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¿CUAL ES LA NATURALEZA JURÍDICA DEL

HOMICIDIO CULPOSO?:
La culpa, por el contrario, es la consecución de un resultado ilícito pero con
ausencia de intención. El hecho dañoso se deriva del comportamiento
negligente, imprudente o temerario del sujeto activo del delito quien, además
debe hallarse en la posibilidad psicológica de representarse el resultado.

El artículo bajo comentario reprime el homicidio culposo, vale decir aquel que
se causa sin intención. En la práctica judicial, al homicidio culposo se le
denomina también homicidio por negligencia. Ello se debe, en gran parte a que
el artículo 82º del Código derogado equiparaba la culpa con la negligencia. El
nuevo código no define la culpa, “En nuestra legislación -sostenía Luís Roy
Freyre- la palabra negligencia tiene un amplio sentido que abarca cualquier
forma de culpa. Esencialmente, la negligencia es el ingrediente psicológico de
la culpa y se encuentra insita en la imprudencia y en la impericia”. (...).

Puede intentarse, empero, una definición de cada uno de esos elementos de la


conducta culposa. Negligencia es el descuido, la falta de atención y diligencia,
la omisión de cuidados y precauciones normales. La imprudencia es más bien
la temeridad, el exceso, la falta de ecuanimidad. La impericia equivale a la falta
de aptitud o de conocimientos para el desarrollo apropiado de una determinada
actividad. Tomando como ejemplo de un homicidio culposo en accidente de
tránsito, podríamos decir que un conductor negligente es aquél que conducen
su vehículo a sabiendas que el sistema de frenos se halla en malas
condiciones; conductor imprudente es el que corre a velocidad excesiva en
arterias congestionadas y; por último, conductor imperito es el que carece de
conocimientos y técnica apropiados para guiar un vehículo en condiciones de
seguridad.

De todo lo expuesto, obtenemos los elementos del homicidio culposo, que son
los siguientes:

- Vida humana pre-existente. Este requisito elemental es idéntico al del


homicidio doloso.

- Una acción humana que genera o produce la extinción de esa vida.


- Una indispensable relación de causalidad entre la acción y el resultado.

- Que la acción humana ofrezca los caracteres de la culpa, vale decir que sea
imprudente, negligente o imperita.

- Que el sujeto activo del delito haya estado en la posibilidad de representarse


psicológicamente ese resultado.

Comentario especial merecen los elementos 3 y 5, o sea la relación de


causalidad que debe necesariamente vincular a la acción humana con el
resultado, así como al requisito consistente en la posibilidad de que el sujeto
activo del delito se represente psicológicamente el resultado que generará su
proceder.

En cuanto a la relación de causalidad es absolutamente indispensable que la


muerte sea consecuencia directa del comportamiento del sujeto activo.

*Artículo tomado del Doctor Feliciano Francia*.


M.N

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