88:675-681).
Otras observaciones sugieren asimismo la existencia de “factores de
competencia para la inducción” que serían requeridos para la inducción de respuestas
de defensa en la soya (Glycine max) (Graham, M.Y. and T.L. Graham. 1994. Plant
Physiol. 105:571-578). Es probable, debido a la constante estimulación mecánica por la
agitación de los cultivos celulares, que el efecto de preacondicionamiento sea inherente
en estos sistemas de estudio. En los cultivos celulares el pretratramiento con ácido
salicílico no cambia el curso temporal del choque oxidativo, pero si intensifica la
intensidad de generación de ROS (Kauss, H. and W. Jeblick. 1995. Plant Physiol.
108:1171-1178).
En los cultivos celulares tratados con bacterias o inductores bacterianos, la
producción de ROS fue observada como un proceso bifásico (Figura 5.9.b). La Fase I
es muy similar en tiempo y forma a la reacción frente a los inductores fúngicos, y se

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


95
considera por lo tanto una respuesta no específica. En las interacciones incompatibles,
sin embargo, la Fase I es acompañada de la Fase II, una generación de relativa larga
duración que ocurre de 1.5 a 6 horas después de la inducción (Baker, C.J., E.W.
Orlandi, N.M. Mock. 1993. Plant Physiol. 102:1341-1344).

Figura 5.9. Una representación esquemática de la cinética del choque oxidativo en cultivos
celulares de plantas posterior a la adición de diversos inductores. Los valores de 0 a 100 en el
eje de las ordenadas representan % de producción de ROS. (a) Respuesta a un inductor
fúngico ( ______ ), fragmentos oligogalacturónidos de plantas (. . . . .) y planta preacondicionada
frente a un inductor fúngico (- - - - -). (b) Reacción bifásica de las células vegetales por
inducción con bacterias ( ______ ) y generación de ROS por plantas en respuesta al tratamiento
con fragmentos oligogalacturónidos (- - - - -).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


96
La comparación de la habilidad de diferentes inductores para evocar un choque
oxidativo demuestra diferencias significativas en el tiempo y la intensidad de producción
de ROS. En un cultivo celular de soya la aplicación de OGA de plantas causó un
choque oxidativo muy similar al causado por el tratamiento de células con un inductor
no purificado de Verticillium dahliae (Apostol et al., 1989). En el último caso se demostró
que fue un carbohidrato, y no una proteína, el responsable de la inducción de
producción de H2O2 (Davis, D., J. Merida, L. Legendre, P.S. Low and P.S. Heinstein.
1993. Phytochemistry 32:607-611). Se encontró una situación diferente en las células
de tabaco cuando, al añadir un inductor no purificado de Phytophthora parasitica var.
nicotianae, este fue inefectivo en inducir un choque oxidativo, mientras que la
criptogeína (una proteína de P. cryptogea un hongo no patógeno del tabaco) fue un
inductor efectivo de la generación de ROS (Botín, A., C. Véronési, D. Pontier, M.T.
Esquerré-Tugayé, J.P. Blein, P. Ricci. 1994. Plant Physiol. Biochem. 32:373-378). En
células de soya un inductor de OGA indujo un choque oxidativo rápido y transitorio en
comparación con el evocado por una preparación de oligoglucanos obtenida a partir de
paredes celulares de P. megasperma f.sp. glycinea (Levine, A., R. Tenhaken, R. Dixon,
C. Lamb. 1994. Cell 79:583-593). Se encontró sin embargo lo contrario al aplicar ambos
inductores en segmentos de hipocotilo de pepino (Svalheim, O. and B. Robertsen.
1993). En este último caso la respuesta más rápida (máximo en 4-6 horas después de
la inducción) evocada por lo oligoglucanos alcanzó solo un 10-15% de la intensidad de
la respuesta máxima (10-12 horas después de la inducción) generada por el inductor de
OGA. En otro estudio se verificaron cuatro diferentes preparaciones de inductor en un
cultivo celular de frijol (Wojtaszek, P., J. Trethowan, G.P. Bolwell. 1995. Plant Mol. Biol..
28:1075-1087). Aunque el tiempo de la respuesta fue aproximadamente el mismo, las
reacciones de las células vegetales mostraron gran variación en su intensidad. Una
preparación no purificada de Colletotrichum lindemuthianum fue el inductor más potente
de ROS. Este mismo inductor fue tratado con aglutinina de germen de trigo sobre gel de
agarosa y mostró cuatro veces menos actividad, indicando la importancia de los
residuos de N-acetilglucosamina como inductores del choque oxidativo. A pesar de ello,
cuando se utilizaron oligómeros de quitina o quitosán para la inducción, la intensidad
del choque oxidativo fue solo el 10% de lo alcanzado con la preparación no purificada,

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


97
sugiriendo la existencia de grupos adicionales necesarios para la inducción de la
respuesta.

5.2.3.1. Respuestas Bioquímicas Asociadas al Choque Oxidativo. Al nivel


bioquímico parecen existir ciertos puntos comunes entre los mecanismos de generación
de ROS de plantas y mamíferos. En ambos casos se tiene dependencia del aporte de
equivalentes de reducción NADPH2 a un complejo enzimático llamado oxidasa de
NADPH2 que produce •O-2 (superóxido) que posteriormente dismuta a H2O2. Sin
embargo, fuera del plano bioquímico existen diferencias patentes. Se supone que en los
mamíferos este H2O2 es utilizado por células móviles especializadas, neutrófilos,
eosinófilos y macrófagos, para matar las bacterias fagocitadas. Las bacterias son
eliminadas mientras las células de defensa permanecen vivas, ya que los ROS son
liberados en la vacuola de fagocitocis. En las plantas en cambio el crecimiento y
propagación de los patógenos se consigue por medio de una reacción hipersensible
(HR), en la cual las células vegetales en el sitio de infección resultan muertas
(respuesta de muerte celular hipersensible), probablemente por efecto de los ROS
producidos. Se ha demostrado que el H2O2 es directamente tóxico para los
microorganismos (Peng, M. and J. Kuc. 1992. Phytopathology 82:696-699), que induce
la resistencia sistémica adquirida (SAR) (Chen, Z., H. Silva, D.F. Klessig. 1993. Science
262:1883-1886) además de reducir la sensibilidad de la pared celular a la degragación
enzimática induciendo el entrelazamiento oxidativo de las glicoproteínas (Wojtaszek, P.,
J. Trethowan, G.P. Bolwell. 1995. Plant Mol. Biol. 28:1075-1087).
En experimentos de largo plazo en donde se determinó el consumo de O2 en
células inducidas de tomate, cuatro horas después de la exposición al inductor (Vera-
Estrella, R., E. Blumwald, V.J. Higgins. 1992. Plant Physiol. 99:1208-1215), no se
observaron cambios en las células tratadas con inductores provenientes de patógenos
compatibles. Por otro lado, los inductores originados de patógenos incompatibles (es
decir, que inducen una HR) evocaron la disminución gradual en la tasa de consumo de
oxígeno, comenzando en 1 hora y alcanzando una tasa constante después de 3 horas.
Se observó una cinética similar en callos de clavel derivados de un cultivar resistente a
Fusarium oxysporum tratados con un extracto no purificado del hongo (Trillas, M. I. and
J. Azcón-Bieto. 1995. Plant Physiol. Biochem. 33:47-53). Como observación interesante

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


98
se tiene que la disminución en el consumo de O2 fue contrarestado por la adición de
catalasa, pero no por la adición de SOD o ascorbato (Vera-Estrella, R., E. Blumwald,
V.J. Higgins. 1992. Plant Physiol. 99:1208-1215). En experimentos de corto plazo con
células de frijol tratadas con un inductor se observó un incremento rápido y transitorio
en el consumo de O2, aumentando esta casi al doble 8 minutos después de la
inducción, lo cual precedió el pico del choque oxidativo que se presentó 12 minutos
después de la inducción. En células animales el incremento abrupto en la tasa de
consumo de O2 se conocido como “choque respiratorio” y es sensible al cianuro y a los
compuestos azo con el grupo N3 (Segal, A. W. and A. Abo. 1993. Trends Biochem. Sci.
18:43-47). En las plantas por otro lado el mencionado proceso es sensible al cianuro
pero es inhibido totalmente por los compuestos azo (Bolwell, G. P., V.S. Butt, D.R.
Davies, A. Zimmerlin. 1995. Free Radical Res. 23:517-532). Dado que se supone que la
fuente generadora de ROS depende del consumo de O2 entonces parecen existir
diferencias fundamentales entre animales y plantas en al menos algunos componentes
de los sistemas generadores de ROS durante el choque oxidativo.
El análisis adicional de los niveles de ATP y del cociente NADH/NAD+ indicó que
el incremento en el consumo de O2 va dirigido casi totalmente a la producción de ROS,
dando lugar a síntomas de estrés oxidativo en las células. Esta conclusión es apoyada
por la demostración de la inducción de la alcohol deshidrogenasa, una enzima cuya
expresión es estimulada por el déficit de O2 (Robertson, D., D.R. Davies, C. Gerrish,
S.C. Jupe, G.P. Bolwell. 1995. Plant Mol. Biol. 27:59-67). Es asimismo de particular
interés la evidencia de que la manitol deshidrogenasa es una proteína inducida por la
patogénesis. Dado que se supone que el manitol funciona como antioxidante una
disminución en la concentración del mismo afectaría la tasa interna de producción de
ROS en respuesta a los patógenos (Williamson, J. D., J.M.H. Stoop, M.O. Massel, M.A.
Conkling, D.M. Pharr. 1995. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 92:7148-7152).
Hasta el momento se ha mencionado el efecto de inducción sobre el
metabolismo primario, sin embargo también se presentan modificaciones en el
metabolismo secundario, como es el caso de la producción de fitoalexinas (compuestos
de bajo peso molecular con actividad antimicrobiana (Dixon, R. A. and N.L. Paiva. 1995.
Plant Cell 7:1085-1097). Se ha sugerido que existe conexión entre la generación de
ROS y la inducción de producción de fitoalexinas (Doke, N. 1983. Physiol. Plant Pathol.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


99
23:345-357) y se utilizaron aplicaciones directas de H2O2 en plantas para verificar esta
posibilidad. En hipocotilos y radículas de soya el tratamiento con H2O2 e hidroperóxidos
de ácidos grasos inducen la acumulación de gliceolina (Montillet, J.-L. and N.
Degousée. 1991. Plant Physiol. Biochem. 29:689-694). Se encontró una situación
idéntica en un cultivo celular de soya cuando la inducción de fitoalexinas fue inhibida
por la adición de catalasa activa, mientras que la catalasa desnaturalizada no causó
cambio alguno (Apostol, I., P.F. Heinstein, P. S. Low. 1989. Plant Physiol. 90:109-116).
Estos resultados parecen indicar una liga causal entre los dos fenómenos. Sin
embargo, resultados posteriores mostraron que dos diferentes elementos presentes en
la preparación no purificada fueron responsables de la inducción paralela, aunque
independiente, de las dos respuestas (Davis, D., J. Merida, L. Legendre, P.S. Low, P. F.
Heinstein. 1993. Phytochemistry 32:607-611). Estudios posteriores en hipocotilos y
radículas de soya identificaron la peroxidación de lípidos, y no la generación de ROS,
como señal suficiente para inducir la síntesis de gliceolina (Degousée, N.,
Triantaphylidès, J.L. Montillet. 1994. Plant Physiol. 104:945-952). De forma similar, los
experimentos de inducción de reacciones de defensa en células de trébol o tabaco
frente a bacterias patógenas indicaron que, aunque las células produjeron ROS en
respuesta a dicho estímulo, la producción de estos compuestos no fue un requerimiento
esencial para la inducción de la síntesis de fitoalexinas o la respuesta hipersensible.
Usando este mismo sistema, la inducción abiótica de las células con HgCl2 dio lugar a
la producción de fitoalexinas, pero no al choque oxidativo (Devlin, W. S. and D. Gustine.
1992. Plant Physiol. 100:1189-1195). Del mismo modo, los protoplastos de zanahoria
acumularon ácido 4-hidroxibenzóico, pero no produjeron cantidades detectables de
H2O2 (Bach, M., J.P. Schnitzler, H.U. Seitz. 1993. Plant Physiol. 103:407-412). En
células de frijol inducidas con diferentes compuestos, el potencial de una sustancia
dada para evocar el choque oxidativo no se relacionó con la capacidad de inducir la
enzima PAL (fenilalanina amonio liasa, primera enzima de la vía de los
fenilpropanoides) (Wojtaszek, P., J. Trethowan, G.P. Bolwell. 1995. Plant Mol. Biol.
28:1075-1087). En células de tabaco tratadas con inductores protéicos purificados, la
síntesis de fitoalexinas no fue afectada ni por la inhibición de la generación de ROS ni
por la supresión de la acumulación de ROS en el medio (Rustérucci, C., V. Stallaert,
M.L. Milat, A. Pugin, P. Ricci, J.P. Blein. 1996. Plant Physiol. 111:885-891). En conjunto

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


100
estos resultados y los otros experimentos recientes parecen sugerir que ambas
respuestas son inducidas en paralelo, probablemente por diferentes sistemas de
reconocimiento y señalización (Jakobek, J. L. and P.B. Lindgren. 1993. Plant Cell 5:49-
56). En las leguminosas, en donde los flavonoides e isoflavonoides actúan como
fitoalexinas (Dixon, R. A. and N.L. Paiva. 1995. Plant Cell 7:1085-1097) y como
antioxidantes (Rice-Evans, C. A., N.J. Miller, G.P. Bolwell, P.M. Bramley, J. Pridham.
1995. Free Radical Res. 22:375-383), los tiempos de producción de ROS y de
secreción de compuestos fenólicos hacia el sitio de infección es de crucial importancia
para la eventual magnitud del choque oxidativo.

5.2.3.2. Choque Oxidativo y Resistencia Sistémica. La resistencia sistémica


adquirida (RSA) es una de las consecuencias de las respuestas de defensa de las
plantas. Ya que las infecciones son generalmente eventos locales, se ha propuesto la
existencia de señales sistémicas para explicar la presencia de la RSA. Se propuso
durante un tiempo que el ácido salicílico era uno de estos factores sistémicos pero fue
demostrado que no es un compuesto que sea traslocado (Vernooij, B., L. Friedrich, A.
Morse, R. Reist, R. Kolditz-Jawhar, E. Ward, S. Uknes, H. Kessmann, J. Ryals. 1994.
Plant Cell 6:959-965). Ya que el choque oxidativo precede a la acumulación de ácido
salicílico en tejidos infectados (Hammond-Kosack, K. E., P. Silverman, I. Raskin, J.D.G.
Jones. 1996. Plant Physiol. 110:1381-1394), la relación entre estos dos eventos ha sido
estudiada con cierto detalle. La infiltración de hojas de tabaco con H2O2 activó la
enzima 2-hidroxilasa de ácido benzóico la cual forma ácido salicílico a partir del
benzóico, resultando en la subsecuente acumulación de este último compuesto (León,
J., M.A. Lawton, I. Raskin. 1995. Plant Physiol. 108:1673-1678). Por otra parte, se
observó que el ácido salicílico y su análogo sintético, el INA, inhibieron la catalasa y la
ascorbato peroxidasa, dos enzimas que regulan el nivel de ROS en las células, pero no
inhiben las guayacol peroxidasas que participan en la síntesis de lignina (Durner, J. and
D.F. Klessig. 1995. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 92:11312-11316). Estos hallazgos
corroboraron los efectos observados sobre la intensidad del choque oxidativo en tejidos
pretratados con ácido salicílico o INA (Schwacke, R. and A. Hager. 1992. Planta
187:136-141), en el sentido de que ambos compuestos afectan el sistema de remoción
de ROS y no precisamente la generación de ROS.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


101
Sin embargo, los resultados obtenidos por Rüffer et al. (Rüffer, M., B. Steipe,
M.H. Zenk. 1995. FEBS Lett. 377:175-180) cuestionaron la actividad inhibitoria del ácido
salicílico sobre la catalasa, indicando la posibilidad de que dicha unión sea de hecho
en general con las ferroenzimas de plantas, animales y hongos, pero no con enzimas
carentes de hierro. Asimismo, otra consecuencia de la eventual actividad inhibitoria del
salicílico la catalasa en plantas pudiera ser la elevación de los niveles de H2O2 en la
vecindad inmediata de los sitios de infección, siendo que se ha postulado que dicho
nivel actúa como segundo mensajero del ácido salicílico en la vía de transducción que
lleva a la obtención de SAR así como a la activación de los genes que codifican las
proteínas PR (Klessig, D. F. and J. Malamy. 1994. Plant Mol. Biol. 26:1439±1458).
Aunque algunos experimentos indicaron que los niveles elevados de H2O2 obtenidos
como consecuencia de la inhibición de la catalasa por el salicílico no son requeridos
para la inducción de SAR (Neuenschwander, U., B. Vernooij, L. Friedrich, S. Uknes, H.
Kessmann, J. Ryals. 1995. Plant J. 8:227-233), y aunque el papel del H2O2 en la
inducción de las proteínas PR ha sido cuestionado (Bi, Y.-M., P. Kenton, L. Mur, R.
Darby, J. Draper. 1995. Plant J. 8:235-245), no debe excluirse la posibilidad de que el
H2O2 pudiera ser uno de los estímulos que activan estas respuestas.
Los datos obtenidos en dos laboratorios en cultivos celulares de soya y frijol
tratados con inductores proveen una liga causal entre los fenómenos de choque
oxidativo y la insolubilización (inmovilización) de las proteínas de la pared celular. Las
proteínas estructurales se insolubilizan después de su arribo a la pared celular, en un
proceso que se cree depende de la formación de un enlace eter isoditirosina catalizado
por una enzima peroxidasa de la pared celular (Iiyama, K., T.B.T. Lam, B.A. Stone.
1994. Plant Physiol. 104:315-320). Los resultados obtenidos por Bradley et al. (Bradley,
D. J., P. Kjellbom, C.J. Lamb. 1992. Cell 70:21-30) mostraron la rápida desaparición de
las glicoproteínas p35 y p100 de extractos SDS a partir de fracciones no purificadas de
paredes celulares provenientes de células soya tratadas con un inductor. El marcado
inmunofluorescente de estas células utilizando anticuerpos de p35 indicó que estas
proteínas son inmovilizadas en las paredes probablemente a través de enlaces
covalentes lo cual las hace no extraíbles con SDS. Esta pérdida de extractabilidad de la
proteína siguió la dinámica del choque oxidativo, comenzando dos minutos después de
la inducción y terminando de 20 a 30 minutos después. El efecto mencionado puede

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


102
obtenerse asimismo con la aplicación exógena de H2O2, mientras que la insolubilización
de las proteínas de la pared celular es prevenida por la catalasa o el ascorbato.
En los cultivos celulares de frijol fue demostrada la inmovilización de cinco
glicoproteínas después de aplicar un inductor. La cinética de este proceso siguió a la
del choque oxidativo, siendo completado en 15 minutos. Esta inmovilización fue
dependiente de la presencia de H2O2 y del pH. Fue demostrada sin embargo la
existencia de otro mecanismo de inmovilización dependiente de productos de
peroxidación de los lípidos e independiente del pH que actúa de manera tardía posterior
a la inducción (Wojtaszek, P., J. Trethowan, G.P. Bolwell. 1995. Plant Mol. Biol.
28:1075-1087). Este proceso de entralazamiento de las glicoproteínas de la pared
celular inducido por la oxidación es parecido a la insolubilización de las proteínas del
exoesqueleto del erizo de mar, proceso regulado por un programa de desarrollo y
también dependiente del H2O2 (Shapiro, B. M. 1991. Science 252:533-536), así como a
la inmovilización de las glicoproteínas de tipo HRGP en Chlamydomonas
(Waffenschmidt, S., J.P. Woessner, K. Beer, U.W. Goodenough. 1993. Plant Cell 5:809-
820). En las plantas la rápida inmovilización de las proteínas puede darle mayor
resistencia a las paredes celulares, haciendo más lento el ingreso del patógeno invasor
(Brisson, L. F., R. Tenhaken, C. Lamb. 1994. Plant Cell 6:1703-1712). Adicionalmente
las proteínas inmovilizadas funcionan como sitio de deposición de compuestos fenólicos
y la subsecuente formación de papilas (Wojtaszek, P., J. Trethowan, G.P. Bolwell. 1995.
Plant Mol. Biol. 28:1075-1087).
Los cambios en la permeabilidad de la membrana y los resultantes flujos,
principalmente entrada de Ca2+ y H+ y salida de K+ y Cl-, se encuentran entre las más
rápidas respuestas de las células vegetales a la presencia de inductores (Kombrink, E.
and I.E. Somssich. 1995. Adv. Bot. Res. 21:1-34). En las células del perejil
(Petroselinum crispum) estos flujos son iniciados de 2 a 5 minutos después del estímulo
inicial, observándose una alcalinización extracelular transitoria (Hahlbrock, K., D.
Scheel, E. Logemann, T. Nürnberger, M. Parniske, S. Reinold, W.R. Sacks, E.
Schmelzer. 1995. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 92:4150-4157). Una situación similar se
observó en células de tomate (Felix, G., M. Regenass, T. Boller. 1993. Plant J. 4:307-
316) y frijol (Bolwell, G. P., V.S. Butt, D.R. Davies, A. Zimmerlin. 1995. Free Radical
Res. 23:517-532). En protoplastos de zanahoria tratados con un inductor fue posible

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103
observar flujos de Ca2+ y K+ incluso en ausencia de un choque oxidativo (Bach, M., J.P.
Schnitzler, H.U. Seitz. 1993. Plant Physiol. 103:407-412). La conexión entre la
activación de los canales de Ca2+ y la inducción de las restantes respuestas de defensa
ya fue indicada (Hahlbrock, K., D. Scheel, E. Logemann, T. Nürnberger, M. Parniske, S.
Reinold, W.R. Sacks, E. Schmelzer. 1995. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 92:4150-4157),
mientras que la importancia del carácter transitorio de los flujos de Ca2+ fue demostrada
en fracciones de tejido de tubérculo de papa ricas en membranas plasmáticas. En este
sistema la activación de la reacción de generación de •O-2 dependiente de NADPH
estuvo estrictamente subordinada a la presencia de iones Ca2+, si bien la actividad de
generación de •O-2 acrecentada por el inductor fue independiente de Ca2+ (Doke, N.
and Y. Miura. 1995. Physiol. Mol. Plant Pathol. 46:17-28).
Los cambios en el pH de los diferentes compartimientos celulares, resultado de
los flujos iónicos, parecen jugar cierto papel importante en la regulación de las
respuestas de defensa de la planta, entre ellas la producción de ROS. Aunque se ha
observado que ocurre poco o ningun cambio en el pH citoplasmático o vacuolar de las
células de soya en respuesta a un inductor (Horn, M. A., R.P. Meadows, I. Apostol, C.R.
Jones, D.G. Gorenstein, P.F. Heinstein, P.S. Low. 1992. Plant Physiol. 98:680-686), se
encontró que los cambios en el pH externo (apoplástico + extracelular) estuvieron
cercanamente relacionados con la intensidad del choque oxidativo en células de frijol
tratadas con un inductor. Adicionalmente, tanto el choque oxidativo como la
inmovilización de las proteínas de la pared celular son evocadas simplemente al
transferir las células de frijol a un medio amortiguado a pH alto (Bolwell, G. P., V.S. Butt,
D.R. Davies, A. Zimmerlin. 1995. Free Radical Res. 23:517-532). Al respecto se sabe
que la unión de inductores fúngicos oligopeptídicos a las membranas de células de
perejil es dependiente del pH, con escasa afinidad en pH neutro o menor a 7, y alta
afinidad en pH mayor a 7.0 (Nürnberger, T., D. Nennstiel, T. Jabs, W.R. Sacks, K.
Hahlbrock, D. Scheel. 1994. Cell. 78:449-460. En el caso de las células fagocíticas de
mamíferos también se ha propuesto que los cambios de pH modulan el choque
oxidativo (Segal, A. W., M. Geisow, R. Garcia, A. Harper, R. Miller. 1981. Nature
290:406-409).
Se ha propuesto un papel adicional para el H2O2 como un componente clave en
la orquestación de la muerte celular hipersensible (Levine, A., R. Tenhaken, R. Dixon,

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


104
C. Lamb. 1994. Cell 79:583-593). En cultivos celulares de soya tratados con líneas
isogénicas de Pseudomonas syringae pv. glycinea, la muerte celular ocurre únicamente
al inocular con una cepa avirulenta, pero no con una virulenta. Esta reacción es inhibida
por la adición de DPI (un inhibidor de la NADPH oxidasa de mamíferos), estimulada por
el 3-amino-1,2,4-triazol (un inhibidor de la catalasa) e imitada por la adición extracelular
de H2O2. Adicionalmente, el factor que desencadena la muerte celular fue móvil y fue
destruido por la catalasa. Esta señal móvil, supuestamente H2O2, fue también capaz de
inducir la expresión de genes que codifican enzimas antioxidantes como la glutatión S-
transferasa o la glutatión peroxidasa. La activación génica fue conseguida con H2O2
2mM, mientras que la muerte celular mostró un umbral de respuesta con una transición
abrupta entre 4 y 6 mM de H2O2. Sin embargo, la producción estimada de H2O2 por 1 ml
de cultivo celular de soya con aplicación de inductores es de 0.12 µmol (Legendre, L.,
S. Reuter, P.F. Heinstein, P.S. Low. 1993. Plant Physiol. 102:233-240), muy debajo de
los mencionados valores umbral. Adicionalmente, los resultados de Levine et al.
(Levine, A., R. Tenhaken, R. Dixon, C. Lamb. 1994. Cell 79:583-593), mostraron una
producción bifásica típica de ROS, y la diferencia entre la cepa virulenta y la avirulenta
de la bacteria usada para inocular consistió en la falta de la Fase II para la cepa
virulenta. Esto quiere decir que en ambos casos los ROS fueron generados durante la
Fase I pero solo en el caso de la cepa avirulenta esto causó la muerte de las células de
soya. Aunque estos datos pueden ser interpretados como una indicación del estrés
oxidativo acumulativo que da lugar a la muerte celular en interacciones incompatibles,
los resultados de experimentos con mutatntes de P. syringae pv. syringae contradicen
dicha conclusión. Estos mutantes hrmA, a pesar de inducir la producción bifásica
normal de ROS, no causa reacción hipersensible ni muerte celular hipersensible en un
cultivo celular de tabaco (Glazener, J. A., E.W. Orlandi, C.J. Baker. 1996. Plant Physiol.
110:759-763). Tomándolos juntos todos estos datos no parecen apoyar el papel
propuesto del H2O2 como molécula orquestadora de la muerte celular hipersensible. Sin
embargo, es posible y justificado el considerar a esta especie química como un
mensajero móvil involucrado en la activación de la expresión génica en las células
adyacentes al sitio de infección, posiblemente vía la inducción de factores de
transcripción análogos a los NF-κB y AP1 encontrados en células animales (Meyer, M.,
R. Schreck, P.A. Baeuerle. 1993. EMBO J. 12:2005-2015). En este sentido la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


105
identificación de plantas mutantes deficientes en el control de la formación de lesiones
por la presencia de patógenos abrió nuevas posibilidades en la determinación del papel
de las ROS en el desarrollo de la respuesta hipersensible. El estudio de uno de dichos
mutantes, lsd1 de Arabidopsis, demostró el papel del •O-2 en la iniciación de la muerte
celular y el desarrollo de lesiones (Jabs, T., R.A. Dietrich, J.L. Dangl. 1996. Science
273:1853-1856). Por otro lado, considerando las fuertes similitudes encontradas entre la
muerte celular programada (apoptosis) de las células animales y la muerte celular
asociada a la respuesta hipersensible de las células vegetales, es necesario mencionar
que en algunos casos se ha encontrado que las ROS no son requeridas para la muerte
celular programada (Jacobson, M. D. 1996. Trends Biochem. Sci. 21:83-86).

5.2.3.3. Fuentes de Especies Reactivas de Oxígeno para el Choque Oxidativo. El


mayor reto en los estudios acerca del choque oxidativo se refiere a la cuestión del
origen de las ROS que determinan el fenómeno. Al respecto existen varias
posibilidades:

1. Acción de un sistema NADPH oxidasa análogo al de los fagocitos de animales.


2. Generación de H2O2 por peroxidasas de la pared celular en una reacción
dependiente del pH.
3. Generación de H2O2 por la germin/oxalato oxidasa la cual, aunque no
relacionada con el choque oxidativo, es activada en respuesta a
patógenos.
4. Acción de un sistema lipoxigenasa. Se ha propuesto como una posible fuente
de ROS aunque parece ser que la producción de ROS precede a la
actividad de lipoxigenasa.
De estas cuatro posibilidades la primera y la segunda son las que han recibido mayor
atención.
En la elaboración de un modelo de la generación de ROS durante el choque
oxidativo se han trazado analogías con el sistema NADPH oxidasa de las células de
mamíferos (Kombrink, E. and I.E. Somssich. 1995. Adv. Bot. Res. 21:1-34). De acuerdo
a este modelo (Figura 5.10) la molécula inductora es reconocida por un receptor
apropiado localizado en la membrana plasmática. En cuanto a ello diversos supuestos
receptores se han identificado y al menos parcialmente caracterizado. De acuerdo a los
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
106
datos disponibles las interacciones posteriores que activan a la NADPH oxidasa
involucran proteínas receptoras de GTP (Legendre, L., S. Reuter, P.F. Heinstein, P. S.
Low. 1993. Plant Physiol. 102:233-240), canales iónicos especialmente de Ca2+
(Nürnberger, T., D. Nennstiel, T. Jabs, W.R. Sacks, K. Hahlbrock, D. Scheel. 1994.
78:449-460), fosfolipasas A y C (Chandra, S., P.F. Heinstein, P. S. Low. 1996. Plant
Physiol. 110:979-986) y posiblemente AMP cíclico. En el perejil el choque oxidativo fue
estrictamente dependiente de la presencia de Ca2+ en el medio de cultivo, fue inhibido
por inhibidores de los canales iónicos e iniciado por compuestos que estimulan los
flujos iónicos (Hahlbrock, K., D. Scheel, E. Logemann, T. Nürnberger, M. Parniske, S.
Reinold, W.R. Sacks, E. Schmelzer. 1995. Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 92:4150-4157).
Por otra parte los inhibidores de las quinasas protéicas (K-252 y staurosporina)
inhibieron la generación de ROS, mientras que los inhibidores de las fosfatasas (ácido
okadáico, cantaridina, caliculina A) actuaron como estimuladores del choque oxidativo
en células de soya (Levine, A., R. Tenhaken, R. Dixon, C. Lamb. 1994. Cell 79:583-
593). El complejo NADPH oxidasa no ha sido aislado en las plantas, pero su presencia
fue demostrada indirectamente en varios experimentos inmunológicos, farmacológicos y
de reconstitución (Auh, C.-K. and T.M. Murphy. 1995. Plant Physiol. 107:1241-1247).
Asimismo, aunque la fosforilación/desfosforilación se ha sugerido como un mecanismo
que regula la actividad del mencionado complejo enzimático tampoco existe evidencia
directa de tal hecho.
En el modelo alternativo de generación de H2O2 por una peroxidasa cuya
actividad depende del pH (Figura 5.10) se enfatiza la trascendencia de los
componentes preexistentes, sin excluir la importancia de los eventos de señalización.
De acuerdo a este modelo, cuando un inductor arriba a la superficie celular es
reconocido por un receptor apropiado dando esto lugar a la activación de los canales
iónicos. El movimiento de iones (Ca2+, K+, H+ y Cl-) resulta en la alcalinización transitoria
de la pared extracelular, que a su vez activa la peroxidasa asociada a dicha estructura
generando •O-2 que dismuta en H2O2. Esta generación de H2O2 por peroxidasas ha sido
demostrado y caracterizado durante la lignificación (Gross, G. G., C. Janse, E.F.
Elstner. 1977. Planta 136:271-276). El control de la actividad de las peroxidasas de la
pared celular por el pH ha sido demostrado tanto para la producción de H2O2 como para
la oxidación del alcohol coniferil, observándose mayor actividad en condición alcalina

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


107
(127). La fuente de poder reductor para la generación de ROS no ha sido identificada,
pero los datos preliminares indican que no es NADPH, NADH, ascorbato, glutatión o
cisteína. Se ha demostrado que el reductor está presente en alta concentración en los
fluidos apoplásticos del frijol justo antes del inicio del choque oxidativo, sugiriendo que
el estímulo del inductor causa o bien su secreción hacia la pared celular, la síntesis del
mismo en la pared o su liberación de algún almacén ubicado en la misma estructura
(Bolwell, G. P. 1996. Biochem. Soc. Trans. 24:438-442).

Figura 5.10. Representación esquemática de las hipótesis más aceptadas que describen el
posible origen de las ROS que forman el choque oxidativo. Después del arribo del patógeno,
tanto las hidrolasas de la planta como del patógeno liberan fragmentos de pared celular
(inductores). Estas moléculas se unen con receptores localizados en la membrana celular e
inician las cascadas de señalización que dan lugar a la activación ya sea de la NADPH oxidasa
o de las peroxidasas asociadas a la pared celular (CWP). La acción de estos sistemas
enzimáticos genera las ROS que activan los diferentes sistemas de defensa de la planta. Las
abreviaturas son: AC= adenilato ciclasa; E= inductor; Er= receptor; G= proteína receptora de
GTP; R= reductor. (Modificado de Wojtaszec, 1997)
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
108

Aunque diferentes experimentos, utilizando distintas especies de planta


como modelo, favorecen uno u otro modelo de la generación de ROS durante el choque
oxidativo, también se ha observado cierta heterogeneidad que no es posible explicar
por la acción de un solo proceso (Apostol, I., P.F. Heinstein, P. S. Low. 1989. Plant
Physiol. 90:109-116). Esto ha llevado a proponer la unificación de los dos modelos ya
que parece ser que ambos procesos cooperan generando ROS durante el choque
oxidativo.
La acción del sistema germin/oxalato oxidasa parece estar limitada a las
interacciones de cereales con patógenos, si bien alguna evidencia preliminar parece
sugerir que esta proteína está presente también en dicotiledóneas. La oxalato oxidasa,
que libera H2O2 y CO2 a partir del ácido oxálico, es conocida también como germin
(marcador extracelular glicoprotéico de desarrollo temprano de la planta) (Lane, B. G.
1994. FASEB J. 8:294-301). Aunque el sistema oxalato oxidasa no se encuentra
totalmente caracterizado, especialmente con respecto a la localización del sustrato y la
proteína, varias observaciones indican que es activada en respuesta a la infección por
un patógeno. En las plantas de cebada la oxalato oxidasa se expresa en bajo nivel de
forma constitutiva, regulándose su expresión durante los eventos del desarrollo. Sin
embargo, su actividad se incrementa de forma dramática en respuesta a la inoculación
con el patógeno Erysiphe graminis sp. hordei, pero no en respuesta al daño mecánico,
con un tiempo de respuesta paralelo al de la quitinasa (Dumas, B., G. Freyssinet, K.E.
Pallett. 1995. Plant Physiol. 107:1091-1096) y precediendo incluso a la acumulación de
la proteína PR-1 (Zhang, Z., D.B. Collinge, H. Thordal-Christensen. 1995. Plant J.
8:139-145). En las plantas de trigo tanto el nivel de mRNA de germin como la actividad
de oxalato oxidasa fueron inducidas por la infección con Erysiphe graminis f. sp. tritici.
Se observó la expresión génica de la germin en cultivares de trigo resistentes y
susceptibles, sugiriéndose que la oxalato oxidasa es un marcador de respuesta general
de defensa, más que de resistencia de un cultivar en particular (Hurkman, W. J. and
C.K. Tanaka. 1996. Plant Physiol. 111:735-739).

5.2.3.4. Literatura Referente a Choque Oxidativo y Muerte Celular Programada.


Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e impartición de
seminarios.
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
109

1. Bolwell, G.P. 1999. Role of active oxygen species and NO in plant defence
responses. Curr. Op. Plant Biol. 2:287-294.
2. Jones, A.M. Programmed cell death in development and defense. Plant Physiol.
125:94-97.
3. Lamb, C. and R.A. Dixon. 1997. The oxidative burst in plant disease resistance.
Annu. Rev Plant Physiol. Plant Mol. Biol. 48:251-275.
4. Mehdy, M.C. 1994. Active oxygen species in plant defense against pathogens. Plant
Physiol. 105:467-472.

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6. ESTRÉS OXIDATIVO
Por definición el estado termodinámico de un organismo viviente es
químicamente reducido en comparación con su entorno oxidado. Esta diferencia
química es la que permite establecer la diferencia de potencial que da lugar a los
fenómenos bioquímicos de producción de ATP y potencial reductor. En ausencia de
este diferencial la vida como la conocemos no transcurre. Cuando el organismo muere
pasa a estar en equilibrio termodinámico con su entorno, en este caso la atmósfera
oxidante rica en O2 de nuestro planeta. Esta presencia de O2 en gran cantidad en
nuestra atmósfera permite la actividad de especies vivientes con alto nivel de
organización y por ende con alto consumo energético.
Para recordar brevemente: sabemos que durante el proceso fotosintético las
= -
moléculas oxidadas CO2, SO4 y NO3 pasan a ser reducidas formando compuestos
como los carbohidratos, aminoácidos y lípidos. Para ello se requiere energía (ATP) y
potencial reductor (NADPH2, NADH2, etc.). La energía se captura de la luz solar y el
potencial reductor se obtiene de la oxidación del H2O, obteniéndose pares libres protón-
electrón y O2 como subproducto. Para utilizar la energía almacenada en moléculas
reducidas como los carbohidratos, se requiere la transferencia de los pares protón-
electrón a través de un diferencial químico. En este caso el diferencial se establece
contra el O2. En el caso de los organismos anaerobios (para quienes el O2 es altamente
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
110
tóxico) el diferencial químico se establece contra otras moléculas como el nitrato o el
sulfato.
Desde el punto de vista de la producción de ATP los organismos anaerobios son
menos eficientes que los aerobios. La utilización del O2 como aceptor final de
electrones permite obtener gran cantidad de ATP a partir de la oxidación de diferentes
biomoléculas. Sin embargo, la molécula de O2 puede ser activada de distintas formas
formando una especie química llamada “radical”, es decir una molécula con desbalance
en su carga electrónica, que es capaz de robarle electrones a otras moléculas
llevándolas a la oxidación. A su vez una molécula activa de O2 puede formar otras
especies químicas oxidantes como el H2O2. En el entorno celular las especies activas
de O2 pueden oxidar a especies químicas tan importantes como las proteínas, lípidos
de membranas o DNA, causando daños importantes en la maquinaria bioquímica. Este
daño por oxidación es entonces el precio que los organismos aerobios debemos pagar
para realizar las diferentes actividades metabólicas en un entorno rico en O2.
Durante el curso de su evolución los organismos aerobios desarrollaron una
batería de defensas contra la oxidación por el O2 activado. Estos mecanismos de
defensa, en forma de antioxidantes y fitoquímicos, estabilizan, previenen o reparan a
las diferentes biomoléculas manteniendo al máximo el estatus celular reducido.
Se define estrés oxidativo como aquel tipo especial de estado bioquímico de
una célula o tejido, que puede ocurrir en plazos cortos o largos, en donde la generación
de especies químicas oxidantes rebasa la capacidad de producción o la actividad de
especies antioxidantes.
Dependiendo del nivel de estrés oxidativo alcanzado las plantas ven
modificadas sus actividades metabólicas en mayor o menor medida. Esto ocurre porque
el balance oxidación-reducción, además de cambiar la eficiencia de funcionamiento de
muchas enzimas, también es capaz de modificar el perfil de genes expresados por la
planta, generando entonces fenotipos que pudiéramos llamar orientados a la condición
de estrés. Normalmente un alto índice de oxidación resulta en poca producción o en
poca calidad de la cosecha, si es que esta se obtiene. Se busca entonces lograr que las
plantas mantengan una mayor capacidad antioxidante incluso en presencia de factores
ambientales negativos, o bien que la planta sea capaz de mantener cierto estado
metabólico o de funcionamiento aunque presente un índice alto de oxidación.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


111
En la parte final de este capítulo aparece una traducción del artículo intitulado
“Oxidative stress in plants” de Inzé y Van Montagu (1995). En dicho trabajo se presenta
una panorámica de los avances y perspectivas sobre estrés oxidativo en las plantas
hasta 1995 y se encuentra escrito en estilo didáctico. Es interesante remarcar las
posibles aplicaciones que en ese año se vislumbraban para las plantas transgénicas
(transformadas para expresar enzimas antioxidantes) tanto en investigación como en
potenciales aplicaciones tecnológicas.
Por otra parte, existe también la posibilidad de controlar la capacidad de
resistencia de las plantas frente al estrés oxidativo utilizando las herramientas
convencionales de mejoramiento genético o modificando las soluciones o mezclas
fertilizantes, cambiando el entorno (luz, CO2, composición del sustrato, temperatura,
etc.). A este último grupo de técnicas se le llamará “aumento fenotípico” o no
heredable en la resistencia al estrés oxidativo, mientras que los conseguido por
mejoramiento genético se le nombrará “aumento genotípico” o heredable. El
aumento fenotípico en la resistencia al estrés oxidativo puede lograrse asimismo
utilizando señalizadores del estrés aplicados de manera exógena, por lo cual se incluye
en el presente escrito un subcapítulo dedicado a ello.
Un punto interesante es que si se logra modificar la resistencia al estrés abiótico
potencialmente puede lograrse que aumente la resistencia al estrés biótico. Esta
afirmación se basa en el conocido fenómeno de resistencia cruzada, que se define
como “la tolerancia inducida a un estrés biótico o abiótico adicional después de la
exposición a un estrés oxidativo específico”, y es descrito por varios autores como
Sharma et al. (1996), quienes mostraron que la preexposición al ozono aumentó la
resistencia de Arabidopsis a Pseudomonas syringae, Örvar et al. (1997) quienes
describieron el aumento en la resistencia al ozono en el tabaco pretratado con ácido
jasmónico o sometido a daño mecánico, Yalpani et al., (1994) quienes observaron que
la preexposición del tabaco a la radiación UV o al ozono aumentaron su resistencia al
virus del mosaico del tabaco, así como otros autores. Asimismo, y considerando que
existen muchos puntos comunes en los sistemas bioquímicos de estabilización y
antioxidación de plantas y animales (Xiong y Zhu, 2001), se tiene otra avenida de
oportunidades para que, con las mismas herramientas desarrolladas para la mayor
resistencia al estrés, se incremente la calidad nutricional o terapéutica de los alimentos

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


112
o productos de origen vegetal, logrando que estos contengan una mayor cantidad o
ciertos perfiles de moléculas específicas con poder antioxidante o protector.

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6.1. Química del Estrés Oxidativo


Esta sección 6.1 y las subsecciones de la misma se basan en el trabajo
publicado por McKersie (1996).
El oxígeno atmosférico en estado estacionario (Figura 6.1) es un biradical, es
decir, tiene dos electrones no apareados con espín paralelo. Esta característica hace
poco probable que el oxígeno participe en reacciones con moléculas orgánicas (que
tienen dos electrones apareados con espín opuesto) a menos que sea activado. Este
requerimiento de activación es predicho por el Principio de Exclusión de Pauli, que dice
que el oxígeno en estado estacionario reaccionará con un reductor divalente solo si
este último tiene dos electrones no apareados con espín paralelo opuesto al del
oxígeno, lo cual es poco común. Esta restricción de espín implica que la forma más
común de reducción del oxígeno en reacciones bioquímicas es la transferencia de un
electrón individual (reducción monovalente).
La activación de oxígeno puede ocurrir por dos diferentes mecanismos:
absorción de suficiente energía para revertir el espín de uno de los electrones
desapareados o la reducción monovalente. Si el oxígeno triplete (en estado
estacionario) absorbe suficiente energía para revertir el espín de uno de sus electrones
desapareados, formará un singlete, estado en que los dos electrones tendrán espín
opuesto y estarán apareados (Figura 6.1). Esta activación rebasa la restricción de
espín y el oxígeno singlete puede participar en reacciones de transferencia divalente
con moléculas orgánicas con mucho mayor probabilidad que el estado triplete.
El segundo mecanismo de activación del oxígeno es por medio de la reducción
monovalente paso a paso del oxígeno para formar superóxido (•O-2), peróxido de
hidrógeno (H2O2), radical hidroxil (OH) y finalmente agua. El primer paso en la
reducción del oxígeno para formar superóxido es endotérmica, pero las reducciones
subsecuentes son exotérmicas.
El superóxido puede actuar como oxidante o como reductor. Puede oxidar el
azufre, el ácido ascórbico o el NADPH; puede reducir el citocromo C e iones metálicos.
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
113
Una reacción de dismutación que da lugar a la formación de peróxido de hidrógeno y
oxígeno se presenta espontáneamente o es catalizada por la enzima superóxido
dismutasa. En su forma protonada el superóxido forma el radical perhidroxil (OOH) el
cual es un oxidante potente (Gebicki y Bielski, 1981), sin embargo se considera de poca
relevancia biológica a causa de su baja concentración a pH fisiológico.

Figura 6.1. Nomenclatura de las diferentes formas de oxígeno (modificado de McKersie, 1996).

La reducción univalente de superóxido produce peróxido de hidrógeno el


cual no es un radical libre (más bien pertenece a una categoría más general de
moléculas llamadas especies reactivas de oxígeno o ROS) ya que todos sus
electrones están apareados. El peróxido de hidrógeno es notable por su capacidad de
atravesar las membranas, lo cual incapacita su localización en un solo compartimiento
celular. Numerosas enzimas (peroxidasas) utilizan el peróxido de hidrógeno como
sustrato en reacciones de oxidación involucradas en la síntesis de moléculas orgánicas
complejas. La bien conocida capacidad de reacción del peróxido de hidrógeno no es
debida a su reactividad per se, ya que requiere la presencia de un reductor metálico

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


114
para formar el radical hidroxil (•OH), que es un potente agente oxidante de moléculas
orgánicas. La llamada reacción Fenton describe esta reacción:

Fe+2 + H2O2 → Fe+3 + •OH + OH- (6.1)

En sistemas biológicos la disponibilidad del ión ferroso limita la tasa de reacción, pero el
reciclado de hierro de la forma férrica a la ferrosa por un agente reductor puede
mantener la reacción Fenton, generándose así radicales hidroxil. Se supone que el
superóxido puede actuar como reductor (reacción 6.2) tal como se iliustra en las medias
reacciones 6.3 y 6.4.


O-2 + H2O2 → O2 + •OH + OH- (6.2)

Fe+2 + H2O2 → Fe+3 + •OH + OH- (6.3)


O-2 + Fe+3 → O2 + Fe+2 (6.4)

Por lo tanto, en presencia de cantidades traza de hierro, la reacción del


superóxido y del peróxido de hidrógeno formará el radical hidroxil que oxidará sustratos
orgánicos. Adicional al hierro, otros metales también participan en estas reacciones.
La oxidación de sustancias orgánicas puede proceder de dos formas: adición de
OH a la molécula orgánica o sustracción de un átomo de hidrógeno de la misma. En la
reacción de adición (reacción 6.5), el radical hidroxil se añade al sustrato orgánico
formando un producto hidroxilado que es posteriormente oxidado por iones ferrosos,
oxígeno o cualquier otro agente oxidante (reacciones 6.6 y 6.7). Los productos
hidroxilados también pueden dismutar formando productos interenlazados (reacción
6.8).


OH + R → •ROH (6.5)


ROH + Fe+3 → ROH + Fe+2 + H+ (6.6)

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


115

ROH + O2 → ROH + •O-2 + H+ (6.7)


ROH + •ROH → R-R + 2H2O (6.8)

En la reacción de sustracción el radical hidroxil oxida el sustrato orgánico


formando agua y un radical orgánico (reacción 6.9). Este último producto tiene un único
electrón desapareado por lo cual es capaz de reaccionar con el oxígeno triplete en
estado estacionario (reacción 6.10). La adición del oxígeno triplete al radical orgánico
da lugar a la formación de un radical peroxil que puede sustraer hidrógeno de otra
molécula orgánica generando un segundo radical orgánico (reacción 6.11). Esta
reacción en cadena explica el porqué las especies reactivas de oxígeno causan un nivel
de daño que no se encuentra en proporción con su concentración inicial.


OH + RH → R• + H2O (6.9)


R + O2 → ROO• (6.10)

ROO• + RH → R• + ROOH (6.11)

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6.1.1. Reacciones de las Especies Reactivas de Oxígeno en


Sistemas Biológicos

Las especies reactivas de oxígeno y radicales libres de oxígeno son capaces de


causar daño a lípidos de las membranas celular, mitocondrial y cloroplástica, asimismo
el DNA y proteínas pueden sufrir daño oxidativo que los degrada.

6.1.1.1. Daño Oxidativo a los Lípidos. La reacción de radicales libres con lípidos
polinsaturados ha sido extensamente estudiada ya que se relaciona con la rancidez y el
desarrollo de malos olores y sabores en los alimentos. En el campo del estrés el daño
oxidativo a los lípidos se relaciona directamente con las reacciones de radicales libres
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
116
en membranas biológicas. Considerando las diferentes reacciones de peroxidación que
ocurren con los distintos ácidos grasos, que forman los fosfolípidos y glicolípidos de la
membrana, es difícil cubrir en este escrito toda la complejidad de estos procesos. Lo
que anota a continuación es un resumen que se refiere a un lípido general “R” y un
ácido graso específico, el linoléico, que es común en membranas celulares de plantas.
La peroxidación de lípidos (Figura 6.2) consta de tres distintos pasos: iniciación,
propagación y terminación. La reacción de iniciación entre un ácido graso insaturado
(linoléico) y el radical hidroxil implica la sustracción de un H del grupo metilvinil del ácido
graso (reacción 6.9); en el caso del linoléico esto ocurre en el carbono 11. El resultado
es la formación de un radical orgánico, una estructura de resonancia con un electrón
desapareado deslocalizado entre los carbonos 9 y 13. En la reacción de propagación
esta estructura de resonancia reacciona con el oxígeno triplete formando un radical
peroxi (reacción 6.10). En el caso del linoléico la adición ocurre en cuaquiera de los
carbonos 9 a 13. Este radical peroxi sutrae un H de un segundo ácido graso formando
un lípido hidroperóxido y un nuevo radical orgánico (reacción 6.11) que puede a su vez
participar en una nueva reacción de sustracción de H (reacción 6.10). Por lo tanto, una
vez que el radical hidroxil inicia la reacción de peroxidación sustrayendo el H, crea un
radical orgánico capaz de reaccionar con O2 triplete (sin necesidad de activación previa)
formando una reacción en cadena. El papel del radical hidroxil es análogo al de una
chispa que inicia un fuego. La base de la extrema reactividad del radical hidroxil con los
lípidos es que aún con baja concentración inicial da lugar a una reacción en cadena que
enrola al oxígeno triplete, la forma química más abundante de oxígeno en la célula.
El lípido hidroperóxido (ROOH) es inestable en presencia de Fe o cualquier otro
catalizador metálico ya que el ROOH participa en una reacción Fenton que genera
radicales libres:

ROOH + Fe+2 → OH- + RO• + Fe+3 (6.12)

Por lo tanto, en presencia de Fe la reacción en cadena no solo se propaga sino


que se amplifica ya que la suma de las reacciones 6.9 a 6.12 da lugar a dos radicales
libres. Entre los productos de degradación de ROOH se encuentran los aldehídos y los
hidrocarburos como el etano y el etileno.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


117
La reacción de terminación ocurre cuando los radicales se entrelazan formando
productos conjugados que no son radicales (reacciones 6.13 a 6.15), típicamente
productos de alto peso molecular resultado del entrelazamiento de ácidos grasos o
fosfolípidos de las membranas. Obviamente estos cambios eliminan la funcionalidad de
la membrana.

R• + R• → R-R (6.13)

R• + ROO• → ROOR (6.14)

ROO• + ROO• → ROOR + O2 (6.15)

Figura 6.2. Peroxidación de ácido linoléico. El radical hidroxil sustrae un H del carbono 11 del
ácido graso entre los dos dobles enlaces formando agua. La deficiencia de electrones es
repartida entre los carbonos 9 a 13 formando una estructura de resonancia. El oxígeno triplete
que tiene dos electrones desapareados puede unirse a esta estructura formando un radical
peroxi. Este radical puede sustraer otro H de una segunda molécula de linoléico en una
reacción de propagación formando un lípido hidroperóxido. El rompimiento de cadenas y las
subsecuentes reacciones de entrelazamiento producen aldehídos, hidrocarbros, alcoholes y
dímeros entrecruzados (modificado de McKersie, 1996).

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118

Además de reaccionar con el radical hidroxil los ácidos grasos insaturados


reaccionan con el oxígeno singlete formando una compleja mezcla de hidroperóxidos
que son diferentes a los producidos por la reacción con el radical hidroxil.

6.1.1.2. Daño Oxidativo a las Proteínas.


El ataque oxidativo sobre las proteínas resulta en modificaciones de aminoácidos
en sitios específicos, fragmentación de la cadena peptídica, agregación de productos de
entrelazamiento, carga eléctrica alterada y mayor susceptibilidad a la proteólisis. Los
aminoácidos en un péptido difieren en su susceptibilidad al ataque, y las diferentes
formas de oxígeno activado difieren en su capacidad de reacción. Adicionalmente las
estructuras primaria, secundaria y terciaria alteran la susceptibilidad relativa de ciertos
aminoácidos. En vista de esta complejidad deben realizarse algunas generalizaciones.
Los aminoácidos que contienen azufre, y los grupos tiol específicamente, son sitios muy
susceptibles. El oxígeno activado puede sustraer un H de los residuos de cisteína para
formar un radical tioil que se enlaza a un segundo radical tioil formando puentes
disulfuro. Alternativamente el oxígeno puede adicionarse a un residuo de metionina
formando derivados metionina sulfóxido. En sistemas microbianos la reducción de
ambos se consigue con la tioredoxina y la tioredoxina reductasa (Farr y Kogoma, 1991).
En los cloroplastos de las plantas de chícharo se ha encontrado una metionina-S-óxido
reductasa (Ferguson y Burke, 1992). Esta enzima reduce el metionil sulfóxido de nuevo
a metionina en presencia de tioredoxina (Brot y Weissbach, 1982). En algunos casos
(pero no demostrado en plantas) esta enzima puede restaurar la actividad biológica de
una proteína.
Otras formas de daño por radicales no son reversibles. Por ejemplo, la oxidación
de centros hierro-azufre por el superóxido destruye la función enzimática (Gardner y
Fridovich, 1991). Muchos aminoácidos sufren modificaciones específicas irreversibles
cuando una proteína es oxidada. Por ejemplo, el triptofano es entrecruzado formando
productos bitirosina (Davies, 1987). La histidina, lisina, prolina, arginina y serina forman
grupos carbonilo al ser oxidados (Stadtman, 1986). La degradación oxidativa de
proteínas es aumentada en presencia de cofactores metálicos que son capaces de
realizar ciclos redox, tales como el Fe. En estos casos el metal se une a un sitio de

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unión catiónica divalente de la proteína. El metal reacciona entonces con el peróxido de
hidrógeno en una reacción Fenton, formando un radical hidroxil que rápidamente oxida
un residuo de aminoácido en o cerca del sitio de unión divalente (Stadtman, 1986). Esta
oxidación específica generalmente destruye el sitio de unión divalente inactivando la
proteína.

6.1.1.3. Daño Oxidativo al DNA. El oxígeno activado y los agentes que generan
radicales libres de oxígeno, tales como la radiación ionizante, inducen numerosas
lesiones en el DNA que causan deleciones, mutaciones y otros efectos genéticos
letales. La caracterización del daño sufrido por el DNA indicó que tanto los azúcares
como las bases son susceptibles de oxidación, causando degradación de las bases,
rompimiento de los enlaces y entralazamiento con proteínas (Imlay y Linn, 1986). La
degradación de las bases da lugar a numerosos productos, incluyendo la 8-
hidroxiguanina, hidroximetilurea, urea, timina glicol, productos saturados y anillos
abiertos de timina y adenina.
La principal causa del rompimiento de enlaces simples es la oxidación del azucar
por el radical hidroxil. En pruebas in vitro el peróxido de hidrógeno y el superóxido no
causan rompimiento de enlaces bajo condiciones fisiológicas. Por ello se supone que la
toxicidad in vivo es el resultado de reacciones Fenton con un catalizador metálico. Al
menos en E. coli estas reacciones Fenton pueden ser alimentadas por NADH. El
mutante ndh de E. coli acumula NADH como resultado de la inhabilidad del mutante
para donar electrones del NADH a la cadena respiratoria; como resultado, el mutante es
hipersensible al peróxido de hidrógeno. Los estudios de otros mutantes de E. coli
indicaron que el metal Fenton activo está unido al DNA, probablemente quelatado por
un enlace fosfodiester. Si el metal es reducido por una pequeña molécula difundible,
como el NAD(P)H o el superóxido, reaccionará con peróxido de hidrógeno para formar
el radical hidroxil (Imlay y Linn, 1986). El radical hidroxil de corta vida entonces oxida un
azúcar o base adyacente causando el rompimiento de la cadena de DNA.
El entrelazamiento del DNA con proteínas es otra consecuencia del ataque de
radicales hidroxilo sobre el DNA o sus proteínas asociadas (Oleinick et al., 1986). El
tratamiento con radiación ionizante, u otros agentes que generan radicales hidroxilo,
causa uniones covalentes timina-cisteína entre el DNA y la proteína. Aunque estos

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120
entrelazamientos DNA-proteína son mucho menos abundantes que los rompimientos de
enlaces simples, su reparación es menos sencilla y pueden ser letales si la replicación o
transcripción precede a la reparación.
El DNA es el eslabón débil celular frente al daño oxidativo ya que esta molécula
es muy efectiva en unir metales involucrados en reacciones Fenton y, por otro lado, el
daño oxidativo es menos tolerado en el DNA en comparación con otras
macromoléculas.

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6.1.2. Sitios de Producción de Oxígeno Activado en las


Células
Como se indicó anteriormente, existen dos maneras de activar el oxígeno. La
reducción de oxígeno para formar superóxido, peróxido de hidrógeno y radicales
hidroxil es el principal mecanismo de activación de oxígeno en muchos sistemas
biológicos. Sin embargo, en plantas fotosintéticas la formación de oxígeno singlete en
los fotosistemas es importante. El oxígeno activado se forma como un componente
normal del metabolismo que capacita la consecución de reacciones químicas complejas
como la disipación energética en las cadenas de transporte de electrones de
cloroplastos y mitocondrias, la oxidación de xenobióticos y la polimerización de lignina.
Asimismo el oxígeno activado es formado como consecuencia de la disfunción de los
sistemas de transporte de electrones o bien por perturbaciones metabólicas inducidas
por estados de estrés.

6.1.2.1. Producción de Oxígeno Activado en los Cloroplastos. Se sabe que existen


al menos cuatro sitios en donde el cloroplasto puede activar oxígeno (Figura 6.3):

(a). El fotosistema I (PSI) puede llevar a cabo la reducción monovalente de


oxígeno (la reacción de Mehler) en aquellas condiciones en donde el NADP sea
limitante. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si el ciclo de Calvin no oxida el NADPH tan
rápidamente como el PSI aporta electrones.
(b). La clorofila fotoactivada normalmente transfiere la energía de excitación a los
centros de reacción de los fotosistemas. Sin embargo, bajo las condiciones que
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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previenen que la energía capturada sea utilizada en el sistema de transporte de
electrones, la mencionada energía puede excitar el oxígeno de estado triplete a
singlete. Estas condiciones incluyen el cierre estomático causado por déficit de agua,
daño a las membranas del sistema de transporte de electrones, carencia de nutrientes
específicos o la presencia de xenobióticos como herbicidas o contaminantes.
(c). El lado oxidante del fotosistema II (PSII) facilita la transferencia de cuatro
electrones del agua hacia el centro de reacción del PSII liberando oxígeno triplete en
estado basal. La fuga de electrones de este sitio puede activar el oxígeno molecular.
(d). Durante la fotorespiración la Rubisco cataliza la adición de oxígeno al
carbono 2 de la RuBP formando fosfoglicolato y fosfoglicerato. El subsecuente
metabolismo del glicolato en los peroxisomas genera oxígeno activado.

Figura 6.3. Esquema del sistema de transporte de electrones en la membrana de los tilacoides
mostrando tres sitios posibles de producción de oxígeno activado. O2 es oxígeno triplete en
estado basal, O2* es oxígeno singlete y O2- es el anión superóxido. En el esquema se muestra la
producción de oxígeno singlete al interaccionar el O2 con la clorofila activada en los complejos
de captura de radiación, se indica también la producción de superóxido en el lado oxidante (el
que particiona el agua) del fotosistema II, se anota por último la producción de superóxido a
partir de oxígeno en estado triplete por la ferredoxina en el lado reductor del fotosistema I
(modificado de McKersie, 1996).

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122

6.1.2.2. Producción de Oxígeno Activado en las Mitocondrias. La mayoría del


oxígeno es consumido por la citocromo oxidasa en el sistema de transporte de
electrones mitocondrial, e involucra la transferencia secuencial de cuatro electrones al
oxígeno, liberando agua. Las mitocondrias vegetales tienen un sitio adicional de
reducción de oxígeno en la oxidasa alternativa (AOx), que se distingue de la citocromo
oxidasa por su resistencia al cianuro. Sin embargo, ninguno de estos sitios produce
cantidades significativas de superóxido (Rich y Bonner, 1978). Las mitocondrias
aisladas producen H2O2 y O-2 en presencia de NADH (Loschen et al., 1974). La
antimicina A, la cual bloquea el flujo de electrones después de la transferencia a la
ubiquinona (reduciéndola a ubiquinol), incrementa la producción de oxígeno activado
(Figura 6.4), haciendo suponer que en esta región entre la ubiquinona y el citocromo b
es en donde se produce el superóxido (Rich y Bonner, 1978). Las varias proteínas Fe-S
y la NADH deshidrogenasa son también candidatos a la formación de superóxido y
peróxido de hidrógeno (Turrens et al., 1982).

Figura 6.4. Representación esquemática del sistema de transporte de electrones en la membrana


mitocondrial mostrando un sitio probable de producción de aniones superóxido por ubiquinol
(modificado de McKersie, 1996).
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6.1.2.3. Producción de Oxígeno Activado en el Retículo Endoplásmico. En el


retículo endoplásmico liso ocurren varios procesos oxidativos, incluyendo la oxidación,
hidroxilación, deshalogenación y desaturación. Un conjunto de oxigenasas con
funciones múltiples, conteniendo un grupo hemo, añaden un átomo de oxígeno en un
sustrato orgánico utilizando NADPH como donador de electrones. La reacción general
catalizada por el citocromo P450 es:

RH + NADPH + H+ + O2 → ROH + NADP+ + H3O (6.16)

El citocromo P450 mejor caracterizado en plantas es el cinamato-4-hidroxilasa


involucrado en la biosíntesis de flavonoides y lignina, pero existen otras oxigenasas que
trabajan en otras vías bioquímicas incluyendo la biosíntesis de giberelinas y esterol. La
activación de oxígeno en estos sistemas es un prerrequisito esencial para las
reacciones de adición de oxígeno en la síntesis de de estos metabolitos complejos. El
superóxido es producido por medio del transporte de electrones en los microcuerpos
dependiente de NADPH participando el citocromo P450 (Winston y Cederbaum, 1983).
Un sitio probable en el cual esto puede ocurrir se muestra en la Figura 6.5. Después de
la reducción univalente del sustrato (RH) y la adición de un oxígeno triplete para formar
el complejo P450-RHOO el mencionado complejo puede descomponerse a P450-RH y
liberar superóxido.

6.1.2.4. Producción de Oxígeno Activado en los Microcuerpos, Pared y Membrana


y Celular. Los peroxisomas y glioxisomas (microcuerpos) son organelos con una
membrana individual que compartimentaliza a las enzimas de la β-oxidación de los
ácidos grasos y del ciclo del glioxilato que incluye a la glicolato oxidasa, la catalasa y
varias peroxidasas. La glicolato oxidasa produce H2O2 al transferir dos electrones del
glicolato al oxígeno (Lindqvist et al., 1991). La xantina oxidasa, urato oxidasa y la NADH
oxidasa generan superóxido como consecuencia de la oxidación de sus sustratos.
Las paredes celulares son estructuras metabólicamente dinámicas en donde
ocurre la activación de oxígeno. Algunas de estas respuestas pueden involucrarse en
en reacciones de defensa contra patógenos o en la degradación o aislamiento de
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
124
químicos xenobióticos. Sin embargo las reacciones más comunes son biosintéticas. Por
ejemplo, los precursores fenilpropanoides de la lignina son entrelazados por medio de
reacciones dependientes de H2O2, las cuales ligan aleatoriamente las subunidades para
formar lignina (Gross, 1980). El NADH es generado por la malato deshidrogenasa de la
pared celular y es utilizado para formar H2O2 (Gross et al., 1977), posilemente por
medio de la NADH osxidasa de la membrana celular (Vianello y Macri, 1991). Las
diamina oxidasas también participan en la producción de oxígeno activado en la pared
celular utilizando las diaminas o poliaminas (putrescina, cadaverina, espermidina, etc.)
para reducir una quinona que se autooxida formando peróxidos (Vianello y Macri,
1991).

Figura 6.5. Representación esquemática del sistema de transporte de electrones del citocromo
P450 en el retículo endoplásmico mostrando un probable sitio de producción de superóxido. El
citocromo P450 reacciona primero con su sustrato orgánico, RH. El complejo es reducido por una
flavoproteína para formar un radical intermediario que puede reaccionar con el oxígeno triplete

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


125
ya que cada uno tiene electrones desapareados. El complejo oxigenado puede ser reducido por
el citocromo b o bien se descompone liberando superóxido (modificado de McKersie, 1996).

En la membrana plasmática se ha identificado la actividad de una NADPH


oxidasa que genera superóxido (Vianello y Macri, 1991). Estas flavoproteínas pueden
producir superóxido en el ciclo redox de ciertas quinonas o compuestos nitrogenados.
En la raíz se tiene una NADPH oxidasa que reduce el Fe+3 a Fe+2 y que, en caso de
disfunción, produce superóxido (Cakmak y Marschner, 1988). Una NADH oxidasa
activada por auxina se asocia con la acidificación de la pared celular y con el
alargamiento celular resultado de la aplicación de auxina (Morré et al., 1988).
La NADPH oxidasa de la membrana plasmática parece tener una función
análoga a la observada en animales. Los leucocitos contienen una NADH oxidasa en la
superficie externa de la membrana que se activa en respuesta a un agente extraño,
generando superóxido que inicia reacciones oxidativas que destruyen a los patógenos
potenciales. En las plantas los inductores fúngicos causan una similar formación de
superóxido que se liga a la respuesta hipersensible frente a hongos patógenos. Los
estímulos mecánicos, el herviborismo, el choque térmico y los xenobióticos activan de
manera transitoria esta reacción de generación de superóxido por lo cual se ha
propuesto que funciona como señal para inducir las respuestas a diversas condiciones
ambientales adversas. Para mayor información sobre este punto puede revisarse la
sección sobre señalización del estrés y sobre el choque oxidativo incluidas en este
escrito.

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6.1.3. Mecanismos Celulares de Defensa Contra el Oxígeno


Activado

6.1.3.1. Superóxido Dismutasa. La superóxido dismutasa (SOD) es una enzima que


fue aislada primeramente en 1938 por Mann y Keilis, quienes pensaron era una
proteína de almacenamiento de cobre. La enzima fue nombrada de diferentes maneras:
eritrocupreína, indofenol oxidasa y tetrazolio oxidasa, hasta que su función catalítica fue
descubierta por McCord y Fridovitch en 1969. Se sabe ahora que la SOD cataliza la
dismutación del superóxido en peróxido de hidrógeno y oxígeno:
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
126


O-2 +•O-2 + 2H+ → H2O2 + O2 (6.17)

por lo cual la actividad de esta enzima determina la proporción relativa de los dos
constituyentes de la reacción que genera radicales hidroxilo (reacción 6.2). Ya que la
SOD se encuentra en todos los organismos aeróbios así como en todos los
compartimientos celulares que generan oxígeno activado, se supone que la SOD tiene
un papel central en la defensa contra el estrés oxidativo (Bowler et al., 1992). Se
conocen tres diferentes tipos de SOD que se clasifican en base al cofactor metálico. Se
tienen las isozimas de SOD con cobre/zinc (Cu/Zn-SOD), con manganeso (Mn-SOD) y
con hierro (Fe-SOD) (Bannister et al., 1987). Estas isozimas pueden separarse por
electroforesis en gel de poliacrilamida, su actividad detectada por tinción negativa e
identificadas en base a la sensibilidad relativa al KCN y H2O2. La Mn-SOD es resistente
a ambos inhibidores; la Cu/Zn-SOD es sensible a ambos inhibidores; la Fe-SOD es
resistente al KCN pero sensible al H2O2. La distribución subcelular de estas isozimas es
asimismo distintiva. La Mn-SOD se encuentra en las mitocondrias, algunas Cu/Zn-SOD
se localizan en el citosol o en los cloroplastos. En cuanto a las Fe-SOD estas no
siempre se detectan en plantas, pero cuando esto ocurre siempre se asocian con los
cloroplastos (Bowler et al., 1992). Las Mn-SOD y Fe-SOD procarióticas, y las Cu/Zn-
SOD eucarióticas son dímeros, mientras que la Mn-SOD de las mitocondrias son
tetrámeros (Scandalios, 1993). Todas las SOD son codificadas en el núcleo y son
marcadas para su respectivo destino subcelular por medio de una secuencia terminal
específica.
Las células procariotas y muchas algas eucariotas contienen tan solo isozimas
Mn-SOD y Fe-SOD, las cuales se cree son las formas más antiguas de la enzima. En la
bacteria E. coli la actividad de SOD es regulada transcripcionalmente por el operón
SOX RS (Farr y Kogoma, 1991). En las plantas la actividad de SOD aumenta en
respuesta a estímulos ambientales negativos diversos así como xenobióticos
incluyendo el paraquat, alta irradiancia, inundación y sequía. Aparentemente cada una
de las isozimas de SOD es regulada independientemente, de acuerdo al grado de
estrés oxidativo experimentado en los respectivos compartimientos subcelulares. Se ha
sugerido que la regulación de esta actividad depende de señales bioquímicas

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


127
consistentes en productos específicos de la peroxidación de lípidos de cada organelo
que difunden desde el sitio en donde ocurre el daño oxidativo hacia el núcleo en donde
estimulan la transcripción de los genes de SOD (Bowler et al., 1992).

6.1.3.2. Catalasa. La catalasa es una enzima con un grupo prostético hemo que
cataliza la dismutación del peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno. La enzima es
encontrada en todos los eucariotas aerobios y es importante en la remoción del
peróxido de hidrógeno generado durante el ciclo del glioxilato en la fotorespiración, la β-
oxidación de lípidos en los peroxisomas y el catabolismo de la purina. Las catalasas
son tetrámeros de peso molecular mayor a 220,000. Se han descrito varias formas de
catalasa en las plantas. En el maíz se conocen tres isoformas denominadas cat-1, cat-2
y cat-3 con expresión y regulación independientes (Scandalios, 1990). Las isoformas
cat-1 y cat-2 se localizan en los peroxisomas y el citosol, mientras que cat-3 es
mitocondrial. El exámen de la estructura de la catalasa del higado de vacunos mostró
cuatro sitios de unión para el NADPH en cada tetrámero (Fita y Rossmann, 1985), sitios
no cercanamente asociados con el centro de reacción del peróxido de hidrógeno. Tal
parece que el NADPH funciona en las catalasas animales como protector contra la
inactivación por peróxido de hidrógeno (Kirkman et al., 1987). La catalasa de papa, en
cambio, no contiene sitios de unión con NADPH (Beaumont et al., 1990). Considerando
esto es interesante notar que la catalasa es muy sensible a la luz y presenta una alta
tasa de recambio en tasa similar en magnitud a la proteína D1 del PSII (Hertwig et al.,
1992). Al parecer esto es resultado de la absorción de radiación por el grupo hemo o
bien por inactivación por peróxido de hidrógeno. A pesar de que algunas condiciones
ambientales que inducen estrés, como la salinidad, alta o baja temperatura, dan lugar a
disminución en la tasa de recambio de proteínas, la actividad de catalasa disminuye
fuertemente bajo las condiciones mencionadas (Hertwig et al., 1992). Es probable que
este hecho tenga significado considerando la habilidad de la planta para tolerar los
componentes oxidativos del estrés.

6.1.3.3. Acido Ascórbico. El ácido L-ascórbico (vitamina C) es un compuesto casi tan


abundante como la clorofila en los tejidos vegetales verdes. Se sabe que el ascorbato
es esencial en diversos procesos metabólicos, en el crecimiento y la diferenciación

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128
(Foyer, 1993). Entre otras cosas el ascorbato funciona como reductor de radicales
libres, minimizando el daño causado por oxidación.
Se ha encontrado un transportador específico para el ascorbato en la membrana
de los cloroplastos, por lo cual se supone que la síntesis de este compuesto ocurre en
el citosol. El ácido L-ascórbico parece ser sintetizado a partir de las hexosas (Figura
6.6) convirtiéndose la D-glucosa en ascorbato (Foyer, 1993).
El ascorbato atrapa directamente los radicales libres con o sin catalizadores
enzimáticos, estando en el último caso limitada la velocidad de reacción únicamente por
la tasa de difusión de los radicales. Asimismo es capaz de eliminar indirectamente a los
mencionados radicales libres reciclando el tocoferol a su forma reducida. El ascorbato
reacciona más rápida y eficientemente con el oxígeno activado que cualquier otro
antioxidante acuoso, por lo que cumple un papel crítico en la protección de
macromoléculas contra el daño oxidativo.

Figura 6.6. Estructura del ácido ascórbico y de sus metabolitos (modificado de McKersie, 1996).

La reacción del ascorbato con el superóxido tiene un papel fisiólogico similar a la


SOD:

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129
2 •O-2 + 2H+ + ascorbato → 2H2O2 + dehidroascorbato (6.18)

La reacción posterior con el peróxido de hidrógeno es catalizada por la ascorbato


peroxidasa (Asada, 1992):

H2O2 + 2 ascorbato → 2H2O + monodehidroascorbato (6.19)

Como se mencionó el ascorbato funciona como antioxidante indirecto regenerando los


antioxidantes unidos a membrana, como el tocoferol, el cual es un atrapador de
radicales peroxilo y oxígeno singlete:

radical tocoferoxil + ascorbato→ tocoferol + monodehidroascorbato (6.20)

Estas reacciones indican que existen dos productos de la oxidación del ascorbato,
monodehidroascorbato y dehidroascorbato, que representan la transferencia de uno y
dos electrones, respectivamente (Figura 6.7). El monodehidroascorbato puede
dismutarse espontáneamente (reacción 6.21) o ser reducido en ascorbato por la
NADPH monodehidroascorbato reductasa (reacción 6.22):

2 monodehidroascorbato → dehidroascorbato (6.21)

monodehidroascorbato + NADPH → ascorbato + NADP (6.22)

El dehidroascorbato es inestable a pH mayor de 6 descomponiéndose en tartrato


y oxalato. Para prevenir esto el dehidroascorbato es reducido rápidamente en ascorbato
por la dehidroascorbato reductasa utilizando equivalentes de reducción del glutatión
(GSH):

2 GSH + dehidroascorbato + GSSG + ascorbato (6.23)

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130

Figura 6.7. Síntesis y degradación del ácido ascórbico en tejidos vegetales (modificado de
McKersie, 1996).

El ascorbato se ha encontrado en los cloroplastos, citosol y vacuolas. Alrededor


del 20-40% del ascorbato en las células del mesófilo se encuentra en los cloroplastos.
Estos organelos contienen todas las enzimas para regenerar el ascorbato reducido a
partir de sus productos oxidados. Foyer y Halliwell (1976) propusieron que el H2O2 era
disipado en los cloroplastos acoplando el ciclo redox del ascorbato y el glutatión (Figura
6.8) en la llamada vía de Halliwell-Asada. Los cloroplastos iluminados producen
superóxido y H2O2 comúnmente en los tilacoides del PSI. El superóxido es convertido
en H2O2 bien sea por dismutación espontánea o acción de la SOD. El H2O2 es atrapado
por el ascorbato y la enzima ascorbato peroxidasa (Asada, 1992). El
monodehidroascorbato tiene dos rutas de regeneración, la primera por la
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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monodehidroascorbato reductasa, la otra por la dehidroascorbato reductasa y el
glutatión. El donante terminal de electrones es el NADPH. Esta vía Halliwell-Asada
parece tener dos funciones. Una es la eliminación del H2O2 que de otra manera
participaría en reacciones Fenton, y la otra es la oxidación de NADPH. Esta última
función aparenta ser un proceso de disipación energética análogo en este sentido a la
fotorespiración. Lo que se consigue en este caso es disminuir el cociente
NADPH/NADP, disminuyendo así la oportunidad de activación de oxígeno.

Figura 6.8. El ciclo redox del ascorbato en los cloroplastos conocido como la vía de Halliwell-
Asada (Modificado de Inzé y Van Montagu, 1995).

Aunque el metabolismo del ascorbato se ha estudiado principalmente en los


cloroplastos, es probable que las enzimas para regenerarlo existan también en el citosol
de células fotosintéticas y no fotosintéticas. Se ha demostrado por ejemplo que existen
diferentes isoenzimas de la ascorbato peroxidasa en el citosol y los cloroplastos (Chen
y Asada, 1989). La pared celular es también un sitio importante de metabolismo del
ascorbato que contiene concentraciones mM de este compuesto. Se supone que el
ascorbato juega un papel importante en la biosíntesis de la pared celular (Polle et al.,
1990). La pared celular no contiene ascorbato peroxidasa, sino que contiene ascorbato
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
132
oxidasa (Chichiricco et al., 1989). Esta enzima contiene de 8 a 12 moléculas de cobre
por unidad y cataliza la siguiente reacción:

2 ascorbato + O2 + 2H+ → 2 dehidroascorbato + 2H2O (6.24)

Ya que las enzimas para reciclar formas oxidadas de ascorbato no se encuentran


presentes en la pared celular, se ha propuesto la existencia de un transportador de
ascorbato que transfiere las formas oxidadas y reducidas entre el citosol y la pared
celular (Foyer, 1993).

6.1.3.4. Glutatión. El glutatión (GSH) es un tripéptido (γ-glutamilcisteinílglicina ó Glu-


Cis-Gli) que constituye la fuente más importante de grupos tiól no protéicos en las
plantas. La función antioxidante del GSH es facilitada por el grupo sulfidrilo de la
cisteína (Rennenberg, 1982). Al ser oxidado el azufre forma un radical que reacciona
con otro glutatión oxidado formando un enlace disulfuro dando lugar al compuesto
conocido como glutatión disulfuro (GSSG). Algunas leguminosas contienen
homoglutatión (hGSH), un tripéptido homólogo de Glu-Cis- Ala (Klapheck, 1988). El
GSH tiene un potencial redox de –340 mV que lo capacita para reducir el
dehidroascorbato en ascorbato o bien para reducir los enlaces disulfuro de las
proteínas.
El GSH es encontrado en muchos tejidos, células y compartimientos celulares de
las plantas verdes. La concentración promedio del mismo declina con la edad y es
variable de acuerdo a las condiciones ambientales: por ejemplo el nivel de glutatión es
mayor en la luz que en la oscuridad. Al nivel subcelular la concentración de GSH es
mayor en los cloroplastos, ubicándose en el rango promedio de 1 a 4 mM, aunque
también se encuentran cantidades significativas de este compuesto en el citoplasma. El
GSH se encuentra en las células principalmente en forma reducida. Se estima que en
los cloroplastos de cebada aproximadamente el 70% del total de GSH se halla en forma
reducida (Smith et al., 1985), mientras que en los cloroplastos del chícharo se reportó
un 90% (Bielawski y Joy, 1986).
El GSH funciona como antioxidante de varias maneras. Puede reaccionar
químicamente con el oxígeno singlete, con el superóxido o con los radicales hidroxilo,

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133
funcionando entonces como atrapador de radicales libres. Por otro lado el GSH
estabiliza la estructura de las membranas removiendo los acil peróxidos formados en
las reacciones de peroxidación de lípidos (Price et al., 1990). Como ya fue mencionado
el GSH es el agente reductor que recicla enzimáticamente el ascorbato en las
reacciones de la vía de Halliwell-Asada. Asimismo, por medio de un mecanismo no
enzimático que se presenta en condiciones de pH mayor a 7, el GSH en concentración
mayor a 1 mM reduce el dehidroascorbato generando ascorbato. Esta última reacción
puede ser significativa en los cloroplastos ya que en condiciones de alta irradiancia se
observa un pH cercano a 8 en el estroma y concentraciones de GSH hasta de 5 mM
(Foyer y Halliwell, 1976).
En el metabolismo celular se han encontrado otras funciones para el GSH
además de las mencionadas como agente antioxidante. Se ha propuesto que puede
tener un papel significativo para el transporte de azufre reducido desde las hojas hacia
tejidos como la raíz (Rennenberg, 1982). Se supone que participa en la desintoxicación
de xenobióticos funcionando como sustrato para la enzima glutatión-S-transferasa. La
bien documentada tolerancia del maíz a los herbicidas de triazina es el resultado de la
conjugación del GSH al herbicida (Timmerman, 1989). Asimismo las plantas se
encuentran protegidas de los metales pesados que causan toxicidad, siendo el cobre y
cadmio los más estudiados, por un grupo de péptidos γ-glutamil-cisteína llamados
fitoquelatinas (Rüegsegger et al., 1990). Estas moléculas tienen la estructura general
(γ-Glu-Cis)2-11 –Gli. Las fitoquelatinas se forman por la polimerización del GSH
catalizada por la enzima fitoquelatina sintasa (Chen et al., 1997). Las fitoquelatinas se
unen a los metales en el citosol y el complejo es concentrado en la vacuola (Rauser,
1990).
La síntesis y degradación del GSH ocurre de forma constante a través del ciclo
del glutamilo (Hell y Bergman, 1990). El primer paso en la síntesis del GSH (reacción
6.25) es la combinación del glutamato con la cisteína para formar γ-glutamilcisteína (γ-
EC) participando la enzima glutamilcisteína sintetasa. En Arabidopsis esta enzima está
codificada por el gene gsh-1 (May y Leaver, 1995). El paso subsecuente involucra la
adición de glicina por medio de la enzima glutatión sintetasa (reacción 6.26). En
Arabidopsis esta enzima es codificada por el gene ghs-2 (Wang y Oliver, 1996). Eo
proceso completo requiere dos ATP por cada GSH formado. En las leguminosas que

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


134
acumulan hGSH este segundo paso se consigue adicionando la alanina por medio de la
enzima homoglutatión sintetasa (reacción 6.27).

Glu + Cis → Glu-Cis (6.25)


Glu-Cis + Gli → Glu-Cis-Gli (6.26)
Glu-Cis + Ala → Glu-Cis-Ala (6.27)

La degradación del GSH requiere el rompimiento del enlace entre el glutamato y


la cisteína por la glutamil transpeptidasa y la transferencia de los residuos de glutamato
a un aminoácido aceptor. Subsecuentemente el dipéptido Cis-Gli es degradado por
dipeptidasas mientras que el Glu-aa es degradado por la glutamilciclotransferasa.
Las enzimas que catalizan la síntesis y degradación del GSH se encuentran
tanto en compartimientos cloroplásticos como citosólicos (Hausladen y Alscher, 1993).
Se sabe que en dichos sitios diversos estímulos ambientales adversos originan la
acumulación de GSH (Alscher, 1989).
La reducción del GSSG a GSH es catalizada por la enzima glutatión reductasa
(GR) la cual parece estar representada por hasta ocho isoenzimas en el caso del
chícharo (Edwards et al., 1990). Es probable que las diferentes isoenzimas se
encuentren en distintos compartimientos subcelulares y, al menos en Arabidopsis, se
han encontrado dos genes que codifican la glutatión reductasa, gr1 y gr2,
correspondiendo el primero a una enzima citosólica y el segundo a una enzima de
plástidos (Kubo et al., 1993). Se ha encontrado asimismo en animales y plantas una
enzima que contiene selenio, llamada glutatión peroxidasa, que reduce el H2O2
formando GSSG.
En Arabidopsis la inducción de los genes para la síntesis y reducción del GSH
son inducidos por la exposición al cadmio o el cobre. Xiang y Oliver (1998) encontraron
que el ácido jasmónico parece estar involucrado en la vía de señalización de la
respuesta a estos metales, mientras que ni el estrés oxidativo, la exposición al H2O2, o
los niveles relativos de GSH/GSSG fueron capaces de inducir alguna respuesta. Los
mismos Xang y Oliver (1998) propusieron un modelo de la multiregulación de la síntesis
y concentración del GSH (Figura 6.9).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


135

Figura 6.9. Síntesis de GSH acoplada a su demanda y multiregulación del nivel de GSH. Este
último se controla de forma dinámica haciendo variar la tasa de síntesis respecto a la de
consumo. Del lado izquierdo aparecen esquematizados los diferentes pasos de la síntesis del
GSH descritos en el texto. Del lado derecho aparecen los sitios en que se utiliza el GSH:
desintoxicación de xenobiótticos (x) formando conjugados (GS-X), síntesis de fitoquelatinas
(PCs), reducción del dehidroascorbato (DHAs) en ascorbato (As) y reducción del tocoferol
oxidado. Se supone que el propio GSH regula negativamente la actividad de síntesis de γ-EC y
que la presencia de metales pesados o jasmonato inducen el incremento en la transcripción de
los genes que codifican las enzimas biosintéticas, aunque este hecho no se traduce
necesariamente en mayor concentración de GSH (modificado de Xiang y Oliver, 1998).

6.1.3.5. Tocoferol. Los tocoferoles, específicamente el α-tocoferol (vitamina E), se han


estudiado extensamente en mamíferos como estabilizadores de membranas y
antioxidantes multifacéticos, capaces de neutralizar diferentes formas de oxígeno
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
136
activado y radicales peroxi lipídicos (Diplock et al., 1989). Este papel se relaciona
estructuralmente con la presencia de un anillo de benzoquinona totalmente substituido y
una cadena de fitilo enteramente reducida (Figura 6.10). La naturaleza hidrofóbica del
tocoferol hace que se encuentre exclusivamente en las membranas celulares con el
anillo de benzoquinona en cercana asociación con el carbonilo del componente glicerol
de los fosfolípidos y con la cadena de fitilo asociada con los ácidos grasos en la región
hidrofóbica interna de la membrana.
Por su importancia dietética los niveles de tocoferoles se han documentado
extensivamente en los tejidos vegetales (Hess, 1993). El tocoferol se encuentra en
todas las plantas tanto en tejidos fotosintéticos como no fotosintéticos. La concentración
de tocoferol muestra un rango de variación desde 200 ng g-1 de peso fresco en
tubérculos de papa, hasta 5 mg g-1 en los foliolos de palma de aceite.

Figura 6.10. Estructura de los tocoferoles y tocotrienoles comunmente encontrados en las


plantas (modificado de McKersie, 1996).

El tocoferol es realmente una familia de antioxidantes (Hess, 1993) que incluye


cuatro tocoles con cadena de fitilo así como tocotrienoles análogos con cadena
geranilgeranil. Se considera que el α-tocoferol es la forma más activa de los tocoles
mientras que las restantes formas pudieran ser precursores biosintéticos. La cantidad

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


137
relativa de tocoles y tocotrienoles parece depender de la disponibilidad relativa de
precursores fitilo y geranilgeranil. La síntesis de α-tocoferol ocurre en los plástidos por
la vía del ácido shikimico que forma el anillo aromático y por la vía de los terpenoides en
donde el geranilgeranil pirofosfato es el precursor de la cadena de fitilo (Fryer, 1992).
Esta última reacción liga la síntesis de clorofila, tocoferol y carotenoides.
El α-tocoferol tiene la habilidad de complejar ácidos grasos libres, y esta
característica explica en parte su función de estabilización de las membranas (Fryer,
1992). Los ácidos grasos libres actuan como detergentes en las membranas
destruyendo la estructura bicapa, la agregación y fusión de membranas.
Las propiedades antioxidantes del tocoferol son el resultado de su habilidad para
atrapar tanto oxígeno singlete como peróxidos (Fryer, 1992). En comparación con el β-
caroteno el tocoferol es un atrapador menos eficiente de oxígeno singlete, por ello se
piensa que el tocoferol tiene como función eliminar las reacciones en cadena de
generación de radicales peroxi en la membrana tilacoide:

ROO• + tocoferol → ROOH + tocoferoxil (6.28)

El radical tocoferoxil se estabiliza gracias al anillo de benzoquinona con lo cual se


detiene la propagación de la reacción. Posteriormente el tocoferoxil es regerenado en
tocoferol por el ascorbato.

6.1.3.6. Carotenoides. Los carotenoides son isoprenoides C40 y tetraterpenos


localizados en los plástidos de tejidos fotosintéticos y no fotosintéticos. En los
cloroplastos los carotenoides funcionan como pigmentos accesorios para la colecta de
radiación, sin embargo su papel más importante parece ser la eliminación de diversas
formas de oxígeno activado y clorofila triplete que se producen como resultado de la
excitación lumínica de complejos fotosintéticos.
Existen dos clases de carotenoides (Figura 6.11). Los carotenos son
hidrocarburos; las xantofilas son derivados de los carotenos que contienen uno o más
átomos de oxígeno. Los carotenoides son sintetizados a partir del geranilpirofosfato,
compuesto que forma parte de la vía de los isoprenoides en los plástidos. El β-caroteno
es formado por modificación cíclica del licopeno, mientras que las xantofilas como la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


138
zeaxantina son sintetizadas por oxidasas no específicas que introducen grupos hidroxilo
en la molécula de caroteno.

Fig. 6.11. Estructura de dos carotenoides encontrados comunmente en plantas (modificado de


McKersie, 1996).

Los carotenoides existen en estado basal o en cualquiera de dos estados


excitados después de absorber radiación electromagnética. En términos de actividad
antioxidante los carotenoides protegen los fotosistemas de cuatro diferentes maneras:
reaccionando con los productos de la peroxidación de lípidos terminando la reacción en
cadena (Burton e Ingold, 1984); atrapando oxígeno singlete y disipando la energía
como radiación térmica (Mathis y Kleo, 1973); reaccionando con clorofila triplete o
moléculas excitadas de clorofila previniendo la formación de oxígeno singlete; o por la
disipación de energía en exceso a través del ciclo de las xantofilas.
Los carotenoides cooperan con el α-tocoferol en el atrapamiento de radicales
peroxi (Burton e Ingold, 1984):

ROO• + β-caroteno → ROOH + β-carotenoxil (6.29)

ROO• + β-caroteno → productos inactivos (6.30)

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


139
Estas reacciones actúan entonces como terminación de las reacciones en cadena.
El principal papel protector del β-caroteno en los tejidos fotosintéticos se obtiene
por el “enfriado” de la clorofila triplete, lo que previene la generación de oxígeno singlete
eliminando la posibilidad de estrés oxidativo.

3
Chl• + 1β-caroteno → 1Chl + 3β-caroteno• (6.31)

3
β-caroteno• → 1β-caroteno + calor (6.32)

En estas reacciones 6.31 y 6.32 la energía es transferida de la clorofila al carotenoide el


cual subsecuentemente disipa la energía en forma de radiación térmica de baja
energía. Los carotenoides actúan entonces como un inhibidor competitivo para la
formación de oxígeno singlete, lo cual es ayudado por la gran cercanía de los
carotenoides a la clorofila en en complejo de colecta de luz. Este método de protección
es especialmente crítico conforme la irradiancia se incrementa encima de los niveles de
saturación (Demming-Adams y Adams, 1993). Otro carotenoide, la zeaxantina se
encuentra implicado en la disipación de energía térmica, pero el mecanismo preciso no
ha sido resuelto. La zeaxantina aparentemente facilita la conversión de clorofila triplete
a singlete en forma más eficiente que el β-caroteno. En el ciclo de las xantofilas
ocurre la conversión reversible de las xantofilas entre dos formas: violaxantina y
zeaxantina. Una enzima depoxidasa cataliza la de-epoxidación de violaxantina a
zeaxantina en presencia de alta irradiancia, mientras que una epoxidasa cataliza la
reacción inversa en la oscuridad o baja irradiancia. La zeaxantina se acumula bajo
niveles de irradiancia que exceden la capacidad fotosintética. La depoxidasa tiene un
pH óptimo de 5.1, mientras que para la epoxidasa este es de 7.5. El ascorbato reducido
sirve como donante de electrones para la depoxidasa, mientras que el NADPH aporta
equivalentes de reducción para la epoxidasa (Figura 6.12).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


140

Figura 6.12. El ciclo de las xantofilas para la formación de violaxantina y zeaxantina. La


reacción de de-epoxidación que convierte la violaxantina en zeaxantina es favorecida por alta
irradiancia y pH de 5.1, mientras que la reacción de epoxidación es favorecida por baja
irradiancia y pH de 7.5. Las enzimas para ambas reacciones se encuentran en el lumen de los
tilacoides por lo cual en períodos de iliminación, al acidificarse el lúmen, la zeaxantina se
acumula. Las reacciones reversas ocurren en la oscuridad lo que hace que la violaxantina se
acumule (modificado de McKersie, 1996).

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6.2. Plantas Transgénicas con Mayor Resistencia al Estrés


Oxidativo
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura

Diversos autores reportaron la transformación de plantas con el objetivo de


aumentar la capacidad de resistir el estrés oxidativo. McKersie et al. (2000) realizaron
un estudio en donde, utilizando un cDNA de la Fe-superóxido dismutasa (SOD) de
Arabidopsis lograron la sobreexpresión de esta enzima en los cloroplastos de alfalfa
transgénica (Medicago sativa L.). El objetivo del trabajo fue determinar si la
sobreexpresión de la SOD mejoraba la capacidad de atrapamiento del anion superóxido
para de esa manera aumentar la supervivencia invernal de las plantas. Utilizando
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
141
electroforesis en gel de poliacrilamida se encontró la nueva Fe-SOD tanto en plantas de
campo abierto como de invernadero. Se observó asimismo que la actividad de Fe-SOD
fue variable entre plantas individuales, y que dicha actividad se asoció con mayor
supervivencia invernal pero no con mayor crecimiento o producción de materia seca de
acuerdo con los datos de dos años. No se encontró, sin embargo, mayor tolerancia al
estrés oxidativo medido como resistencia de las hojas al metil viológeno, un generador
de superóxido. No se detectó diferencia en el patrón de daño por congelación
(utilizando tinción vital con tetrazolium), ni se encontró acumulación adicional de
carbohidratos en las raíces de las plantas transgénicas aclimatadas en el campo. Dado
que se encontró que el aumento en la supervivencia invernal no pareció ser
consecuencia de mayor tolerancia al estrés oxidativo asociado con la fotosíntesis, ni se
modificó el patrón de daño por congelación, los autores sugirieron que la
sobreexpresión de la Fe-SOD redujo los daños secundarios aumentando la
recuperación del estrés experimentado durante el invierno.
En un trabajo análogo Arisi et al. (1998) transformaron Populus con cDNA de la
Fe-SOD de Arabidopsis. La sobreexpresión de la enzima específicamente en los
cloroplastos aumentó de manera substancial la actividad foliar de Fe-SOD y de
dehidroascorbato reductasa. La actividad de ascorbato peroxidasa, glutatión reductasa,
monodehidroascorbato reductasa, así como la concentración foliar de H2O2, ascorbato y
glutatión no fue muy diferente entre plantas transformadas y no transformadas. Las
respuestas de asimilación de CO2 y los parámetros de fluorescencia de clorofila a
fueron similares en todas las plantas sin importar el nivel de O2 (21% y 1%). En
contraste, los valores de eficiencia fotoquímica declinaron en las plantas no
transformadas cuando la concentración de CO2 en el mesófilo (Ci) fue menor a 200
ppm, no observándose este cambio negativo en las plantas transformadas. Este efecto
fue abolido al colocar las plantas en 1% de O2, lo cual indica que al parecer la respuesta
se deriva de la canalización de equivalentes de reducción hacia la activación de O2.
Con alta irradiancia (1000 µ mol m-2 s-1) se observó una disminución progresiva en el
cociente de fluorescencia variable y máxima (Fv/Fm) (indicador de la eficiencia de la
antena del PSII) al disminuir la temperatura. A 6° C el cociente Fv/Fm fue muy parecido
en todas las plantas y su disminución fue solo parcialmente prevenida con 1% de O2.
Este hecho pudiera indicar que la capacidad de protección de la Fe-SOD

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


142
sobreexpresada sea efectiva solo en temperaturas arriba de 6° C en Populus. Lo mismo
fue demostrado por Thomas et al. (1999) con la cepa mutante PCC7942 de
Synechococcus la cual carece de Fe-SOD funcional y muestra por ello baja actividad de
SOD. Con irradiancia moderada y 27° C la cepa mutante y el control no mostraron
diferencias en crecimiento, contenido de clorofila y carotenoides así como actividad de
transporte de electrones. Sin embargo a 17° C el control se mostró superior, mientras
que a 10° y 0° C prácticamente no hubo diferencias mostrando tanto el mutante como el
control la misma magnitud de daño por frío.

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6.3. Bases Genéticas de la Resistencia al Estrés Oxidativo


Dr. Valentín Robledo Torres
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura

6.3.1. Introducción
Todas las plantas cultivadas en campo abierto en alguna etapa de su ciclo de
vida llegan a sufrir por algún tipo de estrés, ya sea físico, biológico o edáfico, sin
embargo cualquiera que sea el estrés, este contribuye a la reducción de los
rendimientos. Considerando esta situación el hombre siempre ha buscado incrementar
rendimientos, proporcionando al cultivo las mejores condiciones para su desarrollo o
seleccionando genotipos con mayor tolerancia considerando solo la expresión final de
un gen o grupo de genes.
Si se considera que un cambio en un factor ambiental puede inducir un
estimulo hacia la expresión de un gen, resulta importante desde el punto de vista
fisiológico, conocer la ruta de expresión de dicho gen, hasta la manifestación en el
fenotipo. Lo anterior con el objetivo de hacer un manejo mas eficiente de la planta aún
bajo condiciones de estrés, de tal manera que el rendimiento se afectado lo menos
posible.
Bray (1993) indica que el déficit de agua induce una serie de complejas
respuestas se inician con la percepción del estrés, el cual estimula una serie de genes
cuya expresión se manifiesta a nivel enzimático, dando como consecuencia cambios a
nivel celular, fisiológico y a nivel de desarrollo. El grupo de respuestas depende de la
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
143
severidad y duración del estrés, del genotipo, etapa de desarrollo y factores inductores
del estrés, agrega además que; en años recientes se han realizado esfuerzos
tendientes hacia el aislamiento de genes que se expresan durante el déficit de agua
para estudiar la función de los productos resultantes de la expresión del gen bajo
sequía, y los senderos que conducen a la expresión del mismo.
Foyer et al. (1994) en cambio dicen que a nivel de planta el efecto del estrés es
generalmente percibido como una disminución en la fotosíntesis y crecimiento, y este es
asociado con alteraciones en el metabolismo del C y N. A nivel molecular, los efectos
negativos del estrés sobre hojas pueden ser en parte una consecuencia del daño
oxidativo a importantes moléculas, como resultado de un desbalanse entre la
producción de O2 activado y defensas antioxidantes.
Cuando las plantas son expuestas aun estrés ambiental como alta intensidad
luminosa, temperatura extrema, sequía, tratamientos con herbicidas, o deficiencias
minerales, el balance entre la producción de tipos de oxigeno reactivo y la supresión de
la actividad de los antioxidantes es reducida, resultando frecuentemente un daño
oxidativo (Cakmak y Marschner, 1992; Spychalla y Desborough, 1990).
Aunque los factores causantes de estrés en las plantas pueden ser muy diversos
los más frecuentes se pueden agrupar en tres grupos principales que son; estreses
edáficos, físicos o climáticos y biológicos. Dentro del estrés edáfico es posible
considerar la falta o exceso de agua, deficiencias o excesos minerales y pH del suelo.
Los principales factores del clima causantes de estrés, son; las bajas o altas
temperaturas, altas o bajas concentración de gases en el aire y altas o bajas
intensidades de luz, por su parte Bowler et al., (1992) indican que en las plantas las
condiciones ambientales tales como temperaturas extremas y/o estrés por agua,
especialmente en combinación con altas intensidades luminosas, ozono ambiental o
dióxido de azufre, además algunos patógenos pueden causar daños por estrés
oxidativo por sobreproducción de algunos tipos de oxigeno tóxico. Este ultimo factor o
los patógenos, que llega a causar estrés también llegan a ocasionar alteraciones
importantes en las plantas.
En este escrito se trataran algunos tipos de estrés de los ya comentados
anteriormente y su influencia sobre la expresión de genes, tomando en cuenta que la
expresión de un gen durante el estrés, no garantiza que un producto génico proporcione

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


144
la habilidad de la planta para sobrevivir a dicho estrés. Ya que la expresión de algunos
genes puede resultar de una lesión o daño que ocurrió durante el estrés.

6.3.2. Estrés por Sequía


La expresión de genes asociados a déficit de agua depende del tipo de tejido,
órgano y etapa de desarrollo y se pueden expresar independientemente de la condición
de estrés. Por ejemplo algunos genes que se expresan durante el estrés de agua
también se expresan durante la maduración y fases de secado del desarrollo de la
semilla. Las numerosas respuestas al déficit de agua son controladas por un arreglo de
genes con muchas diferentes funciones (Bray,1993).
Si la expresión de un gen depende de la etapa de desarrollo del cultivo, del
genotipo, entre otros factores, esto permite concluir que durante el ciclo del cultivo
puede haber toda una serie de genes que pueden afectar diferentes órganos o tejidos
de la planta, y lo anterior puede llevar a manifestarse, ya sea en hojas, flores, frutos o
bien. Como en trigo un déficit de agua durante las etapas tempranas de desarrollo
ocasiona una reducción en el numero de tallos que conduce a un menor numero de
espigas y semillas por planta, reduciendo el rendimiento (King et al., 1992).
Los cambios en la expresión de genes debido al estrés ambiental tal como golpe
de calor y sequía los han documentado (Lindquist, 1986; Guerrero et al., 1990 ).
Aunque la mayoría de los estudios sobre la modificación en la expresión de genes, en
respuesta al estrés de agua se han concentrado sobre el tallo, mientras que poca
atención se ha puesto en el sistema radical. Sin embargo estudios recientes, han
demostrado que las características del sistema radical son determinantes para la
capacidad de tolerancia a la sequía del frijol (White y Castillo 1992).
Los genes expresados durante el estrés se anticipan para promover la tolerancia
celular a la deshidratación, a partir de funciones protectoras en el citoplasma, alteración
de los potenciales del agua celular para promover la absorción de agua, control de la
acumulación de iones y una mejor regulación de la expresión del gen o genes.
Evidencias moleculares recientes sugieren que miembros de la familia del gen rab
(sensible al ABA) son activados en respuesta al estrés de sequía y parecen estar
presentes en todas las plantas (Skriver and Mundy,1990). Por lo tanto la expresión del
gen rab puede ser un indicador útil del estrés de sequía. La expresión del gen rab
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
145
puede ser usada como un indicador del estrés de agua en plantas, y mediante un mejor
entendimiento de la regulación de los genes sensibles a sequía nosotros podemos ser
capaces de clarificar, los mecanismos moleculares involucrados en la tolerancia a la
sequía, usando técnicas moleculares para desarrollar cultivares de trigo tolerantes.
(King et al.,1992. )
Saab et. al. (1990) agregan que, en condiciones de sequía los cambios en la
expresión de genes están relacionados a la acumulación de ABA en tejidos con estrés
de sequía o condiciones de deshidratación. Además hay evidencias del doble papel del
ABA endógeno en plantas de maíz, donde se indican que la acumulación de ABA
endógeno en bajos potenciales de agua, actúan diferencialmente para mantener el
crecimiento primario de la raíz e inhibir el crecimiento del tallo. Lo que si queda claro es
que, una consecuencia de un estrés de agua aplicado a ciertos tejidos de plantas,
conduce a un incremento en los niveles endógenos de ABA (Bray,1990 ; Skriver y
Mundy,1990).
Hay genes que pueden ser estimulados por la aplicación de ABA, pero mutantes
deficientes en la síntesis de ABA, también pueden ser estimulados por déficit hídrico.
Esto indica que puede haber dos senderos para estimular estos genes, pero se
desconoce si estos senderos convergen en algún punto o si son senderos
completamente separados (Bray , 1993). En cambio Cohen y Bray (1990) encontraron
que usando mutantes bloqueados en la biosíntesis del ABA se demostró que algunos
genes específicos requieren niveles elevados de ABA para su expresión durante el
estrés por déficit de agua o bajas temperaturas .
Un ABRE(abscisic acid-response element), 5´-C7TACGTGGC-3´, esta
involucrado en el control de la transcripción en respuesta al ABA y se ha demostrado
que liga un factor de transcripción clonado, el EmBP-1.(Guiltinan et al., 1990), además
se ha demostrado que este ABRE controla la expresión regulada del ABA en varios
genes, Em, rab16,rab17 y rab28 que se manifiestan preferentemente en semillas (Pla et
al., 1993).
Heikkila J.J. et al. (1984) sugieren que el gene hsp 70 es activado en maíz por
una variedad de diversos estreses como el golpe de calor, estrés de agua y ácido
absicico. Indicando además que, poco se conoce sobre los efectos de diferentes
estreses ambientales y expresión de las plantas. Así mismo indican que el golpe de

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


146
calor o otros estreses ambientales, han mostrado un aumento en la síntesis de un
pequeño grupo de proteínas para el golpe de calor (hsps) en eucariotes ( Tanguay ,
1983).
Los estreses de agua y heridas resultan en cambios en el patrón de la síntesis de
proteínas, aunque no se han caracterizado se han caracterizado proteínas para un
estrés particular. (7, Shuster A.M., and E. Davis. 1983).
Iñaki et al. (1998) indican que la aplicación de un moderado déficit de agua (un
potencial de agua de -1.3Mpa) a hojas de chícharo ( Pisum sativum L. Cv. Lincoln)
condujo a una inhibición del 75 % de la fotosíntesis y a un incremento en la actividad
de la zeaxantina, malondialdehído, proteínas oxidantes y mitocondriales, citosol, y
superoxido dismutasa del cloroplasto y concluyen que en el Cv. Lincoln, el incremento
en Fe catalítico y la disminución de la protección antioxidante pueden estar
involucrados con el daño oxidativo causado por déficits severos de agua, pero no
necesariamente en el estrés inicial inducido por déficits moderados de agua. Los
resultados también indican que la tolerancia al déficit de agua en términos de daño
oxidativo depende en gran medida del cultivar, indicando la importancia que tiene el
genotipo en la respuesta de las plantas a un estrés.
La respuesta de los antioxidantes al déficit de agua depende de la severidad del
estrés, de la especie y la edad de la planta (Tanaka et. al., 1990). Aunque hay una
sensibilidad diferencial de los cultivares al déficit de agua con respecto a la inducción
del estrés oxidativo.
Un aspecto frecuentemente considerado en estudios sobre radicales libres y
antioxidantes es la propiedad pro-oxidante del Fe. El cual es llamado "Fe catalitico" que
cataliza la descomposición del H2O2 e hidroperoxidos lipidicos a radicales hidroxil y
alkoxil, respectivamente. Ambos radicales son extremadamente citotóxicos y
promueven la peroxidación lipidica. La peroxidación lipidica es comúnmente tomada
como un indicador del estrés oxidativo.
La expresión de genes es modificada durante el estrés por sequía y puede ser
responsable de algunas de las respuestas adaptativas (Bray, 1993). La evitación de la
sequía es principalmente alcanzada a través de la extracción de la humedad por un
sistema radicular profundo, y que la raíz del genotipo de frijol es determinante del
crecimiento y rendimiento del mismo bajo déficit de agua (White y Castillo 1992). Sin

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


147
embargo, las diferencias observadas en el sistema radicular son morfológicas (
sistemas radicales profundos para genotipos tolerantes bajo estrés de agua) y
posiblemente pueden ser expresadas solamente en el campo donde esta característica
es fácilmente detectable.
Otro tipo de genes que juegan un papel importante en la tolerancia al estrés
hídrico, son los genes lea (late embryogenesis abundant gene), que primero fueron
identificados como genes que se expresan durante las fases de maduración y
desecación del desarrollo de la semilla.(Baker et al., 1988). Aunque se ha encontrado
que estos genes también se expresan en tejidos vegetativos durante periodos de
perdida de agua, resultantes de estrés hídrico, estrés osmótico y bajas temperaturas y
al menos se han identificado seis grupos de genes Lea, basado en la secuencia de
aminoácidos y similaridades entre varios tipos.
La mayoría de los productos de los genes lea son predominantemente
hidrofilicos, deformados en la composición de aminoácidos, y carente en Cys y Trp y
se ha propuesto que se localizan en el citoplasma. Además se han identificado genes
involucrados potencialmente en la regulación y señalización durante periodos de déficit
de agua, tales como la proteína kinasa, proteínas nucleares y proteína ARN-ligasa
(Bray,1993).

6.3.3. Estrés por Sales Minerales


Las plantas para su desarrollo requieren de sales minerales sin embargo,
concentraciones elevadas pueden resultar tóxicas y causantes de estrés, que
desencadena en multiples respuestas fisiológicas. Como es el caso de una salinidad
inducida en cultivares de algodón, donde se incrementa la actividad de la catalasa y
como consecuencia se aumenta la peroxidasa en los cultivares AC-88 y ACSR2,
indicando que los cultivares relativamente tolerantes a sales tuvieron una mayor
capacidad para la descomposición de H2O2 generado por la superoxido dismutasa.
Los cultivares mas tolerantes a sales tuvieron un aumento en la capacidad de desechar
radicales libres ( Gossett et al., 1994).
Los cultivares mas tolerantes a sales AC-88 y AC-SR2 tuvieron los niveles mas
altos de caltalasa, en comparación con los cultivares de algodón más sensibles.
También se ha encontrado, que aumentos en la actividad de la Superoxido dismutasa
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
148
(SOD) así como en la actividad de la catalasa se presentaron en tuberculos de papa
durante el curso de un periodo de 40 semanas de almacenamiento a 3°C (Spychalla y
Desborough, 1990). No se sabe si el aumento en la actividad de la peroxidasa fue
debido a un incremento de la actividad de genes que codifican para peroxidasa o a un
aumento de las pre-enzimas ya existentes. Se ha sugerido que la activación de la
peroxidasa puede, en parte, ser debido a daño de la membrana y al aumento resultante
en los niveles de Ca2+ celular ( Peters et al., 1989)).
Posiblemente los tipos de oxigeno citotóxico generados durante el daño a la membrana
por el estrés de salinidad y los cambios resultantes en los niveles de Ca2+ intracelular,
inducen cambios en la actividad génica de la peroxidasa.
En otro estudio Gossett et al. (1998) encontraron que los cultivares mas
tolerantes a sales tuvieron los mayores niveles de catalasa (121 a 215%) y α-tocoferol
(312-420%). Los tratamientos con sales tuvieron un aumento de 38 a 72 % en la
actividad de la peroxidasa y un 55 a 101% de incremento en la actividad de la
glutathione rreductasa en los cultivares Acala, mientras que la actividad de estas
enzimas permanecieron constantes o disminuyeron en los cultivares mas sensibles de
algodón.
Keith et al. (1998) indican que los genes que codifican peroxidasa, glutathione-
S- transferasa, proteína aglutinante del cobre azul y una proteína homologa, es la
reticulina: enzima oxigeno oxidoreductasa. Tres de estos genes se sabe son
estimulados por el estrés oxidativo y el cuarto es estimulado por tratamientos con
patógenos. Otro gene de estrés oxidativo, es la superoxido dismutasa y otro gen para la
inhibición de la proteasa Bowman-Birk también fue estimulado por el Al en A. thaliana.
En cambio Davies (1997) indica gen par A es también estimulado por Al, deficiencia de
fosfatos (Ezaki et al., 1995), y alta auxina. Además uno de los mecanismos sugeridos
de la toxicidad del aluminio es que causa una peroxidación lipidica (Gutteridge et al.,
1985).
El aluminio puede estimular un complejo de genes de estrés en A. thaliana, y
solo algunos de los cuales combaten el estrés oxidativo. Es posible que el estrés
oxidativo estimulado por el Al sea una respuesta secundaria a el grupo en la
elongación radicular.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


149
Una proteína ácida tipo PR( patogénesis-related), la PR-2 se encontró que fue
estimulada por Al en trigo, así como por un amplio rango de estreses ( Cruz-Ortega y
Ownby, 1993). Mas recientemente, una segunda proteína PR, la β-glucanasa se
encontró que es estimulada por el Al en trigo ( Cruz-Ortega et al., 1997). Tres genes
adicionales que son estimulados por el Al en cultivos de células en tabaco fueron
identificados por Ezaki et al. (1996), estos son la peroxidasa aniónica y el gen
estimulador de auxinas par A y par B que codifican GST( glutathione S-transferasa).
Los genes fenil-alanina amonio-liasa (PAL), β-glucanasa, y pEARLI2 son
estimulados por el estrés por Al y ozono. El gen PR2 es un gen relacionado con
defensa que puede ser estimulado por el estrés oxidativo (Sharma y Davis, 1997).
La actividad de la dehidroascorbato reductasa se ha visto que puede ser tanto o
mas del 100% mayor en una raza resistente a tizón manchado de la papa que en un
clon sensible (Monk y Davies, 1989). Cakmak y Marschner (1992) demostraron una
actividad significativamente mayor en esta enzima en hojas de frijol deficientes de
Mg2+. El cation Ca2+ tiene varias funciones fisiológicas asociadas con las membranas,
y pueden ocurrir excesivas reacciones oxidativas bajo condiciones de déficit de Ca2+ .

6.3.4. Estrés por Alta Irradiancia


La luz como elemento vital para las plantas juega un papel muy importante en el
proceso fotosintético sin embargo altas intensidades pueden causar estrés oxidativo, en
ese sentido Gupta et al., (1993) menciona que se ha encontrado resistencia al estres
oxidativo causado por una exposición a alta luz y separadamente de una baja
temperatura y una sobreexpresión de la SOD. La correlación fuerte indica que la
resistencia al estrés es causada por una sobreexpresión de la SOD y no por una
variación somaclonal en plantas transgénicas o por selección durante la regeneración.
Ademas aumentando los niveles de SOD y el gen APX se puede aumentar la
protección al estrés oxidativo en plantas. Suponen que la expresión del gene APX
puede ser regulada puede en plantas como una respuesta directa o indirecta a un
supuesto incremento en el H2O2 asociado con la sobrexpresión de la SOD, aunque esta
relación no se ha demostrado.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


150
van Gysel et al., (1993) encontraron que el gene BCB es estimulado por largos
periodos de oscuridad.

6.3.5. Estrés por Patógenos


El papel biológico de los genes pEARLI5 y BCB no es claro, el gene pEARLI5
es homologo a un gene que es estimulado por la infección de patógenos vegetales
(Dittrich y Kutchan, 1991) y por tratamientos con methyl jasmonate y promotores
fungicos (Facchini et al., 1996).

6.3.6. Literatura Referente a Genética y Transgenética de la


Resistencia al Estrés
Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Bohnert, H.J. and B. Shen. 1999. Transformation and compatible solutes. Sci. Hort.
78:237-260.
2. Dunwell, J.M. 2000. Transgenic approaches to crop improvement. J. Exp. Bot. 51
GMP: 487-496.
3. Zobel, R.W. 1995. Genetic and environmental aspects of roots and seedling stress.
HortScience 30:1189-1192.

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6.4. Aumento Fenotípico en la Resistencia al Estrés Oxidativo


y Otros Tipos de Estrés
De la información vertida en los capítulos anteriores surge con claridad la opción
de manipular la resistencia al estrés oxidativo, y por ende a los principales ipos de
estrés ambiental o biótico, aplicando de manera exógena los señalizadores (revisados
en el subcapítulo 6.5) o bien antioxidantes u oxidantes. Tal parece que la aplicación de
un estrés de oxidación controlado puede ser tan útil como un antioxidante en inducir
resistencia al estrés en semillas y plánulas. Lo anotado a continuación son los

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


151
resultados de diferentes experimentos realizados en el Departamento de Horticultura de
la UAAAN. Lo que surge como conclusión de estos trabajos es la opción potencial para
implementar nuevas tecnologías para el manejo del estrés en invernadero y campo
abierto.

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6.4.1. Algunos Resultados acerca de la Aplicación Exógena


de Oxidantes, Antioxidantes e Inductores de Resistencia en
Especies Horticolas
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

6.4.1.1. INTRODUCCION
Como parte de las actividades de investigación de nuestro grupo se encuentra el
estudio y potencial aplicación agrícola de compuestos oxidantes, antioxidantes e
inductores de resistencia. Estos compuestos se aplican de manera exógena a las
semillas, plántulas, plantas o frutos. Las vías de aplicación son por medio de la semilla,
rizoma, bulbo o tubérculo, en la solución nutritiva, en el sustrato de crecimiento o bien
por vía foliar o en la superficie de la fruta. Hasta el momento los resultados indican que
esta tecnología es de potencial utilidad para aplicarse en la producción agrícola en
campo abierto e invernadero.

6.4.1.2. APLICACIÓN DE UN COMPLEJO DE POLIACIDO ACRILICO Y QUITOSAN


PARA MODIFICAR LAS RESPUESTAS AL ESTRÉS DE PLANTAS

E. Rayón1, S. Alonso1, D. Ramírez1, H. Ortega2, H. Ramírez1, A. Benavides1, J. Romero2


1
Depto. de Horticultura, UAAAN, Buenavista, Saltillo C.P. 25315 Coahuila.
2
CIQA, Gerencia de Biopolímeros, Blvd. Enrique Reyna Hermosillo #140 C.P. 25100 Saltillo
Coahuila.

El quitosán (poli-N-acetil-D-glucosamina) es un compuesto preparado comercialmente a través


de la desacetilación alcalina de la quitina obtenida del exoesqueleto de crustáceos marinos.
Este compuesto es soluble en ácidos débiles y puede utilizarse como agente antifúngico o bien
como inductor de respuestas de defensa en las plantas [1]. Raygoza [2] aplicó foliarmente en
plantas de lechuga preparaciones de quitosán disuelto con ácido acético. El autor encontró que
el quitosán indujo respuestas positivas sobre el crecimiento notables a corto (5-6 días) y largo
plazo (30-40 días) mientras que el ácido acético indujo respuestas positivas diferenciables solo
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
152
a largo plazo (30-40 días). Al aplicarlo directamente a los tejidos de la planta el quitosán actúa
como señalizador del estrés induciendo la peroxidación de lípidos [3] y la producción de
especies reactivas de oxígeno que entre otras cosas causan el cierre de los estomas [4],
promoviendo de esa forma la activación de respuestas de defensa contra los patógenos y
probablemente contra el estrés abiótico [5]. En cambio, al aplicarlo en el sustrato [6] es probable
que el quitosán actúe más como agente quelatante [7].
La capacidad del quitosán de activar los mecanismos de defensa de las plantas lo convierte en
una alternativa potencial atractiva para el manejo inocuo de los patógenos y posiblemente del
estrés abiótico en cultivos, tanto en condiciones de manejo intensivo como en terrenos
marginales. Sin embargo se dispone de poca información acerca de las concentraciones,
formas y tiempos de aplicación de este compuesto. La Gerencia de Biopolímeros del CIQA y el
Departamento de Horticultura de la UAAAN llevan a cabo un proyecto conjunto con la meta de
obtener polímeros derivados de la quitina con aplicaciones agrícolas. En el presente trabajo se
reportan resultados preliminares sobre la prueba de complejos de poliácido acrílico y quitosán
de peso molecular 15,000 (PQ15) y 100,000 (PQ) en plántulas de lechuga y cebolla. El objetivo
fue verificar las respuestas de las dos especies al aplicársele los complejos por vía foliar. Para
ello se verificó el crecimiento postrasplante así como la sensibilidad relativa de las plántulas al
déficit de agua.
Las semillas de las mencionadas especies fueron sembradas el 09/mayo/2001. Pasados 21
días después de la siembra (dds), siguiendo el esquema de un diseño experimental
completamente al azar con tres repeticiones, las plántulas fueron asperjadas con soluciones
acuosas de NaCl (5 g l-1) que contenían los complejos PQ y PQ15 al 0.1% v/v. Esta aplicación
foliar fue repetida a los 25 y a los 29 dds. Entre una aplicación y otra se realizaron muestreos
destructivos de plantas para la determinación de la biomasa fresca y seca. Después de la última
aplicación a los 29 dds una parte de las plantas fue separada para trasplantarse a macetas sin
someterlas a ningún estrés, mientras que otra fue utilizada para estudiar las respuestas al
estrés. El primer estrés de agua fue aplicado a los 30 dds. Después fueron extraídas algunas
plantas para determinar la biomasa. Un segundo estrés de agua fue aplicado a los 39 dds
siguiendo el mismo procedimiento descrito. Las plantas separadas para trasplantarse fueron
colocadas en macetas de 10 l a los 31 dds. El crecimiento fue determinado 20 días después.
En las plántulas no se presentaron diferencias estadísticamente significativas entre los
tratamientos antes de la aplicación del estrés. En cambio, después de aplicar el estrés hídrico
fue notable mayor biomasa en las plantas tratadas con PQ15, mientras que las tratadas con PQ
fueron menores o no mostraron diferencia con el testigo (Figura 1 y Tabla 1).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


153

Figura 1. Dinámica de crecimiento de las plántulas de lechuga. Las fechas indican los tiempos
de aplicación del estrés de agua.

Tabla 1.- Biomasa fresca de las plántulas de cebolla (g planta-1) después del primer estrés.

Tratamiento PFA PFB PFT


Testigo 0.576ab 0.057ª 1.01ab
PQ 0.387ª 0.036ª 0.663a
PQ15 0.762b 0.113b 1.256b

Las diferencias observadas parecen partir de la habilidad reportada del quitosán para activar las
respuestas de defensa de la planta induciendo la formación de especies reactivas de oxígeno
[3]. Aunque el efecto puede imitarse aplicando H2O2 (Vera de Jesús, datos no publicados) o
ácido salicílico [8], estos son inductores no específicos de las respuestas de defensa. El punto
interesante para el quitosán es que se comporta como activador específico, dependiendo la
especificidad del peso molecular del compuesto[9]. Tal vez ello explicaría la menor sensibilidad
al estrés de las plantas tratadas con PQ15 en comparación con las tratadas con PQ que no fue
estadísticamente diferente al testigo.
En cuanto a las plantas llevadas a las macetas sin someterlas al estrés hídrico no se
observaron diferencias entre tratamientos para el caso de la cebolla, mientras que para la
lechuga se presentó menor biomasa en las plantas tratadas con los complejos PQ15 y PQ. En
el estudio reportado por Raygoza [2] se encontró mayor biomasa en las plantas no estresadas
tratadas con quitosán en solución de ácido acético. En cambio, en el presente trabajo se
encontró que en ausencia de estrés los complejos de quitosán y poliácido acrílico ejercieron un
efecto negativo. Es probable que este efecto surja de la señalización supuestamente ejercida
por los compuestos aplicados o bien por una posible acción negativa del poliácido acrílico.
Se concluye que el complejo PQ15 ejerció un efecto positivo sobre el crecimiento de las plantas
bajo condiciones de estrés. En ausencia de condiciones ambientales negativas no se observó
beneficio al aplicar los complejos PQ y PQ15.

REFERENCIAS
1. No, H.K. and S.P. Meyers. J. Aquatic Food Product Tech. 4 (1995) 27.
2. Raygoza, J.M. Tesis de Licenciatura, UAAAN, 2001.
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
154
3. Lee, S., H. Choi, S. Suh, I.S. Doo, K.Y. Oh, E.J. Choi, A.T. Schroeder, P.S. Low, Y. Lee.
Plant Physiol. 121 (1999) 147.
4. Orozco-Cardenas, M. and C.A. Ryan. Proc. Natl. Acad. Sci. USA 96 (1999) 6553.
5. Dubery, I.A., L.G. Teodorczuk, A.E. Louw. Mol. Cell Biol.. Res. Commun. 3 (2000) 105.
6. Ohta, K., A. Taniguchi, N. Konishi, T. Hosoki. Hort Sci. 34 (1999) 233.
7. Rathke, T.D. and S.M. Hudson. J.M.S.-Rev. Macromol. Chem. Phys. C34(1994)375.
8. Salazar, A.M. Tesis de Licenciatura, UAAAN, 2001.
9. Cuero, R.G. EXS (1999) 315.

6.4.1.3. EL H2O2 PERO NO EL ACIDO SALICILICO AUMENTA EL ÉXITO DE


GERMINACIÓN DE SEMILLAS DE MELON EN MEDIO SALINO
H2O2 BUT NOT SALYCILIC ACID INCREASES MUSKMELON SEED GERMINATION SUCCESS IN SALINE
ENVIRONMENT

Francisco Olvera Arellano, Adalberto Benavides Mendoza, Rigoberto Vera de Jesús


Departamento de Horticultura, UAAAN

SUMMARY. H2O2 and salicylic acid (AS) are signaling compounds of potential utility for the agronomic
handling of plant stress. With the objective of studying the response of plants to this substances in a
stress condition, the seeds of muskmelon were 12 hours submerged in water solutions of H2O2 and AS.
Next the seeds were transferred to saline NaCl solutions in order to germinate in the laboratory. Then the
seedlings were placed in containers in the greenhouse. Seeds treated with H2O2 1 mM showed better
and fast germination in the NaCl solutions. In the same way the seedlings coming from H2O2 treated
seeds showed better growth in the greenhouse. On the other hand the treatment with AS did not give rise
to any advantage in seed germination or seedling growth.

INTRODUCION. El estrés ambiental en las plantas da lugar a la activación de respuestas de


adaptación y defensa. Entre estas respuestas se encuentra la síntesis de ácido salicílico (AS) y
de especies reactivas de oxígeno como el O2.- y el H2O2 que parecen funcionar como
señalizadores en condiciones ambientales adversas que involucran daño oxidativo como la
patogénesis (1), el estrés por baja temperatura y el estrés inducido por salinidad (2). El objetivo
del presente estudio fue determinar si el pretratamiento de las semillas de melón con soluciones
acuosas de H2O2 y AS daba lugar a mayor éxito en la germinación en un medio salino con NaCl
y si dicha manipulación generaba modificaciones en la adaptación y crecimiento de las
plántulas.

MATERIALES Y METODOS. Se colocaron semillas de melón (Cucumis melo L. cultivar


TopMark) en cajas petri con las siguientes soluciones acuosas como pretratamiento: AS en
concentración 10-4 y 10-2 M, H2O2 en concentración 1 y 2 mM y un testigo con agua destilada.
Las semillas se mantuvieron en las soluciones mencionadas durante 12 horas. A continuación
las semillas de cada pretratamiento se colocaron en cajas petri de vidrio y papel filtro con
tratamientos de NaCl de 0, 100 y 150 mM como medio de germinación. Se utilizaron 35 semillas
por cada caja petri. El diseño experimental utilizado fue completamente al azar con tres
repeticiones. Las semillas fueron germinadas en una cámara de crecimiento con temperatura
constante de 26° C. A partir del día tres hasta el nueve se realizó un conteo diario del número
de semillas germinadas por caja. Posteriormente las semillas germinadas fueron transferidas a
charolas de poliestireno con peat moss como sustrato y llevadas a un invernadero en donde se
les determinó la biomasa nueve días después del trasplante.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN. El NaCl determinó un retraso en la germinación así como una
disminución en el éxito de la germinación (Cuadro 1). Para las semillas germinadas en agua
destilada (0 mM NaCl) los mejores resultados correspondieron al pretratamiento testigo. La
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
155
situación fue diferente sin embargo en los medios salinos, en ellos se observó una ventaja clara
del pretratamiento con H2O2 (Cuadro 1 y Fig. 1) en comparación con el pretratamiento testigo o
con AS.
En cuanto a la biomasa de las plántulas trasplantadas en invernadero se encontró que las
provenientes del medio sin NaCl no mostraron diferencia significativa frente al testigo, a
excepción de aquellas cuya semilla fue pretratada con AS 10-4 M las cuales presentaron una
biomasa significativamente menor. En cambio, en aquellas plántulas provenientes del medio
con NaCl 100 mM se encontró un efecto positivo y signifcativo del pretratamiento de la semilla
con H2O2 1 mM (Fig. 2). Se observó asimismo un efecto positivo del H2O2 2 mM en las plántulas
cuya semilla germinó en NaCl 150 mM.

Cuadro 1. Valores promedio del número de semillas germinadas por caja petri en los conteos
realizados entre los días tres y nueve después del inicio del experimento.

TRATAMIENTO

PRETRATAMIENTO 0 mM NaCl 100 mM NaCl 150 mM NaCl

TESTIGO 23.2381 dz 14.0476 b 8.7143 b


AS 10-4 M 22.6190 cd 14.1429 b 8.8095 bc
AS 10–2 M 0.2381 a 0.0 a 0.0 a
H2O2 1 Mm 20.5338 bc 18.0476 c 12.8571 d
H2O2 2 mM 19.7619 b 13.0476 b 10.3333 c
z
Valores con la misma letra dentro de columnas son iguales de acuerdo a la prueba de Duncan
a una P≤ 0.05.

CONCLUSIONES. El pretratamiento de semilla de melón con H2O2 1 mM dio lugar a más rápida
y mejor germinación en medio salino. La biomasa de las plántulas después del trasplante fue
asimismo mayor en las semillas pretratadas con H2O2. Por su parte el AS presentó efectos no
significativos o negativos sobre la germinación y biomasa.
BIBLIOGRAFÍA.
1. McDowell, J.M. and J.L. Dangl. 2000. Trends Biochem. Sci. 25:79-82.
2. Inzé, D. and M. Van Montagu. 1995. Curr. Opin. Biotech. 6:153-158.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


156

Figura 1. Valores promedio y error estándar del número de semillas germinadas por caja petri
en el medio de 100 mM de NaCl. La flecha en el gráfico indica la curva correspondiente al
número de semillas germinadas en el pretratamiento de 1 mM H2O2.

Figura 2. Biomasa de las plántulas de melón en invernadero después de 9 días de crecimiento.


Las semillas de los diferentes pretratamientos fueron germinadas en el medio de 100 mM NaCl
y trasnferidas a charolas con peat moss. Obsérvese el efecto postivo del pretratamiento con 1
mM de H2O2.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


157
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6.4.2. Un Enfoque Práctico Comercial para Lograr el Aumento


Fenotípico en la Resistencia al Estrés Oxidativo y Otros
Tipos de Estrés
MC. Alberto Sandoval Rangel
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

6.4.2.1. Introducción. La actividad agrícola actual debe estar basada en una tecnología
de manejo de los cultivos que les permita desempeñar tres funciones principales que
constituyen la base para obtener rendimientos óptimos.

* La recepción de los estímulos ambientales y su conversión en energía metabólica.

* La absorción de los nutrimentos a partir del suelo así como su transformación en


metabolitos primarios y secundarios.

* La formación del producto final (Granos, hojas, tubérculos, bulbos ...) de acuerdo con
la eficacia de transformación de los estímulos ambientales y de los minerales en
productos primarios a través del metabolismo.

La cantidad y la calidad del producto final depende por lo tanto de que la planta realice
con eficacia, de manera constante y oportuna estas tres funciones de acuerdo con los
requerimientos de cada fase fenológica. Los cultivos, para alcanzar esta magnitud en la
realización de estas actividades básicas, requieren de un manejo fundamentado en el
conocimiento y determinación de:

1- Las necesidades nutricionales por etapa fenológica.

2- Las necesidades de agua por etapa fenológica.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


158
3- El conocimiento y determinación de los efectos de su interacción con el medio
ambiente, el suelo y el agua.

Por ello, el incremento en la producción será siempre la resultante de los efectos


concertados de un conjunto de factores que interactuan entre sí y con la planta. Esto
deja claramente demostrado que la forma más eficiente para alcanzar altos rendimientos
tanto en cantidad como calidad, es la orientación de la tecnología de producción agrícola
hacia tres conceptos básicos:

* El mejoramiento genético de los cultivos


* La protección de los cultivos
* El manejo de los cultivos fundamentado en el conocimiento y determinación de las
necesidades nutricionales de los cultivos por etapa fenológica; el conocimiento y
determinación de las necesidades hormonales de los cultivos por etapa fenológica; el
conocimiento y determinación de las necesidades de agua de los cultivos por etapa
fenológica; el conocimiento y determinación de los efectos de la interacción cultivo y
medio ambiente; el conocimiento y determinación de los efectos de la interacción cultivo,
agua y suelo.

En la actualidad, los productos que se aplican en la agricultura están integrados por una
lista interminable en donde cada fabricante, formulador y vendedor sostiene que el suyo
es el mejor; el más efectivo y contundente.

Estos productos en su gran mayoría carecen de fundamentos científicos y técnicos para


su uso; de esta manera, aunque el producto fuera de utilidad para la planta, su
aplicación lejos de aportar un beneficio al cultivo, se convierte en una carga extra en
cuanto a costo.

Las plantas antes de producir, requieren de un período de tiempo durante el cual surgen
acontecimientos precisos que inician en un momento determinado para terminar en otro.
El período de tiempo durante el cual se lleva al cabo estos eventos es conocido
agronómicamente como ciclo fenológico y va desde la germinación hasta la cosecha.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


159

Durante el ciclo fenológico, la planta interactúa con el medio ambiente y todos sus
elementos (temperatura, humedad, insolación); el suelo y sus elementos (nutrimentos,
materia orgánica, sales, carbonatos, arcillas, microorganismos) y con el agua y sus
componentes (pH, conductividad, sales, carbonatos).

Esta interacción genera en la planta algunos cambios que hacen posible el


desencadenamiento de mecanismos fisiológicos y metabólicos para que la expresión del
potencial genético del cultivo sea óptima traduciéndose en una abundante cosecha y de
mayor calidad.

La interacción planta-medio ambiente tiene mayor impacto sobre su fisiología y


metabolismo. Esto hace que el cultivo tenga una respuesta determinada a la luz y a la
temperatura tanto a nivel fisiológico, metabólico y nutricional así como a nivel de
desarrollo y crecimiento.

La magnitud de esta respuesta en cuanto a producción en relación a los factores antes


mencionados ha permitido separar a los cultivos en plantas eficientes: C4; y no
eficientes: C3.

Un análisis minucioso de estos dos grupos (C4 y C3) de plantas cultivadas en lo


referente a la acción de la luz, de la temperatura y el metabolismo, ha permitido
establecer las bases para aplicar en los cultivos algunos productos específicos que
permiten contrarrestar los efectos nocivos de la temperatura y luminosidad; incrementar
la acción fisiológica y metabólica así como la generación de energéticos en los
cloroplastos bajo condiciones de temperatura y de luminosidad por debajo de los niveles
mínimos.

En la actualidad existen productos diseñados, con el objeto de generar un sinergismo


más dinámico entre las actividades fisiológicas y metabólicas de las plantas, de las
fitohormonas endógenas y el potencial genético de los cultivos. Estos productos estan
integrados por fitohormonas, nutrimentos claves para las actividades fisiológicas y

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


160
metabólicas, ácidos fúlvicos y húmicos , ácido nicotínico, ácido pantoténico y tiamina
kamara 1997.

Los productos SINER son utilizados para resolver los problemas fisiológicos,
metabólicos, de crecimiento y desarrollo que tienen mayor impacto sobre la cantidad y
calidad de los rendimientos. La inducción de este sinergismo en un momento
determinado del ciclo fenológico del cultivo es determinante para una mayor calidad y
cantidad de la producción.

PRODUCTOS SINER ORGÁNICO

DESINFECTANTE E INHIBIDOR ORGÁNICO DE HONGOS Y BACTERIAS

BELA
Desinfectante e inhibidor orgánico de hongos y bacterias.

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Fuentes enzimáticas. 12.62
Activadores enzimáticos. 12.52
Ácido clorídrico (grado alimenticio) 05.00
Cobre orgánico. 02.00
Sorbato de Potasio y acondicionadores orgánicos 30.00
Extractos de plantas como fuente
de alcaloides, saponina y enzimas. 37.86
TOTAL 100.00

INFORMACIÓN GENERAL DE BELA

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


161

Qué es BELA ?
BELA es un producto obtenido a base de extractos orgánicos de plantas y de otras
substancias (ácido clorídrico, cobre, oxidantes, humectantes y penetrantes) con grado
alimenticio. Es altamente eficaz para inhibir la gran mayoría de los hongos y bacterias
fitopatógenos; por lo cual para obtener una mayor efectividad, la aplicación debe lograr
un total cubrimiento de la hoja tanto en el haz como en el envés. Su período de
protección varía de 10 a 15 días después de la aplicación. BELA es estable y eficaz en
suelos ácidos, neutros y alcalinos.

Qué hace BELA ?


Inhibe la acción de las enzimas fundamentales a nivel de la pared de la bacteria, del
micelio y de los cuerpos fructíferos de los hongos mediante 3 acciones principales:
* Desnaturalización enzimática.
* Interferencia entre la enzima y el substrato.
* Inhibición enzimática.
Aumenta la penetración, distribución y el transporte en la planta de los herbicidas,
insecticidas, plaguicidas y fertilizantes.

Porqué BELA induce estos efectos en los hongos, bacterias y plantas ?


Porque aporta una mayor cantidad de substancias inhibidoras y antagónicas de las
principales enzimas responsables de la elaboración de las substancias fundamentales
que mantienen activa la pared de la bacteria, del micelio y de los cuerpos fructíferos de
los hongos.
En las plantas, incrementa la afinidad de los herbicidas, insecticidas, plaguicidas y
fertilizantes con las enzimas transportadores del plasmalema.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE BELA

BELA es una solución ácida de extractos de plantas especialmente acondicionado para


obtener una inhibición total del desarrollo de la gran mayoría de los hongos y bacterias

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162
en general así como de los fitopatógenos en los cultivos, en post cosecha, en
almacenamiento y transporte.
Su densidad en volumen es de 1.0 kg/litro; su aplicación foliar requiere solo de un
adherente. No es recomendable usar acidificante ni exponer la solución a una
temperatura superior a 35˚C por más de 48 horas.

Cuando se expone BELA directamente a los rayos solares la degradación que sufre
puede ser considerable por lo cual se requiere guardarlo en su envase original bien
cerrado. Para la APLICACIÓN FOLIAR se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6
y realizarla en las tardes cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE BELA

Cómo BELA inhibe la acción de las enzimas fundamentales a nivel de la pared de la


bacteria, del micelio y de los cuerpos fructíferos de los hongos mediante una
desnaturalización enzimática; una interferencia entre la enzima y el substrato e una
inhibición enzimática ?

RESPUESTA: BELA a través de la acción de algunos componentes principales y


específicos del extracto vegetal (Saponinas, antocianinas, alcaloide y otros inhibidores
enzimáticos); de los oxidantes orgánicos desactiva las enzimas de la pared de la
bacteria, del micelio y de los cuerpos fructíferos de los hongos mediante una
desnaturalización que puede ser química o morfológica. Esta acción no permite el
embone correcto entre la enzima y el substrato con lo que se inhiben todas las
reacciones bioquímicas dependientes de éstas enzimas. En el virus, la acción
mencionada reduce la transformación de los carbohidratos en fuente energética para su
desarrollo; por lo tanto, al reducir su fuente de energético el virus se mantiene en forma
latente. Por consequente, no avanzan sus daño.

En la pared de la bacteria, del micelio y de los cuerpos fructíferos de los hongos, esta
inhibición produce en primera instancia un bloqueo de las síntesis de substancias
fundamentales en la pared, una ruptura de la misma, y posteriormente su plasmólisis.

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163
La inhibición del desarrollo del microorganismo ocurre en forma progresiva después de
la aplicación dependiendo de la concentración y el tipo de microorganismo.
La rápida liberación de los ingredientes activos (Saponinas, antocianinas, alcaloides y
otros inhibidores enzimáticos) de BELA cuando es aplicado en forma foliar y su alta
polaridad incrementa su penetración en la hoja y el tiempo de actividad biológica para
inhibir el desarrollo de aquellos microorganismos, hongos, bacterias cuya actividad en la
pared celular sea gobernada por la acción de las enzimas.

Cuando se aplica BELA en el suelo a través de los sistemas de riego las saponinas, las
antocianinas, los alcaloides y otros inibidores enzimáticos se adhieren a las partículas
del suelo para posteriormente liberarse lentamente incrementándose así su tiempo de
actividad inhibidora contra aquellos microorganismos (hongos, bacterias y virus) cuyo
funcionamiento de la pared celular depende de las enzimas .

Considerando lo anterior, la aplicación de BELA para inhibir a los hongos y bacterias


fitopatógenos del suelo puede eliminar a otros tipos de microorganismos durante el
período de su actividad biológica, la cual no es en forma permanente por lo que esta
acción de BELA sobre los microorganismos benéficos es transitoria.

En la planta BELA a través de su fracción activadora, fuente enzimáticas, saponina y


antocianina tiene una alta afinidad con los transportadores del plasmalema, esto aunado
con la acción de su fracción de penetrantes y dispersantes le da un movimiento tanto
acro como basipétalo. Esto mismo aumenta la penetración, distribución y el transporte
en la planta de los herbicidas, insecticidas, plaguicidas y fertilizantes cuando son
mezclados con BELA.

BELA tiene un proceso de degradación natural en el suelo mediante un mecanismo de


incorporación a la materia orgánica alterándose con el tiempo la estructura de las
saponinas, antocianinas, alcaloides y otros inibidores enzimáticos lo que origina su
transformación en materia orgánica.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE BELA

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APLICACIONES FOLIARES
BELA es una solución orgánica que tiene un amplio espectro de inhibición de los
hongos y bacterias. En la mayoría de los casos se obtiene de un 90 a 100% de
inhibición aplicando de 2.5 hasta 4 litros por ha dependiendo del grado de infestación y
del volumen de agua aplicado por ha.

APLICACIONES AL SUELO
ASPERSIÓN O INYECCIÓN TÓPICA.
1- Para inhibir a Fusarium sp y Rhizoctonia solani en el suelo.
Aplicar en forma tópica una solución de 2.5% BELA a razón de 10 a 15 cc a la base del
tallo sobre mojado y repetir de los 15 a 20 días después.
Aplicar en surco abierto 2.0 litros de BELA por cada 100 litros de agua.

2- Para inhibir a Alternaria solani en el suelo.


Aplicar en forma tópica una solución de 3.0% de BELA a razón de 100 a 150 cc a la
base del tallo sobre mojado y repetir de los 15 a 20 días después.
Aplicar en surco abierto 3.0 litros de BELA por cada 100 litros de agua.
Aplicar en forma foliar 2.0 litros de BELA por cada 100 litros de agua y repetir de los 15
a 20 días después.

3- Inhibición de hongos y bacterias del suelo.


Inhibición de hongos y bacterias del suelo en frutales tropicales (mango, papaya,
cítricos, aguacate, guayaba).
Aplicar por aspersión del suelo en el área de copa una solución de BELA
al 5% y repetir de los 5 a 10 días.

Inhibición de hongos y bacterias del suelo en frutales templados (manzano, durazno,


uva, nogal, ciruelo, cerezo).
Aplicar por aspersión del suelo en el área de copa una solución de BELA
al 5% y repetir de los 5 a 10 días.

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Inhibición de hongos y bacterias del suelo en solanáceas (papa, tomate chile); crucíferas
(brócoli, col), maíz, trigo, frijol, garbanzo y soya.
Aplicar por aspersión del suelo en surco abierto una solución de BELA al 2.5% antes de
tapar.

APLICACIONES EN EL SISTEMA DE RIEGO


1- Para inhibir a Fusarium sp y Rhizoctonia solani, Alternaria solani, Pythium y
otros hongos del suelo.
Aplicar de 5 a 10 litros por ha de acuerdo con el grado de infestación.

2- Incrementar la absorción de los nutrimentos para aumentar la concentración de


solutos en los cloroplastos (Defensa indirecta contra heladas).
Aplicar de 1 a 2 litros por ha inyectados en el riego (disolver en 200 a 400 litros de agua
e inyectar durante el 80% del tiempo del riego)

OTRAS APLICACIONES DE BELA

1- Inhibición de hongos y bacterias en los frigoríficos para el transporte de frutas y


verduras.
Aplicar en forma de aspersión una solución de BELA al 3.5% antes de proceder al
embarque.
2- Inhibición de hongos y bacterias en las frutas y verduras en post cosecha (transporte
y almacenamiento).
Aplicar en forma de inmersión por 0.5 a 1 minuto en una solución de BELA al 3.5%
antes de proceder al embarque.
3- Inhibición de hongos y bacterias de los utensilios.
Tratar el utensilio en forma de aspersión o inmersión por 0.5 a 1 minuto con una solución
de BELA al 4.5% antes de proceder a su uso.
4- Inhibición de hongos y bacterias en las semillas antes de la siembra o
almacenamiento. Tratamientos de granos: maíz, sorgo, trigo, frijol y soya .
Aplicar en forma de aspersión una solución de BELA al 3.5% antes de almacenar.
Para frijol y soya se recomienda no mojar la semilla al punto de afectar la cutícula.

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Tratamientos de papa para inhibir a los hongos
Aplicar en forma de aspersión o inmersión una solución de BELA al 3.5% antes de
almacenar y o de sembrar.
Tratamientos de frutas en post cosecha para inhibir a los hongos y bacterias
Aplicar en forma de aspersión o inmersión una solución de BELA al 3.5% antes de
almacenar o transportar.

Como nota importante para obtener un control efectivo de las enfermedades con la
aplicación del BELA, es importante saber:
1- Que el producto actúa de acuerdo con la concentración (20 cc o más por litro de
agua aplicado) y no por la cantidad de producto por ha.
2- Que el tipo de aplicación debe ser bajo volumen (150, 250 y 300 litros por ha); ultra
bajo volumen (80 litros o menos por ha).
3- Cuando se requiere de APLICACIONES de alto volumen (400 hasta 1000 litros por
ha) no se recomienda la aplicación ya que el costo puede ser elevado por el uso de
mayor cantidad de producto.
4- Que la aspersión cubra totalmente la hoja.
No existe un tiempo límite entre la última aplicación y la cosecha ya que no es tóxico y
solo se recomienda lavar el fruto o la hoja antes de consumirlo.

PRODUCTOS SINER ORGÁNICO

REGULADORES DE CRECIMIENTO

S I N E R G R O TF
Complejo de fitohormonas naturales y activadores metabólicos de la plantas

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Extractos de algas marinas y de plantas como fuente de fitohormonas naturales

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(Gibelinas, 300 ppm; citocininas, 2000 ppm auxina, 450 ppm)
69.65 Macronutrimentos N (14.5 g), K (14.8 g), P (0.75 g), Ca (0.62 g)
3.10
Micronutrimentos Mg (1.32 g), Fe (0.44 g/litro), Zn (0.50 g), (0.072 g), Cu (0.147 g)
0.25
Activadores metabólicos
10.00
Ácido pantoténico (10 g), niacina (10 g)
tiamina (10 g), ácido fúlvico (20 g)
ácido glutámico (50 g)
Acondicionadores orgánicos
17.00
TOTAL
100.00

INFORMACIÓN GENERAL

Qué es SINERGRO TF ?
SINERGRO TF SINERGRO TF es un complejo de fitohormonas naturales de extractos
de algas marinas y de plantas más los principales activadores metabólicos (ácido
pantoténico, niacina, tiamina, ácido fúlvico y ácido glutámico) de las plantas para ser
aplicado en forma foliar y en el riego. Su alta concentración de fitohormonas en forma
orgánica crea una interacción con los activadores metabólicos para producir un
sinergismo a nivel fisiológico y metabólico en la planta. Este efecto sinergista permite a
los cultivos expresar al máximo posible su potencial genético tanto bajo condiciones
adversas como óptimas aplicando una dosis inferior a la de los reguladores de
crecimiento convencionales.

Qué hace SINERGRO TF ?


1- Armonizar el equilibrio fisiológico de la planta para promover un crecimiento y
desarrollo balanceados tanto bajo condiciones de estrés de frío como de calor con el fin
de:

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* Aumentar la capacidad de la planta para la floración y fructificar .
* Inducir una rápida y mayor restauración de los tejidos dañados por granizo o helada.
* Incrementar a nivel celular el contenido de auxinas que se degrada por la alta (25
grados centígrados o más) o la baja (10 grados centígrados o menos) temperatura en
las plantas C3 (tomate, fresa, chile, frijol, frutales entre otros).
* Incrementar a nivel celular el contenido de auxinas que se degrada por la alta (45
grados centígrados o más) o la baja (5 grados centígrados o menos) en las plantas C4
(maíz, caña de azúcar, arroz, piña entre otros)
* Incrementar en los cloroplastos el nivel de las fitohormonas naturales bajo
condiciones de temperaturas bajas y altas por debajo de los mínimos
requeridos.
* Incrementar el metabolismo bajo condiciones de temperaturas bajas y altas por debajo
de los mínimos requeridos.
* Incrementar la concentración de clorofila bajo condiciones de temperaturas bajas y
altas por de bajo de los mínimos requeridos.
* Incrementar el desarrollo y el crecimiento de la planta, flores, tubérculos y
frutos bajo condiciones de temperaturas bajas y altas por de bajo de los mínimos
requeridos.
* Incrementar la respiración a nivel celular bajo condiciones de temperaturas bajas
y altas por debajo de los mínimos requeridos en las plantas C3 (tomate, fresa, chile,
frijol, frutales entre otros) así como en las plantas C4 (maíz, caña de
azúcar, arroz entre otros)
* Incrementar en los cloroplastos el nivel de las reservas energéticas (ATP, ADP) que
son producidos por la fotosíntesis bajo condiciones de temperaturas bajas y altas por
debajo de los mínimos requeridos.
* Incrementar el metabolismo bajo condiciones de temperaturas bajas y altas por
debajo de los mínimos requeridos.
* Incrementar la concentración de clorofila bajo condiciones de temperaturas bajas y
altas por de bajo de los mínimos requeridos.
* Incrementar el desarrollo y el crecimiento de la planta, flores, tubérculos y frutos bajo
condiciones de temperaturas bajas y altas por debajo de los mínimos requeridos.

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2- Prevenir en los cultivos las deficiencias fisiológicas y metabólicas de
macronutrimentos (N. P. K), micronutrimentos (Fe, Zn,, Mg, Cu) y vitaminas.

3- Incrementar la expresión del potencial genético de la planta mediante una mayor


producción en cantidad y calidad.

Porqué SINERGRO TF induce estos dos efectos en los cultivos?


Porque aportan a la planta una cantidad de los principales fitorreguladores para su
crecimiento y el desarrollo tanto bajo estrés de calor así como de frío.
CARACTERÍSTICAS GENERALES

SINERGRO TF es 100% soluble en agua bajo condiciones de temperatura ambiente,


generando un pH de 7 a 8; su densidad en volumen es de 1.15 kg/litro.
Contiene un balance estable de fitohormonas en forma natural (Giberelina 300 mg/litro;
AIA 450 mg/litro; Zeatina 2000 mg/litro).Este balance de fitorreguladores confiere a
SINERGRO TF un amplio espectro de usos en los cultivos.

Cuando se expone SINERGRO TF directamente a los rayos solares la degradación que


sufre por los mismos es realmente poca por lo cual no hay medidas específicas. Para la
APLICACIÓN no se requiere un pH específico; sin embargo, la aplicación debe
realizarse en las tardes cuando hay bajo nivel de radiación solar para una mayor
absorción.

MECANISMO DE ACCIÓN

Cómo SINERGRO TF es capaz de:


Armonizar el equilibrio fisiológico de la planta para promover un crecimiento y desarrollo
balanceados tanto bajo condiciones de estrés de frío como de calor ?
Prevenir en los cultivos las deficiencias fisiológicas y metabólicas de macronutrimentos
(N. P. K), micronutrimentos (Fe, Zn,, Mg, Cu) y vitaminas ?
Incrementar la expresión del potencial genético de la planta mediante una mayor
producción en cantidad y calidad ?

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RESPUESTA: SINERGRO TF incrementa en forma directa los niveles endógenos de


giberelina, auxina y citocinina lo cual genera cambios en los procesos fisiológicos
gobernados por estas fitohormonas; mismos que repercuten en una mayor floración,
fructificación, tuberización y rebrote de hojas principalmente.
SINERGRO TF, aplicado en los cultivos aumenta el contenido de N, P, K y de Fe, Zn,,
Mg y Cu en forma de complejo orgánico como parte de los extractos de algas marinas.
Estas fracciones de algas marinas que contienen enzimas, incrementan el nivel de los
transportadores
del plasmalema lo cual a su vez aumenta la afinidad entre los minerales, las
fitohormonas y estas enzimas transportadoras. Este mecanismo a nivel de los tejidos de
conducción permite:
* Una rápida translocación de los minerales y de la fitohormonas tomados por la raíz y la
hoja.
* Una rápida difusión de los minerales y de las fitohormonas en las células.
* Compensar las deficiencias fisiológicas y metabólicas de los nutrimentos

Las plantas cultivadas se caracterizan por tener una respuesta determinada a la luz y a
la temperatura tanto a nivel fisiológico, metabólico, nutricional así como a nivel de
crecimiento y desarrollo.
La magnitud de esta respuesta en cuanto a producción en relación a los factores antes
mencionados ha permitido de separar a los cultivos en plantas eficientes: C4 y no
eficientes C3.

Un análisis de la interacción entre estos dos grupos (C4 y C3) de plantas cultivadas, la
acción de la luz, temperatura y metabolismo ha permitido establecer algunas bases para
manejar los cultivos mediante la aplicación de productos específicos que permitan
contrarrestar los efectos de la temperatura baja y alta, la luminosidad baja y alta en los
cloroplastos. Esto permite lograr una buena producción bajo condiciones de luminosidad
y temperatura por debajo o arriba de los niveles mínimos requeridos.

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En las plantas C4, la saturación del flujo de fotosíntesis es alta cuando la luminosidad
esta entre 400 a 600 W y la fotosíntesis es óptima a temperatura de 30 a 45 ˚C. En las
plantas C3, la saturación del flujo de fotosíntesis es baja cuando la luminosidad es
≤ 200 W; y la fotosíntesis es óptima a temperatura de 15 a 25 ˚C. Estos fenómenos
son afectados en la medida que el rango de temperatura descienda más abajo o suba
de estos rangos. En este momento, la respuesta de la planta empieza a reducirse
considerablemente.

La aplicación de SINERGRO TF a las plantas bajo estas condiciones produce dos


efectos fundamentales que favorecen el crecimiento y el desarrollo:

* Un incremento en el nivel de las reacciones de hidrólisis lo cual genera más reservas


energéticas para solventar el metabolismo que se encuentra inhibido por la baja o la alta
temperatura tanto en plantas C3 como C4.
* Un incremento en los sub productos de la respiración (RBP) gracias a la acción de los
ingredientes activos los cuales son utilizados en los cloroplastos para generar la ribulosa
difosfato cuando las condiciones de temperatura no son favorables para su síntesis.

La citocinina de SINERGRO TF incrementa la tasa y la velocidad de acumulación de los


ácidos nucleicos en el primordio de la yema lo cual activa el DNA; influye en su división
en fragmentos, en el crecimiento de estos fragmentos así como en la división celular.
Esto se traduce en la velocidad, porcentaje de brotación así como el vigor de los brotes
lo cual favorece el flujo de las reservas de los tejidos hacia los brotes.

La auxina de SINERGRO TF incrementa la tasa y velocidad de reposición del RNA de


transferencia en los primordios generados por la baja o la alta temperatura así como la
hidratación de los mismos lo que se traduce por una mayor plasticidad en las células
permitiendo así un crecimiento y desarrollo más compacto y sostenido de los brotes,
flores y el prendimiento de frutos bajo condiciones de baja o alta temperatura.

La giberelina de SINERGRO TF bajo condiciones de baja y alta temperatura incrementa


la síntesis de los azúcares, la síntesis de enzimas de hidrólisis (beta y alfa amilasa,

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proteasas, lipasas entre otros) que incrementan la conversión de las reservas
energéticas en reservas metabólicas para producir mayor energía en corto tiempo lo
que se traduce por una rápida brotación, floración, crecimiento y desarrollo de la planta.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN

APLICACIONES FOLIARES

Hortalizas y cucurbitáceas. (Tomate, chile, berenjena, fresa, brócoli, coliflor, melón,


sandía y espárrago)
* Inicio de la floración, del turión, del meristemo apical: 100 cc/ha
* Cuajado de flores, crecimiento del turión, meristemo: 150 cc/ha
* Desarrollo de frutos, del turión, del meristemo: 250 cc/ha
Papa, ajo y cebolla
* Inicio de la parición, 9 a 11 hojas (cebolla, ajo): 250 cc/ha
* Desarrollo de tubérculos, bulbo (cebolla, ajo): 250 cc/ha
Maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo.
* Inicio del embuche: 100 cc/ha; desarrollo de la espiga: 150 cc/ha.
Caña de azúcar.
* Cada mes: 150 cc/ha
Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón
* Inicio de la floración: 100 cc/ha
* Formación de la vaina, cuadros (algodón): 150 cc/ha
* Crecimiento de la vaina, bellota (algodón): 250 cc/ha
Frutales tropicales (mango, papaya, guayaba, aguacate) y templados (Manzano,
uva, durazno, nogal, pera...)
* Inicio de la floración: 250 cc/ha; cuajado de la fruta: 250 cc/ha
Aplicación en invernadero
* 2 hojas verdaderas: 0.50 cc/litro; 4 hojas verdaderas: 0.50 cc/litro
* 6 hojas verdaderas: 1.00 cc/litro; 10 hojas verdaderas: 1.50 cc/litro
Recuperación de las plantas después de un granizo y/o helada
* Daños parciales (5-20 %) 100 a 150 cc/ha

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* Daños considerables (>20<50 %) 150 a 250 cc/ha repetir a los 10 días después.
* Daños severos (>50<100 %) 250 g o más por ha y repetir a los 10 días después.

APLICACIONES POR RIEGO (Cultivo normal e hydropónia)


Hortalizas, cucurbitácea, papa, granos y cebolla.
* Inicio de la floración: 500 cc/ 100 metros cúbicos (5 ppm)
* Desarrollo del fruto: 1000 cc/ 100 metros cúbicos (10 ppm)
Frutales tropicales y templados.
* Inicio de la floración: 1000 cc/ 100 metros cúbicos (10 ppm)
• Desarrollo del fruto: 1500 cc/ 100 metros cúbicos (15 ppm)
PRODUCTOS SINER ORGÁNICO

ACIDOS HUMICOS Y FULVICOS

SINERBA PLUS
Balance de ácido húmico, ácido fúlvico, potasio y de activadores fisiológicos y
metabólicos.
COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Ácido Húmico (477.8 g)
47.78
Ácido Fúlvico (413.1 g)
41.31
Potasio
08.90
Ácido glutámico (8000 ppm)
00.80
Ácido pantoténico (2000 ppm)
00.20
Ácido nicotínico (2000 ppm)
00.20

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174
Mo (2000 ppm)
00.20
Acondicionadores
00.61
TOTAL 100.00
INFORMACIÓN GENERAL DE SINERBA PLUS

¿Que es SINERBA PLUS ?


Es un producto elaborado sobre la base del mayor equilibrio entre el ácido húmico, ácido
fúlvico, el potasio y los principales activadores metabólicos y fisiológicos de las plantas
para obtener una máxima respuesta. Por lo tanto, SINERBA PLUSS es el bioactivador
orgánico más concentrado y de alta pureza a base de substancias húmicas y fúlvicas
estimulados con activadores. Está diseñado para eficientar el metabolismo de la planta,
mejorar el crecimiento y desarrollo de la raíz y de la planta en general; aumentar la
concentración de los ingredientes activos principales de la materia orgánica en el suelo,
la floculación del suelo, la infiltración del agua y la retención de humedad en el suelo.
Aumenta el suministro y la liberación del potasio en el suelo, la liberación y
disponibilidad de los otros nutrimentos.

¿Que hace SINERBA PLUS ?


* Mejoramiento indirecto del suelo y las condiciones de nutrición.
* Mejorar la eficiencia de la fertilización del suelo. * Estimular las reacciones
enzimáticas para incrementar la respuesta fisiológica y metabólica de los cultivos.
* Incrementar la eficiencia de los herbicidas.
* Incrementar en el suelo la formación de coloides y la disponibilidad de los nutrimentos
en la rizósfera.
* Incrementar en el suelo población de microorganismos benéficos en la rizósfera.
* Incrementar el desarrollo de las raíces secundarias así como las adventicias y su
exudación.
* Contrarrestar los efectos del bloqueo de Fe por fósforo, y de otros micronutrimentos
por los carbonatos en el suelo.
* Impulsar la absorción de los nutrimentos por las plantas.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


175
¿Porqué SINERBA PLUS induce estos efectos ?
Porque aporta al suelo en forma equilibrada las substancias más necesarias
(activadores fisiológicos y metabólicos; ácidos fúlvicos, ácidos húmicos, y K) para el
desarrollo de la raíz, la formación de coloide y la estimulación de los procesos
fisiológicos en los cultivos.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE SINERBA PLUS

SINERBA PLUS es suspendible en agua desde 250 hasta 350 g aforado a un litro de
agua bajo condiciones de temperatura ambiente y genera un pH de alcalino; su
densidad es de 0.5 a 0.6 kg/litro

Cuando se expone SINERBA PLUS directamente a los rayos solares no sufre


degradaciones por lo que no existen disposiciones especiales. Para la APLICACIÓN se
recomienda utilizar agua con pH mayor de 4.5 y debe realizarse en el riego o bien
foliar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE SINERBA PLUS

Cómo SINERBA PLUS induce


* Mejoramiento indirecto del suelo y las condiciones de nutrición ?
* La eficiencia de la fertilización del
suelo ?
* La activación de las reacciones metabólicas y fisiológicas de los cultivos ?
* Alta eficiencia de los herbicidas ?

* Un aumento en la formación de coloides en el suelo y la disponibilidad de los


nutrimentos en la rizósfera ?
*Un incremento de la población de microorganismos benéficos en la rizósfera ?
* Un incremento en el desarrollo de las raíces secundarias así como las adventicias y su
exudación ?

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176
* La liberación del Fe bloqueado por el fósforo en el suelo, y de otros micronutrimentos
bloqueados por los carbonatos en el suelo ?
* La absorción de los nutrimentos por las
plantas ?

Respuestas: SINERBA PLUS tiene alto contenido de ácidos húmico y fúlvico con
estructura molecular larga y cargada de grupos funcionales tales como hidroxilos,
aminas y carboxilos. Esto le permite reaccionar con los iones mediante atracción
electrostática y formar complejos orgánico - minerales así como agregados en el suelo lo
cual mejora la circulación del agua y del aire . Este nuevo elemento; húmico mineral es
un coloide de alta actividad. La fracción fúlvica estimula varias reacciones enzimáticas
en la planta lo que repercute en la mayoría de los procesos fisiológicos que controlan la
floración, fructificación, crecimiento y desarrollo en general. La porción húmica es la que
tiene mayor interacción con el suelo para mejorar sus características fisicoquímicas.
La alta afinidad entre los ingredientes activos del SINERBA PLUS y las enzimas
transportadores del plasmalema permite al SINERBA PLUS incrementar la velocidad de
transporte y de difusión de los nutrimentos, los plaguicidas y herbicidas cuando se
aplican en mezcla.

La interacción entre los húmicos y los nutrimentos para transformarlos en coloides por
un lado; y de los fúlvicos con las enzimas transportadores del plasmalema permite al
SINERBA PLUS incrementar la velocidad de transporte y de difusión de los nutrimentos,
del suelo hacia la planta.

Los ácidos glutámico, nicotínico y pantoténico de SINERBA PLUS, son utilizados por la
planta para generar mayor cantidad de energéticos por unidad de fósforo en menor
tiempo y con poco requisito de desgaste metabólico. Esto asegura el sostenimiento de
un desarrollo y crecimiento óptimos de la planta, incluso en condiciones máximas, más
aún en condiciones críticas. Esto, constituye la gran diferencia entre SINERBA PLUS
y los otros productos que contienen ácidos húmicos y fúlvicos. Este sinergismo
entre los activadores metábolicos, los húmicos y fúlvicos hace que SINERHUMUX
MAXI tenga una mayor suspendibilidad y que se pueda usar una menor dosis para

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


177
obtener resultados óptimos, a un costo por ha más bajo que el que se obtendría
con esos otros productos.

SINERBA PLUS como un producto de alta concentración en sustancias húmicas y


fúlvicas puede ser utilizado como base o aditivo para varias formulaciones de productos
para uso agrícola e industrial, entre los que están:
* La formulación adecuada de ácidos húmicos de acuerdo con cultivo, suelo y forma de
aplicación (5, 10, 15 y 25%).
* Formulación de fertilizantes foliares.
* Formulación o mezcla de fertilizantes de suelo.

* Formulación de substratos para invernadero y semillero.


* Formulación de herbicidas.
* Formulación de secuestrantes para aguas duras.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE SINERBA PLUS

Para lograr una buena aplicación de SINERBA PLUS es importante suspenderlo


previamente y de manera uniforme en el agua. Para ello, existe una relación entre la
superficie de contacto del agua y la cantidad de SINERBA PLUS a suspenderse. Por
ejemplo para un volumen de 13 litros se puede suspender hasta 7 kg de SINERBA
PLUS al considerar la suspendibilidad máxima (350 g aforado a un litro). Para un
recipiente con capacidad de 13 litros de agua y con un metro cuadrado de superficie de
contacto se puede suspender 3 kg de SINERBA PLUS por cada fracción de 15 minutos
hasta alcanzar los 7 kg (capacidad máxima) . Para este mismo volumen de 13 litros en
donde la supeficie de contacto es de 0.25 metros cuadrados se puede suspender solo
1 kg por cada fracción de 15 minutos hasta alcanzar los 7 kg de SINERBA PLUS. Esto
significa que se tardará 1.75 horas para suspender los 7 kg de SINERBA PLUS en un
volumen de 13 litros y 35 minutos para suspender la misma cantidad en recipiente de 13
litros con 1 metro cuadrado de superficie.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


178
Debido a la alta concentración de SINERBA PLUS en fúlvico y húmico, para
suspenderlo, no se recomienda usar grandes cantidades de producto para pequeñas
superficies de contacto ni agitadores de cualquier tipo antes de que el producto se
suspenda totalmente para evitar la formación de grumos.

Para lograr una aplicación adecuada del SINERBA PLUS en el suelo con el fin de
compensar los efectos negativos del déficit de materia orgánica y obtener una buena
absorción de los nutrimentos, es de suma importancia tomar en cuenta algunos
parámetros para lograr una buena dosificación:
* Saber o analizar el contenido de materia orgánica en el lote
* Dividir el lote conforme a su contenido de materia orgánica
A- Inferior a 2%
B- Inferior a 3%
C- Superior a 3%

APLICACIÓN DE SINERBA PLUS EN EL RIEGO PARA MEJORAR LA NUTRICIÓN


VEGETAL.

Hortalizas (tomate, chile, berenjena, fresa, brócoli); Cucurbitáceas (melón, sandía,


pepino, calabaza, cabocha); leguminosas (frijol, garbanzo, soya), agave, banano, piña,
esparrago y papa.
1- SUELOS CON MENOS DE 2% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula, de rebrote: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 0.75 kg/ha.
* Floración, inicio fructificación, turión , parición: 1.0 kg/ha.
* Crecimiento del fruto, bulbo, tubérculo:
1.5 kg/ha.
2- SUELOS CON MENOS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula, de rebrote: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 0.50 kg/ha.
* Floración, inicio fructificación, turión , parición: 1.0 kg/ha. * Crecimiento del fruto, bulbo,
tubérculo:

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


179
0.75 kg/ha.
3- SUELOS CON MAS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula, de rebrote: 0.25 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 0.50 kg/ha.
* Floración, inicio fructificación, turión , parición: 0.75 kg/ha. * Crecimiento del fruto,
bulbo, tubérculo: 0.50 kg/ha.
Frutales tropicales (Papaya, mango, aguacate, cítricos); frutales templados (manzano,
durazno, vid, nogal, ciruelo, cereza, guayaba).
1- SUELOS CON MENOS DE 2% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de rebrote: 0.50 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 1.0 kg/ha.
* Floración y fructificación: 1.0 kg/ha.
* Crecimiento del fruto: 1.50 kg/ha.
2- SUELOS CON MENOS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de rebrote: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 1.0 kg/ha. * Floración y fructificación: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento del fruto: 1.0 kg/ha.
3- SUELOS CON MAS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de rebrote: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento vegetativo: 0.75 kg/ha.
* Floración y fructificación: 0.75 kg/ha.
* Crecimiento del fruto:0.50 kg/ha.

Cereales.
1- SUELOS CON MENOS DE 2% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula: 0.75 kg/ha.
* Amacollamiento y/o segundo nudo: 1.0 kg/ha.
* Embuche: 0.75 kg/ha.
* Grano lechoso: 2.5 kg/ha.
2- SUELOS CON MENOS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula: 0.50 kg/ha.
* Amacollamiento y/o segundo nudo: 0.50 kg/ha. * Embuche: 0.5 kg/ha.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


180
* Grano lechoso: 1.0 kg/ha.
3- SUELOS CON MAS DE 3% DE MATERIA ORGANICA.
* Etapa de plántula: 0.25 kg/ha.
* Amacollamiento y/o segundo nudo: 0.50 kg/ha. * Embuche: 1.0 kg/ha.
* Grano lechoso: 0.50 kg/ha.

APLICACIONES FOLIARES DE SINERBA PLUS

Hortalizas (tomate, chile, berenjena, fresa, brócoli); Cucurbitáceas (melón, sandía,


pepino, calabaza, cabocha); leguminosas (frijol, garbanzo, soya), agave, banano, piña,
espárrago y papa.
* Etapa de plántula, de rebrote: 25 g/ha.
* Crecimiento vegetativo: 50 g/ha.
* Floración, inicio fructificación, turión, parición: 100 g/ha.
* Crecimiento del fruto, bulbo, tubérculo:
150 g/ha.

Frutales tropicales (Papaya, mango, aguacate, cítricos); frutales templados (manzano,


durazno, vid, nogal, ciruelo, cereza, guayaba).
* Etapa de rebrote: 50 g/ha.
* Crecimiento vegetativo: 100 g/ha.
* Floración y fructificación: 150 g/ha.
* Crecimiento del fruto: 200 g/ha.

Aplicación en invernadero.
* 2 hojas verdaderas: 0.25 g/litro.
* 4 hojas verdaderas: 0.50 g/litro.
* 6 hojas verdaderas: 0.5 g/litro.
* 10 hojas verdaderas: 0.75 g/litro.

Banano, piña y agave.


* Después del trasplante 100 g/ha.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


181
* Floración 150 g/ha.
* Formación de la fruta: 150 g/ha.
* Desarrollo de la fruta: 200 g/ha.
* Cada 30 días: 50 g/ha.

Maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo.


* Macollos y/o segundo nudo 50 g/ha.
* Embuche 100 g/ha.
* Floración: 100 g/ha.
* Grano lechoso: 150 g/ha.

Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón.


* 12 hojas verdaderas 100 g/ha.
* Inicio floración 150 g/ha.
* Formación de vaina y/o cuadreos: 150 g/ha.
* Crecimiento de vainas y/o bellotas: 200 g/ha.

MEZCLAS DE SINERBA PLUS CON FERTILIZANTES Y HERBICIDAS


* Incrementar la eficiencia de fertilizantes en suelos arenosos/limosos 2 kg/ha.
* Incrementar la eficiencia de fertilizantes en suelos arcilloso 3 kg/ha
* Incrementar la eficiencia de fertilizantes en suelos con sodio o cloro 4 kg/ha.
* Incrementar la eficiencia de herbicidas pre-emergente: 100 g/ha.
* Incrementar la eficiencia de herbicidas pos-emergente : 50 g/ha.

PRODUCTOS SINER QUÍMICO

REGULADORES DE CRECIMIENTO ACTIVADOS PARA EL ENRAIZAMIENTO


DESARROLLO INICIAL DE LAS PLANTAS
PRODUCTOS SINER CONVENCIONAL

REGULADORES DE CRECIMIENTO

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182

FRUT SINER

Fitohormonas y Vitaminas para el crecimiento y desarrollo de tubérculos, bulbos y frutos

COMPOSICIÓN
Porcentaje en
peso
Ácido giberélico (8000 ppm) 0.80
Auxina (1500 ppm) 0.15
Vitaminas (3000 ppm) 0.30
Ácido húmico (64330 ppm) 6.43
Ácido fúlvico (63660 ppm) 6.36
Acondicionadores 85.96
TOTAL 100.00

INFORMACIÓN GENERAL DE FRUTSINER

Qué es FRUTSINER ?

FRUTSINER es un biorregulador diseñado para inducir el crecimiento y desarrollo de


la fruta, tubérculo, y bulbos así como optimizar el metabolismo de la planta durante este
período de crecimiento y desarrollo. FRUTSINER es un concentrado de los principales
fitorreguladores y vitaminas que requieren los cultivos para formar y desarrollar
eficientemente los frutos, tubérculos y bulbos.

Qué hace FRUTSINER ?


Estimular:
* El desarrollo de los cultivos.
* El amarre de flores y frutillos
FRUTSINER aplicado durante la formación y el desarrollo de las frutas, tubérculos y
bulbos aumenta:

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


183
* Su tasa de crecimiento y desarrollo
* La acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva lo que se traduce en
una mayor cantidad y calidad de producción.

Porqué FRUTSINER induce estos cuatro efectos en los cultivos ?


Porque aporta al cultivo en mayor cantidad y en las formas adecuadas las fitohormonas
y vitaminas requeridas para generar cambios favorables en los tejidos que aseguren un
prendimiento de flores y frutillos y un crecimiento y desarrollo armónico de los frutos,
tubérculos y bulbos.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE FRUTSINER


FRUTSINER, es 100% soluble en agua bajo condiciones de temperatura ambiente
generando un pH que varía entre neutro y alcalino; se recomienda aplicar el producto en
un plazo no mayor de 24 horas después de disolverlo en agua. Cuando se expone
FRUTSINER directamente a los rayos solares puede sufrir degradaciones.

Para la APLICACIÓN se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6.5 y realizar la


aspersión en la mañana o la tarde cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE FRUTSINER

Cómo FRUTSINER es capaz de estimular


* El desarrollo de los cultivos ?
* El amarre de flores y frutillos ?
* La tasa de crecimiento y desarrollo de frutos, tubérculos y bulbos ?
* La acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva, lo que se traduce en
una mayor cantidad y calidad de producción ?

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


184
RESPUESTA: El prendimiento de las flores, de los frutillos así como el crecimiento y
desarrollo de los frutos, tubérculos y bulbos depende de la eficiencia que tengan los
tejidos para ser más elásticos. Cuando esta alta elasticidad se concentra más en los
tejidos que sostienen a las flores y los frutillos así como en aquellos de reserva para
formar tubérculos, bulbos y frutos, se reduce considerablemente la caída de flores y
frutillo por alta transpiración, alta humedad y estrés de agua. En los tejidos de reserva,
como son los parenquimáticos, la elasticidad aumenta la tasa de acumulación de las
reservas por día y por lo tanto, los frutos, tubérculos y bulbos se desarrollan
uniformemente y alcanzan mayor tamaño en menor tiempo.

FRUTSINER induce esta elasticidad en los tejidos de la flor, del frutillo así como del
tubérculo, del fruto y del bulbo mediante un efecto específico que se genera a nivel de
los primordios celulares de tejidos después de su aplicación. Este efecto consiste en
incrementar la división de los primordios celulares en mayor número de fragmentos así
como la elasticidad de los mismos.

A mayor formación de fragmentos a partir de un mismo primordio y mayor elasticidad en


los fragmentos, se incrementa el crecimiento del tejido para obtener un tejido más
plástico y consistente. La activación del crecimiento así como la elasticidad se manifiesta
en forma más significativa a nivel de los tejidos de sostenimiento de flores y frutos y los
reserva.

Con la APLICACIÓN de FRUTSINER la planta recibe una cantidad de citocinina que


interviene en la activación del DNA mediante el estímulo a los ácidos nucleicos
generando la división de los primordios del tejido de la flor, del frutillo así como los de
reserva en fragmentos. Esto se traduce en mayor crecimiento y consistencia de los
tejidos.

FRUTSINER aporta también a la planta la auxina que induce una mayor elasticidad en
las células, lo que favorece un crecimiento y desarrollo más compacto y sostenido; la
giberelina que promueve y activa el crecimiento y desarrollo del tejido en poco tiempo y
en forma sostenida. La conjunción de estos efectos a nivel de los tejidos, que sostienen

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


185
a la flor y a los frutillos, así como los de reserva, reduce la caída de flores y frutillos y
favorece la acumulación de las reservas en los tubérculos, frutos y bulbos.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE FRUTSINER

APLICACIONES FOLIARES

Cítricos.
*150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del fruto y repetir 15 días
después con 200 g por cada 200 litros de agua.

Banano, piña y agave.


*150 g por cada 200 litros de agua durante el inicio de la formación del racimo (plátano);
formación del meristemo de la fruta (piña y agave); repetir cada 20 días con 200 g por
cada 200 litros de agua

Mango y papayo.
*150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del fruto y 200 g por cada
200 litros al inicio del desarrollo de la fruta.

Guayabo, aguacate, cacao y café.


*150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del fruto.

Manzano, durazno, ciruelo, cerezo y nogal.


* 200 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del fruto y repetir 15 días
después.

Hortalizas de frutas (Tomate, chile, berenjena, fresa).


* 150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del fruto y repetir cada 15 a
20 días hasta finalizar los cortes.

Papa, cebolla y ajo.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


186
* 250 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del tubérculo o bulbos y
repetir 15 días después.

Brócoli y coliflor.
* 150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del meristemo del fruto
(inflorescencia), y repetir 20 días después.

Espárrago.
* 200 g por cada 200 litros de agua al inicio de la formación del turión y repetir 20 días
después con 150 g por cada 200 litros de agua.
* aplicar cada 15 días a partir del primer corte con 150 g por cada 400 litros de agua.

Cucurbitácea (Melón, sandía, calabaza, pepino, cobaya).


* 150 g por cada 200 litros de agua al inicio de la flor femenina y aplicar cada 10 días a
partir del primer corte con 150 g por cada 400 litros de agua.

RAIZ SINER
Estimulante enraizado activado con vitaminas, ácidos húmicos y fúlvicos

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Ácido húmico (72300 ppm) 7.23
Ácido fúlvico (62600 ppm) 6.26
K 18.71
N 13.44
Vitaminas (4000 ppm) 0.40
Auxinas (2700 ppm) 0.27
Acondicionadores 53.69
TOTAL 100.00

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


187
INFORMACIÓN GENERAL DE RAÍZ SINER

Qué es RAÍZ SINER ?


Es un estimulante enraizador sinergista cuya función principal es el aporte exógeno de
los promotores del enraizamiento así como facilitar la acción de las hormonas
endógenas responsables de la formación de raíces y del desarrollo inicial de las
plantas.

Qué hace RAÍZ SINER ?


Incrementa el desarrollo inicial de las plántulas después de la aparición del primer par de
hojas verdaderas; esto se traduce en:
* Una rápida difusión de los ingredientes activos en los primordios que serán
convertidos en raíces.
* Una rápida compensación de las deficiencias hormonales, fisiológicas y metabólicas a
nivel de los procesos que generan la formación, desarrollo y crecimiento de las raíces.
* Un engrosamiento de los tallos.
* Un mayor diámetro de los haces vasculares (XILEMA).
* Un abundante sistema radical
* Un mayor tamaño de las hojas
* Una mayor síntesis y concentración de clorofila.

Porqué RAÍZ SINER induce estos 7 efectos en las plántulas?


Porque aporta a la plántula en mayor cantidad las substancias requeridas (Auxinas,
vitaminas, ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y K) para generar elasticidad en los
primordios de raíces, hojas y haces vasculares con el fin de inducir un crecimiento y
desarrollo con mayor equilibrio, así como la acumulación del agua en el tejido lo cual es
el principal componente de la planta en esta etapa.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE RAÍZ SINER

RAÍZ SINER, es un polvo 100% soluble en agua y contiene acondicionadores


específicos para mantenerse en solución de manera uniforme y homogénea. El pH de

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


188
esta solución es neutro y se recomienda aplicar el producto en un plazo no mayor de 24
horas después de disolverlo en agua. Cuando se expone RAÍZ SINER directamente a
los rayos solares puede sufrir degradaciones . Para la APLICACIÓN se recomienda
utilizar agua con pH mayor de 6 y debe realizarse en las tardes o en la mañana
cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE RAÍZ SINER

Cómo RAÍZ SINER induce:


* Una rápida difusión de los ingredientes activos en los primordios que serán
convertidos en
raíces ?
* Una rápida compensación de las deficiencias hormonales, fisiológicas y metabólicas a
nivel de los procesos que generan la formación, desarrollo y crecimiento de las raíces ?
* Un engrosamiento de los tallos ?
* Un mayor diámetro de los haces vasculares (XILEMA) ?
* Un abundante sistema radical ?
* Un mayor tamaño de las hojas ?
* Una mayor síntesis y concentración de
clorofila ?

RESPUESTA: El crecimiento y desarrollo de las plántulas después de la germinación


e inicia con la fragmentación de los primordios de raíces, de los tallos y hojas. Esto
requiere una concentración alta de auxinas para inducir elasticidad en los fragmentos
primordiales lo cual constituye la base del crecimiento y desarrollo de los tejidos.

La calidad de las plántulas destinadas al transplante y de las que se encuentran a nivel


de campo depende en gran parte de los niveles de auxinas en la fase inicial (primer par
de hojas para las plántulas de invernadero y las 3 primeras semanas después del
transplante).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


189
RAÍZ SINER induce el engrosamiento de los tallos mediante un efecto específico que
genera a nivel de los primordios celulares de la plántula después de su emergencia y de
su transplante. Este efecto consiste en incrementar la elasticidad en los primordios
fragmentados lo cual incrementa el crecimiento de los tejidos que emanen de ellos. Por
lo tanto, el tallo de la plántula se engruesa en un menor tiempo.

La activación de velocidad de crecimiento de los fragmentos primordiales se manifiesta


en forma más trascendental a nivel del xilema que del floema por lo cual, RAÍZ SINER
aumenta el diámetro de los haces vasculares del xilema dando así a la plántula una
mayor consistencia y eficiencia fisiológica.

Debido a que la APLICACIÓN de RAÍZ SINER se incrementa el nivel de auxinas, ácidos


fúlvicos y vitaminas en la plántula y hay mayor acumulación de las hormonas en los
puntos de crecimiento y de desarrollo de raíces y de hojas. De esta manera se
incrementa la velocidad de crecimiento y desarrollo radical y foliar lo que se traduce por
un mayor volumen de raíces, de hojas y de clorofila, por lo tanto se reduce el estrés
después del transplante.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE RAÍZ SINER

APLICACIÓN POR INMERSIÓN DEL TALLO Y/O ESQUEJE


Esquejes de frutales tropicales, templados y flores.
Inmersión por 3 min de la base del tallo en una solución de 15 g/litro de agua.

Esquejes de papas, plántulas y frutales para transplante para inducir el enraizamento.


Inmersión por 3 min de la base del tallo en una solución de 10 g/litro de agua.

Banano, piña y agave.


Inmersión por 3 min de la base del tallo en una solución de 15 g/litro de agua.

APLICACIÓN POR ASPERSIÓN A LA BASE DEL TALLO 5 A 10 DÍAS DESPUÉS


DE LA EMERGENCIA O DEL TRANSPLANTE

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


190
Hortalizas y cucurbitáceas (tomate, chile, berenjena, fresa, brócoli, coliflor, melón,
sandía, espárrago).
Aspersión a la base del tallo con una solución de 5 g/litro de agua.

Tabaco y hortalizas de hoja (espinaca, acelga, cilantro, col, cebollín).


Aspersión a la base del tallo con una solución de 2.5 g/litro de agua.

Papa, ajo y cebolla


Aspersión a la base del tallo con una solución de 6 g/litro de agua.
Banano, piña, agave.
Aspersión a la base del tallo con una solución de 10 g/litro de agua.

Maíz, arroz, trigo, cebada, sorgo y caña de azúcar.


Aspersión a la base del tallo con una solución de 5 g/litro de agua

Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón.


Aspersión a la base del tallo con una solución de 5 g/litro de agua.

APLICACIÓN en invernadero y viveros de árboles frutales (mango, cítricos, durazno,


papaya, guayaba, manzano, nogal y otros)
Aspersión a la base del tallo con una solución de 2.5 g/litro de agua.

F U L M I G I B 20
Ácido giberélico activado con substancias húmicas, fúlvicas y vitaminas para la inducción
floral, la germinación de semillas y brotación de tubérculos y bulbos, así como
crecimiento y desarrollo de los cultivos

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Ácido giberélico (20000 ppm)
02.00

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Ácido húmicos (132400 ppm)
13.24
Ácido fúlvicos (114700 ppm)
11.47
Potasio
18.78
Nitrógeno 19.16
Vitaminas (20000 ppm)
02.00
Acondicionadores 33.35
TOTAL 100.00

INFORMACIÓN GENERAL DE FULMIGIB 20

Qué es FULMIGIB 20 ?
FULMIGIB 20 es un producto diseñado para suministrar a la planta la giberelina junto
con las substancias húmicas, fúlvicas y vitaminas al mismo tiempo.

Qué hace FULMIGIB 20 ?


FULMIGIB 20 a diferencia de las otras formulaciones de giberelina, actúa en forma
específica sobre la fisiología de la planta, permitiendo así el mejoramiento de:
* El metabolismo en general.
* El crecimiento y desarrollo de la planta, flores y frutos.
* El mantenimiento de la planta en óptimas condiciones.
* Rapidez en la liberación y transformación de los nutrimentos del suelo.
* El suministro y lenta liberación del potasio en los tejidos.
* El transporte de los micro y macronutrimentos en la planta.

Porqué FULMIGIB 20 induce estos 6 efectos en los cultivos ?


Porque aporta a los cultivos en mayor cantidad las substancias requeridas (giberelina,
vitaminas, ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y K) para generar crecimiento y desarrollo.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


192

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE FULMIGIB 20

FULMIGIB 20 es una formulación sólida (polvo) 100% soluble en agua bajo condiciones
de temperatura ambiente, no altera el pH de la solución; se recomienda aplicar el
producto en un plazo no mayor de 12 horas después de disolverlo en agua.

Cuando se expone FULMIGIB 20 directamente a los rayos solares puede sufrir severas
degradaciones. Para la APLICACIÓN se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6.5
y debe realizarse en la tarde o en la mañana cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE FULMIGIB 20

Cómo FULMIGIB 20 es capaz de mejorar


* El metabolismo en general ?
* El crecimiento y desarrollo de la planta flores y frutos?
* El mantenimiento de la planta en óptimas condiciones ?
* Rapidez en la liberación y transformación de los nutrimentos del suelo ?
* El suministro y lenta liberación del potasio en los tejidos ?
* El transporte de los micro y macronutrimentos en la planta ?

RESPUESTA: El balance de giberelina con las sustancias húmicas y fúlvicas,


vitaminas potasio permite a FULMIGIB 20 llevar al cabo varías funciones en la planta,
cada una de ellas con específica repercusión en el metabolismo, fisiología, nutrición y
desarrollo de los cultivos.

Gracias a las fracciones de sustancias húmicas y fúlvicas se genera una reacción


completa con los minerales de la savia para formar complejos orgánicos que tienen una
mayor afinidad con las enzimas transportadoras del plasmalema, lo cual permite una
rápida y uniforme distribución de los minerales en la planta.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


193
El equilibrio entre el ácido húmico, el fúlvico y las vitaminas incrementa la absorción y
transformación de los minerales así como el crecimiento y desarrollo armónico de la
planta, de las flores y de los frutos. La incrustación del GA3 en las substancias húmicas
y fúlvicas y las vitaminas aumenta la potencia de esta hormona dos a tres veces más,
por lo que se logran resultados óptimos a bajas concentraciones, que de todas formas
resultan muy superiores de otras formulaciones con ácido giberélico.

La APLICACIÓN de FULMIGIB 20 mejora el desarrollo, crecimiento y el metabolismo


de los cultivos; esto se traduce por un aumento en la capacidad de la planta para
crecer y desarrollarse uniformemente así como incrementar la tasa de crecimiento de
los tejidos que darán origen a los frutos, granos y tubérculos.

La APLICACIÓN de FULMIGIB 20 mejora la germinación de las semillas y tubérculos


porque permite el aporte de una cantidad adecuada de giberelina, substancias húmicas
y fúlvicas así como vitaminas requeridas para inducir:

*En la semilla una alta interacción endógena de las hormonas que impulsan la
germinación.
*Una rápida actividad metabólica para transformar las reservas energéticas en energía
que sostendrá los procesos que permiten la germinación y el crecimiento inicial.
*Una rápida y uniforme diferenciación del embrión y del brote.
*Un rápido crecimiento y desarrollo de las raíces.
*Una uniforme y rápida germinación y emergencia.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE FULMIGIB 20

FULMIGIB 20 puede ser utilizado a varías dosis dependiendo del tipo de planta y el
propósito de su uso. Para la APLICACIÓN foliar, es necesario tomar en cuenta algunas
relaciones entre la cantidad del FULMIGIB 20, el porcentaje de dilución (ppm) y la
cantidad de agua utilizada.
FULB 20 Agua húmicos fúlvicos GA3 vita.
(litros) (ppm) (ppm) (ppm) (ppm)

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


194
25 g 100 33.10 28.70 5.0 5.0
50 g 100 66.20 57.40 10.0 10.0
100 g 100 132.40 114.80 20.0 20.0
150 g 100 198.60 172.22 30.0 30.0
FULB 20 = Fulmigib 20; vita = Vitaminas

Por lo anterior, se recomienda dosificar FULMIGIB 20 en función del volumen de agua y


de las ppm de giberélico a aplicar por hectárea.

La relación FULMIGIB 20 e I.A.. es igual a:


* 200 g = 26.46 g de substancias húmicas, 23 g de fúlvicas, 4.0 g de ácido giberélico y
4.0 g de vitaminas .
* 100 g = 13.23 g de substancias húmicas, 11.5 g de fúlvicas, 2.0 g de ácido giberélico y
2.0 g de vitaminas .
* 150 g = 19.86 g de substancias húmicas, 17.20 g fúlvicas, 3.0 g de ácido
giberélico y 3.0 g de vitaminas.

• APLICACIONES foliares
1.- Aspersión foliar (avión, terrestre).

Frutales tropicales (mango, cítricos, papaya, guayaba) y templados, hortalizas de fruta,


cebolla, ajo, flores y papa.
0.25 g/litro de agua aplicado/ha (5 ppm) durante el inicio de la floración (estolonización
en papa, 7 a 9 hojas en cebolla y ajo) y al inicio de la formación del fruto, bulbo y
tubérculo.

banano, piña y agave.


1.0 - 1.5 g/litro de agua aplicado/ha (20 - 30 ppm) durante el crecimiento vegetativo y el
inicio de la formación del racimo (plátano); formación del meristemo de la fruta (piña y
agave).

Cereales.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


195
0.25 - 0.5 g/litro de agua aplicado/ha (5 - 10 ppm) durante el inicio del amacollamiento
(trigo, avena, cebada arroz, maíz , sorgo y triticale) y la formación del grano lechoso.

Espárrago.
0.5 - 0.75 g/litro de agua aplicado/ha (10 - 15 ppm) durante el inicio de la formación del
turión y repetir 15 a 20 días después.

Frijol, soya, cacahuate y garbanzo.


0.25 g/litro de agua aplicado/ha (5 ppm) durante la floración completa, 0.5 g/litro de agua
aplicado/ha (10 ppm) al inicio del crecimiento de la vaina .

Algodón.
0.25 - 0.5 g/litro de agua aplicado/ha (5 - 10 ppm
durante el inicio de la formación de los cuadros
para uniformizar el tamaño y desarrollo de los
cuadros.

Tabaco y hortalizas de hojas, brócoli y alcachofa.


0.25 g/litro de agua aplicado/ha (5 ppm) en las 8 primeras hojas verdaderas formadas o
bien 15 días después del transplante; repetir a los 15 días ; para el brócoli y la alcachofa,
aplicar al inicio de la formación del meristemo que dará origen al fruto.

Cucurbitáceas.
0.5 g/litro de agua aplicado/ha (10 ppm) al inicio del crecimiento de la primera floración y
repetir cada 15 días.

2.- Recuperación de las plantas después de un granizo y/o helada.


Daños parciales (5 - 20%) 1.5 bote (200 g) /800 litros de agua (5 ppm GA3).
Daños considerables (>20<50%) 1.5 bote(200 g) /400 litros de agua (10 ppm GA3).
Daños severos (>50<100%) 2.0 bote (300 g) /400 litros de agua (15 ppm GA3) repetir a
los 10 días después.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


196
• Tratamiento de semillas para estimular
la germinación y el desarrollo inicial.
Cereales: aspersión o tratamiento con equipo
ultra bajo volumen con una solución de 0.5
g/litro (10 ppm).

Cucurbitáceas, algodón, hortalizas (con semilla


pequeña) y papa aspersión o tratamiento
con equipo ultra bajo volumen con una solución
de 0.25 g/litro (5 ppm).

Leguminosas: aspersión o tratamiento con equipo


ultra bajo volumen con una solución de
0.125 g/litro (2.5 ppm).

PRODUCTOS SINER QUÍMICO

FERTILIZANTES FOLIARES

S I N E R-K 450
Potasio foliar activado con vitaminas y ácidos húmicos y fúlvicos

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Potasio de asimilación inmediata 45.00
Ácido húmico (7200 ppm) 0.72
Ácido fúlvico (6200 ppm) 0.62
Ácido pantoténico (1000 ppm) 0.10
Nitrógeno 12.79
Acondicionadores 40.77
TOTAL 100.00

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


197

INFORMACIÓN GENERAL DE
SINER-K 450

Qué es SINER-K 450 ?


SINER-K 450, es un fertilizante foliar soluble a base de potasio activado con ácido
pantoténico y ácidos húmicos y fúlvicos.

Qué hace SINER-K 450 ?


Compensar los déficits mínimos de K en la planta en forma eficiente e inmediata a través
de la hoja con el objeto de:
* Evitar los efectos críticos del déficit del K a nivel fisiológico y metabólico en la planta
así como estimular la floración en los árboles tropicales.
* Incrementar la tasa de acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva
(frutos, tubérculos, bulbos, granos y flores).

Porqué SINER-K 450 induce estos 2 efectos en las plantas ?

Porque aporta a la planta una mayor cantidad de potasio activado con los ácidos
pantoténico, fúlvico y húmico.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE SINER-K 450

SINER-K 450, es una reacción de K con tiamina, ácido pantoténico y ácidos fúlvico y
húmico para obtener 450 g de K 100% activado y soluble en agua bajo condiciones de
temperatura ambiente. Después de disolverlo en agua el pH de la solución varía de
neutro a alcalino y se recomienda aplicar el producto en un plazo no mayor de una
semana vez disuelto.

Cuando se expone SINER-K 450 directamente a los rayos solares la degradación que
sufre por los mismos es realmente poca por lo cual no hay medidas específicas. Para la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


198
APLICACIÓN se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6.5 y realizarla en las
tardes cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE SINER-K 450

Cómo SINER-K 450 permite:


* Evitar los efectos críticos del déficit del K a nivel fisiológico y metabólico de la planta
así como estimular la floración en los árboles tropicales ?
* Incrementar la tasa de acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva
(frutos, tubérculos, bulbos, granos y flores) ?

RESPUESTA: La reacción del K con el ácido pantoténico y ácidos fúlvico y húmico


permite obtener un potasio activado, y de esta manera las funciones fisiológicas y
metabólicas de este nuevo potasio se duplica en comparación con cualquier otra fuente
de potasio; esto confiere a SINER-K 450, una alta estabilidad y eficacia en aplicación
foliar.

Este nuevo potasio (potasio activado) incrementa la consistencia de los tejidos; la tasa
de translocación de los fotosintatos hacia los tejidos de reserva (frutos, tubérculos,
bulbos, granos y flores) durante su fase de maduración por su alta afinidad con los
fotosintatos.

La interacción entre los húmicos y fúlvicos con el potasio permite secuestrarlo con
eficacia lo cual aumenta su afinidad con las enzimas transportadoras del plasmalema
por la acción del fúlvico y el nuevo potasio se distribuye rápida y uniformemente en la
planta. Esta característica del SINER-K 450 le permite incrementar la acumulación de las
reservas en las yemas florales lo que se manifiesta en una rápida e uniforme floración
en los árboles tropicales (cítricos, mango, aguacate, guayaba y papaya)

La interacción del ácido pantoténico con el potasio eleva su nivel de actividad en la


planta lo cual permite compensar en forma rápida los efectos críticos del déficit del K a
nivel fisiológico y metabólico en la planta.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


199

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE SINER-K 450

APLICACIONES FOLIARES
Frutales tropicales (cítricos, mango, aguacate, guayaba, papaya)
15 a 20 días antes del inicio de la floración para su inducción y uniformización: 2.00-
3.00 kg/ha
Inicio de la formación de frutas: 2.00 - 2.50 kg/ha
Desarrollo de frutas: 3.00 - 3.50 kg/ha

Hortalizas de frutas, cucurbitáceaS (tomate, fresa, morón, chile picante, melón,


pepino, sandía) y frutales no tropicales
Inicio de la formación de frutas 2.00 - 2.50 kg/ha
Desarrollo de frutas: 3.00 - 3.50 kg/ha

Espárrago, papa
Inicio de la formación del turión: 2.00 - 2.50 kg/ha
Desarrollo del turión, del tubérculo (papa):
3.00 - 3.50 kg/ha

Brocóli, coliflor, col


Inicio de la formación del meristemo apical:
1.00 - 1.50 kg/ha
desarrollo del meristemo apical: 2.00 - 2.50 kg/ha

Tabaco y Tabaco y hortalizas de hojas (Espinaca, acelga, cilantro) y tabaco


A las primeras 6 hojas verdaderas: 0.50 - 1.00 kg/ha
A las primeras 10 hojas verdaderas: 1.00 - 1.50 kg/ha

Alfalfa
Después de cada corte, a los 4 a 5 días de la formación de las hojas verdaderas: 2.00 -
2.50 kg/ha

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


200

Cultivos ornamentales
Formación de los botones florales: 1.00 kg/ha
Desarrollo de la flor: 2.00 kg/ha

Banano, piña y agave


Formación de la fruta: 3.00 kg/ha
Desarrollo de la fruta: 4.00 kg/ha

Maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo


Floración: 1.00 - 1.50 kg/ha
Grano lechoso: 2.50 kg/ha

Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón


Formación de vaina o cuadros: 2.00 kg/ha
Crecimiento de vainas o bellotas: 2.50 kg/ha

Cebolla y ajo.
Inicio de la formación del bulbo (7 hojas verdaderas): 2.00 kg/ha
Dos semanas después: 2.50 - 3.00 kg/ha

S I N E R F O S 490
Fósforo foliar activado con vitaminas y ácidos húmicos y fúlvicos

COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Fósforo de asimilación inmediata 49.20
Ácido húmico (7200 ppm) 0.72
Ácido fúlvico (6200 ppm) 0.62
Ácido pantoténico (1000 ppm) 0.10
Nitrógeno 11.81

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


201
Acondicionadores 37.55
TOTAL 100.00

INFORMACIÓN GENERAL DE SINERFOS 490

Qué es SINERFOS 490 ?


SINERFOS 490 es un fertilizante foliar a base de P muy soluble y activado con el
ácido pantoténico y los ácidos húmicos y fúlvicos.

Qué hace SINERFOS 490 ?


Compensar los déficits mínimos de P en la planta en forma eficiente e inmediata a través
de la hoja con el objeto de:
* Evitar los efectos críticos del déficit del P a nivel fisiológico y metabólico en la
planta.
* Incrementar la tasa de acumulación de las reservas energéticas (ATP, ADP, AMP)
en los tejidos, lo que favorece el prendimiento y desarrollo de flores, frutos,
bulbos y tubérculos.

Porqué SINERFOS 490 induce estos 2 efectos en las plantas ?


Porque aporta a la planta una mayor cantidad de fósforo activado con ácidos fúlvico y
húmico.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE SINERFOS 490

SINERFOS 490 es una reacción de P con ácido pantoténico, ácidos fúlvico y húmico
para obtener 490 g de P 100% activado y soluble en agua bajo condiciones de
temperatura ambiente. Después de disolverlo en agua el pH de la solución varía de
neutro a alcalino y se recomienda aplicar el producto en un plazo no mayor de una
semana después.

Cuando se expone SINERFOS 490 directamente a los rayos solares la degradación que
sufre por los mismos es realmente poca por lo cual no hay medidas específicas.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


202
Para la APLICACIÓN se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6.5 y realizarla en
las tardes cuando hay bajo nivel de radiación solar.

MECANISMO DE ACCIÓN DE SINERFOS 490

Cómo SINERFOS 490 permite:


* Evitar los efectos críticos del déficit del K a nivel fisiológico y metabólico en la
planta ?
* Incrementar la tasa de acumulación de las reservas energéticas (ATP, ADP, AMP) en
los tejidos lo que favorece el prendimiento y desarrollo de flores, frutos, bulbos y
tubérculos ?

RESPUESTA: La reacción del P con el ácido pantoténico y los ácidos fúlvico y húmico
permite obtener un fósforo activado y de esta manera, las funciones fisiológicas y
metabólicas de este nuevo fósforo se duplica en comparación con cualquier otra fuente
de fósforo, esto confiere a SINERFOS 490 una alta estabilidad y eficacia en
APLICACIÓN foliar.

Este nuevo fósforo (fósforo activado) impulsa el desarrollo de los cultivos durante su fase
de crecimiento, floración, formación y desarrollo de los frutos ya que tiene una mayor
capacidad para producir las reservas energéticas (ATP, ADP, AMP) en poco tiempo.
Esta característica se debe a la interacción entre los ácidos húmicos y fúlvicos y el
fósforo que permite secuestrarlo con eficacia lo cual aumenta su afinidad con los
aminoácidos para formar los ATP, ADP y AMP necesarios para un mayor prendimiento y
desarrollo de flores, frutos, bulbos y tubérculos.

Esta misma interacción aumenta la relación entre el fósforo y las enzimas


transportadoras del plasmalema por la acción del fúlvico; de esta manera, el nuevo
fósforo así como los energéticos que se forman a partir de él (ATP, ADP, AMP) se
distribuyen rápida y uniformemente dentro de la planta.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


203
La interacción del ácido pantoténico con el fósforo eleva su nivel de actividad en la
planta lo cual permite compensar en forma rápida los efectos críticos del déficit del
fósforo a nivel fisiológico y metabólico en la planta.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE SINERFOS 490

APLICACIONES FOLIARES
Frutales tropicales (cítricos, mango, aguacate, guayaba, papaya)
* Inicio del botón floral: 2.00 kg/ha.
* Inicio del desarrollo de la fruta: 3.00 kg/ha.

Hortalizas de frutas, cucurbitácea (tomate, fresa, morón, chile picante, melón,


pepino, sandía) y frutales no tropicales
* Inicio del botón floral: 2.00 kg/ha.
* Inicio del desarrollo de la fruta: 2.00 - 2.50 kg/ha.
* Crecimiento del fruto: 3.00 - 3.50 kg/ha.

Espárrago, papa
* Inicio de la formación del turión: 2.00 kg/ha
* Inicio del desarrollo del turión, del tubérculo (papa): 200 - 2.50 kg/ha
* Crecimiento del tubérculo y turión: 3.00 - 3.50 kg/ha.

Brocóli, coliflor, col


* Inicio de la formación del meristemo apical: 1.00 - 1.50 kg/ha
* Desarrollo del meristemo apical: 2.00 - 2.50 kg/ha

Alfalfa
* Después de cada corte a los 4 a 5 días de la formación de las hojas verdaderas: 1.00 -
1.50 kg/ha

Cultivos ornamentales

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


204
* Formación de los botones florales: 1.00 kg/ha
* Desarrollo de la flor: 2.00 kg/ha

Banano, piña y agave.


* Inicio del racimo, meristemo de fruto en piña y agave: 2.50 kg/ha.
* Formación de la fruta: 3.00 kg/ha.
* Desarrollo de la fruta: 4.00 kg/ha.

Maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo.


* Inicio del segundo nudo: 2.00 kg/ha.
* Floración: 1.00 - 1.50 kg/ha.
* Grano lechoso: 2.50 kg/ha.

Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón.


* Inicio del botón 2.00 kg/ha.
* Formación de vaina o cuadros: 2.00 kg/ha.
* Crecimiento de vainas o bellotas: 2.50 kg/ha.

Tabaco y hortalizas de hojas.


* Inicio de la formación del tercer par de hojas verdaderas: 1.00 kg/ha.
* Dos semanas después: 1.00 - 1.50 kg/ha.
Cebolla y ajo.
* Inicio de la formación del bulbo (7 hojas verdaderas): 2.00 kg/ha
* Dos semanas después: 3.00 - 3.50 kg/ha.
Invernadero (plantas para trasplante).
* Inicio de la formación del segundo par de hojas verdaderas: 0.50 kg/100 litros; a la
formación del cuarto par de hojas verdaderas: 1.00 kg/100 litros.

S I N E R B A N-P-K
Fertilizante foliar N-P-K activado con vitaminas, ácidos húmicos y fúlvicos

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


205
COMPOSICIÓN
Porcentaje en peso
Nitrógeno de asimilación inmediata 20.32
Fósforo de asimilación inmediata 25.22
Potasio de asimilación inmediata 15.00
Ácido húmico (7200 ppm) 0.72
Ácido fúlvico (6200 ppm) 0.62
Ácido pantoténico (1000 ppm) 0.10
Acondicionadores orgánicos 38.02
TOTAL 100.00

INFORMACIÓN GENERAL DE SINERBA N-P-K

Qué es SINERBA N-P-K ?


SINERBA N-P-K, es un fertilizante foliar soluble que contiene N-P-K balanceados y
activados con el ácido pantoténico, vitaminas, ácidos húmicos y fúlvicos.

Qué hace SINERBA N-P-K ?


Compensar los déficits mínimos de N-P-K en la planta en forma eficiente e inmediata a
través de la hoja con el objeto de:
* Evitar los efectos críticos del déficit del N-P-K a nivel fisiológico y
metabólico en la planta
* Incrementar la tasa de acumulación de las reservas energéticas (ATP, ADP, AMP)
en los tejidos.
* Aumentar la formación de los compuestos nitrogenados en la planta.
* Incrementar la tasa de acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva
(frutos, tubérculos, bulbos, granos y flores).

Porqué SINERBA N-P-K induce estos 4 efectos en las plantas ?


Porque aporta a la planta una cantidad de N-P-K activado con ácidos pantoténico,
fúlvico y húmico.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


206
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE SINERBA N-P-K

SINERBA N-P-K, es una reacción de N, P y K con ácido pantoténico, ácido fúlvico y


ácido húmico para obtener 203.2 g de N, 252.2 g de P y 150 g de K 100 % activados y
100% soluble en agua bajo condiciones de temperatura ambiente. Después de disolverlo
en agua el pH de la solución varía de neutro a alcalino y se recomienda aplicar el
producto en un plazo no mayor de una semana después.
Cuando se expone SINERBA N-P-K directamente a los rayos solares la degradación
que sufre por los mismos es realmente poca por lo cual no hay medidas específicas.
Para la APLICACIÓN se recomienda utilizar agua con pH mayor de 6.5 y realizarla en
las tardes cuando hay bajo nivel de radiación solar

MECANISMO DE ACCIÓN DE SINERBA N-P-K

Cómo SINERBA N-P-K permite:


* Evitar los efectos críticos del déficit del P a nivel fisiológico y metabólico en la planta ?
* Incrementar la tasa de acumulación de las reservas energéticas (ATP, ADP, AMP) en
los tejidos ?
* Aumentar la formación de los compuestos nitrogenados en la planta ?
* Incrementar la tasa de acumulación de los fotosintatos en los tejidos de reserva
(frutos, tubérculos, bulbos, granos y flores) ?

RESPUESTA: La reacción del N-P-K con el ácido pantoténico y los ácidos fúlvico y
húmico permite obtener un balance de N-P-K activado y de esta manera, las funciones
fisiológicas y metabólicas de cada uno de estos nuevos elementos se duplica en cuanto
a interacción en comparación con cualquiera de ellos en forma aislada. El efecto de esta
interacción sobre la fisiología y el metabolismo es requerido cuando el cultivo necesita
un balance de N-P-K durante las etapas de desarrollo inicial, inicio de la floración y de la
fructificación. Esto confiere a SINERBA N-P-K una alta estabilidad y eficacia en
APLICACIÓN foliar durante las fases antes mencionadas.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


207
La interacción entre los húmicos y fúlvicos con el N-P-K permite secuestrarlos con alta
eficacia lo cual aumenta su afinidad con los transportadores del plasmalema por la
acción del fúlvico y el nuevo N-P-K se distribuye rápida y uniformemente en la planta.

La interacción del ácido pantoténico con el N-P-K eleva su nivel de actividad en la


planta lo cual permite compensar en forma rápida los efectos críticos del déficit del N-P-
K a nivel fisiológico y metabólico en la planta.

DOSIS Y FORMAS DE APLICACIÓN DE SINERBA N-P-K

APLICACIONES FOLIARES
Frutales tropicales (mango, cítricos, aguacate, guayaba, papaya).
* Inicio del crecimiento de los brotes: 2.0 kg/ha
* Inicio del desarrollo de los frutos: 3.00 kg/ha

Frutales, flores, hortalizas, cucurbitáceas, papa y espárrago.


* Fase juvenil, 15 días después del transplante: 1.50 kg/ha
* Inicio del botón, parición en papa y espárrago: 2.00 kg/ha
* Inicio del desarrollo de la fruta, tubérculo y turión 2.50 kg/ha
* Crecimiento del fruto, tubérculo y turión: 3.00 kg/ha

Banano, piña y agave.


* 15 días después del transplante: 1.50 kg/ha
* Inicio del racimo, meristemo de fruto en piña y agave: 2.50 kg/ha
* Formación de la fruta: 3.00 kg/ha
* Desarrollo de la fruta: 4.00 kg/ha

Maíz, arroz, trigo, cebada y sorgo.


* Inicio del segundo nudo: 1.50 kg/ha
* Floración: 2.00 kg/ha
* Grano lechoso: 2.50 kg/ha

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


208

Frijol, garbanzo, cacahuate, soya y algodón.


* Fase juvenil: 1.00 kg/ha
* Inicio del botón 1.50 kg/ha
* Formación de vaina o cuadros: 2.00 kg/ha
* Crecimiento de vainas o bellotas: 2.50 kg/ha

Tabaco y hortalizas de hojas.


* Inicio de la formación del tercer par de hojas verdaderas: 2.00 kg/ha.
* Dos semanas después: 2.00 - 2.50 kg/ha.

Cebolla y ajo.
* Inicio de la formación de las 3 primeras hojas verdaderas: 2.00 kg/ha
* Dos semanas después: 3.00 - 3.50 kg/ha.

Invernadero (plantas para trasplante).


* Inicio de la formación del segundo par de hojas verdaderas: 0.50 kg/100 litros.
* Inicio de la formación del cuarto par de hojas verdaderas: 0.75 kg/100 litros.

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6.5. Uso de Señalizadores del Estrés Oxidativo

En este subcapítulo se incluye la traducción de la revisión de literatura de Dirk


Inzé y Marc Van Montagu (1995) sobre estrés oxidativo en plantas. Asimismo, dada su
importancia como señalizadores se incluye una parte especial dedicada al papel del
ácido salicílico y del H2O2 en las respuestas de estrés.
Aunque el calcio realiza un papel considerable como mensajero secundario no
solo durante los eventos de estrés sino durante los de desarrollo y crecimiento, solo se
incluyó un pequeño subcapítulo especial para este elemento (como parte del Capítulo
5). Esta elección es meramente arbitraria y refleja más bien la orientación de intereses
del editor y autores de este escrito. A cambio de ello se incluyó un listado de referencias
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
209
a ciertos trabajos sobre el calcio que se consideran importantes desde el punto de vista
didáctico y que pueden ser revisados por los alumnos para su estudio y/o impartición de
seminarios. Un tratamiento análogo fue aplicado para lo relativo a la vía de los
fenilpropanoides, material que se incluye en este Subcapítulo 6.5.

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6.5.1. Literatura Referente al Uso de Señalizadores del Estrés


Oxidativo
Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e impartición de
seminarios.
1. Klessig, D.F., J. Durner, R. Noad, D.A. Navarre, D. Wendehenne, D. Kumar,
J.M. Zhou, J. Shah, S. Zhang, P. Kachroo, Y. Trifa, D. Pontier, E. Lam, H. Silva. 2000.
Nitric oxide and salicylic acid signaling in plant defense. P.N.A.S. 97:8849-8855.
2. McDowell, J.M. and J.L. Dangl. 2000. Signal transduction in the plant immune
response. Trends in Biochem. Sci. 25:79-82.
3. Murphy, A.M., S. Chivasa, D.P. Singh, J.P. Carr. 1999. Salicylic acid-induced
resistance to viruses and other pathogens: a parting of the ways? Trends Plant Sci.
4:155-160.
4. Durner, J. and D.F. Klessig. 1999. Nitric oxide as a signal in plants. Curr. Op.
Plant Biol. 2:369-374.

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6.5.2. EL ACIDO SALICILICO ES UN AGENTE SEÑALIZADOR Y PROMOTOR DE


RESISTENCIA BIOTICA Y ABIÓTICA EN LAS PLANTAS
Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro

RESUMEN
Este ensayo pretende ilustrar el estado actual de la investigación básica y aplicada respecto a las funciones del
ácido salicílico (AS) en las plantas así como las posibles aplicaciones prácticas del AS en la actividad agrícola. El
AS es un compuesto encontrado en todos los tejidos de las plantas. Su concentración se eleva cuando las células,
órganos o plantas completas son sometidas a la acción de algun factor estresante sea este biótico o abiótico. En
esas situaciones el ácido salicílico participa en forma importante en la cascada de señalización que da lugar a las
respuestas de adaptación en ambientes extremos, a la expresión de los sistemas de control del daño oxidativo así
como a la inducción de la resistencia sistémica adquirida en el caso de patogénesis. Actualmente se cuenta con
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
210
análogos funcionales del AS que se utilizan con éxito a nivel comercial en el control y prevención de ciertos
patógenos. Por otra parte, aunque el AS imparte cierta resistencia al estrés causado por temperaturas extremas,
por presencia de metales pesados y por herbicidas sus aplicaciones en el alivio del estrés ambiental han sido poco
estudiadas. Los resultados experimentales indican la potencial utilidad del mencionado compuesto, sus derivados y
análogos en el manejo agronómico de cultivos. Se requiere, sin embargo, realizar gran cantidad de estudios para
verificar la factibilidad de su aplicación en las condiciones ecológicas y en los cultivos y variedades de México.
PALABRAS CLAVE: Estrés, Inducción de resistencia, Resistencia Sistémica Adquirida, Salicílico.

ABSTRACT
This review looks to illustrate the current state of basic and applied research concerning the functions of salycilic
acid (SA) in plants, as well as the possible practical applications of SA in the agricultural activity. SA is finding in
all the organs of plants and its concentration rises when the cells, organs or complete plants are subjected to biotic
or abiotic stresses. In those situations the SA participates in signaling cascade that gives rise to the adaptation
responses in extreme conditions, in the induction of biochemical antioxidant systems, as well as in the elicitation of
the systemic acquired resistance in the case of pathogenesis. SA and their functional analogues are used with
success at the to commercial level in the control and prevention of certain pathogenic organisms. On the other
hand, although SA imparts certain resistance to the damage caused by extreme temperatures, heavy metals and
some herbicides, their applications in the alleviation of environmental stress have been little studied. The
experimental results indicate the potential utility of SA, derived compounds and analogues in the agronomic
handling of agronomic and horticultural crops. It is required, however, carry out great amount of studies in order to
verify the feasibility of application considering the ecological conditions and the vegetal apecies and varieties from
Mexico.
KEYWORDS. Stress, Resistance induction, Systemic acquired resistance, Salicylic.

INTRODUCCION
El ácido salicílico (AS) es muy conocido gracias al extenso uso clínico de la aspirina o ácido acetilsalicílico.
El nombre de ácido salicílico proviene de Salix, el árbol cuyas hojas y corteza tradicionalmente se utilizaban como
cura para el dolor y fiebre, y de donde Johann Buchner en 1828 aisló la salicina. En 1874 se inició la producción
comercial de AS en Alemania, mientras que el nombre comercial de aspirina, aplicado al ácido acetilsalicílico fue
introducido en 1898 por la Bayer Company (Raskin, 1992).
El AS pertenece a un grupo muy diverso de sustancias conocidas como fenólicos. En las plantas los
compuestos fenólicos, relacionados con el llamado metabolismo secundario, están involucrados en gran cantidad de
actividades de regulación en las plantas. En particular diferentes estudios muestran la importancia de AS en los
procesos fisiológicos y de adaptación de las plantas.
El AS se ha encontrado en todos los tejidos de las especies que han sido analizadas. Algunas especies de
importancia económica como la soya, arroz y cebada contienen hasta 1µg g-1 de peso fresco.
Partiendo de la observación inicial de que la aspirina aumenta la vida en florero de las flores cortadas,
probablemente por un efecto combinado de inhibición en la biosíntesis de etileno y celulasa en los tejidos (Ferrarese
et al., 1996) y de acidificación del medio, se sabe que el AS presenta propiedades de retraso de la senescencia
(Bourbouloux et al., 1998), inductor de floración y tuberización así como de compuesto termogénico y alelopático,
entre otras (Raskin, 1992).
El AS aplicado de forma exógena en concentración de 10-2 a 10-8 M aumentó la biomasa de plantas de soya
(Gutiérrez-Coronado et al., 1998), el rendimiento de trigo (López Tejeda et al., 1998) al igual que el rendimiento y la
calidad de diversas hortalizas según se desprende de los resultados de diferentes trabajos experimentales del grupo
de Gutiérrez Coronado adscrito al Instituto Tecnológico de Sonora.

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Además de los anteriores resultados acerca de cómo el AS interviene modificando diferentes actividades
fisiológicas y del desarrollo, existe otra vertiente de trabajo experimental acerca del papel del AS en las respuestas
celulares relacionadas con el daño oxidativo, respuesta bioquímica que parece ser un factor común en las plantas
sometidas a diversos tipos de estrés.
El objetivo del presente trabajo es contar con una revisión actualizada acerca del papel del AS como
señalizador y regulador de las respuestas de las plantas a los patógenos y al estrés abiótico.

BIOSINTESIS Y DEGRADACION DEL ACIDO SALICILICO


En las plantas superiores el AS parece derivar de la vía del shikimato-fenilpropanoides. Se han propuesto
dos caminos de síntesis del AS a partir de la fenilalanina, la diferencia entre uno y otro se encuentra en el paso de
hidroxilación del anillo aromático (Fig. 1). En una reacción mediada por la enzima fenilalanina-amonio-liasa (PAL) la
fenilalanina es convertida en ácido cinámico, este último es transformado en ácido benzóico (AB) o en ácido orto-
cumárico los cuales se supone son los precursores del AS (Raskin, 1992).
El AS se encuentra en los tejidos de las plantas en forma libre o en forma conjugada. A excepción de unas
pocas plantas como el arroz y la papa generalmente no se encuentra gran cantidad de AS endógeno en forma libre.
Las formas conjugadas son glicósidos, ésteres, amidas y ácidos dihidroxibenzóicos. Se supone que cuando se
requiere de AS una parte de ello proviene de las reservas de formas conjugadas (Hennig et al., 1993) mientras que
otra parte proviene de la actividad de PAL (Raskin, 1992).
En cuanto a la distinción entre la aplicación de AS o de ácido acetilsalicílico en las plantas no se ha
detectado diferencia importante entre uno y otro. Se supone que al acetilsalicílico es rápidamente convertido a AS
en los tejidos tanto de plantas como de animales.

Figura 1. Vía propuesta de síntesis del ácido salicílico en plantas (modificado de Raskin, 1992).

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ACIDO SALICILICO Y DAÑO OXIDATIVO
El daño o estrés oxidativo se presenta cuando la producción de especies activas de oxígeno (EAO) rebasa la
capacidad de los sistemas antioxidantes y de captura de radicales libres de la célula. Normalmente el nivel de EAO
es alto cuando la planta se encuentra en condición de estrés biótico o abiótico. Aunque la presencia de EAO causa
daño por oxidación de DNA, lípidos y proteínas, las plantas también hacen uso de las EAO en la disipación
energética y como señalizadores desencadenantes de respuestas de adaptación y defensa (Draper, 1997). A su vez
estas últimas se asocian con cambios morfológicos y fisiológicos de la planta (Inzé y Van Montagu, 1995). Es
probable que el AS tenga algún papel regulador sobre el balance de oxidación/reducción de las células vegetales, y
ello tal vez explique la capacidad del AS de inducir respuestas tan variadas: fisiológicas, morfogénicas y adaptativas
en las plantas. Lo anterior se sigue a partir del comprobado efecto del AS sobre la actividad de catalasa y otras
enzimas que controlan el nivel de las EAO (Raskin, 1992) así como sobre la oxidasa alternativa mitocondrial
(Murphy et al., 1999).
El AS comenzó a sobresalir como molécula señalizadora en plantas cuando se descubrió su papel como
inductor de la termogénesis en plantas de la familia Araceae (Raskin, 1987). Poco después se demostró su
importancia en las reacciones de defensa contra los patógenos (Malamy et al., 1990; Métraux et al., 1990).
Asimismo el AS parece relacionarse con la adaptación de las plantas a los ambientes extremos, y esto pudiera
convertir a este compuesto y sus derivados en herramientas para el manejo agronómico del estrés.
El modelo inicial propuesto sobre el mecanismo de acción del AS indicaba que era un inhibidor de la
catalasa. Esta afirmación surgió del hecho de que esta enzima es inhibida in vitro por el AS (Raskin, 1992).
Asimismo fue demostrado en Arabidopsis, tabaco, tomate y pepino, que la proteína receptora de AS es una catalasa
con alta afinidad por el AS y que muestra inhibición en presencia de este último compuesto (Chen et al., 1993;
Sánchez-Casas y Klessig, 1994).
Las catalasas pertenecen a un grupo de enzimas involucradas en la regulación de los niveles celulares de
las especies activas de oxígeno. Se encuentran en todos los organismos aerobios convirtiendo el H2O2 en H2O y O2,
protegiendo así a las células de los efectos dañinos del H2O2. Si bien los niveles altos de este compuesto son
tóxicos, el H2O2 en baja concentración parece jugar un papel importante en la transducción de señales ambientales
en plantas y animales (Prasad et al., 1994), esto es, el H2O2 en niveles no tóxicos parece relacionarse con la
inducción de las respuestas de adaptación el estrés.
Ya que la producción de H2O2 es un proceso continuo en las plantas, la inhibición de la actividad de
catalasa, una de las principales rutas de degradación del H2O2, pudiera resultar en la acumulación de este
compuesto. En relación a ello Chen et al. (1993) encontraron que el tratamiento de hojas de tabaco con AS dio lugar
a niveles elevados de H2O2 in vivo. Por su parte Dat et al (1998) observaron el mismo incremento endógeno de H2O2
al aplicar el AS en las hojas de Sinapsis alba.
Sin embargo, Ruffer et al. (1995) encontraron que más que unirse de manera específica a las catalasas, el
AS se une a las enzimas que contienen hierro como las catalasas, aconitasas, lipoxidasas y peroxidasas. Asimismo
otros resultados experimentales indican que el AS no siempre inhibe la actividad catalasa aunque se observe
incremento en el nivel de H2O2 (Raskin, 1992). Probables explicaciones a esta discordancia son que el AS ejerce
efectos más amplios que la mera inhibición de esta enzima o bien que las respuestas sean dependientes de la
especie vegetal o de la edad de los tejidos u órganos utilizados en los estudios. Por otra parte algunos
investigadores han propuesto un papel directo para el AS en potenciar la producción de H2O2 por medio de la
activación de una NAD(P)H oxidasa de la membrana plasmática (Kauss y Jeblick, 1995, 1996; Willekens et al.,
1995; Mur et al., 1996; Shirasu et al., 1997). Esto pudiera ser parte de la explicación de los resultados dispares
entre presencia de AS y actividad de catalasa.
Como se mencionó, otra posibilidad respecto al AS es que actúe cambiando el balance redox celular por
medio de la inducción del H2O2 o de otras EAO, así como por medio de la modificación en la síntesis y actividad de
enzimas y compuestos antioxidantes.
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Al respecto, Willekens et al. (1997) estudiaron el papel de la catalasa y el H2O2 en las plantas bajo estrés.
Para ello utilizaron plantas transgénicas de tabaco con un 10% de actividad de catalasa en relación con las plantas
silvestres. Las plantas deficientes en catalasa no mostraron desórdenes visibles al crecer en condiciones de baja
irradiancia, sin embargo, bajo alta irradiancia las hojas desarrollaron lesiones necróticas. No se detectó acumulación
de H2O2 durante el desarrollo de la necrosis, tal vez como resultado de una compensación que elevó los niveles de
ascorbato peroxidasa y glutatión peroxidasa. La necrosis foliar mostró correlación positiva con el contenido de
glutatión oxidado y correlación negativa con el nivel de ascorbato foliar, indicando que la catalasa es crítica para
mantener el balance redox durante el estrés oxidativo. Asimismo el daño no se presentó en un medio enriquecido
con CO2 lo que indica una aparente dependencia de la actividad fotorespiratoria. Las plantas deficientes en catalasa
revelaron mayor susceptibilidad al paraquat, salinidad y ozono pero no a las bajas temperaturas.
Otro resultado que indica el probable papel del AS en la modificación del balance redox celular fue el
reportado por Chen et al. (1996). Ellos encontraron que el gene GST6 de Arabidopsis, que expresa una glutatión-S-
transferasa, es inducido por la aplicación de auxinas, AS ó H2O2. Las glutatión-S-transferasas son una familia de
enzimas involucradas en la destoxificación de xenobióticos y en la protección contra el daño oxidativo.
En cultivos celulares de soya la aplicación de AS y un inductor sintético, el BTH [benzo(1,2,3)thiadiazole-7-
carbothioic acid S-methyl ester], dio lugar a un aumento de 2 a 8 veces en la cantidad de compuestos y enzimas
antioxidantes. Asimismo la incubación con AS y BTH permitió que los cultivos celulares fueran más resistentes al
herbicida oxyfluorfen, el cual se sabe actúa como agente peroxidante de los lípidos de membranas (Knörzera et al.,
1999).
La aplicación foliar de AS en concentraciones de 10 a 100 µM aumentó la tolerancia al choque térmico
(55° C por 1.5 h) en plántulas de Sinapsis alba. Esta respuesta fue análoga a la obtenida con un tratamiento de
aclimatación a 45° C previa al choque térmico. Ambos tratamientos indujeron un aumento transitorio en la
concentración endógena de H2O2, seguida de una caída en la concentración del mismo debajo del testigo, así como
disminución en la actividad de catalasa (Dat et al., 1998). Lopez-Delgado et al. (1998) obtuvieron igualmente
termotolerancia en microplantas de papa desarrolladas en medio de cultivo con ácido acetilsalicílico en
concentración de 10-6 a 10-5 M. Al parecer parte del efecto protector del AS se relaciona con su capacidad para
inducir la expresión de las proteínas de choque térmico en las celulas vegetales, hecho demostrado en cultivos
celulares de tomate por Cronjé y Bornman (1999). Por otro lado, se consiguió un aumento significativo en la
tolerancia a la carencia de agua en plántulas de col y tomate al aplicarles una aspersión de ácido benzóico 10-4 M.
Asimismo, la aplicación de AS como pretratamiento de la semilla (10-4 M por 6 horas) aumentó el éxito de
germinación de las semillas de melón en soluciones de NaCl (Benavides, datos no publicados).
El AS se ha aplicado en diferentes cultivos para aumentar el rendimiento y la calidad. De acuerdo con la
información planteada el AS y sus derivados pueden también pueden aplicarse como herramientas para la
promoción y aumento de los mecanismos naturales de resistencia de las plantas, cuando estos involucren la
participación de EAO. En este sentido se requiere realizar gran cantidad de investigación en diferentes especies,
para estudiar en que forma las aplicaciones exógenas de AS y compuestos análogos como el metil-salicilato, el
acido benzóico, el BTH, etc. modifican los mecanismos de adaptación al estrés abiótico. Si fuese posible llegar a
utilizar estos compuestos como potenciadores de los mecanismos naturales de adaptación, su bajo costo y el hecho
de constituir productos naturales los convertiría en opciones atractivas para los productores agrícolas.

ACIDO SALICILICO Y RESISTENCIA A LOS PATOGENOS


La habilidad de una planta para responder a una infección es determinada por caracteres genéticos tanto
del hospedero como del patógeno. Algunos mecanismos de resistencia son específicos para ciertos cultivares y
cepas de patógenos: los genes de resistencia de la planta permiten el reconocimiento de moléculas específicas del
patógeno que resultan de la expresión de los llamados genes de avirulencia. Estos desencadenan una cascada de
señales que termina en una respuesta hipersensible, es decir, en la muerte estrictamente localizada de las células
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involucradas con el patógeno lo cual evita su crecimiento y diseminación. La muerte celular localizada genera los
conocidos patrones de formación de lesiones o necrosis. Dichas interacciones gene-gene resultan en respuestas
muy eficientes, pero también muy específicas, de resistencia a la patogénesis. Otro nivel de respuesta inducible del
hospedero, llamada resistencia sistémica adquirida (RSA), se expresa en los diferentes órganos de la planta después
de presentarse una necrosis localizada originada por organismos patógenos necrosantes como el virus del mosaico
del tabaco (TMV) y Colletotrichum así como algunos organismos no patógenos. La RSA depende de un señalizador o
señalizadores aún no identificados que se mueven de forma sistémica entre los diferentes órganos de la planta. La
aplicación exógena de AS da lugar una respuesta de RSA por lo cual se dice que el AS funciona como activador o
inductor de este proceso. De hecho en el tabaco la aplicación de AS ó de partículas de TMV da lugar a la inducción
de prácticamente las mismas proteínas de defensa (PR) como PR-1, quitinasa y β-1,3-gluconasa (Kang et al.,
1998).
La RSA provee un tipo de respuesta de amplio espectro a largo plazo que recuerda a las respuestas
inmunes de los animales. Un nuevo enfoque en el control y prevención de enfermedades es el uso de compuestos
activadores de la RSA, tales como el AS, sus derivados y sus análogos funcionales como el BTH, el 2,6-
dicloroisonicotínico, el 3-allyloxy-1,2-benzisotiazol-1,1-dioxido comercializado como probenazol, y el acibenzolar-S-
metil comercializado como Bion. Estos activadores o inductores no tienen un efecto directo sobre el patógeno,
protegen a la planta desencadenando las cascadas de señales que activan la RSA, actuando así de forma diferente
a los agroquímicos convencionales (Gorlach et al., 1996; Stichter et al., 1997; Sakamoto et al., 1999; Gullino et
al., 2000). Se sabe asimismo que dichos compuestos activadores de la RSA pueden impartir cierta protección
contra el estrés oxidativo causado por herbicidas o metales como el cobre (Strobel y Kuc, 1995). En cuanto a los
mencionados análogos funcionales del AS falta explorar el efecto de dichos compuestos sobre las respuestas de las
plantas sometidas a estrés abiótico.
El AS es producido en las hojas de tabaco (Malamy et al., 1990) y pepino (Métraux et al., 1990) después
de verse infectadas y previamente a la expresión de la resistencia sistémica. La producción de AS es bifásica, es
decir, ocurre en forma de un incremento inicial transitorio seguido de un incremento sostenido. Se supone que tanto
el pico inicial como la producción sostenida juegan papeles de señalización en los eventos de inducción de
resistencia (Draper, 1997; Rao et al., 1997). En hojas infectadas de tabaco el AS producido de manera endógena
puede alcanzar una concentración de 1x10-4 M (Durner y Klessig, 1996).
En el relativamente bien caracterizado sistema tabaco-TMV, la evidencia indica que el AS actúa como señal
para desencadenar las respuestas locales y sistémicas de defensa (Gaffney et al., 1993). Sin embargo el AS no
parece ser la señal primaria, transmisible entre diferentes tejidos a largas distancias, que desencadena la respuesta
de resistencia, más bien parece actuar como señal local a un nivel de mensajero secundario (Narusaka et al., 1999;
Martinez et al., 2000). Al respecto, en el pepino los experimentos de Smith-Becker et al. (1998) indicaron que la
inoculación de los tejidos foliares con Pseudomonas syringae pv. syringae da lugar a la transmisión de una señal
endógena móvil, de identidad desconocida, entre 3 y 6 horas después de la exposición. Dicha señal resulta, entre 12
y 15 horas después de la inoculación, en la inducción de actividad de PAL y poco después en la acumulación en el
floema de AS y ácido 4-hidroxibenzóico.
La importancia del AS en el fenómeno de la RSA se aprecia en los resultados de Lawton et al. (1995),
quienes obtuvieron plantas transgénicas que expresaban de forma constitutiva el gene bacteriano nahG, que
codifica la enzima salicilato hidroxilasa, la cual impide la acumulación de AS. Estas plantas nahG fueron incapaces
de iniciar la respuesta de RSA al ser sometidas a un estímulo biótico o al realizar una aplicación exógena de AS. Del
mismo modo Chivasa y Carr (1998) observaron que al transformar con nahG a un cultivar de tabaco resistente al
TMV estas plantas eran incapaces de restringir la propagación de las necrosis, resultando en necrosis generalizada
en vez de daño necrótico localizado en los sitios de infección. Curiosamente, la capacidad de mantener localizado el
daño por el TMV fue restaurada al tratar las plantas con KCN y dicha restauración fue abolida al aplicar ácido
salicilhidroxámico (SHAM), un inhibidor de la oxidasa alternativa (AOX) mitocondrial. Estos resultados apuntan hacia
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un papel de la AOX más amplio que la termogénesis y la adaptación al estrés de baja temperatura (Murphy et al.,
1999). Datos análogos fueron reportados por Naylor et al. (1998) quienes encontraron que en la planta de tabaco el
AS indujo resistencia a los virus TMV, mosaico del pepino y virus X de la papa, inhibiendo la replicación y el
transporte a larga distancia de los virus, siendo eliminado el efecto del AS por la aplicación de SHAM. Es probable
que el AS regule la expresión y/o la actividad de la AOX y que dicha enzima actúe, en una forma aún no entendida,
sobre las actividades de los virus.
Al igual que con el estrés inducido por factores abióticos, una de las respuestas primarias de las plantas a
los patógenos microbianos es la producción de EAO tales como el anión superóxido (O2.-) y el peróxido de hidrógeno
(H2O2) (Levine et al., 1994). Este acumulación inicial de EAO genera un choque oxidativo (oxidative burst) que viene
siendo el preludio de las respuestas de defensa celular contra los patógenos. El choque oxidativo se presenta a los
pocos minutos de iniciada la infección, requiere del reconocimiento del patógeno e involucra una serie de eventos de
transducción de señales que, típicamente, incluyen a las fosfolipasas, proteínas de unión con GTP, flujos de Ca+2 y
otros iones, así como quinasas y fosfatasas (Yang et al., 1997).
Los estudios de varias combinaciones planta-patógeno han revelado una fuerte correlación entre el perfil de
formación de EAO en cultivos celulares y el resultado final de la interacción (resistencia o susceptibilidad) en la
planta completa. Las interacciones planta-patógeno que inducen una respuesta hipersensible dan lugar a una
producción bifásica y sostenida de EAO, mientras que las interacciones que dan lugar a enfermedad, es decir, a la
diseminación del patógeno, provocan un choque oxidativo monofásico (Draper, 1997). Estas observaciones apuntan
hacia que la formación sostenida de EAO es crítica para establecer la resistencia a las enfermedades durante la
respuesta hipersensible. Ello lleva a pensar en la posibilidad de utilizar las EAO como herramienta de trabajo
agronómico. Al respecto se ha observado que la exposición al ozono y radiación UV, factores relacionados con el
incremento celular de EAO, dan lugar a un fenómeno conocido como resistencia cruzada, en donde la planta muestra
acumulación de AS y resistencia a diferentes patógenos sin antes verse expuesta a los mismos (Sharma et al.,
1996; Bowler y Fluhr, 2000).
No queda aún muy clara la relación causal, si es que esta existe, entre el H2O2 y el AS. Es probable que,
más que ocurrir precedencia de un compuesto sobre otro, lo que se tiene sean dos vías independientes de
señalización con estrecho traslape. La aplicación exógena o producción endógena de H2O2 induce la síntesis de AS
así como las posteriores respuestas de resistencia; sin embargo la aplicación de AS da lugar también la síntesis de
H2O2, el posterior choque oxidativo y a la inducción de la resistencia (Van Camp et al., 1998).
En el estudio de Martinez et al. (2000) sobre la respuesta hipersensible del algodonero frente a
Xanthomonas campestris se observó que la acumulación de AS fue dependiente de la presencia de H2O2, y que el AS
fue el controlador local de la actividad de generación de O2.-. Este anión superóxido es una EAO que causa estrés
oxidativo y puede por ello inducir la respuesta hipersensible. Según los resultados de Rao et al. (1997) la aplicación
prolongada de AS en Arabidopsis es capaz de inducir mayor daño oxidativo que la aplicación de H2O2, a pesar de que
en este último caso los niveles endógenos de H2O2 sean hasta dos veces mayores que los observados con AS. Sin
embargo, según los autores, la acción del AS requirió de la presencia de H2O2. La dependencia de la síntesis de AS
sobre la presencia del H2O2 fue también observada por Chamnongpol et al. (1998) quienes utilizaron como modelo
de estudio plantas de tabaco transgénicas deficientes en catalasa. Al exponer estas plantas a radiación de alta
fluencia se generó gran cantidad de H2O2 endógeno el cual indujo daño en los tejidos, síntesis de AS y etileno así
como síntesis de proteínas PR tal y como se observa en la respuesta hipersensible. La síntesis de proteínas PR fue
observada también en las hojas no sometidas a la radiación y que no presentaron daño en los tejidos, lo cual indicó
la acción de un mecanismo de inducción sistémico. Curiosamente la exposición por corto tiempo al H2O2 causó una
respuesta análoga a la observada en las hojas no sometidas a la radiación de alta fluencia, no observándose daño en
los tejidos pero si activación de los mecanismos de defensa. Estos resultados indican la probable acción de una
señal móvil que induce cambios en el ambiente redox o en la concentración de EAO en los tejidos alejados del sitio
de inducción primaria, pero de nuevo dejan sin clarificar la relación entre el AS y el H2O2.
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La resistencia a los patógenos, mediada por diferentes proteínas PR, parece ser activada a través de
distintas vías, unas dependientes de AS, otras de ácido jasmónico (JA), óxido nítrico (NO) o etileno (Pieterse et al.,
1998; Terras et al., 1998; Thomma et al., 1998). En el caso de aplicación exógena de compuestos activadores se
sabe que cada compuesto químico induce la expresión de diferentes proteínas PR. Esto fue confirmado en Vitis
vinifera en donde la aplicación foliar exógena de AS y un activador preparado a partir de la pared celular de
levaduras indujeron la expresión de dos tipos de quitinasa, mientras que la aplicación de BTH y 2,6-
dicloroisonicotínico indujeron la expresión de una sola clase de quitinasa (Busam et al., 1997). Al respecto, se
supone que ocurre una gran cantidad de intercomunicación y cierto grado de traslape entre las diferentes vías de
señalización para conseguir que la planta responda a los diferentes estímulos bióticos o abióticos (Bowler y Fluhr,
2000; Paul et al., 2000).
Por otra parte, no todas las respuestas de expresión de genes relacionados con la patogénesis parecen
depender de la acción de los compuestos inductores mencionados. Para el caso del trigo Molina et al. (1999)
encontraron que los genes PR1.1 y PR1.2, que se expresan en presencia del hongo Erysiphe graminis, no fueron
inducidos por el AS, el BTH o el ácido isonicotínico (INA). En Arabidopsis (Van Wees et al., 1997; Pieterse et al.,
1998) y en Raphanus sativus (Terras et al., 1998) también se encontró que la presencia de rizobacterias no
patógenas indujo resistencia sistémica por una vía independiente de AS.
Además de participar en las interacciones planta-patógeno el AS juega un papel en las relaciones
simbióticas entre plantas y microorganismos. Ello fue ilustrado en el trabajo de Blilou et al. (1999). Estos autores
demostraron que los mutantes P2 de Pisum sativum, incapaces de formar simbiosis con rhizobia y hongos
micorrízicos, muestran una producción constante y en alta cantidad de AS en los sitios de infección, en tanto que el
tipo silvestre que forma simbiosis normalmente no mostró esta característica. Igualmente fue demostrado que
todas las cepas (efectivas e inefectivas) de Rhizobium leguminosarum indujeron la síntesis de AS en los mutantes
P2, previniendo de esta forma el inicio de la infección, mientras que únicamente las cepas inefectivas indujeron el
AS en el tipo silvestre de P. sativum. Estos resultados parecen indicar que la supresión de la síntesis del AS forma
parte de la estrategia de la planta para permitir el establecimiento de los simbiontes.

CONCLUSIONES
El panorama mostrado en esta revisión ilustra los grandes avances obtenidos en pocos años en relación con
el papel del AS en las actividades fisiológicas y de adaptación de las plantas. Aunque visiblemente incompleto el
cuerpo de conocimiento obtenido es valioso si se piensa en la implementación de nuevas técnicas de manejo de
cultivos. Aún sin mencionar el importante adelanto en el estudio de los genes relacionados con la resistencia a los
patógenos o la resistencia al estrés, así como el parcial esclarecimiento del papel fisiológico del AS, la aplicación
práctica de los conocimientos sobre el papel de este compuesto y sus análogos funcionales en la inducción de
respuestas adaptativas o respuestas de defensa promete ser relevante. Falta sin embargo gran cantidad de
investigación utilizando mayor cantidad de especies vegetales, ampliar el rango de patógenos estudiados e
incrementar los estudios en zonas tropicales y subtropicales ya que el grueso de la investigación procede de zonas
templadas. Potencialmente puede desarrollarse una nueva tecnología que tome en cuenta la inducción o
potenciación de los mecanismos naturales de defensa de las plantas, utilizando compuestos ambientalmente
inócuos, y ello requiere el esfuerzo combinado de investigadores, industriales de los agroquímicos y productores
agrícolas.

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6.5.3. Oxidative Stress in Plants


Dirk Inzé and Marc Van Montagu
Laboratorium voor Genetica, Universiteit Gent, K.L. Ledeganckstraat 35, B-9000 Gent, Belgium.
Current Opinion in Biotechnology (1995) 6:153-158.

Traducción de: Adalberto Benavides, Departamento de Horticultura, UAAAN

Introducción
Cada año el estrés ambiental causa pérdidas considerables en la calidad y productividad de los cultivos.
Uno de los factores que causan daño durante las condiciones ambientales adversas es la producción en exceso de
especies activas de oxígeno (EAO), tales como el superóxido (O.2-), peróxido de hidrógeno (H2O2) y radicales hidroxilo
(OH.). Se sabe que dicho estrés de oxidación ocurre en plantas expuestas a bajas y altas temperaturas,
particularmente en combinación con alta irradiancia, sequía, radiación UV, exposición a contaminantes atmosféricos
(O3 ó SO2) y herbicidas como el paraquat1.
El O.2- y el H2O2 pueden inactivar varias moléculas directamente, pero es la conversión a OH., catalizada por
metales de transición como el Fe y Cu (la reacción Haber-Weiss) la que conlleva la mayor toxicidad. Los radicales
hidroxilo reaccionan instantáneamente con proteínas, lípidos y DNA, causando rápidamente daño celular.
Varios procesos metabólicos hacen uso de las EAO de forma beneficiosa. Un ejemplo es durante la
fotosíntesis en donde funcionan como mecanismos de disipación de energía. El O.2- y el H2O2 están involucrados en
la formación de lignina en las paredes celulares y, por otra parte, como respuesta a la infección por patógenos o por
el tratamiento con un inductor (elicitor en inglés) se observa un aumento significativo en EAO. Se cree que este
choque oxidativo sea responsable de la muerte celular hipersensible y del rápido entrecruzamiento de glicoproteínas
ricas en hidroxiprolina en la pared celular, respuestas asociadas a las respuestas de defensa contra los patógenos.
Las EAO también pueden servir como segundos mensajeros responsables de la activación de genes relacionados con
la patogénesis así como de los genes involucrados en la biosíntesis de fitoalexinas.
Las plantas han desarrollado mecanismos de protección enzimáticos y no enzimáticos que atrapan e
inactivan eficientemente las EAO. Los antioxidantes como el ácido ascórbico (vitamina C), el tripéptido glutatión, los
tocoferoles (vitamina E) y los carotenoides se encuentran en las plantas en alta concentración. Los radicales
hidroxilo son demasiado reactivos como para eliminarse enzimáticamente pero su formación se ve limitada por el
atrapamiento y eliminación del O.2- y el H2O2. Las superóxido dismutasas (SOD) son metaloenzimas que eliminan los
radicales O.2- de acuerdo a la siguiente reacción:
2O.2- + H+ → O2 + H2O2
Es posible encontrar varias isoformas de esta metaloenzima SOD de acuerdo a su cofactor metálico. En general las
plantas contienen una MnSOD mitocondrial, asi como unas Cu/Zn SOD citosólica y cloroplástica. Se sabe que en los
cloroplastos de algunas especies se encuentra además una FeSOD2.
El H2O2 es eliminado por catalasas y peroxidasas. Las catalasas son enzimas peroxisómicas que, en
contraste con las peroxidasas, no requieren de un substrato reductor para su actividad. Las ascorbato peroxidasas
(APXs) se cree que son las m'as importantes atrapadoras de H2O2 que operan tanto en el citosol como en los
cloroplastos. Estas enzimas usan el ácido ascórbico como substrato reductor y forman parte de un ciclo, conocido
como el ciclo del ascorbato-glutatión o Halliwell-Asada1 (Figura 1). Otras enzimas involucradas en este ciclo de
oxidación-reducción son la monodehidroascorbato reductasa (MDAR), dehidroascorbato reductasa (DHAR) y la
glutatión reductasa (GR). Recientemente, varios clones cDNA que codifican glutatión peroxidasas (GPXs) fueron
aislados, sugiriendo que en las plantas, como en los animales, estas proteínas pueden jugar un papel muy
importante en el control del H2O2, o de los productos de la peroxidación de lípidos.
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
221
En esta revisión se presenta un resumen del conocimiento actual sobre la regulación de los genes de
proteínas antioxidantes así como de las potenciales aplicaciones de estos conocimientos para el manejo del estrés
en plantas.

Superóxido Dismutasas (SOD)


El análisis detallado de la expresión en Nicotiana plumbaginifolia3, tomate4 y maíz5 mostraron que los genes Sod se
regulan diferencialmente a través del desarrollo y en respuesta a varias condiciones de estrés. Por ejemplo, en N.
plumbaginifolia la expresión del mRNA de la Cu/ZnSOD citosólica (SodCc) es aumentada principalmente por el estrés
de alta temperatura, la congelación o el tratamiento con paraquat en presencia de luz3. En el tomate la expresión de
los genes, tanto de la Cu/ZnSOD cloroplástica (SodCp) como de la Cu/ZnSOD citosólica (SodCc), es inducida por
paraquat en presencia de luz, mientras que la sequía solo induce la expresión de la isoforma citosólica4. Utilizando
sondas gene-especícificas se ha mostrado que los miembros individuales de la familia génica MnSOD del maíz
(SodA) se expresan diferencialmente durante el desarrollo de la planta. En general, el patrón de acumulación del
mRNA de la MnSOD parece reflejar la actividad mitocondrial durante el crecimiento de la planta6. Los grandes
incrementos en los niveles de transcriptos de SOD subsecuentes a los tratamientos de estrés en general se asocian
con incrementos muy moderados en la actividad de SOD. Posiblemente el estrés da lugar a una mayor tasa de
recambio de las proteínas SOD, necesitando por ello de la activación de la expresión génica para mantener los
niveles de SOD.
Una de las hipótesis formuladas dice que las distintas condiciones de estrés generan diferencias en la intensidad del
estrés oxidativo en los varios compartimentos subcelulares, requiriéndose la expresión de aquellos genes Sod que
codifican las isoformas de SOD necesarias para proteger un compartimento particular3. La naturaleza de las
señales que dan lugar a la expresión diferencial permanece en el área especulativa. Los productos de la peroxidación
de lípidos (organelo-específicos) son buenos candidatos, aunque no se dispone de evidencia experimental para
apoyar esta hipótesis. Por otro lado, parece ser que el Ca+2 se encuentra involucrado en la transducción de las
señales de estrés. El tratamiento de las plántulas de tabaco con H2O2 resultó en una reducción de la actividad de las
SOD, coincidiendo con un incremento transitorio en la concentración de Ca+2 citosólico4. Desafortunadamente, es
poco claro cuales isoformas de SOD se encuentran bajo control del Ca+2 asi como cuales otras enzimas involucradas
en el atrapamiento de las EAO se encuentran afectadas por otras condiciones.
La expresión de la SODc de N. plumbaginifolia está bajo control redox9,10. Los antioxidantes sulfhidrílicos,
tales como el ditiotreitol (dithiothreitol), cisteína o el glutatión reducido, inducen la expresión de un promotor de la
SodCc-β-glucoronidasa en protoplastos aislados y en plantas completas, mientras que las formas oxidadas de
glutatión y cisteína no tienen efectos. Los niveles de glutatión reducido aumentan aumentan frente a varias
condiciones de estrés oxidativo, tales como la exposición al ozono, dióxido de azufre, estrés hídrico o alta
temperatura10. De tal forma, el glutatión puede actuar directamente como un antioxidante y simultáneamente
activar la transcripción de un conjunto de genes relacionados con el estrés, tales como los genes de la Cu/Zn SOD8,9
así como los genes que codifican las enzimas de la vía de los feilpropanoides11 (Wingate et al., 1988).

Catalasas y el Papel del H2O2 en la Transducción de Señales


El extenso trabajo de Scandalios y colaboradores1 reveló la presencia de tres catalasas reguladas
diferencialmente en la planta de maíz. Esta situación parece presentarse también en las dicotiledóneas. La relación
funcional entre las catalasas de monocotiledóneas y dicotiledóneas es hasta el momento no muy clara y, como
consecuencia, la nomenclatura es arbitraria. N. plumbaginifolia presenta tres genes de catalasa12. El producto del
gene Cat1 parece jugar un papel en la eliminación del H2O2 fotorespiratorio, mientras que el patrón de expresión de
Cat3 sugiere que la proteína codificada tiene cierto papel en la captura del H2O2 generado por la β-oxidación de los
ácidos grasos en los glioxisomas. Por otro lado parece ser que la proteína de Cat2 tiene como papel específico el
proteger a la célula del H2O2 producido durante el estrés oxidativo. La exposición de las plantas al ozono, dióxido de
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
222
azufre y radiación UV da lugar a una rápida disminución en los niveles estacionarios de Cat1 así como a un
incremento concomitante en los niveles de transcriptos de Cat213. Los niveles de transcriptos de GPX son también
rápidamente inducidos, mientras que los cambios en los niveles de transcriptos de Sod y APX se presentan, bajo
esta condición, solo al inicio del daño visible.
Otras líneas de evidencia apoyan el papel central de la catalasa en la resistencia al estrés. Las plántulas de
maíz expuestas a baja temperatura (4° C) no sobreviven a menos que sean primero aclimatadas a temperaturas
intermedias (14° C). Ocurre inducción de mRNA de Cat3 durante la aclimatación, sugiriendo que el frío genera
estrés oxidativo en las plántulas. De acuerdo con esto, los niveles de H2O2 se elevaron durante la exposición al frío
en las plántulas no aclimatadas así como durante la aclimatación. Se demostró también que el tratamiento de
plántulas mantenidas a temperatura ambiente con H2O2 o menadione , un compuesto generador de O.2-, induce
tolerancia al frío14. Estos resultados sugieren un papel dual para el H2O2. Durante la aclimatación, los niveles de
H2O2 pudieran funcionar como señal que induce enzimas antioxidantes, tales como la catalasa, la cual
subsecuentemente protege a la planta de la producción en exceso de H2O2 durante la exposición a bajas
temperaturas.
El H2O2 parece jugar un papel importante en la transducción de señales durante las interacciones planta-
patógeno. La muerte celular hipersensible asociada con las interacciones planta-patógeno se caracteriza por un
rápido choque oxidativo. El H2O2 producido durante el choque oxidativo funciona como disparador local de la muerte
celular programada de las células afectadas, causando además el rápido entrecruzamiento (cross-linking) de las
proteínas de la pared celular, una conocida respuesta de defensa frente a los patógenos15,16. Por otro lado, el H2O2
parece actuar como molécula señalizadora induciendo la transcripción de los genes de defensa, tales como la
glutatión S-transferasa y GPX en las células cercanas16.
La evidencia reciente sugiere que el H2O2 puede funcionar como inductor de resistencia sistémica adquirida
(SAR). Por largo tiempo se ha sabido que el ácido salicílico (AS) juega un papel importante en el establecimiento
local de la SAR. Es interesante considerar que la proteína receptora de AS (57 kDa) presente en las hojas del
tabaco es una catalasa. El AS inhibe la actividad catalasa in vitro y se piensa que esta propiedad pudiera dar lugar a
un incremento in vivo en los niveles de H2O2 el cual, a su vez, pudiera actuar como segundo mensajero en la
inducción de las respuestas de defensa. Acorde con lo anterior, se demostró que el H2O2 y el inhibidor de la
catalasa, el 3-amino-1,2,4-triazol, inducen la acumulación de la proteína PR1 relacionada con la patogénesis17.
Se desconoce el mecanismo de control de la expresión génica por el H2O2. Este compuesto se sabe es un
segundo mensajero en las células de mamíferos, funcionando como activador de factores de transcripción, tales
como NFκB y AP-1. Es posible que el H2O2 actúe modulando un transductor redox-sensible. El factor AP-1 se une a
su elemento cis del DNA cuando los residuos de cisteína en el dominio de unión del DNA se encuentran reducidos.
Esta reducción es mediada por el factor redox nuclear Ref-1, cabe mencionar que un homólogo vegetal de este
factor fue recientemente descrito18.
El papel de las catalasas en la señalización del estrés, actuando como factor modulador de H2O2, es un
tanto sorprendente considerando su supuesta localización peroxisómica. Aunque las tres catalasas de N.
plumbaginifolia presentan una secuencia de unión carboxi-terminal peroxisómica19, su localización real espera
confirmación. El patrón diferencial de la expresión génica de la catalasa sugiere funciones específicas, diferentes
ubicaciones subcelulares y, posiblemente, distintas esfecificidades de substrato. La caracterización bioquímica y el
análisis de plantas transgénicas que expresan complejos antisentido o sobreexpresión pueden proveer posteriores
revelaciones en el papel de las isoformas específicas de la catalasa.

Ciclo Ascorbato-Glutatión
Se ha realizado un progreso extenso en la caracterización y clonación de las enzimas involucradas en el
ciclo ascorbato-glutatión (Figura 1). Se han clonado DNAs complementarios de APX citosólica de, entre otras
especies, Arabidopsis thaliana20 y el chícharo21. La expresión génica de APX es rápidamente inducida por varias
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
223
condiciones de estrés, tales como la aplicación de paraquat, ácido abscísico, etileno, sequía y alta temperatura,
sugiriendo un papel importante en la tolerancia al estrés22. En general, se ha encontrado una marcada discrepancia
entre el incremento en la abundancia de los transcriptos de APX, que cambia en forma importante, contra el
aumento en la cantidad y actividad de la proteína APX, el cual es relativamente pequeño. Parece ser que los altos
niveles de transcriptos de APX observados en respuesta a la sequía sufren alguna clase de restricción que no
permite su interacción con los polisomas23. Además de la APX citosólica, las plantas también contienen una APX
estromática (sAPX) y una APX asociada a la membrana de los tilacoides (tAPX)24, aún en espera de ser clonadas. La
tAPX de la espinaca es una proteína monomérica de 40 kDA, mientras que la isoforma estromática es de
aproximadamente 30 kDA. La secuencia terminal de aminoácidos de la tAPX muestra poca similitud con la APX
citosólica25.
Recientemente un clon de cDNA completo que codifica la proteína MDAR fue aislado del pepino26 y el
chícharo27.
La DHAR fue purificada de los cloroplastos de espinaca, encontrándose una sorprendente similitud con los
inhibidores de tripsina de tipo Kunitz28. Tanto la DHAR de espinaca como el inhibidor de tripsina de la soya son
capaces de reducir el dehidroascorbato cuando se encuentran en forma reducida, pero adquieren actividad de
inhibición de tripsina en estado oxidado.
La última enzima en el ciclo ascorbato-glutatión, la glutatión-reductasa (GR), ha sido extensamente
estudiada. El glutatión juega un papel importante en numerosos procesos celulares, resultando siempre del glutatión
a glutatión disulfato. Cada compartimento celular recicla el glutatión gracias a la actividad de la glutatión
reductasa. La GR del chícharo y el tabaco ha sido clonada1 y el cDNA que codifica el primer paso en la biosíntesis
del glutatión fue recientemente descrito29.
En conclusión, se han identificado los genes para todas las enzimas del ciclo ascorbato-glutatión. Esto
aceleró de manera considerable el estudio de la ocurrencia y función de esta vía de desintoxicación del H2O2 en las
plantas.

Plantas Transgénicas con Sistemas Antioxidantes Mejorados


La tolerancia a una amplia variedad de factores ambientales restrictivos se correlaciona con una mayor
actividad de enzimas antioxidantes, así como con los niveles de metabolitos antioxidantes10. Las plantas con dichas
propiedades antioxidativas muestran tolerancia múltiple a distintos tipos de estrés. La habilidad para producir
plantas que expresan genes foráneos provee de la oportunidad de verificar el papel de las enzimas antioxidantes en
la tolerancia al estrés.
Tepperman y Dunsmuir30 obtuvieron plantas transgénicas de tabaco con un incremento de 30 a 50 veces
en la actividad de la Cu/Zn SOD cloroplástica. Este aumento en la actividad de la SOD no resultó, sin embargo, en
mayor resistencia contra el paraquat30 o el ozono31. En contraste, la sobreproducción de MnSOD en los cloroplastos
del tabaco resultó en una protección significativa, si bien no muy pronunciada, contra el paraquat32. Las mismas
líneas transgénicas mostraron aproximadamente cuatro veces menos daño por ozono que las plantas control cuando
fueron expuestas a niveles ambientales de ozono (0 ppb durante la noche hasta 120 ppb durante el día)33. Las líneas
transgénicas de alfalfa con mayor actividad de MnSOD en los cloroplastos presentaron una recuperación más
rápida en el crecimiento después de un estrés de congelación en comparación con las plantas control34.
La sobreproducción de las formas tanto citosólica como cloroplástica de la Cu/Zn SOD en papa resultó en
una mayor tolerancia al paraquat35. Adicionalmente, el tabaco transgénico con sobreproducción de Cu/Zn SOD
cloroplástica presentó mayor resistencia al daño fotooxidativo así como al estrés oxidativo mediado por paraquat
en comparación con las plantas control36. Dichas plantas exhibieron un incremento de tres a cuatro veces en la
actividad de APX con un incremento correspondiente en los niveles de mRNA del gene Apx. Por otra parte las
actividades de la DHAR ó de la GR no cambiaron37.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


224
No solamente los genes nativos de plantas, también los genes de origen bacteriano se han utilizado para
producir plantas con tolerancia al estrés oxidativo. La sobreexpresión del gene de la MnSOD de E. coli en los
cloroplastos de tabaco transgénico da lugar a un aumento en la tolerancia al estrés oxidativo producido por la
exposición a bajas concentraciones de metilviológeno o estrés de baja temperatura38. Se ha logrado que el gene gor
de E. coli, que codifica la GR, se exprese en el citosol de células de tabaco39,40. Aunque las plantas transgénicas
mostraron una reducción en el daño visible causado por paraquat39, no se observó un efecto protector sobre el
aparato fotosintético39,40. Más recientemente, en un estudio independiente el producto génico gor ha sido analizado
a los cloroplastos de tabaco transgénico41. Estas plantas transgénicas presentaron una actividad de GR foliar tres
veces mayor que el control. Asimismo las hojas de las mencionadas plantas mostraron aumento en la tolerancia al
paraquat y al dióxido de azufre, pero no frente al ozono.

Perspectivas
La investigación sobre estrés oxidativo ha progresado rápidamente en años recientes. Los genes que
codifican enzimas de vías conocidas de antioxidantes han sido clonados y caracterizados con cierto detalle. Se ha
mostrado claro el papel de H2O2 en la transducción de señales y en la muerte celular pudiendo potencialmente
proveer pistas posteriores acerca de cómo se perciben las condiciones ambientales adversas. Adicionalmente,
evidencia convincente sugiere que la manipulación de las capacidades antioxidantes de las plantas es un enfoque
valioso para la obtención de plantas tolerantes al estrés. A causa de que la SOD dismuta el O.2- en H2O2, existe poca
duda acerca de que la sobreproducción de enzimas atrapadoras de H2O2 en conjunto con la SOD podrá tener un
efecto cooperativo protector contra el daño por estrés oxidativo. La sobreproducción simultánea de la Cu/Zn SOD y
de la catalasa en Drosophila extiende el tiempo de vida en 1/3 disminuyendo al mismo tiempo la cantidad de daño
oxidativo en las proteínas42. Hasta el momento no está claro cual de las enzimas atrapadoras de H2O2 pudiera ser
más efectiva para ser utilizada conjuntamente con la SOD en plantas. Su dependencia de la disponibilidad de
sustratos reducidos para mantener la actividad pudiera, sin embargo, demandar de mecanismos muy eficientes para
la regeneración de estos sustratos. Las catalasas son una alternativa, pero la posible desventaja radica en la
sensibilidad a la luz y en el hecho de que la actividad de catalasa genera oxígeno, crendo entonces condiciones más
favorables para la formación de superóxidos. Se requiere mayor cantidad de trabajo para probar cual combinación
de SOD y enzimas atrapadoras de H2O2 proveen la mejor protección.
A largo plazo requerimos comprender como las plantas perciben el estrés oxidativo en los varios
compartimentos celulares y como esta señal de estrés se transduce para activar los sistemas adecuados de
defensa. Un enfoque promisorio es la caracterización de los mutantes de Arabidopsis que exhiben sensibilidad
aumentada o mayor tolerancia a las condiciones de estrés, así como el análisis molecular de los respectivos genes
mutantes. Este enfoque es particularmente atractivo ya que puede dar lugar a la caracterización de los puntos clave
de amificación en la señalización del estrés que orquetan la regulación global de las defensas antioxidantes.
Ya que el estrés oxidativo se presenta en todos los organismos aerobios, pudiera esperarse que los
sistemas básicos de defensa se hayan conservado durante la evolución. Con ello en consideración la clonación de
cDNAs de plantas que modifiquen positivamente la resistencia al estrés oxidativo de cepas silvestres o mutantes de
levadura puede pemitir obtener nuevos genes de defensa para ser utilizados en la ingeniería de cultivos tolerantes al
estrés.

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227

Figura 1. El ciclo ascorbato-glutatión. El peróxido de hidrógeno es removido por la ascorbato peroxidasa siendo
regenerado el ascorbato por el ciclo ascorbato-glutatión. Dicho ciclo involucra a diferentes enzimas que aparecen
marcadas en los recuadros. El ascorbato es oxidado a monodehidroascorbato. Si el monodehidroascorbato no se
reduce rápidamente a ascorbato por acción de la monodehidroascorbato reductasa, entonces se dismuta
espontáneamente en ascorbato y dehidroascorbato. El dehisdroascorbato se recicla hacia ascorbato utilizando el
glutatión reducido que se regenera a través de la acción de la glutatión reductasa en una reacción dependendiente
de NADPH.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


228
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7. EFECTOS DEL ESTRÉS SOBRE LA


MORFOLOGÍA, ANATOMÍA Y COMPOSICIÓN
QUÍMICA DE LAS PLANTAS

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7.1. El Concepto Moderno de Fenotipo

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7.2. Adaptaciones Morfológicas y Anatómicas que Aumentan


la Tolerancia al Estrés
Dr. Ratikanta Maiti
Profesor Investigador del Departamento de Biología y Química, UDLAP
Dr. Valentín Robledo Torres
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesores Investigadores del Departamento de Horticultura, UAAAN

7.2.1. Literatura Referente a Adaptaciones Morfológicas y


Anatómicas
Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

1. Ballaré, C.L., A.L. Scopel, R.A. Sánchez. 1995. Plant photomorphogenesis in


canopies, crop growth, and yield. HortScience 30:1172-1181.

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2. Cobb, B.G., M.C. Drew, D.L. Andrews, J. Johnson, D.M. MacAlpine, T.L. Danielson,
M.A. Turnbough. 1995. How maize seeds and seedlings cope with oxygen deficit.
HortScience 30:1160-1164.
3. Leskovar, D.I. and P.J. Stoffella. 1995. Vegetable seedling root systems: morphology,
development, and importance. HortScience 30:1153-1159.
4. Lynch, J.P. and S.E. Beebe. 1995. Adaptation of beans (Phaseolus vulgaris L.) to low
phosphorus availability. HortScience 30:1165-1171.

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7.3. Cambios en la Composición Química y en el Valor


Nutritivo de la Plantas Bajo Estrés
M.C. Rosalinda Mendoza Villareal
Profesor Investigador del Departamento de Ciencias Básicas, UAAAN
M.C. Antonio Aguilera Carbo
Profesor Investigador del Departamento de Nutrición y Alimentos, UAAAN
Lic. Laura Olivia Fuentes Lara
Profesor Investigador del Departamento de Nutrición y Alimentos, UAAAN
Dr. Adalberto Benavides Mendoza
Profesor Investigador del Departamento de Horticultura, UAAAN

7.3.1. Introducción
Los esfuerzos actuales de la investigación y desarrollo agrícolas se dirigen
principalmente hacia el aumento de rendimientos, la obtención de cosecha con
apariencia y textura adecuadas para exportación, el aumento en la eficiencia en el uso
de los insumos y la adecuada combinación entre protección de cultivos e inocuidad.
Menor atención sin embargo ha recibido el mejoramiento de la calidad nutricional de las
cosechas, es decir, el contenido y balance relativo de minerales, elementos traza,
antioxidantes y fitoquímicos.
Las vertientes de investigación acerca del aumento en la calidad nutricional se
dirigen principalmente hacia la aplicación de técnicas de manipulación de genomas
vegetales y el mapeo de genes. Sin embargo, debe tomarse en cuenta el gran valor
potencial, para lograr la meta de producir alimentos vegetales de valor nutricional
superior, del mejoramiento convencional, así como de la optimización de las
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
230
tecnologías de nutrición vegetal y control microambiental en campo abierto y en
invernadero.
El campo de investigación sobre la importancia de los fitoquímicos y
antioxidantes en las plantas se encuentra en expansión. Se sabe que estos
compuestos funcionan como agentes que incrementan la resistencia al estrés
trabajando como señalizadores, segundos mensajeros, atrapadores de radicales libres
y por ende protectores del DNA, proteínas y membranas contra el estrés oxidativo.
Asimismo, según diferentes trabajos el nivel de antioxidantes y fitoquímicos en los
alimentos consumidos muestra correlación con el título de dichos compuestos en el
plasma y otros sistemas orgánicos de humanos. Por otra parte, aunque no existen
pruebas directas de que en humanos el nivel de antioxidantes y fitoquímicos se
traduzca en un beneficio directo sobre la salud, se cuenta con la evidencia experimental
de tal hecho en roedores e insectos, asimismo diferentes estudios epidemiológicos
marcan indirectamente la relación entre el consumo de ciertos productos vegetales y la
ausencia o disminución de accidentes vasculares o ciertos desórdenes degenerativos
que impactan negativamente sobre la esperanza de vida y la calidad de vida de la
población.
Hasta el momento no sabemos con detalle cuales son las condiciones
ambientales que impactan positiva o negativamente sobre la presencia y la
concentración relativa de los fitoquímicos y antioxidantes. Es decir, ¿en que forma la
manipulación microambiental conseguida con las tecnologías agrícolas modifica la
inducción de los genes relacionados con las vías biosintéticas de estos compuestos?
Se tiene una gran laguna en el conocimiento en cuanto a las condiciones de
irradiancia, balance espectral, temperatura, humedad, composición de la atmósfera,
carácter del sustrato, composición de fertilizantes, aplicación de reguladores del
crecimiento, señalizadores del estrés, etc. que optimicen tanto la concentración como el
balance molar relativo de fitoquímicos y antioxidantes. Surge asimismo la pregunta
¿cuál es el papel de estos compuestos durante el desarrollo y crecimiento de la planta?
¿funcionan tan solo como agentes protectores frente al estrés o cumplen otros papeles
como señalizadores y reguladores, en otras palabras, cumplen funciones
morfogenéticas además de moduladoras y reguladoras?

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


231

7.3.2. Importancia de los Fitoquímicos y Antioxidantes


Durante el transcurso de su vida las plantas pueden experimentar estímulos
negativos del ambiente tan diversos como exceso o falta de radiación, temperaturas
altas o bajas, sequía, inundación, alta salinidad, desbalance de nutrientes, presencia de
patógenos o herbívoros. Es común que el estrés ambiental se manifieste como estrés
oxidativo al nivel celular (Inzé y Van Montagu, 1995). Tal parece que el mencionado
estrés oxidativo puede ser la liga entre las respuestas ecofisiológicas como la
fotosíntesis, transpiración, acumulación y reparto selectivo de biomasa y las respuestas
al nivel molecular como la transducción y disipación energética así como la regulación
de la expresión génica.
En el correr de la evolución las plantas desarrollaron mecanismos que permiten
la expresión inducida de respuestas frente a los estímulos diversos del ambiente. Entre
los mencionados sistemas de respuesta se encuentran la síntesis de fitoquímicos y
antioxidantes. Estos compuestos cumplen funciones importantes como atrapadores de
radicales libres así como estabilizadores y protectores del DNA y proteínas frente al
estrés de oxidación (Inzé y Van Montagu, 1995). Queda por definir si dichos
fitoquímicos y antioxidantes cumplen funciones adicionales a la resistencia al estrés
(Roitsch, 1999). Al respecto se sabe que muchos de ellos no muestran expresión
constitutiva, sino que dependen del trasfondo ambiental específico, probablemente
porque modifican la expresión génica cambiando los programas de desarrollo de la
planta y generando patrones especiales de metabolismo y morfogénesis (Allen et al.,
1995; Bohnert y Sheveleva, 1998).
El estrés oxidativo se encuentra presente en todos los organismos aeróbios, y los
humanos no son excepción. En nuestra especie los mismos compuestos fitoquímicos y
antioxidantes encontrados en las plantas cumplen importantes funciones de protección
y estabilización frente a las especies activas de oxígeno (Youdim y Joseph, 2001). Se
sabe que la ingesta de alimentos con altos niveles de compuestos antioxidantes y
fitoquímicos se relaciona con mayores niveles de los mismos compuestos en el cuerpo
humano. Se tienen gran cantidad de reportes acerca de los diferentes efectos que
diversos fitoquímicos y antioxidantes vegetales tienen sobre la capacidad antioxidante
de los órganos y tejidos del cuerpo humano (Cao et al., 1998), resistencia a las

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


232
enfermedades (Gate et al., 1999), prevención de accidentes vasculares así como
diversos males degenerativos (Youdim y Joseph, 2001).
Trabajos recientes han demostrado que es posible manipular los mecanismos de
defensa de las plantas y los niveles de antioxidantes y fitoquímicos específicos por
medio de la ingeniería de genes (Inzé y Van Montagu, 1995), con la manipulación
ambiental (Pastori et al., 2000), la fertilización o con la aplicación exógena de
evocadores químicos que funcionan como señalizadores, antioxidantes y promotores de
oxidación controlada (Beligni y Lamattina, 1999; Dietrich et al., 1999; Kocsy et al., 2001;
Olvera-Arellano et al., 2001).
Para el caso del maíz, se ha determinado que existe gran variación entre
genotipos respecto a la concentración de antioxidantes y fitoquímicos (Kurilich y Juvik,
1999) y que los subproductos de la extracción de almidón del grano de maíz muestran
gran actividad antioxidante (Niwa et al., 2001). Dicha variación ha sido reportada
asimismo para otras especies vegetales (Wang y Lin, 2000; Wang y Stretch, 2001).

7.3.3. Literatura Referente a Valor Nutricional de los


Vegetales
Este material se tiene a disposición de los estudiantes para su lectura e
impartición de seminarios.

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8. GLOSARIO

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249
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10. PRACTICAS DE LABORATORIO


M.C. Rosalinda Mendoza Villareal
Profesor Investigador, Laboratorio de Apoyo a la Investigación,
Departamento de Ciencias Básicas, UAAAN

10.1. Determinación de Acido Benzóico


Método Volumétrico

Material
Matráz volumétrico de 500 ml
Embudo de separación de 500 ml
Agitador de vidrio
Tubo de centrífuga
Crisol de porcelana
Matráz erlenmeyer de 400 ml
Bureta de vidrio de 50 ml
Embudo de filtración
Papel filtro

Reactivos
Solución saturada de cloruro de sodio
Hidróxido de sodio al 10 %
Ácido clorhídrico ( 1 + 3 )
Cloroformo
Crisol de porcelana
Matráz erlenmeyer
Alcohol neutralizado
Fenolftaleína

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


250
Equipo
Agitador oscilatorio
Centrífuga
Estufa de secado
Desecador

Procedimiento
Medir 100 ml de filtrado colocándolo en un embudo de separación. Neutralizar
con HCl ( 1+ 3 ) y añadir 5 ml en exceso. Si la muestra contiene proteína, ésta precipita
con el ácido pero no interfiere con la determinación. Extraer con cloroformo, usando
cada vez 70,50,40,30 ml del solvente. Para evitar la formación de la emulsión agitar
cuidadosamente cada vez. Drenar el extracto lo más claro posible.
Transferir los extractos combinados de cloroformo a un crisol de porcelana, lavar
el recipiente varias veces con unos ml de cloroformo y evaporar a sequedad a
temperatura ambiente o a través de aire seco.
Secar el residuo toda la noche. Disolver el residuo de ácido benzóico en 30 a 50
ml de alcohol neutralizado, añadir 2 gotas de fenolftaleína, y titular con NaOH 0.05 N.
Cada ml de NaOH 0.05 N = 0.0072 g de benzoato de sodio anhidro.

10.2. Determinación de Acido Benzóico


Método espectrométrico

Material
Celdas de vidrio para espectrofotómetro
Matraces volumétricos de 50 ml
Embudo de separación de 500 ml
Matráz erlenmeyer

Reactivos
Ácido benzóico puro
Solución saturada de cloruro de sodio
Ácido clorhídrico
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251
Éter etílico
Ácido clorhídrico ( 1 + 1000 )
Hidróxido de amonio al 1 %

Equipo
Espectrofotómetro UV
Agitador oscilatorio
Centrífuga

Procedimiento
Mezclar la muestra y moler si es sólida. Pesar 10 g y colocarla en un matráz de
500 ml, añadir 200 ml de solución de cloruro de sodio saturada, acidificar con HCl
y mezclar. Extraer con éter con porciones de 70, 50,40, 30 ml agitando para asegurar
la extracción completa. Sí se forma una emulsión romperla con agitación o
centrifugación. Drenar y descartar la fase acuosa. Los extractos de éter combinados,
lavarlos con volúmenes de 50, 40, 30 ml de HCl ( 1 + 1000 ) y descartar cada fracción
de HCl. Extraer la solución de éter con porciones de 50, 40, 30, 20 ml de hidróxido de
amonio al 0.1 % y descartar la fracción de éter. Neutralizar los extractos de NH4OH
con HCl y añadir i ml de HCl en exceso. Extraer la solución acidificada con 70, 50, 40,
30 ml de éter.
Diluir los extractos de éter a 200 ml con éter y determinar la absorbancia en un
espectrofotómetro a 267.5, 276.5, y 272 nm. Diluir con éter si es necesario para
obtener una concentración óptima de 20 – 120 mg/ L. Promediar la absorbancia entre B
y D y restar este valor de A y C. Determinar la concentración a partir de la curva
estándar de ácido benzóico, corrigiendo el valor por las diluciones.
El ácido benzóico x 1.18 = benzoato de sodio.
Para comprobar si se trata de benzoato de sodio libre deteminar la absorbancia
en la región de 265 –280 a intervalos de 1 nm.Sí la curva es una línea recta en ésta
región, el método es aplicable a este producto.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


252
Preparación de la curva estándar
Preparar una solución de ácido benzóico en éter que contenga 50 mg/ L.
Determinar la absorbancia de ésta solución recorriendo el rango de longitud de onda
entre 265 y 280 nm en intervalos de 1nm. Graficar la absorbancia contra la longitud de
onda, registrando la longitud de onda por minuto a 267.5nm como punto B, otro minuto
a 276.5 nm como punto D, y la máxima a 272 nm como punto C.
Preparar las soluciones de ácido benzóico en éter de 20,40,60,80,100, 120 mg/L.
Determinar la absorbancia en celdas del espectrofotómetro en los puntos B, C, y D.
Para cada concentración obtener el promedio de la absorbancia de B y D y restar éste
valor del promedio de A y C, graficar la diferencia de absorbancia contra la
concentración.

10.3. Determinación de Acido Salicílico


Método Volumétrico

Material
Matráz volumétrico de 500 ml
Embudo de separación de 500 ml
Matráz bola fondo plano
Vasos de precipitado
Crisol de porcelana

Reactivos
Cloruro de calcio
Hidróxido de sodio al 10 %
Ácido clorhídrico ( 1 + 3 )
Éter etílico
Hidróxido de sodio 0.1 N
Cloruro férrico al 2 %
Ácido salicílico ( 1 mg/50 ml )
Naranja de metilo

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


253
Equipo
Homogenizador
Espectrofotómetro VIS
Rotavapor

Preparación de la muestra
Mezclar para homogenizar la muestra y moler. Pesar de 50 a 200 g y colocar
dentro de un matráz volumétrico de 500 ml, añadir agua hasta el volumen del matráz,
agitando hasta uniformidad completa. Añadir de 2 – 5 g de cloruro de calcio y agitar
hasta disolver la sal. Alcalinizar con hidróxido de sodio al 10 %, dejar reposar por 2 h,
con agitación frecuente y filtrar.

Procedimiento
Transferir a un embudo de separación 100 ml de extracto, sí dicho extracto es
alcalino neutralizar con HCl (1 + 3 ), añadir 2 ml de ácido por cada 100 ml de solución.
Extraer 4 veces con éter usando para cada extracto un equivalente a la mitad del
volumen de la capa acuosa. Sí la emulsión se forma con la agitación , añadir un poco
más de éter o centrifugar si la emulsión persiste. Combinar los extractos de éter ,
utilizando la décima parte de agua de acuerdo al volumen de éter. Lavar varias veces
hasta que la capa acuosa produzca un color amarillo al añadir naranja de metilo al
añadir 2 gotas de NaOH 0.1 N. Evaporar gran parte del éter y transferir a un crisol de
porcelana.
Disolver el residuo en pequeña cantidad de agua caliente y después de enfriar
agregar el volumen suficiente en un matráz volumétrico de 50 o 100 ml.
Sí la solución no está clara filtrar, tomar alícuotas de solución al 2 % de cloruro férrico
hasta maximizar el color. Desarrollar color con un estándar de ácido salicílico ( 1 mg /
50 ml de agua). Leer a una longitud de onda de 510 nm en un
espectrofotómetro.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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Referencia
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A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


255
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3.3.2. FITOCROMOS Y RESPUESTAS DE LAS PLANTAS A LA LUZ
M.C. Eleno Samaniego Cruz1
Dr. Adalberto Benavides Mendoza1
Dr. Ratikanta Maiti2
M.C. José G. Ramírez Mezquitic1
1
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
2
Departamento de Biología y Química, Universidad de las Américas, Puebla

3.3.2.1. Introducción. Se ha dicho que, después del agua, la luz es el principal factor que regula la vida de las
plantas. A pesar de que es difícil afirmar que un factor sea más importante que otro, lo esencial es que, en múltiples
formas, la energía radiante es la clave en la historia vital de las plantas (Benavides et al., 1993).
La luz es esencial para el crecimiento normal de la planta, porque esta provee energía para fotosíntesis y
muchas de las señales ambientales que regulan el desarrollo de las plantas (Thompson y White, 1991). Las señales
de luz son también empleadas a través del ciclo de vida para sincronizar el desarrollo, permitir reacciones
apropiadas a la competencia e iniciar ventaja oportuna a las perturbaciones ambientales. Los procesos
ecológicamente significativos, en los que hay respuesta o control por señalización de luz se incluyen germinación de
semillas, etiolación, deetiolación y establecimiento de plántulas, percepción de proximidad y evitación de sombra,
aclimatación fotosintética a sombra vegetativa y alta irradiancia, respuestas trópicas, desarrollo de cloroplastos,
crecimiento de tallos, pigmentación, apertura estomática, inducción a floración y tasa de floración, senescencia,
inducción de dormancia de yemas y tuberización (Smith, 1995; Adrados et al., citados por Flores, 1996).
Dado que las plantas dependen de la luz como fuente primaria de energía, ellas han desarrollado un sin fin
de mecanismos para medir la intensidad luminosa (fluencia o densidad de flujo), dirección, duración
(fotoperiodicidad) y calidad (balance espectral), los cuales son componentes básicos del entorno lumínico de la
vegetación. El echo de que las plantas sobrevivan y prosperen aun en hábitats donde la radiación ambiental parece
ser distintivamente favorable, indica que la evolución ha proveído esos sofisticados mecanismos de sensibilidad. Las
plantas usan tal información, en un proceso comúnmente referido como fotomorfogénesis, para capturar luz más
eficientemente y adaptar su ciclo de vida a fluctuaciones climáticas (Smith, 1982; Benavides et al., 1993; Vierstra,
1993). Fotomorfogénesis significa el desarrollo normal, la aparición del color verde característico por la presencia
de la clorofila y pigmentos accesorios en los cloroplastos, la aparición de hojas, tallos, raíz y, en cierto periodo, las
estructuras reproductivas (Benavides et al., 1993). La fotomorfogénesis es el control de la morfogénesis por medio
de la luz y ocurre a través de los siguientes fotorreceptores: Fitocromo, el que absorbe la luz del rojo y rojo lejano
(600-800 nm); criptocromo, pigmentos que absorben longitudes de onda del azul y ultravioleta de onda larga (UV-A,
320 a 480 nm); fotorreceptor UV-B, absorben radiación ultravioleta con longitudes de onda entre 280 y 320 nm; y
la fotoclorofilina , pigmento que absorbe luz roja y azul y que una vez reducido da clorofila (Salisbury y Ross,
1994; Smith, 1995; Terzaghi y Cashmore, 1995).
El fitocromo es un fotorreceptor que juega un papel central en acoplar señales de luz externa a una amplia
variedad de respuestas de desarrollo en las plantas (Akira et al., 1993). Estos responden a la intensidad luminosa,
calidad espectral y estado de polarización. Colectivamente pueden absorber fotones sobre un amplio rango de
longitudes de onda, desde el rojo lejano al ultravioleta, pero la mayor absorción por el fitocromo está en el rojo y
rojo lejano del espectro electromagnético (Thompson y White, 1991).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


256
Las radiaciones visibles y las del infrarrojo corto son las responsables del crecimiento de la planta y del
calentamiento que ocurre a su alrededor, así como en el suelo. De aquí que sea importante conocer que parte y que
intensidad de la radiación solar es la de mayor importancia para el desarrollo de cada especie de cultivo, ya que las
plantas realizan sus procesos metabólicos mediante la captación de energía solar, la cual transforman en energía
química, la que a la vez influye en el desarrollo de plántulas, planta adulta, cantidad de hojas, floración,
fructificación y la senescencia. Al cambiar la composición espectral luminosa se puede modificar el desarrollo de la
planta, en algunos casos para incrementar el rendimiento y la calidad de la producción agrícola, y en otros ocurre lo
contrario.
En este contexto, la finalidad del presente trabajo es mostrar información sobre el papel del fitocromo
como un pigmento señalizador de luz que modifica la estrategia del crecimiento y desarrollo de las plantas, sus
actividades fisiológicas a corto y largo plazo. Además, como el manejo de cultivos extensivos en el campo,
invernadero o vivero permiten manipular el ambiente lumínico para obtener plantas con ciertas características de
forma, tamaño, sabor, composición química etc..

3.3.2.2. Fitocromo. El crecimiento y desarrollo son regulados por la interacción entre el ambiente y programa
endógeno de desarrollo. Desde la germinación a floración, la luz controla ciertos procesos y, por ende, hay diversas
respuestas según diferentes ambientes lumínicos (Chory et al., 1996). Dentro de las acciones fisiológicas de las
distintas longitudes de onda de la porción visible del espectro electromagnético sobre las plantas se encuentran dos
máximos de respuesta fotosintética para las longitudes de onda de 440 y 680 nanómetros (nm), que corresponden a
la azul violeta y al rojo naranja. La radiación azul es la que absorben más rápidamente los carotenos, y es
fundamental en la fase de crecimiento vegetativo de hojas y tallos; mientras que en la fase de crecimiento
generativo, desarrollo de flores y frutos es la radiación roja (Adrados et al., citados por Flores, 1996).
La transición de una planta etiolada a una planta completamente verde es tan dramático como ningún
evento de desarrollo en el ciclo de vida de las plantas superiores. Durante este proceso, la expresión de infinidad de
genes es afectado de muchas maneras diferentes (Thompson y White, 1991). Análisis genéticos demuestran que las
respuestas a la luz no son simplemente puntos finales de la señal lineal de las vías de transducción, sino un
resultado de la integración de información de diversos fotorreceptores y genes de regulación negativa, a través de
una compleja red de interacción entre componentes de señalización (Chory et al., 1996), donde la luz interactúa con
programas de desarrollo endógeno para modular esas respuestas de los genes. En ese sentido, la percepción de la
luz es iniciada por al menos tres fotoreceptores: el fitocromo, con dos formas fotocrómicas, Pr y Pfr, absorben luz
roja y rojo-lejano, respectivamente; el criptocromo un pigmento absorbente de luz azul/UV-A; y un pigmento
absorbente de UV-B (Vierstra, 1993; Terzaghi y Cashmore, 1995; Chory et al., 1996).
Aunque todos los fotorreceptores son importantes en la expresión final de las plantas y cada uno con
respuesta a cierta radiación o longitud de onda; en este caso sólo se hará mención al fitocromo, el cual responde a
la banda rojo/rojo lejano.
El fitocromo, es una holoproteína (cromoproteína) frecuentemente dibujada como una estructura en forma
de Y, formada por una dimerización de aproximadamente 120-kD idénticas (1100 aminoácidos) (Figura 1).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


257

Cromóforo

Cromóforo
Dominio
terminal-

Dominio
terminal-
MAPA LINEAL
Sitio
Cromóforo

N C
100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 1100
Aminoácido

Liasa Dimerización

Integridad Degradación

Actividad Actividad

Figura 1. Estructura propuesta del fitocromo.

Como resultado de las interacciones entre el cromóforo y el polipétido, el fitocromo puede asumir dos
formas espectralmente distintas: Pr, el cual tiene una absorbancia máxima en 666 nm, y el Pfr, en 730 nm. Las dos
formas son repetidamente fotoinconvertibles, la luz roja convirtiendo Pr a Pfr y la luz rojo lejano convirtiendo Pfr de
regreso a Pr. Uno de los efectos más rápidos accionados por el Pfr es una alteración de la expresión de los genes en
la planta, involucrando la activación transcripcional o represión de genes específicos.
La imagen detallada de la estructura del fitocromo (Figura 1) muestra dos dominios biológicamente
esenciales, expresados en plantas transgénicas. El análisis secuencial de fitocromos de plantas inferiores ha
aumentado la posibilidad de que uno o más de estos dominios estén involucrados en un sistema de señalización
proteína kinasa, el cual puede estar involucrado en la percepción de la luz azul y en la respuesta de las plantas al
etileno, implicando que las cascadas kinasa puedan ser mecanismos comunes usados por las plantas en la
adquisición de información ambiental necesaria para el desarrollo (Figura 2).

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


258
Las proteínas A hasta la E del fitocromo son sintetizadas como Pr de los genes phyA hasta phyE. El phyA
es altamente expresado en tejidos crecidos bajo la oscuridad; en tanto que del phyB hasta el phyE son
constitutivamente expresados en bajos niveles sin tomar en cuenta las condiciones de luz. Sobre la fotoconversión a
Pfr, la transcripción del phyA es rápidamente reprimida, y la proteína del fitocromo A es degradada a Pfr por la
ubiquitina (UBQ) vía proteolítica, mientras los fitocromos restantes (B-E) permanecen estables. Después el
fitocromo Pfr activa la proteína Kinasa (PK) específica para cada isoforma del fitocromo, la cual enseguida altera la
transcripción (positivamente o negativamente) de una multitud de genes requeridos para fotomorfogenésis. Esas
funciones de la kinasa pueden ser intrínsicas a la cromoproteína (e.g. fitocromo en Ceratodon) o pueden estar
presentes en proteínas separadas. Una de las principales acciones de la cascada de proteína kinasa podría ser
inactivar la familia del represor DET/COP. Este proceso puede entonces iniciar el desarrollo de la plántula a una
planta fotosintéticamente competente (Vierstra, 1993).

Activación/repres
ión
R
PKA ?
FITA PrA PfrA
F UBQ PKA*
ATP
+
UBQ COP/DET
? Aminoácid
+/
R PKB-E
FITB- PrB-E PfrB-E ?
F PKB-E*

FOTOMORFOGÉNESIS

Figura 2. Mecanismo propuesto de la síntesis y acción de los fitocromos.

Las plantas desarrolladas en la obscuridad contienen al parecer únicamente la forma Pr, la cual se cree es
fisiológicamente inactiva. Después de irradiación con luz roja la forma Pr se convierte en Pfr, la forma activa, la
cual entonces interviene en una serie de eventos morfogénicos (Nakazawa et al.,1991). La aplicación posterior de
radiación en el rojo lejano revierte la acción de la luz roja; esta clase de respuestas reversibles son llamadas de
inducción-reversión y son típicamente estimuladas por radiación de baja fluencia en tiempos que van de segundos a
horas (Galston et al., 1980).
La capacidad del fitocromo para inteconvertir repetidamente entre formas activas e inactivas le permiten a
este actuar únicamente como un switch regulador de la luz durante el desarrollo de la planta. Los primeros datos
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
259
fisiológicos y bioquímicos sugieren que existen al menos dos pools de fitocromos, uno que predomina en plantas
etioladas y otro en plantas crecidas en la luz (Vierstra, 1993). En ese sentido Akira et al. (1993) señalan que, en
recientes estudios bioquímicos y de biología molecular, se muestra la presencia de múltiples especies de fitocromo,
tales como el fitocromo A y B. Se sabe que existen múltiples respuestas mediadas por el fitocromo, ciertos
procesos fisiológicos que son controlados por la radiación en la banda del rojo/rojo-lejano (R/FR).

El balance espectral R/FR (a través del fitocromo) es determinante en una gran cantidad de procesos
fisiológicos. A continuación se anota una lista de ellos.

PROCESO S FISIOLÓGICOS

Germinación de la semilla Inducción floral Coloración de la cutícula


Germinación de esporas de Formación de vellosidad Desarrollo de cloroplastos
helechos Desarrollo floral Crecimiento de los cotiledones
Germinación de esporas de Formación de rizomas Interacción con fitohormonas y ritmos
musgos Formación de bulbos endógenos
Etiolación Expresión del sexo Influencia en respuestas geotrópicas
Respiración de la semilla Caída de las hojas Control de enzimas como RUBISCO,
Formación de clorofila Dormancia de yemas ribunucleasa, nitrato reductasa,
Orientación de cloroplastos Desarrollo de peroxizsmas peroxidasa, lipoxigenasa, etc.
Síntesis de flavonoides
Control del crecimiento de los
entrenudos

FUENTE: Hendricks y Borthwick, 1965; Barcelo, 1979.

A continuación se muestra información sobre el fitocromo en diferentes especies.


Cuando las plantas son expuestas a la luz, ocurren cambios profundos en la expresión de los genes
mientras el aparato fotosintético es conformado. Un grupo específico de fotorreceptores, incluyendo fitocromos y
criptocromos juegan un papel importante en esta transición, pero los componentes de señalización río abajo
involucrados están empezando a ser entendidos (Terzagui y Cashmore, 1995; citados por López et al., 1998).
En el caso de los fitocromos estos son una familia de proteínas fotorreceptoras que controlan una serie de
respuestas fisiológicas y de desarrollo de las plantas a los cambios de ambientes lumínicos (Halliday et al., 1994).
Bajo una condición ambiental natural, las plantas pasan una muy pequeña proporción de su ciclo de vida en el
estado etiolado. Después de cierto período, ellas están expuestas a la luz del día y rápidamente deetioladas. El
fitocromo es el fotorreceptor primario para deetiolar y regular muchas otras respuestas en plantas etioladas y
crecidas en la luz (Carr-Smith et al., 1994). El fitocromo A es abundante en plántulas etioladas, pero bajo luz es
fuertemente reducido (Morand et al., 1993). Similarmente en Hipocotilos de plántulas de Arabidopsis crecidas en la
oscuridad muestran gravitropismo negativo, mientras que en luz roja, este es fuertemente reducido (Lisum y
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
260
Hangarter, 1993). La calidad de la luz, de una u otra manera altera el nivel de al menos uno de los fitocromos
predominantes, lo que finalmente exhibe fotorregulación (Stewart et al., 1992).
En plántulas de Thymus vulgaris L. crecidas en la obscuridad y luego expuestas a luz roja (2.0 wm-2) por 30
min. se causó un incremento significativo en los niveles de -cariofileno, -sitostenol y carotenoides en cotiledones.
El fitocromo fotorregula la síntesis de terpenoides, lo cual cataboliza carbohidratos en cotiledones etiolados
(Yamaura et al., 1991). El fitocromo se involucra en la luz como un mediador de la actividad de la Deacetylvindolina
4-0- acetiltransferasa, la cual cataliza el paso final en la biosíntesis del monoterpenoide indol alcaloide vindolina, el
cual es un agente antitumor usado en tratamientos químicos de cánceres humanos (Aerts y De Luca, 1992). En
tomate, la fotorregulación de la síntesis de antocianinas, es dependiente de la presencia del fitocromo inactivo, ya
que este media la inducción de Liasa Amonia Fenilalanina (PAL) (Venkateshwar et al., 1991). En la modificación de
la producción de etileno positiva o negativamente está implicado el fitocromo (Scott et al., 1998).
El fitocromo A y B tienen funciones complementarias en el control de la germinación, desarrollo de
plántulas y floración (Reed et al., 1994). En este caso, los fitocromos actúan como sensores del inicio de luz, luego
del crecimiento en la obscuridad o como monitores de la calidad de la luz (relación R:FR). El fitocromo A sólo
promueve la germinación en la luz rojo - rojo lejano, a través de la respuesta a la alta irradiancia (Reed et al., 1994).
Sin embargo, Tomoko et al. (1994) señalan que la frecuencia de germinación de semillas de A. thaliana
parcialmente o totalmente germinadas en la obscuridad fue controlada por el fitocromo B en el Pfr.
Hay evidencia de que el fitocromo A actúa como sensor a la longitud del día en plantas de día largo,
aunque hay interacción potencial con el fitocromo C. La sensibilidad del proceso reproductivo al control
fotoperiódico está directamente alterado por la acción del fotorreceptor Phy B, quién influye en si ocurre floración o
tuberización bajo condiciones no inductivas, tanto en plantas de día largo como corto (Jackson, 1997). El mismo
autor indica que las señales que mueven de las hojas a los sitios de desarrollo reproductivo no son conocidas; pero
hay evidencia de que las GAs pueden ser importantes y al menos una indicación preliminar de que los
brasinoesteroides pueden también involucrarse en la señalización fotoperiódica. El fitocromo A participa en el
control fotoperiódico de la floración en trigo y otras plantas de día largo (Carr-Smith et al., 1994).

3.3.2.3. Estudios de Fitocromos en Algunas Hortalizas. La germinación de la semilla de lechuga es regulada por
el fitocromo B, ya que la luz roja promueve la síntesis de GA al inducir la expresión de Ls3hl o actuar como un
sistema de señalización que regula la expresión génica de enzimas la vía biosintética del GA (Toyomasu, 1998). En
el mismo sentido, niveles endógenos de ABA en semillas de lechuga fotoblástica fueron disminuidos por irradiación
de luz roja y GA aplicada exógenamente. La luz roja incrementa los niveles endógenos de GA1 y el ABA aplicado
exógenamente inhibe inductores de germinación luz roja y GA; un decremento en ABA puede ser importante para la
germinación (Toyomasu et al., 1994). También, en la mayoría de cultivares de lechuga, la luz roja actúa a través del
fitocromo reversible R/RF que promueve la germinación total en 20-30 °C, pero conforme aumenta la temperatura
la germinación declina bruscamente; es decir, la acción del fitocromo depende de la temperatura (Fielding et al.,
1992).
Por otro lado, la exposición de semillas de lechuga a ciertos azúcares solubles (sucrosa, glucosa) y/o nitrato
durante 10 días extendieron la sensibilidad de las semillas al tratamiento de luz roja o GA3 , ya que en ausencia de
ellos se presenta una germinación pobre (Hsiao y Quick, 1997). Asimismo, la exposición A sales de N inorgánico en
el mismo número de días, tuvieron efecto similar y la escotodormancia de la semilla fue relacionada con la
disponibilidad de N e involucró los niveles de Pfr ó GA3 endógeno (Hsiao y Quick, 1996).
En papa (Solanum tuberosum ssp andigena), el fitocromo B se involucra en el control fotoperiódico de la
tuberización, ya que este regula el proceso de desarrollo al prevenir la formación del tubérculo en períodos no
inductivos (Jackson et al., 1996; Jackson et al., 1998).
En plántulas de pepino crecidas en la obscuridad, la ausencia de phyB inhibe la elongación del hipocotilo, ya
que la forma de absorción del rojo es un activo regulador positivo del desarrollo en plántulas etioladas (Saefkow et
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
261
al., 1995). En la misma especie, el fitocromo controla la actividad respiratoria de la mitocondria al cambiar el
tamaño de pool de NAD (Morohashi et al., 1993); además, el phyB tiene un papel importante en la inducción de
evitar el síndrome al sombreo junto con otros receptores (Smith et al., 1992).
En sandía la exposición a rojo lejano (FR) al final del día (EOD) resultó en un incremento de materia seca de
tallos, peciolos, raíces y hojas. En general, los brotes tienen más respuestas que las raíces a los efectos
regulatorios de crecimiento del FR EOD (Graham y Decoteau, 1997). Los mismos señalan que la capacidad de
crecimiento regulada por la luz fotomorfogénica es afectada por la dirección predominante de exposición y parte de
la planta expuesta. Luz EOD a la planta entera, fue más efectiva para elongar entrenudos y peciolos y en la
estimulación de cambios en el ángulo foliar.
El fitocromo FR, no sólo induce el movimiento de fotoorientación de los cloroplastos, sino que también los
fija a sitios a los cuales ellos se han movido como resultado de la fotoorientación (Kagawa et al., 1994; Salisbury y
Ross, 1994). En este caso, se han encontrado tres vías de señales de transducción dependientes de cGMP y/o
calcio que utiliza el fitocromo para controlar la expresión de los genes requeridos para el desarrollo de los
cloroplastos (e.g. CAB y CHS) y biosíntesis de antocianinas (e.g., CHS (Sintasa naringenina chalcona). Para mediar
las respuestas del fitocromo, los resultados indican un papel del Ca y calmadulina como reguladores positivos de la
expresión de genes CHS en luz UV (Bowler et al., 1997).
Dos fotorreceptores transductores de señales, el fitocromo (absorbente en la banda de 600-800 nm) y el
fotorreceptor de luz azul; ambos están activos en plantas superiores y en hongos. Las plantas y sus patógenos se
han adaptado a través de la evolución a fluctuaciones ambientales y a cambios en el espectro de luz natural. Esto
les ha permitido sobrevivir y florecer, aún en hábitats donde la radiación aparece indistintamente desfavorable. En
hongos, la luz actúa en muchos casos como un agente inductor de estrés y resulta en cambios morfogénicos,
producción y germinación de esporas (Raviv y Reuveni, 1998).

3.3.2.4. Características de los Diferentes Entornos de Radiación. La intercepción de radiación


fotosintéticamente activa por el dosel de plantas en el campo ha recibido considerable atención durante muchos
años; sin embargo, hasta hace poco tiempo la radiación fotomorfogénica fue reconocida como un regulador del
reparto de fotosintatos entre los diferentes órganos de la planta y como un factor importante en la adaptación,
supervivencia y productividad de los vegetales en el campo (Kasperbauer y Hunt, 1992). Al respecto, Bradburne et
al. (1989) señalan que se puede manipular la radiación incidente de una manera “sencilla” para guiar las respuestas
o expresión del programa genético potencial de las plantas, hacia donde se desea, de acuerdo a objetivos
particulares; pero que es necesario proporcionar un manejo adecuado al cultivo (control hídrico y de plagas y
enfermedades, nutrición mineral y carbónica, etc.; de lo contrario no habrá respuesta al ambiente lumínico y se
podrá presentar un estrés particular o varios de ellos.

Dosel de vegetación natural. Tanto para un dosel heterogéneo de vegetación natural (bosque , matorral, etc.)
como para un dosel relativamente homogéneo de zonas de cultivo o plantaciones forestales, la redistribución
vertical y la calidad espectral de la radiación en el interior del dosel y bajo el mismo nivel del suelo, es resultante de
las propiedades espectrales de los tejidos vegetales, del arreglo espacial o arquitectura de las plantas (Welles y
Norman, 1991).
Un dosel vegetal es una eficiente trampa de luz, ya que captura o absorbe el mayor espectro de radiación
incidente; sin embargo este puede verse disminuido por las estructuras epidérmicas (pubescencia, tricomas,
cutícula, etc.), las cuales modifican la reflectancia foliar; igualmente la orientación de las láminas foliares y la
tonalidad clara u oscura de las hojas permite tener mayor o menor absorbancia de radiación (Gates, 1980).
Una característica distintiva del sombreo por vegetación es la fuerte modificación en el valor del cociente
rojo:rojo lejano (R:RL), el cual modifica el fotoequilibrio del fitocromo y funciona como un detector molecular de la
presencia de sombreo por otras plantas, modificando los diferentes procesos de desarrollo de las mismas (Ballaré et
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
262
al., 1990). Una función importante del fitocromo en plantas cultivadas bajo luz es actuar como un mecanismo
propio para evitar la sombra. Al parecer la luz del rojo lejano elimina el Pfr de las plantas que la absorben y les
permite modificar su patrón de crecimiento para anticipar la posibilidad de quedar bajo la sombra (Salisbury y Ross,
1994). De aquí que las hojas alteren su morfología y composición, respondiendo adaptativamente al ambiente
lumínico, por ejemplo, la cantidad de nitrógeno decrece exponencialmente acorde al gradiente de intensidad
lumínica, la cual actúa como un factor importante para regular la redistribución de N entre las hojas en diferentes
posiciones. El sombrado por las hojas superiores también altera la calidad de la luz, porque la clorofila absorbe
fuertemente la luz roja, pero no la luz rojo lejano. Un gradiente resultante de la relación rojo/rojo lejano de la luz en
un dosel tendrá un papel regulador en las reacciones controladas por el fitocromo u operación de dos fotosistemas
de fotosíntesis en las hojas (Katsuhiko et al., 1992).
En general, el cociente R:RL tiende a ser más bajo para los doseles herbáceos densos que para los de un
bosque, ya que en este último caso se tiene mayor contribución de la radiación de penumbra. Además, en el dosel
natural la modificación en la calidad y cantidad de la radiación bajo el dosel depende del índice de área foliar (LAI),
de la cantidad de estructuras que funcionen como objetos opacos (troncos y ramas gruesas) y de las características
morfológicas y anatómicas de las hojas (Holmes y Smith, 1977; Fitter y Hay, 1981).

Dosel de un cultivo. Al contrario de un dosel de vegetación natural, en donde la distribución espacial de los
individuos depende principalmente de los factores ambientales, en el dosel de un cultivo la distribución espacial
depende de la acción humana y es generalmente simétrica y uniforme (Benavides et al., 1993). La variación
espectral depende de las características del sitio de cultivo, como el color del suelo y de prácticas culturales como
la variación en la densidad poblacional y el uso de cultivos asociados, la orientación azimutal de los surcos o camas
de siembra, incorporación de material vegetal al suelo como acolchado, uso de películas plásticas como acolchado
de suelo, en túneles e invernadero y el uso de sombras neutras (malla sombra y cubiertas flotantes). En todos los
casos es importante considerar que la modificación del balance espectral determina la elección entre diferentes
estrategias de crecimiento y desarrollo de las plantas, y que estas son especialmente sensibles en el estado de
plántula a las señales del entorno; igualmente se sabe que las hojas más recientemente desarrolladas son las más
sensibles en una planta ya bien establecida en el campo (Kasperbauer, 1988; Kaul y Kasperbauer, 1988).
En el caso del suelo, este modifica el balance espectral, dando lugar a respuestas morfogénicas
específicas que son independientes de los efectos de temperatura, promoción de actividad microbiana, transmisión
de radiación visible por el perfil del suelo y de la transmisión interna de radiación por los tejidos.
En cuanto a densidad poblacional, las plantas sembradas con baja densidad desarrollan amacollamiento o
ramificación profusa, muestran menos altura y tejidos más densos, ocurriendo lo contrario bajo poblaciones de alta
densidad (Hamed y Mohamed, 1987). De las características más notables son el alargamiento del tallo y la relación
entre la biomasa aérea/biomasa subterránea. Las plantas de la misma edad y genéticamente homogéneas
desarrollan tallos más largos, menor ramificación o amacollamiento y un sistema radical más pequeño, cuando
crecen en alta densidad poblacional en comparación con la respuesta contraria en densidades bajas de siembra
(Kasperbauer y Hunt, 1992). Ballaré (1990) y Kasperbauer y Hunt (1992) demostraron que en ausencia de
limitaciones hídricas y de otra clase, la morfología de la planta y las características de reparto interno de los
fototosintatos se encuentran mediadas, a través del fitocromo, por una respuesta al balance espectral R:FR, el cual
varía de acuerdo a la cercanía de otros individuos.
La orientación con dirección norte-sur o este-oeste modifica la calidad espectral, lo cual puede afectar el
crecimiento y rendimiento de las plantas. Esto se ha visto en soya y frijol. El balance espectral se modifica en N-S
con un R:FR más bajo que en los surcos E-O, lo cual se expresa en mayor biomasa seca y semilla, ya que hay mayor
reparto selectivo de fotosintatos hacia la parte aérea (Anderson et al., 1985). En cambio, Hunt et al. (1990)
encontraron que el número de nódulos y biomasa fue mayor en soya con surcos orientación E-O que para los de N-S.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


263
El balance espectral en la zona del dosel de la planta son posibles de realizar utilizando acolchados vegetales o de
polietileno pintados (Decoteau, 1990) o polietileno y PVC pigmentados o materiales reflejantes especiales (Quero et
al., 1993). También, estos últimos autores señalan el concepto de “fertilización lumínica”, que consiste en la
aportación adicional de radiación PAR y/o radiación en bandas más estrechas, buscando ciertos balances
espectrales, con la finalidad de incrementar el desempeño fisiológico y productivo de los cultivos.
Decoteau et al (1989) investigaron el efecto del acolchado plástico de diferentes colores sobre el
crecimiento y la productividad comercial del tomate, encontrando que el de color rojo fue el que promovió mayor
rendimiento comercial temprano y total y menor cantidad de tejido foliar; le siguieron en desempeño el plástico
negro, el plata y por último el blanco. Tendencia similar en el cultivo de chile encontraron los mismos autores
(1990), en cuanto a crecimiento y reparto de biomasa, excepto que la cantidad de follaje fue menor para las plantas
del acolchado blanco en comparación con los acolchados plata, negro y rojo.

Invernaderos. El ambiente de radiación encontrado en un invernadero difiere del ambiente de radiación externo.
Los factores involucrados en dicha diferencia son, principalmente, el diseño y orientación espacial de la estructura,
el tipo de material utilizado en la cubierta y el uso de iluminación suplementaria.
En cuanto a la cubierta, algunas películas fotoselectivas permiten mejorar el control de ciertas
enfermedades en cultivos de invernadero; por ejemplo, control de Botrytis cinerea al bloquearse casi totalmente el
paso de la radiación UV en el rango 280-360 nm (entre UV-A y UV-B), la cual es necesaria para la esporulación.
Otros efectos benéficos se relacionan con el incremento en la calidad de ciertos cultivos, como las rosas, cuyos
pétalos se ennegrecen al someterse a radiación UV en el rango antes mencionado (Hensinger, 1992).
También, las cubiertas plásticas fluorescentes mejoran la luz roja y la relación del rojo-rojo lejano,
incrementando así la fotosíntesis y afectando la fotomorfogénesis. El uso de estos materiales como cubierta para
invernadero aumentó el rendimiento en peso de jitomate en 20%, además de un incremento de un 27% en el número
de brotes en rosales (Teramura, 1987; Weiss, 1995).
Decoteau y Graham (1997) indican que alteraciones en la relación R/FR y luz azul, debidas a la transmisión
de la longitud de onda seleccionada en materiales de cubiertas plásticas modifican el crecimiento inicial en sandía.
Brown et al. (1992) afirman que en el cultivo de plántulas de chile bajo sistemas intensivos de producción
(ambientes controlados) los diodos emisores de luz (LEDs) roja pueden ser apropiados, en combinación propia con luz
de otras longitudes de onda (radiación azul o rojo lejano).
Generalmente la iluminación suplementaria se aplica en regiones o en épocas con baja irradiancia solar. Al
respecto, Black (1992) señala que las lámparas utilizadas en la iluminación suplementaria deben de emitir
preferentemente radiación en las bandas de 400-500 nm y 600-700 nm; igualmente el uso de lámparas que emitan
mayor cantidad de luz azul, ya que se permite un crecimiento más compacto, reduciendo la longitud y peso del tallo
e incrementando el número de ramificaciones y la resistencia de los tallos. La radiación en la banda del rojo origina
mayor alargamiento de los tallos, pero dada su importancia en la fotosíntesis y fotomorfogénesis, no debe de
eliminarse de la luz suplementaria (Idem).

3.3.2.5. Respuestas Morfológicas de las Plantas en Condiciones de Campo. La calidad espectral de la


radiación afecta la macro y microestructura de las plantas. En principio, independientemente de todos los factores
responsables de las modificaciones en la morfología foliar, existen evidencias de dichos cambios ante estímulos
como aplicación de GAs, diferencias microambientales de temperatura, irradiancia y fotoperíodo o la densidad
poblacional.
Por otra parte, se modifica la relación biomasa aérea/subterránea (S/R). Al respecto, Kasperbauer (1987),
Ballare et al. (1990) y Kasperbauer y Hunt (1992b) señalan que la modificación en el reparto interno de fotosintatos
es una respuesta temprana a dirigida a evitar el sombreo posterior por otros individuos. Aparentemente las plantas
perciben la cercanía de otros individuos captando incluso muy ligeras modificaciones en el balance espectral global
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
264
de su microambiente; la modificación más importante, dadas las características espectrales de las hoja, es el
cambio en el balance R:FR. Dicho balance puede ser manipulado con prácticas culturales o con la aplicación de
materiales especiales como los acolchados de colores (Kasperbauer, 1992).
La irradiancia y la calidad espectral son determinantes en las características de la epidermis foliar. Allard
et al. (1991a) encontraron que la densidad estomática total fue menor en un 17-24% en plantas sometidas a baja
irradiancia (600 µmol m-2 s-1 de PPFD al medio día) en comparación con las plantas sometidas a alta irradiancia
(2000 µmol m-2 s-1 de PPFD), encontrando además una reducción mayor en la superficie abaxial que en la adaxial.
Los mismos autores encontraron un incremento de 25% en la cantidad de espacios aéreos en el mesófilo de las
plantas (Festuca arundinacea Schreb.) desarrolladas en condiciones de baja irradiancia en comparación con plantas
desarrolladas en alta irradiancia. Kapesbauer y Hamilton (1984) encontraron que los cloroplastos de plantas
sometidas a balance R:FR bajo presentaron mayor cantidad de grana que los de plantas bajo la condición inversa.

3.3.2.6. Respuestas en Productividad y Calidad. Los determinantes genotípicos de la productividad y de la


calidad de los productos de un vegetal son numerosos. Los procesos fisiológicos como la asimilación de CO2 y el uso
del agua y nutrimentos; el contenido de ciertas sustancias, la actividad enzimática, el sabor de un vegetal, entre
otros, pueden verse modificados al ser sometidas las plantas a distintos ambientes lumínicos. En espinaca con luz
roja se han obtenido mayores rendimientos de biomasa vegetativa. Aplicación de radiación en el rojo lejano a
plantas de Poa alpina var. Vivipara, al final del fotoperiodo determinó una mayor resistencia al frío.
Se reportan modificaciones significativas en los contenidos de azúcares libres, ácidos orgánicos y
aminoácidos en plantas de tabaco sometidas a diferentes fotoperíodos y/o irradiación con rojo o rojo lejano al final
del día. En la misma especie, con radiación similar decrece la calidad comercial (color y contenido de alcaloides). En
hortalizas también se afecta el sabor; en papa la formación de biomasa total, tuberización y llenado del tubérculo.

3.3.2.7. Conclusión. El fitocromo actúa como un señalizador lumínico y la información captada por el, le permite a
la planta responder, en conjunto con otros factores ambientales (fotoperiodo, temperatura, agua, nutrientes), con
cambios bioquímicos, fisiológicos y morfológicos importantes para el desarrollo, crecimiento y productividad de la
misma.
La planta responde a cambios en el balance espectral, de aquí que sea posible manipular la calidad,
cantidad e intensidad de luz, siempre y cuando se ponga atención a las prácticas culturales y otras tecnologías de
producción que modifican el ambiente de radiación en el dosel de las plantas.
El fitocromo A y B son los señalizadores (Fotorreceptores) de luz más importantes en la banda de radiación del rojo:
rojo lejano y sus efectos se encuentran en muchas respuestas y expresiones de las plantas.

3.3.2.8. Literatura Citada

Aertsr. J., V. De Luca. 1992. Phytochrome is involved in the light regulation of vindoline biosynthesis in Catharanthus. Plant
Physiol. 100:1029-1032.
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268
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3.3.3. FOTOREGULACION DEL CRECIMIENTO Y LA FORMA DE LAS PLANTAS
EN AMBIENTES TERRESTRES

Dr. Adalberto Benavides Mendoza1


Dr. Ratikanta Maiti2
Ing. Elyn Bacopulos Tellez1
1
Departamento de Horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
2
Departamento de Biología y Química, Universidad de las Américas, Puebla

3.3.3.1. Introducción. En ausencia de suficiente luz una planta desarrolla un estado conocido como etiolación,
esto es presenta tallo ahilado con entrenudos muy largos y hojas muy peque as. De manera relacionada, pero bajo
condiciones de alta irradiancia, las plantas que crecen aisladas son muy diferentes a la encontradas en comunidades
vegetales: conforme crece la competencia por luz la planta tiende a adoptar una forma que recuerda a la etiolación.
Fotomorfogénesis es el término que agrupa los factores de los que depende esta "plasticidad" o capacidad de
adoptar diferentes formas de desarrollo y nos habla de la importancia de la disponibilidad de luz como factor
ecológico en la vida de las plantas.
El fenómeno de fotomorfogénesis depende de la presencia de fotoreceptores específicos que colectan y
transducen información sobre el ambiente lumínico actual y potencial en un dosel vegetal. La información es
utilizada en un proceso elector de la expresión diferencial de diferentes programas genéticos. Lo subsecuente es la
modificación de aquellos caracteres que dan lugar a la eficiente explotación de la radiación solar encontrada en
cierto volumen de espacio.
Los ajustes implicados en este proceso de adaptación son contínuos y de ellos depende que los recursos,
fotosintatos o reservas de crecimiento, no sean asignados de manera errónea hacia volúmenes de espacio del dosel
con alta competencia por la radiación solar. Desde el punto de vista darwiniano este uso de la información y la
canalización selectiva de recursos que se obtiene tienen gran importancia para las plantas.
El objetivo de esta revisión es presentar información actualizada acerca de como el ambiente lumínico
determina la acción de diferentes estrategias de desarrollo en las plantas, haciendo énfasis en la acción de los
fitocromos.

3.3.3.2. El Ambiente Lumínico en Comunidades Vegetales. En la Troposfera el espectro energético natural se


encuentra localizado en el rango de longitudes de onda de 290 nm (UV) hasta aproximadamente 5000 nm (radiación
térmica). El llamado espectro luminoso corresponde al rango espectral de 400-750 nm, el cual incluye la radiación
fotosintéticamente activa (RFA, 400-700 nm). En la Figura 1 aparece la distribución espectral de la radiación
incidente al mediodía en campo abierto en el rango de 330-1100 nm.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


269

Figura 1. Distribución espectral de la radiación incidente en el rango 320-1100 nm al mediodía en campo abierto.
Los datos fueron colectados en abril de 1993 en Saltillo, México utilizando un espectroradiómetro LI-1800 y un
sensor con corrección coseno unido a una fibra óptica.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


270
En una comunidad vegetal, y dependiendo de la topografía, orientación y de la estructura del dosel vegetal la
radiación global que incide sobre las plantas puede descomponerse en los siguientes componentes (Fitter y Hay,
1981; Holmes y Smith, 1977):

a). Radiación solar directa.


b). Radiación difusa del cielo.
c). Radiación reflejada y transmitida por tejidos vegetales.
d). Radiación reflejada por el sustrato.

Considerando entonces las posibles combinaciones de estas componentes la variabilidad en características


del ambiente de radiación de un dosel es muy amplia y depende, entre otras cosas, de la cantidad relativa de huecos
en el dosel, del número de capas de vegetación y de la altura de las mismas, de la densidad y arreglo espacial de las
plantas, de las propiedades espectrales de los tejidos vegetales y de la cantidad de área foliar activa presente por
unidad de área (Indice de Area Foliar o IAF) (Gates, 1980; Holmes y Smith, 1977; Saeki, 1975; Welles y Norman,
1991).
El volumen de espacio de un dosel presenta gradientes de intensidad y balance espectral de la radiación en
el sentido vertical y horizontal. Los principales cambios se refieren a la irradiancia de RFA, en el balance entre los
rangos espectrales rojo/rojo lejano (R:RL ó ) y en la irradiancia relativa del azul (400-490 nm) respecto al rojo (640-
700 nm) (A:R).
Las estructuras foliares absorben la mayor parte de la radiación UV y visible incidente (excepto en la banda
del verde, 490-560 nm) gracias a la presencia de pigmentos como clorofilas, carotenos, luteína, antocianinas y
otros. A causa de la dispersión múltiple y de la reflexión interna de la radiación por las paredes celulares y otras
estructuras internas, el trayecto de la radiación es alargado consiguiendose una amplificación e intensificación de la
absorción (Gates, 1980; Vogelmann y Björn, 1984). Un dosel vegetal es una trampa de luz muy eficiente en el rango
visible, tal como se aprecia en las Figuras 2 y 3. Estas son complemento de la Figura 1 y presentan la distribución
espectral de la radiación en un dosel vegetal al nivel del suelo. Dado que las tres colectas de datos fueron realizadas
con diferencia de minutos a la hora de máxima irradiancia del día el diferencial en la escala de la irradiancia
espectral representa la capacidad del dosel vegetal para absorber la radiación. Los datos para cada uno de los
regímenes de radiación se anotan en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Algunos datos descriptivos de los ambientes de radiación de las Figuras 1, 2 y 3.


Irradiancia Irradiancia Balance
Ambiente Total RFA R:RL Pfr/P

Incidente 4268.0 1916.0 1.077 0.566


Malezas 278.2 15.4 0.152 0.227
Candelilla 48.86 6.341 0.373 0.387
Acer sp. 415.4 126.3 0.554 0.460

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271

Figura 2. Distribución espectral de la radiación bajo un dosel de Acer sp. La altura entre el nivel del suelo y la parte baja del
dosel fue de 2 m. El pico de radiación observado en el rango visible, ausente en la gráfica de la Figura 3, es la contribución de
la radiación difusa del cielo.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


272

Figura 3. Régimen de radiación bajo dos clases de dosel herbáceo. El de malezas consistió en pastos y leguminosas
con una altura promedio de 50 cm. El de candelilla fue un dosel con altura promedio de 65 cm. Las dos lecturas
fueron tomadas al nivel del suelo utilizando el equipo descrito en la Figura 1.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


273
Además de las diferencias en irradiancia Total y RFA es notable la caída en el valor del cociente R:RL en el
dosel vegetal. Este hecho depende de una propiedad óptica de los tejidos vegetales la cual determina que, al
contrario de la fuerte absorbancia observada en el rango visible sobre todo en el rojo y azul, en longitudes de onda
superiores a 700 nm exista un abrupto incremento en la reflexión y transmisión; esta ventana en la absorbancia
foliar (en el rango aproximado de 700 a 1400 nm) en el rojo lejano y el infrarrojo cercano determina la
característica distintiva de la radiación filtrada o reflejada por vegetación, esto es: empobrecimiento relativo del
azul respecto al rojo y rojo lejano y modificación del balance R:RL respecto al de la radiación incidente (Holmes y
Smith, 1975; Gates, 1980; Fitter y Hay, 1981; Smith, 1982). La sombra por vegetación es una sombra selectiva,
diferente a las sombras neutras originadas por objetos opacos o filtros no selectivos.
¿Porqué la presencia de la ventana en la absorbancia foliar en el espectro de 700 a 1400 nm?
Aparentemente es ventajoso desde el punto de vista del mantenimiento de la temperatura foliar (Gates, 1980).
Siendo las plantas organismos carentes de homeotermia dependen de la absorción de radiación y de la transpiración
para mantener la temperatura de los tejidos en niveles aceptables para la actividad metabólica; tal parece que la
presencia de absorbancia en el rango 700-1400 nm determinaría un desbalance entre la ganancia de energía
térmica y eliminación de la misma por procesos como convección y transpiración que involucran la pérdida de agua
por la planta.
Por otro lado, pasando a las longitudes de onda mayores a 1400 nm, la absorbancia foliar vuelve a
aumentar rápidamente hasta llegar a absorbancias cercanas a 1 en longitudes de onda de aproximadamente 2000
nm (Gates, 1980). En estos rangos de longitud de onda las plantas emiten también radiación térmica.
En resumen, las características ópticas de los tejidos vegetales determinan el balance espectral de la
radiación en los doseles de plantas. Es decir, dicho balance es resultado de modificaciones en la absorbancia,
transmitancia y reflectancia de los tejidos en longitudes de onda específicas orientadas, al parecer, a eficientar la
pérdida de agua por transpiración por unidad de radiación asimilada. Por otro lado, la modificación en el balance
espectral tiene también un valor informativo que permite detectar la presencia de competencia activa por el recurso
luz. El como se le asigna valor electivo a esta información se describe a continuación.

3.3.3.3. Percepción del Ambiente Espectral

Percepción y Regulación. La Figura 4 muestra un modelo en el cual los factores ambientales, sobre todo la
radiación, regulan la actividad de expresión de los genes. En dicho modelo se presentan las diferentes opciones de
crecimiento como parte de una batería (1,2,...,n) de programas de desarrollo. Cada programa de desarrollo no es
más que el síndrome adaptativo de la planta a las condiciones ambientales, esto es, el programa de desarrollo es un
conjunto de respuestas y sus interacciones disparadas por la acción de estimulos del entorno.
El programa de desarrollo puede definirse como una secuencia de opciones cuya elección depende, tanto de
la información que la planta colecta en tiempo real como de la información ya colectada y traducida a ciertos
caracteres bioquímicos y estructurales, los cuales generan un contexto que permite establecer los límites para las
futuras respuestas. Procesos como la germinación (Kendrick, 1976; Vázquez y Orozco, 1984), la inducción de
floración (Fredericq, 1964) y el desarrollo de plástidos (Virgin y Egnéus, 1983) son ejemplos de programas de
desarrollo regidos fuertemente por el ambiente lumínico. Por otro lado, para el caso específico de la detección de
sombreo por competidores en comunidades de plantas, el resultado final es un reparto selectivo de biomasa y
modificaciones en el metabolismo (sobre todo en lo concerniente a la captación de luz y la fijación de CO2) que
aumentan el éxito reproductivo del individuo.
El modelo mostrado en la Figura 4 es extrapolable a otros factores ambientales como son disponibilidad de
agua, fertilidad del suelo, presencia de parásitos, patógenos o simbiontes, etc. Para todos ellos se ha encontrado
que las plantas responden a su presencia, ausencia o diferentes niveles o calidades de los mismos a través de la

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


274
activación diferencial de un programa de desarrollo. El fenotipo finalmente observado, la planta viva en acción, será
entonces el resultado de la acción conjunta e interactiva de esta serie de programas.

Figura 4. Modelo de fotoregulación de la expresión de programas alternativos de desarrollo. La información acerca


del ambiente lumínico es transducida por un fotoreceptor. Dicha transducción puede verse modificada más adelante
por las características redox del ambiente cloroplástico o citosólico. La se al bioquímica generada, que se relaciona
al parecer con fenómenos de membrana y es calcio-dependiente, actúa sobre uno o más genes reguladores lo cual
dispara una secuencia específica de respuestas que se amplifican en cascada formando en conjunto un programa de
desarrollo. A su vez, dicho programa de desarrollo genera el contexto dentro del cual ocurren las futuras respuestas
de la planta a los estimulos ambientales. Es decir, la secuencia lineal de eventos fenológicos depende tanto de los
eventos ambientales actuales como de los pasados que se encuentran plasmados como historia en forma de
estructura espacial, morfología, reservas protéicas, de carbohidratos y de lípidos en tallos y raíces, etc.

La cuestión de la expresión diferencial o selectiva de un programa de desarrollo, controlada por la


irradiancia o el balance espectral, ha sido estudiada en diferentes sistemas experimentales, tanto in vitro como in
vivo utilizando núcleos aislados o fusión génica con genes reporteros (Terzaghi y Cashmore, 1995), cultivos
celulares o de tejidos (Ni et al., 1987), cultivos de órganos o células aisladas (Assmann et al., 1985; van
Volkenburgh et al., 1990), semillas en germinación (Scopel et al., 1991; Vázquez-Yanes y Orozco-Segovia, 1990),
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
275
plántulas etioladas (Quail, 1991) y plantas completas en cámaras de crecimiento, en invernadero y en campo
abierto (Kasperbauer, 1992; Ballaré et al., 1995; Smith, 1995).
Básicamente son cuatro los fotoreceptores descritos involucrados en las respuestas fotomorfogénicas:
protoclorofílas y clorofilas (percepción de RFA), fitocromos (percepción de R:RL), criptocromos (percepción de azul y
UV-A) y receptores UV-B (Short y Briggs, 1994; Terzaghi y Cashmore, 1995; Thompson y White, 1991). Todos
estos receptores al parecer muestran cierto grado de interacción o traslape en sus acciones, y por ello las
respuestas fotomorfogénicas pueden darse como resultado de la acción concertada o antagonista de más de un
receptor en una misma familia de pigmentos (Furuya, 1993; Halliday et al., 1994; Reed et al., 1994) o bien de la
actividad conjunta de más de una clase de fotoreceptores, como es el caso para el fototropismo (Parker et al.,
1989; Zimmerman y Briggs, 1963).
Adicional a la acción de los fotoreceptores se sabe que algunos procesos como la fotosíntesis se ven
sometidos a autoregulación postranscripcional a través de la acción de quinasas que son activadas por sensores
redox ubicados en las membranas tilacoides de los cloroplastos (Allen, 1992). Dicha regulación redox se extiende al
parecer a los procesos de regulación de la expresión génica en los cloroplastos (Danon y Mayfield, 1994) y
probablemente se relacione en ciertos puntos con la acción de los fotoreceptores cloroplásticos. Es posible que las
plantas sometidas a radiación de distinta calidad espectral o diferente irradiancia desarrollen modificaciones en la
morfología o distintas capacidades productivas no solo por la acción de los fotoreceptores fitocromos,
criptocromos, etc. sino también por la acción indirecta de los diferentes ambientes redox internos desarrollados por
las plantas. Este punto ha sido demostrado en plantas de espinaca desarrolladas en diferentes ambientes
espectrales, en donde los potenciales redox de extractos de peciolos mostraron fuerte correlación con la irradiancia
y con la actividad de asimilación de CO2 (Benavides y Quero, 1997).

La Percepción del Balance Espectral en el Rojo-Rojo Lejano. La respuesta de las plantas a la radiación en la
banda espectral rojo/rojo-lejano (640-700 nm/710-780 nm) se encuentra mediada por una familia de fotoreceptores
citosólicos llamados fitocromos (Smith, 1995). Estos son cromoproteínas diméricas con dos formas finales
fotoconvertibles (Pr/Pfr) asi como una serie de intermediarios muy inestables. La forma Pr, considerada
fisiológicamente inactiva, tiene un pico de absorción in vitro de 665 nm, mientras que la forma Pfr, fisiológicamente
activa, tiene un pico de absorción in vitro de 730 nm (Furuya, 1993; Galston et al., 1980). Debido al traslape con la
región de absorción de la clorofila, los picos de absorción del fitocromo in vivo son ligeramente diferentes,
ubicandose aproximadamente en 645 y 735 nm (Kasperbauer et al., 1964). De manera interesante, en los últimos a
os se ha obtenido evidencia de que la forma Pr del fitocromo no es inactiva: tal parece que tanto la forma Pr como
la Pfr presentan actividad biológica, y que esta pudiera ser antagonista (Smith, 1995).
Las plantas desarrolladas en la oscuridad contienen al parecer únicamente formas Pr. Después de
irradiación con luz roja aproximadamente un 80% de la forma Pr se convierte en Pfr la cual interviene entonces en
una serie de eventos morfogénicos. La aplicación posterior de radiación en el rojo lejano revierte la acción de la luz
roja; de hecho a niveles de saturación con luz RL se presenta un estado estacionario en donde Pr 97% y Pfr 3%.
Esta clase de respuestas reversibles son llamadas de inducción-reversión y son típicamente estimuladas por
radiación de baja fluencia en tiempos que van de segundos a horas (Galston et al., 1980). Sobre la base de la tasa
de fluencia de la radiación existen tres clases conocidas de respuesta de los fitocromos: (a) las de muy baja fluencia
o VLF, con un umbral de actividad de 10-4 µM m-2 de R, con un nivel de saturación lumínica de 10-1 µM m-2 de R
convirtiendose menos del 0.1% de Pr a Pfr y con la característica de no reversibilidad Pr Pfr; (b) las de baja fluencia
o LF, las clásicas respuestas reversibles por RL y con niveles de saturación de 1 mM m-2 de R; (c) las de alta
irradiancia o HIR que requieren iluminación continua de al menos 1 µM m-2 s-1 de R o RL pero que son inducidas de
manera más eficiente por RL (Hartman, 1966; Terzaghi y Cashmore, 1995).
Además de la diferenciación espectrofotométrica de los fitocromos en Pr y Pfr, es posible distinguir
operacionalmente dos tipos de fitocromo: el fitocromo de tejidos etiolados, o Tipo I, y el fitocromo de tejidos verdes
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
276
al cual se le llama Tipo II. Los criterios de diferenciación entre uno y otro fitocromo son inmunológicos, de mapeo de
péptidos, secuencia de aminoácidos y diferentes estabilidades para la forma Pfr: muy baja para el Tipo I y mayor
para el Tipo II (Furuya, 1989; Quail, 1991; Thompson y White, 1991).
Ya que las plantas etioladas han sido el modelo de estudio favorito en los estudios sobre fotomorfogénesis
mediada por fitocromos mucho del trabajo realizado lo ha sido sobre el Tipo I. A este respecto Quail (1991)
describió el siguiente modelo acerca del comportamiento del fiticromo Tipo I: el fotoreceptor es sintetizado en la
forma Pr-I y se acumula como una molécula soluble que se distribuye de manera uniforme en el citoplasma de
plantas etioladas, concentrandose sobre todo en los meristemos (Briggs y Siegelman, 1965). La fotoconversión a
Pfr-I por exposición a la luz origina un declinamiento rápido en los niveles de Pr-I ya que el tiempo medio de
recambio de Pfr-I es unas 100 veces más rápido que el de Pr-I. Con base a estos datos se ha caracterizado al
fitocromo A (codificado por el gene phyA) de Arabidopsis thaliana como un fitocromo Tipo I (Quail, 1991).
El Tipo II es el fitocromo del tejido verde, siendo poco abundante en tejido etiolado, de 1 a 2% de cantidad
relativa respecto al Tipo I. La forma Pfr-II es estable y se conserva en niveles bajos en los tejidos verdes
fotoformados, en donde el Tipo I casi no es detectable. El fitocromo B (phyB) de A. thaliana se encuentra
aproximadamente en la misma cantidad en plantas etioladas y fotoformadas por lo que cumple con el criterio
operacional de estabilidad para Pfr-II. Por ello el fitocromo B se considera un fitocromo Tipo II (Quail, 1991).
Hasta el momento son cinco los miembros conocidos de la familia de los fitocromos (PHYA, PHYB, PHYC,
PHYD y PHYE) en Arabidopsis (Sharrock y Quail, 1989). Al parecer todos ellos con funciones diferenciales en la
regulación del desarrollo de las plantas (Smith y Whitelam, 1990). En el tomate se tienen al menos siete formas
diferentes de fitocromo, incluyendo un fitocromo B con dos formas funcionalmente distintas (Pratt et al., 1994). A
pesar de que la mayor parte de los resultados de investigación se concentran en unas cuentas especies de plantas,
lo cual pudiera restar amplitud a las conclusiones, se pueden asignar con cierta seguridad ciertas funciones a los
diferentes fitocromos (Smith, 1995). En el Cuadro 2 se presenta un resumen de esta información.

El Fotoequilibrio de Fitocromo. Sin consideración del hecho de que se tienen varias formas de fitocromo el
modelo clásico P = Pr + Pfr es adecuado como punto de partida para el concepto de fotoequilibrio del fitocromo
(Mohr y Oelze-Karow, 1976; Smith, 1986). El modelo indica lo siguiente: el contenido total de fitocromo de una
planta se representa como P y es la suma de las moléculas en sus formas Pfr y Pr. Cuando una planta crece en la
oscuridad entonces P Pr y Pfr es casi cero; al exponer la planta a la luz se inicia la fototransformación de Pr y la
cantidad de Pfr comienza a elevarse hasta alcanzarse un estado estacionario en donde cierta cantidad de P es Pfr.
Dicho estado estacionario, en donde el componente inestable Pfr se encuentra en contínuo recambio, es conocido
como fotoequilibrio del fitocromo ( =Pfr/P) y depende tanto de la irradiancia como del balance espectral de la
radiación que recibe la planta (Holmes y Smith, 1975; Holmes y McCartney, 1976; Jabben y Holmes, 1983).
Muchas actividades de la planta y muchos puntos del desarrollo dependen del fotoequilibrio del fitocromo (Holmes y
McCartney, 1976; Smith, 1986; Kasperbauer, 1992).
Se sabe que el estado dinámico Pfr/P es dependiente del balance R:RL. En consideración a ello Smith
(1986) presentó el siguiente modelo para el cálculo del valor teórico esperado de Pfr/P en la epidermis del tejido
vegetal bajo cierto balance espectral:

Pfr/P = (0.75)(1+(0.35/R:RL))-1

en donde, con el propósito de uniformizar la información, Smith (1986) propuso calcular R:RL como el cociente de
las integrales de densidad de flujo fotónico en los rangos 655-665 nm y 725-735 nm, esto es:

R:RL = (IF 655-665 nm)(IF 725-735 nm)-1

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277
en donde IF es la integral de densidad de flujo fotónico, o irradiancia fotónica, en µM m-2 s-1, para los rangos
espectrales marcados. Los valores de R:RL anotados en el Cuadro 1 se calcularon en base a esta convención. Por
otra parte, por cuestión de geometría de dispersión y reflexión interna en los tejidos y espacios intercelulares los
valores de Pfr/P pueden variar en los diferentes órganos e incluso sectores de estos órganos en las plantas
(Seyfried y Fukshansky, 1983; Vogelman y Björn, 1984; Kasperbauer, 1988), siendo por lo general menores los
valores internos de R:RL en comparación con los de la epidermis. Este hecho, aunado a la conocida capacidad de
reflexión y transmisión interna de radiación en los tejidos y el poco volumen de los mismos explican la extrema
sensibilidad de las plántulas a los cambios en los niveles de radiación en el rojo lejano (Kasperbauer y Karlen, 1986;
Ballaré et al, 1990).

Cuadro 2. Funciones propuestas de los fitocromos A y B en la fotomorfogénesis (modificado de


Smith, 1995, p. 312).

Fitocromo y Función ecológica


Proceso reacción Respuesta probable

Germinación PHY A (VLFR) Promoción Disturbios de suelo.


PHY A (FR-HIR) Inhibición Dormancia bajo el
mantillo.
PHY B (R:RL) Cuantitativa Detección de claros
en el dosel.

Etiolación PHY A (VLFR) Inhibición de Detección de


y extensión superficie.
De-etiolación
PHY A (RL-HIR) Inhibición de Regulación temprana
extensión del crecimiento.

PHY B (LFR y R-HIR) Pr inhibe y Transición hacia la


Pfr promueve autotrofía.

Desarrollo PHY B (R:RL) Pr promueve Detección de


Vegetativo y Pfr inhibe: competencia:
Evitación de sombreo
Extensión y detección de
Floración proximidad.

PHY ? (R:RL) Control de Detección de


expansión radial, espacio sin
crecimiento del sombreo.
área foliar y
floración.

Fotoperiodi- PHY A (RL-HIR) Percepción de Sincronización con


cidad estacionalidad extensión del
fotoperíodo en días
largos.

PHY B (LFR) Percepción de


días cortos.
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Modo de Acción. El modelo más aceptado considera a los fitocromos como elementos reguladores fotoreceptivos
que funcionan como interruptores moleculares que controlan la expresión génica en respuesta a los estimulos
luminosos del ambiente (Quail, 1991) (Figura 5). La regulación de la expresión génica es compleja y por ejemplo,
para el fitocromo A (phyA) en la planta de soya la vía de transducción para la regulación génica involucra, por un
lado, a una familia de proteínas-G y una Ca+2/calmodulina durante la inducción de los pigmentos de los
fotosistemas I y II en el cloroplasto y, por otro lado, a una quinasa y cGMP (guanosin-monofosfato) durante la
inducción de la síntesis de antocianinas (Bowler y Chua, 1994).
Asi como en el proceso fotosintético la energía contenida en los fotones es transformada en energía
química y en potencial reductor, que posteriormente se utilizan para fijar el CO2, en el caso de los fitocromos la
energía contenida en los fotones de bandas estrechas del espectro es transformada en información acerca del
ambiente circundante a la planta. En este contexto la radiación tiene un valor energético y un valor electivo como
vehículo de información para la definición de cierta estrategia de crecimiento.

Figura 5. Modelo simplificado de la acción de los fitocromos.

En la Figura 5 la percepción de la señal lumínica (principalmente formación de Pfr o mantenimiento de Pr)


y la transducción de la misma da lugar a un proceso que culmina en la expresión diferencial de genes específicos y,
finalmente, en la respuesta apropiada en el patrón de crecimiento y desarrollo de acuerdo al ambiente prevaleciente.
Ya en los primeros trabajos acerca del efecto de los fitocromos se sugirió que los cambios en la expresión
génica pudieran estar involucrados. El primer reporte del efecto del fitocromo sobre un producto génico específico
fue realizado por Marcus (1960) quien demostró el fotocontrol vía fitocromo de la gliceraldehído 3-fosfato
deshidrogenasa en plántulas de frijol. Posteriormente Mego y Jadendorf (1961) sugirieron que la síntesis de ciertas

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proteínas de los plástidos estaba mediada por la acción del fitocromo. Schopfer (1977) citó una lista de 52 enzimas
con actividad regulada por fitocromo y Lamb y Lawton (1983) citaron una lista de 61 enzimas reguladas por la luz.
El concepto de la acción génica del fitocromo fue discutido ampliamente en los trabajos de Tobin y
Silverthorne (1985), Kuhlmeier et al. (1987), Silverthorne y Tobin (1987), Thompson (1988), Smith y Whitelam
(1990), Thompson y White (1991), Quail (1991), Furuya (1993) y Chamovitz y Deng (1996).

Respuestas Fotomorfogénicas. Para la plantas establecidas bien sea en ambientes naturales como en parcelas
agrícolas, los papeles más importantes de la radiación como determinante electivo de programas alternos de
desarrollo se refiere a las respuestas al sombreo por individuos competidores y a los cambios en las longitudes
relativas del día y de la noche. La germinación de semillas, el paso de etiolación hacia la autotrofía y el
establecimiento de la plántula son procesos en donde la presencia y la cantidad de sombreo son críticos.
Germinación. Sobre todo en el caso de semillas peque as, la movilización extensiva de reservas y el
arranque del programa inicial de desarrollo deben de realizarse bajo una seguridad razonable de que el ambiente será
propicio al crecimiento de la nueva planta. Los factores con mayor significado en el control de la germinación de
semillas son la presencia de agua en el suelo, las variaciones en temperatura del suelo, proximidad a la superficie
del mismo y disponibilidad inmediata y futura de radiación solar: esto es presencia de claros en el dosel, como los
obtenidos a través de la acción del fuego y otros desastres, plagas y enfermedades y la acción misma del hombre.
El requerimiento de claros en el dosel y alta irradiancia en RFA es común sobre todo en especies pioneras de
bosques tropicales y templados.
¿De que manera una semilla ubicada en el suelo, por ejemplo en una selva tropical, percibe la presencia de
una perturbación aprovechable en el dosel vegetal? Para las especies pioneras el signo más fiable parece ser el paso
libre de la luz solar y el consiguiente cambio en la calidad espectral de la radiación. El incremento pronunciado en el
nivel de RFA y Azul y el giro drástico en el balance R:RL son se ales que, combinadas, determinan la presencia de un
claro en el dosel. De estos tres parámetros del ambiente lumínico parece ser que el balance R:RL es el más
importante por su función electiva a través de los fitocromos (Smith, 1995), mientras que la irradiancia en RFA y
Azul determinan la capacidad potencial de la planta en etapas posteriores del desarrollo (Britz y Sager, 1990; Allard
et al., 1991; Schmid, 1991). Efectivamente, la presencia de peque os claros en el dosel, que determinan un
aumento en la irradiancia de RFA y azul, pero que no aumentan significativamente el valor del cociente R:RL
(Stoutjesdijk, 1974) permite la germinación de las semillas de especies adaptadas al sombreo o penumbra pero no
promueve la germinación de las semillas de buena parte de las especies pioneras presentes en el almacen de
semillas del suelo. En cambio la presencia de grandes claros en el dosel, como los observados después de la acción
de incendios u otros agentes meteorológicos, de eventos poblacionales de ciertos parásitos, o hasta por la caída de
grandes árboles viejos, los cuales permiten un incremento sustancial en el valor del balance R:RL durante períodos
de tiempo significativos, si lo hace (Vázquez-Yanes y Smith, 1982; Vázquez y Orozco, 1984).
Etiolación y Fotoformación. La reacción de etiolación, que es el alargamiento del tallo sin inducción del
aparato fotosintético, es típica como respuesta al sombreo en especies de ambientes con alta competencia como
pastizales, zonas de cultivo, claros de bosques y selvas y zonas perturbadas. No se observa en especies adaptadas
a la sombra o de habitats abiertos como matorrales desérticos o dunas (Grime, 1966).
Diferentes estudios con A. thaliana demostraron que la etiolación es un patrón de desarrollo alternativo
cuya expresión depende de la represión del patrón de desarrollo normal (Chory et al., 1989; Deng y Quail, 1992; Wei
et al., 1994a; Smith, 1995). Esta represión es dependiente de una familia de elementos protéicos reguladores
conocidos como COP (de Constitutive Photomorphogenesis) entre los cuales COP1, COP8-11 reprimen la
fotoformación en la oscuridad. La presencia de radiación y la percepción de la misma por fitocromos y receptores de
luz azul dan lugar a la represión de los productos COP y disparan el programa de desarrollo fotomorfogénico (Ang y
Deng, 1994; McNellis et al., 1994; Wei et al., 1994a). Por otro lado, la transición a la autotrofía o fotoformación
depende de la acción de criptocromos, protoclorofilas y fitocromos (Smith, 1995).
A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas
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La localización celular de las proteínas COP es variable según el ambiente de radiación y el tejido de que se
trate. COP1 se encuentran de manera constitutiva en los núcleos de las células radicales en donde reprimen de
manera contínua la formación de cloroplastos (Deng y Quail, 1992), mientras que en los tejidos aéreos COP1 se
localiza en el núcleo cuando la planta se desarrolla en la oscuridad y en el citoplasma cuando ocurre exposición a la
luz (von Arnim y Deng, 1994).
De manera interesante los mutantes COP son incapaces de reprimir el patrón de fotoformación en la
oscuridad. En ausencia total de luz muestran la morfología estructural y celular típica de una planta fotoformada asi
como la expresión de genes normalmente inducidos por la radiación (Wei et al., 1994b).
A partir de trabajos con plantas transgénicas se ha dilucidado algo sobre las interacciones de los diferentes
fitocromos entre ellos mismos y con otros fotoreceptores en los procesos de germinación y fotoformación (Halliday
et al., 1994; Reed et al, 1994), y se sabe por ejemplo que la cantidad de copias activas de los genes que codifican
para los fitocromos y su cromóforo es importante en determinar la correcta fotoformación de la planta (Wester et
al., 1994).
La fotoformación, que involucra la inhibición de la etiolación, síntesis de clorofilas y otros pigmentos,
transición de etioplastos a cloroplastos, expansión foliar, etc. es un proceso complejo en donde, además de la
batería de fotoreceptores mencionados, se tienen otros actores como son reguladores de crecimiento endógenos y
exógenos y nutrientes del suelo y atmósfera, entre otros. Entre estos últimos el calcio y el fósforo son importantes
en el encadenamiento de las cascadas de se ales celulares. Por otro lado, existen algunos trabajos en donde se ha
verificado la acción, aparentemente independiente pero coincidente en tiempo, de fitocromos y reguladores del
crecimiento, auxinas y giberelinas pero no ácido absícico (Kopcewicz y Madela, 1992), y fitocromos y citoquininas
(Flores y Tobin, 1988) en donde se tienen evidencias que indican que la acción de los fitocromos incrementa la
sensibilidad a los niveles endógenos de los reguladores, como es el caso de la regulación de extensión del tallo en
Pisum sativum (Weller et al., 1994) o bien se tiene un efecto regulatorio transcripcional del fitocromo y
postranscripcional del regulador del crecimiento (Flores y Tobin, 1988). En realidad es aún un misterio la manera en
que se encadenan todas las actividades de regulación que dan lugar a las estructuras normales de una planta.
Percepción de Vecinos y Evitación del Sombreo. A través de la percepción del nivel R:RL las plantas
perciben la cercanía o lejanía de competidores potenciales. Este hecho ha sido estudiado sobre todo en especies de
cultivo, en pastizales y en viveros o plantaciones forestales en donde las respuestas a la densidad de siembra o
transplante son economicamente críticas. La cuestión básica es que en presencia de competidores cercanos el
patrón de desarrollo de las plantas es diferente al de las plantas sin competencia. Morfológicamente la respuesta
puede caracterizarse como una etiolación atenuada e involucra buena cantidad de modificaciones anatómicas y
fisiológicas; dichas modificaciones pueden observarse en comunidades naturales, en campos de cultivo e incluso
bajo condiciones controladas en laboratorio, invernadero o campo abierto en ausencia de competencia por
nutrientes minerales.
Bajo condiciones controladas las respuestas a la presencia de competidores pueden imitarse modificando el
balance R:RL de la radiación incidente sobre la planta. De estos estudios se sabe que la tasa de alargamiento del
tallo se relaciona de manera lineal con la proporción calculada Pfr/P y que la pendiente de la curva es mayor para
las especies de habitats abiertos y menor para las especies adaptadas a la sombra (Smith, 1995). Sobre todo para
las plantas no adaptadas al sombreo la respuesta es inmediata, observandose cambios en la tasa de extensión del
tallo, después de alterar el balance R:RL, en tiempos tan cortos como 15 minutos (Smith, 1982).
De las características modificadas por la densidad poblacional las mas notables son el alargamiento de los
entrenudos, la dirección del crecimiento y la distribución vertical (como resultado de una mayor o menor dominancia
apical) y radial de las ramificaciones del tallo primario, el amacollamiento, el reparto selectivo de biomasa
aérea/subterránea (A/S) y de fotosintatos hacia las estructuras reproductivas.
En presencia de alta densidad poblacional, y controlando las variables que determinan la disponibilidad de
nutrientes, agua y CO2, las plantas de la misma edad y genéticamente homogéneas desarrollan tallos más largos,
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menor ramificación o amacollamiento, un sistema radical más peque o (alto A/S) y menor cantidad de estructuras
reproductivas no abortivas en comparación con la situación de baja densidad poblacional (Smith, 1982; Kasperbauer
y Hunt, 1992; Ballaré et al., 1995). También, en el caso de frutales como el manzano ha sido demostrado que las
capas inferiores del dosel (con bajo R:RL y menor irradiancia de RFA y azul) muestran menor cantidad de
ramificaciones, menor densidad de flores y entrenudos más largos en comparación con las capas superiores del
dosel no expuestas a radiación filtrada (Baraldi et al., 1994). Para todas estas respuestas se tiene evidencia de
regulación por fitocromos (Ballaré et al., 1995; Smith, 1995) si bien al parecer también es importante una
componente regulada por la irradiancia total o de RFA (Smith, 1982) y por la irradiancia de azul (Iino, 1990).
¿Cual es el significado ecológico de estas respuestas? Aparentemente, de acuerdo al nicho de radiación
solar que las plantas explotan, estas tienen un sistema sensorial que permite evaluar la situación presente y la
futura potencial en cuanto a la competencia por luz. En el caso de las plantas que normalmente crecen en sitios con
alta competencia el sistema es particularmente sensible y permite modificar, de manera rápida, el reparto de
recursos hacia los sitios de crecimiento en donde sea más probable explotar un volumen de espacio sin
competencia. Actualmente no se dispone de datos acerca del desempeño de mutantes fotomorfogénicos en
comunidades naturales, pero se tienen los datos de Ballaré et al. (1994, 1995) y Casal y Sánchez (1994) quienes
utilizaron plantas transgénicas, con modificaciones en la expresión de fitocromos que daban lugar a respuestas
retardadas a la presencia de competidores, en monocultivos a campo abierto. Los resultados de dichos estudios
fueron sorprendentes: al aumentar la densidad de siembra en los monocultivos transgénicos los individuos más
peque os fueron suprimidos rápidamente por sus vecinos de mayor tama o. En los monocultivos del genotipo
silvestre, por el contrario, se encontró una relación inversa entre la magnitud de la respuesta morfológica y el rango
del individuo en la jerarquía de tama os de la población. Como resultado, las desigualdades en tama o de los
individuos fueron atenuadas y el aumento en densidad no originó la eliminación de individuos peque os a favor de los
más grandes.

3.3.3.4. Conclusión. La habilidad de las plantas para percibir la cantidad y calidad de la radiación las capacita en
la explotación de volúmenes de espacio altamente variables en el tiempo. La acción concertada de los
fotoreceptores conocidos: fitocromos, clorofilas y sus precursores, criptocromos y receptores UV-B, imparte valor
electivo a la radiación y da lugar al inicio de la acción de un patrón de desarrollo adecuado a la condición ambiental
imperante permitiendo, hasta cierto punto, ir un paso adelante en la adecuada movilización de los recursos, sean
estos provenientes de reservas o sean fotosintatos de translocación actual. Las principales respuestas
morfogénicas en donde se ven involucrados los fitocromos son en el control de la germinación de ciertas especies,
en la etiolación y fotoformación y en las respuestas a la cercanía y al sombreo por competidores.
Si bien la lógica selectiva de la habilidad fotoformativa parece obvia es grande la carencia de datos
experimentales fuera de las situaciones de laboratorio o ambientes controlados. Hace tan solo 15 años uno de los
autores consultados escribía acerca del fitocromo mencionando que prácticamente era un área dominada del
conocimiento biológico, sin embargo el descubrimiento de las varias clases de fitocromo y sus poco conocidas
interacciones con otros reguladores del crecimiento y desarrollo, y esto en corto tiempo y en un número muy
limitado de especies vegetales, nos habla de nuestra gran ignorancia.
Asimismo se sabe poco de la interacción de la radiación como agente formativo y la de otros factores
ambientales como temperatura, humedad, concentración de CO2 y otros gases, etc. Si bien conocemos con
profundidad muchos puntos en el nivel molecular, es sorprendente nuestro desconocimiento de los detalles acerca
de como interaccionan los programas de desarrollo de una planta. Es seguro que del llenado de estas lagunas de
conocimiento surgirán grandes oportunidades tanto en el manejo agronómico como en el de poblaciones o
comunidades naturales.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


285

APENDICE
Resumen de Respuestas Seleccionadas de las Plantas a la Radiación.

En la columna de la izquierda se anotan los caracteres considerados los cuales cubren un rango amplio de
respuestas bioquímicas y morfológicas. Las dos siguientes columnas de izquierda a derecha agrupan las respuestas
observadas bajo un mismo nivel de irradiancia pero variando el balance espectral hacia el rojo (R) o hacia el azul (A).
Por otro lado las dos columnas de la derecha agrupan las respuestas observadas variando la irradiancia sin
modificar el balance espectral de la radiación.

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


286

MISMA MISMA MISMO BALANCE MISMO BALANCE REFERENCIAS


IRRADIANCIA IRRADIANCIA ESPECTRAL ESPECTRAL

CARACTER SESGO AL SESGO AL BAJA IRRADIANCIA ALTA IRRADIANCIA


ROJO (R) AZUL (A)

# cloroplastos y (-) (+) (-) (+)


mitocondrias

cantidad de grana en (=) (=) (-) (+)


cloroplastos y crestae no diferencia no diferencia mismo efecto que mismo efecto que
en mitocondrias fotoperíodo corto fotoperíodo largo

contenido de almidón (-) (+) (-) (+)


foliar depende de balance depende de balance
C/N C/N

contenido de N por (-) (+) (-) (+)


unidad de área foliar

Densidad de RUBISCO (-) (+) (-) (+)


(mg por cm2 )

asimilación de CO2 (+) (-) (-) (+)


por unidad de área

asimilacion de CO2 (=) ó (-) (=) ó (+) (-) (+)


por unidad de biomasa
seca foliar

capacidad (velocidad (-) (+) (-) (+)


de transporte de
electrones y de
regeneración de RubP

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas


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MISMA MISMA MISMO MISMO BALANCE REFERENCIAS


IRRADIANCIA IRRADIANCIA BALANCE ESPECTRAL
ESPECTRAL

CARACTER SESGO AL ROJO SESGO AL AZUL BAJA ALTA IRRADIANCIA


(R) (A) IRRADIANCIA

potencial redox (+) (-) (+) (-)

nivel de saturación por (-) (+) (-) (+)


luz

sensibilidad a los UV (-) (+) (-) (+)

respiración por unidad de (-) (+) (-) (+)


biomasa

apertura estomática en (-) (+) (-) (+)


ausencia de estrés
hídrico

área foliar específica (m2 (+) (-) (+) (-)


por g de biomasa seca)

área foliar promedio por (+) (-) (+) (-)


lámina foliar

longitud de entrenudos y (+) (-) (+) (-)


peciolos

biomasa raíz/ biomasa (-) (+) (-) (+)


aérea

biomasa fresca aérea (+) (-) (-) (+)

A. Benavides (Editor). 2001. Ecofisiología y Bioquímica del Estrés en Plantas

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