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Seminario
Públicos y artes escénicas
Coordinación:
Centro de Investigación, Documentación
y Difusión de las Artes Escénicas (CIDDAE)
Marcelo Sienra
Encargado
Gonzalo Vicci
Investigador asistente
Adriana Juncal
Archivóloga
Santiago Bouzas, Paola Gallardo
Asistentes
María Girard
Pasante EUBCA
Pasantes ITHU-UTU
Diseño: monocromo
Vázquez 1384, piso 8, apto. 12
11200 Montevideo, Uruguay
Teléfono: +598 2400 1685
info@monocromo.com.uy
Impresión: Tradinco
Apoya:
isbn: 978-9974-600-82-9
Depósito Legal: 360.284/12
Edición hecha al amparo del Art. 79 de la Ley 13.349 (Comisión del Papel)
impreso en uruguay - printed in uruguay
Intendencia de Montevideo
Ana Olivera
Intendenta de Montevideo
Ricardo Prato
Secretario general
Héctor Guido
Director general del Departamento de Cultura
Clara Netto
Directora de la División Promoción Cultural
Teatro Solís
Gerardo Grieco
Director general
Ricardo Mazzarelli
Director técnico
Andrea Fantoni
Directora de Gestión de Contenidos y Públicos
Pablo Andrade
Gerente administrativo y financiero
Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Apertura
Hugo Achugar. dirección nacional de cultura,
ministerio de educación y cultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Presentaciones
Públicos y artes escénicas. Un abordaje necesario
gonzalo vicci . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
7
Apertura
Hugo Achugar
Director Nacional de Cultura, Ministerio de Educación y Cultura
M uchas gracias, buenos días. Perdón por llegar tarde, estaba —diga-
mos, para hilar con la temática de este seminario— intentando crear
públicos en otro escenario. Estaba en la celebración del Día Mundial de la
Salud Mental y estaba haciendo referencia a los derechos culturales de toda
la sociedad, de todos los individuos y, en el caso particular de la salud men-
tal, de esta población vulnerable. Planteo esto no solo para justificar mi lle-
gada tarde, sino además como modo de introducir el tema de esta mesa. En
lo nacional, el Ministerio de Educación y Cultura (mec) tiene distintas líneas
de trabajo, como talleres de teatro en cárceles, en hospitales psiquiátricos,
en pequeñas ciudades, etc.; pero además ha trabajado en la instrumenta-
ción, junto con Gerardo y muchos otros actores —algunos presentes acá—,
en la creación de la Red de Teatros Públicos en todo el país. Ha trabajado
también a través de un instrumento que nos dio la legislación nacional en
la recuperación de la infraestructura cultural del interior del país, y esto ha
significado no solo teatros, sino básicamente la recuperación de espacios
y salas escénicas en Artigas, Rocha, Fray Bentos, Colonia, Canelones; es
decir, en distintos lugares del país. Como la ley refiere a la recuperación de
infraestructura del interior, Montevideo se tiene que hacer cargo de sus sa-
las, pero nosotros tenemos el territorio nacional. Nombraba esto y nombra-
ba otros instrumentos como el fondo concursable o los fondos de estímulo
fiscal, donde hay una preocupación por establecer una política nacional de
apoyo al desarrollo de las artes escénicas. La Dirección Nacional de Cultura
a través del Instituto Nacional de Artes Escénicas (inae) es la antena local de
Iberescena, es decir, hay una proyección nacional del hacer a través de esta
articulación. Pero este hacer está no solo vinculado a recuperar espacios
teatrales o de representación escénica ni está solo ligado a la organización
en conjunto con Montevideo y Maldonado —en esta oportunidad con la
Comisión del Bicentenario del segundo Festival Internacional de Artes Escé-
nicas (fidae)— y de continuar haciéndolo; sino que también está vinculado
al apoyo a instituciones y a artistas. Ahora estamos por lanzar un Fondo de
Estímulo a la Formación y Creación Artística (fefca) —el nombre es espan-
toso, pero no se lo pusimos nosotros, se lo puso el Parlamento; no somos
responsables—. Es un fondo de apoyo precisamente a la formación y a la
creación de artistas en todas las disciplinas y en las artes escénicas. ¿Por
qué señalo esto?; es decir, no estoy haciendo propaganda electoral, estoy
describiendo lo que es la proyección nacional de una política cultural, con
un horizonte que tiene que ver tanto con la creación de públicos, con el apo-
yo a instituciones existentes y también a individuos que hacen teatro, como
con la circulación —y esto me parece fundamental— de grupos teatrales o
de grupos de danza por todo el territorio nacional, haciendo llegar, descen-
tralizando, desmontevideanizando la labor del ministerio que fue caracte-
rística en su accionar de muchos años. Es decir, todos los ciudadanos de
Gonzalo Vicci*
¿Podrá ser público sin dirigirse a un público? ¿Es posible hablar de ge-
nerar nuevos públicos y conocer a esos públicos sin poder trabajar con
ellos específicamente, sin identificarlos, sin generar dispositivos que
permitan generar intervenciones o dinámicas específicas para esos pú-
blicos?, ¿cómo puede existir ese público antes de ser destinatario de un
discurso […]? (Ib., 2002)
Todo eso está superpuesto y eso sucede con cualquier persona que se
sienta en una butaca, presencia, está formando parte al mismo tiempo
de esas tres dimensiones. Muchas veces desde los espacios culturales,
desde la dirección, desde quienes diseñan las políticas culturales insta-
ladas desde los ministerios, desde cualquier lugar en que se pueda ma-
nejar un espacio de poder en relación con la posibilidad de hacer cosas,
se corre el riesgo de profundizar dinámicas que consolidan las diferencias
en el acceso a las producciones culturales. Lucina Jiménez, la antropóloga
mexicana consultora de la unesco en estas temáticas, ha trabajado mucho
en torno a estos enfoques y tiene un planteo muy claro con relación a las
artes escénicas y a los públicos. Nos interesaba compartir los aspectos
centrales de una presentación que hizo en Escenium 2010, un proyecto de
la Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de Titulari-
dad Pública que se desarrolla en España y donde se discuten temáticas
relacionadas con los públicos y las artes escénicas. Ella plantea un marco
metodológico en el trabajo con los públicos que da cuenta de una enu-
meración de esa pauta que determina su trabajo. Tiene una experiencia
muy importante desarrollada en México. Su postura es que el trabajo en
relación con lo público y la generación de sistemas inclusivos y la circula-
ción vinculados con las artes escénicas y la cultura general tiene que ser
desde abajo, con los niños. El trabajo tiene que ser múltiple y rizomático, o
sea, no debe tener un centro único, debe tener centros, debe tener varias
posturas, varias opiniones, varias formas de ver, varias formas de hacer. Y
todas ellas tienen que convivir o tienen que tener un espacio para ser ex-
Diversificación de programas
Vistos en conjunto, los programas operan como una plataforma de difusión
y vinculación de las audiencias con las creaciones contemporáneas a través
de distintos énfasis, modalidades y escalas de trabajo: desde el visitante de
la primera infancia hasta el adulto mayor cuenta en gam con un espacio de
acercamiento a las expresiones artísticas.
Durante el segundo semestre de 2012 se sumarán acciones que am-
pliarán el alcance de esta labor con la franja de teatro para adolescentes
que irá acompañada de una muestra de fotografías de tribus urbanas en
Bibliogam, asociada con la obra La chancha de Luis Barrales, en funciones
gratuitas para estudiantes de colegios de bajo nse; la realización de foros de
discusión con profesores y adolescentes sobre integración de la diversidad
en la sociedad chilena, a raíz de recientes casos de bullying y homofobia,
como parte del ciclo dedicado a Pasolini, y la formación de mediadores vo-
luntarios de gam a partir de los programas Guías por un Día e integración de
jóvenes que habitan en campamentos.
En junio se aplicará la segunda encuesta de caracterización de públicos
que permitirá establecer si ha habido cambios en la composición de las au-
diencias del Centro y contrastar los resultados con el testeo cualitativo del
último año. El análisis facilitará la identificación de pautas en las dinámicas
de los espectadores de gam, caracterizar con mayor precisión a los visitan-
tes cautivos, inferir el impacto de los programas y fortalecer determinadas
líneas de acción en la programación de 2013 que toma forma por estos días.
Desde ya se constata un incremento de veinte por ciento de especta-
dores en salas, una diversificación en su composición a consecuencia del
aumento en igual proporción de las actividades de formación de audiencias
y un total de visitas de un millón de personas desde la apertura de septiem-
bre de 2010 hasta abril de 2012. No obstante, en este campo las transfor-
maciones solo se hacen consistentes cuando se ha cruzado el umbral del
cuarto año; gam se encuentra en la mitad de esa ruta. n
Cristian Antoine*
5 Como lo apuntan acertadamente Jiménez & Arbaláez, (2007c), las sociedades de mercado
privilegian el carácter de consumidores de los ciudadanos y esto influye también en su re-
lación con el arte y la cultura. Sin embargo, aunque la creación y la difusión artística tienen
una dimensión económica, pues implican la circulación social de ciertos bienes materiales
o simbólicos, el asunto del público no se refiere solo a un asunto de comercialización o
de consumo, sino fundamentalmente a la posibilidad de construcción de significados y de
relaciones sociales entre personas. A los gestores culturales no les interesan los públicos
únicamente en su faceta de consumidores, sino que buscan interactuar con públicos inte-
ligentes y sensibles, capaces de relacionarse con sus propuestas; públicos integrados por
ciudadanos que no solo observan, sino que participan y acompañan a sus artistas durante
todo el proceso de creación, producción y difusión del arte.
6 Tironi, E., «Comunicación y Cultura. La Nueva Alianza». La Cultura Chilena en Transición,
Número Especial Revista Cultura, Secretaria de Comunicación y Cultura, Gobierno de
Chile, (1995), pp. 25-34.
7 Foxley, A.M. y Tironi, Eugenio, La Cultura Chilena en Transición 1990-1994, 1994, Santia-
go de Chile, División de Cultura, Ministerio de Educación, Gobierno de Chile.
8 El remarcado es nuestro. En adelante igual, salvo expresa mención del autor.
9 Intervención del Ministro Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Lucia-
no Cruz Coke, en julio 2010, en ocasión de la Convención Anual de la Cultura en Chile.
10 Es el cine el que «la lleva» en materias de consumo cultural. Durante el 2005 hubo
unos 10.722.869 espectadores (en el 2004 fueron más de 13 millones). En artes es-
cénicas la categoría es amplia (teatro, infantil y adulto; circo; ballet; danza contem-
poránea; conciertos de música docta y popular, ópera y recitales de poesía). Músi-
ca popular pagada y gratuita (1.876.846); teatro (1.116.761); conciertos de música
docta (525.038); danza folclórica (522.359); danza contemporánea (204.770); ballet
(171.938); circo (109.370); ópera (91.304) y recitales de poesía (25.958). Fuente: Ins-
tituto Nacional de Estadísticas, 2003.
11 Una investigación reciente confeccionada por el Instituto de Ciencias Sociales (icso) de
la Universidad Diego Portales, Patrones del uso del tiempo libre en Chile, ha puesto en
evidencia que existirían seis tipos de chilenos identificables de acuerdo a su consumo
cultural (cine, teatro y espectáculos deportivos, entre otros). Desde los que más partici-
pan a los que menos lo hacen. Estos últimos suman legiones. Los Distantes son el 30,2
% de los chilenos y se caracterizan porque corresponden a personas que potencialmente
podrían acceder a alguna actividad cultural, pero no pueden porque no tienen tiempo ni
recursos. Son personas entre 35 y 44 años, están en la etapa de crianza de sus hijos y
de dedicación casi total al trabajo y son del grupo C3 y D. No van al cine ni al teatro ni a
recitales. No compran libros. Leen el diario a veces y ocasionalmente ven un dvd. Les gusta
la música melódica y/o tropical. Viajan dentro del país. Y aquellos bautizados como Inac-
tivos Populares, el 28,6 % de la población, no parecen tener mayor interés en la cultura.
Una explicación posible es su bajo nivel educacional —básico o ninguno—, su avanzada
edad —sobre los 60 años— y sus escasos recursos económicos (grupo socioeconómico
D y E). Escuchan muy poca música y cuando lo hacen, eligen mexicana, cumbia o tango.
Cuando leen libros, estos son religiosos. Al igual que el grupo anterior, no van a casi nada;
además no ven dvd y no viajan ni siquiera dentro del país. Cr. (Bade, 2009).
12 Solo un 26 % de los no lectores señala que el motivo sea la falta de posibilidades (libros
caros, problemas a la vista, no sabe leer).
13 Los museos de Bellas Artes e Histórico Nacional acusaron una baja superior al 20 %,
mientras que el de Historia Natural mantuvo una leve tendencia al alza. La baja del Museo
de bb.aa. es la más pronunciada: de 673 mil visitas en 2005, a 393 mil en 2006. El Histó-
rico cayó de 146 mil a 122 mil visitantes en igual período. En el primer caso, la ausencia
de muestras internacionales de grandes artistas explica buena parte de la abrupta caída
del público, que durante 2005 tuvo la oportunidad de ver importantes exposiciones de
Andy Warhol y Auguste Rodin. Cfr. (Redacción, 2007). La Encuesta Nacional de Consumo
Cultural 2009 reveló que tan solo un 20,8 % de los encuestados asistió a un museo en los
últimos doce meses. El 25 % de ellos correspondió a jóvenes de 15 a 29 años.
14 Cfr. Política Cultural 2011-2016, CNCA, p. 13 y passim.
18 En el año 1991 el Presupuesto Nacional para fines culturales fue de 4.500 millones de pesos,
lo que correspondió apenas al 0,05 del Producto Geográfico Bruto (pgb). Dos años después
la cifra aumentó a poco más de 8 mil millones de pesos. (Seminario sobre Políticas Cultura-
les en Chile, División de Cultura mideduc, 31 de Julio al 1 de agosto de 1992, p.103.)
19 «Diagnóstico de los sectores artísticos culturales para diseñar políticas específicas», en
Acta Séptima (21/04/97), Informe Chile está en deuda con la cultura. Comisión Asesora
Presidencial en Materias Artístico- Culturales, Santiago, Octubre de 1997.
20 La expresión es de Eugenio Llona, ex jefe de la División de Cultura del Ministerio de Edu-
cación, en «Extensión y Fomento, avance sustancial», en La Cultura Chilena en Transición,
Número Especial Revista Cultura, Secretaria de Comunicación y Cultura, 1995, pp.40- 45.
29 Sigo aquí, por sus líneas gruesas, parte del diagnóstico presentado en Gayo, M., Teitel-
boin, B., Méndez, M. L., & De Cea, M. (2009). Consumos culturales y desigualdades: los
diálogos pendientes entre ciudadanía e institucionalidad cultural en Chile. Ponencia en
Seminario Internacional 2009. Políticas Culturales de Estado.
30 En este sentido, es importante entender que el fenómeno de la masificación ha sido
asimétrico, tal y como en su momento observaron Catalán y Sunkel (1990). Para estos
autores, habría que distinguir entre dos tipos de actividades masivas. Por un lado, esta-
rían las más masificadas, cuyas prácticas serían propias de todos los grupos y estratos
sociales (la televisión, la música, la radio). Por otro lado, encontraríamos otro tipo de
masificación referida a actividades muy comunes, pero cuya práctica tendría una inten-
sidad asociada con los niveles educativos y de ingresos. Entre estas últimas, estarían la
lectura de prensa, revistas y libros, y la asistencia al cine. Ib.supra.
Bibliografía
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Bade, G. (8 de enero de 2009), «Más de la mitad de la población
no participa en actividades culturales», El Mercurio.
Tomado de <http://diario.elmercurio.com/2009/01/08/vida_y_salud/sociedad/
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y Cooperación del Gobierno de Chile, Santiago, Ministerio de Planificación y
Cooperación del Gobierno de Chile.
32 Según declaraciones del propio ministro, Luciano Cruz Coke, Debate «¿Ministerio de
Cultura?», Asociación de Gestores Culturales, Centro Cultural Gabriela Mistral, Santiago
de Chile, 13 de septiembre de 2011. Apuntes personales del autor.
Ana Durán*
Bibliografía
Sobre el contexto histórico-social
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FOCO FOCO
ARTÍSTICO EDUCACIÓN
Y MEDIACIÓN
Foco artístico
¿Por qué desde lo artístico? Porque creemos que el gusto por el ballet y la
ópera es mayoritariamente un gusto que se adquiere no siempre de ma-
nera innata. Entonces, cuando un joven que nunca ha asistido a la ópera
o un niño que nunca ha ido al ballet asiste a un espectáculo complejo y de
larga duración, muchas veces el efecto que causas es inverso y nunca más
quiere volver al teatro porque se aburrió. Por lo tanto, el foco artístico lo
hemos abordado desarrollando programaciones adecuadas para los públi-
cos a los cuales queremos llegar. El ejemplo más exitoso de esto ha sido la
programación que hemos diseñado para los niños en etapa escolar y para
familias con niños de hasta 12 años, un domingo al mes. Esta se llama El
Pequeño Municipal. Los espectáculos no duran más de una hora, cuentan
con la intervención de un narrador y el ritmo está pensado para que sea ágil,
de tal forma que el niño no se aburra. Desde el punto de vista artístico, el
espectáculo está cuidado para que los niños lo comprendan y tengan una
experiencia entretenida.
El año 2008 empezamos a utilizar las salas Arrau y La Capilla para al-
bergar programaciones que no necesariamente tenían que ver con la ópera,
Nuestras experiencias
Desde lo artístico
El Pequeño Municipal es el programa más exitoso que hemos desarro-
llado para renovar nuestro público. Actualmente, la oferta para los niños
en Santiago no comprende espectáculos de ópera, ballet o conciertos
adaptados para ellos; por lo tanto, esta programación se posicionó rápi-
damente. Se ha valorado mucho este tipo de esparcimiento para los niños
porque nos hemos enfocado en la calidad de los espectáculos y también
en desarrollar complementos para estos. Entregamos, además, material
didáctico a los padres para que desarrollen con los niños después de los
conciertos, y pedagógico a los profesores para el desarrollo previo y pos-
terior en el aula.
Nos hemos dado cuenta de cuáles son los espectáculos más apetecidos
por la audiencia: ópera y ballet. Entonces, la propuesta para el próximo año
va a ser principalmente ópera, ballet y conciertos escenificados.
En cuanto a la evolución de la asistencia escolar de El Pequeño Munici-
pal, constatamos que el crecimiento ha sido sostenido. Antes del 2007, esta
programación era solo para las
familias. La amplié hacia los
escolares programando cinco
o seis funciones al año en ho-
rario escolar. Hubo una muy
buena aceptación y así rápida-
mente empezamos a aumentar
de forma paulatina el número
de funciones hasta llegar este
año con una audiencia de
32.000 niños solo en el ámbito
escolar. En 2010, como se pue-
de ver en el gráfico, hubo una baja de audiencia porque solamente pudimos
funcionar un semestre debido a que volvimos al teatro después de las repa-
raciones del terremoto.
Una vez que el público aumentó, nos dimos cuenta de que lo importan-
te ahora era profundizar la experiencia del niño en el Municipal a través de
una vinculación más fuerte con el profesor por medio de todo el comple-
mento pedagógico.
Jorge Dubatti
Universidad de Buenos Aires
Convivios excepcionales
Lo que otorga relevancia y singularidad al teatro actual en Buenos Aires
no es solamente la calidad de sus artistas, sino sus convivios excepciona-
les, calientes, fervorosos y activos, que no dejan de llamar la atención a
los visitantes extranjeros acostumbrados a otros comportamientos de los
espectadores en otras capitales teatrales del mundo.
En Buenos Aires hay pasión de espectadores. El público porteño es un
espectáculo en sí mismo. Pero además los espectadores cumplen hoy una
función esencial en el desarrollo y la difusión del teatro y en la producción
de pensamiento crítico. Lo que sostiene el teatro de Buenos Aires no es el
periodismo ni la publicidad, sino el boca en boca, institución de la oralidad
que consiste en la recomendación que realiza directamente un espectador a
otro, modalidad afianzada frente a la pauperización de la crítica profesional
en los medios masivos.
Por más avasalladora que sea la publicidad, por más elogiosas que
sean las críticas profesionales, si a los espectadores no les gusta el espec-
táculo, la sala se vaciará muy pronto o, al revés, muchos espectáculos in-
dependientes que no han recibido comentarios en los medios trabajan a
sala llena. Otros, de cualquier circuito (oficial, comercial, independiente),
castigados con críticas negativas sostienen, sin embargo, la convocatoria.
Es el efecto del boca en boca o boca-oreja. Imperceptiblemente trabaja la
tupida red del «no te lo pierdas», el «andá porque está muy bueno», el «a
mí me encantó», o el «no vayas», el «me aburrí como loco». Expresiones
sinceras, desinteresadas y efectivas por confiables, dichas —al pasar de la
conversación— a los amigos, familiares, conocidos y extraños. El boca en
boca se ha convertido en la institución crítica más potente de Buenos Aires.
Misterio
¿Quién es el espectador? Pregunta difícil de responder, porque se caracte-
riza por su imprevisibilidad e inasibilidad. Las encuestas sociosemióticas,
los estudios de mercado, el conocimiento que da la experiencia en el campo
Escuela de Espectadores
Hoy el espectador teatral es consciente de la complejidad y la riqueza que
ha alcanzado el teatro contemporáneo. Es curioso, inquieto; está ávido de
novedad, información y claves de interpretación. Sabe, como afirmó Theo-
dor Adorno en su Teoría estética, que «ha llegado a ser evidente que nada
referente al arte es evidente» y que, en materia teatral, cada poética, cada
técnica, cada artista, cada obra deben ser comprendidos y analizados con
variables específicas. Ha hecho suyo el desafío que le plantea Hamlet a Guil-
denstern cuando, en el Acto iii, Escena ii, lo obliga a este a tocar una pequeña
flauta y ante su negativa lo enfrenta:
Fundamentos
Las razones de necesidad de existencia de la eeba constituyen un conjunto
de principios que guían nuestra tarea y que apuntan a la configuración y
afianzamiento de una comunidad hermenéutica abierta a la multiplicidad:
• Valorar el lugar del espectador como laboratorio de percepción de
la teatralidad, a la par testigo y protagonista del acontecimiento, co-
creador en la poíesis receptiva.
• Consolidar la institución de la oralidad, el boca en boca y su comple-
mento, la nueva figura del espectador-crítico, que constituyen la más
importante fuente de producción de pensamiento crítico teatral en el
presente y mantienen vivo el teatro de Buenos Aires.
• Considerar el teatro como una cantera ilimitada de saberes y pensa-
mientos, cuya intelección requiere formación específica y en disci-
plinas complementarias, así como muchas horas de estudio y aná-
lisis y la disposición de un corpus y materiales de archivo. Frente a
la desdefinición del teatro, la relevancia de lo conceptual y el auge
de la desdelimitación en la formulación de las poéticas de los siglos
xx y xxi, disponer de información histórica y categorías intelectuales
precisas para la comprensión de los acontecimientos teatrales.
• Seleccionar y orientarse en la diversidad, a partir de criterios de va-
loración elaborados críticamente.
• Acceder a la subjetividad de los artistas en un espacio de encuentro
y diálogo por fuera del acontecimiento teatral.
• Hacer del estudio teatrológico no una materia más de la educación
formal —grillas a completar, cuestionarios, exámenes, monografías,
etc.—, sino un puro espacio de goce que recupera el teatro como pla-
cer, alegría, ocio, diálogo, pensamiento, conocimiento, meditación,
problematización y transformación de la realidad y lo desburocratiza
de otros marcos pedagógicos, sin obligaciones de «cursada».
Bibliografía
Dubatti, Jorge (2007), Filosofía del Teatro I. Convivio, experiencia, subjetividad,
Buenos Aires, Atuel.
(2010), Filosofía del Teatro II. Cuerpo poético y función ontológica, Buenos
Aires, Atuel.
(2011), La Escuela de Espectadores de Buenos Aires: historia
y experiencias, Buenos Aires, Atuel (en prensa).
Mariana Percovich
Coordinadora General del Instituto Nacional de Artes Escénicas
Pablo Panzacchi
Director Gerente del Auditorio Nacional Adela Reta
Álvaro Méndez
Coordinador General de la Orquesta Filarmónica de Montevideo
Buenas tardes. Es un gusto estar aquí compartiendo con ustedes y con los
demás compañeros de la mesa. Haré una referencia histórica indispensable
con respecto al desarrollo y surgimiento de las orquestas sinfónicas en el
mundo. Sobre todo porque trae una serie de determinantes implícitas que,
aunque no son expuestas en términos evidentes en la mayoría de los casos,
se mantienen en las principales orquestas y ciudades del mundo.
Los organismos que hoy conocemos como orquestas sinfónicas o filar-
mónicas, con aproximadamente entre sesenta y ciento diez integrantes, sur-
gen en base al vínculo con la nobleza o con medios aristocráticos. En general
estuvieron subvencionadas por un príncipe o, hasta el día de hoy, como pue-
den verse en los programas de mano o en las páginas web de las orquestas,
por sponsors, donde existe todavía el término mecenas. Eso parece que uno
Alberto Rivero
Director de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático
Gustavo Zidán
Director de la Sala Verdi
No les voy a hablar mucho de Sala Verdi porque, en realidad, hace tres me-
ses que estoy ahí y recién estamos haciendo un trabajo interno y diseñando
lo que pueden ser los rieles por los que vamos a caminar en los próximos
años. Entonces, adelantarme a hablarles de algo que «puede ser» me pare-
ce aburrido y conceptualmente equívoco.
Cuando me invitaron a participar de este encuentro, me puse a pensar
un poco, a ver qué decir… Y me puse a reflexionar sobre el tema, para todos
los que estamos en el hecho artístico, sin dudas el público es una obsesión,
una obsesión cotidiana, pero más allá de eso, sentí la necesidad de reflexio-
nar. Para todos los que estamos en el hecho artístico, ya sea en el escenario
o afuera de él, el público es nuestro punto.
Sobre los informes de colegas y amigos no tengo mucho para aportar
en cuanto a números, porque fue todo bastante claro. Solo voy a compartir
una reflexión: creo que son indicadores, pero a veces confunden un poco la
cosa. Por ejemplo, para mí el hecho más emblemático de la distorsión de
números es que se habla de que en este país ya hay menos pobres porque
pasaron a ganar $ 4.200 (cuatro mil doscientos pesos). Es difícil aceptar esa
como única variable. O sea, la variable de los números para analizar una
Buenas tardes a todos. Agradezco estar aquí presente. Me parece que la última
intervención de Zidán mueve un poco la cosa. Yo iba a empezar por otro lado.
Hace unos años me pidieron que fuera a una reunión para estudiar un
poco qué posibilidades tenía el Sodre antes de su estreno y antes de la cul-
minación de los trabajos; si íbamos a tener el suficiente público para llenar
esa sala de dos mil espectadores que mencionaban recién y las otras salas
alternativas que hay, etc. Surgía la pregunta también de, si se le sumaba
el Solís, que ya se había estrenado, más las salas privadas que existen por
ahí y públicas; si iba a haber tanto público. Me acuerdo que contesté que
el límite eran tres millones. Ese es el límite de público, de modo que no veo
realmente cuál es el problema de que tengamos salas de dos mil o de tres
mil espectadores, o varias salitas de cien, de quinientos, de seiscientos,
etc., que es más útil que tener varias salas de tres mil.
Digo esto porque ese es el gran desafío y, haciendo referencia a la pre-
gunta de Coco «¿qué es democracia?», yo le diría que eso es democracia.
Es decir, que todo el mundo pueda ir al teatro, si quiere, si le motiva lo que
ve, y si lo que ve lo estimula para seguir viendo. De modo que son absolu-
tamente interdependientes la calidad de los espectáculos y la concurrencia
del espectador o del público —o mejor hablar de los públicos—.
Cuando se hizo la encuesta que aquí aparece, sobre consumo cultural,
refiriéndome a la pregunta sobre «cuántas veces fue al teatro», pregunté si
se especificaba qué era teatro. Y me dijeron que no. Que habían hecho la en-
cuesta basados en la noción que tenía cada uno de teatro. Entonces me pre-
gunto, ¿el carnaval es teatro?, ¿la murga es teatro?, ¿el candombe es teatro?,
¿los espectáculos comunitarios que se hacen a veces en los barrios? —en
Buenos Aires tienen una larga tradición, aquí en el país también—. Mañana
voy a estar en un tribunal donde se defiende una tesis doctoral en Ciencias
Sociales sobre teatro comunitario en Argentina, Brasil y Uruguay y, leyéndola,
me enteré de una cantidad de teatro comunitario que se hacía en el interior.
Es decir, ¿qué es teatro?
Sin duda no es verdad lo que dice Coco, o lo dijo como provocación su-
pongo, que el teatro nunca fue masivo, que siempre fue elitista. Lo acepto
como provocación, de ninguna manera como afirmación científica. Porque
el teatro en Grecia era masivo. Iban todos, los esclavos y las mujeres tam-
bién. El teatro en la colonia uruguaya, bajo España, era masivo. A la casa
del teatro iban los esclavos, las mujeres, los niños. Los esclavos se llevaban
las sillas, porque en la casa del teatro no había sillas, había un espacio cen-
tral como pasaba en Inglaterra para que se sentaran los señores. Pero ellos
iban. Y estaban las cazueleras, para las cuales los precios más baratos eran
casi gratis —menos de 0,50 centavos—, desde allí les tiraban tomatazos y
naranjazos a los señores que estaban en las primeras filas abajo cuando les
resultaban antipáticos por alguna razón.
Y hay unos testimonios sobre eso que son muy divertidos de leer, por-
que muestran una realidad social que con los años fue desvirtuándose.
Es decir, el teatro se fue elitizando, sin lugar a dudas. Y a medida que las
La reapertura del Teatro Solís y del SODRE fueron vividos por la ciudadanía
uruguaya como logros propios. Emoción, regocijo, alegría, fueron senti-
mientos que afloraron en una sociedad que se sintió galardonada al recupe-
rar en su paisaje arquitectónico a estos íconos de la ciudad y de la cultura.
Con ellos el teatro, la danza y la ópera se vieron reconocidos al recuperar
lugares de referencia. A partir de entonces y quizás actuando como estímu-
lo, la cultura en nuestro país se ha visto más atendida.
Es de señalar que la ratificación en 2007, por parte de Uruguay de la
Convención de UNESCO sobre la Protección de la Diversidad de las Expre-
siones Culturales, la creación de la Dirección Nacional de Cultura en ese
mismo año y el apoyo a la cultura uruguaya por parte del programa Viví
Cultura1 contribuyeron a ello. Desde el Estado se concretaron una serie de
políticas culturales; algunas largamente esperadas, otras históricamente
demandadas, y aquellas que mostraron por parte del gobierno una apuesta
al desarrollo y profesionalización de la cultura nacional.
Es nuestro propósito presentar brevemente, por un lado, las políticas
y medidas culturales que en los últimos años se han dirigido a las artes
escénicas y en particular al teatro y la danza2; por otra parte, mostrar qué
hábitos de consumo tiene la población uruguaya de tales expresiones
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las mujeres van más al teatro que los hombres, pero la frecuencia es defini-
tivamente distante y desigual. Más de un tercio de la asistencia femenina al
teatro es a nivel nacional, mientras en los asentamientos asiste tan solo un
6,4%; aquí lo que prevalece es que el 45,2% manifiesta que «hace años que
no va» y 48,4% declara no haber ido nunca al teatro. 9
Gráfico 3
Asistencia al teatro en el último año
(% por sexo a nivel nacional, 2009)
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90
80
70 67,3
59,7
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Sí No NS/NC
Masculino Femenino
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42
40
20
6,2 5,4
0
Sí Hace años Nunca fui
que no voy
Masculino Femenino
Gráfico 5
Asistencia a espectáculos de danza en el último año a nivel nacional
(% por sexo, 2009)
100
80
58,6
60 55,2
44,4 41,8
40
20
0
Masculino Femenino
Sí No
Lo nuestro, lo propio
La sociedad de muchas formas da señales de su interés por lo local, lo na-
cional; una de ellas es el tipo de programas que quiere ver en los canales
uruguayos. (Gráfico 7)
A los uruguayos nos gusta vernos en la televisión, es así que en su ma-
yoría la población encuestada declaró querer ver más a los departamentos
del país. Queremos ver nuestros actores, nuestro cine, nuestro teatro. Más
allá de estas posiciones todos coinciden al ser críticos de la televisión local
y nacional. En el caso de la local se resalta la falta de calidad y los progra-
mas deficitarios que ofrecen, y en la nacional se critica que se copie, que no
sea creativa. Al mismo tiempo se reconoce que en los últimos tiempos al-
gunos canales han hecho esfuerzos por fomentar producciones nacionales.
Pero se considera que aún falta mucho por hacer.
A la televisión nacional se le demanda más comicidad, más profesionali-
dad y programas que den cuenta de lo que tenemos y somos los uruguayos.
Es por ello que demandan ver más lo nuestro, lo que nos haga conocer más
a nosotros mismos y al país que integramos. Todo aquello que no habilite
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50
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14 Ib.
15 Ib.
16 Dominzain, Susana; Rapetti, Sandra; Radakovich, Rosario (2011) . Ib.
A modo de conclusión
Este trabajo es un intento exploratorio que nos permite brindar una mira-
da acotada y general con el objetivo de mostrar las políticas destinadas en
estos últimos años a las artes escénicas y los hábitos de consumo que mos-
tramos los uruguayos hacia estas expresiones culturales. Creemos que am-
bos aspectos contribuyen al diálogo necesario entre políticas y consumos
culturales. Esto permitiría percibir que ambos procesos se retroalimentan
en toda expresión cultural.
Los indicadores direccionan a que el interés por el teatro y la danza exis-
te, y en particular se advierte la necesidad que manifestamos los uruguayos
en consumir de lo nuestro. Así como también, que deberían existir canales
de comunicación fluidos hacia la ciudadanía para dar a conocer lo produ-
cido hasta el momento en políticas culturales. Dar a conocer lo realizado y
rescatar y consumir lo nuestro parece ser dos caras de la misma moneda.
Así como también se hace referencia al papel que los medios de comunica-
ción y en particular la televisión podrían tener en este sentido.
La información a la que acceda la ciudadanía es el instrumento por ex-
celencia que puede contribuir a que se tenga un mayor conocimiento de lo
realizado en políticas culturales y, otro tanto, de la oferta cultural existente
en el país. Quizás en este sentido la Ley de Medios pueda contribuir a saltear
esta brecha que hoy dificulta la promoción de nuestros artistas. Por otra par-
te, podemos advertir que más allá de las políticas culturales estatales que
tienden a incluir, habilitando el libre acceso a los bienes y servicios culturales,
las desigualdades sociales y culturales existen y dificultan este proceso.
De lo expuesto en este trabajo surge la necesidad de actualizar la in-
formación de la que actualmente disponemos y así poder analizar en qué
medida estas expresiones culturales son receptoras de las políticas cultu-
rales y verificar las políticas interactúan incrementado o no los consumos
culturales.
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87,71% 84,54%
90 81,44%
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70 61,81%
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38,18%
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18,55%
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2006-2007 2008 2009 2010
Philippe Pinet
Buenos días a todos. Gracias por acompañarnos. Voy a hacer un breve re-
sumen del Jazz Tour, que es el motivo por el cual estoy invitado. El Jazz Tour
empieza en el año 2000, como resultado de una serie de espectáculos or-
ganizados de forma desordenada en otro lugar unos años antes, pero que
arranca con un concepto bastante claro de lo que se pretendía —y algo que
se mantuvo— que era hacer un ciclo estable de artistas internacionales,
donde pudieran sumarse artistas uruguayos y generar actividades en con-
junto. Ese fue el objetivo desde el inicio, el cual se ha cumplido y se ha man-
tenido. Pasaron doce años y mantuvimos el perfil, se sumaron actividades
y, a raíz de esto, nuevos posibles proyectos a desarrollar. Algunos de estos
se quedaron en el camino y otros fueron estableciéndose, como el Festival
de Jazz de Montevideo, cuya cuarta edición está empezando en quince días.
Cuando ideamos este formato de ciclo había un objetivo muy claro, ba-
sado en la duda de cómo captar interesados en un concierto de jazz, sabien-
do que esto no era nada fácil. Un ciclo puede pensarse como tal en una serie
de actividades anuales fijas, en una comunicación anual, en una búsqueda
de afiliados o amantes de ese estilo musical que se vayan adhiriendo, y
desarrollar para esto cualquier tipo de herramienta como las campañas de
e-mailing, el Facebook, y demás, que hoy están más establecidas. Esas son
cosas que fuimos desarrollando con el tiempo… Fortalecer, por ejemplo, la
relación con los medios de prensa y generar así una asociación no solo con
aquellos que sean patrocinadores, sino con todos los medios de prensa.
Y hacer esto mismo en relación con las administraciones del Estado, por
ejemplo, la Intendencia, el Ministerio de Cultura, de Turismo, y otros. Algo
que se fue confirmando en los primeros cuatro o cinco años, y ahora es uno
de los pilares básicos de un ciclo como el Jazz Tour, es la asociación estable
con embajadas. Esto hace que la embajada tenga un rol incluso más impor-
tante que el que tendría un sponsor, el cual más allá de aportarnos dinero
para un evento, a veces nos puede aportar estrategias de comunicación, o
sea, le puede dar valor agregado al evento, lo que puede contribuir a po-
sicionarlo mejor en el mercado. Pero, lo que sucede con las embajadas es
que, al tener un perfil muy cultural o una intención o deber de desarrollar
Leonardo Durán
Yo he trabajado como productor, pero principalmente soy gestor cultural.
Trabajo con danza contemporánea y hago un ciclo de danza aquí en la sala
Zavala Muniz que se llama Ciclo Montevideo Danza, que va por su segunda
edición. Antes producía obras individuales y pensé en la creación de un ci-
clo para acumular cosas en el tiempo, para generar una programación anual
de danza. Y tuvo buenos resultados. Antes del ciclo aquí en la sala Zavala
Muniz, en su primer año, se vendía un promedio de 40 entradas por función
y hoy se están vendiendo entre 100 y 120 en ocho obras, una tras otra. An-
tes de empezar a trabajar en este ciclo, la realidad de la danza era que se
producían largos procesos creativos y salas con costos un poco elevados
en relación con lo que se vendía. Una obra demoraba seis, ocho meses en
crearse y luego se presentaba en tres funciones y ahí terminaba su vida.
Era todo a pulmón, como en casi todas las artes, y no motivaba mucho para
generar demasiadas producciones en el año. Había una obra de danza, con
suerte dos, al año. Luego surgen los Fondos Concursables, empiezan a ha-
ber nuevas motivaciones para generar obras, porque hay algo de dinero,
se realiza una gira por el interior, y ya se empieza a pensar en los artistas.
Junto con el Teatro Solís, yo también promoví un fondo municipal que se
llama Montevideo Danza Contemporánea y que otorga dinero para la crea-
ción. Y se empezaron a juntar las cosas, en conjunción con la aparición de
esta sala, la Zavala Muniz, que permite que venga el público que ya es de
danza y que ya participaba de espectáculos de danza, pero que también
es una puerta de entrada interesante para nuevos públicos. Y empecé a
trabajar con el Departamento de Educación del Teatro Solís. Comenzamos
a vender funciones a grupos de bachillerato, lo cual fue sumando y dando
un ciclo que es interesante para el artista, porque cuenta con cierto dinero
Sergio Miranda
Buenos días. Muchas gracias por estar. Le hablo a la mitad de la sala llena y a
la mitad de la sala vacía. Esto es muy sintomático en un seminario que se llama
Públicos y Artes Escénicas. Es como el primer mensaje: media sala vacía en un
seminario para atraer públicos. Es de mañana, pero… es un mensaje también.
Bueno, yo soy Sergio Miranda. Hago producción de teatro, artes escé-
nicas, música, teatro, danza y también cine y televisión. Estuve trabajando
unos años afuera y hace dos años ya que volví al país, feliz de haber re-
tornado y con la firme decisión de profesionalizarme en este tema de la
producción, seguir con el cine y la televisión en general, y trabajar fuerte-
mente en artes escénicas, que es realmente una gran pasión que tengo. Y si
Mario Morgan
Voy a empezar diciendo —aunque parezca un chiste— que no soy produc-
tor. Nunca lo fui, nunca lo seré. Para que esto no parezca un cuento chino,
tengo que hacerles un poco de historia. Es decir, en ese sentido me siento
como el último dinosaurio vivo, porque pertenezco obviamente a otra épo-
ca, al lado de estos jóvenes
Yo empecé en el Teatro Circular, como actor, haciendo Canillita de Flo-
rencio Sánchez y terminé haciendo El inventor del tango en una obra de Ho-
racio Arturo Ferrer. Ante este último bochorno, decidí que era mejor dirigir
porque, por lo menos, decidía mi propio destino y el destino de los demás
arriba de un escenario. Siempre creí que el teatro era como un acto de fe; un
acto de fe del público que paga la entrada y al que uno tiene la obligación
de entretener o de darle algo que realmente valga el precio de la entrada
que pagó. En ese sentido difería constantemente con las instituciones uru-
guayas, en una época en que todo esto que existe ahora —obras de muje-
res hablando mal de los hombres, las comedietas y todo eso— no existía
para nada. En sala hay un dinosaurio bebé, que es Adhemar Bianchi, que
en esa época estaba en el Circular conmigo. El Teatro Circular en esa época
tenía solo una sala, la sala Uno, y necesitaba dinero para abrir la sala Dos.
Era la época en que dada la situación, sobre todo en Argentina, de las tres A
y todo eso, los artistas empezaron a armarse su espectáculo individual, su
espectáculo unipersonal. Ahora tienen otros nombres que van desde stand
up a café concert o monólogos. En aquella época se llamaban espectáculos
unipersonales. Y es así como llegué a Norma Aleandro y a Cipe Lincovsky,
que me pidieron ayuda para armarles sus espectáculos. El de Norma
Aleandro, Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor, que fue el prime-
ro con el que empecé, se dio hace poco de vuelta en el Solís, después de
tantos años. Es así como en determinado momento me fui del Circular. En
esa época no se concebía otra forma de teatro que no fuera dentro de una
institución, por lo que formar una compañía era casi una cosa imposible.
Entonces, se armaban cooperativas pequeñas, primero con unipersonales
que después se fueron ampliando con más gente. Y así surgieron espectá-
culos como Boulevard Sarandí con Armando Altí o Retablo de vida y muerte
con Estela Medina. Y estos espectáculos se montaban con el dinero que se
conseguía mediante venta de preestrenos y de una «institución» a la que
apelábamos en el verano que eran «las damas cultas de Punta del Este»,
Es un gusto estar acá y compartir con todos ustedes estas mesas redon-
das, esta forma de intercalar e intercambiar conceptos y experiencias. Es
un placer también estar con compañeros de tantos años; y con otros que
conocemos de lejos, conocernos más de cerca. Como ustedes saben, me
ha tocado ser, junto a Héctor Guido, el fundador de Socio Espectacular, en
representación del Teatro Circular y El Galpón que, en realidad, son los pro-
pulsores y dueños de ese proyecto. Nos parece esta una buena oportunidad
para compartir nuestra experiencia y reflexionar sobre la relación del espec-
táculo —sobre todo de los teatros— con el público.
Seguramente todos conocen la propuesta de Socio Espectacular pero,
por si acaso, lo resumo brevemente. Consiste en una oportunidad para el
público de, a través de una cuota mensual que no excede las dos entradas
de teatro, por poner un ejemplo, ver un amplio espectro de espectáculos
durante todo el tiempo que dura ese mes, que son 45 días en realidad. Esto
surge en la crisis que se vivió por el año 1995 más o menos. Una de las
tantas crisis que viven los teatros, en la cual instituciones independientes
como el Teatro El Galpón y el Teatro Circular se ven enfrentadas a una caren-
cia de público muy grave y tratan de buscarle una solución que las lleve a
reposicionarse, a seguir subsistiendo. Basados en su propia tradición, que
era la de tener socios particulares (socios del Teatro El Galpón, socios del
Teatro Circular, socios de los distintos teatros), aunque ese sistema ya no
funcionaba por sí mismo, y en la observación de que la retracción del públi-
co en realidad se debía fundamentalmente a un tema económico —según lo
pensábamos en aquella época— se nos ocurrió plantear esa fórmula. Esta
consistía en tener una opción más amplia, en vez de poder concurrir a un
solo teatro o un solo espectáculo por la suma que se pagaba por una en-
trada. No teníamos un mango, partimos de capital cero, pero contábamos
con un gran capital de prestigio, que era el capital que habían ganado hasta
ese momento estos teatros con una larga vida dentro de nuestra sociedad.
Con ese capital tratamos de negociar alianzas un poquito mayores que nos
permitieran tener una oferta más interesante incluso que la que nosotros
teníamos. Nos acercamos en primera instancia a la Comedia Nacional, por-
que dentro de los teatros de alguna manera hasta el día de hoy se mantiene
que hay un nivel de realización artística muy importante, tanto en la Come-
dia Nacional como en el Teatro El Galpón y el Teatro Circular. Eso se hizo
negociando a través de la Intendencia Municipal de Montevideo. En aquel
momento, el director de Cultura era Gonzalo Carámbula y la idea le pareció
interesante: promover una revitalización del público del teatro, el cual se
había alejado de las salas e, inclusive, de la Comedia Nacional. Llegamos a
un acuerdo en el cual, a través de un pago que harían estas instituciones a
la Intendencia Municipal de Montevideo, incluiríamos a la Comedia Nacio-
nal en la oferta que se iba a hacer en ese momento. Entonces, la idea era
promover a El Galpón, el Circular y la Comedia Nacional unidos, con espec-
táculos importantes de teatro, por una cuota mensual equis.
Arrancamos en principio con esas tres instituciones, pero la intención era
fortalecer la idea, crecer. Y, a partir de una concepción de cultura más amplia,
pensamos que también podían entrar otras disciplinas. Así fue que también
Gabriela Iribarren
Instituto de Actuación de Montevideo
Para continuar un poco con el tema del teatro, voy a hablar desde mi expe-
riencia de hace más de veinticinco años como actriz independiente, directora
teatral, docente y directora del Instituto de Actuación de Montevideo, que jun-
to a Marisa Bentancur y María Mendive encabezamos desde hace diez años.
Si comenzamos con el tema del público en relación con lo que es el
fenómeno teatral, el arte que desarrollamos, podemos decir que es el 50 %
del fenómeno. ¡Si será fundamental e importante! Y en el otro 50 % están los
actores, las actrices, el texto, la dramaturgia y el espacio, indudablemente.
Todos los que dirigimos y actuamos sabemos el lugar que le asignamos
Vera Heller
Centro Cultural de Música
Bueno, hoy es el primer día que asisto y, por supuesto, he oído cosas muy
interesantes. Siempre se debate un poco lo mismo, los problemas econó-
micos, los problemas de divulgación. Me encantaría pensar que de todas
estas reuniones va a haber un resumen en el cual después se puedan con-
cretar determinadas iniciativas de cosas que se han dicho.
Yo he estado en el mundo del arte durante larguísimas décadas. Ahora
les voy a hacer un pequeño perfil de lo que represento; pero, en realidad, no
solo me gusta la música, sino que soy muy afín a todas las demás manifes-
taciones. En este momento represento al Centro Cultural de Música, que es
un poco una excepción después de oír cosas tan multitudinarias. Me gusta
pensar que el Centro Cultural de Música —que el año que viene cumple
setenta años desde su fundación— ha sido una especie de llama olímpica
en un esfuerzo casi quijotesco. Porque el Centro Cultural de Música es una
institución privada con personería jurídica y sin fines de lucro, muy transpa-
rente y muy bien organizada, pero además, desde el inicio y durante setenta
años, siempre ha tenido una comisión totalmente honoraria. Eso involucra
muchas palabras que se han dicho hoy: fe, confianza, pasión, entusiasmo
Porque yo veo que acá en Uruguay es increíble la oferta y la cantidad de
Elbia Fernandes
Cine Teatro Plaza
Henry Segura
Editor de Espectáculos de El País
De la cuestión amplia que involucra el tema de nuestra mesa, las artes es-
cénicas y los medios de comunicación masivos, también voy a seleccionar
algunos temas vinculados con el teatro, que es mi área. Me parece más
urgente que otros asuntos en este espacio siempre un poco apocalíptico
desde el que uno habla al referirse al teatro y a los metadiscursos.
Me interesa empezar por algo relativamente nuevo en nuestro medio
que podríamos llamar la hiperproducción de bienes simbólicos —en este
caso espectaculares en el sentido tradicional—. Este fenómeno es una de
las piedras en el zapato del escenario —pero no solo para el teatro, si pen-
samos en la industria editorial pasa lo mismo—. Se suscita, entonces, el
tema de la cartelera como medio pantagruélico.
Hay dos modalidades básicas para visualizar el objeto espectáculo. Por
un lado, la fórmula Uruguay Total —lo uso como metonimia de otros sitios
similares; si queremos ir más lejos, de Internet inclusive—. Uruguay Total
como vidriera niveladora, donde está todo lo disponible en la cartelera, des-
de la última producción de la Comedia Nacional en el Teatro Solís hasta el
monólogo amateur del Espacio Alternativo. Ambos con los mismos puntos
predeterminados, los mismos datos, la foto, la breve descripción (como to-
dos sabrán, Uruguay Total es también un espacio de síntesis de la crítica
individual amateur, «me gusta», «no me gusta», etc.). Pero no voy a entrar
en eso, no interesa tanto, por lo menos ahora y en esta mesa. Frente a la
misión democrática del sitio, está la segunda modalidad, la de los medios
de comunicación que fueron convocados hoy, los de tipo tradicional —para
entendernos, voy a hablar por mí— que tienen la necesidad y el deber de
seleccionar el material (la necesidad por coyunturas estrictamente espa-
ciales). Olvidemos aquí, utópicamente, todo lo que tiene que ver con las
necesidades económicas —aunque ya se estuvo hablando de eso antes—.
Voy a referirme en este aspecto a Bertolt Brecht, quien proponía, hablan-
do de crítica al juicio sobre la expresión formal, que hay que formularse
la pregunta: ¿a quién le sirve esa crítica?; además del deber de hacer esa
selección por motivos éticos.
Una de las respuestas rápidas a la hiperproducción, desde los medios
de comunicación tradicionales y a nivel mundial, en el presente, es la sus-
titución de la reseña por descripciones breves que permiten cubrir más es-
pectáculos; cubrir, en el sector, es tratar el tema, pero muchas veces tam-
bién puede ser ocultarlo. Creo que la respuesta definitiva tiene que ver con
un reposicionamiento de la crítica, que se plantee y resuelva qué hacer con
esa masa inabarcable, cómo pensarla y, en definitiva, cómo tratarla.
En el centro de esa controversia, podríamos proponer como renovada
misión una práctica cada vez más escrupulosa de la antología y el especile-
gio; el crítico como antólogo, verlo todo para describir o para escribir algo.
Se trata, entonces, de elegir las flores, las mejores por supuesto. Esto sirve
de atajo hacia un segundo tema, en el que también quería entrar, que está
vinculado con el rol de quienes construyen el gusto-necesidad por acceder
a los bienes de capital simbólico, teatrales, en este caso.
Me sitúo directamente en La Diaria, medio con el que colaboro en cuan-
to espacio privilegiado para ejercer el «género presionado», como llama
Christian Font
Canal 12
Carlos Rehermann
Radio Uruguay
También escribí algo, como Georgina; pero, como vi que íbamos a ser nueve
en la mesa, no lo traje. Si lo hacía, mi intervención iba a resultar demasiado
extensa. De manera que, en parte, voy a improvisar.
Una de las cosas que a mí me preocupa acerca de este tema del público,
o de los públicos como dice acá, es la retórica asociada a las personas que
se ocupan de él. El mejor ejemplo es el folleto que contiene el programa,
donde hay una prueba clara de cuál es esa retórica.
Seminario
Públicos y artes escénicas