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Estudios AHILA de Historia Latinoamericana N.

" 15 Asociaciónde HistoriadoresLatinoamericanistas


Europeos

Editor Generalde AHILA:

Manuel Chust (UniversitatJaumeI, Castellón)


GUERRAS CIVILES
UN ENFOQUE PARA ENTENDER
ConsejoEditorial:
LA POTÍ:|TCA EN IBEROAVTÉNICA
Ivana Frasquet(Universitat deValéncia)
pllar GonzálezBernaldo de Quirós (universitéParis7, Denis Diderot)
(1830-1e35)
Luigi Guarnieri Caló Carducci (Universitádegli Studi di Roma III)
AllanJ. Kuethe (TexasTech Universiry Lubbock)
StefanRinke (FreieUniversitát Berlin)
Natalia Sobrevilla (University of Kent, Canterbury)
Ariadna Islas
María Laura Reali (eds.)

Estudios AHILA de Historia Latinoamericana es la continuación de


Cuadernos de Historia Latinoamericana AHILA - IBEROAMERICANA -VERVUERT 2018
ÍNorcn

Reservadostodos los derechos


I rrsguerras civiles en el palimpsesto de los conflictos políticos
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de estaobra solo
(1830-1935)
rbcroamericanos
pr.de .er reelizadacon 1aautorización de sustitulares,salvo excepción previstapor la ley.Diríjase a CE-
DRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesitafotocopiar o escanearalgún fragmento de lriadna Islas y María Laura Reali
estaobra (hnp://www.conlicencia.com;91702 19 70 / 93 272 04 47)

Europeos
@ AHILA,Asociación de HistoriadoresLatinoamericanistas
Itlcntidades políticas, representacionesy prácticas:los batallones
www.ahila.nl ('ntrerrianos en la Guerra de la Triole Alianza, crónicas y cartas
,lcsde el frente de batalla 27
O Iberoamericana,20l8
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Artesanosen armasy "policía a la francesa": el motín de Bogotá
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"Visto y oído". El testimoniode los prisionerosde guerra:de la


ISBN: 978-84-9192-027-2 (Iberoamericana)
ISBN: 978-3-95 487-9 41-0 (Vervuert) ('xperienciadel combatealapropagandabélica(Río de la Plata,
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Barrera

Diseño de cubierta:Rubén Salgueiro


1967,detalle.
Belloni, El efiftetero,Montevideo,
Milicianos,facciososy ciudadanos:las formasdel compromisoy
Ilustraciónde cubierta:José
siglo xlx. .
,lc la movilización.Venezuela, r07
Inrpresocrr España I itroníque
Hébrard
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\ ¡ , ' 1 ,r , , ¡ . ¡ \ ¡ r t t l t t t I t r t l i t t t t l en la Argentina en la formación del
t ( l ' r r r r rr r i l l ¡ ¡ ' . ¡ ¡ r l t l l(r) 1,27
I l t , t , l , ' / , ' , , \ l r t , r r ., '

t r r ¡ , l r l l r . r ¡ rr, ' t t ' s i s t c l l c i pa o p u l a r a l a e x p a n s i ó nd e l E s t a d on a -


, l , ' r l ¡ l r . n ( ' l u r t ( ' r i ( ) ra r g e n t i n oa c o m i e n z o sd e l a d é c a d ad e 1 8 6 0 r43
f .I,f.ri'
LAS GUERRAS CIVILES EN EL PALIMPSESTO
/ /ll-'
DE LOS CONFLICTOS POLÍTICOS IBEROAMERICANOS
I L , , , , l t l , t p d t r i a i n d i g n a d aP. r o t e s t ap o l í t i c a , c r i s i s d e l f e d e r a l i s m o (1830-1e3s)
\ r r)l\trucción del orden nacional en Entre Ríos. . 1,61
\ l , t tt , t t t ,.t, l . P é r e z

l . r l r i s t o r i ad e l S a r g e n t o T a r i j ao l a G u e r r a d e l C h a c o a l r e v é s . 1.79
.\'irit/¡r-rRichard Ariadna lslas
Uniuersidadde Ia República,Urugudy
l-a historia de la guerra patagínica hecha de " partes": revisitando
Maria Laura Reali
ln Expediciónal Cran Lago Nahuel Huapi,I88l 1,97
UniuersitéParis 7 / EII-A-ICT
Julio E.Vezub

Sobre Ios autores 217


El estudio de las guerras civiles a 1o largo del proceso de la formación de
los Estados en el espacio iberoamericano luego de las independencias es un
campo en crecimiento. Se trata de uno de los nudos temáticos de la historia
política del siglo xlx y es objeto de una significativa renovación, tanto desde
el punto de vista de la discusión teórica como de la originalidad de los abor-
dajes en los diversos estudios de caso,a uno y otro lado del Atlánrico.
La eclosión del estudio crítico del surgimiento, construcción o "inven-
ción" de las nacionalidadesy, más aún, al momento de realizarseun balance
con motivo de la celebración de los múltiples bicentenarios de las indepen-
dencias,generó una renovación profunda y de gran amplitud en las líneas de
investigación sobre la revolución y las guerras que transformaron los antiguos
imperios español y portugués en un conjunto de Estados en las primeras
décadas del siglo xlx. La consideración de estos conflictos como "guerras
nacionales"ya no puede ser de recibo alaluz de estostrabajos:la discusión a
propósito de su carácter revolucionario o de su caracterizaciín como guerras
civiles ha sido planteada en numerosas ocasionesen los últimos años (Guerra
1992; GuercalAnnino 2003 ; Lempériére 2004; A-ltezlChust 2015; González
Bernaldo de Quirós 2015,por citar algunas obras paradigmática$.
Ariadna Islasy María Laura Reali Lrs guerrascivilesen los conflictospolíticosiberoamericanos
(1830-1935) t1

El fenónreno de las guerras civiles en los procesosde formación de los Es- o la exclusión del cuerpo de la soberania o de los espacios de decisión
trlclosen la región y su relación con la formación del orden republicano es una (Chiaramonte 1986; 1997a y 1.997b; Míguez 2003; Paz 2007; FradI<tn/Di
prcocupación que interpela a numerosos historiadores y ha dado lugar a estu- Meglio 2013; Schmit 2015).
riios en diferentes escalas,de los que en gran medida los trabajos presentados En el trabajo que Eduardo Migtez propone en este conjunto de artículos,
equí son tributarios. El enfoque que comparten es el del estudio de casos,que se aborda la violencia como forma de lucha política en las provincias argenti-
sin embargo pueden reflejar elementos comunes que avanzan en la posibili- nas durante el período que media entre 1852, con la derrota del gobierno de
dad de trabajar los temas a una escalamayor. Las historias de montoneras que I{osas en el marco de la Confederación,y la reforma electoral en la República
enfocan la acción política autónoma de los sectorespopulares tanto como la Argentina en 1.912,que en la historiografia de esepaís suele llamarse el "régi-
irrrpregnación de conceptos políticos en su motivación conforman una de las rrren oügárquico". En su estudio,Migaez analizael recurso a la violencia como
escalasposiblesde estudio del problema (Frega2002;Fradkin 2006).Asimrsmo, una forma de llegar al poder como complemento de lasformas republicanasen
otros casosa pafiir de los que el tema se ha abordado se centraron en rebelio- un ejercicio de competencia política, al efecto de contrarrestar -o forzar- los
nes que movilizaron a miles de participantes,ya fuera en el medio rural como regímenesde exclusión. El trabajo pues, aborda el problema de la distribución
en el urbano (Sabato1998;De la Fuente 2007;Di Meglio 2007;Sabato2008)' del poder político entre aquellos grupos -que Míguez describe como "élites
A1 mirar estosejemplos, puede preguntarse a propósito de la especificidad del urbanas"- que no cuestionabanel orden político vigente en las distintascons-
fenómeno.Tanto Fradkin (201,3) como Rabinovich (2015a y 2015b) ya han tituciones nacionalesy algunas de las provinciales.Según el autor, estasélites
avanzado reflexiones a propósito, tanto en el sentido de cómo aplicar la cla- lograron un dominio que ya no daría lugar a una participación autónoma o
sificación de "guerra civil" a distintas guerras en el marco platense,como a la semiautónoma de los sectoressubalternos,en una creciente exclusión de esa
relación entre el recurso a la violencia y la formación de identidades políticas. acción "autónoma" a partir del "republicanismo democrático" que parecería
Otro punto de interés se ha despertado en torno a los conflictos que haberseconsolidado en los dieciséisaños subsiguientesa la revolución de 1810.
involucraron a distintos Estados en conflagraciones que pueden revestir la Migo.ez enfoca su interés en los juegos internos de las clasesdirigentes
denominación de internacionales, entre ellos notablemente las así llamadas en sus luchas por el poder y, con su estudio, coloca en sus términos y límites
"Guerra del Pacífico"; del "Paraguay" o de la "Triple Alianza" y "Guerra del una interpretación de las guerras civiles que parecía englobarlasa todas en la
Chaco", esta última ya entrado el sigloJxx, por citar algunos ejemplos pa- historiografia tradicional. En este sentido, rnatiza y pone en cuestión la per-
radigmáticos (GaravaglialFradkin 2017; Capdevila 20 10; Boidin/Capdevila/ cepción de las guerras civiles en clave totalizadora y distingue diversos tipos
Richard 2007 ;Whigh arn 20 1.0-201 3) . de contienda civil en el período que anaTiza.El trabajo problematiza la inter-
A partir de estos trabajos, cabe preg.rntarse si estos conflictos no fueron pretación de que las guerras civiles pudieron estar en la base de la formación
también expresión,junto a otros de menor envergadura,de confrontaciones y ampliación de la ciudadania o en la conformación del sistemademocrático
políticas,ideológicas,socialesy / o étnicasen una competencia por el poder -o republicano con representación de las minorías (Pivel 1942;Caetano 2013).
una parte de él- mientras se formaba una variedad de Estados con fronteras y Elecciones y violencia parecen ser caminos alternativos-y aún más,eventual-
jurisdicciones cambiantes o bien altanzasde Estados más o menos inestables, lnente complementarios- en la imposición del régimen oligárquico, en un
a 1o largo y ancho del territorio iberoamericano. lJn siglo medido a partir de sistemaque no puede obtener todavía "sometimientos consistentes",según la
los treinta del ochocientos y hasta las primeras décadasdel novecientos que expresión de Bernardo de lrigoyen, que el propio Míguez cita. Es decir, un
enfrentó proyectos de futuros posibles -y algunos decisivarnente perdidos- que sistema en el que las facciones no podían admitir la derrota como parte de
se confrontaron en luchas civiles de singr.rlarintensidad y violencia al involucrar la competencia política al interior de las clasesdirigentes y su conformación
a distintos grupos sociales y étnicos, ideológicos y religiosos, a migrantes y como tales. Cabría preguntarse si es posible también pensar que esta impo-
nativos partidarios de distintos regímenes políticos que en el restablecimiento sibilidad de "sometimientos consistentes" pudiera darse como efecto de un
del orden, regularan la distribución, la participación, la inclusión en el poder orden social que aún no estabaconsolidado efectivamente.
t2 Ariadna Islas y María Laura Reali Lasguerrascivilesen los conflictospolíticosiberoamericanos
(1830-1935) L3

Esto parece poder pensarse,puestoque, al realizarel estudio de estetipo de la parte más ignorante contra 7a más ilustrada de la sociedad, de la gente de
conflictos, Migu¡ez no deja de advertir otros, que parecen ser los que enfocan campo contra la de las ciudades,de la plebe contra la gente principal, advirtie-
los trabajos de Paz,por un lado y Alabart y Pétez,por otro' En efecto, Míguez ron el riesgo que significabala participación política de los sectorespopulares
sostiene que en "algunas provincias existieron manifestaciones de las viejas en esosconflictos, siempre que sus conductores (los "caudillos") no pudieran
irrupciones populares,expresionesde rasgossocialeslocales o de mecanismos ser cooptados.El recurso al pacto, a la negociación o al exterminio -y con
políticos en retirada, pero fueron manifestacionesextemporáneas,con escaso ello, el escarmiento- parece haber estado en la base de esta diferenciación
peso en el sistemapolítico". entre los caudillos como mediadores del orden o de la anarquía.Lejos de pen-
sarsecomo una rémora que dificultaba la unidad -como proponía una visión
Quizás ejemplos de estos conflictos sean los que analizan Alabart y Pétez
en sus estudios de caso en la provincia de Entre Ríos. Uno y otro artículo unívoca y preexistente de la nación en la historiografia nacional- el trabajo
abordan la presencia de identidades subalternasa las dominantes en el marco dePaz pone de manifiesto la posibilidad de analizarlas guerras civiles como
de la Guerra de laTriple Alíanza,expresadasa través de manifestacionespo- el enfrentamiento de proyectos alternativos en pugna por capitalizar \a orga-
pulares.Mariana Pérez estudia el fenómeno de las "serenatas"en Entre Ríos, nízactín de un Estado-nación con una distribución federal del poder político.
que adquirieron el carácter de movilizaciones de índole política que pusieron Sobre la base de un conjunto de estudios ya clásicosy renovadoressobre
en cuestión la conducción y la pertinencia del conflicto al tiempo que afir- el tema de los caudillos como mediadores y apoderadospolíticos (Goldman/
maban la identidad entlerriana en oposición al régimen político que llevaba Salvatore 1998;De la Fuente 2007; Fradkin,/Gelman/Santllh 201.2:Fradkin/
adelante una guerra que consideraban injusta. El trabajo de Mónica Alabart Di Meglio 2013; Fradkin/Gelman 2015), Gustavo Paz anafiza el caso de la
enfoca las celebracionespatrióticas al interior del ejército, en los escuadrones represión de la guerra civil en clave de resistenciaal orden político y social
movilizados desdeEntre Ríos, fiestasen las que la identidad de cuerpo como que procuraba imponerse desde el gobierno de Buenos Aires. La cuestión
expresión de la identidad provincial -y federal- parece prevalecersobre la na- de la significación de estos conflictos en el marco del proceso de construc-
cional aún no constituida en común, sino ideológica o partidariamente, como ción de los Estados en la región platense se pone de manifiesto de múltiples
expresión de uno de los proyectos de Estado nación posibles. maneras.Entre otras, la actuación de los oficiales orientales, que Paz califica
El trabajo de Gustavo Paz se centra en otra medida de los conflictos usual- entre paréntesiscomo uruguayos,pone en cuestión el uso de estos apelativos
mente conocidos como "guerras civile{". Al enfocarse en la rebelión de los nacionales y de las propias identidades, cuando todavía parecia posible que ha-
'gauchos'del Chacho Peñaloza,seinstala en el estudio de lo que Míguez dis- ber nacido en el Estado Oriental del Uruguay podía perfectamente convivir
tingue en el suyo -en contraposición a los casosen que é1se detiene- como con una identidad argentina y americana, pertenecer como funcionario a las
"un fenómeno totalmente diferente: una resistenciaa la formación misma de instituciones políticas y administrativas de uno u otro Estado y participar de
un Estado con monopolio de la coerción, en la tradición del bandolerismo la lucha por los distintos proyectos políticos de Estado nación aún en lucha.
social hobsbawniano". Paz advierte que, al procurar identificar los orígenes de El estudio dePaz pone así de manifiesto la presencia de proyectos políti-
las guerras civiles argentinas,observadores"perspicaces" como José MariaPaz cos distintos en un horizonte de futuros pasadosaún entonces posibles,tanto
y Domingo Faustino Sarmiento,"encontraron en las tendencias democráticas como un proceso de formación -o eventualmente de invención- de tradicio-
e igualitarias 1...] canaltzadasen una amplia mllitarizaciín, el factor principal nes políticas y culturales en la concepción de la nación. lJna cuestión latente
que explicaba el ciclo de las guerras civiles y la aparicrín de jefes militares en el estudio de Paz es el problema de la acci6n autónoma o semiautónoma
provinciales a quienes ellos denominaron caudillos". Este signo de "barbarie", de los sectorespopulares y los límites que estaacción podía poner a la media-
de "anarquía", una"rémora" frente al progreso del "orden nacional" en sus ción de los caudillos. En el marco de la jerarquia de la "montonera" Paz traza
propias expresiones,parecia contener, en cuanto una guerra que movilizaba algunas líneas para explicar el origen de la motivaciín para la participación
un conjunto heterogéneo de sectoressociales,un factor de peligro para con- política de los "gauchos", entre los que la experiencia o la tradición de la ex-
solidar el orden social.A1 ver en estasguerras civiles una confrontación entre periencia del ejercicio de ciertas libertades políticas y personalesa partir de la
14 Ariadna Islas y María Laura Reali l.:rsguerrascivilesen los conflictospolíticosiberoamericanos
(1830-1935) 15

revolución iniciada en 1810 parece haber estado tan presentecomo la posibi- t'n sí mismo, tanto como su aplicación en los distintos contextos. En un tra-
lidad de garanttzarcierta distribución de bienes y compensacionesmateriales, bajo reciente, Luc capdevila y Nathalie Dessenselaboran una tipología que
junto a otros clivajessociales,políticos e ideológicos de diversa nalrraleza. i,cluye, además de los casosque se inscriben más fácilmente en el paradig-
Es así que estas peyorativamente llamadas "pequeñas guerras", "guerras nra clásico,los enfrentamientos irregulares y asimétricos representadospor las
intestinas" o "conflictos de facciones" comienzan a cobrar interés en distintas insurrecciones rurales o guerrilleras contra el gobierno central, así como los
líneas de trabajo en los talleresde la Historia. La conformación de los ejércitos producidos dentro de un marco no convencional pero simétrico correspon-
y otras fuerzas de guerra en la formación de los Estados,las formas de parti- cliente a momentos de anomia o de implosión del Estado.Según esEosaurores,
cipación política de los sectores populares a través del estudio de rebeliones lasmotivaciones de los actores,vinculadas a elementos de carácterdoctrinario,
y montoneras,la formación de las élites gobernantes desde un punto de vista ótnico, religioso o identitario -entre otros-, constituyen ofta gu'iade lectura
relacional en el marco de estos procesoses una cantera abierta parala inves- posible para abordar el fenómeno de las guerras civiles en América Latina
tigación y el debate sobre la historia política en clave social y cultural para (capdevila/Dessens 2016). Dentro de esta última perspecriva de anfisis, al-
abordar el siglo xIX iberoamericano. gunos estudios recientes que abordan, entre otros aspectos,el de la violencia
Comprender las guerras civiles trascendiendo el contexto de la nación, política, han acordado un lugar relevante a la cuestión de las emociones y de
de las fronteras de los Estados,y tanto más aun al dejar de lado la omnipre- los regímenes emocionales (Capdevila/Langoe 2014).
sencia del ordenamiento estatal actualmente existente -muy presente toda- Por otra parte, considerar la perspectiva de los actoresimplica interrogarse
vía en buena parte de la historiograña de que disponemos sobre el tema-, sobre la forma en que fueron percibidos estos enfrentamientos armados por
forma parte del ambicioso objetivo de entender Iberoamérica en el siglo sus contemporáneos y por una historiografia posterior que fue marcada,por
xrx y, posiblemente, esbozar algunas líneas para incursionar en la compren- lo general, por la mirada de los vencedores.En este sentido, la forma misma
sión de parte del siglo xx. de nombrar al conflicto y a sus protagonistas-el hecho, por ejemplo, de des-
La publicación de una serie de estudios reunidos porJordi Canal y Eduar- caTificaral adversario tratándolo de bárbaro, salvaje,bandido, de enemigo del
do González CalTejaen torno a este tema en el contexto europeo puede orden o atribuyendo a sus acciones una motivación egoísta como el apetito
señalarun camino en este sentido para recorrer las guerras civiles en Europa de poder o la búsqueda del beneficio indiüdual- comporta ya una toma de
y eventualmente pensarlascomo la gueira civil europea, llue en sus procesos posición en relación con el hecho histórico considerado.En definitiva,cabria
ha formado el espacioque hoy conocemos como tal (CanallGonzáIez Calleja preguntarse hasta qué punto cahficat un acontecimiento como guerra civil -
2012;kanzato 1.994).Los distintos estudios,en los que se discuten tanto casos en la mirada de sus contemporáneos o desdela perspectivaactual- no implica
como aspectosteóricos, pueden echar luz sobre los posiblesenfoques con que reconocer a ambos campos el derecho a la beligerancia y, en definitiva, con-
puede abordarseel tema de las guerras civiles en otros espacios,en particular siderar al adversario como un contrincante legítimo. ¿La forma de calificar
el iberoamericano, tal como se ha enfocado en distintos debates (Hkpania estosfenómenos -atribuyéndoles o negándolesel carácter de guerra civil- no
Noua 201.5).Thmbién queda abierto el problema de las escalas:el fenómeno estaríadando cuenta, en cierta medida de una relación de fuerzas?El estudio
de las guerras civiles se ha vuelto un motivo para rediscutir la pertinencia de de este problema roza üferentes aspectos,en particular el uso de la violencia
estudios en longuedurée,corno tema recurrente en el marco de la historia po- en el marco del conflicto político y, con ello, la consideración del "otro" como
lítica mundial, pero también de la historia intelectual, conceptual y cultural de adversario o enemigo.
lo político, por ejemplo, en lo que ha dado en llamarse historia transtemporal El problema del "otro" se plantea en varios de los estudios que se incluyen
(Armitage 201,2 y 2017). en esta compilación. En el caso que presenta el trabajo de Juliana Alu^rrt,
Las característicasde muchos de los conflictos que se desarrollaron en la identificación de una parte de los sectorespopulares en el marco urbano
este ámbito hacen del rnismo un terreno especialmentepropicio para poner como un "otro" potencialmente peligroso políticamente para la imposición
a prueba una lectura renovada de la guerra civil, y la discusión del concepto del orden legal y republicano pone el acenro sobre los aspectosdisciplinarios
16 Ariadna Islas y María Laura Reali [.rs guerrascivilesen los conflictospolíticosiberoamericanos
(1830-1935) 17

(lr¡(.('\tuvr('r,tncn l¡ basede su instalación.La difict7diferenciaciónentre ciu- reclutamiento de miembros secuestradosde comunidades étnicas (Richard)-
,1,¡,1.¡rr,tr ,lt' lricn, pobres honrados y clasespeligrosasen ese conjunto hetero- cn las limitaciones a la "nacionaltzaciín" y a la incorporación forzada a la
l:('n('r) rt'r'torcs¡lopularesenglobadosbajo el nombre de "artesanos"en los
rlt' ciudadanía de estaspoblaciones.
{¡r('Al\'.ul'z sc cnfirca,pone en cuestiónlos límites del ejercicio de los dere- La composición irregular de los ejérciros,la yuxtaposición de estrategias/
r lr.r, t'n P,rrticularel de la libertad y, sobre todo, el de la igualdad como bases tácticas que incorporaban elementos de las guerras civiles y coloniales, ilus-
,1,'l rrrtt'lrr.rrcpublicano y representativo.Es de particular interés el estudio de tran sobre ese aspecto multidimensional de un conflicto que no puede re-
(.\r(' r I l)() tlc problemas en los medios urbanos,poniendo a prueba la oposición ducirse al enfrentamiento de fuerzas nacionales en el marco de una guerra
r¡,rrlrtiorr:rl cntre ciudad y campo como representantesopuestosde civiliza- interestatalconvencional. Esta perspectivapone en evidencia,igualmente, que
( t()n y b¿rbarie. El estudio de estasrebeliones entre los sectores populares la violencia no es un fenómeno reductible a los grupos subalternos, a las
rrllrrrnos se pregunta :unavez más sobre los alcancesde la acción autónoma montoneras o a las comunidades indígenas,aunque los códigos culturales de
tlc cst<rssectoresen la lucha política (Di Meglio 2007;Sabato 1998 y 2008). estosgrupos hayan tenido una incidencia en el desarrollo de ciertas prácticas
E,n el caso del trabajo de Véronique Hébrard, el encuadramiento de los calificadascomo salvajespor los observadorescontemporáneos que se sentían
ciudadanos en la milicia urbana activa y de reservaabre el asunto del papel del depositarios de la modernidad o la civllizaciín, y que los ejércitos nacionales
rcclutamiento y del servicio militar en la propia formación del cuerpo de la utilizaron métodos similares al actuar bajo sus órdenes, como se detalla tam-
soberanía,mientras que el proceso excluye, por la violencia de la represión,la bién en los casosanalizadoslos trabajos de Paz o Míguez. tmbién en este
representación de aquellos llamados "facciosos", en general identificados con casola representaciónde estosgrupos étnicos y culturales estuvo sujeta a fac-
las rebeliones en el medio rural. Sin embargo, en las sucesivaslegislacionesso- tores coyunturales.En efecto, si ampLiamosel horizonte a otras experiencias
bre el reclutamiento de los distintos cuerpos, y la jerarquizaciín interna entre continentales, podemos apreciar que la violencia ejercida por los indígenas
los vecinos que conlleva,Hébrard plantea los nudos del conflicto:la resistencia pudo ser percibida desdeun ángulo diverso.Así,según sostieneMarta kuroz-
al reclutamiento y la similitud social entre los miembros de las milicias y los qui, la participación de estoscomo ejército auxiliar en la revolución boliviana
rebeldes reprimidos. El modelo republicano de Cincinatto, no parece estar de 1870 fue considerada"sangrienta y bestial" por la historiografia de esepaís
a la orden del día en laVenezuela que enfoca Hébrard y.el problema de los (Irurozqui 2004:1,47).Esto no impidió, sin embargo,la legitimación conrem-
"iguales" en uno y otro de los bandos ed lucha es rozado en varios de los tra- poránea de estaviolencia desdeel campo revolucionario, en la medida en que
bajos que conforman este volumen, en particular el deVezub, pero también el se sosteníaque la misma servíaa un fin patriótico y se inscribía, en último tér-
de Paz.El trabajo de Edilson Brito enfoca el problema del reclutamiento de mino, en un proyecto que haría posible integrar a estosactoresa la comunidad
los ciudadanos en la milicia como una forma de aglutinar y generar alíanzas nacional, transformándolos en ciudadanos.El papel de las diversas"fuerzas de
políticas en una sociedad de desigualdades,encuadrando a los sectorespopu- guerra" en la formación de los Estados puede ser uno de los factores a tener
lares en una institución jerárquica, como una de las formas de construcción en cuenta en este asunto (Garavaglia/Pro/Zimmermann 2012).
de la soberaníade la nación. Al mismo tiempo, la integración en la milicia se Al instalarse en el contexto de la 7larnaü" campaña del desierto", el trabajo
convertía para sus miembros -según estudia Brito- en un camino para eludir 'indios'
de Juüo Vezub enfoca a los como víctimas y agentes -por fuerza o
el servicio en el ejército nacional y, con ello, en una paradoja del modelo re- cooptación- de la violencia estatal durante las denominadas "campañas"
publicano del ciudadano en armas. de expansión nacional de fines del siglo xrx en la Pampa y la Patagonia
Si los estudios que preceden abordan la relación entre negociación, en- argentinas. A través de una mirada renovada sobre fuentes tales como los partes
cuadramiento institucional y disciplinamiento de los sectorespopulares en la de campaña o la cartografia de uso militar,Vezub pone el acento en las fisuras,
dialéctica de rebelión/represión,los trabajos de JulioVezub y Nicolas Richard el ocultamiento y las trazas indirectas e involuntarias, que dejan entrever
se enfocan -a través del análisis del enfrentamiento con las poblaciones indí- los distintos textos anahzados.Así puede apreciarse la complejidad de las
genas en la Pampa y Patagonia por parte del ejército nacional (Vezub) o en el estrategiasde supervivencia de individuos y comunidades en el marco de una
18 Ariadna Islas y María Laura Reali l.as guerras civiles en los conflictos políticos iberoarnericanos (1830-1935) 19

experiencia a la que el autor restituye su caIácter de guerra civil, cuestionando en 14 entrevistas realizadasen comunidades nivaclé del Chaco paraguayo.
"la tradicionaiterminología eufemísticade las'campañas'ylas'expediciones"'. En un contexto de avance colonial sobre territorios indígenas,al que vino a
(Jna acción presentadapor las fuentes oficiales como una progresión lineal yuxtaponerse una guerra internacional, desdibujando y perturbando la con-
por tierras "desiertas" implica, en los hechos, la captura de una población "a figuración inicial, aparecepresentadabajo una nueva faceta la trayectoria de
i" qr. se internaliza como enemigo", el despojo de sus recufsos y el control un individuo que, por su experiencia de vida, se inscribe dentro de diversos
cle sus medios de reproducción y de circulación. Confrontación asimétrica colectivos de identificación. Más allá del caso particular de Tarija, esta condi-
entre los indígenas resistentesy las fuerzas del gobierno compuestas por ción singular que pone a ciertos integrantes del mundo indígena chaqueño en
veteranos del Paraguayy de la represión de las revoluciones provinciales,pero situación de mediación, pudo ser pensadapor Richard en trabajos anteriores
nutfidas igualmente por "baqueanos"
-"operadores tácticos, combatientes y en términos de capitalización -la guerra habria impulsado a estos individuos
técnicos calificados"- que desafrollaron un papel frecuentemente omitido a situaciones de prestigio y autoridad de las que no gozaban en el período
o negado por la documentación oficial, pero cuyo catácter central, sostiene previo (Richard 2008 y 2010)- o en términos de una "tragedi-a",de un des-
Vezub, resulta innegable. En un amplio abanico de posibilidades entre las que garro irresoluble producido, en la historia concreta de Tarija, por el "tormento
puede mencionarse la resistencia,la incorporaci6n forzada o la cooptaci6n,la interior de sus dos lealtadescontradictorias" (Richard20II:71).El texto que
situación creadapor la conquista produce nuevos clivajessocialesy culturales presentaen estaocasión aparece,más que como una rectificación de propues-
que Se yuxraponen y combinan con los anteriormente existentes entre las tas anteriores,como una nueva vía, al poner el acento,más que en el resultado,
poblaciones nativas (Escolar/Vezub 2013). en la estrategiadesarrolladapor este soidado boliviano de origen nivaclé fren-
El trabajo de Nicolas Richardl, al mirar la guerra al revés,propone un análisis te a coyunturas concretasen las que su condición de doble pertenencia aflora
-si no engañosao meramente como una llaga en carne viva, en la que la emoción del manejo consciente
de las escalasde violencia que supuso estafrágil
falsa- transformaciónde los'indios'en'indios bolivianos'o'indios argentinos' de la traición ajena, entrevera la lucha nacional con la lucha política de una
o'indios paraguayos',como 10 destacaen su texto. En un contexto en eI que guerra de otros con la violencia sufrida como una guerra personal y cultural
una guerra internacional y el avancecolonial sobre territorios indígenasapare- desde un punto de vista nivaclé. El autor enfoca en un nuevo caso el rol del
cen fuertemente entrelazados,esteartículo reconstruye una dinámica en la que mediador como expresión de la "densidad, la variedad y la ambigüedad" de las
los códigos y estrategiasde los ejércitod convencionales pueden ser desviados relacionesentre el mundo indígena y los ejércitos nacionales (Richard 201I).
y puestos al servicio de una venganzapor quien ha sido víctima de susviolen- Aunque las diferentes dimensiones de la violencia -de la fisica a
cias y, posteriormente, cooptado e integrado a las fuerzas regularesbolivianas. la simbólica- constituyen un componente ineludible de la guerra, los
El papel de los "mediadores" del mundo indígena resulta igualmente fun- parámetros para medirla no son unívocos y dependen del contexto social
damental en el texto de Richard, quien apunta a reconstruir la historia del en la que esta se inscribe, de las prácticas imperantes en el terreno civil y el
"sargento Taija" , capturado traumáticamente durante su infancia y trasla- militar, de quiénes la despliegany sobre quiénes se ejerce, de los códigos que
dado al fortín boliviano de Esteros, donde se crio hasta hacerse soldado. El establecenlo aceptable diferenciándolo del ejercicio ilegítimo de la misma.
autor recurre para ello a las pocas trazasconservadasen notas de prensa,pu- En relación con este último punto cabe señalar que la primera convención
blicaciones del período y documentos oficiales, pero se basa,más que nada, sobre el tratamiento de heridos de guerra fue firmada en Ginebra en 1864
y ratrficada en las décadassiguientes porArgentina (I879),uruguay (1900),
1 El autor entregóestemanuscritoen diciembrede 2017paraserincluido en este Brasil (1906) y Paraguay (1,907). Por su parte, las primeras limitaciones
formales al tratamiento dado a los prisioneros de guerra fueron establecidas
númeromonográficode EstudiosAHILA. Durantee1procesode ediciónde estedossier,
una versiónligeramente ampliadadel texto fue publicadacomo Richard,Nicolas(2018): en la primera Convención de La Haya de 1899 (Fonsecade Castro 2013:
,,La otraguerrade1SargentoTarlja".En M. GronoaNo,Mariana(ed.):De lo uisuala lo 157). En el período previo no existía todavía una normativa internacional
afectiuo. artístícas
Práctícas entornoa uisualidades,
y científims y artefactos.Buenos
desplazamientos de este tipo que pudiera ser evocada por los contrincantes,pero antes de
Aires:Biblos,pp.227-253.
20 Ariadna Islasy María Laura Reali l . : t sg r t c r r l s c i v i l c sc n l < ¡ st ' o ¡ r f l t t ' t t x¡ r o l i t t ro s r l r t ' r o . r ¡ r r t ' r i r ' ; r (r lrfol .si { ) - 1 9 3 5 ) 21

la constitución del derecho público moderno circulaban prescripciones t¡uc circulaban por entonccs en cl continente americano.A esasreferencias
asociadasal derecho natural y de gentes que, reuniendo tradiciones diversas, sc yuxtaponía un corpus colonial vinculado a la guerra de fronteras, a las
servían de referencia general en contextos donde eran interpretadas según c'rrrrrpañascontra los indígenas,a la guerra de pillaje practicada por ejércitos
las prácticas socialesvigentes. En este sentido, una interesante vertiente de tlc composición heterogénea (Capdevtla 201.6:4). Adler Homero Fonseca de
estudios del fenómeno se ha centrado en la militarizaciín de la sociedady ( lastro sostiene,por su parte, que existían en ese período ciertas normas de
las prácticasde la guerra (Rabinovich 2013;Lorenz201.5). conducta a las que solía referirse como "costumbres de la guerra" (2013: 158).
Dentro de esta problemática se inscribe el trabajo de Mario Etchechury, Estos códigos disponían que los oficiales podían ser dejados en libertad e
que aborda la cuestión de las "atrocidades" cometidas sobre prisioneros de incluso repatriados y que la población civil no debía sufrir las consecuencias
guerra durante la co1'untura bé7ica 1839-1845, período particularmente tle las operaciones de guerra (Fonseca de Castro 2013: 159). Sin embargo,
cruento dentro del ciclo de las guerras civiles rioplatenses. cl tratamiento de los heridos y prisioneros durante el conflicto -incluido el
En este contexto, el autor analtzala suerte de los combatientes heridos y (lue se dio a los oficiales- no se ajustó a parámetros más o menos estables,
capturados, mostrando que el rango de los derrotados no constiusia garan- sino que se cafactetizó por una importante variabilidad en diversas coyun-
tia algona,ya que la suerte de los oficiales se encontraba en estos casosmás turas y contextos. Como lo explica Luc Capdevila, si bien los jefes de Esta-
comprometida que la de los individuos de tropa. Al mismo tiempo, prácticas tlo involucrados en el conflicto multiplicaron declaraciones y protestas en
como la mutilación y exposición pública de los cadávereso la circulación de nombre del respeto de las normas de la guerra, estasse cumplieron solo en
trofeos humanos parecen inscribirse en múltiples registros,involucrando tan- contadas ocasiones.Así, fueron prácticas corrientes las ejecuciones de civiles
to a las llamadas"guerras de pacificación" -definidas por Etchechury como y de prisioneros, los castigos,suplicios y prácticas degradantes,así como los
"operaciones de castigo y disciplinamiento que apelaban al uso del terror"- cnrolamientos forzosos en las fuerzas enemigas.Frecuentemente tolerados e
como a la toma de "represalias"-es decir, el intento de justificar las propias incluso dispuestospor la oficialidad y los altos mandos,los actos de violencia
prácticas violentas como una respuestaa la violación de los usos de la guerra clenunciados como ilegítimos/incompatibles con los usos y costumbres de
por parte del enemigo-. De igual modo, estasformas de violencia sirvieron a la guerra se explicaban igualmente por la coexistencia de diversos códigos
la construcción de representacionesnegativasdel adversario,en el marco de culturales entre los combatientes. Para dar cuenta de esta diversidad puede
campañasde opinión en las que la dehuncia de las "atrocidades" apuntaba a rnencionarse,a modo de ejemplo, a los veteranos de las guerras civiles rio-
deslegitimarlo por sus acciones de "barbarie" y "salvajismo" como forma de platensesincorporados a las filas del ejército, a los niños soldados del ejér-
propaganda política y de construcción de identidades partidarias en espejo. cito paraguayo,así como grupos de indígenas aliados a uno de los campos
Aunque algunos de los conflictos armados rioplatenses de 1830 a 1850 cn pugna. En relación con estos últimos actores, Capdevila evoca enfren-
tienen una dimensión internacional, las prácticasde guerra que se implemen- tamientos con los hombres "blancos" que "desembocan en masacres,tortu-
tan en esecontexto suelen ser pensadas,generalmente,en términos de enfren- r¡s, mutilaciones y Ia matanza sistemática de caballos" (Capdevila 201,6:12).
tamiento civil. En ese sentido, ctbria preguntarse cuál es la especificidad de En este sentido,la forma misma de nombrar al conflicto y a susprotagonistas
este tipo de conflictos percibidos como esencialmente intestinos en relación *el hecho, por ejemplo, de descalificar al adversario privándolo de su carácter de
a otros que fueron analizados durante mucho tiempo como conflagraciones contrincante legítimo- comporta ya una toma de posición en relación con el
internacionales. Es el caso de la Guerra de Paraguay,que solo recientemen- rrcontecimiento. Puede ser cierto que calificar un acontecimiento como guerra
te ha sido repensada en clave de regionalizaciín de guerras civiles riopla- civil implica, en buena medida, reconocer el derecho a la beligerancia de parte de
tenses (Kraay/Whigham 2004;Capdevila201,6). Como lo ha señalado Luc krs contrincantes enfrentados,yesto puede ser una percepción del historiadory
Capdevila, durante el conflicto de 1864/1865-1,870,Ios oficiales disponían no de los contemporáneos. Sin embargo, al mismo tiempo, en su representación
de un sistema de referencias en materia de derechos de guerra, desplegado ..lclos motivos, estrategiasy tácttcas,en procesos de enfrentamientos de extrema
en tratados, códigos y manuales impregnados de la cultura marcial europea violencia, un bando excluyó al otro de la dignidad y, frecuentemente de la
zz Ariadna Islasy María Laura Reali I . r r g t r c r m s c i v i l c s c n l o s t o ¡ r l l ¡ r t o s ¡ r r r l i t t t , n r l t t ' r o , r n t t ' t i t : t t t o( lst 3 . l o - 1 9 . 1 5 ) 23

condición humana. Los trabajos aquí reunidos también enfrentan esteproblema, .rl)ropiación,circulación y transfi)rn)aciítnde conceptosy prácticaspolíticas
a saber,el de la legitimidad del adversario, de la coexistencia de la grrerra civil .'n c'lavesocial, cultural y, eventualmente, transnacional.
con la percepción de otras guerras como las que podrían calificarse como l{cpensar el concepto de guerra civil constituye el hilo conductor del
"guerras coloniales" en la expansión de las fronteras o guerras "nacionales" ( ()niunto de trabajos presentadosen este número monográfico. Los estu-
cuando al interior de los presupuestosEstados nacionales se operaban guerras ,lios de caso aquí propuestos nos conducen a una pregunta mayor, a 7a
civiles que disputaban 1apropia participación en el conflicto: la llamada Guerra (luc hemos tratado de aportar algunos elementos de respuesta,sin agotar
del Paraguay es un caso paradigmático sobre este punto, en particular en las t'r,identementela cuestión. ¿Cómo salir del estrecho marco en el que fue
repúblicas de Argentina y Uruguay. l,cnsadala noción de guerra civil sin ampliar este fenómeno hasta el punto
Repensar las guerras civiles desde la perspectiva de los actores implica ..lcdesdibujar completamente su especificidad tanto así como para poner en
igualmente interrogarse sobre los vínculos interpersonales de los combatien- t rrestiónsu propia denominación?
tes,las formas de reclutamiento y la construcción de los liderazgos.Supone El conjunto de trabajos que aquí se presenta también enfoca la forma en
también romper con una representación del conflicto armado en la cual los .'1uefueron percibidos estosconflictos por los propios contemporáneosy cómo
diversos campos aparecen claramente delimitados, en particular si tenemos lircron catalogados posteriormente al transformarse en objeto de esrudio para
en cuenta la heterogeneidad social, étnica y en cuanto a la formación de l.rs historias nacionales o actualmente, al renovarse las preguntas de investiga-
combate y las prácticas de guerra que caracterizaron frecuentemente a los ,'iítn. De estemodo, al abocarsea recoger las voces del conjunto de los actores,
bandos en pugna en el ámbito latinoamericano. La gran diversidad presente lt caracterización de los conflictos puede variar sensiblemente de acuerdo a los
en las fuerzas enfrentadas permite también pensar las guerras acaecidasen puntos de vista y las expectativasde los distintos contrincantes, lo que resulta un
este espacio como una especie de palimpsesto en el que se superponen di- rlcsafio teórico de singular interés que, como se ve, permanece abierto.
versas lógicas, motivaciones, intereses individuales y colectivos. (Jn mismo
proceso histórico puede contener, además,variadas tipologías de conflicto
que incluyen la conflagración internacional, la guerra civil y una guerra de lJr¡uocn¡pÍa
colonización. Frecuentemente, la primera de estas dimensiones ha atraído
en forma prioritaria la atención de lós investigadores,quedando la segunda Anunrcr, David (2012):"Historia intelectualy longuedurée:'goerracivil' en pers-
y la tercera relegadasu ocultas detrás del conflicto que resultaba más visible netáforas,1 (2012),
pectiva histórica". En: Ariadna hístórica.Itnguajes,conceptos,
o era considerado como el acontecimiento relevante. lJn conjunto de in- <http ://www ehu.eslojs/index.php/Ariadna>,pp. 15-39.
vestigaciones recientes ha puesto de manifiesto esta diversidad de conflictos Anunecn, David (2017): CiuilWars:A Hístory in ldeas.NewYork:AlfredA. Knopf.
Arrrz, Rogelio/csusr, Manuel (coord.) (2015):I-as reuoluciones en el largosigloxix
dentro del conflicto, dedicando estudios específicos al aspecto colonial y a
Madrid,/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert(EstudiosAHILA de
latínoamericano.
la dimensión de guerra civil que comportan ciertas conflagraciones inter-
Historia Contemporánea,72).
nacionales("Debates. . ." 201,5). LuclRIcn¡ro, Nicolas(dir.) (2007):ks guerres du Pa-
llorprr.¡,Capucine/CanDEvrlA,
Finalmente, una nueva mirada sobre la problemática de las guerras civiles
raguayaux XIX et xX síécles.Paris: Colibris.
no puede dejar de integrar los aportes de una historiografia renovada que (201,3):"Partidos.La cuestióndel origen de los partidos:el pleito
CaEraNo,Gerardo
busca ampliar sus horizontes más allá de los límites estrechos-y no siem- entre distintasmanerasde concebir la asociaciónpolítica". En: Caetano,Gerar-
pre pertinentes- impuestos por el marco nacional. La circulación de actores do (coord.):Historiaconceptual.Voces de la políticaoriental(1750-1870).
y conceptos
entre espacios,la discusión de regímenes políticos a construir en las patrias Montevideo: BandaOriental, pp. 197 -2I3 -
de origen y en las de adopción, la apropiación de símbolos y emblemas a CaNar,Jordi/GoNzÁr¡z Canr¡l, Eduardo (coords.) (201.2):Cuerrasciviles.Una claue
ambos lados del Atlántico hace de estashistorias de guerras civiles un campo paraentender la Europade los siglosxlx y xx. Madrid: CasadeVelázquez.
apasionantepara la comprensión de las formas de participación política y de Oarorvrra, Luc (2010):{Jnaguenatotal:Paruguay 1864-1870.Ensayode Hístoríadel
24 Ariadna Islas y María Laura Reali Las guerras civiles en los conflictos políticos iberoamericanos (1830-1935) 25

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