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Lukas Bärfuss

PETRÓLEO
ÖL

Spanisch von Cecilia Bassano


in Zusammenarbeit mit Jana Daadelow und Ulrike Henkys
Buenos Aires, 2009

Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des
öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das
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Cecilia Bassano
Mendoza 2151, CP. 1426, Buenos Aires, Argentina, Email: cecibassano@yahoo.com

Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:

1
Personajes:

Eva Kahmer

Gomua

Herbert Kahmer

Edgar Bron

Elsa Danzig

Lugar:

Una habitación en el sótano de una casa en las afueras de la ciudad de Beryok,


exactamente dónde, sólo lo sabe el diablo.

2
Para Kaa

3
Hic sunt leones.

UNO

Elsa Escuchás?1
Eva Nada. Espera. Creo que ahí hay algo.
Elsa Algo.
Eva Sí.
Elsa Qué.
Eva No sé. Está muy oscuro. Ahí. Ahí hay - gente.
Elsa Cuánta.
Eva No sé. Mucha.
Elsa Qué hacen.
Eva Están en silencio. Y pareciera que están contemplando algo.
Elsa Qué contemplan.
Eva No. No sé. Tal vez.
Elsa Sí.
Eva Tal vez a una persona.
Elsa Una persona.
Eva Sí. Están presentando a alguien creo. O lo van a anunciar.
Elsa A quién.
Eva Ni idea. A alguien de importancia.
Elsa Tenés miedo?
Eva No es bueno.
Elsa Tenés miedo.
Eva Me quiero ir.
Elsa No podes irte.
Eva Qué querés decir.
Elsa Vos te quedas acá. Me escuchaste? te quedas acá.

1
El autor no utiliza signos de interrogación, lo que es una marca de coloquialidad en la escritura en
lengua alemana. Para respetar ese principio, se ha utilizado sólo el signo de clausura en la traducción. [T].

4
***

Eva Qué hora es.


Gomua Las ocho en punto.
Eva De la mañana.
Gomua De la noche.
Eva Todavía sigo acá.
Gomua Sí.
Eva Grité?
Gomua Incomprensiblemente.
Eva Cómo.
Gomua Ratas. Canallas. No me van a agarrar.
Eva Ahí había gente. Me miraban fijo. Me tosían encima y me miraban. Y
había alguien más.
Gomua Un sueño.
Eva Mi marido
Gomua Sí.
Eva Llamó?
Gomua Sí.
Eva Y.
Gomua Está un poco retrasado.
Eva Bien.
Gomua Una semana aproximadamente.
Eva Una semana.
Gomua Más o menos.
Eva Entonces nada de petróleo.
Gomua No.
Eva Aún no hay nada de petróleo.

***

5
Eva Silencio.
Gomua Qué.
Eva Qué era eso.
Gomua Qué.
Eva Un ruido.
Gomua Yo no escuché nada.
Eva Ahí hubo un ruido, estoy segura.
Gomua Tal vez un animal.
Eva Un animal.
Gomua Sí.
Eva Qué animal.
Gomua Ya sé qué animal, pero no sé cómo le dice usted a esos bichos.
Eva Grande?
Gomua No mucho. Más o menos así. Con una cola. Sacan los nidos de los
pájaros.
Eva Será una comadreja.
Gomua Puede ser.
Eva Peligroso.
Gomua No creo.
Eva No estamos seguras de que sea una comadreja.
Gomua Tiene razón.
Eva Debería tenderle una trampa.
Gomua No tengo ninguna trampa para comadrejas.
Eva O desparramar veneno.

***

Eva Gomua. Quiero salir.

6
Gomua Ya es tarde.
Eva Estoy sofocada.
Gomua Ya sabe que es peligroso a esta hora.
Eva Cómo voy a saberlo. Usted nunca me deja salir.
Gomua Piense en su salud.
Eva Podría hacer caso omiso de sus bienintencionados consejos, y fugarme
durante media hora de esta pocilga, de este hoyo, y tomo en cuenta la
posibilidad de ser insultada, escupida, hasta asaltada y robada,
secuestrada, violada, decapitada, descuartizada y enterrada, si tan solo
por un momento pudiera ver algo distinto a lo que se presenta frente a
mis ojos desde hace una eternidad, e incluso soportaría ser recordada en
la posteridad como una idiota, que imprudentemente hizo caso omiso del
consejo de una nativa de confianza, y que si no ha merecido su propia
aniquilación, al menos ha compartido la culpa. Mi memoria quedaría
manchada, mi suerte no suscitaría ninguna piedad, sino tan solo desdén.
Pero usted, Gomua, luego podría pavonearse por haberlo dicho siempre y
haberme advertido al respecto. A usted se le adjudicaría una sensatez que
usted no tuvo ni por cinco minutos en toda su vida. La elección, entonces,
parece clara Gomua.
Gomua Me alegra.
Eva Qué le alegra.
Gomua Que la elección sea clara.
Eva Prefiero pudrirme acá que concederle ese triunfo.
Gomua Muy sensata.
Eva Sabré aprovechar mi tiempo. Depende de cómo se aprovechen las
circunstancias. De cómo uno se organice. Cómo se adapte a la situación.
A veces hay que conformarse con la segunda chance, no es así?
Gomua Desde luego.
Eva Veo, Gomua, cómo todos estos dichos la estremecen, pero hasta usted va
a reconocer que los aforismos no tienen ninguna validez acá. Porque esta
no es ninguna situación, sino un estado que uno puede soportar
resistiendo belicosamente, o sino otra alternativa sería hundirse, irse a
pique.

7
Usted me quiere convencer de que afuera de esta habitación mi existencia
estaría amenazada. Pero en algo debe estar segura, Gomua. En el caso de
que nuestras existencias dependan una de la otra, entonces mi seguridad
sería condición de la suya, y definitivamente no al revés. Yo le proveo a
usted el pan, y no usted a mí, y va a llegar el momento en que me liberaré
de este lugar, y lo que usted haga, a quién beneficie con sus advertencias,
el pájaro de mal agüero de quién quiera ser, todo eso me va a importar
elegante y gentilmente tres cominos.

***

Eva Gomua. Me está matando de sed.


Gomua Hace dos días que no come nada.
Eva Pare.
Gomua Por favor.
Eva Gomua.
Gomua Yo.
Eva Atrévase.
Gomua Entonces.
Eva Esta vez no la va a decir. Su frase. Su frase preferida. La que usted dice
que nació para decir.
Gomua Qué quiere decir.
Eva Ah.
Gomua No me sale.
Eva Cierta frase con un pollo, y un horno.
Gomua Ajá.
Eva Se hizo la luz.
Gomua Y bien.
Eva Sí.
Gomua Cómo pudo saberlo.
Eva Ve?
Gomua Quiero decir, es que justamente tengo un pollo en el horno.

8
Eva Eso es infame, Gomua. Es una vergüenza.
Gomua Perdón.
Eva Pero yo le había pedido. Le había pedido encarecidamente.
Gomua No sabía yo.
Eva Quiero un omelet.
Gomua Dónde podría conseguir huevos a esta hora.
Eva Entonces un pan con jamón.
Gomua No hay jamón.
Eva Entonces sólo pan.
Gomua Lo lamento.
Eva Tengo hambre.
Gomua Sí.
Eva Bien. Me rindo.
Gomua Cómo.
Eva Tráigame la pata de pollo.
Gomua Será un placer.
Eva Pero sin piel. Me escucha. Sin piel.

***

Eva Dígame Gomua, por qué me tira de la lengua.


Gomua Yo.
Eva De alguna manera muy particular usted encuentra la forma de
provocarme de vez en cuando, y yo termino por confiarle secretos que
usted luego utiliza en contra mía.
Gomua Eh.
Eva Y cuando tengo visitas, usted siempre se para detrás de esa pared, se
achata contra la pared, deja de respirar y escucha.
Gomua Usted nunca tiene visitas.

9
Eva La vergüenza me hace sonrojar cuando miro esta maldita cloaca. La
contrató mi marido? O está corriendo con su información al servicio
secreto?
Gomua Al servicio secreto.
Eva No ponga esa cara. Este país está regido por el servicio secreto, algunos
hombres ni siquiera saben que la mujer que reposa a su lado anda
entregando informes a ciertos señores. Eso es propio de la naturaleza del
país.
Gomua Entonces.
Eva A propósito.
Gomua Sí.
Eva Cómo puede usted servirle al servicio secreto.
Gomua Justamente.
Eva Y en lo que respecta a mi marido. Él confía en mí.
Gomua Sí claro.
Eva Me ama. Me respeta. Me necesita. Yo lo respaldo. Sin mi apoyo él nunca
hubiera soportado este trabajo. Él lo sabe, y por eso se siente agradecido
y confía en mí.
Gomua Qué bien.
Eva Presenciar la vida privada de la gente es altamente perverso. Pero en su
caso hasta lo entiendo. Mientras yo diariamente estoy expuesta a la
violencia más primaria, su vida está exenta de todo dramatismo, toda
pasión, toda emoción interior. Usted es lo que generalmente se dice un
partiquino. Cocina pollos, y con eso le basta.
Gomua Sí.
Eva Por cierto esto está horrible.
Gomua Lo siento.
Eva No me quiero imaginar lo que uno tiene que hacer con un pollo para que
esté tan terrible. Un pollo es una delicia, un lujo, pero usted Gomua,
logra cocinar de una manera tan misteriosa que a todo aquello que es
sabroso, le saca todo su aroma, hasta que a este ave no le quede más que
la grasa, los tendones y el esqueleto. Usted podría servirme un balde de
engrudo Gomua, que tendría más sabor que su pollo. Qué gracia le
encuentra a eso, cuénteme.

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Gomua Cómo.
Eva Usted me quita toda dicha y me intoxica con sus aves de corral. Ay, a
usted le falta una conciencia, y tal vez le falta afortunadamente, porque si
comprendiera su situación, vería cuán miserable es, y tendría que
desesperarse.
Pero para eso usted es muy vacía. Dentro suyo no hay absolutamente
nada que pueda hacerla desesperar, la cuestión sería naturalmente, si
esta falta disculparía el hecho de maltratar, de atormentar a una mujer que
en su vida no ha hecho ningún mal.
Sin poder nombrarlo, puede usted sentir cuán amplia es la zanja que
separa su mundo del mío, que detrás de mí, para decirlo claramente, hay
años luz, décadas de iluminación, de emancipación, de lucha por la
hegemonía del sentido común por sobre la violencia, y si se asoma a este
país, no verá otra cosa más que barbarie, corrupción, degradación,
infamia.
Digamos las cosas como son. Su país no ha vivido ningún día de libertad,
ni un minuto de justicia, ni un segundo de honestidad, no hay más que
engaño, estafa, traición, y naturalmente Gomua, puede culpar de esta
realidad al imperialismo, a la deshonrosa conducta del occidente, a la
codicia de mis compatriotas, y no voy a contradecirla.
Comprendo en cierto modo lo frustrada que debe estar, porque a pesar de
su limitación debe sentir cómo arde en su interior un anhelo de tomar
conciencia, y al mismo tiempo no debe ver ninguna posibilidad de
articular esa necesidad, ni mucho menos llevarla a cabo, y por eso la
incesante alimentación a pollo equivale en su mundo a un acto de
desobediencia civil, eso por su puesto que lo entendí Gomua, por favor
no me subestime.
A pesar de esto el fin no justifica los medios, si se me permite anticipar
la conclusión de mis reflexiones. No, no es justo andar jorobando a
alguien inocente, ponerle comida adelante, comida que no es en absoluto
comida de verdad, sino un medio de tortura, una Virgen de hierro2, una
2
La Virgen de hierro es un instrumento de tortura barbárica utilizado durante la Santa Inquisición, que
consiste en un armazón metálico con forma de mujer provisto de filosos cuchillos fijados en ambas caras
interiores. Obligada la víctima a ingresar en tal armazón, los verdugos lo cerraban, de modo que los
cuchillos desgarraban la carne del infortunado que moría desangrado . [T.]

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cama de tortura con otra forma, y yo debo rogarle Gomua, apelo a su
humanidad, que yo le concedo a pesar de todo lo que me ha hecho en los
últimos años, le suplico, comprenda usted, y pare con estos pollos
miserables. A dónde va.
Gomua Yo.
Eva A dónde va Gomua.
Gomua Ya es tarde.
Eva No le pregunté la hora.
Gomua Estoy cansada.
Eva Esa tampoco es una respuesta a mi pregunta.
Gomua Quiero ir a la cama.
Eva Por su puesto. Buenas noches, Gomua, buenas noches.

***

Eva Buen día, Gomua. Durmió bien?


Gomua No se habrá quedado toda la noche…
Eva Tenía que meditar acerca de ciertas cosas.
Gomua Usted necesita calma. Piense en su salud.
Eva Estoy estupenda, gracias.
Gomua Él pronto va a estar aquí.
Eva Está muy bien.
Gomua Y además va a encontrar petróleo.
Eva Usted es encantadora. Pero se equivoca. No es por eso por lo que estoy
desesperada.
Gomua No.
Eva Lo que me inquieta es usted.
Gomua Yo.
Eva Así es Gomua, entre usted y yo, cómo decirlo, hay una relación un tanto
difícil.
Gomua Ajá.

12
Eva Qué soy yo para usted. Una occidental malcriada. No lo niegue. Puedo
verlo en su mirada. Cómo me observa. Sobre su frente hay un cartel
luminoso. Eva Kahmer es un decadente pedazo de mierda. No trabaja,
bebe demasiado, no es más que la pareja viajante, un apéndice, una
dormilona, un pez piloto, su función se define exclusivamente a partir de
su marido, así como los pajaritos que reposan sobre los rinocerontes, ella
reposa sobre su marido. No exactamente un parásito, pero cerca.
Tráigame algo para beber.
Bien. Gomua. Quiero dejarle esta visión de las cosas, pero si usted se
mira a sí misma, así de la cabeza a los pies, objetivamente, sin prejuicios,
y luego compara esa imagen con la mía, entonces quiero preguntarle, a
dónde la ha llevado su orgullo, su virtuosismo.
Usted es una sirvienta, o me equivoco? Sí, yo me ensucié las manos, sí,
interferí en los hechos que preferiblemente hubiera dejado así, y sí, se
requiere de cierta dureza consigo mismo para poder hacer esto, pero a
diferencia de usted, Gomua, yo tengo un objetivo, y este objetivo
requiere el gasto de todas las fuerzas. Se puso linda.
Gomua Cómo.
Eva La flor que tiene en el pelo.
Gomua Hoy es Baliman.
Eva Baliman.
Gomua La fiesta de las mil flores. Las madres hornean tortas. Los chicos se
pintan.
Eva Ah es carnaval.
Gomua Carnaval.
Eva Cuando la gente se disfraza, se dice carnaval.
Gomua Puedo llevarla al carnaval.
Eva Es verdad. Podría hacerlo.
Gomua Si quiere.
Eva Qué amable de su parte. A propósito. Qué haría yo en el carnaval.
Gomua Pues…
Eva Una pregunta simple, Gomua. Qué haría yo en el carnaval.
Gomua Yo pensé.
Eva Usted pensó.

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Gomua Quizás podría dejarme ir.
Eva Usted quiere ir al carnaval?
Gomua Pues sí.
Eva Me quiere dejar sola.
Gomua Solamente por esta tarde. Me lo pidió mi hijo.
Eva Parece que lo extraña bastante.
Gomua Durante la semana está en lo de su tía. No se puede de otra manera.
Tenemos el domingo para nosotros.
Eva Por supuesto que puede ir con su hijo al carnaval.
Gomua En serio.
Eva Desde luego.
Gomua Muchas gracias.
Eva Entonces no necesita volver.
Gomua Cómo.
Eva Empaque sus cosas, vaya a su carnaval, y yo me busco otra sirvienta.
Gomua No me eche. Por favor no me eche.

***

Eva Cómo está su brazo.


Gomua Cuando lo muevo así, está bien, pero para el otro lado, ahí.
Eva Gomua. Le pido por favor. Diga simplemente: mejorando. O: gracias por
preguntar.
Gomua Gracias por preguntar.
Eva Me interesa relativamente poco cómo le va a usted o a sus extremidades.
Gomua Por su puesto.
Eva Pregunto por amabilidad.
Gomua Muchas gracias.
Eva No se imagina cómo me crispan los nervios sus quejidos.
Gomua Pero yo no dije nada.
Eva Justamente. Se anda arrastrando por ahí con esa cara de pobrecita.
Esperando que alguien se apiade de usted. Y luego comienza con sus

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quejidos. Yo no tengo compasión, Gomua, ningún tipo de cargo de
conciencia ni arrepentimiento. Está claro? Tráigame algo para beber.
Mientras espero, puedo beber.

***

Herbert Eva. Me escuchás? Volvimos. Eva. Estás ahí? Edgar. Andá vos con ella.
Yo no me animo.
Edgar Herbert.
Herbert Lo prometió, Edgar.
Edgar Sí.
Herbert Se sentó acá. Me miró a los ojos. Me juró, por su vida me juró.
Edgar Sí.
Herbert Yo no me merezco esto.
Edgar Por su puesto que no.
Herbert Qué puedo hacer, Edgar, decíme, qué me queda por hacer.
Edgar Necesita ayuda.
Herbert Ella. Ella tuvo todo tipo de ayuda. Probó con feldenkreis, con terapia
chamánica. Se fue a cantar alrededor del fuego en noches de verano, con
los brazos arriba de la cabeza, así. En lugar de desayunar se puso a
meditar. Tomó conciencia de su respiración como si fuera un pájaro
tímido. Y probó con el psicoanálisis. Cuatro veces a la semana, durante
años, un viaje duro. Enterró su infancia.
La época de la escuela. La época anterior a la escuela. Antes de que
pudiera ir. Se dejó llevar a la edad en que no podía hablar, llegó hasta el
momento de su nacimiento, se dejó llevar a los canales de su nacimiento,
se resbaló al útero de su madre, volvió a convertirse en feto, en embrión
para finalmente deshacer la concepción y como óvulo a través de la
trompa de Falopio, se deslizó hasta el origen, allí donde pudo haber
ocurrido el error, el error de su existencia. Tuvo todo tipo de ayuda. Pero
ella no la quiere.
Edgar Cómo.

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Herbert No quiere ninguna ayuda. Me quiere castigar.
Edgar Por qué.
Herbert Porque la amo. Porque me sacrifico. Eso existe. Lo leí.
Edgar Está enferma.
Herbert Enferma. Es desagradecida, no te parece?
Edgar Está queriendo decir algo.
Herbert Y?
Edgar No lo entiendo.
Herbert Es desagradecida o no?
Edgar Cómo puedo juzgar eso yo.
Herbert Vos la conocés.
Edgar Es tu percepción.
Herbert Cuál es mi percepción.
Edgar Que es desagradecida. Que te quiere castigar.
Herbert Esa es mi percepción.
Edgar Sí.
Herbert Cómo sabes cuál es mi percepción.
Edgar Lo acabas de decir.
Herbert Dije percepción? Dije percibo que ella es desagradecida?
Edgar No con esas palabras.
Herbert Por qué decís entonces que yo dije eso.
Edgar Solamente me refería a que no quiero juzgar tus sentimientos.
Herbert Un hombre está en el hospital. Un hombre bueno. Tiene la piel
chamuscada, vos no lo viste, pero yo sí, Edgar Bron, y eso ahí, qué es
eso. Eso es aguardiente, o no?
Edgar Sí.
Herbert Y ahí. La botella. Está vacía?
Edgar Sí.
Herbert Y esa es mi mujer, Eva Kahmer, o no?
Edgar Claro.
Herbert Se emborracha, mientras nuestro chofer extingue su luz en el hospital. La
mujer que yo amo, y por la que yo cargo con todo esto, esta tortura, este
martirio, sólo para que un día de estos ella pueda llevar una vida especial,

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la vida de una reina. Las licencias, con las que me endeudé hasta el culo,
las exploraciones, la soledad, todo sólo por ella. O es sólo mi percepción?
Edgar No.
Herbert Sería mejor si la matara de un tiro.
Edgar Herbert.
Herbert Está vegetando, Edgar, esa no es vida.
Edgar No obstante.
Herbert Tengo sentimientos. Me había propuesto algo para esta noche. Después
de treinta días en los bosques anhelo la civilización. Y qué es esto.
Salvajismo, Barbarie. Necesito descansar. Esto no es descansar.
Eva Por favor Herbert, no me tortures.
Herbert Dijo algo?
Edgar Que no la tortures.
Herbert Yo. Yo no le hago nada. Si no estoy nunca, cómo puedo torturarla.

***

Eva Edgar. Sos vos?


Edgar Sí.
Eva Hace mucho que están acá?
Edgar Acabamos de llegar.
Eva Y.
Edgar Nada.
Eva Nada.
Edgar Nada.
Eva Qué pasó con ese hombre. En el hospital.
Edgar Escuchaste.
Eva Va a morir?
Edgar Alguien incendió su carpa. Durante la noche.
Eva Quién.
Edgar Los nómades nos odian. Les saqueamos sus tierras. Contaminamos sus
ríos. Alimentamos una élite corrupta.

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Eva Sí.
Edgar Deberíamos largarnos. Antes de que sea demasiado tarde.
Eva Paciencia, Edgar.
Edgar Herbert.
Eva Sí.
Edgar Creo que está loco.

***

Herbert Ah, volvió a hablar.


Eva Estamos hablando sobre el país.
Herbert Este país es una vieja puta que se le ofreció a todo forastero. Americanos,
ingleses, franceses. Todos pasaron por acá. Y ahora quedó ahí,
esquilmada y quemada y completamente manchada. Pero la zorra tiene
escondida una moneda en algún lado, y se la voy a sacar yo.
Edgar Escondió la moneda muy bien.
Herbert Qué estás diciendo.
Edgar Que no creo que haya petróleo.
Herbert Dónde.
Edgar Ahí, donde estamos buscando hace casi tres años.
Herbert Ah.
Edgar Si me preguntás, no hay perspectivas.
Herbert Pero no te pregunto, sorete. Nunca te pregunté. Ni una sola vez en los
últimos tres años. Ni dónde ni cuándo. Hacé un pozo acá, hacé un pozo
por ahí, hacé un pozo por allá. Eso dije. Nada más.
Edgar No quiero hacerlo más.
Herbert Nos quedamos una noche. Lavate. Ocupate de tener provisiones frescas.
Necesitamos un chofer sano.
Edgar No me estás escuchando. Me bajo.
Herbert Te quedás.

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Edgar Estuve trabajando durante tres años sin recompensa.
Herbert Vas a tener tu parte.
Edgar Mi parte en tu locura. Me reventé la espalda. Creí en vos. En tu instinto.
En tu olfato. Herbert Kahmer, el talentoso geólogo especialista en
petróleo del siglo. La suerte te abandonó. Y vos lo sabés. Sabés que ahí
afuera no hay nada, sólo un par de charcos de petróleo, pero no lo vas a
admitir. Sos orgulloso. Mejor nos dejás reventar y que nos tiren a los
perros. Nos incendiaron la carpa, Herbert, un hombre está agonizando en
el hospital.
Herbert Mañana lo visitamos. Le llevamos unos buñuelos.
Edgar Buñuelos.
Herbert La vieja de la esquina prepara los mejores buñuelos.
Edgar No estarás hablando en serio.
Herbert Por qué no.
Edgar Se está muriendo Herbert, no necesita buñuelos.
Herbert Sí. Tranquilizate. Estás cansado.
Edgar Tus estoy cansado, Herbert.
Herbert No te podés ir. Te lo pido por favor.
Edgar Se acabó.
Herbert Edgar. Si te vas ahora, entonces estoy acabado. Entendés.
Edgar Es lo mejor para ambos.
Herbert Me arrodillo a tus piés. Te imploro. Qué querés. Querés un porcentaje
mayor? Más del setenta- treinta. Bien, te subo a sesenta-cuarenta. Me oís.
Sesenta - cuarenta.
Edgar Cuarenta de nada es igual a nada.
Herbert Ya entendí. Deberías tener la mitad. Lo que yo tengo, deberías tenerlo
vos también. Eso no lo podés rechazar. Imposible que rechaces eso. A
dónde vas.
Edgar Me ahogo.
Herbert Edgar.
Edgar Qué querés.
Herbert Mañana a las ocho en la puerta del hospital. Y acordáte de los buñuelos.

19
***

Herbert Ahí.
Eva Qué es eso.
Herbert Abrílo.
Eva Un vestido.
Herbert Las nómades se lo ponen en la noche del casamiento. Es la última
vestimenta que luce una mujer soltera.
Eva Yo ya estoy casada, Herbert.
Herbert No te gusta.
Eva Es raro.
Herbert Probátelo.
Eva Me da vergüenza.
Herbert Es un regalo de los nómades. Como gesto de reconciliación.
Eva Eso no.
Herbert No?
Eva Que te rebajes ante Edgar.
Herbert Sin él estoy muerto.
Eva Vas a encontrar otro ingeniero.
Herbert Ninguno trabajaría por una promesa. Te olvidaste de algo.
Eva Qué es. Un amuleto.
Herbert Trae suerte.
Eva Qué tipo de hombre era. Este incendiario.
Herbert No era un hombre. Era una mujer.
Eva Una mujer.
Herbert Uno cree que los nativos son veloces, porque siempre andan a pié. Pero
esta no era veloz. A los cincuenta metros ya la tenía.
Eva La tenés.
Herbert Así la agarré. Así. Muy tranquila estaba ella. Como una oveja. Salvo
cuando escuchó los jeeps del ejército. Ahí se puso un poco nerviosa.
Eva Qué va a pasar con ella.
Herbert Tendrías que haber visto las caras de los nómades viejos, cuando entraron
al campamento para disculparse por la chica. Ellos saben en la mierda

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que viven y que nosotros somos su única esperanza. Tendrías que haber
visto sus niños, mugrientos y ojerosos.
Pero sus renos. Esas sí que son criaturas maravillosas. Arrasan a toda
velocidad por el Taiga como peces en el mar. Vienen a nuestra torre de
control, sabés, para protegerse de los mosquitos. Y unos días antes veo
cómo se cae una hembra en un pozo en el que habíamos tirado petróleo y
barro, veo cómo trata de salir y no puede. Y entonces voy corriendo hasta
uno de estos tipos, a un nómade, que esta sentado frente a su carpa, que
tiene dientes feos y a las diez ya está borracho, y le digo que se cayó un
reno en el pozo, que tendría que buscar una soga y un par de hombres
para sacarlo de ahí.
Me sonrió con sus dientes cariados, sólo me sonrió. Y cuando vuelvo a
pasar por el pozo de petróleo al atardecer, ahí sigue el reno adentro.
Tiroteado. Negro y muerto, pero tenía los ojos abiertos y blancos del
miedo. Era una hembra preñada, te lo aseguro, y él hizo que la maten a
tiros. No tienen alma, sabés, no tienen corazón, ni una cosa ni la otra, sin
embargo Dios les dio una tierra rica, y animales exóticos, y está bien si
pierden a ambos. Los renos me van a cantar una canción por las noches,
cuando nadie escuche, porque los liberé. Herbert, el liberador de los
renos. Cómo te suena.
Eva Tenés una foto de ella?
Herbert De la incendiaria?
Eva Quiero saber cómo es.
Herbert Un poco como vos con este vestido. Ella tenía fuego. Mucho fuego.
Eva Tengo miedo.
Herbert No deberías tomar Evi, no deberías.
Eva Pero si tengo ganas.
Herbert Confiá en mí. Los bosques ahí afuera son más vastos, más de lo que vos
te podés imaginar, y cuando un hombre en su hogar tiene una querida que
duda, entonces le falta resistencia, y los billones y billones de semillas de
los billones y billones de árboles entran por la nariz, los ojos, y la boca,
y luego este bosque no crece sólo ante los ojos, sino que también le
brota en la mente. Fijate acá.
Eva Dónde.

21
Herbert Acá. En el brazo.
Eva Pelo.
Herbert Fijate mejor.
Eva Pelo.
Herbert Ningún pelo, Eva, esto es un abedul. Todavía es chico, y recién es el
único. Por cada minuto que vos dudas de mí, crece un abedul: cuando vos
vacilas, Eva, crece rápidamente todo un bosque. Estuvo el coyote acá?
Eva No sé.
Herbert Gomua debería sacar la basura. Los coyotes andan diciendo que acá hay
algo para llevarse. Y luego vienen en jaurías. Es importante, Eva, me
escuchás? No puedo cuidarte siempre.
Eva Herbert.
Herbert Qué pasa ahora. Tenés miedo de que Edgar se las pique. Es eso. Entonces
ya podríamos ir haciendo las valijas. Pero sabés, para eso tengo una
solución. Los obreros no aceptan ningún jefe sin rifle. Y por eso me
compré uno. Lo tengo ahí afuera en el auto. En el caso de que falle,
entonces te meto una pequeña bala en esa pálida frente. Qué decís. Esa es
una buena solución. Tenés razón. El vestido no te queda bien.
Eva No.
Herbert Sacátelo, te lo ruego, sacátelo.

***

Edgar No pienso volver a los bosques.


Eva Qué estás diciendo.
Edgar Comí arvejas durante tres años, lo soporté. Me devoraron los mosquitos,
ningún problema, lo soporté. Soporté a Herbert, dormí en la misma carpa,
bien, soporté su aliento podrido en mi cara, bien, soporté su mal olor.
Bien. Pero no me voy a dejar asesinar, entendés, no me voy a dejar
quemar.
Eva Estuviste en el hospital.

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Edgar No lo viste Eva. No viste su piel. Era piel de papa. Como una maldita
cáscara de papa. Y cómo temblaba, quemado de la cabeza a los pies, pero
se estaba congelando. Y su mirada. Tenía miedo, miedo de reventar. Los
chicos al lado, cuatro, me miran a los ojos. Me echan la culpa. A mí. Y
todo está sucio, el piso está polvoriento, las sábanas están manchadas, y
la bata del médico está rociada de líquido, y huele, huele a cloro y a pus y
a carbón, porque acá eso es lo que comen todo el tiempo. No voy a ir, me
oís Eva, no voy a reventar acá.
Eva Pero si atraparon a la mujer.
Edgar Nos odian a todos nosotros, cada nómade nos odia.
Eva Sentate, tranquilo.
Edgar Estoy tranquilo. Y te digo, yo vuelo de acá. Hoy mismo.
Eva Eso significa nuestro final.
Edgar Dónde está entonces ese petróleo, decíme. Hace tres años que perforamos
pozos cada maldito día. Ni una señal de reservorio, nada de roca madre,
roca sedimentaria, ni siquiera una falla. Lo único que encontramos son
un par de charcos de brea.
Eva Vos no sos geólogo, Edgar.
Edgar Está obsesionado. Y no lo puede reconocer. Alguien se lo tiene que decir,
antes de que terminemos todos tirados a los perros.
Eva No lo va a soportar.
Edgar Me voy, porque soy su amigo.
Eva Y yo. Qué va a ser de mí.
Edgar Vení conmigo.
Eva Con vos.
Edgar Eva, escuchame bien.
Eva No pienso volver como una mujer pobre.
Edgar Vestíte. Qué hicieron de vos estos tres años.
Eva Dale una oportunidad. La última.
Edgar El pone una flor en una habitación y la cierra con llave.
Eva No puedo dejarte ir.
Edgar Ya estoy decidido.
Eva Te doy lo que quieras.
Edgar Qué querés decir.

23
Eva Te vas a los bosques. A una última exploración. Si descubren un
yacimiento, Herbert te va recompensar. Pero en el caso de que no
encuentren petróleo, entonces yo te compensaría.
Edgar Con qué.
Eva No voy a dejar estas tierras como una mujer pobre, no después de todo
este tiempo.
Edgar No entiendo con qué.
Eva Por su puesto que entendés, maldito hipócrita. Si le decís algo a Herbert
te mato, me escuchás, te mato.

DOS

Eva Ahórreme sus miraditas, Gomua. Ya sé lo que piensa. Pero no lo


entiende.
Gomua No digo nada.
Eva No me mire. Escúcheme. No me mire nunca más. Silencio.
Gomua No escuché nada.
Eva Silencio, dije. Ahí estaba otra vez.
Gomua Señora Kahmer. No hay nada.
Eva Ahí estaba la muerte. Me viene a buscar.
Gomua Qué está diciendo.
Eva Es el final, Gomua.
Gomua Pero los señores volvieron a salir.
Eva Es una demora de unos pocos días.
Gomua Todo va a mejorar.
Eva No encontraron petróleo en tres años, por qué tendría que funcionar en
siete días. Es irrevocable. En una semana estoy muerta.
Gomua Muerta.
Eva Muerta.
Gomua Y qué va a ser de mí.
Eva De usted.
Gomua Sí.

24
Eva Esa es su única preocupación.
Gomua Pero.
Eva Sólo le importa su propio pellejo. No tiene compasión, ni corazón, lo
único que le interesan son sus tripas. Eso es lo único por lo que le
preocupa.
Una persona, que delante de sus ojos lucha por su desnuda existencia, su
dignidad, su honor, que se entrega completamente a su marido sin
titubear, a eso es usted ciega y sorda como un proteus anguinus.
Gomua Un prot.
Eva Ya es tiempo de que aprenda algo acerca de la pasión, sobre el sacrificio.
Gomua Qué significa sacrif.
Eva Sacrificio, Gomua, sacrificio, la abnegación por una cosa en la que uno
cree que es más importante que la suerte pasajera. Las clases de idioma
por ejemplo. Usted sabe lo mal que habla en realidad?
Gomua Mientras usted me entienda.
Eva La mayor parte tengo que adivinarla.
Gomua No sabía eso yo.
Eva Abnegación por ejemplo, sería si usted al terminar de trabajar, en vez de
sentarse frente al televisor a mirar esa mierda con la que el gobierno le
engruda el cerebro, alguna vez se sentara a leer los libros que le dí.
Gomua Estuve estudiando.
Eva No sería muy inteligente esperar que la perdone por segunda vez. Yo he
pasado por alto su incapacidad, a pesar de que aún hoy encontraría una
germanista recibida, que seguramente no cocinaría pollo peor que usted y
que cuando me diera la gana podría recitarme un poema por ejemplo.
Gomua Yo conozco un poema. Rainer Maria Rilke. Un cuento de navidad.
Duerme una canción en todas las cosas, que sueñan y sueñan, y se eleva
el mundo a cantar, tan sólo si dices la palabra mágica.
Eva Horrible, Gomua, tenga compasión de mí.
Gomua Estuve estudiando.
Eva No diga tonterías.
Gomua No. Pues. Así. De, la, que, el, en, y, a, los, se, del, las, un, por, con, no,
una, su, para, es, al, lo, como, más, o, pero, sus, le, ha, me, si, sin, sobre,
este, ya, entre, entre, entre.

25
Eva Y usted afirma haber estudiado.
Gomua Pero.
Eva Es así. De, la, que, el, en, y, a, los, se, del, las, un, por, con, no, una, su,
para, es, al, lo, como, más, o, pero, sus, le, ha, me, si, sin, sobre, este, ya,
entre, cuando, todo, esta, ser, son, dos, también, fue, había, era, muy,
años, hasta, desde, está, mi, porque, qué, sólo, han, yo, hay, vez, puede,
todos, así, nos, ni, parte, tiene, él, uno, donde, bien, tiempo, mismo, ese,
ahora, cada, e, vida, otro, después, te, otros, aunque, esa, eso, hace, otra,
gobierno, tan, durante, siempre, día, tanto, ella, tres, sí, dijo, sido, gran,
país, según, menos. Es muy fácil.
Gomua cuando, todo, esta, ser, son, dos, también, había, era, muy-
Eva No, no. Cuando, todo, esta, ser, son, dos, también, había, era, muy. Sea
como fuere.
Gomua ah. Cuando, todo, esta, ser, son, dos, también, había, era, muy, sea, como,
fuere.
Eva Pero no.
Gomua Pero, no, aunque, sea, eso-
Eva Pare.
Gomua Pare.
Eva Pare.
Gomua Pare está en este orden.
Eva Por su puesto que no. Está confundiendo todo. Otra vez desde el
comienzo. De, la, el –
Gomua De, la, que, el, en, y, a, los, se, del, las, un, por, con, no, una, su, para, es,
al, lo, como, más, o, pero, sus, le, ha, me, si, sin, sobre, este, este,
Eva - ya, entre-
Gomua - ya, entre, cuando, todo, esta, ser, son, dos, también, fue, había, era, muy,
años, hasta, desde, está, mi, porque, qué, sólo, han, yo, hay, vez, puede,
todos, así, nos, ni, parte, tiene, él, uno, donde, bien, tiempo, mismo, ese,
ahora, cada, e, vida, otro, después, te, otros, aunque, esa, eso, hace, otra,
gobierno, tan, durante, siempre, día, tanto, ella, tres, sí, dijo, sido, gran,
país, según, menos. Sí.
Eva Si usted ejercitara, Gomua, este pequeño ejercicio no sería tal martirio. Al
contario, sería divertido.

26
Gomua No sé para qué me sirve.
Eva En qué me beneficia.
Gomua En qué me beneficia.
Eva Correcto.
Gomua Sí, en qué me beneficia.
Eva Es una pregunta.
Gomua Sí.
Eva Entonces. Una pregunta. Y qué pasa al final de una frase retórica? Se
eleva la voz, y por lo menos un tercio. Entonces.
Gomua En qué me beneficia?
Eva Más o menos así.
Gomua En qué me beneficia?
Eva Eventualmente podría ser importante que una pregunta sea reconocida
como tal.
Gomua En qué me beneficia?
Eva Ya es suficiente, Gomua.
Gomua En qué me beneficia saber de, la, que, el, en, y a, los, se, del, las, un.
Eva Si usted no lo puede ver, Gomua, entonces no hay forma de ayudarla.
Gomua Pues.
Eva Son las setenta formas más usadas de la lengua Gomua, y sólo estas
conforman el cincuenta por ciento de cualquier texto, y creo que estas
pocas palabras podrían ayudarle en la búsqueda de empleo. Pero usted
tiene que querer, y uno no puede querer querer.

***

Eva Si usted me vuelve a mirar, Gomua, entonces.


Gomua Lo que usted lleva en el cuello.
Eva Un amuleto.
Gomua Es un Matar Karai.
Eva Lo conoce.
Gomua Se dice que trae el mal.

27
Eva Quién dice eso.
Gomua Una superstición de los nómades.
Eva Qué sabe usted sobre esa gente.
Gomua A veces están en el mercado. Son desgraciados y sucios.
Eva Cómo puede decir eso.
Gomua Casi matan a su marido.
Eva Ellos luchan por sus cosas, Gomua. Así como también lo hacemos
nosotros.
Gomua Está bien que cuelguen a la mujer.
Eva La van a colgar.
Gomua En una semana. En la plaza detrás del mercado.
Eva Pero no delante de todas las miradas.
Gomua En una grúa. Como siempre hacen con los asesinos.
Eva Si ella supiera.
Gomua Qué dice.
Eva Si ella supiera. Que ambas estaremos muertas en una semana.

***

Eva Si aún llego a vivir, podría ir a verla. Cómo la cuelgan. La voy a saludar,
eso la va a consolar. Qué opina, Gomua, me llevaría a esa ejecución si se
lo pidiera encarecidamente?

***

Eva Por qué se queda ahí parada. No quiere ir a ver.


Gomua Ir a ver.
Eva Quién está en la puerta.
Gomua En la puerta.
Eva Se está poniendo vieja. No escucha la campana?
Gomua Qué campana.
Eva La campana de la puerta.

28
Gomua No hay ninguna campana aquí.
Eva No hay ninguna campana aquí.
Gomua No.
Eva Silencio. Ahí. Ese claro tintineo. Ahora lo escuchó?
Gomua No escuché nada.
Eva No me va a, Gomua. Vaya a la puerta.
Gomua Para qué.
Eva Vaya a la puerta.

***

Eva Quién es usted. Y cómo entró. Responda. Me entiende? Quién es usted, le


pregunté. Gomua. Gomua. Bar i to wan. Bar i to wan. Who are you. What
do you want.

***

Gomua No había nadie. Qué pasa. Está temblando.


Eva Ahí había alguien.
Gomua Dónde.
Eva Acá en la habitación. Ahí. Una mujer. De repente estaba ahí parada.
Gomua No puede ser.
Eva No dijo nada. Ni una palabra. Me miró con una mirada, no sé cómo.
Como si me conociera.
Gomua De dónde.
Eva Qué se yo, de dónde.
Gomua Era una sombra.
Eva Quizás tiene que ver con el amuleto.
Gomua Necesita calmarse, señora Kahmer.
Eva No había dicho que trae el mal.

29
Gomua Es una superstición. No le dé importancia.
Eva Me miró, y con su mirada me puso algo. Qué era. Debió haber sido una
semilla.
Gomua Una semilla.
Eva Una semilla. Una semilla mala, mire bien. Por todos lados, fíjese por toda
la casa. Tenemos que encontrarla.

***

Eva Gomua. Vuelva. Escúcheme. Escúcheme. La mujer está acá.

***

Eva Qué quiere. Qué quiere. Bar i to wan.


Elsa Bar i to wan.
Eva Bar i to wan.
Elsa Bar i to wan. Bar I to wan. Qué es este teatro.
Eva Me entiende.
Elsa Deje de hacer teatro, le digo.
Eva Dónde está Gomua.
Elsa No te puede escuchar.
Eva Qué tiene usted con ella. Si le hace algo.
Elsa Ella está bien.
Eva No la conozco.
Elsa Después de todo este tiempo hubiera esperado un poco más de
entusiasmo por el reencuentro.
Eva Francamente no recuerdo de dónde nos conocemos.
Elsa Francamente no sé de dónde nos conocemos. Te pido por favor. Sos una
actriz miserable.
Eva No puedo ayudarla en nada.

30
Elsa No habrás creído que no te iba a encontrar.
Eva Qué quiere.
Elsa Conversar.
Eva Conversar. Sobre qué.
Elsa Sobre vos. Sobre tu historia.
Eva Qué hay ahí para conversar.
Elsa Cerrá los ojos.
Eva De ninguna manera.
Elsa Qué ves.
Eva Una mujer.
Elsa Qué hace.
Eva No veo. Está demasiado oscuro.
Elsa Pronto se va a iluminar.
Eva Está en una habitación.
Elsa Describíla.
Eva Es húmeda. No veo ventanas. Pero escucho algo. Un ruido. Es como.
Creo, sí, ahí gotea algo.
Elsa Y exactamente qué es lo que está goteando.
Eva No sé exactamente. Tal vez es. Creo que es.
Elsa Decí. Qué es.
Eva No.
Elsa Cerrá los ojos.
Eva No quiero.
Elsa En algún momento vas a tener que hacerlo.
Eva No voy a dormir.
Elsa Ah, con el tintineo va a ser suficiente. Qué es eso.
Eva Coñac.
Elsa Cómo se llamaba tu ama de llaves.
Eva Gomua.
Elsa Debería hacer café. Vuelvo más tarde, cuando estés sobria.

***

31
Gomua Ahí no hay nadie.
Eva Gomua.
Gomua Qué.
Eva Ahí.
Gomua Qué.
Eva La mujer.
Gomua Qué mujer.
Eva Ahí. Recién estaba aquí.
Gomua Señora Kahmer, necesita calmarse.
Eva Qué es eso, Gomua.
Gomua Qué.
Eva Lo que crece acá.
Gomua Dónde crece qué.
Eva Acá. En mí. Crece en mí. Ayúdeme, por favor ayúdeme.
Gomua Suélteme.
Eva Tengo que sacarme esta cosa de acá. El Matar-Karai. Ya.
Gomua Tranquilícese.
Eva Traiga fósforos. Y gasolina.
Gomua Acá dentro no puede.
Eva Tengo que quemarlo.
Gomua Eso no sirve de nada.
Eva Por qué no sirve de nada. Gomua. Qué sabe al respecto.
Gomua Nada. No sé nada.
Eva Ayúdeme.
Gomua Es una superstición.
Eva Qué hacen los nómades con el Matar-Karai. Dígame.
Gomua Ellos. Ellos se lo comen.
Eva Lo devoran.
Gomua Una superstición.
Eva Traiga aceite y vinagre.
Gomua Señora Kahmer.
Eva Y no se olvide de la sal.

32
***

Eva Está asqueroso, Gomua, muy asqueroso.


Gomua No necesita hacer esto, señora Kahmer.
Eva No vio a esa mujer. No escuchó cómo hablaba. Usted no tiene esta
semilla dentro suyo.
Gomua Cuando su marido llegue a casa.
Eva Ya está Gomua. Me comí el Matar-Karai. Lo eliminé. Tráigame algo para
tomar.
Gomua Señora Kahmer.
Eva Tengo que pasarlo, Gomua, tengo que pasarlo.

***

Eva Pase la noche acá, Gomua, se lo ruego.


Gomua Pues.
Eva No se asuste. El demonio no va a volver. Finalmente me lo comí.
Gomua Y dónde duermo.
Eva Recuéstese en el sofá.
Gomua Y usted.
Eva Yo me recuesto ahí al lado.

***

Eva Gomua. Tengo retorcijones.


Gomua Ya va a pasar. Intente dormir.
Eva Qué comí en realidad.
Gomua Duerma ahora.
Eva Tenía gusto a cuero viejo.

33
Gomua Sí.
Eva Probablemente un veneno mortal.
Gomua Los nómades lo comen sin reparos.
Eva Un veneno que solamente mata a europeos.
Gomua Ya está soñando.
Eva Cómo era el nombre.
Gomua Matar Karai.
Eva Matar Karai. Suena lindo. Qué significa.
Gomua No sé.
Eva Está mintiendo, Gomua.
Gomua Eso no es importante.
Eva Qué significa Matar Karai.
Gomua Matar significa corazón. Y Karai significa niño.
Eva Niño de corazón. Por qué entonces niño de corazón.
Gomua No niño de corazón. Corazón de niño.
Eva Corazón de niño. Me comí un corazón de niño Gomua.
Gomua Pero no uno de verdad.
Eva Ya entiendo. Con los pollos usted me estaba preparando. Primero los
pollos, y después el corazón. Y qué viene después. Qué es lo próximo que
tengo que comer. Mis excrementos. O a mí misma. Gomua. Bruja. Debo
comerme a mí misma? Es eso, Gomua. Conteste. Conteste.

***

Elsa Dejala en paz.


Eva Vos. Vos no existís. Te eliminé. Estás en mi estómago.
Elsa Qué dice uno en estos casos. Conozco un muy buen médico. El estaría
encantado de verte.
Eva Andáte.
Elsa Qué hicieron con vos. Por qué haces eso. Por qué te comes un amuleto.
Eva Andate al lugar de donde viniste.
Elsa Eso es lo que estoy haciendo.

34
Eva No te necesito.
Elsa No, pero yo te necesito a vos.
Eva A mí.
Elsa Sí.
Eva Me necesitas. Para qué.
Elsa Ya lo sabés. Necesitamos una mujer a cuya conclusión de sus reflexiones
se tema. Esta mujer observa. Ve. Escucha. Huele. No se deja influir. A
ella no se le escapa nada, y cuando no entiende, entonces persevera con
la paciencia de una cazadora. Y no se excluye, porque sabe que todo lo
que es humano tiende a ser corrompido, y ella misma es un ser humano,
más que cualquier otro.
Eva Esa no soy yo.
Elsa Y sabe discernir lo putrefacto y lo corrupto, de todo aquello que procura
calma y tranquilidad. Ella llama a las cosas por su nombre, denuncia la
injusticia, la falsedad, y es severa con aquellos que sólo hacen como si
tuvieran algún interés al preguntar, y en realidad sólo construyen torres,
torres de contradicciones. Aquellos, quienes a cada momento dicen que
hay que consultar por las razones y también escuchar el lado contrario,
que no consideran todo sólo blanco o negro, bueno o malo, sino que
saben que cada fenómeno de este mundo contiene en sí mismo su
opuesto, y quién será lo suficientemente poderoso y listo al mismo
tiempo, que haya meditado y se haya roto tanto la cabeza pensando, que
pueda elevarse por sobre todas las contradicciones.
Eva Sí, quién.
Elsa Yo, dice esta mujer. Yo soy suficientemente cuerda. Cualquiera entre
ustedes es lo suficientemente cuerdo. Ustedes expresan sus dudas porque
son demasiado vagos como para atreverse a salir de la comodidad de sus
mentiras. Se excusan con pretextos. Se hacen pasar por responsables pero
son cobardes.
Eva No quiero.
Elsa La mujer que veo, no se deja caer en este pensamiento, no se deja llevar
por esta cascada que parece avanzar pero que en realidad solamente hace
un remolino. Esta mujer sabe que no es difícil distinguir lo verdadero de

35
lo falso. Reconocer la injusticia y el daño, ver el sufrimiento, quién sufre
o quién hace sufrir.
Eva Voy a morir.
Elsa Es difícil llamar falso a lo verdadero, barato a lo caro, y a la injusticia
inmutable y eterna. Con qué se evadiría el pensamiento insistentemente
para olvidar la verdad, detrás de qué artificiosos castillos quedarán
recluidos los corazones y el alma.
Eva No me gusta la manera en que hablás.
Elsa Necesitamos una nueva profetiza.
Eva Ah bien. Si solamente fuera eso.
Elsa De la mierda, sacas lo que aún es bueno en vos, lo que aún siente lo
sumergís en la mierda porque vos misma te enterrás en ella, te la devoras,
la pensás, la amas, te convertiste en mierda.
Eva No existís. No existís.
Elsa Ay, cómo ahogas cada emoción, cada pequeñísima voz que te dice que
eso es injusto, que eso es miseria y eso sufrimiento, y de qué manera
artificial te evadís con nimiedades, sólo para no tener que ver, para no
tener que seguir tus pensamientos. Por cuánto tiempo más pensás mirar
cómo matan a la profetiza sin hacer nada.
Eva Te pido por favor. Dejá las trivialidades de lado.
Elsa Una solitaria bebedora entrañable que espera a su marido, eso no es
ninguna trivialidad. No hemos escuchado esta historia una y otra vez?
Creés que alguno de los pensamientos de los que rondan por tu cabeza
tiene alguna originalidad? No, todo lo que pensás y sentís, ya fue pensado
y sentido miles de veces, y uno se pregunta si alguna de tus supuestas
ideas, tan sólo una por la cual te has alegrado desde el momento de tu
nacimiento justifica tu existencia, o si uno pudiera eliminarte sin ningún
tipo de consecuencias.
Eva Viniste a matarme.
Elsa Para eso tendrías que haber vivido primero, y no veo qué es exactamente
lo que uno tendría que eliminar aparte de un gran lamento. Bajo el cielo
de Beryok, y con una nostalgia infantil, milagrosamente todo se
compondría y vos podrías montar en un cerdito rosa al país de las eternas
señoritas. No va a suceder. Este país lo incendiaste, lo envenenaste, pero

36
para ver eso sos demasiado cobarde. Desaparecería tu cobardía, tu
elocuente y encubierta cobardía. El mundo está harto de eso, harto de vos
y de tu historia.
Eva Pero de todas maneras viniste.
Elsa Porque hay algo en vos, algo que no está sucio. Eso quiero seguirlo.
Eva Qué tengo que hacer.
Elsa Cerrá los ojos.
Eva No quiero.
Elsa Qué ves.
Eva Hay alguien.
Elsa Quién.
Eva No sé. Una persona. Una mujer.
Elsa Qué hace.
Eva Está sentada en una silla.
Elsa Está sola?
Eva No.
Elsa Quién está con ella.
Eva Hombres.
Elsa Qué hacen.
Eva Hacen su trabajo.
Elsa Cuál es su trabajo.
Eva La preparan.
Elsa Preparan a la mujer.
Eva Sí.
Elsa Para qué.
Eva Para morir.
Elsa Por qué va a morir.
Eva No sé.
Elsa Sos una puta mentirosa. Una pequeña y sucia puta mentirosa.
Eva Es una profetiza.
Elsa Ajá, y cómo se llama su evangelio.
Eva Es.
Elsa Sí.
Eva Es el evangelio de la mierda.

37
Elsa No.
Eva Voy a abrir los ojos.
Elsa No lo hagas.
Eva Lo lamento, pero no es mi culpa.
Elsa Nadie va a salvarte. Me escuchás. Nadie.
Eva Mi nombre es Eva Kahmer. Soy la esposa de Herbert Kahmer. Él está
buscando petróleo en las provincias del norte, petróleo para las ciudades
del occidente, para que todos tengan trabajo y pan. Él pronto va a volver
a casa, me va a recompensar, vamos a llevar una vida que valga la pena
llevar, y nos vamos a amar. Porque acá, en este estas tierras, en Beryok,
no podemos amarnos.

***

Eva Gomua. Qué hace.


Gomua Tranquila. Tranquilícese. Ya pasó todo.
Eva Dónde estoy.
Gomua Acá.
Eva Estoy despierta?
Gomua Por su puesto.
Eva Y usted. Dónde está.
Gomua No hay nadie acá. Solamente usted y yo.
Eva No sirvió de nada, Gomua, me comí el Matar Karai, pero no sirvió de
nada.
Gomua Usted no comió nada, señora Kahmer, estuvo soñando.
Eva Soñando.
Gomua Su marido. Llamó. Encontraron un yacimiento. Me escucha, señora
Kahmer, su marido encontró petróleo.

TRES

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Herbert Gomua. En este mismo instante se va a mi auto y me trae la escopeta. La
necesito ahora. Cuidado, está cargada.
Edgar Qué quiere con la escopeta.
Herbert Ahora tiene miedo el hijo de puta, ahora sí que tiene miedo.
Edgar Estás demasiado borracho, no me darías aún si estuviera atado de pies y
manos.
Herbert Te tomo la apuesta.
Edgar Primero quiero mi parte.
Herbert Un miserable ingeniero, un magnífico comerciante.
Edgar Y además me debés un discurso.
Herbert Por qué no festejas, Evita. Tomate un trago. Bebiste durante tres años en
completa soledad y sosiego, y apenas te proporcionamos un poco de
sociedad, te sentás callada en una esquina y no bebes ni una gota.
Ayudame Edgar, no puedo descifrar su expresión. ¿Es de felicidad o es
que quedó estupefacta?
Edgar Decíme vos.
Herbert No. Lo que la moviliza es el más infame de los vicios, el pecado más vil
de todos los pecados humanos, cuya fuerza crea y aniquila los mundos,
que eleva a los hombres tres veces sobre todos los océanos y los eleva a
las alturas, que hace que las madres dejen que perviertan a sus hijos, que
los amigos cometan traición, que los ejércitos se quebranten, que jardines
florecientes se conviertan en monótonos desiertos, simplemente, la santa
y eterna codicia por el dinero.
Edgar Ajá.
Herbert Aunque para mí su degradación es una promesa única.
Edgar Sos un alma fiel.
Herbert Cómo podría una mujer escatimarle tal vicio a su marido, decíme. Esa es
una dulce promesa, sino de qué pecados podría avergonzarse.
Edgar Ya sabés, en el poder de imaginación siempre me ganaste.
Herbert Todavía no tenemos plata, no lo olvides. Primero tenemos que comprar
nuestra licencia. Por eso se sienta ahí y no se mueve. Inerte como un
gato, por miedo, podría amedrentar a los ratones que bailan frente a ella
en un abrir y cerrar de ojos. Relajate, Evita, alegrate, tenemos los

39
millones asegurados. Pero nada. Ni un parpadeo, ni gesto, ni palpitación.
Nosotros tenemos que explicárselo. Edgar.
Edgar Explicárselo.
Herbert Qué tan grande es el yacimiento.
Edgar Ni idea.
Herbert Un par de millones de toneles.
Edgar Así será.
Herbert Salvo por un pequeñísimo plus, en comparación, tengo razón.
Edgar Siempre lo que tu digas, mi geólogo.
Herbert Tendría poco valor explotarlas.
Edgar Entonces.
Herbert Cómo susurraron las comisuras de sus labios. Ahí había pánico, susto,
ella ya veía que estaba todo perdido. Pero no te preocupes querida, en un
par de días vas a ser una Eva rica. Edgar.
Edgar Qué pasa.
Herbert Cuánto nos van a pagar por la licencia.
Edgar No tengo ni la menor idea.
Herbert Ochenta, noventa millones. No estás gritando de felicidad.
Edgar Hurra.
Herbert No te estás rasgando las vestiduras.
Edgar Quiero mi discurso. Sin discurso no pienso festejar.
Herbert Entonces andate a casa.
Edgar Sin discurso tampoco me voy a casa.
Herbert Dónde está Gomua. Necesito mi escopeta.
Edgar No te desvíes de tema.
Herbert Un discurso querés.
Edgar Me lo debés.
Herbert Bueno. Silencio. Estimados amigos. Silencio. Qué debería decir. Las
cosas de palacio van despacio. Hasta un gallo ciego encuentra un grano
de maíz. La constancia lleva a las estrellas. Tal vez seamos un poco
sonsos, pero estúpidos no somos.
Edgar Fantástico. Superás cualquier expectativa.
Herbert Esa era la introducción. Edgar Bron. Sos un verdadero amigo.
Persistente, leal. Jovial. Calma. Eva. Podrías por favor ponerte de pié

40
para las siguientes palabras? Edgar Bron. Te agradecemos. Te has privado
de tantas cosas. Tu sacrificio nos ha avergonzado, y por las noches en las
que anhelábamos el amanecer y la extrañeza nos acariciaba el corazón a
mano fría.
Edgar De a poco va llegando al punto.
Herbert Silencio. Nos has fascinado, pero no con tus palabras ardientes, sino tan
sólo con tu estilo tan modesto, humilde. Edgar tenía una misión y la
cumplió. Él cavó sus pozos. Uno tras otro, cada uno con la misma
prolijidad, y lo hizo con pasión. Con amor cavaba cada día un tubo en el
seno de la madre tierra, y al hacerlo sonreía extasiado.
Edgar Gracias, Herbert, ya es suficiente.
Herbert Silencio, digo. Edgar Bron. Estás advertido. Estate alerta cuando
abandones este país y vuelvas a tu patria. Sé discreto. Reservá tu gran
acción para vos. El Occidente no se va a mostrar agradecido. Van a
quemar tu petróleo, se van a chupar tu gasolina y van a quemar tu
combustible, pero no esperes nunca honores o algún himno por tu gloria.
Te señalarán, y a tus espaldas van a cuchichear. En cuántos crímenes se
habrá involucrado por su trabajo. Cuántos ríos habrá contaminado, niños
asesinado, guerras provocado por su proceder deshonroso. Vos habrás
salvado sus culos resfriados de su helada muerte, Edgar, pero mejor no
esperes la calidez de ningún corazón. No te van a recibir en sus moradas.
Veo que los sentimientos te superan.
Edgar Estoy al borde de las lágrimas.
Herbert Esto debería consolarte. Hay alguien que en las claras noches de luna
llena observará las torres de perforación, allí donde el regocijo por la
degradación se extiende, y sopesarán sus deleites por aquí y por allá
gracias a su liberación.
Edgar Arrasador.
Herbert Calma. Cuando las personas te decepcionen, pensá en estos animales.
Los liberaste de sus torturadores. Sabías, Eva, cómo castran a estos
animales. Con un pedazo de vidrio. Sin anestesia, zas, les cortan las
pelotas. Pero sus días están contados. Pronto vendrán las grúas, los
remolques, y pronto los últimos comedores de renos serán bañados y
peinados, encontrarán trabajo en los campos de petróleo, trabajo estable,

41
ordenado, sus hijos irán a la escuela y regalarán una sonrisa al mundo con
dentaduras intactas, y ahí donde aún están sus carpas ahumadas, pronto
se encontrarán las casas más prolijas. Pronto el último de los comedores
de reno también susurrará bajito un gracias, pero hasta ahí debes saber,
Edgar Bron, que los renos de este mundo se inclinan al verte.
Edgar Bien. Ya tuve suficiente.
Herbert Aún no terminé. Sí, él se sacrificó, y al contrario que a vos Eva, no lo
impulsó la codicia, ni la ambición por la guita aburrida. Edgar Bron es un
alma delicada.
Edgar Ya es suficiente Herbert.
Herbert Lo que lo impulsó, era otro olor, más áspero, más simple, pero para
algunos no menos atrayente, un aroma que enloquece a los sentidos desde
que el mundo es mundo. Es el gustito de la vulva femenina, que despide
un aroma salado, a esa conchita enjuagada el día anterior, esa
arrebatadora mezcla entre océano y cagadero, la marca invisible que deja
cada mujer, el aire a través del cual ella mueve su trasero.
Edgar Suficiente.
Herbert Y no fueron las putas de Beryok, ni las damas del interconti, las que
encantaron a nuestro Edgar, no fueron las chicas de diez dólares, fue la
concha solitaria de una europea, un culo pálido, que parecía prometedor
para taladrar, y qué delicada debe ser la nariz de Edgar, si él mismo huele
a esta conserva de conchitas, qué delicado, Eva, qué indeciblemente
delicado. Ah, ahí Gomua trae la escopeta.
Edgar Herbert. No hagas ninguna locura.
Herbert En un día como este no nos podemos contentar con alcohol y un par de
bromas tontas. Cuántas veces nos meó este maldito cielo. Queremos
pagar con la misma moneda. Una devolución al firmamento. Los que me
quieran que me sigan.

***

Edgar Eva. Escuchame. No sé.

42
Eva No se lo tendrías que haber dicho.
Edgar No le dije nada. Tenés que creerme.
Eva No te creo.
Edgar Qué ganaría yo con eso. No pasó nada.
Eva No, y no hubiera pasado nada.
Edgar No hubieras.
Eva Hubiera preferido matarme.
Edgar Sólo me usaste.
Eva No te pongas sentimental.
Edgar Rompiste su corazón, sabés? Gemía, estuvo llorando con la almohada. El
te amaba Eva, te amaba verdaderamente.
Eva Y por eso sabe que nunca me hubiera entregado a un trapo como vos.
Edgar Él lo dejo por tu cuenta. Cree en los principios del mercado. Culo ve,
culo quiere.
Eva Él no dijo eso.
Edgar Pero dijo otras cosas.
Eva Por qué no te mató.
Edgar Porque me necesita. Soy ingeniero. Y vos. Qué sos vos. Para qué servís,
Eva. Ahí. A propósito, ahora dispara a mansalva en el cielo. Eso tengo
que verlo.

***

Elsa Escuchás cómo disparan? Parece que la están pasando bien.


Eva Me vendieron.
Elsa Ahora sabés lo que sos.
Eva Por un par de galones de petróleo, me repartieron entre ellos.
Elsa Ahora sabés lo que sos.
Eva Una puta.
Elsa Y.

43
Eva Una pequeña y sucia puta petrolera. Quiero dejarme caer. Hasta bien
abajo. Para poder golpearme bien con el suelo.
Elsa Aún no estás abajo. Todavía te falta mucho.
Eva Nos vamos a ir de acá. De este lugar asqueroso, vamos a desaparecer.
Elsa Pero este lugar asqueroso no va a desaparecer de vos.
Eva Yo era inocente, me escuchas, yo tenía un alma inocente. Quiero mi alma
de vuelta.
Elsa Entonces andá a buscarla. Ya sabés lo que tenés que hacer.
Eva No quiero.
Elsa Otro tiroteo. Deberías divertirte.
Eva Cómo.
Elsa Arreglate. Cámbiate de ropa.
Eva El vestido nómade.
Elsa Sos más grande que esta mortalidad, que este impulso.
Sé severa, no perdones. Te vas a elevar sobre su codicia, sobre el mal
olor que ellos tienen como una segunda piel, y veo de qué manera serás
una señal, una profecía, una señal en la pared. Por qué deberías ceder.
Quién se ganó tu comprensión y benevolencia, Eva, qué hicieron para
que tengas que comprender. A quién sirven. A quién le sirven. Sólo hacen
daño. Nadie los necesita. No pienses en vos. A vos no pueden herirte. Son
demasiado pequeños e insignificantes como para poder hacerte algo. No
pueden tocarte. Olvidáte. Olvida tu nombre. Profetisa. Olvida y sé.

***

Gomua Qué es ese ruido.


Herbert No se preocupe Gomua, esos dos sólo están vaciando el cargador. Déjeles
esa alegría.
Ahora tenemos algo para festejar, Gomua. Ahí. Esta debe ser la última
bala. Ahora estamos en calma otra vez.

44
***

Herbert Ya se desahogaron?
Eva Vamos a empacar, Herbert, ya.
Herbert Está bien. Pero sacá la escopeta.
Eva Hoy colgaron a la mujer. Sabías?
Herbert Qué mujer.
Eva La incendiaria. En la plaza detrás del mercado. Me lo contó Gomua.
Herbert Eso te cayó mal, por eso no estuviste bebiendo.
Eva Debe haber sido joven.
Herbert Ella se lo buscó. Tiene a nuestro chofer en su conciencia.
Eva Cuando cierro los ojos, la veo. Tambalea frente a mis ojos. De un lado al
otro. Crees que eso se va a ir en algún momento?
Herbert Para todo hay especialistas. Hasta para colgadas tambaleantes en cerebros
femeninos. Dónde quedó Edgar.
Eva A dónde vamos a ir.
Herbert A donde te lleve tu corazón.
Herbert Bajá el arma, por Dios, la cosa está cargada.
Eva No entiendo.
Herbert La semana que viene vendo mi licencia. Pero no la china, aún si pagasen
el doble. Los chinos tienen una desventaja decisiva. Los chinos son
lamentablemente chinos. No tengo nada en contra de los chinos. Pero no
me gustan. Además tengo mis reservas con respecto a la estabilidad
mundial. En donde uno pueda, se debe evitar a los chinos. Así. Yo le
vendo a los franceses, o a los ingleses, por, digamos, ochenta millones.
Veinte millones quedan fuera, por amortización de deudas, para los
huérfanos y las viudas, quedan sesenta millones, treinta para Edgar,
treinta para nosotros. Vos y yo. Hacemos miti y miti. Quince para vos,
quince para mí. Para que no se diga que Herbert Kahmer no calcula
igualitariamente.
Eva Y entonces.
Herbert Hay una zona en el oeste, con la que nosotros nos hacemos muchas
ilusiones.

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Eva Nosotros.
Herbert Ya sabés cómo es. Uno se acostumbra al otro cuando se pasa tanto tiempo
juntos, después uno no quiere volver a estar solo. Mi buen Edgar nunca
me abandona. Vos te vendiste Eva.
Eva Lo hice por vos.
Herbert Sólo tendrías que habérmelo pedido una vez, y yo hubiera dejado la cosa.
Una sola vez. Dónde está Edgar.
Eva Edgar está en el jardín.
Herbert En el jardín.
Eva Le disparé en el estómago.
Herbert Eva.
Eva Quedate ahí.
Herbert Dejame ir a ver cómo está.
Eva Morir, eso puede hacerlo solo.
Herbert Eva. No quise decir eso. Dejá que hablemos de todo. Vamos encontrar
una solución. Incluso para Edgar ahí afuera. Tenemos plata Eva,
entendés, eso lo cambia todo.
Eva No deberías haber dicho eso.
Herbert Coimeamos a un par de funcionarios. No van a levantar la perdiz. No por
un muerto europeo.
Eva No debiste ofender a la profetisa. Por vos fue a la horca, por tus pecados
está muerta.
Herbert Te volviste loca, Eva, te volviste completamente loca.
Eva Echate ahí.
Herbert Por favor, Eva.
Eva Que te eches ahí te dije.
Herbert No lo hagas.
Eva Cerrá los ojos. La ves? Cómo está colgando, la ves?
Herbert Eva.
Eva Yo la veo. Veo a la profetisa.

***

46
Eva Gomua. Dónde estoy.
Gomua Aquí.
Eva Ya terminó no es cierto?
Gomua Sí, se terminó.
Eva Bien. Gomua. Tuve un sueño.
Gomua Sí.
Eva Pero ahora estoy despierta.
Gomua Bien.
Eva Solamente tengo que abrir los ojos. Gomua. No puedo abrir los ojos.
Gomua Pero están abiertos, Eva, están abiertos.

Fin de la bobina.

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