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I.10 Bourdieu “Las reglas del arte.

Génesis y estructura del campo literario”


(1992)

1. ¿Cuál es el planteo que se realiza en el preámbulo? ¿Qué piensa Bourdieu sobre el


vínculo sobre literatura y la sociología? ¿Qué piensa Bourdieu sobre la escritura
literaria?

2. ¿Por qué Bourdieu elige trabajar con La educación sentimental (1869)?

3. Definición de campo y capital

1. Supuestos del preámbulo. La concepción de sociología y literatura según


Bourdieu

Bourdieu en las primeras páginas del preámbulo presenta una crítica acerca de la
concepción de la literatura como el lugar de lo inefable, expuesta por críticos, filósofos
y escritores. En términos de ‘inefable’ entiende que escapa, por definición, a lo racional.
Es decir, se resiste a cualquier tipo de análisis científico. Sin embargo, el autor le da un
giro a este asunto y se replantea cómo pensar la escritura y la experiencia literaria. En
principio, se pregunta por qué poseen esa necesidad de rebajar el conocimiento racional.
Y postula, por el contrario, que la sociología como ciencia puede leer perfectamente la
literatura. De hecho, para este autor, esta sería la lectura más productiva. ¿Por qué la
sociología es la lectura que Bourdieu propone en estos términos?

Bourdieu propone que la escritura literaria tiene el poder de mostrar y decir acerca del
mundo social – incluso más que muchos textos científicos – en tanto lo hace con su
lenguaje propio, capaz de “hacer ver y sentir” y conseguir el efecto de creencia. Este
autor entiende que algunos textos literarios (en particular, La educación sentimental)
podrían ser leídos como sociológicos si no fuera porque su visión se revela y se oculta a
la vez. El texto literario tiene la capacidad de desvelar velando, dado que, mediante la
ficción permite plasmar el mundo social sin necesidad de ser riguroso como lo es el
discurso científico. Revisemos la siguiente cita:
El efecto de realidad es esta forma muy particular de creencia que la ficción literaria produce a
través de una referencia denegada a lo real designado que permite saber rehuyendo, saber de qué
se trata la realidad. La lectura sociológica rompe el hechizo. La forma en la que se enuncia la
objetivación literaria es sin duda lo que permite la emergencia de lo real más profundo (…)
porque es el velo que permite al autor y al lector disimularlo. El hechizo de la obra literaria se
debe sin duda en gran parte a que se habla de las cosas más serias sin exigir (…) que se la tome
completamente enserio. (Bourdieu, 1992: 64)
Bourdieu se refiere al desvelar velando de la obra literaria como un hechizo, cuya
esencia implica, como ya dijimos, a hablar de las cosas más serias sin exigir seriedad
como la del discurso científico. Para leer la emergencia de lo real más profundo que
hace la literatura, se precisa que la sociología rompa el hechizo. Es decir, en el caso
concreto de La educación sentimental, es necesario que Bourdieu apele a mostrar cómo
funciona el campo del poder que Flaubert está representando en la novela. Además, este
efecto de desvelar velando se puede leer en el caso concreto de Frederic, que es un
agente indeterminado, cuya existencia es posible en la ficción pero no en la realidad. La
sociología es capaz de dar el paso que revele ese discurso denegado de la realidad que
es la literatura.

2. ¿Por qué La educación sentimental?


Bourdieu propone que La educación sentimental presenta todos los elementos para su
propio análisis sociológico. Afirma que la estructura de la obra –es decir, la estructura
del espacio social de Fréderic- resulta ser también el espacio social en el que su propio
autor está situado. El supuesto que subyace a esta idea no es que el texto literario sea un
reflejo fiel del mundo social de Flaubert, sino más bien que las estructuras generadoras
del texto
están condicionadas por la sociedad en la que se producen, ya que su autor, y la
subjetividad del mismo, están moldeados por ese espacio social.
En esta dirección Bourdieu plantea un punto importante: Flaubert como analista de
Flaubert. Aclara que la crítica ha planteado a Fréderic como una proyección
autobiográfica del autor de la novela, pero Bourdieu entiende que no es así. Propone en
cambio que la vinculación posible del personaje con su autor se da en el marco de un
auto-socioanálisis que Flaubert realiza de sí. No se trata de una proyección o un reflejo,
ya que está mediado por la escritura. Es importante deternos aquí, a Frederic lo
caracteriza la indeterminación, de hecho, la imposibilidad de escribir. Se configura
como agente de varios campos sin determinarse en ninguno. Sin embargo, Flaubert no
se identifica con ello, dado que toma posición en el campo de la literatura. Además, la
posibilidad de agente indeterminado que es Frederic, sólo existe en la escritura literaria
que plasma Flaubert en la ficción. En estos términos es pertinente considerar que
Bourdieu entiende a Flaubert como sociólogo, en tanto este autor condensa en su novela
todo el as de posibles que tienen los agentes que se mueven en el campo del poder
(acceder al arte, al dinero). Esa especie de mapa que plasma Flaubert en la novela no
podría ser real, por eso Bourdieu lo considera un analista de la sociedad y puede
sistematizar el estado de posibles de los agentes del campo de poder. Para Bourdieu,
Frederic condensa un agente imposible porque es indeterminado. En este sentido es que
la novela desvela velando.

3. Análisis de la obra y definición de campo y capital


En su análisis de la obra, Bourdieu sistematiza los campos sociales en los que se
encuentran los personajes (campo del arte y de los negocios) a partir de un campo
transversal que es el campo del poder y entiende a los personajes como agentes de esos
campos. Conviene recordar aquí que el concepto de campo es central en la teoría
sociológica de Pierre Bourdieu: las prácticas sociales se encuentran reguladas por la
lógica y las reglas del campo social en el que emergen. Un campo social puede
definirse como un espacio de juego históricamente constituido con sus instituciones
específicas y leyes de funcionamiento propias (Bourdieu, 1987). También se define
como un sistema
de relaciones entre posiciones y por aquello que está en juego en dicho campo: sea
capital
económico, prestigio, trascendencia, conocimiento, etc. En tanto sistema de relaciones
entre posiciones, a cada agente del juego le corresponde una posición que puede ser más
dominante o más subordinada de acuerdo a la acumulación del capital que está en juego
en dicho campo. Por ejemplo, en el campo de los negocios, quien acumule la mayor
parte del capital económico tendrá una posición más dominante en el campo que le
habilitará a jugar estrategias particulares con el fin de acumular aún más capital. Para
constituirse como agente de un determinado campo es necesario tener illusio: la
convicción de que aquello por lo que se lucha en el campo es algo por lo que vale la
pena luchar y estar dispuesto a ello. En otras palabras, es necesario tener la voluntad de
jugar.
En el análisis de Bourdieu, todo el mundo social de Frédéric (personaje principal de la
novela) se organiza alrededor de dos polos: el polo del arte y la política, representado
por los Arnoux, y el polo de la política y los negocios, representado por los Dambreuse.
Monsieur Arnoux (en su calidad de marchante de arte) y Monsieur Dambreuse
(banquero) son personajes de referencia que funcionan como símbolos de las posiciones
pertinentes del espacio social. Los indicios en La educación permiten diferenciar las
prácticas sociales correspondientes a cada campo: cómo son los bailes, las reuniones de
amigos, las relaciones en cada campo y qué personajes se sitúan en cada uno. En el polo
del poder político y económico, encontramos cenas a las que asisten hombres y mujeres
de los negocios, quedando excluidos los artistas y periodistas (antes de 1848). Las
conversaciones se caracterizan como serias, aburridas y conservadoras. A las
recepciones de Arnoux, en el polo opuesto, asisten pintores, poetas, periodistas,
músicos, escultores, críticos de arte. Las conversaciones entre amigos e invitados del
mundo del arte suelen ser muy libres, e incluso obscenas. Comen platos exóticos, hablan
sobre teorías estéticas o políticas y son de izquierda. Los personajes que corresponden a
cada campo ocupan posiciones de diferente rango en cada uno de ellos (más dominantes
o más dominadas).
Monsieur Arnoux, al ser marchante de cuadros, es representante del dinero y los
negocios en el seno del mundo del arte. Este personaje en particular le permite a
Bourdieu reconocer la lógica del campo artístico totalmente inversa al del campo de los
negocios: “El juego del arte es, desde el punto de vista de los negocios, un juego de
«quien pierde gana»” (Bourdieu, 1992:47). En este campo, que se va formando en la
época de Flaubert, no cabe la conquista del dinero, las mujeres o los honores del éxito
“mundano”. Lo que rige el juego del arte es “el amor puro al arte” que se traduce en un
desinterés en el dinero: “la ley fundamental de este juego es que no carece de interés ser
desinteresado” (ídem). Un artista que consigue ganar en este juego es aquel que no se
prostituye en el mercado, que no sucumbe al gusto de la masa y a la producción serial,
propia de la economía capitalista. Bajo estas consideraciones, Monsieur Arnoux se
constituye como un personaje doble, en tanto que representa el dinero y los negocios en
el mundo del arte. Como ser doble, busca alcanzar el éxito beneficiándose de las lógicas
opuestas de ambos mundos: se aprovecha de la confianza, generosidad y desinterés de
los artistas en su propio juego (que se niegan a reconocer su interés material),
dejándoles solo los beneficios simbólicos (reconocimiento, trascendencia) y se reserva
para sí los beneficios materiales de las ventas.
Flaubert construye un grupo de cinco adolescentes reunidos bajo su posición de
estudiantes y los arroja a este espacio social de la novela, en un tipo de “experimento
sociológico”. Cada estudiante, siguiendo la metáfora de Bourdieu de “partículas en un
espacio de fuerza”, posee una “inercia propia” que determina su trayectoria en relación
con las fuerzas del campo. En otras palabras, cada estudiante tiene una predisposición a
ocupar en el campo posiciones relacionadas a sus orígenes sociales (junto con ello, una
manera de ser, actuar, sentir: un habitus) y un capital heredado, lo cual contribuirá a
definir las posibilidades y las limitaciones del agente en el campo.
Cada uno de sus miembros está unido a cada uno de los demás y separado de cada uno
de los demás por un conjunto de similitudes y de diferencias repartidas de una forma
más o menos sistemática: Cisy es muy rico, noble, cuenta con buenas relaciones y es
distinguido (¿guapo?), pero poco inteligente y poco ambicioso; Deslauriers es
inteligente y le mueve una voluntad desaforada de triunfar, pero es pobre, carece de
relaciones y de belleza; Martinon es bastante rico, bastante guapo, bastante inteligente y
está empeñado en triunfar; Frédéric, como suele decirse, lo tiene todo – una riqueza
relativa, encanto e inteligencia –, salvo la voluntad de triunfar. (Bourdieu, 1992:30)
El caso de Frédéric frente a los otros estudiantes es particular ya que carece de illusio,
necesaria para que un agente se constituya como tal: “Frédéric lo tiene todo… salvo la
voluntad de triunfar”. Este personaje oscila entre el campo del arte y el campo de los
negocios. Un día quiere ser pintor y se inscribe en una escuela de arte, compra los
materiales, acumula obras costosas en su casa, y al otro lo desecha todo para seguir la
ilusión de ser ministro. Intenta escribir una novela pero fracasa y tampoco se empeña en
sus estudios de derecho. Frédéric se sitúa en una zona de ingravidez social y dilata la
“entrada en la vida” que hace de la adolescencia un momento crítico: aceptar entrar en
uno u otro de los juegos sociales socialmente reconocidos y con ello el envejecimiento
social (asentamiento en el campo, Flaubert lo llama educación sentimental). La
fluctuación de sus amores por Mme. Arnoux, Mme. Dambreuse, Rossantte, Louise, son
símbolos, en la lectura de Bourdieu, de sus fluctuaciones en los campos sociales.
Bourdieu lee en este personaje una reflexión flaubertiana acerca del periodo de la
adolescencia y la imposibilidad de escapar a la entrada en el juego.

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