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(G-Bosques)
Los bosques tienen un papel clave en la vida social, económica, cultural y política de las
comunidades asentadas en las zonas forestales y, en general, de la sociedad nacional,
además de ocupar un lugar importante en la protección de muchas especies animales y
vegetales, en la permanencia de los suelos y fuentes de agua y en la regulación del
clima local y del planeta.
Por otro lado, México cuenta con un enorme capital natural: bosques y selvas de gran
productividad económica y diversidad vegetal y faunística, así como abundantes zonas
con otros ecosistemas de importancia como matorrales y manglares. En el escenario
internacional, México es uno de los países llamados “mega diversos”.
Durante las dos últimas décadas del Siglo XX se abrieron cauces para la silvicultura
comunitaria, lo cual permitió que en torno a la producción forestal se consolidaran
varias empresas sociales y organizaciones regionales de productores aprovechando así
la posición estratégica de México para el acceso a los mejores mercados del mundo
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Existe, sin embargo un desfase entre el enorme potencial forestal de México y la
escasa cultura forestal que históricamente ha caracterizado a la sociedad mexicana.
Durante varios siglos, y en particular durante el Siglo XX, las políticas de colonización y
desarrollo de la agricultura y ganadería provocaron la pérdida o deterioro de extensas
superficies de bosques y selvas
Todos los diagnósticos disponibles, tanto los de G-Bosques como los que ofrecen otras
instituciones (académicas, gubernamentales, no gubernamentales y agencias de la
ONU1), muestran que los recursos forestales de nuestro país están deteriorándose a un
ritmo alarmante. Nos preocupa el hecho de que las instituciones gubernamentales no
hayan sido capaces de dimensionar el problema ni de instrumentar acciones efectivas
de solución mediante la aplicación de enfoques de co-responsabilidad que abran
cauces a la participación de la sociedad civil.
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se limitan a lanzar campañas de reforestación y a emprender acciones policíacas
encaminadas a enfrentar la tala clandestina. No es de esa manera como podrá
resolverse la compleja crisis ambiental de los bosques mexicanos y el deterioro social
en las casi nueve mil comunidades campesinas con bosque del país 2.
Si bien los retos para enfrentar esta situación no sólo atañen al gobierno sino a muy
diversas entidades de la sociedad, consideramos que son las autoridades
gubernamentales quienes tienen mayor responsabilidad.
En nuestro país, donde la mayor parte de los bosques se encuentra en manos de los
ejidos y comunidades, el medio por excelencia para alcanzar este objetivo es la
aplicación de esquemas de manejo forestal comunitario, donde los dueños de los
recursos y las poblaciones locales tengan la oportunidad de decidir cómo planificar y
desarrollar el aprovechamiento, la conservación y el mejoramiento de sus bosques.
Frente al resto de los países del mundo, México cuenta con dos ventajas excepcionales
que le puede permitir la autosuficiencia en productos forestales bajo esquemas de
sustentabilidad: 1) la cantidad y calidad de los bosques y 2) el hecho de que la mayor
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Según el censo ejidal de 2001, existen un total de 8,928 propietarios sociales con superficie de uso
común cubierta por bosques o selvas.
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parte de estas zonas forestales sean propiedad de las comunidades y ejidos que en
ellas habitan. Hoy día varios cientos de estos núcleos agrarios impulsan, con éxito, sus
propias empresas forestales y han logrado desarrollar modelos de aprovechamiento
sostenible que pueden ser aplicados en el resto de las comunidades y ejidos con
terrenos forestales de México.
1.- Los bosques y el agua han sido declarados asuntos de seguridad nacional, pero no
existe congruencia entre esta declaración y las acciones reales que se han llevado a
cabo. Al respecto, resulta ilustrativo el hecho de que cada año se pierden alrededor de
600,000 hectáreas de bosques y selvas; también llama la atención que, de los 56
millones de hectáreas de bosques y selvas del país, los programas de apoyo forestal
mencionados sólo cubran el 13%.
Resulta alarmante que 88% de los terrenos forestales del país se encuentren sin
instrumentos de planificación. Este hecho y la persistente desforestación demuestran la
grave ineficacia de la política mexicana de fomento forestal y plantean importantes retos
no sólo para el sector gubernamental sino para toda la sociedad.
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3.- Las metas de producción forestal propuestas en el PNF eran de 12 millones de m 3
para 2006; en los hechos, estas metas no sólo no han sido alcanzadas sino que se
registra una drástica caída de la producción forestal maderable nacional, de más de
22%. Esta producción ha pasado de 9 millones de m 3 en 1998 a menos de 7 millones
en 2005.
6.- La política forestal no se correlaciona con la del desarrollo rural ni con el manejo de
las cuencas, por lo que se pierden oportunidades para armonizar instrumentos de
política, canalizar inversiones al sector y evitar el efecto perverso de costos de
oportunidad inducidos por subsidios agropecuarios en contra de la rentabilidad de la
silvicultura, a pesar de que el artículo 27 de la Constitución establece un esquema de
Desarrollo Rural Integral, reglamentado por la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.
7.- No existe ningún componente de política para la industria forestal, por lo que la falta
de agregación de valor de los productos de los bosques permanece como una de las
principales amenazas a la pérdida de interés en la conservación del uso forestal de las
tierras, frente a opciones como las huertas, la ganadería o los cultivos ilícitos.
8.- La información generada por la S EMARNAT respecto a los bosques del país y su
manejo no siempre es pertinente ni oportuna y resulta insuficiente para las necesidades
de un sector que precisa inversión y capacidad para tomar decisiones acertadas que
mejoren su eficiencia. Los siguientes puntos son ejemplo de ello:
a. Los datos que reportan los anuarios de la producción forestal tienen dos
años de retraso.
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b. Existen resultados confusos y poco verosímiles acerca de la tasa de
deforestación. Tampoco son precisos ni consistentes los datos sobre el
cambio de uso del suelo.
c. Las instancias gubernamentales del sector forestal no registran ni
procesan información acerca de las superficies forestales que se
encuentran bajo esquemas de manejo forestal. Al parecer esa información
les parece irrelevante, ya que únicamente se registran las superficies
autorizadas para la extracción de madera.
d. El Registro Nacional Forestal es deficiente, no está actualizado y es poco
útil para quienes toman las decisiones tanto en el ámbito gubernamental
como en el de los productores forestales.
e. No existe un seguimiento detallado de los principales problemas del sector
forestal ni un análisis que explique sus causas y determine soluciones, por
ejemplo, acerca de la caída de la producción, del aumento en el déficit de
la balanza comercial, etcétera.
f. No existe un estudio que aborde las potencialidades de los bosques
nacionales y de los distintos agentes forestales, en los marcos nacional y
de la globalización.
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de permisos de aprovechamiento, el monto y la integración del presupuesto y las metas
de nivel local, regional y nacional para el sector.
12.- La C ONAFOR sólo rinde cuentas al gobierno central a pesar de tener gerencias
regionales. Por esta razón no existen los recursos, espacios y procedimientos
necesarios para favorecer la participación de los gobiernos estatales y municipales, de
las organizaciones de productores o de la sociedad civil en la planeación, ejecución y
evaluación de los programas. Tampoco han podido desarrollarse e implementarse los
mecanismos que propicien la práctica de rendición de cuentas ante las poblaciones
locales.
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organizaciones e instituciones vinculadas con la cuestión forestal, y fomentarse
la interacción de la sociedad civil con las distintas instancias de gobierno. De
esta manera la toma de decisiones se hará más democrática y se enriquecerá
con los saberes, experiencias y visiones propositivas de muy diversos actores
sociales implicados en la actividad forestal.
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pueden y deben transformar sus productos hasta las fases más cercanas
posibles al mercado final y capturar así oportunidades de empleo e ingresos,
reducir costos de transporte y aprovechar las habilidades y los costos
competitivos de la fuerza de trabajo de los campesinos.
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maquillaje de datos, al que suelen recurrir los funcionarios (como en el caso de
los datos de deforestación para el periodo 2001-1005).
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Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática
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GRUPO BOSQUES
Organizaciones de productores:
Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF)
Unión Nacional de Organizaciones de Forestería Comunal (U NOFOC)
Unión de Productores de Chicle Natural (vinculada a la U NOFOC)
Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (O EPFZM-UNORCA)
UNIÓN DE C OMUNIDADES ZAPOTECA - CHINANTECA
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