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2.1.6.

De la filosofía de la prueba

La prueba es sumamente importante en el proceso penal puesto que solo a través de


ella se puede alcanzar la verdad por correspondencia, la cual es capaz de despojar del
derecho constitucional de la presunción de inocencia. En puridad, la prueba es la
garantía que pone freno a la arbitrariedad en las decisiones judiciales e impide el
enjuiciamiento de meras presunciones, debido a la vigencia de la valoración racional
de la prueba como exige el art. 158 del nuevo Código Procesal Penal. Así, la
arbitrariedad pierde su presencia en la medida que las resoluciones judiciales tengan
motivaciones consistentes a partir de las pruebas actuadas.

“La noción de lo que es la prueba, aparece unido a todas las actividades de tipo
social”1. Por ello en su gran mayoría, variedad de autores señalan que la prueba tiene
una función social, como una representación de carácter humana individual, en la
medida en la que existe la necesidad de toda persona de probar algo a través de lo cual
se le tenga en cuenta. También tiene una función jurídica en la medida en que la
prueba hace posible saber o establecer cómo sucedieron los hechos, que tengan
importancia para alguna de las ramas del derecho y con base a los mismos, finalmente
aplicar las normas establecidas en su ordenamiento jurídico.

La prueba en cuanto a su importancia, es fundamental, ya que permite conocer el


pasado y que en el campo del derecho su trascendencia es tal, que finalmente para el
dispensador de justicia es de tal importancia, ya que le permite saber quién tiene la
razón y de ahí el fundamento de la decisión final que tome en toda litis.

2.1.6.1 Tema de prueba

Está constituido por aquellos ellos que es necesario probar, por ser los supuestos de
las normas jurídicas cuya aplicación se discute en un determinado proceso. Lo anterior
significa que la noción de tema de prueba resulta concreta, ya que no se refiere sino a
los hechos que se deben investigar en cada proceso 2.

Lo mencionado anteriormente resulta de vital importancia, ya que permite saber qué


es lo que se ha de investigar en un proceso determinado, de tal manera que el juez
pueda controlar la pertinencia de las pruebas. De lo contrario, el proceso se convertiría
en la acreditación de cualquier hecho, de modo que as u finalización, podría obtenerse
resultados que no fueron producto de una investigación ordenada

2.1.6.2. Fin de la prueba en el lavado de activos

Jerome Frank, sostuvo: “Ninguna decisión es justa si está fundada sobre hechos
errados”3

La prueba, como primera finalidad, no única, pretende lograr la convicción judicial,


acerca de la exactitud de una afirmación de hecho, convicción que no gira en torno a la
veracidad o falsedad del hecho base de la afirmación, ni tiene como apoyo el dato de la
existencia o no de tales hechos, por el contrario, la convicción es respecto de la

1
PARA QUIJANO, Jairo. Manual de Derecho Probatorio, Décimo Quinta Edición, Ediciones Librería del
Profesional, 2006, p.2
2
PARRA QUIJANO, ob cit., p.143
3
JERONE, Frank. Realidad en la justicia americana. 1950. p.159
exactitud de la afirmación fáctica, no convicción en términos de certeza absoluta sino
únicamente de probabilidad.

O sea que la convicción judicial sobre la prueba, es un juicio de verosimilidad, de


probabilidad, entre la afirmación del hecho y el hecho acaecido.

Otra finalidad de la prueba, atendida como medio o actividad, es garantizar la


realización de un proceso justo, eliminando cualquier arbitrariedad judicial. Esto
proviene de los efectos de la presunción de inocencia, pues, para poder desvirtuar su
existencia, debe haber en el proceso una mínima actividad probatoria de cargo,
actividad probatoria que en función de la preeminencia de los derechos fundamentales
debe ser realizada respetando la eficacia de tales derechos. Por ello, es que la mayoría
de legislaciones procesales excluyen determinados métodos o medios para la
búsqueda y obtención de pruebas (por ejemplo la tortura o la coacción en la confesión)
e incluso, excluyen que ciertos datos tengan la posibilidad de construirse en prueba.
Por lo tanto, la convicción judicial no ha de obtenerse a cualquier precio y sin freno
alguno, sino que debe hacerse en atención a medios de prueba concretos, específicos y
lícitos.

Por último la prueba como actividad cumple una finalidad política. Ello se desprende
de que como la prueba es la base y fundamento de la sentencia, y ésta debe ser
motivada, es la motivación de la sentencia la que cumple esa función de permitir un
cierto control político y social de las decisiones judiciales en un Estado de Derecho.
Como afirma Asencio: " en definitiva la prueba tiene un fin que va más allá de la
persona del juez y que refleja y expande el amplio dominio de la conciencia social a
través de los diversos órganos de control de que dispone la sociedad." 4

2.1.6.3. Medios de prueba enfocados al lavado de activos

Los medios de prueba pueden definirse como las herramientas legales para la
comprobación de la verdad de aquellos hechos controvertidos, del cual se pretende
hacer valer un derecho dentro de un proceso. Dentro de dichos medios se encuentra la
prueba pericial. La pericia como actividad consiste principalmente en “la aplicación de
los conocimiento del experto a un supuesto concreto, emitiendo un parecer, evacuando
una opinión o facilitando una información” (Flores, 2005)

A. Los documentos

En el proceso de lavado de activos, la prueba documental es una de las más amparadas.


Este particular medio de prueba además de tener un carácter procesal, también tiene
uno de índole probatorio, lo cual sucede cuando se incorpora a un proceso para la
demostración de un hecho, señala que un objeto para que pueda llamarse documento,
debe representar un hecho cualquiera o una manifestación del pensamiento, ya que si el
objeto se muestra así mismo, sin representar algo distinto, no es documento. 5
Lo importante es que el objeto que se denomina documento, represente algo distinto a
él, sin embargo, esa representación debe ser inmediata. Igualmente el documento es un
objeto perceptible por cualquiera de los órganos de los sentidos, y además, sujeto a las
leyes de la materia y que ocupa espacio.

4
ASENCIO, José. El proceso penal, p.56
5
PARRA QUIJANO, J. p 537.
En cuanto a las funciones jurídicas del documento, éste puede ser:
a) De carácter extraprocesal; de naturaleza sustancial y solemne y b) De carácter
procesal y probatorio, cuando se incorpora a un proceso para la demostración de un
hecho.

B. La inspección

Es la percepción misma del hecho a probar por el Juez, por eso se habla de acceso,
reconocimiento o comprobación judicial. Por ser prueba directa en la que hay
predominio de la percepción, el juez debe emplear sus propios sentidos en la
apreciación de los hechos, en el más alto sentido del vocablo, pues aunque parezca
exagerado, debe hacerlo, por cualquiera de los órganos tanto llamados superiores como
inferiores.
La inspección es prueba directa del hecho que se pretende probar, cuando se puede
inspeccionar directamente. Es indirecta, cuando solo se puede inspeccionar el hecho del
cual se va a deducir la existencia de otro.
En este caso la prueba de inspección es prueba directa del hecho indicador o indicio.

C. La prueba pericial en el delito de lavado de activos:

Mediante la prueba pericial se investigan operaciones sospechosas, las cuales se


pueden definir como aquellas actividades que por su magnitud, falta de habitualidad,
velocidad de rotación y características de complejidad injustificadas, pudieran no tener
justificación económica u objeto lícito.

La peritación es una actividad procesal desarrollada, en virtud de encargo judicial, por


personas distintas de las partes del juicio, especialmente calificadas por sus
conocimientos técnicos o científicos, que se suministra al juez argumentos o razones
para la formación de su convencimiento respecto de ciertos hechos cuya percepción o
cuyo entendimiento escapa a las aptitudes del común de la gente.

Lo que distingue a la pericia del resto de los medios de prueba es que la pericial intenta
lograr la convicción del tribunal respecto de hechos técnicamente complejos, o sobre
aspectos especializados de hechos determinados.

La prueba pericial se enmarca, dentro de lo que se denomina la prueba científica, la


que goza de un alto poder de fiabilidad. La valoración que el juez efectúa del informe
de peritos se realiza conforme a las reglas de la sana crítica, y sin que por ella esta
prueba deba prevalecer sobre el resto de las pruebas allegadas al proceso, valorándose
la misma en su conjunto.

Dentro de los medios de prueba receptados por nuestros códigos, para poder lograr
una apreciación consciente y razonable de los hechos por parte del juzgador es casi
imposible sin la aplicación de algún conocimiento técnico o científico. Y la forma más
común de acercar este conocimiento al órgano jurisdiccional es a través de la prueba
pericial. Es por ello que los sistemas procesales contemplen la participación de
profesionales o técnicos, conocedores y estudiosos en profundidad de un tema, que
pueda aportar su saber al órgano judicial para establecer una verdad (idealmente
objetiva), ya sea por el uso de pruebas técnicas o por medio de la experiencia, que
determinan un hecho.
A través de la doctrina se ha señalado que el peritaje es la actividad realizada por
personas especialmente calificadas, distintas e independientes de las partes y del juez
del proceso, por sus conocimientos técnicos, artísticos o científicos, mediante el cual se
suministra al juez argumentos o razones para la formación de su convencimiento
respecto de ciertos hechos cuya percepción o entendimiento escapa a las del común
de las gentes. “Es una prueba ilustrativa sobre alguna materia técnica, que escapa al
conocimiento del magistrado” (Falcón, 2003)

El perito es el tercero, calificado y capacitado técnicamente idóneo, quien es llamado a


dar su opinión y dictamen fundado en un proceso, acerca de la comprobación de
hechos cuyo esclarecimiento requiere conocimientos especiales sobre determinada
actividad, técnica o arte, del cual es ajeno el juez.

La prueba pericial se encuentra regulada en los artículos 262 y siguientes del Código
Procesal Civil Peruano, en donde se enmarca legalmente el rol de dicho medio de
prueba, el sistema de nombramiento de los peritos, aceptación de su cargo y la forma
en que deben evacuar el informe pericial.

La imparcialidad es un elemento esencial del debido proceso, que afecta la actitud del
juez con las partes, incidiendo específicamente en la forma en que el juez ejerce su
obrar a los casos que se le someten. La exigencia de un actuar imparcial también se
hace extensiva a todo aquel que de una u otra forma intervenga en el proceso, es
decir, a los testigos, a los peritos.

El perito debe mantener su independencia de criterio y el dictamen ser imparcial. Los


vínculos personales con las partes y el interés económico que pueda tener en el
resultado de la causa, son motivos serios para dudar de la sinceridad del perito. Lo que
se busca a través de la garantía de la imparcialidad, es que no se desvirtúe en el
proceso su figura de tercero, evitando que por determinadas circunstancias, pueda
llegar a dictaminar la cuestión favoreciendo a una de las partes, dejándose llevar por
sus vínculos de parentesco, amistad, enemistad, interés en el objeto del proceso o
estrechez en el trato con uno de los justiciables, sus representantes o sus abogados,
siendo causales de recusación, remoción u apartamiento.

La finalidad de la prueba de peritos, consiste en acreditar los hechos que fundamentan


las pretensiones de las partes en el proceso, con la particularidad, de que el objeto de
la prueba pericial son hechos que no son del común saber de las partes o del juez, de
modo que el perito, mediante su informe o dictamen, proporciona al tribunal los
conocimientos técnicos necesarios para la valoración de los hechos objeto de la
controversia. Se garantiza el mínimo necesario de imparcialidad científica, objetiva,
que debe concurrir en el trabajo de examen y emisión del dictamen pericial, cuando el
perito actúa conforme con los criterios válidos y vigentes en la disciplina que se trate y
los aporta al órgano judicial para su valoración.

Se considera a la prueba pericial como un medio de prueba en el delito de lavado de


activos porque para la mayoría de la doctrina y jurisprudencia el dictamen del perito
oficial es idóneo para formar convicción y que su opinión debe prevalecer, en principio,
sobre la del perito de control o perito de parte.

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