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Presentado a:
Mena Colon
Presentado por:
Julexa Mercedes Arias
Matricula:
17-MDRN-7-17
Asignatura:
Penología
Tema:
Funciones de la pena
Humanitario:
Esta etapa surge como reacción a la venganza intimidatoria; teológica y política, pugnando por
que las penas fueran suavizadas. Grandes pensadores, filósofos y humanistas con sus obras e
ideas, influyeron para limitar el ejercicio del poder en el Derecho Penal y desarrollar ciencias a
fines.
Sus principales exponentes son César de Bonnesana, Marqués de Beccaria, que publicó el libreo
“De los Delitos y las Penas” en el señala que: las penas deben establecerse obligadamente, en las
leyes, ser públicas, prontas y necesarias; proscribir la pena de muerte y prohibir a los jueces
interpretar la ley, por ser su aplicación la única función.
A partir de Beccaria, la situación empezó a cambiar. Los gobiernos se humanizaron y tendieron a
desaparecer las crueldades en materia penal; también se incrementaron los estudios para
sistematizar al Derecho Penal, destacándose en particular dos corrientes:
a) La Escuela Clásica
b) La Escuela Positivista
John Howard, notorio reformista inglés fue quien se preocupó de las penas y de las cárceles, así
como de la higiene de las mismas. De la diferenciación de la disciplina para los procesados y
condenados. Así con sus ideas propicia en el Siglo XVIII la Reforma Penitenciaria.
Estas ideas de los principales exponentes humanistas, se encuentran vigentes, al igual que los
principios emanados de la Revolución Francesa, producto de la Ilustración, con lo cual surge la
contemplación y tutela de los Derechos del Hombre.
Científica:
En esta etapa se mantienen los principios de la Etapa Humanitaria, pero se profundiza
científicamente respecto al delincuente, se considera que el castigo no basta, por humanizado que
sea, sino que además se requiere llevar a cabo un estudio de la personalidad del sujeto
(delincuente) y analizar a la víctima; es indispensable conocer el porqué del crimen, saber cuál es
el tratamiento adecuado, para readaptar al sujeto, y, sobre todo, prevenir la posible comisión de
nuevos delitos. El delito y el delincuente son vistos como un producto disfuncional de la
sociedad.
Existes dos principios que rigen la pena los cuales son:
Principio de Personalidad de la pena:
Una de las principales conquistas del derecho penal moderno es el principio de la individualidad
de la responsabilidad penal, en virtud del cual la pena solo puede afectar al sujeto que realizó el
hecho punible y en ningún caso a los miembros de su familia.
Sin embargo, esto no siempre fue así, anteriormente el derecho penal se circunscribía a la idea de
que todos los seres humanos estaban manchados por el pecado original por ser hijos de Adan y
Eva, así las cosas, el hombre era responsable no sólo por los actos que el cometiera sino por los
cometidos por sus antepasados.
Para el maestro Nodier Agudelo está era una forma de venganza privada desproporcionada e
indiscriminada contra los miembros de la tribu a la cual pertenecía el ofensor.
Afortunadamente la Revolución Francesa logró superar tal injusticia y dio los primeros pasos
con la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, en donde consagró en sus artículos 7,
8 y 9, la presunción de inocencia, el principio de legalidad y la necesidad de la Pena.
Finalmente fue en la reforma propuesta al procedimiento penal de la época, en donde se consagró
expresamente el principio de personalidad de la pena en los siguientes términos " siendo el
crimen personal, la ejecución de un culpable no imprimirá ninguna deshonra para su familia. El
honor de aquellos que pertenecen a ella no se considerará en absoluto manchado y podrán ser
admitidos a todo tipo de profesiones, empleos o dignidades".
Es así como en nuestros días cada sujeto debe responder por los delitos que cometa y las
consecuencias no pueden ser extensivas a su familia, ningún hijo debe responder por lo que
hagan sus padres y a ningún ciudadano se le puede reprochar por ocupar ningún cargo o ejercer
ninguna profesión por el simple hecho de tener una relación de consanguinidad con el autor de
un delito.
Fundamento de irresponsabilidad penal en las personas morales
La responsabilidad penal de las personas morales en el Derecho dominicano, sigue al día de hoy,
regida bajo el principio de la máxima “societas delinquenre non potest”, desde la cual las
personas morales, no se encuentran, en principio, sometidas a ningún sistema de responsabilidad
penal para delitos comunes cometidos colectivamente, no obstante, el avance que ha
experimentado la legislación penal especial (delitos económicos y societarios) sí admite algún
tipo de sanción –no de responsabilidad en sí misma- sobre las personas jurídicas cuando éstas
son halladas culpables (de manera subsidiaria) de un ilícito penal contenido en leyes especiales
de corte económico.
En ese mismo sentido, algunos autores, entre estos el Prof. Manzano, plantean esta problemática
por parte del Derecho dominicano de no ponderar la responsabilidad de las personas morales
basada en la máxima anterior, está fundamentada en la figura del ‘sujeto’ como objeto de
Derecho Penal en sentido estricto y no en la prohibición expresa de una ley sustantiva, es decir,
que dentro de la teoría del delito, es el sujeto –persona física- quien tiene y puede ser centro de
análisis de imputación (acción típica) y de culpabilidad (valor cognitivo) de un determinado
reproche penalmente relevante.
Partiendo de lo anterior, podría considerarse que la responsabilidad de las personas jurídicas en
el Derecho dominicano se ve limitada a la exigencia taxativa de la ley (una responsabilidad
excepcional no como regla) y, esto así, debido a que justamente nuestro sistema no admite
tampoco a la persona moral como un ente considerado como ‘sujeto responsable’ –y legalmente
exigible- de una conducta típicamente relevante y así lo hace nuestra tradición jurídica, al
descansar dicho criterio en dos decisiones de nuestra Suprema Corte de Justicia, ha sostenido
que “(…) si bien es cierto que en virtud del principio de la personalidad de las penas, la acción
pública no puede ser dirigida contra personas morales, sino individualmente contra cada una de
las personas que la representa, en la medida en que haya participado en el delito” (…); y, (…) “si
bien es cierto que ninguna pena puede ser pronunciada contra ellas, sino individualmente contra
cada uno de los culpables, no es menos cierto que es preciso reservar la hipótesis en que la ley
haya decidido lo contrario, pues existen algunos casos de responsabilidad penal colectiva
consagrada en textos formales”.
Principio de Legalidad de la pena:
Es consustancial al ejercicio del ius puniendi su sometimiento a determinados límites cuya
observancia constituirá una exigencia básica para que la utilización del Derecho Penal, como
monopolio del Estado e instrumento de pacificación social, no pierda legitimidad ante los
ciudadanos. Algunos de esos límites, los que son propios de un Estado de derecho, se engloban
dentro del principio de legalidad, que dispensa al ciudadano la seguridad jurídica de que no va a
ser sancionado ni por infracciones, ni a penas o medidas de seguridad que no estén previstas en
ley anterior a su actuación típica, y que en todo caso le sean impuestas por un Juez y en el seno
de un proceso establecido legalmente.
Garantías del principio de legalidad en el proceso penal:
Este principio de legalidad impone cuatro limitaciones en materia penal sancionadora; dicho de
otro modo, el principio de legalidad se desdobla y manifiesta a través de cuatro garantías:
-La garantía criminal: cuya formulación nullum crimen sine lege reclama que el delito se halle
descrito y previsto por la ley anterior.
-La garantía pena: cuya formación nulla poena sine lege exige que la pena o medida de
seguridad se halle igualmente prevista por la ley.
-La garantía jurisdiccional: que reclama que existencia de delito y la imposición de pena o
medida de seguridad sea decidida en sentencia judicial caída en el seno de un proceso legalmente
establecido.
-La garantía de ejecución: que exige que los efectos y las circunstancias del cumplimiento de la
pena o medida de seguridad se sujeten a la prevención legal y reglamentaria de desarrollo.
Clasificación tripartita de las penas
Es la primera clasificación que ofrece el Código Penal en el capítulo 1, el cual reza así: "La
infracción que las leyes castigan con penas de policía es una contravención. La infracción que las
leyes castigan con penas correccionales, es un delito. La infracción que las leyes castigan con
una pena aflictiva o infamante es un crimen."
Esta clasificación está asociada a la gravedad de la infracción, la clasificación tripartita dividida
en penas criminales, correccionales o contravencionales.
Penas Criminales
El artículo 6 del Código Penal Dominicano establece que: "las penas en materia criminal son
aflictivas, infamantes o infamantes solamente". De acuerdo al artículo 7 del referido Código, las
penas aflictivas o infamantes son: 1) la reclusión mayor. 2) la detención. 3) la reclusión menor.
También son consideradas infamantes las siguientes penas: 1) La degradación cívica (Art. 8
Código Penal); 2) La interdicción legal (Art. 29 Código citado); 3) La confiscación especial del
cuerpo del delito (Art. 11 Código Penal); y 4) Sujeción a la vigilancia de la alta policía (Art. 11
Código Penal).
La pena de sujeción de la alta policía: es aquella que da el derecho al gobierno de determinar
ciertos lugares, a los cuales, no podrá presentarse el condenado, sino después de haber sufrido su
condena, la misma está en desuso.
Penas Principales
Estas son las que el legislador ha establecido como mecanismo directo de la penalidad, la misma
debe ser pronunciada expresamente por el juez en su sentencia, de modo que debe expresarse de
manera clara y precisa la naturaleza de la pena, así como también su duración. Un ejemplo, es la
pena de reclusión, la multa y la confiscación, etc.
Penas Accesorias
Como su nombre lo dice estas son medidas de seguridad que el legislador ha establecido con el
ánimo de asegurar la eficacia de las principales. De ahí que las penas accesorias no necesitan ser
pronunciadas por el juez de una manera expresa, debido a que son impuestas de pleno derecho.
Entre ellas se pueden mencionar algunas que también asumen el carácter principal y accesorio
como son la interdicción legal, la supervigilancia de la alta policía, así como también la
asistencia obligatoria a programas terapéuticos o de orientación familiar, prevista en el artículo
309-5 del Código Penal.
Penas Complementarias
Estas se encuentran entre las principales y las accesorias, con el complemento de otras, por tanto
nunca aparecen solas, con lo cual se asemejan a las accesorias, pero a la vez se asemejan a las
principales en razón de que los jueces tienen que mencionarlas de una manera expresa. Entre
ellas se pueden mencionar la interdicción de ciertos derechos cívicos, civiles y de familia,
previstos en el artículo 42 del Código Penal Napoleónico; la multa en materia criminal, y la
confiscación especial del cuerpo del delito, salvo excepciones.
El artículo 23 (131) del Proyecto Nuevo Código Penal, al referirse a las penas complementarias,
la define: "Aquellas que, en adición a la pena impuesta a un imputado por la comisión de una
infracción grave, menos grave o leve o contravencional, se pueden imponer total o parcialmente
al condenado"
Penas Complementarias aplicables a las Personas Físicas.
A) Por Infracción Graves: Respecto a estas penas aplicables a las personas físicas imputables,
de alguna infracción grave, de acuerdo al art. 23 (131) del Proyecto del Código Penal establece
las siguientes:
1. La confiscación o dominio del producto, los bienes, objetos, y los haberes procedentes directa
o indirectamente de la infracción, sin perjuicio de los derechos que tengan terceros de buena fe;
2. La clausura temporal por un período no mayor de tres años o definitiva del establecimiento
comercial, directa o indirectamente, envuelto en la infracción;
3. La inhabilitación temporal por un período no mayor de tres años o definitiva de la licencia de
portar o tener un arma de fuego;
4. La inhabilitación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva para ejercer una
función pública o actividad profesional o social en ocasión de la cual se cometió la infracción en
virtud d la cual se condena, y
5. La inhabilitación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva de participar en
los concursos u oposiciones públicas".
B) Por Infracciones menos graves: El artículo 29 (131) del referido Proyecto de Código, en
relación a las penas complementarias aplicables a las personas físicas imputables de algunas
infracciones menos graves, son:
1. La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos, y los haberes procedentes
directa o indirectamente de la infracción, sin perjuicios de los derechos de terceros de buena fe;
2. La clausura temporal por un período no mayor de tres años o definitiva del establecimiento
comercial, directa o indirectamente, envuelto en la infracción.
3. La inhabilitación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva para ejercer una
función pública o actividad profesional o social en acción de la cual se cometió la infracción en
virtud de la cual se condena;
4. La inhabilitación temporal no mayor de tres años o definitiva de la licencia de portar o tener
un arma de fuego;
5. La inhabilitación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva de participar en
los concursos u oposiciones públicos, y
6. El trabajo de interés comunitario no remunerado por un período no mayor de mil cuatrocientas
cuarenta horas, sujeto siempre al consentimiento previo del condenado y al respeto de su
dignidad.
1. La confiscación o decomiso del producto, los bienes, objetos, y los haberes procedentes
directa o indirectamente de la infracción
2. La clausura temporal por un período no mayor de tres años de uno o varios del o del
establecimiento(s) comercial(es) operado(s) por la sociedad, o de parte o la totalidad de su
explotación comercial, o su disposición legal;
3. La renovación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva de alguna
habilitación legal que le considera determinada institución pública para la presentación de la
actividad comercial o el servicio público de que se trate, sin considerar la naturaleza del título
habilitante, ya sea mediante concesión, licencia, permiso, autorización o cualquier otro;
4. La inhabilitación temporal por un período no mayor de cinco años o definitiva de hacer
llamado público al ahorro, en los sectores financieros, bursátiles o comerciales, a los fines de
colocar títulos y valores de cualquier otro orden que fueran, y
5. La disolución y remisión de esta por ante el tribunal de comercio competente para que proceda
a su liquidación judicial.
La pena de detención, podría decirse que tiene carácter político, toda vez que el artículo 19 del
Código Penal, dispone: "todo aquel que sea condenado a la detención será encerrado en una de
las fortalezas de la República, que haya sido destinadas a ese efecto por disposición del poder
ejecutivo".
El artículo 1 de la indicada Ley ha establecido un nuevo régimen donde se establece que en las
penitenciarías cumplirán sus condenas los reclusos sujetos a pena de privación de libertad mayor
a dos años, por lo que la pena de detención tiene una duración de 3 a 10 años se interpreta que
cae en las penitenciarías.
La degradación cívica como pena principal tiene un carácter político, toda vez que al condenado
se le priva del ejercicio de algunos derechos, tales como el de elegir y ser elegido, porte de
armas, etc.
-El Confinamiento: Consiste en la obligación por parte del condenado de residir en un lugar
del país, indicado por la sentencia, por un tiempo no menos de 6 meses ni mayor de 2 años.
Las penas de derecho común, se refieren a todas las penas relativas a los crímenes, delitos, y
contravenciones que no tengan un carácter político, aunque es preciso destacar que para el
legislador dominicano todas las penas son derecho común.
Una muestra del carácter político de la pena es que tanto en su creación, aplicación y en su
ejecución intervienen los tres poderes del Estado, incluso, existen infracciones que su
persecución, interesan únicamente al Estado.
Siendo el Estado el que decide cuando un comportamiento tiene un carácter delictual, es lógico
admitir que todas las penas tienen un carácter político, por lo que resulta errado clasificar las
penas en derecho común y políticas.
Penas Temporales: Conforme a las disposiciones del Código Penal Dominicano, casi todas
las penas tienen un carácter temporal, excepto la degradación cívica, aunque L. Ramos sostiene
que se trata de una perpetuidad relativa, ya que se extinguen por la rehabilitación.
Distintas categorías de penas
Las categorías de penas están íntimamente ligadas con la clase de delincuentes para realizar los
fines propuestos, la división más socorrida es:
a) de intimidación pura;
b) reformadoras; y
c) de eliminación.
Penas De Intimidación Puras: Las de intimidación, son penas cortas impuestas a imputados
aún no corrompidos en el delito, las cuales tienen por finalidad infligir miedo y temor al que
pensase delinquir.
Penas Reformadoras: Las reformadoras, son aquellas que se imponen a los imputados que
aunque corrompidos en el crimen, ofrecen esperanzas de reforma.
Penas Eliminatorias: Son penas que tienden a segregar el delincuente de la sociedad de una
forma temporal o definitiva, porque se entiende que ya no ofrecen esperanza de corrección.
Dentro de estas se pueden mencionar la reclusión perpetua y la pena de muerte.