Sunteți pe pagina 1din 5

1º JUAN 3: 1-3

1Jn 3:1 Mirad cuál amor (ágape) nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos
de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
1Jn 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos
de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le
veremos tal como él es.
1Jn 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él
es puro.

En el nombre del Padre, y del + Hijo, y del Espíritu Santo. Amen

Queridos hermano en Cristo Jesús, esta palabra que acabamos de escuchar tiene como
núcleo central el amor, ágape. Ese amor ágape es aquel que se dona, lo entrega todo sin
pedir nada a cambio. Este amor ágape es el verdadero amor, que Dios te ofrece por
medio de su amado hijo, Jesucristo. Este amor ágape es donado de tal forma que toda
aquella persona que lo recibe y se apropia de él, hace que su relación con Dios cambie
para siempre.

¿En qué consiste el amor? «No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él
nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.» (1Jn
4:10)

Dios es el autor del amor. Y ese amor entregado a ti, no es para ti mismo, sino para
compartirlo con tus semejantes. Este amor que Dios te ha ofrecido es para que lo regales
a los demás, para que la huella de Dios y que su evangelio se extienda. Dice la palabra
de Dios: «amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es
nacido de Dios, y conoce a Dios.» (1 Jn 4:7).

Este texto es rico en evangelio y promesas para tu vida, comienza diciendo: ¡Mirad!,
prestad atención y fijaos…cuán maravillas ha hecho Dios por ti.

La mejor muestra que Dios ha hecho por ti, es entregar a su Hijo para que hubiera un
cambio de relación.

Esta relación familiar, es de paternidad e hijos. Naciste en pecado, eras enemigo de


Dios, no tenías con Él ningún trato, solo rechazo.

Más ahora, por medio de su Hijo Cristo, se ha creado un vínculo intimo donde tú,
querido hermano, puedes acercarte sin temor a Dios.
«Vosotros erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas
obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para
presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él» (Colosenses 1:21-22)

Gracias a Cristo que « vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais
lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos
entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos,
sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios» (Efesios 2:17-19)

Dios es tu padre y tú eres su hijo. Hay una relación directa, intima…y un amor único.
Cuando tú hablas con tu padre, hay confianza, hay seguridad, y en los malos momentos
o dificultades no te sientes solo.

Esto es impensable para una persona que no cree en Dios y que no escucha la Palabra.
¿Cómo Dios puede ser tu padre? El mundo, es nuestro enemigo, porque no conoce a
Dios. Cuando entró el pecado, todo los ser humanos desde Adán, han sido hijos del
diablo. Si no estamos con Dios, estamos contra de Él. Si no hay reconciliación, no
puedes entrar en el cielo, irás al infierno. Ese es el verdadero destino de los pecadores
que no se arrepienten y que viven como si Dios no existiera.

Naciste con ese odio hacia a Dios, es verdad, y es algo que a pesar de que tú seas
cristiano tienes que luchar diariamente.

Más en estos momentos, que vuestro país, Venezuela, está pasando por dificultades
políticas, económicas, físicas, alimentarias…las personas que tenéis a vuestro alrededor
lucha diariamente para tener un plato de comida al día, lucha para tener un vaso de agua
potable, lucha para pagar medicamentos, y muchos de ellos luchan para poder pagar un
transporte público para ir a los servicios de la iglesia.

Juan te invita a ver, no con tus ojos terrenales, sino con los ojos de la fe...te dice ¡Mirad!
El amor de Dios es más grande que todo lo que tú puedes tener o perder en este mundo.
No digo que las necesidades no sean menos importantes, pero recuerda lo que dijo
Pablo estando preso: «por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte» (2 Co 12:10)

Vosotros, queridos pastores y hermanos en Cristo, de Venezuela, tenéis la oportunidad


de ser portadores de la verdadera esperanza de Cristo resucitado a esas personas que
viven en estos momentos difíciles. Estas dificultades pueden alejarlas de Dios, pues el
mundo, el poder, el egoísmo de otros…pueden alejarlas de Dios…
Queridos pastores, tenéis la oportunidad de llevar a este mundo el amor Dios, por medio
de la Proclamación de la palabra.

¿Crees en las promesas de Dios? ¿Predicas esa esperanza y el amor que Dios otorga a
sus hijos por medio su Palabra? ¿Administras fielmente los sacramentos?

Sed perseverantes en vuestra vocación y en la misión que un día Dios comenzó en


vuestra vida, para sembrar que Dios tiene el poder de todo, en los buenos momentos y
también en los difíciles momentos. Ayudaos los unos a los otros, animaos y compartid,
sed compañeros de trabajo. Todos vosotros tenéis una misma misión que Dios os
encomendó: salvar a las almas perdidas.

¿Acaso ya vuestra misión ha finalizado? De ninguna manera, hasta que cristo venga,
tenéis la responsabilidad de sosteneros firmes en el ancla de vuestra fe, Cristo.

Vuestros miembros, ¿Acaso ellos no son hijos de Dios? Efectivamente, en ellos Dios
también ha depositado su promesa de perdón y salvación. Dios no abandona a su
pueblo. De igual manera, que Dios estuvo con Israel, también esta con el Pueblo de
Venezuela escuchando sus oraciones, escuchando sus lamentos…Pero nuestro gozo, no
debe de ser las cosas de este mundo, sino de lo que Cristo hizo en una cruz, ofreciendo
vida eterna.

Ahora, Todos tenemos una ventaja frente a los otros que no están bautizados, que no
asisten a la iglesia, que no se alimentan de la Palabra de Dios y que no reciben el cuerpo
y la sangre de Cristo.

Tú tienes al Espíritu Santo que te ayuda a luchar contra todas tus debilidades,
aflicciones e injusticias. Tú puedes deleitarte y decir que eres perdonado y que posees el
amor verdadero de Dios.

Ciertamente, Dios no te abandona. Porque tú eres su hijo. Me imagino que la mayoría


de vosotros seréis padres. ¿Acaso tú no protegerías a tus hijos? ¿Acaso no le dirías
consejos para que le vaya bien en la vida? ¿Acaso no le animarían en sus caídas o
fracasos? ¿Acaso no perdonas a tus hijos por muy grave que hayan sido sus pecados? Si
tú que eres un padre imperfecto y lleno de errores, haces grandes cosas buenas por tus
hijos. ¿Cuánto más Dios Padre que ha dado a su hijo para que tú seas salvo, seas
perdonado y vivas eternamente junto con Él?

Sabiendo ahora, que tú eres hijo de Dios inmerecidamente, por medio de los méritos
que Cristo hizo por ti en la cruz, por gracia. En esta tierra, no puedes ver a Dios cara a
cara, más si puedes ver los frutos que Dios obra por medio de ti.
Tú cuerpo aun, es imperfecto, es pecador. Tu razón y tus sentimientos hacen luchar
contra la voluntad de Dios. Tú si eres creyente e hijo de Dios, no son por tus fuerzas,
sino por un milagro que Dios ha hecho en ti.

De modo que en este segundo versículo, tiene un sentido escatológico, un “ya pero
todavía no”, ya eres salvo, ya eres hijo de Dios, ya puedes vivir esa gloria y eternidad
aquí…pero…todavía no puedes ver la nueva creación donde no nos falta nada, no
puedes ver a Dios cara a cara.

Tus ojos ahora no pueden ver, pero…podrán ver, confía en la promesa que Dios te hace.
La fe en Cristo, depositado en sus promesas, es tu única seguridad, de que resucitarás y
estarás junto con Dios siempre.

Veras cara a cara a Dios, después de esta vida cuando estés junto con él, en su reino. Y
tú resucitarás, en cuerpo y alma, esa es la promesa. Tú y yo seremos igual que Dios,
puros, limpios, eternos, la verdadera creación antes de la caída de Adán y Eva, era así
realmente. Podían hablar con Dios cara a cara, caminaban junto con Dios en el jardín,
había una amistad y un amor reciproco.

Por ultimo esta palabra termina con una promesa que puedes vivir y palpar cada
semana…la esperanza de ser purificado.

Queridos pastores, vosotros sois el instrumento que Dios utiliza en Venezuela para
llevar los medios de Gracia. Por medio de vosotros, es posible que exista una iglesia
cristiana.

Por medio vuestra predicación, ley y evangelio, Dios hace que las personas se
reconozcan pecadoras, y vuelvan al Padre arrepentidos.

Por medio del bautismo, Dios perdona a la persona de su pecado y lo adopta como su
hijo.

Por medio del oficio de las llaves, Dios perdona al pecador arrepentido, ofreciéndole
perdón y consuelo.

Por medio de la santa Cena, cielo y tierra se hacen uno, su verdadero cuerpo y su
verdadera sangre, ofrecen el perdón de los pecados para vida eterna y fortalece nuestra
fe.

No eres, purificado por ti mismo, necesitas de los medios de gracia, por ello es
necesario el oficio pastoral. Por eso, es necesario tener esa relación, esa comunión
intima con Dios por medio de su palabra para que os anime queridos pastores.
El pueblo de Venezuela, no está olvidada por Dios, todo lo contrario. Dios está más
cerca de cada uno de ellos en estos momentos. Dios tiene la última palabra de nuestra
vida.

« No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te


esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. He
aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán
como nada y perecerán los que contienden contigo. […] Yo Jehová soy tu Dios, quien
te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. » (Isaias 41:10-13)

La cruz de Cristo es la revelación de amor más grande que existe, por medio de Él, tu y
yo somos hermanos y nos amamos.

Gracias a Dios, por este gran regalo

En el nombre de + Jesús.

S-ar putea să vă placă și